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El capitalismo parásito del catolicismo

Dos hechos de nuestro país que lo prueban

        A mi maestro y amigo Reyes Mate

        Tenemos hoy la convicción de que estamos en un profunda “crisis global”, que afecta a lo económico, a la cultura, a lo político, a lo ecológico y a lo religioso. En lo religioso se aprecia, ante todo, una crisis general por la pérdida de credibilidad de todas las religiones, en sus doctrinas y mitos, en sus prácticas rituales, en la vida de sus dirigentes. La crítica a la Religión como opio del pueblo, de Karl Marx, es la  más conocida, al referirse a cualquier clase de religión, pero que incluye también al Cristianismo. Sin embargo, es poco conocida la crítica que realiza Walter Benjamin y que se dirige directamente al corazón mismo del Cristianismo, en un texto titulado: El capitalismo como religión (1) que, últimamente, está siendo dado muy comentado entre nosotros (2).

        Dicho texto de Walter Benjamin nos permite confrontar hoy su intuición teológica- política con nuestro  presente, al interrogarnos  sobre el futuro del capitalismo  y del cristianismo. El proyecto revolucionario de futuro que Benjamin presenta siempre en sus escritos, a pesar de que el triunfo del nazismo y fascismo parecía negárselo a él en sus últimos días (3), nos interroga también hoy a nosotros (Grabriella Giudici). ¿Hay futuro para el capitalismo y el cristianismo o ambos desaparecerán o se metamorfosearán en otros sistemas y religiones?

        1. Sobre el capitalismo, Benjamin escribirá posteriormente sus Tesis sobre la Historia, en este texto anterior anuncia que para el Cristianismo no hay futuro, pues ha sido engullido o parasitado por el capitalismo, por lo que, la historia del cristianismo es esencialmente la historia de su parásito, el Así dice Benjamin: “El capitalismo se desarrolló en Occidente como un parásito en el cristianismo –como se evidenciará no sólo en el Calvinismo sino también de otras corrientes ortodoxas del cristianismo– de tal manera que, al final, la historia del cristianismo es esencialmente la historia de su parásito, el capitalismo” (4)1.

        Parásito, según el Diccionario de la RAE, es el organismo animal o vegetal que vive a costa de otro de distinta especie. Ateniéndose a ello, Benjamin denuncia la transformación y la sustitución del cristianismo por la praxis capitalista. Es decir, el capitalismo es el sistema que se ha introducido dentro del cristianismo, no solo viviendo a su costa, sino chupando y suplantando totalmente su esencia, de modo que del cristianismo solo queda la apariencia, la cáscara, pues su realidad y su historia es la del capitalismo, en quien se ha transformado. Y esto lo afirma Benjamin, no solo del cristianismo calvinista, sino también de otras manifestaciones cristianas como podría ser el Catolicismo, de ahí el título del artículo.

        En su exposición, Benjamin parte de la obra de Max Weber: La ética protestante y el espíritu del capitalismo (5). Según Weber, para el calvinismo el éxito económico de las personas es una señal de elección y salvación. De aquí que la laboriosidad o el ejercicio constante en la profesión humana y la organización racional del trabajo, que busca la producción y acumulación de riquezas, es señal de predestinación y amor de Dios. En contraposición, los pobres están condenados por no responder a esos designios de Dios de trabajar, de producir riqueza, estando, por consiguiente, excluidos también de la sociedad. Según Weber este es “el espíritu del capitalismo”, que nace con el calvinismo. Capitalismo que tiene resonancias de lo que ya había dicho Marx en El Capital, El modo de producción capitalista, es decir, el racionalismo económico del trabajo productivo y del comercio capitalista produce ciertamente riqueza, pero solo para la burguesía capitalista a costa de explotar o extraer la plusvalía del proletario. Esta es la asimetría sustancial que se da en el capitalismo en cuanto a la distribución de los bienes. El burgués capitalista sigue siendo rico y el trabajador proletario es cada vez más pobre, porque la plusvalía no se reparte, se la queda y la roba el burgués. Que el sistema económico capitalista nace con el calvinismo, lo reconoce Walter Benjamin, pero él da un paso mas y afirma: “El Cristianismo del tiempo de la Reforma, no (solo) propició el ascenso del capitalismo, sino que se transformó en capitalismo”. ¿Cómo  pudo ocurrir esto?

        2. Según Benjamin, porque el capitalismo se ha transformado en una religión. Hay que entender al capitalismo como una religión (dice). Es decir, el capitalismo sirve esencialmente a la satisfacción de los mismos cuidados, tormentos y desasosiegos a los que antaño solían dar una respuesta las llamadas religiones”. Según  los comentaristas, el capitalismo viene considerado como una forma religiosa puramente cultual, sin doctrina revelada por un ente trascendente, sin Y es un culto permanente, sin descanso, sin fiestas de guardar, que no tiene por objeto la expiación, reconciliación o el perdón (El capitalismo es, presumiblemente, el primer caso de un culto que no expía la culpa, sino que la engendra) sino, al contrario, sus fieles se encontrarán siempre en deuda y culpables (6). Y dado que la trascendencia de Dios ha caído. Pero no está muerto, está incluido en el destino humano”, es decir, al quedar la trascendencia desplazada y circunscrita a solo el horizonte humano, sus adoradores no recibirán jamás la gracia del perdón, sino que, en una espiral infinita, se encontrarán siempre endeudados y culpables, desesperados en su absoluta soledad (Grabriella Giudici). Benjamin apostilla finalmente: “Allí reside lo históricamente inaudito del capitalismo: en que la religión ya no es la reforma del ser, sino su destrucción”. El capitalismo reemplaza el ser por el tener; las cualidades humanas por la suma de partidas mercantiles, las relaciones humanas por relaciones monetarias, los valores culturales o morales por el dinero, que es el único valor que cuenta (M.Löwy, 58). Pues bien, el cristianismo, según Walter Benjamin, ha asumido totalmente este tipo de religión capitalista, no solo el calvinismo, que fue su precursor, sino también las otras confesiones ortodoxas cristianas, como el catolicismo, de modo que en Occidente el capitalismo se ha hecho parásito del cristianismo. ¿Es esto así?

        3. Es cierto que, según la doctrina social de la Iglesia católica, en el catolicismo hubo siempre una “afinidad negativa” respecto al capitalismo, como lo prueba “el ascetismo del cristianismo primitivo y todos los aspectos relativamente cristianos de la ideología económica del catolicismo medieval”, según le gustaba decir a Ernst Bloch, a quien Walter Benajmin conocía y seguía. Sin embargo, Walter Benjamin no opina lo mismo en este aspecto que su Las prácticas ascéticas de los monjes primitivos no constituyen una salida real, porque no cuestionan la dominación de la religión capitalista, lo mismo cabe decir de los aspectos económicos del catolicismo medieval, como la lucha contra la usura, pues el catolicismo terminó por admitir los prestamos con interés (Löwy, 56, 64). Igual ocurre con la sociedad moderna y liberal. La doctrina de la Iglesia condenó sus principios liberales en el Syllabus (1864), pero no se opone realmente al orden social y económico de la sociedad burguesa, como aparece en la Rerum Novarum (1891) y demás Encíclicas. Sí se condenó, en cambio, el Comunismo ateo en la Divini Redemptoris (19 marzo 1937), por Pio XI. Con lo que, se puede afirmar lo que el teólogo de Sri Lanka, Tissa Balasuriya, dice del cristianismo occidental: “El cristianismo occidental ha perdido el barniz protector de no poder ya más ocultar su verdadera  estructura religiosa y, tal vez, la verdadera raíz de la divinidad que Occidente venera -el dios del dinero y de la guerra” (7).

        Esto mismo ya lo había dicho Gustavo Gutiérrez (8) de la Iglesia de Latinoamérica. Pero mucho más lo podemos decir de nuestro país, en donde esta ha sido también una práctica constante de  la institución de la Iglesia católica, el estar siempre al lado y sosteniendo a las clases conservadoras dominantes, muy especialmente durante la dictadura franquista, según lo documenta detalladamente William J. Callahan en su obra “La Iglesia católica en España” (9) y Francisco Espinosa y José M.ª Garcia (10). Recientemente, sin embargo, dos hechos pueden probarnos el parasitismo del capitalismo en la práctica del catolicismo. El primero, es el modo de proceder abusivo del obispo de Cádiz, monseñor Rafael Zornoza Boy, denunciado por más de un centenar de  laicos y clérigos y puesto en conocimiento de la Santa Sede. Los despidos del obispado, el desahucio de un matrimonio de 70 años, el cierre de un centro para atención de emigrantes y otros actos del Sr. Obispo y su ecónomo, lo enjuicia certeramente un amigo, miembro de  esa plataforma: “Con ello  se demuestra que su gestión  se basa en la rentabilidad económica, muy alejada de los principios evangélicos y en el  apoyo fraterno a las personas y familias en situación de vulnerabilidad. Para el Sr. Obispo es muy fácil jugar a empresario utilizando dinero de la diócesis, recibido de distintas fuentes, y que debe ser administrado de acuerdo a las necesidades reales, prestando especial atención   a   los   más   débiles   (personas   sin   hogar,   desahuciados,   desempleados, emigrantes, familias en extrema pobreza…). Oculta, con su práctica y dialéctica, lo que significa la Buena Noticia de liberación y salvación para el ser humano. La subordinación de los valores evangélicos de fraternidad y apoyo a las personas más vulnerables a la rentabilidad económica, es un caso patente de parasitismo del capitalismo en la práctica de este obispo de Cádiz, aunque sea de un obispo particular y sintomático y no generalizado.

        El segundo caso de parasitismo capitalista, ya general de toda la Conferencia episcopal, es el escándalo de las inmatriculaciones realizadas por la jerarquía de la Iglesia católica que, en base al artículo 206 de la Ley Hipotecaria franquista de 1946 y del art. 304 del Reglamento Hipotecario de 1947, registró a su nombre innumerables bienes inmuebles: viviendas, plazas, huertos, garajes y hasta frontones que, obviamente, no sirven a los fines religiosos, sino para uso puramente lucrativo. Posteriormente, por la  reforma de la Ley Hipotecaria realizada por el Gobierno de José María Aznar en 1998 , permitió a la Iglesia católica inscribir lugares de culto que no estaban registradas hasta entonces, un total de 4.500 propiedades, entre ellas la mezquita de Córdoba, la Seo de Zaragoza, la Catedral de Sevilla, con sus “dependencias anexas”: la Giralda y el Patio de los Naranjos, etc.. Según Europa laica, la jerarquía de la Iglesia católica poseería unos 60.000 edificios aproximadamente (11), Según esto, se puede considerar a la jerarquía de la Iglesia católica, como la mayor empresa inmobiliaria de España o como una Sociedad Anónima, según titula su libro Ángel Munárriz y que, además, goza del privilegio de no pagar impuestos. Esta acumulación de bienes o voraz codicia, alser una práctica generalizada de la jerarquía de la Iglesia española (12),es una prueba más del parasitismo del capitalismo en la Iglesia católica institucional, al haber elegido al dios Mammon, en vez de los valores evangélicos.

        Finalmente, podríamos preguntarnos: En el proyecto revolucionario de futuro que Benjamin presenta siempre en sus escritos ¿señala alguna salida posible a la Religión de “la jaula de hierro” del capitalismo? Lo trataremos de ver en el próximo artículo

NOTAS:

  1. Existen diversas traducciones de este texto al español. Entre ellas señalamos: BENJAMIN, Walter. El Capitalismo como religión. Traducción, notas y comentario por Enrique Faffani y Juan Antonio Disponible en: http://ceiphistorica.com/wp-content/uploads/2016/05/Benjamin-Walter-El-capitalismo- como-religi%C3%B3n.pdf . La Traducción de Omar Rosas (2008),disponible en:  http://fundp.academia.edu/OmarVRosas/Papers/538833/El_capitalismo_como_religion_Walter_Benjamin. Y también otra del Viejo Topo, del 26 septiembre 2017, Disponible en: https://www.elviejotopo.com/topoexpress/el-capitalismo-como-religion/. (Consulta 10-06-2019)
  2. Según creo, fue Reyes Mate el primero que nos dio a conocer a Walter Benjamin, en MATE RUPÉREZ, Medianoche en la historia: Comentario a las tesis de Walter Benjamin “Sobre el concepto de historia”. Madrid: Trotta, 2006. Últimamente se han publicado dos libros sobre el texto de Benjamín. El primero en: Karl Marx. Sobre la religión. De la alienación al fetichismo de la mercancía. Edición y estudio introductorio de Reyes Mate y José Antonio Zamora. Madrid: Trotta, 2018, pp.65-85. El segundo por LÖWY, Michael. Cristianismo de liberación: Perspectivas marxistas y ecosocialistas. Tr. De Juan Vivanco y otros. Vilasar de Dalt (Barcelona): El Viejo Topo, 2019, cap. 3. Capitalismo como religión. Walter Benjamin y Max Weber. Existe también un interesante comentario en italiano de GIUDICI, Gabriella. Eleonora de Conciliis, Walter Benjamin. Capitalismo e religione. Disponible en: https://gabriellagiudici.it/eleonora-de-conciliis-walter-benjamin-capitalismo-e-religione/ (Consulta 10-06- 2019).
  3. Walter Benjamin, en su intento de huir de los nazis que le perseguían, se suicidó en PortBou (Girona) el 26 de septiembre de 1940,
  4. Seguimos la traducción hecha por Enrique Faffani y Juan Antonio Ennis, referenciada en la nota 1ª.
  5. WEBER, La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Tr.de Luis Legaz. Madrid: Reus, 2009. La dependencia de Max Weber la expone claramente LÖWY, Michael. Ob. Cit., p. 50.
  6. Walter Benjamin utiliza la palabra alemana Schuld, que significa, al mismo tiempo, “deuda” y “culpa” y que, el mismo Benjamin comenta: “obsérvese la demoníaca ambigüedad de este concepto”
  7. BALASURIYA, “Las religiones, en especial cristianismo, ante el futuro”. En Concilium, nº.319, febrero 2007, p. 25
  8. GUTIÉRREZ, Teologia de la Liberación: Perspectivas. 16 ed. Salamanca: Sígueme, 1999, pp.304-305: ”La protección que recibe de la clase social usufructuaria y defensora de la sociedad capitalista imperante en Latinoamérica ha hecho de la Iglesia institucional una pieza del sistema y del mensaje cristiano un componente de la ideología dominante”.
  9. CALLAHAN, William La Iglesia católica en España (1875-2002). Tr. de Jordi Beltrán. Barcelona: Crítica, 2002.
  10. ESPINOSA MAESTRE, Francisco, GARCÍA MARQUEZ, José ª. Por la religión y por la patria: La Iglesia y el golpe militar de julio de 1936. Edición digital Titivillus, 2014.
  11. MUNÁRRIZ, Ángel. S.A. Dinero y poder de la multinacional vaticana en España. 2ª ed. Madrid: Akal, 2019, p.74, detalla, entre ellos, los siguientes datos: 23.019 parroquias, 812 monasterios, 2.591 colegios, 3168 bienes de interés cultural, 69 hospitales, 54 ambulatorios, 792 casas de ancianos, 247 guarderías…
  12. Proceder muy distinto de la Conferencia episcopal italiana, que llegó a un acuerdo con el Vaticano en 2012.

10 comentarios

  • De lo que observo del CELAM (Conferencia episcopal de America latina) es que los obispos y cardenales actúan, en su conjunto, conforme con los intereses del imperio Norte Americano que considera America latina y las Caribes como su patio trasero. La Iglesia católica, en su conjunto, se hace muy cooperativa para que así sea. Donde hay revoluciones de los pueblos, se ponen, de inmediato, actores de primer plano para acabar con esas revoluciones. Fue el caso en Chile en los anos setenta, como es el caso en Venezuela y Nicaragua en los tiempos que vivimos. Por otro lado, en los países de obediencia al imperio,  donde los problemas humanos y el respeto de los derechos humanos se manifiestan con fuerza, los episcopados se hacen muy silenciosos y llenos de delicadeza si tienen que decir algo. Es el caso de Columbia, de Honduras, entre otros. El estado del Vaticano se encarga a que los papas que se suceden, no meten la pata en contra del imperio. Es triste, pero es así.

    • Asun Poudereux

      Por muy complejo que nos quieran dar a entender, todo esto es vergonzoso.
      ¿No será el gran parásito del Mensaje de Jesús de Galilea y su Proyecto de Vida el mismo Catolicismo tal y como está constituido? Es experto en dar rodeos por haberse introducido en donde no se produce el encuentro directo con Jesús. El poder es lo que tiene, no hay, si además no se quiere, vuelta atrás.

      No se optó por el Dios de Jesús, que se revela de modo inmediato y directo en el ser humano en toda su dignidad, sencillez y riqueza.

  • Ramon

    Da mucho de sí y no soy capaz de tanto. Solo aportaré “una intuición” que creo encontré en uno de los libros del  teólogo Queiruga. Ya soy bastante viejo y tengo mis dudas…pero de lo central de la intuición, ninguna. “La intuición “, se va formando después de leer muchas veces del evangelio de Juan los textos de la última cena nos dice Queiruga. Y es como si en las palabras de Jesús se revelase ,esa sería su intuición, como si el Padre nos dijera: POR FAVOR, AYUDEN A MIS HIJAS Y  HIJOS MAS NECESITADOS.

    Y como contrafuerte para saber hasta donde podemos llegar, nos puede ayudar el libro de Ignacio G. Faus :”Los pobres, los Vicarios de Cristo”. Ahí nos habla del principio de propiedad. Y de golpe lo estropeó todo cuando de pié ante el público que llenava la sala y se nos caía la baba de oir cosas tan bonitas, así por las buenas nos dice: ” Y aquí no hay cristiano que lo cumpla.”

     

  • Olga Larrazabal Saitua

    Desde el momento en que el Cristianismo se transfomó en la religión oficial del Imperio Romano para coronarse con los pactos entre Papas Romanos y Reyes Bárbaros, cuya vida era el saqueo y la explotación, el Evangelio se fue a las pailas.

    Actualmente vivimos en la sociedad capitalista financiera de lucro y papel moneda que jamás haya existido, cuyos valores son exactamente los opuestos al mensaje de Jesús.  El desideratum aumentó en forma exponencial cuando USA y el resto de los países permitieron la usura desenfrenada, y con Internet esta usura agarró una velocidad insuperable.  No quiero saber como será con el 5G.

    • George R Porta

      ¡Hola Olguita! Un gusto siempre leerte. Me pregunto si en realidad no será el catolicismo un parásito del capitalismo y éste una bacteria crecida en las heces de algún animal. Pero, claro, quizás exagero. Un abrazo cordial.

  • Jesús

     
    Se habla continuamente de cambio de paradigma, de cambio de época (y final de otra). Pero por ello, por encontrarnos “en el medio” no sabemos exactamente en qué quedará todo o cómo surgirá lo nuevo.
    Hay algunos síntomas.-
    ·         La pluralidad de experiencias eclesiales, en diversas localizaciones .  Ya no está todo centrado en Europa.
    ·         El feminismo, la teología feminista que se abre paso en la Iglesia. Un ejemplo El ente que reúne a superioras generales de todo el mundo
    ·         Dentro de esas experiencia no europeas, los rescoldos de las CEB de Brasil y oros lugres de America Latina, que han aportado un sinfín de mártires (no solo sacerdotes, catequistas, también y sobre todo lideresas y líderes campesinos  ) A pesar del acoso que sufrieron del Vaticano
    ·         La evidencia de las contradicciones de los viejos poderes vaticanos: económico-financieros, políticos, sexuales,  luchas intestinas disputando el poder)
    (No entro en la realidad de las iglesias de la Reforma que desconozco todavía más)

  • George R Porta

     

    Lamento que el nombre «Iglesia» siga excluyendo, también en el artículo, a los seglares (también llamados laicos/as, aunque impropiamente) limitándolo, tácitamente a la PARTE, solo la PORCION minoritaria, de la Iglesia.

     

    Esto es lamentable no porque los/as seglares seamos ignorados/as, lo cual pudiera ser expresión de orgullo o soberbia, sino porque el capitalismo es también una patología anticristiana en la otra porción de la Iglesia, la seglar, la que posee, en conjunto, la mayor parte de las riquezas con las que nutre a la parte corporativa, organizadamente o no.

     

    Piénsese, por ejemplo, en la infame orden de los Caballeros de Colón (de origen estadounidense pero internacional) y las órdenes militares europeas aún existentes con o sin votos, (en España) como la de Santiago, la de Calatrava, la de Alcántara, la Montesa, o la del Toisón D’Ors, o las internacionales, como la de Malta, Santo Sepulcro, Teutónica, y exclusiva en Inglaterra, the Order of The Garter (de la Jarretera), la mayoría de ellas nobiliarias y por lo tanto ligadas a la acumulación injusta de capital a la estúpidamente soberbia creencia de ser humanamente diferentes.

     

    Excepto una o dos de estas instituciones, todas son grandes donantes públicos a la porción minoritaria de la Iglesia, i.e., la porción corporativa, pero que extraen su dinero de sus empresas y posesiones en las que los empleados de línea de producción, obreros, labradores y artesanos, son tratados injustamente. Y quedan la miríada de grandes y pequeños empresarios de todas partes del mundo que también contribuyen con su dinero y pueden demasiado a menudo no practicar la justicia debida al tratar a sus respectivos asalariados o demostrar su indiferencia por el Galileo y su Evangelio.

     

    Es penoso que se siga reduciendo la denominación de Iglesia a solo la parte corporativa y que por esa razón no se culpe de injustos cristianos, no menos capitalistas, a todos los bautizados que lo sean por asociación, porque sostienen a la parte corporativa y por explotar a sus asalariados y jornaleros, que producen las mercancías de cualquier clase de cuyo comercio depende el capital que posean.

     

    Por otra parte, de modo implícito, tácito, la poca protesta por esta segregación demuestra la soberbia que caracteriza a los capitalistas más o menos poderosos dentro de la porción minoritaria corporativa de la Iglesia, que al consentir ignoran, olvidan o desprecian su condición de cristianos, que el bautismo hizo pública. Esta omisión, por último, demuestra la irrelevancia del sacramento bautismal y la consecuente que permite establecer, también aquí en Atrio, entre la condición cristiana pública (eso es lo que constituye ser bautizado/a), y su amor al o por el Galileo. 

     

    Si una persona se reconoce como cristiano/a es únicamente y en general, porque ha sido bautizada según el rito católico o de cualquier otra religión cristiana a diferencia de los que no lo han sido y si no lo ignorara y tuviera el coraje de protestar o denunciar la omisión a la cual me refiero, quizás su compromiso pudiera afectar el estado corrupto de la parte corporativa.

     

    Si por arte de birlibirloque ocurriera el «destape» de los seglares capitalistas cristianos y exigieran con todo su poder suspender el sostenimiento financiero de la parte corporativa, ésta quizás sentiría más profundamente su propia injusticia, pero sobre todo el terror a su hipocresía o a perder sus vicios y corrupciones y quizás llegaría o largarse de la institución corporativa o a convertirse al seguimiento del, y salirse del mero acompañamiento, al Galileo.

    • Antonio Moreno de la Fuente

      Hola George. Gracias por la observación de que, con frecuencia, se identifica a “la Iglesia” con la “jerarquía o dirigentes o la institución”, olvidando con frecuencia que “la Iglesia somos todos los fieles bautizados”. Te doy la razón, aunque no toda, sino en parte, como decimos en español-castellano (sin referirme a las otras lenguas españolas no castellanas). En la primera parte del artículo me refiero al Cristianismo (no tanto a la Iglesia) que ha sido parasitado por el capitalismo, por su praxis de acumulación del poseer, del dinero como ídolo Mammon, contrario al Dios gratuito. Cristianismo calvinista, en primer lugar, pero también al cristianismo-catolicismo, que no condenó nunca al capitalismo y si lo hizo al socialismo marxista o comunismo. Es cierto (es la parte que te concedo)que en la segunda parte del artículo para que circunscrito el catolicismo a la Iglesia institucional, a la Iglesia jerárquica, sobre todo por la cita de los dos ejemplos. Creo es una reducción no legitima, te doy toda la razón y te agradezco la exposición que haces de que muchos cristianos corrientes, laicos, siguen esa práctica de la jerarquía, también están parasitados del capitalismo. Reconociéndolo contigo, se podía extender también a tantas instituciones de seglares y religiosas,como Caritas, Manos Unidas,a los Colegios, Universidades de los jesuitas y otras congregaciones religiosas, que siguen formando a tantas personas en el capitalismo neoliberar o atienden unicamente a la beneficencia o limosna, sin ir a erradicar las causas y causantes de la pobreza..Pero lo dijo aqúi, porque mandaré a Atrio otro articulillo sobre ¿qué hacer con la crisis de la Iglesia, toda la Iglesia, bautizados y jerarquía, reformala, refundarla o reconstruirla?

  • Gonzalo Haya Prats

    Quizás hemos pensado que el capitalismo era una transgresión para la ética cristiana, pero la teología tiene que caer en la cuenta de que es un ataque frontal (un vaciamiento parasitario) al mensaje de Jesús: “no se puede servir a dos señores, Dios y el dinero”. No se trata del comportamiento antievangélico de algunos obispos, sino de la acomodaticia posición institucional, tanto jerárquica como de la mayoría de nosotros, “los creyentes”, salvo importantes minorías.

    Estas reflexionan ahondan cada vez más la distinción entre el cristianismo y el mensaje del Reino de Dios. El capitalismo puede haber vaciado el cristianismo pero, lejos de vaciar el Mensaje de Jesús, lo ha destacado como blanco sobre negro.

  • Carmen

    No sabía lo que decía el calvinismo sobre la riqueza, el éxito y dios. Me parece brutal. Y el caso es que en el libro de Job hay algo de esto , pero pensaba que esta idea estaba superada, por lo visto no. Me he quedado muerta.

    Más que parasitismo a mí me parece una simbiosis, tipo liquen, de tal manera que se han convertido en un solo ser. La simbiosis ya saben, dos organismos que se ayudan mutuamente para sobrevivir. Pero a veces la simbiosis llega a tal punto que en vez de considerarse dos organismos, un alga y un hongo, se consideran uno solo: liquen. Me gustan los líquenes, son indicadores biológicos, su presencia indica que su entorno está sin contaminación, son muy delicados.

    Eso los líquenes.

    La simbiosis capitalismo cristianismo indicaría: sal corriendo.

    Porque hay acuerdos de progreso y otros que asustan.

    Estoy segura de que tanto el capitalismo como la religión cambiarán, se adaptarán o desaparecerán. A tiempos nuevos, soluciones nuevas. El capitalismo y el cristianismo tal y como están , ya no se valen. Y si no, al tiempo. Lo que sucede es que el tiempo nos ganará la partida y no lo veremos, el tiempo es como la Banca, siempre gana.

    No he entendido muy bien el artículo, supongo que se nota, pero me ha gustado la idea general.

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