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El Mensaje Pascual y bendición “Urbi el Orbi” de Francisco

Este ha sido el Mensaje pascual de Francisco al mundo entero en el impresionante escenario de una basílica vacía. No olvidemos que la construcción de esa impresionante tumba del pescador Pedro fue la causa de un terribles guerras y cismas hace pocos siglos. La crítica piadosa de Lutero fue reprimida porque tocaba los planes barrocos de exhibir poder: para ello lanzaron los predecesores de Francisco a Europa sus predicadores-recaudadores de indulgencias. ¿Responderá mi querido y admirado Francisco a este gran Kairós en que se encuentra el mundo y las iglesias? En el análisis que hace del mundo en su discurso tiene palabras valientes, pero hecho en falta concreciones valientes, sobre todo cuando se refiere al continente  americano…  Hubiera preferido que se acordase más de los muertos en Bronx y de que es la hora de levantar los crueles bloqueos y falsos Wanted del pretendido emperador, que  se “sufre a causa de la grave coyuntura política, socioeconómica y sanitaria” en Venezuela, país con solo 150 contagiados y nueve muertos. He aquí el discurso en directo y, después, el texto completo. AD.


Texto completo de su discurso:

Queridos hermanos y hermanas: ¡Feliz Pascua!

Hoy resuena en todo el mundo el anuncio de la Iglesia: “¡Jesucristo ha resucitado! ¡Verdaderamente ha resucitado!”.

Esta Buena Noticia se ha encendido como una llama nueva en la noche, en la noche de un mundo que enfrentaba ya desafíos cruciales y que ahora se encuentra abrumado por la pandemia, que somete a nuestra gran familia humana a una dura prueba. En esta noche resuena la voz de la Iglesia: «¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!» (Secuencia pascual).

Es otro “contagio”, que se transmite de corazón a corazón, porque todo corazón humano espera esta Buena Noticia. Es el contagio de la esperanza: «¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!». No se trata de una fórmula mágica que hace desaparecer los problemas. No, no es eso la resurrección de Cristo, sino la victoria del amor sobre la raíz del mal, una victoria que no “pasa por encima” del sufrimiento y la muerte, sino que los traspasa, abriendo un camino en el abismo, transformando el mal en bien, signo distintivo del poder de Dios.

El Resucitado no es otro que el Crucificado. Lleva en su cuerpo glorioso las llagas indelebles, heridas que se convierten en lumbreras de esperanza. A Él dirigimos nuestra mirada para que sane las heridas de la humanidad desolada.

Hoy pienso sobre todo en los que han sido afectados directamente por el coronavirus: los enfermos, los que han fallecido y las familias que lloran por la muerte de sus seres queridos, y que en algunos casos ni siquiera han podido darles el último adiós. Que el Señor de la vida acoja consigo en su reino a los difuntos, y dé consuelo y esperanza a quienes aún están atravesando la prueba, especialmente a los ancianos y a las personas que están solas. Que conceda su consolación y las gracias necesarias a quienes se encuentran en condiciones de particular vulnerabilidad, como también a quienes trabajan en los centros de salud, o viven en los cuarteles y en las cárceles. Para muchos es una Pascua de soledad, vivida en medio de los numerosos lutos y dificultades que está provocando la pandemia, desde los sufrimientos físicos hasta los problemas económicos.

Esta enfermedad no sólo nos está privando de los afectos, sino también de la posibilidad de recurrir en persona al consuelo que brota de los sacramentos, especialmente de la Eucaristía y la Reconciliación. En muchos países no ha sido posible acercarse a ellos, pero el Señor no nos dejó solos. Permaneciendo unidos en la oración, estamos seguros de que Él nos cubre con su mano (cf. Sal 138,5), repitiéndonos con fuerza: No temas, «he resucitado y aún estoy contigo» (Antífona de ingreso de la Misa del día de Pascua, Misal Romano).

Que Jesús, nuestra Pascua, conceda fortaleza y esperanza a los médicos y a los enfermeros, que en todas partes ofrecen un testimonio de cuidado y amor al prójimo hasta la extenuación de sus fuerzas y, no pocas veces, hasta el sacrificio de su propia salud. A ellos, como también a quienes trabajan asiduamente para garantizar los servicios esenciales necesarios para la convivencia civil, a las fuerzas del orden y a los militares, que en muchos países han contribuido a mitigar las dificultades y sufrimientos de la población, se dirige nuestro recuerdo afectuoso y nuestra gratitud.

En estas semanas, la vida de millones de personas cambió repentinamente. Para muchos, permanecer en casa ha sido una ocasión para reflexionar, para detener el frenético ritmo de vida, para estar con los seres queridos y disfrutar de su compañía. Pero también es para muchos un tiempo de preocupación por el futuro que se presenta incierto, por el trabajo que corre el riesgo de perderse y por las demás consecuencias que la crisis actual trae consigo. Animo a quienes tienen responsabilidades políticas a trabajar activamente en favor del bien común de los ciudadanos, proporcionando los medios e instrumentos necesarios para permitir que todos puedan tener una vida digna y favorecer, cuando las circunstancias lo permitan, la reanudación de las habituales actividades cotidianas.

Este no es el tiempo de la indiferencia, porque el mundo entero está sufriendo y tiene que estar unido para afrontar la pandemia. Que Jesús resucitado conceda esperanza a todos los pobres, a quienes viven en las periferias, a los prófugos y a los que no tienen un hogar. Que estos hermanos y hermanas más débiles, que habitan en las ciudades y periferias de cada rincón del mundo, no se sientan solos. Procuremos que no les falten los bienes de primera necesidad, más difíciles de conseguir ahora cuando muchos negocios están cerrados, como tampoco los medicamentos y, sobre todo, la posibilidad de una adecuada asistencia sanitaria. Considerando las circunstancias, se relajen además las sanciones internacionales de los países afectados, que les impiden ofrecer a los propios ciudadanos una ayuda adecuada, y se afronten —por parte de todos los Países— las grandes necesidades del momento, reduciendo, o incluso condonando, la deuda que pesa en los presupuestos de aquellos más pobres.

Este no es el tiempo del egoísmo, porque el desafío que enfrentamos nos une a todos y no hace acepción de personas. Entre las numerosas zonas afectadas por el coronavirus, pienso especialmente en Europa. Después de la Segunda Guerra Mundial, este continente pudo resurgir gracias a un auténtico espíritu de solidaridad que le permitió superar las rivalidades del pasado. Es muy urgente, sobre todo en las circunstancias actuales, que esas rivalidades no recobren fuerza, sino que todos se reconozcan parte de una única familia y se sostengan mutuamente. Hoy, la Unión Europea se encuentra frente a un desafío histórico, del que dependerá no sólo su futuro, sino el del mundo entero. Que no pierda la ocasión para demostrar, una vez más, la solidaridad, incluso recurriendo a soluciones innovadoras. Es la única alternativa al egoísmo de los intereses particulares y a la tentación de volver al pasado, con el riesgo de poner a dura prueba la convivencia pacífica y el desarrollo de las próximas generaciones.

Este no es tiempo de la división. Que Cristo, nuestra paz, ilumine a quienes tienen responsabilidades en los conflictos, para que tengan la valentía de adherir al llamamiento por un alto el fuego global e inmediato en todos los rincones del mundo. No es este el momento para seguir fabricando y vendiendo armas, gastando elevadas sumas de dinero que podrían usarse para cuidar personas y salvar vidas. Que sea en cambio el tiempo para poner fin a la larga guerra que ha ensangrentado a la amada Siria, al conflicto en Yemen y a las tensiones en Irak, como también en el Líbano. Que este sea el tiempo en el que los israelíes y los palestinos reanuden el diálogo, y que encuentren una solución estable y duradera que les permita a ambos vivir en paz. Que acaben los sufrimientos de la población que vive en las regiones orientales de Ucrania. Que se terminen los ataques terroristas perpetrados contra tantas personas inocentes en varios países de África.

Este no es tiempo del olvido. Que la crisis que estamos afrontando no nos haga dejar de lado a tantas otras situaciones de emergencia que llevan consigo el sufrimiento de muchas personas. Que el Señor de la vida se muestre cercano a las poblaciones de Asia y África que están atravesando graves crisis humanitarias, como en la Región de Cabo Delgado, en el norte de Mozambique. Que reconforte el corazón de tantas personas refugiadas y desplazadas a causa de guerras, sequías y carestías. Que proteja a los numerosos migrantes y refugiados —muchos de ellos son niños—, que viven en condiciones insoportables, especialmente en Libia y en la frontera entre Grecia y Turquía. Y no quiero olvidar de la isla de Lesbos. Que permita alcanzar soluciones prácticas e inmediatas en Venezuela, orientadas a facilitar la ayuda internacional a la población que sufre a causa de la grave coyuntura política, socioeconómica y sanitaria.

Queridos hermanos y hermanas:

Las palabras que realmente queremos escuchar en este tiempo no son indiferencia, egoísmo, división y olvido. ¡Queremos suprimirlas para siempre! Esas palabras pareciera que prevalecen cuando en nosotros triunfa el miedo y la muerte; es decir, cuando no dejamos que sea el Señor Jesús quien triunfe en nuestro corazón y en nuestra vida. Que Él, que ya venció la muerte abriéndonos el camino de la salvación eterna, disipe las tinieblas de nuestra pobre humanidad y nos introduzca en su día glorioso que no conoce ocaso.

Con estas reflexiones, os deseo a todos una feliz Pascua.

 

29 comentarios

  • oscar varela

    Ok Oscar Fortin!

     

    No sé si conocés a Jeanpaul Bidegain

    Desde hace unos años está en Francia

    (A fines del 2019 estuve con él en Salto – Uruguay)

    escribile: jeanpaulbidegain33@gmail.com

     

    Tampoco sé si conocés a Jean Combe

    encargado internacional de “Curas casaos”

    escribile: jean.combe34@gmail.com

     

  • A través todos los intercambios entre nosotros de lo dicho por el papa, termino mi días sin saber si realmente pidió que se pongan fin a las sanciones. Si uno puede confirmarme que lo dijo con otras palabras que querían decir lo mismo. Es lo único que yo quisiera saber: ?pidió o no poner fin a las sanciones?

    • oscar varela

      Te estás poniendo “caprichoso” exigiéndonos una “precisión”
      que, al menos yo no podría darte
      más que las pautas que te di.
      Intenta hablar directamente con Pancho.

      • En un comentario anterior dijiste -“lo que dice lo entiende todo el mundo”-hablando del papa. Es curioso que no logramos, nosotros los analistas, entender lo que dijo al respecto de las sanciones. Gracias por su respuesta. Buen día.

      • Estimado Tocayo, a base de la versión francesa de la intervención del papa

        Le pape a proposé le 12 avril, dans son message de Pâques, «de réduire» voire «d’annuler» la dette des pays pauvres, et prôné un allègement des sanctions internationales…

        traduccion Google: El 12 de abril, el Papa propuso, en su mensaje de Pascua, “reducir” o incluso “cancelar” la deuda de los países pobres, y abogó por una reducción de las sanciones internacionales…

        No hay otra alternativa que confirmar que el papa no pidió el cese de las sanciones sino una reducción de ellas.

        Lo que escribo en mi articulo El papa versus las sanciones es conforme a esa interpretación.

        Con todo mi respeto

  • ANA, me doy cuenta que el ultimo comentario en respuesta a tu ultima intervención no aparece. Para resumirlo diré que el uso de ciertas palabras pueden dar a muchas interpretaciones lo que fue el caso de la palabra “relajen”. Yo la intérprete como otra manera sutil de hablar de las sanciones sin condenarlas de forma clara.  A través los intercambios me hicieron entender que esa misma palabra corresponda a la palabra “levantar”, palabra utilizada por el S.G de las N.U.. Vi en la declaración de Nicolas Maduro que interpretaba la palabra de “relajen” como “levantar”. Al interpretar así la declaración del papa, tu tienes la razón de poner de relieve su coraje frente a todos los obstáculos que encuentra en su camino vaticano. Soy yo que me disculpo. Gracias y buen día.

     

    • oscar varela

      Tocayo!

      Don Maduro hará bien en interpretar “relajen” por “levanten”,
      pero ese sentido no es el uso que tenemos los hispano-parlantes,
      al menos en Argentina, ni creo que lo sea entre venezolanos.

      Tal vez sea recomendable que cuando tengas que ASEGURAR un “significado”,
      lo consultes con algunos duchos en el Idioma.

      Abrazo!

      • Carmen

        Ahora sí que no entiendo.
        Pero bueno…no es lo único.
        De verdad una palabra puede cambiar tanto un texto?. No digo una frase. Digo el significado de un texto extenso.
        No sé.
        A lo mejor a Maduro le interesaba entender levantar por aflojar.
        Mira…

      • Hola tocayo, si lo entiendo bien, las palabras pueden tener un sentido distinto según los países y las culturas. En el punto 2 de tu comentario anterior dices lo siguiente:2- Ante el uso de “relajen”,
        la comparo con la usada por la ONU, “levantar”.

        Digamos, ahora, como interpretar el sentido dado a la palabra “levantar” tal que expresado por el SG de las N.U.? El mismo uso que hace Nicolas Maduro con la palabra “levantar”.

        Para que me quedé tranquilo, dígame, por favor, si el papa ha pedido que se ponga fin a las sanciones o no. ?Como queremos que la gente entienda lo que se dice cuando las palabras utilisadas conducen a muchas interpretaciones.

        Estoy bien de acuerdo con tu consejo de consultar a especialista en los idiomas. Sin embargo es posible que este tenga una opinión distinta a otros de otra cultura. Ya volvimos a la torres de Babel.

        Yo aprecio todos tus consejos. Espero las respuestas.

      • oscar varela

        Para un hispano-parlante-oyente (valido lingüíticamente)
        el “LEVANTAR” de el SG de la ONU y de Maduro (no sé dónde lo dijo)
        tienen el MISMO significado.

        Lo que tiene diferente significado son “LEVANTAR” y “RELAJAR”.
        (esto lo aclara Carmen).

        En mi intervención primera intenté poner algunas cosas en su lugar. Dije:
        4- Pienso que la diferencia opiniones (ONU y Vaticano)
        pueden tener que ver con la diferencia
        de “estatus ejecutivos” de una y otra Gobernanza “mundial”.

        Te explico la fundamentación de mi 4° item.
        En Lingüística las palabras tienen “niveles” de significación.
        En el caso que nos ocupa señalé que son diferentes
        los NIVELES EJECUTIVOS (léase “Institucionales” de Gobernanza)
        de la ONU y de la Iglesia.

        En Ligüística el máximo NIVEL de SIGNIFICACIÓN lo da la SITUACIÓN CONCRETA;
        e.d. LA CIRCUNSTANCIA.

        Por ejemplo:
        Si vos y yo vamos a un Bar en la Plaza de Madrid y cuando llega el mozo a preguntarnos -“¿Qué se van a servir los señores?”- Es verano y le decimos: -“una BLANCA”. Seguro que nos traerá una CERVEZA y no una MONEDA!

    • Carmen

      No sabía que en Argentina relajar es levantar.
      Es España relajar es aflojar. No es soltar.
      Así que entiendo lo que dices. A la primera. Pero si el significado varía ya…
      Eres un crack.

      • oscar varela

        ¿No sabías que “en Argentina relajar es levantar”?
        Pues yo tampoco! No sé de dónde lo sacaste ..
        o tal vez ¡Sí me lo imagino!

    • Carmen

      Querido señor Fortín.
      Si le sirve de algo, le entendí a la primera.
      Y si quiere un consejo, déjelo estar. Lo van a volver loco con el significado de una palabra que está claro que cada uno entiende como quiere entender, empezando por el señor Maduro.
      Yo creo que los verbos en castellano pueden tener distintos matices, pero no distintos significados.
      En fin.
      Usted no ve valiente al Papa actual, no por esta palabra sino por muchas cosas. Y otros si lo ven supervaliente. Ese es el tema.
      Y yo lo veo valiente a usted.
      No le de más vueltas.
      Cuídese mucho

  • Antonio, no te preocupes, lo que dijiste ha provocado un despertar, y nos ha conducido a los intercambios civilizados que tenemos. La lección que tiro de este acontecimiento es que las palabras pueden dar en muchas direcciones. Lo mas claro que podemos decir es lo mejor para todos. Como, ya sabes, escribo solo cuando nace en mi un tema y elementos que pueden alimentarlo. No escribo bajo presión sino bajo inspiración.

    Que relaje y descanse para mejor luchar contra el Covid-19

    ATRIO POR ADELANTE

     

  • Ana, gracias por las precisiones que me das. La fragilidad de ciertas palabras que pueden dar en distintos caminos nos obliga a ser mas atento en cada una de ella. Yo, con la palabra “relajen” vi un lenguaje de la diplomacia Vaticana que no decía claramente Pongan fin a las sanciones, sino disminuyen las presiones sobre las sanciones, lo que interpretaba como la no condenación de ellas. Recién, dejé una nota en el Facebook de la CEV para llamarlos a condenar, junto al papa, las sanciones. Naturalmente no espera una respuesta y al tener una ella iria hacia mi primera interpretación….Al no decir con claridad sus cosas, dejamos abierto el camino a múltiples intervenciones. En mi caso prefiero la ultima  y puse un comentario en mi articulo para aclararlo. Buen fin de día y gracias por tus comentarios que leo cada vez que paso por ATRIO.

  • Antonio Duato

    Reconozco con gusto mi error en la entradilla. No escuché en directo bien ni leí después con toda la atención. Y me apresuré al redactar esa entradilla, que borraría con gusto, pero que prefiero que conste para que que aparezca la verdad de la equivocación que me atribuye Oscar Fortin: efectivamente Francisco sí que habló de los bloqueos impuestos a algunos países en el mundo, aunque fuera en un pasaje de su diferente del que yo esperaba que apareciera, el que se refería a Latinoamérica.

    • Estimado Antonio, me sorprende que me atribuye lo que escribiste en la entradilla. Yo no hizo otras cosas que tomarlo como el pensamiento suyo. No le hace decir nada que no haya dicho. Que lo considere, hoy, como un error suyo es una cosa, pero que aparezca yo como uno que lo inventa es otra cosa.Yo respeto el pensamiento de cada uno y cuando expreso el mío, trato hacerlo con referencias que los lectores pueden consultar.

      Por otro lado no sé las veces que el papa se pronuncio en contra de las sanciones, también en contra del intervencionismo. Si uno y una de los lectores de ATRIO tienen referencias de esas condenaciones del papa, les pido, por favor háganmelo saber.

      Que el espiritu de la Resurrección sea él que nos anime y solidariza.

      • Antonio Duato

        Oscar: No me he explicado o no me has entendido. No he querido decir que me atribuyas un escrito que efectivamente he escrito. ¡Todo lo contrario, por favor! Me has atribuido o mejor descubierto mi equivocación.

        Has sido como el profeta Natán para mi. Yo que siempre recomiendo exactitud en la lectura de textos y desapasionamiento en los juicios, caí ayer en una equivocación que me has hecho ver con discreción. ¡El papa sí que había condenado los bloqueos! Y yo, que siempre me manifiesto partidario del papa actual, afirmaba claramente que no había aprovechado la ocasión para hacerlo. Tú me has mostrado simplemente un texto en que lo decía y yo había saltado de mi memoria de lo oído y en mi lectura. Y me alegro de haberme equivocado.

        Y les sigo estimando. Al Papa y a ti. Y en este momento crítico, tal vez sea uno de los pocos líderes mundiales que está dando la cara como tales. Vale ya de mi equivocación, Oscar. Sigue escribiendo y animando hacia esa sintonía de Guterres y Francisco…

  • Leyendo la presentación de Antonio Duarte me quedé detenido de lo que dice del papa: “en su discurso tiene palabras valientes, pero hecho en falta concreciones valientes, sobre todo cuando se refiere al continente  americano…  Hubiera preferido que se acordase más de los muertos en Bronx y de que es la hora de levantar los crueles bloqueos y falsos Wanted del pretendido emperador, que  se “sufre a causa de la grave coyuntura política, socioeconómica y sanitaria” en Venezuela, país con solo 150 contagiados y nueve muertos.”

    Desde la mañana de este día de la Resurrección de Jesus, me quedé interpelado por el papa Francisco que hablaba por primera vez de las sanciones. Por mi parte era la primera vez. Pasé una parte del día a escribir sobre las declaraciones de las N.U. y de las declaraciones del papa Francisco relacionadas a las sanciones y a las guerras. Les coloco aquí los resultados de mi reflexión.

    https://www.religiondigital.org/humanismo_de_jesus/papa-Francisco-versus-sanciones_7_2222247754.html

    Hago de esa reflexión mi comentario

    • ana rodrigo

      Estoy de acuerdo contigo, Oscar F. Creo que este Papa es muy valiente especialmente porque los adversarios que tiene en la Curia son muy peligrosos. Además lo que dice lo entiende todo el mundo y lo que pide es justicia necesaria.

      • oscar varela

        Me parece lo más lógico eso que decís:
        -“lo que dice lo entiende todo el mundo”-

        Por eso me parece preferible
        (y aliento a que Fortin lo haga)
        comentar una otra Carta:
        https://www.pagina12.com.ar/259242-la-carta-del-papa-francisco-a-los-movimientos-populares-del-

      • Hola Ana y gracias por tu comentario que me deja con unos interrogantes. Yo supongo que leíste mi articulo en referencia. En este articulo me felicito que el Papa haya hablado (por primera vez) de las sanciones. Al mismo tiempo digo que es lastima que no les haya condenadas como lo hizo el Secretario general de las N.U.. No pienso que sea valiente al no condenar crimines, que son las sanciones, contra la vida de los pueblos. Seguramente entiendo mal tu pensamiento… A mi conocimiento, el papa se abstuvo de condenar de forma oficial y a voz alta las políticas que hacen de sus instrumentos de conquistas las sanciones y el intervencionismo. Seré el primero a reconocer mi error si me dan pruebas de las veces en que el papa no se tira por atrás para denunciar esas faltas contra el derecho internacional. Por supuesto que la gente entiende todo lo que dice, pero no entiende que no diga todo.

      • ana rodrigo

        Hola, Oscar F., cuando yo he dicho que el Papa había sido valiente, lo decía en relación a lo que le rodea, la Curia, y a lo que nos tienen acostumbrados los Papas. Es decir, que todo es muy relativo, y la diplomacia vaticana sigue manteniéndose en unos límites determinados, porque en una declaración pascual-religiosa, meta un discurso de política internacional que ofenda a algún país concreto como sería este caso con EEUU, es muy arriesgado para un Papa y para un estado, el Vaticano.

        Otra cuestión innovadora es que Francisco dedicase la mayor parte de su discurso a hablar de temas civiles, es decir no religiosos y, en vez de meterse en temas teológicos y de fe, se fuese inmediatamente a darle el tono humanitario y hablar sobre todo del sufrimiento humano y de las injusticias en el mundo.

        Sí estoy de acuerdo con Antonio Duato en que le quedó una laguna al no mencionar a esas mayorías de afroamericanos y de hispanos que forman parte de la mayoría de las víctimas en EEUU. Quizá, estaban incluidos en su intención cuando habló de todos los afectados por el coronavirus.

        No sé si te convence lo que digo, pero es mi manera de justificar mi apreciación de valentía, aún sabiendo todo lo que le está pasando a Venezuela o Cuba o Irán por el bloqueo de EEUU. Pero esto sería ya hacer política. No lo sé.

    • oscar varela

      Gracias Fortin!

      1- Fijate que en tu Artículo se cambia la palabra
      “relajen” por “alejen”.
      En el texto de acá usa “relajen”.

      2- Ante el uso de “relajen”,
      la comparo con la usada por la ONU, “levantar”.

      3- Vale, entonces, tu quedar interpelado.

      4- Pienso que la diferencia opiniones (ONU y Vaticano)
      pueden tener que ver con la diferencia
      de “estatus ejecutivos” de una y otra Gobernanza “mundial”.

      5- Vuelve acá a aparecer la “hibridez” de un Estado Religioso.
      Abrazo!

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