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Notas de bitácora del 02/08/2020

1/ Gisele Halami, francesa, abogada, ha fallecido esta semana, a los 93 años de su edad, en Paris. Dedicó una importante parte de su trabajo a defender la causa de la libertad, la dignidad y la valoración en la sociedad de las mujeres. Defendió con fuerza y con pasión, con inteligencia y buena técnica jurídica, la libertad de elección del aborto en las mujeres cuyas circunstancias las hacían sujetos de tal decisión. Combatió con otras compañeras abogadas y con abogados compañeros para lograr que la violación fuera un delito grave incluido en el Código Penal. Fue abogada defensora de militantes del FLN, el Frente de Liberación Nacional argelino, en los durísimos tiempos de la guerra de Francia contra Argelia que quería su libertad e independencia y abandonar la colonización francesa del país. Delgada, menuda, elegante, valiente ha dejado escuela en la abogacía francesa. Oprah Winfrey, afroamericana, actriz, empresaria, presentadora de televisión, medalla presidencial USA de la Libertad: Lo que más temes no tiene ningún poder. Tu temor a ello es lo que puede tener el poder. Enfrentar la verdad te liberará.

2/ Al preparar la nota anterior recordé a doña Gaudiosa, maestra nacional en la escuela unitaria para niñas en la aldea de Curra, entre las de Santadrán y Armeans, en la zona de Cobres, ayuntamiento de Vilaboa, provincia de Pontevedra, archidiocesis de Santiago. Ingresó en el Estado como maestra nacional y estuvo unos años dando tumbos por aldeas varias de Orense y Lugo. Casóse con un compañero maestro en Ordenes y decidieron emigrar a Brasil aceptando  la oferta de un paisano de hacerse cargo de un hacienda y administrarla. Fueron para allá y pasaron quince años en el estado de Bahia en plena costa tropical. Ahorraron, como suelen hacerlo los emigrantes de las aldeas pobres y con los cartiños a resguardo se volvieron a Galicia, reingresaron en el Magisterio y eligieron entre lo que había de aquella, ir ella a Curra y él a Vilaboa. La escuela de doña Gaudiosa estaba en el carreiro que iba a Armeans y de allí pasando por las tierras del señor Pereira, cuyos hijos y nietos cultivaban el predio, el ganado y el monte y bajaban los domingos a misa mayor en Santadran, con camisas blancas de cuello abotonado, rubios, delgados y todos con la marca de bondad en los ojos como si fuera un logo de los de ahora. El carreiro, convertido ya en carreiriño do can seguía hasta Sobrerira en lo alto de la sierra de San Lorenzo, desde donde se ve Marín y la Academia General de la Armada.

Escuela al pie del carreiro, la casa de la maestra encima, a la que se ascendía por una escalera de obra con pasamanos de madera embreada de barco por la humedad, sala grande la de la escuela, con treinta niñas de todas las edades, ventanas amplias que además de dejar pasar la luz, permitían ver los matorrales de toxo que amarilleban de luz brillante pintada por Van Gogh y pinos que daban refugio al lugar. Subía servidor a visitar la escuela una vez a la semana, para explicar el evangelio del domingo siguiente y preguntar cuatro cosas de las que ya sabían que sabían, pues de esa manera ninguna nena quedaba mal y doña Gaudiosa se sentía feliz de ver lo listas que eran y lo bien que ella enseñaba, cosas ambas ciertas de toda certeza. Doña Gaudiosa me invitaba a una taciña de caldo con grelos que quitaba el frio y la humedad, pues siempre llovía. Paladeo aun el sabor del caldiño.

Doña Gaudiosa –las niñas, sus madres y las gentes de la freguesía como arrastran la g, pronunciaban “Jaudiosa”– dirigía el coro parroquial con una voz de mezzosoprano que daba gusto oírla entonar el “Caminando va un pueblo inmenso… Lentamente caminando va…”. Hizo que muchas niñas agradecieran el estudiar, el saber, los dibujos preciosísimos y coloreados de sus cuadernos, la conciencia que les transmitió de que eran igual que los muchachos y que no se debían acobardar ni dejarse mandar. Al escribir sobre la abogada francesa he recordado a doña Gaudiosa por cuyo espíritu pido en los meses de noviembre de cada año. Hoy fiesta de santa Godeleva, que fue una santa flamenca a la que obligaron a casarse con un noble, Bertulfo de Gistel, el cual dio orden a dos esbirros para que la estrangularan y la arrojaron al mar. Cuando sacaron el cadáver el magistrado lo consideró muerte natural. Bertulfo casó de nuevo y le nació una hija ciega. Recuperó la vista por intercesión de Godeleva. Las niñas de la escuela de Curra hubieran disfrutado con esta historia, hubieran abierto sus cuadernos y dibujado a los dos esbirros (“¿qué es un esbirrro, doña Jaudiosa?”) estrangulando (“¿cómo se estrangula, doña Jaudiosa?”) a Godeleva (“¿cómo pintamos a Godeleva, doña Jaudiosa?”).

 

3/ Qamar Gul, una adolescente de 15 años, una mujer, del pueblo de Geriveh, provincia de Gor, en el centro de Afganistán. El 22 de julio, cuando María Magdalena llora cada año porque no saben dónde han puesto el cuerpo que ha ido a embalsamar, 40 talibanes, hombres, asaltaron el pueblo en plena noche, buscaron la casa familiar de los Gul y mataron a sus padres ante ella y sus hermanos. Qamar, una mujer, 15 años, atrapó una metralleta caída y con uno de sus hermanos, 12 años, un hombre que ha visto matar a sus padres hace un rato, ha disparado contra los que huían, ha matado a dos de ellos y a herido al menos a otros seis. Agamenón fue asesinado por su esposa en la bañera, diez años después que le rebañaran el cuello a su hija adolescente –organizado por los dioses– en Troya. Clitemnestra fue luego asesinada por su hijo vengando al padre muerto. Las euménides han pasado por Geriveh y han saludado a Qamar.

 

4/ Juan Goytisolo, escritor, de familia de poetas y escritores, catalán, enamorado de Marruecos y de la cultura árabe decía que la humanidad no puede avanzar sino reconociendo sus errores; si no hay una autocrítica, no existe ninguna forma de progreso. Los datos de ayer del Eurostat detectan que el paro de jóvenes en España alcanza la tasa de un 40,8%.  El país ganó industria con la puesta en marcha del Plan de Estabilización de 1959 – creación del economista barcelonés Joan Sardá i Dexeus y de los ministros tecnócratas del Opus Dei – y desarrolló un sector industrial, sobre el que ya existía antes y después de la guerra civil. Comenzó a perder musculatura industrial con la crisis del petróleo de 1974. Tampoco está de más recordarnos ahora que el núcleo central de los Pactos de la Moncloa en 1977 fue aceptar una disminución del valor real de los salarios que posibilitó el control de la inflación. No hubo una estrategia de fomento industrial. Con el ministro socialista Carlos Solchaga y sus teorías semiliberales, más bien liberales del todo, se produjo la ruptura con aquel modo de planificación industrial. Recordemos las huelgas y altercados de orden público en aquella época y el aumento del paro a lo largo de los años de la transición, paliado solo con el aumento de las infraestructuras turísticas y las actuaciones de atracción de extranjeros con la añagaza del sol y el mar. Dotarse ahora de una política industrial no va a ser tarea fácil cuando hace cuarenta años los gobiernos de entonces y los sucesivos han renunciado de consuno a tenerla. La cegata apuesta por el turismo de masas al cual se apuntaron los gobiernos centrales y todos los innumerables consejeros, viceconsejeros, directores generales y agencias públicas de las diecisiete autonomías y todos los concejales de los ocho mil ayuntamientos con iglesia parroquial con espadaña, bosque incipiente, una docena de conejos y un lobo oteando de lejos, está ahora arrasada por la COVID-19 y las decisiones contrarias a nuestros deseos de otros gobiernos y otros países. 40,8% de paro juvenil. No hacer nada es una alternativa muy apreciada por los partidos presentes en el Congreso y en el Senado, pero nos llevará a una debacle en poco tiempo. Tres mujeres tiene posibilidad de hacer algo en lugar de nada. Las señoras ministras de Trabajo, Educación e Industria.

 

5/ En La tradición oculta un libro que en 1947 publicó en Alemania la filosofa y estudiosa de la ciencia política Hannah Arendt, tras la espantosa destrucción de judíos por los nazis alemanes, figura su dedicatoria al profesor Karl Jaspers del que había sido alumna. En ella resume lo que aprendió de él y practicó, o trató de practicar sin vender su alma al diablo, en su vida ya egresada de la universidad: 1) sólo importa la verdad y no las formas de ver el mundo; 2) hay que vivir y pensar en libertad y no en una cápsula /por muy bien acondicionada que esté y se viva en su interior/; 3) la necesidad, las necesidades, las nuestras de cada uno, en cualquiera de sus apariciones, son fantasmas que quieren inducirnos a representar un papel en este mundo, en lugar de ser, de una manera u otra, seres humanos.

 

A propósito de las variadas opiniones que en estos últimos meses hemos manifestado, precisado, matizado y pulido en columnas y comentado en Atrio, y en concreto las referidas a la situación de la Santa Madre Iglesia, sus estructuras, sus poderes, sus fontaneros, su pasado y su futuro y los caminos de salida de esa estolidez inamovible me ha alegrado el espíritu lo que la catedrática Arendt, judía, alemana huida a USA, aprendió de Jaspers y trató de practicar. Verdad (“la verdad os hará libres”), libertad de pensamiento y vida sin cápsulas (“el que pierda su vida la hallará”), y buscar nuestro ser en mismidad para andar en este mundo (“mujer, tu fe te ha curado… ve…”; “toma tu camilla y echa a andar”; “deja de gritar y darte golpes entre los sepulcros, dúchate y vete a trabajar a tu casa”). Lo hemos aprendido, leído, meditado, sabido y saboreado desde niños. Y si hemos tenido la suerte y el salero de hacerlo, nos hemos ganado el seguir al Galileo en libertad y en paz en el fondo del alma.

10 comentarios

  • carmen

    Es que leí hace como cuarenta años el libro de Gerald Durrel  Mi familia y otros animales. Este señor es hermano de Lawrence  Durrel, el de El cuarteto de Alejandría, que por cierto no conseguí pasar de Justin.

    Pues este Gerald que le digo era biólogo y en en libro de mi familia y otros animales relata unas vacaciones que pasó con su familia en la isla de Corfú. Es un libro delicioso, está escrito desde la óptica de un niño de unos diez o doce años. Te enamoras de la isla y de los animales y te tronchas  con las cosas que cuenta de su madre, de su hermano y de los amigos de su hermano cuando van de vista: Virginia Wolf, Lytton Strachey( el de las biografías) , este otro señor que vivió en Granada… Todos esos eran amigos y formaron el grupo de Bloomsbury. Escritores guay, pero guay.

    Te partes con la visión del crío.

    Desde entonces tengo en la cabeza hacer algo por el estilo con mi casa de la alberca. No vea la de cosas divertidas que tengo para contar porque al ser la menor de una familia tan grande y tan, en fin, como me gusta observar ,pues podría contar mil cosas.

    Por otra parte mi padre ,mi abuela , y mi tío Luis, me contaban unas historias de la familia superinteresantes. Siempre me ha gustado que me cuenten historias. Y para eso las personas mayores son únicas. Y ya lo soy también.

    Además, tengo en mi poder toooooodos los papeles esos que se guardan de la familia. Cuando murió mi hermana que era la que los tenía, me los traje a casa.

    Quiero decir que podría escribir una historia graciosa. Cero problemas. No sé si me estoy explicando bien. Muchas personas dicen que soy confusa hablando.

    Pues usted podría hacer lo mismo, pero estilo Don Camilo. Hágale caso a su mujer.

    Sus hijos y sus nietos se lo agradecerán, fijo. No digo ahora. Pero hay un momento en tu vida en donde te apetece un montonazo saber cosas de tu familia. De hecho ahora está muy de moda eso de los árboles genealógicos. Pero, què es un nombre?

    Y claro, como un libro de esos de librería, de esos que te editan , es imposible, pues ya se la manera. Ahora te hacen lo que quieras, gracias a la técnica, con el perdón del señor Ortega. A lo mejor a usted si se lo publicarían. A lo mejor hasta tiene libros ya publicados. No sé.

    En fin.

    Pues nada más.

     

    • José Ignacio Calleja Sáenz de Navarrete

      Pue yo creo que escribes muy bien; te veo siempre como lo que dices, una “maestra” en el estilo y una surfista en el debate; nunca te ahogas. Así de sencillo, Carmen.

      • José Ignacio Calleja Sáenz de Navarrete

        Me he comido el “Pues”.

      • carmen

        Ay, dios.
        Qué razón tiene. Una surfista.
        La otra noche tuve que oír decir una serie de cosas tremendas, como que en Inglaterra nunca ha habido democracia, que Churchil no era demócrata y cosas de ese estilo. Y que no se pueden comparar a los alemanes. Como la ola era tan tan tan enorme y estábamos en la plaza de la catedral, me puse en pie, me fui un poco al centro de la plaza y mirando a la catedral, con los brazos en alto dije a grito limpio: perdónalo , señor, no sabe lo que dice.

        Y tan surfista.

        Como la otra vez que tuve que oír que Hitler nada tenía que ver con el fascismo. En esa ocasión me fui a la pared más cercana y me di cabezazos contra ella.

        No vea las olas que te vienen a veces encima. Y es que no sé. La gente es tremenda. Y claro, la opción es callar. Pero, entonces?
        Todo empezó por el rey Juan Carlos, que ha decidido irse del país. Se empezó a cuestionar, pues eso, y se acabó cuestionando la democracia. Y claro…

        Gracias. Me ha gustado lo que ha dicho.
        Pero estoy muy muy cansadica.
        Un abrazo.

  • ana rodrigo

    Qué gustazo leerte, Alberto. Gracias. A veces tengo la impresión que estoy leyendo un fragmento de una buena novela que intento completar con mi imaginación.

    • carmen

      Ana. No sé qué tipo de contrato de televisión tienes. Estoy viendo en el canal de Movistar un documental de esos de capítulos que se llama de mujeres y dioses , o algo así.
      Te encantaría verlo. Seguro que estará por internet. Te aseguro que te gustará.

      Lo que escribe tu amigo Alberto podría ser efectivamente una autobiografía costumbrista, con un toque gordo de humor un tanto negro. Pero habría que entresacar los textos de entre todo lo que escribe.

      Si tiene tiempo, debería de entretenerse y hacerlo. Buscar un título. Hacer una edición con una docena de libros metiendo fotografías y tal y regalarle un ejemplar a cada uno de sus hijos y nietos. En papel. Lo que es un libro de verdad. Les encantaría. Y lo tendrían para siempre en su biblioteca.

      Hace tiempo que tengo en la cabeza hacerlo para mis hermanos y mis hijos y mis nietos. Tengo muchísimas cosas que contar. Ya tengo hasta el título: La casa de la Alberca. No puede ser más evocador para todos nosotros. Menos para mis nietos. La conocerán a través del libro. Y a la familia de su padre, mi hijo. Y mis hijos conocerán mejor a la familia de su madre.

      Me lo tengo que tomar en serio. Este señor tiene un montonaaaaazo escrito sobre sus andanzas cuando era sacerdote.
      En fin. Es una opinión. Espero que no se me rebote, miedo le tengo.

      • Alberto Revuelta

        No me reboto. En general me reboto poco. Mi mujer tiene la misma idea que sugiere usted. Es probable que acabe accediendo. Gracias, si va al Mar Menor dese los nueve baños para pasar el invierno sin gripes ni catarros ni reumas ni dolores de espalda ni de rodillas. El señor presidente del gobierno de Murcia debía difundir ese remedio contra el coronavirus.

  • carmen

    Es cierto. Totalmente cierto. Lo que temes no tiene ningún poder. Lo que tiene poder sobre ti es el miedo a lo que temes. La única salida es afrontar ese miedo y cuando lo domines, entonces serás libre.

    No tengo que decir que me ha encantado lo de la maestra. Lo sabe.

    Buen día.

    Dos metros. Mascarilla, manos inmaculadas y como últimamente dicen, ventilación . Huya de los sitios cerrados .

  • mª pilar

    Es un gozo leerle…escucharle…

    Me impresiona su templanza y buen juicio.

    A veces…y en mí soledad…pierdo la calma…por un instante…ante las posturas de nuestros políticos, pocos se salvan.

    Prefiero sumergirme, en las vidas que nos regala generosamente en cada bitácora; porque hay mucho para rumiar y poner en práctica en nuestras vidas…la mía…nada importante al lado de quienes nos presenta; pero dichosa, porque en parte, si me he entregado a causas justas y de acogida a quienes pedían ayuda en las instancias que ha ello se dedicaban.

    Siempre aumenta nuestra esperanza, conocer de buena tinta..la suya en este caso…constatar, que siempre han  existido personas buenas, de gran corazón y un hacer impecable en servicio de la comunidad que les rodeaba.

    ¡Gracias de corazón!

  • Juan García Caselles

    Da gusto leerte, por el fondo y por la forma.

    Desde González a Zapatero, pasando por Aznar, lo de “España va bien” consistió en vender el alma al diablo (la famosa inversión extranjera) y proteger la especulación, la construcción y el turismo. Tuvieron éxito, consiguieron que España tuviera el nivel más alto de multimillonarios de casi todo el mundo. Ahora pagamos las consecuencias, tras la crisis de la construcción, la del turismo. Ventajas de la gloriosa transición.

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