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Leyendo a Marcos – 6

UN PASO, UN MUNDOSalvador Santos – “Destilado” de Oscar Varela

Convocatoria a asamblea: constitución de “los doce”

El Proyecto de Jesús viene alboreando

Las muchedumbres lo pretenden todo y ya!

La Masa camufla el compromiso en aluvión de pasividad.

Tal “seguimiento” no entra en el Plan proyectivo de El Galileo.

Entonces:

• Convoca a Asamblea constituyente: LOS DOCE

Fascículo 05CONVOCATORIA A ASAMBLEA CONSTITUYENTE:

LOS DOCE

(Mc. 3,7-19)

Antes de entrar en el relato que vamos a leer, digamos algunas cosas relacionadas con lo visto anteriormente. El mensaje del Galileo ha rebasado los límites de la región donde actuaba. Sus alicientes y el saber que la institución ha confirmado su ruptura con él atraen a multitudes de descontentos. Pero se produce un hecho que no pasa desapercibido para nuestro protagonista. No hay compromiso en la gente. No dan el paso definitivo de abandonar la seguridad de la sumisión. El impulso necesario para hacerlo requiere decisión personal. Los flujos masivos son vacilantes, inconstantes e inestables. Las masas sirven de cobijo a la pasividad.

La respuesta de la gente acudiendo a oír el mensaje se realiza por necesidad, expectación e interés, aunque no hay adhesión a su propuesta. La multitud actúa impulsivamente, sin constancia, eludiendo implicarse. La gente, así, supone un riesgo. Se comporta con movimientos de avalancha devorando oportunidades de libertad. Al no tener voluntad de involucrarse, asfixian la dinámica del  proyecto incipiente. Leamos la escena que sigue a la del hombre de la mano encogida. En ella se resume esta situación:

Jesús, junto con sus discípulos, se retiró en dirección al mar.
Una enorme muchedumbre procedente de Galilea, de Judea y de Jerusalén, de Idumea, Transjordania y las comarcas de Tiro y Sidón, una muchedumbre enorme que se había ido enterando de todo lo que hacía, acudió a él.
Dijo a los discípulos que le tuvieran preparada una barquilla por causa de la gente, para que no lo oprimieran, pues, como había curado a muchos, se le echaban encima para tocarlo todos los que padecían algún tormento. Y los espíritus inmundos, cuando percibían su presencia, se postraban ante él y gritaban:

— Tú eres el Hijo de Dios.

Pero él les conminaba una y otra vez a que no lo hicieran público” (Mc 3, 7-12),

Fanatizadas por la ideología nacionalista, las multitudes aupaban al Galileo proponiéndole asumir el liderazgo de un movimiento popular contra Roma.

Ante la avalancha, él interviene con su particular inteligencia. No se deja deslumbrar por el poder que se le ofrece en bandeja. Su plan lo descarta. Los impulsos revolucionarios, que acaban siempre diluidos, engullen la opción que representa su propuesta.

Por eso, rechaza de plano los movimientos multitudinarios y marca las distancias respecto a ellos. A partir de ahora, afianzará su proyecto y modificará sustancialmente su estrategia en relación con la multitud.

Con estos antecedentes, vamos a leer un pequeño e interesante relato.

Subió al monte, convocó a los que él quería y se acercaron a él. Entonces constituyó a doce, para que estuviesen con él y para enviarlos a predicar, con autoridad para expulsar los demonios.

Así constituyó a los Doce: A Simón le puso de sobrenombre Pedro; a Santiago de Zebedeo y a Juan, su hermano, y a éstos les puso de sobrenombre Boanerges, es decir, Truenos, a Andrés y Felipe, a Bartolomé y Mateo, a Tomás y Santiago de Alfeo, a Tadeo y Simón el Fanático y a Judas Iscariote, el mismo que lo entregó” (Mc 3, 13-19).

A simple vista se constata que nuestra pequeña narración está compuesta de dos partes bien diferenciadas. La primera está constituida por una cadena de verbos. La segunda relaciona un conjunto de nombres con alguna nota peculiar sobre algunos de ellos.

Marcos escribe desde claves sencillas, prácticas y bien estructuradas. Vamos a detenernos en la primera parte. La de los verbos.

Fíjense, la narración se abre con nuestro protagonista subiendo al monte. El texto aparenta que subió solo. Adelanta, así, el carácter significativo de su acción. “El monte“, con artículo, no señala un emplazamiento geográfico, alude a un espacio simbólico. La subida al monte preludia, como acto inicial, un cambio radical en su estrategia de oposición a la postura de la coalición criminal y a la reacción enfervorizada de las masas.

En la mayoría de las religiones sobresale la presencia de un monte particular como lugar cercano a Dios desde donde él se hace accesible al hombre, y le dicta sus normas, leyes y deseos. Pueden constatar que Marcos omite hablar de Dios. Tampoco identifica el monte citado. En cambio, la precisión que le otorga el artículo, (el monte), advierte que el Galileo declara su estrategia como definitiva, convencido absolutamente de que cuenta con el máximo respaldo.

El segundo verbo: “convocó“, también traducido en pasado como el anterior (“subió“), aparece en el texto original en presente: “convoca“. Los dos verbos en ese mismo tiempo: ”sube y convoca“, llaman la atención. Probablemente, es lo que Marcos pretende. No hay pausa entre subir y convocar. La subida desemboca sin discontinuidad en la convocatoria.

Dirige su llamada “a los que él quería“. Esta expresión se refiere tanto al acto impulsado por su voluntad como a la relación de amistad que el Galileo mantenía con los elegidos, Tomó esta iniciativa para conformar su grupo, afianzándolo en su proyecto y distanciándolo con habilidad respecto a las masas despersonalizadas. Define muy bien a los suyos para evitar equívocos. La convocatoria es individual. La respuesta también deberá serlo. No hay cabida para los movimientos despersonalizados.

La respuesta de los convocados implica decisión y adhesión personal: “se acercaron a él”. Se accede a una realidad social. El paso supone abandonar el cobijo institucional y el escondite de las masas, aceptando la propuesta. Al responder a su convocatoria, se sitúan, como él, en la esfera del monte.

Una vez determinada la realidad social de su proyecto, el Galileo realiza un gesto rotundo. Marcos dice: “Entonces constituyó a doce“. El número doce tiene un fuerte sentido simbólico. El doce es el símbolo del pueblo. Alude a Israel constituido en su inicio por doce tribus.

Después de convocar en el monte a los que él consideró, la acción de designar a doce no supone el establecimiento de un núcleo de privilegiados, sino la concesión de un formato social al grupo de invitados y adheridos a su proyecto. Con este hecho, el Galileo da un paso trascendental: constituye la nueva y definitiva sociedad.

A partir de este momento su proyecto toma cuerpo. Su estrategia no pasa por el enfrentamiento y la derrota del sistema. No hay posibilidad de reforma de la estructura de poder. Su mensaje inicial se ha concretado en la constitución de una sociedad alternativa, Se consuma la ruptura con la institución. Los integrantes de la nueva sociedad no adquirirán carta de ciudadanía por nacimiento sino optando por ese proyecto. La libertad resulta imprescindible.

Destaca como característica principal de esta nueva sociedad la cohesión de sus miembros con quien la ha constituido. Marcos describe el objetivo básico escribiendo: “para que estuviesen con él‘”. La expresión griega traducida por: “con él” se convierte a partir de aquí en una fórmula técnica con la que se acentúa la estrecha vinculación personal y la íntima relación de complicidad existente entre el grupo y el Galileo. Marcos recurrirá más adelante, en momentos significativos de su narración, a esta fórmula, “los con él” para referirse al grupo que representa a la sociedad alternativa. La implicación personal y la consistencia de la cohesión social se convierten, así, en la primera singularidad que la distingue.

Esa unión del grupo con el Galileo entraña comprometerse con su misión. La nueva sociedad se reafirma progresando hacia afuera: “para enviarlos a proclamar“. La tarea encomendada se resume sobriamente, como todo este relato, con el infinitivo “proclamar“. El verbo recoge en síntesis el cometido de transmitir esa experiencia individual y social, confirmando el horizonte abierto en la historia.

A partir de la constitución de los doce, la expresión, fácilmente entendible por los coetáneos de nuestro protagonista: el reinado de Dios, se erige como una realidad social e histórica, cuyo sello de identidad, su cohesión interna, se logra por la adhesión personal al Galileo. Su proyecto se afianza. Adquiere desde este momento carácter definitivo. No ha habido intervención de Dios para iniciar su reinado, sino libertad humana decidida por esta alternativa. Presentarse como alternativa al sistema es inherente a su condición de sociedad definitiva. Constituye su misión fundamental. Una función irrenunciable.

Por último, asociado a este quehacer y como consecuencia de su condición de alternativa, la nueva sociedad adquiere la capacidad de liberar al ser humano de las ideologías que someten. Estas últimas tareas están formuladas en el texto original griego con dos infinitivos coordinados mediante la conjunción “y“. Su traducción literal sería: “…a proclamar y tener autoridad (para) expulsar a los demonios“.

Aquí finaliza esta primera parte de la escena donde el elenco de oraciones cortas engarzadas unas a otras sintetiza la acción del Galileo.

Marcos habla de un colectivo humano cohesionado y organizado, que piensa, vive y actúa de acuerdo con unos criterios que le caracterizan. Ni Marcos ni el Galileo usan el calificativo: religioso.

El Galileo lanza su mensaje a todos, pero requiere el compromiso personal. El evangelio, la buena noticia, consiste en eso, en ser la alternativa social a la que todos pueden adherirse abandonando la sumisión a un sistema que olvida al ser humano. Ahora bien, estamos en un relato en el que se define la sociedad alternativa frente a la multitud. La opción individual cuenta a partir de ahora con un referente.

— Bueno, pero se está refiriendo a una sociedad espiritual, a la comunidad de los que creen que Jesús es el Hijo de Dios, ¿no? –dijo una mujer del grupo.

Teófila pasó hacia atrás dos hojas de su libro y nos sugirió fijarnos otra vez en la escena leída con anterioridad a esta.

Y los espíritus inmundos, cuando percibían su presencia, se postraban ante él y gritaban:

— Tú eres el Hijo de Dios” (Mc 3, 11).

— Observen: los fanatizados por las ideologías nacionalistas, aquí llamados “los espíritus inmundos“, le conceden el título “el Hijo de Dios” con el que reconocían su aval divino como líder mesiánico. Con ese título expresan su deseo de convertirle en caudillo de multitudes, avanzando hacia la victoria sobre el imperio dominante para lograr la hegemonía política. Nunca utilizará el Galileo esa fórmula para denominarse a sí mismo. Marcos tampoco. Se la atribuyen aquellos individuos que, alienados por ideologías deshumanizadoras, confían inocentemente su libertad al poder. Marcos menciona sólo una vez, en el título de su libro, la expresión “hijo de Dios“, pero sin artículo.

Teófila volvió a la página de nuestra narración y continuó explicando:

— La enumeración de los nombres agregados sin discontinuidad expone con toda su crudeza cuál fue la base representativa de la nueva sociedad.

La relación no trata de adjudicar títulos ni cargos ni poderes. La única autoridad, la de anunciar y liberar, está otorgada al colectivo previamente.

Tampoco esperemos encontrar héroes en la lista. La mayoría de los citados lo son por única vez. No volverán a aparecer en adelante. El último, el más separado del Galileo, sí tendrá mayor protagonismo; Marcos lo destapa como traidor: “el mismo que lo entregó“.

Respecto a su nombre, nuestro narrador trató de no desviar la atención del mensaje principal, y no se preocupó de explicar el significado de “Iscariote“. Probablemente del hebreo “hombre de Queriot“, alude a su procedencia.

Antes que a Judas, el traidor, se cita a Simón. A éste se le adjetiva señalando su perfil de corte nacionalista violento: “el Fanático“.

Tanto el dato sobre la traición como la mención de esta última característica (el Fanático) tienen como finalidad mostrar la verdad rigurosa del material humano del que se sirvió el Galileo.

Avanzando hacia los enunciados con anterioridad, el bloque de nombres que termina con Simón el Fanático comienza con Andrés, ¿lo ven?

De este grupo, incluyendo a Simón el Fanático y a Judas, Andrés es el único que ha sido mencionado con anterioridad. No se le nombrará más sino de pasada, al final del evangelio. El resto de personajes: Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago y Tadeo son desconocidos en el texto.

Los tres nombrados en primer lugar sobresalen del resto porque serán los que intervengan de manera directa y con relativa frecuencia en la narración de Marcos. Sus actuaciones serán tan características que servirán como modelo de las actitudes equivocadas a evitar. Su persistencia en esos errores conducirá al Galileo a identificarlos con un apodo que refleja su constante y obstinado desacierto.

A dos de ellos, los hermanos Santiago y Juan, les apoda de la misma manera: ”Truenos“. Los llama así, conjuntamente, por el estruendo que causaban en el ánimo de los demás con su ímpetu posesivo y excluyente. Al citar a los hermanos, Marcos nombra en primer lugar a Santiago, diferenciándolo por el nombre de su padre, Zebedeo. Sin embargo, a Juan lo cita relacionándolo con su hermano, cuyo nombre se repite de nuevo. La traducción literal es como sigue: “A Santiago el de Zebedeo y a Juan, el hermano de Santiago“.

Despunta la rama familiar. La relación de hermandad se refiere a la de consanguinidad, a la que aporta la familia. Es la que une para acaparar, excluyendo al resto. Su ambición conjunta de poder generó alguna tormenta (truenos) en el resto de discípulos. En Marcos 10, 41 poden leer: “Los otros diez dieron rienda suelta a su indignación contra Santiago y Juan“.

Pero el número uno en cuanto a su pertinacia y obstinación en ir por el camino equivocado fue Simón, el primero en ser nombrado de manera especial. Fíjense que para destacarlo se ha desplazado a su hermano Andrés. Además, su citación se realiza de forma indirecta para colocar todo el acento en el apodo que le puso el Galileo. La rara disposición de la frase, desajustada de su contexto, se percibe con claridad cuando leemos el conjunto conservando la literalidad: “Así constituyó a los doce e impuso un nombre a Simón: Piedra; a Santiago de Zebedeo y a Juan su hermano… a Andrés y Felipe…”.

Esta forma de elaborar el texto supone que Marcos busca reclamar la atención sobre la terquedad y testarudez del que abre la lista.

— Pero Teófila —preguntó otra participante— el sobrenombre, Pedro, ¿no se lo da para destacar su supremacía y su condición predominante dentro del grupo?

— El mote ”Piedra” —explicó Teófila—, hace referencia simplemente a que Simón era duro de mollera. No alude a función alguna, sino a su obcecación equivocada de principio a fin. Sus intentos reiterados por obligar al Galileo a desviarse de su proyecto llegaron a tal extremo que éste lo llamó más adelante con otro apodo más duro que el de “piedra“; “¡Quítate de mi vista, Satanás!” (Mc 9, 53).

El listado no idealiza, saca a relucir las miserias. Esa forma de narrar de Marcos evidencia la base histórica de su relato. Pero sobre todo, nuestro narrador trata de alentar el optimismo de sus lectores que, como los que formaban parte de ese grupo inicial, no son héroes, sino seres humanos cargados de bajezas.

Como nuestro protagonista, los doce eran galileos, gente de poca monta. Él no miró la grandeza ni la cuna ni la cultura ni el poder ni el dinero, requirió únicamente la condición más alta, la de ser humano con libertad para decidir y comprometerse.

Y para terminar, no debo pasar por alto que en la lista no hay mujeres. Ni siquiera han aparecido en la narración como seguidoras del Galileo. Tampoco hay pistas claras hasta este punto del texto sobre el pensamiento del Galileo acerca del papel a desempeñar por la mujer en su proyecto. Marcos no lo ocultará, lo irá explicitando a lo largo de su escrito. Entretanto, todo el protagonismo recae sobre la sociedad alternativa.

…………………….

Pautas para comentar la “praxis” propia:

En esta Escena de la narración hay multitudes, convocados y mujeres invisibles:

1ª.- ¿Dónde me coloco yo en esa escena?

2ª.- ¿Cómo me siento?

3ª.- ¿Qué estoy haciendo en la escena y aquí y ahora?

56 comentarios

  • Santiago

    Creo entenderte, Pepe Blanco. No cabe duda que “los detalles” son importantes. No son tonterías. Pero la historia se refiere, en general, a la narración fidedigna de hechos pasados. La historia es ademas INCLUSIVE, incluye todo lo pasado, aunque se divida en especialidades, y asi la historia de mi familia me lleva a descubrir detalles importantes en mis ralaciones actuales que se concatenan con el pasado,  aunque si retrocedo en el tiempo, obviamente, ire encontrando menos de estas pequeñas huellas que me ayudarían mejor a entender mi genealogía. Pero esto no impide que yo llegue a lo esencial: que yo provengo de un arbol genealogico específico y que esto constituye mi familia, pues mi ascendencia es auténtica, genuina…yo provengo de mis antepasados que existieron en el tiempo de aquella manera y en aquellos acontecimientos. Creo entonces en esa historia como verdadera puesto que llegó hasta mi por testigos dignos de crédito.
    Para que el cristianismo sea creible y pensable, debe tener una base sólidamente historica y ademas verificable, usando los mismos metodos que la ciencia historica utiliza con seriedad para el estudio e investigacion de  la historia universal. No puede existir prejuicios, ni doble standard. Entonces no seríamos, entonces, ni justos, ni honestos. Tenemos que aplicar la investigacion comun aplicable a la historia en general.    
    PERO como tu bien dices nada se puede comparar al “esplendor divino de la palabra revelada en el nuevo testamento”. Pero a menos que pertenezcamos a una rama de los gnosticos penumaticos modernos, con un iluminacion interna infusa, hemos conocido esta palabra, principal y objetivamente, a traves de la historia de la iglesia, puesto que esta PALABRA fue revelada, en el PASADO, primero a los discipulos mas cercanos a Cristo y esta ha sido transmitida hasta nosotros. Podemos aceptarla o rechazarla, tanto en el siglo I como en el siglo XXI porque esto depende de una decision personal. Pero la historia de la PALABRA existe en continuidad y en coherencia a traves de la siglos. Poco importa la vicisitud que  ella sufrio hasta llegar a nosotros. Lo esencial es que la tenemos y que la podemos trazar hasta su origen mismo, que es Cristo. La Iglesia pues es “via”. La meta es Jesús.
    un saludo cordial      de Santiago Hernández 

  • pepe blanco

    Hola Santiago.

    Hago un último intento por explicarme, a ver si lo consigo.

    En tu último comentario pareces confundir la historia de la piedad cristiana (que también la piedad tiene su propia historia) con la historia de la iglesia, y tampoco es lo mismo.

    Confundir la historia de la literatura cristiana, de la piedad cristiana o del dogma cristiano con la historia de la iglesia, es como confundir la historia de España con la historia de la literatura española, o identificar la historia de Alemania con la historia de la filosofía alemana. Son historias diferentes. Está claro que los especialistas encontrarán interferencias y relaciones entre ellas, pero son historias esencialmente distintas.

    Aunque las desconozco, supongo que ninguna de las obras que has ido citando en tus distintas intervenciones en este post, ninguna de ellas, digo, nos informa, por ejemplo, de cuántos canónigos había en San Juan de Letrán, cuándo empezó a haber canónigos, qué funciones despeñaban, cuáles eran sus fuentes de ingresos, en qué se gastaban el beneficio que producían, ni qué métodos empleaban para producir esos beneficios.

    Supongo que tampoco nos dirán nada acerca de cómo se financió la obra de San Juan de Letrán, o la de San Pedro del Vaticano, quién las diseñó, cómo contrataban a los operarios, de dónde venían éstos, en qué régimen trabajaban, etc. Como supongo que tampoco nos dirán nada acerca de los motivos por los cuales algunas iglesias se construían con planta de cruz latina, otras con planta basilical e incluso alguna con planta circular.

    Etc., etc., etc. Es posible que todas esas cosas te parezcan tonterías, frente al esplendor divino de la palabra revelada en el nuevo testamento. Lo entiendo, pero esas tonterías, y otras muchas, son la verdadera historia de la iglesia.

    Saludos cordiales

  • Santiago

    Mucho aprecio, Pepe B., tus oportunas observaciones. Para aclarar el sentido de mi pensamiento he usado el termino NIHILISMO en sentido amplio…partiendo de su significado literal de “nada”. Y me refería concretamente a aquellos que se acercan a la historia sin ninguna seriedad profesional, con bastante prejuicios de todas clases, rechazando “a priori” la posibilidad de que lo vital tenga un verdadero sentido de realidad y como, para ellos,  “todo es relativo”, tampoco “algo” es objetivo…por lo tanto la verdad “histórica” no existe…puesto que todo “pudo” ser inventado. PERO no todo lo existente es relativo, en sentido negativo y carente de sentido, y, en cambio,  EXISTE, no solo mi realidad subjetiva, sino tambien hay y existe una realidad, digamos histórica, fuera de mi, y por tanto objetiva. Por lo tanto, es válido buscar la verdad aun retrocediendo en el tiempo…pues existieron y existen testimonios humanos antiguos ya sean orales, ya sean escritos, ya sean monumentales, que nos pueden decir algo con respecto a la verdad que buscamos
    Y asi yo no pretendo confundir la mera literatura cristiana con la historia. Lo que narran los testigos de la antigüedad,como Ireneo, Policarpo, Justino e Ignacio, todos mártires por sostener sus creencias, eran “vivencias” actuales puestas por escrito, que atestiguan de como se vivía la fe en las primeras comunidades cristianas post-resurreccion. Y asi Justino martir describe la celebracion eucarística de entonces (hacia el 150 ) poco mas o menos, en lo esencial, como la de ahora en el 2012, siguiendo en esto a la Didajé (A.D. c. 70-90) y a Pablo de Tarso que la describió como verdad apostólica “recibida”. Por lo tanto esta literatura posee valor histórico, porque habla de una tradicion transmitida por testigos. (Se puede rechazar o no, pero historicamente está presente en los documentos que han llegado hasta nosotros, mucho mejor, que de otros temas y topicos de la antiguedad, -que aceptamos- pero de los que tenemos muy pocas referencias)
    En cuanto a las 2 historias en si: la cristiana y la romana imperial, por supuesto, no son iguales, pero, usando una voz inglesa mas precisa, digamos que se encuentran “intertwined”, entrelazadas, pues ambas vivieron el mismo tiempo y presenciaron los mismos acontecimientos..pero, por supuesto, de diferente manera.
    Y asi el Papa S. Ponciano reinó durante la politica tolerante del Emperador Alejando Severo (222-235) pero sin embargo el Papa Sixto II vivio la persecucion del emperador Valeriano (253-260) y asi el 6 de Agosto del 258 las autoridades romanas lo sorprendieron sentado en su silla episcopal predicando a la congregacion reunida en el cementerio de Praetextatus. Alli mismo fue decapitado y con el 4 de sus diáconos. 3 de los que quedaban fueron ajusticiados el mismo dia, pero mas tarde. Y el 7mo, Lorenzo, sufrió el martirio 4 dias después. El cuerpo de Sixto fue transferido a la Cripta Papal,en el cementerio de las catacumbas de S. Calixto. CIEN (100) años mas tarde el Papa Dámaso I compuso un epitafio en hexámetros describiendo con detalle el drama de su ejecución, que escrito, fue colocado sobre la tumba de Sixto, tal y como se conserva hasta hoy. (el poema todavia se puede leer alli, hoy en dia) El nombre de Sixto fue incluido en el canon romano de la Misa que todavía se reza en este siglo XXI.
    Ya que los Emperadores Romanos ofrecen listas cronológicas que preceden al siglo I y se acaban al final del Imperio, no es extraño que la iglesia romana ofrezca una lista cronológica de los sucesores de Pedro. Al fin y al cabo, la iglesia romana participó del orden establecido por la cultura de aquel tiempo, incluyendo manuscritos de todas clases y tambien del orden jurídico. TAMPOCO hay que sorprenderse por estas listas, pues que las culturas mas antiguas, como la china, por ejemplo, ofrecen dinastias en orden “cronologico” que se suceden y que empiezan mucho antes del siglo I, al igual que las dinastias faraónicas de las que tenemos bastante documentacion y cronología. Aun que sean aproximadas, yo creo que poseen valor historico, cuando uno se dedica a estudiarlas con bastante seriedad. Y no se descartan como falsas puesto que no se pueden verificar por otras referencias histórica. Como toda ciencia, la historia posee sus metodos especificos. Ellos deben ser imparciales para no caer en el mero “mito” que cae fuera de lo que es seriedad cientifica y profesional
    Siempre agradezco tus comentarios…pido disculpas si te he cansado o aburrido demasiado…un diálogo constructivo puede ser muy interesante….saludos de Santiago Hernandez 

  • pepe blanco

    Hola Santiago.

    No insistiré mucho más en todo esto, pues, en líneas generales, ya he expuesto lo que pienso. Un par de observaciones a tu último comentario:

    – Creo que insistes en confundir la historia de la literatura cristiana con la historia de la iglesia. Insinúas que es lo mismo (“Considerando la prolijidad de documentación que poseemos […] sobre  los libros, y por ende la historia, que constituyen la base del cristianismo…”). Pero no, no es lo mismo. Creo que ese es el error que cometes en tu planteamiento.

    – Aceptar la imposibilidad actual de alcanzar ciertos conocimientos históricos, no tiene nada que ver con el nihilismo, son dos cosas muy diferentes.

    Saludos cordiales.
     

  • Javier Renobales Scheifler

    Gracias Pepe Blanco, me alegro de oir algo bueno respecto de los archivos vaticanos.

    Aunque eso bueno se acaba, según dices, en el año 1939, a partir del cual los ‘secretos’ son secretos.

    Es como la Historia de España que nos enseñaban en colegio los jesuitas (y en general así lo hacían en todos losinstitutos, escuelas y colegios en toda España): llegados al inicio del segundo tercio del siglo XX, se terminaba el curso y ya sólo había tiempo para que te metieran la idea deformada del glorioso alzamiento nacional de Franco

    Será que Jesús dijo ‘la verdad, anterior al año tal o cual, os hará libres’. Cuestión de exégesis, o de traducción.

    Me apena que me sigue quedando la asociación de ideas ‘secreto’ y vaticano’ como algo consustancial al meollo del cerebro y corazón de la ICR que es el vaticano. Por ejemplo, en algo tan esencial como son el patrimonio y las finanzas de la llamada SantaSede y de la ICR, y dónde invierte el dinero que  maneja … La cuestión del dinero, y del poder, fue esencial para Jesús
    O por ejemplo el llamado ‘Vaticanleaks’;  el mayordomo del sedicente representante de Dios está detenido en el Estado Vaticano por haber dado a conocer la verdad de algunos documentos confidenciales muy cercanos al Papa; aunque el mayordomo, tras casi seis meses de cárcel vaticana, ya ha salido de la misma y ha pasado a arresto domiciliario, y puede asistir a misa (aunque acompañado, por si acaso).
    http://internacional.elpais.com/internacional/2012/07/21/actualidad/1342889681_208171.html

    Todo son rumores, pues para eso el Estado Vaticano es un Estado independiente, para poder actuar en secreto sin que quienes no interesan al poder de la ICR puedan meter la nariz en los negocios de ésta.

    No se filtran los motivos de quienes actúan en este curioso asunto: que si el mayordomo quería proteger al papa del segundo, Bertone; que si quería una ‘Iglesia Viva’; que si hay una gran lucha por la sucesión del papa … pero ¿no era el Espíritu Santo el que elegía al papa?

    Parece claro que son los papas y sus jerarcas los primeros que  están plenamente convencidos de que eso de la intervención de Dios en la elección del papa es un completo engañabobos.

    En cualquier caso parece claro que el cerebro y el corazón de la ICR, el Vaticano, funciona igual o peor que en cualquier otra multinacional del planeta, evidenciado que, de evangélico, no tiene nada.

    En muchos Estados es imposible que, quien quiera asesinar al Jefe del Estado, cuente con la impunidad de que no se conocerá la autopsia del cadáver del asesinado (como sucedió con el papa Luciani, para que pusieran en su lugar a Wojtyla, ya beato camino de que lo hagan santo)

    Desgraciadamente demasiados secretos vaticanos importantes y abundantes, haberlos haylos. No es la verdad lo que prevalece en el vaticano, ni por tanto en la ICR.

  • Santiago

    TE AGRADEZCO, Pepe Blanco, tu comentario y lo que me dices sobre el sentido crítico que tenemos que desarrollar al “estudiar” historia. Por supuesto, cualquier retroceso hacia la historia ha de ser solamente una “aproximación”. La certeza absoluta no pertenece a esta vida. Nuestra limitación existencial humana no nos permite llegar a esa “verdad completa”. Al retroceder miles de año es imposible encontrar esa “documentación completa” como cuando retrocedemos en el arbol genealógico de nuestra familia nos contentaremos con saber. quizas, con el nombre de nuestro “tátara-tátara-abuelo”. Y si contiuamos mas atrás, mucho mas, nos perderemos en los datos…pero, sin duda, no dudamos, ni por un momento, que cierta tradición genética y familiar nos vino por esa rama de nuestra familia ¿de que otra manera hubieramos podido reconstruir la historia familiar sino por el relato de los testimonios que llegaron hasta nosotros en esa tradición?
    Por supuesto, se puede negar todo…hasta nuestra propia existencia…¿es la vida un sueño? ¿o es una realidad? Y con la tendencia moderna hacia el “nihilismo” no sobrevive nada…ni siquiera el “pienso luego existe”..ya que el pensamiento tambien “podría ser” ¿por que no? una falsedad inexistente…Tengo amigos que lo niegan todo. 
    Pero esa postura de relativismo “extremo” no es humanamente coherente ni saludable, puesto que entonces la vida se convierte en zozobra continua…porque dudo de todo…todo me parece falso….y puede llegar a una forma de patología: la locura de la duda.
    Es mejor, un “realismo crítico”..en que afirmemos que la verdad que aceptamos -desde el punto de vista humano- es “lo que es mas probable” y procedamos en nuestra conducta a guiarnos por lo que parece “lo mas probable”
    Y asi vemos que que la primera mencion literaria que encontramos en favor de Herodoto es en Aristóteles, o sea, cien años despues de la muerte de Herodoto y la segunda en Cicerón mas de 300 años despues. Ademas en las bibliotecas europeas, de todos los latinos no se conservan sino 30 manuscriptos que lleguen al siglo IV. Y de siglos posteriores, contando todos los autores latinos, los codices unciales no pasan de 400. De Virgilio, el poeta nacional romano, de la epoca de Augusto, solo se conservan 3 codices unciales. De los discursos de Ciceron, el unico codice en alguna manera completo y mas antiguo es el Vaticanus, Basilicae S. Petri, que pertenece al siglo VIII.
    Sin embargo, empezando por los evangelios, nos han llegado a nosotros de una manera segura y amplia por 3 clases de documentos 1.- dicrectamente por los CODICES que llegan a mas de 2700. De ellos 210 son unciales o mayúsculos y 5 del siglo IV. De los 50 papiros que poseemos hasta el presente, el ultimo es del siglo II. Los leccionarios pasan de 1600. Un total de mas de 4.200 testigos directos del texto sagrado.
    2.- indirectamente y por completo lo tenemos en las versiones de las cuales algunas llegan hasta el siglo II.
    3.- implícitamente encontramos el texto mismo de los evanelios en las citas de los autores antiguos. Citas frecuentes y muy completas en los autores del siglo III y II. Algunas hasta en escritos del siglo I. 
    Por autores antiguos, como Eusebio, que conocio los 3 primeros siglos de la cristiandad, sabemos detalles importantes de la historia de la iglesia antigua. y asi Origenes (185-254) el poligrafo mas grande de la iglesia antinicena tiene una lista documental que PASMA: a.-Exapla, obra biblica en caracteres hebreos y griego de Sinmmaco, de Aquila y de los Setenta, y de los Salmos. b.-Escolios.- breves notas sobre pasajes dificiles de la Escritura c.- Homilías- razonamientos sacros o sermones biblicos (sobre Mateo, 25, sobre Lucas 29) d.- Comentarios: grandes tomes, volúmenes o libros sobre cuestiones filosofico-teologicas 
    Y asi seguimos con Clemente de Alejandria, Tertuliano,  
     Ingenuamente ¿quien tiene la mas probalidad de autenticidad y genuinidad histórica? Considerando la prolijidad de documentacion que poseemos -(versus la escasa sobre otros autores no-religiosos)-  sobre  los libros, y por ende la historia, que constituyen la base del cristianismo, no puede compararse ni remotamente con aquellos autores. Aun tomando en cuenta la limitacion documental que esiste en el presente,  el cristianismo tiene una base mucho mas solida y mas probable que ninguna otro movimiento religioso, cultural o social de la antiguedad. Habría que documentar, por otro lado, con todo detalle lo contario
    Agradezco mucho tu interés   saludos   de Santiago Hernandez   

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