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¿Desmasculinizar la Iglesia sin desmisoginizarla?

      En estos días se ha reunido el llamado C9, grupo de cardenales presidido por el papa Francisco. En esta reunión ha habido una sorpresa y es que han sido invitadas tres mujeres: una obispa anglicana, una monja salesiana y una virgen consagrada. Tal vez se puede añadir que faltaba una mujer laica, pero todo llegará, hasta puede parecer acertado recordar lo que poéticamente escribió RM. Rilke en El libro de horas: “La oscuridad lo abarca todo, pero una energía inmensa se mueve junto a mí, junto a nosotros”. De todos modos el papa Francisco dijo, después de una reunión anterior del Sínodo de la Sinodalidad el pasado 30 de noviembre, que “La Iglesia es mujer”, y que “uno de los grandes pecados que hemos cometido es masculinizar a la Iglesia”. De ahí viene que la presencia de estas tres mujeres en el C9 pretenda ser una imagen de desmasculinizar la Iglesia, aunque, como bien ha dicho la obispa anglicana, Jo Bailey, “abrir las puertas no significa que automáticamente hay igualdad de género”.

      Me parecen acertadas las palabras de Jo Bailey y que este camino no desemboca en la verdadera igualdad de los bautizados, de hombres y mujeres, pues hay que erradicar la ideología misógina existente en la Iglesia, una Iglesia jerarquizada y clericalizada. Tradicionalmente la mujer se ha identificado con el pecado; ella fue quien introdujo el pecado en el mundo al hacer caso a la serpiente, según el relato mitológico del libro del Génesis, y es ella la que sigue día a día provocando al varón, el Adán, sin tener en cuenta que nació de “su costilla”. No hay que olvidar que este relato genesíaco corresponde a la llamada tradición sacerdotal, muy dura con el rol de la mujer en el mundo frente a otras tradiciones de los relatos bíblicos del Pentateuco como la llamada yahvista y elohista. Este relato de la mujer que claudica ante la tentación de la serpiente y que, sobre todo, convence al varón para que también desobedezca a lo establecido por Dios en el edén, sigue en pie, y yo diría, que fortalecido por unas teologías fundamentalistas y misóginas.

      Esta tradición teológica, fundamentalista y misógina casualmente ensalza el papel de la Virgen como madre de Dios, y lo hace desde la virginidad y no desde la maternidad, es decir, desde una persona que es mujer. La virgen María es la madre de Dios, la mujer María ni existe, no tiene relevancia en este acontecimiento extraordinario. Pero esta teología va más allá; se convierte en paradigma de otras concepciones filosóficas, religiosas, etc, a lo largo de la historia. La misoginia se hace palpable, a no ser que se ponga de relieve la virginidad, como el conocido axioma de Anselmo de Canterbury: “La virginidad es oro, la continencia plata, el matrimonio cobre; la virginidad es opulencia, la continencia medicina, el matrimonio pobreza; la virginidad es paz, la continencia rescate, el matrimonio cautiverio; la virginidad es sol, la continencia luna, el matrimonio tinieblas…”

      Este paradigma misógino se extiende, como decimos, a otros campos como el filosófico. Ya Aristóteles, en su afán de “naturalizar” sus principios filosóficos, creando así un determinismo atroz, considera en su Política que “la naturaleza, teniendo en cuenta la necesidad de la conservación, ha creado a unos seres para mandar y a otros para obedecer. Ha querido que el ser dotado de razón y de previsión mande como dueño, así como también que el ser capaz por sus facultades corporales de ejecutar las órdenes, obedezca como esclavo… La naturaleza ha fijado, por consiguiente, la condición especial de la MUJER y la del esclavo”. No es de extrañar que “el hombre, dice F. Nietzsche, en su Zaratustra, debe ser educado para la guerra y la mujer para la recreación del guerrero: todo lo demás es tontería”. F. Nietzsche es buen lector de Pablo de Tarso, quien, sobre todo en su primera carta a Timoteo, pide previamente a las mujeres que “vistan decorosamente y se adornen con pudor y modestia”, pero esta recomendación no es suficiente y va más lejos: que “oigan la instrucción en silencio, con toda sumisión” y, como colofón y para que quede claro cuál es su postura, “no permito que la mujer enseñe ni que domine al hombre” (1 Tim 2,9-12).

      La Iglesia, como su jerarquía y su teología tradicional, ha actuado con una hipocresía redomada, partiendo desde una concepción maniquea del cuerpo y del sexo y desde posiciones misóginas. Tomás de Aquino en su intento de corregir a Aristóteles, en su voluminosa obra la Summa theologica, va más allá en su misoginia. Para él la mujer es un varón demediado, ya que la naturaleza tiene como finalidad la perfección y por eso la mujer siempre ha de engendrar varón, ya que ella no tiene parte activa en la generación del nuevo ser; es el terreno donde se deposita la semilla. De ahí que si nace una mujer en lugar de un varón es porque el terreno no ha sido adecuado en su capacidad fértil, y la naturaleza ha sido “traicionada” en su objetivo. Por ello para el Aquinate la mujer es un varón disminuido, que no ha podido conseguir la altura, la perfección del varón; es algo deficiente. Y esta deficiencia óntica le viene de que fue creada de la costilla del varón, de Adán. Por eso Tomás de Aquino va más allá: si Dios es el principio de todo el universo, el varón es el principio de toda la especie humana. Tal vez pueda aplicarse aquello que pretendía Elisabeth Cady Stanton, cuando bajo su dirección se publicó en 1895-1898 La Biblia de la mujer: “Ha llegado la hora de que la mujer lea e interprete la Biblia por sí misma, puesto que es un Libro escrito por varones y, por lo tanto, no es neutral”.

      Ingenuamente Simone de Beauvoir, recordando su infancia, creía en una igualdad abstracta de las personas humanas, hombres y mujeres, pero la mujer ha permanecido “callada”, servicial, esclava, marginada… dentro de la Iglesia, copada por una estructura jerárquica de clérigos, de hombres célibes que anhelan más la estructura monacal basada en la virginidad y obediencia que en una estructura plural de hombres y mujeres iguales, con los mismos derechos y funciones eclesiales. Sirva a título de ejemplo la decisión de un clérigo, en este caso del papa Juan Pablo II, en la carta apostólica Ordinatio sacerdotalis, siguiendo los pasos de Pablo VI, pero con más contundencia: “Por tanto, con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe a los hermanos (cf. Lc 22,32), declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia”.

      Iglesia masculina y misógina van de la mano. No se puede desmasculinizar sin desmisoginizar; son dos actitudes, dos cambios profundos íntimamente unidos, si es que se quiere cambiar profundamente la estructura eclesial más acorde con el evangelio y no con las ideologías de poder. No sé si aquí cabría aquello de Venus Carolina Paula, mujer extremeña que abandona su tierra para servir en París, y que con hermosa locuacidad, prestada por J. García Hortelano en Gramática Parda, sostiene con cierta rotundidad que “el mundo está muy bien hecho, lo que pasa es que no nos gusta”. No creo que en este asunto las cosas estén bien hechas; todo lo contrario y, por eso, no nos gusta. Hay que recordar lo que sabiamente decía E. Schillebeeckx: “La Iglesia es, en efecto, un aparato ideológico que acompaña de hecho al orden establecido, por así decir prestándole cobijo”. Es cierto que el varón, el clérigo en este caso, pone a su servicio la Biblia, la Tradición y la Teología, pero los bautizados en su pluralidad configuran el pueblo de Dios, que tiene como tarea diaria hacer realidad los valores evangélicos, recogidos en las bienaventuranzas. Por eso, las palabras que hemos recordado antes de RM. Rilke: “La oscuridad lo abarca todo, pero una energía inmensa se mueve junto a mí, junto a nosotros”, nos sirva de horizonte en este caminar de la Iglesia.

48 comentarios

  • carmen

    No me deja responderme este trasto.No creo que digas ninguna tontería. Es más, creo que has encontrado un buen grupo en el que te has encontrado  y sigues encontrándote muy bien. Eso es una suerte.Tengo la impresión de que Mónica y tú estáis más cerca de lo que creéis. Lo que sucede es que hay generaciones por enmedio. Tiene esa certeza que da la juventud y no se corta un pelo. No . No dices ninguna tontería. Es tu modo de vivir el cristianismo. Mónica tiene el suyo. Porque rezuma cristianismo, vivido de otra forma, pensado de otra forma. Las diferentes generaciones se expresan, nos expresamos de forma diferente.Y ya está.Un abrazo.

    • Mónica

      En un anterior comentario indicaba los aspectos positivos que tiene la fe y la espiritualidad. Pero existen una cantidad considerable de publicaciones científicas que sugieren que la religiosidad y la espiritualidad, bajo ciertas condiciones, pueden llegar a incidir negativamente en la salud mental. Y la práctica clínica así me lo confirma. Es posible identificar algunas dimensiones o facetas de la religiosidad y espiritualidad más específicas que pueden subyacer o hacer entendible el efecto negativo en la salud mental. Fruto de esta revisión se destacan que un excesivo apego religioso se puede convierte en un cuadro psiquiátrico tal como es el trastorno obsesivo compulsivo, degenerando en otros episodios que pueden producir trastornos más graves.

      Católico y cristiano son utilizados como sinónimos, no lo son: ser católico es una rama del cristianismo. Un creyente católico también será cristiano, pero un cristiano no tiene que ser necesariamente católico. Un católico toma esa opción pero a sabiendas de la interpretación y normas que tiene la iglesia católica. En Atrio se incide únicamente en esta versión del cristianismo, y de ahí se deriva todo hilo y comentario. Este artículo es uno de los innumerables ejemplos. Diálogos que no llevan a nada. No nos va la vida en lo que haga o no haga una determinada institución que afortunadamente ya no es influyente ni representa a casi nadie en nuestra sociedad.
       
      Yo hace algún tiempo me molestaba con las sociedades gastronómicas aquí en Euskadi, no dejaban entrar a mujeres, pero era una tontería, al ser entidades privadas, la última palabra la tienen los socios, y no puede intervenir la justicia, ahora algunas han cambiado los estatutos, pero yo no estoy interesada. No es el mismo caso, ya lo sé, y además difícil porque los socios en el catolicismo son los cardenales y obispos, los demás pues ya se sabe.
       
      Cuidar la salud mental, y no obsesionarse.

      • ana rodrigo

         Mónica dices, la religiosidad y la espiritualidad, bajo ciertas condiciones, pueden llegar a incidir negativamente en la salud mental.” Creo que tienes razón, las religiones, aceptadas en toda su amplitud voluntariamente o a la fuerza (como ocurre en algunas culturas), tienen sus riesgos: entre ellos , en nuestra cultura ha estado muy presente el pecado y la culpabilidad en relación a la ofensa a Dios que desfigura la vida en sí misma, primero que te amarga la vida y después porque vives la vida proyectada a una realidad que nadie conoce, un Dios juez y vengativo, que te evade de la vida real y todas las posibilidades que ésta te da por sí misma de sentido de vivir. Pero, dentro la religión,  hay estadios o peldaños que te llevan hacia arriba o hacia abajo.
                                                                                                         Por ejemplo, hay personas que aceptan una religión basada en creencias y ritos, como herramientas para hacer el bien y tener paz. Sí, viven en paz, sin fanatismos, sin cuestionamientos ni dudas, ni análisis ni discernimiento intelectual o teológico, y son felices, son buenísimas personas (yo conozco muchas), son gente de “buena fe”
                                                                                                        En segundo lugar, cuando se mira sólo hacia arriba, como símil, se evaden desde un espiritualismo vacío, descarnado de la realidad y se llega a una grave desconexión de la realidad palpable, llegando a patologías que yo considero graves. Anoche vi un trozo de la película “Camino”, no me atreví a verla desde el principio. Se trataba de una niña con una gravísima enfermedad, en una familia del Opus Dei, en la clínica de Pamplona. Cuando la niña se preguntaba si Dios la quería tanto, como le decía su familia, los médicos o los curas (qué barbaridades decían), si Dios la quería, por qué la hacía sufrir tanto. Las respuestas eran horribles (para mi criterio), como que Dios la quería mucho y deseaba que sufriese no sé porqué motivo y que fuese al cielo en él, etc.. En plena agonía ella, a las preguntas de su madre de si era feliz, contestaba afirmativamente mientras sonreía, lo que alegraba mucho a su madre y su entorno, como signo de santidad porque iba a ver a Dios, pero la película ponía la memoria de la niña recordando cuando jugaba con su amigo en la calle estando sana y lo feliz que era.                                                                                                   
        En tercer lugar, dentro de la tradición cristiana, existen muchas personas que toman como referencia un proyecto de vida, aquí y ahora, basado, como decía yo el otro día, en valores universales en el tiempo y en el espacio, pero cuya fuente está en la praxis de un tal Jesús el Galileo, sencillamente porque hemos nacido en una cultura cristiana que hemos ido purificando de hojarasca.
                                                                                                        Tú, Mónica, conocedora infinitamente mejor que yo del cerebro, de que todo está en la actividad cerebral, según a dónde y cómo mires, verá una cosa y/o la contraria. Pero la decisión y la opción es personal e intransferible. De ahí la necesidad de la educación o autoeducación constante, necesaria en cada momento de la vida.
        Un abrazo

        • Mónica

          Ana, sí estoy de acuerdo y respeto que, como bien dices,  tenéis como  referencia un proyecto de vida,  basado en valores universales en el tiempo y en el espacio, cuya fuente está en la praxis de  Jesús, porque habéis, hemos nacido en una cultura cristiana. Y claro la opción personal es muy respetable.

          Yo no me considero cristiana en el aspecto confesional, desde que hice la primera comunión no he asistido a una misa. Y sí me considero cristiana en el aspecto cultural, cómo no. Y no hago distinciones entre las distintas confesiones cristianas, a todas respeto. Nunca he tenido problemas en el ejercicio de mi profesión con un paciente, quizá sí en una ocasión con un testigo de jehová y con un musulmán, pero se pudo arreglar para bien del paciente.

          Ana, de verdad a mi me costaría estar en una institución  que no me respeta, que no me deja participar en condiciones de igualdad.  Estaré equivocada, quizá.  Ojalá tengáis  el reconocimiento y la participación que os merecéis, decir esto parece de épocas  pretéritas pero en este caso es así.

          Un abrazo.

          • ana rodrigo

            Gracias, Mónica por haberme leído y contestado. Me explico, yo me reúno con un grupo cristiano (como tantos otros grupos con otros objetivos), no nos sentimos pertenecientes a ninguna institución, vamos por libre, ni nadie nos pide cuentas, ni a nadie le rendimos cuenta, nos llamamos comunidades cristianas de base, CCP. A partir de ahí, nos saltamos las reglas rituales establecidas, celebramos la comensalía de compartir mesa, reflexiones, valores humanos y un mismo proyecto de vida. Es difícil de explicar y quizá escandalice a alguien. No celebramos ningún sacrificio porque nos parece inhumano que haya un Dios- Padre que envíe a su hijo a semejante tortura por calmarle la ira por nuestros pecados, para nuestra redención, etc., imitación de las religiones antiguas que ofrecían sacrificios a los dioses con distinto fines. Difícil de racionalizar. El tema de la fe en Dios y qué imagen de Dios, es otra cuestión muy personal, Nosotros nos centramos en el proyecto de Jesús y respetamos a todas las personas.                                                                                                                                       Otra cosa es que, por esta conexión con el Evangelio, luchemos porque una religión tan rica en valores y tan influyente en la sociedad (como lo son todas), conecte con esta sociedad de hoy, como suele hacer el Papa Francisco con su doctrina social, que todo el mundo lo entiende y aplaude, o como hizo Jesús en su sociedad rompiendo leyes, normas, ritos y creencias de la religión judía humanizando su fe en Dios. La Iglesia, como institución, ha hecho lo contrario a lo largo de su historia que, de tanto divinizar a Jesús, lo ha deshumanizado. Lo mismo que lucho porque otras instituciones no religiosas para que sean justas. Como he dicho en repetidas ocasiones, es un proyecto de vida basado en valores desde una sociedad y cultura que los está pidiendo y los entiende, aunque sea desde el Evangelio. Ni nadie es más, ni nadie es menos, son opciones personales en beneficio del bien común; quien no  entienda que nos inspiramos en la vida de Jesús, como valores y en la Declaración Universal de los DDHH, como norma, pues muy bien, no pasa nada.  La cuestión no es el origen sino los objetivos.                                                                             Un abrazo

  • Rodrigo Olvera

    Hola querida Ana. Dices que tendría que ser un clamor popular. Estoy de acuerdo.  Me preguntó entonces: ¿Por qué no lo es? Más importante: ¿Qué y como hacemos para que lo sea? En eso ando. Y no sólo para erradicar el injusto patriarcado en la iglesia católica sino en cada ámbito de relaciones sociales. Ya te contaría, si estuviéramos compartiendo mesa en una tarde serena, de los pocos avances y muchos golpes contra la pared que me ha tocado vivir al colaborar con este intento al interior de los sindicatos. Sí, muchos golpes contra la pared, pero vale la pena seguir para avanzar en la dirección correcta.  Abrazos y esperanzas.

    • ana rodrigo

      Querido Rodrigo, tú lo dices, “en eso ando”, en eso andamos, es un camino lento, pero no podemos rendirnos. Un fuerte abrazo

  • carmen

    Antonio Duato.He echado un vistazo.Y me vuelvo a preguntar. Qué sucedió? Por qué esto paró?Estoy segura de que me estás entendiendo.En esa época entraba en Lamiarrita, hasta que el blog cerró. Ya sabes. Y no dejo de preguntarme…Porque ahora, ha pasado el tiempo. Las oportunidades pasan.  Era el momento de seguir en la lucha. Sois los herederos del vaticano II. Y mi generación, qué herencia deja? A los Quicos?Una penaSiento lo del incendio. Horrible.

    Mi virgen de la Fuensanta, una maravilla. La hemos dejado en la catedral, hasta que pasen las fiestas de primavera.GuapaGuapa Y guapa…!!Y se me ha olvidado lo de escribir una palabra al principio.Uuuuuufffffff. 

  • Javiierpelaez

    Estoy de acuerdo Ana y añadiría que Jesús desobedeció determinadas normas religiosas de su tiempo.Yo creo que las normas irracionales e injustas hay que desobedecerlas en los círculos más informales. Abiertamente. Y jactarse públicamente de desobedecerlas.

  • carmen

     Hola Mónica .

    • carmen

      A lo mejor te gusta el libro Un Psicoanálisis del Cristianismo.

      No recuerdo el autor.

      A mí me pareció muy interesante.

      El problema que veo en el cristianismo es que se basa en una serie de pensadores de hace más de mil.años. Están absolutamente sacralizados. Hasta el punto que se lee que Tomás de Aquino dice que la Mujer es un varón demediado y la gente enmudece. Pero es que te vas a Agustín de Hipona y te entran escalofríos con el pecado original.

      Su frase: ‘ama y haz lo que quieras ‘ ,  millones de veces citada, a mí me produce escalofríos y sin embargo no para de recibir aplausos… Lo que no sé es qué significado le dan a haz lo que quieras.

      A mí juicio, el problema no está en los orígenes, entendido por mí persona como un movimiento liberador para todas las personas, de un Señor que se llamaba Jesús y dicen que era de Galilea.  El problema vino después. Y lo seguimos manteniendo porque hay personajes intocables. Padres de la iglesia y grandes filósofos y no sé qué más. De hace pues entre dos mil , mil quinientos, mil y como muy recientes, quinientos años.

      Así es imposible, pues todo.

      Ahora. A ver quién dice nada sobre estos señores. Porque lo de que las mujeres somos varones demediados, a mí me ha llegado al alma. Pero el problema es que hay muchas personas que defienden el tomismo.

      En fin.

      Por si te interesa. A mí me gustó un montón.

       

       

    • Mónica

      Gracias por la referencia del libro. La verdad es que no tengo mucho tiempo, y aunque me gusta la filosofía y en este caso respeto la psicología  y a los psicólogos, como colaboradores necesarios en salud mental, no es un tema prioritario.

      Los médicos tenemos una vida muy intensa. Y hemos llegado hasta aquí después de una larga preparación.  Primero cursar la carrera de medicina que dura seis años. Al terminar la carrera de medicina  aprobar un examen-oposición, el MIR (Médico Interno Residente), una vez que lo apruebas, ingresa en un hospital como médico residente en la especialidad de psiquiatría durante 4 años, es decir. En mi caso, también, de neurología. Después consultas las consultas hospitalarias y ambulatorias, las guardias, la necesaria actualización y los cursos, en mi caso que también imparto, y los viajes.

       

  • Mónica

    Un comentario

    • Mónica

      La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en diciembre de 1979 se considera la carta magna de los derechos humanos de las mujeres del mundo. Su importancia radica en el carácter jurídicamente vinculante de los países firmantes, siendo la recopilación más completa de derechos civiles, políticos, sociales, económicos y culturales. La obligación troncal es eliminar las relaciones y estereotipos de género, que son la base de la discriminación, incluidas las basadas en valores culturales, costumbres, creencias y religiones.

      Ahora bien, dudo mucho que si las iglesia católica siguiera el ejemplo del Evangelio, como aquí se dice, serían mucho más igualitaria, respetando los dones y la participación de las mujeres como lo hizo “la iglesia primitiva”, pues no porque esto es un cuento más que algunos idealizan y no es cierto, y como decía alguien que no recuerdo, “vale ya …”.

      Las estructuras patriarcales fueron hechas por el hombre, no caídas del cielo en un libro de reglas divinamente inspirado, y en ellas se basa el cristianismo, y en el caso que nos ocupa el católico. El problema es que se quiere cambiar lo que no se puede cambiar, si la Iglesia Católica modifica sus dogmas y magisterios no sería católica, apostólica y romana. Hay  otros mundo fuera del catolicismo, hay otros cristianismo que sí están renovados, por qué insistir tanto, no lo entiendo, bueno sí lo entiendo pero como profesional de la salud.  Yo no me planteo seguir ninguna religión,  entiendo que tiene un efecto placebo en algunos casos, pero también un efecto nocebo muy perjudicial.

  • Javiierpelaez

    Te contesto aquí Ana. Creo q el argumento q utilizas contra el sacerdocio en general(que yo puedo compartir a la vista de la vida de Jesús)es un subterfugio mental para poner en segundo término lo q no tiene justificación alguna q la mujer esté excluida del sacerdocio. Hablaba de mi amigo no por sacerdote,sino por su coherencia y su testimonio muy difícil de ver en bastantes sacerdotes y no sólo en los q no montan escándalos. 

    • Javiierpelaez

      En los q montan…

    • ana rodrigo

      A ver si, completando mi anterior comentario anterior, Javier, demuestro que no hablo de las religiones antiguas como subterfugio mental para justificar que la mujer quede excluida del sacerdocio. Al contrario, en las religiones antiguas había dioses, diosas, sacerdotes y sacerdotisas (léase Grecia, Egipto, Roma, etc.). Lo que quería explicar es que el contexto judío y el poder que tenían los sacerdotes hombres en el momento en que la Iglesia optó por ello, ni pensaron nada en femenino. Y, por eso decidieron acomodarse al contexto de la época para conseguir de facto la superioridad masculina.

      Resumiendo, como nos recuerda Llaguno con las palabras del cardenal Müller,“La constitución jerárquica de la Iglesia es ley divina” , luego, mientras se basen en estos argumentos y otros semejantes, nada cambiará. El cardenal lo ha verbalizado, pero es lo que piensan la mayoría de la jerarquía eclesiástica. Al igual que, como ya he dicho, a la Iglesia le interesó, en un momento determinado, hacer sacerdotes sólo hombres para mantener el poder machista, patriarcal y androcéntrico, en el momento actual, la sociedad y, en concreto, las mujeres, no sólo, no estamos en esa onda, sino que la rechazamos, y no por llegar al sacerdocio (que a mi no me interesa), sino por considerarnos desiguales e inferiores para llegar a semejante rango de poder: poder para perdonar los pecados, poder para bautizar, poder hablar en nombre de Dios, poder para decir quién es y cómo es Dios, es decir el poder en su máxima expresión, negándoselo a las mujeres. Si la Iglesia quiere eso y las mujeres católicas lo aceptan, allá cada cual, pero yo siempre defenderé la igualdad (que nadie lo confunda con la uniformidad). La Iglesia no firma la Declaración de los DDHH por no aceptar la igualdad de mujeres y hombres y sigue defendiendo y que la jerarquía es ley divina, viendo que la Iglesia católica alemana está en la cuerda floja por problemas con el Vaticano, pues “apaga y vámonos”, la cosa está difícil.

      Por otra parte, el que yo recuerde que los textos evangélicos (a los que científicamente no se les puede negar su antigüedad) dicen que Jesús se comportó tan en contra de su contexto judío, avala que fue un revolucionario. Yo, cuando leo los evangelios, no los leo como un conjunto de normas y leyes, que quedarían obsoletas al día siguiente, sino como principios de valores universales en el tiempo y en el espacio, valores en su praxis cotidiana que, para mí y para mucha gente, siguen siendo válidos. independientemente de que se sea cristian@ o no, de que se haya vivido antes o después del Cristianismo o al margen del mismo, como son: la compasión, la fraternidad, la preocupación por los más vulnerables, la condena de la hipocresía, la honestidad, el trato igualitario de Jesús con las mujeres, etc., etc. Son referentes humanos, no son exclusivos de nadie. Si yo hago mención a ellos desde el Evangelio, es porque los he conocido en mi ámbito cultural-cristiano.

  • carmen

    Pues he buscado en la RAE.Es una forma adjetivada del participio. Porque, para mí que un verbo no tiene género. He leído demediada. Y he pensado en el vizconde. Pero es que él sí estaba demediado. Y el género femenino me ha dejado pensando. Hasta que se me ha ocurrido entrar el el diccionario.Aquí, cada uno a lo suyo.Realmente es impresionante la definición de demediar de la RAE.Es alucinante.Insisto.De demediada, nada de nada.Pues sí. El sistema de creencias que tenemos, habría que revisarlo. Porque, creo, pienso, opino que no se puede decir, esto ha salido de las religiones o del poder político. Han ido de la mano. Por lo menos en la historia de Europa desde hace un montón de siglos. Hablo de mi cultura, que luego se exportó con la época de las grandes conquistas.Porque, efectivamente, estoy de acuerdo con la idea de que las creencias se construyen con la sociedad enterita , a lo largo décadas, décadas, siglos…Y , ese es justo el problema. A ver quién las mueve. Genial. Pero no soy un varón demediado. No sé si me explico.

  • ana rodrigo

    Aprovechando el dicho popular cuando se pregunta “qué fue primero la gallina o el huevo,” podríamos aplicarlo a si fue la sociedad o la religión la que priorizó la desigualdad entre hombres y mujeres en toda la vida pública y en la privada. Las mujeres a sus cosas: los cuidados familiares, barrer y limpiar los templos, lavar y planchar los manteles, poner las flores, etc. 

    En principio se sabe que las tres religiones monoteístas actuales, surgieron en sociedades machistas, patriarcales y androcéntricas y, creo, que sí se puede asegurar que la iglesia se  mimetizó con las costumbres de su entorno social, no fue así el testimonio que quedó en evangelio sobre Jesús, que ni fue sacerdote, ni creó sacerdotes, por mucho que se interpreten sus palabras en clave del sacerdocio de la época. De ahí a sacralizar el sacerdocio y las personas que lo son, es consecuencia de silogismo básico. Por eso decía el siempre recordado y querido Pepe Castillo en su último libro que la religión estaba en crisis pero el Evangelio tenía futuro. Lo que pasa es que como son hombres y clérigos los que interpretan la Escrituras, pues todo queda en casa. Nosotras poco podemos esperar si no sea irrumpir de forma heterodoxa en la reivindicación de la Igualdad, y así es como hemos conseguido muchos avances en la sociedad. Cuando hablamos de desmasculinizar la Iglesia, no estoy pensando en el sacerdocio, ni masculino ni femenino, sino que desaparezca este tipo de sacerdocio en su totalidad como símbolo de poder y aparezca el diaconado igualitario como servicio. Y la teología quede en manos de personas preparadas para ello, sean hombres o mujeres. Lo contrario serán parches que no mueven las raíces profundas. 
    Si, como yo decía ayer, toda esta cuestión está relacionada con el poder absoluto en lo que se refiere a la interpretación y aplicación de la voluntad de un dios todopoderoso, lo demás está a la vista: si los sacerdotes siempre han sido hombres, como acabo de decir, las mujeres carecerán de todo tipo de autoridad en cuestiones teológicas, morales, rituales, legislativas, formulaciones dogmáticas, en fin, las mujeres seguirán, seguiremos, estando  en el margen de la Iglesia como ha ocurrido en su historia y sigue en la actualidad.
    Y no se trata de estar bautizadas o no, sino de que Dios mismo ¡¡¡!!! haya elegido a los hombres como sus portavoces, y haya marginado a las mujeres. ¿En qué tipo de Dios se cree?. Sin embargo, la sociedad laica, con más y mejor sentido de los derechos humanos, en 1948 ratificó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, donde se declara la igualdad de todos los seres humanos, Declaración que la Iglesia aún no ha firmado precisamente por este motivo de desigualdad vigente. Y Olympe de Gouges en 1791 la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana y, dos años después, lo pagó con la guillotina. 

    En fin, este Papa, el pobre hace lo que puede, pero ante tanta presión, no sé sui puede avanzar más. Por eso tendría que ser un clamor popular

    • Javiierpelaez

      Estando de acuerdo contigo. Creo que cargarse el sacerdocio se puede hacer en estructuras informales(por ejemplo,una comunidad de base),pero en estructuras hiperorganizadas como son muchas de las que funcionan en la  iglesia católica lo veo más complejo. Por lo demás en todo lo demás estoy bastante de acuerdo no siendo yo católico aunque lo fuí mucho tiempo pasando x parroquias,comunidades de base y bastantes cosas más. Hoy me he enterado ,por ejemplo,con bastante retraso porque la vida nos separó que un muy buen amigo mío sacerdote de una parroquia ha muerto el 19 de octubre.Conmoción emocional,me he echado a llorar. Iba a escribir un obituario emocional abusando de Antonio Duato,pero me corto. Simplemente diré que como me ha dicho un amigo que me comunicó la muerte  a este hombre no hace falta que le recemos si existe más allá, porque francamente en la hipótesis de que se nos juzgue por lo que hicimos en vida,este hombre es uno de los ejemplos más rotundos de cristiano que ha pasado por mi vida. Sólo por poner un dato: fué misionero en África y simultáneamente profesor universitario en África y a su comunidad en África le daba todo su sueldo como profesor sin nunca decirlo a nadie al punto q cuando se volvió a España recibía cartas de su comunidad diciendo q si era un tacaño,q como vivía con tanta austeridad con la pasta q ganaba(lo de q tu mano izda no sepa lo q hace la derecha al extremo). Esto me recuerda lo de Simone Weil q daba todo su sueldo a los pobres de profesora de filosofía. Luego fué asesor del Ministro Maravall en la Dirección General de Enseñanzas Medias y a él fué al primero q le escuché en TV decir q cuando comemos debemos saber el esfuerzo q les cuesta producir a los agricultores lo q comemos(nada menos q en los años ochenta). Era un especialista de didáctica de la física y profesor de educación secundaria,vamos q nunca mamó del erario público. Aunq la última vez q le ví se disgustó conmigo porque él era un hombre de iglesia parroquial y yo ya no,como él me conoció en la juventud, verdaderamente me he echado a llorar porque como digo este hombre era un ejemplo rotundo de cristianismo en acción con las limitaciones q impone ser un hombre de iglesia,vamos q es difícil ser rojo de la línea comunista,ja,ja,ja,aunq los ha habido(Llanos,Alegría). Ahora comunista con sus bienes lo era total. Lo cuento esto por desahogarme. De paso pongo el nombre José Jesús Vera Blanco porque a los muertos hay q nombrarlos. Pepe Vera ,un ejemplo rotundo de cristiano.Católico. Importante en mi juventud y le escribo este homenaje tb x mala conciencia de enterarme hoy q se murió el 19 de octubre.Vaya rollo,jajaja

      • ana rodrigo

        Tienes razón, Javier, que cambiar algo tan importante en la gran y tan antigua estructura de la Iglesia y, en general de las religiones, no es fácil, porque, además, en este caso se entra la sacralidad del sacerdocio, lo que no excluya la exigencia de que estamos en otra sociedad y volver al ejemplo de Jesús. Y esto no fue ni es nada nuevo en el contexto social en el que apareció el Cristianismo. Ocurrió en todas las religiones antiguas y, en el judaísmo en concreto: en el tabernáculo sólo podían acceder los sacerdotes, el poder y las riquezas producidas en el mismo templo, era cosa de los sacerdotes. En este Contexto también vivió Jesús y, en cambio, se lió a latigazos contra los comerciantes del templo, él no fue sacerdote y no le rodearon ningún sacerdote. Pues, si volviera ahora haría lo mismo con esta inmensidad de riqueza acumulada que son los mismos templos, como edificaciones, y lo que contienen, viendo a l@s pobres pidiendo en la puerta mientras se producen el fasto, el lujo y el esplendor en el interior.

        Respecto a que haya sacerdotes magníficas personas, como tu amigo, eso no está en duda (así son la mayoría que yo he conocido), pero tampoco lo está en cualquier otro colectivo social donde hay de todo. En cambio los delitos clericales como los que estamos viendo, especialmente la pederastia, producen el doble de escándalo, dado que a ellos sí se les exige más por ser quienes predican la buena conducta.

        Pero lo que es evidente, es que el sacerdocio en la Iglesia necesita urgentes cambios y no se justifica de casi siempre ha sido así, en un principio no lo fue.

        • Antonio Llaguno

          En mi opinión, das en la diana, Ana.

          El problema no está tanto en el acceso de la mujer al sacerdocio (Que también es un problema y que entiendo que haya mujeres en la Iglesia que deseen acceder a ello y que tengan vocación para hacerlo. Y es injusto y discriminatorio que no lo hagan) como la naturaleza, pertinencia y configuración del propio sacerdocio.

          Muchas veces me he visto pensando como tú: “Si Cristo regresara abominaría de  los sacerdotes (Y de los pastores evangélicos que no se quedan atrás), como lo hizo de los de su época y latigaría a quienes se sirven del culto religioso como lo hizo con los cambistas del templo.

          Y si es necesario el ministerio del sacerdocio, habrá que convertirlo en un servicio y no en el privilegio que es ahora.

          Y no me vale que lleguen los bienpensantes clérigos de ahora y me justifiquen que el sacerdocio actual es servicio. No es verdad y eso se ve en la práctica.

          Y no me sirve con que me digan “El sacerdocio es correcto, los incorrectos son algunos sacerdotes” porque es generalizado el sacerdote que considera su condición como un privilegio y como una forma superior y perfecta de ser cristiano.

          Y por eso se revisten de ropas especiales, para que todo el mundo reconozca su condición y su estado.

          Y lo mismo se aplica al celibato, a la moral sexual, al culto y al nombramiento, no de servidores de la Iglesia sino de jerarcas de su estructura social.

          Y como decía un cura amigo mío, tienen que morirse muchos curas para que eso cambie, pero yo siempre le contesté: “Esa no es la solución, porque la tasa de sustitución de curas rancios y carcas es muy superior a la de defunciones; incluso a pesar de la crisis de vocaciones”

          Hoy mismo he leído una entrevista al Cardenal Muller que exhorta al Papa a castigar y reprimir a la Iglesia Alemana que está pidiendo cambios y lo justifica diciendoi que “La constitución jerárquica de la Iglesia es ley divina” y que el organismo que piden los católicos alemanes al ser ley humana no puede siauiqra discutir con lo establecido por presbíteros y obispos.

          Con estos mimbres, el fuego solo puede dar humo negro y muy espeso.

  • carmen

    Pues eso de que la mujer es un varón demediado es la primera vez que lo oigo. Jolín. Supongo que como el bachillerato lo estudié en un colegio de chicas, el cura que nos daba filosofía no se atrevió.

    Solamente he leído ese adjetivo, supongo que es un adjetivo, en el libro de ítalo Calvino, el vizconde demediado. Es que, en tiempos de santo Tomas, pues se sabía poco de biología, en la parte cristiana. Es tremendo esto. Porque las católicas no sé, pero mi persona no tiene nada de demediada. Lo que tengo es un útero que ha sido capaz de acoger a los óvulos fecundados que dieron lugar a mis dos hijos. Eso sí que es una maravilla.

    Es que, a ver. Está clarísimo que hay que plantearse todo otra vez. No?  Porque es que, de verdad…Ustedes verán… 

  • Antonio Rejas

      En principio ya es bastante iniciar la tarea, que será larga, de desmasculinizar la Iglesia. Pienso que las posibles reformas que pueda hacer el papa Francisco no van a conseguir la desmasculinización de la Iglesia. Es una cuestión demasiado antigua, a poco de la muerte de Jesús, lo que hace muy difícil retroceder a  aquella época . Ya en los inicios, en ausencia de Jesús, empezó la lucha contra la mujer tratando de conseguir que no tuviera mando alguno en la incipiente organización eclesial que se iniciaba. Si todo se inició  bajo la dirección de los hombres de aquella época, tras la muerte de Jesús, ha habido tiempo suficiente para que haya echado raíces profundas y las voces en favor de tal situación sean numerosas y poderosas, olvidando la igualdad de los bautizados. Dios creó mujer y hombre y dejó claro su mandato: “Creced y multiplicaos”. Y no consta que asignara privilegios especiales para el hombre.  Leer ahora lo escrito sobre la mujer por Tomás de Aquino, inteligencia súper de su época, da pena. Dice que “la mujer siempre ha de ser engendrada varón, ya que ella no tiene parte  activa en la generación del nuevo ser”. Está claro que la inteligencia de tales seres muy superiores en aquel entonces no hubiera llegado todavía a la altura de una normalita en la actualidad. No niego su capacidad intelectual, pero parece ser que era menor que en la actualidad. Que un Tomás de Aquino afirme que la mujer “siempre ha de engendrar varón, ya que ella no tiene parte  activa en la generación del nuevo ser”. Soy menor de edad comparado con Tomás de Aquino, pero me sorprende negativamente que en su gran Summa theologica pueda leerse la afirmación que la mujer es un varón demediado.

    No es necesario irse tan lejos para leer afirmaciones de mentes aparentemente iluminadas, pero que no parecen aceptables. como la de Juan Pablo II sobre la imposibilidad “de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres”.                                                                                                                                                                                

  • Javiierpelaez

    La iglesia católica en este terreno básicamente no tiene remedio.Hablo estructuralmente . En otros muchos también,pero en este especialmente.Soy completamente pesimista sobre la evolución de la iglesia católica,a la que no pertenezco ,en este terreno.Siento decirlo por tantas mujeres católicas y aquí por Ana Rodrigo que tanto escribe de esto. Dicho esto quién soy yo para meterme con la iglesia católica?

    • Javiierpelaez

      Y lo explico imposible acabar con la misoginia si en una estructura todos los q mandan son varones. O se empieza x la ordenación sacerdotal femenina o lo demás son zarandajas. Y esto el actual Papa no lo puede hacer sin provocar un cisma. Lógico q la obispa anglicana diga q ser obispa no acaba con la misoginia. Claro como el voto femenino,las políticas mujeres,etc,no han acabado con la misoginia. Pero obviamente en una estructura q todos los q mandan significativamente son varones,no hay ninguna posibilidad de acabar con la misoginia. Ninguna.

    • Javiierpelaez

      Estoy hablando a nível estructural xq yo he estado en comunidades de base q hemos hecho lo q nos daba realmente la gana sobre el papel de la mujer en la comunidad,más concretamente hemos hecho lo q Dios manda q es más exacto para definirlo.

    • Antonio Llaguno

      Por supuesto que tiene remedio.

      Cambiémosla.

      La Iglesia lleva sin dejar de cambiar y afirmando que nada cambia (Que tiene bemoles) desde el mismo instante en que nació.

      Y eso si nos fijamos solo en la Católica, que si añadimos las reformadas, todas y cada una defensoras de sú exclusividad como poseedoreas de la única y verdadera herencia y tradición d ela Iglesia de Jesucristo y epeñadas en una desclaificación mutua constante, la tarea de cambiarlo todo para bien es ingente.

      Pero apasionante.

      Y no deja de ser una manera de “Imitar a Jesucristo” (Que diría Kempis), que en el fondo (Y en la forma) cambió sustancialmente la Iglesia Judía a la que perteneció.

    • Javiierpelaez

      Puede ser.

  • ana rodrigo

    Magnífico artículo Antonio Gil, siempre valoro mucho tus escritos, pero éste de forma especial.

    Los seres humanos somos el resultado de la evolución de la especie y, como lo que define al ser humano es el cerebro, afortunadamente, éste también ha evolucionado. Todas las “autoridades” intelectuales y misóginas que citas estaban en un punto de desarrollo cerebral muy alejado del que lo está ahora (de forma generalizada, claro está). En este momento no hay razón ni razones para la misoginia ni para defender la desigualdad de capacidades y derechos según el sexo. Ningún niño o niña que no esté contaminado de prejuicios sociales enraizados con argumentos ilógicos y/o religiosos, diría que las capacidades de los hombres, por el hecho de serlo, son superiores a las de las mujeres por ser mujeres. 

    En los restos arqueológicos de la prehistoria abundan las esculturas femeninas como la mujer-diosa, madre de la naturaleza. Cuando aparecen las guerras, el hombre se convierte en el ser humano de referencia de la fuerza y el poder, y con estos principios, aparecen los dioses masculinos todopoderosos, omnipotentes y omniscientes, a la imagen y semejanza de los hombres fuertes, poderosos y con autoridad absoluta capaces de todo.

    Porque la raíz de toda este problema de superioridad masculina  sobre la inferioridad femenina, hunde sus raíces profundas en el PODER. Todos los dioses son masculinos, los fundadores de las religiones son masculinos, los que tienen capacidad de saber la voluntad de dios, son hombres, los que han escrito los libros sagrados de todas las religiones, son hombres, los que han dicho lo que es moral o inmoral, son hombres.

    Si vamos al paradigma cristiano, ya vemos la realidad. Sobre si son palabras de Pablo o no todo lo que dijo contra la mujer, da igual, porque lo que ha quedado en el imaginario colectivo, es lo que es, ha sido la tabla de salvación del patriarcado, del machismo y del androcentrismo en el que llevamos viviendo, y cuyas lecturas se leen el los ritos eucarísticos como palabra de Dios. Da igual que la gente sea cristiana o no, es que esta idea ha calado profundamente en el paradigma social de cómo se adjudican los papeles y las responsabilidades, según sea hombre o mujer.

    El que esto ocurra en todas las religiones actuales y en la mayoría de las antiguas, con pocas excepciones, es otro tema a investigar.

    Nota. pensaba preparar un escrito para el 8 de Marzo sobre lo que acabo de decir, pero me lo pensaré, para nos ser repetitiva. Ya veré, porque queda muuuuucho por hacer en esta sociedad. Sólo hay que ver una foto de los componentes del Tribunal Internacional de La Haya o de cualquier otro colectivo de poder. Ufffff, me vienen tantas cosas a la cabeza, que lo dejo aquí.  Abrazos cordiales a todos los hombres, menos a los machistas y semejantes, a los que les deseo encuentren alguna luz que les ilumine su cerebro con sus respectivas neuronas                                                                                                                                                                                 

    • ana rodrigo

      Anécdota personal. Cuando se casó mi hija la mayor, el cura me dijo que si quería leer la segunda lectura, yo, ingenua de mí, dije que sí sin mirar de qué iba. Cuando subí al atril a leer y me di cuenta de que era la lectura de una de las cartas de Pablo sobre el tema, con la iglesia a tope de gente, y, por no amargarle la ceremonia a mi hija, tuve que leer!!!!!!! lo que tenía delante…. No quiero ni recordar lo mal que lo pasé. Es cierto que hace más de 30 años y aún había poca conciencia social contra estas y otras barbaridades que estaban al uso común. Mi hija, en su vida real, dejó claro que eso, ni era palabra de ningún dios ni de ningún san Pablo. Son un matrimonio ejemplo de igualdad.

      No es menos cierto que el trabajo de concienciación que hacemos, no es en balde, y, aunque muy lento, se va avanzando en derechos de igualdad y derechos.

      Sospecho que van salir otros muchos aspectos en los comentarios e iremos complementando un tema tan amplio , justo y necesario.

  • carmen

    Me gusta el artículo.

    Hay que ver la de cosas que han pensado los grandes pensadores, que Dios nos ampare.Me encanta lo que dijo esa señora, si es que lo dijo: el mundo está muy bien hecho, lo que pasa es que no nos gusta. Cómo verás, soy también de gramática parda.

    Me pareció una tomadura de pelo enooooorme esa frase del papa actual: la iglesia es mujer. Supongo que lo dijo con buena intención, pero a nosotras, en estas cosas de iglesia, que nos registren, que diría la gramática parda otra vez.Lo que no he logrado entender nunca es, supongo que una tontería, como siempre, pero allá voy.

    Va Jesús y dice que todos somos iguales. Habla y todo con mujeres, defiende a alguna que otra. La pone como ejemplo de fe, en la señora con hemorragias, hay que ser mujer para entender ese tema, defiende a una mujer que van a matar a pedradas por adúltera, dice en otra ocasión, dejad que me eche perfume, era amigo de las hermanas de Lázaro. No voy a nombrar a María Magdalena, porque muchos dirían que hay mucha imaginación con la relación inventada entre jesús y ella. Así que eso no lo digo. También las primeras en tener noticias de la célebre Resurrección es una mujer, creo que María de magdala. Tampoco voy a decir que claro que fue la primera, la primera en pensar, muerto? Porque ustedes lo piensen. Veremos…

    Bueno, pues pese a todo esto, el cristianismo se mimetiza con la Eva del Génesis. Pero es que el Génesis es un relato judío. Judío. Insisto. Judío. Qué tiene que ver con la posición de Jesús respecto de la mujer? Él decía que todos teníamos la misma dignidad.

    Nada. Que no lo entiendo.No sabe la iglesia a lo que ha renunciado voluntariamente, a lo que ha estigmatizado como persona inferior al varón. Pues ha perdido nada menos que El Pensamiento de La Mujer a lo largo de dos mil años. Pues bueno.

    Buen día.

    • Antonio Llaguno

      Y sobre todo Carmen, dos cosas muy claras para quien lee los Evangelios con una mente  limpia.

      Cristo, en toda su predicación, sólo habla de sexo una vez, en Mt 5, 8 cuando dice aquello de “Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón “.

      La Iglesia misógina, pacata y asexuada, ha interpretado esta única frase para cosas como condenar el divorcio como pecaminoso, cuando los judíos podían divorciarse (las judías, de facto, no), condenar cualquier tipo de pulsión sexual como pecado, etc… y siempre con la mujer como vehículo de pecado.

      Sin embargo si leemos el texto contextualizado, esta frase se incluye en una qadvertoencia de Cristo contra el divorcio, tal y como lo llevaban a cabo los judíso y condenando el hecho de que los judíos cuando su mujer envejecía, como el dinero de la casa era propiedad del varón, repudiaban a la mujer y se buscaban una jovencita, condenando a la mujer anterior a la pobreza, cuando no a la prostitución o la muerte.

      Ese es el contexto en que hay que entender esa frase de Jesús y em ese contexto, es perfectamente coherente con el resto del mensaje de Cristo en el que nos exhorta a cuidar de los más desfavorecidos.

      De hecho, ya la Torah judía, tiene un mandato en que obliga a ocuparse de las viudas, pero las mujeres repudiadas eran uno de los colectivos más desfavorecidos de la sociedad judía.

      En este sentido le preguntan a Jesús y en ese sentido responde.

      No soy exégeta, como Salvador, pero no creo equivocarme en esta interpretación.

      La otra cosa a resaltar en el mensaje cristiano es que el Dios que nos presenta Jesús, es llamado por Él “Abba” (Papá); pero tiene todas las características de una madre (IMA). Su amor es del tipo del que da una madre y no un padre y la entrega con que Cristo se entrega a ese amor es con la que un hijo se entrega a una madre y no a un padre.

      Hace ya unos años (En 1990), cuando mi querida madre quiso seguir la senda de su propio hijo  (Yo mismo) y se hizo Cooperadora Salesiana dos años después que yo, en la celebración de su promesa, leimos en el momento del Padrenuestro la misma oración pero la comenzamos con “Madre nuestra que estas en los cielos”, solo decirte que casi me echan de la parroquia. Ese fue el momento en que el coordinador de la Asociación de Cooperadores en mi centro local llegó al final de la misa y me soltó aquella frase que me ha marcado como cristiano desde entonces: “Antonio, si no fuera por lo mucho que te queremos… pero hay que joderse con lo hereje que te has vuelto”

      No tengo que decirte que lo que pretendía ser un reproche, se convirtió para mi en un halago y lo convertí en uno de los lemas de mi vida de cristiano. Y sin que eso suponga la menor queja hacia el Coordinador en cuestión (Felix Cámara se llamaba) al que yo tambiñen quería mucho y siempre conservaré en mi corazón.

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