ERC ha votado no a la reforma laboral defendida por UP y PSOE en el Congreso con el apoyo de los sindicatos mayoritarios de izquierda. ERC se dice un partido de izquierda . Pero vota contra lo acordado por los sindicatos de izquierda. Las razones dadas son competenciales, administrativas, políticas.

Un recuerdo leve: el consejero Torrent que se ocupa de trabajo y sindicatos en el actual govern de coalición fue presidente del Parlament la pasada legislatura y firmó gastos presupuestarios para para más de un millón de euros a 21 funcionarios – trabajadores públicos – de su competencia que cobraban sin trabajar. Se tragó el sapo en plena crisis de la NISSAN. Ha tenido que ser Jordi Sánchez, secretario general de Junts quien cierre las salidas a ese despropósito sostenido obligando a anular la norma que lo amparaba. El señor Rufián, tan pomposo y abracadabrante en Madrid debería razonar sobre las contradicciones decla izquierda en Cataluña. Por lo menos en las de su formación política. Alberto Revuelta