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Dios ha muerto: ¿Visca Catalunya?

El autor nos envía directamente a ATRIO esta reflexión en una redacción más extensa de cómo fue publicada ayer en El Periódico. Es un tratamiento oiginal del dicho nietzheano en la actualidad.

Me despierto con una vieja “noticia” sobre la muerte de Dios; es decir, sobre la muerte de Dios en Cataluña o de la fe en Dios de los catalanes y, para ser más exactos, sobre el descenso de las prácticas religiosas en Cataluña. Porque la fe es invisible en todas partes como el amor, la esperanza y los sentimientos en general. Por tanto la noticia se reduce a un hecho sociológico o fenómeno observable, como la precipitación atmosférica, y cuantificable como los garbanzos, los votos y los accidentes de tráfico. Y en consecuencia datado en tiempo y lugar: “Desde 1980 al 2007 el número de católicos practicantes ha bajado en Cataluña del 33,8 % al 18,7 %”. Eso es todo.

La fuente de esa noticia, que publicó La Vanguardia el pasado 11 de enero, es el libro: Catalunya ha deixat de ser católica?, editado por la “Universitat Progressista d’Estiu de Catalunya” cuyo rector, Jordi Serrano, es también el que lo ha escrito. La pregunta, obviamente retórica, se despeja con una interpretación sesgada de los datos estadísticos que se aducen. Cataluña no solo ha dejado de ser católica sino que lo ha hecho a “un ritmo impresionante” -afirma el autor- y sin parangón con lo sucedido fuera y dentro de Iberia, incluido el País Vasco español. Lo que es motivo suficiente de orgullo y de celebración para él, catalán y destacado militante del laicismo, que bien podría emular a Nietzsche proclamando que Dios ha muerto y ¡visca Catalunya! que lo ha matado.

En esta “guerra” me declaro neutral entre ambas partes: los laicistas posmodernos que celebran la muerte de Dios y los fieles premodernos que lamentan como una tragedia la irrelevancia social de la Iglesia Católica. Si los primeros “creen” demasiado afirmando lo que no saben, los segundos me parecen hombres de poca fe en el que creen.

La noticia de la muerte de Dios reducida a sus justos límites, es una vieja noticia de Occidente. Ya la dio Nietzche, y un siglo antes aproximadamente (1796) Jean-Paul en su novela romántica Frau Siebenkäs, la abogada de los pobres. Esa noticia se refiere al ateismo como presunto destino de la civilización occidental. Pero la muerte de Dios en este contexto se entiende primero como negación del Dios de los cristianos y, después, de los ideales, las ideas eternas y los valores absolutos. Lo que vendría a ser para muchos anticipo de la decadencia de Occidente, ocaso del humanismo y presagio de la muerte del hombre.

De hecho la consecuencia del ateismo en la vieja Europa ha sido el nihilismo. Y su alivio, con frecuencia, un sucedáneo de la religión: la fe en el progreso ilimitado de los laicos progresistas, el nacionalismo y el fervor de los patriotas, la superstición del consumo o cualquier otra devoción de masas.

Pero Dios no es una hipótesis que necesite la ciencia, ni el ateismo una consecuencia necesaria del conocimiento científico. No hace falta creer en Dios para ser científico, ni dejar de creer por razones científicas. El ateismo metodológico de los científicos – es decir, la ciencia atea – es perfectamente compatible con la fe en Dios. Más aún, ese ateismo que explica el mundo como si Dios no existiera puede entenderse como una parte de la secularización, y ésta como un proceso histórico universal de origen cristiano. La fe en el Creador, al distinguirlo frente a todas sus criaturas, pondría al mundo en su sitio y a la naturaleza en nuestras manos. Dicha secularización o desacralización seria la causa de la secularización de la ciencia, de la naturaleza, de la sociedad, del mundo y del hombre. Y por tanto del conocimiento objetivo de la realidad y de su dominio técnico, pero también de la autonomía humana. Y de la construcción de un orden para la convivencia, de un mundo humano, fundado y gobernado desde la libertad de todos y para todos. Sin más leyes que las necesarias, ni más absolutos que la condición necesariamente supuesta para la convivencia pacífica. Esa condición incuestionable implicaría la obligación de respetar todos la libertad de los demás y la responsabilidad de todos en el cuidado de la naturaleza y del mundo de la vida.

Es ahí justamente – en esa conjunción de libertad y responsabilidad- donde aparecen los limites de un orden justo fuera del cual el desarrollo y el progreso indefinido se convierten en fanatismo insostenible. Y dentro del cual es perfectamente respetable cualquier otra fe que no se imponga a nadie. Aunque no exista Dios como creen los ateos, lo que sí existen son las religiones. Por eso importa mucho la tolerancia. Pero hay un laicismo y, sobre todo, un nacionalismo que se parece un montón al fanatismo religioso.

53 comentarios

  • Héctor Rodríquez Fariña

    Juan Leibarg (26 de Febrero)  afirmas que Dios es una cuestión de  interculturalidad filosófica. De acuerdo totalmente si lo que quieres decir es que todo grupo humano que se encara con Dios termina por construirlo socialmente a su manera.  Esta construcción social de la realidad de Dios es vista de una manera distinta por cada grupo distinto y por lo tanto se usa el nombre “dios”  con acepciones distintas.  Es injusto hablar del nombre de “dios” como un concepto universal válido para todos. La traducción que damos a nombres realmente significativos tales como los de distintas religiones animistas de Africa,  Mwali, Mlimopezulu, Mulungu, son todos nombres cargados de sentido que pierden su valor cultural traduciéndolos por el nombre ‘dios’.

    La Iglesia de Nicea y la Medieval hasta la Modernidad acaparaba todos los significados de ‘dios’ bajo su única y absoluta definición dogmática, sin apelación alguna. El hombre del siglo XXI no está dispuesto a seguir compartiendo esa definición que no le sirve de nada.
    No es de extrañar que nos esforcemos juntos hoy en la búsqueda de una imagen más adecuada a nuestro tiempo. Y nada mejor que el diálogo, que expongamos sencillamente lo que pensamos, lo que sentimos, nuestras experiencias. Es mucho lo que nos jugamos. Estamos de acuerdo en  aceptar con Jesús de Nazaret que el Reino de Dios está ya en medio de nosotros y que como decía Manuel Bustamante el 11 de Febrero, estamos llamados a tomar parte en la construcción de ese Reino, un mundo nuevo, donde haya paz, justicia, igualdad, respeto mutuo.
    Un abrazo   Héctor

  • Santiago

    Julian,   coincido en que la postmodernidad ha tratado de matar  “una idea de dios” pero el que subjetivamente tratara,  no quiere decir -ni mucho menos- que la objtividad de las “huellas” de Dios no exista…(la extrema complejidad del Universo y su misterioso equilibrio ya implica un camino hacia EL)…lo demas, EL mismo quiso revelarlo a nosotros desde la pre-historia muy lentamente…y es solo por su infinitud y por nuestra limitacion que no podemos “abarcarlo” completamente ni entender cabalmente “sus caminos”..por eso la busqueda de LA VERDAD ha sido CONSTANTE en la humanidad desde el principio…una VERDAD absoluta y trascendente…y no cabe duda que mientras mas estudiamos la fuentes fidedignas de esta verdad y prfundizamos en esta teologia mas coherencia encontraremos y mas facilmente se nos presentara a nuestro intelecto…para poder abrazarla en nuestra voluntad…desechando esas “ideas falsas de Dios” de que tu hablas….un saludo de Santiago Hernandez

  • Julián Leirbag

    Hola Oscar. Fíjate que en la cultura humana tenemos que salir a combatir con la fuerza de la cordura y del pensamiento sano muchas cosas que se tienen por sagradas por el hecho de que hay textos tenidos por sagrados que lo afirman ser verdad divina y en realidad es, crea o no quienes lo propagan, una aberración filosófica y, en términos religiosos, una blasfemia venida de la boca de quienes se creyeron ser los únicos mensajeros de Dios, o el más grande y otro no hay.
    Dios perdona por más que no se arrepienta la persona, en cambio hay quienes afirman que Dios perdona bajo la condición que el pecador se arrepienta. Se trata de un dios semi-bondadoso y semi-misericordia, supeditado a dar el perdón si se hace algo para ello obtenerlo. El Dios verdadero perdona sin que el hombre se arrepienta y no espera que el hombre vuelva o retorne hacia El para hacerlo.
     
    Dios no es alguien que manda oponerse a los que no creen, a los infractores, a los infieles, a los incrédulos, y tampoco considera que alguien es amigo de satán por el hecho de que no acepta tal o cual religión, como suele suceder en el Islam. Dios ama a unos y a otros, pecadores o no, y decir que Dios no ama a los infractores es una blasfemia coránica (cfr. Corán II-186). Dios no manda matar a los que van en su contra, como suele suceder con el ídolo coránico que manda “matadlos dondequiera que los encontréis, y echadlos de adonde ellos os echaron a vosotros” (II-187). El Dios verdadero no es un ídolo que manda combatir o exterminar a los amigos de satán, como supone el dios coránico (cfr. IV-78).  El Dios verdadero jamás manda combatir a los hipócritas e infieles, tampoco manda ensañarse en ellos como lo hace la concepción idolátrica del dios coránico (cfr. IX-74).

    Me temo que varios musulmanes esto no les gustará que se les reproche sobre las blasfemias que sus textos sagrados contienen contra Dios y el desprecio que propagan hacia las personas que no aceptan ese dios coránico, que poco de Dios tiene y más bien es un ídolo humano más entre tantos otros que abundan en las distintas “sagradas escrituras”.
     

  • oscar varela

    Hola Julián Leirbag!
     
    Muy bien dicho, Julián!
     
    Te comento que estas cositas se debatieron por casi todos los lados acá en Atrio.org cuando el Curso “Otro cristianismo es posible”; Libro del viejo jesuita belga Lenaers.
     
    Me importa decir lo resaltado:
    * todos los lados: Arriba (antiguo); Adentro (Moderno) y Profundo (Pos-moderno).
    pero teniendo presente el
    * casi: porque a mí ninguna de esos lugares de poner a Dios me satisfizo.
    ··········
    Ahora apareces tú diciendo todas esas cosas que me van interesando;
    por eso –con perdón de los compañeros- repito lo que colgué acá mismo el 9/2:
     
     “DIOS HA MUERTO
    ¿Alguien asistió a los funerales?
    ¿Alguien sabe dónde está en-cielado (o en-terrado)?
    ·············
    Los Ante-pasados, si no están decorosamente enterrados
    ¡vuelven como fantasmas en superstición!
    ·········
    ¿Cómo vislumbrás en positivo a Dios?
    Gracias.
     
    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • Julián Leirbag

    1. En la postmodernidad católica ha muerto ese dios eclesiástico que se interesaba por los pecados de debilidad u otros tantos, catalogados, incluso, como leves o graves, de una iglesia que hacía de dios a alguien que vuelta y media sorprendía a los cristianos en medio de sus debilidades y por las mismas obligaba convertirse caso contrario no se unirían con dios, pero, en el mejor de los casos, ese dios ha muerto y quedan pocos resquicios en la conciencia religiosa de los cristianos de hoy y del porvenir. Ha muerto ese dios que decía no hagas esto ni aquello otro caso contrario recibirán la condenación eterna. Ha muerto el dios que condenaba, y la condena era un modo de su actuar. Ha muerto el dios al cual se debe temer o que se hacía temer.

    2. Ha muerto ese dios que tenía reservado, a los que no creen y no lo aman, no cumplen con los mandamientos el infierno, y sin embargo, todavía en muchos recintos católicos, cristianos, lo alimentan y lo hacen vivir porque algunos textos sagrados, en realidad no tanto, atestiguan su presencia milenar.

  • Julián Leirbag

    Dios es una cuestión de la interculturalidad filosófica, y como toda cultura posee sus elementos negativos como positivos, también se ha de ver de qué modo en cada cultura los conceptos, las definiciones, las creencias en Dios son parte de la negatividad y positividad de las  culturas donde la cuestión emerge. El problema surge al mismo instante que descubrimos y reconocemos la existencia de distintos ámbitos de algunas culturas, especialmente religiosas, en las que se han idealizado ciertas teologías, filosofías que trataron la cuestión Dios como si nada de negativo o falso existiera en sus afirmaciones, y esto es lo que desde la interculturalidad filosófica, hoy por hoy, no hay más espacios para esconder o negar dichas negaciones.

  • ana rodrigo

     

    Peresin, yo sólo “voy a misa” cuando tengo una comunidad con quien celebrar la eucaristía, cuando toda la comunidad y cada asistente participamos de hecho y de derecho en lo que allí celebramos, independientemente de si es clérigo o no, de si es mujer u hombre, de si es niño, niña o adulto: la memoria de Jesús, su testimonio de vida, su mensaje, su invitación a seguir por el camino que él nos marcó, nuestras reflexiones, nuestro compromiso, nuestra solidaridad con los y las olvidadas, nuestra alegría, nuestro cariño mutuo….
     
    Lo que no sea esto, para mí es un rito, un rito que se puede llenar de contenido a título individual, o puede quedar vacío de cualquier actitud que te comprometa la vida y que en ocasiones parece que el protagonista es el cura y no Jesús y su mensaje, y en cuya celebración pesa más lo que se le ocurre al cura de turno que  lo que se ha leído en el evangelio, y donde los detalles de la vestimenta, gestos y demás accidentes, sean más importantes que la vida que allí se debe promover.
     
    Si alguien ajeno a la religión católica entrase en este tipo de misa, encontraría cualquier cosa menos a Dios, ¿cómo no va a darse por muerto a un dios que ya se presenta como muerto?

  • Peresin

    Yo he dejado de ir a misa todos los Domingos. Ahora voy de vez en cuando, pero más por costumbre que por fidelidad. De todos modos, tengo más fe que antes y para mantenerla, salvo honrosas excepciones, cuanto más lejos de la Conferencia Episcopal, mejor!

  • Santiago

    MANUEL,  yo creo que eres coherente al querer colaborar diariamente con la Creacion…pues la idea de Dios fue de asociarnos a todos en su OBRA maestra para que todos estuvieramos en la “comunion” (la koinomia) con el Padre…y asi yo no digo -en la oracion dominical- Padre MIO sino Padre Nuestro…puesto que esta es la traduccion que el Hijo hace del pensamiento del Padre…que lo es de TODOS nosotros…Por lo tanto el “pacto” que el Padre hace en el Sinai, en el Viejo Testamento, lo renueva el Hijo con su sangre en el Nuevo Testamento, ya que la historia de la Revelacion empieza en el Genesis y termina en el Apocalipsis de San Juan…en la economia de la salvacion todos estamos asociados unos con otros y con el Padre a traves del Hijo….en el Verbo encarnado que es por donde llegaremos a la meta final….saludos de Santiago Hernandez 

  • Santiago

    RE-CORCHOLIS!!! Pepe Sala,  de verdad que nunca intente disturbarte el sueno, ni mucho menos tu mente, ni siquiera la siesta…. que es un tiempo, digamos, sagrado en Espana, y tambien en Francia…gracias por la cita que haces a mi comentario…no es tan dificil desentranarla si consideramos que nosotros (los humanos) solo estamos acostumbrados a “pensar” en cosas y en seres que “empezaron a existir” y  por ende  “recibieron la existencia”
    De todas maneras, el hecho de que no podamos “entender” en su totalidad el por que del sufrimiento humano y que no podamos abarcar algo que nos trasciende por completo,no se opone a la existencia de un Creador…ya que nosotros solamente vemos las cosas con el espacio y el tiempo limitado a unas cuantas decadas que es lo que nos corresponde vivir a las criaturas mortales, como tu y yo….Dios tiene ante si el panorama completo de todos los siglos y no ve solamente las causas PROXIMAS,  sino las tambien las ultimas, con todas sus complicaciones y con todas sus consecuencias…debidas precisamente a esa autonomia y libertad,  prerrogativa especialisima con que EL quiso estructurar fundamentalmente al Universo…por eso no le corresponde a EL “prevenir” todo el mal posible…sino mas bien buscar el remedio y hacer brotar de  tantas desgracias, mayores bienes.SI Dios no pudiera hacer “brotar” el bien de tantos males, entonces la CREACION como tal seria un total absur do, como explicitamente aseguran los filosofos del existencialismo actual….pero  vemos como el bien en el mundo supera al mal aunque parezca lo contrario y en el caso de Haiti vemos como el mundo se ha volcado para ayudar a salir de la miseria al pais mas pobre del continente americano…Como diria mi amigo Javier Renobales nosotros debemos ser las manos de Dios para aliviar el dolor…Yo tengo grandes amigos ateos que lo son porque nunca pudieron aceptar el Holocausto y saber que toda su familia murio en campos de concentracion durante la guerra mundial…la respuesta nos trasciende porque esta mas alla de nuestra comprension..pero nuestro “dolor” no puede cegar completamente nuestro intelecto y no debemos concentrarnos en un solo aspecto de lo que es nuestro Universo, sino de la TOTALIDAD de nuestra experiencia…que siempre puede ser MAS positiva que negativa…amigo Pepe, perdona la lata y tanta tinta…espero que tengas un buen fin de semana…..saludos de Santiago Hernandez

  • Vicente

    somos los seres humanos los que perdemos cuando prescindimos de Dios en nuestra vida.

  • mªpilar garcía

    Pepe amigo: para nada quiero ese dios, que porque sí, o por cualquier otra razón, mata y salva a boleo…

    ¿Que dios es ese? igualito a los poderosos, ya desde tiempos antiguos hasta nuestro días; matan a toda persona que les lleva la contraria, o les levanta la voz en protesta por sus malas artes…

    ¿De que dios estamos hablando? seamos consecuentes, para nada necesita la humanidad un dios así, para eso nos bastamos  nosotros solitos, y de  manera  cruel.

    El que Es, la Esencia, la Vida; nos ha creado ¡¡libres!! y grabado en nuestro ser todo, la ley u ordenamiento correcto para vivir en plenitud, cada cual, con los demás, con la tierra…

    Las decisiones que cada cual tome, son responsabilidad suya; y cuanto hagamos bien, llegará y actuará en beneficio del conjunto, y el mal que hagamos, también lo pagaremos todas las personas.

    Depende donde nos encontremos, lo sufriremos con más intensidad unas veces, y otras nos tocará con menos.
    mª pilar

  • Asun

    Hola, Manuel. Gracias por tu reflexión. Dices:
     
    “…nos sigue siendo extremadamente difícil hacer realidad la aceptación total del otro, ya que conciente o inconscientemente tratamos de convencerlo de que mi visión es la más acertada, y nos detenemos poco a descubrir los efectos positivos que su visión provoca en él y en su entorno y además alegrarme por eso, aunque sea muy distinta de la mía”.
     
    Muy acertada esta apreciación, Manuel. ¿Y porqué se da? Si partimos de creencias y convicciones, aunque sean de querer mejorar cada día, nos sitúan sin pretenderlo o no fuera del otro, ya no digo frente al otro, lo que de antemano dificulta su aceptación y la asimilación plena, porque no nos hacemos uno con él o ella. Porque seguimos entonces identificados con nuestra percepción, con lo que creemos, más que en lo que realmente somos: unidad con todo y con todos, que de fondo no separa ni excluye a pesar de la diversidad y las diferencias.
     
    Creo que ahí, en la identificación con la creencia o visión no-abierta de la realidad,  está la causa de seguir creando barreras y fisuras, como ser incapaces de alegrarnos,-yo diría, más bien,  no sentir la separación, sino la amplitud expansiva y gratuita que da la otra visión-,  por la manera de vivir en coherencia con lo que cree y hace.  
     
    “Hasta acá la visión que quería compartirles, en la esperanza de que puedan alegrarse (aunque no acuerden con ella) porque a mí me moviliza a luchar diariamente por ser coherente con mis acciones cotidianas, aunque no siempre lo logre y tenga que retomar el camino cuantas veces sea necesario para seguir aprendiendo”.
     
    Claro que nos alegramos, Manuel. Además, cuando el centro de nuestras prioridades es el encuentro con el otro y la apertura a su persona, independientemente de ideologías y convicciones, el que crea o no en Dios no tiene por qué ser impedimento tampoco, a no ser que se cuelen más allá del pensamiento, por otra parte inevitable, pero que también es susceptible de ser reconducido al podernos des-identificar de él, volviendo a lo que realmente somos. Somos mucho más que creencias, convicciones, ideologías, pareceres etc…Todas esas cosas se tienen en la mente o en lo visceral, nacen de alguna parte de nosotros, de aquello con lo nos identificamos y creemos que somos, pero no son el fondo del ser que nos constituye, de la conciencia, la unidad entretejida en la que todo Es y somos, de lo Real.
     
    Si para afianzar un gran deseo, necesitamos negar a Dios o afirmarlo, descansamos en lo virtual, queriéndonos quizá librarnos de una amenaza aparente, que sólo nosotros creamos. El que Dios exista o no  en nuestro pensamiento viene a ser lo mismo, es pura imagen y semejanza de nuestros miedos, anhelos  y prejuicios. Lo Ilimitado, lo Real no se circunscribe a nuestras neuronas por más que lo creamos así y nos lo inventemos o borremos de mil maneras.
     
    Saludos para todos.  

  • Manuel Bustamante

    Creo que si llegara el día en que todos pudiéramos afirmar desde la aceptación sincera: “Yo no experimento, ni percibo, ni pienso, ni siento a Dios como vos, pero desbordo de alegría porque esa convicción y fe te ayudan a ser mejor persona cada día”, estaríamos llegando al ideal del respeto mutuo, superando la tolerancia (que esconde en el fondo una actitud de superioridad) para dar paso a la aceptación singular del otro. Pero como en nuestra limitación humana lo incondicional no existe, esto necesita de reciprocidad y ahí es donde encontramos el mayor problema. Primero se nos dibujarían dos grandes grupos: Aquellos cuya creencia o convicción los lleva al individualismo, a la discriminación, a la dominación, a la violencia, a la indiferencia…, es decir a no ser mejores personas cada día; y aquellos a los que su creencia los mueve al amor, a la solidaridad, a la inclusión, a la compasión, a la pacificación…, es decir a tratar de ser mejores personas cada día. Pero aún en este segundo grupo, en donde creo que nos encontramos la mayoría de los que participamos en ATRIO, nos sigue siendo extremadamente difícil hacer realidad la aceptación total del otro, ya que conciente o inconcientemente tratamos de convencerlo de que mi visión es la más acertada, y nos detenemos poco a descubrir los efectos positivos que su visión provoca en él y en su entorno y además alegrarme por eso, aunque sea muy distinta de la mía.
    Después de un largo camino de búsqueda, que aún continúa, y después de haber derribado toda la cáscara y el revestimiento que se fue acumulando a lo largo de mi formación y participación en una creencia culturalmente heredada, me queda como básico y desnudo lo siguiente: Desde nuestra finitud humana, me asombra y me deslumbra la maravilla de la Creación con espacio y tiempo infinitos y me pregunto ¿Qué o quién pudo generar esto? Yo le llamo Dios, otros el Cósmico, energía, generación espontánea, y toda otra hipótesis que ande dando vuelta por ahí y yo desconozca. Después de observar el perfecto equilibrio y armonía en que se va desarrollando este infinito, vuelvo a preguntarme ¿Puedo yo, siendo un punto imperceptibles en ese espacio y tiempo, adherir y colaborar con ese Ser a quién llamo Dios en la construcción de lo que llamo Su Reino? ¡¡Sí!! Ya que una recta, que es infinita, se forma por la sucesión de infinitos puntos. Siguiendo con la geometría, se me presenta un punto en particular (puede haber otros que yo desconozca): Jesús, y me revela que somos parte de la Divinidad y me la presenta como el Padre, con la consecuencia lógica y revolucionaria de la fraternidad entre toda la Creación.
    Luego las creencias (no las llamo religiones porque quiero incluir a la creencia de no creer en que Dios existe) van surgiendo como una construcción social en determinados tiempos y lugares para canalizar esa adhesión y colaboración con la Creación, donde además vamos descubriendo algunos o muchos puntos en común con otros para emprender la tarea en comunidad. Acá incorporo el concepto con el que inicié el comentario, pero atribuyéndolo a los distintos grupos comunitarios: ¿Este canal de participación que construimos juntos nos permite crecer en amor, fraternidad, solidaridad,…? ¿Y a otros, les permite lo mismo su propia construcción?
    Hasta acá la visión que quería compartirles, en la esperanza de que puedan alegrarse (aunque no acuerden con ella) porque a mí me moviliza a luchar diariamente por ser coherente con mis acciones cotidianas, aunque no siempre lo logre y tenga que retomar el camino cuantas veces sea necesario para seguir aprendiendo.
    Un abrazo fraterno

  • pepe sala

    Joder!!, Santiago… me has dado tema de reflexión para una semana y me has jodido la siesta por intentar desenmarañar tan elevadísimo pensamiento:
     
    …””ya que EL entonces poseeria nuestra propia limitacion y EL por definicion necesita ser ilimitado e infinito..por ser El ser, el que ES, el que posee la existencia en SI mismo..ya que si EL no la posee, nadie tampoco podra poseerla””.
     
    Mientras resuelvo el trabalenguas, ¿ me podrías contestar a algo más sencillo.  Ejemplo reciente:
     
    En Haití han muerto unos cientos de miles de personas porque a tu Dios se le ha ocurrido que era necesario.  ” Dios lo ha querido”. Punto redondo.
     
    Media docena de personas se han salvado ” de milagro”… porque ” Dios lo ha querido”.
     
    ¿ Cual ha sido el milagro? ¿ Los miles de muertos, o los que se han salvado “de  milagro” por la tan consabido bondad, omnipotencia y sabiduría de tu Dios ?
     
    Cuando tengas respuesta convincente, me despiertas de la siesta.
     
    ( Por cierto, si Zapatero quiere salir del atolladero en que se ha metido con los asuntillos de la crisis, la oración Bíblica, el apoyo descarado a los neofranquistas, las subvenciones millonarias a la ICAR y a sus mariachis, los pactos inverosímiles con la derechona más carca de Euzkal Heria y Nafarroa, los pactos con la patronal para joder a los obreros, etc, etc, etc, sólo tiene que sacar un proyecto de Ley: Una hora de siesta OBLIGADA a todos y todas los españoles-españolas. Mayoría absoluta garantizada, oiga…)
     
    Venga, saludos cordiales.

  • ana rodrigo

    Tienes razón Josefina. Hace tiempo que leí un titular en la prensa que decía “Y el hombre creó a dios”. Ese es el problema, que a Dios nadie lo ha visto, dice el NT, y, sin embargo, somos tan osados que le ponemos atributos y poderes y le hacemos decir lo que a nosotros nos interesa, mientras que él hace mutis por el foro. Si a esto le añadimos que  los creadores de dioses son los poderes, digamos, fácticos con intereses muy concretos como el sometimiento, resignación, adormecimiento, evasión, y un sin fin de intereses no confesables, entonce lo que se está haciendo es crear monstruos.
     
    Estos son los dioses que tienen que desaparecer, o morir o matarlos o borrarlos del imaginario colectivo. Y, además, es urgente que esto ocurra, de hecho la sociedad libre y liberada de estas fantasías perniciosas, ya lo está haciendo. Claro, en contra de quienes tienen la exclusiva de ser los intermediarios entre los dioses y los pobrecitos humanos, ignorantes e indignos de recibir los mensajes de Dios…
     
    Estos dioses creados desde fuera de nosotros mismos y por intereses ajenos al propio sujeto, uniformes e invariables (sus dogmas y sus normas) para todo tipo de personas y situaciones, terminan haciendo daño, terminan alienando la conciencia humana y siendo enemigos de los seres humanos.
     
    Por eso Jesús, que habló mucho de Dios, y muy con los pies en la tierra dijo “quien me ve a mi ve al Padre”. ¿Y qué hizo Jesús en la tierra? ¿Alienar a las personas de su realidad? Creo que las cosas no fueron así, Todos conocemos la praxis de este hombre que se la jugó por liberar a los oprimidos y hacer lo posible por la felicidad de las personas, y que sólo dejó un único mandamiento, el amor mutuo.
     
    ¡Que mueran los dioses creados por lo peor de la especia humana, y que viva el Dios que nos humaniza a partir del amor!

  • Josefina G.C.

    …si ese dios alienante hace daño a la gente que yo quiero y por añadidura  a mucha mas, a mi si me importa y  muchísimo que caigan en la cuenta para no seguir haciéndolo y causando tanto dolor y sufrimiento.

  • Santiago

    Caracoles!!!, Pepe Sala, me dejas perplejo con tu comentario…porque no creo que te empenes en matar a Dios  sino que coincides conmigo en que no es “necesario matar al Yeti porque nunca lo he visto”, por lo tanto es eso implica que no existe…Sin embargo, el conocimiento humano no es solamente fenomenologico y relativo sino que podemos llegar a conocer mas alla de nuestros sentidos…y asi “conocemos” el amor y el odio, conocemos la amistad y el rencor….tambien nunca hemos visto la electricidad pero sabemos que existe por sus efectos en nosotros…sabemos de nuestros antepasados por el testimonio de la historia, y no dudamos de su existencia..aunque nunca llegamos a verlos….Es nuestra parte espiritual, consciente e inconsciente,  lo que nos permite este conocimiento abstracto que nos lleva a esta experiencia en un grado superior al del resto de la Creacion…por eso lo que vemos de ese Ser son sus “huellas” plasmadas en el Universo….sera una imposibilidad poder “comprenderlo” en su totalidad…esa realidad trascendente “en si misma” nos impide hacerlo como “queremos” nosotros…ya que EL entonces poseeria nuestra propia limitacion y EL por definicion necesita ser ilimitado e infinito..por ser El ser, el que ES, el que posee la existencia en SI mismo..ya que si EL no la posee, nadie tampoco podra poseerla
    No es necesario imponer la idea de Dios a nadie..es una pregunta existencial que reside en cada persona que piensa…y ella la tiene que resolver de  la mejor manera que pueda…mientras le dura la vida….Siempre admiro tu sinceridad y tu deseo de encontrar la verdad…y en ese empeno estamos todos los que nos consideramos humanos….un saludo….de Santiago Hernandez  

  • “Es el tiempo de los dioses que han huido y del dios que está por venir. Es un tiempo de necesidad. Porque reside bajo una doble ausencia y un doble No; el No-más de los dioses que han huido y el No-todavía del dios que está por venir.”
    Martin Heidegger
    Esto lo escribía, en un post mio, tiempo atrás. Dios ni nace ni muere. Ha muerto en parte, una concepción de la divinidad, Y aún no se conoce bien la nueva, que substituye a la concepción mitica, imperante por milenios.
    La nueva para nosotros los occidentales, es conocida en Oriente hace milenios tambien. Considero que es insuperablemente mas evolucionada y lucida que la nuestra, la que ya no nos vale.
    Respecto al nacionalismo. Yo diría que muchos indigentes espirituales, se agarran a cualquier clavo ardiendo, con tal de sentirse vivos.
    Esto sin perjuicio de considerar que Cataluña es desde tiempo ha, una nación sin Estado, como Euskadi y en parte Galicia. (En parte, porque es la mas colonizada).
    Pero vamos progresando afortunadamente. Es necesario sobre todo. Justicia economica.

  • pepe sala

    No me entiendes, Hector, porque te has quedado a medias del argumento:
     
    “”A mí, personalmente, me importa un carajo que haya, o deje de haber, Dios.  Mi vida no cambiaría ni un ápice en cualquiera de los casos.””
     
    Y lo de la pasta gansa que conllevan los asuntillos del Dios que a mí me han tratado de trasmitir ( no conozco otro tipo de Dios en la cultura que me ha tocado sufrir) completa el argumento a la perfección, según mi humilde opinión. ( Javier Renovales dixit)
     
    ¿ Hay otro tipo de Dios al que yo no conozco? Muéstrenmelo con sus HECHOS , ( los de Dios y los de sus representantes terrenales) y puede que cambie de idea.  Mientras siga viendo lo que veo, leyendo lo que leo de quienes se llaman a sí mismo creyentes en ése Dios y constatando las barbaridades que se hacen en nombre del tal Dios; perdona mi cabezonaría, pero me encuentro mucho mejor como estoy: ATEO . ( si quieres llámalo pasota de los asuntos divinos)
     
    Saludos, pues.

  • Héctor Rodríquez Fariña

    Julián Leirbag nos ha ayudado a ir poniendo las cosas en su sitio. Por una parte el ‘dios’, que es solo una aproximación y que hay mucha gente que lo sigue necesitando, ni hace falta que muera ni ha muerto totalmente.  Pero por otra hay mucha gente que no puede vivir sin él. Pensad en la película ‘Camino’. No han conocido otro dios y lo siguen necesitando. Hacerles ver que Jesús de Nazaret nos presentó un Dios distinto es prácticamente imposible.
     
    Quizás al comprobar que su propio comportamiento no corresponde con lo que creen y que realmente son unos ‘descreídos’ caerán en la cuenta que ellos mismos lo están matando.
     
    Creo que esa idea de Julián fue la que dejó plantada el loco de Nietzsche cuando repetía “Este gran acontecimiento está en camino, todavía no ha llegado a oídos de los hombres”. No nos preocuparía que nuestro ‘nacionalcritianismo’ siga creyendo es un dios alienante si no fuera porque ese dios no deja vivir a mucha gente masificada de esa sociedad.

    Y sigo sin entender a Pepe Sala cuando dice: “A mí, personalmente, me importa un carajo que haya, o deje de haber, Dios”. Bueno, Pepe, si ese dios alienante hace daño a la gente que yo quiero a mi si me importa un carajo.

  • pepe sala

    ¿ Quién te ha dicho, Santiago, que yo me empeñe en matar a Dios?:
     
    “”Exactamente Pepe Sala: para que tratar de matar a un Dios que no existe…Por lo tanto, todos los que luchan denodadamente contra la idea de un Ser superior, muy por encima de nosotros, en realidad, creen en El…””
     
    A mí, personalmente, me importa un carajo que haya, o deje de haber, Dios.  Mi vida no cambiaría ni un ápice en cualquiera de los casos.
     
    Lo que nadie puede negar es que se esfuerzan muchísimo más quienes nos quieren hacer tragar la idea de Dios que quienes la niegan. Y ambos se esfuerzan, más aún, que quienes estamos hasta la coronilla de Dios y sus mariachis…
     
    La idea de imponer a Dios en la sociedad, es tan rentable ( económicamente hablando) que tampoco me extraña la insistencia de sus mentores. Pero si cada cual se tuviera que pagar su FE y los gastos que acarrea ése Dios, te aseguro que habría muchísimos menos esforzados en hacernos tragar ruedas de molino. Mientras seamos los no creyentes quienes paguemos la salvación del alma de los creyentes… ” ancha es Castilla”. ( Léase Concordato, subvenciones supermillinarias a la ICAR y a cientos de ONGs católicas o cristianas, suedos a los esforzados proselitistas de Dios, etc, etc, etc…)
     
    (A los negadores de Dios no les ponen sueldo estatal, y a los ” pasotas” menos aún.)
     
    Pues éso…

  • Santiago

    HECTOR,   gracias por tu interesante comentario….No me referia exactamente a esa idea de un dios deformado que nosotros creamos para acomodar nuestra “psique” a el, con objeto, por supuesto, de actuar subjetivamente y realativamente de acuerdo a nuestras mas intimas tendencias y a nuestros mejores y naturales deseos…esta moral existencial, la experiencia ensena, desemboca en el caos social completo…puesto que nuestro individualismo va a chocar de frente con las normas eticas y sociales que pertenecen al bien comun…Y es que tenemos que compartir este mundo con nuestros hermanos que tienen tambien sus derechos como los mios….y es, por cierto, que mi derecho termina donde comienza el de mi projimo….De ahi que el Creador tuvo que inventar reglas “objetivas”, e imprimirlas en nosotros, que sirvieran para que la humanidad viviera en un estado de paz donde la dignidad fuera respetada por todos…Las negaciones del Decalogo se convertirian a su vez en afirmaciones que nos acercaran cada vez mas al objeto y ultimo gol de nuestra verdadera felicidad que reside en ese mismo Autor
    Por supuesto que debemos destruir -como Moises- los falsos dioses que nos hacemos los humanos…y siguiendo a nuestro corazon -ya que El mira el corazon- buscar y encontrar al verdadero Dios..trascendente e inmanente, el mismisimo que encontro no solo el Obispo de Hipona, sino el que perseguia los cristianos, el erudito academico judio, el Apostol de los Gentiles, Saulo, a quien el Senor atrajo subitamente hacia El en un arranque y derroche imprevisto de Su gracia,abrazos, de Santiago Hernandez
       

  • Santiago

    Exactamente Pepe Sala: para que tratar de matar a un Dios que no existe…Por lo tanto, todos los que luchan denodadamente contra la idea de un Ser superior, muy por encima de nosotros, en realidad, creen en El…porque si no, no lucharian tanto contra algo que para el no-creyente le es  indiferente, al menos, asi racionalizan los que en la complejidad de los procesos vitales y en la infinitud del universo solamente perciben una materia informada y organizada…El problema esta en saber QUIEN proporciono esta inescrutable y extensisima informacion a la materia y de que manera asombrosa, y misteriosa se pudo organizar hasta llegar hasta la maravilla de la vida que nuestros sentidos contemplan en un equilibrio universal inexplicable para nuestra mente…el equilibrio inestable del universo mantenido por una fuerza oculta  para la ciencia que ignora su origen y procedencia   saludos  de Santiago Hernandez….

  • Julián Leirbag

    1. El anuncio de la muerte de Dios no se celebra, no porque sea irrelevante, tampoco es una tragedia como para tomarse en serio y lamentarse vanamente, sino que ha de verse cómo es que en realidad son los mismos que dicen y afirman creer en Dios los que no dan testimonio, o muy poco, en lo que creen, y sus propios comportamientos son contrarios al Dios que afirman tener confianza. Es la muerte, por así decir, del dios creído o tal vez descreído. No es, empero, en principio, una afirmación metafísicamente absurda, eso creo, la muerte de Dios sino que las mismas creencias religiosas pasaron a ser, al menos algunas de ellas, tan absurdas que se desprestigian las bases epistemológicas de las teologías cristianas por los mismos cristianos.
     
    2. Abiertamente son pocos los católicos, en general, los que abiertamente hablan de Dios, no porque no ha llegado el tiempo de Dios, sino que parece que no tienen tiempo para tratar sobre Dios, como si el mismo no es más que un asunto de la Iglesia, es para personas religiosas, como sinónimos de “consagradas a Dios”. En este sentido la muerte del Dios cristiano se hace eco en no importarse por la cuestión Dios en toda la existencia humana, como creyentes que son o pretenden ser.
     
    3. No es una minoría cristiana que cuenta con Dios en los momentos trágicos o necesitados de sus vidas y después, antes, viven como si no existiera, esta, en cierto sentido, es la muerte del Dios en sus vidas pero no de Dios. Creo que no es que Dios haya muerto sino que mueren todos los conceptos teológicos de antaño, sin los cuales no cabía en la mente hablar de Dios o predicar su Palabra. Es el dios predicado que muere no el Dios Persona. Todos los conceptos teológicos no son necesarios para establecer una auténtica relación, unión con Dios, cosa que en el occidente cristiano es casi imposible admitir su sentido a no ser manipulando interpretaciones de los Evangelios que en sí mismos no contienen.
     
    4. Vivimos la muerte del “dios” supeditado a los conceptos teológicos. Es la muerte del dios que necesitan los seres humanos para cumplir sus propios objetivos, es decir, del dios utilitarista que en no pocas ocasiones hay extractos religiosos que confunden con el mismo Dios que, como tal, está al margen de todas las conveniencias humanas. Vivimos la muerte de ese dios que se tenía que obedecer y amar caso contrario tenía a unos más que otros en consideración, derramando bendiciones a quienes lo aceptan y a los que lo aborrecen los castigaba. Vivimos la muerte de ese dios rutinario, al cual se creía acceder por la cotidianidad de la vida.
     
    5. Vivimos la muerte del dios encuadrado por medio de las teologías, de dogmas, doctrinas, etc. experiencias religiosas tales que se consideraban absolutas y en realidad eran relacionales.
     
    6. Hay que ver qué Dios vive y cuál dios en realidad muere en los mismos recintos sagrados, en la más sagrada religión, o mejor: discernir en qué momentos las religiones se convierten en verdaderas deicidas.
     
    7. Conviene saber qué dios ha de morir, no tan solo decretar su muerte, para aprender a reconocer qué sentido y significado tiene creer en el Dios de la vida y en la vida. Nos conviene ir aprendiendo a matar a dios para que dejar a Dios ser Dios y nada más que Dios, cosa que no es cuestión de elaborar teologías, apenas. Tenemos que batallar contra varios dioses que incluso se predican en los púlpitos como si se tratara del Dios de Jesucristo. Conviene luchar contra ese dios predicado y conceptualizado por medio de teologías como sinónimo o tratarse del mismo Dios.

  • Lali

    No estoy triste, Héctor. Estoy muy contenta. Te sugiero que leas otra vez mi escrito. Ha salido de mi optimismo. Hago una crítica al dios-dinero, al falso. Escribo: “Si Dios está”  únicamente por respeto a los que dicen no creer que exista, pero yo sé como termina el salmo 22.
     
    He visto tu foto. Me encaja con la imagen que tenía de ti, la de un hombre esencialmente noble y leal en el que se puede confiar. Entraré en tu blog cada vez que pueda.
     
    Un abrazo
    Lali

  • Héctor Rodríquez Fariña

    Sí que vive, Lali, déjame repetir aquí contigo ese precioso testimonio de fe en ese Dios vivo en ti in mí y en todos los que seguimos de cerca el testimonio del Galileo. Ese Dio es “el universal y omnipotente sigue ahí y es perceptible a cada momento. Es el motor del mundo, por él vivimos; hacia él nos movemos como único objetivo. Nuestra vida depende de él. Sin él no somos nada.  Grandes y chicos le reconocen como único e insustituible. En el fondo, le adoramos, le buscamos, le anhelamos, entregamos nuestra vida por él”.
    Los que estan “con él” repetirán ese testimonio pero los “de él”,  los que tienen miedo , “se pondrán en camino para echarles  mano” (Marcos, 3,21)  porque eso no es ‘fe’ es mística y la mística se escapa al control de los cuidadores de la ‘fe’.  Lo que no pasa por su control no puede venir de Dios.  La mística fue un estorbo en tiempos de Papa Inocencio XI, que terminó condenando y entregando a la Inquisición a Miguel de Molinos.
    Lali, no te pongas triste por estas coas. Tu coleccionas historias preciosas llenas de sabiduría. La de Miguel Molinos es muy triste pero si quieres saber lo que le paso la he colgado en mi blog http://ventanabierta4533.blogspot.com/
    Si la fe de Molinos, la revelación de Dios en su corazón, fue realmente la presencia  del  impulso Creador en él, digamos pues ¿quien realmente ha matado a Dios?
    Dios no ha muerto,  la Mistica no ha muerto, la Teología de la Liberación no ha muerto aunque nos obliguen a no hablar de ella y darla por muerta, como ha dicho recientemente  JJ Tamayo.
    Un abrazo, Héctor.
     
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  • Carmen (Almendralejo)

    Leyendo esto, recuerdo a mis hermanas, y cuanto decían y sentían cada vez que venían de trabajar en la hostelería en la Gerona de los años 80, la actual Girona, y muy concretamente en Estartit, también ahora L`Estartit.
     
    No hablamos una sola vez que ellas no manifiesten, y digan el desprecio con el que fueron tratadas, ellas y cada una de las personas que fueron a trabajar.  
    Los dueños de hoteles y restaurante, que comían y vivían gracias al flujo de personas que cada primavera hacia el recorrido desde el Sur hasta el Norte…
    De ahí que ellos, las llamasen “africanas” puesto que de Cataluña para abajo todos eran africanos.
     
    No se despachaban estos empresarios bien con los adjetivos calificativos y despreciativos sobre el origen de las trabajadoras, les recordaba que ese trabajo era vejatorio para las personas nativas de aquella zona, y que cuando una de Gerona trabajaba tampoco cobraba el mismo salario que la medio africanas.
     
    “Los catalanes” (ciertos) y sus catalanadas siguen existiendo, pero llegan tarde como siempre, se quieren creer el ombligo del mundo y para colmo ser de ciertos Rh, aunque estos no digan cual, pero si que han necesitado de la plata y la sangre, el coraje y el sudor de trabajador*s del Sur, y de toda la España para que fuese lo que hoy es, y muy en detrimentos de nuestra tierra africana.
     
    Ahora dicen que dios a muerto, bueno mirando como ellos saben de geografía y tildan a las personas no podemos decir que sean muy listos o acertados en sus predicciones, y aún menos que sepan y conozcan las defunciones de los distintos dioses con los que nos han educados, tanto a hombre como a mujeres…
     
    Claro está, que igual, que ese dios difunto, no tuvo que otra cosa que morir aburrido de ver tantas  gilipoyeces como hacemos o decimos, unas más al norte y otras más africanas, unas de ciertas élites, y otras con un poco de más mala uva.

    Menos mal que vamos teniendo conciencia de que ese dios, se necesita más bien poco, y para vivir y ser feliz aún menos…

  • Lali

    ¿Sirve hablar de Dios? ¿En qué términos? ¿Desde qué foco o filosofía? ¿Con qué objetivo? ¿En qué escenario situaremos nuestro discurso?
     
    Si el dios fabricado ha muerto, ¡ya era hora! Una preocupación menos. Menuda pejiguera. Un títere manejado por sus sagrados representantes a su antojo, que nos tenía fritos a normas, rezos, liturgias martirizándonos con el miedo al eterno castigo; que nos arrebataba la libertad con la excusa de serles obedientes; que a las mujeres nos relegó de por vida a estar sometidas al yugo masculino, el padre, el esposo e incluso los hijos… Que ese dios ha muerto…, ¡viva la libertad!
     
    Ahora bien, el dios real no ha muerto, sigue vivo y coleando. El universal y omnipotente sigue ahí y es perceptible a cada momento. Es el motor del mundo, por él vivimos; hacia él nos movemos como único objetivo. Nuestra vida depende de él. Sin él no somos nada.  Grandes y chicos le reconocen como único e insustituible. En el fondo, le adoramos, le buscamos, le anhelamos, entregamos nuestra vida por él, de él se habla en todos los foros. Está presente en cualquier rincón del mundo. Su nombre es sagrado y está por encima de todo nombre. Se llama: dinero.
     
    El dios dinero solo tiene un enemigo: La libertad. A mi modo de ver, la libertad se conquista renunciando al dinero y poniéndose de parte de aquellos a los que el omnipotente dinero ha condenado a la miseria y al olvido. Si Dios está, anda por ahí y, probablemente, no busca que hablen de él. ¡Ése, sí merece la pena!
     
    Saludos cordiales
    Lali   

  • Héctor Rodríquez Fariña

    No, querido amigo Santiago, no es de ese Dios sentido en tu corazón de quien  Nietzsche nos quería librar.  Lee bien bien y compara lo que estamos diciendo. Tú sabes muy bien que usamos la palabra “dios” para muchas cosas : A-dios, “goodbye”= que Dios vaya contigo, “¡por-dios,  no diga usted  eso! “. Y el concepto de Dios se usa para justificar muchas barbaridades que se hacen y dicen en su nombre.  Se habla de un Dios que sufre más porque en España se vacían las Iglesias que por la catátrofe de Haití.
    A mí sí que no me deja dormir, Pepe Sala, el saber que en su nombre se nos imponen sistemas religiosos, civiles sociales y hasta políticos que esclavizan las mentes y generan pobreza y miseria por todo el mundo.
    Volvamos al Dios de Agustín de Hipona y todo lo demás se nos dará por añadidura. Pero hagamos lo que podamos para que una nueva teología libere a la humanidad de las falsas imágines de Dios, de tanto  becerro de oro (Éxodo32:5-6) , que se construye por todas partes y que terminan aplastando a las multitudes.  Moisés se enfadó mucho. También quien ame a Dios en espíritu  y en verdad. Abrazos fraternales de Héctor
     
     

  • pepe sala

    Buenas preguntas:
    ¿Alguien asistió a los funerales?
    ¿Alguien sabe dónde está en-cielado (o en-terrado)?””
     
    Bueno, haré yo mis dos preguntitas:
    ¿ Alguien ha asistido a su nacimiento?
     
    ¿ Alguien lo ha visto por Haití, por Honduras, por Iraq, por Gaza, por……?
     
    No es necesario matar al Yeti, puesto que al Yeti nunca lo he visto y jamás me ha molestado. Tampoco es necesario llamar al Yeti cada vez que no entiendo algo y tengo algún problema que me desborda.
     
    Ayer, por ejemplo, ni me acordé del Yeti . Mientras comía en un restaurante con TODA MI FAMILIA ( mis tres hijos, mi nietuca y mi esposa) no me hacía falta el Yeti para nada. ¿ Para qué coño voy a ” matar” a quien me es absolutamente indiferente y no lo necesito?.
     
    Hagan nacer, o hagan morir, al Yeti quienes no se basten a sí mismos para resolver sus propios asuntos. Otros-as nos preocupamos más de solucionar nuestras cosas humanas y terrenales y no tenemos tiempo de ” matar” o de resucitar a ningún Yeti.
     
    Pues éso… buenos días, pues.

  • Santiago

    No solamente la idea de la muerte de Dios es “metafisicamente” absurda…sino que en si misma denota la creencia en EL puesto que si ha muerto -si lo hemos matado- es porque estuvo vivo o sea que existio…Mi interpretacion de la forzada muerte de Dios es el querer suprimir a toda costa algo que estorba….que conculca nuestra libertad, que nos hace esclavos de un SER que ni podemos ver, ni podemos comprender,  ni abarcar en sus totalidad… O sea la muerte de Dios es mas bien un prejuicio de la mente contra la evidencia de la razon que me dice que tiene que haber una primera causa, un primer motor, que puso en marcha todo este tinglado…porque entonces quitando “el misterio” vamos a crear muchos mas inexplicables misterios…y es que  mi mente limitada se rebela ante la idea de una mente ilimitada, muy superior a la nuestra…por eso se ha escrito mucho sobre “los problemas del ateismo”…que tambien tiene los suyos…Y con el converso maniqueo Agustin de Hipona quedemonos con el saludable pensamiento de que nuestro corazon no podra encontrar ningun sosiego hasta llegar a la razon misma de nuestra existencia, el objeto mismo de nuestra felicidad, que es ese  Dios a quien tratamos de matar a toda costa….un saludo cordial de Santiago Hernandez…. 

  • oscar varela

    Hola!

    DIOS HA MUERTO

    ¿Alguien asistió a los funerales?

    ¿Alguien sabe dónde está en-cielado (o en-terrado)?
    ·············
    Porque los Ante-pasados
    si no están decorosamente enterrados
    ¡vuelven como fantasmas re-di-vivos!
    ¿o no?
    ·········
    ¿No da miedo ¡ir todavía!? – Oscar.

  • mªpilar garcía

    Asun nos dice:
    “El Dios del Amor, La Fuente de la Vida,  ni nace ni muere. Es Presencia y Misterio en la diversidad de todo lo que es, Lo Que Es. Es ya en  nosotros y en todo La Unidad-sin-fisuras de todo lo Real, aunque no lo hagamos consciente.”

    Ese es el Dios, que amamos e intentamos vivir desde Jesús; porque El como ningún otro ser humano, vivió en plenitud, todo aquello que cada ser llevamos impreso en nuestro ser.

    No es un “sentimiento” es verle a El, dando lo mejor de si con todas sus consecuencias, y desde su vivir, decir, hacer…

    Nos pone en contacto con:
    “Dios Abba Amor”, capaz, si… fuéramosconsecuentes; de  cambiar el mundo.

    Primero ¡convertirnos! cada cual; de tal manera, que no ocurrieran (como nos dice Héctor), las discrepancias, luchas, separaciones, insultos, persecuciones… por lo que cada persona es; y seríamos capaces de respetar la universalidad, con amabilidad, respeto, cariño… si fuéramos de verdad.

    ¡¡Buenas personas!! capaces del abrazo sin barreras.
    mª pilar

  • Héctor Rodríquez Fariña

    Si recordáis, el tema del famoso loco de Nietzsche lo tratamos en Atrio hace unos meses hablando de la religión sin magia (9/09/09/). Nietzsche buscaba una imagen que le ayudara a explicar su convicción fundamental: el hombre de la Modernidad ya no necesita la religión. Él entendía que en épocas anteriores de la historia y aún en la Edad Media la religión había sido sentida como una necesidad para sobrevivir en un medio adverso. El nuevo hombre de la revolución industrial y el progreso se había encontrado a sí mismo y no precisaba el apoyo de lo sobrenatural. Nietzsche sabía muy bien que su idea no iba a ser fácilmente aceptada. Por eso el loco al final de la historia repetía “He llegado demasiado pronto. No es aún mi hora. Este gran acontecimiento está en camino, todavía no ha llegado a oídos de los hombres”.
     
    Es la misma idea de Dietrich Bonhoeffer: “…Haremos lo que es justo. Y llegará el tiempo de Dios”.
     
    Pero mucho, mucho antes, había sido ya la idea del Galileo: (Juan 4: 21): “Créeme, mujer, que llega la hora en que, ni en este monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre”. Según dice J.A. Pagola “atacar al templo era atacar el corazón del pueblo judío…cualquier agresión al templo era una ofensa peligrosa e intolerable” (Jesús 359). Por eso lo crucificaron y él lo sabía muy bien, pero ese era su compromiso con la humanidad, salvarla de ‘dioses’ instrumentalizados como construcciones sociales de la realidad, que no nos dejan ser nosotros mismos. Frente a esos ‘dioses’ está el Dios a quien “adoraremos en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren” (Juan 4: 23).
     
    Jesús ve que su mensaje peligra en manos de una religiosidad que masifica, que se basa en el poder, que hace desaparecer a la persona par crear multitudes de leyes que cargan las conciencias de culpabilidad, consiguiendo así amasar las grandes multitudes que pululan en torno al falso ‘dios’. Quien no ‘mate’ a ese ‘dios’ que es una carga y que no permite el encuentro con el Padre en Espíritu y en verdad no verá nunca al Padre: “Quien me ve a mí, ve al Padre” (Jn 14,9). Para librarse de la carga se nos ofrece un camino que es seguir a Jesús de cerca “Venid a mí, todos los que estáis cargados y agobiados y yo os aliviaré.” (Mt, 11,28).
     
    Perdón por lo largo que me ha salido el tema me apasiona. Gracias si habéis llegado hasta aquí y os felicito si os habéis librado de leerlo. Lo he escrito recordando  a mi amigo y maestro, J.L. Herrero del Pozo. Este era uno de sus temas preferidos.  Un abrazo Héctor

  • Antonio Vicedo

    Y qué si ha muerto el dios que  como tal lo concebimos y lo afirmamos los humanos? ¿Acaso los ídolos no quedan sujetos a la relatividad final de su ser, pues en ella encontraron origen y principio?
    Lo que sucede es que en el orden de las creencias,  se ha levantado un dios que, en realidad era ídolo a imagen y semejanza de su productor.

     Porque del Dios Trascendente, no tenemos experiencia, aunque muchas veces nos inclinemos a confundirla como objeto de algunas de nuestras vivencias relacionales.

    Hablar de muerte,  es hacerlo de relatividad de limitación y contingencia y en ello, no sólo no hay problema para la fe, sino prerrequisito para que la fe alcance su autenticidad: Acto o actitud libres por los que aceptamos , sin pruebas, la realidad del TRASCENDENTE ABSOLUTO;  cosa que igualmente sucede para negar esa realidad.
    Lo que ya es viejo es que el dios en el que ponemos nuestra teórica fe, sin que esté concretada por una práctica coherente, sea ídolo muerto que deja también muerta la fe que en él se tiene.
    Ciertamente, considerada así la cuestión, resulta difícil  hablar de cuantos consideran muerto a Dios y para cuantos resulta vivo Dios.
    Y aquí sí podemos barruntar de algún modo como nuestra fe en el Dios vivo es también viva, si nos atenemos a aquello que nos recuerda el Evangelio de Juan(XIII,35) “En esto conocerán que sois discípulos míos, en OS AMAIS UNOS A OTROS”.
    Porque DIOS es AMOR VIVO,  y vive en los que se  AMAN y SE AMAN. 

  • h.cadarso

    José Bada, Jordi Morrós y demás foreros: asistí en Bilbao a una reunión interreligiosa (hinduístas, católicos, adventistas, musulmanes…) moderada por un sacerdote católico adscrito a una orden Religiosa. Nos presentamos uno a uno:  Nepal, Marruecos, Angola…Yo dije mi nombre y, de acuerdo con mi DNI, dije España. Os aseguro que si mi DNI dijese Euskadi, o Apátrida, que un tiempo fui apátrida, y por cierto que me sentí muy a gusto con mi DNI de apátrida, habría dicho lo que dijese ese DNI.
    Pues bien, mis palabras no sonaron nada bien para los oídos de sacerdotes, católicos laicos y musulmanes vascos; hubo sonrisitas, comentarios entre ácidos y burlones. Tal vez el musulmán neoconverso Iñaki fue el que más fuerte reaccionó.
    Efectivamente, asistimos a un proceso de sustitución del “fanatismo” religioso por otros fanatismos, entre los cuales se cuentan ciertos nacionalismos, y ciertos ateísmos…No es que necesitemos creer en algo, no. A veces eso de creer se confunde con hacer dejación de nuestra dignidad personal de nuestra responsabilidad ante la vida y la sociedad y el mundo y arrimarnos al sol que más calienta.
      Una patria que aisla, separa, enfrenta, es un estorbo para la construcción de esa patria universal que se llama Humanidad. Benditas sean las patrias que nos acercan a todos, nos hermanan con todos, nos responsabilizan de todos.

  • Gabriel Sanchez

    Oscar quiero y retruco…me sumo a que el NORTE HA MUERTO…y agrego…EL CAPITALISMO Y EL DIOS CAPITAL HAN MUERTO…Vamos que podemos todavia.- Gabriel

  • Asun

    El “Dios” ente separado que heredamos de nuestros antepasados ya no tiene sentido en nuestras vidas ni con la Realidad primera y última,  que nada excluye y todo abraza.
     
    Construimos en la infancia personal y en la de la Humanidad  un “dios” a nuestra imagen y semejanza. Un ser celeste y  alejado que hipertrofiamos, creándonos dependencia narcisista e inmadura. Esta misma dependencia existe y ejerce su influencia fuertemente aún en nosotros de forma más racional, pero ya nada o casi nada  tenemos que ver él, con ese “dios”, porque nosotros “creemos”  que ya no somos lo mismo y además “creemos” más que nunca en  saber lo que somos (esto o aquello, adjetivos y complementos  no faltan). Hemos cambiado nuestras querencias, pero persiste la actitud dependiente y engañosa.
     
    Nuestra identificación de la propia imagen  con lo que conseguimos y tenemos para procurarnos  “felicidad”, excluye a priori lo heredado como obsoleto, pues ya no satisface ni responde a nuestras “primeras necesidades”. Aunque siguen habiendo excepciones en momentos puntuales, que enumera Ana, que confirman no obstante lo que intento decir.
     
    Pero también  por ignorancia,  a lo que considera su opuesto o “enemigo”, se autoexcluye  la percepción y experiencia de la  dimensión en profundidad de todo lo  Real y de lo que realmente somos, lo que antecede y nos constituye en lo más íntimo y nuclear. El ego se ha priorizado en todas sus formas, ha acaparado toda nuestra atención, hasta que nos ahogamos  en lo que creíamos liberación de creencias inmutables religiosas que se tornan en científicas. El mismo ensueño  se vuelve a repetir, pero esta vez una puerta está a punto de abrirse en ambos sentidos, la luz que entra ya no separa, unifica el mundo exterior y el interior.
     
    El Dios del Amor, La Fuente de la Vida,  ni nace ni muere. Es Presencia y Misterio en la diversidad de todo lo que es, Lo Que Es. Es ya en  nosotros y en todo La Unidad-sin-fisuras de todo lo Real, aunque no lo hagamos consciente.
     
     Entonces decimos ¡Visca Catalunya! por lo que es en sí, no por el deseo o ilusión de un “Dios” que  “ha muerto” en nuestras mentes igual que  “ha  nacido”.
     

  • oscar varela

    Hola!

    DIOS HA MUERTO
    no se sostiene más que en un sub-puesto:

    El supuesto de que DIOS VIVE.
    ···········
    A finales del Siglo XX también se dieron por muertas a unas cuantas cosas; p.e.:

    * las IDEOLOGÍAS.
    * el amor/noviazgo/matrimonio con la Pepa (o el Pepe)
    * la vesícula que me extirparon porque ya no funcionaba.
    * etc.
    ···········
    Acá, en el secreto de Atrio.org,
    les ofrezco una idea para hacerse “famoso”
    (que todo el mudo chamuye de usted como de Nietzche):

    Proclame que:
    “EL PUNTO CARDINAL: “EL NORTE HA MUERTO
    ···········
    Tanto las “Ideologías”, como la “Pepa o Pepe”, como la “vesícula” …, como el “Norte”
    no parecen ser realidades (cosas) que tengan Vida aparte de mí, sino
    “funciones” (glándulas de secreción interna = humores),
    que hacen sustentable y posibilitan abundar mi vida, la vida del ser humano.
    ··········
    ¿No se puede pensar que con el asunto DIOS pueda pasar lo mismo?
     
    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • ana rodrigo

    Respecto a si los individuos necesitan de Dios y para qué, ya es un poco más complejo.
     
    En una sociedad cada vez más racionalista parece que el tema Dios, al escapar a la demostración positiva y objetiva, la gente lo va apartando de su vida. La fe va  muriendo no sólo en la gente joven sino también, en la gente mayor esa  que toda su vida “había ido a misa”, como reza el dicho popular.
     
    En cambio a una sociedad utilitarista, sí le conviene la religión. Por eso la gente que no va a misa, en un altísimo porcentaje utiliza determinados ritos religiosos, por este orden: la primera comunión, el funeral religioso, el bautizo y la boda. Es cierto que estas celebraciones son una excusa para la celebración festivo-social, en cambio el funeral, debe ser porque da más tranquilidad a las almas de los familiares si los entierra con ceremonia religiosa, por si acaso.
     
    Por otra parte, quienes siguen dentro de la religión, hablo de la católica, podemos considerar tres situaciones: una la del fanatismo fundamentalista, otra la de la rutina y la costumbre, y la última de la tomar la religión o el evangelio como un referente ético, un seguimiento de Jesús, pero sin demasiadas preguntas sobre Dios, o incluso dejando a Dios al margen. Esto último es minoritario. Como que eluden la gran pregunta acerca de la existencia de Dios.
     
    Las estadísticas constantes evidencian que lo que la gente hace es abandonar los cultos. La pregunta consiguiente es ¿qué hacen los curas o qué dicen para que a la gente no le interese lo que allí se hace o se dice? Alguna pregunta se tendría que hacer. Si se presentase la religión de otra forma y con otros contenidos ¿abandonarían la religión en masa como se está haciendo?
     
     Y por otra parte (en contradicción con lo anterior) tenemos los fenómenos de masas que se dan en todos los países entorno a un hecho religioso, es algo fascinante. La gente va a pedir protección a las diversas vírgenes o cristos en grandes multitudes, haciendo unos sacrificios inmensos (ir de rodillas, descalzos, andar kilómetros, etc). Aquí tenemos varios aspectos, uno la credulidad, el uso utilitario de dioses y vírgenes para que nos dé salud, para aprobar un examen, para encontrar un trabajo…. Todo ello demuestra la indigencia humana ante el dolor y el sufrimiento y el recurso de acudir a los dioses ante aquello que escapa a nuestro control.
     
    Quizá no sea tan cierto eso de que Dios ha muerto.

  • ana rodrigo

    Lo primero que tendríamos que preguntarnos es si realmente los individuos y/o la sociedad necesitan a Dios. En el caso afirmativo de este supuesto deberíamos preguntarnos a continuación para qué los individuos y /o la sociedad necesitan a Dios.

    Voy a contestar a estos dos supuestos con dos comentarios separados.

    En el caso de si la sociedad necesita a Dios, mejor dicho a la religión, creo que es bastante obvio. La sociedad siempre ha necesitado de la religión, una sola religión, como instrumento de cohesión social. La Europa cristiana, los países católicos, los países protestantes, los ortodoxos y, no digamos,  los países musulmanes. Hay un sentir común que evita muchos problemas de convivencia, y a los gobernantes les da una cierta tranquilidad.

    No entro aquí en la afirmación de Marx de que “la religión es el opio del pueblo” y la función social de los predicadores a la hora de meter miedo a la gente con lo que hacen en esta vida y lo pueda ocurrir en la otra vida. Este capítulo sería largo y no es éste el espacio.
     
    En el momento actual la religión como elemento de cohesión está cambiando en los países occidentales de tradición cristiana,  en los que el pluralismo religioso puede suponer un problema. De hecho ya están ocurriendo conflictos en algunos puntos concretos o para evitar estos conflictos se están creando ghetos que impiden la integración social de todos los colectivos que viven en un país.

    Quizá sea el ateísmo práctico o teórico o el agnosticismo lo que esté equilibrando la balanza, precisamente porque estos colectivos suelen tener una actitud de tolerancia muy alejada del fundamentalismo religioso.
     
    Ahora bien ¿Qué pasaría sin junto a los penitentes de la semanasanta que se dan latigazos en la espalda se les permitiese a un grupo musulmán que también lo hace y ven desangrándose por la calle? ¿Toleraría la sociedad a estos últimos?
     
    Otro tema mu interesante de analizar es la enorme concurrencia de fieles que acuden a romerías y demás eventos de religiosidad popular y el porqué ocurren estos fenómenos de masas. Quizá algo se aclare en mi siguiente comentario.

  • Gabriel Sanchez

    El pueblo del que formo parte y vivo, sale a luchar cada día para parar la olla para la familia…y aprecia siempre más el testimonio de un pequeño gesto de compartir…o de solidaridad (el luchar juntos por algo justo-por ejemplo)…Parece que don Dietrich. tenía razòn…y ni se le ocurre preguntarse cuanta ciencia y cuanto Dios…esa discusión en mi país, la dimos allá por 1917…Ahora estamos discutiendo como descentralizar el poder y ya vamos en las asambleas barriales…y como hacer más efectivo el control social…y como parar la olla cada día…Èl pueblo anda por ahí Oscarcito…por lo menos por estos lugares.- Gabriel

  • josé luis

    Pienso que la llamada muerte de Dios es real desde el puntode vista sociológico donde desde el concepto de Dios tapa-agujeros se le encontraba en todas partes. Este Dios utilitarista usado al gusto del consumidor, ha muerto. y de este hablaba Bonhoefer cuando hablaba de la muerte de Dios. No del Dios de lo más íntimo, no manipulable, pero totalmente abierta a nosotros. Sin embargo, en la vida cotidiana, debemos vivir, en cuanto a nuestros problemas personales, en cierta manera, ut Deus non daretur. Al verdadero concepto de Dios no se ha llegado por la via utilitarista, aunque ha sido la más empleada, sino por la vía de sentido y de sentimiento profundo.

  • jftamames

    «Llegará el día en que quizá será imposible hablar abiertamente; pero rezaremos, haremos lo que es justo. Y llegará el tiempo de Dios».
    Y eso esperaron cientos de millones de católicos en donde el socialismo, en todas sus formas, llego al poder y utilizó todas sus armas para reprimir a cualquiera que se enfrentará a ellos.
    Y eso es lo que nos espera en esta sociedad contemporánea donde hablar de Dios y de su Iglesia está siendo constantemente rídiculizado, anestesiado y insultado dentro de la misma Iglesia y fuera de ella.
    Luchar contra el nacional socialismo debería de servirnos de ejemplo para enfrentarnos a lo que queda del socialismo.
    Confío en la capacidad del ser humano para librarse de todas las formas de opresión y, en concreto, de la que nos ha tocado vivir desde el siglo XX. No creo en precipicios ni en amenazas. Desde niño las oígo y desde jovén lucho contra esos terrores para asustar a hombres y mujeres para manipularlas a gusto de nuestras miserias. Llegará el tiempo de Dios, sí, en el Juicio Final. Quien lo adelante, quien lo quiera hacer sin contar con Dios, verá el rastro que han dejado los progresistas por todas las naciones de este mundo.

  • oscar varela

    Hola Gabriel Sánchez!

    ¡Sacá el pie del acelerador, hermano!

    Bajate del caballo, date una vuelta por la Plaza del Pueblo.

    Otro día retomarás a don Dietrich.

    ¡Sentí mi abazo! y ¡Vamos tadavía! – Oscar.

  • Gabriel Sanchez

    «Llegará el día en que quizá será imposible hablar abiertamente; pero rezaremos, haremos lo que es justo. Y llegará el tiempo de Dios».Dietrich Bonhoeffer…Parece que el hombre sabia lo que decía, ya me dio para tres hilos…
     
    El problema, es que también estamos olvidando como sociedad global, los valores humanos y caminamos raudamente  hacia el precipicio…

    Tal vez el Espíritu siga aleteando sobre las aguas, cuando otra especie, substituya a la extinta especie humana…Gabriel

  • Sarrionandia

    La muerte de Dios es una afirmación metafísicamente absurda.
    No es de extrañar que las creencias sobre Dios lo traten de vivo, de enfermo o de muerto: porque esas creencias son las que carecen de base epistemológica.

  • M. Luisa

     Plenament d’acord amb Josep Bada

  • Jordi Morrós

    Plenamente de acuerdo con Josep Bada.
    Y hay un párrafo definitivo, claro y conciso que no me puedo a resistir a copiar:
    “los laicistas posmodernos que celebran la muerte de Dios y los fieles premodernos que lamentan como una tragedia la irrelevancia social de la Iglesia Católica. Si los primeros “creen” demasiado afirmando lo que no saben, los segundos me parecen hombres de poca fe en el que creen.”
    Se puede decir más alto pero no más claro.
    Hasta la próxima.
     

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