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Dos parábolas sociales

A quien se extrañare o extrañase de que un teólogo de raza como es González Faus entre con humor en el terreno de la economía, quiero recordar que tanto él como yo leímos de niño la revista “De bromas y en serio”, fundada en 1911 por el jesuita vasco Remigio Vilariño y fuimos amigos de José Mª Díaz Alegrío que escribió en su madurez “Teología en  broma y en serio”. Por otra parte Faus ha demostrado su profundos conocimientos de economía en libros como “El engaño de un capitalismo aceptable” (1983) y, recientemente, el mayor comentario al actualisimo economista Pokety, “El capital contra el siglo XXI” (2015). Gracias, José Ignacio, por esta inteligente sonrisa. AD.

Pues sí, ahora que los sabios norteamericanos, nos han convencido de la verdad de eso de la reencarnación y nos han contado experiencias de gentes que recordaban sus vidas pasadas, hemos tenido la oportunidad de seguir al caballero de la triste figura y a Sancho Panza, reencarnados en pleno s. XXI, en su nueva aventura desde que salieron de un lugar manchado cuyo nombre no quiero citar.

No vamos a repetir toda la carrera de esa pareja inefable: como el día en que pasando delante del Teatro Real, vieron anunciada una zarzuela titulada “Molinos de Viento” y D. Alonso (que no estaba operado de cataratas) se empeñó en leer “Gigantes de viento”. Y por más que Sancho le advirtiera “mire vuestra merced que allí no se lee gigantes sino molinos”, D. Quijote comenzó a gritar: “no huyades, cobardes y viles criaturas, que no vais a privarme de mi fiel escudero”. Y obligó a Sancho a ponerse en pleno verano una gran cantidad de ropa pesada que casi no le dejaba andar, alegando que a él la armadura ya le protegía de tan pesado viento…

No. Ahora solo vamos a contar lo que sucedió cuando ¡por fin! Sancho consiguió el gobierno de la isla Barataria.

Una de sus primeras medidas fue un decreto por el que establecía que, en los mercados, todos los productos en venta llevarían un letrero que dijese: “Precio mínimo xxx”. Esa era la cantidad que estaba obligado a pagar el comprador. Y no tenía por qué pagar más (si el vendedor lograba convencerle para que pagase más, suerte. Pero si no, el vendedor había de contentarse con lo establecido)

Naturalmente, eso levantó una gran protesta de los vendedores que llenaron la ciudad de pancartas: “No queremos que nos impongan precio mínimo sino precio justo”. Sancho quiso reunirse con ellos: “lléguense vuestras mercedes si son servidas”. Y les dijo que si aceptaba aquellas propuestas,  eso le obligaba a sustituir la expresión “salario mínimo” (vigente en aquella isla) por “salario justo”. Sancho sabía por experiencia que 1040 euros no era un salario justo, porque no alcanzaba para mantener a una pareja con dos hijos (término medio de lo que puede ser una familia). Y bastantes peleas con su señora había tenido que soportar él, por culpa de ese salario insuficiente.

Pero, como en este mundo nunca llueve a gusto de todos, saltaron inmediatamente los empresarios: nosotros no podemos pagar esos salarios justos porque nos hundiríamos en seguida. A Sancho no le gustaron aquellas prisas: “Sepan vuestras mercedes que no por mucho madrugar amanece más temprano, porque de grandes cenas están las tumbas llenas y no es oro todo lo que reluce. Quiero decir que si un sistema económico no puede pagar el precio justo sin hundirse en seguida, eso es señal clara de que ese sistema es irracional e injusto”…

Recordaba bien Sancho que su señor D. Quijote le había explicado allá por alguna venta, que hablar de “mercado de trabajo” era una gran inhumanidad que convierte a los hombres en mercancías. Y él había aprendido al lado de su señor, desfacedor de tantos entuertos, que los seres humanos no son meras mercancía como las cebollas y los asnos. ¡Faltaría más!

Los empresarios trataron entonces de explicar pacientemente al señor Panza que en la vida todo es mercado, que todo funciona según una ley llamada “de oferta y demanda” y que, muchos siglos antes, un tal Adam Smith de Escocia (le repitieron el nombre para que Sancho lo aprendiera bien y no lo confundiese con Amadís de Gaula), había demostrado que ese mercado tiene una mano invisible que arregla todas las cosas, con unas posibilidades insólitas de crecimiento a gusto de todos.

El gobernador no estaba muy seguro de que esa mano tan invisible arreglase las cosas a gusto de todos. Y recordando cuando él “solo traía en sus alforjas un poco de queso tan duro que podría descalabrar a un gigante”, replicó que si todo es mercado y el trabajo era un producto de mercado, había que aplicarle esas leyes tan mágicas del mercado. Y en el mercado, lo sabía él muy bien, quien determina el precio es el que vende, no el que compra.

Pues bien: “en el que vuesas mercedes llaman mercado laboral, quien vende su trabajo es el obrero; y por ende, él es quien deberá determinar el precio de su venta. Si pues yo pongo un precio legal en ese mercado, lo he poner en el otro; y si quito toda norma en un mercado, deberé quitarla en el otro…  Si sus señorías empresariales no quieren comprar el trabajo al precio fijado por el vendedor son muy libres de no hacerlo: como el consumidor es libre cuando no quiere comprar cualquier producto al precio señalado por el vendedor. Por eso una ley de precio mínimo es hermana gemela de esa ley del salario mínimo. Y a la inversa: una ley de precio justo es hermana gemela de una ley de salario justo”.

Y además, él estaba gobernando en la isla Barataria. Y era evidente que con esa ley todas las cosas se volverían más baratas…

Postdata más en serio.-

Todo un genio como Aristóteles consideraba que la esclavitud es natural desde el punto de vista ético. Paralelamente nuestros empresarios consideran el salario “mínimo” como algo éticamente correcto. Eso permite ver hasta qué punto las más preclaras inteligencias están condicionadas por las estructuras sociales. Por eso es más admirable que en el mundo de entonces surgieran comunidades judías (de esenios sobre todo) contrarias a esa opinión de Aristóteles. Filón da dos testimonios muy poco conocidos que conviene citar:

1.- “Entre ellos no hay ningún esclavo: son todos libres y se ayudan unos a otros. Condenan a los amos no solo como injustos sino incluso como impíos porque infringen la ley de la naturaleza que creó a todos igualmente y los crió como madre, como hermanos legítimos no solo de nombre sino en realidad y verdad” (Quod omnis probus liber sit).

2.- “No tienen esclavos que les sirvan porque consideran que poseer esclavos es totalmente contrario a la naturaleza: pues esta creó a todos los hombres libres. Pero la codicia de algunos hombres partidarios de la desigualdad (causa de todos los males) han devaluado la fuerza de los débiles para ponerla al servicio de los fuertes” (De vita contemplativa).

Cabe suponer que, dentro de unos diez siglos, al estudiar la historia universal, se sorprenderán diciendo: ¡en el s. XXI, mentes muy preclaras consideraban el salario mínimo injusto como algo natural!…

 

II.- Decálogos para hoy

 La Biblia tiene bastante sentido pedagógico. Y así, aunque la Torá tenga cientos de mandamientos imposibles de retener, dos libros bíblicos (Éxodo y Deuteronomio) se han preocupado de normar las conductas humanas con solo “diez mandamientos” mundialmente famosos y que adquirieron el título tan conocido de Decálogo.

Hoy, buena parte de la cultura dominante ya es ajena a la Biblia. Puede ser bueno por eso entresacar, de entre tanto como se actúa y se escribe, dos pequeños decálogos mucho más modernos, que nos permiten entender las conductas que tantas veces presenciamos en nuestro entorno. Aquí van.

A.- DECÁLOGO CAPITALISTA

 1. El fin último de toda tu actividad ha de ser siempre la obtención del máximo beneficio.

2. Las grandes necesidades humanas (alimento, salud, educación, vivienda) son una fuente enorme de ingresos que te beneficia a ti y te permite decir que lo haces por el necesitado.

3.- En la búsqueda del máximo beneficio solo deben evitarse los medios ilegales. Los llamados medios “inmorales” (salarios injustos, usura etc.) no tienen aplicación aquí porque, según la ética más tradicional, el fin “último” justifica todos los medios.

4. La riquezaes un premio a la inteligencia y a la laboriosidad. No se explica de otra forma. La pobreza por tanto es un castigo a la pereza o a la estupidez humana, tan frecuente.

5.La esencia de todas las relaciones humanas no es la colaboración sino la competitividad: porque ésta nos vuelve más activos y más creativos.

6. No adulterarás con tus bienes.Aceptar la doctrina cristiana sobre la propiedad (que cuando alguien tiene cubiertas todas sus necesidades de manera suficiente y digna, lo demás que posee ya no le pertenece, sino que se debe a los necesitados) es como permitir un adulterio de tus bienes, mezclándose con quienes no tienen derecho a ellos. Ese adulterio debe ser perseguido y castigado.

7. Los impuestos son un robo que te impide invertir creando puestos de trabajo en beneficio de tu prójimo. Evítalos de todas las formas posibles.

8. El mercado es la mejor forma de relación humana porque convierte la vida en “diálogo” sin que esto llegue a desfigurarse por la publicidad o el engaño.

9. Dada la maldad humana, necesitarás armas para defender tus beneficios. Al fabricarlas serás premiado porque se convertirán para ti en una nueva fuente de riqueza.

10. En la economía financiera y de bolsa, no cabe lo correspondiente a los llamados “controles de alcoholemia”: porque sus beneficios son mayores que sus riesgos[1].

N.B. Estos diez mandamientos se encierran en dos: amar al dinero como a ti mismo y al prójimo como fuente de ese dinero.

Además, como la gran arma del capitalismo económico es la palabra “libertad”, cuando se presenta en política lo hace vestido como democracia. Permite así una serie de libertades no despreciables, pero asegurando que los gobiernos políticos estén tácitamente controlados por poderes fácticos económicos. Si hubiera un país (llamémoslo XXA) responsable de esa pseudo y semidemocracia, ¿cuál sería el “Decálogo” para sus gobiernos?

Más o menos el siguiente:

B.- Decálogo para un presidente de los XXA

  1. Amarás a XXA sobre todas las cosas porque es un país elegido por Dios para implantar y mantener la “democracia” en el mundo.
  2. Tu país tiene poder y obligación de aislar y amenazar militarmente a todos los países que no respetan el santo nombre de la “democracia”. Por eso la disolución del Pacto de Varsovia no puede exigir la desaparición de la OTAN.
  3. Tú país tiene derecho a invadir y asesinar en otros países (como Vietnam, Irak o Afganistán) cuando eso sea en defensa de la “democracia”.
  4. Y tiene derecho a espiar no solo a sus enemigos sino también a sus amigos, aunque eso sea inicuo cuando lo hacen los demás países.
  5. Tu país tiene el poder y la obligación de absolutizar sus “intereses vitales” (que son los intereses de la “democracia”), sin tener relación igualitaria con ningún otro país y considerando a sus “amigos” como meros sirvientes y a pequeños países cercanos como su patio trasero.
  6. Su sagrada misión obliga a XXA a no cometer adulterio vinculándose con pactos de otros países: como el Tribunal Penal Internacional, el Acuerdo de Paris sobre el clima y otros.
  7. Tu país tiene derecho a ocupar (como “bases”) territorios de otros países, sin que esto signifique ninguna invasión sino solo una mejor preparación para defender la “democracia” cuando haga falta.
  8. Tiene también derecho a permitir la industria y la venta libre de armas porque sabe que (dada su sagrada misión) es un país que vivirá constantemente amenazado.
  9. Puede desear y buscar con ahínco la condena de J. Assange, mientras condena sin paliativos la de A. Navalny: porque el primero se aprovechó de la sagrada libertad de expresión para poner en peligro la “democracia”, mientras que el segundo la utilizó en defensa de los valores democráticos.
  10. XXA debe mirar la globalización como un bien mientras se trate de universalizar su “democracia”; pero no debe codiciar los bienes ajenos, permitiendo la globalización de productos y culturas de otros países.

[1]  Este mandamiento quizá requiere una explicación: conducir habiendo tomado alcohol está prohibido porque, aunque es mucho más cómodo y rápido que el transporte público, puede provocar accidentes muy tristes. Pero ese principio no puede aplicarse al sistema financiero de las Bolsas porque, aunque esté expuesto a accidentes aún más serios y frecuentes (como las crisis repetidas de Lehman Brothers, Silicon Valley y otros que equivalen a un conducir enajenado) es una fuente de beneficios inmensos y fáciles.

 

44 comentarios

  • George R Porta

    ¿Quisiera alguien, por favor, por qué se va quedando fuera del debate la espinosa cuestión del servicio militar obligatorio y la criminalización de la objeción de conciencia? ¿No tienen derechos quienes no creen en la heroicidad como una conducta humana racional? ¿Qué ocurre con quien prefiere ser tildado de cobarde vivo que de héroe (lisiado o muerto de la Patria?

    La idea del reclutamiento coercitivo es de origen imperial ¿o no? con el problema que hace ya mucho tiempo que quienes disponen de medios (dinero, influencias) se ven liberados de la conscripción y que los pobres no pueden escapar a ser considerados «carne de cañón,» e indispensables solo para jugar ese papel.

    • José María Valderas

      Cada vez hay menos ejércitos de leva y son más los profesionales, los que escogen como medio de vida incorporarse en la milicia. En España resultó trágico para muchas familias menesterosas tener al hijo en filas por no poder pagar la exención. Coincidió con la guerra de Africa, cuyos desastres, no sólo El Annual, se cobró miles de soldados forzados por las quintas. Fue Aznar quien eliminó el servicio militar obligatorio. No parece contravenir el derecho ni la moral un reclutamiento universal, aceptando la objeción de conciencia a cambio de servicios sociales como prestación a la comunidad el mismo tiempo de enrolamiento. Lo que no es de recibo es la exención por pago. Es tremendamente injusto. La misma injusticia que se refleja en la educación y sanidad, donde antaño sobre todo, el acceso estaba reservado a los pudientes.

      Hoy ese clasismo se refleja todavía en los servicios sanitarios. Durante la pandemia, algunos eligieron hospitales privados, incluida la vicepresidenta del gobierno de Sánchez, donde no faltaban respiradores y la asistencia privilegiada. Es gravisimo lo que ocurre y va a ocurrir con determinadas enfermedades y su tratamiento por edición génica, que como se ha visto en la Tercera Cumbre Internacional celebrada en Londres, un tratamiento cuesta tres millones de dólares.

      La injusticia seguirá abriendo brechas sociales, desgraciadamente George.

  • Isidoro García

    Y quería añadir otra cosa. Eso de que las personas son respetables pero las ideas no tienen por qué respetarse, es un topicazo cínico, para justificar la intolerancia personal.

    Todas las ideas que a uno se le ocurren sincera y honradamente, merecen respeto, aunque eso no quiere decir que estemos de acuerdo con ellas, naturalmente.

    El grave problema de la mente humana, es que es lo que es, muy falible, llena de sesgos cognitivos, y de influencias emocionales. Y nadie está a salvo de errores cognitivos autogenerados, o aprendidos, y de posibles ideas delirantes patológicas, o de distorsiones cognitivas, (que no son lo mismo).

    (Los delirios, son individuales, y no se suelen contagiar. Las distorsiones cognitivas, son errores cognitivos que se transmiten socialmente como virus mentales, especialmente en la adolescencia y juventud, fruto de la influencia de la tribu, y el deseo de las personas de asimilarse a la “normalidad”, y son el veneno que transpira toda organización “sectaria”, que se lo inocula a sus miembros: la convicción de la veracidad de ideas erróneas).

    Todos pecamos setenta veces al día, y soltamos alguna tontería otras tantas veces. Es condición humana y por eso hay que ser comprensivos con lo inevitable.

    Hay que respetar, (que repito no quiere decir aceptar), todas las opiniones honradas intelectualmente hablando.

    Porque si no lo hacemos así, inevitablemente caemos en el deslizamiento fatal: “Eso es una tontería, y el que dice tonterías es un tonto”, (otro de los topicazos al uso del “Manual del intolerante”).

    Y eso no es verdad: tonterías decimos todos, y por eso obligatoriamente somos tontos, lo único que hay que hacer es no pasarse demasiado.

    Y aún en el caso de que una persona se pase, es claro entonces, que tiene algún tipo de patología mental, o trastornos de la personalidad. Y eso también es respetable, como toda enfermedad, y le hace digno de conmiseración humana.

    • José María Valderas

      Señor García,

      Afirma usted que es un tópico, un topicazo, la distinción entre persona y opinión de las personas, que no se pueden respetar aquellas si no respetamos éstas. ¿Es un resumen acertado? Paso por alto la valoración moral que hace usted de quienes hemos expuesto otra opinión. Voy a conjugar sus dos aportaciones, la anterior y ésta. Sin consultar Google, Viquipedia supongo, dice usted. Una fuente que vale lo que vale, nada o muy poco.

      Cualquiera que esté algo familiarizado con la ley natural, le aseguro que despreciará su texto. ¿Por qué? ¿No merece ser respetado? Por la sencilla razón de que pasan de mil los libros y más de veinte mil los artículos publicados en los últimos decenios sobre la ley natural, en sí misma, en su comparación con otras doctrinas éticas, en los distintos autores, desde Aristóteles hasta nuestros días. Le podría citar hasta apuntes de alumnos de facultades africanas. Porque es un tema que no ha perdido actualidad. En mis tiempos de estudiante de filosofía en la Universidad de Barcelona, hace más de cincuenta años, el trabajo de curso que me encargó Emilio Lledó, catedrático de historia de la filosofía (antigua, medieval, moderna y contemporánea) fue sobre la ley natural. Se trata, en efecto, de una cuestión central, donde no cabe la frivolidad ni la improvisación. En plata, si un lector imparcial tiene ante si un texto de Ana Marta González, experta en la materia, y su artículo, le adelanto que no respetará el suyo. Sin por eso menospreciarle, es decir, tenerle a menos como persona.

      Claro que hay ideas que no merecen respeto alguno. Uno diría que el noventa y tantos por ciento de lo que se oye o lee.

  • Isidoro García

    Considero oportuno exponer mi opinión personal, (que como siempre puede estar equivocada), sobre la tan famosa “Ley Natural”, con la que muchas veces se apoyan tesis personales, muy respetables, pero como todas, discutibles.

    Antes que nada, decir que ni soy especialista en moral, ni en leyes, ni en nada, pero tampoco es una opinión “a humo de pajas”, algo arbitrario, lo que Ortega llamaba una “ocurrencia”, pues está basada en lo que modestamente, con muchas lecturas, he podido deducir, (repito quizás erróneamente), sobre el mundo espiritual, y la forma que tiene el Universo, (y quizás “Dios” detrás de él), de comunicarse con el humano.

     

    Lo primero, señalar, que lo de la Ley natural, no se bien, su origen, (y no lo quiero mirar en Google), pero es una secuela de la tradicional Ley de Dios, que ha imperado en todas las religiones.

    Antes, había que hacer lo que “Dios” había dicho, pero cuando con la Modernidad laica, eso dejó de ser un argumento válido, muchos que seguían con el mismo esquema mental que antes, cambiaron de collar al perro antiguo, y arguyeron que “Dios”, había impreso en el alma, una Ley moral concreta, con sus detalles y todo, que “casualmente” coincidía casi de pe a pa, con lo que la Iglesia decía. ¡Qué suerte!.

    Pero claro, eso era tan descarado, que muchos se negaron a aceptarlo, y negaron la existencia de cualquier Ley Natural, impresa por Dios, o quien sea, en el alma humana.

    En el s. XX, se estudiaron detalladamente, las morales específicas de muchas tribus salvajes que aún quedaban, y se vio, que con diferencias muy notables entre unas y otras, sí que había una especie de denominador común entre ellas. Incluso Freud, trató el tema en “Tótem y tabú”, y encontró un cierto desarrollo psicológico similar entre las tribus primitivas.

    Yo creo que el tema de la Ley Natural, entra dentro de la dialéctica general entre herencia y cultura, en la que yo creo que ya se ha llegado a un consenso, en que hay una parte de ambas fuentes de influencia en la mente del ser humano.

    Mi tesis personal, es que el humano, como integrante del Universo está sujeto al direccionamiento general, (el telos), que lleva dicho Universo, y en ese sentido, sí que creo que existe una Ley Natural dentro del “espíritu” personal de cada humano.

    Tenemos unos instintos comportamentales que nos impulsan hacia la Verdad, la Bondad, y la Belleza o Armonía con el Universo, que actúan desde el llamado Inconsciente Colectivo, que es la dotación de Software humano, que caracteriza a lo más elevado de la naturaleza humana, (lo intrínseco de él).

    Pero una vez dicho esto, hay que considerar, el modo de funcionamiento del “espíritu” personal. Y este funciona, a través de intuiciones no cognitivas, sino sobre la perspectiva adecuada para llegar a un mejor conocimiento de la realidad.

    O sea, el “espíritu” personal, funciona, marcando la dirección a seguir, pero nunca concreta las cosas a conocer, o las acciones a seguir. Muchos místicos que narran sus experiencias iluminativas, (a las que a menor nivel, podemos acceder todos), lo narran así.

     San Ignacio después de lo del río Cardoner, decía, que no le había sido comunicado nada nuevo, sino “solo” el comprenderlo todo de una nueva forma. Naturalmente verlo todo de otra forma, te hace aprender mucho, pero depende fundamentalmente del conocimiento que tú anteriormente te hayas agenciado.

    (Eso lo dice el Zen: “Mucha duda, (el conocimiento genera duda y conciencia de lo que no se sabe), mucha iluminación, poca duda, poca iluminación, ninguna duda, ninguna iluminación”).

    En este sentido, es muy interesante la lección de Consuelo Martín, sobre Entender y Comprender.

    “Entender cosas es descifrar símbolos: descifras símbolos del lenguaje o matemáticos, o símbolos técnicos u otros. Entonces entiendes. También hay a quien le interesa descifrar símbolos religiosos. Entonces entiende de eso, de descifrar símbolos. 

            Pero eso no es comprensión. Comprender es integrar cada una y todas las cosas en una totalidad. Entender es intelectualizar, teorizar; comprender es experimentar la Unidad”. 

     

    En resumen, la Ley Natural, nos conduce instintivamente hacia una Bondad natural, pero los detalles y peculiaridades en cada caso, son un elemento cultural, que hay que trabajar con reflexión y estudio, y que está sometida al eterno pluralismo de ideas de los humanos, y por ello sujeto a discusión, en busca de un deseado consenso científico, que desgraciadamente no siempre se produce.

    Todo esto, no es ninguna novedad, y Jesús en el Evangelio lo señala así.

     

    “El viento sopla donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene, ni adónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu”. (Juan 3:8)

     

    “Cuando venga el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa, PERO NO HABLARÁ POR SU CUENTA, SINO QUE HABLARÁ DE LO QUE OIGA, y os anunciará lo que ha de venir”. Juan (16,13).

     

    Os daré un corazón nuevo, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré uno de carne, que procederá de un espíritu nuevo”. (Ezequiel, 36, 26).

     

  • Antonio Duato

    Me alegro que la tensión surgida en este hilo, a partir  del cervantino humor de González Faus sobre si son molinos o gigantes o si el que manda en la isla Barataria tiene que imponer precio mínimo o precio justo en la compra-venta del tarbajo, se ha rebajado.

    En nuevos comentarios de José María se manifiesta explícito respeto a otros opinantes comentaristas, aunque sigue insistiendo en su deber de defender con fortaleza (contra infntiloides, majaderos y malandrines) su verdad, sacada de sus conocimientos científicos. Es conmovedor su relato sobre cómo se formó su conciencia, con escrúpulos sobre si faltaba a su responsabilidad de defender la verdad, bajo la guía del director espiritual, amigo de ambos, el dominico Antonio Sanchis Quevedo.

    Yo sigo confiando en que poco a poco, Don José María, –a quien no puedo menos de agradecer la enorme obra de dirigir durante cuarenta años la publicación “Investigación y Ciencia”, la fantástica revista mensaul de alta divulgación que ha ido formando mi “olfato científico” a lo largo de mi vida–, acabará comprendiendo por qué su confesor y amigo fue cambiando después del Concilio de orientación moral, sin dejar de ser fiel al evengelio de Jesús. De una concepción iusnaturalista sobre el modo como la ley divina está grabada en la conciencia de los humanos como la leyes físicas (p.e., la gravedad o la mitosis) rige necesariamente en la nataruleza), pasó a una valoración moral de actitudes responsables del ser humano, en diversas situaciones y niveles de conocimiento.

    Al dejar la concepción legal-penal en la concepción moral, grandes cristianos y moralistas como el valenciano, amigo fallecido en 1991, Antonio Sanchis pudo evolucionar en su respeto a otras personas o sociedades no aferradas a leyes (naturales o divinas) interpretadas siempre con radicalidad. Yo confío en que vaya cambiando de mentalidad (metanoia) José Mª y que quede proponiendo, no imponiendo como única no infantil o majadera, su opinión sobre el aborto, la eutanasia o la mejor política para defender España. Así, con firmeza y humildad, lo vienne haciendo en Atrio, desde hace muchos años, Santiago Hernández.

    • José María Valderas

      Señor Duato, me olvidé de agregarlo en mi respuesta a Antonio Llaguno. Uno de los motivos de meterme en este charco ha sido porque el padre Sanchís, padre pitillo, tenía un concepto muy alto de don Antonio Duato, a quien yo no conocía, pero cuyo nombre debió de salir en la conversación al enseñarme algún número de Iglesia Viva o hablar de la Iglesia valenciana. Y yo me fiaba, lógicamente, de lo que me decía. También él era consciente de mi terca independencia. No pude despedirme de él. Intervenía un servidor como secretario en unas Conferencias sobre Etica Médica en el parador de Begur y le invité. No pudo asistir, y perdí su contacto para siempre aunque no su recuerdo agradecido. El Señor lo tiene en su seno. De eso no me cabe la menor duda. Con su calva, su risa nerviosa. Y, quizá, su furgoneta.

  • José María Valderas

    Señor Llaguno:

    Veo que no se me entiende. Usted puede pensar lo que quiera de la eutanasia, como puede pensar del aborto. No tengo que alegrarme ni disgustarme si piensa como yo o discrepa. Lo enojoso del caso es que no puede asociarse el disparate tout court a una “manera de pensar”. Usted no entendería que las leyes de Newton fueran cuestión negociable o de pareceres, digo yo. Usted piensa así y yo pienso asá. Si a usted le viene uno diciendo que la ley de acción reacción es falsa porque hay reacciones sin acciones, no discutiría, diría que dónde va con esa majadería. De majaderías tenía el cajón lleno en mi época profesional.

    Se empeñan ustedes en confundir ley con obligación moral. Eso es un disparate de aurora boreal. infantilismo puro y duro a estas alturas donde tantos contraejemplos se han dado. Infantilismo es un eufemismo de analfabetismo. Una ley puede ser objetivamente perversa. Muchas leyes del Tercer Reich eran perversas. La obligación de los ciudadanos era no cumplirlas. No esperar que cambiara el régimen para que otro partido ganara las elecciones. Porque no olvidemos que Hitler llegó democráticamente al poder.

    No juzgo a ningún sujeto. No lo he hecho en mi vida. Lo que juzgo son las expresiones, los textos. A ver si nos enteramos de una puñetera vez.

    Como no es mi tarea corregir o enmendar textos, tarea que realicé durante cuatro décadas y que acabó casi el mismo día en que me jubilé, si un juicio me parece poco asentado, contrapongo la razón, el hecho, la causa del desaguisado. Y ello sin apelar a pecado, Iglesia Católica, cuando existe una razón natural para develar el fallo, la ignorancia, la falta de consistencia.

    Pese a todos los dicterios que vierten, los consejos estúpidos y banales que se prodigan contra mí, no se me ocurrirá ni coger el látigo ni responder el tú más. Allá cada uno con sus porquerías. Ni siquiera me he apeado del usted para tratar al discrepante. No deja de ser sorprendente ese tuteo maleducado. Y me he callado y seguiré callado en lo personal.  Lo que no quiere que no me produzca arcadas. No conozco personalmente a ninguno de los aquí aparecidos para concederles esa gracia ni para tomarme esa libertad.

    Lo dejo aquí porque estoy cansado de reiterar lo obvio.

    PD. Como pasó cierto tiempo desde que escribí mi post anterior y su aparición, pensé que el señor Duato había decidido no publicarlo. Me fui al cine tranquilo, convencido de que había llegado el momento y debía  cumplir mi promesa de no entrar  más el día en que me suprimiera un texto. La película era una delicia, “Un paseo con Madeleine”, una anciana encantadora constituida en símbolo del feminismo galo. De vuelta al despacho he comprobado que no ha sido así.

     

     

    • Antonio Llaguno

      Estimado Sr. Valderas, D. José María,
      Ya que decidió tratarme de usted, tendré que corresponderle, aunque ambos tratamientos (Los de ambos) me parezcan desproporcionados.
      Le diré que el desdén y el desprecio que muestra hacia quienes, simplemente discrepamos de su criterio, muestra, a mi juicio, poca inteligencia emocional. Si siempre fue ésta su actitud, me alegro de no haber sido nunca subordinado suyo.
      Como es lógico, usted es libre de negociar o no las leyes de Newton, pero ( Y parece mentira que un divulgador científico del prestigio suyo no sea consciente ) hace tiempo que un modesto empleado de una oficina de patentes suiza, llamado Alberto Einstein, demostró que no eran universalmente aplicables y que cuando nos encontramos ante lo desmesuradamente veloz o tremendamente pequeño no tienen validez (Esto último se lo debemos mas bien al Sr. Planck)
      Y además ya sabemos, incluso desde Galileo, que casi cualquier conclusión en materia de física depende del observador; cosa que, como bien sabe usted, Heisenberg demostró brillantemente con su principio de Incertidumbre.
      Eso, en mi opinión, es aplicable a cualquier criterio incluso el moral.
      No existe la moral objetiva. Soy consciente del poco cariño que tiene usted a las tesis del Sr. Haring, y lo respeto. Pero no lo comparto.
      Antes de un juicio moral se debe tener en cuenta la situación de la persona juzgada (Siempre que se habla de moral lo importante son las personas). Eso es un axioma en derecho y las leyes tienen, en sus pronunciamientos procesales, maneras de tratar esas circunstanciales. Se llaman agravantes, atenuantes, e incluso eximentes.
      Igualmente, en el juicio moral, algo que pueda parecer objetivamente malo, debe subordinarse a la circunstancia de quien realiza ese acto. Hay un ejemplo asumido por todos ( Creo), como la circunstancia de un hambriento que roba una manzana. El acto en sí es malo pero la situación del actor lo atenua o incluso disculpa. Piense en una persona que bajo un ataque de esquizofrenia agrede a un familiar; no se le puede juzgar igual que a la persona que lo hace en pleitud de sus facultades mentales.
      Ya se que usted y el grupo de catolicos que piensan como usted afirman que existe el daño moral inobjetable y por tanto el pecado absoluto (Aunque son, ciertamente, llamativos algunos de los señalado así por los más conservadores de entre los católicos y los eufemismos usados para referirse a ellos, como la estupidez del “pecado nefando”). Pero otros cristianos y la sociedad en general no pensamos así, por lo que tendrán que acostumbrarse a vivir “Entre Sodoma y Gomorra”.
      En mi opinión no se vive tan mal ahí y estará usted conmigo en que no parece que Dios vaya a mandamos fuego y furia para acabar con nosotros a estas alturas del partido.
      Por último y preocupándome por su salud le recomiendo que dedique su importante tiempo a reafirmar sus posturas en otras páginas donde se sentirá mejor acompañado. lnfovaticarca e Infocarcólica son lugares mucho más afines a usted y tiene allí amigos a los que respeta mucho mas que a quienes opinamos en Atrio, de lo contrario, me inclino a pensar en que estamos ante una forma leve de masoquismo.
      Yo también la padezco y se manifiesta cuando, por ejemplo, leo las aportaciones de su amigo de la Cigoña en Infovaticarca. A veces es bastante desagradable para uno mismo.
      Con afecto y sin desdén (Aunque no lo parezca)

      • José María Valderas

        Señor Llaguno,

        Hubo un tiempo en que con una profesora de la Escuela Politécnica de Barcelona, profesora de la Escuela Superior de Ingenieros Industriales de Barcelona, creamos un grupo de docentes universitarios par abordar cuestiones relativas a la ciencia y la fe. A imagen de las Conversaciones de Gredos, algo que para usted sonará lejísimos, lo bautizamos con el nombre de “Conversaciones de Ampurias”, por ser allí donde nos reuníamos. El tema de las leyes de la naturaleza fue uno de los abordados por su relación con la creación y la evolución. El origen de la materia, la energía, las fuerzas fundamentales desde un punto de vista mecánicocuántico, no desde el punto de vista del Génesis. Porque, abordes lo que abordes, lo mollar es el rigor.

        Y en el marco de ese rigor supongo que entiende la alusión a Newton. Newton, usted se cura en salud, no ha sido desmentido por Einstein. La mecánica newtoniana no ha sido desmentida por la cuántica ni por la relativista, entre otras razones ocupan un dominio distinto. Los astronautas viajan siguiendo la mecánica newtoniana. Pero la deformación del espacio es dependiente del espacio tiempo, de la relatividad de Einstein. Pero no vamos ahora a entretenernos en la distinta concepción según estemos en mecánica cuántica, mecánica newtonyana, termodinámica de los sistemas irreversibles, teorías del caos. Newton, Planck, Einstein, Mandelbrot o Prigoine, con todas las Conferencias Solvay por medio.

        Eso no desmiente la realidad objetiva y la validez de las leyes. Las partículas y las fuerzas fundamentales son las mismas en cualquier lugar donde haya materia, es decir, donde haya energía.

        De nuevo, lo importante es el rigor. Si no hubiera universalidad, no habría ciencia. De hecho a medida que se acerca a esa universalidad sube el nivel de ciencia, tema harto trillado por la metaciencia o filosofía de la ciencia. Con las excepciones al uso. Puede usted pensar en Feyerabend, con quien tropecé esta mañana y por eso lo menciono.

        No hace falta ser de la secta de Spinoza para reconocer la existencia de una ética objetiva. Spinoza la matematizaba incluso. La persona es el centro de la ética, cierto. No me atribuya lo contrario. Pero la persona en cuanto ser racional, dotado de una dignidad radical. El relativismo, la moral de situación, que hoy reviste la forma de discernimiento, no es más que un compendio de la ética totalmente subjetivo. Los contraejemplos de robar por necesidad, de matar en defensa propia, etcétera, no atentan contra una moral objetiva porque en ese caso ni es robar, ni es matar, sólo externamente, aparentemente.

        A usted le hubiera gustado trabajar en la empresa que me cupo en suerte dirigir. Teníamos becarios enviados por universidades, por la misma OMS. Y los fijos ninguno quiso marchar, salvo uno que encontró una bicoca en la Comunidad Europea, donde obviamente le pagaban en divisas y en unas condiciones de vivienda, educación de los hijos, viajes, etcétera, envidiables. No eché a nadie. Incluso en las huelgas generales cobraban el salario íntegro. Tal vez porque todos tenían el doctorado. Pero incluso otros trabajadores, de administración, etcétera, tampoco nadie abandonó. Se fueron jubilando por edad las vacantes que se crearon.

        Es una pena que aquella empresa desapareciera hace un par de años. La maldita globalización y el escaso aprecio a la cultura de los socialistas y comunistas han hecho el resto. Aquella empresa fue, y no es amor de padre, un oasis. Los socialistas de González nos quisieron negar el pan y la sal porque denunciamos la culpa de ese partido y del comunista en el envenamiento por colza y la retirada de las muestras cuando llegaron al poder. ¿Recuerda al tribuno Ciriaco de Vicente? En total soledad tuvimos que seguir un caso de libro de epidemia. Fueron momentos reconfortantes, como cuando uno de los mejores científicos españoles de estos días escribió que gracias a nuestra publicación se había dedicado a la ciencia, o el mismo Margalef que agradecía la ayuda a la redacción e intelección de sus trabajos. No, Antonio, a usted hubiera disfrutado trabajando en la empresa.

        Por fin, me gusta pisar charcos, desde niño. En este caso, ver por dónde puede fallar mi concepción de la ética. Pero, claro, si lo que es dialéctica termina por ser un necio ataque personal que refleja una incompetencia absoluta, pues sí, quizá será bueno ir pensando con abandonar.

        • Antonio Llaguno

          Sr. Valderas, D José María

          El problema que tiene una persona como yo con los rigoristas de cualquier pelaje y en casi todos los aspectos de la vida es que de una forma u otra el “rigor” es como esa curvatura del espacio producida por la gravedad excesiva, siempre acaban reculando al mismo sitio.

          Yo, que la Universidad Politécnica a la que acudí fue la de Madrid (Quizás por eso no me invitó nadie a ese foro tan estupendo, o quizás porque yo era simplemente irrelevante para ustedes) no voy a entrar en lo que usted llama “universalidad” de las leyes o “rigor” científico.

          Yo estoy en otra línea. Vital e intelectual. Ni mejor ni peor. Otra

          Para mi, y no necesito que nadie acepte mi criterio, ni me interesa lo más mínimo imponerlo, absolutamente todo es relativo (Incluso ese “absolutamente todo”, porque cabe la posibilidad de que me equivoque) y la moral en especial.

          Las leyes de la física son relativas (Y en este caso no me refiero al concepto einsteniano de relatividad sino que dependen del observador) y rigor, lo que se dice rigor, el único rigor que reconozco es el “Rigor Mortis”.

          La RAE define “rigor” como rigidez o firmeza en el trato o en el cumplimiento de las normas y yo soy conocido, incluso en mi faceta profesional, por ser muy flexible en la aplicación de las normas. Y me ha ido tan bien que hasta me llaman de la UE para realizar, junto con otros, las que se aplican en mi sector profesional (Por ejemplo escirbí la norma que regula los ascensores para personas con movilidad reducida y otras).

          En cualquier caso y dado que nos separan abismos insondables como los que separaban al rico Epulón y al pobre Lázaro, en la parábola evangélica, en cuanto a planteamientos sobre como afrontar un dilema moral y teniendo en cuenta que todo esto empezó con un delicioso (Por lo divertido) ejercicio de sentido del humor por parte de Don Jose Ignacio Gonzalez Faus, me voy a permitir contarle un chiste que contaba mi padre y que aseguraba que era un sucedido real de un pueblo de Cuenca (Aunque mi padre contaba muchas batallitas. Así salió su hijo).

          Sucede que en un pueblito de la Mancha, el parroco siempre estaba de gresca con los feligreses y había peleas todos los domingos. Le llama el Sr. Obispo (Monseñor Guerra Campos) a capítulo y le regaña por tanto jaleo y él se disculpa diciendo “Sr. obispo, son mis feligreses que son muy malos. Unos cañallas. Siempre están metiéndose conmigo. Venga un día a la misa mayor y verá lo malos que son”.

          El siguiente domigo, el Sr. Obispo se disfraza de persona y se planta en la parroquia a asistir a la misa mayor y el párroco se sube al atril a decir la homilía y empieza. “Queridos hermanos….”

          Y se oye de fondo: “Me la coges conla mano…”

          El cura se pone colorado y se vuelve al obispo y le dice: “¿Ve Sr. Obispo? Yo ahora me cago en su puta madre y ya estamos como todos los domingos”

          Quiero decir que lo mejor es que en estos lares no seamos como los feligreses y el pàrroco del chiste y podamos cada quien hablar de lo que sea sin pensar (El además manifestarlo es ya mala educación) que uno u otro somos indigentes intelectuales.

          Aunque usted haya leído 100 veces más que todos los demás juntos.

          • José María Valderas

            Querido don Antonio Llaguno.

            ¿Puedo pedirle que lea con buena intención mis respuestas? Lo de las conferencias de Gredos va por su juventud, lisa y llanamente. En España nos enterábamos de su celebración por Le Monde. Ojalá le hubiera conocido los años de Conversaciones en Ampurias; con sumo gusto le hubiera invitado y no como asistente, sino como ponente, pues en esas reuniones se parte de una exposición del tema, de un estado de la cuestión. Y me hubiera gustado contar con usted en la redacción. Créame. En otro orden, me parece todo un ejemplo el testimonio de su padre, altruismo que usted parece haber heredado con creces.  El abismo que usted imagina no lo veo yo por ninguna parte. En alguna ocasión he escrito aquí sobre modelos de conducta de comunistas acérrimos que se han cruzado en mi vida. En particular, la que fue secretaria general del partido en Cataluña, María Rosa Borrás, a la que quería como mi hermana, afecto que era mutuo. Cuando leí uno de sus últimos escritos, ganas me vinieron de contestarle: Brute, tu quoque, fili mi!.

  • Antonio Llaguno

    Jose María,

    ese no es el camino.

    Incluso a alguien que como yo, puede estar de acuerdo contigo en el fondo  de lo que piensas sobre el aborto (en ningún caso es extendible mi coincidencia a la eutanasia), las formas son todavía peores que las mías, que ya es decir.

    Vivimos en un país imperfecto, pero demócrata y eso significa resptara las leyes. Si no te gustan se cambian cuando sea uno elegido y ya está.

    Efectivamente y como Duato escribió (Y es que la hemeroteca es muy tozuda) el PP pudo cambiar o eliminar la ley y no lo hizo. Y es muy matizable cada caso particular en que una mujer se ve forzada a abortar (Forzada porque ninguna lo hace por gusto o placer).

    La verdadera actitud cristiana es acoger al pecador con abrazo amoroso. Deja la justicia al único que puede juzgar y acoge a quien consideras tu enemigo como el Buen Samaritano, y regocíjate en tu bondad.

    No juzgues porque es la única manera de reclamar no ser juzgado.

    Como ves te lo escribo con afecto. No me gusta ver que alguien queda tan mal como estás quedando debido a su tozudez y de forma completamente gratuita. Nadie te obliga a comentar y contestar a quienes no piensan como tú.

    Defiende lo que piensas.

    Yo lo he hecho y nadie me ha insultado. Discreparon sí y en ocasiones vehementemente, pero eso es lo bonito del debate.

    Si después de discutir no pudes irte de cañas como a mi me gustaría irme de cañas con Nacho aunque seamos como el agua y el aceite en cuestiones políticas, la discusión no tiene razón de ser.

    Sería una pena que tanto conocimiento y erudición como demuestras tener se convieriera en completamente irrelevante debido a las maneras.

    Me dejarás solo defendiendo a los nasciturus  y se merecen algo más.

  • José María Valderas

    Señor Vinagre,

    Le agradezco que se abstenga de comentar. Lectura que me ahorra. Distingo, porque es obligado por ser de cajón, entre la persona y sus ideas. A mí todas las personas me merecen un respeto. Me lo merece el director de Lumen –no si sigue siéndolo, no consulto los números hace algun año–, me lo merece doña Ana Rodrigo, me lo merece todos los que colaboran o no colaboran aquí. Como personas.

    Ahora bien, en cuanto ideas, comprenderá, y si no lo comprende es su problema, algunas resultan no sólo estrambóticas, chocantes o disparatadas, sino también majaderas. No insulto a doña Ana Rodrigo si digo que su idea sobre la la ley y su complimiento me parece absurda y propia de una ideología totalitaria, de una izquierda podemita. Eso de que una ley obligue sin más no es propio de un derecho natural. Obligar al médico a realizar un aborto o significarlo por negarse en conciencia a ello es lisa y llanamente una aberración  moral. No digo en absoluto que carezca de moral, no me meto en su persona, Dios me libre, sino que su propuesta es aberrante.

    Lo mismo vale para usted. Me merece todo el respeto como persona. Pero su ideas me parecen infantiloides. ¿Por qué? Porque no son maduras en tanto en cuanto mezcla churras con merinas, la eutanasia proactiva del triaje del covid con el alivio de un dolor irresistible, la guerra de Irak con el aborto. Para cualquier ideología cabal, toda muerte provocanda es nefanda, sea de niño no nacido, de niño leucémico o con malaria en una sociedad deprimida, que un iraquí, un afgano, un ucraniano, un  miliciano o un fraile de Barbastro, por numerar algunos grupos caídos a balazos o a hachazos, que de todo hubo.

    Muestran ustedes una querencia por leer mis intenciones, por enjuiciar mis supuestos egos, mis vanidades. Animo, sigan por ese camino. No es mi intención consciente. Quizá les ayude Freud o Jung en la lectura del subconsciente. Mañana hay confesión individual en la parroquia de cara a la Pascua inminente. Los tendré en cuenta. Pero me temo que eso no va a implicar dejar de llamar asesinato al asesinato, disparate al disparate, error al error. Y a no seguir estudiando. Antonio Sanchís, citado por el señor Duato en Iglesia Viva, me enseñó a tener escrúpulos del tiempo perdido. No puedo dejar de seguir estudiando. Y con acierto o desacierto comunicar lo aprendido. Para el que le interese.

     

    • Juan A. Vinagre

      José Mª: Esa distinción, ya clásica, entre ideas -y conductas, añado- y persona es un buen principio. Pero ese principio exige coherencia. Y para ello es necesario percibir bien y saber discernir con claridad lo que es sana discrepancia de ideas…, y agresividad. La agresividad verbal va más allá de la mera discrepancia, a veces se acerca más al ámbito de lo personal. Cuando a alguien se le dice que sus ideas -lo que piensa o expresa- son “majaderías” o “infantiloides”, hay que saber discernir bien los matices. No podemos confundir discrepancia con agresividad. Tenemos que saber afinar más en estos casos.

      José Mª: ¿Eres consciente de que, cuando hablas-escribes,  manifiestas un pensamiento único, que para ti es el único válido?  ¿Eres consciente de que el pensamiento único roza  -al menos-  el integrismo fundamentalista?  Integrismo que da por supuesto que “extra me nula salus”?  ¿El pensamiento único (y sus derivados) es pensamiento de verdad inteligente?  ¿Pensando y valorando así, no se está uno extralimitando?  Por otra parte, a algunas preguntas que te hice  -y que comprometen más-  no las abordas…   ¿Por qué?            

      José Mª, por favor, no te sientas agredido con lo que digo ni con estas otras preguntas, que me dirijo también a mí:  ¿Cuándo seremos capaces de ver y reconocer que  -en ciertos temas y materias-  menos es más?   ¿Con menos agresividad y con más apertura mental, no seríamos más inteligentes y mejores personas?   (Insisto: no es mi intención agredir, sino abrir un diálogo a una reflexión serena, que enriquezca. Ésta es la que merece la pena.)

  • ana rodrigo

    Voy a escribir aquí arriba, para que no quede tan lejos, contestando a A. Duato.

    Como recuerdas, atrio surgió como un ámbito de diálogo y respeto, al mismo tiempo que de libertad de expresión con las premisas dichas. Y es cierto que quien entre en atrio y lea los comentarios del señor Valderas, se llevará una impresión de atrio totalmente opuesta a su proyecto inicial. Creo que el mal uso de la libertad no entra en la trayectoria mantenida en atrio desde hace ,creo, veinte años. Me duele por atrio y por ti, Antonio, que tanto trabajo y tanto tiempo nos dedicas para que este foro ayude a expandir, desde la humildad de cada cual, ideas constructivas para otro mundo mejor y posible. La mayor superioridad es la humildad, no el exhibicionismo de una o de uno mismo. Atrio nunca ha sido las clásicas “redes sociales” donde nadie controla la moderación y el respeto. No perdamos lo bueno y mejor de atrio: el diálogo respetuoso,

    Un abrazo, siempre agradecido

  • José María Valderas

    Señor Duato,

    No creo que merezca ser el sosias de Catilina, ni me conmueven los alegatos de Cicerón traídos con fórceps, por cierto uno de los moralistas más sagaces en cuanto a la fuente natural de las normas éticas. Releeía ayer, en un receso o en un coffee-break que dirían los cursis, un librito que el pobre ya está ajado. con las pastas muy gastadas, de Jacques Le Goff, “Les intellectuels au moyen age”, de Editions du Seuil, una editorial que a buen seguro usted conocerá porque era un incentivo para la juventud española en los años cincuenta y sesenta que quería ir más allá del franquismo. En la página 19 recoge otro latinajo, de Bernard de Chartres, ay la bendita escuela de Chartres cuánto bien hizo a la ciencia, la filosofía y la teología. Dice el latinajo: Veritas, filia temporis.

    En este tiempo, la verdad es el desprecio a la vida ajena. Y me da lo mismo que el desprecio lo haga el PP que lo haga el tamborero de la banda musical. Ese desprecio es un desprecio criminal. Sabe usted señor Duato que la ley a plazos es un ley que faculta para matar a los nascituri durante un tiempo deteerminado, sean cuales sean lasa circunstancias. Sigamos con latinajos, comburendus est! Traje a colación la barbarie que ello supone con los dermatoglifos de fetos que la ley permite matar. Si es no es una ley criminal, que venga Dios y lo vea. Que lo apruebe Conde Pumpido sólo me hace recordar la película protagonizada por Spencer Tracy sobre los crímenes nazis y la función del Tribunal Supremo en sus asesinatos. ¿Recuerda lo que le dijo Tracy, en la película un obscuro juez de pueblo de la América profunda, al Presidente del Tribunal Supremo del Tercer Reich?

    Vale la pena recordarlo.

    Y me alegro de que no tuviera usted el covid en los primeras semanas. Le hubieran dejado sin respirador por el famoso triaje. Una eutanasia blanca, como le gustaba  a los refinados médicos nazis.

    No. El aborto a plazos es un crimen. La eutanasia proactiva, otro crimen. Y es mucho decir que no me mueven los llantos de los nascituri. ¿No le parece? ¿Usted se abona también a mis biógrafos, que conocen mis intenciones? No sabe desde cuándo me interesó la maldad que hay en muchos actos de abortos. Ni por qué. Para desligarlo de toda historia personal, me ciño al acto en sí, a la legislación de unos desalmados. Como los viejos de la mujer de Joaquín, que recordaba.

    Y, por supuesto, tiene usted la sartén por el mango.

    No es mi fuerte poner la otra mejilla.

    • Juan A. Vinagre

      José Mª: Desde hace un par de semanas decidí no volver a participar en tus comentarios, que, además de exhibicionismos culturales (que no me impactan) son agresivos. Y por ser agresivos y descomedidos -¡a tu edad!- me hacen pensar que eres una persona muy vulnerable. ¡Qué pena que esa vulnerabilidad enturbie tu buena inteligencia (o tu buenísima memoria)! Perdona, José Mª, que te diga esto, pero va dicho con buena intención. A veces un parecer oportuno puede ayudar a revisar…   Y te lo dice una persona que estaría de acuerdo contigo en el tema del aborto (con algunos matices en casos extremos: en ATRIO manifesté mi opinión hace ya tiempo.) En lo que difiero más es en el tema de la eutanasia, libre y querida, en situaciones finales. En estos casos, no me parece un mal, sino una obra de caridad con el que sufre…  Por eso, no entiendo que se condene o “apedree con palabras” a los colaboradores…  Como no entendería a una sociedad que apedrease a una adúltera (o adúltero para ser coherente), apoyándose en palabras del Pentateuco… o de otro texto de cualquier religión.  Jesús no lo hizo. Su interpretación del texto bíblico no era rígida ni literal…   Y ya que hablo de coherencia, me gustaría ver por tu parte una valoración de los asesinatos de ya nacidos, que se ocasionan en las guerras… Por ejemplo, en la guerra incivil española (asesinatos por las dos partes, aunque más por parte de los vencedores, incluso en los años cuarenta…) o en la guerra de Irack o en la actual de Ucrania (por no entrar en Africa… etc.)  ¿Esos asesinatos -legalizados?- no son aún más atroces, por cometerse con personas ya conscientes y con cargas familiares…?   José Mª, ¿apruebas sin ningún reparo serio -o te callas:pecado de omisión-, una guerra como la de Irack, cuyas secuelas -de una u otra forma- aún sufrimos todos?  Esa guerra la declararon -o apoyaron- creyentes “cristianos”, que todos conocemos. Y que, alguno al menos, no está dispuesto a dar cuentas ni a sentirse responsable…  La moral -si algo pide, y pide- es coherencia.  De nuevo, perdona estas palabras, José Mª, que, pese a su dureza,  no van con intención de ofenderte.

    • Antonio Llaguno

      Sr. Valderas,

      solo una insignificante acotación a uno de sus comentarios en esta respuesta que por afectarme de forma directa y muy emocional  creo tener derecho a contestar.

      Mi padre, enfermo de Parkinson y con un EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) de caballo cogió el COVID en los primeros meses de la pandemia, a los 83 años de edad y en mayo de 2019 murió de insuficiencia respiratoria a causa del virus, en una residencia de ancianos de las mejores de Madrid y a pesar de tener un micro respirador forzado que usaba para resolver sus problemas de EPOC y de APNEA del sueño.

      Cuando los recursos de una organización son limitados, y no creo discutible que los recursos de la Sanidad Pública lo eran en ese momento, fundamentelmente debidos al desconocimiento de los procedimientos adecuados para combatir la enfermedad, las personas responsables de esas organizaciones se ven obligados a escoger.

      Si uno tiene que escoger entre algo tan duro como 2 vidas, escoge siempre la más viable (Lo mismo se aplica en casos de aborto cuando existe peligro para la vida de la madre) y es para quien tiene el deber de hacerlo, una decisión durísima que en ocasiones mina psicológicamente a quinees la toman.

      Cuando murió mi padre, en su cabeza (Reconocido por él mismo. antes de morirse lógicamente), nunca responsabilizó a la enfermedad, a los médicos, o al maestro armero de su situación; sino a si mismo que siendo persona adulta y responsable decidió fumarse la cosecha de 3 años de Cuba entera a lo largo de su vida y gracias a la Sanidad Madrileña (Hoy reconocida por la UE como la mejor de Europa) que le salvó la vida cuando le intervino de cáncer de pulmón y le dejó viviendo con uno sólo, pudimos disfrutar de él durante 10 años más.

      Años que apovechó para reconciliarse con su esposa, sus hijos, sus nietos y para poder disfrutar de ellos lo que no pudimos disfrutar de él durante los años anteriores.

      Cuando se vio morir. Por teléfono (y aún lloro cuando recuerdo esa conversación) lo único que le pesaba es no poderme dar un beso de cumpleaños (murió el 24 de mayo, día de mi amada María Auxiliadora y yo los cumplo el 18) y compartirlo con sus dos nietas que se hacían mayores de edad en ese mismo mes.

      Le ruego, a usted porque es quien lo ha dicho, y a cualquier otro que lo piense, que respeten el dolor de quienes perdimos a un ser querido en esas circunstancias. Que no lo usen como medio de agresión a otros para defender sus ideas políticas, morales o religiosas. Y que se dediquen a comportarse moralmente bien (Sea cual sea la moral que les parezca aceptable) en vez de a exigir que sean otros quienes tengan comportamientos moralmente aceptables.

      Mi padre, antes de morir, dejo su respirador a su enfermera (Que se contagió del COVID) porque era mucho más necesaria, en la residencia, la salud de su enfermera que la suya. ¿Murió por ello? Probablemente no. Seguramente su condición respiratoria era tan precaria que ningún respirador podría haberle salvado del virus asesino.

      Pero él lo decidió así y yo no lo entiendo como eutanasia; pero si alguien decidiera discutir el derecho de mi padre para apostar su muerte en favor a los otros, que vayan condenando a unos cuantos santos oficiales y al propio Jesucristo.

      No veo tampoco dilema moral en hacerlo, si lo hubiera hecho porque consideraba que era su propio beneficio.

      Nacio libre, vivió libre y murió libre.

      Porque Dios así lo quiso.

       

       

       

  • Juan A. Vinagre

    Solo unos “adjuntos” al “Decálogo capitalista” de José Ignacio.

    -La historia nos enseña que las estructuras sociales del sistema -impuestas por el gran Poder- se mantienen firmes. Se resisten al cambio, y cuando cambian algo son más bien maquillajes… Las estructuras de fondo siguen. Es verdad que últimamente ha habido progresos reales en algunos lugares, pero (a mi juicio) si se analizan bien son concesiones (maquillajes?), sin ánimo de cambios profundos. El Poder se adapta a sus circunstancias, pero su adición a la voracidad solo permite adaptaciones superficiales.   La esclavitud, con milenios de historia, se ha eliminado (en algunas partes del mundo) no hace mucho (siglo XIX). Lo que confirma lo lento de ese cambio, cambio en muchos casos más bien aparente.  Y digo “aparente”, porque el dominio del poder sobre el ser humano se disfraza, se maquilla… En occidente etc. muchas personas “libres” de hoy viven en la dependencia, y se ven obligadas a aceptar unos salarios míseros, y muchas horas de trabajo no retribuido, por ej., para no verse en la calle… y no sufrir sus consecuencias…  ¿Esto es libertad o más bien (más mal) un maquillaje de la esclavitud?   La codicia es incompatible con el hombre libre. Y esto es así, porque sin ese tipo de “esclavitud”, el poder no podría sobrevivir…

    -XXA es el padre del capitalismo-poder moderno (en el fondo, de siempre), que hoy se llama neoliberalismo… y que tiene, como peones, a partidos políticos “honorables”…, incluso “cristianos”…   EL hecho de que esas estructuras de poder que “esclavizan” las defiendan grupos-partidos que se llaman “cristianos” -en contra del mensaje evangélico que declara incompatibles Dios y poder-dinero del capital-, es para pensar y temblar…       El capital también ha colonizado  y  “neo-evangelizado” a muchos “jerarcas” del reino de Dios…  El poder seduce…

    Y dando un paso más: el neoliberalismo que exige libertad (no control y no impuestos) para sí, y reclama libertad para eliminar lo público y privatizarlo casi todo o que estimula el consumo sin control (aunque dañe) o que exige libertad para difundir falsedades como verdades…, es otra forma de controlar-esclavizar las mentes (mientras sus negocios sucios se cubren con un negro manto)    En suma, la palabra libertad -tan prostituida- que reclama el gran Poder es un medio más para fomentar y mantener esa maquillada esclavitud… No deseo pasarme ni exagerar, pero si se analiza la realidad social a fondo, ¿cabe una valoración muy distinta? El ser humano sigue siendo modelado, instruido y dominado por el poder. (Con muchas excepciones -por fortuna-, que consiguen ver mejor y liberarse…, aunque no sean escuchadas, y si se hacen notar, el poder las desacredite y/o elimine…)

  • Isidoro García

    Sr. Valderas: Va a pensar que tengo algo personal conta usted. Y de verdad que no es así. Pero es preciso dejar las cosas claras, ante tanto exabrupto de justicierismo, y tanto “juicio de Dios”, de alguien que no es Dios.

    Nadie le pide “palabras de aliento y comprensión”, hacia aquellos, que con opiniones personales honestas y sinceras, opinan distinto que usted.

    Ya no digo, la caridad del que se dice cristiano, sino simplemente la prudencia del científico, nos obliga a todos a contemplar en nuestra mente, la posibilidad, de que los otros quizás puedan llegar a tener alguna razón, y de que si consideramos firmemente que están equivocados, quizás lo sea simplemente por error intelectual personal.

    Yo no soy muy partidario de la tolerancia, pues esta solo es una forma de formalidad, de cortesía civil, y de respeto humano, mínimos en la convivencia social, hacia aquellos que piensan distinto que nosotros.

    Yo creo realmente en el pluralismo, que consiste en la humildad de conocerse a sí mismo, como en realidad somos todos, falibles, capaces de acertar una y errar dos, esclavos de una subjetividad, que nos domina y nos enturbia la razón A TODOS.

    Y sujetos además a los humores personales, a filias y fobias, y a los trastornos de la personalidad, que nos afectan y nos arrastran a todos, a mantener actitudes e ideas, muchas veces enfermizos y alienados. A todos, el primero yo.

    Por eso, juzgar, es una función, exclusiva de Dios, que es omnisciente. Y los profesionales a los que la sociedad les encomienda la esa función, como defensa social, reconocen que es una función complejísima, porque seguro que si son sinceros y honrados, muchas de las taras y debilidades que tienen que juzgar, posiblemente las ven reflejadas también en ellos mismo.

    Por eso decía alguien que metemos en la cárcel a unos criminales más gordos, para no meternos a todos también con ellos. Todos, en las circunstancias adecuadas, podríamos ser reos de la justicia humana. Y ya no digamos de la divina.

    Por eso, la prudencia, nos insta a ser muy cautos cuando descalificamos a los demás, (yo el primero, vuelvo a repetir, que yo soy de lengua fácil, y me dejo arrastrar por las bajas pasiones) -y yo no voy de piadoso por la vida, porque no lo soy, y porque no me parece estético.

    Todos tenemos unas ideas sobre cada cosa, y pensamos que unas ideas son mas acertadas y otras no. Pero siempre desde la honradez intelectual, y si se me apura, con buenas intenciones y deseos, (aunque sean equivocados).

    La postura sensata y no venal, es la del respeto y si se quiere, la compasión por el equivocado. (Consejo, que sé que yo no cumplo muchas veces, y pido sinceras disculpas por mis excesos verbales. Lo siento sinceramente).

      “Sé amable, pues cada persona que encuentras, seguro que está librando una dura batalla”.

  • José María Valderas

    ¿Por qué miente, señora Rodrigo? Eso degrada a la persona. Como entenderá, sus palabra, por mendaces, me resbalan. No espere de mí una palabra de aliento o de comprensión para los asesinos, sus votantes y aplaudidores. Para los que se creen con autoridad sobre la vida ajena, no digamos para los que obligan amenazándolos a asesinar. Me refiero a las leyes que niegan la objeción de conciencia a mancharse las manos de sangre y propugnan la expulsión de los objetores. Siempre con la mentira, ay la mentira pertinaz de la izquierda, la que afirma que los médicos antiaborto o antieutanasia los practican en clínicas privadas. Bleeding yawns se dice en evolución el comportamiento criminal de esos legisladores o ejecutores (del poder ejecutivo),

    No mienta, señora Rodrigo. A ciertas edades lo único que tenemos es la coherencia personal. Jamás me asistió más la razón que cuando le dije al Padre LLimona, el capuchino famosos con Xirinacs, partidario de muchas aberraciones: Padre, el mal de nuestro tiempo es la fragilidad moral de los ancianos, cuando debería ser el legado que dejáramos a nuestros nietos.

     

  • Isidoro García

    El deseo de suicidio, y su caso particular, la eutanasia programada, no son solo problemas clínicos, sino son sobre todo dramas existenciales, que hay que enfocar analizar y tratar de resolver existencialmente.

    Porque no todas las personas que intentan suicidarse tienen trastornos mentales. Y esto es mucho mas claro, en el caso de la eutanasia programada por la propia persona.

    Lo que sucede es que siguiendo la imparable tendencia a la medicalización de la vida, (que es un corolario de la tecnocracia imperante), se obvia, que muchas personas necesitaríamos mas en la atención primaria, de un buen filósofo, que de un médico.

    ¿Por qué hay una Organización Mundial de la Salud, y no hay una Organización Mundial de la Vida Buena y la Existencia feliz?.

    En este sentido, la psicología, es una especie de intermedio entre el médico y el filósofo, y la psicologización de la vida, sería un paso previo a nuestra “sanación” existencial.

    Pero para ello se necesitarían psicólogos “sabios”, y no émulos de psiquiatras, sin el privilegio social del monopolio de poder de recetar medicinas.

     

    Yo, quizás equivocada e injustamente, lo que acuso a los tan firmes “defensores de la vida”, es que sean tan susceptibles y tiquis-miquis, en torno al momento en que un embrión, se puede considerar sujeto de los derechos humanos, pero al tiempo, no hacen mas que frenar todo tipo de soluciones prácticas para facilitar la vida existencial de la gente. (Y no me refiero al caritativismo paliativo, que se usa como mala excusa, para no atacar el problema de raíz).

    Porque aquí, además de que se puede estudiar y reflexionar, esos detalles teóricos, lo primero que había que hacer es trabajar por facilitar la vida a la gente.

    Porque hoy día, es una vergüenza, que aún, no solo no se haya solucionado médicamente, y se institucionalice, el problema de separar la sexualidad de la concepción humana, sino que se tiene bloqueada la cuestión: ni se lo plantean: es tabú.

    Si se quisiera, el problema del aborto, se solucionaría, al menos en el 95 % de los casos, de embarazos no deseados social y vivencialmente, y dejaría de ser un grave problema social y existencial.

    Pero lo que se calla taimadamente, es que, aunque “nunca aparece el tema de la religión en estos temas”, el problema de fondo que está detrás, no es el aborto en sí, o la manipulación genética embrionaria en la investigación médica, sino el control de la natalidad en sí mismo.

     

    Mucha gente no comprendió la “Humane vitae”, de Pablo VI, y se preguntan: ¿qué tiene de malo el uso de preservativos, o el uso de métodos anticonceptivos químicos o quirúrgicos?.

    Pues es muy sencillo. Esa es la cuestión base-tabú, sobre la que se apoya todo el tinglado teórico, y sobre la que se desarrolla toda la retórica y dialéctica, de la imperiosidad de que el feto ya sea un ser humano con derechos, desde el instante uno.

    Repite mucho el amigo Llaguno, lo de “cherchez la femme o l’argent”, pero lo que hay que buscar siempre son los postulados previos, que delimitan las líneas rojas de nuestro campo mental.

    Unos postulados, que por definición son apriorísticos, y cuya interpretación puede ser acertada y aceptada, o no, en cada momento histórico.

     

    En todos estos temas, nos movemos con dos postulados-base que habría que matizar, reflexionar y adaptar a las nuevas circunstancias del momento.

    Uno es el famoso “¡Creced y multiplicaos!. Y el otro es, el ¡No matarás!.

    Son dos postulados que siguen vigentes y son muy respetables. Pero como todas las frases generales, hay que matizarlos. (Es famosa la anécdota del profesor de Derecho, que en la primera clase del curso, se presenta a los alumnos, con un librito y un librote en cada mano: “Este librito es la Ley, y este librote, las excepciones y matizaciones”).

    Cuando mitológicamente comimos del árbol del Bien y del Mal, se nos enseñó que para aprender lo que es Bien de lo que es Mal, o sea la moral, hay que comer muchas manzanas del frondoso árbol. Y para eso necesitamos utilizar la inteligencia y la razón.

    El “¡Creced y multipliaos!, es la ley del Universo, con todas las especies vivas. Todas las especies, tienen un impulso evolutivo, hacia la supervivencia de la especie.

    Pero la naturaleza tiene unos sistemas para regular eso positivamente para la especie, evitando por ejemplo, la superpoblación excesiva que aunque parezca paradójico, amenazará la supervivencia de la especie. Si no hubiera depredadores de los herbívoros, estos destruirían toda la capa vegetal, y acabarían extinguiéndose completamente.

    Este mismo mecanismo regulatorio, favorable a la perpetuación de la especie humana, funciona en nuestro caso humano, con el uso de la inteligencia, para adaptarnos a las circunstancias.

    Pero ese control de la natalidad, para aliviar la carga existencial del ser humano, va muy mal a las Iglesias, porque ellos como la Coca Cola, viven de la estadística y del marketing:

    “¡Somos la religión mas extendida, somos mil quinientos millones!. ¡Tantos no podemos estar equivocados!. ¡Lástima que los musulmanes, tiene mas hijos, y nos van a alcanzar pronto!. ¡Necesitamos mas hijos, que nos alcanzan! ¡Los del Opus, a ver si espabiláis, que os están ganando los Quicos!. ¡Más madera. Si es necesario quememos el barco, pero hay que seguir siendo los primeros…”.

     

    Respecto al ¡No matarás!, es una Ley básica, y respetable. Pero existe como en todo, matizaciones. Hasta en esta ley. Por ejemplo, la legítima defensa, no solo la propia, sino la ajena, es un eximente claro del tema.

    (Por eso lo de la objeción de conciencia, estaría bien, en lo referente a la autodefensa, pero es mucho mas discutible respecto a la defensa de la sociedad en que vivimos, y en último caso, sería razonable si los objetores, se presentaran voluntarios para sanitarios de primera línea, por ejemplo, para evitar el coladero de muchos listillos, que siempre los hay, y que se suelen disfrazar de lo que sea).

    Y en el caso del aborto, existe una duda teórica razonable, sobre el momento en que el embrión se considera sujeto de derechos, por mucho que se grite y que se insulte.

    No olvidemos, como ya dije anteriormente, que tradicionalmente, uno celebra su nacimiento como humano, el día del parto. Y la misma Iglesia, ni entierra fetos en sus cementerios, ni celebra funerales por los abortos naturales o no, y ni siquiera se preocupó por averiguar el estatus religioso del no nacido.

    Todas estas cuestiones “sociales” indican, que tradicionalmente había un cierto consenso, de que al menos, la cosa no estaba clara.

    Por lo tanto, lo del “no matarás” ningún humano, está claro que hay que matizarlo.

    Y en el tema del suicidio y la eutanasia voluntaria, igual.

     “¿Qué es eso de que uno pueda decidir si quiere vivir o no?. ¡Pero que nos hemos creído, que somos libres?. ¡Hay que aguantar lo que te echen como machotes, flojos, que sois unos flojos!

          ¡La vida solo pertenece a Dios, creas en Él o no!. ¡Y si no crees en Él, pertenece al Estado. Lo que Sánchez dice, no lo cambia ni Dios!. ¡Y al que se suicide le condenamos a prisión perpetua!”.

    Es ridículo, de puro perverso.

  • George R Porta

    La eutanasia, el aborto, y la objeción de conciencia contra la conscripción militar son temas graves, complejos, aún abiertos a la discusión y concernientes en gran medida a los derechos humanos fundamentales. No soy experto en cuestiones de moral o de leyes, pero eso muchos atrieros ya lo saben.

    Sobre la interrupción de la vida (interrupción voluntaria del embarazo o en el caso de eutanasia) todos tenemos el deber de decidir anticipadamente.

    a) En cuanto al embarazo: No embarazarse cuando se puede voluntariamente evitar es un deber, si no se desea procrear. En el caso de la violación me parece claro el derecho de la víctima, la mujer, a decidir por sí misma. En otros casos de embarazo involuntario o accidental, me parece que ambos la madre y el padre, cada uno en su grado, tienen derecho a decidir y obligación de asumir responsabilidad sobre la vida (o proceso vital que han iniciado) que afecta tan directamente a terceros que no pueden opinar sobre su propio deseo y derechos. Al respecto me parece importante la noción del nasciturus, que en Occidente al menos ha tenido una tradición constante desde antiguo. Cf. por ejemplo, http://aebioetica.org/revistas/2004/15/2/54/283.pdf

    b) En cuanto a la eutanasia: Me parece un deber (por lo tanto un derecho), de quien pueda cumplirlo debidamente en el caso de menores, planear cómo y cuándo se desea morir, sobre todo en cuanto a la tolerancia del sufrimiento o la medida de confort durante la agonía, en vista de la posibilidad de volverse incapaz de decidir con autonomía. Si se puede y debe anticipar el destino de los bienes materiales, evitando imponer responsabilidades sobre los demás, me parece mucho más importante asumir la responsabilidad sobre la propia existencia cuando aún se lo puede hacer con la autonomía del adulto. No solo es cuestión de no cargar a otros con tan grande y compleja responsabilidad, que a mi ver no es transferible. Esto incluye la donación de los órganos (si es médicamente posible o aconsejable).

    Cuando se trate de menores, aunque sea necesario considerar en el discernimiento la compasión por quien no puede aún decidir con plena autonomía (hasta donde se puede razonar), me parece que sea obligatoria discernir teniendo  en cuenta los aspectos existenciales de la experiencia que el o la paciente tenga de su enfermedad (la incapacidad financiera para prolongar la vida por medios y servicios que no le sean costeables). Cf., por ejemplo, https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7389109

    c) La objeción de conciencia contra la conscripción militar: Todo ciudadano o ciudadana que legalmente pueda decidir de buena fe y hasta donde la razón se lo justifique, tiene el derecho de no matar y de negarse a matar de manera forzosa. Tiene además, aunque de manera secundaria a mi ver, el derecho de negarse a ser obligado a arriesgarse a su muerte. Hace mucho que la corrupción política arrebató a los gobiernos el derecho a iniciar la guerra, sobre todo por ambiciones territoriales o económicas, o por lo menos, el derecho a obligar o a castigar a nadie que se niegue a ser forzado a matar o a dejarse matar. Si alguna vez se pudo discutir la validez del derecho del Estado, después de la Segunda Guerra Mundial es imposible argüir válidamente en favor de la conscripción militar bajo la sombra de los múltiples genocidios que han ocurrido y siguen, como resultado de la guerra o por otros medios, con la anuencia del estado o no. Basta pensar el rol de las entidades privadas, por ejemplo, en la guerra que los EE UU efectuaron contra Irak, por mencionar un caso, aunque no constituye el estadounidense el único estado que haya privatizado su capacidad militar para beneficio selectivo de agentes comerciales, como la entidad comercial de la que fuera Jefe Financiero el propio vicepresidente Cheney antes de ocupar su cargo, que resultaron hasta autorizados por el gobierno a practicar tortura (Abu Grahib);o a matar o comerciar con armamentos subsidiariamente, incluso como en el caso de Irak en el que la agresión a esa nación árabe ocurrió sobre premisas falsas.

     

  • José María Valderas

    Llevo, Antonio, varios años, casi desde que me jubilé, hace un decenio, investigando en manipulación embrionaria, en concreto en la técnica CRISPR-Cas9. La edición genómica, y ésa es la técnica principal, consiste en cambiar la composición nucleotidica. Puede ser somática, y entonces sólo afecta al sujeto paciente, o de línea germinal y entonces determina no el futuro del sujeto, sino de todos los descendientes de éste, de generación en generación. Literalmente podemos crear un hombre a nuestro antojo. Obviamente se empieza por un gen, que es lo que hizo el biofísico chino He Jiankui en 2018.

    Todo eso empezó con el ADN recombinante a principios de los setenta, cuya enorme potencialidad instó la llamada Conferencia Internacional sobre el ADN de Asilomar, de 1975. A su imagen se han venido sucediendo distintas Conferencias Internacionales sobre edición genómica: años 2015, 2018, 2023. Todas lasa reuniones terminan con un colofón ético.

    No entiendo por qué introduces la noción de pecado y de religión en la consideración moral sobre el aborto y la eutanasia.

    No. En esas reuniones internacionales la religión no suele ni siquiera mencionarse. La consideración moral sobre la vida, en su inicio (manipulación genética, aborto) y en su término son asuntos civiles. De moral natural.

    Y por supuesto, en ambos casos son crímenes. Sin paliativos. Desde una moral natural. En la manipulación embrionaria, los embriones se abren y ensayan como si fuera con un mortero. Aquí pongo una citosina, allí una timina, más allá elimino una adenina, borro todo este segmento, agrego este otro. Donde agregar puede ser de nucleótidos de otra especie, que eso es el ADN recombinante.

    Los socialistas, comunistas y demás elementos componentes de la mayoría legislativa se apoyan en lo que llaman principio de autodeterminación. Una autodeterminación sui generis, porque como bien dices para el caso del aborto, al niño in fieri no se le reconoce autodeterminación alguna. Una filosofía canalla porque considera el hombre como un objeto, como un medio, no como un fin, que, como es sabido por los que se han interesado en el tema, era el segundo principio de la ética kantiana, siendo el primero obra de tal manera que tu acción pueda constituirse en norma general. No, socialistas, comunistas y demás –sean laicos o clérigos– van más allá. En su afán por destruir al hombre, si es preciso encumbran a los animales, que, en determinadas fases, merecen más respeto en sus mentes siniestras que los simios.

    Puse el caso del artículo de Cell sobre los dermatoglifos de niños con menos edad que los abortados legalmente. Era un suerte de desmentido a Conde Pumpido, Campos y demás que rechazaban individualidad, personalidad, al nasciturus.

    Es tal la aberración de la manipulación genética en la línea germinal, que existe un acuerdo general sobre la inmoralidad de implantar in utero el fruto de esa manipulación. Pero la ignorancia y la maldad de muchos no tiene freno. Y lo penoso es que se busquen argucias. A Patxi López se le escapó ayer una frase que te deja helado. A los reproches sobre un gobierno sometido al dictado de proetarras y separatistas, dijo: no importa con quién haces las leyes sino para qué sirven. Para la mayoría rubricó. Unas leyes que apuntan a la desmantelamiento de España, al desmantelamiento de la familia, contra la vida de los no nacidos y la aceleración de la muerte. Siempre del otro.

    Repecto a la eutanasia, el final de la vida, supongo que recordarás la película Mar adentro, sobre el caso del paralítico que contó con ayuda externa para quitarse la vida. Porque para el suicidio directo no se necesita ayuda alguna. Recuerdo un viejo amigo, tutor intelectual de Echenique, el de Podemos, que se suicidó y cuyo suicidio intentó razonar. Está por las redes. Confieso mi ineptitud porque en vez de convencerle lo único que logré su ruptura total de la amistad de años. Era profesor de filosofía en un instituto de Zaragoza y justificó las razones de por qué se quitaba de en medio.

    El problema, pues, es el suicidio asistido, la eutanasia. Dije que nadie pide medios extraordinarios para seguir viviendo ni soportar un dolor y una anulación irreversible. Pero lo que los socialistas, comunistas y ahora el Tribunal Constitucional declaran en que no hay delito en matar a otros. Lógicamente no dice la ley que se puede disparar con una pistola ni empuñar un cuchillo. Lo que sí hace es quitar todos los caveats necesarios para una posible reversión de una decisión tomada en un momento de exasperación. Y eso es un asesinato, legal, pero crimen sin paliativos. La experiencia de los países donde se ha legalizado la eutanasia, siendo más restringida que la ley social-comunista, nos indica, con estadísticas, el enorme número de pacientes que se desdijeron de una decisión tomada en un momento de debilidad, de hastío o depresión.

    Lo que se quiere es cargar sobre la conciencia de los médicos una legislación maquiavélica que no proporciona alternativas –son muy caras– ni los cuidados necesarios, no sólo los paliativos para ayudar a la gente. Es como lo que hicieron con la pandemia. Dejaron desasistidos –sin epis– al estamento sanitario y sin respiradores a los hospitales. Pero mucha gente todavía se cree la propaganda gubernamental de que hicieron lo que estuvo de su mano. Y mucho menos hablan de una eutanasia criminal ante legem: el triaje, es decir, el descarte de los mayores de ochenta años. Esa es la eutansia nuda y cruda. La eutanasia no tiene nada que ver con el testamento vital. Uno puede pedir que no se le prolongue artificialmente la vida. Pero la ley es canalla. No está para proteger un derecho, sino para aliviar un gasto no productivo.

    Vayamos con

  • ana rodrigo

    Yo creo que la vida siempre debe sustentarse en la dignidad que conlleva estar vivo, y esto depende del sistema social, político y económico del lugar donde se viva, con leyes justas que dignifiquen las relaciones sociales y laborales, así como las condiciones de vida individual, siempre pensando en l@s más vulnerables, puesto que, quienes no lo son, tienen recursos para no ser vulnerables. Pero dignidad siempre y para todas las personas desde que nacen, mientras viven y en el momento de la muerte.

    Pues ante la enfermedad terminal y la muerte, no hay distinción  entre privilegiados y no privilegiados, tod@s somos vulnerables. Cada cual puede decidir sobre esos últimos momentos y las circunstancias para mantener su dignidad hasta el último momento. Y aquí cada cual actuará según el concepto de dignidad que tenga de la vida. Sin necesidad de insultar a quienes no piensen como ellos, puesto que, si es legal, lo demás entra en cuestiones personales tan respetables unas como las otras. Conozco varios casos, uno que quería morirse pero con el lío del doctor Montes lo estuvieron haciendo sufrir días y días gritando de dolor día y noche y de deseos de morir, y otros dos muy próximos a mí, que les administraron un sedante y murieron en paz.

    Yo hace 17 años que hice mi testamento vital, en plenas facultades y con una testigo adulta que me acompañó, con todo el protocolo oficial que requería tal acto en un consultorio de la Seguridad Social. Y lo que firmé es para que se cumpla cuando yo no esté capacitada para tomar dichas decisiones. Y ello supone que ni considero que sea un suicidio, ni muchísimo menos un asesinato, sino dignificar mi vida hasta el último momento. Por lo tanto, quedan eximidos de asesinato ni nada que se le parezca a quienes me ayuden a bien morir, primero porque es legal lo que hagan y segundo porque es mi voluntad.

    Yo respeto lo que piense Valderas para sus últimos momentos, lo que no le autoriza para que insulte  y denigre tan cruelmente a quienes pensamos de manera diferente a él.

     

    • Ana, no sé a qué texto tuyo se refiere Valderas en sus “palabras”. Reviso de arriba a abajo los tuyos, y no sé si falta alguno, o está en otro hilo, o por qué escribe así de tus palabras (ni de nadie). Si son las vertidas en este hilo, entiendo que te defiendas; moralmente es un totalitario; ni acertado ni desacertado, totalitario en los argumentos éticos y en el trato con sus interlocutores.
       
      El hecho de ser un buen conocedor del sustrato científico de los debates éticos, en el espacio de la bioética, ha llevado a que en ATRIO se le dé carta de normalidad a su naturalismo epistemológico en moral y a su actitud totalitaria en el juicio; totalitario en su pretensión de verdad moral universal e inapelable; y lo que es peor, mucho peor, totalitario en el trato que dispensa a sus interlocutores; con sustantivos y adjetivos sobre las personas, su actuación y pretensión al escribir -en el diálogo-, que no le admito bajo ningún supuesto. Ética y moralmente, no lo reconozco como interlocutor válido. Así de claro, Ana. Lo de que siempre lo echan de los foros porque los demás no soportamos la Verdad, y preferimos la Censura, una “desvarío”. No quiero pensar peor. Estoy acostumbrado a esta estrategia “intelectual” en la peor teología y filosofía. Pero, ¿no verlo a nuestra edad y en uno mismo? ¡En uno mismo, Valderas, en uno mismo!
       
      Y no le tengo el más mínimo temor, porque sé que en el juicio moral de los casos y las personas, se despeña solo. Paz y bien.

      • José María Valderas

        Señor Calleja, mientras me despeño, ¿por qué miente? En un hombre es muy feo. En un cura feísimo. ¿De qué foro me ha echado? Me alegro que me llame totalitario en la defensa de no nacidos y de potenciales asesinados. Ojalá la fuera. Ya sé que para un clero que se caracterizó por mirar a otro lado mientras mataban a sus fieles, cuando no los arropaba, como el arcipreste ese al que acaban de enaltecer, defender la vida es una pesadilla. Y no tenga miedo, no he matado a una mosca. Sólo me pegaba de niño cuando me hacían bulliyng de niño –era el mamoncete del curso por haberme comido uno– y el más enclenque. Y en la mili. Sí en la mili le dí con la correa en formación a uno que me insultó, porque no me “reajuntaba” con los universitarios clasistas, sino que prefería a los gitanos. No me enviaron a “pavera”, al calabozo, porque hubo un cabo primero que dio la cara por mí. “Mi alferes si Valderas va a pavera ahora mismo lo sabe el capitán”, porque el oficial, un reenganchado era del grupo “selecto”. Todo un acto de valor el del cabo primero, pues él se quedaba en el ejército y yo esperaba que aquello pasara cuanto antes. Ese es mi ejemplo de totalitario: defender la vida de los que no pueden defenderse. Incluso contra los curas.

        e

      • ana rodrigo

        Gracias, Calleja por tu comentario. Ciertamente Valderas me llama mentirosa en dos ocasiones en su respuesta a mi comentario, que creo, era respetuoso con sus creencias. Yo no le contesté porque si, Valderas ve mentiras en mi comentario, es que el problema lo tiene él. A veces con un ego tan monumental ocurre lo mismo  que cuando decimos que el árbol no nos deja ver el bosque.

        Además veo un toque machista dado que, no sólo soy mujer, sino que casi soy la única que comento últimamente en atrio. Y el machismo me molesta más que lo que me atañe a nivel personal, porque el machismo incluye a todas las mujeres.

        Quienes comentamos en atrio somos gente sencilla, pero no tonta, y cada cual sabe perfectamente dónde está el problema. Pienso que atrio no se merece estas agresiones personales, pero eso ya no es cosa mía. Yo no mentí, relaté hechos y opiné respetuosamente desde mi criterio de que no se puede llamar criminales a quienes cumplen la ley y actúan según su conciencia. La moral personal, aunque revestida de datos científicos, no debe ser imposición para nadie, La ley sí es obligatoria para cada ciudadano y cada ciudadana.

        Un abrazo

        • José María Valderas

          Señora Rodrigo, le llamé mendaz, persona que miente, porque afirma que insulto. No insulto, ni me consta que haya insultado a nadie, en mi vida. Denuncio comportamientos criminales. Matar es un crimen. Dictar una ley asesina es un crimen. Quienes han redactado la ley del aborto a plazos han redactado una ley criminal. Y lo mismo se predica de la ejecución de esa ley criminal, es un acto criminal. Y lo mismo, a fortiori, cabe predicar del aplauso a le legislación y ejecución de esa ley. Así de llano. Y lo de machismo no entiendo por qué. Le he respondido a usted y no a algunos varones que mienten como usted atribuyéndome no sé qué cosas raras. Aunque tampoco estrictamente por ser varones, sencillamente porque me parecen juicios mente-catos, vale decir, capti mente. En el fondo hay una razón de discrepancia entre usted, y quienes opinan como usted, y un servidor. A mí me enerva la sangre derramada. Una sangre derramada que siempre tiene el mismo color, el de la impotencia. No es insultar a nadie. Es defender, como en el relato de la sacra lectura de hoy, a la casta Susana, al desvalido, al indefenso. No soy Daniel. Ni tengo su temple. No tengo más razones que una ley natural que me impele a ello.

          • Antonio Duato

            ¡Basta ya, José María! Sí que insulta. No está movido por un deseo de proteger a los nasciturus inocentes. La ley de despenalización del aborto no es una ley criminal. No provoca más abortos. Está llamando ofendiendo, llamando criminales a los legisladores, al Tribunal Constitucional y al mismo PP que no la abrogó cuando tenía mayoría. Está Usted usando el aborto como Trump, como un arma arrojadiza de impacto emotivo, con efecto político para añadir votos a la derecha que más descarta y mata como dice el para Usted ignorante y disparatado papa Francisco.

            En Atrio, que surgío y es Lugar de Encuentro y diálogo, podrá Usted defender sus ideas, como lo hacen otras personas más fieles a la tradición, al CIC y al Denzinger que Usted. Pero sin llamar mentirosos o imbéciles a los demás comentaristas. Le he permitido que lo haga incluso al papa Francisco, que está expuesto a ello por su alto poder. Pero no a autores o personas comentaristas de ATRIO que expresan sus ideas sin insultar a otros.

            Si me equivoco en esta decisión, que otros me lo hagan saber y defiendan la manera como Usted se expresa. Estoy dispuesto a cambiar mi decisión de impedirle insultar a otros si me equivoco.

            Y permíatme acabar con un latinajo que Usted entenderá muy bien:

            Quousque tandem abutere patientia nostra? 

          • ana rodrigo

            Valderas, tus palabras fueron: “¿Por qué miente, señora Rodrigo? Eso degrada a la persona. Como entenderá, sus palabra, por mendaces, me resbalan.
             No mienta, señora Rodrigo.”
            Sobre el insulto, según el diccionario, es injuriar, y calificar  de asesinos a quienes cumplen con la ley. La moral es es una cuestión personal.

            Y aquí dejo la cuestión, porque hablar contigo es como hablar con un muro de piedra, rebotan los argumentos desde su lógica a la mía, y no defendemos nada que no sea su ego.

             

  • Isidoro García

    Reconozco que no he leído nada sobre la nueva ley de la eutanasia. Pero me imagino que será normal. O sea, que se respetará el deseo personal e intransferible de cada persona. Si no fuera así, me callaría.

     

    Es un tema que me interesa mucho, y pienso mucho en ello. Porque tengo las cosas muy claras, creo que todos tenemos el derecho personal, de vivir, o no vivir, si así lo deseamos racionalmente. Pero también tengo muchas dudas, de si en llegando los momentos próximos al final, la angustia instintiva ante la muerte, nuble mi razón.

    Tengo un amigo muy amigo, ciego, con 87 años, que vive solo con su mujer, de 76, también ciega, y que hace 3 años le dio un ictus, y quedó en silla de ruedas, aunque la cabeza le funciona perfectamente como antes.

    Dispone de un botón de telealarma, siempre junto a él, pero tiene tanto pánico a tener otro incidente, que siente la necesidad perentoria, de no estar solo nunca, ni siquiera media hora. Lógicamente este pánico cerval, supone una enorme carga para su mujer, que no puede fácilmente, salir a dar una pequeña vuelta o ir a la compra, si no hay una persona junto a él.

    Y yo me hago cruces, y pienso y hasta le digo, que si no le ha pasado nunca nada en estos tres años, ¿por qué le iba a pasar en media o una hora?, y que se puede quedar escuchando música o lo que hace normalmente. Y que si le pasa, pues ¿qué le vamos a hacer?. (Yo, diabético de insulina diaria, vivo solo las 24 horas, y todavía no he pedido la alarma, aunque estoy en ello).

     

    Sé que cada persona es un mundo, pero el tema de los cuidados terminales, es un tema muy delicado, y muy sutil, que precisa de espíritus sensibles, y no de torpes justicieros, de Código y Catecismo. (Que por cierto, como Dios los juzgue a ellos, con el rasero con que juzgan a los demás, van bien aviados. Suerte tienen de que Dios no es como ellos).

     

    La eutanasia, tiene varios casos diferentes, cada uno mas complejo que el otro.

    Está el caso del que racionalmente, no desea seguir viviendo, y así lo manifiesta fehacientemente. En mi opinión habría que respetarlo y ayudarle activamente a pasar el último trago, que nos espera a todos.

    Está el caso del que en su sano juicio, manifestó lo anterior, pero en los últimos momentos, se echa para atrás, (lo que es muy humano). Habría que establecer un sistema garantista judicial, para respetar la dignidad de la persona, cuando estaba en su estado racional, comprendiendo la debilidad de la naturaleza humana.

    Está el caso de personas con graves enfermedades potencialmente mortales, con una alta edad, en la que no se puede dar el “encarnizamiento médico”, para alargarle la vida indefinidamente, para alargarle quizás un año, o lo más dos, a costa de mucho sufrimiento del paciente y de la familia.

    Y además de mucho gasto sanitario, con unos recursos públicos siempre escasos e insuficientes, y que por ello hay que administrar lúcidamente.

    Y luego está el caso del anciano de larga agonía. Yo tuve otro caso, como todo el mundo, de una tía abuela, con 90 años, sola en el mundo, y con demencia senil, que la tuvieron 2-3 años, en una cama del antiguo hospital de Segovia, que habían reservado para esos casos. Hasta que la pobrecita, se murió. No creo que sufriera, pero eso no es “vida humana”.

    Con esto no digo que debían haberla “eutanasiado” a la fuerza. Seguro que no la hicieron ningún tratamiento médico activo, porque en su caso, creo que no tenía patología especial alguna, mas que estaba sola, anciana y demente. Estos casos, son los más complejos, y no me atrevo a opinar nada.

     

    ¡Hay que procurar siempre, ayudar a mantener la dignidad de una buena muerte! Esto es como el miedo. Al enemigo que nos mata, la muerte, no hay que darle el placer de que vea en nuestros ojos el pánico a la muerte.

    Nunca el enemigo debe saber que nos hemos cagado en los pantalones. Ese es el secreto del héroe humano: por eso hay que chillar mucho, para que no se note el olor de los pantalones. Al enemigo inclemente, nunca hay que darle el gustazo de pedirle compasión.

    ¡Es nuestra última e inevitable batalla que tenemos perdida!. Por eso solo nos queda la dignidad, esa cualidad de aquello que merece respeto.

     

    Y por cierto el tan denostado “triaje” del Covid, sencillamente, fue un dilema moral, ante la escasez de recursos: NO HABÍA RESPIRADORES PARA TODOS. Y lógicamente, debía haber una persona inteligente, que decidiera que era mas útil utilizarlo, con personas con un futuro por delante, que con ancianos sin futuro, como somos casi todos los ancianos. (Eso independientemente de puntualmente se pueden haber dado casos de negligencia o incapacidad).

    ¡Qué triste que personas “cultivadas”, estén rehenes de una normativa de Catecismo escolar! ¿Es tan complicado de entender para mentes “preclaras”?. ¡Cuantos periquitos, se creen “águilas”, mientras se dedican a comer moscas!.

    • Isidoro García

      Que quede claro, que considero que la Iglesia está en su perfecto derecho de establecer una moral determinada para uso y obligación de sus miembros.

      A lo que no tiene derecho es a intentar que esa moral religiosa, se aplique a toda la socie-dad civil, si no hay consenso social.

      Y menos aún se tiene derecho a denigrar, insultar, calumniar y descalificar, con insultos de asesinos y homicidas, para arriba y para abajo, si no se opina lo mismo que la opinión moral de la Iglesia.

      La mayoría de los cristianos, comprende esto perfectamente, pero hay una minoría torquemadista, que no lo acaba de comprender. Eso es lo que no se puede tolerar.

  • George R Porta

    No he podido reírme aún por encontrarme atascado en los párrafos «uno» de cada decálogo. Ya sé que mi atascamiento es resultado de mi ignorancia y trato de aceptarlo, aunque me cuesta porque mi soberbia nubla mi mente haciéndome pensar, sentir que debo poder entender todo aquello que lea.

    Resido en los XXA, por lo que me parece comprender la novedosa abreviatura, sin mayor dificultad. Lo que no logro superar es la noción de que el único capitalismo (que se practica en tantas partes y que es tan maléfico en todas) censurable sea el de los XXA. (Que sea censurable no lo cuestiono, solo que todo capitalismo en cualquier lugar, sea el de aquí, de esta Ínsula Barataria llamada XXA, sea el único que merezca reprobación.)

    Eso que considero un error me parece tal porque en cierto modo encubre, seguramente sin mala intención por parte del autor, el capitalismo donde quiera que aparezca incluyendo el antiguo despacho del ¿cardenal? Becciu (y tantos cómplices suyos), en el de Xi, el chinito, Putin el ruso, la desaparecida E II R de los británicos, los religiosos propietarios de tanto inmueble en Roma cuyo valor de venta sea imposible de calcular, etc.

    No puedo negar que hubiese preferido que el autor condenase toda forma de capitalismo, donde quiera que exista y donde quiera que se practique. No me parece bueno mencionar a unos criminales y no a los demás.

    Desde luego, comprendo que como el autor no vive acá en los XXA solo vea este y no el de su patio, pero acá mucho pobre hace tiempo que, a pesar del poder de la propaganda doméstica que financian los ricos, viven en la contradicción de saberse explotados y, como tanta víctima del maltrato, tratan de mantenerse endrogados (al menos los hispano-parlantes) leyendo «Hola» y otros engendros similares, extranjeros o domésticos.

    Pocas veces se escucha decir que el flujo de los inmigrantes que se echan al Mediterráneo no sea resultado de la avaricia de los propios inmigrantes. Esta huida hacia el Hemisferio Norte está afectando muchos lugares, incluido el hielo de la Antártica que se está arrojando al océano a merced de las corrientes marinas. Parece que la causa de esa corriente suicida de inmigrantes y bloques de hielo, a juzgar por sus tan frecuentes resultados catastróficos, sea precisamente la desesperación infligida por el contubernio monstruoso del capitalismo de los XXA con el del resto de muchos países en los que el orden político reinante solo protege los intereses imperiales de tantas corporaciones multinacionales (esto no solo incluye las de los XXA, sino todas, las del país del chinito XI, el ruso Putin, etc.) y el cambio climático drástico.

    Con todo, deseo poder escapar del número uno de cada decálogo porque si algo hace falta en este imperio de los XXA, (al menos me hace falta) es la risa: El espectáculo a la vista en todas direcciones de este territorio XXA-ense es realmente doloroso (a pesar de la propaganda doméstica y extranjera).

    • Antonio Llaguno

      Sr. Porta,

      su comentario no habría sido objeto de una réplica por mi parte si no fuera porque una insinuación, que yo deduzco de una de sus frases (Y que sería muy feliz si me dice que mi deducción es falsa o falaz), es tan repugnante que no puedo dejar de comentarla.

      ¿Piensa usted realmente (¿O soy yo quien deduce cosas que no son?) que el flujo de emigrantes que se echan al Mediterraneo “es fruto de la avaricia de los propios emigrantes”?

      Por favor, dígame que lo entendí mal y que usted no piensa así.

      Porque es repugnante pensar que alguien que vive en el primer mundo (Y los USA, le guste a usted o no son el primer mundo del primer mundo) puede pensar sin despreciarse a si mismo que personas que se ven forzadas a afrontar un proceso tan duro, tan difícil, tan injusto y tan lamentable como la emigración a Europa en patera lo hacen por avaricia.

      Lo hacen porque su país no es del primer mundo (Ni siquiera del segundo). Su pais es pobre, paupérrimo incluso, y ellos son más los pobres de entre los pobres y por eso huyen.

      Lo hacen porque en su país reina la opresión y la injusticia y ellos son los oprimidos entre los oprimidos, y por eso huyen.

      Lo hacen prque en su país hay guerra y ellos son las victimas de entre las víctimas de la guerra, y por eso huyen.

      Y tratar de hacer gracieta haciendo descansar sobre los inmigrantes a un país la responsabilidad de verse forzados a hacer un viaje incierto, que muchas veces acaba con su vida, para tratar de malvivir en el primer o segundo mundo gracias a las migajas de los naturales de ese primer y segundo mundo (Migajas con las que viven mucho mejor que en su país) es indigno de alguien que se tenga a si mismo la consideración de persona y si encima se llama a si mismo cristiano yo le llamo a voz en griot ¡¡¡MENTIROSO!!!

      Porque abandonar, familia, costumbres, tierra, amigos, cultura, y todo aquello a lo que ellos renuncian para poder llegar a Europa, no se abandona por avaricia, se abandona por deseperación (Recuerda usted aquello tan gratificante de “Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados porque yo os aliviaré”. Está en Mt 11, 28, por si tiene usted curiosidad)

      Porque los cristianos debemos aspirar a que cuando seamos juzgados por el Padre nos diga aquello tan bonito de “Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me disteis de comer, fuy forastero y me recibisteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a mi” (Mt 25, 34-36).

      Y por favor, no use conmigo excusas de mal pagador como las de su ex presidente Trump. Que ya somos mayorcitos y sabemos lo que él defiende cuando defiende el eslogan famoso de América para los americanos.

      Le ruego de verdad, se lo pido por favor, que me saque de mi error. Que me diga que ha sido una confusion mía pensar que usted podía pensar eso. Que no lo piensa ni por asomo y que debo de aprender a leer comprensivamente mejor porque estoy haciéndome de usted una imagen injusta.

      Porque si no es así, y se que esto que le voy a decir es pasarme de la raya (Acepto de antemano cualquier recriminación que se me pueda hacer por ello), ¡¿Que coño hace usted aquí?! Este es un foro donde aparcamos personas decentes.

      Pido perdón al resto de ATRIO por ponerme tan bruto, pero si no me equivoco, creo que es hasta poco.

      • George R Porta

        Sr. Llaguno: Lamento que mi mala redacción cause confusión. También agradezco que me pregunte antes de llegar a conclusiones sobre lo que escribí.

        Debí escribir: Los inmigrantes no se lanzan al Mediterráneo por causa de sus propias ambiciones, sino para sobrevivir la persecución de que son objeto por parte de los consorcios nacionales y transnacionales que los desalojan de sus territorios muchas veces (si no siempre) ancestrales.

        En efecto, no deseo incurrir en el error de culpar a las víctimas. Gracias.

  • José María Valderas

    Lo que falta en el decálogo de Faus: no mancharé mis manos con la sangre del inocente. Si algo produce temblor es la facilidad con que la izquierda española, de la clerical a la podemita, pasando por todos los colores y  cromatismos es la afición a la sangre ajena. En el Gran Teatro del Liceo de Barcelona acaba de estrenarse una opera prima de García Tomas, una ópera, Alexina, basada en la vida de Herculine Barbin, hermafrodita de atormentada vida personal, en la que los únicos comprensivos con la hembra/varón son su madre y un personaje eclesiástico, un obispo. Por más calor que le ofrecen, no pueden evitar el suicidio de la protagonista a los 29 años. El color predominante del vestuario es el verde de la esperanza y de las ganas de vivir su propia vida. Hacia el final, unos ángeles, vestidos también de verde, rodean al desdichado. ¿Por qué nos preguntamos a la salida? La respuesta fue obvia, porque los ángeles no tienen sexo. Pero de la muerte, nadie pudo revertirlo.

    Viene esto a cuenta de la infame sentencia del Tribunal Constitucional a favor de la ley sanguinaria y criminal de la eutanasia propuesta por socialistas, podemitas y demás partícipes en la mayoría gobernante, de proetarras (de larga trayectoria en esas querencias), aniquiladores de libertades de niños y progenitores en Cataluña, etcétera.

    Pumpido, Campos y otros del mismo sector proasesinato infantil ya quisieron que el aborto a plazos, la muerte a plazos, se liquidara cuanto antes. Cuanto antes la eutanasia. Una eutanasia proactiva. La misma que se ordenó practicar con la norma del triaje en los primeros tiempos de la pandemia cuando murieron cientos de miles.

    Algo enfermo hay en la sociedad, que se ha enquistado en el genoma, cuando el asesinato se quiere envolver en el celofán de ayuda en el caso de la eutanasia, de la suspensión en el caso del aborto.

    La idea de la eutansia me ha acompañado desde los seis años. Era monago en un pueblo de la Garrotxa gerundense. Acompañé al sacerdote a dar la extramaunción a un señora muy mayor, casi centenaria. Parece que la veo gritando a la llegada del cura: “No em vull morir!”, es decir, “No me quiero morir”. Nadie es partidario de prolongar el dolor de nadie ni de los medios extraordinarios. Pero todos hemos conocido la historia –holandesa– de muchas personas que quisieron vivir pese a su testamento de últimas voluntades, pero que la maquinaria médica la había ya sentenciado y no pudieron reclamar. Siempre hay un angel azul, o un doctor Montes, o un presidente Sánchez y su gobierno presto a manejar la segur.

    Ese mandamiento no lo recoge Faus. Y es una lástima, porque la vida es otro nombre de Cristo.

    • Antonio Llaguno

      José María,

      creo haber sido ya muy claro sobre mi postura en relación al aborto y que, además, no necesito fundamentarla en razonamientos religiosos o de fe, sino que con la lógica más elemental y los descubrimientos de la ciencia en los últimos 150 años, los argumentos de la postura pro aborto, son en mi opinión, inmorales, injustos e inaceptables y que, de nuevo en mi opinión, se justifica plenamente el tratar de que la legislación española no incluya normas que favorezcan o relativicen la, para mi, maldad objetiva de algo como el aborto.

      Pero no es más que mi opinión.

      Ahora bien, la eutanasia se diferencia del aborto en un matiz etico/moral tan importante que las hace radicalmente distintas y como estoy hablando contigo y no con Pedro Sánchez o la actual ministra del ramo, de cuyo nombre prefiero no acordarme, si que te expondré en términos religiosos.

      Es el propio Dios el que nos ha hecho libres de decidir lo que queremos hacer con nuestra vida. la gran diferencia entre un aborto y una eutanasia es que el sujeto en el primero es pasivo (El nasciturus que no tiene posibilidades de establecer cuál es su voluntad) y el segundo es activo (puesto que no puede haber, ni la hay en la futura ley, eutanasia sin la aquiescencia del paciente).

      Esto es fundamental.

      ¿Quién eres tú (O yo, o Pedro Sánchez) para decidir si me quiero morir o no?

      Que sea pecado el suicidio, según nuestra moral cristiana (Cosa que también es discutible, pero no viene al caso. Puedo aceptarlo así) no implica que deba ser delito.

      Es el propio Dios quien nos ha dado libertad para elegir entre el pecado y la virtud, entre el bien y el mal, y es nuestro libre albedrío quien lo hace.

      Y no me sirve un argumento del tipo: “Entonces también eres libre de matar, o de robar, o de violar a 35 niños uno detras de otro y sin embargo es delito”. No me sirve porque no son delito por ser pecado, son delito porque producen un mal injusto a otro y es de ese mal del que se protege la sociedad, una sociedad que no tiene porqué protegerse del pecado y sí del mal injusto.

      Según nuestra moral cristiana (Que de nuevo no es el momento de discutir sobre si ese dogma moral es correcto o no. En este asunto, eso es irrelevante) follar fuera del matrimonio es pecado y ningún legislador puede legislar en contra. Pero violar a alguien que no quiere follar con uno no sólo es pecado, sino que es delito y lo es porque uno está violentando el derecho a su integridad personal a una persona que no quiere ceder ese derecho.

      Entre otras cosas porque el pecado, no es pecado porque produzca un mal a terceros. Dios no es quien para perdonar ese mal (Lee Mt 5, 23-24), sólo quien recibe ese mal tiene la “potestas” para perdonarlo y cuando uno se ha reconciliado con el hermano del mal producido y le ha compensado ese mal, en caso de ser posible, es cuando Dios puede entrar a perdonar el pecado que es la violación de la confianza que Dios ha puesto en cada uno de nosotros al hacernos libres para escoger entre el bien y el mal.

      Eso es lo que nos perdona Dios cuando perdona nuestros pecados, y no otra cosa. Por eso confesar un pecado que ha producido un daño sin reconciliarse antes con el dañado no sirve de nada, es papel mojado y la absolución es un paripé inútil.

      Si uno quiere morirse, ¿Quienes son las leyes para prohibirselo si Dios mismo le ha dado la libertad para matarse? Dios después, si es que existe, cuando juzgue al suicida, ya veremos como lo juzga. Seguro que con más misericordia que nosotros.

      Y no tiene sentido habar de incitaciones a la eutanasia o de obligación de eutanasia o de “eutanasiar” a personas que no lo desaban.

      Eso son incitación al asesinato o asesinato puro y duro y la ley así los trata. Como los delitos que son. Y si tú tienes pruebas de que hay quien realiza eso o incita a ello sin el consentimiento del sujeto “eutanasiado” que pasa entonces a ser pasivo, el lugar de denunciarlo no es este sino la comisaría más cercana que te pille de paso.

      Recuerdo en la pelicula “El Silencio de los Corderos”, el breve pasaje en que Anibal Lecter comunica a Clarice Sterling que el enajenado compañero de celda de Lecter, que tuvo la infeliz idea de salpicarla del  semen producto de su masturbación, había sido “convencido de suicidarse tragándose la lengua”. Pienso que el 99% de los espectadores, mentalmente, añadió un asesinato más a la casilla de Lecter.

      Y eso es lo que tengo que decir.

       

       

       

  • Jose Antonio

    Buenas noches al equipo de ATRIO. He puesto una respuesta en este chat y no me aparece. Me gustaría que me dijeran algo.

    • Antonio Duato

      ¿Te das cuenta por qué no se publicó inmediatamente tu comentario anterior? Tal vez el sistema con que funciona ATRIO está un poco atrasado, pero el nombre con acento en José no lo reconoció como usuario anterior pues siempre lo ponías sin acento. ¿Vale? Si alguna vez te rechazo un comentario te lo diré enseguida por correo. No seas mal pensado.

      A propósito, en un correo anterior, te decía por qué no me gustó nada el vídeo que pusiste en otro comentario sobre cómo los jesuítas ocupan hoy todos los máximos poderes económicos. Y a eso no me contestaste.

      Y también no veo qué tienen de información oculta esa decisión de expulsar a los jesuitas de los territorios españoles de América por orden de Carlos III en el s. XVII o la posterior supresión por el papa. Yo, que fui alumno de los Jesuítas de los 7 a los 25 años, de primeria hasta la Gregoriana (19 años con la Ratio Studiorum) nunca fue jesuita y respetaron mi opción. Pero también conocí toda la historia. Y supe de que la opción inicial de Ignacio no fue compartida por todo su equipo, del que formaba parte Pedro Fabro que se inclinaba más por dialogar con los protestantes que por lanazarles excomuniones y anatemas de Trento.

      Y también desde dentro comprendí el influjo de teólogos jesuitas en el Vaticano II (Rhaner, Lubac, Bea…) y lo justo que  fue el cambio dado por Arrupe a la orientación general de la compañía para que se dedicase más a los más excluidos y a su liberación en justicia y caridad, en vez de formar en hijos de papá mentes cuadriculadas por ideas fanáticas que alimentan el conservadurismo integrista.

      Este es el sentido del vídeo qu hoy publicas, que está en una asociación y sitio murciana de caracter tremendamente nacional catolico, llamadaAsociación Héroes de Cavite. Invito a conocerla y admirarse que su canal de YouTube tenga número multimilenario de suscriptores y visitas. Esta es la dirección https://heroesdecavite.es/la-asociacion/ ( ver el dossier para más información al final de la página;chrome-extension://efaidnbmnnnibpcajpcglclefindmkaj/https://heroesdecavite.es/wp-content/uploads/2019/01/Presentacion-HEROES-DE-CAVITE-ENERO-23.pdf )

      Sigue los vídeos que te apetezcan, pero te sugiero que te informes y sigas otros medios más serios, que no sean cospiranoicos como el anterior o de añoranza de las grandezas del imperio español como el actual…Si insistes en líneas alrmistas tendré que frenar ese usar ATRIO no para informar sino para hacer propganda.

      • Jose Antonio

        No hay una conspiración hay un plan de los Jesuitas y ese frenar me suena a censurar…desde este momento me puede frenar cuando quiera…pero ya han mostrado sus cartas…me puede dar de baja en esta plataforma. Hasta nunca.

  • José Antonio

    Hay un vídeo en Youtube que explica muy bien quién maneja los hilos y que intereses tienen…

    Este video revela verdades que están forcluidas en los discursos oficiales, pero que ellos mismos no ocultan…a partir del minuto 23:30 pueden oír durante unos cuantos minutos y es para tener un poco más de decencia…

     

  • Antonio Llaguno

    Pues me he reido un rato.

    Podré o no estar de acuerdo con D. Jose Ignacio pero lo que no es discutible es que lo ha escrito con buena pluma y mejor gracia.

    Una cantidad importante de las premisas que formula D. José Ignacio son discutibles, es decir, pueden ser objeto de discusión; pero como están, tanto las expuestas como las posibles réplicas, emborrachadas del licor de la ideología, no seré yo quien se ponga a discutir sobre ellas con tan eximio maestro.

    No obstante sí que hay un axioma que D. José Ignacio equivoca, en mi opinión, y que me permito poner de relevancia.

    El que pone el precio de las cosas no es el que vende sino el que compra. Puede parecer que es al contrario, pero de la misma manera que en un matrimonio quien decide pasar por la vicaría suele ser ella, aunque aparente (Ella) que es él (Machote y responsable) quien decide casarse, en cuanto a compra y venta quien decide siempre es el comprador.

    Y es el que decide quien tiene las riendas del juego.

    La teoría del precio hace mucho tiempo que descartó que el precio de las cosas es el coste de obtención de las mismas (Materia prima, fabricación, transporte, costes indirectos) más el beneficio que se desee obtener.

    El precio lo fija el mercado porque si el mercado es demasiado caro, sencillamente no se vende (Y en términos de país nos lleva a la depresión económica) y si es demasiado barato, se produce la tan temida inflación y el país acaba arruinado.

    En resumen que, como decía mi profesor de márketing comercial en el master en innovación, antigüamente los ingenieros establecían un coste, los empresarios le añadían un beneficio y se le decía al comercial: “A ver sitienes lo que hay que tener y lo vendes”; mientras que hoy sabemos que lo que ocurre es que el comercial establece el precio al que se puede vender algo, los empresarios le restan el beneficio y se le dice a los ingenieros: “A ver si tenéis lo que hay que tener para fabricarlo en ese precio… y que funcione”.

    Es simplificar mucho el concepto. Hay matices, mercados, productos y sociedades diferentes que funcionan ligeramente diferentemente; pero en general eso se acerca mucho más a la realidad.

    Porque si no es así (y los de mi edad o más mayores sabrán bien a lo que me refiero) en vez de inventos exitosos tendremos los fabulosos (e inútiles) inventos del Profesor Frantz de Copenhague del TBO.

    Con todo mi respeto al maestro.

     

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