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Creer lo que no vimos

José se presenta hoy como autor y presiento que será una de las principales columnas en que se sostenga el ATRIO del futuro. Tiene 24 años, es médico en prácticas de psiquiatría. Se ha ido presentando él mismo en ATRIO en las últimas semanas, manifestando que supo de la afición que su abuelo Javier Thompson, quien llegó escribir un artículo aquí poco antes de morir. ¡Gracias, José! AD.

               Creer lo que no vimos? Creer lo que no vimos, no! sino crear lo que no vemos. Crear lo que no vemos, sí, crearlo, y vivirlo, y consumirlo, y volverlo a crear y consumirlo de nuevo viviéndolo otra vez, para otra vez crearlo… y así; en incesante torbellino vital. Esto es fe viva, porque la vida es continua creación y consunción continua, y, por lo tanto, muerte incesante. ¿Crees acaso que vivirías si a cada momento no murieses?”. Miguel de Unamuno.

               La fe es un concepto que ha sido objeto de debate y reflexión a lo largo de la historia de la humanidad. Es un tema que ha sido abordado desde diferentes perspectivas, tanto religiosas como filosóficas, y ha sido una fuente de inspiración y consuelo para muchas personas. La fe se puede definir como la creencia en algo que no se puede demostrar de manera empírica o científica. Es una confianza profunda en algo o alguien, ya sea en un poder superior, en uno mismo o en un propósito más grande en la vida. La fe implica una entrega total y una creencia inquebrantable en algo que va más allá de lo tangible.

        La fe puede ser una fuerza poderosa que nos impulsa a seguir adelante en momentos de dificultad y desafío. Nos da la fortaleza para superar obstáculos y nos da esperanza cuando todo parece perdido. La fe nos ayuda a encontrar un significado y propósito en la vida, y nos da la confianza para enfrentar los desafíos con valentía y determinación.

        Puede brindar la certeza de que no están solos en este mundo y que hay algo más allá de nuestra existencia terrenal. También puede conéctanos con algo más grande que nosotros mismos y nos da la sensación de pertenencia y conexión con el universo. Puede ser fundamental en la experiencia humana y puede tener un impacto profundo en nuestras vidas e inspirarnos para ser mejores personas.

        Sin embargo, la fe también puede ser un tema controvertido y puede generar divisiones y conflictos. Las diferentes creencias religiosas y filosóficas pueden chocar entre sí, y la fe puede ser utilizada como una herramienta para justificar acciones negativas o intolerantes.

        En última instancia, la fe es una elección personal. Cada individuo tiene la libertad de decidir en qué creer y cómo vivir su vida. La fe puede ser una guía poderosa y una fuente de fortaleza, pero también es importante mantener una mente abierta y respetar las creencias de los demás. La fe es un viaje personal y único, y cada uno de nosotros tiene la capacidad de encontrar nuestra propia verdad y significado en la vida.

        Pero en qué tenemos fe, he ahí la pregunta. Evidentemente, una persona no cree en lo que sostiene una determinada filosofía o religión porque posea determinadas razones, sino que cree en la medida en que interioriza una visión filosófica o religiosa de la existencia humana. En realidad en filosofía, como en ciencia, la fe no tiene valor para defender algo, nos solemos amparar más en la razón, pues parece que esta no nos obliga a creer en planteamientos no empíricos. La fe es un asentimiento subjetivamente suficiente, pero objetivamente insuficiente. La razón es un asentimiento subjetivo pero objetivamente suficiente. Ese asentimiento crea un conocimiento nuevo en la mente, un acto de voluntad ante algo que no es evidente en sí mismo.

      La ciencia nos dice que nuestra experiencia fenomenológica es resultado de un proceso evolutivo posibilitado por la ontología primordial de la materia, ya que de ella surgió la vida. Pero ¿es la Materia la esencia constitutiva de la realidad material, tiene una estructura constitutiva, y por tanto es por esta estructura por lo que la materia es principio de todas las notas constitucionales de la realidad material?

        Realidad es el modo de ser «en propio», dentro de la aprehensión misma. «En propio» significa que pertenece a lo aprehendido, por tanto, aún antes de la aprehensión misma (prius)” Zubiri, “Inteligencia y logos”.

        La creación del mundo es un tema que ha despertado la curiosidad y la imaginación de las personas a lo largo de la historia. A través de diferentes mitos y teorías, las culturas han intentado dar respuesta a preguntas fundamentales sobre el origen de la vida y el universo. Comprender estas teorías nos permite reflexionar sobre nuestra existencia y nuestra relación con el mundo que nos rodea. Diferentes culturas y religiones han desarrollado sus propias teorías y mitos sobre la creación del mundo. Por ejemplo, la teoría del Big Bang es ampliamente aceptada en la comunidad científica y explica cómo el universo se originó a partir de una gran explosión. Por otro lado, el mito de la creación del mundo según la religión cristiana narra cómo Dios creó el mundo en seis días y descansó en el séptimo. Estos mitos y teorías nos permiten comprender cómo diferentes culturas han intentado dar respuesta a preguntas fundamentales sobre nuestra existencia.

        Nuestro universo parece perfeccionado para que exista vida. Las partículas fundamentales creadas en el Big Bang tenían las propiedades adecuadas para permitir la formación de hidrógeno y deuterio, sustancias que produjeron las primeras estrellas. ¿Cómo es posible que todas las leyes de la física y parámetros en el universo tuvieran los valores que permitieron que las estrellas, los planetas y, en última instancia, la vida, se desarrollaran? Existe un dios que creó las condiciones favorables, pero Dios no es una explicación científica válida. La teoría del multiverso puede resolver el misterio porque permite que diferentes universos tengan diferentes leyes de la física, pero también Dios pudiera haber creado el multiverso. Dios pueda estar “sujeto” a las leyes de la física, que también gobiernan la química y la biología y, por consiguiente la medicina. Y cómo entender que ese pequeño mundo de átomos y partículas conocida como mecánica cuántica, sea más rápida que la velocidad de la luz, una lluvia de partículas entrelazadas, transfiriendo información cuántica de un lado para otro, y ocupando así muchos lugares al mismo tiempo, Incluso varios universos al mismo tiempo. La ciencia requiere pruebas, la creencias precisa fe. Pero aunque Los científicos descubran nuevos universos, cualquier cosmos puede ser entendido como coherente con Dios. Los mitos y teorías sobre el origen del universo nos permiten reflexionar sobre nuestra existencia y nuestro lugar en el mundo. Y pienso que tanto la ciencia como la espiritualidad son importantes para comprender este tema, ya que nos brindan diferentes enfoques y nos invitan a reflexionar sobre el significado trascendental de nuestra existencia. Tenemos la opción de creer en teorías basadas en la ciencia, demostrables hasta cierto punto, o en aquellas nada demostrables que nos inspira la fe religiosa.

        La voluntad es el elemento imprescindible en la fe, se trata de actuar tomando por cierta la veracidad de ciertas ideas para las que no existe una adecuada contrastación empírica. En creer hay un deseo de que se confirme esa creencia. Yo, por ejemplo, creo que nuestras sociedades serán más justas, la tecnología, la racionalidad y el deseo de justicia abrirán oportunidades de que así sea, no tengo la seguridad que así sea, pero hay factores para ser optimistas, además actúo con mi compromiso personal de contribuir a ello y el deseo de no errar. Los seres humanos podemos y debemos ser mejores, sin deuda con disparidades y divergencias, es lo que ha pasado hasta ahora, seguramente yo no lo alcanzaré a ver. Si hemos superado las quebrantos del neolítico, el feudalismo medieval, la esclavitud de siglos, el capitalismo cruel e inhumano, y creo que superaremos el capitalismo irracional y materialista de nuestra época, sustituyéndolo la irracionadad del mismo por una ética más humanizada.

        Creo que en la estela inmediata de todo gran sueño, que aporta un alimento esencial al alma hambrienta, la “voz del hambre” está muy presente, ¡el crío berrea bien! Sin embargo, si es tan raro que el sueño que se apresura a callar haga “diana”, es porque hay alguien (el perentorio “diablillo” del que hablaba, alias “la voz de la razón”) que se apresura a callar al gritón hambriento. Dicho de otra forma: hay una “llave” del sueño, al alcance de la mano pero la mano, en vez de cogerla para usarla como se debe, la tira a la chatarra (como algo ridículo e inservible para lo que se desea…). Hecho esto, nos rascamos la cabeza y decimos: ¡¿qué querrá decir este sueño tan distinto que acabo de tener?! Y si nos queda tiempo, vamos a hojear un libro sobre los sueños, o vamos a hablar con nuestro psicoanalista…

        Lo que ha faltado, es el acto de fe. Una fe en algo de lo más delicado, casi imperceptible, hasta el punto de parecer totalmente ridículo. Pues ese “gritón” del que hablaba, el alma enclenque, enferma, ignorada “grita” en voz baja. La voz de alguien que bien sabe que jamás será escuchada. Se le oye, pero jamás se le escucha, de lo ocupado que se está en hacerla callar cuanto antes. Ignoro si el relato naíf y sin maquillaje de mi propia experiencia te ayudar a (o ayudará a alguien) a “dar el salto”, a entrar en alguno de tus grandes sueños. Lo que sí es que en ausencia del acto de fe del que hablaba, ninguna técnica auxiliar (diccionario, método, analista) te será de la menor ayuda. Aunque el Soñador o Dios en persona viniera a explicarte largo y tendido el sentido del sueño, secundando con el lenguaje de las palabras el lenguaje del sueño que rechazas, eso no te serviría de nada. Dirías: “Sí, ¡qué interesante! ¡Maravilloso!”, y te entraría por una oreja para salir por la otra. La oreja espiritual quiero decir, que es la única que cuenta aquí. No es una cuestión de conceptos que la razón reúne y la memoria retiene.

        Está tan lejos de eso como el juego amoroso lo está de un tratado de ginecología, o como el perfume de la mujer amada, o de una flor que aspiras, lo está de la fórmula química que pretende “describirlo”. Dicho de otro modo: el acto decisivo, el acto de fe, no es un acto intelectual, sino acto y expresión de una voluntad espiritual: la voluntad del crío hambriento, de mamar de verdad en el pecho que se le ofrece. Pues, aunque parezca extraño, por más hambre que el alma tenga, hay una fuerza aún más fuerte que le impide mamar, e incluso siquiera querer mamar. Como un chiquillo desgraciado, quizá, que hubiera visto demasiado y que, aunque esté muy hambriento, no se atreviera ya a escuchar y seguir la voz de su hambre. Además eso existe realmente lactantes hambrientos y enclenques, que prefieren dejarse morir antes que mamar. Lo raro es que el alma de todos o casi todos esté en ese estado (y no soy una excepción). Con la diferencia sólo de que el alma, esa gran Invisible, tiene la piel tan dura ¡que nunca revienta, hagas lo que hagas! Ella vegeta, languidece, va tirando, pero no se muere”. Alexander Grothendieck, “a Clef des Songes”.

        Soy joven, que es una etapa de la vida llena de energía, entusiasmo y posibilidades. Es un momento en el que nos encontramos en pleno desarrollo físico, emocional y mental,  y estamos descubriendo quiénes  somos y qué queremos en la vida. Ser joven es una experiencia única y emocionante que nos brinda la oportunidad de explorar, aprender y crecer, y eso es lo que yo quiero, tener una capacidad para absorber información, aprender nuevas habilidades, abierto a nuevas ideas perspectivas, explorar diferentes caminos y descubrir nuestras pasiones.       

        Hoy se reproducen aquí y allí movimientos análogos a los que anudaron aquellas primitivas comunidades cristianas; hoy se unen jóvenes de espíritu en la común esperanza del advenimiento del reino del hombre; hoy brota verdadera fe, pistis, santa confianza en el ideal, refugiado en el provenir siempre, fe en la utopía. Créese por muchos y se confía en un nuevo milenio, en una redención próxima en una futura vida de libertad fraternal y equitativa”. Miguel de Unamuno, “La Fe.

       

51 comentarios

  • carmen

    Y marta huyó corriendo, despavorida.

    Por favor, pensaba. Quiere mi sumisión completa. Cómo he podido ser tan ingenua? Será porque soy mujer.

    Llegará un momento en que las mujeres recuperemos nuestra dignidad, porque la tenemos. De momento solamente puedo salir corriendo.

    Y marta se fue Y Carmen , también. Suerte.

  • carmen

    Gracias.

    He llegado a una edad en que me gusta mucho escuchar el pensamiento de los demás en una conversación o en un intercambio de opiniones por escrito. Pero ya no leo un solo libro escrito por nadie donde me indiquen cómo tengo que pensar o sentir. He pasado la edad.

    Bastante tengo conmigo misma. Yo soy yo. El problema es que, si eres honesta contigo misma, tienes que seguir tu línea de pensamiento .  Hasta donde te lleve. Y, si quiere saber hasta donde me ha llevado , es a que como no sé qué es Dios, no me hago ni una sola pregunta más. Solamente trataré de sentir la belleza en todo lo que mi alrededor me ofrezca, a veces ofrece cosas preciosas, y diariamente también. Solamente hay que saber mirar.

    Ya no busco nada, ni a nadie. Si alguien o algo me quiere buscar, es fácil encontrarme, sigo donde siempre. Y eso también lo hago extensivo a Dios. Y luego están las personas. Ahí estaré siempre que me busquen, siempre que pueda echar una mano. Que por cierto, cada vez puedo menos, pero, a veces, una sonrisa es suficiente.Pues eso.Gracias por su atención.

    • Juan A. Vinagre

      Hola, Carmen: Antes de nada, un saludo. Solo dos reflexiones que me ha sugerido tu comentario de hoy.

      -“Seguir el pensamiento-raciocinio hasta donde te lleve” -sin perder el sentido autocrítico que es tan importante y necesario para no desviarnos del camino-, es un criterio muy sabio, y  muy antiguo: Sócrates así se expresaba. El viejo Sócrates sigue siendo maestro.

      -“Como no sé lo que es Dios, mejor callar”, vienes a decir. Esta postura la comparto. A Dios, como Trascendente, nuestra razón humana, limitada, no puede entenderlo. “Si lo entiendo no es Dios”.  Cuando nos empeñamos en entenderlo, solo balbuceamos…  Por eso la teología especulativa, a veces deja tanto que desear… En este sentido conviene detenernos más en cómo Jesús definió a Dios -muy lejos de la especulación teórica-: PADRE-MADRE-ABBÁ-AMOR. Estas palabras definen mejor a Dios que todo el esfuerzo teológico especulativo posterior -incluido Pablo-; esfuerzo humano -muy respetable- concentrado en el Credo, por ejemplo.

      -A mí me basta la definición, tan asequible y definitoria, que nos propuso Jesús: Padre-Madre-Abbá-Amor-. Con esta definición se puede explicar incluso el mal, como tan bien explica Torres Queiruga. El AMOR se abaja, se rebaja tanto que es capaz de coexistir con el mal, inevitable en la materia, que al fin recicla. Por eso, lo más razonable (en mi opinión, que reitero tanto) es no elucubrar sino, superando egos, hacer el bien, amar y confiar en la Esperanza. El Evangelio es la mejor fuente de teología.

  • carmen

    Cuando dices que solo quién parte de Dios puede buscarlo, lo entiendo como que únicamente el que cree en su existencia puede buscarlo. Es así?

    Estoy de acuerdo con que un dios demostrado no es dios.

    • Micael

      Recomiendo leer el libro “El hombre y Dios”  es Ia primera obra postuma de Zubiri, a la que seguirían otras, Indica que para analizar debidamente nuestra intelección sentiente de Dios, deberemos empezar por Ia intelección que el hombre tiene de sí, ya que, ésta es el comienzo de aquélla. Zubiri distingue dos cuestiones: qué es el hombre y cómo se es hombre.

       

       

       

  • Micael

    Buenos días

    Que tema más difícil, pero también apasionante. En la Modernidad las ciencias fueron consideradas como las poseedoras del verdadero saber que envano había buscado la filosofía. Se pretendió que las ciencias dijeran cuál era la meta de la vida humana.

    Se deseaba una ciencia valorativa que pudiese servir de norma para la acción. En modo alguno hay que considerar que la fe sea algo irracional: tanto las filosofías aceptan la fe en el ser, como las ciencias la fe en el saber. Se estima que no se puede obligar a la razón a creer en Dios a fuerza de razonamientos.

    La demostración de Dios no es imperativa: Un Dios demostrado no es Dios. De ahí que sólo quien parta de Dios, puede buscarlo. La filosofía sigue exigiendo aquí la libertad de crítica y ofreciendo fundamento para mantener la libertad ante quienes desean quitársela a otro.

  • Juan A. Vinagre

    Amigo José:
    Antes de nada, desearte una buena y sabia estancia en Inglaterra. Esa tierra enriquece mucho en ciencia.  Voy a hacer una reflexión a propósito del tema central de tu artículo: “Razón, Ciencia y Fe”.

    -Ante Dios Trascendente -si no es Trascendente no es Dios- estoy de acuerdo contigo cuando hablas de “la insuficiencia de la razón”. Ésta es una afirmación -a mi juicio- muy lógica. Como digo, si Dios existe, tiene que ser trascendente (aparte de su inmanencia, que aunque no entro en ella también me parece lógica. Aquí hay una oposición de “contrarios” que la veo también lógica.) Si no entra el “factor humano” por medio, nuestra razón es capaz de tomar conciencia de sus límites, y de concluir que la fe no es -ni puede ser- la conclusión de un brillante silogismo. “Si lo entiendo -si lo explico- no es Dios”.

    -La cita de Unamuno es la expresión de su itinerario más vital, de su lucha con/en la fe. Unamuno, en algún período de su vida, sobrevaloró la razón. Y por ello, tal vez quiso concebir la fe como la conclusión de un grandioso silogismo. En ese planteamiento se equivocó. (Aunque también influyó la organización-estructura clerical y sus doctrinas.) De ahí su crisis de fe, que para él llegó a ser algo trágico. Aunque al fin, cuando aceptó sus límites, pienso que Unamuno volvió a la fe. A una fe purificada y quizá más auténtica: Se conformó con que -más que entender-, lo que debía hacer era confiar. La fe no es un absurdo. (Aunque lo puede ser cuando se concibe mal.)

    -Por todo ello me parece muy pertinente tu pregunta: ¿”Es la Materia esencia constitutiva de la realidad material? A mi juicio -que creo razonable-, NO. El Universo inicial, antes de convertirse en materia -por sus increíbles convulsiones- era solo pura energía… inmaterial.  Y añado: mi convicción es que en la materia hay algo más que materia. Nuestras neuronas emiten-producen algo que ya no es materia: El pensamiento, la autoconsciencia, la persona autoconsciente que se autoafirma y decide (aunque sea mal), el amor ágape… ya no son materia.

    -Pese a ello, mientras ese YO viva encarnado y unido sustancialmente en la materia, ésta impone sus límites y oscuridades… La materia que en un principio fue solo energía, al hacerse consciente en la persona se encuentra con el misterio…

    -Y como en nosotros hay una tendencia insaciable a buscar explicaciones que despejen ese doble misterio -material y espiritual-, el hombre busca sentido… Esa búsqueda no es solo una creación cultural… Esa búsqueda crea la cultura, cultura que refuerza -o desvía- esa búsqueda, según intervenga e interprete el “factor humano”.  Pues bien, esa tendencia insaciable a buscar y descubrir… ¿querrá sugerir algo más profundo? La psicología más reciente habla de una psicología “transpersonal” (palabro que me parece poco afortunado), que del estudio inicial de la sensación, del inconsciente, de las tipologías de personalidad (Jung, Spranger, Sheldon etc.), hoy se centra en la parte más espiritual del ser humano, que va más allá del mero pensamiento inteligente y de las tipologías etc.

    -Así, pues -y volviendo al tema inicial-, en ciencia Dios no es -ni puede ser- una explicación científica suficientemente válida -al menos de momento-, pero sí puede ser una hipótesis muy razonable, que no debe descartarse. Con esa hipótesis se pueden explicar quizá mejor algunos fenómenos del Universo. O al menos esa hipótesis no disuena con la ciencia. La ciencia se apoya y crece fundada en hipótesis, que con el tiempo son revisables, mejorables o superadas… La fe también puede fundarse mejor y madurar más, pero no “superarse” (en el sentido de hacerla prescindible). El misterio persiste… Y me parece demasiado decir que la ciencia del futuro lo despejará todo… ¿Todo?

    -Decía antes que la fe no es la conclusión de un brillante silogismo (aunque para  creyentes como Collins, Flew etc. parece que sí). La razón sola, ante el asombro,  puede llegar a intuir…, pero poco más. La verdadera convicción en la fe se produce cuando se experiencia, se vivencia íntimamente…  Es decir, cuando Dios se da a conocer en el “intimior”. Por eso cabe decir, con buena lógica teórica, que la fe trasciende la razón y la ciencia, aunque también puede, en determinadas circunstancias, valerse de la razón y de la ciencia. Por ejemplo, para interpretar mejor la revelación bíblica. La fe tiene al menos algo que ver con la “razón sentiente” auténtica.

    Nota: Toqué algo este tema en el comentario de anteayer al artículo de José Ramón: “Un cientifismo abusivo”. Lo desarrollo más ampliamente en el libro: “En torno a la fe y a la Iglesia”. Por si interesa.

  • José Thompson

    Gracias a todos los que habéis participado, me despido hasta medias de diciembre o enero de 2024, por lo que no os extrañe que no aparezca en los comentarios ni artículos, tengo dos meses muy atareados en Inglaterra.

    Muchas gracias.Abrazos.

    • M. Luisa

      Estimado José, no se si entrarás de nuevo, pero por si acaso déjame decirte una cosa, además de desearte  una buena y fructífera estancia en Inglaterra. La “formalidad de realidad” es uno de los conceptos  revisados de su filosofía. Zubiri no tubo ningún problema en hacer rectificaciones conceptuales, sobre todo al final de su vida. Dicho brevemente, respecto a tu comentario anterior; Si la razón es impura, por ser sentiente, la realidad a la que accede también es impura.

       

      La realidad no se da entera de golpe (formalidad)  ni es lo que está antes de la creación, sino la realidad estante ya creada, la única de la que podemos tener noticia. En fin, al menos que este punto  quede  un poco aclarado. Buen viaje! Un fuerte abrazo.

       

      • Micael

        Pidiendo disculpas a José y M. Luisa, por entrometerme en este dialogo. Una consideración.

        Los conceptos de inteligencia sentiente, actualidad, sustantividad y verdad real son el punto de partida y presupuestos básicos para una adecuada conceptuación y comprensión de la fe. Son nociones fundamentales que expresan la fecundidad y la plena madurez del pensamiento de Zubiri. El ser humano es una realidad sustantiva cuya inteligencia es inteligencia sentiente abierta a la realidad absolutamente absoluta de Dios.

        Lo teologal hace referencia a la dimensión humana que implica la cuestión de la realidad divina. En este sentido Zubiri dice que lo teologal es «una estricta estructura humana accesible a un análisis inmediato». El ser humano es una realidad abierta, capaz de acceder a la realidad divina.

        Gracias.

        • M. Luisa

          Hola Micael, te doy la bienvenida como suelo hacer siempre que alguien se incorpora    en este foro, pero déjame decirte dos cosas. Una; es que según mi opinión, deberíamos dejar de prolongar este debate en consideración   de la anunciada ausencia por un tiempo de José, el autor del artículo. Por mi parte, al entrar inmediatamente después  fue debido solo  para aclarar un punto de lo ya expresado anteriormente, pero no para ir más allá.

          Y dos; esto ya es más complicado porque me haría alargar demasiado, pero déjame decirte, al menos, que no creo conveniente andarnos por las alturas, ya que en estos momentos lo que se intenta aquí es pisar  tierra firme bajo los pies.   Con respecto a Zubiri es obvio que de lo que se trata es más  saber aprovechar  como herramientas para el futuro algunos de sus conceptos  claves, más que seguirle doctrinariamente.

          Un cordial saludo

          • Micael

            Hola M. Luisa

            Sí estoy de acuerdo con no prolongar el hilo.

            Sobre Zubiri, sus tesis, a  mi juicio,  son  artificios descriptivos que con frecuencia confunden más que aclaran. Solo hay que recordar la cantidad de problemas que produjo  la distinción entre la razón y  la voluntad como facultades separadas. Si es verdad que es acertada la descripción de la experiencia intelectual, y leído de esta forma sus libros tienen una gran vivacidad, porque nos describen acertadamente la aventura del conocer. No obstante, creo  que muchas de sus tesis no están suficientemente fundamentadas.

            Lo estudié durante la carrera, incluso hago una referencia en mi tesis doctoral, pero no es un autor al que haya mencionado en mis años de docencia universitaria como profesor de Filosofía en universidades públicas.

            A principios de año hubo un congreso en la UPS, titulado “Zubiri y la debilidad de la razón” sobre la aportación intelectual del filósofo Xavier Zubiri, quien este año 2023 cumple 40 años de su fallecimiento. Me invitaron a participar pero no lo hice, aunque mi campo investigación y docencia está en parte relacionado.

            Llegado un determinado tiempo y experiencia, pensar por uno mismo suscita una inclinación natural hacia los propios pensamientos, con ello se obtiene provecho además de placer.

            Un cordial saludo.

    • oscar varela

      Pensando, luego, en ello, me dí cuenta otra vez,

      que la casi última aparición de la ENERGÍA

      fue la PALABRA HUMANA;

      en este caso, la del Guía ‘Carlos’,

      aunque él no se haya dado cuenta de que lo está siendo.

       

  • carmen

    Me he equivocado, para variar, sorry.Esta conversación con Santiago corresponde a su última intervención en el artículo de Salvador.Ay, Dios. Les voy a volver locos. Lo mejor es no hacerme caso.Sorry 

  • carmen

    Pero, Rabí, no necesito creer que eres Dios, habrá mucha gente por ahí fuera que tenga sus Dioses. Mira los Romanos. Tienen dioses muy raros. También me ha contado algún viajero que en otras tierras lejanas tienen otros dioses diferentes.

    Rabí, sé que soy tan solo una mujer y no es bueno que piense, sé cuál es mi sitio, perdóname. Pero creo que los diferentes dioses dividen. Y lo que nos dices nos uniría a todos los marginados, a todas las mujeres, a todos los descontentos y que no sabemos qué hacer. Hay una agresividad en el ambiente muy grande, y somos muy pocos, y posiblemente sí estallase una revuelta importante, podría llevarnos a la destrucción.Estoy asustada. Sin embargo tú cuentas que hay otro camino.

    No quiero que seas Dios. Los dioses dividen.

    Perdóname, rabí. Sé que soy una mujer y no me corresponde pensar ni hablar. Entonces Jesús le contestó…

    Es su turno, Santiago.

    • Santiago

      El Rabí responde:  “Claro que puedes pensar y hablar….Eres co-igual a tus hermanos los hombres en dignidad y ante la Ley..Tienes una importante función en la humanidad pues sigues siendo “maestra” para enseñar a todos lo correcto con el típico discernimiento humano  e intuición femenina..A tu petición pues NO puedo dejar de ser EL QUE SOY…ya que soy la “norma absoluta” de todo..

      Sin MI no podrías ni venir a existir..pero tampoco podrías hacer NADA..Acuérdate que sólo “YO SOY el Camino, la Verdad y la Vida”…y soy por esencia el AMOR… que es capaz de transformar a los seres humanos y darles el verdadero sentido a sus vidas. .Recuérdame siempre.”

      Saludos cordiales

      Santiago Hernández

  • carmen

    Santiago. Usted también ha visto el vídeo.Es curioso. Usted dice que no es necesario repensar y a mí me parece una obviedad. Porque han pasado dos mil años.  Pero no creo que fuese la comunidad de todos los varones los que intervinieran en ese proceso porque todos eran unos estudios de la biblia, diría que era una sociedad  de cultura oral. Sabrían lo que supieran porque se lo contarían en las sinagogas. Al menos eso creo. Sí creo que se forzó muchísimo las escrituras de  La Torá para que todo coincidiese. Pero por gente muy preparada. De hecho, diría que los evangelios se han hecho coincidir con las escrituras, es como si estuviesen forzando la letra. Y también de hecho se eligieron para formar la biblia determinados textos y otros quedaron fuera. Lo mismo que sucedió con muchas historias sobre Jesús que circulaban. Se eligieron cuatro historias. Y doscientos años después de que muriera Jesús. Pero había que construir una religión nueva. Eso lleva un trabajo de fondo grande.

    Un buen trabajo de los que lo hiciesen. Pero da igual. Usted pensará o defenderá la idea de que la biblia es la palabra de Dios escrita. Y nadie le va a hacer cambiar de posición o de pensamiento.

    Sin embargo, pienso que haría falta repensar todo. Absolutamente todo. Y quizás, únicamente quizás, entonces se podría construir una nueva iglesia, pero para ser utilizada en nombre del Hombre, y no en nombre de Dios.

    Imposible? Pues sí. O no. Usted tiene fe en unas cosas y yo en otras .Buen día.

  • Santiago

    La fe de los Apóstoles y discípulos en Jesús de Nazaret fue “de visu” y en la la confianza de la Persona del Hijo de Dios: “Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y nuestras manos tocaron acerca del Verbo de la vida…y os anunciamos la vida eterna, la que estaba en el Padre y se manifestó a nosotros…lo que hemos visto y oído…os lo anunciamos también a vosotros para que también vosotros tengáis comunión con nosotros. Y nuestra comunión es con el Padre y con Su Hijo Jesucristo” (1 San Juan Apóstol 1: 1-4)  No fue necesario “repensar” o “reinterpretar” el Evangelio de Cristo..porque ellos, los testigos y sus discípulos,  “vieron” y “comprobaron” los hechos y murieron defendiendo “lo que vieron” y “oyeron”. La prueba es testifical. Y así lo asegura Lucas en el primer capítulo y versículo de su Evangelio “después de entrevistar a los testigos oculares y ministros de la Palabra” confirmando la “solidez” y veracidad de la enseñanza evangélica que nos fue “transmitida”.  No hubo tiempo para elaborar cristologías pues ya había UNA sola en la Persona y los “hechos” de Jesús. Las numerosas profecías del AT sobre el Mesías no fueron ajustadas por los Evangelistas sino que pre-existían siglos antes de la llegada del Cristo con rigurosa exactitud. No fue posible re-interpretar el Evangelio y “sus hechos” ante tantos e innumerables testigos confesores y mártires de la FE.

    Un saludo cordial
    Santiago Hernández 

    • José Thompson

      Hola Santiago.

      Me parece brillante y contundente todos tus comentarios desde tus planeamientos de fe.
      El perfil psicológico de la personalidad de Jesús, tal como emerge de la lectura del Evangelio, aparece  profundo y original, con  coherencia entre sus acciones y sus palabras, su doctrina y su conducta. Su teocentrismo no solamente no le aparta de su interés por los humanos, sino que le empuja a predicar el Reino de Dios a todos los que quieren escucharle, pero ofreciéndoselo con preferencia a los pobres, enfermos y marginados, devolviéndoles la dignidad humana y abriendo un espacio de esperanza. De aquí la raíz más profunda, también a nivel psicológico, de su universalismo sin fronteras raciales ni etnológicas, a pesar de haber nacido, vivido y actuado en un pequeño pueblo y una reducida porción geográfica, e incluso dentro de ella, no haber sido un personaje oficialmente importante, sino más bien considerado marginal.
      A mi me atrae, aunque mi perspectiva no es como la tuya, me interesa el personaje y su mensaje, las cuestiones religiosas y teológicas me interesan menos.
      Un abrazo.

      • M. Luisa

        Hola,José, me parece una reflexión brillante la que le diriges a Santiago y por esto quiero aprovechar este momento  para prolongar, en cierta manera, un poco más  la razón explicativa sobre  lo  comentado ayer.

        La universalidad  del Evangelio está dada por lo que de real  tiene  la buena noticia (lo que tu experimentas por fe y no por creencia ). Es decir, si ayer vimos que el aspecto psicológico era insuficiente en el contexto en el que nos movíamos ahora, en este nos movemos no por la lógica universalización del Evangelio repleta de conceptos inaprehensibles, sino por lo real que transmite (trascendencia horizontal) la buena noticia. Espero que me comprendas

        • José Thompson

          Hola M. Luisa

          Sí lo que atrae del Evangelio no es  en una trascendencia genérica o en un Dios más o menos difuso, sino en el mensaje directo y terrenal, al menos en mi caso, lo que llamas transcendencia horizontal. De unos textos con más de 6000 escritos, cuyo fundamento científico para todos los investigadores y científicos se encuentra registrados en el Institut für neutestamentliche Textforschung de la Universidad de Münster en Alemania. Y evidentemente nadie puede afirmar nada sobre unos textos de la antigüedad, con continuas reinterpretaciones de reinterpretaciones, porque los propios textos primitivos son también reinterpretaciones.

          Las reinterpretaciones de Salvador y de Santiago, tiene el valor que se las quiera dar, ahí está la creencia o la fe de cada uno. A unos les puede gustar y atraer unas y a otros otras. Todas las teologías que surgen de una interpretación de las Escrituras son contextuales y por lo tanto, interpretan el Nuevo Testamento  como es visto desde una perspectiva particular,  el conocimiento está siempre sujeto a perspectiva.

          Un abrazo.

           

          • M. Luisa

            Hola de nuevo, José,  no me puedo alargar, solo muy brevemente, entre la interpretación de Salvador Santos y la de Santiago hay un abismo. El abismo que separa lo   interpretado  por una inteligencia sentiente  o por una inteligencia sensibilizada por lo interpretado. Aunque no tengo tiempo en estos momentos, esta crucial distinción no podía esperar.

             

             

          • José Thompson

            Hola M. Luisa

            En mi opinión ambas interpretaciones son de una inteligencia sensibilizada por lo interpretado, con matices distintos. En ambos no están presentes la interpretación bajo formalidad de realidad, y no me refiero a  las cosas reales en la modalidad de existentes en el mundo de la aprehensión, sino a las cosas en cuanto están actualizadas como reales en la aprehensión humana, según la teoría de Zubiri.

            Pero, quizá, podríamos usar otra palabra, sentiente,  es uno de los  de los muchos  neologismos introducidos hace décadas para titular las nuevas disciplinas emergentes, que resultó muy cómodo para distanciarse, sin explicaciones prolijas, de los planteamientos habituales en los campos de la teoría del conocimiento y de la epistemología, en este caso de Zubiri,  podía  distanciarse, sin muchas explicaciones, de los planteamientos habituales en los campos de la teoría del conocimiento y de la epistemología.

            Un abrazo.

    • Santiago

      Gracias por tus palabras José Thompson.Yo tambien te leo y te admiro por tu entusiasmo, erudición e interés…En realidad, mi inteligencia “sensibilizada” no me convierte en  parcial, sino que trato siempre de ir a las fuentes esenciales…para que mi fe  sea coherente con sus bases históricas, filosóficas, teológicas y sociológicas…El fenómeno del cristianismo se fundamenta en una Persona histórica que cambió una era y transformó al mundo…y que su eco nos ha llegado hasta el siglo XXI, ya que Jesús de Nazaret sigue siendo una figura de primer orden y Las Memorias de los Apóstoles, (leáse Evangelios y NT) de sus discípulos directos son las ediciones mas publicadas actualmente…

      Pero son ¨los hechos y dichos¨de Jesús lo que ha hecho que todavía podamos hablar del cristianismo taprofusamente…porque nadie en su sano juicio se ha proclamado asimismo como Dios como El  por lo que los judíos quisieron “apedrearle”, Caifás rasgó sus vestiduras ante el Sanedrín y finalmente fue conducido ante Pilato para que se le condenara a muerte….Hay que repensar el cristianismo para profundizar en su trascendencia pero no para desmantelar su base histórica documental y testifical…Ningún documento antiguo ha tenido tantas referencias auténticas y genuinas como el NT

      Pero el sumo atractivo de Jesús fue, sin duda, su humanidad que llevó a Mateo-Leví seguirle “al instante” y a Pedro y a Andrés a “dejar las redes” de pesca, y seguirle….y muchos han caminado con  Jesús por la amistad de sus verdaderos seguidores…

      Un saludo cordial y te deseo lo mejor durante tu estancia en Inglaterra.

      Un abrazo

      Santiago Hernández

  • carmen

    Hola José.He visto el vídeo, hasta que lo he quitado. Discrepo en varias cosas, estoy segura que no soy la única persona. Sería muy largo de contar. Estoy en otra onda. Mi tiempo me ha costado.
    No sé yo . A lo mejor es una gran autoridad en todo esto del origen del cristianismo. Y, no creas que es por lo que no es. Sencillamente se me queda corto. No sé yo. Pero da igual. No es ese mi canto. Me ha gustado eso que le has dicho a alguien, creo que a María Luisa, pero a lo mejor ha sido a otra persona. La fe es algo que traspasa las fronteras del conocimiento, de la psicología, de la filosofía, de la ciencia…de todo.
    Creo que es cierto. Es algo que te hace sentir que, de acuerdo, tendréis razón, pero mi persona…

    Pues mi fe está en la especie humana. Fijate hasta donde llega, que aunque nos autodestruyamos, seguiría pensando, vale, pero tenemos capacidad para haber construido un mundo mucho mejor. Sorry. No juego al juego de qué es Dios o qué quiere o deja de querer. En absoluto. Si me guía o deja de guiarme. Eso será asunto suyo, no mío.

    Hablo de que la iglesia católica tiene una estructura y una riqueza material e intelectual y un poder de persuasión brutal. Da igual cómo se haya construido ni sobre qué ideas se haya construido. Lo cierto es que en el 2023, la tiene.
    A lo mejor ese potencial lo sigue utilizando igual que hasta ahora. Pues bueno. No sé cómo decir. Pienso que sí se quisiera… pero por lo visto no se va a querer. Y ya está. Eso es todo.Mucha suerte. Elige bien.

  • carmen

    La veré. Me suena el nombre. Son tantos ya, que ya no sé.

    Si lees algo de Marià Corbí, a lo mejor también te gusta. Hay un libro por ahí. No recuerdo el título. Lo puedo buscar.Por cierto, es un señor catalán. Me pasé tiempo pensando que era una señora. En castellano María es nombre de mujer y Mariano de Varón. En catalán, pues no. Marià es Mariano. El catalán y el castellano son parecidos, no iguales.

    La historia del cristianismo es auténticamente fascinante. Al menos para mí. Es mi cultura. Y la de Europa, diría.Creo, pienso, opino que la infraestructura de la iglesia católica es absolutamente fantástica. Y la riqueza material e intelectual, también. No en vano es la heredera del cristianismo del imperio Romano. Podría hacer maravillas. Y cuando tengo ocasión, pues lo digo. Sin más. Te diré.

  • carmen

    Me alegro un montón. Me habías dejado un pelín preocupada. El camino que sigas lo Eliges tú. Es justo lo contrario que dice un señor muy conocido que fundó una compañía católica. La compañía de los jesuitas. Así que, elige bien. Suerte 

  • carmen

    Pues tenía la impresión de que creías en un montón de cosas. Y sigo teniéndola.

    A lo mejor no he entendido bien, pero me parece haber leído que las creencias se basan en esperar que Dios ha elegido el mejor camino para ti . Eso he entendido. Si es así, eres un creyente total. Otra cosa es que confíes en encontrar respuesta que ahora mismo no tienes. Por supuesto que no las tienes. Y es obvio que algunas se quedarán sin respuesta. Por supuesto. Pues claro. Entonces? Pues a lo mejor cambiando las preguntas encuentras respuesta. Es un camino largo. Pero no iba por ahí. Dices que observas mucha heterogeneidad en los grupos. Claro. Y que muchas personas prueban a creer en una serie de cosas muy diversas. Sencillamente buscan.

    Ahí voy. Pienso, creo, opino que las creencias tradicionales han perdido valor para un montonazo de jóvenes . Y creo que la iglesia católica, que es en la que me he educado por tradición, porque la religión te toca por tradición, tiene un tesoro maravilloso que es el pensamiento o como se le quiera llamar, de Jesús de Nazaret, que Salvador llama de Galilea. Pero ese pensamiento se ha transformado en una adoración como Dios, y muchas cosas que nos han dicho que ha dicho, pues a lo mejor no son del todo ciertas. Para qué voy a hablar de los dogmas de fe, de los mandamientos de la iglesia católica, del credo de la iglesia católica que recitamos en misa cuando toca…en fin. Creo, pienso, opino y estoy convencida de que si se despojarse la iglesia oficial de una serie de cosas, y una serie muy larga por cierto, que en la actualidad no tienen sentido alguno para muchísimas personas jóvenes y ya no tan jóvenes, quizás ayudara un montonazo a ese grupo tan  heterogéneo de jóvenes que buscan donde echar raíces en su faceta espiritual.

    Para mí, la espiritualidad no va de Dios, va de mirar a tu alrededor. Y también de echar una mano al que tienes al lado. Si cambias de lugar y te vas a otro país, los de al lado serán los que estén en ese país. Y va de no transigir con la injusticia, pero en nombre de la humanidad, no en nombre de un Dios concreto. Porque no existe un Dios concreto. No existe un Dios hecho a medida de nada ni de nadie. Al menos así pienso.Y por lo que he leído que me has escrito, posiblemente tú llegarás a esa conclusión, si no lo has hecho ya .Pero tú y yo no importamos. Importa toda esa gente que no encuentra sitio, insisto, para que su espiritualidad eche raíces, porque las religiones se nos han quedado demasiado rígidas, demasiado controladoras, demasiado ininteligibles. Ese es el problema. A mí juicio de maestra. Sería muy largo de explicar. Ahí tienes un poco la idea principal.Insisto. Pareces un buen muchacho, te deseo toda la suerte del mundo.

    Sigue leyendo a Salvador Santos. No es palabra de Dios, porque no existe la palabra de Dios. No habla. Pero es superbonito. Creo que esa línea ayudaría a un montonazo de gente. Apuesto a que sí.

    • José Thompson

      Carmen, perdón, la frase: confianza en que el camino que Dios ha dispuesto para mí es el más adecuado, no es en primera persona, es generalizando, como las siguientes afirmaciones. No siempre consigo explicarme bien.

  • José Thompson

    La fe es una dimensión psicológica que trasciende los sentimientos. No estamos hablando de religión o espiritualidad, sino de esa fuerza interior que nos aporta esperanza, valía, confianza y coraje. En nosotros mismos y, sobre todo, en esa capacidad para superar adversidades y para hacer que nuestros sueños sean posibles. No importa cuál sea nuestra religión, no importa si somos más bien espiritual, puesto que lo realmente esencial es que cualquiera que sea nuestra convicción personal nos ayude a creer en lo que valemos, en todo lo que merecemos. La fe es la capacidad que tiene el ser humano de hacer frente al miedo. Sobre esta dimensión psicológica quiero, en este hilo u otro, desarrollar un debate. 

    • M. Luisa

      No creo que te sepa mal, José, que leyéndote  proceda a puntualizar  algo que me parece fundamental. La fe es una dimensión, como muy bien dices,  pero no psicológica, sino una dimensión psíquica y real de la propia psiquis humana. Y es por esto y no por ninguna teoría lógica,  por lo que  consiste su trascender.  Por sí mismo, este planteamiento ya nos evita de entrada tener que avisar que de lo que vamos a hablar no tiene nada que ver ni con la religión ni con la espiritualidad.

      Un cordial saludo!

       

       

      • José Thompson

        Hola M. Luisa.

        La fe es una dimensión psicológica que trasciende los sentimientos. No estamos hablando de religión o espiritualidad, sino de esa fuerza interior que nos aporta esperanza, valía, confianza y coraje.

        Jung avaló la teoría de que se trataba de los procesos mentales; pero fue mucho más allá y creó una teoría de la personalidad basándose en este elemento. Para hacerlo, dividió la psique en tres partes fundamentales: el yo, el inconsciente personal y el inconsciente colectivo.

        Psique es una palabra antigua que a menudo se usaba como sinónimo de “alma” y, más adelante, pasó a ser aceptada únicamente como metáfora: una manera de referirse a lo que la psicología aborda: el psiquismo, lo psicológico, los procesos psicológicos, no veo la diferencia.

        Un abrazo.

        • M. Luisa

          Gracias, José  por tu respuesta y además tan rápida.  Por mi parte he estado reflexionando sobre ella mientras hacía la comida y ahora  este hueco de la sobremesa lo aprovecho para responderte. No quisiera que pensases que mi uso del término psiquis lo asocio con el de  “alma” porque de lo que hablo es de la psiquis orgánica, no de alguna oquedad llamada alma a la que se le pudiera  añadir un contenido doctrinal.

           

           

          No obstante, José, lo que  más  me ha llamado la atención ha sido la incompatibilidad que no percibes entre la  cita del libro “Inteligencia y Logos” de la trilogía zubiriana   que incluyes en el artículo y el decantarte luego   por  Junj. Uno y el otro son dos puntos de vista totalmente distintos  que no ayudan a la comprensión si no se diferencian.

          • José Thompson

            M. Luisa

            Entiendo que Zubiri comprende la realidad humana como “esencia abierta”, como unidad física de notas constitutivas que en su copertenencia originaria constituyen un sistema  o estructura abierta a su propio carácter de realidad. La unidad psico-orgánica, el organismo posee la función de organizar el sistema entero desde las notas físico-químicas. Yo creo que hay algunos paralelismos con los arquetipos de Jung, y no incompatibilidad. Tampoco era mi intención decantarme por una determinada teoría. Estoy de acuerdo en que toda vida humana es una vida religada a la realidad, no un mero sujeto relacional, una realidad religada en su totalidad y no sólo por su razón, su voluntad, sus sentimientos o su existencia.

            Un abrazo.

        • M. Luisa

          Desde el móvil, José, ¡magnífica respuesta!

          Un abrazo!

  • ana rodrigo

     José, después de definir la fe como: “Es una confianza profunda en algo o alguien, ya sea en un poder superior, en uno mismo o en un propósito más grande en la vida”, a lo que añades un relato de consecuencias derivadas de esa confianza profunda. Esto es cierto,  para lo bueno y para lo malo; cuando el objeto de fe es perverso, la fe también es fuerza para lograr su objetivo, como lo vemos continuamente en las guerras, por poner sólo un ejemplo. Todo depende de en qué y para qué llegamos a convicciones tan potentes derivadas de la fe en algo, y, como dice Isidoro, todo está en la mente, todo sale de la mente.                                                                                                                  Y me refiero a la fe en un proyecto o la fe en un dios, el que sea. Si lo que propone la fe en un Dios es un proyecto de valores que nos humanice, siempre es bien venida la fe. Y si, ello leva implícito a un dios sospechoso, como el Dios del Antiguo Testamento, en tantos de sus relatos, hay que saber discernir. Nada tiene que ver el Dios de los profetas y el Dios de Jesús el Galileo con el del AT donde se le atribuye a Dios cada cosa, uffff, tan intolerable que parece imposible que haya religiones cristianas que sigan todavía en ello. El otro día leí que en EEUU hay muchos seguidores de las iglesias evangelistas y que siguen justificando el genocidio de Israel contra Gaza porque ellos son los dueños de la tierra que Dios le dio.                                                                                                        En fin, que a dios le hacemos decir todo lo que nosotr@s queramos que diga. Por eso tratar el tema de la fe es tan complejo como complejos somos los seres humanos. Un abrazo

    • José Thompson

      Ana

      Sí yo también creo en un Dios que nos humanice, no en un Dios que se humaniza. He leido un articulo de José María Castillo que dice algo así como que la religión pretende divinizar lo humano, mientras que lo que hace el Evangelio es humanizar lo divino. Es difícil entender cómo se explica que el destino final de tantas vidas rotas, de tanto disparate, sea la muerte, sin otra esperanza de solución, es la fe solamente un placebo para para seguir mal viviendo, un consuelo para aquellos que viven en el infierno y a los que se les promete un cielo eterno por los que viven el cielo en la tierra.

      Un abrazo.

  • M. Luisa

    Tras darte mi más efusiva  bienvenida, permíteme  José, ciñéndome en este párrafo de Unamuno  seleccionado por ti hacer una reflexión en la cual  se perciba con una cierta  claridad la lucha interior con la que este pensador se debatía entre el creer y el tener fe.  Una cosa es tomar “posición” frente a la realidad y otra sentirse ya puesto en ella. En el primer caso se daría la creencia y en el segundo la fe. La creencia se instala como resultado de esta dualidad entre el sujeto y la realidad puesta por él, con lo cual se la independiza de la mente reduciéndola a mero objeto  de pensamiento, y, por tanto,  a ser término  de  creencia.  En el segundo caso, sucede todo lo contrario,  de manera que si en el primero se trata de creer en el segundo se trata de crear. Y esto, es así, porque al encontrarnos ya formando parte de la realidad  no solo no la podemos objetivar, sino que es ella misma la que nos abre confiadamente a más realidad, haciendo posible la creatividad humana, que como decía el propio Unamuno es imparable. Un cordial saludo  

    • José Thompson

      Hola M. Luisa

      Gracias primero. Dice Unamuno: “La fe crea, en cierto modo, su objeto. Y la fe en Dios consiste en crear a Dios y como es Dios el que nos da la fe en Él, es Dios el que se está creando a sí mismo de continuo en nosotros“. Una cosa es la verdad como realidad independiente del sujeto y otra es la verdad subjetiva o psicológica, que es la consideración que de la verdad tenga este.

      Hay que sembrar en los hombres los gérmenes de duda, de desconfianza, de inquietud…Y, sobre todo, y, ante todo, nada de vivir en paz…No quiero vivir en paz ni con los demás ni conmigo mismo. Necesito guerra, guerra en mi interior; necesitamos guerra …

      Unamuno adopta un nuevo modo de vivir, un nuevo modo de pensar, de posicionarse con respecto a la vida. La  tranquilidad de estar seguro de que tiene ciertas creencias o de tener la certeza de que duda. No quiere esa tranquilidad pues esta implica quietud, y para él, eso no es vida. Necesita de esa dialéctica, de esa lucha constante, por ello afirma que no quiere paz, no es eso lo que persigue, sino que lo que necesita en ese momento, es lucha, guerra. La tranquilidad que le podría otorgar sentir la fe, vivir conforme a la religiosidad, sino que, incluso, la sensación que causa el bienestar le produce incomodidad. Considera, por tanto, la ciencia como una “morfina”, es decir como algo que adormece y aleja de lo que él considera que son los verdaderos problemas, como dejar emanar lo espiritual del hombre y atender al problema esencial que es el de la inmortalidad del alma.

      Un abrazo.

  • Gonzalo Haya

    Bienvenido a Atrio con una mente joven y entusiasta.

    • José Thompson

      Hola Gonzalo, muchas gracias.

      Mente joven sí tengo, y entusiasmo también. La transición de la adolescencia a la edad adulta ha cambiado en los últimos años debido a una combinación de factores económicos, sociales y psicológicos. Esto ha llevado a identificar otra etapa en el ciclo de vida de las personas: los “adultos jóvenes”. Yo no estoy muy familiarizado con esta teoría. Más bien creo que antes la familia tradicional se centraba principalmente en la transmisión de valores y se orientaba hacia la enseñanza de normas, en las que la finalidad educativa era primordial, hoy para formar la propia identidad y lograr la independencia de la familia paterna, mi experiencia dice que existen trastornos del estado de ánimo y dolencias psicosomáticas, esos jóvenes adultos experimentan a menudo una situación de profundo malestar y bloqueo evolutivo, que repercute en su vida cotidiana, causándoles diversas dificultades psicológicas.

      Un abrazo.

  • carmen

    Hola José.Mi posición personal la tengo clara, mi tiempo me ha costado. En cuanto a los textos que citas, soy de Unamuno. A tope.Mucha suerte.

    • José Thompson

      Hola Carmen.

      En otro hilo me pedías que dedicara un ratito a hablar de la gente de mi  edad que tengo a mi alrededor, respecto de este tema,  qué observo, y qué explicación puedo dar a lo que he observado.

      Las creencias se basa en la confianza, confianza en que el camino que Dios ha dispuesto para mí es el más adecuado,  confianza en que todas las respuestas a mis preguntas llegarán,  confianza en que todo ocurre por algo, pero no todo tiene explicación.Es evidente que hay un proceso intenso y acelerado de desafección religiosa que está abultando la proporción de aquellos que declaran no tener ninguna religión.

      Como en todo colectivo humano, no veo una uniformidad de ideas, Se puede reconocer un amplio abanico que incluye creencias convencionales que ya no encuentran un lugar de pertenencia, espiritualidades nuevas que apenas reposan en una comunidad de creyentes o practicantes, creencias heterodoxas y difusas que se combinan sin más con creencias institucionalizadas y devociones populares.

      Yo me relaciono con personas más o menos solidarias y altruismo co una conducta prosocial voluntaria e intencionada caracterizada por la búsqueda de bienestar en los demás, sin esperar que ello nos genere ningún beneficio. Nos motiva la preocupación y la  atención desinteresada por otras personas. Procuramos conectar con las personas, somos seres vivos, formamos parte de la naturaleza, y nuestra naturaleza específica consiste en la racionalidad de poseer una inteligencia y una libre voluntad de acción. No somos especiales, somos seres humanos, nuestra disposición  tienen un impacto positivo en nuestro bienestar psicológico, participar en actividades con una dimensión comunitaria también se asocia con una mayor satisfacción con la vida. Yo se lo recomiendo a muchos adolescentes y jóvenes que acuden a consulta con problemas psicológicos y de adicciones, los resultados son fantásticos.

      Un abrazo.

  • Isidoro García

    Muy oportuno el artículo del amigo José, pues toca un tema esencial para comprender mejor el mundo de la cultura racional moderna, y su relación con las religiones y con la espiritualidad.

    • Isidoro García

             Pero el tema es muy complejo, y una pequeña reflexión de un folio largo, es claramente insuficiente para explicar las claves.
            Por eso, aprovecho para siguiendo por el mismo camino, apuntar algunos aspectos importantes para mí.
           Para mí, la clave está en la insuficiencia de la razón para descubrir amplias capas de la realidad.
          Dice el amigo José: “La fe es un asentimiento subjetivamente suficiente, pero objetivamente insuficiente. La razón es un asentimiento subjetivo, pero objetivamente suficiente”.
          Yo creo que el final de ese párrafo es equivocado. La razón no es objetivamente suficiente tampoco. Ese es un postulado racionalista de la Modernidad, que la psicología hoy día ha desmontado plenamente. Si algo es la razón humana, es subjetiva, emocional y plural.
           Claro es que hay campos de la ciencia física, en que el método científico ha conseguido conocer las leyes que la rigen, matematizándolas. Pero en amplias zonas del conocimiento, esto es mucho mas complejo, y es muy difícil conocer sus leyes, aunque es de esperar que el futuro se lleguen a conocer.
          Concretamente, hay un tema, (relacionado con el tema del artículo), que todavía no conocemos bien: y es el tema de las intuiciones de la mente subconsciente.
          Hay dos clases de fe. La fe autónoma, y la inducida por una autoridad cultural, (familia, iglesias, sociedad), a la que uno se somete por tradición o por autoridad. La primera es propia de una mente madura, y la segunda es propia de mentes infantiles, o en desarrollo.
           La fe autónoma es una fuerte convicción de que algo, es de determinada manera, sin que haya pruebas de ello. ¿Cómo llegamos a esa fuerte sensación?. No lo sabemos. Solo sabemos que muchas veces esa convicción es equivocada.
           Entonces el ser humano, nos encontramos ante una gran dificultad. Nuestra mente racional, es muy falible e insegura, y nuestra fuente de intuiciones, también.
               Esta situación nos conduce a un cierto escepticismo, incertidumbre y relativismo, y justo cuando nos enfrentamos a peligrosísimos problemas que amenazan con nuestra supervivencia.
              Pero por otra parte, nosotros nos sabemos elementos miembros del Universo. Un Universo, que sabemos, que mediante las leyes de la evolución, ha dotado a todas las especies vivas, de un software con unos algoritmos comportamentales específicos, extraordinariamente sofisticados, para resolver los gravísimos problemas a los que se tenían que enfrentar dichas especies.
            (Es verdad que no siempre esas evoluciones emergentes salvadoras, llegaron a tiempo, y muchísimas especies han desaparecido.
             Pero lo que es evidente es que el Universo, dispone en las leyes con las que se desarrolla, de un sistema generativo de pautas de conductas para sus respectivos problemas, fundamentales para la supervivencia de sus especies).
             Por ello, el ser humano, no se enfrenta a los graves problemas de supervivencia, sin disponer de un sistema instintivo de conocimiento de la Verdad.
          De alguna manera, la ciencia aparece como justificadora de el “mundo de las ideas” de Platón, no como una “nube donde están coleccionadas las ideas”, sino como un sistema generativo de las ideas precisas para la supervivencia de la humanidad.
          Y ese sistema generativo de ideas sobre la realidad del Universo, está incorporado en nuestro inconsciente colectivo, con el que nacemos genéticamente.
             Y es lo que muchos denominan como “espíritu”, esa vocecita que sabe que no será escuchada, de la que hablaba Grothendieck, y que se expresa también simbólicamente en los sueños.
           Pero para aprovechar esta fuente de sabiduría, hay que hacer un acto de fe, en que 1º, existe, y 2º, es la voz del Universo –“Dios”, (para el que lo quiera ver así), y que aunque todavía no hay pruebas fehacientes de ello, sí que existen unos indicios racionales, muy significativos.
           (Es verdad, que hay que escucharlo bien, sabiendo distinguir, las intuiciones de nuestro subconsciente personal, (muy errático y falible), del daimon de Sócrates, con las intuiciones y awareness, de la Terapia Gestalt, siempre lúcidas).
       

      • José Thompson

        Hola Isidoro.

        Tienes mucha razón, el tema es muy complejo, quizá sea el más complejo. A mi tampoco me convence el principio de razón suficiente, ​ principio filosófico según el cual todo lo que ocurre tiene una razón suficiente para que sea así y no de otra manera, no hay una explicación suficiente.

        En los textos introductorios a la Teodicea, Leibniz polemiza con Pierre Bayle acerca de los límites de la razón humana. En el Prefacio le acusa de querer “imponer silencio a la razón después de haber hecho que hablara demasiado”. En el Discurso Preliminar expone detalladamente las razones que le llevan a acusar a Bayle de cometer este doble abuso y las contrasta con su propio planteamiento. En el centro de la argumentación está el diverso modo de entender la distinción entre lo que está por encima de la razón y lo que es contra la razón.  Bayle es acusado de incoherencia y de ocultar su dogmatismo bajo la capa de una actitud crítica y Leibniz propone que se substituya el, a su entender ilusorio, triunfo de la fe sobre la razón de Bayle por una forma singular de triunfo de la fe en nombre de la razón.

        La mente subconsciente dada la enorme cantidad de datos que almacena y procesa es el almacén que da origen a la intuición y que comunica a la consciencia a través del hemisferio derecho del cerebro donde se encuentran la imaginación y la creatividad. a física, química y matemáticas donde siempre se le da más importancia a la lógica y al razonamiento que se encuentran en el hemisferio izquierdo del cerebro humano, muchos de los grandes descubrimientos y aportes a estas ciencias han venido de inspiraciones que llegan sin previo aviso a la mente de científico donde este se encontraba bien fuera dando un paseo, descansando, dormido …La  frase dicha por Einstein La mente intuitiva es un don sagrado y la mente racional es un servidor fiel”.

        Un abrazo.

         

         

      • Isidoro García

        Ese sistema generativo de algoritmos de comportamiento adaptativo en todas las especies vivas, lo constituyen los mecanismos de la evolución emergente, de tal manera que todos los seres vivos, funcionan como sistemas que se autoorganizan, buscando un nuevo equilibrio, cundo las circunstancias exteriores les llevan lejos de su punto de equilibrio, y ponen en peligro su viabilidad.

        En el ser humano, que estuvo millones de años muy bien adaptado al ambiente del Paleolítico, donde triunfó plenamente, (aún con algún sustillo de supervivencia), su propia actividad mental, con sucesivas creaciones técnicas, ha generado un nuevo medio ambiente actual, al que necesitamos readaptarnos urgentemente.

        Y para ello, como somos la primera especie inteligente en el proceso evolutivo terráqueo, en el último salto evolutivo, (hace 150.000 años, o quizás se produjo hace 1 millón de años, antes del Neandertal), se nos incorporó a nuestro software mental inconsciente genético colectivo, además de programas como el “mentalés”, (el protolenguaje común de todos los humanos), y otros más, un sofisticado algoritmo, que funciona como un asistente de nuestra mente consciente, con una gran carga cognitiva sobre la sabiduría del Universo, que precisamos para proseguir nuestra deriva existencial, con los menores tropiezos posibles.

        Este “asistente mental”, es lo que llamamos el “espíritu”, o “daimon”, y tiene una dinámica autónoma de actuación, que se activa cuando considera oportuno y necesario su intervención, en función de los inputs mentales que nos entran.

        A este asistente mental, hay que otorgarle una confianza plena, una auténtica fe como guía existencial en nuestra navegación por el Universo.

        El problema es que este asistente mental, aunque actúa autónomamente, incluso aunque no se sepa de su existencia, ni se crea en él, en la mayoría de personas, no está dotado de suficiente energía psicológica emocional, por lo que tiene poca incidencia en nuestra actividad mental general.

        Los que tiene mayor dotación energética, son las personas que puntúan alto en “Apertura a la experiencia”, uno de los rasgos de personalidad, y se caracterizan por una alta creatividad, y una fuerte vida interior. Tanto en su vertiente laica, (poetas, y artistas en general), o espiritual-religiosa.

        (Esta continuación la he escrito sin conocer tu comentario reciente.

        Del mismo solo querría puntualizar, que como apuntaba en mi primer comentario, las intuiciones de la mente subconsciente, la mayoría son de la enorme cantidad de elementos que vamos almacenando culturalmente.

        Pero hay una pequeña minoría de intuiciones y sobre todo de intuiciones perspectivales, y la minoría mas novedosa, que por decirlo así, son “exteriores” a nosotros, y que son las que yo atribuyo al “daimon” o “espíritu”.

        Lo de la “la mente intuitiva es un don sagrado”, de Einstein, es más que una frase bonita, aunque yo en principio le quitaría el barniz religioso, para dejarlo en un don del Universo, (que tampoco está mal).

  • ana rodrigo

    Querido José, a través de tus comentarios, en general, y yo en particular, te he manifestado  mi valoración positiva de tu madurez dentro de tu juventud y, en este momento, después de haber leído tu artículo sobre un tema tan antiguo como complejo y, después de haber visto tu cara, me apetecería darte un abrazo muy fuerte.

    Yo tengo tres nietos, tres nietas y dos biznietas, y en este momento no me importaría adoptarte como un nieto más. Como dijo Carmen, vas a ser el nieto de atrio.

    Queda demostrado que la sabiduría no tiene edad. Voy a contar una anécdota que me ha pasado esta mañana con una persona mayor. Yo iba caminando por un sendero semi  urbano, por la orilla del río Genil de Granada, y se vuelve hacia mí un cura bastante mayor con bastón, (llevaba cléryman), me saludó, y yo, sorprendida le pregunté si me conocía, a lo que me respondió que no, pero que al verme pensó que podría ser una persona a la que podría saludar, que lo hacía frecuentemente. Estuvimos charlando un ratito y nos despedimos. Me pareció un gesto que, por desacostumbrado, nos resulta raro. Yo lo interpreté como un gesto humano que entre urbanitas, en una sociedad siempre corriendo, algunas veces hacia ninguna parte, era un gesto humanizador. Quizá su fe religiosa la haya proporcionado este sentido de la amabilidad. Sí, son pequeños gestos que si se multiplicaran por el infinito, la sociedad estaría más humanizada.

    Por ahí, creo que va tu comentario. Ahora no tengo tiempo, pero espero poder intervenir con mi pequeña aportación a la reflexión que tú nos propones. Gracias 
    Un abrazo                                                                                                         

    • José Thompson

      Hola Ana.

      Qué bien, considerarme un nieto más. Lo que relatas de tu encuentro mañanero, sí esos gestos sencillos, amables, que nada cuestan, esas normas no escritas que hacen que nuestra convivencia y nuestra sociedad se mejor. Nuestros parientes primates, aunque sociales, están mucho menos involucrados en el bienestar de los demás, incluso dentro de sus propios grupos de parientes. Nuestra propia capacidad de benevolencia y empatía, por otro lado, es tan alta que nos identificamos no solo con nuestra propia especie, sino también con otras especies. Si bien puede hacernos vulnerables de ciertas maneras, su impacto tanto en las personas como en la sociedad es profundamente positivo. Es posible que las personas amables no ganen el juego, pero disfrutan más jugando y hacen que el juego sea más divertido para los demás. El juego como como una metáfora de la vida. Tampoco se si creer o no en una determinada religión o filosofía determina ese estado de cercanía hacia los demás, quizá sí.

      Un abrazo.

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