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Un editorial confiable en la campaña

Hoy La SER ha venido a mi ciudad, Valencia, para retrasmitir desde ahí su programa Hoy por hoy, que quiere aportar a la acutal campaña electoral el realismo de los problemas locales. Pero, a la vez, hay que desmontar los falsos argumentarios ideológicos que se emplean para captar votos. Como en este caso, la pretendida colaboración de Sánchez con los asesinos de ETA. Angels Barceló, desde el edificio de Correos, frente a nuestro Ayuntamiento, lo ha hecho con rotundidad y yo me adhiero a su editorial. Como en otros casos, confío más en la integridad ética de algunos profesionales como Angels, que en las pretendidas querencias ideológicas que pudiera tener su empresa. AD.

Esta mañana estamos en València para, desde aquí, abordar una de aquellas cuestiones que habitualmente tratamos como un indicador económico, pero que tiene mucho más detrás. Vamos a hablar de la automoción, de la fabricación, de la venta y del uso del vehículo, y lo vamos a hacer desde aquí porque esta comunidad, la Comunitat Valenciana, tiene una de las industrias de automoción más potentes.

Vamos a hablar de la situación del sector, hacia dónde va, del proceso de transición que está viviendo, el futuro del coche eléctrico, el futuro de las fábricas, pero también un cambio de costumbres que es más que evidente, las nuevas generaciones no tienen como prioridad un vehículo en propiedad, como sí lo era para generaciones anteriores. Hoy el foco lo ponemos en la automoción, en esta parada de la gira en estos días de campaña.

Aunque hoy la campaña viene marcada, sin duda, por las reacciones tras el anuncio, ayer por la mañana, por parte de Bildu, de que sus candidatos condenados por delitos de sangre no tomaran posesión de sus actas en caso de salir elegidos. Por las reacciones y por algo que dice Bildu en su anuncio, el rechazo a legitimar a ETA y por argumentar su decisión, aunque nunca debieron aparecer estos nombres en las listas, como un gesto para contribuir a la paz y a la convivencia.

Más de una década después de la desaparición de ETA es más que evidente que el camino emprendido por la izquierda abertzale es el camino de la política y de la democracia. Con sus contradicciones internas, como lo demuestra la inclusión de etarras condenados en sus listas. Pero el camino es irreversible y su contribución a la gobernabilidad de España indiscutible con su participación en los debates y aprobación de normas que mejoran nuestras vidas.

Por eso ayer, Alberto Núñez Feijóo traspasó una línea roja en su intento de seguir utilizando a ETA como su principal argumento de campaña. En el Senado resonó una frase, pronunciada por el líder del PP, inadmisible y totalmente fuera de lugar. Feijóo, emulando aquel “usted traiciona a los muertos” de Rajoy a Zapatero, acusó al presidente Pedro Sánchez de “ser más generoso con los verdugos que con las víctimas”.

No hace falta recordarle al líder popular el nombre de los socialistas asesinados por ETA, los sabe perfectamente. El sufrimiento que los peores años de la banda supusieron para el socialismo, también. Como sabe también que su partido negoció con ETA y ha llegado y ha defendido acuerdos con Bildu, no tiene más que preguntarle a Javier Maroto.

No puede el PP seguir utilizando el terrorismo y el dolor de las víctimas como argumento político, ya no más. En este país ya se ha sufrido bastante, no se puede seguir hablando como si nada hubiera pasado, porque ha pasado, afortunadamente. Si le exigimos a Bildu que rompa definitivamente con ese pasado, que demuestre que su compromiso con la democracia es firme, al PP hay que exigirle que deje de utilizar a ETA para sus estrategias electorales porque no todo vale, y esto, quizás, es lo que menos vale.

2 comentarios

  • ana rodrigo

    A mi me preocupa mucho el bajo nivel argumentario de los representantes del partido Popular con sus falsedades, sus manipulaciones y su bajeza intelectual cuando olvida que Bildu no se puede ilegalizar, como acaba de confirmar una sentencia de hoy mismo, etc. etc. etc.

    Pero me preocupa muchísimo más que haya una masa sustancial de votantes que carezcan de capacidad de discernir sobre lo que dicen estos políticos, que no recuerden lo que hizo el partido Popular no hace muchos años aceptando a Bildu (señor Maroto en Vitoria), que carezcan de formación para filtrar lo que escuchan, y, por tanto, que depositen en las urnas todas estas carencias.

    Por supuesto que condeno moralmente esta avalancha de candidatos en las listas de Bildu, aunque estén en su derecho legal.

    Peor esto es la democracia, con su grandeza y con sus miserias.

  • José María Valderas

    Me parece de perlas que traiga usted Antonio a debate la cuestión de la moral en la política, el todo vale, las líneas rojas y demás expresiones, que, no por estar en uso, tienen sus perfiles definidos.

    Barceló sigue el dictado de El País. La editorial de hoy del periódico sanchista  es la plantilla en que se basa la locutora. Le imita incluso el estilo, empieza por hablar de la automoción para acabar poniendo en solfa a Feijóo. Lo mismo que El País mintiendo. No tengo ningún interés en defender ni a Aznar ni a Rajoy. Pero una cosa es buscar una solución política y otra traicionar a la patria. Una solución política es la que buscaba el presidente socialista israelí y el palestino Arafat. Desgraciadamente no lo consiguieron. Miguel Angel Blanco murió porque no se cedió al chantaje, como sí ha cedido Sánchez a los proetarras con su moción de censura basada en una falsedad como desmontó el Tribunal Supremo ante la sentencia de un juez prosocialista que ha recibido recientemente otro varapalo por el Supremo por, digámoslo suavemente, su frivolidad. Desde la moción de censura han venido muchos chantajes, como ha reconocido Otegi en numerosas apariciones (acercamiento de presos, cesión de cárceles, etcétera).

    No se cruza ninguna linea roja, en sentido moral, cuando se le recrimina a un gobernante su falta patriotismo, de ética social, como es la humillación de las víctimas. Lo dicen de boquilla los barones socialistas, pero a la hora de vitar cooperan en el mal, porque, desde el punto de vista ético, la presencia de defensores de asesinos en la dirección del estado es un mal moral cuando tal cooperación es por un fin perverso, como es el beneficio de los sanguinarios no arrepentidos. En ningún país decente ocurre eso.

    Hablo desde el punto de vista moral. Desde el punto de vista legal es obvio que puede hacerse. Mandan los votos, es decir, las cámaras. Cuando en un comienzo se argumentaba que la elección de Sánchez era legal, pero no legítima, la razón de tal inferencia era que en ningún momento el legislador pensó en que el enemigo de España pudiera encabezar o forma parte de la cabeza de un gobierno. Por eso era ilegítimo. Y eso lo sabe El País y la Ser que se han venido poniendo como un basilisco cada vez que se oye esa distinción de sentido común.

    Sabe usted de mi amistad fraterna con Pedro Pascual. Era tal el prestigio en el mundo de la ciencia de este catedrático de física cuántica, por sus conocimientos y su probidad moral, que, con buen tino, Javier Solana, entonces ministro de González y luego secretario general de la OTAN, lo colocó al frente de la Comisión que juzgaba la idoneidad de los investigadores para recibir determinados complementos en su nómina. No puede usted imaginarse el navajeo y las presiones de los partidos que recibió. Por eso le pusieron escolta personal. Hasta que lo dejó.

    Hay gente noble en nuestro país. Hay gente decente. Ninguno de estos hubiera callado ante la indecencia de tener un presidente de gobierno plagiario. Ningún político decente hubiera admitido que el presidente de gobierno pactara el gobierno con separatistas y proetarras. Ningún jurista decente se ha callado ante la no renovación del Poder Judicial ni ante la deriva sectaria del Constitucional.

    No coincido con usted sobre la apreciación de los periodistas de El País y la Ser. El otro día oía en esa cadena cómo se mofaban de los que se quejaban de los okupas. Es una pornografía, en el sentido literal del término, es decir, prostitución de la escritura, del texto oral. Ese distanciamiento viene de lejos como he expuesto en esta misma web.

    Que el político haga uso de los recursos a su alcance, no es de extrañar. Lo que importa es la valoración moral. Y la valoración moral que yo hago es que lo indecente, lo inmoral es la afrenta diaria del gobierno a las víctimas. Y la de los periodistas que siguen su dictado. No entro en política menor. Sobre todo cuando, como usted sabe mi pensamiento al respecto, está por dilucidarse la responsabilidad del gobierno en la muerte de decenas de miles en la pandemia, cuando dijo que había una comisión científica que, nos enteramos, estaba constituida por Illa y Lastra, dos analfabetos científicos, pero uno ministro de sanidad, nada menos, y  otra vicesecretaria general del PSOE. Esas muertes, en muchos casos, fueron evitables, empezando por una fatídica manifestación y siguiendo con un desestimiento absoluto a los sanitarios y culminando con la orden de un triaje criminal, poniendo a la guardia civil en vigilancia contra los críticos.

     

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