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Reflexión sobre los los difuntos y la vida eterna

Gracias, Gonzalo. Cuando sea mayor quiero pensar y escribir como tú, con esa lucidez y sencillez. AD

            La conmemoración de los difuntos conlleva (¡y más a esta edad!) el interrogante ¿será el final definitivo? Y como cristiano ¿creo en la resurrección? Veremos

Presupuestos

Resurrección no significa revivificación del cuerpo, como se cuenta de Lázaro o del hijo de la viuda de Naim. Resurrección significa que tenemos vida más allá de la muerte.

  • La vida eterna nos resulta incomprensible e inimaginable porque no podemos pensar sin los a priori del tiempo y del espacio.
  • La física cuántica está superando el determinismo de la física tradicional, y las leyes del espacio-tiempo.
  • Racionalmente podemos declararnos agnósticos respecto a otra realidad, a otro modo de vida, porque no podemos demostrar su existencia ni su inexistencia.

La existencia de otra vida es una creencia razonable

  • La inteligencia sentiente encuentra razonable y adecuada la existencia de otra vida, de otro modo de realidad, que ahora no podemos percibir con claridad. La hormiga no puede percibir valores abstractos, pero eso no significa que esos valores no existan.
  • La trascendencia es una experiencia antropológica presente en todas las culturas.
  • La objetividad de los valores morales exige una justificación, un imperativo categórico, para no quedar en mero subjetivismo o en un acuerdo social, al que sólo podría obligarme la imposición por la fuerza. Pienso en un gran propietario que puede comprar la aceptación o el disimulo de políticos, jueces y policías.
  • Nuestra experiencia ética se rebela contra la injusticia, que cada día nos muestran los informativos (niños, pequeñas tribus o grupos humanos, emigrantes… que mueren por hambre, enfermedades, venganzas, guerras, ambiciones ajenas).
  • Nuestra conciencia nos pide otra vida para reparar la muerte cruenta de los que sufren injustamente, o de quienes dan su vida por proteger a otros, o por defender valores como la justicia, la dignidad humana, la libertad, las creencias de su pueblo…
  • Algunas experiencias perimortem bien documentadas y en  diversos países parecen atestiguar que existe “Consciencia más allá de la vida” (Pim Van Lommel).
  • Los místicos de las diversas épocas y religiones (incluso un ateo como Compte-Sponville) coinciden en la experiencia de una suspensión del tiempo, una“iluminación”, una sensación de plenitud y gozo que,  sin palabras, les permite comprender el misterio de la vida.
  • Para un cristiano, el mejor testimonio es que Jesús de Nazaret creyó en la resurrección, en la persistencia de una vida distinta: “Porque cuando resuciten de entre los muertos, ni se casarán ni serán dados en matrimonio, sino que serán como los ángeles en los cielos”; y  “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”.
  • El cristianismo se basa en la experiencia pascual, en la resurrección de Jesús, que a unos discípulos escondidos por miedo los transformó en difusores del mensaje de Jesús entre judíos y paganos: “Si Cristo no ha resucitado… vana es nuestra fe”.

 

Conclusión 

Aunque me siento incapaz de imaginar cómo puede existir una vida distinta y definitiva, y a veces dudo de ello, serenamente considero más razonable creer en su existencia; más aún, creo que la experiencia religiosa o ética,  que ya tenemos, que esos encuentros de amor y de generosidad,  ya son una primicia de esa vida definitiva.

Por eso asumo la Oración de Teilhard en su vejez: “Energía de mi Señor, fuerza irresistible y viviente, puesto que de nosotros dos Tú eres el más fuerte, a ti compete el don de quemarme en la unión que ha de fundirnos juntos. Dame todavía algo más precioso que la gracia por la que todos los fieles te ruegan. No basta que muera comulgando. Enséñame a comulgar muriendo”.

11 comentarios

  • Santiago

    Sin duda, como dice Gonzalo, es razonable y por tanto netamente posible la esperanza de la vida futura post-mortem. Es mucho más probable -para nuestra humanidad racional y espiritual- que no desaparezcamos en la nada, de donde vinimos.Existe pues esta real y fuerte resistencia a desaparecer en la aniquilación total del ser..

    Por supuesto, nuestra vida “eterna” está basada en la Resurrección de Cristo. El fue quien reveló este misterio y El mismo lo confirmó con su propia Resurrección ya que solamente el Dios eterno encarnado pudo derrotar la muerte y resucitar en Su eternidad misma.

    Por eso, la base cristiana de nuestra fe es este importante hecho que es histórico para la Iglesia pero que abre una dimensión en la historia misma y la trasciende totalmente. Se trata de una nueva dimensión de la existencia humana.

    Es por eso que en la unanimidad de los testigos de las apariciones de Cristo resucitado existe “otra realidad” que fue otorgada solamente a ellos el núcleo principal de la Iglesia de Cristo. Ya no era el Cristo visto con los simples ojos humanos sino el que estaba ya glorificado en el espíritu donde las leyes de la física habían desaparecido pero que era el mismo Jesús con el que habían convivido hasta Su muerte en la Cruz.

    Es aquí donde empieza la historia de la salvación en la fe de Cristo y Su Iglesia. Y nuestra fe ya no es “vana”..

    saludos cordiales

    Santiago Hernández

  • Juan A. Vinagre

    Al hilo del artículo de Gonzalo y de los comentarios, sobre todo de Ana y de A. Llaguno (Antonio, son de agradecer tus confidencias muy personales y esa cita-poema de Serrat), uno esta reflexión:

    -La muerte……    Estoy convencido de que tras la muerte se producirá una ASUNCIÓN de nuestro yo consciente, totalmente espiritualizado (“pneumatizado”),  que -liberado de la materia-, emigrará hacia un Mundo nuevo, otra dimensión llena de madurez, libre de determinismos y condicionamientos, sin el lastre de la materia, del tiempo y de la historia. Mundo nuevo en otra dimensión en el que solo el amor será nuestra librea… Mejor, más que librea, será nuestra esencia.  (Al decir esto, creo que no estoy levitando… Muchos con su razón racional y sentiente lo intuyen, al menos. No son ilusos, simplemente creen ver más…)

    -Pienso, pues, que esta ASUNCIÓN (que superará los límites de la materia y del tiempo) se puede mantener como algo razonable. La muerte da lugar a un salto cualitativo que culminará en una vida -sin el soporte de materia-, dentro de un Reino, cuya única bandera será el amor.  Ese Yo autoconsciente e inteligente,  que se  autoafirma, se comunicará en el nuevo Reino mediante el lenguaje del amor. (Esta hipótesis racional para mí es muy razonable, más que un mero supuesto especulativo.  Me parece que se intuye (o al menos que no disuena) -con todos los respetos- dentro del nuevo modelo-diseño de la física cuántica, que parece superar los determinismos y el tiempo. (Aunque también entiendo las dificultades y problemas que, en muchos casos, puede plantear esta hipótesis de la asunción….) La existencia de Dios, racionalmente, para muchos es una apuesta razonable, aunque -por lógica ante lo Trascendente-,  no sea demostrable por la sola razón.

    -También mando un cordial saludo a Mª Pilar, y a Iñaqui y a Honorio, tan silenciosos, algo apartados del mundanal ruido…

  • ana rodrigo

    Alguien dijo que si no existiese la muerte no existirían las religiones. Ayer decía yo que el ser humano tiene necesidad de que exista un dios que le dé sentido a su vida, hoy añado que también necesita de la inmortalidad post mortem, porque, como la muerte es algo seguro en nuestra vida, nos resistimos a desaparecer.

    Pero como ni nadie ha visto a Dios, ni nadie ha vuelto a este mundo a decirnos nada de lo que hay después de la muerte, todo lo demás se queda a título individual en lo que desea y en lo que cree.

    En el cristianismo tenemos la resurrección de Jesús, pero como no fue un hecho histórico, a pesar de los maravillosos y casi “realistas” relatos evangélicos (al igual que la ascensión o la asunción de María), pues es la fe la que sustenta esa esperanza de seguir “vivos” después de la muerte. Todo muy respetable, tanto quienes esperan como quien cree que la muerte es el fin.

    A mí personalmente, sobre mi muerte, me duelen más mis hijas y el resto de mi familia, que son quienes sufrirán cuando se pierde un ser querido. Y mis seres queridos, ya fallecidos, siguen viviendo en mi corazón mientras yo viva.

  • Javiierpelaez

    Antonio Llaguno bonita reflexión.Ahora eso de la “ladera de un monte”….A mí se me ocurrió decirle a mis hermanos que me tiraran las cenizas por un monte concreto y ya me dí cuenta que depende de los achaques del momento,ja,ja,ja Es que estábamos en el cementerio en la tumba de mi madre…

  • Antonio Llaguno

    La muerte…

    La única certeza sobre la muerte es que a todos nos tocará pasar “por ahí ” (sorry for the topic).

    Lo cierto es que hoy en día se prescinde de ella. Nadie habla de la propia muerte. Sí, de la de los demás la tenemos presente porque no podríamos prender la tele o leer las noticias sin darnos cuenta de que a nuestro alrededor hay muerte por todos los lados; pero la nuestra la apartamos.

    Sin embargo a todos pasará. Yo prefiero pensarla al modo de Joan Manuel Serrat.

    “Si un día, para mi mal,

    viene a buscarme la parca,

    empujad al mar mi barca

    con un levante otoñal

    y dejad que el temporal

    desguace sus alas blancas.

    Y a mi enterradme sin duelo

    entre la playa y el cielo

    En la ladera de un monte,

    más alto que el horizonte.

    Quiero tener buena vista.

    Mi cuerpo será camino,

    le daré verde a los pinos

    y amarillo a la genista”

    No puedo hacer un análisis intelectual de lo que siento será mi propia muerte. Lo único que puedo hacer, como buen niño de D. Bosco es plantearme si en el hipotético caso de que tenga que sentarme frente al Dios en el que creo (Padre amoroso y misericordioso), seré capaz como el “Hijo Prodigo” de pronunciar ese “Padre he pecado contra el cielo y contra ti, no merezco ser llamado hijo tuyo…”

    Porque sé (No lo creo, lo sé. No me preguntéis por qué o cómo lo sé; pero siento el lo más profundo de mi ser que lo sé), que si soy capaz de decirle eso “de corazón”, Él me va a responder algo como: “Anda, déjate de gilipolleces y pasa a celebrar con todos nosotros”

    Y tengo la esperanza de que a la salida de ese “juicio”, me encuentre con mi padre y con mi madre y con todos aquellos que perdí y a los que echo de menos y nos correremos una juerga del 15.

    Y creo que también estarán mi mujer (y si no está es porque me toca a mi hacerle la recepción) y Max y Queztalli (mis perretes) que lo más normal es que me precedan.

    Porque no tengo ni puñetera idea de porqué, pero estoy seguro de que el amor es lo que llamamos los ingenieros un filtro “Pasa / No pasa” y sólo deja pasar  aquellos momentos en los que amamos de verdad a quienes teníamos cerca, sin esperar nada, sin contraprestaciones, sin motivos, sin razonamientos, sólo amor desprendido y puramente irracional. Como el de mis perretes.

    Porque aquellos que me regalaron el suyo, no morirán. Al menos mientras yo viva (Nunca olvidaré, mientras viva, el día que mi mujer, entonces mi novia, me dijo que se venía a vivir a España conmigo, dejándolo todo y sin pedir nada. Como el mejor regalo posible).

    En este sentido, merece la pena traer a colación la fiesta del Día de Muertos que se celebra en México y que recientemente ha sido popularizada en todo el mundo gracias a la película “Coco”.

    Es hermoso pensar que mientras no los olvidemos, nuestros seres amados siguen vivos allá donde estén.

    Y lo que es hermoso, si no es cierto, por lo menos es agradable de escuchar. Eso ya es mucho mejor que la mayoría de las cosas que nos pasan.

    Perdón por mis elucubraciones. Mi sobrina diría que me puse “ñoño”.

    Y llevaría razón.

     

     

  • Javiierpelaez

    Nuestra conciencia nos pide otra vida para reparar la muerte cruenta de los que sufren injustamente, o de quienes dan su vida por proteger a otros, o por defender valores como la justicia, la dignidad humana, la libertad, las creencias de su pueblo…

    Yo lo he pensado varias veces esto…Al punto que a mí me bastaría contemplar el espectáculo de que el lobo y el cordero pacerán juntos(Isaías) y luego extinguirse…Tb esta idea fatalista sobre la humanidad puede hacer que no luches…Tb volver a personas(mis padres)  para hablar de las cosas que aprendí con la edad y que ellos me decían…Tb para hablar de las que no me decían y que otras que les han sobrevivido me han transmitido que les  escucharon en vida…Cosas no muy bonitas por cierto…Me han mandado unos recaditos postmortem ….Claro esas cosas te las tienen que decir con cierta edad…o yo que sé o mejor los vivos que se callen de lo que oyeron a los muertos en vida y en privado….Tampoco me voy a dedicar aquí al exhibicionismo emocional…Pero si tb hay la necesidad de aclarar determinadas cosas con las personas que quieres….Muchas necesidades vitales nos inclinan a esperar la resurrección…Me voy que ya tengo suficientes emociones por hoy y ya me he pasado de expresarlas en semipúblico,jajaja

  • carmen

    Muy interesante.

    Por lo visto ya se acepta que la resurrección no es la vivificación del cuerpo, me he acordado de la frase un paso pequeño, pero…  Porque esto ya se decía hace tiempo por algunos teólogos, y otras cosas también, pero a los que se les metía en el cajón de teølogos no ortodoxos. En fin. Ya saben cómo pienso y no me apetece nada volver a meterme en líos. De hecho no quiero intervenir, pero es que a veces no resisto el no decir alguna cosa.

    La verdad, como soy tan rarita, la eternidad me horroriza. Todo lo profundamente desconocido me da terror. Así que no sé si me gustaría pensar que hay otra vida, prefiero pensar que las distintas vidas están en esta, como dice el poema y que otros mundos donde la sociedad sea más justa, también están aquí. Pero…cada persona tiene sus anhelos.

    Prefiero pensar que mi espíritu estará por aquí y por allá vagando y tratando de ser una especie de guardián entre el centeno para mis hijos, mis nietos… hasta que ya no sea necesario.

    Que me gustaría volver a ver a personas que ya han muerto? Sin duda. Lo he dicho otras veces, pero como no me hacen caso lo vuelvo a decir. Hay un relato en el libro crónicas marcianas de Ray Bradbury, se llama la segunda expedición. O la tercera. No recuerdo bien. Merece la pena leerlo.

    Y es que para siempre es mucho tiempo. Por eso el concepto de eternidad me asusta.

    Pero…las respuestas, al final.

    Y que cada cual intente creer en aquello que le dé paz.

    Buen día.

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