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Nuestra Etica para nuestros Tiempos

Aldunate 3Artículo de José Aldunate hace un cuarto de siglo

Tarea de todos y también de la Iglesia

Nuestro artículo tiene tres partes. La primera, expone la necesidad absoluta que tiene la humanidad de una ética que responda a nuestros tiempos. Esa necesidad la compulsaremos en tres ámbitos: en el mundial, en el latinoamericano y en el más reducido de nuestro Chile.

Una segunda parte buscará señalar las características de esta ética universal.

La tercera parte se pregunta de dónde surgirá esta ética. ¿Cuál es el papel que tendrían en esto las religiones y las iglesias? Y más particularmente ¿Cuál podría ser la contribución de la Iglesia Católica en la gestación y elaboración de esta ética?

  • 1. Necesidad absoluta de una ética universal para nuestros tiempos

Empezando por la necesidad de un orden mundial, está la tesis brillantemente defendida por Hans Kung en su obra reciente: “Proyecto de una ética mundial”. La humanidad no podrá sobrevivir sin una ética mundial.

Saltan a la vista las absurdas y suicidas inmoralidades de un desarrollo sin norte y sin guía. Cada año se gastan 900.000 millones de dólares en armamentos militares, pudiendo con esta cantidad dar techo a 300 millones que no tienen vivienda y solucionar en pocos años todo el déficit de habitación mundial. Cada año se destruye una superficie de bosques -que son el pulmón del globo- en una extensión equivalente a tres provincias de Chile y se termina para siempre con 360 especies animales vegetales que son parte de nuestro patrimonio genético. Cada año se destruyen alimentos y se limita su producción. Cada año mueres 12 millones de niños de hambre y la mayor parte de la humanidad está bajo el nivel de la pobreza y no puede alimentarse como debería. Estas situaciones arguyen la absoluta no vigencia de criterios éticos.

El enorme desarrollo tecnológico está pidiendo a gritos su complemento de alma: convicciones éticas. Está por de pronto el poder nuclear capaz de destruir el universo. El desenfreno en la producción tiene a agotar la naturaleza por una parte y convertir el mundo en un basural por otra la información y comunicación mutuas, cada vez más plena y directa, pide a nivel ético un lenguaje común para que sepamos entendernos realmente. En una palabra, como lo explica bien Teilhard de Chardin, la conciencia colectiva de la humanidad tiene que ir asumiendo la responsabilidad por el futuro del hombre y de su evolución. Todo esto nos habla de una ética colectiva que oriente esta conciencia.

Los pensadores de nuestros tiempos, las Universidades, los organismos internacionales y los jefes religiosos han tomado conciencia de esta situación mundial y buscan soluciones. Nos tocó participar en noviembre de 1990 en un simposio convocado por la Goetheuniversitat de Frankfurt que buscaba un concepto compartido sobre derechos humanos que pudiese orientar las diversas culturas y filosofías de las cuatro partes del mundo. Ese mismo año, el World Economic  Forum de Davos organizó otro congreso alrededor del tema: “¿Por qué necesitamos modelos éticos globales para sobrevivir?”. La UNESCO se ha preocupado del papel de las religiones mundiales en la construcción de la paz y el Papa Juan Pablo II reunió a representantes de todas las confesiones en Asís para rogar por la paz.

La urgente necesidad de una ética mundial se aplica también a Latinoamérica que está cada vez más integrada al mundo y participa de sus contradicciones y amenazas para la sobrevivencia. Pero Latinoamérica tiene también una coherencia regional que debería imponer una mayor integración y solidaridad.

La homogeneidad religiosa racial e histórica de nuestros pueblos hacen más factible la elaboración de una ética universal y su implementación. Los problemas que exige para su solución un talante ético son también más homogéneos: la pobreza, el contraste entre ricos y pobres, el militarismo y armamentismo, la marginación de los indígenas, el comercio de drogas y la corrupción funcionaria. La violencia bajo todas sus formas.

En este quinto centenario de las Américas, conviene plantear fuertemente esta exigencia, la de una ética que responda a las necesidades y aspiraciones de esta patria grande de Bolívar y San Martín.

Y hablando finalmente de Chile, nuestro país sufre además contradicciones y aporías propias de un tránsito desde un régimen de dictadura hacia una democracia. Indudablemente, en dos años, se han creado espacios en que la libertad y la eticidad han comenzado a florecer. Pero el imperio de la verdad, la justicia y la reconciliación se ve aun notablemente entrabado. ¿Cómo llegar a un auténtico estado de derecho cuando rige la impunidad para atroces crímenes y hay todo un género de ciudadanos que viven exentos de la obligación común de dar cuenta de sus actos? Se habla de soberanía del pueblo y éste no tienen manera de hacer valer su voluntad frente a las disposiciones arbitrarias que le han impuesto. Se proclama la vigencia de los derechos humanos y el 41% de la población no tiene derecho real a los medios más esenciales de vida. A pesar de esta realidad, se pregona el gran éxito de nuestro sistema económico. Estos absurdos y otros muchos están en cierta manera encubiertos por las instancias jurídicas, económicas y políticas que están en juego. ¿No faltaría una instancia ética que pudiese revelar la hipocresía de lo jurídico y la inoperancia de lo político, y haga sentir su peso para encaminar nuestra marcha en servicio del hombre real?

Esta es precisamente nuestra tesis: hace mucha falta, para este tránsito a la democracia, una instancia ética. Este vacío no lo llenan las iglesias que han manifestado inhibición para actuar en este terreno de lo contingente. Tampoco han logrado las instituciones de derechos humanos situarse eficazmente en este nuevo contexto político.

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  • 2. CARACTERISTICAS DE ESTA ÉTICA UNIVERSAL
  • Ha de ser una ética universal, ecuménica (de todo el mundo habitado), es decir, no vinculada a lo particular (raza, religión, ideología, intereses, partidos…). Debe tener la aceptación de las mayorías conscientes, reflejar sus opciones fundamentales.
  • Debe ser una ética de responsabilidad. Ha de hacerse responsable del mundo y de su futuro, del pleno desarrollo de la humanidad. Se le juzgará por sus resultados.
  • Su meta ha de ser humanizar la humanidad. Que ésta pueda realizarse más plenamente, individual y socialmente, desarrollar sus rasgos constitutivos, no solamente su racionalidad sino también su afectividad y demás capacidades, su capacidad de relación y solidaridad, su capacidad de acción y transformación del mundo.
  • Será una ética histórica que asume toda la evolución de la humanidad, su pasado, su presente y su futuro. Una ética holística o global que forma al hombre en todas sus dimensiones y dentro del mundo físico que lo enmarca y condiciona. Una ética por tanto ecológica.
  • Será una ética liberadora de todas las violencias y esclavitudes, tanto colectivas (encarnadas en las instituciones: costumbres, leyes, religiones, sistemas, símbolos, etc.) como personales (centrada en la conciencia).
  • Será una ética dialogal, fruto del encuentro y comunicación de todas las lenguas y culturas. No excluirá a priori ninguna partícula de la verdad del hombre. En especial dialogará con las ciencias, las tecnologías, el arte, la filosofía y el sentir del pueblo.
  • Dialogará particularmente con las religiones y con sus instituciones morales o éticas, tanto teóricas como prácticas. Las convocará no solamente para escucharlas sino para lograr su cooperación a la obra común de promover la humanización del mundo, condición de su propia sobrevivencia.

Estas -nos ofrece- sin las características que tendría que tener una ética que quiera responder a un gran vacío que nos ostenta el mundo moderno. Unos han denominado esta ética, una “ética minimal” que ofreciera el mínimo común exigible de obligaciones para todos, otros “una ética cívica” o “una ética ciudadana” o “una ética secularizada”

  • 3. ¿Cómo surgirá esta ética de los tiempos nuevos? Contribución de la Iglesia

Parece indudable que esta ética no se da, al menos en un grado ponderable. Precisamente, por este “vacío”, está el mundo como está. Pero entonces muchas preguntas se nos ofrecen. ¿Por qué se ha producido esta falla que podría ser tan fatal en la evolución de la humanidad? ¿Dónde están los obstáculos y las responsabilidades? ¿Qué hacer ahora para remediar esta diferencia? ¿A qué elementos positivos se podría recurrir?

Para responder estas preguntas necesitaríamos el concurso de psicólogos sociales (o tal vez psiquiatras sociales), historiadores, filósofos, teólogos, etc. Hemos de dejar estas preguntas abiertas, porque nos falta espacio y competencia para abordarlas aquí. Y también porque queremos concentrarnos en una pregunta más particular: ¿Cuál podría ser la contribución de la Iglesia Católica en la gestación y elaboración de esta ética? Y esto, tomando en cuenta el triple espacio que demanda esta conducción ética; el espacio mundial, el latinoamericano y el de Chile, nuestra patria.

Ante todo, situemos a la “ética cristiana” frente a esta otra que postulamos para el mundo de hoy. Nos ayudará un poco de historia.

La Iglesia ha sido con su doctrina y con su ética, la “Madre y Maestra” del “occidente cristiano”. Impregnó el imperio romano, educó a los bárbaros, forjó las nuevas nacionalidades de Europa, irradió a través de conquistas colonizadoras y la predicación misionera, sobre todo el mundo. La pregunta es: ¿qué pasó que esta ética cristiana, propalada por la Iglesia, no llegara a constituir una ética para el mundo?

Hay, en la Iglesia, quienes porfían de que no puede haber otra ética para el mundo. Pero históricamente comprobamos que esta ética no ha sido eficaz para combatir los elementos de corrupción y asegurar la sobrevivencia del mundo moderno.

¿Dónde ha estado la falla?

Una educadora debe reconocer el momento en que su pupilo deja de ser niño y se va volviendo adulto y responsable. Nuestra hipótesis es que la Iglesia no supo reconocer oportunamente esta evolución.

Lo que llamamos “modernidad” entró en la cultura occidental con el Renacimiento, y más plenamente con la Ilustración (s.17 y 18, Independencia américa y Revolución Francesa. Los Derechos Humanos y la Democracia.) La Iglesia tardó dos siglos en darle un pleno reconocimiento. Esta tardanza fue fatal.

Efectivamente, fue el Concilio Vaticano II (1962-65), el que marca el final de una mentalidad de Edad Media y de una ética de Cristiandad y abrió la Iglesia al mundo moderno. Fue un vuelco copernicano, como enfatizó Pablo VI, en que la Iglesia se constituyó “servidora del mundo”.

Para poder servir al mundo, la ética cristiana deberá dar dos pasos:

El primer paso es renovarse ella misma, “modernizarse” en un buen sentido, dejar de ser la “ética de Cristiandad”. No logró hacerlo en el mismo Concilio Vaticano II; la renovación, comenzaba por Bernard Haring y quedó bloqueada. Pero la moral cristiana se ha ido renovando en el post-concilio, no sin graves dificultades.

El segundo paso, es que la ética cristiana entre a dialogar con las demás instancias que influyen en las conducta y motivación de la humanidad, con las grandes religiones, con las ciencias y tecnologías, con los movimientos de la historia. Dialogar quiere decir ante todo escuchar.

Este diálogo es también parte de la renovación de la propia ética cristiana. En realidad, no hay real diferencia entre estas dos fases: una ética cristiana renovada se sabrá situar en un contexto mundial y no será por esto menos cristiana.

Estas, nos parece, son las condiciones para que la ética cristiana pueda retomar el papel que Cristo le entregó de dar la vida al mundo. Deberá dialogar con un mundo que ya es mayor de edad… o que, por lo menos, se siente tal.

No podemos, en esta síntesis histórica, omitir un generoso esfuerzo que hizo la teología cristiana para adecuarse al desafío de sus tiempos y crear una moral para toda la humanidad. Frente a los tiempos modernos, la renovación escolástica de los siglos XVI y XVII, continuada más tarde por la neo-escolástica de Jacques Maritain ha desarrollado toda una línea de “ley natural”, en búsqueda de una moral “autónoma” valedera para un mundo mayor de edad que no quiere admitir los postulados de la fe. Juan Pablo II ha dicho que la contribución de la Iglesia, “Experta en humanidad” es una concepción del hombre y de la sociedad.

Estas iniciativas están muy enmarcadas en una filosofía aristotélico-tomista. Hemos de ser cautos en asumir estos conceptos de “naturaleza humana”, porque a veces cargan mucha ideología y no han sido sometidos a un diálogo con las ciencias y con la historia.

Confirma lo dicho toda la trayectoria de la “Doctrina Social de la Iglesia” que ha debido, a partir de la realidad, buscar una nueva constitución epistemológica para llegar a ser relevante en la sociedad moderna.

Concluimos pues diciendo que la moral cristiana debe dejar de ser una moral de la Cristiandad; debe dialogar con el mundo y con la historia. Así podrá asumir, junto con las demás fuerzas vivas de la humanidad, el desafío de crear una ética que asegure el futuro de la misma humanidad.

Pasemos ahora al escenario latinoamericano. Para que podamos contar con una ética continental, ¿cuál podrá ser y debe ser el aporte de la Iglesia?

La Iglesia, católica principalmente, por cierto ha sido en esta parte del mundo y desde 500 años, la “La Madre y Maestra”. Ha forjado el talante ético y cristiano de nuestras mayorías. Pero ha sido igualmente una madre demasiado posesiva que no comprendió a tiempo -aún ahora no todos en ella parecen comprender- todo el alcance de la aspiración a la justicia y a la libertad que ha agitado y sigue agitando a estos pueblos.

Persisten aún mentalidades conservadoras de Cristiandad.

La inadecuación de la ética de Cristiandad se hizo patente en los movimientos de independencia nacional de principio del siglo pasado. Pero ya de antes arrastramos un pecado original: el de haber aplastado la ética y las culturas de los pueblos indígenas, junto con su religión, imponiendo las de la nación conquistadora. No creemos que baste deplorar este hecho como algo del pasado. Tenemos que expurgar este pecado y asumir actitudes nuevas.

La Iglesia latinoamericana se prepara para proclamar en la Cuarta Conferencia Episcopal en Santo Domingo, las líneas de una nueva evangelización. Esta implicaría lo que estamos necesitando con extrema urgencia: una ética para Latinoamérica, que responda a las angustiosas y amenazantes realidades que la afligen.

Esta ética deberá derivarse pues del examen de estas realidades. De aquí partirán nuestros obispos, conforme al método: “ver-juzgar-actuar”. El peligro siempre está en que la mentalidad conservadora de muchos falsee esta dinámica y termine con imperativos de acción que ya no responden a nuestras realidades sino a sus propios esquemas conceptuales. Ciertamente que no nos servirá una ética de principios abstractos, a-históricos, incapaces de transformar nuestra realidad.

Esperamos de Santo Domingo una ética liberadora, que haya descubierto en nuestro difícil devenir, en este “revés de la historia” la obra del pecado y también el proyecto de Dios y se aboque a la tarea de rehacer, con la cooperación de todos los hombres y mujeres de buena voluntad un camino de desarrollo integral en justicia y fraternidad.

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Para terminar, digamos algo muy breve sobre lo tercero que nos propusimos.

Hemos hablado de la necesidad que tenemos en Chile de una instancia ética que nos oriente y apoye en el difícil tránsito hacia una verdadera democracia. Nos preguntamos ahora cuál ha de ser en esto el papel de la Iglesia.

Como hemos indicado, este camino hacia la democracia no puede estar entregado a condicionamientos puramente económicos, ni puede ser conducido por criterios solamente políticos, sino que debe encarnar los valores éticos de respecto a los derechos del hombre, austeridad de la vida, justicia y reconciliación, igualdad y fraternidad.

La Iglesia chilena, en los 17 años de dictadura, ha hecho todo un aprendizaje. Ha aprendido a jugarse en forma muy concreta en la defensa de los derechos humanos, dentro de la contingencia de todas clases de atropellos reales. Y esta defensa práctica del hombre, ha tomado posiciones frente a los poderes de la dictadura. No ha temido hacer la política contingente que se da en la defesa del hombre.

Ahora bien, es necesario que la Iglesia continúe en este terreno si ha de contribuir a crear esa instancia ética que nos hace tanta falta. Para esto ha de escuchar y dialogar con los demás agentes de nuestro acontecer, aportando su propia perspectiva.

Desgraciadamente, se advierte una tendencia regresiva en los ámbitos eclesiales, en el sentido de abandonar el terreno de lo contingente, para reconcentrarse en “lo propio” que vendría a ser religión y la moral cristiana. Pero esta moral, tal como se la concibe, abstracta, retórica, legalista, no interesa al ciudadano del mundo. No sirve para entregar vida y salvación al mundo.

La Iglesia chilena contribuirá a esta ética que postulamos, y ayudará a Chile en su tránsito a la democracia si mantiene este camino de servicio real a los derechos humanos que le ha conquistado prestigio, y si lo consolida en un diálogo abierto con todas las fuerzas vivas y sanas de la nación.

C o n c l u s i ó n

Hans Kung en su obra que hemos citado y que ha inspirado en parte este escrito, “Proyecto de una ética mundial” sintetiza su exposición en la siguiente tesis:

  • No hay supervivencia sin una ética mundial
  • No hay paz mundial sin paz religiosa
  • No hay paz religiosa sin diálogo entre religiones

Nosotros hemos querido situar su reflexión, netamente europea, en esta América y en este rincón del mundo y pensar qué significa este mensaje de salvar el mundo para nuestro quéhacer de cristianos comprometidos.

Me parece que las siguientes conclusiones pueden derivarse de lo expuesto:

  1. Es de extrema urgencia crear una ética de nuestros tiempos no solamente a escala mundial sino también a escala latinoamericana y de nuestro propio país.
  2. Para contribuir a esta ética para nuestros tiempos, la ética cristiana de asegurar su cobertura a la modernidad y a las otras éticas propias de otras religiones y culturas, Hans Kung habla de la paz religiosa. Una ética de Cristiandad es una ética no desprovista de violencia, que cae fácilmente en el fundamentalismo, el integrismo, el sectarismo, como lo ha demostrado la historia, y la propia historia de la “evangelización” de nuestro continente (“evangelización” entre comillas, porque tantas veces ha sido violenta e impositiva, muy lejos de ser una “buena nueva”).
  3. La ética cristiana no solamente ha de abrirse a otras culturas sino ha de dialogar activamente con ellas, dispuesta a dejarse enseñar y construir juntos una ética para el mundo, que no necesariamente será igual que una ética para el cristiano.

Publicado en revista “Reflexión y Liberación” n° 13 . Mayo de 1992. Y reproducido en junio de 2017.

23 comentarios

  • Santiago

    La ética no surgió de la Nación, sino que se inició con la vida misma…pues desde la pre-historia humana existían ya normas que regulaban la conducta humana en cuanto a la organización y el comportamiento del grupo familiar, como se ve en los monumentos arqueológicos antiguos, en las costumbres funerarias, en la medicina pre-histórica, y en el arte y la escritura rupestre….La primitiva ética ,que ya existía en la familia,  obviamente fue creciendo y  dio logar mucho después a la formación de pueblos y  las naciones que elaboraron las Constitutuciones..Por eso, los valores morales primitivos  surgieron de las familias y se han venido desarrollando y definiendo a través de los siglos, con el aumento de la población…El Estado, no hay duda, que puede intervenir positivamente en mejorar la condición humana, física y éticamnete, que es uno de sus deberes, sin embargo la reflexión sobre la moral corresponde fundamentalmente al ser humano, individual y colectivamente..

    Por eso, la ética en general, no puede ser exclusivamente ser subjetiva y autónoma, e independiente…Tanto el teólogo Hans Kung como el moralista José Aldunate, establecen normas para la elaboración de una ética mundial..para que pueda existir un diálogo y un consenso que pueda establecer un compromiso y ser, entonces, efectiva… y pueda ser aplicada a gran escala…Hay muchos puntos en que el consenso es universal…

    Si el dogma se entiende como verdad, entonces, aparte de la religión, también existen dogmas en la ciencia en general y en la filosofía, porque éstas disciplinas tienen “verdades” que no se pueden negar “a priori”…Esta proclamación de lo que se presenta como  cierto NO ha de ser forzosamente reduccionista, ni coactiva, ni tiene porque lesionar la libertad individual…Siempre podemos aceptar o rechazar la afirmación que se nos  presenta, ya sea filosófica, científica o teológicamente como verdadera..porque para poder creer en algo, nuestro intelecto tiene que asentir en la proposición que se nos enseña o presenta….

    En cuanto a la moral cristiana, ésta llegó a su plena realización con la presencia y la Revelación de Jesús de Nazaret…Por tanto, recibimos de El la definición de lo que creemos..Esta fe es revelada en cuanto a su contenido, pero autónoma en cuanto su ejercicio, ya que somos libres para aceptarla o no, y libres, por tanto, también, en cuanto a nuestra responsabilidad personal…Y así el Concilio Vaticano II afirma que “la persona human tiene derecho a la libertad religiosa” que consiste “en que todos los hombres han de estar inmunes de coacción….y esto de tal manera que en materia religiosa ni se obligue a nadie a obrar contra su conciencia, ni se le impida que actúe conforme a ella, en privado y en público, solo o asociado con otros….Declara, además (el Concilio) que el derecho a la libertad religiosa está realmente fundado en la dignidad misma de la persona humana, tal como se la conoce por la palabra revelada de Dios y por la misma razón natural…Todos los hombres..por ser personas, es decir, dotados de razón y de voluntad libre, tienen la obligación moral de buscar la verdad….a adherirse a la verdad conocida y a ordenar su vida de acuerdo a las exigencias de la verdad…Pero los hombres no pueden satisfacer esta obligación de forma adecuada…si no gozan de libertad psicológica, al mismo tiempo que de inmunidad de coacción externa. Por consiguiente el derecho a la libertad religiosa no se funda en la disposición subjetiva de la persona, sino en su misma naturaleza” (Conc. Vat. II, Declaración sobre la Libertad Religiosa, “De Iure Personae”, No. 2, BAC, Pag 685 y 686) (Los paréntesis y los puntos suspensivos son míos)

    Por tanto, la naturaleza de la fe y la moral cristianas no admite coacción de la conciencia, ni para aceptarlas, ni para rechazarla…Jesús proclamó la Buena Nueva libremente para seres libres, como somos nosotros…

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández

  • George R Porta

    La antigua distinción del derecho entre forma y substancia en cuanto a cualquier afirmación o declaración es importante y sigue teniendo vigencia. Lo dogmático es abusivo porque limita la posibilidad de investigar y en ese sentido es injusto e inmoral aunque la autoridad se auto-atribuya el derecho a hablar con ese nivel de arrogancia y soberbia. Si en una época tuvo sentido en filosofía y teología hablar de dogmas, hoy día ni es necesario ni es válido. En definitive toda la ética cristiana refiere a la responsabilidad personal y al ejercicio personal de la autonomía. Una ética heterónoma, en cuanto a las creencias y el derecho a confesar lo que se cree ser verdadero, por lo tanto, solo puede ser reductora de la autonomía individual y por lo tanto carecer de legítima autoridad.

    La Verdad persuade y no require coacción o violencia.

  • oscar varela

    Hola!

    La ÉTICA que una Nación tiene es la CONSTITUCIÓN vigente.

    Chile sigue con la diseñada, en 1980 por Jaime Guzmán durante la Dictadura (11 de septiembre de 1973 y el 11 de marzo de 1990)

    ……………….

    Argentina hoy:

    * 24 universidades y centros de estudio se proponen debatir la Constitución y los sistemas de derechos, porque “El gobierno actual nos puso otra vez en la necesidad de comenzar desde cero”.

    * “No nos enfrentamos a fenómenos nuestros y solo argentinos,

                – sino al capital financiero que ocupa el lugar de la política

                – mientras se muestra como apolítico

                – y trata de probar que la política es sucia

                – mientras se basa en los grandes empresarios de la corrupción sistémica”

                (Raúl Zaffaroni)

    …………….

    Se trata de buscar la forma de garantizar:

    * el “respeto por la dignidad

    * y la igualdad,

    * consagrando y tutelando el ejercicio de los derechos políticos

    * que todo habitante pueda satisfacer sus necesidades básicas:

                – “trabajar con una retribución justa,

                – recibir educación pública y gratuita,

                – atención de la salud,

                – vivir en un ambiento sano y

                – que le sea respetado su entorno natural”.

    ……………………….

    Se trata de hacer de la administración de justicia:

    * No un mundo de seres majestuosos munidos de una dignidad especial

    * sino un oficio del Estado diseñado para evitar la violencia:

                – en nuestra convivencia,

                – en los conflictos entre nosotros y

                – entre nosotros y el Estado”.

    ………………………

    (cualquier parecido al Sermón del Monte, es mera coincidencia)

  • Santiago

    Siguiendo en este interesante tema actual, podemos pues distinguir entre ética y moral, aunque ambas se crucen en muchos aspectos…La ética, del griego ethos, se refiere a una reflexión racional y general sobre el acto bueno o no, prescindiendo de las culturas, religiones etc. Forma parte de esa tendencia a la búsqueda del bien que es de derecho natural…La moral, del latín morales, se referiría a las normas concretas y específicas para la regulación de la conducta humana con respecto a la vida diaria y su aplicación correcta…Es algo mas específico..y mas especializado..Por eso, aquí, en realidad, estamos tocando la ética en general….

    Como bien dice el P. Aldunete categóricamente “La humanidad no podrá sobrevivir sin una ética mundial..Saltan a la vista las absurdas y suicidas inmoralidades  de un desarrollo sin norte y sin guía. Cada año se gastan 900.000 millones de dólares en armamentos militares, pudiendo esta cantidad dar techo a 300 millones que no tienen vivienda”…Por eso existe la ” necesidad absoluta de un ética universal para nuestros tiempos”.. Son afirmaciones, al parecer  dogmáticas, pero lo importante es su contenido y no la forma de expresarlo, puesto lo que se afirma no solo es verdadero para el autor, sino para muchos de los que siguen su opinión…Siempre podremos expresar nuestra opinión, mientras respetemos la de los otros, y en esto consiste la libertad de expresión…No podemos ofendernos porque otros expresen lo que piensen, aunque usen un estilos diferentes al nuestro, ya que seremos nosotros entonces los que caeremos en lo que precisamente criticamos…Unos asentirán porque se aproximan a su misma ideología y otros simplemente  disentirán porque se alejan de lo que ellos creen apasionadamente…PERO la base del diálogo constructivo consistirá en la tolerancia y el respeto a esta libertad que tenemos de expresarnos…sin que nos sintamos atacados..

    Por eso, no solamente este ya anciano jesuíta, cree en la necesidad de una ética sino que la formula, sin dudarlo, en 7 características: universal, responsable, humanista, histórica, liberadora. dialogal y ecuménica…Es en este sentido, como ya se ha señalado por aquí podemos llegar a alcanzar ideales comunes universales como “la paz, el desarme universal y la negociación para la resolución de conflictos” como afirma Román,  que, en realidad,  fomente el progreso…Y estoy de acuerdo, y es mi opinión, que los cristianos no podemos quedarnos atrás porque la historia de nuestra ética nos proporciona valiosos elementos morales para contribuir al bien común universal..

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández

  • George R Porta

     
    En tiene que decir el DRAE respecto a «pontificar»: «1. intransitivo. Celebrar funciones litúrgicas con rito pontifical. 2. intransitivo. Presentar como innegables dogmas o principios sujetos a examen. 3. intransitivo. Exponer opiniones con tono dogmático y suficiencia.»
     
    1. Específicamente, mirando al n. 3 de la definición del DRAE, parece penoso que haya quienes opinan dando la impresión de que posean autoridad para dogmatizar, es decir, expresándose «con tono dogmático y suficiencia». Se trata de un hábito teñido de soberbia y aunque ésta sea un sentimiento o una aflicción interior, el tono de las expresiones o conductas la transpira, igual que pudieran transpirar las virtudes opuestas. Expresarse con este todo de suficiencia se parece a virtualmente abofetear a los demás con una instrucción específica de cómo deben pensar, creer u opinar, por tanto, excediéndose preventivamente para anular cualquier opinión en contrario.  
     
    2. Así, expresiones afirmativas de que algo, cualquier cosa, «esté más que justificado» puede ser calificado como «pontificar», porque parecen conclusivas, finales, y pueden transpirar soberbia; al estilo de aquella de «Roma locuta, causa finita», francamente irrespetuosas contrarias al derecho universal a pensar diferente.
     
    3. Esta otra afirmación moderada en sus términos: «…a Dios como a su propio fin, para los que se deciden a creer en la divinidad, hay que concluir que…» no impresiona como «pontificar» aunque sea una afirmación conclusiva, precisamente porque deja la puerta abierta para quien opte por pensar de otro modo. Así, impresiona como respetuosa y no transpira soberbia. Ciertamente posiblemente fuera mejor afirmar que «quienes se deciden a creer en la divinidad, pudieran concluir que…» pero, de cualquier modo, tal y como ha sido formulada, no parece ofensiva o prohibitiva ex cathedra contra nadie que piense o crea de otra manera.
     

  • Román Díaz Ayala

    El papel de las religiones para un proyecto de ética mundial está más que justificado.El Encuentro Eclesial Nacional Cubano (ENEC-1986) junto a la Teología de la Liberación-Teología de la Reconciliación se extiende largamente en “la participación de la edificación de una Civilización del Amor”, haciéndose eco del Mensaje a los pueblos de América Latina”, de los obispos reunidos en Puebla. No lo presenta como otra alternativa política, sino sino “como una opción ética y espiritual”. porque entra dentro del juego de “la experiencia humana”

    Hans Küng señala que existe un “fundamento real” para la realización práctica de una nueva ecumene abrahánica sin entrar en las peculiaridades de las tres religiones que pueblan casi la mitad de la humanidad teniendo una misma concepción básica de Dios, del ser humano, del mundo y de la historia universal, con la ´etica básica de un humanismo elemental basado en la voluntad del Dios uno. (Nosotros tenemos el Decálogo)

    La ética fundacional de la civilización china que se respeta con veneración casi religiosa son sus fundamentos y la India es un foco al mundo de espiritualidad.

    La modernidad occidental, que se asoció enseguida a la idea de progreso, atribuye a la cultura el exponente de la evolución de la especie humana, dotada de razón y como ser histórico.

    Entra inmediatamente el ideal de la paz, el ideal de  un desarme universal y la negociación para la  resolución de los conflictos.

  • Román Díaz Ayala

    en varios de los comentarios se ha asomado la idea de la confrontación de la ética con el Derecho, o la reducción de la ética a los supuestos del Derecho.

    Por otro lado, tratándose como somos de herencia cristiana ( lo mismo podía haber dicho de las herencias musulmanas o judías) la idea de Dios como instancia superior asoma en muchos supuestos. Existe una diferenciación entre una ética de salvación y otra que nace de la laicidad porque en la primera hablaríamos en términos de pecado ( una injusticia referida a la  divinidad) y en la segunda de actitudes de ofensa o actos delictivos contra un ordenamiento que nos hayamos dado de forma convenida.

    Esta clara diferenciación se inicia principalmente en la Ilustración, habiendo liberado el pensamiento filosófico de la servidumbre de la teología con una nueva fe en el ser humano, en su naturaleza, en sus capacidades, cuando lo revestimos naturalmente de su carácter moral. Existe, por tanto una ética que es común a creyentes y no creyentes, y que prescinde de las creencias religiosas, pero que en nuestro proceso occidental se hace congruente con nuestra fe cristiana.

    Precisamente tales cosas son las que desarrolló intelectualmente Hans Küng a partir de su trabajo “Proyecto para una ética mundial”, y que siguió desarrollando en otros de sus trabajos, tales como “El Judaísmo”, pasado presente y futuro y que anunció que haría con su otra obra paralela sobre el Cristianismo., que nunca llegué a leer.

    “La autonomía personal, constituye el axioma básico de la modernidad”. La corriente intelectual del liberalismo cultivó tal premisa filosófica, aunque también lo haya realizado en otros campos del saber científico, en la política y en la economía. Hemos recogido esos frutos en la filosofía del Derecho. En una instancia anterior a la ética política y la ética jurídica, conceptos tan manoseados por los medios de comunicación y la clase política aquí en España hoy en día existen los llamados valores común a ambas que son un tipo de principios que las relacionan. Valores relacionales que se inician en la sociedad civil y en el ámbito del poder y que luego se desarrollan en Derecho. ¿Quién se siente ajeno a la ética elemental de respeto a la vida?

    Porque existe el valor de la ética pública, podemos situar la política como cauce para defenderla.¿No es eso lo que se debería pretender con las mociones de censuras a los Gobiernos?

  • Santiago

    A través de los siglos de la pre-historia e historia de la humanidad, ésta ética mundial capaz de unificarnos a todos nosotros para conseguir eliminar o mejorar todos los desórdenes de conducta que implica nuestra vida en el mundo, evidentemente no ha sido totalmente posible…Nuestra naturaleza humana no es perfecta…y sometida a diferentes presiones internas y externa, no siempre responde de manera constructiva y correcta a las exigencias personales y sociales…Hacemos, muchas veces, “el mal que no queremos”…No hay que decir que las cosas estaban mucho peor antes del advenimiento del cristianismo al mundo…Son innumerables los testimonios de la moralización de la humanidad lograda después de la venida de Cristo a este mundo, pero el ser humano tiene poder de decisión…y por supuesto esto forma parte de nuestra misma realidad en la libertad en  que fuimos creados…Por eso, el alejamiento y el rechazo de la moral cristiana, acentuado mucho mas en los últimos siglos, no ha sido totalmente culpa de la Iglesia, sino que este hecho constituye un complejo cúmulo de factores sociales, políticos, religiosos, etc. que constituyen lo que hemos venido a llamar “el signo” de estos tiempos…y que corre paralelo con el rechazo de todo lo que no esté centrado en el “ser humano”, incluyendo a Dios, como realidad última..(No hay que olvidar los interminables conflictos bélicos y desastres morales de todos los siglos para darnos cuenta del verdadero problema ético nuestra propia naturaleza)

    Sin embargo, no puede existir una ética mundial si ésta depende únicamente de nuestra libre determinación dependiendo simplemente de la conveniencia del momento actual..y de cualquiera de los aspectos y matices que propugnan sistemas positivistas…pues no cabe duda que podríamos elaborar leyes que harían lícito el asesinato, el robo a mano armada, el fraude, el engaño…como tácitamente estamos viendo en muchos países…donde el principio universal de la bondad de las cosas en si, se ha tergiversado de una manera escandalosa… Si ésta ética relativa la pudiéramos validar universalmente se podría justificar naturalmente cualquier acción humana, dependiendo simplemente de lo circunstancial..Dejaría pues de constituir principios universales, aplicables a toda la humanidad.

    Por eso, hablamos de una ética mundial, pero no hablamos como se ha de construir…No basta el diálogo y el respeto a “todas las creencias”..sino hace falta un consenso universal de lo que es bueno y de lo que es malo…Y es aquí el principal problema donde existen millones de opiniones diferentes en el orden mundial del pensamiento actual del mundo en que vivirmos.

    Pero si el ser humano se ordena naturalmente a Dios como a su propio fin, para los que se deciden a creer en la divinidad, hay que concluir que todo lo que conduzca a ese fin, que es el amor de Dios, será bueno en si mismo…y todo lo que le aparta de ese fin supremo, sería lo contrario..Si, por otro lado, admitimos como fundamental y existente la presencia en nosotros de nuestro espíritu que es racional, todo lo que se ajuste al orden racional que nos conduce al último fin, será bueno y lo que nos aparte de el, viceversa.Todo lo que favorezca al orden social correcto como la honradez, la justicia etc. vendrá enmarcado en el camino del bien..Todas  las cosas que usemos buenas o indiferentes que no excedan naturalmente la medida y el límite, serán lícitas…

    La tendencia al bien forma parte de la existencia racional que recibimos…Somos nosotros lo únicos seres capaces de regirnos por normas morales…Como ésto es un sistema universal, se deduce que las normas éticas y morales forman parte de nuestra misma naturaleza humana, que no esw autocreada..Podemos elaborar y descubrir con mas precisión cuales son las limitaciones y las ampliaciones de ésta normas que hemos conocido como una revelación, gradualmente, pero existe una ética natural….Sólo con este pensamiento y con estos principiosse podría llegar a un consenso universal sobre la ética…

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández

  • George R Porta

    Es casi imposible imaginar cómo hubiera podido el ser humano abstraer normas de conducta más o menos aceptables para sí y para el grupo sobre todo si este ultimo era su foma de vida, sin observar su entorno, la naturaleza y sus semejantes, y sin reflexionar progresivamente in crescendo entre lo que le convenía hacer para asegurar su sotenibilidad individual y grupal por sí solo en la mayor medida, porque la historia sugiere que el ser humano tiende a ser autónomo, lo consiga mejor o peor.

    Todo el que prefiere pensar en que la divinidad plantó en el ser creado una eticidad determinada es libre de hacerlo. Quizás tenga razón, pero en cualquier casdo eso es una premisa a priorística que no prueba nada y gratuita.

    ¿Necesitó una madre mirar a una gallina para saber que debía cuidarse de sus hijos? Pensando anacrónicamente pues pienso que no, pero en realidad no lo sé, lo que sí me parece possible afirmar es que de alguna manera el/la partner correspondiente se llevaría un porrazo en la cabeza si le sorprendían robando una gallina al vecino solo porque estaba deprimido y no salió a buscar algo de alimento para su familia, una vez que estuvo claro que cada uno debía proveer para sí y los suyos en una cierta medida y para el grupo en otra.

    Afirmar que algo no exista es ya demasiado lanzado dado que nadie puede saber todo. Por el contrario, creo que todo ha sido possible.

    Me parece que la éticidad es aprendida porque parece que los seres humanos tuvieron sesibilidad para descubrirla, desarrollarla, aplicarla y violarla y que la legalidad solo aparece progresivamente como corolario de ella.

  • M.Luisa

    De acuerdo que se pueda centrar este  trabajo desde la perspectiva local (Chile) como dice Oscar  siendo ésta también  de interés   para el artículo,  sin embargo esta perspectiva   puede contemplarse   desde una fundamentación más honda de escala mundial, es decir, desde una ética universal como señala Hans Kung. Con lo cual esta visión no desdice nada  del  planteamiento estructural que he dejado esbozado antes, donde  se extrae  que todo ser humano es constitutivamente moral  porque todos tenemos, por hiperformalización del cerebro, una estructura moral que nos capacita conocer las cosas como realidades capaz de tener mundo y no solamente  medio. Y esto es así   porque el ser humano al distanciarse del mero estímulo de su entorno éstos los vive como realidades siendo    este el momento primero de su libertad. La cual cosa, este seria  el aspecto formal y universal de la cuestión a compaginar con la  diversidad de contenido aportado por las diferentes culturas.

  • Isidoro García

    (Acabo ya, de verdad).

    Se dirá “¿y que tiene que ver todo lo anterior con la necesidad y conveniencia de una Ética universal?”.

    Desde el momento que consideremos la Ética como una lista de normas exteriores a imponer más o menos consensuadamente, en lugar de considerar la naturaleza interior y universal de dicha Ética en cada persona, dicha Ética Universal propuesta, solo tendrá el carácter de una especie de código jurídico universal, mínimo de convivencia social.

    Es la diferencia entre lo auténticamente moral y lo jurídico. Que es mucha.

    Es algo similar a la diferencia entre valor y precio.

     

  • Isidoro García

    Por si sirve de aclarado a M.Luisa. He intentado objetivizar lo más posible un tema que se suele en general subjetivizar (= “moralinizar”).  Y la manera de objetivizarlo es contemplando al ser humano como lo que es: un animal más, aunque un animal “especial”.

    En la naturaleza, no existe la Ética ni la moral, no tiene sentido ese concepto. Las cosas son lo que son: lo que resulta del “impulso vital” del Universo, con la aplicación de las leyes del mismo. Guste más o guste menos, sin “buenismos” extemporáneos.

    Como he explicado, los animales, incluyendo el animal-humano, tienen unos condicionantes que les dictan su comportamiento. Pero en el proceso evolutivo del Universo, surge la Inteligencia, y por primera vez la “necesidad”, deja paso a la “libertad”, aunque sea de forma parcial y matizada.

    La Inteligencia, da lugar al Conocimiento, y con él, al conocimiento de los condicionantes del comportamiento humano, y además a la forma de “controlar”, paliar y anular algunos de esos condicionantes biológicos y/o ambientales, que tanto le condicionan normalmente su comportamiento.

    Cuando algunos de esos condicionantes biológicos y/o ambientales, consiguen ser “bloqueados”, conectamos con nuestros programas comportamentales naturales, de que estamos dotados natural y genéticamente: los programas arquetipales profundos, que nos impulsan hacia los tres grandes valores: Bondad, Belleza y Verdad.

    Cuando conseguimos inhibir los condicionantes primarios, y ambientales que nos aprisionan, decimos optimistamente, que hemos conquistado un campo de “libertad”. Pero no es así en realidad, (según mi opinión). Sino que entramos en el campo de acción de los programas comportamentales propios de la naturaleza específica humana, que afortunadamente, nos conducen a la Verdad, la Belleza y la Bondad.

    El humano es bueno, goza de lo bello y busca la Verdad, por naturaleza, le guste o no. ¿Por qué se da esa afortunadísima circunstancias?. Pues mi opinión personal, es que se debe a dos posibles causas.

    – O hemos sido diseñados específicamente así, por Alguien que nos quiere bien, y quiere lo mejor para nosotros,

    – O es fruto de la Ley general de evolución del Universo, por la que todo nivel u holón evolutivo, va emergiendo de dicho proceso, con una mayor complejidad y sofisticación, y en los seres inteligentes, con un nivel de “información” superior que se va acumulando al del nivel anterior. De ahí que se puede hablar de la equivalencia práctica entre inteligencia y bondad, y por eso se puede inferir que la suprema Inteligencia es algo paralelo a la suprema Bondad, (= “Dios”, o como queramos llamarlo).

    Por eso lo que solemos llamar “libertad” no es más que tener la posibilidad de entrar en la dinámica de nuestra naturaleza moral, estética y cognitiva, que tenemos en nuestro interior.

    Y esta dinámica se detalla en las “necesidades” que Maslow, señalaba en su famosa pirámide de necesidades.

    El humano, si consigue neutralizar sus condicionantes biológicos/ambientales, entra en una dinámica personal en la que siguiendo sus programas profundos, y a través del conocimiento de la realidad, busca elementos como seguridad, afiliación, (amistad, afecto, amor físico), reconocimiento, (autorreconocimiento, confianza, respeto, éxito), y por último autorrealización, (capacidad de discernimiento, de creatividad, de libertad y autonomía intelectual, y además una moralidad).

    Podríamos definir esa moralidad como la sensación satisfactoria de que su comportamiento le proporciona felicidad personal y familiar, y al tiempo facilita la convivencia en una sociedad ordenada y estable.

    En resumen, es un poco como bajar un río con una canoa. Primero hay que hacer un esfuerzo para situar la canoa en el centro de la corriente, alejada de peligros de choque con piedras y otros obstáculos de los bordes. Pero una vez dentro de la corriente central, solo hay que dejarse llevar tranquilamente. El río lo hace todo, solo hay que controlar el no salirse de la corriente.

  • Román Díaz Ayala

    Suelo utilizar con muchísima frecuencia los términos civilización europea occidental, pero sólo como un particularismo para referirme al conjunto de naciones  a uno y otro lado del Atlántico, y también, aunque con mucha menos frecuencia, la Europa geográfico ( central) y la otra Europa ultraperiférica, pues Europa alargó sus brazos a uno y otro lado, y así el “eurocentrismo” es tan particular del viejo como del nuevo continente.

    Pero la civilización moderna occidental es otra cosa, ya no existe rincón en la tierra a  donde no haya llegado, ni país, etnia o religión que no haya sufrido alguna forma de asimilación a la misma. Algunos pueblos se incorporaron a la “mundialización” desde su prehistoria, otros en pleno feudalismo. La Rusia de los Zares llevó la civilización occidental a un buen número de naciones y territorios asiáticos en el siglo XIX.

    El proceso de mundialización  iniciado por persas, griegos y romanos se vió interrumpido por nuestra Edad Media europea. Fue “la era de las tradiciones divergentes” (John M. Roberts) cuando los árabes  crearon un imperio y extendieron su religión desde extremo oriente y sur de Asia hasta el Atlántico.

    Puede haber sido el conjunto de varios factores, pero no fue la religión de los occidentales, su poder económico,  ni la supremacía de su pensamiento, sino el método científico y la tecnología la que transformó sociedades y pueblos, y los sigue transformando, el factor determinante. Con esa ciencia y con tal tecnología se levantan hoy en día focos de resistencia.

    ¿Quien dice que aún la humanidad no está madura para buscar un nuevo orden mundial estableciendo como principio una ética mundial? ¿Principios? Existe una ética básica de un humanismo elemental (Hans Küng)

     

  • oscar varela

    Hola!

    DOS  cosas:

    UNA: Conclusiones de Aldunate para una ÉTICA de n/tiempo (y lugar)

    1- LOCAL (no universal): chilena

    2- EVITABLE (no particular): de cristiandad

    3- PARTICIPATIVA (no delegable): conjugable.

    …………………..

    Luego de 25 años “democráticos” pasa esto, p.e.:

    (Chile) luego de Pinochet y Piñera

    Desfalco

    http://piensachile.com/2017/06/desfalco-la-verdadera-razon-la-codelco-no-quiere-fiscalizado/

    Los mandamases de Codelco quieren que ningún organismo del Estado los controle, para poder seguir dilapidando y robando sumas inimaginables de fondos públicos, en total impunidad.

    ……………………………

    (Ecuador) Luego de 10 años de Correa

    Lenín Moreno asume presidencia

    http://www.noticiasaliadas.org/articles.asp?art=7425

    Su propósito es “avanzar:

    * hacia una sociedad de bienestar para todos

    * a través de la lucha:

                    – contra la pobreza extrema,

                    – la entrega de ayuda económica a grupos vulnerables,

                    – la construcción de viviendas y

                    – la generación de empleo”

    ………………………….

    DOS: La ÉTICA imperante en nuestro tiempo es la de Groucho Marx:

    – “Tengo mis Principios; si no le gustan: tengo otros”-

    ………………………….

    Pregunto, entonces:

    ¿Es posible una ÉTICA en tiempos revueltos (estado de emergencia)?

    ¿Cuál?

    RESISTIRÉ

  • M.Luisa

    Leyendo el último comentario de Isidoro en el que  podría estar de acuerdo  con bastantes de sus reflexiones, todavía entiendo menos su definición de ética dada en su primer comentario.

  • M.Luisa

    Para mí el articulo es esplendido,  toca en su generalidad todo aquello que puntualmente vengo desgranando  como lo característico y propio del ser humano cuando tengo la oportunidad de hacerlo y dejarlo en letargo sobre la mesa. Por eso me llena de satisfacción  cada vez que encuentro algo en lo que me puedo reafirmar.

    Cosa distinta siento cuando leo algo así: “Ética es un conjunto de reglas de comportamiento de cualquier ser vivo”.

    ¿Es esto correcto?  O la ética es algo reservado a la área de la responsabilidad? Es decir, estamos hablando de justeza natural o de justificación, de justificar el acto humano?

    Mientras en el caso del animal el ajustamiento transcurre directamente desde su organismo al medio, en nosotros los humanos se trata de un ajustamiento que antes de tener justeza tiene que elegir o “hacer” la justeza misma: justificar.

    Mientras en el animal su conducta está exhaustivamente determinada (por el medio) en el ser humano exige un  previo mecanismo de justificación, pero no deontológico sino estructural.

  • Isidoro García

    (Perdonada que me enrolle, pues este tema para mí es crucial en el pensamiento sobre la humanidad. De más está decir, que el que no le guste, pase de leerlo sin más importancia: es un desahogo personal mío).

     

    En este tema de la Ética, hay dos perspectivas posibles. Y están en función de nuestra idea de la naturaleza humana.

    Desde una perspectiva simplista, el hombre es malo, tiende a hacer actividades desordenadas, que conducen al dolor general, (incluídos nosotros mismos), y al desorden social.

    Tiene que sobrevivir adaptándose a las circunstancias que le surgen, estando sometido a una serie de condicionantes biológicos y medioambientales, y muchas veces considerando al “otro” como una fuerte amenaza, lo que en conjunto le imponen una conducta que causa dolor y desorden general.

    Entonces la sociedad le propone unos códigos de conducta, que debería acatar como bien general. Esto tiende a fracasar, porque a la gente no le gusta mucho que otros le digan lo que tiene que hacer.

    Hay otra perspectiva que es más profunda, que contempla el humano inmerso en un Universo, complejo, con sus leyes inmutables. Según esta perspectiva, más optimista, según va conociendo sus condicionantes, y va aumentando su conocimiento de la realidad, puede neutralizar parte de dichos condicionantes, dejando dar curso así, a su naturaleza inicial, primigenia, que como todo integrante del mismo, está en la línea de las leyes generales del Universo.

    (Como ejemplo aclarador, el libro Tao Te Ching, tiene dos partes: la primera parte trata del “Tao”, (= Camino), que son las Leyes generales del Universo, (religiosamente, se le suele denominar también como “Dios”), y la segunda parte trata del “Te”, (= Virtud), que es el despliegue y la concreción en el humano, de las Leyes Generales = el Tao).

    Según esta perspectiva, la naturaleza del hombre, (cuando el humano se autorrealiza y desarrolla correctamente), participa de la Ley del Amor, (o de la Simpatía) Universal, que es integrante del Diseño originario del Universo, y que se va desplegando en todos y cada uno de los niveles y holones del proceso evolutivo del Universo, desde el momento cero.

    Esta Ley, rige en todos los niveles de la materia inanimada, desde las partículas subatómicas a las moléculas complejas de la química orgánica, dando lugar a niveles cada vez más organizados, y conteniendo cada vez, un nivel mayor de “información”.

    Luego sigue rigiendo en todos los niveles de la Vida, articulándose en todas las leyes biológicas, que van dando lugar a individuos cada vez más evolucionados y complejos.

    Y también rige en nuestro Reino de la Inteligencia. Esta conclusión, es una inferencia de que una Ley General que viene rigiendo desde el momento cero del Universo, debe necesariamente seguir rigiendo en todos y cada uno de los niveles evolutivos posteriores.

    La Ciencia, ha estudiado las características particulares del despliegue de esa Ley, en todos los niveles, mediante la Física subatómica, la Física newtoniana, el electromagnetismo, y la Química, en el mundo de lo inanimado; y la Biología en el mundo de la vida.

    De forma paralela, la Ciencia de la psicología del comportamiento humano, o Ciencia Ética, debe estudiar y definir las reglas de aplicación de dicha Ley General del Amor o Simpatía universales, aplicada en nuestro nivel evolutivo inteligente.

    Hablando de este mismo tema, Teilhard de Chardin, decía poéticamente: “El amor es una reserva de energía sagrada; es como la sangre de la evolución espiritual”.

    Lo que pasa es que estamos empezando a comprender esta situación y por eso el teólogo N.M. Wildiers, decía: “sólo una pequeña élite vive con la conciencia lúcida de una evolución acelerada e irreversible, así como de la inminencia del paso de la humanidad a la era de la síntesis”.

    Todo esto encaja, con la idea cada vez más extendida, de que en lo más profundo de nuestra mente, en los programas comportamentales arquetípicos, que se desarrollan siguiendo nuestra herencia genética natural, están de forma latente, pero muy poderosos psicológicamente, (por tener una gran conexión emocional), los valores supremos de la BBV: la Bondad, la Belleza y la Verdad.

    Tenemos una fuerte tendencia natural a disfrutar emocionalmente, cuando sentimos cercanas a nosotros, la Verdad, la Belleza y la Bondad. Y esa emocionalidad positiva, es la que nos hace naturalmente Buenos, admiramos y disfrutamos la Belleza y tendemos a buscar la Verdad de la realidad de las cosas.

    Pero para eso debemos dejar vía libre a esas tendencias naturales profundas, a ese “Yo interior”, o “Cristo interior”, y que los advaitas llaman el “atman”, y que sería una chispa o reflejo del “Brahman”, (Dios), general.

  • George R Porta

     
    En el segundo libro de la Ética a Nicómaco, Aristóteles define la «virtud».
     
    1.    La virtud no nace con el individuo
     
    2.    Afirma que sea natura la capacidad de aprender y perfeccionar sus virtudes.
     
    3.    La virtud, afirma, es el hábito de la actuar en bondad y de hacer bien lo que haga. Para ello, puede:
     
    a.     Someterse a la razón
     
    b.    Aprender a actuar óptimamente entre el placer y el sufrir
     
    c.     ‘Habituarse a escoger sus medios en el contexto de estas tres dimensiones:
     
                                                                      i.      Según nuestra experiencia y emociones
     
                                                                   ii.      Razonada y razonablemente
     
                                                                iii.      Prudentemente
     
    4.    Distingue la virtud moral (ethos), o de carácter, y la virtud intelectual (Sabiduría + Prudencia)
     
    5.    Entre el exceso y el defecto el punto medio es la virtud o cualidad de actuar magníficamente
     
    6.    Esta praxis hace a la persona devenir buena
     
    7.    La virtud requiere ser virtuoso: Practicar el discernimiento usando la razón y ejercitarse en la virtud misma por ese medio.
     
    8.    La educación (como formación del carácter) conduce a alcanzar la vida virtuosa.
     
    Consecuentemente la Ética refiere a la persona y es personal. No es adaptarse a las costumbres, es en cada contexto escoger el comportamiento más conforme con uno mismo, pero más razonable y prudente en todo sentido.
     Fuente:
    https://en.wikipedia.org/wiki/Nicomachean_Ethics

  • Isidoro García

    Lo primero a mí me gustaría aclarar lo que es la “ética”, porque  a veces algo bueno en sí, lo revestimos de tanto ropaje encima, que al final sucede como en muchas imágenes populares: se deforma el contorno y acabamos perdiendo el sentido y acabamos adorando el vestido y olvidando a la “Virgen” de debajo.

    Ética es el conjunto de las reglas de comportamiento de cualquier ser vivo. En la naturaleza los comportamientos, (las respectivas éticas), se juzgan en función de un criterio: la adaptación a las circunstancias concretas del entorno.

    Por ello en la naturaleza existe un relativismo ético: un comportamiento puede ser bueno para un momento con unas circunstancias dadas, y malo para otro.

    Y también, sucede que un comportamiento es bueno para obtener unos fines, (unos valores a obtener), y otro comportamiento distinto, es también bueno para obtener otros valores, también deseables, pero distintos.

    “Ética” es un concepto paralelo y similar a la “Salud”. Es algo que todos queremos: ¿Quién no quiere tener buena salud?. Pero luego cuando vamos a concretar, si fumas algo o no, si bebes algo o no, si comes algo o no, al final no nos ponemos de acuerdo. Unos son maniáticos del ejercicio, que en sí es bueno. Otros son maniáticos de la dieta vegetal, otros de la dieta mediterránea, etc.

    Y por eso, hay que tener en cuenta dos factores fundamentales:

    1. Cuál es el objetivo de nuestra vida. Pues en función de eso actuaremos en consecuencia.

    2. Utilizaremos los conocimientos que la ciencia nos aporta, para discernir el mejor sistema de vida para nosotros.

    Pues eso mismo sucede con la “Etica”. Todos deseamos ser buenas personas. Más aún, la inmensa mayoría de personas se autoconsidera “buena persona”.

    Pero cuando salimos de los conceptos generales de que hay que ser “buenos” y no hacer mal a los demás, cuando vamos a concretar diversos comportamientos, las cosas empiezan a ser opinables y muy plurales.

    1. ¿Debemos tratar a todo el mundo, como a nuestra familia?.

    2. ¿Debemos renunciar a nuestra felicidad personal, por mejorar el bienestar de personas ajenas?.

    3. ¿Comportarse bien, es seguir los mandatos de una organización de humanos, como son las Iglesias, con el argumento de que todas son el único portavoz de Dios?.

    4. ¿La concepción de la naturaleza del ser humano, la definen los científicos psicólogos y psiquiatras, la definen los obispos y párrocos, o la definen los líderes políticos de turno?.

    5. Y muchas más cuestiones concretas.

     

    Por eso yo creo que antes de hablar de la ética mejor u óptima, hay que resolver el tema de ¿Cuál es el sentido de nuestra vida? ¿Qué es lo que deberíamos buscar y alcanzar en esta vida, de tal manera que al final si lo logramos, podamos “morirnos tranquilos”?.

    La gran dificultad de plantear una “Ética mundial universal”, es que hay que plantear previamente, primero, si todas esos planteamientos y decisiones, las debemos hacer los humanos autónomamente, o nos vienen “de fuera”, de un “Dios” que nos marca lo que debemos hacer.

    Y en segundo lugar, una vez supuesta la autonomía del hombre, hay que definir la verdadera naturaleza del humano. Nosotros somos unos seres del Universo, y todos los seres del Universo, son lo que son, y actúan según su naturaleza.

    El ser humano, no tiene que ser un “ángel”, sino ser auténticamente humano, conseguir desarrollar su naturaleza humana que está latente desde el segundo uno de la concepción, y se va desplegando mediante toda una evolución embrionaria y una posterior maduración personal.

    A este completo despliegue de nuestra verdadera naturaleza, contribuye el disponer de una evolución psicológica adecuada de la mente, y la superación de una buena parte de nuestros condicionantes.

    Decía Espinoza que “la libertad es la necesidad conocida”, (y que al conocerla la podemos desactivar).

    Esto conlleva que la libertad es un valor deseable que se obtiene solo con el conocimiento de algunos de nuestros condicionantes y de las leyes del Universo que  rigen cada uno de ellos. De esa manera ampliamos nuestra libertad, siempre muy relativamente.

    También la filósofa Helena Cronin, señala como, por un lado, “es indudable que la naturaleza humana está fijada: es universal e inalterable, común a cada ser que nace, todo a lo largo de la historia de nuestra especie”; pero, por otro lado, “la conducta humana que esa naturaleza genera es infinitamente variable y diversa. Después de todo, unas leyes fijas pueden originar una interminable gama de resultados”.

    Es la mejor o peor capacidad de desactivar ciertos condicionantes lo que ocasiona la variabilidad de la conducta humana, y lo que hace que podamos ser parcialmente dueños de nuestro destino.

    De la calidad, (adecuación a la realidad) de los modelos e imágenes mentales de nuestra cosmovisión, dependerá el grado de acierto de nuestra conducta a realizar. Por eso “la mayor y primera tarea del filósofo –decía Epicteto– es poner a prueba las representaciones», (los modelos o imágenes mentales de las cosas).

    Por eso la ciencia lo tiene que iluminar todo, para aclarar esa realidad que muchas veces es “engañosa” y nos engaña. “Cuando la filosofía pierde contacto con el mundo produce ideas delirantes”.

    Karl Jaspers, en 1949, decía:

    “Se ha dicho que la ciencia destruye la fe. En contra de esto, es para nosotros cierto que ya no hay ni veracidad ni razón, ni dignidad humana sin auténtica ciencia, cuando esta es posible. 

        Perdida (o ninguneada) la ciencia, crecen los escrúpulos, la media luz, los sentimientos oscuramente edificantes y las resoluciones fanáticas de una obstinada ceguera”.

    Alfred North Whitehead en su ensayo “La función de la razón”,  señalaba que la razón está inscrita en el proceso ascendente de la evolución biológica, y que tiene como principal función es promover “el arte de la vida”, (: la forma ideal de comportamiento = la moral).

    O sea que en este “arte de la vida”, o “moral universal”, hay mucho que pensar, mucho que aprender, mucho que discernir, y mucho que proponer. Y esa es la labor de la filosofía guiada por la ciencia.

     

  • George R Porta

    Una «ética» dictada desde fuera y desde los conciliábulos intelectuales, técnicos, etc. acarrea el riesgo de ser impuesta por «la minoría» sobre la mayoría. No es muy posible concebir que para equilibrar ese riesgo «la mayoría» pudiera a su vez elaborar una ética propia porque las mayorías no suelen auto-organizarse debido a las tendencias a dividirse o a carecer de medios de comunicación interna.

    No parece que algo diseñado por uno o varios grupos pueda reemplazar la necesidad de que cada persona funcione autónomamente en discernir qué sea bueno y qué no lo sea. Por otra parte, lo más cercano a la definición de una ética predominante son los intentos de la llamada democracia representative que, en realidad, se traducen en un número de intereses particulares comprando la manufactura de leyes que imponen el consentimiento ético a base de regular lo que no esté permitido hacer o decir.

    No tienen que ser las religiones (que fueron baluartes de educación y formación moral y ética) cuyos miembros confesantes requieren propias regulaciones éticas exógenas (la necesidad de leyes públicas o eclesiásticas para impedir los abortos o los abusos sexuales constituyen evidencias).

    Posiblemente sean la familia y la escuela y sobre todo la primera, però ambas parecen haber estado bajo asalto por acción u omision por un período prolongado desde la 2da. Guerra Mundial al menos, y parecen estar más bien, al menos la familia, en estado de «desorden» (E. Roudinesco, La Famille en désordre , Paris, Fayard, 2010). Roudinesco es una especialista rumana viviendo en Francia por muchos años, que ha alcanzado renombre y que  ha sido invitada por ambas, la Iglesia Católica y el Consejo Mundial de Iglesias (Ginebra), a servirles de consejera en la materia.

    El catolicismo con su jerarquía dominada por el machismo, aunque Francisco parece estar haciendo esfuerzos para corregir esa deficiencia. Las demás religiones que carecen de una doctrina ética o moral suficientemente definida y constante, no parecen estar teniendo éxito a juzgar por el número decreciente de afiliados o el número creciente que prefiere no hacer opción religiosa.

    La Psicología de la Educación y la Pedagogía son disciplinas plagadas por la division de escuelas de pensamiento y tampoco parecen inspirer mucha esperanza.

    La jurisprudencia internacional parece ser víctima de la politización. Una evidencia de ello es que los Tribunales Internacionales no tienen jurisdicción sobre los criminales de países que no suscriben sus tratados fundacionales y que las cortes de justicia locales solo pueden excepcionalmente recurrir a precedentes sentados por juristas internacionales. Eso facilita la corrupción corporativa privada o en la administración pública gubernamental que son los principales proveedores de ejemplos de ética o moral.

    Una evidencia es la inmunidad del Papa (Juan Pablo II o Benedicto xvi) o de los cardenales y obispos (Marcinkus, M. Masiel degollado, Bernard Law, etc.) que encubrieron los crímenes sexuales del clero católico si residen en Roma y el número de éstos que encontraron asilo en el Vaticanos durante el pontificado de Juan Pablo II o algunos de los nombramientos y procedimientos de la actual Santa Sede, por ejemplo en relación con el caso Karadima de Chile.

     

  • oscar varela

    25 AÑOS ¿NO ES NADA?

    ……………………………….

    VOLVER

    https://www.youtube.com/watch?v=dQr_PKgvkHI

    Yo adivino el parpadeo
    de las luces que a lo lejos,
    van marcando mi retorno…

    Son las mismas que alumbraron,
    con sus pálidos reflejos,
    hondas horas de dolor.

    Y aunque no quise el regreso,
    siempre se vuelve al primer amor.
    La quieta calle donde el eco dijo:
    Tuya es su vida, tuyo es su querer,
    bajo el burlón mirar de las estrellas
    que con indiferencia hoy me ven volver…

    Volver,
    con la frente marchita,
    las nieves del tiempo
    platearon mi sien…

    Sentir… que es un soplo la vida,
    que veinte años no es nada,
    que febril la mirada
    errante en la sombras
    te busca y te nombra. Vivir,
    con el alma aferrada
    a un dulce recuerdo,
    que lloro otra vez…
    ……………………………………….
    Tengo miedo del encuentro
    con el pasado que vuelve
    a enfrentarse con mi vida…

    Tengo miedo de las noches
    que, pobladas de recuerdos,
    encadenan mi sonar…

    Pero el viajero que huye
    tarde o temprano detiene su andar…

    Y aunque el olvido, que todo destruye,
    haya matado mi vieja ilusión,
    guardo escondida una esperanza humilde
    que es toda la fortuna de mi corazón.

    Vivir… con el alma aferrada
    a un dulce recuerdo
    que lloro otra vez…

    …………………………………

  • Román Díaz Ayala

    nota: un medio informativo me desmiente las cifras que acabo de indicar sobre  la corrupción.

    la encuesta del CIS de mayo pone el paro en el 71% y la corrupción en el 54%, aunque ha subido un 12,4% respecto a la encuesta anterior. Son los problemas principales de la sociedad española.

  • Román Díaz Ayala

    José Aldunate: “Esta es precisamente nuestra tesis: hace mucha falta para este tránsito a la democracia una instancia ética.

    cuando Hans Küng escribía Proyecto de una ética mundial de la que se hace eco el autor en 1992 se expresaban las incertidumbres de cuál sería el nuevo orden mundial tras la caída del Muro de Berlín. lo que era válido para el transito a la democracia de Chile, también lo había sido en España  quince años antes en nuestra Transición Política, y también lo fue muy particularmente para la sociedad vasca entrado el siglo XXI con el adiós a las armas del grupo terrorista ETA. Fue el protagonismo de una instancia ética., la vuelta a la política mediante la negociación y el diálogo.

    ¿Que nos puede llevar pensar que hoy en junio de 2017 para la sociedad española en particular y la Unión Europea donde estamos insertos no pueda ser lo mismo?

    La sociedad española reacciona desde la ética y resiste a la corrupción. (La última encuesta del CIS indica que el 62 por ciento de la sociedad civil considera la corrupción como el principal problema de nuestra nación)

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