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LA SEMILLA DE LA IGUALDAD 13

¡NO HAY SEÑAL DEL CIELO QUE VALGA!

 TEXTO

8 10 “Se montó en la barca con sus discípulos y fue derecho a la región de Dalmanuta. 11 Salieron unos fariseos y empezaron a discutir con él, exigiéndole, para tentarlo, una señal del cielo. 12 Dando un profundo suspiro, dijo:
– ¡Cómo!, ¿esta gente exige una señal? Os aseguro que a esta gente no se le dará señal.
13 Los dejó, se embarcó de nuevo y se marchó al otro lado” (Mc 8, 10-13).

  • ESTRATEGIA DE LOS FARISEOS

10 “Se montó en la barca con sus discípulos y fue derecho a la región de Dalmanuta.

Marcos inicia la nueva escena centrando el foco principal sobre Jesús, que ha ocupado sitio en la barca junto al grupo de seguidores. Delimita, así, el nuevo espacio con los actores que lo llenan. Habla de voluntades comunes embarcadas en idéntico destino. La barca, como lugar propio de la sociedad alternativa en movimiento, sobresale en primer plano.

La barca no había sido nombrada desde 6, 53. El hecho de que aparezca ahora en la costa extranjera confirma que Marcos no persigue construir una historia, sino aprovechar de ella los datos más sobresalientes para que sus lectores, reflexionando sobre los acontecimientos, tengan la posibilidad de ser dueños de su propia historia.

Marcos prescinde de hacer comentarios respecto a la travesía, sólo se ocupa de destacar la rapidez con que Jesús partió y alcanzó el punto de llegada: “y llegó a la demarcación de Dalmanuta”. Por algún motivo, deja al grupo de discípulos al margen de la acción y hace recaer el peso de ésta exclusivamente sobre nuestro protagonista. Respecto a la supuesta localidad, únicamente mencionada por Marcos, no se conoce ningún dato. Las hipótesis acerca de su identidad y localización son abundantes, lo que revela una dificultad percibida incluso por Mateo, que optó por cambiar Dalmanuta por Magadán: “y llegó a la región de Magadán” (Mt 15, 39).

11 Salieron unos fariseos y empezaron a discutir con él, exigiéndole, para tentarlo, una señal del cielo.

La brevedad en la descripción de los movimientos de Jesús encaja con la manera repentina de dar entrada en escena a los nuevos personajes: “Y aparecieron los fariseos”. Parece que le estuvieran esperando. Marcos va decidido a la acción. No interpone entre la anterior escena y ésta más que lo estrictamente necesario. Prefiere que la comida exuberante de la Decápolis continúe ofreciendo su amplia perspectiva.  

Los nuevos personajes han invadido inesperadamente el escenario. Marcos los nombra en forma absoluta: “los fariseos”. Se diría que estaban todos y no, una representación. Nuestro redactor busca que prevalezca la ideología más que los individuos. Frente al mensaje fuertemente subversivo y universalista exhibido en territorio extranjero surge el inmovilismo institucional. La actitud de los fieles religiosos es claramente provocativa: “y se pusieron a discutir con él”. Sin introducción que aporte alguna explicación respecto a tan acometedora irrupción, la brusquedad del movimiento de los fariseos lleva a pensar en el asunto de los panes. No se aclara el contenido de la discusión. Tan impetuosa embestida sustenta la idea de que la ortodoxia se resiste ante la arrojada decisión de Jesús de repartir también los panes en territorio extranjero. Esta maniobra resultaba insultante y, desde luego, ajena al pensamiento religioso del Antiguo Testamento.

Marcos describe el principal requerimiento de los representantes institucionales: “exigiéndole, para tentarlo, una señal del cielo”. Insiste en el sentido indagatorio de su movimiento. La institución se presenta como instancia suprema que determina la validez o el rechazo de las actuaciones de nuestro protagonista. Él y su praxis son el objeto de las pesquisas.

Los adversarios huyen esta vez del enfrentamiento dialéctico. Están escaldados. De ahí que limiten su requerimiento a la praxis exigiéndole un hecho visible e incontestable que le acredite: “una señal del cielo”.

En la literatura del Antiguo Testamento los hitos históricos en los que Dios interviene para desatascar una situación de difícil salida están marcados por señales que confirman el momento de su actuación. Por lo general, los efectos asociados al signo y la acción suelen ser: salvación y/o castigo. Para los profetas, el instante de su intervención decisiva en la historia vendría precedido de signos que evidenciarían la llegada de esa añorada época de liberación para el pueblo y de castigo para las potencias extranjeras que le hubieran sometido.

Los fariseos reclaman una de esas rotundas señales. Tal exigencia demuestra que ellos no reconocían la praxis de la igualdad como señal de la llegada del tiempo de la abundancia ni, mucho menos, a él como pastor definitivo. Lo contrario hubiera supuesto autoinculparse de la situación de desamparo en que se encontraba el pueblo. Pero lo que resulta del todo inaceptable para los representantes de la institución es el planteamiento universalista de Jesús.

Marcos completa la exposición del envite de los adversarios sacando a flote sus intenciones: “para tentarlo”. Retan a Jesús obligándole a demostrar que su praxis se ajusta a los postulados establecidos por los textos sagrados. La seguridad de los guardianes de la tradición se funda en una cuestión: ¿Cómo podrá homologar su proyecto universalista sin contradecir las tesis fuertemente nacionalistas del Antiguo Testamento? Porque ellos tenían por irrefutable la promesa divina de la preeminencia del pueblo judío sobre el resto de naciones (Is 2,2-4; 66,18-20).

La estrategia de los fariseos estaba a la vista: Por un lado, exigían a Jesús cambiar su planteamiento hacia las tesis avaladas por el Dios del Antiguo Testamento. De no hacerlo, su mensaje perdería toda credibilidad. Y, en cualquier caso, él debía someterse a la sagrada autoridad de ellos, la que les otorgaba plena capacidad para dictaminar respecto a la legitimidad de su discurso.

  • JESÚS PASA DE ELLOS

12 Dando un profundo suspiro, dijo:
   – ¡Cómo!, ¿esta gente exige una señal? Os aseguro que a esta gente no se le dará señal.

Lejos de doblegarse a dichas intenciones, nuestro protagonista intervendrá con su libertad acostumbrada. La falta de lógica de sus oponentes y su endiosada petición (“una señal del cielo”), junto a su obsesión enfermiza por imponer a toda costa la tradición inmovilista cargada de promesas de supremacía política, hizo aparecer en nuestro protagonista un elocuente gesto de desagrado: “Dando un profundo suspiro”, que bien podría traducirse: “Soltando un resoplido”. Marcos quiso dar a entender que a Jesús se le inflaron las narices.

Al aspaviento le acompaña la extrañeza con una mezcla de sensaciones y sentimientos: “¡Cómo!”. Jesús habla de los fariseos sin dirigirse a ningún interlocutor, lo que concuerda con el formato despectivo con que lanza al aire su declaración: “la gente ésta”. Apunta directamente a la actitud inmovilista que eluden comprometerse exigiendo evidencias.

Jesús niega el sentido religioso a la petición de sus oponentes. Omite hablar del cielo. Sin ese tinte, la autoridad de ellos queda mermada. No tienen ningún papel que hacer como intermediarios y árbitros. Únicamente los pueblos están capacitados para legitimar con su satisfacción dicha señal.

Pero los líderes buscan garantizar y afianzar su poder requiriendo una señal “del cielo”. Sus ambiciones tienen como meta la preeminencia judía sobre el resto de naciones. Por tanto, no aceptan como señal la división de los panes para la multitud extranjera. Para nuestro protagonista, en cambio, la coherencia debilita los idearios religiosos. La igualdad no admite privilegios. Una mujer extranjera, ajena al pensamiento religioso judío, la sirofenicia, había dado con la tecla. Ante el argumento de la igualdad las exigencias procedentes de la ambición merecen rechazo: “¡Pero cómo!, ¿la gente ésta pide una señal?”.

La primera reacción de Jesús deriva acto seguido en su contundente respuesta a la reclamación de los fariseos: “Os aseguro que a la gente ésta no se le dará señal”. Pero no se dirige a ellos. No dialoga con los dogmáticos. Sus interlocutores son los que le acompañan en la barca. Habla de los líderes religiosos en tercera persona en un tono desdeñoso. Su llamada de atención previa: “Os aseguro” busca que su réplica no caiga en el olvido. Es absoluta. Les deniega la señal que piden. Nunca la tendrán. Ni de él ni de nadie: “no se les dará señal”.

La señal ya había sido dada con la división de los panes. E incluía a los pueblos extranjeros. La igualdad es el signo definitivo. Su praxis no tiene parangón. Ante ella, los representantes institucionales cierran los ojos. Su visión obcecada por el poder se muestra incapaz de observar la necesidad de los abandonados.

13 Los dejó, se embarcó de nuevo y se marchó al otro lado”

Ni que decir tiene que nuestro protagonista no recurrió al discurso diplomático. Las miradas cruzadas entre él y sus adversarios se transmitieron, sin duda, encontrados sentimientos. Marcos refleja la tirantez del momento al describir con parquedad los movimientos de Jesús: “Los dejó, se embarcó de nuevo y se marchó al otro lado”.

El primero tiene relación con sus oponentes: “los dejó”. Sin mediar palabras ni entrar directamente en polémicas, Jesús se ha dado media vuelta dejándolos; probablemente, con un palmo de narices. No trata de convencer al que se resiste a observar la realidad.

El segundo movimiento repite el que hizo al comiendo de esta escena: “embarcó de nuevo” (v. 10). Ahora no hay mención de la barca. El espacio de la sociedad alternativa nada tiene que ver con aquél donde se desenvuelve el nacionalismo. La estrategia de Jesús no coincide con la del poder; se distingue por la generosidad que sacia.

El último movimiento describe su determinación de distanciarse de los núcleos donde imperan los idearios religiosos y nacionalistas. Resulta imposible sintonizar con ellos salvo renunciando a la libertad. Se sitúan en el polo opuesto de la sociedad alternativa. De ahí que Marcos escogiera para indicar el destino elegido una expresión conocida (Mc 4, 35; 5, 1.21; 6, 45) por los lectores: “al otro lado”. Ese otro lado designa el escenario antagónico al del dogmatismo y la cerrazón; el espacio donde es posible hallar personas abiertas a la igualdad, como la mujer sirofenicia.

14 comentarios

  • Salvador Santos

    (Sigue a la entrada anterior)
     
    Marcos tuvo posibilidad de usar otros géneros literarios. Pudo haber optado por la biografía. Pero no mostró interés por datos biográficos relacionados con Jesús. Tuvo a su alcance el género epistolar. Huyó, sin embargo, de largos discursos. Pudo recurrir a la literatura apocalíptica, aunque no fue partidario de misterios, ni amigo de metas inalcanzables.   
     
    Prefirió un formato narrativo en el que volcó la praxis de Jesús, su mensaje, los momentos más determinantes de su vida, su pedagogía con los discípulos, su enseñanza a la multitud, la denuncia del fraude al pueblo por parte de todas las instancias del poder y el ineludible enfrentamiento con las autoridades públicas que le costó la vida. Marcos conjugó esos elementos con personajes, situaciones y acciones representativas para conformar un relato pedagógico que invita a salir de la neutralidad bien optando a favor de adherirse a la propuesta de sociedad alternativa o bien acomodándose al sistema establecido.
     
    Marcos arranca de la historia y termina en la historia. Jesús es el hombre que, dedicado a la construcción en su aldea de Nazaret, no consideró que había que esperar a la intervención de Dios para dar un giro radical a las cosas, ni se dejó convencer por los que emprendieron el camino de la violencia a la conquista del poder. Pensó que la mejor manera de alcanzar la meta de la utopía era comenzar a hacerla. Para Jesús como para Marcos, el objetivo se alcanza al principio del camino. Objetivo y camino se identifican. Para conquistar la justicia universal no hay mejor vía que empezar a construirla.
     
    El Galileo constituyó un grupo como forma de dar realidad a su proyecto. No se trataba de un grupo cerrado, sino abierto. No diseñó un colectivo de privilegiados. Con un formato social (Doce), los adheridos a su propuesta son sencillamente integrantes de un proyecto vital al servicio de sus auténticos destinatarios: los abandonados.
     
    Resulta fácil la manipulación del evangelio. Se hace incluso inconscientemente usándolo como arma arrojadiza o como escudo protector. Es la mejor forma de estropearlo e inutilizar su grandiosa energía. Un ejemplo cercano:
     
    El domingo que el Papa asiste al ceremonial del famoso templo de Barcelona, se lee (se canta, ¡horror!) el relato de Zaqueo (Lc 19,1-10). Copio los versículos 8 y 9:
     
    “Zaqueo… …le dijo:
    La mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres, y si a alguien he extorsionado dinero, se lo restituiré cuatro veces.
    Jesús le contestó:
    Hoy ha llegado la salvación a esta casa…”
     
    ¿Por qué no se proclama que la salvación no se produce después de la muerte? ¿Por qué no se afirma que la salvación es histórica y tiene que ver con el dinero y la restitución a los pobres de sus bienes y su dignidad? ¿No tiene este relato mucho que decir respecto a las causas y los causantes de la crisis financiera? ¿No guarda una relación directa con el expolio histórico a los países pobres? ¿Por qué se oculta lo que el mismo Jesús afirma: “Hoy ha llegado la salvación…”? La salvación de la que habla Jesús no pertenece a la esfera espiritual; tiene que ver con devolución económica y la rehabilitación de la dignidad de los insignificantes.
     
    Con La semilla de la igualdad he pretendido prestar una modesta ayuda a los que desean aprender a leer el mensaje del Galileo. Y, de manera especial, animar a que se constituyan grupos modestos que actúen y se presenten como alternativa de sociedad. Para lograrlo, basta iniciar la andadura. No hay un modelo establecido, ni requiere estar homologado por institución alguna. Eso fue lo que pretendieron los religiosos con Jesús: homologar su praxis para someterlo a su control. El texto de Marcos es claro: Únicamente la praxis de la igualdad será el signo que determine la autenticidad de tales grupos.
     
    ¿No será el partir y dar los panes el verdadero y único sacramento, el que debe identificar al grupo llamado cristiano?         
     
    Gracias Gabriel por tu información. La leí. Entré también en ña página de Amerindia.
     
    Un abrazo a todos.

  • Salvador Santos

    Me parece que estás en lo cierto, ina: Jesús se dirige a los discípulos cuando asegura de los religiosos: “a la gente ésta no se le dará señal”.  La división-distribución de los panes es el acontecimiento a leer. La actualidad de ese mensaje resulta evidente, como bien afirma María Pilar y M. Luisa: Solo la saciedad de los abandonados determina la autenticidad y el valor de un proyecto para la humanidad. La sobreabundancia como evidencia de la saciedad será la lección a aprender por los  discípulos. Lo veremos en la narración que analizaremos la próxima semana (Mc 8, 14-22).
     
    En su relato paralelo, Mateo incorpora otros elementos al texto de Marcos (Mt 16,1-4). Ahí Jesús se enfrenta directamente a fariseos y saduceos. Los acusa  de que interpretan los signos de la naturaleza, pero  esconden la cabeza ante las señales históricas. Mateo introduce una salvedad en la rotunda afirmación de Marcos: “Pues señal no se le dará excepto la señal de Jonás”. La exigencia a Jesús de una señal demostrativa del valor de su propuesta está atestiguado en diferentes lugares de los sinópticos (Mt 12,38ss.; 16,1-4; Lc 11,16.29). La alusión a Jonás responde a una tradición ajena a Marcos.
     
    Algo sobre el libro de Jonás (Se puede leer en menos de diez minutos):
     
    El libro de Jonás es una narración escrita entre el 400 y el 200 antes de nuestra era que tiene como personaje central a Jonás, un profeta que vivió en tiempos del rey de Israel Jeroboán II (783-743) /(II Re 14.25). Jonás hizo lo contrario que solían hacer los profetas; huyó de su misión. Se sintió responsable de un encargo insólito. Su cometido se dirigía no al pueblo de Israel, sino a Nínive, un pueblo extranjero. Buscaba su arrepentimiento. La aceptación del proyecto de Jesús por parte de los extranjeros se comparó con el arrepentimiento del pueblo de Nínive a raíz de la acción de Jonás. De ahí que la ficción de la estancia de Jonás dentro de la ballena y su posterior salida de sus entrañas se usara como figura alusiva al triunfo de la vida sobre la muerte: el signo supremo que acredita el proyecto del Galileo. Marcos, más cercano a los acontecimientos, se queda,  a diferencia de Mateo, con el desplante de Jesús a los religiosos, que no saben interpretar la praxis de la igualdad como el signo definitivo.
     
    Este texto de Marcos no tiene relación alguna con el episodio de Jn 7,53–8, 11.
    .
    Para no hacer esto muy largo, lo dejo aquí y continúo en otra entrada.

  • M. Luisa

    Bien, Oscar, valorando la diferencia que existe entre asumir y aminar ahora entiendo mejor tu enfoque. Pero hay que ver lo complicado que me lo pones,  porque ahora he de pensar el problema en dirección contraria. Veré si lo resuelvo… Gracias por atenderme

  • oscar varela

    Hola M Luisa!
     
    ¿Qué tal? ¿Cómo andas de tiempo? ¿A las corridas?
    Te recomiendo jubilarte y “hacer poco y nada” … como me pasa a mí:
    Soy un “vago” y no me quejo. No es gratis ni infuso “ser vago”. Hay que aprenderlo.
    ··············
    Ortega, solía “pasear” por Buenos Aires. Se iba a la zona Oeste. A Villa Devoto.
    Su preferencia la explica en “Balada de los barrios distantes”.
    Allí, en los Barrios, la vida amaina su febrilidad retomando el ritmo pastoril.
    En cambio, “pasear” por la céntrica salle Florida solo o con Máximo Etchecopar;
    más que paseo era un continuo esquive de empujones y codazos.
    Definía a Buenos Aires como “factoría”. Transitoria. Porque su esencia estaba en “los barrios distantes”.
    ···············
    EXCURSUS: ¿no te parece hermoso este verbo: “AMAINAR”?
     
    1) No sé si a Salvador Santos le parecerá adecuando su uso en Mc. 4,39: cuando Jesús, con su sola presencia, amaina la tempestad.
     
    2) Un conocido Tango empieza su Letra con ese verbo: amainar.  Nada más, y nada menos, que el que va a definir la estampa del “porteño argentino”; de ese que “está solo y espera” –como lo pintará en su afamado librito Scalabrini Ortiz.
    Me refiero al Tango CORRIENTES Y ESMERALDA con letra de Celedonio Esteban Flores y música de Francisco Nicolás Pracánico que dice así:
     
    – “Amainaron guapos junto a tus ochavas
    cuando un cajetilla los calzó de cross,
    y te dieron lustre las patotas bravas
    allá por el año… novecientos dos… “-
     
    En este caso no era Jesús el héroe del frenazo boxístico a la turbulencia patotera,
    sino el tío abuelo de un amigo mío, iniciador de la Aeronáutica argentina: Jorge Newbery.
     
    3) las “técnicas” de la llamada “espiritualidad” –maestra Oriental- ¿no consisten en “amainar”?
    ···············
    La Tempestad, el Patoterismo, LA DIFICULTAD, en fin, son el PRE-JUICIO, son EL PROBLEMA.
     
    Mi “preferencia”:
    No es a los Pre-juicios,
    Sino a su asumisión; a aminar-los.
     
    ¿Ok? ¿Te parece?
     
    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • M. Luisa

    A modo de ocurrencia y sin pretender enmendar la plana a nadie yo diría que si concedemos preferencia a nuestros prejuicios cómo vamos a hacer frente a la realidad? De acuerdo que venimos de una filosofía que explicaba la realidad antes de comprenderla,   de ahí todo el valor que Ortega concede a la actitud natural expresada en lo que él llama ejecutividad,  pero  en su apotegma “yo soy yo y mis circunstancias y si no las salvo a ellas no me salvo yo” No me cabe la menos duda  que Ortega pensaba  que  para salvarlas  habría   que   despojarse de todo prejuicio. Son dos planos el primero el propio de la vida en el que hay dos polos el yo y las circunstancias. Sin embargo él  no se queda ahí ha de elevarse   al segundo plano al de la razón que él llama “razón  vital” en ese plano entiendo  es donde se avanza pertrechados de autonomía.

  • oscar varela

    Hola!
     
    Salvador Santos, al comenzar estas “notas exegéticas”, nos alertaba de la exigencia de
    “despojarse de prejuicios y avanzar pertrechados de autonomía”.
     
    La cosa se entiende bien, pero prefiero la asumisión al despojo. Creo haberlo dicho antes.
     
    Lo que más me importa de mis “pre-juicios”
    no es “despojarme” de ellos (siempre volverían redivivos = fantasmagóricos);
    sino “darme cuenta” y “hacerme cargo” de ellos (me servirían libremente).
    ·············
    Analizar el “escrito” de Marcos como un “escrito” me parece un buen paso.
    Porque me des-ayuna de lo habitual consabido:
    * Jesús = “sábelo-puédelo TODO”
    * Mensaje = “amoramoramor¡¡¡Mmm – Chuic, chuic, chuic – todos nos queremos muuuchooo!!!
    ··············
    El valor de un “ESCRITO” (de un LIBRO) consiste en que tenga:
     
    1º) Un PROBLEMA
    y
    2º) Un ESTILO.
     
    Si no tiene Estilo:        es sólo un BORRADOR.
    Si no tiene Problema:  es mero PAPEL IMPRESO.
     
    Con las notas exegéticas de Salvador Santos accedemos al “Escrito” de Marcos;
    y logramos modificar los “pre-juicios” asumidos.
    ··············
    Por ejemplo:
    El “escrito” de Marcos es un “constructo” literario.
     
    [NOTA: excede el blog mostrar mi convicción de que “NADA” hay “humano” que no sea un “constructo”.]
    ················· 
    El PROBLEMA que tiene entremanos es el “por qué” y “para qué” escribe = Jesús, fundador de una Sociedad Alternativa de Igualdad.
    .
    El ESTILO se asimila al “arte escénico
     
    [Pregunta: ¿podrá Salvador indicarnos cuáles “estilos” había vigentes en ese tiempo y lugar; y por qué Marcos habría preferido el que eligió?
    ·············
    El mismo Santos en su “escrito” (estilo “nota exegética”) se hace cargo del estilo escenográfico de Marcos;
    si nos fijamos un poco, Jesús tiene un “apellido”; lo llama: “NUESTRO PROTAGONISTA”,
    y el mundo-ambiente de su vocabulario está preñado de voces del arte escénico-teatral:
    (escena – escenario – personajes – protagonismo – guiones de diálogos – pasiones – sentimientos – gestos – decorados …
    ·············
    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • M. Luisa

    Pienso, Oscar,  que es la inespecificidad de lo real lo que refluye no el contenido específico. Así,  la paternidad  a la que haces referencia adquiere valor  trascendental y no se limita  a la mera talidad del padre  haciéndose por tanto   transversal también a la talidad de madre.

  • M. Luisa

    Sorprendentemente   la cosa sigue estando inmadura  porque si los  fariseos  de entonces  pedían señales y los de ahora,  siguen en su institución,  instalados, aferrados  en la predicación legalista más que en la praxis  ello quiere decir que aún estamos lejos de ver en ella su significado real. Cómo iba a ajustarse la praxis de Jesús a los postulados legalistas de la tradición judía?
     
    El estudio de las religiones indica que éstas no son en principio legalistas, la de Israel debió tomar  ese carácter a consecuencia de la diáspora. Prevaleció ésta faceta  frente a la carismática que Jesús venía a restituir. De ahí su enfado!  Frente a la dimensión de realidad que proyectaba   su praxis   ellos  pretendían  convertirla en meros signos objetivos  susceptibles a ser sometidos. Persiste la cerrazón. Entre la cerrazón y la obertura media la alteridad que es lo que da dimensionalidad al  sentir humano para que éste realice el carisma que le es propio. Se realiza así un primer acto de liberación que rompe con toda especificación,  por eso  los fariseos se resistían a escuchar la realidad  para así  poder  seguir  manejándola. El espacio de la sociedad alternativa es inespecífico  porque precisamente Jesús   se movía en la realidad siempre  buscando   lo óptimo de ella.
     
    Un cordial saludo

  • oscar varela

    Hola!
     
    Prenotanda (un tanto aburrida):
     
    La interpretación de un Texto escrito, estimo que se facilita
    cuando el lector-intérprete es también “escritor”.
     
    Poco a poco –aunque a “duras penas”- la Antropología va descubriendo y haciéndose cargo de que
    toda “función servicial” en los organismos vivos
    [¿por qué no también en “todo” conjunto considerado?]
    no se conforma con ser “instrumental”,
    sino que además va con-creando un “re-curso” (una verdadera retro-alimentación del conjunto),
    al que, precisamente, se puede “re-currir” sin tener que –cada vez- empezar de nuevo.
     
    Esa “acumulación” más o menos ordenada de “re-corridos”
    es lo que constituye al sujeto; es su historia.
    ··············
    NOTAS:
    1ª) creo recordar un texto bíblico que lo dice vigorosamente cuando habla de alguien que ha terminado su vida, diciendo de él:  “sus obras le siguen”.
     
    2ª) en lenguaje filosófico habría que recordar lo que los filósofos al uso olvidan o ni siquiera se han dado cuenta:
    que al hablar de “género y especie”, la “especificación” modifica al género dando lugar a una nueva “especie”;
    pero que también esa misma “especificación” refluye sobre el “género” modificándolo a su vez. Ese “género” ya no será el mismo de antes. (la especificación “paternidad” no sólo produce al hijo; sino que refluye sobre ese hombre haciéndolo “padre”)
    ··············
    Valga todo este bochinche para atisbar en Salvador Santos una cualidad acertiva en sus exégesis
    debido a que él, al igual que Marcos, se han tenido que “situarse” de la misma manera: como “escritores”.
     
    Porque “escribir” –como todo “oficio”- exige específicas posturas de ánimo,
    que no le son exigidas al mero “leer”…
    … salvo cuando el Texto escrito es una “Proclama” con intenciones seductoras de seguimiento.
    Que ese habrá sido el caso de “Marco-Escritor”;
    Y posiblemente el del mismo Salvador-Escritor” acá en Atrio.org. ¿o no?
    ············
    El mero Lector se va dejando llevar por el Texto.
    Pero sólo en la medida en que el Lector se va acercando a ser también Escritor,
    es cuando su atención no queda acaparada por el Texto
    sino que éste “vive” en la plena y multípara cuenca del Con-Texto.
     
    Sólo así me explico que analizando Salvador este juego escénico de la “Bronca”,
    en donde es Tema la existencia (o no) de una Señal
    la tal Señal es negada para “esta gente” (en el Texto) …
    … y sin embargo Salvador dice que la señal está afirmada en “el pueblo satisfecho”;
    precisamente porque un Escritor –del modo que sea-  no puede serlo sin el latir del Con-Texto argumental del Conjunto: Acá es la División de los Panes (que en este Texto (Mc. 8, 10-13) no pareciera cortar ni pinchar.
    ···············
    Apartándome un poco de Marcos, pero no del Tema de la Señal, tendría que preguntar:
    * ¿por qué –no sé quién- dice que la Señal es la de Jonás?
     
    En cuanto al Tema d la “Bronca” preguntaría:
    * ¿tiene relación con el extraño y dos veces insistido gesto de Jesús en Jn. 8, 6 y 8 (agacharse a escribir en el suelo)?
     
    Dicho bien clarito en lenguaje de Obra:
    -“estos tipos me tienen las bolas por el suelo”.
    ············
    Dicha la guarangada que me humilla …
    es el momento de ¡Irme todavía! – Oscar.

  • mªpilar garcía

    ¿Nos les suenan hoy también, luchas como aquellas? ¿Ahí esta la reacción de Jesús?
     
    ¡Hoy sucedería lo mismo!
     
    “El último movimiento describe su determinación de distanciarse de los núcleos donde imperan los idearios religiosos y nacionalistas. Resulta imposible sintonizar con ellos salvo renunciando a la libertad.
    Se sitúan en el polo opuesto de la sociedad alternativa.”
     
    Parece que hemos avanzado poco… aunque se mueven vientos favorables.
    mª pilar

  • ina

    Buenas tardes:
    En mi absoluta ignorancia y depués de releer el texto:
    ¿No suena más a un aviso a sus propia filas que a los fariseos?
    Las primeras comunidades confiaban en la vuelta del Jesús victorioso. ¿No estará llamando fariseos a los que planteaban dudas a la comunidad porque dicha vuelta no se producía?

  • Luciano Vazquez

    Estimado Salvador
    Nunca comento estos articulos tuyos, eso no quiere decir que no los lea, más dire, hago copias de lo que escribes y los leo amenamente. Quizas al estar comentando a adultos El evangelio de Marcos en la lectura creyente de la palabra, hace que muchos de tus comentarios de un modo u otro, ya los tenga a través de otros escritores, pero los tuyos tambien entran y se conservarán en mi biblioteca para charlas y comentarios.
    Agradecerte este trabajo que compartes con todos nosotros y asegurarte que tus palabras se multiplican.
    Paz para todos

  • Gabriel Sánchez

    error donde dice excegesis, debe decir
    Exégesis

  • Gabriel Sánchez

    Excelente Salvador, tu excegesis, que habla más de la incomprensión de sus discipulos, que de los fariseos mismos, ellos son como bien dices la mentalidad…que priorioriza la La Ley, el poder, el Templo, la liturgia  y sacraliza como presencia de Dios, descalificandola en otros…los pueblos paganos, y entonces Jesús parece contraponer el proyecto del Reino, que los hace pueblo de Dios, en estos días la gente linda de Amerindia en la Red…www.amerindiaenlared
    nos han hecho llegar un entrañable material que nos parece muy a proposito para concretizar dos proyectos que allí se oponen, el de Jesús y el de los discipulos y los fariseos…si me permites te lo pego, porque para mi forma parte de un verdadero pentecostes acaecido en el siglo XX…

     
    El pacto de las catacumbas: una Iglesia servidora y pobre
    Nosotros, obispos, reunidos en el Concilio Vaticano II, conscientes de las deficiencias de nuestra vida de pobreza según el evangelio; motivados los unos por los otros en una iniciativa en la que cada uno de nosotros ha evitado el sobresalir y la presunción; unidos a todos nuestros hermanos en el episcopado; contando, sobre todo, con la gracia y la fuerza de nuestro Señor Jesucristo, con la oración de los fieles y de los sacerdotes de nuestras respectivas diócesis; poniéndonos con el pensamiento y con la oración ante la Trinidad, ante la Iglesia de Cristo y ante los sacerdotes y los fieles de nuestras diócesis, con humildad y con conciencia de nuestra flaqueza, pero también con toda la determinación y toda la fuerza que Dios nos quiere dar como gracia suya, nos comprometemos a lo que sigue:
    1. Procuraremos vivir según el modo ordinario de nuestra población en lo que toca a casa, comida, medios de locomoción, y a todo lo que de ahí se desprende. Cfr. Mt 5, 3; 6, 33s;  8-20.
    2. Renunciamos para siempre a la apariencia y la realidad de la riqueza, especialmente en el vestir (ricas vestimentas, colores llamativos) y en símbolos de metales preciosos (esos signos deben ser, ciertamente, evangélicos). Cfr. Mc 6, 9; Mt 10, 9s; Hech 3, 6. Ni oro ni plata.
    3. No poseeremos bienes muebles ni inmuebles, ni tendremos cuentas en el banco, etc, a nombre propio; y, si es necesario poseer algo, pondremos todo a nombre de la diócesis, o de las obras sociales o caritativas. Cfr. Mt 6, 19-21; Lc 12, 33s.
    4. En cuanto sea posible confiaremos la gestión financiera y material de nuestra diócesis a una comisión de laicos competentes y conscientes de su papel apostólico, para ser menos administradores y más pastores y apóstoles. Cfr. Mt 10, 8; Hech 6, 1-7.
    5. Rechazamos que verbalmente o por escrito nos llamen con nombres y títulos que expresen grandeza y poder (Eminencia, Excelencia, Monseñor…). Preferimos que nos llamen con el nombre evangélico de Padre. Cfr. Mt 20, 25-28; 23, 6-11; Jn 13, 12-15.
    6. En nuestro comportamiento y relaciones sociales evitaremos todo lo que pueda parecer concesión de privilegios, primacía o incluso preferencia a los ricos y a los poderosos (por ejemplo en banquetes ofrecidos o aceptados, en servicios religiosos). Cfr. Lc 13, 12-14; 1 Cor 9, 14-19.
    7. Igualmente evitaremos propiciar o adular la vanidad de quien quiera que sea, al recompensar o solicitar ayudas, o por cualquier otra razón. Invitaremos a nuestros fieles a que consideren sus dádivas como una participación normal en el culto, en el apostolado y en la acción social. Cfr. Mt 6, 2-4; Lc 15, 9-13; 2 Cor 12, 4.
    8. Daremos todo lo que sea necesario de nuestro tiempo, reflexión, corazón, medios, etc. al servicio apostólico y pastoral de las personas y de los grupos trabajadores y económicamente débiles y subdesarrollados, sin que eso perjudique a otras personas y grupos de la diócesis.
    Apoyaremos a los laicos, religiosos, diáconos o sacerdotes que el Señor llama a evangelizar a los pobres y trabajadores, compartiendo su vida y el trabajo. Cfr. Lc 4, 18s; Mc 6, 4; Mt 11, 4s; Hech 18, 3s; 20, 33-35; 1 Cor 4, 12 y 9, 1-27.
    9. Conscientes de las exigencias de la justicia y de la caridad, y de sus mutuas relaciones, procuraremos transformar las obras de beneficencia en obras sociales basadas en la caridad y en la justicia, que tengan en cuenta a todos y a todas, como un humilde servicio a los organismos públicos competentes. Cfr. Mt 25, 31-46; Lc 13, 12-14 y 33s.
    10. Haremos todo lo posible para que los responsables de nuestro gobierno y de nuestros servicios públicos decidan y pongan en práctica las leyes, estructuras e instituciones sociales que son necesarias para la justicia, la igualdad y el desarrollo armónico y total de todo el hombre y de todos los hombres, y, así, para el advenimiento de un orden social, nuevo, digno de hijos de hombres y de hijos de Dios. Cfr. Hech 2, 44s; 4, 32-35; 5, 4; 2 Cor 8 y 9; 1 Tim 5, 16.
    11. Porque la colegialidad de los obispos encuentra su más plena realización evangélica en el servicio en común a las mayorías en miseria física cultural y moral -dos tercios de la humanidad- nos comprometemos:
        * a compartir, según nuestras posibilidades, en los proyectos urgentes de los episcopados de las naciones pobres;
        * a pedir juntos, al nivel de organismos internacionales, dando siempre testimonio del evangelio, como lo hizo el papa Pablo VI en las Naciones Unidas, la adopción de estructuras económicas y culturales que no fabriquen naciones pobres en un mundo cada vez más rico, sino que permitan que las mayorías pobres salgan de su miseria.
    12. Nos comprometemos a compartir nuestra vida, en caridad pastoral, con nuestros hermanos en Cristo, sacerdotes, religiosos y laicos, para que nuestro ministerio constituya un verdadero servicio. Así,
        * nos esforzaremos para “revisar nuestra vida” con ellos;
        * buscaremos colaboradores para poder ser más animadores según el Espíritu que jefes según el mundo;
        * procuraremos hacernos lo más humanamente posible presentes, ser acogedores;
        * nos mostraremos abiertos a todos, sea cual fuere su religión. Cfr. Mc 8, 34s; Hech 6, 1-7; 1 Tim 3, 8-10.
    13. Cuando regresemos a nuestras diócesis daremos a conocer estas resoluciones a nuestros diocesanos, pidiéndoles que nos ayuden con su comprensión, su colaboración y sus oraciones.
     
    Que Dios nos ayude a ser fieles
     
     

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