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Síntonía con las víctimas

Hoy sigo impactado por las víctimas de los terremotos, por la tremenda tragedia de esos edificios de más de diez pisos colapsados, esas ruinas de cemento y hierros plegadas como un acordeón o las páginas de un libro. En medio enseres y cadáveres. Tal vez alguna vida como la que van sacando con vítores algún bombero acudido rápidamente de lejos. Son acntecimientos naturales tremendos que no son causados por ningún Dios desde fuera, sobre todo como castigo moral. Hace casi tres siglos que se acabó la Teodicea que se intentaba sostener en tiempos de Leibniz, encontrando razones de justicia divina para cualquier desastre natural. El terremoto de Lisbona de 1755 puso final a esas disputas.

Pero más me impresiona que el terremoto haya destruido lo poco que había dejado en la ciudad de Alepo, que se parezca tanto el desastre que queda tras las destrucciones evitables que vemos en Ucrania, que se siga preguntando donde estaba Dios en Auschwitz. Para mí en las víctimas de quien provoca la guerra, o contruye rascacielos sin las normas de seguridad antisísmica para ganar más dinero, o pone fronteras políticas a que lleguen equipos de seguriad en Siria.

Y, perdonadme, también en las personas de nuestra España que sufren o mueren porque el interés por las ganancias de la sanidad privada o el no pagar impuestos está provocando el deterioro en la sanidad pública, ates y después de la pandemia.

Por eso me uno a la voz del doctor García de Viedma que habla en este video defendiendo a sus compañeras y compañeros que luchan en Madrid por una sanidad pública y digna. Y dejo sin perfilar esta entrada, porque tengo tengo que preparar otra reunión de las que me sostienen en la esperanza y me permiten seguir pensando en el nuevo poryecto de ATRIO

7 comentarios

  • José María Valderas

    Diríase que el clamor de los niños no quiere ser apagado. Hoy es la revista Science, otra puntera en el avance del saber, la que ahonda en su investigación y explica por qué los dermatoglifos divergen incluso de un hermano gemelo a otro, gemelos idénticos. Es como acusar a los siete socialistas sin piedad, amigos de la muerte infantil, eh! que estamos aquí, que tenemos nuestro carné de identidad, que no somos agregados celulares y otras zarandajas que decían las ministras socialistas de Zapatero.¡, algo que inició ya Ernest Lluch, alevosamente asesinado por quienes ahora tienen la cogobernanza con Sánchez, en su ley sobre el aborto. Desde una edad muy temprana, escasas semanas, los niños presentan incluso caracteres morfológicos que definen su singularidad personal. Vamos, que podrían firmar con el dedo. La que les ha caído con estos amigos de la muerte.

    • Antonio Llaguno

      Yo no entiendo de dermatoglifos pero puedo asegurarle que las huellas dactilares de mi hermano gemelo y la mía son muy diferentes. Desde la niñez. (Es broma lo de los dermatoglifos).

      Lo comprobó un tío mío, con un amigo suyo policía que fué quien nos las tomó, a mi tierna edad de 3 añitos.

      Y somos gemelos univitelinos.

       

      • José María Valderas

        Con esos bárbaros que nos gobiernan, usted hubiera corrido peligro si cayera en sus manos. Tienen preparada una legislación que ellos llaman “antiespeciesista” mal copiando a Peter Singer. En román paladino, equiparan el hombre con el resto de animales, sean del clado que sean (invertebrados, vertebrados). ¿Cómo? Desnudándole de dignidad. Si un niño de tres años es menos inteligente que un gran simio en su madurez, hay que respetar al simio en detrimento del infante. Poco a poco, con la ayuda de numerosos medios de comunicación, de El País a la TV5, esas ideas van penetrando y arruinando la conciencia y el sentido común. Claro que esos bárbaros le llaman progreso.

        También se perdió usted la oportunidad de ser muestra en un ensayo científico, con lo que hubiera salido en los papeles. En la Universidad de Barcelona había un catedrático de antropología física que se había especializado en herencia de dermatoglifos. La que se perdió el doctor Pons, con un ejemplo real de gemelos univitelinos. No es mala cosa ser conejillo de indias. Por citar el que más cerca tengo, un servidor. Fui invitado a un Congreso Internacional en Estocolmo sobre polienfermedad en edad avanzada… en calidad de… paciente. Así pude ver, con gastos pagados, un día sin noche en aquellas latitudes. (Entre usted y yo, el presidente de la Conferencia era… mi hijo.)

  • José María Valderas

    Como una ironía, como una venganza de los nascituri cuyo asesinato ha sancionado Conde Pumpido y seis magistrados socialistas más, la revista de primer orden en biología “Cell” acaba de publica un estudio de investigación en el que se demuestra que los dermatoglifos forman en la semana décimotercera tras la concepción. Es decir, a lasa trece semanas los fetos poseen ya huellas dactilares. Es decir, portan los rasgos distintivos e intrasferibles de una persona. Matémosla rugen a una socialistas y periodistas sanchistas. Por encima de todo está el “derecho” sic de la mujer. O como dice una monja partidaria existe un absoluto, el derecho a matar que ella llama derecho a la autodeterminación, y otro bien absoluto, pero menos puesto que carece del derecho de autodeterminación. Cuánta bloody jaw, fauce sangrante. (Que inadvertidamente el corrector puso en la intervención anterior body yaw)

     

  • José María Valderas

    Emocionante el rescate del recién nacido, desnudito, en brazos del bombero corriendo hacia el hospital. Emocionante el sorbo, gota a gota, de la niña para mantenerse hidratada mientras le retiraban la cárcel de hormigón que la tenía aprisionada, emocionante la salvación de tantos niños en esa tragedia que se ha cobrado decenas de miles de seres inocentes. No había más culpa que el sino de un dinamismo terrestre que impulsa a las placas tectónicas al choque o la subsidencia de la litosfera de litosfera. Sin explicación racional, con cuestionamiento teológico, ¿dónde estaba Dios?, la fría lección de Tuzo Wilson en el Museo de Ciencias de Toronto, padre de la teoría, cobraba en mi mente una forma humana asesina. Placas, litosfera, manto, terremotos, fallas… eran vocablos vacíos, lejanos, hasta que la televisión te muestra el desastre.

    La mala suerte ha querido que el fenómeno geotectónico haya coincidido con otro terremoto no menos cruel en víctimas humanas, la ley del aborto a plazos ideada por mentes criminales y ahormada por mentes no menos criminales. La pulsión de muerte de la izquierda representada por el legislador socialista y constitucionalizada por siete magistrados, no menos amigos de la muerte… ajena. Decenas de miles de muertes, éstas sí, inducidas y aplaudidas por el hombre. Directamente.

    Porque la ley permite, nada menos que consagra definitivamente, dice gozoso el editorial de El Pais, el derecho al aborto. Un derecho que no existe ni una interrupción del embarazo que no es más que un recurso de la izquierda porque no se interrumpe nada, se mata y se acabó.

    ¿Por qué esa pulsión de muerte de la izquierda? Uno ha trabajado algo la biología del desarrollo, las fases iniciales de la epigenética que va dando cauce a la genética encerrada en el cigoto. Si hay algo donde no cabe duda ni discusión es que a lasa catorce semanas el feto ya está configurado, las tres capas germinales se han desplegado sin vuelta atrás, los órganos ha pasado de una fase de mera insinuación a un conformación avanzada. Es un individuo. Interrumpir su vida, trocearlo es propio de un nazi. Propio de una mente criminal.

    Uno puede admitir, a modo de debate académico, que se plantee la biología y la reflexión ética sobre el embrión antes de la implantación, eso que sesgadamente los abortistas llaman pre-embrión para así poder trabajar con ellos in vitro. Eso termina a los 14 días de la concepción, con la aparición de la línea lateral, en que ya admiten que estamos ante un embrión.

    Lo que no tiene discusión es que a las 14 semanas acabar con el feto no es acabar con un blastocisto, con una mórula. No. Es acabar contra un individuo con todas sus características definidas.

    En biología, hay una metáfora para describir un proceder de la evolución que es la de la mandíbula sangrante. Dientes chorreando sangre, para plastificar la imagen de la lucha por la existencia. En los fetos que socialistas legisladores, socialistas magistrados y socialistas periodistas, sacrifican, los que chorrean sangre no son los nascituri, son ellos. ¿Por qué? Decenas de miles cada año. Esas body jaws, que es la expresión académica, tienen rostro.

    El drama, terrible drama de Turquía y Siria, ay el Alepo de tanta sangre cristiana derramada recientemente por su fe, quiera Dios que sea sólo un año, pero el drama de tantos niños asesinados en el vientre materno no deja de crecer.

    Cuánta razón tenía Julián Marías cuando afirmaba que era el drama de nuestro tiempo. Tesis que suscribía con su paisano Miguel Delibes. Pero ni una voz de la llamada Iglesia de base contra ese asesinato en masa de inocentes. Es mucho peor, sedicentes teólogos que blindan esa mortandad infantil en sus asesorías a instituciones y personas de tal pulsión de muerte.

    • Escribe, usted, D. José María,
       
               “¿Y los que vemos en el aborto un crimen sin paliativos con el respaldo de la ciencia como he expuesto en estas mismas páginas?”
       
               Pero usted escribió aquí mismo, “Uno puede admitir, a modo de debate académico, que se plantee la biología y la reflexión ética sobre el embrión antes de la implantación, eso que sesgadamente los abortistas llaman pre-embrión para así poder trabajar con ellos in vitro. Eso termina a los 14 días de la concepción, con la aparición de la línea lateral, en que ya admiten que estamos ante un embrión. Lo que no tiene discusión es que a las 14 semanas acabar con el feto no es acabar con un blastocisto, con una mórula. No. Es acabar contra un individuo con todas sus características definidas”.
       
               Por una vez lo vi muy dispuesto a hablar de ética de la vida humana entre científicos y teólogos con algún margen de diferencia legítima “a modo de debate académico”, pero nadie debate sobre un imposible, si está claro. Me gustó, pero entonces el absoluto de la pregunta primera no es tan incondicional en su planteamiento, ¿no? Se lo quería recordar.
                  De veras que no busco enredar los temas. Saludos siempre

  • ana rodrigo

    Me he quedado impresionada con vídeo, uf!!

    Terremotos, dolor y sufrimiento, ruinas, heridos, muertos, frío, hambre, pérdidas de seres queridos, y, sin un hogar, sin una vida digna…

    Conmoción, compasión y solidaridad. Además de impotencia, de un sin sentido, de horrores, sin explicación. Sí, la Naturaleza, pero…, ¡qué cruel es la Naturaleza! Contingencia total.

    Ahora nos toca a los seres humanos saldar esta catástrofe con generosidad y solidaridad. No sé qué decir, estoy bloqueada ante tanto horror.

    ¿De dónde salen tantos miles de millones para las armas? ¿Por qué no se pone límites, sí, límites, -llamadme comunista, me da igual-, a tantísimas y grandísimas fortunas? Olor a injusticias, a explotación, a ambición sin límites, a consumo avergonzante para cualquier ser humano,  sí, yo me avergüenzo de las inmensas fortunas, de los inconmensurables sueldos de determinados futbolistas, de las grandes e insaciables empresas, mientras la inmensa mayoría de los seres humanos pasan necesidades de alimentación, sanidad, vivienda, educación, vivienda digna, etc. etc.

    Ahora mismo me siento derrotada…

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