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El Dios de las casualidades

No puedo estar más de acuerdo. Gracias, Gonzalo, por darnos este testimonio de tu vida en la que has ido respondiendo con fe y fidelidad a esos acontecimientos externos y mociones internas que te siguen conduciendo a la plenitud de tu misión única e irrepetible que a tantos nos enriquece. AD.

1. ¿Casualidades o Providencia?

       El programa “Buenas noticias TV”, de la comunidad evangélica, del domingo 6 de febrero trató de “El Dios de las casualidades” en el que cada uno de los participantes contó pequeñas anécdotas que habían marcado sus vidas, y en las que ellos ven ingenuamente (?) la intervención de Dios.

       La teología progresista de nuestra cultura occidental se ha propuesto defender la autonomía del ser humano y, como consecuencia, negar la intervención de Dios en nuestra Historia. De este modo borran la providencia de Dios, connatural en el Jesús de los evangelios.

       El A T se basa en estas intervenciones directas de Dios en la Historia: elige a los profetas llamándolos de viva voz o enviándoles un ángel (mensajero); interviene en sus guerras (de liberación y de invasión) separando las aguas del mar rojo o deteniendo el sol.

       El N T combina la intervención directa con la indirecta. Es muy significativo el pasaje del retiro de Jesús al desierto después de su experiencia mística en el Jordán. Marcos dice que el Espíritu lo empujó (intervención directa, Mc 1,11-2); Mateo, que Jesús fue conducido por el Espíritu (Mt 4,1); y Lucas, que Jesús fué en Espíritu al desierto (intervención indirecta, Lc 4,1 ¿en Espíritu o en espíritu? En ese tiempo no hacían distinción con las mayúsculas ni los signos de puntuación). Algo semejante ocurre con la asistencia ante los tribunales (Mc 13,11-12; Mt 10,19-20; Lc 12,11-12; Lc 21,14-15; Lc 14,26).

       Lucas desarrolla “Los Hechos de los apóstoles” como el tiempo del Espíritu, y le atribuye muy directamente su dirección del progreso cristiano. ¿Hemos de entender que el Espíritu determina quién y cómo debe viajar a otra región para anunciar el mensaje de Jesús? ¿o se trata de una decisión que los discípulos toman “en espíritu”? (Hechos 13,2; 16,6).

       Disiento en este punto de la teología progresista occidental, y considero que Dios no interviene directamente en nuestras decisiones, pero sí influye indirectamente, como influye  en nosotros un padre o un amigo.

       Si no podemos explicar quién, qué, cómo es Dios. Si no conocemos cómo se mantiene el equilibrio de fuerzas del universo. Si creemos que todo está conectado (el efecto mariposa). Si las leyes del macromundo no se corresponden con las leyes del micromundo. Si desconocemos el 90 % de las capacidades de nuestro cerebro. ¿Cómo podemos negar rotundamente la experiencia de Jesús, y de tantos cristianos y no cristianos, de que Dios influye en nuestra vida respetando nuestra libertad? ¿Será por nuestro orgullo? Juan Antonio Vinagre en su libro “En torno a la fe y la Iglesia” presenta la humildad como clave para el encuentro con Dios.

       Dios no es ni totalmente ajeno a este mundo, ni tan identificado que se diluya en él y desaparezca totalmente. Creo que Dios es inmanente y trascendente. Creo en el Dios vivo de Jesús, que actúa en nuestra vida con amor maternal a través de las casualidades.

 

2. El Dios de mis casualidades

  • De profesor de biblioteca a la pastoral de la calle

       Hoy puedo ver dos etapas en mi orientación teológica; una a ser profesor centrado en el estudio, y otra orientada al ministerio pastoral.

       Destinado a realizar un doctorado en Teología moral, propuse hacer la tesis sobre la ética de Aranguren, pero mi tutor rechazó esta propuesta; y no sé por qué decidí hacerla sobre El espíritu Santo en el libro de los Hechos de los apóstoles. Ahora veo que este cambio imprevisto por mí ha marcado posteriormente mi visión de la teología.

       El cambio hacia la pastoral se lo debo al profesor de teología moral, que me consideró propenso a la “ética de la situación” y propuso a mi superior que me sacara de Roma sin acabar el doctorado. Mi superior no acogió esa propuesta, pero no me recibieron como profesor en la Facultad de teología de Granada.

       Otra intervención casual, no prevista por  mí, fue mi destino a Chile, porque allí se necesitó sustituir al director del departamento de teología. Llegué a Chile con las ideas de la Conferencia de Medellín, la revolución del 68 de los estudiantes en París, y el gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende. Mi actividad se consagró a realizar en mi ciudad de Antofagasta las ideas del naciente “Cristianos por el socialismo”.

       En estas circunstancias complejas tomé la decisión de secularizarme, pero tuve que casarme civilmente por la negativa de mi obispo a conceder la dispensa. También tuve que regresar a España por las consecuencias del golpe de Estado de Pinochet y su “toma” de la universidad. En España tuve que dedicarme a un “trabajo alimentario”, como diría Buñuel, y con un desengaño de la teología y de las prácticas religiosas. Esta ruptura con las normas obligatorias de la Iglesia también ha tenido un efecto en mi vuelta a la teología, y me ha dado mayor libertad en su interpretación.

       Dentro de este largo periodo intervino otra vez el Dios de las casualidades en mi destino a Mozambique. Yo trabajaba en el Departamento de Formación de Renfe. Se necesitó, como en Chile, sustituir al asesor del Jefe del Departamento de Formación. A uno de los psicólogo de selección de personal se le ocurrió proponerme ese puesto a pesar de mis 61 años y a pesar de la tendencia oficial a las jubilaciones anticipadas.

       También mi convivencia en Mozambique con el jefe musulmán, con cristianos de resabios culturales animistas, y con protestantes, ha influido posteriormente en mi teología.

  • Vuelta a la teología

       Al jubilarme volví a España y, libre de “trabajos alimentarios” espontáneamente recuperé mi interés por la teología. Comencé a leer la Biblia entera, que no había leído ni en el seminario ni en mis años de teología; y a leer artículos de diversas revistas, constatando el giro de 180 grados que había dado la teología.

       Sin un plan previsto tuve encuentros que me facilitaron escribir algún artículo, pero la propuesta más inesperada, más casual, la recibí del Director de Fe Adulta, por indicación de un jesuita al que yo entonces no conocía. Y esta colaboración ha sido la base de mi desarrollo teológico, y me ha permitido la elaboración y publicación de seis libros.

       También la elaboración de algunos libros ha partido de una sugerencia casual e inesperada. La publicación de mi primer libro, aparte de la obligada publicación de la tesis de doctorado hacía ya 50 años, fue iniciativa de mis hijos con los artículos que había ido publicando en algunos blog. La elaboración del Comentario al evangelio de Marcos, el libro que más ha influido en mí, se la debo a la sugerencia de una oyente en una conferencia.

       La publicación en inglés de mi tesis sobre el Espíritu Santo me llegó por un email que me preguntaba si yo era el autor de aquella tesis publicada hacía años en editions du cerf. Xabier Pikaza, al ver que que aquella obra se había publicado en francés y en inglés, le propuso al Secretariado Trinitario que publicara el original español.

       La publicación de Espiritualidad y Religión se debe a la propuesta de un compañero de otros tiempos para dar un curso que no se realizó. Mi último libro “Leer la Biblia con Fe Adulta” se debe a la propuesta del Papa sobre el año de la Biblia y a la disposición de Fe Adulta de acoger un artículo semanal sobre este tema.

 

3. En conclusión

       Al recordar las vicisitudes de mi vida, descubro un sentido que yo no había previsto, y que se ha ido modelando unas veces con las decisiones que he tomado y otras veces a pesar de estas decisiones.

       Circunstancias casuales me han movido a tomar decisiones no previstas; amigos circunstanciales o amigos ya olvidados me han propuesto una actuación o una orientación que yo he aceptado, aunque no entraba en mis proyectos.

       Todo esto puede atribuirse a la casualidad de las circunstancias en las que vivimos, o puede atribuirse a la intervención indirecta del Dios de las casualidades, que “escribe derecho con nuestros renglones torcidos”, como hace tiempo que ha sabido interpretar la sabiduría popular.

22 comentarios

  • carmen

    Gracias Santiago

    Pues en paz estoy con Dios. Hace años, bastantes, llegué a un acuerdo con él.

    Mi idea ya está clara para aquellas personas que quieran entender lo que digo. He aportado todo lo que soy capaz de aportar a lo largo de seis mil comentarios. Y eso también ayuda un montón a sentirme en paz. No sé hacer más. Y que cada cual haga lo que crea oportuno.

    Ha sido muy interesante hablar con usted, estoy segura de que es mucho menos intransigente de lo que parece. Segura.

    Mucha suerte

     

  • carmen

    Me gustaría que quedase clara una cosa. Saqué a Dios de su infinita providencia porque no podía entender que fuese responsable de El Mal. Es decir, no decidí que Dios no me cuida porque no siempre me da lo que pido. De eso nada. Tuve que llegar al acuerdo conmigo misma de que si no era responsable de El Mal, tampoco lo es de las cosas buenas que me suceden. No me va un pensamiento único , selectivo, unidireccional, interesado… no me va. Si se piensa, se piensa hasta el final. Llegué al acuerdo conmigo misma de que como siento a veces esa sensación interior a la hora de tomar decisiones importante, a la hora de vivir situaciones muy duras, entendí que no era yo sola, era algo del exterior, y a la vez algo personal mío. Pero no decidía Dios, decido yo. Y a partir de ahí todo se calmó. Estoy tranquila. No niego a Dios. Cómo lo voy a negar si no sé lo que es?

    Me gustaría que mucha gente estuviese tranquila en relación con este tema de la espiritualidad o como le quieran llamar. No es cierto que a las personas en Europa no les interese este tema de la espiritualidad. No es cierto. De echo muchos se han pasado a los karmas, siguen buscando respuestas en El Universo. Como si el universo pudiese hablar. Menuda locura. Por eso he insistido tantísimo en esto . Creo que aquí resulto molesta y a la vez tengo el rol de dar aire dialogante en este tema. Porque para el diálogo hacen falta dos posturas, aunque se ningunee a una de las dos, está presente. Luego es un lugar abierto.

    Bueno, seguro que ya he llegado a los seis mil comentarios. Si no he conseguido transmitir lo que pienso y que creo tener el mismo derecho a ser considerada cristiana, no creo que lo consiga con seis mil más.  Ustedes si?

     

    • Santiago

      Si pudiéramos manipular a Dios y someterlo a todos nuestros deseos y caprichos, El estaría “perdido” y dejaría de ser el Ser Supremo e infinito..Sin embargo, Dios -sin dejar de amarnos- se encuentra en “otro plano” -de acuerdo apropiadamente a Su naturaleza divina..Está por encima de toda definición y fuera del tiempo y del espacio.

      Por eso, omnipresente parece ausente, omnipotente parece impotente. Pero esto sólo es aparente…Dios domina a los dominadores..Los seres humanos se agitan pero Dios los conduce misteriosamente hacia el encuentro con el bien…La voluntad de Dios se condiciona a nuestra libertad..no la fuerza…Podemos trabajar e intrigar, podemos hacer y deshacer, construir y abatir y sin saberlo, al mismo tiempo, obedecemos a la presencia invisible del Creador.

      Ejecutando los designios humanos, los seres humanos ejecutamos también los designios de Dios. Dios sólo permite el mal -no lo quiere- en la libertad nuestra para obtener un mayor bien. Lo que nos sucede es que nuestra humanidad finita no puede “ver” el eslabón de la cadena de un Dios infinito que por amor Se encarnó y se “bajó” a nosotros para salvarnos, y no puede percibir y entender como la permisión del mal puede conducirnos a El..

      En este mundo no veremos esta conexión del “eslabón perdido” pero seguro “lo veremos” en la otra vida, la verdadera, “creamos o creamos” pues los designios de Dios se realizan infaliblemente ya que nos demos cuenta de ellos o que nos pasen desapercibidos, ya nos convirtamos y aceptemos Su amor o lo rechacemos.. sólo El conoce y “modeló” cada corazón humano,…. y los “bienes de esta vida” y las “promesas que nos ofrece El en la vida eterna”, supera con mucho los MALES de este breve sueño que es la vida.. Quedémonos en la PAZ del Señor que es dada a los que aman y están en busca de la verdad.

      Un saludo cordial

      Santiago Hernández

  • carmen

    Lo que nunca podré entender, jamás, es porqué su manera de entender a Dios es compatible con eso que llaman cristianismo y que algunos, creo que usted también , a veces llaman seguidores de Jesús

    Comparto la manera de ver la vida de Jesús. Y aunque el mismo San Pedro, el auténtico, el cabezota de la barca me dijese: no te puedes considerar seguidora de Jesús porque no crees en su resurrección, le diría, con razón tu jefe te decía que no entendías nada.

    Pero bueno. Creo que es la última vez que lo voy a decir. De nada vale. Bueno, a mí sí me vale. Me da paz el decirlo. Creo que estás cosas se tienen que decir claramente. No valen escribir para que se lea entre líneas. Esa etapa pasó. Sé que no existo, pero también sé que otras personas que sí existen y con una existencia muy importante piensan así. Lo sé. Lo he leído. Lo he escuchado. Pero no lo quieren decir. Ellos sabrán. Qué cada cual tome sus decisiones.

    Me ha servido de mucho entrar en Atrio.He conocido a la iglesia con un poquito más de profundidad.

    En fin

     

  • Román Díaz Ayala

    En los años de hierro de la formación  de la nacionalidad  israelita, aquellos profetas  “sin libro”,  estaban imbuidos de aquella mentalidad en que los dioses patrios tenían  que ser los más  poderosos para ganarse la exclusividad de sus cultos.

    El Espiritu  de Yahvé le reveló a Elias, que Él  solo estaba en “el silbo suave”

     

  • carmen

    Pues sí, señor Revuelta.

    Las cosas son como son. Las buenas y las malas. Usted ve a Dios en lo bueno y en lo malo. A mí me da fuerza para superar situaciones difíciles. Porque no meto a Dios en el Mal. Y tampoco en el Bien que a nivel personal me sucede. No sé qué es, pero hace mucho tiempo que lo saqué del Mal. Y eso me llevó en mi cabeza a sacarlo del Bien. Pero a cambio de eso sé que me ayuda a tomar decisiones. No lo puedo considerar solamente en la parte que me interesa. O sea, no puedo. Mi cabeza no me deja. Pero sé que está. Es como una especie de Energía interna , o de claridad de ideas que a veces siento que me llega como desde fuera. No lo sé explicar mejor.

    Y, francamente, no veo gran diferencia. Quizás sea cuestión de herencia familiar, o de educación o de, pues no sé de qué  exactamente de qué, pero en algo tiene que estar la diferencia.

    No sé. La verdad. No sé.

    Pero desde luego lo que me es imposible creer es que lo bueno sucede por Dios y lo malo , por el Diablo? Ni hablar, para mí ese ser no existe. Vamos, ni hablar. La vida es algo extraordinario , literalmente, extraordinario. Y cómo la gestionemos es asunto nuestro. Y luego están los seres que disfrutan haciendo daño. Pero Dios nada tiene que ver  con ellos. Ellos sabrán. Sería estupendo que entendiésemos la vida de otra manera, pero somos como somos. Seres humanos. A veces horribles y a veces magníficos.

    Y sí, no hay nada como un bebé , de esos pequeñicos, que te dejan que lo acunes , que le des un biberón y se quedan durmiendico contigo. Nada es comparable a eso. Nada.

    En fin.

    Opiniones.

     

  • Santiago

    Gracias Gonzalo por tu comentario biográfico y teológico. Todos hemos pasado -en mayor o menor grado- por experiencias similares donde vamos viendo con más claridad como el invisible pero real misterio de la providencia divina nos ha conducido por caminos impensables..En mi caso, jamás pensé que el amor de ese Dios misterioso me concediera tantas gracias..una de ellas precisamente el poder comunicar mi pensamiento aquí entre la diversidad de tantas opiniones y el tener el privilegio de leerte, y de entender un poco más el camino que has transitado en tu fe..

    Yo mismo soy testigo de mi propia vida y como los duros y difíciles acontecimientos de mi vida-un poco similares a los tuyos- me hicieron profundizar mucho más en la verdad que se palpa a cada momento cuando lees “de corrido”, y en orden, la Escritura, particularmente los Evangelios.

    Por eso debemos los creyentes exponer lo que hemos aprendido tratando de “buscar la verdad” a través del paso inexorable de la vida que va llegando a su meta final sin retorno..

    Y es reconocer la absoluta soberanía del Misterio primario sobre todo movimiento de la historia..Toda la Escritura proclama esta verdad donde las “casualidades” sobran y que “los místicos lo experimentan”,  “los doctores lo explican” , “los santos lo viven” y es que lo que mueve al mundo y nuestras vidas es el “amor de Dios” incesante que quiere que todos lleguemos a El y al conocimiento de la Verdad Suma que reside sólo en El…y que todo conduce “al bien” de los que aman a Dios…Es pues encontrar el sentido de la vida y de la historia

    Un saludo cordial.

    Santiago Hernández

  • Amiga Pilar, mi cordial saludo a mi tocayo su adorado nieto Nicolás.
    Su expresión que comparto plenamente: “El gran Misterio…que nadie sabe quién es o que es…pero habita en nuestra entraña” me motiva a una reflexión más que con la mente con el corazón, con mis sentimientos más profundos. Yo creo que nos han saturado demasiado con definiciones, conceptos y doctrinas sobre Dios…mucha teología con lenguajes que ellos llaman apofáticos y catafáticos, que convulsionan nuestra mente, pero no nos ayuda a vivir esa experiencia profunda de lo divino, de ese Gran Misterio. No nos conmueve las entrañas para encontrar allí, como Jesús lo hizo, al gran Abbá.
    Me quedo meditando sus palabras: “Él, siempre está rodeándome, animándome, porque ya me fue dada la fuerza y capacidad, para que las personas busquen aquello que necesitan en cada circunstancia”…Gracias amiga Pilar.
    Un cordial abrazo.

  • carmen

    De acuerdo, Gonzalo

    Si hablamos desde un punto de vista personal, coincido contigo, salvo en alguna cosa.

    A mí sí me convenció el libro de Job, porque luchó contra Dios. Discutió. No aceptaba. No entendía. Y al final el que cedió fue Dios. Lo encuentro un libro fantástico. Pero esto es a nivel personal. Que cada cual resuelva.

    Claro que hay que hablar de Dios. Pero diciendo que no sabemos qué es. Lo importante es cómo nos comportemos.  Pero no se puede perder de vista esa dimensión espiritual que todos y todas llevamos en nuestros genes. Porque es una constante a lo largo de la historia de la humanidad. Por miedo? Por ignorancia? Por necesidad de sentirnos protegidos? Por el ansia de inmortalidad? Pues no lo sé, son las preguntas de siempre. Pero lo que no es de recibo es que los lideres espirituales de una cultura tan grande como la europea, con nuestros errores que seguro que han sido muchísimos y nuestros aciertos, que estoy segura que también los ha habido y ya me pueden decir misa, lo que no es de recibo es que nos abandonen a nuestra suerte por empeñarse en mantener un modelo que ya nos es imposible aceptar a la mayoría de los seres pensantes, porque hay unas lagunas enormes. No podemos ir en contra de nuestro razonamiento. Nadie, repito, nadie creo que intente entender, definir, saber exactamente qué es eso que llaman Dios. No es eso, en absoluto. Lo que no podemos es creer en algo que sin duda fue un gran modelo, pero ya no lo es.

    Eso es lo que jamás aceptaré. Si la respuesta es , pues vete, pues eso hemos hecho, nos hemos ido. Pregunto. Eso es ganar? Es ganar exactamente qué?

    Eso es lo que a mí me preocupa. Y no por mí, ni por vosotros, ni por mucha gente que conozco que ya tiene su vida montada , sus ideas más o menos aclaradas en la medida de lo posible. Nosotros no importamos. No sé cómo decirlo ya. El problema que veo es que o Europa se vuelve a radicalizar, cosa que no es tan improbable, o hay que dar un vuelco a todo, hay que recomponer muchas ideas, conceptos que han envejecido.

    Eso creo. Eso pienso. Eso digo. Y eso mantendré aunque no sé hasta cuando tendré fuerza para expresarlo. El problema es el futuro. Para mí la espiritualidad es una dimensión que ahí está y que es innegable. Y me pregunto qué se hace en Europa con ella?

    Me alegro muchísimo que creáis en la divina Providencia. Yo creo en que mi cabeza se abre a la hora de tomar decisiones. Y…? El auténtico problema es cuando te sientes profundamente, absolutamente solo para afrontar la vida. Porque las religiones nacieron para ayudarnos a afrontarla. Y qué está haciendo la nuestra en este momento ?

    Un abrazo.

     

     

     

  • Gonzalo Haya

     
    Agradezco a todos vuestros comentarios que me aportan el punto de vista de otras personas muy competentes, y también a mí me hacen pensar.
    El hablar sobre Dios resulta muy complejo; porque todo lo que digamos vosotros, y yo, los teístas y los panenteísta, y el mismísimo concilio Lateranense IV “tiene más de error que de acierto”.
    Entonces ¿es mejor no hablar de Dios? Sabemos que aquello que no se nombra, deja de existir para nosotros. Todo lo que, con buena conciencia, decimos sobre Dios nos descubre una faceta más, una vivencia. Pero los grandes problemas que nos plantea nuestra creencia en Dios no se solucionan con cambiarle de nombre; siempre resurge uno u otro de los extremos (contradictorios para nuestra mente) de nuestra explicación mental. Las aporías están en las entrañas mismas de nuestra filosofía.
    El origen del universo; su evolución ¿por azar sin sentido, o por el desarrollo de una potencialidad, de un sentido previsto?
    El fundamento de los valores éticos ¿son algo subjetivo por consenso de una mayoría, o tienen un fundamento objetivo?
    El problema del mal moral y del mal físico o cósmico. Este problema ya se planteó en el libro de Job, y no creo que la solución de Job, su experiencia personal de Dios, le satisfaga a nuestra cultura occidental.
    Creo que la raíz de estos problemas está en que la persona humana no es un sistema cerrado como el vegetativo. La razón, la autoconsciencia, la libertad, significan una apertura de nuestro sistema hacia la trascendencia; pero sólo una apertura, no un dominio de ese nuevo campo. Y en ese campo nuestros inteligencia conceptual se queda muy corta; sólo nuestra inteligencia sentiente percibe algo que no puede explicar. Percibe como un fogonazo de luz, que sólo puede explicar descomponiéndola en sus diversos matices de colores.
    La verdadera respuesta a esa llamada de la trascendencia no está en nuestras explicaciones, en el color que elijamos en ese arcoíris; la verdadera respuesta es nuestro comportamiento. Las explicaciones serán más o menos válidas según se ajusten a esos comportamientos.
    Cualquiera de estas explicaciones apenas tendrá repercusión en aquellos que ya han consolidado un comportamiento de a mor trascendente; pero algunas pueden ser perjudiciales en aquellos que aún no han consolidado ese amor trascendente.
    No me canso de repetir: ¡Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán (conocerán) a Dios.

     

    • Juan A. Vinagre

      Gracias, Gonzalo, por tu recuerdo, y en especial por tus referencias biográficas, que hacen pensar en una mano providente -gracia- que has sentido muy de cerca. A veces la gracia se disfraza de casualidades que, si bien las miras, en silencio, adviertes una presencia, acaso inefable.

      Una fe adulta no es para nada milagrera, pero no se niega a advertir el paso de Alguien, que participa en la construcción de nuestra figura  (si se lo dejamos.)   Creo que todo, de una manera u otra (a veces quizá difícil de entender- interpretar) es gracia, que ayuda a construirnos y a madurar…  Gracia que viene “donde nadie parecía”.  La gracia a veces se produce como un céfiro, que nos lleva a ver más lejos, a trascender.

      Si contemplamos despacio, en silencio, la propia vida, acaso muchos más de lo que pensamos, advierten una presencia suave, como el céfiro, que invita a caminar -a veces por caminos tortuosos-, en los que al fin descubrimos el sentido que enriquece nuestra vida, y “deja la casa sosegada”. (Perdón si me estoy metiendo en vericuetos demasiado oscuros…)

      Dentro de un contexto de fe adulta -que admite vivencias íntimas como gracia-, me vienen a la memoria unas palabras de S. Agustín, que transcribo así: Nos hiciste para ir más allá, y en el más allá encontrarnos contigo para ver mejor, totalmente bien, nuestro sentido…

  • Isidoro García

    La mente humana, a lo largo de millones de años de evolución como primate y humano, ha tenido que afrontar y sobrellevar, múltiples situaciones de grave estrés alimenticio o de seguridad, que ha puesto muchas veces en entredicho su supervivencia.

    Y las ha ido resolviendo, (cuando lo conseguía), con la creación y memorización de una serie de módulos neuronales, cognitivos/comportamentales, para resolver afortunadamente, múltiples situaciones estresantes, ya por el peligro que conllevaban, como por la duda e incertidumbre al afrontar algún tipo de situación novedosa.

    Eso se demostró, cando Skinner, demostró el fenómeno de las palomas supersticiosas, que ante una situación de hambre, asociaban y recordaban como positivas, experiencias que eran solo aleatorias.

    Hablaba yo hace poco de que el concepto del Dios personal, podía no ser más que un gadget, un artificio mental, para ayudar a resolver situaciones de estrés y ansiedad, que nos agobian continuamente en nuestra vida.

    Y leía hace poco que el mayor descubrimiento de la neurología y la psicología es que “La mente humana, (y el cerebro humano), es modular”. Está compuesta por una legión de módulos cognitivos-conductuales, que en algún momento de la historia humana, han servido para hacer la vida más vivible y más segura.

    Y esta multitud de “módulos”, o “zombies” mentales, luchan unos contra otros continuamente para acabar funcionando en nuestra mente. Por eso su forma de actuación se asocia a la de los virus.

    Según el psiquiatra Francisco Traver, “ya Jerry Fiodor había publicado un libro en 1983 con esta idea que por cierto ya había sido enunciada por Henry James, el padre de la psicología y no solo por él sino intuida por novelistas, escritores y poetas”. 

    Cada módulo, permanece latente y se activa mediante una alarma específica, y está especializado en una emoción determinada.

    Y de ahí el fenómeno señalado por Ana y Nicolás, de que siempre asociamos a “Dios” con los sucesos positivos, y no con los negativos. Es el mismo fenómeno de las palomas supersticiosas de Skinner, en las que solo se activaba el módulo, cuando salía grano en el experimento.

    • Alberto Revuelta Lucerga

      Mi experiencia, Isidoro amigo, no coincide con tu última afirmación. Mi padre murió con 40 años, dejó a mi madre con 33 y a los zagales, yo el mayor con 10 años. Nuestra madre nos enseñó a ver al Señor en el dolor y en la enfermedad y en la muerte y en la zumbona y murciana manera de reírse del mundo y ponérselo por montera cuando hay que hacerlo. No te voy a aburrir con lo que hemos pasado, pero sigo confiando en que en la vida y en la muerte somos del Señor. Da la riqueza y la pobreza, el dolor y la alegria, el cancer y superarlo. Por qué?. Porque nos ha traído a la existencia y la existencia es todo eso a la vez , lo bueno , lo malo, la pesaumbre y las entrañas  en carne viva por verle la cara a la muerte, por los enfermos. En esa Providencia, en ver al Señor en todo me he criado. Mi última nieta nacida tiene dos meses y me recuerda el salmo 8 ( de la numeración judía) “ las plegarias de los pequeños, de quienes maman todavía la leche materna son baluartes contra tus adversarios y confunden a tus negadores y enemigos”. Esa teología es la que sirve para vivir sin miedo y a tope. Por eso la teología oficial es un coñazo. Esta hecha por tipos que no tienen nietas que maman leche materna. Exageración?. Ni mijita.

       

       

  • Amiga Ana, ¡excelente!…Yo estaba rumiando precisamente esa interrogante que planteas al leer a nuestro amigo Gonzalo que siempre nos hace pensar, da trabajo a nuestra neuronas. “¿Le adjudicamos a Dios-Providencia solamente las cosas buenas?. Y cuando te ocurren cosas de muchísimo sufrimiento que no obedecen a decisiones propias ¿a quién se las adjudicamos?”. Terribles interrogantes que sacuden el alma; tormento de los teólogos más esclarecidos. El bien y el mal. Con cierto miedo me atrevo a ensayar mis respuestas a esas enormes interrogantes: Dios creó este universo cuya esencia y ADN es la ley de la RELATIVIDAD. Me explico: para que haya  el bien y que el hombre pueda entender y experimentar el bien, necesariamente tiene que haber el mal, tenemos que entender y experimentar el mal …si no existiera el mal no existiría el bien. Y si no existiera el bien no existiría el mal. Otro ejemplo: Si yo digo que soy feliz, necesariamente tengo que saber que es y cómo es ser infeliz. Si digo que tengo calor, necesariamente tengo que saber y haber experimentado cómo es tener frio. Si yo digo que estoy vivo es porque se que hay muerte, que algún día voy a morir
    Entonces.  ¿Dios creó el mal?…terrible pregunta…Yo diría sí y no: Si, Dios creo el mal. porque creó el bien…porque creó este maravilloso universo y sus leyes como la ley de la relatividad que da sentido y vida…Dios no creó el mal…si pensamos que Dios creó el mal intencionalmente para hacer sufrir y aniquilar con todos los males  a su creatura que es el ser humano, entonces mi exclamación es ¡NO! Dios no creo ese mal…Dios creó la muerte—que malo es Dios…No, Dios  creó la vida y  la otra cara de la medalla de la vida es la muerte. Son mis reflexiones en alta voz. Si me equivoco…perdonar es divino.

    • ana rodrigo

      Nicolás, gracias por tu comentario. Procuraremos no usar el nombre Dios en vano

    • mª pilar

      Amigo Nicolás, (me hace mucha ilusión su nombre) mi nieto mayor así se llama y lo quiero con todo mi ser; así que gracias por su nombre.

      El gran Misterio…que nadie sabe quien es o que es…pero habita en nuestra entraña. Cuando lo escuchamos, he intentamos saber de Él, se nos manifiesta, cuando lo acogemos …en mi caso desde Jesús…se convierte en luz, en fortaleza, y de alguna manera en presencia sin rostro ni nombre, pero que está presente…para..:

      Que, cada persona que lo acoge, venga de donde venga y sea quien sea, va comprendiendo que todo está en sus manos, y entonces comenzará ha buscar el camino para ir solucionando lo que le acontece, sea esto por su propia causa, o devenido por causas externas.

      Debemos crecer, para comprender, que todas las soluciones tienen respuesta y esta, saldrá de nuestra capacidad para buscar; bien pidiendo consejo, ayuda, y fuerza, ahí donde puede encontrarse.

      Él, siempre está rodeándome, animándome, porque ya me fue dada la fuerza y capacidad, para que las personas busquen aquello que necesitan en cada circunstancia.

      El gran Misterio que nos envuelve, siempre está presente en todo cuanto nos rodea, y quien de alguna manera lo busca, hallará la fuerza y en esa búsqueda, sabrá por donde tiene que comenzar.

      Si leyéramos los evangelios con atención, comprenderíamos, que no es el camino “pedir que pase” sino ponerse en camino para solucionar…cualquier cuestión…que debemos aclarar o solucionar.

      Jesús lo comprendió y salió con toda su fuerza afrontando cuanto le pusieron delante; en ese momento,  quien tiene que tomar las decisiones y el camino a seguir, es la voluntad de cada cual.

      Quien lo busca…lo encuentra…y está en cada persona que así lo desea y opta por ese caminar; nadie dice que será sencillo, pero sí:

      Con toda seguridad, nos dará la…¡Vida!…y ésta será abundante, y  será fructífera para quienes opten por acogerlo.

      Un abrazo.

       

  • ana rodrigo

    Si Dios es un misterio inalcanzable, la vida vegetal, animal y humana no se queda atrás. La vida no humana, vegetales o animales, funcionan porque sí, no se hacen preguntas, porque hay unas leyes en la naturaleza que las guía; algunas especies animales tienen una determinada inteligencia y unos determinadas emociones y conductas que a mí me da que pensar mucho. ¿Anda el Dios-personal por ahí? Menos mal que ayer se decretó una ley de protección y cuidado de los animales, porque hay que ver lo que sufren emocionalmente algunos animales.

    Los seres humanos funcionamos dentro de una sucesión de sucesos, unos por decisión propia y otros no se sabe  porqué, aunque la gestión individual dependa de decisiones propias. Yo, si me pusiese, podría escribir un extenso libro de casualidades increíbles.

    Pero aquí viene el problema que yo me planteo: ¿Le adjudicamos a Dios-Providencia solamente las cosas buenas? Y cuando te ocurren cosas de muchísimo sufrimiento que no obedecen a decisiones propias ¿a quién se las adjudicamos?

    ¡Que Dios nos ampare! se dice con frecuencia. Aunque hay rachas que parece que dios se ha ido de vacaciones. Yo nunca meto a Dios en lo que me ocurre, porque si lo hiciese sería una atea recalcitrante, y afronto la vida como se me presente, lloro cuando toca, sufro cuando no me queda otro remedio y hago todo lo que esté en mis manos para disfrutarla.

    Ufff, Gonzalo, ¡menudo tema!

    Gracias y un abrazo.

  • carmen

    O a lo mejor Jesús de Nazaret tiene copyright. No lo sé. El cristianismo, quizás.

  • carmen

    Y, entonces, a mí qué me protege?

    Si no puedo creer en el Dios que creía Jesús ya no se vale nada?

    Pues bueno. Pues a mí algo me protege. Pero porque mi cabeza como que se abre, la decisión es mía. No puedo variar la realidad que me rodea, pero puedo tomar decisiones. Eso no se vale? Tengo que creer a la fuerza que Dios marca los caminos? Pues no lo creo. Yo elijo. Las cosas suceden y muchísimas veces por las acciones humanas. Soy yo la que tengo que tomar la decisión. Nada viene marcado. Espero. Porque como venga todo elegido, me voy a tener que borrar otra vez y está vez no pienso discutir con Dios ni nada, sencillamente lo voy a mandar al cielo, que es su sitio.

    Eso, justo eso es lo que nos aleja a un tipo de personas. El DIOS lo quiere. Dios lo prepara todo.

    Pues genial y hasta luego.

    Y por eso no me gusta menos ni más que a nadie la figura de Jesús de donde sea. De eso nada. Porque ese muchacho no es propiedad de nadie. Ha trascendido a la historia . Es un personaje universal.

     

  • Alberto Revuelta Lucerga

    ¿Como puedo seguir a Jesús Nazareno, sin tener a Dios en los circuitos cerebrales y en las entrañas?. Pablo se lo advirtió a los corintios, si sólo seguís a Jesús como un hombre en este mundo sois los más desgraciados de los hombres. Así Gonzalo, me apunto a ver en las zancadillas,  vericuetos, torpezas, pecados y cosas dignas que he vivido en mis años a cuestas el soplo del espíritu con minúscula o con mayúscula. Desde niño he tenido la inmensa suerte de saber que estoy en manos de Dios aunque me ha acogotado a menudo, pero nunca me ha dejado caer. Ilumina leerte.

  • carmen

    Pues yo tengo un Dios, que no lo llamo Dios porque no sé si es Dios, que me dice al oído: haz esto. Ya.

    Siempre he dicho que algo me protege. Muchas personas sonríen, pero es cierto. En situaciones de esas clave , en las que hay en juego algo importante o muy importante, no falla. Y me tiro de cabeza, salga el sol por Antequera. Y hasta ahora han sido decisiones, duras, claro que han sido duras, pero las mejores dentro de que estaba viviendo un puro desastre. Todos vivimos desastres a lo largo de nuestra vida.

    Y no creo en ese Dios cristiano. No. No sé en qué creo pero sé en lo que no creo. Tampoco creo en la divina Providencia, si eso fuese cierto, bueno, no puede serlo, nos iríamos a un mundo de Walt Disney y aunque me encanta sé que solamente existe en mi imaginación. Y en la de muchas personas.

    Una vez, hablando con una directora monja y normal, de secundaria me dijo algo que me descolocó. Le conté que desde que mi madre murió, la tenía como cerca, me protegía, algo me decía por ahí no vayas. Oye, un convencimiento brutal. Ella callaba y después me dijo algo así como yo no sé eso que dices, pero tiene toda la pinta de ser una vivencia de Dios. Estaba yo entonces para que me hablasen de Dios. No lo podía resistir. Tenía unas peleas en mi cabeza de órdago a la grande. De esto pude hacer como treinta años. Éramos de edades muy parecidas. Jamás hablaba de Dios y esas cosas, por eso me gustaba. Además de que teníamos su respaldo en todas las locuras que se nos ocurrían, que no eran pocas. Un colegio superdivertido.

    Bueno, pues ha pasado el tiempo y han sucedido muchas cosas en mi vida, como en la de todos y todas. Sigo pensando que algo me protege. Y la gente sigue sonriendo. Pues bueno.

    Pero no es ese Dios, en caso de que fuera, no es ese Dios de la infinita providencia, en absoluto, es algo que no sé qué es, que está dentro de mí y fuera . No lo sé explicar . Pero sí sé que si digo y pienso fuerte, por favor, por favor… Al cabo del tiempo de repente me llega una respuesta. Pueden pasar horas, días, semanas, pero de repente, zas.

    Porque, con todos mis respetos, nadie sabe lo que es Dios. No hay un solo Dios verdadero. Hay tantas manifestaciones como las personas necesiten. Porque Dios es un misterio. Y habría que ir cambiándole el nombre. Y nadie, nadie tiene la exclusiva de Dios. Nadie.

    Y que cada cual crea en lo que pueda. Pero, déjenme que insista y perdón por hacerlo. El que determinado grupo de personas, por muy grande que sea ese grupo y mucho poder tenga, su creencia en un determinado Dios no lo hace el único Dios verdadero.

    Y sigo insistiendo. La gente sigue buscando respuestas. No estamos en un mundo ateo y sin Dios. Eso es una falsedad y de las gordas. Estamos en un mundo donde el Dios que nos han contado no nos vale. Pero eso es inaceptable, porque Es el Verdadero.

    No?.

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