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La edad y el tiempo

Me gustaría compartir un pensamiento en relación a la edad y tiempo. Que el verano, tiempo –teóricamente de reposo–, sea una reflexión. Por otra parte, creo que puede ser interesante ya que me encuentro con muchas personas sea en la consulta como en la conversación familiar y en la calle que hablan de este tema.

      No es preciso comentar qué es la edad. Cada uno tiene su propia vivencia. Pero, sí que es cierto, y lo podemos constatar, de qué forma tan diferente se vive según el momento del proceso existencial, la corporalidad y la psique en cuanto forman una totalidad.

      Hay muchas divisiones sobre las diferentes edades. No seguiré ninguna de los libros de psicología, sino que presentaré una –ni científica ni academicista- desde otro ángulo para considerar nuestras etapas vivenciales, que puede ayudarnos, mucho o poco, esto va depender de la actitud de cómo se viva.

      El criterio de división es muy sencillo. Etapas de 12 años. Al leerlas dejaos llevar por vuestras sensaciones e iréis encontrando respuestas, puntos de inflexión y otras preguntas o respuestas a plantear, a hacerse. Por mi parte sólo daré algunas indicaciones.     

  • La primera etapa de la concepción a los 12 añitos. La primera etapa correspondería desde la concepción (no en vano, hay una costumbre china que afirma que al nacer ya se tiene un año) hasta los doce. Los niños son guiados, conducidos. La escuela tiene importancia. Ámbito de socialización y sin olvidar nunca: El gran momento de los aprendizajes básicos para la vida: leer, escribir, uso de las nuevas tecnologías y todo en una axiología que se da por ósmosis. ¿Qué valores se transmiten? Sin olvidar que los niños son auténticos exploradores, descubridores del mundo interior.
  • La segunda etapa de los 12 a los 24 abraza un buen tramo de la vida estudiantil y entrada en el mundo laboral. Un momento idealista para combatir la realidad y transformarla. Una buena época, pero al mismo tiempo delicada y compleja.
  • La tercera etapa 24 años a los 36 cuando el joven o la joven empieza a salir de casa (hoy en día, 29 años es la edad media). Empieza a fortalecer una relación que quiere ser estable pero… Además, el mundo laboral o profesional tiene un gran peso. La nueva mentalidad actual: diversos trabajos a lo largo de la vida. Y llegan los hijos o no llegan. Por lo tanto, ¿Pareja siempre o padres? O ¿ya divorciados? Y se continúa la lucha por otro mundo más justo, equitativo, humano.
  •  La cuarta etapa 36 a los 48 presenta una cierta estabilización. La pareja se conoce más y son, además, padres… ¿Qué educación? ¿Qué valores? Pesa mucho la responsabilidad de los padres… Además, ¿con adolescentes del siglo XXI? Y ¿divorciados?
  • La quinta etapa de los 48 a los 60. La etapa que comporta crisis. De muchas clases. El mundo ad extra, es decir, mirando siempre hacia fuera, hacia los demás, hacia la galería….. glamour… Una fatiga emocional… Una mirada retroactiva, pero, ¿cómo? ¿qué? ¿quién? ¿Serenidad o angustia? Y también empieza la jubilación para algunos… Hay muertes, amores desaparecidos, experiencias fuertes…
  • La sexta etapa de los 60 a los 72. ¿Por dónde va la vida? ¿Ad extra todavía o también ad intra? ¿Cómo se ocupa el tiempo? ¿Qué reflexiones emergen del mundo interior y de la experiencia de la vida? ¡Qué mirada tan diferente!
  • La séptima etapa de los 72 a los 84. Una etapa de profundidad interior como también de placer y gozo. Gozo de nietos y nietas, como de biznietos y biznietas. O también recoger el fruto sembrado en los años anteriores. La soledad y la solitud. El silencio se valora.
  • La octava etapa de los 84 a los 96. Si la salud acompaña son años también de regocijo No se pierde la inquietud, la curiosidad. La vida es otra realidad más profunda. Una vida sonriente, pero para algunos, triste.
  • La novena etapa de los 96 a los 108… He visto de todo y también muchas ganas de morir. 

      Cada persona lectora puede ir añadiendo sus comentarios silenciosos.

      Y cada etapa tiene los mismos niveles de consciencia, por lo tanto, la diversidad. ¿A cuáles deseamos llegar, vivir? Y aquí se requiere el esfuerzo, el trabajo, la reflexión, la meditación, el silencio…. Es preciso auscultar la voz interior.

      Y el tiempo se encuentra a lo largo de todas las etapas de la vida como es obvio. Por lo tanto, toda la vida tiene tiempo y es tiempo para poder llegar a la Presencia atemporal.

      Y todos nos atrapamos y caemos en la trampa del cronómetro. El tiempo objetivo. Este tiempo que “es oro”, “es caro”… y del cual somos esclavos, pero no es un valor natural sino de cálculo humano, neoliberal, del capital salvaje… La prisa mata aunque el reloj, su invento es de hace siglos. Y ha resultado un abuso de un uso. Ha pasado de estar al servicio del hombre: un uso, a ser el hombre un esclavo: un abuso.

      La perfección del cronometro. Y todo este tiempo es invento de la mente humana. La naturaleza sigue otros criterios. Y esta medida del tiempo, producto totalmente del cerebro, ha devenido “dios” o “divinidad”. La veneración a la puntualidad obsesiva o compulsiva como el final tan dictador como tiránico. La matematicidad del tiempo es tal que si no se cumple, todos los programas caen. Hay destrucciones, accidentes o aparatos que explotan.

      Este “cronos” que devora a los otros y que nos devora. La incompatibilidad de trabajos de familia y trabajo. Exceso de trabajo ya que no hay fronteras cronométricas.

      Hoy en día se empieza ya a hablar del “banco del tiempo”. Una buena idea de valorar otra forma el tiempo.

      Y así entramos en el tiempo de gracia, de gratuidad, el tiempo subjetivo, el tiempo existencial y… no es preciso el reloj. Pero que se vive intensamente. ¿Qué hacemos de él? ¿Qué se hace de él?

      ¿Un tiempo objetivo, cronometrado, versus un tiempo subjetivo, de gratuidad?

      Es preciso aprender a diferenciar los dos tiempos en cada etapa para poder llegar a conectar con la última dimensión que forma Uno en cada uno de nosotros con todos y con el Todo.

      ¿Qué es el tiempo? Lo mismo que la edad. La persona lectora, ¿qué dice? ¿Qué piensa o vive? Y para concluir citaré algunas frases de autores para poder realizar la nuestra.

      ¿Amas la vida? Entonces no malgastes el tiempo, porque el tiempo es el material que está hecha la vida.

      Y dice Albert Schweitzer: A los veinte años todos tienen el rostro que Dios les ha dado; a los cuarenta el rostro que les ha dado la vida. A los sesenta el rostro que cada uno se merece.

      Y para concluir expongo la última reflexión: El hecho de poder ser consciente de cada dimensión en cada etapa, podríamos llamarlo: Madurez o autenticidad personal, que abre la Luz para conectar con la propia Verdad Interior, que es la misma para todos y que las formas varían en cada etapa. Además, es imprescindible el uso de la razonabilidad, pero no de la racionalidad

36 comentarios

  • Asun

    Gracias, Honorio. Si te recuerda a algo, a alguien,  o a ti mismo es que de fondo eso se revela en todos. Quitarse el miedo es quedarse desnudo, sin protecciones ni pertenencias. Es lo que intentamos.

     Un fuerte abrazo.

  • h.cadarso

      Asun: Leyéndo tu último delicioso mensaje, me sonabas a Walt Whitman, el poeta americano de los tiempos heroicos del nacimiento de los Estados Unidos. Aunque lo que él tiene de impreciso, de contradictorio, de andar a bandazos sin rumbo fijo, en ti creo que es como más consciente y unidireccional. El caso es que siempre estamos en la misma, condenan por ateos y blasfemos a los que quizá Lo sienten más de cerca en todas sus manifestaciones, y se llenan la boca de sus “fes” indestructibles…

  • mªpilar garcía

    Dietrich Bonhoeffer – desde la carcel

    ¿Quién soy?

    ¿Soy realmente lo que los otros piensan de mí?

    ¿O bien solo soy lo que yo mismo sé de mí?

    Intranquilo, ansioso, enfermo, cual pajarillo enjaulado,
    pugnando por poder  respirar, como si alguien me oprimiese la garganta,
    hambriento de colores, de flores, de canto de aves,
    sediento de buenas palabras y de proximidad humana,
    temblando de cólera ante la arbitrariedad y el mero agravio,
    agitado por la espera de grandes cosas,
    impotente y temeroso por los amigos en la infinita lejanía,
    cansado y vacío para orar, pensar, crear,
    agotado y dispuesto a despedirme de todo.

    ¿Quién soy yo? ¿este o aquel?

    ¿Seré hoy este, mañana otro?

    ¿Seré los dos a la vez; ante los hombres un hipócrita, y ante mi mismo un despreciable y quejumbroso débil?

    ¿O bien, lo que aún queda en mí semeja el ejército batido
    que se retira desordenado ante la victoria que tenía segura?

    ¿Quién soy? Las preguntas solitarias se burlan de mí.


    Sea quien sea, Tú me conoces, tuyo soy, ¡Oh Dios!

    (Ufffffff hermoso, impactante)
    mª pilar

  • Asun

    He disfrutado un montón leyendo con tranquilidad el artículo y todos los comentarios, por fin. Al no encontrarme bien estos días pasados sentía una especie de repelús, cierta incapacidad de expresarme sobre el tema que habéis tratado con Jaume. Lo que indica que la inercia del “espejismo” es más fuerte que hacer realidad lo que voy a comentar.
     
    Creo que es clave el darse cuenta que no somos los acontecimientos que nos pasan en la vida, las crisis, enfermedades, edad y etapas  que sin cesar experimentamos, a pesar de que nos cuesta mucho no identificarnos con lo que nos ocurre, pues hemos pensado durante  lo que hemos sentido, y a veces muy doloroso, como nuestra vida, que de ello dependía la propia supervivencia de lo que creíamos ser,  que nos daba y ponía sentido. La apariencia externa ha ido cambiando, pero también la manera de lo que llamamos “sentirnos vivos”. Como ya habéis indicado, creo sin embargo que somos aquello ilimitado e inasible, que observa y percibe esos cambios y transformaciones, fuera del  tiempo y  espacio. Se podría decir también una paz, plenitud de fondo fuera de coordenadas tiempo y espacio. Si no dónde reside  eso que a Pepe, al mirar a su nietuca, le ha ce sentirse pleno de gozo, fuera de todo constreñimiento?
     
    Creo que vamos aprendiendo no tanto a construirnos nosotros mismos, sino a no compararnos ni con los demás ni con nosotros mismos, sin expectativas ni frustraciones, querida Pilar,  y dejar finalmente ser la unicidad que somos, con luces y sombras, querida Carmen, identidad única, valiosísima, que está siempre ahí esperando a emerger a hacerse uno con uno mismo y con todo, pues  al mismo tiempo, en lo más hondo es compartida, fuera del espacio y tiempo, entretejida en la misma red de identidad en la que estamos todos.
     
    Si salen individuos tan dispares y hasta contradictorios de una misma familia, Ana, será que lo que se lleva dentro, el sello de la unicidad es lo que nos va conduciendo, aún a ciegas, a nuestra verdadera identidad, que nada tiene que ver,- nos lo va ir diciendo la consciencia en el despliegue de todo lo que es-, con nacer en una familia determinada y con un educación x, unas circunstancias concretas, aunque sin duda esté cada uno irradiado en sus raíces por todo ello, para que en su conjunto bien entrelazado nos ayude a despertar a quienes somos.
     
    Por qué ha de dolernos el “paso del tiempo”, Mª Asun?.Es verdad que así lo hemos ido constatando, y vaya que si duele. Pero en realidad es eso lo que duele y a quien duele? Creo sinceramente que sólo duele a la parte mental, emocional que somos, lo físico con lo que nos hemos ido identificando la mayoría de las veces totalmente, hasta acaparar toda nuestra atención, como lo han ido haciendo y así nos lo transmiten en  reacciones diversas nuestros ancestros y compañeros de viaje. Cuando llegamos a vislumbrar en la lucidez lo ilusorio de nuestra angustia, nos  puede parecer, en un principio,  que hayamos despilfarrado mucha energía en ello,  porque  hemos querido controlar lo incontrolable, apresar lo imposible, sin embargo, lo inaudito es que no importa, nada en absoluto, pues todo tal y como lo que es  tiene su sentido.
     
     
     Atender sólo al presente en todo lo que hacemos, dejándonos ser a cambio de nada, es un descanso, que sin saber el por qué siempre hemos anhelado, es el sentido, la dimensión profunda  de lo Real,  en la que es la verdadera identidad, sin edad ni tiempo.
     
    Gracias a todos. Un fuerte abrazo.

  • h.cadarso

      Para relajarnos un poco, este soneto remedando a los Calderón, Góngora, Quevedo y demás conceptistas castellanos: 

              ¿Pasamos nosotros, o pasa el tiempo?
              ¿Somos el tren, y el tiempo la estación
              Que cuando nacimos nos dijo adiós
              Y al morir nos verá volver a casa?
              ¿Será morir la nada, el tiempo quieto
              O volver hasta el Dios del que salimos?
              ¿Empezamos a ser cuando morimos
              A ser de lleno, enteros, por completo,
              Alcanzamos quizá el tiempo real?
              ¿Es la muerte conciencia conquistada
              Y este vivir es un puro soñar?
              La vida es sueño, dijo el inmortal
              Calderón, y los sueños no son nada
              Más que niebla que el viento hace volar.

  • Jaume PATUEL.Barcelona.

    Carmen, deseo compartir contigo esa otra división de edades. Cada uno tiene su propio tiempo y división. Gracias por tus enseanzas.
    Pere, es maravilloso ver dormir al ser querido y más  si es quien va a continuar nuestra vida en la Vida
    gracias

  • ana rodrigo

    Pepe, esa escena de nieta y abuelo, no se mide con tiempo ni se puede expresar con palabras, eso es sublime….Disfrútalo.
    Un beso extensible a tu nieta.

  • pepe sala

    ¡¡¡ Dios !!!  qué guapa está mi nietuca….
     
    Ahora duerme la siesta.

  • Carmen (Almendralejo)

    Gracias Jaume Patuel, yo también intentaré compartir contigo y con el mundo de Atrio, lo que significa el tiempo en la historia de mi vida.
    Pienso que el reloj corre a paso agigantados desde ese mismo momento que tenemos conciencia de saber que nuestro tiempo es finito, y sobre todo desde el momento que miramos atrás y vemos que hemos deshojado de la margarita infinidad de hojas que han supuestos más noés que siés…
    Como a la vez estas etapas que describes no van en consonancia si naces en una familia bien acomodada y con estudios, o si naces en una familia que a los 5 ó seis años ya tienes que coger el rol de hermana mayor, y casi el de una pequeña-gran madre.
    En mi hogar, mi madre se quedó huérfana en plena posguerra, con tan solo 11 años, aunque ya lo era antes porque su madre enferma apenas podía cuidar de ella y de esos embarazos ¿…?
    Quedó cuidado de sus tres hermanos más pequeños que ella, y el más con tal solo 40 día. Su padre, mi abuelo un hombre sin cultura y analfabeto, rudo y con la mentalidad de varón de su tiempo. Un obrero del campo, con días de trabajo en la siega o de podas, y recolección y muchos meses de agua y en casa, donde no entraba nada en esta casa.
    Si malo era uno el otro peor para una niña de 11 años, pues su trabajo consistía en mantener la casa en todo, y para colmo ir al tajo en día de calor, para llevar la poca comida que pudiera tener.
    Contamos que se lavaba la poca ropa en arroyos, que dejabas a solear y que debías recoger más tarde.
    Mi madre no fue al colegio, aprendió a escribir sola, y a contar como lo hacían las viejas con los dedos, aunque sin saberlo ella como tantas, ha sabido hacer reglas de tres, en la pobre economía y la subsistencia cotidiana.
    Su tiempo nunca será como el tiempo de otras personas que han sabido contar este cuando ya estaban pintando canas. Mi madre tiene un reloj de platino donde ha entretejido años de niñez y juegos con la vida de adulta, y al final ella a sus 76 años sigue estando con la más actividad que muchas personas de hoy con 30 años.
    Ella ahora hace ese recorrido inverso al cual tu describes, ella aprende a esa socialización de grupo extrafamiliar donde es ella quien dice y pone las normas de con quien y como vivir esta.
    Está aprendiendo a buscar nuevas maneras de ser joven y de Vivir…
     
    Si te digo que a los 12 años yo estaba fuera del colegio, en casa y ayudando… Que con cuarenta 38 años quise aprender que había a las afuera de las murallas de mi jardín, y que nuevamente hice este camino a la inversa, como mi madre y como tantas mujeres que podemos hacerlo, que nadie nos coarta  o corta las alas.
    Ese camino no solo fue el académico, sino el laboral y el social… ¡El espiritual!
    Creo que el ser humano, puede dar marcha atrás a su reloj, en infinidad de ocasiones, desojar la margarita y repasar que aquellas hojas que no fueron cortadas con las propias manos no amputan nada de las otras que aún siguen estando firme al botón, al sol.  
    Y como no, entre en esa barrera de 36 y 48 dando carpetazo a aquel contrato de la civilización, y un corte de mangas a todo el sistema que perseguía dejarme hasta la eternidad muda y callada.
    La vida no es para tod*s igual, pero si que podemos como el girasol darnos una vuelta sobre nuestro tronco y mirar hacía donde ese sol apunta a una luz distinta antes del anochecer de ese reloj único y personal.
    Ahora solo quiero tener la capacidad de disponer como quiero que sea ese último tramo, y trayecto de mi vida, sin que nadie disponga de m… Mi trabajo hace que vea situaciones que no quiero para esta última etapa.
    El tiempo no es oro, si no sabemos apreciar esa atemporalidad… y que existe esta y que está la mano propia.
    Que es posible detenerle y girarle hacía ese otro lado de cara a nuestro ojos.
    Si solo lodejamos pasar y llevar por este tiempo, es una simple acumulación y duración sssucesivas de horas que la van vistiendo de aceradas rutinas… Cúmulos de etapas que viven o revisan otr*s por ti, y que van pesando cada una como losas en nuestra vida.
    No se le puede decir al reloj que no marquen las horas, pero si le podemos poner poesía, músicam arte a los segundo,seguro que el caminar de estas agujas bailan con un tic tac diferente a nuestros oídos y corazón.
    felices y sonoras horas para cada un*

  • Jaume PATUEL.Barcelona.

    Ina, ¿qué más queires? tú misma ante este exceso de todo, te das la respuesta. Uso o abuso del tiempo? La mente tiene sus límites. Y la mente misma impone sus leyes que nuestro “ego” quiere saltar.  ¡¡
    vivir al vida a tope!! Todo depende qués es “tope”.
    Gracias porque me ayudar  a profundizar.
    Cuántas verdades nos dicen los Sabios……

  • ina

    Buenos días:
    Ya decía Einstein con aquello de la relatividad, que la percepción del tiempo dependía de la velocidad a la que se desplace uno… Y esto viene al caso de que quizá el problema no es el transcurrir del tiempo, sino la velocidad vertiginosa a la que nos desplazamos… El problema está en que vivimos para acaparar. Queremos disfrutar miles de experiencias y a ser posible, cuanto antes:
    Viajar al infinito y más allá (reportaje con miles de fotos incluidas), comprar cosas indispensables que luego no usamos mucho; celebrar, celebrar cualquier cosa que justifique una comida o una cena (donde aprovechamos para contar nuestro viaje al infinito), tratar de tener un trabajo que me permita mejorar mi nivel de vida y poder hacer cosas que ahora no puedo. Pero también necesito descansar. Acabo la semana tan cansado que necesito escaparme a algún lado y aprovechar todos los rayos de sol en la playa más lejana. Además, quiero leer todos los artículos de internet y opinar y machacar al que opina diferente, porque no tiene ni idea (yo sí, que vivo la vida a tope!)… Y, de repente… ¡oh no! ¡He engordado! Tengo que ir al gimnasio y comer más sano… fumar lo dejo después de Reyes… ¡Mi móvil! ¿dónde he dejado el móvil? ¡Estoy perdido!!!!…
    El problema no es el tiempo. El problema es querer usarlo todo para nosotros… Y, sin embargo, el tiempo que más se saborea es el que regalamos a cambio de nada. Ya me diréis…

  • Jaume PATUEL.Barcelona.

    Ana, totalmente de acuerdo.Evidentemente que tienen valor, epro en el cotnexto que yo hablo nuestro valor ya no es tal proque limita el Valor, pero la forma, la expresión cuanto más pulida, limpia y expresiva tanto mejor. ene ste sentido tiene valor de querer expresar algo o indicar un camino. Podríamos decri que palabra y silencio son hermanos.
    La Presencia Silenciosa  ya tiene sentido.
    Gracias, Ana.

    Mar, gracias pot tu reflexión continuada.
    Salduos muy cordiales 
      

  • MAR Medina

    Y el gran Maestro Jesús en el Silencio se encontro a través de su edad y tiempo, con la Presencia atemporal, que fue su Origen
     
    Gracias a ti, Jaume. En esa frase tiene sentido la afirmación de Josemaria, en la que coincido, y ese mismo es el territorio de la mística (a la que los detractores califican de ilusión, ya ves, amigo Sarrionandia), un territorio escurridizo e inaprensible en el que se cruzan lo temporal y lo atemporal, como nosotros mismos.
     
    Gracias a todos. Saludos de corazón

  • ana rodrigo

    Querido Jaume, dices: “Por otra, todas las palabras, tanto las mías como las vuestras, de riquísimas consideraciones, no tienen ningún valor. Son pura construcción nuestra, por lo tanto, relativas.”  Ciertamente que el lenguaje en muchas ocasiones no es capaz de transmitir todo lo que quisiéramos decir, especialmente cuando a sentimientos se refiere. También el lenguaje es relativo en tanto en cuanto pertenecen a cada cual y en sí mismas no tienen valor absoluto. Pero, discrepo de ti en lo que a si nuestra expresión verbal o escrita tienen o no valor alguno. Yo creo que el valor existe en la medida en que refleja, en la medida en que es posible, una realidad del ser humano.
     
    El lenguaje es un constructo humano, pero sin el lenguaje sería imposible construir el mundo interior de la especie humana, sin el cual el ser humano no sería humano, sería una especie animal más. El silencio tiene el valor que tiene, pero como todas las cosas, en su sitio y en su medida. Yo no contrapondría lenguaje-silencio como antónimos, sin más, porque ambos tienen su valor en sí mismos. Lo que percibimos a nivel interior y personal en el silencio no siempre podemos traducirlo en palabras, pero ¡cuántas cosas comunicamos con la palabra! Dios se hizo verbo y el verbo se hizo humano, ¡casi ná!

  • Jaume PATUEL.Barcelona.

    Mil gracias por compartir y ayduarme a las reflexiones expuestas. ¡Cuánta riqueza de percepción! Gratitud por una parte. Por otra, todas las palabras, tanto las mías como las vuestras, de riquísimas consideraciones, no tienen ningún valor. Son pura cosntrucción nuestra, por lo tanto, relativas.
    No son más que un conato, un intento -a lo largo de la historia humana escrita, pero no vivida- de decir los imposibles que el ser humno (por lo tanto cada uno de nosotros) siente, percibe, vive. 
    ¡Cuántos Maestros de Sabiduría ha habido en la historia! Y todos se han expresado de forma totalmente distinta, para expresar lo que es  ünico en todos: La unidad, la Totalidad. A mi me gusta mucho la palabra Silencio. Un Silencio  lleno, pleno… pero la palabra ya reduce, ya limita….Y el gran Maestro Jesús en el Silencio se encontro a través de su edad y tiempo, con la Presencia atemporal, que fue su Origen. Me siento un afortunado junto  con vosotr@s
    Gracias Ana y Mar.
    Un abrazo abarcante a tod@s.  

  • Rodrigo Olvera

    Sarrionandia
    Pues no.. no queda sobreentendida la respuesta.
    Yo sobreentendería que la respuesta a cada una de mis preguntas iría en la línea de que no objetas nada de mi comentario.
    Pero ésta suposición contradice tu afirmación de que difieres de los comentaritas (dicho así, implica que de todos los comentaristas, incluyéndome a mí.)
    Ante tal cosa, no hay suposición ni sobreentendimiento que valga (a menos que fuera una forma de evadir la responsabilidad con las propias palabras). Por éso te preguntaba explicítamente en qué parte de mi comentario no estás de acuerdo.
    Pero me queda claro que no tendré respuesta, parece que sólo te interesa que se responda lo que esperas que se responda para poder seguir evidenciando la genialidad de tu argumento (en el que por cierto, la explicitación MODIFICA el argumento inicial, que estaba basado en Dios y la inmutabilidad de su ser y su querer).
    Vale… que te diviertas.
     

  • oscar varela

    Hola!
     
    En principio me limito a coincidir en la importancia del Asunto que nos trae el Autor,
    señalando su actualidad a pesar de lo antiguo y variado de planteos y soluciones.
     
    Abrevio de Ortega y Gasset (OCT5,40-42):
    ············
    El concepto de edad no es de sustancia matemática, sino vital. La edad, originariamente, no es una fecha.
     
    Antes de que se supiese contar, la sociedad —en los pueblos primitivos— aparecía y aparece organizada en las clases llamadas de edad.
     
    La edad es, dentro de la trayectoria vital humana, un cierto modo de vivir. Y ese modo de vida que es cada edad se extiende durante una serie de años. No se es joven sólo un año. Se está siendo joven una serie determinada de años y lo mismo se está en la madurez durante cierto tiempo cósmico.
     
    La edad, pues, no es una fecha, sino una «zona de fechas» y tienen la misma edad, vital e históricamente, no sólo los que nacen en un mismo año, sino los que nacen dentro de una zona de fechas [son “coetáneos”].
     
    Pero ¿cuántas y cuáles son las edades del hombre?
     
    Hay para todos los gustos; se ha segmentado la vida humana en tres y cuatro edades —pero también en cinco, en siete y aun en diez.
     
    * Shakespeare, en la comedia A vuestro gusto, es partidario de la división septenaria.
     
    Pero sólo las divisiones en tres y en cuatro han tenido permanencia en la interpretación de los hombres. Ambas son canónicas en Grecia y en el Oriente, en el primitivo fondo germánico.
     
    Aristóteles es partidario de la más simple: juventud, plenitud o akmé y vejez.
     
    En cambio, una fábula de Esopo, que recoge reminiscencias orientales y una añeja conseja germánica que Jacobo Grimm espumó nos hablan de cuatro edades:
     
    «Quiso Dios que el hombre y el animal tuviesen el mismo tiempo, treinta años. Pero los animales notaron que era para ellos demasiado tiempo, mientras al hombre le parecía muy poco. Entonces vinieron a un acuerdo, y el asno, el perro y el mono entregan una porción de los suyos que son acumulados al hombre. De este modo consigue la criatura humana vivir setenta años.
     
    Los treinta primeros los pasa bien, goza de salud, se divierte y trabaja con alegría, contento con su destino.
     
    Pero luego vienen los dieciocho años del asno y tiene que soportar carga tras carga: ha de llevar el grano que otro se come y aguantar puntapiés y garrotazos por sus buenos servicios.
     
    Luego vienen los doce años de una vida de perro: el hombre se mete en un rincón, gruñe y enseña los dientes, pero tiene ya pocos dientes para morder.
     
    Y cuando este tiempo pasa, vienen los diez años de mono, que son los últimos: el hombre se chifla y hace  extravagancias, se ocupa en manías ridículas, se queda calvo y sirve sólo de risa a los chicos.”
     
    Esta conseja muestra cómo el concepto de edades se forma primariamente sobre las etapas del drama vital, que no son cifras, sino modos de vivir.
     
    Se ve, entonces, la profunda resonancia que en la preocupación vital de los hombres encuentra este tema de las edades desde los tiempos más remotos.
     
    Pero hasta ahora el concepto de edad preocupaba sólo desde el punto de vista de la vida individual.
     
    Faltaría intentar fijar las edades y el tiempo de cada una desde el punto de vista de la historia. La realidad histórica y no nosotros es quien tiene que decidir.”- [es el concepto de “generación”]
    ···········
    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • MAR Medina

    Tiempo, ¿presente continuo?:

     ¡Infinidad de hormigas en un solo y minúsculo agujero! 

    Saludos cordiales y felices sueños

  • Sarrionandia

    Rodrigo: la respuessta a tus preguntas está sobrentendida.
    MAR:Presiento en tus exposiciones un escurridizo acuerdo con la inanidad del tiempo. Buscaba objeciones para que lo afirmado por mí tuviera claro contraste, pero veo que se insiste en expresarse desde la burbuja, desde el espejismo.
    Voy a ser más explìcito: el tiempo destruye el presente donde vibra la vida. El pasado arrastra culpas por cosas que se hicieron en lo que entonces era presente y espera con ansias y miedos redimir esas culpas en un futuro que no se dará porque siempre será presente. Pasado y futuro, tiempos del tiempo, obstruyen el presente donde no hay tiempo y donde la vida está radicada y se expresa. La realidad de la vida no tiene tiempo y subyugarla al fantasma del tiempo es encarcelarla en el engaño del espejismo en que nos instalamos debido a una cultura que está frenada en su evolución.

  • MAR Medina

    ¿Objeciones? ¿Buscas objeciones? ¿No estás de acuerdo con tus afirmaciones y quieres que te rescatemos de ellas, amigo Sarrionandia?
     
    Insistes en que el tiempo es una ilusión. ¿Afirmas entonces que somos seres ajenos al mismo? Mi piel y mi corazón me demuestran lo contrario, aunque a su vez, repito, algo en lo más profundo de mí permanece inmóvil, imperturbable.
     
    Para conciliar la coexistencia en mi ser del tiempo y la eternidad me gusta pensar que trenzo mi vida, mi ser en ella, con ambos, como una espiral que se enrolla en torno a un espacio vacío, pues que nuestra misión de seres humanos consiste precisamente en ser la conciencia viviente de este acto de amor que es el universo.
     
    Aceptar la consistencia (dices) del tiempo es seguir remando en la ignorancia, dar por buena su ilusión. Es asimismo elegir ser por gracia y amor. No veo la relación entre la libertad de elegir entre ser o no-ser y el tiempo, ni que aceptar darle consistencia al tiempo sea un modo de ignorancia.
     
    Pero sí te hago una objeción: no hay libertad alguna en nuestro existir, sino que venimos al mundo sin que nadie nos pregunte. La única libertad que tenemos a respecto es construir en sintonía con el impulso de amor del universo, dar un sí a lo que somos, o no hacerlo, pero no sé si en este último caso renunciamos a Ser. ¿Es eso lo que quieres decir? De cualquier modo, en ambos casos necesitamos del tiempo, aun trenzado en la eternidad.
     
    (Nota: despediciar no es sinónimo de perder, luego se puede desperdiciar el tiempo sin perderlo)

    Saludos cordiales.

  • Rodrigo Olvera

    Sarrionandia
    ¿Y si contestaras las preguntas que te hice? ah..supongo que también son un espejismo jaja

  • Sarrionandia

    Perder el tiempo es imposible; lo que se pierde es la oportunidad de mejorar. El «coeficiente» tiempo carece de base existencial para ser algo y otrotanto le acaece al espacio. Dios, en su simplicidad del Ser, quiere que queramos y, así. nos hace libres, creados a imagen y semejanza suya. Nuestra libertad es riesgo de elegir entre ser y no-ser: éste es el drama de la historia. Diluyendo el engaño del tiempo descubrimos que, por gracia y por amor, somos incapaces de elegir, con clara advertencia y con deliberada voluntad, el no ser. Pero, como así parece que renunciamos a nuestra libertad, preferimos darle consistencia existencial al tiempo y seguir remando en la ignorancia.
    Esto no pulveriza nada porque aun no he tropezado con nada que valga calificarla de «objeción».
    Apenas MAR Medina ha vislumbrado un tímido esbozo de acuerdo.
    Sacudan las meninges y bombardéenme con OBJECIONES.

  • MAR Medina

    Sí, Ana. El tiempo es un regalo para construir, amar y conocer. No podemos desperdiciarlo en sandeces.

    Un abrazo

  • MAR Medina

    Hay una cosa que se llama tiempo, Rocamadour, es como un bicho que anda y anda.

    Julio Cortázar. Rayuela

    He mirado al bies el artículo y sigo entrando en él en diagonal, porque el paso inexorable (y unidireccional, ¡sin retorno!) del tiempo es algo que me duele desde que era niña, desde que empecé a ser consciente de lo irregular que me resulta el transcurrir de esta dimensión tan precisa y constante, pero no me resisto finalmente a comentarlo.
     
    Digo que entro en diagonal porque lo hago desde el comentario de Sarrionandia, aunque he leído todos y no puedo disentir con ninguno, pues son todos ellos percepciones personales y como tal las respeto, inclusive el décimo punto de Mª Pilar, que aunque disiento de lo que ella afirma (coincido con Pepe y Rodrigo en que es una mujer maravillosa), puedo entender su sentimiento subjetivo.
     
    Pero antes de empezar me animo a compartir una “definición” personal que me asaltó una tarde dolorida por sentir que no es el tiempo el que pasa, sino que somos nosotros quienes pasamos… Así que aquella tarde concluí que el tiempo es lo que permite que una infindad de hormigas pasen por un único agujero.
     
    Parto, pues, del comentario de Sarrionandia, concretamente de mi punto de acuerdo. Él habla del espejismo del tiempo (no me parece más espejismo que considerar la masa como algo compacto cuando está fundamentalmente vacía, constituida por enlaces de energía entre partículas insignificantes), y continúa nos creemos duraderos y nos queremos inmortales. ¡Eso sí es un espejismo! No somos, en nuestro existir biológico, duraderos, sino apenas un suspiro sobre la tierra, y la inmortalidad es imposible en el continuo construir y deconstruir biológico, ese sucesivo intercambio de materia y energía para crear nueva vida que se nutre de lo que antes estuvo vivo y murió.
     
    Pero ese anhelo de eternidad nace de algún sitio. Es, por tanto, algo real.
    Personalmente creo que si me duele el paso del tiempo es porque hay algo en mí que permanece inmutable, que observa (y padece) el cambio desde la perspectiva de lo que en mí no pasa y no cambia, de modo que soy al mismo tiempo eterna y temporal. Mi vida es un solo instante que dura una eternidad. 
     
    Gracias por el artículo, me ha gustado la división de la vida en etapas de doce años, una cifra tan simbólica, y me parece apropiada, con una crisis –al menos- para cada etapa.
     
    Gracias a todos, y saludos cordiales.

  • ana rodrigo

    Se puede vivir muchos años y haber perdido el tiempo, no haber hecho nada, haber vegetado sencillamente. Por tanto edad y tiempo no siempre es lo mismo. Y creo que cuando no hay consciencia, ni proyecto vital, ni voluntad para buscar el sentido de la vida, se está perdiendo el tiempo.
     
    Así pues ¿cómo valorar el tiempo? ¿Por los años vividos, por lo que has hecho, por lo que has conseguido? Y lo que has conseguido ¿qué valor le damos? ¿Le doy el mismo valor a comprar una vivienda que a tener buenos amigos/as? Yo creo que en este aspecto habrá tantas respuestas como personas hagan la valoración, pues dependiendo de nuestra jerarquía de valores, le dedicaremos más energía a una cosa que a otra.
     
    Hay personas que han vivido muchos años y se han dejado llevar por el ambiente, por la rutina, su vida habrá sido anodina, insignificante para sí y para su entorno. Mientras que hay personas a las que se le reconoce (especialmente el día de su funeral) que han tenido una vida pletórica y que la sociedad les valora especialmente sus valores morales y/o espirituales.
     
    Resumiendo, yo creo que edad y tiempo no es lo mismo, pero si creo que el tiempo nos da la oportunidad de vivir, y vivir no es no estar muerto, sino darle contenido a la vida.

  • Rodrigo Olvera

    A las gente más seria de Atrio, ustedes perdonen por hacerles perder el espejismo, digo el tiempo, con tales videos 🙂

  • Rodrigo Olvera

    Claro que siempre puede ocurrir algo extraordinario, no?

     
    Por otra parte, Oscar, en Argentina no se cantan malas rancheras 😉
    http://www.youtube.com/watch?v=KKIyRWBFK0M
     
    Saludos y buen domingo!!!

  • Rodrigo Olvera

    Jajajaja… bien Oscar… pues nada más por no dejar: me opongo a oponerme al calificativo de insufrible 😉
     
    Pero ya que mencionas al pueblo vasco, quizá venga a cuento este documental sobre la resolución pacífica de oposiciones:
     

     
    Venga pues,  a una sola voz!: “a mí me gusta el pimpiririmpimpim…

  • oscar varela

    Hola!

    Rebelión en la Granja – George Orwell
    a) – “Todos los hombres son iguales, [proclama inicial del Sindicato animal]
    b) – pero algunos más iguales que otros”- [agregado posterior de los chanchos]
    ··········
    ¿Somos -sí o no-iguales?
    Ni sí, ni no; parecidos, semejantes, diferentes … multi-colores.
    ··········
    El gremio de la abogacía es tan “hincha-pelotas” (licencia Mundialista permitida)
    como el de la filosofía:
    * de interminables “distingos” y sub-distingos”;
    *insufribles como los arrogantes profetas -la mayoría de las veces a pesar de ellos mismos.
    ··········
    Tanto Rodrigo como yo mismo podríamos aprovechar a integrar la percepción intuitiva popular que cala el insobornable fondo de los caracteres étnicos, sin remover rosarios de cuestiones.

    Así: siempre he escuchado un decir puesto en boca de “gallego” (español) llegando a una tertulia ya iniciada:
    – “No sé de qué se trata, pero estoy en contra“-

    Para nosotros, argentinos, los vascos son también fauna “gallega”
    Ergo …
    ···········
    La oposición “des-compone”; y hay que volver a opinar otras com-ponendas

    Gracias al genial invento “gallego” (la oposición por la oposición misma) están aseguradas las cosechas de “Fábulas”: (siempre habrá de qué fablar).

    Sin la fauna “gallega” la vida en el Planeta sería insufriblemente silenciosa.

    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • Rodrigo Olvera

    Sarrionandia
    Como dices que no estás de acuerdo con los comentaristas, me puedes aclarar en que parte no estás de acuerdo con mi comentario?
    a) Yo dije que no estoy de acuerdo con María Pilar cuando dice que en que no es un mujer maravillosa. Y dije que la adniro. ¿No estás de acuerdo en que la admiro? ¿No estás de acuerdo en que sí es una mujer maravillosa?
    b) Dije en seguida que del resto de lo que escribió María Pilar, lo único que puedo decir es que me conmueve. ¿No estás de acuerdo con ésto? ¿Sabes mejor que yo lo que yo siento?
    c) Dijes después que le mando un abrazo, con admiración,  cariño y deseos de alegrías. ¿Es tan grave que no se puede estar de acuerdo con tales deseos?
    d) Terminé con la firma que uso siempre en mis comunicaciones personales “besos y esperanzas”. ¿No estás de acuerdo con los besos o no estás de acuerdo con las esperanzas?
    e) Finalmente, puse mi nombre. A lo mejor desde ahí es desde donde hay que no estar de acuerdo conmigo 😉
    Estoy acostumbrado a que no se esté de acuerdo conmigo. Pero es la primera vez que se me objeta desearle bien a una mujer tan noble como María Pilar. Lo que hay que ver!!!
     
    Saludos

  • Sarrionandia

    Siento estar en desacuerdo con el articulista, los comentristas y alguno más. El tiempo es el espejismo de la vida y el coeficiente negativo de la realidad; es decir, es el engaño más importante que sufrimos.
    Si existimos porque Dios quiere que existamos, como Dios es el Ser Inmutable (=eterno), su querer también es inmutable y por consiguiente también somos eternos, pero pasando por el espejismo temporal en que nos creemos duraderos y nos queremos inmortales.
    Dejo el tema ahí y dentro de un par de días espero volver para pulverizar las objeciones que puedan ir surgiendo a mi teoría.

  • mªpilar garcía

    Pepe: Ufffffffff, ¿a eso le llamas cariño?
    ¡¡tres décadas más…!!
    Al final, estaré donde tenga que estar.
    ¡¡Gracias a los dos!!
    Un abrazo entrañable.
    mª pilar

  • pepe sala

    Mª Pilar:
     
    “”Otra realidad, es la presente en la que vivo, quizá esté pasando factura, porque no soy la maravillosa mujer que siempre he soñado.””
     
    Creo que tu espejo se ha empañado con el calor del verano. A  mí sí me pareces esa maravillosa mujer que toda mujer intenta ser.
     
    Lo de nuestra ” compañera” ( a veces incómoda, otras liberadora) MUERTE, estoy casi seguro de que todos y todas hemos pensado en ambas cualidades. Pero hay algo que ni tú ni yo podremos eludir:
    Mientras los demás nos necesiten, tenemos el DEBER de cuidarnos, de estar alegres, de estar sanos y de animar a quienes nos rodean.
     
    Si lo has conseguido durante tantos años…¿ qué son tres décadas más?
     
    ” Pan comido”, que dirían en mi tierra.
     
    ( Si te visita el mexicano ” picapleitos”, no dejes de avisarme. Le tengo ganas…)

  • Rodrigo Olvera

    Querida María Pilar
    Cual leguleyo, tengo que decir OBJECION al décimo párrafo!! No sabes cuánto te admiro.
    De todos los demás párrafos, sólo puedo decir que me conmueven enormemente
    Te mando un fuerte abrazo, amiga; lleno de cariño, admiración y alegrías aún por visitarte a tí y a tu familia.
    Besos y esperanzas!!!
    Rodrigo

  • ana rodrigo

     
    ¡Jaume! ¡Vaya examen de final de curso…! Voy a intentar meterle mano por algún lado, después ya veremos, porque esto da mucho de sí y da mucho que pensar, no digamos si ya somos algo o mucho otoñales.
     
    Cuando comenzamos a tomar la rienda de nuestra vida (creo que en esto la edad ha cambiado en estos últimos años), vamos siguiendo el guión de conseguir unos objetivos objetivables: estudios, diversión, trabajo, encontrar pareja, formar una familia, luchar por los hijos y/o las hijas, mejorar la situación económica….
     
    Paralelamente a estos quehaceres, nos vamos construyendo a nosotros mismos. Pero aquí sí que influye aquello de “somos nosotros y nuestras circunstancias”. Cada cual nacemos con un carácter, unas tendencias, un temperamento, pero dependiendo de lo que nos rodea, nos impregnaremos de unos valores determinados o de unos contravalores indeseables. Aquí juega un gran papel el azar, la suerte, el destino, circunstancias que ni elegimos, ni, en muchas ocasiones controlamos.
     
    Crecer en una familia desestructurada, en la miseria, en la pobreza digna, en una familia luchadora,  en un ambiente cómodo, holgado económicamente; crecer en un ambiente con inquietudes culturales o religiosas o artísticas, o políticas, etc. etc. nos puede condicionar (hay excepciones) indefectiblemente.
     
    Será a partir de estos condicionantes externos cuando el individuo opte por vivir dentro de un patrón, inconscientemente o no, hecho a su medida.
     
    Y se irá consolidando con el paso del tiempo (aquello de “genio y figura hasta la sepultura”), con los aconteceres y acontecimientos que te van ocurriendo con el paso del tiempo, muchos de ellos sin buscarlos. De estos es de donde sacaremos la savia que alimentará nuestro caminar por la vida a través de los años. Si bien en las mismas circunstancias salgan individuos tan dispares y hasta tan contradictorios. Siete hermanos/as pueden ser y construirse de manera totalmente diferentes.
     
    Bueno, esta primera reflexión es como la base, en próximos comentarios intentaré seguir con otros aspectos de la interacción entre circunstancias externas, sujeto y voluntad individual a la hora de vivir la vida en los distintos momentos temporales que la vida nos proporciona.

    Gracias, Jaume, por este artículo tan interesante.

  • mªpilar garcía

    Hubo un tiempo, que lo vivido, tenía demasiada fuerza; especialmente aquello que no había terminado como había sido planeado.

    Otro tiempo, de añoranza por las personas “especiales” que ya no tenía cerca.

    Otro de lucha, compromiso, cumplimiento de mis obligaciones por las decisiones tomadas.

    Otro de “cansancio” por sentirme incompleta quizá;  en esta etapa, apareció el pensamiento de la muerte.

    Desde entonces, aprendí, que la muerte hay que llevarla a nuestro lado, conocerla, asumirla con naturalidad, dialogar con ella, ¡quererla! de manera, que se aprende a no estar “agarrotada” por el temor de su llegada.

    Ayuda a conocerse interiormente, asumir las “cosas” mal realizadas, a discernir, cuando me busco a mi misma y lo que utilizo para ello; conocida esta realidad, ayuda de manera importante, a poner  cada cosa   en su lugar, y llamar a las “cosas” por su nombre, a no buscar excusas…

    Esto hace madurar: mirarse sin caretas, vaciar toda materia que paraliza y dificulta el crecimiento personal, caminar, desde la mirada que cada cual va percibiendo de la vida, (no solo la mía) especialmente, mirando en derredor, para averiguar de verdad, donde están los valores fundamentales de esta realidad.

    Ahora, ligera de equipaje, vivir cada día de la manera más fecunda, para cuantos me rodean, y esperar con paz y casi llamándola, a mi compañera la muerte.

    Esto sé, que por un lado es cobardía, ante lo que parece se avecina; y me siento sin fuerzas…

    Otra realidad, es la presente en la que vivo, quizá esté pasando factura, porque no soy la maravillosa mujer que siempre he soñado.

    Así, que cada día, es un día nuevo, que deseo vivirlo, haciendo la vida grata a cuantos me rodean; cuando no lo consigo y sale mi limitación, la sumo y vuelvo a comenzar…

    mª pilar

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