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El programa de Jesús (y 25)

TRIUNFO O FRACASO EXISTENCIAL

1. Modos de actuar de los que siguen el Designio del Padre

        Jesús animó al conjunto de mujeres y hombres que le acompañaron en lo más alto del monte a empeñarse con él en su Proyecto. Habrían de atravesar el ancho muro por la ruta alternativa, la simbolizada por la puerta escondida y el reducido callejón, una entrada buscada por muy pocos. Y tendrían, además, que cuidarse de no ser desviados de ese trayecto por los devotos espirituales que, como valedores de la ortodoxia e interviniendo como representantes divinos, orientaban insistentes a simpatizantes y admiradores del Galileo hacia destinos funestos. Una praxis y los resultados de un proceder contrarios al Proyecto les delatará como farsantes.

        El Programa de Jesús se despliega visiblemente en una vida social caracterizada por la fraternidad. Creencias y espiritualidades se hallan en diferente plano. No resultan determinantes para garantizar la autenticidad del mensaje ni la veracidad del mensajero. Los idearios religiosos carecen de valor como visados para acceder a formar parte de la sociedad alternativa del reino de Dios. Solo se acredita la pertenencia a dicha comunidad con la aceptación, el compromiso y la lealtad al Proyecto del Galileo. El modo de actuar y sus efectos confirman la ciudadanía y dan la clave de que se sigue ese escogido itinerario. Jesús presentó desde la cumbre el Programa que trazaba con pormenores esa ruta coincidente con el Designio del Padre. Lo hizo confiado en que sería acogido por aquellos amigos que le rodearon en ese lugar elevado del monte.

 

2. Parábolas: dónde asentar la casa propia: Roca o Arena

        A la finalización de su enseñanza, les impulsó a extender ese Proyecto sobre el tablero de la historia. Los alentó como solía hacer, con sencilla pedagogía: exponiéndoles una doble parábola:

        “7,24 En resumen: Todo aquel que escucha estas palabras mías y las pone por obra se parece al hombre sensato que edificó su casa sobre roca. 25 Cayó la lluvia, vino la riada, soplaron los vientos y arremetieron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada en la roca”.

       “7,26 Y todo aquel que escucha estas palabras mías y no las pone por obra se parece al necio que edificó su casa sobre arena. 27 Cayó la lluvia, vino la riada, soplaron los vientos, embistieron contra la casa y se hundió ¡Y qué hundimiento tan grande!

      Basta una simple mirada al texto para comprobar que está constituido por dos partes redactadas en su mayoría con los mismos términos e iguales verbos, y diferenciadas entre sí por escasos detalles. Son dos parábolas gemelas, aunque con distinto signo, uno positivo y el otro negativo. El paralelismo resulta obvio. Indica dos maneras de responder en la práctica a una misma proposición.

        Dicha propuesta está referida a todo el Programa presentado por el Galileo, empezando por la Carta Constitucional del Nuevo Pacto (Mt 5,3-10). La partícula griega de carácter consecutivo οὖν (‘por tanto’; ‘por consiguiente’), traducida: “En resumen”, alude a la completa instrucción realizada desde la cumbre del monte. Confirma este hecho el uso de la expresión τοὺς λόγους τούτους (“estas palabras”) en ambos ejemplos y, además, a la finalización de toda la enseñanza: “Al terminar Jesús ESTAS PALABRAS…” (v.28).

        A distancia, desde la falda del monte, la multitud de admiradores puede oír las dos parábolas con que concluyen “estas palabras” del Galileo. Pero los principales destinatarios de estos dos ejemplos siguen siendo los integrantes del colectivo que le circunda. A cada uno de ellos se refiere al afirmar: “Todo aquel que escucha”.

 

3. Escuchar no es oír

        En la cultura contemporánea a Jesús, escuchar significaba dejar que nuestro interlocutor entrara a través de sus palabras dentro de nosotros. Escuchar equivalía a dejarse calar, empaparse del mensaje por los adentros. Una de las principales oraciones de la religión judía, vigente hasta hoy: El Sema` (‘Escucha’; en hebreo: שמע), constituida por tres textos del AT (Dt 6,4-9; 11,13-21 y Nm 15,37-41), comenzaba con ese verbo: ‘escuchar’ (ἀκούω), de acuerdo al comienzo de Dt 6,4: “Escucha Israel” (Ἄκουε Ισραηλ). Con esta llamada al pueblo se exigía que Israel aceptara en su interior como suyo lo que a continuación se declaraba en esas citas.

        De esa misma manera, según cuenta el evangelio de Marcos, abrió Jesús su enseñanza a la multitud en parábolas: “Escuchad” (Ἀκούετε) (Mc 4,3). Presentaba así el Proyecto del Reino esperando fuera acogido por algún integrante de la multitud en lo más íntimo, de manera que su aceptación le llevara a dar un paso adelante, saliendo de la masa para incorporarse al colectivo de seguidores. El verbo ‘escuchar’ se repite en esos relatos de Marcos hasta en diez ocasiones. En la explicación posterior a los discípulos de la primera parábola, les dejó claro cuál era el resultado de una escucha auténtica: “Y esos son <<los que se han sembrado en la tierra buena>>: LOS QUE SIGUEN ESCUCHANDO EL MENSAJE, LO VAN HACIENDO SUYO Y VAN PRODUCIENDO FRUTO: treinta por uno y sesenta por uno y ciento por uno” (Mc 4,20) (https://www.atrio.org/2012/08/7371/).

        La comunidad destinataria del evangelio de Mateo y quienes se hallan en el círculo más próximo a Jesús se ven reflejados en la frase que da entrada a la primera parábola: “Todo aquel que escucha estas palabras mías”. Ellos han hecho suyo el Proyecto, han escuchado el Programa de principio a fin y han aceptado el compromiso del Nuevo Pacto. Ese enunciado inicial se repite en los dos supuestos que darán pie a los dos ejemplos. Los sujetos nombrados en uno y otro se hallan, pues, al mismo nivel de escucha del mensaje. No hay distinción entre unos y otros. La referencia es la totalidad de quienes han aceptado al Galileo como el que marca el itinerario a seguir. La gran divergencia entre quienes muestran haber acogido el Proyecto estará marcada exclusivamente por el proceder de unos y otros. Los del primer caso se han decidido por llevar adelante el Programa de Jesús: “…que escucha estas palabras mías Y LAS PONE POR OBRA”. Los del segundo se han decantado por la quietud. Al parecer, piensan que el desarrollo del Programa no es cosa suya. Y no mueven un dedo por llevarlo a cabo: “…que escucha estas palabras mías Y NO LAS PONE POR OBRA”.

 

4. A partir de esa diferencia, Jesús planteará sus dos ejemplos:

        4.1. El sensato

        El que pone por obra el Programa se asemeja a una persona que actúa con sensatez: “se parece a un hombre sensato” (ὁμοιωθήσεται ἀνδρὶ φρονίμῳ). El término φρόνιμος (‘sensato’, ‘juicioso’, ‘prudente’), en consonancia con el verbo del que deriva: φρονέω (‘pensar’, ‘juzgar’, ‘tener buen sentido’) y de acuerdo al contexto donde se escribe, indica que tal persona analiza las cosas antes de hacerlas, mide sus consecuencias, valora sus resultados y actúa en función de su pensamiento. El texto añade que su sensatez queda demostrada porque “edificó SU casa sobre roca”. El personaje del ejemplo revela su buen juicio construyendo SU casa sobre cimiento firme. Asegura, así, una realidad física que le proporcionará cobijo y bienestar de forma permanente.

        4.2. El necio

        Respecto al pasivo, el que a pesar de sentirse atraído por Jesús y mantenerse en su derredor, el Galileo indica que se comporta sin cordura: “se parece a un hombre necio” (ὁμοιωθήσεται ἀνδρὶ μωρῷ). En contraposición a la persona sensata, el término μῶρος (‘necio’, ‘estúpido’, ‘insensato’) describe al atontado, a un tipo sin cabeza. La razón de ser tan ligero de cascos se explica diciendo que “edificó SU casa sobre arena”. El fulano en cuestión demuestra estar tronado. A nadie con dos dedos de frente se le ocurriría semejante idea: Elevar una construcción de esas características sobre una base movediza e inestable. El tipo no da la talla y prueba ser un incapaz.

        4.3. Consecuencias en cada caso: en pie y hundimiento

        Los ejemplos de Jesús no salen de la realidad. Las dos casas edificadas se hallan ahora a merced de los azarosos vaivenes de la naturaleza. Tales acontecimientos se expresan de forma idéntica en los dos ejemplos, el del sensato y el del necio. El Galileo lo expuso con energía y prolijidad exagerando las inclemencias de los fenómenos atmosféricos: “Cayó la lluvia, vino la riada, soplaron los vientos y arremetieron contra la casa” (καὶ κατέβη ἡ βροχὴ κα ἦλθον οἱ ποταμοὶ καὶ ἔπνευσαν οἱ ἄνεμοι καὶ προσέπεσαν τῇ οἰκίᾳ ἐκείνῃ).

        Como era previsible, los resultados se contraponen de un caso a otro. Respecto al primero, Jesús indica que “no se hundió” y da la razón, ya supuesta por quienes le escuchaban: “porque estaba cimentada en la roca”. En el segundo, cuenta que ocurrió lo contrario: “y se hundió”. No necesitó decir el por qué, quiénes oyeron la parábola también lo esperaban. Era lo lógico. Pero Jesús sí añadió un detalle gráfico que quedó grabado en la mente de los integrantes de la comunidad: “¡Y qué hundimiento tan grande!”.

       

5. Plenitud: El sueño de la casa PROPIA

        Mujeres y hombres rodeando al Galileo en la cumbre del monte han permanecido atentos a su enseñanza: un Programa de altura. Les ha llegado bien claro el mensaje encerrado en las dos parábolas con que cerraba su instrucción. Los ejemplos de la edificación de las casas les hacía imaginar la construcción de la propia existencia. Es importante no pasar por alto que el texto habla en las dos parábolas, no de una casa cualquiera, sino de la propia casa (“SU CASA”). Basar la vida en el Proyecto suponía garantizarse el triunfo de alcanzar la plenitud humana a través de la fraternidad y el trabajo con desvelo por el avance histórico de ese Designio del Padre. Renunciar a ese cimiento seguro, levantando paredes sobre terrenos inconsistentes, conduce al fracaso existencial. Triunfo o fracaso, únicamente ligados:

  • o ya a la brega constante y comprometida en echar a rodar el Programa de Jesús,
  • o bien al remoloneo, desentendiéndose de la responsabilidad personal que el Proyecto exige.

 

 

6. Final de la enseñanza según Mateo

        Aquí termina la intervención de Jesús desde la cumbre. Es ahora el redactor, Mateo, quien interviene dando cuenta del final de su enseñanza:

        “7, 28 Al terminar Jesús este discurso, las multitudes estaban impresionadas de su enseñanza, 29 porque les enseñaba con autoridad, no como sus letrados”.

        6.1. El rol de las multitudes como masa

        El evangelista introduce el cierre de esta gran sección de manera similar a como hará en otros cuatro bloques (Mt 11,1; 13,53; 19,1; 26,1). Se fija ahora en las multitudes que han oído la enseñanza a distancia desde la falda del monte. Fueron mencionadas antes de iniciar Jesús su exposición (Mt 4,25; 5,1). No se constata ninguna respuesta de los integrantes de la muchedumbre. Mateo habla de “las multitudes” como si tuvieran personalidad propia. El evangelista hace pensar. La gente se mueve en masa y actúa en bloque. Las multitudes amparan la indecisión y ocultan el miedo a dar el paso que cambia el rumbo existencial. No se constata movimiento alguno de la multitud. Mateo indica solo que estaban asombradas: “Las multitudes estaban impresionadas” (ἐξεπλήσσοντο οἱ ὄχλοι).

        6.2. El golpe masivo es la impresión

        El verbo griego ἐκ-πλήσσω en su voz pasiva significa: ‘quedar fuera de sí’, ‘estar pasmado’. Este compuesto de πλήσσω (‘golpear’), derivado de πληγή (‘golpe’), tiene un fuerte sentido; expresa sobresalto, alude a la conmoción de una multitud que no esperaba lo acontecido. Acostumbrada a pensar y vivir de una manera determinada durante siglos, avalada por una tradición ideológica tenida por inmutable, la multitud ha sentido un zarandeo en toda regla que ha descompuesto su manera de pensar y contemplar la realidad. La enseñanza de Jesús les ha sacado de golpe de tan prolongado letargo. El texto señala la enseñanza (διδαχή) del Galileo como razón de ese meneo mental: “DE SU ENSEÑANZA” (ἐπὶ τῇ διδαχῃ).

        6.3. No solo por la enseñanza, sino por la Autoridad

        Pero curiosamente, no ha sido solo el contenido de la enseñanza lo que ha trastocado los esquemas mentales de la gente, sino también el modo de enseñar. Mateo lo indica con un solo término: “AUTORIDAD” (ἐξουσία; ‘autoridad’, ‘poder’, ‘libertad’): “porque les enseñaba con autoridad”. No era únicamente que el contenido de la enseñanza de Jesús se salía fuera de los moldes, sino que su insólita forma de enseñar no se conformaba a los modelos pedagógicos tradicionales. Su manera de presentar su Programa no se soportaba en los dogmas, creencias, normas, teologías y tradiciones tenidas por sagradas; destacaba por una vigorosa libertad. La “autoridad” de su magisterio no necesitaba de más apoyos que la lógica aplastante de una realidad a la vista de cualquiera. Tampoco precisaba de autorizaciones. El objetivo de su enseñanza coincidía punto por punto con el Designio del Padre. Y el Designio del Padre era la VIDA.

        6.4. Una Autoridad diferente

        Mateo aporta otra nota característica del modo de enseñar de Jesús; esta vez distinguiéndola de las usuales: “no como sus letrados”. La afirmación completa de este evangelista está prácticamente calcada de Mc 1,22: “Estaban impresionados de su enseñanza, pues les enseñaba como quien tiene autoridad, no como los letrados”. En este caso la enseñanza de Jesús se produjo en la sinagoga. El contraste entre la tradición y Jesús altera los nervios de los allí reunidos y perturba sus convicciones. Los teólogos profesionales (“los letrados”) solían presentar su enseñanza mediante discursos que repetían sin cesar citas de afamados maestros. No mostraban autoridad propia. La aparentaban reincidiendo una y otra vez en sentencias rabínicas tenidas por sabias. Esos modos obsesivos y reiterativos, de subido y engorroso lenguaje con los que buscaban adquirir prestigio, lejos de ser pedagógicos, resultaban cansinamente publicitarios. El Galileo, apostó, en cambio, por explicar, con un hablar sencillo y gráfico a la altura de cualquiera, una praxis coherente con los anhelos del pueblo, coincidentes -según su convicción- con el Designio del Padre para la humanidad. Ese Proyecto para la vida fue denominado por él con la expresión habitual usada para hablar de la época soñada por el pueblo: el reino de Dios. Marcos dijo de ese Proyecto que era la Buena Noticia.

        6.5. Bajada del monte: seguimiento y expansión

        Un último apunte del evangelista echa el cierre a la sección. Como en su apertura: “Lo siguieron grandes multitudes procedentes de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y Transjordania” (Mt 4,25), Mateo termina dando protagonismo a la multitud. Si al principio presentó la intervención de Jesús con el verbo ἀνα-βαίνω (‘subir’): “Al ver Jesús las multitudes SUBIÓ al monte” (Mt 5,1), ahora, a la finalización, utilizó otro verbo que señalaba un movimiento inverso: κατα-βαίνω (‘bajar’):

              “8,1 Y AL BAJAR del monte lo siguieron grandes multitudes de gente”

      El Programa de Jesús respondía a la primordial necesidad de la gran multitud: LA VIDA. De ahí que subiera al monte. Desde allí, trazará un Programa del más alto nivel, el que daba respuesta sobrada a la arrastrada existencia de la gente. El Galileo no se quedará a medias. Llegará hasta la cumbre, el lugar prohibido, porque -según las creencias religiosas de la época- era el espacio sagrado desde donde Dios se aproxima a la humanidad. Jesús lo ocupará sin contar con el salvoconducto divino. Pero la multitud no llegará allí; aparca a mitad de camino. Permanece en la ladera. Solo un colectivo de hombres y mujeres atrevidos rodean al Galileo. Ellos serán los principales destinatarios de su enseñanza. Les exige directamente. La multitud, a distancia, puede oír, aunque el evangelista no da noticia de que alguien de entre las masas se arriesgara a acercarse.

 

7. Reflexiones existenciales sobre la adhesión al Programa

        La persona de Jesús tenía y sigue teniendo un atractivo especial para multitudes. Su mensaje y su forma de presentarlo resultan insólitos; no casan con la ideología tradicional y sus formas de transmisión. Se sale de todos los esquemas establecidos. Ese hombre hablaba y actuaba con soberana autoridad. Y despierta admiración y simpatías.

        Ahora bien, la multitud no responde comprometiéndose con él. A pesar de la fascinación que a la gente les produce la imagen y el mensaje del Galileo, pocos dan el paso para adherirse a su Proyecto; la gran mayoría permanece refugiada y sin rechistar en el conformismo, bajo el régimen del Poder del dios metálico. El Galileo animó a adherirse a la sociedad alternativa del reino de Dios, pero nunca accedió al deseo de los suyos de aprovechar la fuerza de las masas. Su Proyecto exigía libertad; su convocatoria, una respuesta leal. Porque para la fiesta de la fraternidad no es suficiente haber sido invitado, se exige ir preparado:

        “Cuando entró el rey a ver a los comensales, reparó en uno que no iba vestido de fiesta, y le dijo:
– Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de fiesta?” (Mt 22,11-12).

        Al terminar la exposición de su Programa, Jesús bajó de nuevo al escenario donde la gente se desenvolvía a diario haciendo frente a los acontecimientos que les había tocado vivir. Las multitudes han oído su propuesta. Seguirán con interés y como admiradores, apegadas a su figura, pero ¿quién se atreverá a dar adhesión a su Programa?

 

9 comentarios

  • oscar varela

    Hola!
     
    Salvador lleva ya 11 años + 1 mes publicando en ATRIO
    La producción es de 160 Artículos.
    Yo tengo los 160 en Archivos de Word
    De los cuales unos 100 en papel anillado.
    …………
    No sé cómo seguirá la cosa,
    Pero es muy sugestivo su final:
    ¿quién se atreverá a dar adhesión a su Programa?”
    …………
    Opino que:
    La obra de Salvador tiene un algo de:
    – “BARRIDO Y LIMPIEZA” (Mt 12,43-45)
    – “DESMALEZAMIENTO” (Mt 13,8)
     
    Acaso ¿se necesita mucho más?
    …………

  • carmen

    Y 25

    También estoy en Y.

    Sabes de qué me he acordado? De Neruda. Tiene un poema que habla de algo de escuchar. No lo recuerdo bien. Empieza diciendo algo así como , me gustas cuando callas porque estás como ausente…y termina diciendo quisiera que me escuches como yo quiero que me escuches. Me llamó la atención hace muchos años. Cómo yo quiero que me escuches? Me gusta cuando callas…? Uf.

    Bueno, pues deseo que muchas personas, aunque callen, te escuchen , o debo de decir lo escuchen como él quiere que lo escuchen? Y que el mensaje de ese gran Maestro que fue Jesús de Nazaret se llegue a interpretar  con otra perspectiva.

    El tiempo dirá.

    El tiempo siempre dice.

    Gracias por todo y un abrazo fuerte.

  • ELOY

    Siempre aprendo de las explicaciones de Salvador Santos.  Me parece un hecho extraordinario tener a tal maestro y poderme asomar a sus enseñanzas en ATRIO. Gracias.

     

    • salvador santos

      Hola ELOY
       
      La maestría corresponde por entero al amigo de Nazaret. Mi trabajo se reduce a analizar el texto original que expone su enseñanza y explica su Proyecto. Procuro añadir lo menos posible de mi cosecha para no estropearlo.
       
      Lo extraordinario es el valor y la actualidad de su enseñanza y su Proyecto: el arranque y andadura de la utopía.
       
      Te mando un fuerte abrazo 

  • ana rodrigo

     UNO. Copio y pego este fragmento del texto: “Los idearios religiosos carecen de valor como visados para acceder a formar parte de la sociedad alternativa del reino de Dios.” Creo que este ha sido y sigue siendo un impedimento para que la sociedad conozca la esencia del mensaje de Jesús, convertir su mensaje en religión. El Cristianismo está muy ideologizado con normas, ritos, ideas y costumbres copiadas del tipo de sociedad de cada momento y anacrónicas en otro momento de la historia, dogmitazar verdades que no lo son, etc. Porque las ideologías pasan, el mensaje de fraternidad y otros valores permanecen.
    DOS. Dice salvador: Ahora bien, la multitud no responde comprometiéndose con él. A pesar de la fascinación que a la gente les produce la imagen y el mensaje del Galileo,..”Un individuo solo no cambia la sociedad de forma permanente (algunos individuos sí la han cambiado temporalmente, para mal, casi siempre (como los dictadores). La predicación de Jesús fue un fracaso total en su momento: crucificado como un delincuente, sus discípulos escondidos, menos las mujeres, las multitudes lo admiraban, pero ahí se quedaba, la religión lo mató, ni siquiera Jesús cambió a la sociedad de su época.

    La sociedad se adhirió, por las buenas o por las malas, cuando se esponsaron poder político y religión con Constantino y sobre todo con el emperador Teodosio.

    Y en nuestra época ¿Qué? Navidades llenas de luces y de consumismo, Semanas Santas exhibiendo el valor del sufrimiento, fiestas patronales llenas de jolgorio social, no religioso, aunque sí devocional. Estadísticas que nos dicen que la religión católica no interesa, pero sí otras variantes cristianas como las evangélicas, o los testigos de Jehová que van en aumento.

    ¿Qué ha dejado el mensaje de Jesús en la humanidad y para la sociedad actual? Según mi opinión, que la Declaración Universal de los DDHH coinciden con los valores del proyecto jesuánico, que no es poco. Mientras que en la Iglesia no cumple el primero de ellos, como es la igualdad de todos los seres humanos.

    Como manifestó el otro día Ennma García Ocaña en el encuentro de comunidades de base: “Hay que liberar a Jesús de los dogmas cristológicos, del secuestro de Jesús dentro del cristianismo” y yo añado, y sumar con los valores laicos. Se nos ha inculcado demasiado la salvación personal de forma individualista.

  • Isidoro García

    En la exégesis del amigo Salvador de las narraciones evangélicas sobre los consejos de Jesús, hoy entra en el “como” realizar el proceso. Hoy diríamos que es el Jesús “epistemológico”. Y yo quisiera hacer un matiz de ello, tal como yo lo veo.

    En las parábolas de la edificación de la casa, y de los cimientos, yo entiendo que hay dos partes totalmente diferenciadas.

    Por una parte está la casa, que sería la metáfora del programa de vida de Jesús, y por otra parte están los cimientos, que serían la metáfora de las condiciones de que hay que disponer, para seguir adecuadamente ese proyecto-programa.

    Hay que señalar que las dos parábolas, (tanto en la positiva como en la negativa), se construye la casa. Por lo tanto no se dirime, entre los que siguen el programa y los que no lo siguen. Los dos lo siguen, pero unos bien y otros mal.

    O sea estas parábolas no son para instar a seguir el programa, sino para seguirlo bien, adecuadamente. No son parábolas proselitistas, o lo que en el catolicismo se suele llamar sobre el “apostolado”.  Son para hacerlo bien.

     

    Todo esto viene a cuento, de que muchas veces en todos los programas-proyectos de vida, (tanto religiosos como políticos), se suele hacer hincapié en dicho proyecto, y menos en la madurez humana que se precisa para llevarlo a cabo adecuadamente: los cimientos.

    Unos cimientos, que se construyen antes de iniciar la casa, previamente.

    El proceso de maduración del ser humano, dura toda la vida, y va avanzando paulatinamente a lo largo de los años, como las fases sucesivas de un cohete, donde la primera fase sirve para una cosa, la segunda para otra, y la tercera es el remate final. Y se van abandonando las fases previas, una vez sucedidas y producido el impulso.

    Al final llegan unos hitos en el camino, en que se pueden comprender bien e iniciar nuevos proyectos de vida que impulsan un nuevo salto en la madurez del humano.

    Los judíos, (y eso que no escucharon a Jesús), tienen establecido unas normas internas, de que no se puede estudiar la Cábala, sin ser casado y antes de los 35-40 años.

     

    Los “activistas” de toda ideología, (religiosa y política), se ponen muy nerviosos, cuando alguien les señala que antes de ponerse a la brecha, hay que preparase interiormente, para entender bien las cosas, y tomar buenas decisiones. Lo interpretan como flojera o excusas para no hacer lo que ellos proponen.

    No digo de no hacer nada hasta estar preparados, (nunca se está debidamente preparados para nada). Sino no interrumpir el proceso de maduración personal, (mediante el debido estudio y reflexión), pues eso condena a esa actividad a la ineficiencia y al fracaso.

    Por eso es muy importante, que la ascesis del programa, no sea desestabilizador de la mente, como lo son muchas ascesis religiosas: una fábrica de contradicciones internas, y de neurosis. Y ya no digamos de las prácticas políticas, que suelen ser generadoras de sectarismos, odios, rencores, justicierismos, victimismos… el paquete neurótico al completo.

    Se necesita una forma de llevar a cabo el programa, que nos aporte alegría de vivir y optimismo, que nos lleve de forma natural, y no forzada, a la bondad, y la verdad, y a la armonía con el Universo.

    Todo lo que no sea eso, sino que genere “noches oscuras”, escrúpulos de conciencia sin cuento, sentimientos de culpa e impotencia ante las muchas necesidades, etc., es un camino antinatural, y pernicioso.

    Hay un proverbio chino, que citaba Jung, según el cual, “el remedio adecuado en el hombre inadecuado, no hace el debido efecto”.

    Y es claramente el mensaje de la parábola citada por Salvador, del hombre expulsado de la boda, por no llevar “traje de boda”, (Mateo 22, 11-13). A la “boda” hay que ir bien equipado interiormente, si no, mejor no ir.

    • oscar varela

      HABÍA UNA VEZ tres hermanos cerditos que vivían en el bosque. Como el malvado lobo siempre los estaba persiguiendo para comérselos dijo un día el mayor:- Tenemos que hacer una casa para protegernos de lobo. Así podremos escondernos dentro de ella cada vez que el lobo aparezca por aquí.A los otros dos les pareció muy buena idea, pero no se ponían de acuerdo respecto a qué material utilizar. Al final, y para no discutir, decidieron que cada uno la hiciera de lo que quisiese.El más pequeño optó por utilizar paja, para no tardar mucho y poder irse a jugar después.El mediano prefirió construirla de madera, que era más resistente que la paja y tampoco le llevaría mucho tiempo hacerla. Pero el mayor pensó que aunque tardara más que sus hermanos, lo mejor era hacer una casa resistente y fuerte con ladrillos.- Además así podré hacer una chimenea con la que calentarme en invierno, pensó el cerdito.Cuando los tres acabaron sus casas se metieron cada uno en la suya y entonces apareció por ahí el malvado lobo. Se dirigió a la de paja y llamó a la puerta:– Anda cerdito se bueno y déjame entrar…– ¡No! ¡Eso ni pensarlo!– ¡Pues soplaré y soplaré y la casita derribaré!Y el lobo empezó a soplar y a estornudar, la débil casa acabó viniéndose abajo. Pero el cerdito echó a correr y se refugió en la casa de su hermano mediano, que estaba hecha de madera.– Anda cerditos sed buenos y dejarme entrar…– ¡No! ¡Eso ni pensarlo!, dijeron los dos– ¡Pues soplaré y soplaré y la casita derribaré!El lobo empezó a soplar y a estornudar y aunque esta vez tuvo que hacer más esfuerzos para derribar la casa, al final la madera acabó cediendo y los cerditos salieron corriendo en dirección hacia la casa de su hermano mayor.El lobo estaba cada vez más hambriento así que sopló y sopló con todas sus fuerzas, pero esta vez no tenía nada que hacer porque la casa no se movía ni siquiera un poco. Dentro los cerditos celebraban la resistencia de la casa de su hermano y cantaban alegres por haberse librado del lobo:– ¿Quién teme al lobo feroz? ¡No, no, no!Fuera el lobo continuaba soplando en vano, cada vez más enfadado. Hasta que decidió parar para descansar y entonces reparó en que la casa tenía una chimenea.– ¡Ja! ¡Pensaban que de mí iban a librarse! ¡Subiré por la chimenea y me los comeré a los tres!Pero los cerditos le oyeron, y para darle su merecido llenaron la chimenea de leña y pusieron al fuego un gran caldero con agua.Así cuando el lobo cayó por la chimenea el agua estaba hirviendo y se pegó tal quemazo que salió gritando de la casa y no volvió a comer cerditos en una larga temporada.
      ……………………………

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