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Egipto en un baño de sangre

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Algunos decían que no era un golpe de estado y va a acabar en guerra civil.

Y lo que pasa en Egipto, desde hace 4.000 años cambia el mundo.

Dos pinceladas de la prensa sobre los actores de la crisis y la opinión de Baradei, para iniciar nuestra reflexión

el país

Los actores clave de la crisis egipcia

Las fuerzas políticas, militares y sociales pugnan por dominar esta nueva etapa de transición

Millones de egipcios indignados se lanzaron a las calles a pedir la dimisión del entonces presidente Mohamed Morsi el pasado 30 de junio, un año después de que ganara las primeras elecciones libres de la historia del país. Tres días después, Morsi fue derrocado por un golpe militar. El general y ministro de Defensa Abdel Fatah al Sisi anuló la Constitución y designó un civil, el jurista y presidente del Tribunal Constitucional, Adli Mansur, al frente del Ejecutivo hasta que se celebren nuevas elecciones.

Mansur marcó unos plazos para convocar un referéndum sobre enmiendas a la polémica Constitución y para la celebración de elecciones legislativas, a las que se seguirán los comicios presidenciales —algo que debería ocurrir en los próximos seis meses—. Mansur también emitió un decreto, ampliamente criticado tanto por partidarios como por detractores del golpe, que le permite aprobar leyes por la vía ejecutiva, dictar política presupuestaria y declarar el estado de emergencia.

En este periodo de incertidumbre política, son varios los grupos que pugnan por dominar la transición. Algunos apoyan, en mayor o menor medida, el Gobierno interino orquestado por los militares, mientras otros le consideran fruto de un golpe y exigen el regreso a la legitimidad democrática. Al mismo tiempo, Mansur trata de integrar en su gobierno tanto a representantes de diferentes fuerzas políticas como a figuras de perfil más tecnócrata, con el objetivo de construir una imagen de unidad nacional. Los Hermanos Musulmanes se han negado hasta ahora a participar en el Ejecutivo de Mansur.

¿Quiénes son estos representantes clave y cómo han marcado el curso de los acontecimientos políticos en la historia del país? Estos son los perfiles de los principales movimientos políticos de la  transición egipcia.

Fuerzas Armadas

El de Egipto es el mayor Ejército de África, con más de 460.000 efectivos y un millón de reservas. Es también una de las principales fuerzas políticas en Egipto y goza de gran prestigio entre la población. La intervención militar reciente subrayó el poder de esta entidad, que ha estado a cargo del país desde la Revolución de 1952, exceptuándose el corto período del Gobierno de los islamistas. El Ejército fue entonces el protagonista de un golpe de Estado que destronó a la monarquía e instauró un largo periodo de Gobiernos militares, cuyos presidentes más notables fueron Gamal Abdel Nasser (1956-1970) y Hosni Mubarak (1981-2011).

En 2011, en medio de las protestas de la Primavera Árabe, el Ejército destituyó Mubarak y dirigió al país durante el periodo de transición. Se formó el Supremo Consejo de las Fuerzas Armadas (SCAF), el organismo que mantuvo el poder de las Fuerzas Armadas como autoridad legislativa y ejecutiva hasta las elecciones de junio de 2012. En este período, la opinión pública acusó al Ejército de violar los derechos humanos y criticó su autoritarismo. El exgeneral y último primer ministro de Mubarak, Ahmed Shafik, candidato de la Junta Militar, fue derrotado en las elecciones de junio de 2012 por el candidato de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Morsi, que gobernó durante un año.

Respaldados por la oposición liberal y líderes religiosos, los militares tomaron las riendas de nuevo el pasado 3 de julio. Esta vez, hubo dos diferencias fundamentales respecto al golpe anterior: el presidente destituido no era un dictador, sino el primer presidente elegido democráticamente en Egipto; para evitar ser blanco de críticas, Al Sisi nombró a un líder civil intermediario para el control directo del Ejecutivo. La mayoría de los manifestantes que demandaban la dimisión de Morsi califican el golpe como un reflejo de la voluntad ciudadana.

Las Fuerzas Armadas también desempeñan un papel clave en el ámbito económico. Según un cable filtrado por Wikileaks, EE UU considera que son “una empresa casi comercial”. Poseen vastas tierras, propiedades y compañías (muchas de las cuales dirigidas por generales retirados) que producen, además de sus armas y provisiones, una variedad de bienes de consumo. Sus empresas son responsablesde entorno al 40% del Producto Nacional Bruto de Egipto. Los oficiales mantienen un papel social activo a través de la oferta de empleo.

Hermanos Musulmanes

La más antigua, extendida e influyente organización islamista del mundo árabe fue creada en 1928 con el objetivo de avanzar los principios del islám puro y riguroso en la vida cotidiana. Su popularidad y predicamento se debe en gran medida a su actividad caritativa. Desde su fundación, tuvo como objetivo la creación de una red de asistencia social, educativa y sanitaria al margen del Estado, que todavía sigue muy activa.

Fue duramente reprimida en Egipto y vivió en la clandestinidad durante los casi 60 años de gobiernos militares. Durante el régimen de Mubarak, la cofradía ha sido ilegal, y muchos de sus militantes pacíficos han sido encarcelados y torturados. Aun así, los Hermanos Musulmanes lograron crecer y organizarse. Presentándose en forma de candidaturas independientes, consiguieron el 20% de los escaños en las elecciones parlamentarias de 2005.

Tras la Revolución de 2011, la Hermandad salió de la clandestinidad y pasó a dominar la escena política. En 2012 su brazo político, el Partido de la Justicia y Libertad, logró no solo elegir a Morsi como presidente, sino que también cosechó cerca de 47% de los votos en las elecciones legislativas.

Como presidente, Mohamed Morsi ganó rápidamente la animosidad de los movimientos laicos y liberales. Se le acusó de concentrar el poder en las manos de la Hermandad, marginar a las demás fuerzas políticas y apartar a jueces y a militares. Los principales puntos de crítica de la oposición son la aprobación de una Constitución de corte islamista y el intento fallido de Morsi, el año pasado, de aprobar un decreto con el que se blindaba frente a una posible revocación del poder judicial. Durante su corto mandato, además, la ya deteriorada economía ha empeorado. La tasa de desempleo oficial supera ya el 13%, y hay escasez de productos, como la gasolina, y de crédito, lo que erosiona la confianza de los mercados y aleja a los inversores.

Tras el golpe de Estado, el Ejército ha desatado una persecución contra la Hermandad. El nuevo Gobierno mantiene detenidos a Morsi y a sus colaboradores más cercanos, acusados de “insultar al poder judicial”. La fiscalía ordenó el arresto del guía supremo, Mohamed Badie, y otros cabecillas de la cofradía, y congeló las cuentas de otros líderes. Se les acusa de haber instigado la violencia en dos incidentes: el asalto a la sede de la Hermandad en El Cairo el pasado 30 de junio, en el que murieron al menos ocho personas, sin que intervinieran el Ejército o la policía, y una carga policial y militar, ocurrida en la madrugada del 8 de julio, contra los islamistas concentrados delante del cuartel de la Guardia Republicana (donde presuntamente está encerrado el presidente depuesto), que dejó  medio centenar de partidarios de Morsi muertos. Las Fuerzas Armadas mantienen que fueron provocadas y atacadas por “terroristas”.

A lo largo de las décadas, la Hermandad se ha diversificado y dividido en diferentes corrientes internas. Algunos miembros de ideología yihadista radical han defendido la lucha armada, como Ayman al Zawahiri, entonces uno de los futuros fundadores de Al Qaeda. Al Zawahiri, que dejaría eventualmente la Hermandad, ha atacado ampliamente su voluntad de integrarse en las instituciones y participar en la política. Los líderes de la cofradía han avanzado hacia una ideología más moderada y alcanzaron altos rangos del poder en la política nacional. Hoy defienden las protestas pacíficas, la democracia y la legitimidad ganada en las urnas por su presidente depuesto.

Miles de miembros y simpatizantes de la cofradía se han refugiado en un campamento de resistencia en las inmediaciones de la mezquita de Raba al Adauiya, en el distrito de Ciudad Nasser, El Cairo y siguen manifestándose contra los militares y el nuevo Gobierno.

Nur y partidos salafistas

Nur es un partido salafista, una corriente ultraconservadora del islam, que aspira a la aplicación más rigorista de la sharía (ley musulmana). Es la segunda fuerza islamista del país, habiendo obtenido el 25% de los escaños del Parlamento en las elecciones de 2012. Los salafistas han respaldado a Morsi como candidato presidencial, y en noviembre apoyaron a la Constitución impulsada por la Hermandad.

Al verse alejados del poder durante ese Gobierno, Nur y los otros partidos salafistas se sintieron traicionados, hasta el punto de sumarse a la oposición laica en las protestas del pasado día 30 y de apoyar al golpe militar que destituyó al presidente y a la hoja de ruta impuesta por el Ejército.

Tras la masacre que tuvo lugar el pasado día 8, sin embargo, los portavoces de Nur anunciaron que se retiraban de las negociaciones para formar el Gobierno de transición. La decisión generó preocupación entre las nuevas autoridades, que consideran que el apoyo del extremista Nur es fundamental para sostener una imagen de unidad nacional frente a los Hermanos Musulmanes y evitar que se entienda el levantamiento del 30 de junio como una revuelta contra el islam.

Por tanto, muchos analistas políticos apuntan a que Nur se ha convertido en la fuerza política con mayor capacidad de influencia sobre las autoridades. De hecho, el Gobierno interino ha hecho concesiones a los salafistas. Se echó atrás, por ejemplo, después de conocer la oposición frontal de Nur al nombramiento de el Baradei, el líder de la principal plataforma opositora (el Frente de Salvación Nacional), como primer ministro.

Nur mantiene una postura ambivalente frente al nuevo proceso político. Sus partidarios proponen la formación de un comité de sabios que explore una salida aceptable tanto para los Hermanos Musulmanes como para la oposición laica. “Nosotros pedimos un economista tecnócrata, una figura neutral”, declaró el portavoz de Nur poco antes de conocerse que se había nombrado como primer ministro al economista y exministro de Finanzas Hazem el Beblawi, de bajo perfil político, al que el partido no se opuso.

El Frente de Salvación Nacional

La principal fuerza opositora al Gobierno de los Hermanos Musulmanes, el Frente de Salvación Nacional, es una amplia coalición de partidos laicos y progresistas. Fue creada en noviembre de 2012 a la raíz de las protestas contra el Gobierno de Morsi, que consideraban de corte dictatorial. Sus líderes más destacados son el Nobel de la Paz Mohamed el Baradei y Hamdeen Sabahi, que alcanzó el tercer lugar en las elecciones presidenciales de 2012, en las que Morsi salió vencedor.

El Frente de Salvación Nacional apoyó la toma de poder por los militares – defienden que no fue un golpe de Estado, sino “el reflejo de la voluntad de los ciudadanos egipcios” – y designaron a El Baradei para la tarea de negociar con el nuevo Gobierno interino sobre los próximos pasos tras la destitución de Morsi. En principio respaldaron la hoja de hoja de ruta anunciada por el Ejército, pero después de que Mansur aprobara el decreto en el que se dota provisionalmente de poderes casi absolutos, lo rechazaron y se lamentaron de que no se les consultara para su redacción.

Para el cargo de primer ministro, inicialmente Mansur tanteó a el Baradei, pero se echó atrás debido al veto de Nur. El Baradei fue elegido, finalmente, vicepresidente a cargo de Relaciones Internacionales.

Tamarod

Tamarod (Rebélate, en árabe) es un movimiento juvenil fundado en abril de 2013 por los miembros del Movimiento Egipcio por el Cambio, un grupo de oposición a Mubarak que actuaba desde 2004. Tamarod, que ha convocado la ronda de protestas multitudinarias empezadas el pasado 30 de junio, aseguraba haber recogido 22 millones de firmas para pedir la dimisión de Morsi – lo que supondría una cantidad superior a los 13,2 millones de personas que el año pasado lo habían elegido a presidente. El grupo culpa a Morsi, entre otras cosas, del aumento de la criminalidad, del estado maltrecho de la economía y de la influencia creciente de EE UU en Egipto.

La nueva declaración constitucional decretada por Al Mansur ha desagradado a los miembros de Tamarod, que en principio habían apoyado al golpe. El movimiento criticó que el texto incluya algunas provisiones de corte salafista incluidas en la Constitución suspendida. En un comunicado dijo que esa orden ejecutiva sienta las bases “para una nueva dictadura”, porque “establece que los principios de la sharía y sus normas, doctrina, jurisprudencia y fuentes” son la base de la legislación.

Los integrantes de Tamarod quieren preservar su relevancia y seguir en las calles, presionando al Gobierno interino y a los militares para que mantengan su compromiso de tutelar una transición rápida y completa a la democracia. Así, habían hecho un llamamiento a sus simpatizantes para que rompieran el ayuno del pasado día 10, el primer día del Ramadán, con grandes concentraciones de apoyo a la deposición de Morsi. Sin embargo, sólo lograron reunir a unos pocos miles de personas en la plaza de Tahrir – en contraste con las protestas anteriores al golpe, a las que acudieron al menos 17 millones de manifestantes.

Al Azhar y la iglesia ortodoxa copta

Al Azhar, el centro religioso y académico más influyente del mundo musulmán suní, existe desde hace por lo menos mil años. La iglesia ortodoxa copta es la institución que reúne los hasta 8 millones de fieles que pertenecen a la minoría cristiana egipcia. Ambas instituciones religiosas se quejan de haber sido blanco de los ataques de los simpatizantes de los Hermanos Musulmanes durante el Gobierno de Morsi.

Acusaron incluso a la Hermandad de intentar reemplazar el gran imán de Al Azhar, Ahmed al Tayeb, con uno de sus miembros. Con la Revolución de 2011, el método para elegir al gran muftí ha cambiado: dejó de ser designado por el presidente de la nación, lo que ha impedido que los Hermanos Musulmanes pudieran hacerse con el control de la institución.

Desde febrero, cuando los ánimos ya comenzaban a arder en las calles, Al Azhar fue una figura mediadora entre el Gobierno de la Hermandad y la oposición durante las protestas. Temerosos de que el aumento de la brecha entre islamistas y laicos, alimentada por Morsi, llevara al país a una guerra civil, los miembros de Al Azhar han acabado por situarse junto a los movimientos opositores laicos que secundaron el golpe militar.

Al Tayeb y el papa de la iglesia ortodoxa copta, Tawadros II, las dos máximas autoridades del país, han bendecido las protestas y la consecuente asonada militar. Mientras Al Sisi leía el comunicado de la destitución del presidente Mohamed Morsi en la televisión pública, ambos aparecieron sentados a su lado.

Analistas creen que Al Azhar será un actor clave en los aspectos religiosos del juego político en el periodo post Morsi. A los coptos también les viene bien aliarse con el Estado, ya que constituyen una minoría religiosa. Tawadros II, que asumió el cargo hace menos de un año, se aproxima paulatinamente a la política y, tras el golpe, se ha reunido con el Baradei y Al Tayeb.

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Publico2

El vicepresidente egipcio El Baradei dimite tras los disturbios

El premio Nobel de la Paz lo comunicó a través de una misiva donde agregó: “Pido a Dios el altísimo que preserve nuestro querido Egipto de todo lo malo, y que cumpla las esperanzas y aspiraciones del pueblo”

Publico 14/08/2013 17:56 Actualizado: 14/08/2013 18:45

El vicepresidente egipcio de Relaciones Exteriores, Mohamed el Baradei, renunció hoy al cargo, tras los disturbios de las últimas horas en el país, en una carta dirigida al jefe de Estado interino, Adli Mansur.

“Presento mi dimisión del puesto de vicepresidente y pido a Dios el altísimo que preserve nuestro querido Egipto de todo lo malo, y que cumpla las esperanzas y aspiraciones del pueblo”, explicó El Baradei en su misiva, a la que tuvo acceso Efe. “Ha llegado a ser difícil para mí continuar al frente de la responsabilidad de tomar decisiones con las que no estoy de acuerdo y de las que temo sus consecuencias“, agregó el premio Nobel de la paz egipcio.

“Ha llegado a ser difícil para mí continuar con la responsabilidad de tomar decisiones con las que no estoy de acuerdo” En ese sentido, señaló que no es capaz de asumir la responsabilidad de una sola gota de sangre ante Dios, ante su conciencia y los ciudadanos, especialmente, porque estaba convencido de que la violencia era evitable. Advirtió de que “lamentablemente los que se benefician de lo sucedido hoy son quienes llaman a la violencia, al terrorismo y a grupos más extremistas”.

El Baradei llevaba en el cargo desde el pasado 14 de julio, después del golpe de Estado militar que depuso al presidente, el islamista Mohamed Mursi, el día 3 de ese mes. En el texto, el exdirector del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) apuntó que ha intentado defender en su puesto los principios de la Revolución del 25 de Enero, que derrocó al régimen de Hosni Mubarak en febrero de 2011.

“Creo que la estabilidad y la prosperidad solo se lograrán mediante un consenso nacional, y la paz social, a través de la creación de un Estado civil, en el que no se implique la religión en política”, indicó. Destacó que hay grupos que adoptan la religión como “un telón” y que tuvieron éxito en dividir el país tras alcanzar el poder hace un año, en referencia a los Hermanos Musulmanes, grupo en el que militó Mursi hasta que accedió a la Presidencia.

Apuntó que con el derrocamiento de Mursi esperaba que se pusiera fin a la polarización y que por ese motivo aceptó el cargo. Sin embargo, con el cambio de autoridades, “hemos llegado a un estado de polarización más dura y el tejido social está amenazado porque la violencia no trae más que violencia”, lamentó. El Ministerio de Sanidad de Egipto informó hoy de que al menos 149 personas murieron y 1.403 resultaron heridas en los enfrentamientos ocurridos en varias provincias del país.

Los disturbios se desencadenaron después de que las fuerzas del orden lanzaran esta mañana una operación policial para desmantelar las acampadas de los seguidores de Mursi en El Cairo.

9 comentarios

  • oscar varela

    Hola !

    OTRA “Teología posible”. Me faltaba en la colección:

    Teología de la confusión
    Por: Jorge Gómez Barata (especial para ARGENPRESS.info)
    http://www.argenpress.info/2013/08/teologia-de-la-confusion.html

    No sé cómo se las arreglará el amigo Juanjo (el Tamayo) para ponerla “en claro”.

    ¡Habrá que seguir yendo todavía! – Oscar.

  • Sergio Dalbessio

    Algunos datos: demás está decir el baño de sangre que ya tenemos en este momento con casi 1000 muertos y no hay asomo de detención de la inmenente guerra civil.
    Quizás mirar con ojos occidenetales nos hace ver el mundo dividido en países,  los hermanos musulmumanes me aprece tiene otra mirada. Lo religioso está sobre lo político. EEUU no va a admitir el golpe de estado porque tendría que dejar de girarles los 1500 millones de doláres anuales, que son ayuda y tenerlos de aliados; la ONU tan inservible como casi siempre, mañana hay reunión de cancilleres europeas para cortar el envío de armas (¿usarán otras rutas?), Mubarak saldrá libre dentro de un ratito nomás, los militares no soltarán el poder y ya están cambiando los artículos de la constitución donde no se permitirán los partidos religiosos. Lo que escuche me hace pensar que la primavera no fue tal y que la masacre continuará como está ocurriendo en Siria, y después más allá de los análisis que uno pueda realizar los muertos, los heridos, los desamblados, los refugiados estarán “auxiliados” por la ayuda internacional, pero el dolor y la muerte sigue ahí en niños, jóvenes, ancianos, mujeres, tantos y tantas inocentes en nombre de la democracia, el poder, la religión y lo que sea.

  • oscar varela

    James Petras: “Se está fomentando una lucha armada en Egipto que va a tener repercusiones en toda África del norte y en medio oriente”
    CX36 RADIO CENTENARIO

    Periodista: ¿Cómo se están desarrollando los hechos y qué incidencia tienen los Estados externos a este conflicto?

    James Petras: Primero debemos decir que hay un antecedente muy importante, un punto de referencia de lo que está pasando en Egipto. Es la masacre de los musulmanes que ganaron las elecciones en Argelia en los años ‘90, cuando Francia y los militares intervienen para aplastar a los islámicos que ganaron o estaban a punto de ganar las elecciones, lanzando una guerra de 10 años, desestabilizando al país, desarticulando la economía y dejando como resultado 90.000 personas muertas, la gran mayoría islámicos. El modelo de Argelia es lo que está en los ojos de los militares que hicieran el golpe de Estado.

    Ahora, en este golpe enfrentan a millones de egipcios que están peleando, en primera instancia, por los derechos democráticos, la restitución de un gobierno elegido. Y este proceso ha enfrentado ahora un golpe de Estado que quiere descabezar toda la dirección y matar a la gran mayoría de los activistas militantes.

    Hasta ahora tenemos por lo menos 5.000 muertos y heridos entre los musulmanes y menos de 50 policías. Los países occidentales han tomado posiciones hipócritas. El gobierno de (Barack) Obama denuncia la violencia y represión del Estado pero el ministro (de Defensa norteamericano) de Estado, (Charles) Hagel, dice que no van a eliminar la ayuda militar que es de 1.500 millones de dólares. O sea, van a seguir canalizando armas a los represores y asesinos en los militares.

    El resultado de la política norteamericana es un fracaso.


    Primero buscaban apoyar a Mohamed Mursi, el islámico, como mal menor frente al levantamiento popular. Después tratan de crear una alianza militar islámica por un período, pero los militares querían controlar el Estado, la parte militar policial, mantener todo el aparato de Hosni Mubarak, de la dictadura, incluso la parte judicial.

    Y la izquierda tonta, como siempre, puso a los sindicatos socialistas a participar en las manifestaciones contra el gobierno dirigido desde arriba por los militares que utilizan como tontos útiles a los manifestantes incluso de izquierda que tenían el respaldo de los trotskistas en Francia, en Inglaterra y otros lugares como otros idiotas. Y este proceso que se llama una lucha antidictatorial, antiislámica, terminó creando las condiciones auspiciosas para el golpe. Y una vez que los militares tomaran el poder, descartaran a todos los sindicalistas, lanzaran una campaña militar represiva que todavía continúa y van a aumentar las cifras tan vez hasta muchos miles de muertos y heridos en los próximos días.

    Hay que tomar varias conclusiones,
    Washington en este caso está en una situación de perplejidad. Por un lado no tiene ningún interés en la democracia pero tampoco quieren ver una guerra civil, un levantamiento generalizado que deslegitimiza a los militares que son los principales aliados. Tiene miedo de una lucha armada. Ahora, una vez que los musulmanes ven que la vía electoral no sirve, ya grupos islámicos más radicales han dicho que no sirve para nada a los musulmanes participar de los procesos electorales cuando van a negar los resultados.

    Entonces, se está fomentando una lucha armada en Egipto que va a tener repercusiones en toda África del Norte, en Medio Oriente apoyando la idea de que el mundo occidental, a pesar de la retórica, realmente apoya dictaduras.

    Y Washington tiene miedo en estas circunstancias de que el ejemplo de una lucha armada con apoyo de masas en Egipto podría tener un impacto múltiple en todo Medo Oriente. Ese es el gran miedo, no tiene ninguna preocupación por las muertes, sólo tiene miedo de que las consecuencias de las masacres pongan sobre la mesa otra forma de lucha y eso va a radicalizar el proceso.

    Mursi estaba en acuerdo con la política occidental, las restricciones sobre los palestinos, incluso apoyando la invasión de Siria, pero ahora la nueva ola de musulmanes van a tomar posiciones más antioccidental, más anticolaboración y tal vez abrir paso para una extensión de apoyo a los palestinos.

    Periodista: ¿Qué salida cree usted que puede encontrarse a esta situación? ¿Qué posibilidades reales de que las elecciones sean una verdadera salida?

    James Petras: Bueno, no hay ninguna salida electoral en este momento. Los militares han declarado estado de sitio, están encarcelando y matando a cualquier opositor, cualquier voz crítica, han forzado la salida de los liberales, los grupos colaboradores de los militares como el Baradei y los sectores neoliberales seculares que no están de acuerdo con la política de masacres. Y eso indica que no hay ningún interlocutor que podría llegar a un acuerdo para buscar una salida electoral en este momento.

    Los militares monopolizan la política, no tienen ninguna intención en abrir un proceso electoral mientras están comprometidos en la eliminación de los grupos islámicos.

    Al mismo tiempo los islámicos están hegemonizando la lucha contra la dictadura, todas las fuerzas seculares, republicanas, socialistas ahora tienen que elegir entre apoyar la lucha antimilitar encabezado por los grupos islámicos o quedarse en el margen de la historia.

    No creo que muchos vayan a apoyar al gobierno militar. No son tan estúpidos como antes cuando se autoengañaron apoyando las marchas contra Mursi en vez de defender a la democracia y atacar a los militares. Ahora se quedan sin ninguna alternativa.

    Ahora, la polarización es la masa antidictatorial islámica contra los militares, las otras opciones ya quedan al margen de la historia.

    Y Estados Unidos critica a los militares pero al final de cuentas están del lado de los masacradores.

    Periodista: ¿Qué papel cree usted que juega la situación geográfica de Egipto? Su frontera común con Israel, con la Franja de Gaza, con Arabia Saudita.

    James Petras: Obviamente los militares son pro-Israel, han hecho trabajo, en el poco tiempo que hace que están en el poder, cerrando las salidas para Gaza. Han hecho masacres en Sinaí para eliminar a cualquier apoyante allá que apoyan a Palestina.

    Por otra parte, la lucha de los musulmanes va a abrir camino para fortalecer sus contrapartidas en Libia, donde los pro-occidentales ya no controlan más que pequeñas enclaves en Libia.
    Entonces, es muy probable que el conflicto en Egipto tiene enormes repercusiones en favor de los palestinos en Gaza, el apoyo de los grupos islámicos en Libia contra el gobierno y va a tener repercusiones también en otras regiones, particularmente en Turquía, donde el gobierno de Erdogan quería extender la islamización, ahora siente peligro por el golpe y está llamando al Consejo Nacional de seguridad a condenar la masacre. Pero obviamente Turquía va a ser afectada, Erdogan era muy cercano a Mursi, fue a visitarlo, a apoyarlo. Y ahora queda enfrentando el hecho de que Mursi cayo y la lucha contra la dictadura en Egipto va a tener enormes consecuencias.

    En otras partes, por ejemplo, en Irán el gobierno islámico condena el golpe pero no está tomando partido. No creo que vayan a ser muy afectados directamente. Sólo que los grupos de poder de Mubarak, que eran muy hostiles a Irán, vuelven a tener mucha influencia en el gobierno militar. Los militares han recompuesto el gobierno de Mubarak, todos los seguidores de Mubarak vuelven a controlar la inteligencia y son ministros en el gobierno.

    Entonces, es una vuelta hacia el gobierno policíaco que dominaba antes del rebelion popular.. Es una vuelta hacia atrás pero en un contexto donde el pueblo está sumamente movilizado y sin miedo. Es el factor importante.

    Hoy en día hay miles de musulmanes que están marchando por la democracia y contra el golpe. Otra masacre es muy factible hoy que podría modificar el panorama..La lucha en Egipto va a agudizar y cambiar la forma, desde las marchas pacíficas hacia las luchas de masas más violentas y tal vez el desarrollo de una insurgencia, una guerra de guerrillas urbanas y clandestinas. Y eso también va a tener un impacto sobre todo el Medio Oriente.

    Periodista: ¿Se puede dar un escenario tipo Libia de invasión por parte de la OTAN en Egipto? Porque se está perdiendo prestigio también por parte de los países de Europa con su aliado, los militares.

    James Petras: No, no creo que la OTAN vaya a mandar tropas a intervenir en Egipto.No hay condiciones actuales, los militares quieren dominar la situación y los islámicos no confían en nada de OTAN.No tienen ningún respaldo político en intervención. Si las fuerzas de la OTAN no pueden intervenir con un gobierno violento y aislado, como pudieron hacerlo en Mali donde hay una división en el país entre uno y otro sector, como Francia puede intervenir. Yo no creo que haya una base de apoyar al gobierno militar en este momento.

    Ahora, si la lucha armada sigue avanzando, si los militares están a punto de caer, si existe algún apoyo político, uno puede imaginar alguna intervención más allá de una intervención de las Naciones Unidas con lo que llaman las fuerzas de paz. Pero eso no está sobre la mesa en este momento. Lo que sí vamos a ver es la continuación de apoyo militar por parte de los Estados Unidos dando armas y apoyo a los militares mientras con la otra mano van a criticar los excesos. Pero eso no engaña a nadie.

    Periodista: Bien, entonces usted sostiene que la comunidad internacional va a permanecer en una situación declarativa y no va a intervenir.

    James Petras: Sí, obviamente declarativa, denuncias y algunos actos simbólicos. Estados Unidos suspendió ejercicios militares junto con el ejército egipcio, pero eso no tiene ninguna importancia, es algo simbólico. Washington no quiere perder toda la legitimidad en el mundo musulmán, ellos tenían un proyecto de colaborar con los islámicos de la derecha. Han tenido relaciones en el Golfo con Arabia Saudita y otros países, y buscaban algo más en este lado con Túnez, Libia, Marruecos y Egipto, pero no pudieron consolidar esta política. Ahora que los musulmanes están enfrentando la dictadura militar, Washington ha perdido la posibilidad de consolidar una nueva alianza con los llamados musulmanes moderados. Ahora enfrentan el hecho de que están apoyando una minoría militar contra las grandes masas musulmanas.
    Han fracasado en todo esta apertura hacia el mundo musulmán.

    Periodista: ¿Qué pasa con la Franja de Gaza en toda esta situación, qué pasa con Israel y con Palestina en estos diálogos de paz en medio de esta situación de crisis en Egipto? ¿Puede haber alguna afectación también?

    James Petras: Podríamos decir en una palabra que Israel respalda a los golpistas militares porque tienen relaciones estrechas con los golpistas en Egipto hace mucho tiempo.

    Ellos están siempre buscando cualquier forma de apoyar gobiernos de ultraderecha que están dispuestos a tener relaciones con el estado colonial de Israel. Están metidos en una forma perversa en Siria, apoyando a los islámicos de la extrema derecha simplemente para fomentar un conflicto que está destruyendo al país. Es una política macaveliana, apoyan cualquier fuerza que puede destruir al país para fortalecer la influencia de Israel.

    En el caso de Egipto concretamente, están 100% con los golpistas. Los golpistas han hecho cosas para Israel en el poco tiempo que hace que están en el poder, muy, muy favorables. Apoyan todos los procesos de expansión de colonias, apoyan el bloqueo de Gaza y finalmente están controlando las fronteras actualmente para evitar cualquier apoyo de los musulmanes del grupo Hamas en Gaza.
    Entonces, están haciendo el trabajo para Israel entre los palestinos y además Israel está dando los apoyos en el conflicto.

    Ahora, ¿de qué formas puede actuar Israel? Bueno, depende mucho de los grupos de influencia sionistas. Si Israel dicta que los grupos sionistas se oponen a cualquier ruptura de relaciones entre Estados Unidos y Egipto, los grupos sionistas van a estar en contra de la ruptura. Pero hasta ahora no hay ninguna indicación de ruptura.
     

    Los sionistas están muy contentos con la política de Obama que retóricamente critica pero materialmente siguen apoyando la dictadura.

  • Xosé Gundín

    R. Olvera: Ya, seguramente a Israel (y USA) no les gustaría que la pieza egipcia cambie de mano en el tablero del cercano oriente.
    Los otros occidentales secundarían a los dos primeros por simpatía y deber de aliados….
    Supongo que lo que inquietaría más a los europeos sería el tener trabas a la circulación por el canal, no digamos a su cierre (y volver a dar la vuelta a Africa por el Cabo de Buena Esperanza ¡fu!).
     
    La clave en el interior estará el Ejército. Allí estarán las razones, la iniciativa, la dirección y la acción. Y no creo que haya salido de los cuarteles por pureza democrática ni respeto constitucional.
     
    Laicos y coptos por un lado, e islamistas por el otro no creo que sean más que peones, con sus específicas razones e intereses, cierto, pero razones insuficientes para armar la que se arma. Mientras ellos se pelean todos pierden…menos algunos: los que quieren quieto el escenario del cercano oriente y el canal.
     
    A falta de considerar estos asuntos la información de prensa me parece poco fiable.
     

  • Rodrigo Olvera

    Hola Xosé
     
    Quizá una indicación de causas exógenas te la proporcione el hecho de que el gobierno de Israel ha salido en defensa de la actuación del ejército egipcio.  El gobierno egipcio de Mubarak fue fundamental para el bloqueo a Palestina. Una de las acciones trascendentes de Morsi fue forzar un cese de la más reciente ofensiva militar israelí con la amenaza de abrir la frontera egipcia. En este entramado Israelí-Egipcio se enmarca la emboscada a los policías egipcios en Sinaí.
     
    Este es un ajedrez de muchas piezas; lamentablemente, miles de personas son peones sacrificables para quienes están al mando.

  • Xosé Gundín

    Sin disminuir las causas endógenas del conflicto, hecho de menos -no solo aquí- cualquier referencia al papel que el uso del canal de Suez pueda jugar en este conflicto.
    ¿Cómo verían los Estados industriales que el canal cayese en manos islamistas?.
     

  • Equipo Atrio

    Asunto difícil  situarse ante lo que pasa en Egipto.

    No sólo porque no hay información, sino que es difícil entender de qué parte está la razón, sobre todo tras la tremenda represión que está desarrollando el ejército egipcio contra los hermanos musulmanes. El ministro de defensa es elmismo que estaba en el gobierno destituido de Morsi. Y hay que tener en cuenta que antes del golpe militar se produjo el golpe civil de rebeldía popular contra la manera sectaria con que los hermanos musulmanes habían aprovechado los votos (provenientes principalmente de las zonas más rurales y tradicionalistas del país) para imponer la sharía en una constitución no pactada entre todos que ni siquiera gustó a todos los musulmanes.

    Acabo de oir el testimonio en un audio en francés del P. Boulad, el que escribió un famoso SOS por la Iglesia de hoy, que publicamos en ATRIO en enero de 2010. Habla desde Alejandría y da testimonio de los que han hecho los islamistas egipcios antes y después de perder el gobierno. Dice que muchos egipcios, musulmanes o cristianos, no islamistas están indignados de la manera parcial con que se informa en occidente, haciendo rápidamente víctimas del conflicto sólo a los islamistas. Vale la pena oír su declaración del pasado jueves, el que entienda el francés:

    Habla el P. Heni Boulad

  • El gobierno de los Hermanos Musulmanes podrá no ser del agrado de muchos. No comparto la idea de gobiernos religiosos (a pesar de ser Democrata Cristiano durante la mayor parte de mi vida), pero no puede decirse que lo que sucedió en Egipto no fue un golpe de estado. Es más, lo hicieron bajo la escuela latinoamericana; luego de destituir al gobierno, viene la represión y eso es lo que estamos viviendo en estos días.
    Dios se apiade de aquellos que son capaces de destruir una vida humana.
     

  • Rodrigo Olvera

    Muy buenos datos para arrancar el análisis de coyuntura. Gracias

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