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Humanizar la política, politizar la sociedad y votar.

Esta es la reflexión preelectoral de un cristiano de base comprometido

        Si es cierto que hay que “Humanizar la política”, que hay que recuperarla para el fin primigenio de servicio a la cosa pública y a la ciudadanía, si nos creemos aquello de que “La verdad os hará libres” y si, en la actualidad al menos, todo está siendo al revés, ¿qué hacemos? … Una vez más tenemos que creer y trabajar por la esperanza de que “Otro mundo más justo es posible” y, para ello, desde los planteamientos de la Ética y la Política, defendemos que hay que “Politizar la sociedad” Desaprendiendo –primero– todos los cuentos, farsas y prejuicios con los que nos han anestesiado siempre, y más ahora con las “fakes” permanentes, las cloacas del Estado y las mentiras mil veces repetidas, para politizarnos después, en el mejor sentido de la palabra “Política”.

        Hasta el Papa Francisco nos decía recientemente que la cristiandad tiene el deber de comprometerse en la sociedad y en la política.  A mí me han oído mis hermanicos de las CCP “cienes y cienes de veces” que nosotras y nosotros solemos estar muy comprometidos en multitud de sectores sociales y ciudadanos, pero muy poco en los políticos (de partido).  ¿Por qué ahí siempre nos la cogemos con papel de fumar? … Así solía yo quejarme siempre en nuestros encuentros y Asambleas.

        ¿Que la política es sucia? Toma ya, pues claro, pero ¿por qué?… Pues sencilla y llanamente –y entre otras cosas–  porque, salvo honrosas excepciones, quienes podríamos participar en ella de otra manera (no para medrar, ni para vivir de ella, ni para corromperla…), no solemos hacerlo o duramos muy poquito; y claro, cuando tú no estás para ocupar ese privilegiado espacio de servicio a la sociedad, son otros (y generalmente los más oportunistas) los que lo ocupan y, desde luego, no para defender aquello que tú defenderías. Lo mismo podría decir a la hora de votar, ya que ahora tenemos una nueva oportunidad el 26M, y creo que va siendo hora de que no seamos tan tiquismiquis, puritanos, exigentes o más papistas que el Papa y ¡votemos! (además por la izquierda, sin duda, si queremos defender la causa de los pobres en particular y del grueso de la ciudadanía en general, pues el trifachito, en bloque, no fallará y sus políticas ya sabemos a qué amigos, capitales, bancos y sectores apoyan).

        Que “Involucrarse en la política es una obligación para un cristiano“ no es que lo diga yo, sino el hermano Bergoglio. Que “nosotros no podemos jugar a ser Pilatos, ni podemos lavarnos las manos, sino que debemos involucrarnos en la política, porque la política es una de las formas más altas de la caridad”, tampoco lo digo yo, sino el propio Francisco; y que “… la política está sucia, porque el cristiano no se involucra en ella, con espíritu evangélico” ni siquiera son mis palabras, aunque las dijera mil veces, sino del Papa Francisco.

        ¡Cuántas veces tuve que explicar cómo mis compromisos políticos (sobre todo cuando militaba en Izquierda Unida, o después en Podemos) lo eran para mí, desde una exigencia de la Fe en Jesús de Nazaret! Y sobre todo, cuánto cinismo social no habría cuando normalmente nadie ha cuestionado mucho que los cristianos del OPUS o de la derecha participasen en la política –y hasta controlasen ministerios–, y sin embargo cuanta gente se rasgaba las vestiduras cuando creyentes como Carlos Sánchez Mato, José Antº Vázquez o yo mismo nos metíamos en ése fango (que no quiere decir que me olvide de las decenas de creyentes de izquierdas, que sin necesidad de llamarse Alfonso Comín, Gª  Laviana o Camilo Torres, trabajaron bien comprometidos en ayuntamientos y alcaldías desde su Fe cristiana).

        Fue precisamente en el “II Encuentro Podemos Espiritualidad” de 2016 que bajo el lema genérico de “HUMANIZAR LA SOCIEDAD Y LA POLÍTICA”, yo acuñé en mi intervención éste mismo título de “Humanizar la política y politizar la sociedad”, convencido de que ambas tareas son necesarias, visto lo visto, más que nunca.

        Y es que estoy tan convencido de que la política precisa de una nueva humanización, –vaya un descubrimiento, ¿verdad?–, como de que nosotras y nosotros, en cuánto que sociedad, necesitamos una nueva politización, en el sentido de desintoxicarse, formarse, informarse, saber hacer un contraste crítico de las informaciones y comprometernos, cada quien según sus fuerzas y capacidades;  porque como decíamos en nuestras comunidades hay que ser «activos en la contemplación y contemplativos en la acción».

        Defiendo convencido que, humanizar la política es vivirla con vocación de servicio, buscando el mayor bien posible para el mayor número de personas. Pero, a la vez, y de manera permanente, creo que cada día es más necesario que nunca “politizar la sociedad” de la manera antes citada y ponerse al servicio de los más desfavorecidos de la sociedad (no sólo hablo de los más empobrecidos, que también) a través de la generación de conciencia crítica colectiva. «Hay que politizar la sociedad para transformar la sociedad» he dicho ya en algún momento y ojalá que lo hiciéramos en la línea de las contribuciones de figuras como Martin Luther King, Mahatma Gandhi, Nelson Mandela, Pepe Mujica o Pili Zabala para asumir la causa de humanizar la política.

        En ésta nueva oportunidad de participar en la política que tenemos con la próxima cita electoral del #26M, empecemos por pensar si la vida de nuestros pueblos y ciudades y la de sus gentes, va a ser la misma si votamos a los partidos del frente de derechas –PP y C´s, que harían piña sin inmutarse con la ultraderecha de VOX para gobernar–, que si elegimos las opciones del centro izquierda (PSOE) o de la izquierda de UNIDAS PODEMOS (con IU, Equo, Podemos y diferentes alternativas ciudadanas)…

        Ésta es una primera opción de compromiso, ir a votar, aunque siempre haya alguna persona que no nos guste del todo o algún punto del programa que no sea de mi total convicción. Así que no te asusten con falsos radicalismos, ni con descalificaciones interesadas, ni mucho menos con que las promesas que mejoran la vida de la gente no son posibles, porque ya te digo yo que Sí, se puede.

       Luis Ángel Aguilar Montero,  LA TERCA UTOPIA – @luigiaguilar, – https://twitter.com/luigiaguilar

       

17 comentarios

  • Juan García Caselles

    Dicen que dijo Stalin: “En Rusia, cuando un árbol crece, eso es política. Y cuando deja de crecer, también es política”

    Cuando cualquiera, sea quien sea, se pone al servicio de los demás, inmediatamente su actividad, para bien o para mal, es tachada de política, como le pasó al Galileo. Todos los servicios, sobre todo si se prestan en favor de los más débiles son “política”, pero la política admitida por el sistema, por el capitalismo, se adjudica a los partidos políticos, únicos organismos legitimados para ejercerla.

    Solo que la actividad política de los partidos se justifica por su apariencia de servicio y así se incurre en la vieja triquiñuela aquella de “siervo de los siervos”, que queda muy mono, pero que en realidad el “siervo” ha sido (o pretendido ser) solamente el amo de los siervos. Y es que, ante todo, la realpollitik es solo un método de adjudicación de poder aunque ese poder sea solo por delegación de los verdaderos amos del cotarro, como muy bien señala George.

    Estando el poder de por medio, sería asombroso que no fuera sucia, porque el poder es, nos guste o no, lo aceptemos o no, el método para conseguir que alguien se someta a los designios del poderoso y no a su propia decisión. El poder y el amor se conjugan mal

    Todo lo cual no significa que no acepte que en un mundo tan ruin como este haya personas que traten de utilizar la política para conseguir algún bien. Yo respeto y he respetado a todos mis amigos “políticos” y no seré yo quien los condene. Pero si tengo que mancharme las manos, no me parece bien que se utilice lo del servicio como excusa. Y siento el latir de un buen corazón en el autor, al que felicito por su vida entregada.

  • M. Luisa

    La política es un hacer propiamente humano, bien,  pero insuficiente si todo aquello que  constituye este hacer, esta acción,  el ser humano no la faculta  para un fin. La acción política ha de posibilitar la apertura de espacios de emancipación de manera que aquellos  no se ciernan   al cierre de la amenaza sino que se abran a la lucha por la dignidad humana. Y en este sentido la política es más un proceso de humanización    que un principio teórico y  abstracto en manos y al servicio del ser humano.

    En definitiva, visto el problema    desde la humanización, la política es más efectividad que causa.

    • M. Luisa

      …Sigo un poco más…es pues desde este compromiso político de humanización como así lo llevaron a cabo los políticos mencionados en el artículo, desde donde hay verdadero riesgo de ser asesinados, incluso en la actualidad, de acabar encarcelados y en ambos casos por la Realpolitik

  • Román Díaz Ayala

    Resultan tan humanos actos tales como el asesinato o el arriesgar la vida para salvar a otra persona de un riesgo de muerte, amar como odiar,el ejercicio del despotismo del poder, o, por el contrario, ejercitarse en la solidaridad y la convivencia.

    Sólo desde la ideología, podemos calificar ciertos actos como plena o verdaderamente humanos en contraposición a otros de naturaleza contraria. ¿Y cuál es esa o esas ideologías?

    Inmersos en un nuevo o novedoso paradigma desde La Modernidad y  La Ilustración se perfilan otros humanismos. Tienen en común, ya que somos herencia de la civilización europea occidental, que nos movemos por categorías universales.

    Enjuiciar por unos y por otros el cristianismo heredado desde este “hecho cultural”, a modo de un nuevo humanismo, tiene pocas posibilidades de ser un reflejo de la auténtica realidad de la fe.

     

     

    • oscar varela

      Hola!
      ¿No te arrogas el
      saber cuál sea
      “la auténtica realidad”
      (de la fe)?

      • Román Díaz Ayala

        Lo siento mucho, Oscar. Estoy consciente de que hablar así es como ir de sobrado por la vida y bien se puede dar la interpretación que tú le das. ¿Qué es la realidad para que yo la defina para las demás personas del entorno?
        Pero es que la fe en Jesús no es sólo un asunto de creencias ( lo que se encierra en una ideología)… Es algo que sucede, que se percibe cuando ocurre, como algo que viene de lo alto; una revelación. La fe así tiene un punto de explicación, pero sólo en la perspectiva del testimonio de lo que nos acontece.
        Pero todo esto ya lo sabes por lo que en tantas ocasiones vengo manifestando.

  • George R Porta

    Como en este país en el que resido tantos/as ciudadanos/as realmente creen que a su actividad política se la pueda y deba considerar ejemplar y yo discrepo un tan juicio, no sé si mientras exista una institución constitucionalmente legalizada para interferir e impedir el carácter directo de la elección del liderazgo a la cima de la pirámide de poder, es decir, el presidente, sea necesario acudir a depositar el vito. se puede hacer en línea y los rusos y los chinos pueden interferir y añadir confusión y corrupción (asumiendo que sean dos cosas diferentes). Conclusión quienes se sienten menos confundidos que yo pueden decidir mi destino político y ahorrarme ese trabajo.

    decidan lo que decidan, son los/las ciudadano/as más ricos, cada vez menos en número y más ricos/as en capital y poder, quienes dictarán las leyes y los que dirigirán la actividad política desde las sombras. Además me quedan unos diez años o quizás quince de existencia a mucho tirar si me asiste un poco de buena suerte y por lo tanto, me atrae la idea de atravesar ese espacio de mi andadura del mismo modo que lo he hecho hasta ahora, es decir, siendo tratado como un peón que ni siquiera tiene un lugar en el tablero, absolutamente intrascendente excepto para pagar impuestos.

  • George R Porta

    Pensándolo bien, la razón por la cual la actividad política es tan sucia y corrupta es justo por ser humana. Los animales son la mayoría igual de gregarios y tienen un sentido de liderasgo y de seguimiento de sus líderes mucho más claro. En esto admiro mucho a los caballos, a los lobos, a los cocodrilos y hasta me emocionan las golondrinas, las abejas y las hormigas. (Me siento orgulloso de esta brevísima nota)

  • George R Porta

    Habiendo hecho una entrada tonta, como acostumbro, acerca de la palabra «política» añado (la brevedad no es mi fuerte) la siguiente nota breve: Humanizar la política no me parece posible porque la política, hasta donde sé solo puede ser un hacer humano. Y si se trata de humanizar una actividad no sé cómo se pudiera lograr sin deshumanizar un tanto a la persona que la ejecute y al hacerlo no sé si se puede evitar oscurecer más aún lo que se pretende, porque se personalizaría aún más la actividad y por lo tanto se separaría del quehacer comunitario y se impondría un carácter demasiado individual a lo que más bien debe intentar realizar bien a todos/as las personas de la comunidad.

    Así, si cada uno/a hace lo mismo, muy pronto ocurre lo que ocurre cuando se asiste a un debate en un palamento o congreso de diputadas/os: Una especie de gallinero o corral de gritones/as a menudo cada uno/a más soez que el o la otra.

  • George R Porta

    Me gusta desembullar a los atrieros a leer lo que garabateo en este foro y lo hago ahora con más urgencia.  usualmente es que sé que no valga la pena de leerme pero escribir me alivia y hace bien y mientras Atrio no me expulse de su espacio, pues lo sigo haciendo.

    También me siento enamorado del lenguaje, quizás por ser ignorante, y recurro con gran frecuencia a los diccionarios o mataburros para no hablar demasiado equívocamente (porque la naturaleza del lenguaje hace imposible evitarlo del todo). Si se trata de una palabra o una noción realmente imposible de precisar con más razón. Este es el caso de la palabra «política»
    El autor no define qué significado atribuye a la palabra «política» en su artículo, lo cual imposibilita leerle sin apropiarse y corromper lo que quiso decir.
    Según el DRAE: «político, ca. Del lat. politĭcus, y este del gr. πολιτικός politikós; la forma femenina., del gr. πολιτική politikḗ.
    1. adjetivo. Perteneciente o relativo a la doctrina política.
    2. adjetivo. Perteneciente o relativo a la actividad política.
    3. adjetivo. Cortés, urbano.
    4. adjetivo. Cortés con frialdad y reserva, cuando se esperaba afecto.
    5. adjetivo. Dicho de una persona: Que interviene en las cosas del gobierno y negocios del Estado. Utilizado también como sustantivo
    6. adjetivo. Denota afinidad (‖ parentesco por razón de matrimonio). Padre político (suegro). Hermano político (cuñado). Hijo político (yerno). Hija política (nuera).
    7. femenino. Arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados.
    8. femenino. Actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos.
    9. femenino. Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo.
    10. femenino. Cortesía y buen modo de portarse.
    11. femenino. Arte o traza con que se conduce un asunto o se emplean los medios para alcanzar un fin determinado.
    12. femenino. Orientaciones o directrices que rigen la actuación de una persona o entidad en un asunto o campo determinado.»
    Todo se complica aún más si se busca el origen de la palabra. Dos bibliotecas universitarias estadounidenses de gran prestigio mantienen inmensos bancos de data para buscar etimología e historias lingüísticas de palabras (por ejemplo Tuft University en Massachusetts) y Stanford University, en California) y la cantidad de referencias sobrepasa la posibilidad de citarlas porque según que la búsqueda se remonta a la antigüedad griega, la noción se hace cada vez más dependiente del uso y no siempre se conocen los textos originales o auténticos en cuestión.

  • Todo mi cariño a Luis Ángel Aguilar, con quien he compartido muchas “causas y azares”, quediría Silvio Rodriguez.

    Pero discrepo de su escrito, y si recuerda nuestras conversaciones, tanto presenciales como telefónicas, sabrá por qué.

    En un principio, Podemos surge como el receptor y aglutinador de la energia emergida en el 15-M. Y esta era una energía antisistema, anticapitalista y constituyente.

    En dicho contexto, queda claro que el PSOE era parte del sistema, y por tanto del problema, y no se la solución. Recuérdese el prontuario del PSOE:

    -Fue reimpulsado por el Departamento de Estado de EEUU (1979).

    -Fue subvencionado por la Trilateral mediante el socialdemocrata Willie Brandt.

    -Traicionó al rupturismo antifranquista de la Platajunta de Trevijano (que por muy derechoso que fuese, su proyecto  era verdaderamente constituyente, a diferencia de la Transición, que fue una rendición encubierta, por absorción.

    -Nos acabó de meter en la OTAN.

    -El GAL, la cal viva, Lasa y Zabala, las torturas de Intxaurrondo…

    -La 1ª guerra del Golfo (1990) contra Sadam.

    -Los contratos basura.

    -La ley Corcuera

    -Las reconversiones, las privatizaciones

    -La censura de prensa (Balbín, Pedro Ruiz, Radio 3, Pepe Rei, Egunkaría…)

    -La operación Menguele (o torturas a los mendigos de Madrid)

    -Las expropiaciones neoliberales de los desahucios.

    -La reforma de la constitución del 2012 para anteponer el pago de la deuda a la inversión social), flagrante rendión al neoliberalismo europeo.

    -…

    Podemos tenía una optima visión: basado en dos buenas premisas:

    a. El enemigo no es el PP, sino el sistema. y por tanto, el PSOE tambien (y más peligroso al ser más sutil, pero sin dejar de ser e peli bueno al fin.

    b. Ante ello, la solución es un proceso constituyente (y no una simple victoria electoral, o un pacto electoral.

     

    Ahora, Podemos pierde su frescura “contracultural”, al formar parte de la esctructura de poder. Se pierde su dimension participativa y asamblearia, al aparcarse el dinamismo de los círculos. Ahora als decisiones son verticales. Se adoptan los usos y costumbres de las reglas del juego, que al pertenecer a un modelo estructuralmente corrupto, hace que Podemos pierda su frescura

    Políticamente, ya no es rupturista, sino “gradualista”, y cae en la trampa del PSOE: el pactismo, lo que permite que Podemos se integre al sistema. Es decir, sea casta. Es decir, se corrompa (al menos ideológicamente hablando.

    Cuando yo manifestaba mis reservas a buenos amigos de Podemos, al principio me decían que era una estrategia para romper al PSOE, y darle el “sorpasso”. Sinceramente, no me lo creí.

    Y ahora “la niña de 15 años” (Podemos) le suplica al “violador” (PSOE) permiso para entrar en su club de “violadores”.

    El sistema ha vencido, Podemos se ha “rendido”, y ante esto, absolutamente nadie dice nada. El IBEX 35 brinda con champán. Y Pablo Iglesias es el camarero que sirve las copas en el brindis…

    • Carmen

      El penúltimo párrafo se lo podría haber ahorrado. O expresar esa idea con otra comparación. No estoy hablando de política. Dejemos a las niñas y niños en paz.

    • M* Pilar García Martínez de Aguirre

      Muchas maravillas nos comenta sobre Podemos…Y muchas maldades sobre PSOE…

      ¿Donde está la auténtica verdad?

      Ni uno es tan fantástico, ni otro tan ruin.

      Lo cierto es, que nuestros políticos, están dejando mucho que desear,su comportamiento ha sido en esta campaña, verdaderamente descarnado…

      ¡Todo parece valer, pa conseguir el preciado asiento dentro de ella!

      Y lo más triste es, que cada vez son más jóvenes y deseosos de un futuro …

      !A costa del colorido pueblo… Que les importamos un carajo!
      m* pilar

  • Carmen

    A votar todo el muuuuunndooooo

    Cuidado con lo que votan en Euroooooopaaaa.

    Buen diiiiiiiiiaaaaaaa.

  • Un tema y una reflexión muy pertinente con tal que las palabras “humanizar” y “política” digan bien lo que quieren decir. Yo entiendo “humanizar” en el acercamiento de consciencia a lo humano de las personas que recorren el mismo camino de la vida al cual no podemos escapar. Una forma de solidaridad  y fraternidad  universal entre todos y todas. Yo entiendo por “política” el actuar que permite a todos los seres humanos de nacer, de crecer y de vivir en la igualdad de los derechos y en las condiciones que les permiten expresarse de verdad en toda libertad. Así, humanizar la política es llevarla a cumplir con el “actuar” que responde a las exigencias del bien común de todos y todas.

    En la practica, todo no es tan sencillo. La consciencia humanitaria no tienen la misma pereza de los primeros días. La llegada de los intereses de los unos y de los otros, imponiéndose en relación directa con el nivel de poder que cada uno tiene, modifica bastante el contenido de lo que entendemos por lo”humano” y lo “politico”. Al partir del momento en que los intereses de los mas fuertes se imponen nos encontramos con la política que conocemos. Uno puede siempre mantener el discurso del respeto de los derechos de todos, pero subordinados a los intereses dominantes. Basta echar una mirada a la geopolítica mundial y a lo que pasa en cada pais para ver que los intereses de unos predominan sobre los intereses de lo humano. Para terminar, diría que el Vaticano y sus instituciones políticas, no escapan a esos intereses.

    con todo mi respeto

     

     

  • Mª Pilar García Martímez de Aguirre

    Cierto, es muy importante votar.

    Y lo haré gustosa, y deseando que de alguna manera, podamos frenar lo que parece se nos viene encima.

    Como Carmen, no creo que el papa y toda la cúpula de poder de la iglesia, vote a quienes nos invitan en este art.

    Hoy he escuchado en la SER a un cura, arengar por:

    “Defender los derechos de “dios” antes que los derechos de aquellas personas que los pisotean”.

    Cuando ha empezado a enumerarlos… he sentido pavor… igualito, igualito que una de las mujeres que ha hablado desde la extremísima derecha, sus mismos ejemplos.

    Así que iré gozosa a votar por todo lo contrario.

    mª pilar

     

  • Carmen

    Pues si.

    Votaré. Pero no porque el Papa actual lo vea conveniente, porque seguramente muchos que le aplauden votarán algún partido de signo contrario al que voy a votar. Me cuesta mucho trabajo imaginarme cualquier Papa votando al mismo partido que mi personica. No tenemos los mismos intereses. Pero no sé cómo decir lo igual que me da a qué partidos pueda o no apoyar la iglesia oficial.

    Que cada cual vote en conciencia, si es que cree que su voto vale para algo. El mío sí sirve, porque sé que la suma de infinitésimos acaba definiendo un número real. Cosas  del las matemáticas.

    Claro que un cristiano se puede meter en temas políticos, y un budista, y un mahometano, y un judío, y un ateo y un agnóstico y un lo que sea. Por supuesto. Faltaría más.

    Pero dejemos Dios tranquilo. Esto de la política es un asunto puramente humano. Otra cosa es que según lo que pienses como ser humano, decidas hacer determinadas cosas. Es cuestión de matiz. No sé quién dijo que la vida es cuestión de matices.

    Un saludo cordial.

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