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Una contestación a su obispo desde el interior de su diócesis

El cardenal Cañizares, arzobispo de Valencia, el pasado 14 de Octubre hizo unas declaraciones que salieron en titulares en toda España. Después ha hecho una rectificación. El grupo de Cristianos progresistas hizo ayer. sábado, esta declaración:

Lo que sí debe causarnos dolor

Ante las declaraciones del Cardenal Cañizares en los desayunos del “Fórum Europa” del pasado día 14, los miembros del Grup de Seglars i Rectors del Dissabte manifestamos:

  • Sus palabras han producido escándalo e indignación en la sociedad en general y desorientación y gran dolor entre quienes son creyentes, pues parecían alejarse de la esencia de la fe cristiana sobre la acogida a las personas extranjeras e inmigrantes. Por eso agradecemos de corazón que haya pedido perdón y haya explicitado su opción por las empobrecidas de la tierra y su compromiso cristiano de estar a su lado siempre e incondicionalmente. Sin esta opción es imposible el seguimiento de Jesús.
  • No obstante hemos de advertir del peligro que suponen algunas de las expresiones utilizadas en referencia a las personas refugiadas, como “invasión” o “caballo de Troya”, pues pueden dar cabida a la ideología que plantea la superioridad europea sobre otras culturas y religiones (de las cuales habría que defenderse encerrándose egoístamente en las propias) y, además, contradicen el espíritu evangélico, la catolicidad de la Iglesia y las orientaciones del papa Francisco.
  • Se oponen, también, al diálogo interreligioso y a la pluriculturalidad, la plurinacionalidad y la plurirreligiosidad existentes en nuestra sociedad.

    Esta ideología puede favorecer, por otra parte, posturas dogmáticas, intransigentes, parciales y cerradas que no nacen del mensaje cristiano ni de la doctrina social de la Iglesia. Habría sido más evangélico expresar en ese Fórum que lo que le causa verdadero dolor es el trato a la población refugiada e inmigrante en las fronteras (como las “expulsiones en caliente”) y los CIEs.

    Eso sí debería causarnos dolor profundo y llevarnos al compromiso de acoger y tratar a esas personas como hermanas, como hijas de Dios.

    Menos mal que, en la petición de perdón, expresa claramente este sentimiento ante ese drama.

  • Otro aspecto de sus declaraciones que nos preocupa y que no menciona en el escrito de clarificación, es su opinión sobre la unidad de España. Calificar de “bien moral” una opción política determinada (lo cual supone descalificar el resto como inmorales) no favorece la comunión eclesial. Un Obispo es, ante todo, un pastor.
  • El centrar tanto su magisterio episcopal en “una opción política determinada”, es algo que no sólo nos preocupa y lamentamos sino que lo consideramos causa de división y exclusivismo. Entra, por tanto, en conflicto serio con la tarea pastoral.

  • Una última reflexión: criticar al partido gobernante sólo por no haber ilegalizado el aborto pasando por alto los escándalos de corrupción que le afectan y el desmantelamiento de los derechos sociales y negando la gravedad de la situación de pobreza (contradiciendo los informes de Cáritas) es, cuanto menos, alarmante.

Lo realmente lamentable no es que una persona sea o no integrista, sino que se perciba a un pastor de la Iglesia más como animador de opciones políticas y facciones ideológicas (que excluyen a otras personas y grupos), que como verdadero animador de la comunidad eclesial para que ésta se identifique cada día más con Jesús.

Ahí radica el verdadero problema. Nos alegra, pues, que en el escrito de clarificación quiera reafirmarse como pastor.

Y para que sea realmente así rezamos, cada día, por él.

València, 17 de octubre de 2015

Grup de Seglars i Rectors del Dissabte.

 

15 comentarios

  • olga larrazabal

    Estimados:  No estaba haciendo ningún juicio de valor cuando cité a nuestro compañero Santiago.  Lo cité como representante de las personas que gozan de  eso que llaman fe y que no es traspasable a otra personas, y es cada vez menos aplicable a la organización de la convivencia pluricultural y democrática, por muy buena voluntad que le pongan. Estamos en el Atrio, en el lugar donde se juntan a conversar los que tienen fe, los que quieren creer pero no tienen fe, los que se aferran a la creencia porque tienen miedo y los que ni queremos creer ni tenemos fe, pero queremos tener una buena convivencia con todos.

    Pero como estábamos hablando  en el espacio de los problemas suscitados por las declaraciones de un prelado católico de alto rango en una sociedad como la española, con poco entrenamiento de laicicidad y muy susceptible a la palabra clerical y sus derivados, mencioné un punto dentro del discurso del catolicismo, asentado por alguien que me parecía estar inmerso en esa doctrina, Ya que yo puedo atribuirle intenciones al cristianismo que los católicos informados pueden refutar.

    Pero parece que la experiencia religiosa y el manejo de pastorales, dogmas y tradiciones y su comprensión, se han enredado tanto estos últimos 2000 años, que difieren persona a persona, a pesar de los intentos de la Congregación de la Doctrina de la Fe.

    Y tiene razón Román cuando dice que estos problemas se producen en las religiones monoteistas “reveladas.”  y que hay otras que no giran alrededor de los futuros paraísos sino de la búsqueda de sabiduría, en este mundo.

    Excepto en la Comunidad Anglicana, en que con ese talento que tienen los ingleses para conglomerar personas alrededor de un objetivo, prescindieron de los dogmas y le dieron cabida a un amplio abanico que va desde el catolicismo a la inglesa, hasta los metodistas y las comunidades congregacionales, mostrando que dentro del cristianismo también hay otras formas de organización.

    Mis disculpas a Santiago por haberlo metido en esta conversación, si el no desea participar.

  • Román Díaz Ayala

    El intercambio de comentarios entre Olga Larrazabal y  José Ignacio Calleja a propósito de lo que haya podido decir o nó,   Santiago Hernández se vió interferido por las diferentes valoraciones que se hacían de las monarquías parlamentarias europeas. Había sido un comentario de pasada de Olga quien quería resaltar que a su juicio que las religiones reveladas no ofrecen la felicidad para el mundo presente. Bueno, en realidad son las ideologías utópicas las que se construyen un mañana lleno de plenitud desde las miserias de un presente histórico.

    yo hubiera deseado que fuese el propio Santiago quien interviniese, pero nuestro común amigo comentarista es muy selectivo en sus intervenciones y en los hilos donde participa. Alguna vez ha manifestado que necesita administrar muy bien su tiempo.

    yo creo que se ha colado algunas inexactitudes. Sólo son las religiones reveladas o proféticas las que ofrecen una respuesta a la vida después de la muerte física, y en concreto las religiones del Libro ( Judaísmo, Cristianismo e Islamismo) Las demás o callan buscando una sabiduría de vida para convertirla en más plena y abundante, o nos hacen partícipe de  un proceso natural al que están sujetas todas las cosas.

    Jesús fue muy claro al respecto ofreciéndonos  la casa del Padre como nuestra morada definitiva e hizo un llamamiento para que optásemos por los valores seguros y estables del Reino de Dios. Quienes leemos siempre a Santiago, aunque  aun  no participando en su universo mental como explicación de las realidades físicas y espirituales, parecido al de otros tiempos y de mentalidades periclitadas para este siglo, sabemos que él vive del gozo y la alegría de saberse cristiano, y que no es “comprador” de cielos.

    “Recibiréis el ciento por cien en esta vida y después la vida eterna”, Tal fué  la respuesta de Jesús a la preguntas sobre los males de la vida presente.

    Todo esto puede ser un argumento discutible, pero no lo considero nada pobre.

  • h.cadarso

    Amigo Pepe: No vale echar balones fuera. La democracia es patrimonio de todo ser humano, en la medida en que ese ser humano se sienta hermano e igual con todos los demás seres humanos, con los mismos derechos y obligaciones que todos ellos. No es patrimonio de este país o de aquel, de este continente o del otro. Y la flor de la democracia es el sentimiento de fraternidad universal que no es monopolio de ningún país ni de ningún continente, y que entre otros, Jesús el del evangelio puso como fundamento de su doctrina y de su praxis.

    Creo que no deberíamos enredarnos con la polémica de “y tú más”. Que ya va siendo hora de que superemos la filosofía del imperio romano que dividía a sus habitantes en “ciudadanos” y “esclavos”. A no ser que creamos que esa es la filosofía europea…

  • olga larrazabal

    Quizás, quizás, quizás, querido Pepe. Pero por suerte no tenemos ningún Borbón para alegrarnos la vida,

    Los nuestros rotan cada 4 o 6 años por el momento.

  • pepe blanco

    Olga sospecha que la democracia no forma parte del espíritu europeo…. ¡Menos mal que siempre nos quedarán Latinoamérica y China, para salvaguardar y perpetuar la Democracia!

  • olga larrazabal

    Estimados contertulios: Muy interesantes y apropiadas sus observaciones. Me excuso de no haber usado el lenguaje apropiado de la Sociología, ya que  estoy usando un lenguaje coloquial, que en mi caso, con el paso de los años resume más mi paradigma de visión de la realidad como una enorme creencia fundamentada en si misma, que el de la Sociología clásica, que no la domino.

    Y de haber tomado como definición del objetivo del cristianismo la de nuestro amigo Santiago, quien basa sus creencias en su enorme fe, estado de ánimo  del que nunca he participado  con esa entrega enorme que requiere no hacer preguntas y menos no esperar respuestas más o menos lógicas.

    En cuanto a lo de las “monarquías” , confieso que no simpatizo con éstas, ni le encuentro muchas ventajas en los tiempos actuales, ya sean absolutas o parlamentarias.  Creo que son residuos casi religiosos de la vida de las hordas y del medioevo, que se convierten en una molestia a poco andar, y no valen lo que se invierte en ellas.  Con una población altamente educada, no es necesario tener una familia real que suele ser más maleducada que sus súbditos y que suelen tener muchos amigos y parientes que medran de la situación, que se perpetúa en el tiempo entre la misma gente, sin recambio creando una casta bastante antipática y que se defiende como gato de espaldas de cualquier cambio que les afecte su condición privilegiada.

    Seguro que el Parlamentarimo inglés fue un estadio superior a muchas monarquías del continente europeo, pero no por ser monarquía, sino porque los ingleses suelen ser maestros e innovadores en sistemas flexibles de organización y en estrategias de camuflaje, manteniendo una cáscara externa ritual aparentemente fija.  Cosa de ver la organización de la Iglesia Anglicana y de la Commonwealth, y como se manducaron el mundo desde 1500 en adelante, y como volvieron a un bajo perfil y siguen manejando mucho entre bambalinas.

    Y como dice Honorio, estas hermosas instituciones estuvieron más al servicio del saqueo, el enriquecimiento de las clases altas inglesas incluyendo la Royal Family y la mantencion del status quo, que a crear democracia, ni en su país ni fuera.

    Tengo la sospecha que la democracia no es parte del espíritu europeo que se basa más en estas organizaciones piramidales,  y son piramidales hasta para imponer el comunismo, que en  la idea de intituciones democráticas  regionales de tipo intemedio, donde  ni los militares ni los sacerdotes de ninguna religión puedan ir a imponer sus ideologías, ni su afán de poder.

    Y discúlpenme si trato de ideología a la religión, pero si no lo es, lo parece.  La ideología de los militares la sospechamos, ya que tampoco queda muy clara a la población acerca de quienes son sus mandantes y cuales son sus objetivos reales.

     

     

     

  • h.cadarso

    A mí lo de la democracia inglesa me conmueve las entrañas…Una democracia construída sobre la rapiña planetaria que mantiene todavía los despojos de Gibraltar, las Malvinas, y sobre el sistema capitalista explotador del Tercer Mundo, y se rodea de esa muralla que impide la entrada a todo el que no es inglés o no resulta grato y sumiso a los sagrados derechos del pueblo inglés, ¿pueden ustedes explicarme qué tiene de democracia?.

    Así de democrático era el Imperio Romano, que respetaba los derechos de todos sus “ciudadanos” y mantenía al resto de sus habitantes. sea a la inmensa mayoría de su población, en la más criminal esclavitud…

    Democracia es gobierno protagonizado por el pueblo. Y pueblo, al menos para un cristiano, somos todos los humanos sin excepción. Vistas las cosas desde este observatorio, vivimos en una criminal dictadura-despotismo por parte de los poderes financieros protegidos y amparados por los países del Primer Mundo, pero solo del Primer Mundo primerísimo…

    ¿Alguna vez conseguiremos llamar a la democracia por su nombre, y no prostituirla como hacemos todos los días…?

  • Román Díaz Ayala

    Querida Olga,

    tan sólo una observacion muy colateral.

    En tu comentario identificas plenamente  los valores democráticos con el republicanismo, y el “Ancient Regime” con la monarquía.

    Desde ese lado del Atlántico la cosa adquiere pleno sentido, porque todos los movimientos independentistas allá fueron alimentados como hijos de la Ilustración por los antecedentes de la Declaración de Independencia de las 13 colonias americanas que dieron lugar a los Estados Unidos de N.A. y por la Revolución Francesa unos años después en Europa.

    Pero aquí en Europa existe otra corriente democrática nacida del Parlamentarismo Inglés y por eso la Europa Occidental está plagada lo mismo de repúblicas que de monarquías constitucionales, y permanecen en conjunto a las democracias más avanzadas como sistemas de Estado.

    no se discute su carácter, aunque puede que sí su posible anacronismo, pero sin duda no carecen de un alto valor simbólico e identitario.

  • Javier Pelaez

    ¿Es trigo limpio Cañizares?.Lo dudo…

  • Román Díaz Ayala

    Nos hemos introducido en temas que tienen que ver con la filosofía del Derecho, de lo cual soy deudor (como lector y oyente) de D. Gregorio Peces-Barba Q.E.D. y sus conferencias donde trataba de hacernos comprender las diferencias entre  Ética pública y Ética privada, lo que para él fue una de los grandes logros del proceso constitucional con la apertura de España a la Democracia.

    ha sido un producto de un gran movimiento que nos introdujo en la tolerancia y la libertad de conciencia para la construcción de la sociedad civil organizada en torno a un conjunto de valores superiores, de principios y de derechos fundamentales, la ética social forjadora del Derecho.

    En una sociedad abierta plenamente democrática los ciudadanos escogen libremente su moralidad privada. Ni el Derecho ni las instituciones de carácter moralista ( religiones, por ejemplo, desde el poder político o su supremacía social ) están en disposición de establecer normas de moralidad  que determinen la moralidad privada “ni a comportamientos de salvación”. una sociedad así está regida por el pluralismo.

    En el ámbito privado (ética personal) cada individuo es libre de escoger dentro de su autonomía lo que considere la felicidad, el bien o la virtud. Si tal cosa se fundamenta en una fe religiosa, la ética del creyente sería una ética de salvación.Careciendo de  tal condición esa autonomía moral  obedece a una ética laica.

    El  nacionalcatolicismo es una forma de “totalitarismo político” al pretender que la ética pública sea también una ética de índole privada, pues comete una violación de las conciencias, pues tal cosa es su intromisión en orden a un bien superior ( una supuesta salvación) El nacionalcatolicismo (confesionalismo a la española) hace de cada ciudadano un creyente, o lo que es lo mismo, eleva el plano político al mundo de las verdades religiosas.

    En la entrevista que he citado en comentarios anteriores que destila el más rancio confesionalismo comprobamos los intentos del portavoz de la Conferencia Episcopal de subordinar los principios democráticos a sus intereses religiosos, exigiendo del Gobierno su subordinación a los mismos.

  • José Ignacio Calleja

    Un comentario en el tema, una vez más, Olga, con el que puedo cansar. Revisa tu texto, y si el amigo Santiago, con todo respeto, es la última palabra sobre cómo y dónde busca la felicidad la religión, como mínimo es un argumento pobre y discutible. Santiago estará contento, pero no creo que se tome por referencia obligada en el tema. Después confundes creencias y valores, y dices que se manifiestan a través de los partidos; y tampoco es eso; las creencias se manifiestan democráticamente por quien quiera, tomando la fuente o inspiración de donde estime, con respeto de la dignidad humana de todos; y los valores y normas morales, estos sí, han de ser democrática y argumentativamente expuestos por todos, sin parapetarse los creyentes en la revelación y los no creyentes, en una racionalidad sólo para los liberados de la fe. Los valores, y su concreción en normas morales o éticas universales y precisas, son tarea de todos, argumentando todos, y concretando todos, sus mínimos de interpretación y su práctica social. Logramos certezas éticas en la vida civil, a la medida de los humanos, no de los dioses; tampoco los creyentes somos dioses.
     
     
                Ambos, creyentes y no creyentes, tienen (tenemos) obligación ética de dar razones humanas para calificar, de bueno o malo, esto o aquello. Y tienen (tenemos) que poder entenderse, aunque no se pongan de acuerdo en su fundamento último y en algunas concreciones de excepción; pero el lenguaje moral como argumentación, tiene que entenderse; y no vale que la fe nos haga escapar a una verdad que otros no ven, fuera de la religión, o su contrario, que la razón de un creyente ya no vale como razón, porque está prisionera del dogma. Quizá sí, quizá no, pero hay que probarlo en cada caso. En la vida civil, el argumento de razón humana es el que vale, pero lo puede dar de la misma calidad el no creyente y el creyente. Basta que el creyente no confunda planos y el no creyente no despache el tema sin haberle escuchado.
     
     
                Que la experiencia histórica sobre las religiones y su aportación a la moral pública civil, o “ética civil común”, sea muy negativa, de acuerdo; que su aportación a través de la ética, además de apelar a la revelación -fuente privada-, ha de apelar a la razón humana argumentadora y común -fuente pública, laica y común-, sin duda. Si alguien no apela a esta razón, está hablando como predicador, y su palabra solo vale en ese plano; no aporta nada como moral civil. Tiene que añadir por qué es humano eso que dice y cómo lo puede explicar su valía humana a otros que no tienen fe, o que teniéndola, quieren vivir moralmente como adultos. Luego no es la religión la que te saca del diálogo ético democrático y laico, sino la minoría de edad de muchos creyentes al saltar de la religión a la ética civil sin red, sin argumentos de razón humana que hagan de su postura digna de escucha y muy digna, o sencillamente, ni plantearse esto de la moral civil y sus fuentes.
     
     
                Que a la sociedad plural y laica le importa esta ética religiosa y la propia religión, también. O sea, que a través de la ética civil -a la cual digo que está obligada a hacer su aportación argumentada humanamente la ética religiosa-, la religión no es sólo un asunto privado; tampoco lo es como religión, en cuanto que puede extenderse según la libertad de expresión y los derechos humanos de todos los hablantes y ciudadanos, predicándose como fe. Por fin, la moral religiosa, si tiene exigencias concretas propias, ¡si tiene, en condicional!, -pues no pocos pensamos y razonamos que las llamadas exigencias morales propias de la religión cristiana, cuando difieren de las de la moral civil, no son normas morales propiamente hablando, sino llamadas a la santidad o perfección religiosa que se sitúa en otro plano que el normativo como moral-, si tiene, decía, no hay que equivocarlas con la moral civil común, ni sustituirla. Hay que sumarlas a ella con razones de humanidad, y si no, el camino no vale en la democracia plural y laica.
     
     
                Por eso, nosotros, muchos creyentes, hablamos de los mínimos de moral humana o lo humano básico, común e irrenunciable -la moral civil-, y los máximos de perfección cristiana -lo que se espera del santo y, en el humanismo agnóstico- del héroe. No hay que confundir estos dos niveles. Lo hacemos a diario.
     
     
                La religión, así, no es un asunto privado, su moral tampoco; la historia de su presencia social es dolorosa, pero no son un asunto privado, sino tan público como quieran los ciudadanos libres, pero obligatoriamente por los cauces de argumentación ética y de validación política de la democracia. Lo repito, la primera, la religión, se hace pública, respetando las leyes libres del espacio público plural, como todo discurso cosmovisional; es pura predicación de ideas; y la segunda, su moral religiosa, colabora a la moral civil, compartiendo sus concreciones con argumentos de razón humana que todos puedan entender, y participando de la ley con la forma que digan las mayorías, con respeto de las minorías y de los derechos fundamentales de todos. Aquí la cuestión de la objeción de conciencia, etc.
     
                Me alegraría haber aportado algo para el debate. Un saludo.
     

  • Román Díaz Ayala

    He estado recogiendo en ese párrafo la respuesta que daba Juan Antonio Martínez Camino a la periodista Antonio Iglesias durante la entrevista citada.

    Hago ahora la cita literal:

    P.(la periodista) “La cuestión de fondo es que donde uestedes denuncian el 2laicismo”, el Gobierno se limita a acturar para una sociedad  que no se siente concernida por la moral de la Iglesia católica. No sé si ustedes esperaban que su influencia en esta sociedad iba a perderse por los siglos de los siglos…”

    R.(El portavoz de la CEE) “No se crea… La Iglesia es consciente de que las cosas han cambiado mucho, pero mucho, en este país. Pero no podemos aceptar que el “laicismo” que pretende imponer el Gobierno en la sociedad signifique que la religión sea algo que esté limitado al ámbito privado de las personas porque eso supondría la imposición de de un grave recorte de la libertad. Nosotros no pretendemos un _Estado confesional, pero el Gobierno tampoco puede imponer a la sociedad su visión laicista”.

    Olga,

    para que puedas entender la maniobra de J. A. Martínez Camino, tienes que entender que mientras tanto desde la COPE (La Emisora de Radio de la Conferencia Episcopal Española) se estaba desatando una campaña contra el Gobierno de Rodríguez Zapatero tachándolo de ilegítimo (En medio el atentado terrorista del 11 de marzo/2004 en Madrid y la pérdida de las elecciones del Partido Popular cuando todas las encuestas lo daban por seguro vencedor) Era el año del reconocimiento legal de los colectivos emergentes y el reconocimiento más pleno de las libertades individuales, y el PSOE no le daba luz verde a la Ley Educativa que había preparado el anterior Gobierno de Aznar. SE introducía la asignatura de “Educación para la Ciudadanía” en la Educación Pública en sustitución de la enseñanza obligatoria de la Religión Católica. La ofensiva episcopal incluída la presencia de algunos de sus miembros en manifestaciones callejeras en contra de la política de Zapatero, yendo de la mano de la Oposición representada por el PP de Mariano Rajoy.

  • h.cadarso

    El sr. Cañizares debería leer y estudiar una entrevista del profesor de Derecho consitutcional Pérez Royo que aparece en el diario Público, si quiere hablar con un mínimo de fundamento sobre el concepto de unidad posible y deseable en España, y la validez de la Constitución de 1978. Pérez Royo viene a decir que las manipulaciones sobre la Constitución de 1978 nos han metido en un callejón sin salida; Pero parece que Cañizares sigue con el concepto de unidad de España que vivió e impuso el Generalísimo Franco. Y un señor que se lanza a hablar sobre la unidad de España debería como minimo tener una idea de cómo y hasta qué punto poner en práctica esa idea respetando el modo de ser de nuestro país,su historia y su DNI.

    Esas cosas no se las inspira el Altísimo por ciencia infusa a los altos jerarcas de la Iglesia, hay que estudiarlas, reflexionar sobre ellas y madurarlas. Pero uno diría que el señor Cañizares se ha quedado atascado en aquel grito de los años 1936: !Arriba, escuadras, a vencer! Que en España empieza a amanecer.

    No merecee la pena tomar en serio sus opiniones al respecto. Eso sí, es admirable los ropajes y l púrpuras que se viste cuando le toca oficialr de cardenal, podría concursar a algún desfile internacional de la moda medieval…

    O sea, que estaría mucho mejor calladito.

  • olga larrazabal

    No soy española, pero dentro de tu comentario, muy moderado y atinado, hay una frase de aplicación universal de la que discrepo, y quizás sería bueno conversarla.

    Tu dices:” La Religión no es algo privado de las personas porque aceptarlo sería la imposición de un grave recorte de la libertad. No pretendemos un Estado confesional, pero …..”.

    Yo opino que en un estado pluricultural como ya son todos los nuestros, el hecho religioso si es algo privado.  Respetable, digno, lo que tu quieras, pero privado.  Y esto se debe a que en una sociedad laica, lo que se busca, es solucionar los problemas de convivencia y bienestar actuales, usando la reflexión en conjunto para llegar a una solución aquí y ahora y de aquí para adelante y no para atrás, aunque si tomando en cuenta lo que nos sirve de la experiencia histórica, o las emociones históricas que

    aletean en nuestro sub consciente.

    Porque para que funcione una sociedad en democracia, no en monarquía, feudalismo o tiranía tienen que quedar muy claras las obligaciones de todos para con la sociedad y sus límites, como también los beneficios de la vida en común.

    Las religiones, que tradicionalmente lo explicaban todo por revelaciones, y como dijo nuestro amigo Santiago, que no ofrecen la felicidad en este mundo sino en otro, no nos sirven mucho para gobernar y organizarse en un mundo en que ya desde la Declaración de la Independencia de USA en 1776, deja asentado que reconoce el derecho de todos de la “búsqueda de la felicidad” y el que quiere buscar esta felicidad en otro mundo no visible a nuestros sentidos, y bancarse sin chistar exigencias reveladas, no puede imponerle al prójimo su creencia.  Y ni siquiera puede imponerla en privado a su familia  martirizándolos en pro de la santidad, si trasgrede los límites que la sociedad ha ido construyendo en defensa de los más débiles.

    Las creencias  y valores en una república se manifiestan a través de partidos políticos, no del púlpito.  Y la intromisión en la vida ciudadana de Nuncios, Cardenales y Obispos, aunque en lo privado se les tenga aprecio, no es bien vista, por lo menos en mi país, defendiendo posturas que más parecen salidas del feudalismo que de los Evangelios.

    El Cardenal Silva Henriquez participó de la vida ciudadana en tiempos de la dictadura, creando una Vicaría de la Solidaridad compuesta de abogados de primera línea que litigaban en tribunales y exigían cumplir la ley en cuanto a apremios ilegítimos.  Cura rojo lo llamaron, pero se movió lo mejor que pudo dentro de la legalidad que Pinochet decía respetar, pero que no lo hizo.

    Pero si el país está discutiendo una política de salud publica, y mantiene hospitales con subvenciones estatales, debe respetar lo que la ciudadanía y el gobierno aprueben como problema de salud pública y no de moral sexual, por ejemplo, negándose a entregar la píldora del día después.  Así como ciertas sectas protestantes vetan las vacunas y las transfusiones, pero no pueden imponer su criterio a la comunidad.

     

     

     

  • Román Díaz Ayala

    Manteniéndonos en los parámetros cristianos lo que es criticable, y se pone de manifiesto envuelto en la moderación que caracteriza la presente carta, no es la opción política del prelado, sino su identificación con una manera de pensar España que hemos deseado ardientemente durante más de cuarenta años que estuviese desterrada.

    Quienes todavía sostienen y construyen su pensamiento en los fundamentos ideógicos con los que la Dictadura alimentaba a la sociedad no se percatan de que su filosofía se construyó sobre el enfrentamiento, la exclusión y el odio. Sus raíces que construían una única idea de España hacían que un elemento de la identidad española fuese la permanencia a la fe Católica. La unidad era una simbiosis de la política y la fe, en la única casta triunfadora, la de los cristianos. LA IDEOLOGÍA DEL NACIONALCATOLICISMO.

    Quienes consideran que su pervivencia es fruto del actual orden constitucional están equivocado. El movimiento restaurador del Catolicismo Romano tuvo aquí ese eco de confesionalismo alimentado por una determinada derecha política. Mientras la Constitución de 1978 se adecuaba a las democracias europeas aceptando los principios de pluralidad y aconfesionalidad religiosa, valores recogidos en el mandato, se vino haciendo una lectura más interesada que se acentuó a partr de 1996 en favor de las tesis confesionalistas que consideraban la laicidad un mal moral social.

    Todavía recuerdo las palabras machaconas de Juan Antonio Martínez Camino, Secretario General de la Conferencia Episcopal  hace unos años. El hecho religioso ( la identidad del hombre como ser religioso) está en la sociedad, pero el Gobierno ( se refería a Rodríguez  Zapatero) manifiesta tener prejuicios contra el mismo. El programa de un partido no es la Ley de Dios, la sociedad tiene derecho a pronunciase en contra de un proyecto de un Gobierno aunque éste haya ganado las elecciones. los socialistas quieren negar el derecho a la libertad de los padres a educar a sus hijos de acuerdo con sus convicciones morales y religiosas. La Religión no es algo privado de las personas porque aceptarlo sería la imposición de un grave recorte de la libertad. No pretendemos un Estado confesional, pero el Gobierno tampoco puede imponer a la sociedad su visión laicista.

    Quienes quieran seguir  informándose sobre este tema, sugiero la lectura de la entrevista  que María  Antonia Iglesia le hizo a este secretario general y que publicó El País con fecha 20 de diciembre de 2.004 pocos meses después de que los socialistas ganasen las elecciones de aquel año.

    En otras palabras, lo cultural y político  en la defensa de una opción determinada despoja al Sr Cañizares de su condición religiosa.

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