Me alegro que ya desde ayer hayas recibido felicitaciones en este rinconcito digital que es ATRIO.
Por tu fiesta de santo que seguramente has celebrado desde niño, siguiendo progresivamente todas las diversísimas connotaciones que acompañan esta mítica figura: mítico matador de dragones, santo sin historia pero unificador de tantos pueblos y tradiciones, ligado en el calendario a la fecha que por muchas coincidencias y decisión final de la ONU está declarada Fiesta Internacional del Libro, tus amigos de siempre. Todo está plasmado en el variable idioma con que tú te has ido identificando, adicionando (es peligroso hoy aquí decir “sumando”) que no oponiendo: Jorge, Jordi, George.
Pero para esta frágil familia de atrieros que está intentando madurar y permanecer, eres todo un referente de cómo queremos que este sea un lugar digital de encuentro, donde se escriba para comunicar desde lo hondo, con mejor o peor escritura (y pronto breves comunicaciones habladas), desde la humildad (no para presumir o apabullar a otros), lo más auténtico de nuestros modos de ver y entender lo real (nuestros chispazos inteligente o “insights” (que supone siempre escucha, admiración y acogida crítica del otro).
Recuerdo tus primeras tímidas intervenciones en comentarios que a veces no fueron entendidos, recibiendo reacciones que te hicieron sufrir tanto. Después viniste a encontrame y estuvimos mucho rato hablando cara a cara, mientras compartíamos comida y bebida en una terraza de Valencia. Y accedite a mi ruego de escribir no solo comentarios, sino algunos artículos: han sido 15 hasta ahora, aúnque lo mejor de tu participación está en tus comentarios: han sido casi 3.ooo en los últimos diez años, tras un largo silencio. Y solo extraigo el primero de ellos, comentando un artículo de Boff sobre si podría reformar la Curia. Es muy largo y tuve que advertírtelo, como reconoces en otro de algún día después. Pero aparace tu increible agudeza de cómo fueron esos primeros pasos de Francisco, algunos ingenuos o desinformados (el grupo de los 8 cardenales, el nombramiento de Ricca o Chaouqui para renovar el IOR o el de Gänswein para seguir de de Prefecto de la Casa Pontificia). La historia de estos diez años de Francisco te han dado la razón en lo que, con delicadeza, planteabas como simples interrogaciones a Boff. Vale la pena leer hoy ese comentario entero: George 19-08-2013.
Y perdona ,George, que recomiende releer en este día de tu santo, los dos artículos de este año y su manera de informar y opinar sobre dos hechos que están en titulares: la vulnerabilidad especial de ser niño y pobre, y la oposición clerical a Francisco:
Una virtud casi heroica: salir ilesos tras navegar en aguas turbulentas
¡Felicidades pues, Jorge-Jordi-George, y que no abandones en muchos años tu participación múltiple en ATRIO!
Tarde pero aquí estoy…un poco tocada de salud…y a pesar de eso!!¡Muchas Felicidades George!!! Siempre en mi pensamiento y en la mí corazón. Pili
Ana, Eloy. Gracias por el recuerdo y los buenos deseos que los abrazos entregan. Paz y bien.
Hola George.
He vuelto a repasar artículo sobre la vulnerabilidad. Artículo, por cierto, para mí muy actual pues percibo como es la vida misma, en su transcurrir natural, la que va poniendo de manifiesto mis debilidades, mis vulnerabilidades físicas, mentales, relacionales y, a la postre, vitales.
El tempo para hacer lo que quisiera se me hace corto. Hay cientos de libros que me gustaría leer y que ya nunca podré leer, por falta de tiempo y de fuerzas.
Hay muchas cosas que antes hacía y ya no puedo hacer: Y no se trata sólo de fuerzas física, sino también de fuerza moral para enfrentarme a situaciones de agravio o injusticia. Cada vez dependo más de otras personas.
Pero aceptar mi vulnerabilidad es también un reto, y a partir de esa aceptación plantearme, en la medida de mis fuerzas, no dejar de intentar hacer aquello que entiendo debo hacer.
De tu artículo tomo la siguiente reflexión:
<< Hacerse vulnerable es abrirse, abandonar la actitud defensiva irracional del estado pre o paranoico. // (…) El sentido de «vulnerabilidad» excluye cualquier obsesión, por leve que sea, con el beneficio propio. La humildad es andar en la verdad (Teresa de Ávila, (Moradas Sextas, 10, 8). Por eso, pienso que la humildad facilita la vulnerabilidad tan necesaria en las relaciones interpersonales, sociales. El orgullo y la soberbia nunca han ayudado. La vulnerabilidad requiere mirar buscando la verdad de uno mismo que está atada a la realidad de las propias limitaciones, más que a nuestras virtudes. Aquellas harán fracasar el servicio a los demás y por eso requieren un conocimiento cuanto más realista mejor, aunque revisarlas pueda tener otros fines. //
La vulnerabilidad solo es posible cuando se es humilde: No me sorprenderé cuando yerre, pero tampoco cuando acierte. No se puede negar que la repetición perfecciona las habilidades y que su ausencia las perjudica. Sé lo que puedo hacer y también puedo aprender qué no puedo. Nada me impide intentar esto último, pero no como un desafío personal, sino con miras a contribuir mejor a la consecución del «bien común», no solo un derecho sino sobre todo un deber saludable. Si vuelvo a fracasar no tardar mucho en rectificar para no incurrir en testarudez soberbia. Según Francisco, el 27 de mayo de 2017, durante la inauguración de la 48va Semana Social de Italia, «la comunión debe ganar a la competición» >>
Temas para seguir reflexionando. Gracias George.
Gracias a Antonio y Eloy, de corazón, en realidad a todos. Atrio solo ha sido ocasion de ganancia y agradezco de veras la paciencia que han mostrado y muestran conmigo.
Querido George, yo te felicité tu santo el día 21porque ando despistada con el calendario. Así que todo mi cariño y mi agradecimiento por tus escritos que fácilmente llevan a reflexiones muy vitales.
Como Eloy, he vuelto a leer el escrito de la vulnerabilidad, sentimiento muy complejo cuando te ves metida en una vulnerabilidad que se hace crónica, debido a que la ley natural impone una nueva realidad vital y, aunque una se resista y luche contracorriente, la conciencia de vulnerabilidad siempre está presente. Como decía hace unos días en otro comentario, cuando el horizonte de la vida es un muro y mientras caminas hacia él haces presente un pasado lleno de proyectos, yo personalmente he optado por vivir al día, me marco siempre unos objetivos, casi sagrados, a nivel mental y emocional a través de alguna actividad al alcance del momento presente, sin añoranzas ni lamentaciones de un pasado que no volverá, pero que está en mí. Es decir, vivo dentro y rodeada de vulnerabilidad, con actualización constante de la aceptación de esta etapa de la vida. Y es la aceptación de la realidad la que me proporciona calidad de vida y el sentido del momento vivido.
Hace un tiempo esquivaba el pensar en ello, pero cada vez lo veo más necesario: yo soy la de siempre, yo soy la que vivió un pasado, yo soy la que llevo ese pasado dentro de mí y yo soy la que estoy caminando “haciendo camino al andar”. Me ha costado bastante aceptar esta realidad, pero, creo, que estoy en ello de forma constante, y ese es el camino.
Un abrazo
Hola Ana, Sí, no siempre es fácil aceptar lo que viene a limitarnos.
Mi lema es que cada día tiene su afán y pienso que en eso es en lo que hay que bregar.
Un abrazo.
Hola George, ante todo muchas felicidades en tu día onomástico.
También por tus artículos y comentarios en ATRIO.
Y gracias a Antonio por recordarlo.