Recogí aquel sueño asomado
a la balaustrada, pendida
de la ría,
y la mar, en ese abrazo se deja
mimosa en mi recuerdo,
ella, sinuosa aún sigue dejando
besos en mi alma,
melancolicamente deja
fluir el cántico de la sal
entre la humedad
que deja evaporada
en mi piel…
Sola se queda la balaustrada,
sin ese mágico sueño
de mis pupilas, sin ese pergamino
de la lastimosa marcha,
sin querer mis manos se aferran
por un segundo más
a ella, para asegurar sus látidos
en mi pulso, y para llevarme
de la plateada luz, insuperable
magnitud de sentimientos sin palabras…
Se queda sola la Balaustrda de la ría,
mis ojos tardarán en posarse envidiosos
de aquel perfume a sal y brea,
a la libertad de aquellos peces plateados
jugando al escondite de cepos y cañas…
Me quedo sola, sin balaustrada y sin ría,
vacía de paisajes que dspiertan sueños
de otros mares en mi lecho.
Llueve bajo el cielo gris y nublado de Bilbao,
la plateada Riera, se deja querer por esas diamantinas
y caladeras lágrimas.
Llueve bajo el cielo gris, mientras
las palabras se fecundan de verdad tras el cristal,
detrás del bullicio de palabras gritadas
nace aquellas otras melancólicas
del papel, de la vía láctea…
De cada átomo de luz que la deje
entremezclarse entre lápiz y el nítido
lienzo…
Y aún así, ellas serán libres para
volar en cada verso, en cada página
en aquel único libro dejado
sobre la baranda de cualquier balaustrada.
Llueve sobre la ciudad, mientras otra
hoja de mi historia queda escrita,
dejadas al margen del camino,
a la luz de aquellos ojos que sin prisas
ojean paso a paso el libro de la vida.
Llueve fecundando la rivera que
florece en el abanico de mis pupilas…
Palabras calladas
Palabras censuradas
Palabras guardadas
Palabras escondidas
Palabras que algún día veran la luz…
Palabras. Fuente que corre y aunque no sigan el rayo
siempre serán palabras que del corazón nacer necesitan.
Besos, desde la Bella ciudad de Bilbao, y de la bella amistad de amig*s que nos hacen beber ese agua que quita la sed.
abrazos a tod* Atrio
No sé si saldrá. Por si acaso.Santiago, el azar está descartado por la teoría creacionista. Punto. Un abrazo fuerte, ya…
Sí, Ana, sí que es verdad que yo he escrito esas palabras que ha leído Oscar en Atrio. Y otras…
La Tierra para ser “viva” tuvo que ser “programada”’externamente. El “azar” ha sido descartado ya por la Ciencia ya que…
Yo no he leído este mensaje, querido Oscar, porque no sé dónde se ha publicado. Quizá necesitaría que Antonio, lo…
Leo: "os anuncio que ATRIO va a cerrar los comentarios a cada entrada. No quiero seguir haciendo el esfuerzo de moderar…
LA BALAUSTRADA QUEDA VACIA
Recogí aquel sueño asomado
a la balaustrada, pendida
de la ría,
y la mar, en ese abrazo se deja
mimosa en mi recuerdo,
ella, sinuosa aún sigue dejando
besos en mi alma,
melancolicamente deja
fluir el cántico de la sal
entre la humedad
que deja evaporada
en mi piel…
Sola se queda la balaustrada,
sin ese mágico sueño
de mis pupilas, sin ese pergamino
de la lastimosa marcha,
sin querer mis manos se aferran
por un segundo más
a ella, para asegurar sus látidos
en mi pulso, y para llevarme
de la plateada luz, insuperable
magnitud de sentimientos sin palabras…
Se queda sola la Balaustrda de la ría,
mis ojos tardarán en posarse envidiosos
de aquel perfume a sal y brea,
a la libertad de aquellos peces plateados
jugando al escondite de cepos y cañas…
Me quedo sola, sin balaustrada y sin ría,
vacía de paisajes que dspiertan sueños
de otros mares en mi lecho.
dejó
Fahrenheit 451….
La nave del saber iza sus velas
Llueve bajo el cielo gris y nublado de Bilbao,
la plateada Riera, se deja querer por esas diamantinas
y caladeras lágrimas.
Llueve bajo el cielo gris, mientras
las palabras se fecundan de verdad tras el cristal,
detrás del bullicio de palabras gritadas
nace aquellas otras melancólicas
del papel, de la vía láctea…
De cada átomo de luz que la deje
entremezclarse entre lápiz y el nítido
lienzo…
Y aún así, ellas serán libres para
volar en cada verso, en cada página
en aquel único libro dejado
sobre la baranda de cualquier balaustrada.
Llueve sobre la ciudad, mientras otra
hoja de mi historia queda escrita,
dejadas al margen del camino,
a la luz de aquellos ojos que sin prisas
ojean paso a paso el libro de la vida.
Llueve fecundando la rivera que
florece en el abanico de mis pupilas…
Palabras aladas que buscan la luz…
Palabras calladas
Palabras censuradas
Palabras guardadas
Palabras escondidas
Palabras que algún día veran la luz…
Palabras. Fuente que corre y aunque no sigan el rayo
siempre serán palabras que del corazón nacer necesitan.
Besos, desde la Bella ciudad de Bilbao, y de la bella amistad de amig*s que nos hacen beber ese agua que quita la sed.
abrazos a tod* Atrio