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Invitación a recoger en ATRIO el debate sobre No-teísmo y fe en Dios

En ATRIO publicamos un artículo de Gonzalo Haya, que era una contestación o posicionamiento a un documento de trabajo que había recibido de José María Vigil, quien nos envía ahora el texto corregido y  completado de esa propuesta suya. Como es un texto que José María, editor de Koinonía y AXIAL desde hace muchos años, ha cuidado especialmente en su presentación, recomendamos leerlo en su versión original de PDF que podéis encontrar aquí:

SIN TEÍSMO – Una nueva manera de representar la Realidad

Esta es su propuesta de debate, a la que se ha añadido posteriormente el libro escrito por un Grupo de teólogos –Vigil, Villamayor, Arregui…– con el título

Después de Dios. Otro modelo es posible

ATRIO quiere darlo a conocer y recomienda leer estos escritos con realismo autoexigente y actitud de diálogo. Pero también con libertad crítica, para que la parte más fácil de la hipótesis que se presenta –la deconstruens: lo que no es Dios– no sea tan radical y desconfiada de toda expresión tradicional, que haga imposible encontrar expresiones que alimente nueva fase construens que se promete al final del texto: “el momento segundo, de positividad alternativa, de alter-construcción, unas renovadas experiencia de fe en lo que solo se expresa con términos abstractos: Realidad, Totalidad, No-dualidad… ¿Es toda personalización, relación entre lo ínfimo del yo concreto y el misterio en él encontrado, puro autoengaño consolatorio? Yo recuerdo que esta segunda fase llenaba los últimos diálogos con nuestro recordado Juan Luis Herrero del Pozo. La parte destruens estaba ya bien presente en su  libro Religión sin Magia. Lo que me preocupa y quiero que se debata en ATRIO es con qué se llena ese Vacío al rechazar signos, símbolos y expresiones que llenan la espiritualidad y el culto cristiano. ¿Mejor para la humanidad que desaparezca para siempre y desde una nueva teología ese pequeño rescoldo místico de fe personal?

Algún día tendré que escribir en un texto sobre lo que pienso sobre ello y sobre las raíces de la mística oriental y occidental. Y creo que este sería un buen tema para un próximo encuentro telemático en ATRIO. Pero cuando seamos más quienes nos hemos expresado ya en comentarios a esta entrada.

Y aquí va el texto de J.M. Vigil para quien prefiera leerlo en HTML, sin hacer esta entrada demasiado larga. ¡En los comentarios nos encontramos!

SIN TEÍSMO. Una nueva manera de representar la Realidad

94 comentarios

  • LEANDRO SEQUEIROS SAN ROMÁN

    Otro punto de vista:
    Con un gran respeto a las razones a favor del NO-Teismo, aporto mi punto de vista. Tampoco me satisface el teísmo. Y no solo del que se habla en estas páginas sino de otros teísmos que aparecen en la filosofía y en la teología.
    Personalmente, postulo el panenteísmo, como más coherente con las ciencias de la naturaleza. Y de este tema se acaba de publicar un libro muy interesante:
     
    Philip Clayton y Arthur Peacocke (editores) En él vivimos, nos movemos y existimos. Reflexiones panenteístas sobre la presencia de Dios en el mundo tal como lo describe la ciencia. Sal Terrae, Santander, 2021, Universidad P Comillas  Colección Ciencia y Religión, número 27, 332 páginas. ISBN: 978-84-293-3033-5.  (Traducción del original en inglés de 2004 por José Manuel Lozano-Gotor), 332 páginas. ISBN: 978-84-293-3033-5.
                Entre los días 6 y 8 de diciembre del año 2001 se reunieron en el recinto del castillo de Windsor un nutrido grupo interdisciplinar de expertos para celebrar un simposio auspiciado por la Fundación John Templeton cómo explicar la acción de Dios en el mundo. El presente volumen traducido del inglés, se organiza en 19 capítulos correspondientes a las intervenciones de todos los participantes en el simposio, así como por el doctor en Teología Michael W. Brierley, que realizó su tesis doctoral sobre el panenteísmo a quien se encomendó que aportara una visión de conjunto.
                 La filosofía, la ciencia y la teología panenteístas no están demasiado extendidas entre nosotros. Y con frecuencia, mucha gente confunde panteísmo y panenteísmo. De un modo muy simple se puede decir que para el panteísmo, TODAS las cosas son Dios; mientras que el panenteísmo sostiene que Dios ESTÁ en todas las cosas, pero estas no son Dios. Entre nosotros, el panenteísmo se ha divulgado en ciertos ambientes gracias a las obras de Pierre Teilhard de Chardin que en esto prolonga la espiritualidad de la Contemplación para Alcanzar Amor de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola.
                Para los lectores de “Atrio” puede resultar de interés este comentario del libro centrado en el primer capítulo. Su autor es el doctor Michael William Brierley y lo titula “Nombrar una revolución silenciosa. El giro panenteísta de la teología moderna”. Este capítulo es un extracto de la tesis doctoral que estoy redactando (en 2001) en la Universidad de Birmingham.
    Michael W. Brierley (nacido en 1973), graduado en Teología e Historia en Oxford y Cambrige, se doctoró en Teología en la Universidad de Birmingham en 2001 con una tesis sobre el auge del panenteísmo en la teología británica del siglo XX. En la actualidad es canónigo y maestro de ceremonias en la catedral de Worcester. Autor del artículo “The Potential of Panentheism for Dialogue Between Science and Religion” en la Oxford Handbook of Religion and Science (2009)
                Para valorar la dimensión filosófica de este volumen,  hemos de citar al filósofo, científico y teólogo Philip Clayton que habla del “giro panenteísta” en la teología del siglo XX[i], pero también sabe que el término mismo, si se quiere que sea considerado una parte seria de la futura agenda teológica mundial, necesita ser mejor conocido, mejor definido, mejor comprendido.
                Ya en la década de 1970[ii], Donald Neil, defendió una tesis doctoral sobre el panenteísmo en la que se percató de que “ha llegado el momento de llevar a cabo un detallado estudio histórico y analítico de la doctrina del panenteísmo”. La versión publicada de su tesis, God in Everything 1984, [Dios en todas las cosas], es el primer libro dedicado a esta palabra.
    La palabra “panenteísmo” es menos conocida que la palabra “panteísmo”. Esta fue propuesta por vez primera a principios del siglo XVIII[iii] y luego adoptada por los tradicionalistas como insulto para toda insinuación de alejamiento del teísmo clásico[iv], en especial cuando la inmanencia divina pasó a primer plano de la teología, desde finales del siglo XIX hasta la conclusión de la Primera Guerra Mundial[v].
    La palabra “panenteísmo”, como atestiguan todos los artículos estándar de los diccionarios especializados[vi] fue acuñada por Karl Christian Friederich Krause (1781-1832)[vii], filósofo idealista alemán[viii] y coetáneo de Hegel[ix].
    Philip Clayton sugiere que los teólogos idealistas de inicios del siglo XIX, como Krause, desarrollaron una serie básica de intuiciones heredadas del siglo XVIII, y que tales intuiciones derivaban de la idea de Nicolás de Cusa de que la creación acontecía “en” Dios[x], así como de la sustitución por Descartes de la noción escolástica de infinitud por otra más participativa.
    La palabra alcanzó amplia difusión en Estados Unidos a través de Charles Harsthorne, “el más destacado defensor del panenteísmo en EEUU”, en especial a través de su compilación de textos sobre Dios, Philosophers Speak of God de 1953[xi]. Y fue reintroducida en Gran Bretaña por John Robinson, cuyo libro Exploración en el interior de Dios (original de 1967) desarrolla las sugerencias doctrinales de su controvertido superventas Honest to God, Sincero para con Dios (original de 1963). Y el principal exponente del panenteísmo en ese país, aunque el término no le gusta, es John Macquarrie[xii]. El panenteísmo de Macquarrie deriva de la posición “existencia-ontológica” de la primera edición de sus Principles of Christian Theology, 1966, que a su vez es un desarrollo de su crítica ontológica a los existencialistas Heidegger y Bultmann.
    Teísmo clásico, panenteísmo y panteísmo son reconocidos como los patrones básicos con cuya ayuda analizar la doctrina sobre Dios.
    En la actualidad, toda una pléyade de teólogos se caracteriza a sí mismo como panenteísta. Algunos suscriben el “teísmo del proceso”[xiii], un subconjunto del panenteísmo: Hartshorne, Norman Pittenger, Charles Birch, Schubert Ogden, John Cobb, James Will, Jim Garrison, David Pailin, Joseph Bracken, David Griffin, Jay McDaniel, Daniel Dombrowski y Anna Case-Winters.
    Otros que se identifican a sí mismos como panenteístas son: Alan Anderson, Leonardo Boff, Marcus Borg, Philip Clayton, Scott Cowdell, Denis Edwards, Paul Fiddes, Matthew Fox, Donald Gelpi, Peter Hodgson, Christopher Knight, John Macquarrie (aunque no le gusta el nombre), Paul Matthews, Sallie McFague, Jürgen Moltmann, Hugh Montefiore, Helen Oppenheimer, Arthur Peacocke, Piet Schoonemberg, Claude Stewart y Kallistos Ware. 
    Además, un grupo de pensadores y teólogos han sido identificados por otros como panenteístas. Tales son Nikolai Berdiaev, Peter Berger, James Bethune-Baker, Dietrich Bonhoffer, Martin Buber, Sergei Bulgakov, Rudolf Bultmann, Martin Heidegger, Karl Heim, William Hocking, Geddes MacGregor, Charles Pierce, Rosemary Radford Ruether, Albert Schweitzer, Pierre Teilhard de Chardin[xiv], Paul Tillich, Ernst Troeltsch, Alan Watts, Paul Weiss y Alfred Whitehead; los idealistas británicos John y Edward Caird y Andrew Seth Pringle-Pattison; los alemanes decimonónicos Schleiermacher, Fichte, Hegel, Schelling, Baur, Fechner y Pfleiderer;
    Así como los teólogos medievales Nicolás de Cusa y Maestro Eckhart. Las místicas Matilde de Magdeburgo y Juliana de Norwich. E incluso Lutero.
    Lo mismo podría afirmarse con buenas razones para otros muchos autores, entre ellos R. J. Campbell, John Oman, John V. Taylor, y anglicanos liberales clásicos como Peter Baelz, Geoffrey Lampe y Maurice Wiles.
    Con en panenteísmo cabe asociar movimientos enteros, como el neoplatonismo, el cristianismo ortodoxo, la mística, y el modernismo inglés. En consecuencia, “panenteísmo” no puede ser descartado como un “término vago y en cierto modo sospechoso”.
    Sugerir que “todos somos panenteístas ahora” sería ir demasiado lejos. Esto no es sostenible a la vista del neotomismo, del crédito que en la actualidad se da al barthanismo que proponen, por ejemplo, Colin Gunton y John Webster[xv], y de la posmoderna ortodoxia radical. Pero se considera que el panenteísmo es una buena ayuda para el diálogo ciencia y religión. Para algunos es una “revolución” en el planteamiento de la teología. Ha sido una revolución tranquila porque ha sido defendida con otros nombres: “teísmo dialéctico” (Macquarrie), “teísmo neoclásico” (Hartshorne), “teísmo naturalista” (Griffin) o “teísmo del proceso”.
    Bajo el título de “panenteísmo” se engloban muchas descripciones de la relación entre Dios y el cosmos. Están, por ejemplo, el “panenteísmo patrístico” de Ware, el “panenteísmo basado en la idea de campo” que propone el jesuita Blacken, y la singularización de la conjungación de finitud e infinitud como lo distintivo del panenteísmo que realiza Philip Clayton. Charles Hartshorne concibe a Dios como “conciencia eterno-temporal que conoce e incluye el mundo” (lo que resume en el acrónimo ETCKW, Eternal-Temporal Conciousness, Knowing and Including the World). Y Daniel Nikkel ha calificado a Paul Tillich de panenteísta, por el distintivo lenguaje de “ser” que emplea el teólogo germano-norteamericano.
                Pero a pesar de la aparente dispersión de concepciones, es posible establecer un terreno común compartido por los diversos panenteísmos, especialmente estudiado el vocabulario que utilizan un pequeño grupo de teólogos (“panenteístas clave”) que se ocupan de esto: Philip Clayton[xvi], David Ray Griffin, Charles Hartshorne[xvii], John Macquarrie[xviii], Jay B. McDaniel, David A. Pailin y Arthur Peacocke[xix].
    Para los estudiosos de la filosofía, los autores parten de la definición clásica de “panenteísmo”, que es la que ofrece el Oxford Dictionary of the Christian Church: “La creencia (convicción) de que el ser de Dios engloba e impregna la totalidad del universo, de suerte que todas las partes de este existen en él”[xx]. El experto, Michael W. Brierley, considera que esta es una definición “débil” porque apenas va más allá de la definición literal de la palabra. La afirmación de que Dios “engloba” el universo se limita a afirmar el significado literal, “todo en Dios”, con Dios como sujeto, dejando la “impregnación” como la única glosa de lo que de hecho podría significar la “inclusión” del universo o su existencia “en” Dios.
                La pregunta permanece, por tanto, abierta: ¿en qué sentido existe el universo en Dios? Es posible que esta imprecisión en el significado del sintagma: según Polkinghorne (2008) “todo en Dios”, sea responsable de parte de las “tentadoras ambigüedades” que “parecen lastrar el debate panenteísta”[xxi].
                Cieertamente, la ambigüedad del “en” ha llevado a algunos teólogos a distinguir entre diferentes tipos de panenteísmo[xxii]. Asi, por ejemplo, McDaniel distingue entre el panenteísmo “emanatista” y el panenteísmo “relacional”. En el primero, el cosmos es manifestación directa del ser mismo de Dios, de suerte que la acción creadora del universo es a la vez acción creadora de Dios. En cambio, el panenteísmo “relacional”, para McDaniel, permite al cosmos independencia creadora respecto a Dios, de modo que la humanidad posee su propio poder creador.
                Análogamente, Gregory R. Peterson (Universidad del Estado de Dakota) habla de panenteísmo “débil” y panenteísmo “fuerte”. La versión “débil” se refiere (solo) a la presencia de Dios en el universo, mientras que la versión “fuerte” implica cierta identidad entre ambos.
    Pero estas opciones resultan ser, sin embargo, elecciones superficiales a la luz de las ocho facetas del lenguaje panenteísta que son (en gran medida) comunes a los autores panenteístas más importantes y explicitan realmente el “en”[xxiii]. Estas facetas son: 1. El cosmos como cuerpo de Dios; 2. Lenguaje de “en y a través de”; 3. El cosmos como sacramento; 4. Lenguaje de entrelazamiento inextricable; 5. Dependencia de Dios respecto del Cosmos;  6. Valor intrínseco y positivo del cosmos; 7. Pasibilidad divina;  y 8. La Cristología gradual. Estos rasgos son aplicables a modo de “test” a los teólogos para ver si es posible calificarlos como panenteístas.
    En definitiva: las personas de nivel intelectual universitario y mentalidad interdisciplinar encontrarán en este volumen un arsenal intelectual poderoso que puede reelaborar muchos de los paradigmas heredados de otras filosofías. Un capítulo extenso con las notas y un índice biográfico de los autores, completan el estudio. Resaltemos la cuidadosa y actualizada (para los trabajos en español) del traductor, José Manuel Lozano-Gotor.
     
    LEANDRO SEQUEIROS. Presidente de la Asociación Interdisciplinar José de Acosta.

    • Carmen

      Por supuesto no le sigo, ni siquiera lo voy a intentar. Demasiado para mí.
      Creo que he leído algo suyo, o he visto algo suyo . No recuerdo bien. Algo así como algo relacionado con una especie de misa , no recuerdo. Pero me gustó. Relacionaba la naturaleza con Dios, pero no como creador, sino como una especie de reflejo suyo. O quizás parte de ella.
      Me gustó.
      No sé a qué se le llama panteísmo exactamente. Tampoco ese término nuevo para mí que ha utilizado. Panenteismo. Lo acabo de mirar.
      Solamente le quiero decir que a muchas personas, muchísimas,el Dios que nos han contado se nos ha quedado pequeño. No queremos un Rey. No queremos a nadie todopoderoso. Nos sentimos un poco en comunicación con Ello cuando nos sentimos por unos segundos parte de la naturaleza que nos rodea. Nos sentimos como que pertenecemos a la misma materia, o sustancia, o como lo quiera llamar. Shakespeare lo dijo muy bien con aquella frase: de la materia de la que están hechos los sueños. Pues eso exactamente. Nos sentimos hechos como de la misma materia, como que pertenecemos a un todo en el que también está incluido Ello. No sé si eso es panteísmo o panenteismo. La verdad, no me importa cómo se llame. Pero por ahí va un sentimiento que está pegando fuerte entre muchas personas que conozco. Muchas.

      Supongo que usted acaba de introducir un nivel altísimo, propio de su condición de profesor de teología. No es el mío.Solamente escribo esto porque me gustó aquello que vi y no recuerdo bien. A lo mejor le interesa saber un poco como respiramos los de a pie. Algo me dice que sí, pero me he equivocado muchas veces.
      Y que quede claro que este sentimiento no nos ha invadido a muchos por leer autores que saben mucho. En absoluto. Ha sido sencillamente porque nuestro sentido de la realidad ha cambiado. Diría que porque la verdad se abre camino, pero no me atrevo, sería como desmerecer a un sinfín de personas que siguen creyendo en el Dios de Jesús. Además, tampoco sé lo que es La Verdad. Gracias a Dios.
      Mucha suerte.

    • Carmen

      Ya sé lo que vi. Un vídeo sobre la misa del mundo de Teillard de Chardin. Estaba firmado por usted. Hace como diez años. Lo encontré en el blog de Lamiarrita. Pero ahora no puedo encontrarlo.
      Por lo visto usted es un estudioso de este señor. A mí también me gusta, pero al final, me pierdo con todo eso de la cristosfera.
      De lo que se deduce que es usted jesuita. También podía haberlo deducido antes por aquello de ser profesor en la facultad de teología de Granada, pero soy lenta.
      Si quiere y le apetece y lee esto, le podría mandar a Antonio Duato el enlace , a lo mejor le gusta y lo sube a Atrio. Creo que le gustaría a muchas personas que entran aquí. O quizás me equivoque otra vez.
      No sé.
      Gracias por su atención, en caso de que me la preste. Y si no, también. A ver si se reabre este debate y no dejan solos a los autores del libro de los seis Teølogos. Ojalá entrasen más personas como usted y la gente entendida en estas cosas vea que esto no es una idea caprichosa y pasajera. Antes o después llegaría a todas las personas, sepan o no te teølogia.
      Ojalá.
      Veremos.

  • Román Díaz Ayala

    6.- Comentario a Mateo 16,18

    El análisis crítico de un texto exige  consultar entro otras cosas a los testigos. Llamamos testigos a las copias más antiguas conservadas de los textos del Nuevo Testamento (de la Biblia en general)

    El pasaje en cuestión va desde los versículos 13 al 20 del capítulo 16. “Ecclesía”, Asamblea, en el Antiguo Testamento designaba a la comunidad mesiánica del pueblo elegido, evocando principalmente a la etapa del desierto, que en Mateo debemos ubicar paralelamente a Reino de los Cielos.

    En la literatura clásica (la grecorromana) muchas de las obras disponen a lo sumo 2 o 3 copias en un plazo de tiempo de más de mil años de los autógrafos originales. Estoy citando  Historia de la Biblia, Miguel Pérez y Julio Trebolle, Ed. Trotta.

    Del Nuevo Testamento podemos disponer de 3.000 manuscritos añadiendo con las lecciones litúrgicas otros 10.000 manuscritos de las versiones antiguas, así como miles de citas en los escritos de los Padres de la Iglesia.

    En tiempos más modernos, desde el Renacimiento,  se despertó el interés por el texto “mejor y original”. Se buscaron los textos más antiguos. Así se encuentran papiros a partir del siglo II. Y en del siglo IV, copias en códices de pergamino. Los pairos en conjunto cubren el 40 por ciento de todo el Nuevo Testamento. (siglos II y III)  Los códices suman hasta 268 en el siglo IX, p.e. el Códice sinaítico  de la primera mitad del siglo IV.

    En ninguno de ellos hay variantes por adición u omisión a estos versículos, aunque nos referimos en especial al 18. La principal y más enconada crítica que se hace, en especial del campo protestante radica en su interpretación y no para negar que habla Jesús de una comunidad escatológica que comenzaría en la tierra como organización (asamblea) organizada, sino para negar que Jesús instituyese a Pedro como jefe.

    7.- La promesa de este pasaje no se refiere a la inerrancia (infalibilidad) del papado o de la Iglesia sino en la victoria asegurada de la comunidad cristiana sobre las fuerzas del infierno Se entiende en un sentido escatológico.

  • Román Díaz Ayala

    5º.- ¿Qué es la ortodoxia?  Algo más que una recta doctrina.

    En Cristo el esfuerzo humano adquiere su sentido, queda incorporado a la obra de salvación.

    Nada hay más ortodoxo que la reinterpretación del dogma, un esfuerzo de purificación, de eliminación de adherencias culturales en un esfuerzo de acomodo a nuevos contenidos. El lenguaje es como el envase del regalo. Cada nueva generación. tiene que hacer suyas las verdades reveladas.

    Pero no me permito continuar por esos supuestos teológicos para no alejarme del debate. El estado de la cuestión establece como  adelanto y conclusión la primacía cientificista sobre las verdades y los hechos revelados. Como bien escribía José María González-Ruíz. “esos humanismos se encierran en un callejón sin salida…la gracia..es gracia; es un don gratuito, que no viene a suplir, ni mucho menos a rivalizar con la naturaleza. La gracia no interfiere la naturaleza (yo añado; no violenta la voluntad humana); pertenece a un orden distinto y no puede ponerse en parangón, positivo o negativo, con la naturaleza humana”.

    La ortodoxia es y no es simplemente una recta doctrina encerrándola sólo a nivel del pensamiento, “una realidad cognitiva”, sino con y para una ortopraxis. Dios se nos presenta como un Dios gratuito e inesperado, como salvador, Exige de nosotros este acto  la correspondiente respuesta actuante que de conformidad a nuestra vida. “Aprended de mí”. “No me llaméis Señor, si no hacéis lo que yo os digo”, etc.

    Un seguimiento envuelve una vida de cumplimiento de sus mandamientos y que Jesús resumió en dos, añadiendo luego un tercero y nuevo : “amaos  unos a otros”

    José María Vigil propone desmontar el “Theos”, que califica de “realidad cognitiva”, quizás  porque ha redescubierto la inutilidad de la hipótesis-Dios para explicar el enigma humano. Pero no se me escapa que esto fue un planteamiento marxista y que así encontraba  cabida para el esfuerzo humano. A tal tesis apunta cuando se plantea qué será del ser humano después del Theos. Era una atadura para la humanizacíon.

    Pero para introducir en éstos sus planteamientos o su tesis del teísmo su herencia cristiana, se ve obligado a realizar o aceptar un destilado de la personalidad histórica de Jesús, prescindiendo de toda referencia al Dios de nuestro Señor y su relación íntima y especial con Él.

    La ortodoxia ni es un refugio ni defensa para mantener a salvo la doctrina.

    La doctrina cristiana comprendida en los textos bíblicos y en la predicación histórica admite varios modelos o métodos de interpretación, los clásicos son cuatro. La comunidad eclesial recibió esta rica herencia de los judíos estudiosos de la Ley, los cultivó y los guardó como un tesoro. En esas claves se leen e interpretan muchos pasajes también del Nuevo Testamento. Excusa decir que son otra cosa distinta a la querencia de Griegos y Romanos por el mito, de lo que se abusa ahora para restarle a los textos bíblicos su importancia.

    Por último, la controversia ortodoxia versus ciencias modernas soslaya lo más importante en el debate: “La aportación positiva del mensaje bíblico al esfuerzo autocreador de la humanidad es exactamente el sentido cristiano de la Historia” (De J.M. Glez-Ruíz)

  • M.Luisa

    Todas las descripciones de la realidad, no son más que hipótesis temporales”. Buda Shakyamuni.

     A ello, leo que dice Isidoro que  la búsqueda del conocimiento de la realidad, es un proceso perpetuo de acercamiento a esa realidad. Por eso es verdad que todo conocimiento es provisional, hasta que se llegue a uno mejor y más acertado.

    De la frase de Buda Shakyamuni  extraigo una versión un poco distinta que tiene que ver más con la exposición del tema que hace el artículo.

    A mi modo de ver, el conocimiento de la realidad  no comienza por ser búsqueda a modo como lo era   la antigua epistemología dual, es decir, conocer no es ir de una zona de realidad  a otra zona de realidad, sino que consiste en emprender un proceso partiendo desde la realidad  donde ya se está, pero no  en condición de alejamiento sino tan solo de distanciamiento  y es en este distanciamiento donde precisamente se inscriben  las distintas descripciones de la realidad porque, entiéndase bien,  la  provisionalidad   no es cosa de un mejor o peor conocimiento, sino de cómo en él nos da certeza la realidad, de cómo en él se nos actualiza.

     

  • Isidoro

        El psicólogo Joseph Campbell estaba convencido de que la raza humana, unida en su historia biológica, así como en la espiritual, que por doquier se ha desarrollado, avanza irresistiblemente hacia una especie de poderoso clímax, del cual ha de surgir, el próximo gran movimiento. 
     
       Otros son menos optimistas. Mucha gente opina que las condiciones naturales de la especie “homo sapiens sapiens”, no permitirá a sus integrantes llegar algún día al estado de racionalidad, autocontrol y buena convivencia, necesarios para llegar al Punto Omega teilhardiano.
     
           Piensan que los procesos de mejoramiento personal que la moderna psicoterapia y algunas religiones proponen al hombre, difícilmente podrán superar nuestros condicionamientos.
     
         Este pesimismo es antiguo. Es el origen del mito de la Caída del Pecado original, que nos habría degradado a unas condiciones ínfimas.
     
         En una nueva versión del Génesis que se encontró  entre una comunidad de judíos samaritanos en la isla de Elefantina en el Alto Egipto, se narra que Dios antes de crear al hombre, reflexionó y dijo: “Lo crearé, pero será el único de todos los seres eternamente inacabado. Llevará siempre el amor, la verdad y la justicia, como imagen mía, pero nunca las realizará”.
     
         Elaine Pagels, estudiosa del gnosticismo, (tan denostado por la ortodoxia), explica que la palabra “hamartia”, que en el Nuevo Testamento se traduce por pecado, tiene su origen en el deporte del tiro con arco y significa literalmente “errar el blanco”.
     
       Nuestra tendencia al error es consustancial con nuestra mente errática y poco fiable. Esa es la condición humana normal, y las atestadas consultas de los psiquiatras y psicólogos así lo atestiguan
     
        Pero el hombre debe de forma serena afrontar la situación de que debe ser él, el que resuelva sus problemas. Como muy bien dicen los gnósticos de toda época, la “salvación” está en el conocimiento de sí mismos  y en evitar así el error y la alienación.
     
        Y también cuando dichos gnósticos, creían que era la ignorancia y no el pecado la causa del sufrimiento de las personas. En este sentido tenían unos conceptos religiosos que se asimilan en bastante grado con el budismo y con la psicoterapia moderna.
     
         A este respecto, es muy significativa la anécdota que cuenta Santa Teresa, que le sucedió con la voz de Dios que oía en su interior. En la primera etapa de su vida religiosa, hubo unas elecciones en su convento a superiora, y Teresa en una de sus conversaciones, oyó la voz de Dios, que decía que era su voluntad que ella saliera elegida. Teresa, entonces, no hizo ninguna “campaña”, con sus compañeras, y salió elegida otra.
       Días después Teresa en otra conversación, preguntó a la “voz”, que qué había pasado. Y la voz le respondió: “Yo quería que salieses tú, pero las monjas quisieron a otra”.
     
        En el Códice sivaítico de Cashmir se afirmaba que el mayor secreto del mundo es que no hay ningún secreto. Traducido a términos religiosos, significaría algo así como que aunque haya cosas ahí fuera, en realidad no va a haber ninguna intervención directa en nuestras vidas, y tenemos que hacerlo nosotros los humanos.
     
        Es lo que predicaba el iluminado Buda Sakiamuni, cuando decía que los dioses existen, pero no intervienen, así que preocupémonos nosotros por lo nuestro. Por eso muchos niegan al budismo la condición de verdadera religión. Y por eso el budismo, purificado y despojado de sus adherencias históricas, es la religión más razonable y adaptada a la modernidad.
     
       Esta actitud “quietista” respecto a la relación con  Dios, es compatible con intuirlo muy cercano. Es como la familia, que contamos con ella, y nos apoyamos en ella cuando lo necesitamos, pero un adulto vive su vida, sin estar llamando a su “mamá”, para las cosas del trabajo, o del amor.
     
        Esta actitud religiosa está avalada por muchas tradiciones religiosas. El hombre verdaderamente religioso es el que no busca a Dios, solo deja que Dios se acerque a él. Lo decía Eckart, lo dicen los budistas: “Si buscas a Buda, no verás a Buda”.
     
        Y lo dicen los taoístas: “Si una persona busca el Tao, esa persona pierde el Tao”.

    • En relación con la anécdota de santa teresa y la actitud quietista que describes, es perfectamente coherente con el pensamiento cristiano.
      Hace muchos años en una catequeisis me explicaron una nueva interpretación de las Bienaventuranzas.
      Se nos ha transmitido que cuando dice la bienaventuranza a los pobres porque “de ellos es el rReino de los Cielos” significa que deben alegrarse porque cuando mueran recibiran la acogida en el reino.
      Pero se nos olvida que la verdadera concepcion de Reino de Dios es un estado nunca terminado, siempre en construcción que los cristianos deben (debemos) construir cada minutro de su existencia,
      En ese sentido cuando se dice “de ellos es el Reino de los Cielos” lo que nos están diciendo es “¡Ea, alegraros que los cristianos al construir su reino se vana a ocupar de vosotros!”
      Y lo mismo de los mansos, los que lloran o los que sufrem.
      El Dios cristiano, no interviene en las cosas del mundo porque los humanos somos libre de actuar. Si interviniera, no seríamos libres.
      Por eso dicen en mi pueblo ese aserto tan sabio d: “¡Sí, sí. Fíate de la Virgen y no corras!”
      Somos nosotros los vehículos mediante los cuales Dios, sea quien sea ese Dios, y sea lo que sea ese Dios, se manifiesta a los hombres y las mujeres.

  • Isidoro

        “Todas las descripciones de la realidad, no son más que hipótesis temporales”. Buda Shakyamuni.
     
     
        La búsqueda del conocimiento de la realidad, es un proceso perpetuo de acercamiento a esa realidad. Por eso es verdad que todo conocimiento es provisional, hasta que se llegue a uno mejor y mas acertado.
     
        Pero el uso de este argumento real, en defensa de sistemas de conocimiento arbitrarios, (porque lo ha dicho Dios en persona, o porque lo ha dicho el papa de Roma, o el gurú Pepito), es bastante ventajista y deshonesto intelectualmente.
     
         Todo es mejorable, pero no todo es igual. Pero estos son tiempos en lo mismo da Julio César que Julián Cerezas, advertía Mairena.
     
       Decía Unamuno que “la ciencia sirve de un lado para facilitar la vida con sus aplicaciones, y de otro de puerta para la sabiduría. ¿Y no hay otras puertas?”.
     
          Esa es la pregunta clave, ¿hay otras puertas de acceso a la sabiduría, aparte de la ciencia?. ¿Es una puerta válida al conocimiento de la realidad, la ideología religiosa, basada en revelaciones divinas, e interpretada por colegios cardenalicios y obispales?.
     
        Lo que es seguro es que la ignorancia en principio no lo es. Y peor la ignorancia voluntaria y soberbia. Ya dice el psiquiatra Pablo Malo que “la ignorancia no es, la mayoría de las veces, un vacío que hay que rellenar, sino un muro mantenido activamente, la mayoría de las veces por mecanismos inconscientes”.
     
       La clave sería transformar esa ignorancia inconsciente, en fértil y vigorosa ignorancia consciente, que es la clave de todo descubrimiento.

    • Isidoro

      Quiero aclarar que la pequeña diatriba anterior contra la “sabiduría eclesial”, no incluye a la “sabiduría jesuánica”, que es digna de muy alta consideración.

      En estos tiempos modernos, sería un pecado de lesa estupidez, ignorar el hecho de que Jesús de Nazareth, (por lo que sabemos de él), fue una de las luminarias de la historia humana, quizás posiblemente la más alta. Y por eso su enseñanza es digna de toda consideración, por lo menos para mí.

      Pero como todas las enseñanzas de los maestros que en la historia han sido, somos nosotros mismos quien tiene que comprender-la e interpretarla, y nunca un grupo de señores, la mayor parte muy ancianos, que no han sido elegidos por su sabiduría humana, sino por otras cuestiones casi siempre orgánicas.

      Cada uno elige sus maestros, pero luego nos deberemos atener a los resultados.

      • Román Díaz Ayala

        Resulta curioso que después de lo primero, vuelvas a referirte a lo mismo sobre lo misma aclarando que te referías haciendo distinción entre una “sabiduría eclesial” (objeto de la diatriba) y una otra sabiduría “jesuánica”, siendo así que con igual derecho quienes se consideren o se hayan considerado parte de esa ekklesía consideren que hacen referencia a la sabiduría jesuánica. Cuestión de matices.

        De todas maneras aclaras conceptos, porque quienes apuestan de firme por un movimiento “pro Jesús”, se reafirman en poner distancia de lo eclesial, ya desde sus orígenes hasta el día de hoy, cifrando estos orígenes en años posteriores a la muerte y resurrección de Jesús, y negando taxativamente esta última como un hecho realmente ocurrido, sino como un acto de creencia. La Iglesia viene a ser la institución propia del Cristianismo, una construcción cultural que tiene además un fundador histórico que no es Jesús mismo. Y así se vuelven a reafirmar en que la Iglesia y el Cristianismo obedecen a una etapa histórica, no importa cuan larga haya sido, que ha ocultado sistemáticamente u oscurecido la persona y el mensaje (legado) de Jesús.
        Aunque anuncié en comentario anterior en respuesta a uno tuyo que explicaría una segunda razón o motivo para mi desacuerdo sobre la tesis del teísmo, no han existido razones posteriores para ello. (Olvidé el sabio consejo de Alberto Revuelta) Entretanto surgió la contribución, segunda de su serie, de Santiago Villamayor, cuyos argumentos no aportan nada nuevo, pero que reafirman la línea que está siguiendo el debate. Mientras no se coincida en un análisis más junto a la realidad de lo que somos no caben reflexiones sobre lo que Dios nos tiene revelado.

        • Isidoro

          Amigo Román, para mí, la diferencia entre la sabiduría jesuánica y la sabiduría “eclesial”, es que la primera la tiene que descubrir e integrar en su cosmovisión cada persona: es un café aromático que se hace cada uno en el hornillo de su “alma”.

          Mientras que la sabiduría eclesial, es un café recolado, que huele más a cafetera que a café.

          La misma Iglesia reconoce, que además de lo que se conoce escrito sobre las predicaciones de Jesús, (que es poco, tardío y contradictorio), en la interpretación del corpus cristiano, entró la “Tradición”, que no se sabe muy bien en realidad que es, y que la historia eclesial de los cinco primeros siglos, hace muy sospechosa de todo tipo de errores, (ojo, yo no hablo de engaños malintencionados, solo a los errores humanos tan universales, de los que nadie está libre).

          Aquí la cuestión de fondo está en la concepción sobre la naturaleza de la acción del Espíritu de Dios, (tan grato a ti como a mí –aunque no lo parezca).

          Tú y los ortodoxos, creéis que la Iglesia Católica dispone de una asistencia especial del Espíritu de Dios, que la hace inerrable en el pasado y en el presente, cosa que la historia ha demostrado falso en multitud de ocasiones.

          (Creencia basada en unos versículos evangélicos, que hoy se sospechan espurios y posiblemente adicionados, debido al fervor orgánico y eclesial de algún clérigo copista bienintencionado).

          Yo creo que la acción del Espíritu, es universal, (e indirecta), a todos los humanos, y viene canalizada mediante unos elementos concretos en la naturaleza humana, (los arquetipos sapienciales de todo humano, que hay que activar, y escuchar).

          Yo comprendo que mucha gente, necesita una mediación cognitiva, y hay que darles el mensaje, mejor o peor, pero claro, pues la interpretación de los evangelios, no es sencilla y fácil.

          Por ello la Iglesia, ha cumplido su papel, durante estos veinte siglos, pero en un futuro con los humanos mas maduros y conocedores de la realidad, su papel, debe cambiar.

          El grave problema de todo diálogo, es que cada uno vive en un mundo cultural, diferente, con sus propios imaginarios, y esquemas mentales. Y eso ya no se cambia fácilmente. Por eso al final, lo único que cabe es el respeto pluralista por cada persona, y que cada uno viva su experiencia propia.

          • Román Díaz Ayala

            Isidoro, pretendo que mi respuesta a tu comentario sea lo más ceñida posible a tus afirmaciones, algo que tengo que preparar una vez te haya leído con más detenimiento para captar mejor tu argumentación. Pero tengo unos espacios de más difícil comprensión entre estos dos párrafos tuyos:
            ” Tu y los ortodoxos, creéis que la Iglesia Católica dispone de una asistencia especial del Espíritu de Dios, que la hace inerrable en el pasado y en el presente, cosa que la historia ha demostrado falsa en multitud de ocasiones”
            (Sobre esto en concreto podría responder sin dificultad, pero fíjate en lo que sigue)
            “(Creencia basada en unos versículos evangélicos que hoy se sospechan espurios y posiblemente adicionado, debido al fervor orgánico y eclesial de algún clérigo copista bienintencionado)”

            No encuentro tal pasaje evangélico. ¿Me puedes decir, aunque sea a modo grosso, a qué pasaje puedo atribuirlo? Creo que tanto la Iglesia Ortodoxa, como posiblemente yo, tendríamos alguna dificultad en aceptar sin más que la Iglesia Católica Romana, sea la misma la que goce de esa infalibidad según qué.
            Espero no cansarte abusando de tu paciencia.

          • Isidoro

            Cuando hablo de ortodoxos, no me refería a la Iglesia ortodoxa oriental, sino a los que siguen la ortodoxia doctrinal.

            Respecto al pasaje evangélico, me refiero a lo de la entrega de las llaves a Pedro, y a lo de “lo que atares…”, y en general a la fundamentación de entrega de la autoridad doctrinal de la interpretación del mensaje de Jesús.

          • Román Díaz Ayala

            Contesto sólo a una primera parte.
            Sabiduría jesuánica versus sabiduría eclesial.
            Error de apreciación que se va haciendo cada vez más frecuente en algunos círculos. Jesús se os presentó como la verdadera sabiduría y con Él establecemos una relación. La Comunidad eclesial realiza una labor auxiliar de nodriza. La Iglesia no engendra, sino que recibe y acoge a los nacidos en la fe. Esta fe es de índole relacional y conlleva consigo una praxis, una conducta de vida, no unos ritos supletorios. Si hacemos otro tipo de praxis y se establece una relación distinta, hacia la mera enseñanza de la Iglesia (el Magisterio) nos estamos conectando a un cuerpo doctrinal muerto, sin vida, que no da vida, a la letra, pero no al espíritu de la Ley de Cristo., alimentamos entonces una ideosincracia, el cadáver de un cristianismo nominal que se conserva en lo meramente cultural.
            Tu imagen del café recalentado resulta así muy sugerente
            2º”Lo que se conoce escrito sobre las predicaciones de Jesús es poco, tardío y contradictorio.”
            Ojalá hubiera llegado más hasta nosotros, pero el contenido de los cuatro Evangelios canónicos junto con los restantes libros del Nuevo Testamento (la parte cristiana de la Biblia) hasta un total de 27 históricamente han mostrado su suficiencia.
            Estos libros, y en su redacción definitiva tal como han llegado hasta nosotros tienen como media de redacción una distancia en el tiempo de apenas 30 o40 años a partir de la Pascua del año 30, cuando murió y resucitó Jesús y aconteció Pentecostés.
            Para el año 50 se data la redacción aramea de Mateo y la presencia de las varias “colecciones”, que habían empezado a circular, obra de los llamados evangelistas de oficio. Iban consignando por escrito lo que era objeto de su predicaciones y sus enseñanzas en las comunidades sobre las obras y dichos de Jesús. El Evangelio de Juan fue el más tardío, se supone que ya en su exilio de Patmos del año 95 anciano y rodeado de su círculo de discípulos.
            Las contradicciones que puedas encontrar son casi siempre sino todas, redaccionales, prueba evidente de su tradición oral.. De haber existido contradicciones substanciales ya se habrían puesto en evidencias en épocas muy tempranas.
            La tradición que se salvaguarda y que es digna de llamarse así es la de los apóstoles con aquella primera generación de testigos. De ahí la fiabilidad de los textos.

            3º De los cinco primeros siglos, casi todo dentro del Imperio romano, aunque hay historiografía de evangelizaciones en territorios fuera del mismo, tendría que escribir muy largo entrando en cuestiones que se apartarían del contenido central de este debate.

            4º Has vuelto a acertar en lo de “la concepción sobre la naturaleza de la acción del Espíritu de Dios” (Espíritu Santo) Pero el planteamiento sería de tal naturaleza que no cabe en el espacio de estos comentarios. Tendría que empezar por el Evangelio de Marcos (Capítulo 16, el final)
            “Jesús resucitó en la madrugada, el primer día de la semana , y se apareció primero a María Magdalena…” alguien te dirá que es una adición al texto original, pues rompe algunas tesis. Una ves vistos los finales de los evangelios tendríamos que seguir detenidamente el comienzo del libro de Hechos hasta Pentecostés con profusión de detalles.

            Me he alargado demasiado, a pesar de que intenté buscar la brevedad.
            Un saludo

          • Asun Poudereux

            Muchas gracias a los dos, Isidoro y aRomán por este fluido y respetuoso intercambio de opiniones. Lo sencillo es doblemente valioso.
            Que la Iglesia tieneque fambiar,de acuerdo.Entonces, cambiemos antes cquienes la conforman.ignorancia es tirar al blanco de lo otro، sin reparar en el nuestro. Besos a los dos. Feliz semana atriera.

          • Román Díaz Ayala

            Gracias a ti también Asun.
            Un fuerte abrazo

  • En primer lugar, dar por mi parte, muchas gracias por permitirme entrar en este debate a pesar de mi escaso conocimiento sobre temas de filosofía y teología (A veces requiere por mi parte un esfuerzo notable de uso del diccionario tratar de entender algunos argumentos. Pero es apàsionante).

    Otro asunto sobre el que, pienso, merece la pena reflexionar es el concepto de certeza (no quisiera usar el término “verdad” porque ha sido usado demasiado por las religiones y no expresa exactamente lo mismo).

    Los ateismos cientifistas, utilizan la ciencia como una “productora de verdades”.

    Es muy común escuchar en argumentos provinientes de personas ateas, frases como: “La ciencia dice esto o aquello” o “esto es cientificamente cierto”

    Sin embargo, si algo tiene la ciencia como base de su existencia es que nunca ofrece certezas. Para que algo sea cientñificamente tratable, debe ser en primer lugar ,edible y en segundo lugar falsable. Pero el que sea medible ya sabemos que no lo hace necesariamente cierto.

    La ciencia actual cada vez se parece más a un niño tratando de “entender” para que sirve la Teoría de Conjuntos, imaginando e imaginando cosas que sean coherentes con lo que le explica la maestra (en nuestro caso con lo que las matemáticas dicen que es la realidad) pero que en muchos casos, de hecho la mayoría, no son más que ejercicios mentales que, de hecho hay ocasiones que es seguro que no es posible hacer una demostración científica (como la famosísima teoría de cuerdas)

    La ciencia, cada día tiene menos claro lo que es y lo que no es cierto en nuestro conocimiento del Universo y de nuestra propia realidad y sin embargo, nosotros nos exigimos en enuestra reflexión sobre Dios, certezas que nunca podremos tener.

    Hablar de Dios es siempre una aproximación intuitiva y como toda aproximación intuitiva, parte siempre de dentro.

    Hablar de “verdad revelada” es algo que ahora mismo  no se sostiene. para hablar de verdad revelada debe haber un emisor (Dios), un receptor (Un hombre o mujer concretos. No sirve aquí decir “La Humanidad) y un canal de comunicación, y hoy en día sabemos que las zarzas ardiendo no hablan.

    Por ello yo estoy mas cercano a la reflexión que lei en un librito de Rudolf Otto (Lo Santo) en el sentido en que cada ser humano tiene una experiencia de ese ser que llamamos Dios (el lo llama lo numinoso) y que cuando trata de racionalizarlo, esa experiencia se convierte en religión.

    Por hablar de mi experiencia personal, que es casi de lo único que puedo hablar, yo soy cristiano educado en la tradición católica, pero  volando libre desde hace mucho tiempo.

    Como ser subjetivo que soy siempre trato de hacer coherente mis experiencias de Dios o mis reflexiones sobre Dios con esa tradición cristiana (no siempre con éxito) y he llegado a la conclusión de que esa religión, y por extensión todas las religiones, para poder entrar en un debate serio sobre la esencia y existencia de Dios, debe despojarse de una enorme cantidad de ropajes puestos ahí por personas con una buenísima intención, pero cargados también del mal del dogmatismo y acostumbrarse a vivir con la falta de certezas.

    Por volver al principio de mi comentario, sólo cuando seamos capaces de despojarnos de esos ropajes (que es la parte fácil) y olvidar que existe la verdad porque no podemos alcanzarla, acostumbrarnos a vivir en la incertidumbre, cosa que la ciencia, desde Heisemberg y su principio tiene cada día más claro, estaremos cerca de Dios… si es que existe.

     

     

    • ana rodrigo

      Bien venido ; Antonio LLaguno, me ha gustado lo que dices. Aquí la mayoría de quienes escribimos, lo hacemos desde la incertidumbre en cuestiones de fe y ninguna certeza acerca de Dios, porque “nadie lo ha visto”. Otra cuestión es el hombre Jesús, su vida humana y su vivencia religiosa.

    • Carmen

      Ok
      Me gusta.
      Estoy en esa línea

    • mª pilar

      ¡Gracias Antonio Laguno, por lo que nos comparte!

      Me siento en total sintonía con cuanto nos expresa, y lo agradezco de todo corazón.

      Un abrazo entrañable.

  • Román Díaz Ayala

    Isidoro García hace una reafirmación del deísmo- no teísmo frente a las propuestas de superación del supuesto teísmo, que según el autor rige desde hace seis mil años. Isidoro ve que ese deísmo ha sido una constante en el pasado y en el presente conserva toda su vigencia. Por otro lado ve el carácter artificioso del teísmo que se nos explica.

    Y yo lo entiendo y lo comparto por dos razones, ambas desde mi posición de fe, que no es la de un iluminado, sino como receptor de una gracia que viene de arriba y de la cual participa toda la humanidad pasada y presente. Esa fe natural que está reflejada en algunas partes del Nuevo Testamento.

    En primer lugar no comparto su visión antropológica, esa concepción del ser humano de soledad absoluta sumido en la inmanencia. Antropología presentada como un avance cientificista, un abandono de la teología cultivada durante siglos en nuestro entorno cultural. Esa teología poseía un anclaje, una base firme en la filosofía heredada de los griegos con un perfecto maridaje, donde la explicación del misterio, es decir, las verdades reveladas, quedaban en un segundo término.

    De acuerdo con que el ser humano es un misterio para el propio ser humano. Nuestra soledad radica en nuestra conciencia. Somos conscientes y conocedores. Somos parte del Cosmos y al mismo tiempo nos diferenciamos de él porque nos lo hacemos presente y lo abarcamos. Podeos decir con seguridad que en todas partes encontraremos su naturaleza y sus cuatro fuerzas; la gravitatoria, la electromagnética, la nuclear débil, la nuclear fuerte… y así comprender que estamos dotados de una vida que nos hace diferentes y único. Esa vida diferente la llamamos espíritu. Tenemos derecho a preguntarnos de dónde venimos aunque la biología nos diga que pertenecemos al género primates y a la especie homo sapiens y que la  paleo-arqueología nos explique que hemos sido el final de un proceso de “hominización”. Porque la ciencia no pude dar cumplida respuesta a su correspondiente “humanización”, algo que no queda reducido a la simple evolución “cultural”.

    Porque tenemos, o somos, espíritus, estamos abiertos a la trascendencia. La evolución cultural explica el resto.

    La segunda razón queda para otro comentario.

  • M.Luisa

    De acuerdo Isidoro tienes toda la razón a veces en un comentario  no podemos más que ir resumiendo ideas,  sin embargo detenernos de vez en cuando   en algún punto ayuda para luego coger carrerilla.

    La diferencia que hago respecto a los humanos entre estar y ser en el Universo  no la encuentro    leyendo ese  punto 3   que me seleccionas, porque   cuando  más abajo te leo que la creatividad humana  es un producto de los poderosísimos instintos internos   parece más bien que te reafirmes con esta idea del mero estar en el Universo.

    La creatividad humana no es instintiva, es decir, no es obra de ningún instinto   aunque a este instinto a diferencia de el del animal  le queramos incrementar, fruto del racionalismo,  llamándolo instinto  poderosísimo. No, la creatividad, la belleza, la bondad etc.,  y todo lo que se le quiera añadir comienza por ser algo no interno ni instintivo, sino  intuitivo, es decir, intuición de algo exterior y por tanto captación externa.

    Entre un instinto  y una intuición   media una captación        de dominio eminentemente cognitivo  y por tanto    surgido por evolución a partir naturalmente del instinto, algo   completamente diferente    a la de un  incremento  de los instintos haciéndolos   poderosísimos a modo como pasó con el racionalismo.

    Con esta breve exposición    a lo mejor encuentras  más apropiado  ahora mi criterio epistemológico  porque precisamente el sentido del gusto es el que nos da el sabor de las cosas, ambas dimensiones  están en relación formando una unidad dentro del Universo.

  • Carmen

    Es que opino, creo, pienso, que una vez leído todo lo legible que en el mundo se ha escrito, suponiendo que eso sea posible, una persona puede atreverse a decir, vale, soy hija de mi cultura, de mi tiempo, deudora sin duda de todos los libros que he leído, de todos los autores que han logrado hacer que piense con algunas o algunas de sus obras,sea el género literario que sea.

    Y una vez reflexionado, ahí va mi opinión personal. Si a alguien le sirve de algo, me alegro, desde luego a la persona que escribe sí le sirve. Expresar lo que piensas y sientes es uno de los actos de libertad mayores , al menos para mí persona. Que se comparta o no tu idea es totalmente secundario. Este es el atractivo de este foro. O lo que sea Atrio.

    Ingenuidad ? Adanismo, Evismo, ? Incultura? Soberbia?

    Pues no lo sé. Sí se que es liberador.

  • Isidoro

    Amiga M. Luisa: Yo no solo digo que estamos en el Universo. En el punto 3, textualmente digo: “Estas religiones teístas se basan en unas revelaciones de dicha divinidad, en la que se explica un poco la cosmogonía, y se dan unos consejos éticos a la humanidad”.
     
       Y lógicamente, al ser fruto de una revelación divina directa, eso es palabra de Dios. ¿Cabe mayor teísmo?. ¿Está o no está relacionado con la controversia teísmo vs. no-teísmo?
     
        Los tres primeros puntos son una exposición resumida y su descalificación, (a mi entender), del teísmo. Y los restantes, son una loa y una justificación del deísmo-no teísmo, como la religión el hombre moderno, junto con una descalificación del ateísmo cientifista por pobre, miope y reduccionista.
     
        Todo muy resumido, porque si no nos alargaríamos a un ensayo.
     
       Tu criterio epistemológico de “¿Nos gusta, es bueno  este mundo de preeminencia teísta en la que lejos de nuestra responsabilidad  con él, lo hemos dejado al albur de una idea, de una  concepción ideológica?”, para mí, no es el pertinente. Las cosas son lo que son, no lo que nos gusta o es bueno o malo para nosotros a nuestro juicio.
     
         Ante la incognoscibilidad del Universo, (por ahora), tanto el teísmo, como el no-teísmo, como el ateísmo, son igualmente posibles, pero no igualmente razonables.
     
           Nosotros deberíamos buscar la hipótesis mas razonable, y menos fantasiosa, siempre con las dos grandes leyes epistemológicas:
     
    1. Ley de la “navaja de Ockham”. Este postulado se utiliza para explicar un fenómeno: si existen dos o más hipótesis, en igualdad de condiciones, lo más razonable es dar preferencia a la más simple. Es el freno de la imaginación.
     
    2. Pero también su contraria. Walter de Chatton, cuestionó la “navaja de Ockham”, y aportó su propia “antinavaja”.
     
          Dice así: “Si tres cosas no son suficientes para verificar una proposición afirmativa sobre las cosas, una cuarta debe ser añadida, y así sucesivamente”. Es el acelerador de la imaginación, cuando es necesario.

    • M.Luisa

      Con brevedad, Isidoro, y como premisa que considero de introducción fundamental para el estudio de las neurociencias a las que tanto apelamos aquí permíteme que añada unas pocas notas más a la respuesta que ayer ya te di con el fin de obtener de ti un mejor criterio a mi modo de concebir el conocimiento humano.

      Pero antes sepas el gran deseo que vuelco hacia tu hermana para que venza el Covid y regrese pronto a casa.

      Bien, ayer con toda la sencillez del mundo te dije aquello de que el sentido del gusto es el lugar donde encontramos el sabor de las cosas por tanto no está dicho que en el gusto se produzca ya el efecto último de ese acto que es comer un alimento. Lo determinante de esa acción, por ejemplo, no es causal, no lo da una causa, una cosa, no es efecto de ella, sino la de una función interna de este órgano sensitivo del gusto cuya determinación última la pone el aporte de sabor de ese alimento que precisamente por ser real provoca la obertura de aquella función. Estas premisas de carácter orgánico creo que son fundamentales para comprender mejor luego el estudio neurológico de nuestro cerebro.

      • M.Luisa

        …Ya dije en mi primer comentario que lo que nos pide el artículo creo que no es nada que su punto de partida tenga que ver con el Universo, sino más bien con una revolución en el seno de este mundo de mentalidad teísta que hemos construido. Ahora lo que se nos plantea, con la mirada puesta a lo que antes me he referido a lo que tu piensas de mi frase, es a pasar de ese mundo de mentalidad teísta que tanto nos ha “gustado”, mira por donde! A pasar de esta dualidad causal a la no dualidad de una mentalidad unificada funcionalmente que es la característica de la modernidad en la que en ella la parte subordinante ya no es la experiencia, sino que es la teoría la que se subordina a la experiencia. Espero me comprendas! Si no me lo dices que me explicaré mejor.

        • M.Luisa

          …Lo que te maravilla de tantos autores que citas, algunos de los cuales he leído, no es más que lo que se deja expresar en ese nuevo paradigma en el que la teoría, el Teo se subordina a la experiencia…

  • M.Luisa

    Pienso que  lo que se nos pide en esta entrada  no es  un contrastar ese nuevo enfoque revolucionario y relacionarlo  con   el Universo en el que estamos, según leo en el comentario de Isidoro,  sino   que  la cuestión  planteada aquí   tiene que ver más concretamente con el mundo  que los humanos  dentro de este Universo  hemos creado.

    En mi opinión   este sería como el primer   paso  para, precisamente, no perdernos en especulaciones. Entonces a partir de ahí  es cuando   surge la pregunta   ¿Nos gusta, es bueno  este mundo  de preeminencia teísta en la que lejos de nuestra responsabilidad  con él, lo hemos dejado al albur de una idea, de una  concepción ideológica?  Creo que es a partir de  aquí  donde  tiene cabida la  revolución cognitiva aquí propuesta.

    Si solo las religiones teístas  se hubieran limitado a decir     que existe algo desconocido e incomprensible esto no hubiera, de hecho, producido ningún daño,  lo tremendo ha sido  haberlo teorizado.

    • M.Luisa

      Nota aclaratoria sobre el por qué no estoy de acuerdo con que se diga solo que en el Universo estamos. Creo que describir así la cuestión es insuficiente, porque para mí en el Universo estamos y somos

  • Isidoro

    Muy interesantes el comentario de Antonio Llaguno, y el de Román y los demás, entrando en el tema. Yo quiero añadir mi granito de arena y ser concreto y poco o nada especulativo, (si fuera posible).

     

    1-Lo que haya en el Universo supralunar, no lo sabemos. Vamos viendo estrellas, galaxias, y fenómenos cósmicos, pero en realidad no sabemos de la misa la media.

    Y eso en lo referente al Universo en el que estamos. De otros posibles Universos, solo hay especulaciones. Y ya no digamos nada de lo que exista fuera de los posibles Universos.

     

    2. Las religiones teístas, lo que dicen es que existe “algo” desconocido, incognoscible e incomprensible para nosotros, que se relaciona directa y personalmente con cada ser humano existente.

     

    3. Estas religiones teístas se basan en unas revelaciones de dicha divinidad, en la que se explica un poco la cosmogonía, y se dan unos consejos éticos a la humanidad.

    Se calcula en unas 10.000 las religiones distintas que existen o han existido en la humanidad. Y casi todas ellas se han basado en una revelación, más o menos concreta. Y naturalmente, todas y cada una de ellas consideran su revelación como la buena, y descalifican como espurias a las otras 9.999.

     

    4. Unas veces en paralelo con esta fundación de las múltiples religiones, (y otras no), han aparecido en la historia humana, una serie de personajes de alta cualificación humana y de grandes cualidades de lucidez y sabiduría.

    Personajes como Pitágoras, Heráclito, Sócrates, Platón, Jesús de Nazareth, el Buda Sakyamuni, Mahoma, y muchísimos más, en mayor o menor medida, que han sido una guía en el devenir de la evolución cultural y cognoscitiva de la humanidad.

     

    5. Por otra parte, se da en casi todos los humanos, en mayor  menor medida, una cierta fenomenología “espiritual”. Y denomino “espiritual”, a toda esa serie de fenómenos emocionales, asociados a la experiencia personal de los tres grandes valores universales: la Verdad, la Belleza y la Bondad.

    Esa fenomenología “espiritual”, que en algunos casos llega a extremos extáticos, se da cuando damos suelta a unos instintos interiores que todos sentimos dentro de forma involuntaria e inconsciente.

    Estos poderosísimos instintos internos, son un gran atractor interno que da origen y cauce a la creatividad humana, que a su vez es el origen del Arte, (la Belleza), el afán de conocimiento e inventiva, (la Verdad), y a los grandes fenómenos humanos de abnegación y solidaridad humanas, (la Bondad).

     

    6. El hombre moderno, antes este panorama, intenta comprender  toda esta situación, y ante ella, unos se aferran al mito científico, reduccionista de que no existe mas que lo que se mide y se pesa, (los aristotélicos).

    Esto se produce en unos casos por falta de imaginación, y en oros, por tener la imaginación amordazada por los mitos y los apriorismos cientificistas.

    Y otros, los platónicos, aceptan esta realidad “espiritual” del humano, esos instintos internos que nos impulsan a creer en algún tipo de orden cósmico prefigurado y teleológico, por ahora desconocido.

    Ejemplo de esta dualidad humana es la relación entre Whitehead y Bertrand Russell, ambos grandes filósofos que coescribieron juntos un gran libro de Lógica matemática. Se repite una y otra vez la de Platón y Aristóteles, que ha quedado como paradigmática.

    Es muy significativa la frase coloquial de Whitehead sobre sus relaciones mutuas: “Bertie cree que soy un atolondrado, pero yo creo que él es muy ingenuo”.

    Whitehead, se dirigió hacia “una investigación profunda sobre los fundamentos de la realidad, girando en torno a las grandes ideas, las conexiones fundamentales que existen entre la ciencia, la filosofía y la religión”.

    “Si tenemos en cuenta lo que para la especie humana es la religión y lo que es la ciencia, no habrá exageración en decir que el curso futuro de la historia, depende de la decisión de esta generación decida en orden a las relaciones entre ambas esferas.

           Tenemos en ellas las dos fuerzas generales más poderosas, (prescindiendo de los meros impulsos de los diversos sentidos), que influyen en los hombres, y parecen estar dispuestas una contra la otra: la fuerza de nuestras intuiciones religiosas, y la fuerza de nuestro impulso a la observación exacta y a la deducción lógica”. (Alfred N. Whitehead (1861-1941))

     

    7. Investigaciones del neurólogo Adam Green, de la Univ. Georgetown, sobre el aprendizaje implícito o inconsciente, (capacidad de una persona para identificar patrones visuales complejos, inconscientemente), parece haber demostrado la existencia de un patrón cognitivo inconsciente, (fuente de intuiciones), que favorece y regula las creencias religiosas, y al tiempo otorga mayores capacidades intuitivas y predictivas a los que piensan que un poder superior regula el mundo, (ideas religiosas).

    En pruebas experimentales, las personas con mayor capacidad de uso de ese patrón imaginativo, eran personas del grupo controlado de personas creyentes.

    Esto parece indicar que la fe religiosa está relacionada con una mayor imaginación,y su uso libremente, y que muchos ateos, (no todos), lo son por falta o uso de la misma.

     

    8. Jung con su descubrimiento del “Inconsciente colectivo”, y los arquetipos junguianos, (que es un concepto que no tiene nada que ver con el clásico de arquetipo= modelo, sino con “arquetipo” = huella-rastro antigua), dio un paso de gigante, para encontrar dentro de la mente humana, el origen de toda esa fenomenología que llamaba antes “espiritual”.

    Realizó la gran labor de puente entre Ciencia y religión, y la superación de la contradicción aristotelismo-platonismo. Y ese es el futuro de la espiritualidad del humano moderno y científico como el que más.

     

    9. Ese creo yo que es la base y el sustento de la religión del “espíritu concreto”, que Tillich, preanunció pocos días antes de su muerte, y la razón de que Rahner, dijese que el cristiano del siglo XXI, será “espiritual y místico” o no será.

    (Entendiendo el “misticismo”, como el entrar en contacto y dar vía libre  a esos arquetipos sapienciales, de los que hablaba Jung).

    • Román Díaz Ayala

      Gracias, Isidoro, por exponer tus pensamientos al principio con un gran esfuerzo de exposición antes de introducirte en las citas de autores. Cuando arropas el proceso explicativo saltando de cita en cita me siento ( algo subjetivo) como si te buscaras amigos ocasionales para darle una paliza a alguien.
      Según los autores,(o el autor, y no los demás que se hacen acompañar en el libro, pues hablamos de un artículo y luego de un libro de varios autores) el teísmo es una realidad cognitiva, surgió el concepto Theos, hace unos seis mil años.
      Acota, por tanto eso de las diez mil religiones diferentes que según tu aprecias han podido surgir en la historia de la humanidad. Prescinden, por tanto, de las categorías clásicas de los politeísmos y el monoteísmo. E incluso, me atrevería a asegurar de ese fenómeno muy poco frecuente, pero del que existen referencias históricas de un sólo Dios al que se le rinde culto sin por ello tengamos que deducir que se desmonta el panteón de los demás dioses. Así el Deus Invictus del tardo-imperio romano o el personaje histórico Akhenatón y su culto en Amarna (Egipto) al Dios Ra. Al dios de Israel algunos estudiosos también le atribuyen su paso por esta fase, haciendo una lectura historiográfica y prescindiendo de la teológica.

      Pero, no es la dificultad que encuentro en tu análisis. El teísmo sólo se explica en los autores si nos circunscribimos a esas tres grandes religiones históricas (estado de la cuestión, a la cual hay que remitirse constantemente porque son sus premisas) que tienen en común algo más que un mismo espacio territorial histórico, sino su naturaleza y a las cuales se les puede llamar reveladas, como tú haces, pero en el sentido más técnico de religiones proféticas. La revelación no es una pregunta hecha por los humanos y que reciben una supuesta respuesta divina, aunque sea envuelta en el mito. La revelación es la presencia inesperada de un dios que se da a conocer, sin que existan planteamientos previos. Así nació la fe en un personaje llamado Abraham, padre en la fe de judíos, cristianos y musulmanes. El concepto de Salvación va unido con una Promesa ( para el futuro) y como un hecho del presente ( un hecho salvador) Dios libera al pueblo de la esclavitud de Egipto.
      Como ves, se parte de premisas distintas. En la historia de la Salvación existieron profetas y existieron sabios. El personaje Moisés fue alguien más que un caudillo y legislador, sino el Profeta, el primero y el más grande de los profetas que luego siguieron hasta Juan el Bautizador, pero todos anunciaban que vendría el profeta definitivo. Se cumplió en Jesús.
      Estamos en el siglo XXI tan modernos son quienes acarician la realidad cognitiva Theos, como la mujer que con un bebé a sus espaldas siembra su huerto en Ghana (África), el cubano que espera con inquietud las decisiones de la reunión del PCC reunido en Congreso, mientras el país está hecho pedazos, el peruano, la peruana que deciden a quién van a votar en sus elecciones. Aquí se comprende muy bien esa apertura a la trascendencia que tu llamas “fenomenología espiritual”, cuando sólo los pobres alcanzan a ver a Dios.

      • Isidoro

        Respecto a lo de las citas, lo he explicado muchas veces. Para mí, son ideas, en las que estoy de acuerdo casi absolutamente, y hago mías, y que le vienen muy bien a la pereza intelectual que a todos nos aqueja.

        (San Bernardo: «Yo, lo que no puedo obtener por mí mismo, me lo apropio, (¡lo usurpo!)”). Y Osho, (tiembla José Ignacio): “Cuando cito a Buda, yo soy Buda”).

        Si alguien ya lo ha pensado, (sea quien sea, con autoridad o sin ella), ¿para qué me voy a cansar a pensarlo yo?. Eso sería “adanismo”, que hace poco se citaba por aquí, no se muy bien donde: quererlo hacerlo todo desde el principio, como si no hubiera habido antes una historia cultural.

        La cultura se basa en la transmisión de la antorcha del conocimiento de unos a otros: somos enanos subidos a hombros de gigantes, (o de otros enanos).

        Y el citar la autoría, no es por apoyarme en el prestigio de otros, es algo de pura justicia intelectual.

        Si queréis, copio las citas y me las apropio: (ya me imagino las broncas de Rodrigo). Ahora si lo que queréis, es que yo sea capaz de pensar por mi cuenta toda esa sabiduría, lo siento mucho, no soy capaz, no doy para más.

        El adanismo cultural, el pensarlo todo ex nihilo, a lo que lleva es al reino de la ocurrencia más o menos banal, al tan común sentido común, tan peligroso, al reino de lo intuitivo, y a descubrir el Mediterráneo, todos los días.

        Es fruto de escribir mucho más de lo que se lee. Yo también caigo en ese vicio, porque tampoco uno puede tener referencias de todo. Es un pecado inevitable.

        Respecto al grueso del comentario, otro día.

        • Román Díaz Ayala

          No te enfades, He sido demasiado atrevido, poco respetuoso y además desconsiderado, cuando debería alegrarme de conocer quién piensa qué, pero soy persona de muy pocas lecturas.
          En cuanto a lo que apuntillas sobre el débito cultural. Así es, nadie es tan original en sus ideas. Todos expresamos ideas captadas o aprendidas que hemos hechos nuestras sin saber siquiera su autoría ni sus fuentes. Los estudios y las lecturas en general tan sólo son peldaños de un pedestal que ya había sido colocado. ¿Tan amigos?

          • Isidoro

            Amigo Román: No proceden las disculpas. Tú sabes que desde que te conocí en persona, ví en tí una especie de alma gemela, con sus diferencias: tú eres mucho mas sensato.

            Te voy a pedir un gran favor personal. Tú que tienes mano, reza estos días un poco por una hermana mía de 75 años, que está en el hospital con el Covid.
            (Además es “de los tuyos”, de los carismáticos que gracias a ella, me sois en cierta parte cercanos y familiares).

          • Román Díaz Ayala

            Ya lo hago. Oro constantemente aunque de una forma colectiva para alcanzar a quienes no conozco. Vivo en la comunión de los santos. Pero descuida la añado a todas aquellas personas con las que le doy al Señor su referencia, cuando ore por ti.

        • Carmen

          No soy de las que rezan, no sé, pero te mando un abrazo muy fuerte. Esta navidad estuvieron dos hermanos míos de 78 y 82 años muy malicos. Y los dos salieron. También es cierto que estaba el señor Revuelta rezando en mi lugar. Porque nunca se sabe nada.
          Mucha suerte.

  • Román Díaz Ayala

    El antes firmante Antonio Llaguna de un último comentario de ayer 15 a las 13,12 pm ha señalado una dificultad para el debate sobre el teísmo.

    Pero es que el Theos que plantea esa reflexión no tiene porqué ser el Dios Occidental, de hechocnoes el Dios cristiano”.

    Ésa es la dificultad. El estado de la cuestión reduce muchísimo los planteamientos de las creencias en Dios con pretensiones historiográfica haciendo tesis en unas pocas premisas. Plantea un problema de escuelas (también teológicas).  Si se comulga con las cuestiones previas, el diálogo podría ser muy interesante, pero sólo para los iniciados.

    Aceptando que el llamado “teísmo” es una simple realidad cognitiva., un producto meramente cultural, para hablar en plata, entonces se podría llegar a la conclusión que ese determinado Theos (el Dios) no existe. No se purifica la idea de Dios, simplemente se desvanece en otro antropomorfismo. De ahí la conclusión de que sólo queda el ser humano.

    Con esas premisas previas no se puede construir una nueva espiritualidad, mucho menos religiosa, con ese cierre en la inmanencia. La única realidad “constatable” seguirá siendo el ser humano”. Ya os lo advierte Jesús Martínez Gordo en su reciente trabajo aquí en Atrio y que al parecer ha sido objeto de muy poca comprensión a tenor de los comentarios que suscitó.

    Seguir el rastro histórico de una idea, eso, una realidad cognitiva, puede que tenga sus aciertos, siempre que se tenga en cuenta que estemos dirigiendo una mirada al pasado con ojos del presente, pero nuestro presente también es una realidad cambiante, susceptible de errores interpretativos proyectados hacia  al pasado.

    Pero todavía resulta más difícil ese ejercicio de comprensión de que a la historia, que es siempre secular y objeto de estudios, ésta va acompañada de una tradición cuando se trata de su comprensión religiosa. ¿Es la tradición religiosa la que se objeta, con aires de cientificismo?

    Pongamos un ejemplo de lo anterior: En los documentos previos que aquí se han presentado junto con las referencias anexas para su estudio y consideración previa, no se dice abiertamente, pero se sobreentiende que el Cristianismo no nació de Jesús, sino de Saulo de Tarso, por sobrenombre Pablo. Los Evangelios canónicos hablan sobre Jesús, pero los documentos fundacionales del Cristianismo son los escritos de Pablo (cartas) cuarenta años después de la muerte del Maestro. El Theos de Jesús (judío palestino) no es el Theos de Pablo, (judío helenista) No hay espacio para abordar la cuestión . Esto es un comentario.

    Y Saulo de Tarso fue el inventor del Cristianismo porque “no existe una religión revelada, sólo generalmente inventada” Y continúan con la misma idea citada : “Estamos en un momento histórico en que la capacidad y el cauce de la ciencia, entre ellas la arqueología” tiene ya preeminencia sobre cualquier supuesta revelación o Escritura Sagrada” ( el énfasis es mío)

     

    • Carmen

      Lo que yo te diga.
      Cosa de sabios…
      O no?

      Los tiempos cambian. Hemos crecido un poquito, muy poco. Ya sabes lo que sucede en la adolescencia. Toooooooodo se cuestiona. Y Después, pues cada ser adulto , si es verdad que llega a serlo, pues toma sus decisiones. Construye su esquema de pensamiento.

      Y duele mucho cuando te das cuenta de que tus hijos son adultos. Que vuelan solos, porque tienen derecho a volar. Es más. Deben hacerlo.
      Y la madre sufre una crisis más o menos importante, se llama el síndrome del nido vacío. Y se supera.
      Y no quiere decir que los jóvenes acierten siempre. Ni tampoco que los padres se equivoquen siempre. Sencillamente hay que repensar las relaciones madre , padre, hijo. O los hijos sencillamente cada vez se alejarán más y más. Porque tienen derecho a vivir su vida. A equivocarse y a acertar.

      Bueno, pues veo un cierto paralelismo. Me refiero a nuestra madre la santa iglesia.

      O no. A la mejor solamente lo veo yo así. Deformación profesional. Los pedagogos a veces somos insoportables.

  • Desde mi modesta opinión (No soy filósofo ni teólogo ni tengo formación  a tal efecto. Sólo soy un pobre ingeniero que trabaja con máquinas) creo que, con todo el respeto que me merece esa reflexión que como mínimo es honesta, estamos ante un planteaiento falaz, y me explico.

    Es lo que se llama una generalización apresurada. Planteamos que vamos a hablar de Dios, del Theos, y definimos del theos del que hablamos afrirmando que ese es el modelo único occidental de Dios.

    Pero es que el Theos que plantea esa reflexión no tiene porqué ser el Dios Occidental, de hecho no es el Dios Cristiano,

    Puede ser el Theos que una Iglesia Católica a lo largo de su historia ha planteado muchas veces, debido a la necesidad de adaptarse a unos decubrimientos científicos que la superan en muchas ocasiones (y a muchos de nosotros tambiñén, incluido yo mismo), pero no es el Dios Cristiano, no es el Dios de Jesús, no es el Dios en el que yo creo ( t soy Cristiano y de Cuenca, por lo tanto occidental)

    Creo que deberíamos partir de la reformulación de la definición del Theos y superar viejos clichés que se encuentran trufando el planteamiento que se ha hecho de esa definición.

    A partir de ahi, estoy seguro de que no es tan fácil aceptar el Sin Teismo o al menos se puede formular un Teismo que no sea contrario a lo que muchos experimentan.

    A pesar de mi escasa formación Teo Filosofica me encantaría participar en ese debate.

     

     

    • Carmen

      Pues adelante.
      No tengo estudios de teología ni de filosofía. Soy maestra, y de Murcia

      Y no paro de hablar.

      Seguro que usted puede. Es muy entretenido. De todas maneras nadie sabe nada de lo que en realidad es eso que llaman Dios… Para mí, todo es un intento de aproximación a esa idea. Pero, ya le digo, soy maestra y de Murcia.

      Suerte.

    • M.Luisa

      Bienvenido a este foro Antonio, su aportación al tema es interesante porque aunque opta por una nueva definición del Theos no se me escapa que también alude a la experiencia y creo que aquí está la clave de la cuestión. De lo que se renuncia es de la idea en la que Dios ha quedado definido no de su experiencia ética que los humanos tenemos con las cosas mundanas, pero reales en las que nos relacionamos y es desde este campo abierto mundanalmente desde donde se hace posible este nuevo paradigma… en fin es una reflexión que de momento no deja de ser más que una opinión personal.

      Un cordial saludo

  • oscar varela

    Hola!

     

    SOY LO QUE HAGO

    EL QUEHACER ES UNA ETERNIDAD

     

    Tal vez, algo así

    sería el

    OTRO MUNDO POSIBLE

     

    https://www.cont.ar/watch/a5ff0ee9-c688-44ac-a407-899903febd62

     

  • M.Luisa

    Ha sido siempre costumbre  en mí a la hora de comentar esta crucial    temática  hacer todo tipo de equilibrios  para reducir al máximo  esa necesidad  tan recurrente  de   ponerle  nombre  representativo a esa realidad que por ser anterior a cualquier esfuerzo intelectual de  representación  es  presencia sentida de esta realidad, de ese Todo en el cual  “estamos” (si se quiere añadir también, vivimos y nos movemos) en definitiva filosofía de la proximidad

    Si no estuviéramos previamente ya en ella  instalados  no podría haber esta posibilidad de cambio que ofrece el artículo en cuestión.  El título reza así;

    “SIN TEÍSMO, una  nueva manera de representar la Realidad”.

    Insisto, lo que fundamenta y posibilita  esta nueva manera  es  el hecho de sentir que estamos en la realidad,  instalados, lo cual no quiere decir que  sepamos ya lo que es. Sería un atrevimiento, ya nos avisaba de ello el propio Wittgenstein.

    La manera anterior, es decir, la teísta a la que ahora   se le quiere hacer frente   ha venido siendo la manera de quedar la conciencia  prisionera en un concepto  que falsamente de él se dice que  ofrece  seguridad, ahora bien,  no ha de haber ningún temor a la hora de hablar de deconstrucción  porque a lo que se refiere esta deconstrucción es al andamiaje  del entorno, es decir, es al desmontaje conceptual,    porque la realidad sea la que sea queda intacta.

    • M.Luisa

      …De ahí que como decía antes, al quedar la realidad intacta a pesar de todo este andamiaje conceptual en el que se la ha revestido en forma del llamado teísmo, es por lo que ahora es posible pensarla de esta otra manera, en forma de no-teísmo

      En mi anterior comentario quedó sin seleccionar una parte del texto del borrador que puede aportar un poco de luz a lo dicho hasta aquí y es que al decir que estamos instalados en la realidad este estar instalados abarca tanto a teístas como no- teístas y es precisamente en donde se produce el encuentro entre todos. La diferencia entre teísmo y no-teísmo es la misma que nos puede aportar la diferencia entre los no – teístas (instalados) y los teístas instalados pero institucionalizados.

  • Isidoro

    “¡Yo confío en Jesús!”, “¡Yo creo en mi Jesús!”.

     

    De verdad que lamento tener que decir esto.

    Ayer mismamente, Ortega, vía Oscar Varela, (muchas gracias), nos decía que “la filosofía no es demostrar con la vida lo que es la verdad, sino estrictamente lo contrario, demostrar la verdad para, gracias a ello, poder vivir auténticamente”.

    La razón está hecha para ayudarnos a vivir. El análisis crítico de la realidad, nos debería servir para ayudarnos a ello.

    El filósofo inglés Alfred North Whitehead, en su ensayo “La función de la razón”, señalaba que la razón está inscrita e inmersa en el proceso ascendente de la evolución biológica, y que por ello tiene como principal función es promover “el arte de la vida”.

    Y lo hace, y muy bien. Yo ya hace tiempo, llegué a la conclusión, que en estos tiempos de tanto y tan rápido cambio en los conocimientos y por ello en nuestra cosmovisión personal, Jesús, para muchos cristianos es una salida a la que aferrarse, para hacer compatibles en su mente, dos tendencias absolutamente contradictorias: la fe recibida en su infancia, y la nueva cosmovisión moderna que han ido adquiriendo culturalmente.

    El mecanismo psicológico, lo popularizó Freud, la proyección.

    Se proyectan en Jesús, las ideas filosóficas que hemos generado culturalmente, escogemos de entre las múltiples frases inconexas y muchas veces contradictorias de los Evangelios, aquellas que casan con nuestro ideario personal, ignorando el resto, y voilá: creemos en Jesús.

    Pero en realidad, ¿creemos en Jesús, (del que por otra parte no tenemos elementos de juicio suficientemente válidos para conocerle verdaderamente), o en nosotros, a través de una figura de  Jesús, al que hemos travestido con nuestro ideario personal?.

    ¿No será este, uno más de nuestros múltiples autoengaños diarios, para seguir en pie de una sola pieza, cuando nos sentimos tan fragmentados, en una sociedad y una cultura tan frenética?.

     

    Yo lo que creo que propone el no-teísmo, es creer en el humano, lo que no significa necesariamente no creer en un Dios origen de todo, y por ende de nuestra naturaleza maravillosa: creer en el humano es agradecer a nuestra casusa-principia, por ello.

    El cristiano puede creer en que Jesús, fue el prototipo perfecto de nuestra naturaleza, perfectamente desarrollada. Y que por ello, es el ejemplo de que se puede conseguir ese despliegue y desarrollo perfecto, o al menos acercarse a ello.

    Por eso el futuro del cristianismo es el humanismo, solo eso, y nada más que eso.

  • Carmen

    Señor Calleja Sáenz de Navarrete.

    Se ha planteado alguna vez la responsabilidad que tienen aquellas personas que tienen tirón? Pues usted tiene un montonazo, por lo menos en este foro. No sé si se ha dado cuenta. Yo sí.

    Mucha suerte.

     

  • Isabel

    Para José Antonio Calleja. (Abajo hay overbooking)
    Entiendo perfectamente que se pueda proponer un Jesús sin Dios.
    No dudo en absoluto de que el Jesús de esa propuesta tenga valor.
    Jesús no fue el primero ni el último en abogar por una vida alternativa más justa y fraternal. Para defender y luchar por eso, no hace falta ser cristiano ni creyente, muchos ateos también lo hacen.
    Creo, opino, y para esto que voy a decir tampoco se precisa ser creyente, que el cristianismo supone algo más que buscar la liberación de las injusticias en la Tierra, algo definitivo y fundamental. Sin Dios creador y sostenedor de la vida, sin Dios como meta final, sin Jesucristo Hijo de Dios, sin divinidad de su muerte y Resurrección… no hay esperanza para la otra liberación, la esperanza de saber que el dolor que todos cargamos no es la realidad última y definitiva.
    Mi pregunta ¿qué es Jesús sin SU Dios? quería en realidad interrogar si a eso se le puede llamar cristianismo.  
    Saludos. Y alguna disculpa, me daba bastante reparo decirle a usted estas cosas, pero es tal como lo siento y creo.

    • José Ignacio Calleja Sáenz de Navarrete

      No me he sentido aludido, Isabel, solo he reflexionado “como si”. Esto es muy escolástico y, a la vez, moderno, “ponerse a pensar en el lugar de otros”. Ningún problema. Y vuelvo a reflexionar en alto, no a contestar a nadie. Yo, a título personal, tengo claro que la salvación cristiana en plenitud -objeto de FE, ¡cuidado!- no se da plena en la historia cotidiana ni se identifica sin reparo con nuestro hacer poco a poco un mundo más justo, pero pasa por esto, seguro; por poco que logremos, PASA POR ESTO; y si no logramos nada, si todo se pierde a ojos humanos, al menos como capacidad potencial de hacer algo bueno por cada uno y juntos, pasa por esto; en cristiano, seguro; suelo decir que no se puede saltar hasta “el cielo” sin pasar por “la tierra”; no se puede tomar el camino de la adoración al Santísimo o de la Misa para evitar el mundo, su justicia y su compasión. No existe este atajo por mucho que la espiritualidad eclesial lo deje entrever; no lo dice, no se atreve a decirlo la teología oficial; pero lo deja entrever. Y luego, por supuesto, sin referir Jesús a su Dios, y a le fe en la resurrección, no se puede decir que uno está en el cristianismo; al menos, en el cristianismo “confesional”. Y ¿en el confesante? ¿El de Mateo 25? Creo que sí. Habrá sorpresas espectaculares. Pero Dios se las apañará para deslumbrar como Padre bueno. No me imagino a mi padre sin acogerme finalmente si en su mano está. “Pues si vosotros que sois malos no dáis una piedra al hijo que os pide pan… cuanto más vuestro Padre os dará…”.

      (Y amiga Carmen, si yo pudiera aportar más en mi iglesia, lo haría, pero no creas, no acierto a que me vean fiable; estas pequeñas ideas que muestro, me sacan de cualquier encargo representativo; me aprecian, pero en la reserva; como los jugadores del banquillo; tampoco me va; yo no soy fuerte para aguantar la controversia. No tengo ese don. Los años pasan y pesan. Soy razonablemente feliz. Hay días y momentos, pero en general, feliz, y la fe, en la forma que digo, me ayuda un montón. Otra confesión y ya son demasiadas) Saludos. Saludos.

      • Isabel

        ¿Por qué iba a sentirse aludido? Solo he intentado explicar mi pregunta aquella. Y mi reparo era por el par de líneas sobre el cristianismo a un teólogo.
        Saludos y gracias.

      • Carmen

        También soy razonablemente feliz. Ayer cumplí 68 años . Lo pude celebrar con mis dos hijos, mi nuera, mi yerno, mi nieta de cinco años y el pequeñico de tres.
        Como no pudimos celebrar , ni siquiera vernos, el día que mi hijo mayor cumplió 40, apagamos juntos las velas en una tarta. 6840 años. Mis nietos ayudaron.

        No pido nada más a la vida a estas alturas.
        Y lo que venga después, vendrá . Exactamente igual para justos y pecadores. Para creyentes en un dios o en otro o en ninguno o en ni sé qué es.
        Exactamente igual. Para todos. Para todas. Sin distinción de raza, sexo, orientación sexual, Religión, edad, títulos universitarios…

        Todo esto es hablar por hablar.
        Y ya está.

        Cuídese.

  • oscar varela

    INTERCAMBIAR SABERES ANCESTRALES 
    https://www.pagina12.com.ar/334169-intercambiar-saberes-ancestrales
     
    – Desde hace cinco años, esta Red se junta en la localidad bonaerense de Marcos Paz para compartir conocimientos y recuperar la sabiduría de las plantas y yuyos medicinales.
     
    – Calmar dolores y aportar nutrientes fundamentales para nuestro cuerpo es una de las misiones,
     
    – pero el círculo feminista que se arma alrededor de esta tarea es quizá la razón más poderosa por la que estas mujeres se siguen reuniendo, honrando la naturaleza y la producción de la tierra.

  • oscar varela

    Además,
    1-    la UE  ya tiene grandes dificultades para mantener su compromiso original «Nadie se quedará atrás» a nivel europeo y, sobre todo, mundial.
    2-     La tendencia al intergubernamentalismo de soberanías rivales, especialmente en ámbitos humanos y sociales tan importantes como la salud, en el marco de una economía de mercado capitalista globalizada, acabará por conducir a la desaparición «política» de la Europa-comunidad.
    3-       El número de los cientos de millones de seres humanos que ya se han quedado atrás en todo el mundo a causa de las medidas adoptadas por la UE no hará más que aumentar. ¿Se puede evitar? Sí, si es que queremos que lo sea.
    El Ágora de los Habitantes de la Tierra 7 April 2021
    https://www.other-news.info/noticias/2021/04/carta-abierta-al-presidente-del-parlamento-europeo/

  • Isidoro

    Amigo Román: Yo, en la línea no-teísta, de la que se habla en este hilo, matizaría tu frase “La gracia y la verdad nos vinieron por Jesús”. 

     

    La gracia y la verdad la llevamos oculta en el interior de nuestra naturaleza, y es un don más, (si se quiere ver así), como las dos orejas, las dos manos y las dos piernas.

     

    Jesús, sería un ejemplo viviente del pleno despliegue de esa gracia y esa verdad interna, y además de hacerlo con su simple presencia, nos anuncia explícitamente la existencia en nuestro interior de ese tesoro escondido, conocimiento que necesitamos tener, para así cavar, desenterrarlo y disfrutarlo. (Si no sabemos que hay un tesoro, no nos ponemos a cavar).

     

    Yo la frase “Todo es gracia”, la interpreto como una naturalización de esa función de sabiduría interna, que todos tenemos dentro, y que actúa, independientemente de las creencias religiosas concretas que cada uno tenga.

     

    La hipótesis en la que se debe cimentar todo no-teísmo, es la del naturalismo religioso, empezando a sustituir la teología de las revelaciones escritas, por la teología de la revelación del Universo, (“El mundo es un libro donde la razón eterna escribe sus propios conceptos”). “Cuánto más sabemos acerca de las cosas particulares, más conocemos a Dios”. (Spinoza).

     

     “Para quien lo sabe ver y amar, el mundo se quita su careta de infinito, y se hace tan pequeño como una canción, como un beso”. (Tagore)

     

    Ahora bien, la vía del naturalismo religiosos, no es incompatible con la religión teísta. (Otra vez el fenómeno onda-partícula).

    El naturalismo religiosos es algo mas abstracto, mas “frío”, menos emotivo. Y por eso, la creencia teísta en un “Dios” personal que nos quiere y nos atiende, a muchos os proporciona una gratificación emocional, no despreciable, y a la que no hay necesidad absoluta de renunciar.

     

    Y además tiene el efecto adicional de una coherencia cosmovisional, con nuestras creencias recibidas en la infancia, con la grata nostalgia subconsciente que eso proporciona.

     

    Todos los caminos conducen a Roma, si se hacen bien las cosas.

    • Román Díaz Ayala

      Querido Isidoro:
      Me haces esta reflexión en un hilo ajeno al anterior, aunque supongo que de alguna manera querrás atribuirlo a lo que aquí se presenta sobre las premisas del theísmo, el no-theísmo y demás, pero resulta incómodo, es ajeno a esas premisas. La cortesía me obliga, sin embargo, a utilizar tu mismo espacio.
      Estás en tu derecho , y sin faltar tu honestidad intelectual, atribuir don o gracia a todo lo que que “se recibe” por naturaleza sin que por ello tengamos que apelar a la trascendencia (Todos los bienes tanto naturales o sobrenaturales que en ejercicio de su fe una persona cristiana tiene, respecto a Dios, de quien lo recibe)

      Lo tuyo no es una postura intermedia entre mi exposición y la postura de Carmen, quien con todo derecho, ya sea intelectual o anímico, simplemente lo rechaza. Sencillamente es otra cosa.

      • Carmen

        Pues eso pasa.
        Es que mi visión de todo esto de Dios es sencillamente otra.
        Y tan amigos.
        Fíjate si es otra que para mí no tiene sentido ya la palabra Dios. Le llamo It. Porque no sé qué es.
        Cosas de las cabezas…

        Y esto nada, en absoluto tiene que ver con el personaje de Jesús de Nazaret. Sencillamente su Dios no es el mío. Nos separan veinte, casi veintiún siglos ya… Y sin embargo los problemas de la sociedad siguen siendo prácticamente los mismos. Por eso tiene vigencia para mí su mensaje. No creo en la violencia, en el rencor, no conducen a nada. Creo en una resistencia pasiva. Creo en hablar claro aunque me pase cien pueblos e incurra en errores que, gracias a dios, ya no conducen a la muerte por aquello de la libertad de expresión. Creo que todos tenemos los mismos derechos y que de nada vale el lloriqueo, sino el tratar de solucionarlos en la medida de que cada uno sea capaz. Creo en mi especie. En el ser humano. Creo que tenemos unas capacidades bestiales para hacer el bien y también para hacer el mal. Quiero pensar que la mayoría de personas nos decantamos más por lograr eso que se llama bien común. Pero que no se alcanza sin lucha y lucha personal.
        Y luego, su Dios es su Dios. Y mi It es mi It.

        Para mí es una persona. Y tiene todo el derecho del mundo a pensar a Dios como pueda, sienta y quiera. Como todos, como todas, como mi persona.
        Un abrazo

    • José Ignacio Calleja Sáenz de Navarrete

      Lo comparto, Isidoro, bien. Me diferencio en “además tiene el efecto adicional de una coherencia cosmovisional con nuestras creencias recibidas en la infancia”. No, no sólo, sino con “la Palabra del Libro” que tomamos como la expresión más rotunda -¡no única, ni aislada del cosmos y la historia!- de la entrada del Misterio que es Dios en el tiempo. Pero es fe, no ciencia. Fe a la medida humana, por supuesto, siempre a la medida humana en el mediador y en el que acoge. A la medida humana en su intelección y en su expresión de todo en ella, incluido Dios, con forma de persona. En nuestra tradición cristiana ha sido la más adecuada a esta cultura judeocristiana y griega, etc. Por eso Carmen, acierta a mi juicio, al decir que, para ella, “Dios… no sé qué es”; claro, con criterios de verificación científico-racional moderna, tiene razón, “nadie sabe qué es”, ni lo sabe para todos, ni siquiera sabe si Dios es. Mi propuesta, me fío de Jesús y su fe, y elijo su práctica samaritana y justa de esa fe. Me fío, es el comienzo del existir para mí. Elijo fiarme de Jesús. Intuyo, palpo en él algo que merece la pena decisivamente, que que no te vas a equivocar haciéndote-haciéndonos desde esa persona y su Espíritu. Todo los demás es subordinado, incluido el Credo. Un saludo.

      • Román Díaz Ayala

        Exacto, José Antonio, lo hacemos en un acto de confianza y por ello es algo que se aleja a la pura racionalidad. Sin Jesús, Dios sería esa gran incógnita, o el Dios escondido de la antigua economía veterotestamentaria, me da igual que digamos X, o un “it”, refleja nuestra perplejidad ante el Misterio.(Pura gratuidad)

        • Isabel

          ¿Y sin Dios, qué es Jesús? Sin Su, mí, nuestro Dios.

          • Carmen

            Un señor grande, grande, grande como dice la canción de Mina.

          • Isabel

            Lo que sea para ti… para ti.
            Lo que me importa es qué puede quedar con la deconstrucción, algo como un cristianismo sin cristianismo, devaluado y evanescente al gusto de cada cual.
            (¿Mina? ¿Que’s lo que’s?)

          • José Ignacio Calleja Sáenz de Navarrete

            Entiendo la pregunta, Isabel, y supongo que es para todos. Yo no propongo a Jesús sin Dios. Creo que es claro. Pero puede hacerse, lo entiendo, y cobra otro significado. NO contrario, sino con otro nivel de motivación en el fundamento de la propuesta de vida alternativa de Jesús. Pierde la “incondicionalidad absoluta” que Jesús tiene para el hombre y mujer que se reconocen en su Espíritu, el del Padre. Pero se puede y con extraordinario valor. Estamos ante la conciencia de cada uno; y hermanos por la vida justa y buena. (¡Ojalá supiera yo contarlo más claro!) Saludos.

          • Carmen

            Ha sido una broma.
            Mina es una cantante italiana de los años sesenta. Ya soy mayor , y sobre todo tengo hermanos mucho mayores que ponían discos de esos pequeños, y la radio y tal.
            Tiene una canción que se llama, Grande, grande, grande.
            Te gustará.
            La música italiana de los sesenta y setenta…preciosa.

            Y si, por supuesto, para mí, la que escribe.

          • Carmen

            Gracias José Ignacio.
            Al menos entiendes que haya personas que piensen diferente. Es un pequeño pasó quizás, pero yo lo veo grande, grande, grande…

            Hasta otro hilo. Aquí , he terminado.

          • m* pilar

            ¡¡¡Todo!!! Porque el Abba-Dios que Jesús, Maestro y Señor:

            No tiene parecido alguno al adorado por muchas personas. No es un tapa agoreros, no hace aquello que ciertos humanos piden constantemente, Él, respondía:

            “Darles vosotros de comer”

            Ese Jesús de “religiosidad” nada tiene que ver con el que mataron las autoridades políticas y religiosas precisamente porque:

            ¡¡¡Era molesto para sus planes y sus “dioses”!!!

            Jesús es ¡VIDA! Y esta abundante.

            Es una confesión personal que no requiere respuesta.

            Ésta es mi fe, sin fisuras y siempre esperanzada a pesar de quienes quieren actuar como si fueran “dioses”…a la imagen y semejanza…de las personas que piensan así. Cada cual es…eso…cada cual.

        • Román Díaz Ayala

          José Ignacio, perdona que haya confundido tu nombre en comentario anterior.
          Vuelves a tener razón. El valor de lo humano tiene que preceder toda acción , todo comportamiento, todo enjuiciamiento que hagamos. Sobre lo humano se construye y sin ello el Dios de Jesús sería una entelequia. Lo digo para quienes confiesan su fe en el Resucitado.
          Nuestra civilización tiene una base sólida en el Cristianismo, es decir en el Jesús histórico en sus obras y en sus enseñanzas trasmitidas por sus seguidores. Jesús, es así nuestro referente cultural y con ello se ha construido nuestro humanismo. Perdiendo la militancia no se arrastra con ello la pérdida de sus valores, tan sólo se pierde la trascendencia, el vínculo personal, ése que genera la confianza, el “fiarse de”.

          Alabo el esfuerzo de quienes han perdido su confianza en lo que creen que han recibido por enseñanza de hombres, pero no reniegan de los valores propios haciendo de tal Jesús humano, su referente.

      • mª pilar

        ¡Gracias José Ignacio, muy de acuerdo!

        Un abrazo entrañable.

      • Carmen

        Creo que eso que usted dice es mayoritario estre los cristianos. Ya no católicos, sino en todos.
        Me fío de Jesús. Eso es lo que en realidad es . Y como te fías de él, te fías de su visión de Dios. En realidad , me parece que puede ser eso exactamente.

        Personalmente comparto muchísimas ideas con Jesús. De todas las utopías que he podido conocer es la que más me gusta. Pero no puedo compartir su idea o experiencia o como le quiera llamar , acerca de Dios. O sea. No puedo. Podría mentir, como Manuel Bueno, pero mentiría. Hay cosas que mi cabeza no me deja aceptar. Porque si lo aceptase, me vienen tantísimas preguntas a la cabeza que, sencillamente prefiero pensar , no sé qué puede ser. Sí se lo que no puedo aceptar.
        No sé si es teísmo o no teísmo ni me importa. Cada cual hace lo que puede. No lo que quiere. Puedes decir lo que quieras, pero no puedes sentir como quieras.

        En fin.

      • mª pilar

        Vuelvo agradecerte José Ignacio…por tu segunda respuesta… gracias de corazón, por hacerlo verdaderamente :

        ¡¡¡Grande.. como es… el Proyecto de Vida de Jesús!!!

        Quedarse “solo” en aquello que rezuma “poder y gloria” lo hace más “pobre”; y:

        ¡No lo es!
        Gracias de corazón.

  • oscar varela

    (2ª. entrega del “destilado”)
     
    otra vez EL MITO
     
    «LO MÍTICO» en su primaria generalidad es AQUEL Mundo origi­nario o de los orígenes, un pre-Mundo o Mundo primigenio anterior a este en que vivimos y que se caracteriza precisamente porque en él era posible lo que ahora es imposible, un Mundo pues, formalmente maravilloso en que pu­dieron ser creadas, pudieron originarse todas las cosas que en nuestro Mundo, que es un post-Mundo o Mundo sucedáneo, hay.
    – A aquel Mundo de maravilla es referido todo nuevo hecho importante, no­table y sensacional —es decir, que el Mito absorbe la realidad que hay ahí, incluso la leyenda meramente humana y normal, la historia, y por eso el Héroe humano se transforma y funde con el Dios.
     
    EL MITO, que como eslabón intermediario en la continuidad religión-mitología-poesía, podemos tomar como clave para acla­rarnos los otros dos términos de la terna, es por todos sus lados, por el modo de ser recibido, por el modo de ser producido y por su propio contenido— LO CONTRARIO DE LA TEORÍA.
     
    EL MITO supone en su creación y en su recepción un tipo de hom­bre incapaz de dudar —salvo en la práctica de su vida— ajeno por completo a la crítica frente a las interpretaciones del Mundo que recibe.
    – El Mito es «lo creíble en sí», lo «incuestionado».
    – Su «verdad» no es verdad por el contenido particular de lo que enuncia, sino simplemente porque es tradición, porque se fabla y se dice anónima­mente.
    – Como todo uso colectivo, es irracional y se recibe, propala y transmite mecánicamente. De aquí la impersonalidad de su gene­ración. Un mito de oriundez personal, un mito con firma de autor al pie, es tan contradictorio como, viceversa, lo sería una verdad científica que no tenga un origen personal.
    – En cuanto a su contenido es tan opuesto a lo teoréticamente verdadero que consiste formalmente en la mara­villa, en la inverosimilitud misma.
    – Se trata en él de «explicar» las realidades que rodean al hombre y que él es, suponiendo que en un tiempo, distinto de todos los tiempos históricos nuestros, en «un tiempo que está a la espalda del tiempo» —la edad mítica—, eran posible precisamente todas las cosas imposibles.
    – En NUESTRO TIEMPO, en que solo es posible lo posible, no se pueden crear rocas, plantas, animales, hombres.
    – El tiempo mítico, por el contrario, es la sazón de todas las creaciones, es la Edad original. En este sustancial sentido es el Mundo de lo maravilloso como tal.
    – Por eso, es el contenido del Mito por excelencia “poético” y habría que preguntarse si hay, si puede haber otras «cosas poéticas en sí» aparte de las mitológicas. De aquí el poder emocionante que conservan todas sus figuras.
     
    CUANDO “FALLAN” LAS CREENCIAS
     
    El frente común religión-mito-poesía consiste, pues, en una interpretación puramente imaginaria del Mundo y a ella habría el hombre de acogerse definitivamente si no hubiera existido filosofía.
    – El hombre no tiene más remedio que creer, y si esto le falla, casi-creer en una figura de lo que es el Mundo, de lo que él es y su vivir. Luego todas ellas sirven en forma diversa una misma función ineludible en la economía de la vida humana.
     
    Ahora vemos que hay en la humana vida una función inexcu­sable —la de tener presto para uso del hombre un repertorio de «ideas» sobre lo que hay, de interpretaciones sobre su existencia, y que la filosofía es un modo de construirse ese repertorio, divergente de aquel frente común.
     
    Ahora, pues, la filosofía nos reaparece, tras su imaginaria su­presión, afirmando su genuino modo —y desaloja de nuevo a sus émulos, reconquista los espacios de que la removimos, afirmándose frente y contra poesía, mito y religión— lo que, en absoluto, quiere decir que implique hostilidad.
    – Pero tiene que afirmarse a sí misma frente a las afirmaciones que las otras son.
    – La filosofía nace en vista de que el hombre había perdido su fe sana y en­teriza en aquellas cosas. La filosofía no crea la duda, sino, al revés, es engendrada por ella porque los hombres habían dejado de creer.
     
    No se ha hecho aún la emocionante historia de las «pérdidas de fe» que tantas veces han sobrevenido en el hu­mano pasado.
    – Esa historia nos convencería de que es sino inelucta­ble de toda creencia llegar una hora en que se corroa y destruya a sí misma.
    – Es, pues, ilusorio admitir que, suprimida la filosofía, el hombre hubiera vuelto a creer con normal y saludable credulidad, como hasta ciertas fechas creyó, en religión, mito y poesía dogmá­tica.
    – Lo que probablemente habría acontecido —y en parte aconteció en múltiples casos— es que habiendo perdido la antigua fe y no exis­tiendo un normal sustituto de algo así como filosofía, el hombre se habría quedado sin certidumbre ninguna ante el Universo, es decir, que ante el hecho enigmático y equívoco de su vivir se habría quedado estupefacto sin reacción adecuada alguna frente a él.
    – Ahora bien, la estupefacción prolongada engendra la ESTUPIDEZ. De aquí esas etapas de general imbecilidad a que la historia nos hace asistir. Habría sobrevenido una general degeneración de la mente humana en la cual ni religión, ni mito vivaz, ni poesía luminosa existirían, sino que los espacios de la convicción humana se habrían henchido de SUPERSTICIÓN, que es la forma de vida mental característica del mente capto.
    Está por decidir si el hombre primitivo contemporáneo, más bien que auténticamente primitivo, no es un degenerado caído en atroz estupidez e inercial superstición.
     
    Es un error capital y anhistórico ver en esas cuatro cosas —religión, mito y poesía dogmática, y filosofía— «posibilidades permanentes» del hombre, de suerte que éste podría en todo momento saltar de la una a la otra y estaría en su libérrima disponibilidad ser religioso o mitólogo o ser «homérida» o ser filósofo. Lejos de ello, esas cuatro cosas constituyen una se­cuencia inexorable por la cual va el hombre, en predeterminadas fechas, pasando. El tránsito ineludible de la una a la otra pertenece al Destino humano.
     
    NUESTRO TIEMPO y la ULTRA-FILOSOFÍA
     
    De lo que se trata en la ocupación filosófica es de una cosa muy precisa, ante la cual cada persona ten­dría que decidir, a saber:
    – siendo inexorable la necesidad de inter­pretar lo que hay
    ¿existe, llegadas ciertas fechas (TIEMPO AXIAL), otro modo mejor cualificado, más serio y auténtico, más responsable de enfrontar el enigma del vivir que la filosofía?
    – No valen subterfugios.
    – Aquí palpamos que el «modo de pensar» filosófico no es uno entre muchos ni es uno cualquiera que está en nuestro puro albedrío adoptar o no.
    – Aquí recibimos la vislumbre —bien que solo esto— de que ser filósofo, ser «razón» o algo así como ambas cosas, es acaso el Destino humano, porque es, desde cierta altura en la experiencia histórica, el único modo congruente de llegar a ser auténticamente sí mismo.
    – Pero esto no es reconocer que el hombre ha sido y es filosofía, sino, todo lo contrario, es decir que acaso debe serlo.
    La Razón aparece así no como una dote que el nombre de suyo posee —de cierto no la posee de suyo, sino que la va lenta y torpemente adquiriendo sin que la haya logrado aún poseer— sino, viceversa, un compromiso que el hombre tiene consigo.
    – Definir al hombre como animal racional es una estolidez porque, sin duda, es un animal, pero, sin duda también, no ha llegado a ser racional.
    – Simplemente está camino de ello.
    – La Razón lejos de ser un don que se posee es una obligación que se tiene, muy difícil de cumplir como todo propósito utópico. Porque la razón es, en efecto, una admirable utopía y nada más.
     
    Vemos, pues, que la filosofía ni es un don ni es una posibilidad permanente, sino, más bien, un inexcusable deber que con nosotros mismos tenemos, y por eso no sirve de nada decir que la filosofía también fracasa al intentar servir aquella función constitutiva de la Vida que es interpretar el Universo.
    – Mientras no haya otra forma nueva y superior, mientras no descubra el hombre la ultra-filosofía, aun siendo un perpetuo fracaso, habrá, quiérase o no, que renovar sin pausa su empeño y será forzoso reconocerla como un ensayo necesariamente perpetuo y perpetuamente necesario.
     
    – La filosofía no es demostrar con la vida lo que es la verdad, sino estrictamente lo contrario, demostrar la verdad para, gracias a ello, poder vivir auténticamente.
    – Lo demás es pretender probar que dos y dos son cuatro a fuerza de asesinar o dejarse asesinar. No, no; el filósofo no puede dejar «sin trabajo» al mártir usurpándole el oficio. El martirio es testimonio del hecho que es la «creencia» pero no de la utopía sutilísima que es la Verdad.

  • oscar varela

    (“destilado” en 2 entregas)
     
    FILOSOFÍA – NOVELA – CIENCIA …
     
    La filosofía es juego de ideas y, por eso, en Grecia, donde nació, se instala definitivamente su modo de decir en un estilo risueño. Como se juega al disco y al pancracio, se juega a filosofar.
     
    Si nuestras creencias son para nosotros la realidad misma, quiere decirse que el plano de nuestra vida en que funcionan y que a ellas obedece es profundamente serio, hasta el punto de que todos los demás son, en comparación con él, vida más o menos imaginaria, esto es, no seria.
     
    Mientras leemos una novela estamos ausentes de nuestra vida real y casi transmigrados a la vida irreal de la novela. Durante ese rato casi no hemos vivido en serio; al revés, hemos conseguido evadirnos de la onerosa e irrevocable seriedad que es constitutiva y últimamente vivir.
     
    La poesía no es, en este sentido, cosa seria. Su falta de seriedad, su esencial irresponsabilidad, es la maravillosa misión y el don prodigioso que les ha sido otorgado.
    Como de la poesía, podemos decir lo mismo del orbe que constituyen las verdades científicas, las teorías, las ideas.
     
    … UN JUEGO
     
    El tono adecuado al filosofar, no es la abrumadora seriedad de la vida, sino la alciónica jovialidad del deporte, del juego. Descartes y Leibniz se ocupan del ajedrez y demás albures y mueven a sus discípulos matemáticos para que trabajen muy seriamente sobre los juegos.
     
    Pedir que se crea en la teoría de la relatividad o en la mecánica cuantista, parece una distracción o un contrasentido descomunal. Esas teorías solo pueden persuadirnos, lo cual es efecto que se pro­duce exclusivamente en nuestro intelecto y solo con él tienen que ver. Nos persuaden porque «son verdad» y son verdad no por motivo patético alguno, sino porque en ellas se cumplen las «reglas de1 juego» teorético, los peculiares requisitos que la teoría se impone a sí misma para ser en su orden perfecta. Nada más, nada menos.
     
    La más exacta matemática se define a sí misma como juego, pues se la concibe como un cuerpo convencional, por tanto, de complexión lúdica y no patética. En la teoría se trata exclusivamente de si unas ideas que alguien nos va enunciando casan o no entre sí, y tratándose de teorías realistas, como la física, si casan además con los hechos a que se refieren. No es, pues, cuestión de “comprometerse”.
     
    En el teorizador hay una fruición de «descifrador de enigmas» en que pierde el enigma todo el carácter patético y lo empareja con el jeroglífico, la charada y las palabras cruzadas.
    En este juego de descifrar enigmas, el filósofo crea una figura del Universo —como el poeta, como el pintor, como el fantasmágora.
     
    Dado el cariz de extravagancia que, al primer pronto, nos ofrecen las filosofías, tene­mos que asimilarlas, primero, al arte por lo que el arte tiene también de juego, de «lo sin compromiso», de actitud lujosa y exuberante.
     
    RELIGIÓN – MITOLOGÍA – SABIDURÍA
     
    Si no hubiese habido filosofía, el hombre de Occidente habría pugnado por seguir ocupándose solo de religión, de mitología, de «experiencia de la vida» o prudencia (sagesse).
     
    Nuestra supresión imaginativa hace que esos tres «modos de pensar» — religión, mito, poesía- — se aproximen como para formar un frente común y absorber la convicción humana.
     
    LA POESÍA como fábula en que se casi-cree es ya casi-mito porque este es formalmente fábula que es lo que significa mythos y fábula es aquello de que se fabla, de que se habla y que se cuenta.
    – EL MITO se cierne entre ser un cuento y ser verídica narra­ción de un acontecimiento metafísico, transcendente.
    – Un paso más y estamos en LA RELIGIÓN, que es un creer a pie juntillas en cierta idea del Universo.
    Son pues, poesía, mito y religión tres formas de creencia, con diferente graduación, pero entre las cuales existe perfecta continuidad, de suerte que sus fronteras recíprocas son indiscernibles, pues tienen un «frente común».
     
    LA MITOPEIA es un método intelectual que forja el Mundo en que durante milenios vive un pueblo. Este método o «modo de pensar» mítico consiste en un puro inventar fantástico, provocado por un objeto extraordinario, un hecho que se destaca, un acontecimiento o forma que dispara en el hombre emoción: la regularidad en ciertos procesos de la naturaleza como el ritmo nictemeral y de las estaciones, la reaparición bien ordenada de sol, luna y estrellas, etc.
     
    La mente reacciona a eso inventando una na­rración, contando una «historia» que sin más se acepta. No necesita pruebas porque nadie la somete a crítica y no se la somete a crítica por la sencilla razón de que no encuentra otras invenciones distintas y contrarias a ella. Es la interpretación «explicativa» primera.
     
    MAGIA
     
    Antes de la mítica hay la absolutamente primigenia, pero que no es «explicativa», sino meramente práctica: LA MÁGICA.
    – No se ha sabido distinguir con precisión estos dos estratos sucesivos de la mentalidad humana — el pensar primigenio o mágico y el pensar visionario o mitológico.
    – Al revés que la filosofía, la mitología es un pensar primerizo y no par­te de oponerse a otras opiniones preexistentes. Por eso es «ingenuo», paradisíaco y crédulo.
    – Una primera invención que «esclarece» algo sorprendente para el hombre, es automáticamente «verdad», tanto que, en la verdad mitológica ni siquiera se conoce la distinción entre verdad y error. Solo se conoce la contraposición intramundana franqueza-mentira.
    – Toda la invención mítica trabaja sobre las que ya hay; no pretende invalidar ni contradecir las anteriores, sino que empalma con la tradición, la desarrolla y es, más bien, un sobrecrecimiento vegetativo de lo inicial o bien la prolife­ración incoercible de una polípera, de un viviente coral. Así se va enriqueciendo y articulando y hasta hipertrofiando el Mundo mítico.
     
    (sigue el “destilado” en la 2ª. entrega)

  • Isidoro

       En la búsqueda de una nueva resituación del humano en el Universo, en la que se incluye su relación con “Dios”, hay que poner unas líneas delimitadoras del campo de juego a utilizar.
     
       Para ello es importante recoger los principios filosóficos o consignas previas, que proponía García Bacca en el prólogo de su libro, “Sobre virtudes y vicios”.
     
    1. «No delegar en nada –religión o profano, filosófico, económico, político– ni en Nadie: sea Papa, patriarca, Ayatollah, Premier de un Presidium… el pensar por cuenta propia». Decidir por cuenta y responsabilidad privada, o sea: no renunciar a la libertad». Cargar valientemente con el don de la libertad de conciencia, sin descargarla en otro.
     
    2. «No poner límites a la imaginación, entendido por esta palabra “inventiva”».
     
    3. «No abdiquemos de ser dioses, aunque no estemos ya en Paraíso alguno. Y asumamos las consecuencias: buenas, malas, peligrosas. Éxito o fracaso». Ser como dios es, para García Bacca, auto-reconocerse como ente creador e inventor de novedades.
        Con esas premisas previas, ahí van unas reflexiones.
     
    1. Deberíamos edificar un edifico de nueva planta. No reconstruir nada del pasado, cuya planta antigua, nos ata la imaginación a una estaca fija. Sino empezar de cero, apoyándose en nuestros modernos conocimientos del Universo y sus leyes.
     
     
    2. No tener miedo a la realidad. Hay quién se acerca a la religión huyendo de una realidad que le asusta. Otros, en cambio, los menos, se acercan porque necesitan más realidad, mucha más realidad, la realidad que está oculta detrás de la cortina.
     
        Toda religión debe apoyarse en el conocimiento de la Realidad, y eso la emparenta totalmente con la Ciencia. “Quien sabe de ciencia y técnica ya tiene religión, porque conoce la esencia divina del universo, decía Goethe”. Esa es la 2ª revelación, la del Universo, que esa ni está distorsionada, ni monopolizada por nadie.
     
     
    3. Con este planteamiento, la especulación sobre la naturaleza concreta de Dios, es un desiderátum inútil. Es inútil el enredarse en su discernimiento: «No busques lo que te sobrepasa, ni lo que excede tus fuerzas trates de escrutar. Lo que se te encomienda, eso medita, que no te es menester lo que está oculto». (“Eclesiástico”, (el libro de la Sabiduría de Ben Sirá).
        Evangelio de Tomás: 5. Dijo Jesús: «Reconoce lo que tienes ante tu vista y se te manifestará lo que te está oculto, pues nada hay escondido que no llegue a ser manifiesto».
     
     
    4. Podemos hablar miles de horas sobre “Dios” o “Theos”, pero al final, el teísmo es la creencia en la intervención directa personal de Dios en la vida de cada persona.
     
       El no-teísmo, no significa que no se crea en la posible intervención de “lo que sea”, en la vida de los humanos, sino en el adjetivo “directo”, y en que pueda ser realizado por “lo que sea”, en persona.
     
        Por ello el no-teísmo, no es en absoluto, obligatoriamente ateo, pues se puede achacar la “influencia trascendente” directa, a las Leyes del Universo, que influyen y lo rigen todo. (El hipotético creador de la causa directa, es el causante final).
     
     
    5. En este sentido, se podría buscar esa hipotética influencia trascendente en cada ser humano, dentro de la estructura de su psique, en programas sapienciales, autónomos y arquetípicos, (tipo “bots” informáticos), proporcionados por la evolución natural que rige el Universo, y que constituirían algo asimilable a “la voz de Dios”, dentro de nuestra mente, y que serían el origen de nuestro instinto natural hacia la Bondad, la Belleza y la Verdad.
     
        Programas neuronales, que son autónomos, involuntarios, y que hay que aprender a escuchar y hacer caso, pues muchas veces esa “voz” entra en contradicción, con elementos cognitivos aprendidos, que son incorrectos.

  • oscar varela

    Después de Dios. Otro mundo es posible
    OK!
    ……………
    Invito a Vigil y sus coautores a considerar lo siguiente:
    1) “ANTES” de Dios ¿qué?
    2) “OTRO” mundo ¿qué es “mundo”?
    ………………………………………………………..
     
    Nuestro TIEMPO AXIAL se constituye cuando en 1931
    GÖDEL demuestra (muy sencillamente) que la “Lógica” puede ser “no-Lógica”;
    es decir, NO SEGURA; IN-SEGURA.
    – que la VERDAD no se la puede tener atada.
    – que es “in-cierta”; “dudosa”.
     
    Actualmente el “diseño de ROBOTS” se ha visto afectado
    Por este factor de IN-CERTIDUMBRE.
     
    Se hubo ensayado que los Robots pudieron ganar a los mejores ajedrecistas
    (un “cerebro” cibernético puede en tiempo infinitésimo “pre-VER”
    todas las posibles jugadas de su adversario y elegir la que más le convenga.
    Esto mismo ocurre en muchos otros juegos (Damas, p.e.)
    Lo que se notó fue una muy grande dificultad en el juego de POKER.
    La razón es que en el Poker los “DATOS” (Cartas) no están a la vista,
    lo que hace in-segura toda secuencia deductiva,
    y el “Robot” se queda rascando la cabeza (y putenado).
     
    En resolución: que la Lógica funciona “completivamente” (SEGURA)
    solo dentro de un Sistema-MODELO “pre-diseñado” y acotado a él.
     
    Cuando ocurre que hay “cartas en la manga” el “Modelito”
    puede vagabundear errático y se va al carajito;
    es lo que acontece con las DECISIONES del ser humano.
     
    NOTA: estos kilombitos empezaron a salir a la luz cuando
    se pensaron las cosas en el “modo de pensar” llamado CONJUNTOS;
    esos “Conjuntos” son lo que también llamamos “MUNDOS”.
     
    ENTONCES:
    – Que OTRO MUNDO es posible.
    – ¿Qué duda cabe?
    – ¿Cuál sería?
    – Tampoco cabe duda: el que inventemos y hagamos.
    – Inexorablemente “alguno hay”: el que estamos haciendo en NUESTRO TIEMPO AXIAL.

    • Carmen

      La teoría de conjuntos es superbonita. Para la parte matemática de pura abstracción. Preciosa. No veas el trabajo que cuesta avanzar .
      Y aquí tenéis la manía de mezclarlo todo. Absolutamente todo. La teoría cuántica, con la relatividad, con el darwinismo con el ADN, con la teoría de fluidos, con la mecánica, con la concepción del universo heliocéntrica, con las galaxias, con el mundo digital, con el marxismo, con el liberalismo económico, con… Y si faltaba poco, ahora la teoría de conjuntos. Está a punto de salir Venn.

      Pues a ver si vamos aprendiendo todos que existen los conjuntos disjuntos. Porque aquí hace falta más de dos o tres o cuatro.
      No hay quien se aclare.

      Uuuuuufffffff.

      Porque la mente humana no es capaz de abarcar todo el conocimiento como hace cuatro siglos. O sea. Imposible. Porque hemos avanzado. El conocimiento se ha diversificado un montonazo.

      Ya , lo que faltaba era la teoría de conjuntos para hablar de teología.
      Es imposible esto.
      De verdad.
      Imposible.

  • oscar varela

    Hola!
     
    Esta “invitación” de Antonio Duato tiene:
    – una finalidad: preparar un “próximo encuentro telemático en ATRIO.
    – dos antecedentes: uno lejano (lo de Vigil y sus coautores); otro próximo (lo de Gonzalo)
    ………………………
     
    Acá Gonzalo nos vuelve a situar:
     
    “La dificultad comienza con el status quaestionis y consiste en determinar de qué trata realmente este planteamiento: Trata del Theos, el Dios transmitido desde hace 6.000 años. * ¿Afecta al Dios en que yo, tú, él, cualquiera de nosotros, cree?
    ………………………
     
    Pienso que:
    1) ese PLANTEO vale; pero
    2) ese PLANTEO necesita ahondar-se; e.d.
    a) no dar por supuesta la realidad de “tal” Theos (Dios)
    b) preguntar la “génesis” de ese (esos) “tal” (tales) [Theos (Dios)]
    ………………………

    Atendiendo a la “Invitación” de ATRIO es que hube:
    * Leído y aportado “texto” de Vigil y sus coautores;
    * “destilado” escritos de Von Eüxkull y Ortega y Gasset
    (que asientan en la tierra firme de la historia-génesis de la vida)
    con el fin de que las con-versaciones –si se dieran-
    no se desarrollen en el sonambulismo de “asuntos CON-SABIDOS”;
    porque, precisamente, el TIEMPO AXIAL de nuestro tiempo
    consiste en la “bofetada” que nos desafía a abandonar sonambulismos,
    tales como “anacronismos” y “gatopardismos”.
    ………………………
     
    Nuestro Tiempo es TIEMPO de IN-SEGURIDAD;
    de que “lo que nos pasa es que no sabemos lo que nos pasa”.
     
    En este con-texto es que he solido presentar en ATRIO al
    AUTÉNTICO, PRIMERO y PERMANENTE “DIOS”: el AZAR
    con que tenemos que HACER nuestra vida “azarosa”.
    ………………………
     
    Concluyo señalando que:
    1- los “tales” Theos (Dios)
    son las necesarias ORTOPEDIAS que el ser humano
    se hubo ido construyendo (fabricando) en su Tiempo (histórico).
    2- me inclino a proponer que la Respuesta” de Nuestro Tiempo
    a la INSEGURIDAD (AZAR) consiste en lo que consistió siempre el ser humano:
    en “VIVIR ALERTA”:
    3- para ello concibo el MODO de una “nueva religión” como SERIEDAD,
    que hoy se traduce en “GEO-POLÍTICA de DIÁLOGOS y CONCENSOS”.
    ………………………

  • mª pilar

    Para mí personilla, toda la fuerza la he puesto en el ahora y aquí, desde el Proyecto de Jesús.

    Todo lo que suceda después, ni ocupa un lugar ni tiempo.

    Estoy en paz, nada deseo, nada espero, lo que tenga que ser:

    ¡Sera!

  • Carmen

    Estamos seguros de que esto es un diálogo?

  • oscar varela

    Hola!
     
    El mayor trabajo de Vigil y sus coautores parece estar haberse dado cuenta de la “deconstrucción” del Escenario en que nuestras actuales vidas transcurren.
     
    El otro trabajito a realizar es un esperanzado “constructo” de ese DESPUES DE DIOS; es decir el de OTRO MODELO ES POSIBLE.
     
    Intento aportar un análisis de cómo son los MODELOS (Objetos) que los Sujetos construyen EN CONCRETO.
    ………………
     
    1- Para la producción de elementos subjetivos se requiere un sujeto, y estos sujetos son los seres vivos.
    – ¿Cómo se producen en el animal los elementos subjetivos?
    – Tenemos que considerar como existentes todos los innumerables grupos de movientes partículas materiales que actúan en todo tiempo sobre el sujeto “animal”.
    – Si todas las fuerzas pudieran desplegar sus efectos de un modo uniforme, no habría diferencia alguna entre sujeto y mundo exterior.
     
    2- Esta diferencia llega a presentarse
    – porque el animal realiza una SELECCIÓN entre los efectos de fuerzas del mundo exterior.
    – Ésta se verifica por medio de los órganos de los sentidos, que tienen la misión de convertir en excitación nerviosa una determinada fracción muy pequeña del mundo exterior, pero suprimiendo todos los restantes estímulos.
     
    3- Cada uno de los órganos de los sentidos de cada animal
    – realiza una RECOLECCIÓN, característica suya, de los estímulos del mundo exterior,
    – a los que utiliza como nota de percepción,
    – y todos los órganos de los sentidos del mismo animal, tomados en conjunto,
    – dan una determinada sección del mundo exterior.
    – Esta sección del mundo exterior, que para cada animal es distinta y característica de él,
    – se llama su MUNDO PERCEPTIBLE.
    ……………………………………………
     
    4- Éste es sólo un lado de la cuestión,
    – pues la actividad del órgano de los sentidos sólo recibe su plena significación por la intervención del órgano nervioso central.
    – Los órganos de los sentidos envían al centro el estímulo exterior, transformado en excitación por separados caminos nerviosos.
    – Tiene lugar, por tanto, un ANÁLISIS de cada grupo de estímulos recibidos, realizados por los órganos de los sentidos,
    (ya que todo órgano de sentidos corresponde a otra sección del grupo de estímulos y transforma a éstos en excitaciones que, después de ello, por caminos aislados, se precipitan hacia el centro).
    – Consiste éste, en el caso más sencillo, en una red nerviosa general, desde la cual las excitaciones siguen hasta los músculos por caminos nerviosos centrífugos.
     
    5- En animales más altamente desarrollados,
    – todos aquellos nervios que están llamados a transportar las excitaciones de grupos de estímulos especialmente importantes desembocan en común en redes separadas.
    – Estas redes separadas se llaman ESQUEMAS en razón de la siguiente teoría:
    – sabemos que en el centro las excitaciones se relacionan de un modo conforme a la ley con nuestras sencillas sensaciones fundamentales (como azul, verde, duro, etc.).
    – Y, al ser excitado un determinado nervio siempre se presenta la misma sensación, específica de aquel nervio.
     
    6- Si todos los nervios que desembocan en la misma red separada son citados al mismo tiempo,
    – resuenan en nosotros todas las sensaciones fundamentales específicas que corresponden a estos nervios.
    – Y al reunirse las excitaciones de todos estos nervios en la red separada, las diversas sensaciones fundamentales se reúnen en una unidad, a la que llamamos OBJETO.
    – ASÍ SE ORIGINA DE LA SENSACIÓN EL ESQUEMA DEL OBJETO.
     
    7- El objeto, como ya lo enseña la concepción física del mundo,
    – en tanto se compone de puras cualidades
    (como un árbol de las sensaciones de verde, pardo, con las correspondientes sensaciones de dirección),
    – es un PRODUCTO SUBJETIVO que corresponde a un determinado grupo de estímulos del mundo exterior.
     
    8- Este grupo de estímulos fue
    recogido por los distintos órganos de los sentidos,
    descompuesto en cada uno de sus factores y
    convertido en excitaciones.
    – Las excitaciones corrieron por caminos separados hacia el centro,
    – y en el centro sucedió al ANÁLISIS de los órganos de los sentidos la SÍNTESIS del objeto.
    – De puros objetos así originados se compone todo nuestro MUNDO PERCEPTIBLE,
    – que se diferencia muy esencialmente de la imagen del mundo de la física.
    ……………………………………………
     
    9- Primeramente, nuestro MUNDO PERCEPTIBLE
    – sólo forma una modesta sección del mundo exterior,
    (la magnitud de la cual viene determinada por la extensión de excitabilidad de los órganos de los sentidos).
    – Cuanto más numerosos grupos de estímulos exteriores sean capaces de actuar en nuestros órganos de los sentidos, tanta mayor es su extensión de excitabilidad o amplitud.
    – Al lado de la amplitud de los órganos de los sentidos, es decisivo para el grado de perfección de nuestro mundo perceptible el número de esquemas existentes en el CEREBRO.
    – Pues es evidente que los estímulos exteriores llegan a ser tanto más diferenciados cuanto más numerosas sean las posibilidades de división”
     
    10- La Naturaleza consiste en OBJETOS, y cada objeto tanto es
    – un producto de nuestra vida anímica
    – como también la causa de esta producción.
    – Son puros grupos de estímulos materiales los que actúan sobre nosotros.
    – Son convertidos por nosotros en objetos, y
    – estos objetos son concebidos como causas de estímulos situados fuera de nosotros.
    ……………………………………………
     
    Esta consideración nos encamina por la vía real al concepto de PUNTO DE VISTA o PERSPECTIVA.
     
    11- Si nos representamos el problema que tienen que resolver los objetos en la vida del hombre,
    – este carácter de los objetos es extremadamente adecuado (o conforme a fin),
    EL SUJETO ignora todos los indiferentes grupos de estímulos del gigantesco universo, y
    – sólo entresaca puramente aquellos grupos que son importantes para su vida.
    – Pero estos grupos no sólo se diferencian unos de otros cuantitativamente,
    – sino que también son
    transformados en unidades cualitativamente diferentes,
    – que ahora pueblan el mundo sólo para el sujeto de que se trata.
     
    12- Resulta de una inmediata evidencia
    lo fundamentalmente distinto que tiene que aparecer el mundo desde el punto de vista de dos sujetos,
    – si los sujetos son diferentes.
    – Por desgracia sólo tenemos posibilidad de considerar nuestro propio mundo de PERCEPCIONES,
    – que en todas partes es un producto subjetivo nuestro.
    – Cada uno de nosotros sólo está autorizado a decir:
    MI mundo perceptible consiste en MIS OBJETOS,
    – y sólo en cuanto somos semejantes como SUJETOS
    – nos es lícito hablar de la igualdad de nuestros OBJETOS“.
    ……………………………………………
     
    13- El estudio de estos objetos y de sus relaciones con el sujeto
    – es el primer fundamento de un verdadero conocimiento de las cosas de la vida.
    LOS ESQUEMAS, tanto de espacio como de tiempo, ordenan las sensaciones.
    – Si una determinada serie de sensaciones de movimiento se repite frecuentemente,
    – queda aislada en nuestra memoria a la manera de una melodía que vuelve sobre sí misma.
    – La melodía de movimiento sigue siendo siempre característica para cada objeto,
    – y facilita de este modo el que podamos distinguir inmediatamente, entre otros cien,
    – al objeto tan pronto como son tocados algunos compases característicos de su melodía.
     
    14- Esta distinción del objeto no consiste en un puro reconocimiento, sino también en una formación.
    – Tal como son las cosas, nunca nos son dados objetos que podamos simplemente volver a conocer,
    – sino sólo múltiples impresiones coloreadas que tenemos primero que formar en objetos.
    – Sólo cuando las polícromas impresiones pueden resumirse sin oposición mediante la melodía,
    – puede decirse que se ha vuelto a conocer el objeto.
     
    15- Para el biólogo no hay duda de que la melodía de movimiento
    – se corresponde con lo que el mismo Kant comprendió bajo la denominación de esquema empírico del objeto,
    – que sirve tanto de medio de reconocimiento como de medio de información del objeto.
    – No es una determinada imagen del recuerdo,
    (con la cual sólo podría volver a reconocerse determinado objeto bajo determinada iluminación),
    ni una noción que puede emplearse con el objeto ya conocido.
     
    EL ESQUEMA sirve para reconocer como unidad de igual especie gran multitud de apariencias aisladas. Un grupo de sensaciones ordenado con ayuda de un esquema es un OBJETO.
     
    16- Si en vez de definir sujeto y objeto por mutua negación,
    – aprendemos a entender por sujeto un ente que consiste en estar abierto a lo objetivo;
    – mejor, en salir al objeto, la paradoja desparece.
    – Porque, viceversa, el ser, lo objetivo, etc., sólo tienen sentido si hay alguien que los busca,
    – que consiste esencialmente en ir hacia ellos.
     
    – Ahora bien, este sujeto es la vida humana o el hombre como razón vital.
    – La vida del hombre es en su raíz ocuparse con las cosas del mundo, no consigo mismo…
    – mi pensamiento es una función parcial de “mi vida” que no puede desintegrarse del resto.
    – Pienso, en definitiva, por algún motivo que no es, a su vez, puro pensamiento …
    Cogito quia vivo,
    – porque algo en torno me oprime y preocupa,
    – porque al existir yo no existo solo yo, sino que “yo soy una cosa que se preocupa por las demás”,
    – quiera o no.
     
    17- No hay, pues, un moi-même sino en la medida que hay otras cosas, y
    – no hay otras cosas si no las hay para mí.
    – Yo no soy ellas, ellas no son yo (anti-idealismo),
    – pero ni yo soy sin ellas, sin mundo, ni ellas son o las hay sin mí
    – para quien su ser y el haberlas pueda tener sentido (anti-realismo).
    …………………………….

  • Carmen

    Esto es cosa de sabios.

    Demasiado para mí.

    De todas maneras ya saben cómo pienso. Y mi voz no es sólo la mía, aunque nadie me haya votado como representante de nadie. Tampoco lo quiero ser. Perdería libertad. Por eso no me gustan los grupos formales , ni nada oficial. Va en contra de mi esencia más profunda.

    Pero observo. Escucho.  A lo  mejor me equivoco en muchas cosas, pero estas son mis conclusiones.

    Leeré todo lo que digáis. Leeré al señor Vigil. Al señor Arregi también, lo he escuchado en videos. He leído mil artículos suyos. Conozco su cabeza perfectamente, o lo que quiere mostrar de ella en lo que escribe, en lo que habla. Seguramente va mucho más allá. Pero para mí es suficiente.

    Seguro que me va a gustar .

    Buenas noches Y Buena suerte.

    Gran película. No se la pierdan.

  • oscar varela

    Hola!

    Quisiera hacer notar que en todo el “PLANTEO” que acá se hace

    (Vigil y sus coautores)

    Se “pasa por alto” lo que “siempre” se pasó por alto:

    LA PLANTA DE LOS PIES.

     

    Sin embargo, ¡ahí está el “principio” de TODO”!.

     

    Si hay paciencia, ya lo iremos viendo

    ¿qué le vamos a hacer?

  • oscar varela

    1- Nunca olvidaré que cierto día, en un pasillo del Ateneo,
    – me confesó un ingenuo ateneísta que él había nacido sin el prejuicio religioso.
    – Y esto me lo decía, poco más o menos, con el tono y el gesto que hubiera podido declararme: – ‘Yo, ¿sabe usted?, he nacido sin el rudimento del tercer párpado’.
     
    2- Semejante manera de considerar la religión es profundamente chabacana.
    – Yo no concibo que ningún hombre, el cual aspire a henchir su espíritu indefinidamente, pueda renunciar sin dolor al mundo de lo religioso;
    – a mí, al menos, me produce enorme pesar sentirme excluido de la participación en ese mundo.
     
    3- Porque hay un sentido religioso,
    – como hay un sentido estético y
    – un sentido del olfato, del tacto, de la visión.
     
    – El tacto crea el mundo de la corporeidad;
    – la retina, el mundo cambiante de los colores;
    – el olfato, hace dobles los jardines, suscitando, junto al jardín de flores, un jardín de aromas.
     
    – Y hay ciegos y hay insensibles,
    – y cada sentido que falta es un mundo menos que posee la fantasía, facultad andariega y vagabunda.
    – Pues si hay un mundo de superficies, el del tacto, y
    – un mundo de bellezas,
    – hay también un mundo, más allá, de realidades religiosas.
     
    4- ¿No compadecemos al hermano nuestro falto de sentido estético?
    – A este amigo mío ateneísta faltaba la agudeza de nervios requerida para sentir, al punto que se entra en contacto con las cosas, esa otra vida de segundo plano que ellas tienen, su vida religiosa, su latir divino.
    – Porque es lo cierto que sublimando toda cosa hasta su última determinación, llega un instante en que la ciencia acaba sin acabar la cosa;
    – este núcleo trascientífico de las cosas es su religiosidad.
     
    5- La intención de los modernistas no puede ser más piadosa en este respecto:
    – quieren alhajarnos la mansión solariega del Evangelio, según el «confort» moderno, para que no echemos de menos nuestras nuevas costumbres mentales de crítica, de racionalidad. ¡Benditos sean!
    – Los romanos primitivos, para lograr la paz con los dioses —pacem deorum quaerere— hacían sacrificios en sus altares domésticos:
    – los modernistas, más piadosos, sacrifican la quietud de sus corazones para ponernos a nosotros en paz con la divinidad.
    – No abrigo esperanza de que su labor rinda frutos; pero merece fervorosas simpatías.
    – Los fanáticos cometerán tal vez la indelicadeza de pensar que esta simpatía nuestra hacia los modernistas no es sino el natural alborozo ante una enfermedad grave que sobrecoge a la Iglesia.
    – Nada de eso: es mucho más noble y discreto el origen de nuestra simpatía.
     
    6- Una Iglesia católica amplia y salubre,
    – que acertara a superar la cruda antinomia entre el dogmatismo teológico y la ciencia,
    – nos parecería la más potente institución de cultura:
    – esta Iglesia sería la gran máquina de educación del género humano.
    – Por eso, todo intento que fomente la venida de esa Iglesia
    – parecerá simpático,
    – tendrá derecho a que le ofrezcamos el rescoldo caliente de nuestros deseos y esperanzas.
     
    7- Probablemente los fanáticos se obstinarán en no creer tan limpias nuestras intenciones;
    – en general, he observado que los hombres de mucha fe se consideran exentos en la práctica vital del ejercicio de la buena fe.
     
    (Sobre “EL SANTO” de Fogazzaro – 1908)

  • oscar varela

    Hola!

    J. M Vigil algo valedero le ha encontrado a esa veta de la DUDA que nos ha ido embebiendo a los de nuestro tiempo.

    Y la ha ido llamando TIEMPO AXIAL;

    como las Coordenadas ortogonales para trazar las curvas de las variables de la vida.

     

    Convendrá estar atento a tamaño ESFUERZO  en busca de coherencia y equilibrio!

     

    Empiezo “agradeciendo” eso.

  • oscar varela

     Digamos entonces algo de los contenidos concretos de los autores.
     
    Jacques Musset abre la exposición con un capítulo cero, anterior a la reflexión sobre el teísmo. Nos invita a revisitar un momento la puerta por la que entró todo el movimiento de revisión del pensamiento: la Modernidad. La investigación crítica de la religiosidad, y su consiguiente retroceso en Occidente comenzó con la Ilustración, con la modernidad. Todas las reflexiones subsiguientes que vamos haciendo, entraron por aquella puerta. Musset nos refresca en una apretada síntesis, lo que fue aquella revuelta intelectual que nos sigue haciendo posible ahondar críticamente.
     
    Carmen Magallón, en parte desde su agnosticismo y en parte desde la memoria de la religiosidad de sus padres, aborda la distancia injustificada entre el teísmo y el ateísmo. Se resiste a ser nombrada como ‘no creyente’. “Es una etiqueta inexacta y demasiado borrosa, para calificar a una persona. Divide demasiado si se profundiza en la compleja e inasible concepción de Dios, que desde su absoluto se escurre a nuestro entendimiento”. Y se pregunta: “¿Qué nos quedó del legado de nuestros padres a quienes nos situamos fuera? ¿Un vacío difícil de volver a llenar? ¿Cómo es posible pasar a vivir sin ese Dios de referencia en el que creímos con tanta fuerza?”. Enrolada en la cooperación internacional por la paz y el feminismo, allí donde no hay fronteras entre el ateísmo y el teísmo se interroga: “¿Realmente hemos podido prescindir de Dios porque lo hemos sustituido por una causa?”, y, “Si no hay nada superior o que constituya el Misterio, ¿cuál es el sentido de esta autoconsciencia que me habita y que está abocada a desaparecer?”.
     
    Santiago Villamayor se plantea similares preguntas. Constata la incomodidad en esta “edad de la nada”, porque Theos ha muerto. “Una vez muerto el Theos de la religión, un“algo” nos sigue faltando”. Nos hemos quedado solos, pero no estamos del todo a gusto. Se hace preciso devolver algún sentido de divinidad. El teísmo y el ateísmo “débiles” se aproximan en el misterio y la liberación. Si evitamos el dogmatismo, los malentendidos entre ateos y teístas, entre progresistas y conservadores, se revelan como impotencias propias, y por tanto motivos de diálogo. Villamayor recorre algunos modelos de pos-teísmo, de agnóstica creencia o de hormigueo creyente. Tales son el pluralismo simbólico, la prohibición bíblica de imágenes, la “cualidad humana profunda”, la no-dualidad y “la esperanza sin certezas”. Intentos que están generando una nueva cultura del espíritu, nuevos “proyectos axiológicos” donde la afirmación concreta de un Dios inafirmable no tiene tanta relevancia. Creer no es tener un Dios, o a Dios, por muy revelado que sea, o haya sido dado con autoridad; es convivir a media luz dando valor a todo-Todo.
     
    Judith Ress se adentra en la divinidad por otros caminos, por los de la cosmología emergente y las cosmovisiones indígenas. “Por más de veinte años, he sido practicante –y después, facilitadora– de ritos chamánicos para recuperar el sentido de lo divino anterior a cualquier religión. Hay que cambiar el encuadre de imaginarse a Dios como un agente externo que dirige el despliegue evolutivo de la creación, separando así al Creador y a la creación”. Y más adelante “Me parece que nuestra tarea como especie en este punto de nuestra evolución es conectarnos profundamente con las potencialidades del Universo y con las dinámicas presentes en el proceso de la Vida misma”. Su búsqueda se inicia en el diálogo con la tradición bíblica de la Sabiduría. Con la ayuda de pensadores cuánticos/sistémicos trata de atravesarla dicotomía trascendente/inmanente, que ha defendido por tanto tiempo la teología patriarcal. “Estamos descubriendo que nuestro Universo es una esfera de pertenencia y que pertenecemos a algo mayor que nosotros/as mismos/as, que está siempre desplegándose y evolucionando”. Una posición parecida a la de José Arregi, quien no tiene reparos en usar la palabra Dios sin comillas para esa esfera de pertenencia y Misterio en el que somos. Arregi nos llama directamente al abandono de “Dios”, el theos. Nos invita a un concepto transteísta y transreligioso de ese Misterio. “La Hondura última, o la Realidad fontal de todo… eterna Presencia sin aquí ni allá, eterno Proceso sin antes ni después, Espíritu o Ruah que nos mueve y habita y hace ser, eterna Comunión, creándolo todo y creándose en todo”. Después de explicar cómo la idea de “Dios” nace en las ciudades durante la edad de los metales, vinculada a la necesidad de estructurar la sociedad, nos propone el camino inverso de “Dios” a la Divinidad, de Theos al Misterio. Se aproxima a los místicos de ayer y a los científicos de hoy, y con ellos concibe la Realidad en continua tarea de creación. Y concluye: “Lo que importa es entregar el corazón, confiar en la Realidad, hacerse samaritano compasivo de toda criatura doliente, y ser lo que SOMOS eternamente”.
     
    José María Vigil trata de desarrollar una crítica teórica a la figura epistemológica theos desde la práctica histórica, desde la realidad de su itinerario desde hace 5000 años, dejando a un lado la vieja especulación aristotélico-tomista dogmática. De ahí elabora esa figura, con sus características esenciales, para tratar de delimitar un concepto de teísmo válido en cualquier religión teísta, sea cual sea la mitología y el nombre de su theos. Apunta finalmente al paso adelante, o gran salto que podemos dar, si logramos ver con claridad que theos, y el teísmo, no son más que un modelo interpretativo, frágil y pasajero, y no una realidad ontológica inmutable y eterna. Ateos, teístas y no teístas tienen entrada libre y acogida en la religión, sin verdades impuestas. Se trata de una gran novedad que la reflexión sobre el teísmo de este libro quiere aportar; un salto cualitativo, de conciencia, de comprensión, de paradigma. Éste es el tercer volumen de la colección Nuevo Tiempo Axial, dedicada a las nuevas comprensiones de la religiosidad. El primero, más introductorio, abrió la puerta de un mundo sin religión. En el segundo, Jesús fue renombrado como relato de esperanza y bondad, más allá de la historicidad de lo narrado y del mito. Aquí abordamos el posteísmo. Una interpretación compartida por otros autores como R. Kearney en su libro “Volviendo a Dios después de Dios”, en el que se introduce un término similar al de pos-teísmo: el «anateísmo» o superación del teísmo y del ateísmo. Como Roger Lenaers que también sostiene que el no teísmo es último paso de la deconstrucción pos-religional. Y John S. Spong quien clava en las puertas de la nueva Wittenberg telemática, sus famosas «12 tesis», que empiezan con una rotunda afirmación no teísta. Vamos más allá de la recomendación del Deuteronomio: “No te harás imagen alguna de Dios” pues ponemos en cuestión al Dios bíblico como ser creador separado del mundo que reside en su paraíso mientras la vida del pueblo discurre en las arenas del desierto. Y abogamos por la superación del teísmo. Proponemos una vuelta a aquella noosfera de sacralidad no divorciada del propio mundo en el que reside. El no-teísmo es un paso en el desarrollo de nuestra conciencia de la divinidad de la Realidad. Por eso nuestro título: “Después de Dios. Otro modelo es posible”.
     
    El teísmo habría cumplido la función de ser simplemente un paso en la evolución de nuestro desarrollo cognitivo y de la organización social. Descubrir cómo se generó la idea de theos, su carácter mitológico, no nos lleva al ateísmo, sino simplemente al pos-teísmo o, dicho todavía más asépticamente, al no-teísmo. El no teísmo no es por sí mismo ni ateo, ninihilista, ni materialista-reduccionista, ni cerrado al Misterio,a la sacralidad o a la divinidad; simplemente, se desembaraza crítica y conscientemente de un «producto evolutivo» creado por el ser humano, una «ficción útil» (hermenéutica, cosmovisional, tentativamente explicativa), de la que se sirvió en un momento dado del desarrollo de su cultura. En el no-teísmo, ¿estamos abocándonos al nihilismo? Obviamente no; más bien, simplemente, pensamos que la Divinidad no es ese artificial theos, como nos habíamos con-vencido a nosotros mismos. No teísmo, es (volver a) pensarque el cosmos, la Realidad, respira «Divinidad» por los cuatro costados, que es sagrado, que está habitada de Misterio inefablemente… y que puedo adorar y venerar esa Divinidad, esa sacralidad, reverentemente, hasta extasiarme como un místico: ¡este mundo y este cosmos son realmente divinos…! La comprensión no teísta nos une a toda la humanidad en el Misterio, en la valoración de lo que hallamos aquí. (Bendita superación de la confesionalidad, feliz salida del realismo cognitivo). Nos reúne en un momento previo de apertura, antes de postular las creencias o un sentido particular de la vida. Da pie a una ética universal. Acerca el diálogo de todos los ateos y no ateos. Es la hora de la Internacional de la esperanza, y de la minería del corazón, en busca de la veta de lo “divino” que rezuma por toda la Realidad. Es la hora de preguntarnos qué liberación buscamos y qué relatos la sustentan, qué con-ciencia, qué mundo y qué Divinidad la orientan. En la modernidad tardía en que nos situamos late un sentimiento resistente de Divinidad no particularizada en una religión ni recluida en ideologías cortas de mira. Dejamos el Tú que estás en los cielos de nuestra vieja liturgia y de las oraciones milagrosas. Y nos confiamos al “Misterio bueno e indecible que lo habita todo, el Fondo infinito de todo lo Real, la Fuente eterna e inagotable de la realidad, la Presencia creadora y transformadora que sustenta y mueve a todos los seres” (Arrregi). Y también somos críticos con nosotros mismos. ¿No nos sorprendemos muchas veces dialogando con un Más interior? ¿No es una necesidad de la mente exteriorizarse en otro, en los otros, en las cosas, para reconocernos y recuperarnos? ¿No nos confiamos a un Tú con el que deseamos un encuentro definitivo como divinidad? Cuando Lenaers en su libro sobre Jesús nos dice que éste no es el Hijo de Dios sino la expresión más completa del «Amor Cósmico Originario», ¿no está en el fondo siendo teísta, con otra imagen de Dios? ¿El posteísmo sería entonces y una vez más un cambio de imagen, desde un theos como causa externa, a un Dios como agente interno dela creatividad? O como dice R. Panikkar Dios es más bien la trascendencia de la misma inmanencia, siendo en ella aquello que la hace desarrollarse en múltiples formas siempre renovándose. Son preguntas abiertas para seguir reflexionando. Concluyendo. ¿Hay que desterrar y raer la palabra dios? No necesariamente. Lo que sí hay que hacer es resignificarla, delimitar nuevamente su significado, declarando superado aquel concepto que, precisamente le dio origen (theós-deus-dios). Creer en Dios-theos (un Ente Supremo ahí arriba, ahí fuera) ya no es la condición de validez y autenticidad para todo lo que tenga que ver con el ser cristiano, por ejemplo. Puedo no creer en Dios-theos, y ser cristiano. Puedo ser a-teo, ateo de theos, y ser cristiano. Que uno crea o no en la ex-sistencia de un Señor ahí arriba, ahí fuera, es una opción libre suya, según su formación filosófica, sus conocimientos científicos y su capacidad de pensamiento mítico. No se piensa igual bajo el palacio de la ortodoxia, que en la choza del sápere aude, del atrévete a pensar por ti mismo. Es la hora de desnudar a la religión de sus dogmas autoritarios que han impuesto a las personas, a los pueblos y a culturas incluso, su interpretación filosófica cosmovisional como si fuera intocable, como si viniera del cielo, con el que ellas tendrían hilo directo y autorizado. El teísmo es un modelo de verdad, y el no teísmo es otro. Ninguno es esencial a la religión, pues son un asunto filosófico, científico, que cada quien tiene derecho a estudiar y resolver o decidir. ¿Prohibimos la palabra Dios? No, porque también ofrece su servicio: si la utilizo como un símbolo de la Ultimidad de la Realidad, del Misterio, de la «divinidad de la realidad», como una personificación para dirigirme a ella… puede ser útil, ¡cui-dado!: con tal de que resulte clara e inequívoca su utilización pos-teísta. Muchas veces esa Presencia, auto-presencia del Todo en mí, revestirá la forma de un diálogo interior consigo mismo, o con otros, o con la naturaleza…; también la forma del silencio, o de la música callada. Y ese instante de eternidad será como un espejo matutino, un “en la Divinidad de la Realidad, sin Theos” para sentir, antes de nada, antes de que asome una palabra, quiénes somos y dónde estamos. No tenemos porqué renegar de actitudes y prácticas que antes nos eran muy apreciadas. Nos referimos por ejemplo al equivalente de la oración, las celebraciones comunitarias, y en general los símbolos que nos identifican como partícipes de la creatividad y del amor. Aplicaremos en ellos el carácter metafórico de nuestro lenguaje de modo significativo y no realista, dejando que cada uno exprese lo innombrable como simbólicamente crea más conveniente pero sin auto-engañarnos ingenuamente. Lo importante en todo caso es entrar en ese sentimiento de bondad, belleza, compasión, serenidad, ánimo…
     
    Y terminamos esta introducción con este bello párrafo de José Arregi: Pero, ¿qué quiero decir cuando digo Dios, cuando digo que creo y quiero creer en Dios? No me refiero a una realidad frente a la realidad del mundo, un sujeto personal frente a otros sujetos, un Ente Supremo y masculino, creador y regidor del mundo… Cuando digo Dios quiero decir: el Misterio bueno e indecible que lo habita todo, el Fondo infinito de todo lo real…. el Amor liberador que alienta en el corazón del mundo que gime, el “Reino de Dios” del que hablaba Jesús como la realidad última oculta y presente y activa en todo: en la flor del viñedo, en la espiga del trigo, en el zorzal que canta, en la sonrisa de un bebé, en las lágrimas de un desahuciado, en el drama de un refugiado, en la acción de un profeta.
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  • oscar varela

    DESPUES DE DIOS.  OTRO MODELO ES POSIBLE
    Musset, Magallón, Villamayor, Arregi, Ress, Vigil
     
    ÍNDICE
    Introducción.
    0. La modernidad, el punto de partida – Jacques MUSSET
    1. Sobre lo inefable – Carmen MAGALLÓN
    2. «Eso nace y sale» – Santiago VILLAMAYOR 
    3. Dios más allá de Dios, o del teísmo – José ARREGI
    4. Reimaginando la sabiduría que nos sostiene – Judith RESS
    5.Sincero para con theos – José María VIGIL
    Sobre los autores
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    INTRODUCCIÓN
     
    Nadie puede negar que, en algún momento de su vida, algo parecido al término «Dios» ha pasado por su pensamiento, y quizás también por sus emociones. Posiblemente le haya sucedido tal cosa ante la tragedia de un gran sufrimiento. O bien, en momentos de profunda alegría y esperanza, de ganas de vivir. Son esos momentos, en los que, espontáneamente, exclamamos: ¡Ay Dios mío!, o ¡Oh, Dios! … expresiones referidas a Alguien –o algo – que en realidad no sabemos bien qué significan. No sabemos qué significa “Dios” y sin embargo hasta bien entrado el siglo pasado nuestra creencia en Él ha sido dominante. “Dios” no ha sido una ráfaga en la mente sino el clima cultural en que hemos vivido. Ha modelado la vida personal, le ha dado sentido, referencia moral y consuelo. Ha ensamblado y cementado el puzle de la interacción social aportándole orden y estabilidad y ha legitimado la autoridad incluso la ilegítima. Pero hoy el panorama ha cambiado. “Dios”, objeto de apasionadas disputas hasta hace bien poco, es ya como la abuela en la residencia, un recuerdo, una lejana presencia. Unos pocos le visitan con frecuencia, la mayoría prescinde. La indiferencia, el teísmo y ateísmo ya no son instancias determinantes en las decisiones. “Probablemente Dios no existe” publicitaban los autobuses de la última escaramuza atea. No se atrevían a una afirmación categórica. El trigo o la fe, y la cizaña o el ateísmo, antes y según la ortodoxia compitiendo por el suelo fértil de la bondad humana, hoy crecen bien avenidos. Porque ninguno es del todo perfecto. El trigo esquilma el suelo, y la mala hierba esponja la costra arcillosa. La frase “Vivir sin Dios, en Dios” del profundo creyente Bonhoeffer, que dio su vida en el campo de concentración, es otro reflejo de esta cultura religiosa y crítica, aproximativa de cualquier posición beligerante. Es, a la vez, atea y creyente. Vivir con justicia y esperanza, vivir dando valor a todo, haya o no haya “Dios”. Y ahora entrecomillamos el primer término Dios porque significa algo distinto del segundo. Sin “Dios” se refiere al concepto “religioso” de Dios que ha dominado la cultura occidental, el “Theos” griego y “Dios“ del cristianismo. En Dios sin embargo se refiere más bien al misterio de la divinidad que todo lo envuelve, que es todo sin necesidad de sustantivarse o de ser nombrado de modo independiente. El no-teísmo. El teísmo sugiere contradictoriamente algo así como un Ser total y particular a la vez; alguien como nosotros… pero “a lo grande”; el horizonte de infinitud y plenitud de cuanto somos, pensamos y hacemos objetivado frente a nosotros. Grandes palabras, elevadas a su máxima expresión; y realísimas. Los sentimientos más elevados, condensados en un Ente a quien atribuir todo cuanto emociona. Un Ente independiente de nosotros, generalmente “arriba”, figurativamente en el cielo físico y, por “educación lactante”, tenido como lo más real y más digno de respeto. Le concedemos voz y le obedecemos. Gracias a Él llevamos dentro una especie de optimismo callado que, a la larga, ninguna tragedia es capaz de reducir al silencio absoluto. Gracias a Él el misterio de la vida quedaría luminosamente desenmarañado. El cristianismo se ha servido de este modelo teísta durante siglos y no ha tenido reparos en mostrar como excelencia de la fe algunas posiciones tan pueriles como la de aquel ministro que decía que él se creía todo, hasta lo de los Reyes Magos, pues si no, se le hundía el edificio entero de su fe. Era… su piadosa mentira que le permitía vivir. O como esa prostituta a quien “nunca nadie en su vida le había querido”, y seguía hablando con “Dios” todas las noches de ese amor nunca encontrado; era su consuelo y refugio. Y es que en ese modelo teísta iba agazapado también el sentimiento profundo de una divinidad innombrable. Esta imagen de “Dios” soberano, en otro plano, dominándolo todo, nos la hemos venido inculcando desde hace unos cinco mil años.
     
    Theos  no cayó del cielo, emergió en nuestro proceso de humanización. Lo pusimos nosotros allí. Antes de ese tiempo, nunca habíamos pensado en un «EnteSupremo, un Súper-sujeto personal ahí arriba, ahí afuera», al que llamaremos Theos, por su nombre en griego. Mas bien una sacralidad profunda, sin forma ni nombre propios, era la que embebía toda la realidad, ¡la sagrada Realidad total! Al aparecer Theos esa sacralidad fue recolocada y absorbida en la personificación de ese Ente Supremo, magnífico, inimaginable, a quien nos entregamos rendidamente y reconocemos como depositario de toda la sacralidad y divinidad. Fuera de Él, todo sería profano y heterónomo, contingente e inferior. Esta propuesta pos-teísta no es nueva. Hace ya tiempo que los teólogos cristianos propusieron algo similar. Recordemos el movimiento de los llamados Teólogos de la secularización y de la muerte de Dios en los años 60 del siglo pasado. A raíz de los trabajos de Bultman sobre la desmitologización –véase su obra principal, Mito y Kerygma, 1953-, aparecieron dos grandes movimientos teológicos, la teología de la secularización desarrollada sobre todo por Bonhoeffer, Paul Tillich, Harvey Cox y Paul Van Buren, y la teología de la muerte de Dios con Gabriel Vahanian, Thomas Altizer, y William Hamilton ente otros. Bultman desveló el carácter mitológico de muchos textos bíblicos y en concreto de los evangelios, pero según le critica Bonhoeffer no se atrevió a hacer otro tanto con el mismísimo concepto de Dios. Y ésta es la pista que seguimos aquí. Bonhoeffer llegó más lejos, y en las Cartas y escritos desde la prisión nos dice: “no podemos ser honestos sin reconocer que debemos vivir en el mundo como si no hubiera Theos… Él nos hace saber que es preciso que vivamos como seres humanos que llegan a vivir sin Theos”, simplemente en la sacralidad de la Realidad. Años más tarde, en 1962, el famoso obispo anglicano-estadounidense John A.T. Robinson recogía esa honestidad y publicaba Sincero para con Dios, con las aportaciones de Bonhoeffer, Tillich y Cox. Causó un gran impacto en el mundo cristiano. Según Bultman el cristianismo debe dejar de ser mitológico, nos dice Spong, de acuerdo con Tillich debe dejar de ser «supernaturalista», y según Cox debe dejar de ser «religional». Pero este primer envite, tan prometedor, quedó arrinconado pronto en la historia; primero por la ortodoxia del magisterio eclesial, luego por el entusiasmo de la renovación conciliar del Vaticano II, y finalmente eclipsado por la urgencia revolucionaria de la teología de la liberación. La cercanía y la dramática situación de injusticia en América Latina, los inicios de la misión obrera en Europa, la afiliación política en los movimientos obreros cristianos, y los cristianos por el socialismo, ofrecieron la perspectiva de un cristianismo profético y comprometido. Ya no había tiempo para revisar paradigmas teológicos inquietantes, como el teísmo. Pero ahora que la revolución se hace tan problemática y lenta, y palidece la liberación socio-económica, vuelve a ser puesta sobre el tapete aquella búsqueda teológica interrumpida (liberador avant lalettre: en busca de una liberación teológica, epistemológica, desmitologizadora…).
     
    Pues bien, nosotros ahora queremos situarnos en esa sinceridad de J. S. Spong. No nos mueve un interés religioso especial por salvar a Dios, ni somos reduccionistas que se contentan con una sola de las múltiples interpretaciones de la realidad. Revisamos la idea de Theos con las ciencias, la arqueología religiosa destacadamente, el pluralismo cultural, y el avance del pensamiento crítico y de la acción por la justicia. La crisis del teísmo llega de la mano de la mentalidad posmoderna, del pluralismo cultural y religioso, de las últimas interpretaciones de la evolución y de la «emergencia», de la mecánica cuántica y de la teoría de sistemas abiertos. También por la relativización de las creencias propias a la vista de las de otras religiones. Y sobre todo la honestidad, y la propia fe. Y, cómo no, desde el dolor del mundo, desde las consecuencias del empobrecimiento muy evitable de muchísima gente. Vamos a vivir “sin Theos, en Dios”, adaptando la frase de Bonhoeffer. Una forma de vida entendida en el seno de la realidad auto-creativa, que no necesita un Theos externo, pues todo lo que hay es la misma Realidad auto-creándose. Lo que en los últimos milenios ha sido un «teísmo fuerte» en el centro de una cosmovisión religiosa totalizante, y por otra parte, en los últimos siglos, un ateísmo reduccionista militante fruto de una autonomía escrupulosa y rígida, se convierte en nosotros simplemente en un no-teísmo convergente, esperanzador, recuperador de la divinidad del todo. La realidad es una, plural y auto-creativa, es materia dinámica, enigmática. Y “nos coloca en la incertidumbre metafísica de no saber si su fundamento último es Dios, o un puro mundo sin Dios” (Javier Montserrat). Un mundo sin theos…pero, nosotros añadimos, no “vacío”, sino preñado, enigmático, hecho a sí mismo como Realidad (con mayúscula) y Misterio. Inasible, digno de un respeto “sagrado”. Y que siempre nos suscita la pregunta que suele plantear José Arregi: «¿Qué es eso que hace que todo se esté creando incesantemente?».
     
    En el no-teísmo se desdibujan las fronteras entre el teísmo y el ateísmo y se crea una amplísima franja sin fronteras de agnósticos esperanzados en la que se sitúa la mayoría de la gente crítica y secularizada. Es posible concebir que theos no sea realmente algo ex-sistente, sino un parche hermenéutico del que hemos echado mano en un momento de apuro, pero que ya no es necesario. El ateo y el creyente son ahora vecinos de una maravillosa escalera sin claraboya que comparten una planta baja de incomprensión, de esperanza sin certezas y de amor sin condiciones. Los ensayos que componen este libro entre líneas atrevidas y borrosas, como un viaje bajo la niebla, se refieren a un nuevo sentido de lo sagrado. A lo que no tiene nombre ni está sustantivado, o tiene todos los nombres sin nunca saber hasta dónde llegan esos nombres. Aunque “algo tenga que haber” … como reclama el pueblo sufriente, o canta el poeta extasiado. Algo tiene que restituir el daño y el dolor. Algo para cuando se es feliz o no se soporta el tedio. Algo necesitamos aun a pesar de que podemos vivir perfectamente en un mundo que se basta a sí mismo sin alharacas de sentido. Y algo “tiene que no haber”: la injusticia, el sufrimiento y un theos en las alturas que todo lo ve, o que sólo ve y cuyos designios son inescrutables. Un altísimo Theos, consentidor de toda injusticia, proclamado para justificar la guerra –“en nombre de Dios” han gritado hasta ahora todos los guerreros–, un silencio cómplice, un interventor procedente de otro mundo paralelo a éste y de carácter sobrenatural. “Otro Dios es posible”, significa que otra manera de entender la divinidad necesaria: sin separación del cielo y de la tierra, sin mundo paralelo, sin cielo empíreo, sin trono de gloria in excelsis; la Divinidad de la Realidad misma total. Afirmamos la bondad y maravilla de lo real, la emergencia creciente de sabiduría y de vida lograda. A pesar de todo. Y cuesta decir esto cuando al que muere en la patera se le siente como un hermano, al niño que se mete en la mina donde no cabe un adulto se le tiene como a un hijo, y la costurera de un taller clandestino, ultrajada con ácido o violada, nos duele como si fuera nuestra hija. O como cuando, sin tanto dramatismo, se pierde una cosecha de 365 azadas en el pedregal, o cuando uno se muere al día siguiente de jubilarse. Digamos entonces algo de los contenidos concretos de los autores.
    (sigue con los Autores)

  • Gonzalo Haya

    La dificultad comienza con el status quaestionis y consiste en determinar de qué trata realmente este planteamiento. ¿Afecta al Dios en que yo creo? ¿En el que tú, él, cualquiera de nosotros, cree?
     
    Trata del Theos, que el autor define (delimita) con unos atributos, y que supone que es el Dios que venimos transmitiendo desde hace 6.000 años.
     
    El sustantivo Dios, es un significante que a lo largo de la historia se ha ido transformando y llenando de nuevos significados, y difícilmente coincidirán los significados que tenga para cada uno de nosotros.
     
    Si para ser theísta hace falta atribuirle a Dios todos los atributos que el autor enumera, incluido el de los dos pisos, terrestre y celeste, yo no sería theísta; y pocos theístas habrá entre los lectores de Atrio. ¿O basta atribuirle solamente alguno de esos atributos para ser considerado theísta?
     
    Habría que ponerse de acuerdo en unas características fundamentales para distinguir lo que se quiere rechazar como theísmo y lo que se admite como “otras formas de referencia a lo divino”. En mi anterior artículo propuse como punto principal la intervención de Dios en la historia humana, aclarando que esta intervención puede ser entendida como manipulación externa o como respetuosa influencia
     
    Quizás el punto clave esté en la teoría de la no-dualidad, pero este es un tema filosófico (el uno y lo múltiple, el tiempo y el espacio como apriori de nuestra mente) que habría que abordar más extensamente.
     
    Para mí, el mérito y valor de este artículo, como el del libro “Después de Dios”, y de toda esta campaña no-theísta, consiste en descargar a Dios de una imagen opresiva que ha infravalorado la libertad y la autonomía humana.

  • Isabel

    Deconstruir es fácil, otra cuestión “ re-expresarlo todo”.

    Este discurso debe ser muy del gusto posmodernista. Para mí muchísimas cosas suenan a hueco:

    – “Otra realización del ser humano es posible: una no teísta (pero llena de positividad).”

    – “ el teísmo no está «bien superado» hasta que aquel vacío que desocupa, es llenado de nuevo (pero no por otro teísmo), hasta que aquella realización de la persona deja de ser buscada por la fantasía, la mitología, la obediencia, el sometimiento, la credulidad, el ensimismamiento con un tú interior…”  (¿no hay fantasía en su actual e intelectual concepción de Dios?)

    – “ Superar el teísmo, deshacerse de él, quitarse un vestido que sofocaba u oprimía a la persona..”

    Será interesante leer las opiniones de distintos comentaristas.

  • […] de  ASINJA-Asociación Interdisciplinar José de Acosta, nos ha hecho el honor de enviar al post Invitación a recoger en ATRIO el debate sobre No-teísmo y fe en Dios un extenso comentario que nos parece oportuno subirlo a la columna central para que pueda ser más […]

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