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El ingreso mínimo vital eclesiástico

 Antonio Moreno escribe de lo que viene estudiando desde hace tiempo. Ya es una tesis de política social aceptada por todas las fuerzas políticas y sociales. Excepto por algunas jerarquía de la comunidad de seguidores de Jesús, que son los más llamados a poner en práctica las enseñanzas del maestro, como hicieron los primeros los cristianos. Un poco largo pero vale la pena. AD.

      Es conocida la opinión de Philip Alston, el Relator de Derechos Humanos de la ONU en su visita a nuestro país: “Existen dos Españas muy diferentes: una la que conoció como turista, que es un país rico culturalmente, diverso, próspero… y otra la que acaba de conocer como relator de la pobreza, en donde hay un porcentaje inusual de población que vive al límite y tienen dificultades para sobrevivir. Estas palabras, en su visita de febrero de este año, quedaron palidecidas en marzo, cuando la Declaración del estado de Alarma por el coronavirus y hoy mucho más por las consecuencias sanitarias, económicas, sociales y políticas que traerá esta pandemia mundial, hasta que la investigación nos aporte las vacunas o medicinas que la prevengan o la curen.

      La pandemia COVID19 ha multiplicado ese “porcentaje inusual de personas que viven al límite y tienen dificultades para sobrevivir”, como dice el Relator de la ONU, sin embargo el gobierno de coalición ha querido paliar con el Ingreso Minimo Vital (IMV). El Gobierno se ha mojado, pero preguntamos ¿que mensaje ha ofrecido la Iglesia jerárquica, con motivo de la pandemia de la Covid19?

      Ricardo Blázquez, Presidente anterior de la Conferencia Episcopal Española (CEE), ni siguiera felicitó al Presidente del Gobierno en su elección, es más, manifestó que el gobierno de coalición podía mermar los privilegios fiscales y educativos de la jerarquía. Y la CEE, por medio de su Secretario general, ya se manifestó en contra del IMV, en caso de establecerse como subsidio permanente, pues “coartaría el desarrollo de las personas”, es decir, que el trabajo asalariado es, para la CCE, el medio fundamental de ingresos para el desarrollo de las personas, todo lo demás no ayuda a desarrollar sus capacidades.

      Esta es, ciertamente, una de las constantes de la doctrina de la Iglesia jerárquica, desde la época medieval, el considerar al trabajo como fuente única de la propia subsistencia. basándose en la maldición divina del Génesis 3, 17-19: “Comerás el pan mediante el sudor de tu rostro” y en las palabras de S. Pablo en 2 Tes.3, 10-12: “Quien no quiere trabajar, tampoco coma…Rogamos por N.S. Jesucristo que, trabajando tranquilamente, coman su propio pan”, Como se sabe, el Calvinismo posteriormente transformó la maldición divina del trabajo en bendición y signo de predestinación. El éxito económico que se obtiene por la laboriosidad es, para los evangélicos y especialmente para los calvinistas, una señal de elección y salvación. De aquí deducía Mas Weber, en su obra: La ética protestante y el espíritu del capitalismo, que la ética calvinista favoreció enormemente el desarrollo del capitalismo, transformándolo incluso en una religión. También esto lo admitió la Iglesia católica, aunque más atenuado, pues en otro tiempo condenó ferozmente la usura, algo que hoy ha olvidado. Todo ello es cierto y sabemos la influencia nefasta que ha originado esta doctrina, en el desarrollo del Capitalismo. Ahora bien, ¿es esa la única tradición existente en la Iglesia cristiana? Pues No, porque existe otra tradición en el Cristianismo primitivo, que la Iglesia jerárquica olvidó por razón de sus intereses económicos. Tradición que trato de rescatar en este artículo.

      Hoy se admite por todos los exegetas, que el núcleo primitivo de la fe de la primitiva Comunidad cristiana es, que Jesus es el Mesías, el Ungido o Cristo (Hch 5, 42), anunciado por los profetas, que predicó el Reino o reinado de Dios ( 1), que murió en una Cruz, pero que “Dios Padre lo resucitó de la muerte” (Gal 1,1 y paralelos). Pues bien, este núcleo primitivo de la fe en el Jesús histórico, se completa con que: el Reinado de Dios o la acción de Dios Padre y su poder, no se manifiesta principalmente en lo cúltico, en el templo y la observancia de la Ley de Moisés, sino en el servicio a los demás, es decir, en la comunidad de vida y de bienes (koinonia=comunismo) y su distribución según la necesidad de cada uno. Asi lo indica Lucas, en la doble descripción que hace de la vida de la primitiva Comunidad de Jerusalem. En primer lugar, en Hch 2, 42-44 dice: “eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles y en la comunidad de vida, en el partir el pan y en las oraciones” y, a continuación, los vv. 44.45 indican que tenían comunidad de bienes: “lo tenían todo en común, vendían sus posesiones y sus bienes y lo repartían entre todos, según la necesidad de cada uno”. Posteriormente Lucas indica los ritos cúlticos: la visita o frecuencia al Templo: “perseveraban unánimes en el templo”(2, 46), para orar y realizar los sacrificios prescritos por la Ley mosaica y el nuevo rito cristiano : “partían el pan en las casas”, en memoria de la última Cena. En el c.4, vv. 32-35 ya solo aparece el “testimonio de la Resurrección del Señor” (v.33) y la comunidad de bienes: “poseían todo en común” (koinonia= comunismo) (v.32), por la venta de los bienes que tenían y poniendo el precio total recibido a los pies de los Apóstoles, para que se distribuyera según la necesidad de cada uno: porque entre ellos no había ningún indigente, ya que los que poseían campos o casas los vendían, llevaban el producto de la venta y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno” (Hch 4,34-35). La fe en la Resurrección de Jesús, es decir, la convicción de que Jesús ha vencido al mal y la muerte, gracias al Padre y que el Reinado o poder y justicia de Dios Padre se manifiesta, no principalmente en el culto y obras rituales prescritas por la Ley, sino en el servicio al pueblo, es decir, que los bienes son comunes, de modo que cada miembro de la Comunidad debe recibir aquello que necesita para vivir, es el relato o mensaje revolucionario de la primitiva Comunidad cristiana de Jerusalem.

     El mejor comentario de este relato o praxis primitiva cristiana es, en mi opinión, el de Rosa Luxemburgo (2), aunque ella lo enmarca en la época del bajo imperio romano, pero está claro que habla de la praxis que hemos visto de la Comunidad primitiva de Jerusalem. Según Rosa Luxemburgo, en el bajo imperio romano: “La religión cristiana aparecía ante estos infelices (los esclavos) como una tabla de salvación, un consuelo, un estímulo y se convirtió, desde sus comienzos, en la religión del proletariado romano… los primeros cristianos levantaron la consigna de la propiedad común: el comunismo” (3). Efectivamente el cristianismo primitivo, además de predicar la igualdad de todos como hijos de Dios, practicaba que nadie de ellos podía pasar necesidad o ser indigente, porque los que tenían bienes los vendieran y el producto lo entregasen a la Comunidad y ésta los repartiría entre los que tenían necesidad, de ese modo “no habría entre ellos ningún necesitado. Esta practica fue, sin duda, una revolución en su tiempo, aunque siguieran manteniendo la esclavitud, según aparece en la Carta a Filemón. El cristianismo fue el primer comunismo, por ello se convirtió en la religión del proletariado de los primeros siglos.

      Ahora bien, este comunismo, dice Rosa Luxemburgo, es diverso del que sostiene Marx. Es un “comunismo de consumo, no de producción. No exigían que la tierra, los talleres y las herramientas se convirtieran en propiedad colectiva, sino simplemente que todo se dividiera entre ellos, casa, comida, ropas y todos los productos elaborados necesarios para vivir” (4). Y es cierto, el Cristianismo de la primitiva Comunidad de Jerusalén, no establecía la propiedad colectiva de los medios de producción, sino que reconocía que los bienes poseídos tienen una primera y fundamental finalidad: ser básicamente común a todos, la de garantizar un sustento fundamental a todos y para ello se debe distribuir según las necesidades de cada uno, de modo que nadie pase necesidad y no haya indigentes. Pero, como dice ella, esta práctica duró poco, pues se fue extinguiendo en siglos sucesivos y, por ello, los Santos Padres la recordaban una y otra vez al pueblo. San Cipriano, obispo de Cartago, en el año 248, parece ser el primero que recuerda a sus fieles la práctica del tiempo de los Apóstoles, seguramente porque se estaba olvidando. Después fueron los Padres griegos y latinos S. Basilio, S. Juan Crisóstomo, San Ambrosio de Milán (5).   

      Ahora bien, del mismo modo que los cristianos primitivos aplicaron y concretizaron en su tiempo el relato profético del AT y la práctica del Reinado de Dios propuesto por Jesús, hoy nos toca hacerlo a nosotros, los cristianos del siglo XXI. Yo opino que este es el reto que se presenta, en las actuales circunstancias de la COVID19, a los cristianos de hoy, especialmente a los que el obispo Casaldáliga (6), llamaba Iglesia popular, si, según creo, queremos ser seguidores de la primitiva Comunidad de los Hechos. Pero ¿de qué modo? Estimo que podría ser de dos formas:

  • En primer lugar, los que nos llamamos cristianos y formamos la Iglesia popularproponiendo y trabajando por la implantación de una Renta Básica Universal e Incondicional, según lo propone la Red de Renta Básica (RBU) y que se ha concretizado, últimamente, en la Renta Básica de cuarentena, que ha poco comenté en mi blog.
  • En segundo lugar, creo que le correspondería a la Iglesia jerárquica. Que las Conferencias Episcopales recuperen la primitiva tradición de la Comunidad de Jerusalem o la otra tradición paulina: la del socorro o ayuda a los hermanos necesitados (Rom 15, 26; 2 Cor 8,3; Hch 11, 29). Para ello, podría reconocer y desprenderse de los bienes que posee y son muchos, según el listado enviado por los registradores de los bienes inmatriculados por la Iglesia jerárquica en España, desde Sin embargo, como este paso es muy lento, podrían empezar vendiendo o donando al Estado los “tesoros de las catedrales” (de Sevilla, de Toledo etc), de los Santuarios etc y con su producto establecer un Ingreso Mínimo Vital Eclesiástico para todas las personas que acuden a Caritas. Y para que no coincidiera con el IMV del Estado, podría establecerse de que esa venta o donación fuera una colaboración y refuerzo del IMV estatal. Sería un buen principio y un buen ejemplo, porque en vez de recibir tanto dinero del Estado, se trataría de colaborar con él, para que nadie pase necesidad y practicar ese comunismo de consumo, de que hablaba Rosa Luxemburgo.

NOTAS

(1) Sobre esta expresión véase MEIER, John Un judío marginal: Nueva visión del Jesús histórico. Tomo 2/1.Juan y Jesús. El reino de Dios. Tr. de Serafín Fernández Martínez. Estella (Navarra); Verbo divino, 1999. Disponible en: http://www.luisjovel.com/wp-content/uploads/2015/10/Meier.JohnP_Un-judio- marginal-2.1.pdf?fbclid=IwAR2roo_AeWNuHnLmLe0hz4RRdH1ae7oUpoBFzLkvcR8VIJ5mYcjs-96NWTs (Consulta 20-01-2020), pp.271-272. “La expresión “reino de Dios” o sus equivalentes (p.ej.,”reino de los cielos” , “reino de mi Padre”,etc.) figura en trece dichos del Evangelio de Marcos, en unos trece de Q, en unos veinticinco de Mt, en unos seis de Lc y en dos del Evangelio de Juan…Todo el corpus de las epístolas indiscutiblemente paulinas contiene “reino de Dios” sólo en siete pasajes (1Tes2,12; Gál5,21;1Cor4,20;6,9-[2veces] 10 ;15,24.50; Rom14,17)… Es sorprendente que, aunque las epístolas paulinas representan el más antiguo corpus literario cristiano completo que se ha conservado después del ministerio histórico de Jesús, “reino de Dios” no tenga un papel destacado en el pensamiento y en el lenguaje de Pablo”.
(2) ROSA El Socialismo y las Iglesias, pp. 136-141. Disponible en: https://www.marxists.org/espanol/luxem/05Elsocialismoylasiglesias_0.pdf (Consulta 15-05-2020).
(3) Ibid., p. 140. La negrita es mia.
(4) Ibid. pp.140-141.
(5) MARTÍNEZ CEREZAL, Carlos. El pensamiento de los Santos Padres sobre la propiedad privada. En Aula DSI. Disponible en: http://auladsi.net/el-pensamiento-de-los-santos-padres-sobre-la- propiedad-privada (Consulta 18-05-2020) «Consideremos, hermanos amadísimos, lo que practicó el pueblo de los creyentes en tiempo de los apóstoles, cuando en los comienzos florecían con vigor grandes virtudes, cuando hervía la fe de los fieles con nuevo ardor. (…) Como leemos en los Hechos de los Apóstoles (4,32): La multitud de los creyentes se comportaba con un solo espíritu e intención, no hubo entre ellos diferencias ni reputaban como propio nada de los bienes que poseían, sino que todo les era común. Esto es hacerse de veras hijos de Dios Padre, según las leyes del cielo. Todo lo que es de Dios nos es común a todos para nuestro uso, y nadie es excluido de sus beneficios y dádivas, de modo que todos los hombres gocen por igual de la bondad y largueza de Dios». Posteriormente, en el siglo IV, serán los Padres griegos, S. Basilio y S. Juan Crisóstomo y el Padre latino, S. Ambrosio de Milán, quienes recordarán la práctica cristiana primitiva, ante su olvido.
(6) CASALDÁLIGA, Pedro. Opción por los pobres y espiritualidad. En VIGIL, Jose M.ª. (Coordinador). La opción por los pobres. Santander: Sal Terrae, 1991. Disponible en: https://www.academia.edu/20952513/ VIGIL_J.M._org._Pedro_CASALD%C3%81LIGA_Albert_NOLAN_Jon_SOBRINO_V
                 %C3%Adctor_CODINA_Leonardo_BOFF_Giulio_GIRARDI_Jorge_PIXLEY_Julio_LOIS_La_opci
 %C3%B3n_por_los_pobres (Consulta 18-06-2020), p. 53. “Si decimos «Iglesia jerárquica», con más razón podemos decir «Iglesia popular». Por dos motivos: la Iglesia «tiene» jerarquía, pero «es» pueblo de Dios”. La jerarquía será siempre minoritaria en la Iglesia, mientras que el pueblo de Dios es la inmensa mayoría. Por otra parte, hablar de Iglesia popular significa hablar de una «Iglesia en la base», donde están los pobres”.La negrita es mía.

6 comentarios

  • GIORDANO BRUNO

    Bien Ana, amiga mia, como siempre con la verdad por delante. PERO esa verdad les hace mucho daño a esa Conferencia Episcopal que viven bien en sus palacios o pisos de 400 metros y servidumbre. ¡¡¡A ellos les daba yo los 462 euros, para que vivan tan bien¡¡¡¡¡ toda su vida, ya que al parecer se vive tan bien.En Argentina están empezando a pedir que la iglesia viva con sus propios medios fuera del stado. Hay que tener poca vergüenza¡¡¡  Por ejemplo el pisito de Rouco Varela de 400 metros cuadrados y con vistas a la Casa de Campo, desde las Vistillas. No, claro es mejor hacerse con una ley hecha a su medida por Aznar, y forrarse con las 40.000 inmatriculaciones¡¡¡¡¡y luego a presumir de CARITAS, a la que le dan un 2%, ¡¡¡¡¡Vengan días y vengan ollas!!!!  Un cordial abrazo Ana.

  • juan antonio vinagre oviedo

    Un comentario más acerca de ese “ingreso mínimo vital” eclesiástico, que propone A. Moreno, aunque sea en forma muy sintética:

    — Si trabajamos debidamente, en la tierra hay recursos y potencialidades suficientes para que nadie pase necesidad.  Otra cuestión es cómo se trabaja y produce…, y con qué fines, así como el tema de una natalidad responsable…

    –El problema surge cuando unos acaparan a costa de otros… Nuestro pecado más original es el egoísmo, frecuentemente depredador. A no ser por un golpe de suerte, nadie se hace rico-rico sin el sudor ajeno… mal retribuido.

    –Una misión fundamental de la Iglesia, como Comunidad de creyentes seguidores de Jesús de Nazaret, es ser fermento de transformación espiritual y social.  Pero cuando la Iglesia se jerarquizó y se alió con el poder, asumió valores de este mundo, y así perdió su capacidad de fermento. De este modo hizo compatible Dios y Dinero, cuando Jesús los declaró incompatibles. Entonces la iglesia jerarquía dejó de servir, para servirse… y dejar a su suerte al necesitado…

    –En esta situación, para rebajar las contradicción con en Evangelio, marginó ciertos pasajes y sacralizó en exceso sus poderes de atar y desatar…

    –Por otra parte, el poder del Dinero MODERNO  -que siempre de una u otra forma estuvo vigente desde milenios ha, y que en tiempos modernos necesitaba “justificarse mejor”-   encontró una base “teológica” viejo-testamentaria (antievangélica) en Calvino. (Creo que lo mismo que Marx dijo de Feuerbach: que había puesto “las bases filosóficas del socialismo”, también puede decirse de Calvino: puso las bases teológicas del Capitalismo.)

    –Por eso la Iglesia jerarca -que es la que domina y manda, con muy loables excepciones, por fortuna- necesita una “conversión mínima vital”, interior y exterior al Evangelio de Jesús. Mientras esa conversión no ocurra, se callará o hablará en voz baja, porque la poca fuerza de su testimonio no le permite decir ni hacer más…

    –Cada día estoy más convencido de que el cambio social -que permita un mínimo vital- no se realizará en condiciones dignas, mientras las iglesias y religiones UNIDAS -aunque sólo sea en este tema- no lo reclamen insistentemente, pero no sólo unidas sino sobre todo con su testimonio de vida (y de desprendimiento de riquezas). Sin ese testimonio carecerán de fuerza y de poder de convicción… El hombre de iglesia es así de pobre de espíritu que no parece muy consciente de esa necesidad…

    –Pues bien, pienso que ese día llegará -que la acción del Espíritu irá creando confluencias y convicciones más humanas, sin mucho ruido- que permitan ese mínimo vital… Entonces las iglesias y las religiones -convertidas en grandes ONGs con sentido de tierra y cielo- serán más útiles, pues transformarán la sociedad, la humanizarán.

    –Mientras, el poderoso caballero seguirá imponiendo sus intereses… y mandando cuanto pueda en las iglesias y religiones…, con regalos…

  • Santiago

    Yo creo que es mucho mejor “creer en Dios” que “en los curas”. Ya Jesús recomendaba a Sus discípulos en relación con los clérigos israelitas que hicieran lo que ellos enseñaban porque su doctrina procedía de la Ley y los Profetas, pero que NO actuaran como ellos porque no practicaban lo que “predicaban”.

    Por tanto, condenemos los abusos sin abandonar la enseñanza del ministerio de Cristo que se encuentra en el Evangelio y  en Su Iglesia, porque un médico puede tener y llevar una mala vida y hacer lo contrario de lo que recomienda a sus enfermos, y sin embargo curar a sus enfermos y salvar innumerables vidas.

    Por eso, no se trata de de los pecados de un sinnúmero de clérigos, sino de la misión  de  la Iglesia que es trascendente. Jesús NO vino a predicar la salvación “temporal” de la humanidad, unos cuantos “añitos” con paz y felicidad suprema “en esta vida”…Lo que nos prometió con Su Resurrección fue el no caer de nuevo en la nada de la que salimos al venir a existir y derrotar a la muerte porque “quien cree en Mí, aunque muera vivirá” Porque el que cree en Jesús que predica Su Iglesia, vendrá a amarle, y quien ama a Jesús cumplirá los Mandamientos del Amor del Padre.

    Por eso, de acuerdo que “el comunismo cristiano” no se asemeja al de Marx que parte de la lucha de clases, sino que se basa en el amor del Padre. Esta es la caridad de Cristo. Este comunismo es voluntario y es, NO una coacción o imposición gubernamental, sino que fluye de la “caridad” misma que dimana de la Persona de Cristo y que se transmitió a Su Iglesia.

    Porque fue la Iglesia de Jesús la que “instituyó” la caridad que no consistía en una “mera limosna” sino en socorrer efectivamente con amor a los más vulnerables. Fue la Iglesia la que “creó” el sistema hospitalario. Porque en el mundo pagano antes de Cristo no se conocía esta forma de “amor” a los pobres, enfermos y necesitados. Por eso según el diácono Lorenzo afirmaba que el verdadero tesoro  de. la Iglesia eran los pobres y menesterosos de Roma. Y desde antes de Lorenzo y hasta despues de la Madre Teresa de Calcuta la caridad de la Iglesia se ha desplegado en el mundo en millares de formas y variedad de agrupaciones, órdenes, sociedades, congregaciones contando a través de los siglos millones de fieles cristianos dedicados por entero al cuidado de “los que sufren”…Junto a muchos clérigos que han dado mal ejemplo apegándose a los bienes temporales, ha habido innumerables de ellos que desprendiéndose de todo entregaron sus vidas al servicio de los que sufren, en el cuerpo y en el alma..

    Es por eso que Jesús le dijo a María de Betania que ella era la que escogió la mejor parte que fue Jesús. Solo El puede transformar y salvar al mundo en EL AMOR contando con nosotros.

     

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández

    • Iñaki SS

      Hola Santiago
      Aunque estoy mas cerca de los comentarios de Ana y Juan Antonio, también he leído con interés el tuyo porque, como siempre, su música me trae ecos de lo que he oido en la mayor parte de mi vida.
      Ahora, ya de viejo, no puedo evitar que me surjan un montón de preguntas. Por ejemplo…
      ¿Cómo se puede creer en el Jesús que predica una ICAR siglo XXI, que precisamente no cree en el Jesús que predica, no le ama realmente y, aparentemente al menos, no muestra el más mínimo interés de cumplir los Mandamientos de Amor del Padre?.
      ¿Cuanto de autosugestión puede haber en las declaraciones de amor a Jesús, el Cristo , Dios trascendente, por parte de tantos cristianos, de todas las categorías, que no practicamos lo que predicamos?
      Salud y un cordial saludo

  • ana rodrigo

    Cuando se habla de los representantes de la Institución-iglesia y de la misma Institución, siempre aparecen los mismos puntos en los que flaquean aquellos y ésta, la Iglesia.

    Los jerarcas son los que sostienen en pie a la Institución, con su inmovilismo, con su olvido del testimonio, vida y mensaje de Jesús y la contradicción que existe entre lo que predican y lo que viven. Viven como casta privilegiada, hablan desde un poder sagrado que ellos mismos se van concediendo de forma endogámica, según ellos, porque esa es la voluntad de Dios. Nada de esto hace posible su credibilidad en lo que predican. De ahí que haya mucha gente (cada vez menos en lo que respecta a Dios) que dice “yo creo en Dios pero no en los curas”. Según los últimos datos, el abandono de la Iglesia y de la religión, es cada vez mayor.

    Respecto a la Institución-Iglesia, sus inmensas riquezas materiales, la desacreditan hasta tal límite que para mucha gente le resulta escandaloso que no haya dinero en el mundo que pueda pagar todos los bienes materiales que posee. Y eso les parece normal, por lo que a mí me hace pensar que esto no tiene solución. Así que está muy bien que el Papa no viva en un palacio, que hable de l@s pobres, de las injusticias, etc., pero eso no produce la revolución que la Iglesia necesita que casi sería partir de cero.

    Y respecto a las conferencias episcopales, en concreto la española, habla por sí misma. El día que salió la noticia de la renta mínima, en vez de alegrarse, enseguida pusieron el “pero”, y, en vez de pensar lo que para muchos millones de personas le supone esta renta mínima, mínima en exceso, se fueron a que generaría muchos vagos y vagas en España. Así, sin poner ellos una alternativa, por ejemplo, con sus propios bienes.

    La Iglesia presume mucho de Cáritas, como si estuviese sostenida exclusivamente por ella (pagan más millones TV13… que a Cáritas), en realidad es el voluntariado que que con sus donaciones y su disponibilidad hace casi todo. Sólo con que vendieran una sola lágrima de un virgen, que suelen se de piedras preciosas o diamantes, sólo con esa lágrima, ya comería una familia bastantes días. No hablemos de sus coronas, de sus mantos y de tantos abalorios innecesarios y, como he dicho, escandalosos; aquí hago una salvedad, y es que estos abalorios los aportan gente que no son clérigos ni jerarcas, pero son éstos los que lo consienten.

    • Iñaki SS

      Hola Ana
      Más claro agua ¡!. Suscribo tu comentario al cien por cien y espero que, algún día,…..esto tenga solución.
      No me atrevería a lanzar la primera piedra porque es difícil, como cristiano de a pié, considerarse totalmente libre de culpa. En esta situación y como vía de escape recurro a no perder la esperanza, confiando en que la imparable evolución de la humanidad acabará con tanta ceguera.
      Un abrazo

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