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El Paráclito y el universo complejo evolutivo. 3ª parte (2/2)

Anteriores partes y publicaciones con el mismo título.

3ª parte – Bilingüismo mundial – Vivencia personal

2.– Cambio cultural evolutivo

El cambio climático y la extensión de los incendios por toda la Tierra, son dos de los factores que están pidiendo un salto evolutivo, un cambio cultural profundo que supere el individualismo insolidario.

En la naturaleza compleja de la existencia, formada por los individuos y sus entornos, el elemento que los relaciona y vincula desempeña una función fundamental. El entrelazamiento cuántico está en el inicio del proceso y el hecho de que ahora se presente con tantas muestras renovadoras puede interpretarse como señal del cierre del proceso planetario, de la conversión de la Tierra  en una individualidad que tiene como entorno, no el ámbito cósmico, sino el Sistema Solar.

Interesa conocer con el máximo detalle los conectores que han vinculado individuos y entornos en los sucesivos ámbitos, como el electrón en el atómico, el hidrógeno en el molecular, el agua en el biológico, la sangre en el pluricelular, los signos en el social, el habla en el cultural. La escritura convierte el habla en signos, al igual que el dibujo, la pintura y la música. El habla pertenece al individuo, los signos al entorno.

Al tratar de las lenguas vernáculas hemos visto los diversos intentos de convertir en individuo una determinada comunidad lingüística. La complejidad del proceso reside en el encuentro entre la singularidad del habla individual y la incidencia comunitaria del entorno concreto que se comparte, tal como se puede comprobar en la génesis de las diferentes razas. Ahora se trata de convertir en individuo al conjunto humano, y para ello se invierte el proceso, La escritura no deviene del habla comunitaria, sino de las reglas establecidas por alguien a partir del estudio de las que pueden ser más sencillas y comunes. Aunque es fundamental que esas reglas sean las más adecuadas, no hay que esperar unanimidad. Siempre habrá propuestas de cambio y ofertas de nuevas reglas, como ha venido sucediendo.

Pero el cambio que se precisa no es ideológico ni racional, sino emocional. Impulsado por el deseo de convivir solidariamente y en paz. El Esperanto no pretende ser mejor que otras lenguas construidas, pero ha demostrado a lo largo de más de cien años que la humanidad entera puede entenderse, como yo he entendido, finalmente, al austriaco Cool. En cualquier caso, el esfuerzo no va a ser igual para todos, sino mayor para aquellos cuya lengua vernácula tenga una tipografía más alejada de la latina, así como una estructura gramatical muy diferenciada o compleja.

El criollo generado a partir del Esperanto, significa que se basa en una gramática especialmente creada para el encuentro armónico de todos los pueblos, y esto lo diferencia de forma radical y sustancial de todos los criollos existentes que han tenido que basarse en un pidgin de la lengua colonial de quienes les tienen sometidos, y que, como toda lengua, lleva consigo el espíritu esclavista de sus detentadores, mientras que el Esperanto lleva el espíritu de la igualdad solidaria.

Conviene aclarar que el acceso de estos pueblos al bilingüismo no requiere de la escritura, pues la unidad es cuestión de resonancias, de síntesis de armonía sonora en la que todos participan hablando y escuchando, desde los más humildes a los más poderosos. El Criollo Escrito Mundial descansa en leyes escritas para que la gramática común permanezca invariable en su concreción, pero no es preciso que todos las estudien, como no estudian las referidas a su lengua vernácula, los niños de dos a cuatro años.

Quizá la mayor prueba de que estamos generando un nuevo individuo, es que los nuevos lenguajes que sostienen su desarrollo ya no son gestionados por individuos humanos, sino por los sistemas creados.

Si estas escribiendo en un ordenador y ves corregida una palabra que has escrito, no busques quien ha hecho la corrección, pues ha sido el mismo programa que estas utilizando. Cierto que ese programa ha sido confeccionado por individuos humanos, pero una vez lo han integrado en el sistema comunicativo, ya no les pertenece.

La clásica hemeroteca constituida por libros y revistas, está siendo sustituida por Internet y las Wikipedias cuyo contenido varía notablemente según el idioma, como muestran los datos que ofrece la misma wikipedia, sobre los 329 idiomas que han desarrollado su propia versión, y de los que ofrecemos a continuación un extracto de 7 de ellos, cuyas diferencias son notablemente significativas.

Idioma p.decont páginas ediciones admins usuarios u.activos ficheros prof.
001 inglés 6.550.346 56.514.858 1.105.258.128 1032 44.155.799 117.820 893.399 1137
002 cebuano 6.125.772 11.232.293 34.884.104 6 94.198 173 0 2
003 alemán 2.724.161 7.520.596 224.611.000 188 3.991.649 16.985 128.424 92
020 catalán 710.101 1.769.894 30.580.886 188 428.005 977 15.641 38
020 esperanto 324.250 723.736 7.701.898 16 200.371 312 11.330 16
020 extremeño 3.385 7.578/td> 116.221/td> 1 16.122 12 0 26
020 karuri 0 162 14.641 1 5.464 0 0 0

El cebuano es un idioma regional de Filipinas que tiene escritura con alfabeto latino, es hablado por 21 millones de individuos y rivaliza con el tagalo, que lo hablan 23 millones y es la base del idioma nacional filipino. El kanuri es una lengua sahariana hablada por 4 millones de personas en Nigeria, Niger, Chad y Camerún. Está asociada con los imperios de Kanem y Bornu que dominaron el lago Chad y ha sido utilizada como lengua franca.

El Criollo Escrito Mundial no compite con estas lenguas que son generadas por las comunidades humanas y son las que han situado a la humanidad en un ámbito superior al ámbito animal y vegetal. Lo que hace es que se puedan comunicar entre ellas y que se incorporen a esa comunicación las más pequeñas, incluso aquellas que no tienen escritura puesto que el Criollo Escrito Mundial puede dar voz a la escritura, así como aplicar al diálogo resultante el lenguaje algorítmico con una aplicación de Inteligencia Comunal (a la que se suele llamar Artificial) con el fin de realizar síntesis, extraer conclusiones, descubrir contradicciones y situaciones de clara desigualdad que exijan compromisos correctivos claramente definidos y exigibles.

Esto pondría en evidencia los discursos vacíos y plagados de mentiras y, sobre todo, los acuerdos mundiales incumplidos. Así la Asamblea de la ONU en la cumbre de 2010, acordó los llamados Ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio, destinados especialmente a reducir la pobreza, para posteriormente ser complementados con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS, que tenía como primer objetivo poner fin a la pobreza y desarrollar después la Agenda 2030, para fijar las medidas necesarias para que en ese año se hubieran cumplido. Pero en 2022 se informa que ha empeorado la situación de pobreza del mundo, poniendo como causa el conflicto de Ucrania.

En cualquier caso, no va a ser el lenguaje algorítmico, ni la Inteligencia Comunal, ni las redes cuánticas, los que logren que se cumplan esos compromisos, sino la transformación de los sentimientos que debe producir, por una parte, la clara evidencia de que si no cambiamos nos precipitamos hacia una hecatombe global e irreversible, y por otra, el nuevo sentido de solidaridad resultante del esfuerzo por aprender y utilizar una lengua que a todos nos iguala y une.

El cambio tiene que producirse en todos y cada uno de los individuos humanos, pero hay individuos y colectivos que por las circunstancias de su existencia, deberían ser más propensos a efectuarlo. Tal es el caso de la Unión Europea.

 

3.– El caso de la Unión Europea

Son muchos los líderes y colectivos del mundo entero que han estado pendientes desde los primeros momentos del proyecto de unidad europea, de su efectivo desarrollo, para ver de seguir sus pasos en sus propios territorios. Que unos países que durante siglos han mantenido entre si una continuidad de guerras cada vez más destructivas, decidan unirse para formar un Estado plurinacional, era una actitud que debería ser imitada por todos aquellos que permanecían enfrentados.

Fue en 1951 cuando seis Estados (Alemania, Francia, Italia, Bélgica, Luxemburgo y Países Bajos) crearon la Comunidad Europea del Carbón y el Acero y que después de varios cambios de funciones y competencias, en 1974, se decidió en constituirse como Unión Europea. En un principio se adoptaron tres idiomas oficiales: el francés, el alemán y el italiano, lo que exigió una ingente labor de traducción para que toda la documentación estuviera disponible en los tres idiomas.

El gobierno británico diciente, desde el principio, de la orientación comunitaria y crea, junto con otros países, una Asociación Europea de Libre Comercio. Pero en agosto de 1961 solicita el ingreso en la Comunidad. Le siguen Dinamarca, Noruega e Irlanda, pero de Gaulle se opone radicalmente al ingreso británico, pues conoce su supremacismo, narcisista y excluyente. Volvieron a solicitarlo en 1967 y de nuevo lo rechazaron. De Gaulle abandonó el poder en 1969 y murió en 1970, y en 1972 se firmó al Tratado de Adhesión de Reino Unido, Irlanda y Dinamarca. La ampliación continuó de forma desigual y progresiva. En 1981 Grecia se convirtió en el décimo miembro, en 1986 Portugal y España completaron la docena y en 1995 se pasó a 15 con Austria, Finlandia y Suecia.

Al aumentar el número de miembros aumentó también el número de lenguas, pero ya no pudo ser como al principio, que todas tenían la misma condición, sino que hubo que distinguir entre lenguas oficiales que son 24 y lenguas de trabajo, que en algunos pocos casos pueden llegar a 5 (inglés, francés, alemán, italiano y español) que se van reduciendo hasta quedar solo el inglés, como lengua omnipresente.

Tener el inglés como lengua efectivamente común de toda la Unión Europea es la decisión más adecuada para que la Unión Europea no desarrolle una identidad común y solidaria y para que permanezca vinculada a los intereses y maniobras de los Estados Unidos e Inglaterra, por lo que difícilmente se podía adoptar una decisión más aberrante, si tenemos en cuenta que toda lengua lleva consigo un tradicional sentido de la vida.

Uno de los “logros” de la lengua inglesa es el haber extendido por todo el mundo la “leyenda negra de la colonización española”, basada en el hecho de que España fue la primera que pudo decir que en sus dominios nunca se ponía el Sol. Pero el espíritu y la valoración moral de un determinado colonialismo no se miden por el momento en que se produce, sino por el respeto que se tiene al pueblo colonizado, y sobre este punto bastará con los siguientes datos: % población mestiza/indígena en países americanos: Honduras 96, Ecuador 92, Bolivia 88, México 85, Perú 85, Nicaragua 83, Guatemala, 82, Colombia 63, Venezuela 57, Canadá 5, Estados Unidos 1.

Es pues fundamental que Europa disponga de una lengua que lleve en sí el sentido de la unión y la igualdad, como es el Criollo Escrito Mundial puesto que ha sido creado para apoyar ese sentido y generar un sentimiento de solidaridad en toda la población europea, respetando la singularidad de sus componentes.

A partir de ese sentimiento hay que aplicar los lenguajes de la individualidad superior (el lenguaje algorítmico y las redes cuánticas), incluyendo los datos disponibles de los otros conjuntos regionales aunque en ellos prevalezcan las injustas desigualdades, pues ellos forman parte de la individualidad superior, sea cual sea su estado de salud y enfermedad, pues es precisamente, lo que hay que intentar mejorar, ya que las mayores desigualdades se producen entre conjuntos regionales, como demuestran que si toda la humanidad consumiera los productos renovables que consume Estados Unidos, haría falta la producción de cinco planetas como la Tierra, por lo que gran parte de la humanidad se queda sin poder acceder a esos recursos.

Una posibilidad de avanzar de forma efectiva en la unión global de Europa, sería incorporar culturalmente a la Unión Europea la Rusia Europea delimitada por los Urales y el Cáucaso, mediante el uso común del Criollo Escrito Mundial. A favor de esta unión se pueden citar los siguientes factores:

–   El europeísmo de San Petersburgo es incuestionable. Hay que recordar los tiempos en que la diplomacia rusa descansaba plenamente en el francés y que los contactos entre la corte zarista y la de Berlín y París, eran estrechos y plurales.

– Ha sido entre los mismos rusos donde se han producido las mayores polémicas de si debían considerarse europeos o euroasiáticos.

– Las diferencias políticas que separaban a la Alemania nazi de la Inglaterra liberal, eran muy superiores a las que separan ahora la Rusia de Putin del espíritu europeo, por lo que tiene que existir un punto de encuentro si hay voluntad en ello.

– El espíritu del Esperanto está muy ligado al espíritu ruso, y a todos los cambios experimentados a partir de la revolución soviética. La vida de Drezen, tal como se narra en  Vikipedio, muestra las diferentes fases. Nace en 1892 en Liepäja, Lituania, que entonces forma parte del imperio zarista. Estudia en el Instituto Politécnico de San Petersburgo. Se hace esperantista en 1910, a los 18 años, e inicia una intensa actividad a favor de la Lengua. En 1921es elegido secretario general de la Unión Esperantista de la República Soviética, desempeñando ese cargo con gran firmeza. En 1937 es detenido, acusado de espionaje a favor de los enemigos de los soviéticos, condenado a muerte y ejecutado a los 44 años. En 1957 es rehabilitado con todos los honores al demostrarse la falsedad de las acusaciones.

– La ejecución de Drezen y de otros importantes esperantistas se debió a la nueva política de  Stalin de apoyarse en el nacionalismo ruso y utilizare el idioma ruso como elemento de cohesión social, considerando los  contactos internacionales del movimiento esperantista como fuente de cosmopolitismo y espionaje.

– A partir de 1985 en que es nombrado como máximo dirigente del Partido Comunista Soviético, Gorbachov desarrolla su política de perestroika y de glasnost y ordena que los principales discursos y documentos que la explican, sean traducidos al Esperanto y distribuidos mundialmente.

Es necesario plantearse, como enseñanza de futuro, si el conflicto de Ucrania no se habría producido si la OTAN se hubiera disuelto al mismo tiempo que el Pacto de Varsovia, y al espíritu de Gorbachov se hubiera unido una nueva estructuración de los Estados plurinacionales, mediante la sabia armonización de las lenguas vernáculas y el Criollo Escrito Mundial, pues la plurinacionalidad de Rusia en la parte asiática parece manifestarse de forma muy diferente  a la de la parte europea por lo que debe de precisar de distintos tratamientos.

            Aunque lo esencial es desarrollar los sentimientos solidarios, que nos permitan comprobar que todos nos necesitamos mutuamente en una Tierra cada vez más interactiva y empobrecida.

 

12 comentarios

  • oscar varela

     
    LENGUAJE: Una riqueza inagotable

    El lenguaje, don que no se puede perder, nos singulari­za como individuos; como dice Lacan, el sujeto se constituye a través de la trama del lenguaje y gracias a éste. La identidad es una construcción interminable, del mismo modo que el lenguaje es una operación intermi­nable y está continuamente en perpetua renovación. Bien propio e inalienable, el lenguaje es también un referente necesario para plasmar y sostener, no sólo la individualidad propia, sino la del grupo.
     
    Contrariamente a los bienes de consumo, el len­guaje jamás se agota, recreándose continuamente; por lo tanto, compite con ventaja con cualquier producto manufacturado. Es también un bien solidario: lo com­parte toda una comunidad, por un espontáneo sistema de trueque. Y por fin, es un bien absolutamente gratui­to, ya sea en su apropiación como en su circulación. En otras palabras, es un bien totalmente subversivo, por­que siendo como es, el bien más importante para los seres humanos -ya que es el don propio de la especie, el que nos diferencia de otros animales- su naturaleza se opone a la de todos los otros bienes de consumo, que en lugar de ser gratuitos, solidarios e inagotables son, sin excepción, agotables, costosos y no compartidos.
     
    En este sentido, el lenguaje es un amenazante peli­gro para la civilización mercantilista, por su estructura única e indestructible, que ningún mercado puede poner en jaque. Por eso, para los sectores del poder es perentorio, dada la resistencia del lenguaje, volverlo in­visible e inaudible, cortarnos de esa fuente inconsciente y solidaria de placer que brilla en el habla popular, en los chistes que brotan como salpicaduras en las conver­saciones entre amigos, en las nuevas canciones hermo­sas, en las creaciones auténticas que surgen todos los días en el patio de un colegio, en la mesa familiar, en la charla de un grupo de adolescentes.

  • oscar varela

    Eurídice: la no escuchada
     
    1- Orfeo es el mito trágico que pone en escena, el abismo entre los no-escuchantes y los ha­blantes.
    – Orfeo desciende a los infiernos a salvar a Eurídice;
    – la condición de su rescate establece que, hasta la salida del Hades, Orfeo, que precede a Eurídice, no dará vuelta la cabeza para mirarla.
    – Pero Orfeo no puede resistir la tentación y pierde definitivamente a Eurídice.
     
    2- En la versión brasileña, Eurídice dice: -“Si pudieras escucharme en vez de verme”.
    – El regreso al infierno se cier­ne como amenaza para la pareja ante la imposibilidad de que el varón escuche a la mujer, que es para él, ante todo, presencia visible, física o sexual, antes que palabra portadora de sentido.
    – Orfeo, mitad dios y mitad hom­bre, es el creador de la música, el supremamente escuchable, nunca el escuchante. La condición impuesta a Orfeo, en realidad, consiste en superar esta situación de ensordecimiento, y así responder al deseo más profun­do de Eurídice: el ser oída.
    – Una Eurídice invisible, que sólo puede ser escuchada, representa para Orfeo el in­fierno, porque trastorna todos sus poderes.
     
    3- En la versión griega del mito, las Ménades, que re­presentan las furias femeninas, descuartizan a Orfeo, el músico que carecía de espacio y tiempo para escuchar a otros, y que por no escuchar tampoco a Eurídice perdió la visión de ella, quedando así parcialmente ciego.
    – Las Ménades descuartizan a Orfeo y el infierno de Eurídice se sella para siempre.
    – El infierno devora la inaudible música de Eurídice, es decir, el infierno de Eurídice consiste precisamente en ser sacrificada al imperio ex­clusivo de la música órfica, que entraña la imposibili­dad de ser escuchada en su propia palabra, en su pro­pia música.
    ……………………………..
    El gesto de Orfeo no es único: repica ilimitadamente en la tradición lírica occidental, que expresa que el silencio no sólo le es necesario a la mujer, sino que constituye uno de sus rasgos eróticos definitorios. Tres ejemplos al caso: Baudelaire: “Sois belle et tais-toi“; Neruda: “Me gustas cuando callas porque estás como ausente / y me oyes desde lejos y mi voz no te toca / Parece que los ojos se te hu­bieran volado / y parece que un ángel te besara la boca.“; Vocos Lescano: “Dices, y mientras dices, lo que dices / vuelve las cosas cla­ras y felices / y hasta donde llega el júbilo convoca. / / Pero callas, y entonces, cuando callas / se inclina el cielo al sitio donde te ha­llas / y se te llena de ángeles la boca.” Por cierto, que las teorías del silencio, tan proliferantes en nuestros ensordecedores días, podrían adjudicar una secreta superioridad, un escondido privilegio místi­co a la mujer en su enigmático silencio. Lo que me interesa mostrar aquí es que el lirismo raramente produce la imagen inversa del varón que seduce a partir de su silencio, y no debemos ni podemos engañamos acerca del significado de esta asimetría.
     
    En su hermosa interpretación de Los Tres Cofrecillos, Freud muestra ejemplos muy persuasivos de la ecuación de la mujer con el silencio (y del silencio con la muerte). El silencio que se otorga como clave a la supuesta identidad de la mujer acaba por desem­bocar inevitablemente en el silenciamiento de la mujer en la cultura. Baste considerar, entre nosotros, el tiempo y los esfuerzos que han sido necesarios para restituir a su auténtica estatura una voz poética como la de Alfonsina Storni (ignorada públicamente, en su tiempo, por la voz de los Orfeos imperantes: Lugones y Borges). Explorar estos muy interesantes terrenos nos llevaría, con todo, muy lejos de nuestro propósito principal, de modo que dejamos el lema abierto para otra ocasión.
    ……………………………..
     
    4- La voz de Orfeo no sólo excluye la de Eurídice a la salida del infierno, sino que, en un episodio anterior, en su viaje con los Argonautas, el canto de Orfeo ha desplazado al de las sirenas para impedir que sus com­pañeros las escuchen. Ellas, despechadas, acaban suicidándose: otra instancia fatal de la supresión de la voz de las mujeres.
    – Orfeo es también considerado sacerdote, el primero en haber escrito los dogmas y rituales de una religión hermética que excluía a las mujeres. Está vincu­lado asimismo con la sacralización de las relaciones ho­mosexuales entre varones y es protegido de Apolo, que ama a mujeres y a varones.
    – Las Ménades que lo destro­zan son oriundas de Ciconia, de donde también era Eurídice. Es notable que los restos de Orfeo descuartizado vayan a desembocar a Lesbos, patria de la poesía lírica y territorio de Safo.
     
    5- Según Ovidio, las Ménades, para matarlo, utilizan un arado, hecho que acaso represente la venganza matriarcal por el pasaje de la agricultura de la mano de las mujeres a la de los varones.
    – Curiosa­mente, mientras el nombre de Orfeo significa “la gran voz“, el nombre de Eurídice puede analizarse en griego como eurys, amplio, y dike, la justicia que concierne, par­ticularmente en caso de abuso, a personas implicadas en relaciones íntimas. Podría significar, por lo tanto, una mirada más amplia -y profunda- en lo que concierne a los vínculos de la pareja.
    – No se olvide que Eurídice es también el nombre de la mujer de Creón, quien se ahor­cará cuando éste arrastre al suicidio al hijo de ambos, Hemón, el enamorado de Antígona (otro caso de mujer no escuchada).
     
    6- Parece entonces que el mito encierra una pluralidad de mensajes, uno de los cuales, acaso el más prominen­te, es el enfrentamiento de culturas matriarcales y pa­triarcales.
    – Orfeo es hijo de Calíope, una de las Musas -origen de la música- y su apoteosis final se ve refren­dada cuando Zeus transporta su lira a la constelación de su nombre.
    – Parece claro que su figura encarna la ri­validad con la voz femenina, evidenciada ya en el epi­sodio de las Sirenas. – Pero lo que nos interesa aquí es que Orfeo -que pasó a la posteridad patriarcal como el héroe-víctima y músico supremo, venerado por poetas y músi­cos como Rilke y Glück, que se identificaban sin duda con su fascinante voz todopoderosa- es en verdad quien provoca la tragedia.
    – En efecto, ésta se desencadena por su incapacidad de escuchar al otro, que va pareja con su necesidad exasperada y exasperante de escucharse narcisísticamente sólo a sí mismo, y de ser escuchado a costa del silenciamiento ajeno.
     
    7- El mito órfico es entonces también la representación de un monólogo delirante que, pretextando amor, desplaza al interlocutor y lo re­duce a la nada de un silencio infernal. A la violencia que representa su negación de la palabra-música de Eurídice contesta la violencia vengativa de su descuartiza­miento por las Ménades.
    – La cólera de las Ménades, ins­piradas por Dionisio, el dios rival de Apolo, representa la ira femenina por el rechazo de un espacio de amor y atención para la voz de la mujer.
     
    8- Más allá de la disputa entre los sexos, sin embar­go, lo que parece sugerir el mito, desde el fondo de los tiempos, es la trágica circunstancia que hace que los más dotados para la música y la palabra -y los poderes que de estos dones se derivan- sean con frecuencia también los menos dotados para la atención y la escu­cha.
    – Una figura posible del mito, aquella que estamos explorando en este texto, representa la incapacidad de los seres humanos de escucharnos unos a otros, así como la contumacia de nuestra inconsciente negativa a escuchar aquello que precisamente nos permite hablar­nos: nuestro lenguaje. Así, reducimos a nuestros inter­locutores y a nuestro lenguaje a la nada del sinsentido y el olvido.
     
    9- Cuando se habla de competitividad en el mundo contemporáneo se piensa en general en la capacidad de imponer masivamente pautas y productos culturales e industriales, así como ideas y formas de poder a lo largo y a lo ancho de todo el planeta.
    – Pero lo que sub­yace a este alud de imposiciones y hace posible su efec­tividad es un lenguaje monotemático que busca sólo afirmarse y escucharse a sí mismo y desatiende impla­cablemente la escucha y la necesidad del otro.
    – La pa­labra fetiche de la propaganda comercial y política desaloja así fieramente a la palabra profunda de la tra­dición y al léxico del nuevo conocimiento;
    – el jingle reem­plaza a la canción de cuna, el cliché político a la refle­xión original, el autismo mediático a las humildes e inspiradas formas de la estética popular o de las voces marginales.
     
    10- La literatura -y lo mismo vale para la cultura- no consiste en una co­lección de libros magníficos, sino en un ensayo de in­terpretación mutua.
    – La cultura global es en gran medi­da un remedo de diálogo en el que poderosos Orfeos, embebidos narcisísticamente en su propia música, su­mergen en el silenciamiento total a los que se supone deben ser rescatados.
    – El cine contemporáneo, con sus megaproducciones, hazañas virtuales y falsos estrellatos, la industria musical de nuestros días, campo de ba­talla de los intereses del rock, llevan las señales claras -o más bien, exhiben las garras- de una empresa que aspira a imponer pautas de dominio unilateral y con­ducirnos al infierno del sinsentido -o al nirvana de los zombies- antes que proponer un diálogo abierto en el que despunte lo verdaderamente nuevo, lo no dicho, aquello que necesariamente conforma el porvenir.
    – Y así se prolonga y consolida el infierno de Eurídice.

  • M. Luisa

    Resulta muy difícil entrar en la comprensión de la complejidad, fenómeno muy propio de nuestro tiempo   sin antes reconocer que es la propia realidad la que es compleja. La cual cosa no puede contemplarse desde un pensamiento simplificador. La esencia de las cosas se concibe desde su propia organización interna mediante relaciones que ya no son de tipo causal, sino que surgen de su propio funcionamiento interno. De ahí la idea de estructura a la que siempre recurro como método explicativo de la realidad.  Breve reflexión venida a propósito de lo poco que ha dado mi tiempo esta mañana para leer el comienzo de este interesantísimo artículo… Por supuesto que lo seguiré leyendo…

  • oscar varela

    Hola Juan!
    Dices: Lo que no se agota es la gran biblioteca de que dispones, Oscar. Igual que la de Alberto R. 
     
    Tal vez ambos, además de ‘tocayos’, tenemos la misma ‘fuente’ de lectura:
    “LO QUE PASA Y NOS PASA”.
     
    Para eso, los LIBROS que leemos (no los que ‘adornan’ paredes) nos son
    – la multiplicidad de ‘lentes’ que nos ponemos para ver “LO QUE PASA Y NOS PASA”.

    • oscar varela

      Agrego (para que no se cabree el ‘dueño-moderador’ AD)
      los ‘libro-lentes’ del caso presente:
       
      1- “QUÉ ES LEER” – Ortega y Gasset (OCT9)
      2- “IDEAS SOBRE PIO BAROJA” Ortega y Gasset (OCT2)
      3- “ETYMOLOGÍA DE LAS PASIONES” Ivonne Bordelois
      ………………………………………………………………
       
      Sobre este último:
      ETIMOLOGÍA DE LAS PASIONES – Ivonne Bordelois
      Í N D I C E
      Prólogo
      1. Entrada en la materia
      1. El lenguaje: ¿un nuevo oráculo?
      2. La etimología como nueva hermenéutica
      3. Un poco de historia
      2. Las primeras pasiones
      1. De la cólera en los tiempos del amor
      * Eis
      * Men
      * Furor
      * Werg
      2. De la ira al sufrimiento: el linaje de la pasión
      3- El amor
      – Del amor en Roma y sus alrededores; raíces latinas del amor
      – Una excursión onomatopéyica
      – El amor griego. Intermedio platónico
      – Love, Liebe: libido y alabanza en lenguas germánicas.
      – Amor, onda germánica
      – Deseo, concupiscencia y voluptuosidad
      – Anatomía del placer
      3. Las pasiones oscuras
      1. Codicia y avaricia
      2. La mirada de la envidia. Una digresión relevante
      3. Celos
      4. Tristeza
      4- Las pasiones claras
      1. Alegría
      2. Felicidad
      3. Esperanza
      Epílogo
      Agradecimientos
      Bibliografía
      ………………….
       
      PRÓLOGO
      En el mundo de la palabra existen leyes y magias inelu­dibles. Una de ellas es el poder de enhebrarnos, a tra­vés del estudio etimológico, en esas genealogías que brillan en las cavernas del pasado como gotas desli­zándose en las paredes de una gruta inacabable. Cada hilera de reflejos se bifurca en nuevas preguntas, nue­vas galerías, nuevos reflejos, nuevas grutas. De una raíz se salta a otra y así va creciendo un bosque subterrá­neo de correspondencias y avenidas misteriosas.
       
      Cuando volví al país, después de un periplo que duró más de treinta años de distancia, comenzamos a jugar con Miguel Mascialino, amigo de larga data, a estas exploraciones. A él lo acompañaba su familiari­dad con las lenguas clásicas, semíticas y modernas, su experiencia de lecturas novedosas de la Biblia, su don hermenéutico para escrituras y acontecimientos. A mí me ayudaba mi incursión en la lingüística académica, pero mucho más mi inclinación por la poesía y mi in­declinable pasión por interrogar el cuerpo de la pala­bra. Los juegos fueron conduciendo a un seminario de etimología sugerido por Lucía Balmaceda de Mascialino, para el cual contamos con la hospitalidad de Goecro, lugar de trabajo del grupo de psicología social que ella conducía. El entusiasmo que se fue di­fundiendo desde este pequeño cenáculo nos condujo a organizar el material en formas más claras y estructuradas.
       
      Aun cuando siempre Miguel Mascialino y yo re­verenciamos la sabiduría ofrecida por la aventura etimológica en su totalidad, poco a poco se fue deli­neando más nítidamente la densidad y el interés de cier­tas zonas específicas en el material que estábamos tra­bajando. También se volvió más patente su cualidad removedora y por momentos contestataria. La idea de un libro que presentara estas reflexiones a un público más vasto se abrió paso entonces de un modo natural, como una exigencia de crecimiento y de participación comunitaria. Encontramos en Leopoldo y Octavio Kulesz, editores de Libros del Zorzal, la escucha atenta que suelen dispensar a los proyectos que sacuden la modorra intelectual de estos tiempos. Y el libro se fue abriendo paso lentamente, porque no es fácil trasladar la ciencia fragmentada de los diccionarios y la erudi­ción de los estudios etimológicos al estilo de reflexión inteligible y a la línea argumental que la novedad y la delicadeza de estos materiales sugieren.
       
      Un cuerpo de lecturas muy vastas y enriquecedoras -Platón, Spinoza, Freud, Nietzsche entre muchos otros- nos fue acompañando por el camino. Si bien estas lecturas, y las reflexiones y discusiones que de ellas se siguieron, inspiran muchas de las páginas de este libro, son nuestras las afirmaciones e interpretaciones que hacemos en cuanto al sentido y la dirección del devenir etimológico de las palabras que estudia­mos. Somos conscientes de que éste es un primer esfuerzo en una orientación extrañamente poco explora da hasta ahora, acerca de una materia extremadamente compleja; por lo tanto, esperamos transformaciones en muchas de las perspectivas que ofrecemos. Aun cuando Miguel Mascialino, por razones personales, ha preferido no aparecer formalmente como coautor de este libro, esta propuesta epistemológica nos incumbe -y nos arriesga- a ambos; por otra parte, el detalle de la organización del texto me pertenece, así como la redacción, en su totalidad.
       
      Según J. M. Coetzee, “para poder remontar éticamente las aguas hasta el presente y hallar qué viejos sentidos continúan reverberando en el lenguaje ac­tual, antes se debería aprender a escribir en aquellas palabras supuestamente perimidas. La tarea del narrador sería, entonces, la de desmontar, desde el propio corazón del idioma, los mitos sobre los que reposa toda cultura”. Este libro pretende ser una nueva narración acerca de las palabras-mitos que, como dioses lares indescifrables, subyacen en nuestra cultura Deconstruyéndolas y reconstruyéndolas quisiéramos, como Mallarmé, llegar a dar un sentido más puro a las palabras de la tribu.
       
      Ivonne Bordelois / Miguel Masciai.ino
      Buenos Aires, julio de 2006
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  • oscar varela

    13- Notemos ahora la existencia de SP, una onomatopeya que sustenta a *spe y se relaciona con otras raíces y derivaciones que parecen estar vinculadas con su sentido central. Así tenemos *spen, que significa esti­rar -una manera de expandirse- y también hilar. En inglés spinner, hilandera, y spider, araña, provienen de esta acepción.
    – En otras lenguas indoeuropeas se de­sarrollan palabras con significados afines, como tren­zar o trabar. En griego, por ejemplo, donde se pierde la s- inicial, pene es trama o tejido, y penion se llama al copo de lana en la rueca. En alemán spinnen es hilar; notemos que se hila en la rueca, en la que el hilo pende de una vara. Es decir, habría una relación entre hilar y pender. La imagen primera es la del estiramiento del hilo que se fabrica para el tejido, y de esta imagen y esta misma raíz *spen se derivan después otras que de­signan otras formas de pender.
     
    13.1- Pendere, en latín, derivado de *spen, significa pen­der, estar colgado y da péndulo, apéndice, depender y pender entre otras derivaciones. También dará penis, que significa originariamente la cola que comparte el hom­bre con seres cuadrúpedos, y pincel, de penicillus, dimi­nutivo de penis. Cola es cauda, lo que cae -del verbo cadere-, y cauda y penis son sinónimos, ya que ambos significan extremidad que cuelga.
    – La lengua parece diferenciar drásticamente entre el órgano masculino en estado de reposo y en su acción eréctil, para la que re­serva el nombre de falo, derivado de phallus, rescatan­do así el orgullo masculino. Por lo tanto, la célebre en­vidia del pene, traducida etimológicamente, represen­taría una peculiar e inexplicable envidia acerca de una cola que cuelga o cae. Es decir, el nombre apropiado para el sentimiento al que apuntaba Freud, si nos ate­nemos a la realidad lingüística, debería ser el de la en­vidia del poder fálico, teniendo en cuenta, además, que el falo -que se describe en los diccionarios etimológicos como lo erguido, floreciente y burbujeante- no desig­na específicamente al órgano masculino, sino a toda zona capaz de erección, lo que incluye, naturalmente, el clítoris y los pezones de ambos sexos. Es decir, lo fálico no está adscripto exclusivamente a los poderes viriles, sino que designa la plenitud de la sexualidad humana, cualquiera sea el género que la experimente y la demuestre. La raíz de falo, *bha, produce en todas las lenguas indoeuropeas una interesante catarata de verbos y sustantivos relacionados con verbos como brillar, florecer, que invitan a ulteriores investigaciones.
     
    13.2- Entre otras derivaciones de pendo tenemos el frecuentativo penso que significa originariamente pe­sar en una balanza: la forma primitiva de pesar es de­jando pender el objeto que cuelga de la mano, y ésta es también la forma más primitiva de balanza, la de la bandeja que se sostiene de la mano y en la que se colo­ca el objeto que se quiere pesar. Pensar es sopesar ideas. De allí proviene, probablemente, la expresión “razo­nes de peso”. Notemos que los objetos que penden pueden llegar a extenderse y a crear una cierta tensión, como lo explicita el significado originario.
     
    13.3- Es muy notable que esperanza se diga en hebreo tiqvah (que significa asimismo fe, finalidad, meta), sustantivo procedente del verbo que equivale a “estirar como una soga”, como si las expectativas se estiraran hasta el límite. (Nuestra palabra esparto está relaciona­da precisamente con las raíces citadas, que indican estiramiento.) También existe el verbo qawáh, que significa estirar, esperar con confianza. La identificación de esperanza con estiramiento y tensión aparece, así como una metáfora tan poderosa que atraviesa fronteras de tipologías lingüísticas diversas. Pero notamos que, a diferencia de las lenguas indoeuropeas, la esperanza hebrea no conoce temor ni inseguridad, ya que se identifica con una noción de confianza plena. Desde el momento en que se puede intercambiar con “estar seguro” tiene una clara nota de certeza. Así en hebreo bíblico batah es confiar, estar seguro, asegurar, y betali, seguro, confiado, sin peligro; sin miedo.
     
    13.4- Una manera especial de extenderse es avanzar perforando algo, y así tenemos *spei(k), puntiagudo, que nos dará en inglés spik, clavo, y spike, eje, según el dic­cionario de Watkins. En derivaciones que se relacionan con el picar de los pájaros, woodpecker, magpie -un tipo de urraca-, cae la s inicial. También de esta raíz provienen expresiones que significan aguijón, o espina. Espiga es lo que sobresale hacia arriba después de abrirse la semilla, y espigón, una construcción que avanza sobre el mar. Espetar es clavar en la punta del asador.
     
    13.5- Otra derivación relevante es *sper, que significa esparcir. Antes de que se descubriera la agricultura -para cuyo desarrollo se requieren miles de años- los hombres se reproducían, y es por comparación con lo conocido -esperma, semen- que se llamó a la activi­dad de esparcir la semilla con la misma raíz que encon­tramos en esperma, que quiere decir lo esparcido, pero que puede significar también, simbólicamente, tensión y despliegue hacia el futuro. En griego encontramos sperma: semen, semilla, y spora: siembra, simiente, semilla. El esperma que el varón deposita y que se culti­va en el vientre de la mujer se identifica con la trayectoria de la semilla hacia la tierra: claramente, las metá­foras agrogenitales son primarias. En prusiano antiguo, sembrar se dice semen. En griego spora, siembra y pro­creación, simiente, semilla, da en nuestra lengua espo­ra -célula que se separa de la planta y se divide reitera­damente hasta constituir un nuevo individuo. En ger­mánico, sprut significa brote.
     
    14- Vemos así que SP, que probablemente en su ori­gen fue primero gesto y sonido de algo que se impulsa con fuerza desde la propia boca, expiración, o esputo, fue después desarrollándose como raíz para designar infinitas realidades con características “parecidas” (siembra, espada…); entre ellas, más tarde, la esperan­za: algo a lo que se tiende con intensidad. La expan­sión que implica SP puede ser proliferante y explosi­va, como lo demuestran espuma, escupir, esputo, todos términos relacionados con raíces colaterales. Parece pertenecer también a este grupo spel, brillar, y que apa­rece en esplendor, esplendidez. En inglés, spell, de la mis­ma raíz, significa decir en voz alta, recitar y deletrear; también corresponde a hechizo. Spreg, speg, dan en in­glés hablar y habla (speak, speech), y en holandés, spraak, que significa habla. El hablar y el resplandecer son a veces etimológicamente concomitantes, ya que son expansiones del ser, y están tendidos hacia fuera: “Ha­bla, para que pueda verte”, dice Lichtenberg. La luz (faros y semáforos) y la palabra son ambas portadoras de signos y como tal los identifica el lenguaje.
     
    14.1- El latín spec- significa ver (como lo vemos en espectáculo) y justamente el ojo es el órgano sensorial que tiene que ver con la extensión, aquel que más lejos lleva nuestra capacidad perceptiva y la despliega a la distancia: ciertas cosas que no podemos escuchar, oler, gustar ni palpar son accesibles en cambio a nuestra vista. Dentro de esta familia también tenemos espía —alguien que necesariamente mira más allá del con­texto familiar—. Probablemente no sea un azar el que en irlandés del Norte la palabra que designa al ojo, suil, sea la misma que designa a la esperanza.
     
    14.2- Notemos asimismo que, en latín, spirare -del que los diccionarios eluden los orígenes, pero que está sin duda relacionado con una onomatopeya central SP- está involucrado en aspirar, inspirar, respirar, suspirar y sobre todo en espíritu. Sería interesante explorar, a título de hipótesis, posibles relaciones de metátesis entre las raí­ces sp y ps, significando expansión física y a la vez aspi­ración espiritual; psyché en griego es el nombre del alma. Y alma viene del latín anima, relacionada con anemona en griego, flor que se abre al menor golpe de viento. Todas estas raíces tienen que ver con gestos respiratorios.
     
    14.3- El espectáculo que implica el ver, el esplendor que nos despliega en la luz, el hablar que en las lenguas nórdicas siempre muestra la sp de speak, el respirar, el esperma que nos reproduce, la espiga que atraviesa la semilla como el espigón atraviesa las olas, son todas actividades, instancias que nos expanden en el espa­cio y en el tiempo. Y probablemente, en el mismo espa­cio se tenga una visión lingüística coherente con la física moderna, que le atribuye propiedades expansivas (ek-spansivas). La noción común a estas imágenes parece ser: tensión, crecimiento, expansión; y como lo hemos visto, la expansión se obtiene a ve­ces a través de un crecer, un esparcir o un desparra­marse y derramarse.
     
    14.4- La prisa (speed) nos hace progresar en el espa­cio, la esperanza en el tiempo; el espacio mismo es elástico y se expande constantemente; las hilande­ras y las arañas (spinners y spiders) tensan sus hilos alargándolos; los clavos (spiks) y las espinas avan­zan a través de sus perforaciones; las esporas se se­paran de la planta y se esparcen a través de sus pro­gresivas subdivisiones; la espuma y el esperma son expansiones o derrames de líquidos contenidos; el habla –speech que es respiración, alma modulada- es la expansión más directa de la persona humana, como el esplendor es la expansión natural de la luz; la espátula esparce colores y la espada amenaza, per­fora y mata adelantándose; el ojo espía que llega a ver estrellas y planetas extiende su poder sobre los otros órganos sensoriales, a los que aventaja en al­cance y distancia, brindándonos toda clase de espectáculos; espiramos, aspiramos, inspiramos, suspiramos, respiramos integrándonos al aire que nos rodea.
    – Y esta constante tensión, este crecimien­to, parece ser gobernado por una de las realidades básicas originales de la metáfora, el aire espirado con fuerza, es decir por el espíritu, que acaso sea esto solamente: tensión, expansión y crecimiento constan­te -como el espacio mismo-, como la esperanza.

  • oscar varela

    La Esperanza
     
    1- En Las leyes, Platón dibuja la taxonomía de las pasio­nes, ubicadas en un terreno intermedio entre alma y cuerpo: organiza la dupla placer/dolor y sus corres­pondientes futuros, esperanza y temor. La esperanza, fuerte brújula orientada al placer o a la felicidad, es ilusión para algunos y carisma para otros. Péguy, el poeta socialista francés, en un hermosísimo poema dedicado a ella, la llama la hermana menor de las otras grandes virtudes teologales, la fe y la caridad. Compañera de las utopías, donde encuentra a su hermanastra, la fe en el progreso, no hay duda de que la esperanza puede también ser una pasión. Participa de la intensidad y la ceguera del amor, de la tenacidad de la envidia, de la megalomanía del orgullo; es contagiosa como la cólera y vibrante como la alegría. Y Cioran afirma “la esperanza es el estado natural del delirio”. Pero no siempre se la mira con beneplácito.
     
    2- La mitología griega nos habla de Pandora, nombre que significa “todos los dones“, la primera y más hermosa mujer, que por orden de Zeus fue modelada con tierra y con agua. Los dioses la habían colmado de bendiciones, pero Hermes puso en su corazón la mentira. Para proteger al género humano, los males habían sido encerrados en una vasija, pero Pandora, que estaba destinada a castigar a los mortales por la osadía de Prometeo, no pudo resistir su curiosidad, y al abrirla, todos se esparcieron volando por el mundo –salvo la Esperanza, que quedó encerrada en el fondo-. Don malévolo de los dioses, la esperanza, según una versión, impidió que los mortales se suicidaran en masa ante la propagación indetenible de los males. Desde entonces reparte sus engañosos consuelos entre los mortales.
     
    3- Notemos entonces que, en su origen, según esta leyenda que revela la irónica sabiduría de los griegos, la esperanza era un mal como todos los otros. En el Prometeo encadenado, Esquilo hace decir a Prometeo que él ha dado a los mortales, junto con el fuego, la esperanza, que es ciega, para impedirles que contemplen su destino.
    – En tren de posibles reinterpretaciones, es curioso, en realidad, que el nombre de Pandora signi­fique todos los dones, cuando ella era la encargada de custodiar el recipiente que contenía todos los males.
    – Otra versión señala que la vasija contenía en realidad todos los bienes, que escaparon a la morada de los dio­ses, dejando a los mortales librados al imperio de los males: esta versión rescataría el perfil benévolo de la esperanza.
    – Puede pensarse también que Pandora, como Prometeo, es símbolo del acceso del hombre a los bienes de la vida civilizada, del fuego en adelante, que fueron robados a los dioses y que, desde una visión pesimista, se consideran fuente de todos los males.
    – La existencia de distintas versiones, unas positivas y otras negativas, acerca de su naturaleza, subraya la ambivalencia que despierta siempre la esperanza, fuen­te de alienación para algunos y gaje de supervivencia para otros.
     
    4- No sólo los griegos, sin embargo, critican la espe­ranza. Poetas y pensadores célebres desconfían de ella:
    – Anouilh habla, a través de Antígona, de “la sucia es­peranza“;
    – Apollinaire la describe como violenta en uno de sus más célebres poemas.
    – Por su parte, Spinoza in­cluye a la esperanza entre las pasiones tristes porque en su sistema metafísico ella es disminución de la po­tencia y pasaje a un estado de menor perfección, como sucede con todas las pasiones tristes. Según él, la espe­ranza es un gozo inconstante, nacido de la idea de una cosa futura o pasada, de cuyo resultado dudamos de alguna manera. La equipara antitéticamente con el miedo, ya que considera que estas dos pasiones -ne­gativas en su sistema- son particularmente relevantes por los problemas éticos, religiosos y políticos que in­tentan resolver: sometidos al imperio de la esperanza y el miedo, los hombres se vuelven crédulos y serviles.
     
    5- No hay esperanza sin temor, ni temor sin esperan­za: se trata de dos afectos inestables e imprevisibles, dice Spinoza, y aun cuando todos lo son, figuran entre los más violentos. Por una parte, mientras se está pen­diente de la esperanza, se teme que lo deseado no se realice; por el contrario, quien experimenta temor ima­gina una situación de exclusión, que conduce a la re­signación y a la parálisis.
    – El individuo temeroso se en­trega fácilmente a promesas de seguridad que dan ori­gen a su utilización como instrumento de dominación política. Mientras duran, estos afectos dominan el cuer­po, la imaginación y la mente del sujeto, llevándolo a la pasividad.
     
    – Spinoza polemiza con­tra los apóstoles de la esperanza terrena y los predica­dores de la felicidad celeste, es decir, contra todos cuan­tos imaginan a los hombres diversos de lo que son, delineando sociedades utópicamente perfectas, don­de razón y libertad reinan soberanas sobre las pasio­nes.
    – La esperanza se vuelve entonces instrumento de obediencia y se asocia fácilmente con el fanatismo. La aspiración de Spinoza, en cambio, es alcanzar la vida en una organización social cuyo sentimiento de segu­ridad la ubique más allá del miedo y la esperanza.
     
    6- Goethe y Nietzsche seguirán los pasos de Spinoza en este sentido: uno de los personajes dramáticos del pri­mero considera al miedo y a la esperanza los dos ma­yores enemigos del hombre; el segundo, habla de la esperanza como el peor de los males.
     
    – Convengamos que la noción tradicional de espe­ranza es más positiva, con todo, que la de Spinoza. “Espera de algo deseado, considerado posible o pro­bable, pero inseguro“, la definen los diccionarios.
    – Como virtud teologal, la esperanza cierta se funda en la fe en Dios, garante de su cumplimiento. “La fe es la sustan­cia de las cosas que esperamos“, dirá San Pablo.
    …………………………..
    7- Interesante es notar que el verbo español esperar, a diferencia de lo que ocurre en general y particularmente en otros idiomas descendientes del latín, confunde el sentido de espera y esperanza, originario de una lengua donde attendre y espérer tienen sentidos muy distintos. Cabe pregun­tar si tal confusión omite el sentido ilusorio de la espe­ranza, menos confiable que la espera, o bien señala que la espera, tanto como la esperanza, puede también ser defraudada.
     
    8- La dinastía etimológica de la esperanza, con todo, es clara y brilla en la raíz indoeuropea *spe, que signifi­ca expandirse, aumentar, y se extiende a cualquier tipo de expansión en sentido físico o psíquico: tener éxito, ser capaz de llevar algo adelante. *Spe dará en latín spes (espera de un suceso feliz), de donde nuestra esperan­za, que es tensión y despliegue afectivo hacia el futuro. Pro-spere significa prosperar en latín, es decir, evolucionar según lo esperado, volverse pró-spero. Esta ten­sión hacia el futuro en los términos derivados de la raíz *spe originalmente está coloreada de buen resulta­do: éxito, aumento, capacidad para algo; sólo más tar­de incluirá el matiz del temor.
     
    9- En sánscrito el verbo sphayate, derivado de la mis­ma raíz, se traduce como “aumenta”. En hitita ispata significa lanza, y en griego spao es sacar, extender, aplicándose sobre todo a las espadas (spathe, espada ancha y larga), ya que la espada es precisamente lo que se extiende hacia delante. También está relacionada con *spe la espátula, instrumento para expandir o esparcir algo. De la descendencia de *spe, a través de la modificación span, encontramos en anglosajón spowan: prosperar, y spannan: tender. El holandés actual spanning (excitación) también lo evidencia.
    (Notemos que, en francés, attendre, que nosotros traducimos como esperar, se forma desde el latín ad-tendere: también está aquí presente la tensión.)
    – En antiguo inglés encontramos otro descendiente: sped, éxito, que también se relaciona con speed, prisa. En letón, spes significa poder.
     
    10- La derivación desde esta raíz hacia el sentido de esperanza como espera de algo inseguro o de temor aparece más tarde, y caracteriza la noción de esperanza en sentido moderno.
    – Diríamos en principio que la esperanza temerosa no es una noción de la cultura indoeuropea original, pero en todas las culturas y lenguas posteriores apareció más tarde la experiencia de una espera incierta, y todas crearon distintos términos para esta experiencia, pero sin una fuente común.
    – Así, el griego elpis, además de esperanza de algo incierto, incluye otros sentidos: simple espera, temor, conjetura, creencia, pensamiento (en el sentido de “creo que”). Euelpis significa buena esperanza. En las lenguas germánicas, hope en inglés (que se relaciona con el verbo hop, ya que la imagen es la del salto con el que se trata de atrapar algo), Hoffnung en alemán, des­cienden de raíces desarrolladas tardíamente, que también contienen un elemento de inseguridad.
     
    11- Acaso pueda hipotetizarse una evolución de la noción de esperanza: en las culturas que concebían (y conciben) a la naturaleza y el cosmos como obra de divinidades creadoras, dispensadoras, protectoras, la satisfacción de las necesidades y la seguridad estaban confiadas a ellas, y en el caso de los indoeuropeos esta esperanza era entonces “esperanza confiada”, como la del niño en su madre, y no estaba teñida de temor: no es la esperanza triste a la que se refiere Spinoza.
    – En culturas en las que, a partir de los griegos, el hombre pasó a ser el centro, en las que se fue acentuando cada vez más la conciencia de la propia individualidad, la propia capacidad, la esperanza de la satisfacción de ne­cesidades y de seguridad dejó de estar depositada en divinidades, que cada vez fueron desdibujándose más, y ya laicizada pasó a las manos del mismo hombre, de individuos cada vez más aislados y también más car­gados de temor. Ésta es la spes latina, tendida hacia un futuro frecuentemente inseguro.
     
    12- Existe otra raíz indoeuropea que ya en el origen abarca aspectos de lo que entendemos por esperanza, pero de una esperanza aso­ciada con la fe y la confianza. Se trata de *bheidh, que significa persuadir y confiar, y de la que deriva el latín fido: tener confian­za, y fides: confianza. Benveniste señala que *bheidh representa la “noción de confianza que se deposita en alguien de quien se es­pera protección, a quien se le cree, quien a su vez tiene ‘créditos’ como para que se le crea, y por eso persuade, y por lo tanto obli­ga. De allí el gótico beidan: confianza en que se cumpla algo, un suceso esperado, con la confianza que da la convicción; creer y por eso esperar; poner la confianza en alguien o alguna cosa que se espera“.
    – Se trata de la “espera esperanzada” de la que habla San Pablo (1 Cor., 13,7): “el amor lo cree todo, lo espera todo, lo soporta todo“. Es ésta una esperanza sin incertidumbre, de algo que se espera sin temor de que no se realice, pero no como un simple aguardar, sino el aguardar como se aguarda que salga el sol -porque lo que está en juego es la confianza, la relación perso­nal con algo o alguien de quien provendrá lo que se espera-
    (sigue)

  • oscar varela

    La etimología como nueva hermenéutica
     
    1- La etimología puede ser considera­da como una suerte de arqueología de la sabiduría colectiva, sumergida en la lengua. El viaje de rescate etimológico, en efecto, puede compararse a una explo­ración que se orienta a encontrar joyas escondidas en­tre ruinas. Está guiado e iluminado por la contempla­ción de la invencible fuerza del lenguaje atravesando las catástrofes de las civilizaciones destruidas y pre­servando la memoria de aquellas consonantes seminales que esparcieron las primeras metáforas de la historia humana.
     
    2- La escucha del lenguaje significa entender y acep­tar que an­tes de hablar entre nosotros, y como condición esen­cial para poder hablar entre nosotros y con nosotros mismos, nos comunicamos y nos sentimos comunica­dos con el lenguaje, que es el don más alto y profundo que se nos ha dado como especie.
    – “La respuesta a la pregunta ¿qué comunica la lengua? es: la lengua se comu­nica a sí misma”.
    – Vivimos interrelacionados por un campo común que nos reúne: el lenguaje es el símbolo más poderoso que emana de él y que nos conforma como cultura, pueblo, multitud o comunidad unida por la amistad.
    – De ese lenguaje que hablamos colectiva­mente se apropia el individuo modificándolo en la medida de su creatividad: unos lo hacen impercepti­blemente, otros, grandes genios verbales, producen grandes transformaciones; pero cualquiera sea el caso, es imposible hablar un lenguaje sin modificarlo, ya que todos sus hablantes acarrean una característica irrepe­tible: el estilo es el hombre.
    – Porque el lenguaje, como la impresión digital, como el genoma de cada una de nuestras células, es distinto en cada ser humano.
    – Las lenguas no evolucionaron ni se crearon a saltos mila­grosos: fueron resultados de cambios imperceptibles introducidos por imperceptibles seres humanos -aun analfabetos-.
     
    3- Un grupo humano que tiene un lenguaje común es una entidad real que constituye un “campo”, que tiene un cuerpo y un alma; su cuerpo es la cultura “material” común; su alma, su psiquismo colectivo, está plasmada en el lenguaje común.
    – El lenguaje, que trasciende a los individuos, no tiene existencia autó­noma, no flota en el aire: está encarnado en una comu­nidad, que también trasciende a los individuos.
    – La conciencia plena de estar insertos en el lenguaje como una entidad que nos unifica y trasciende, y la contemplación del lenguaje desde esa pers­pectiva producen una transformación notable en no­sotros.
    – Pero este cambio es imposible de lograr cuan­do las palabras son “usadas” exclusivamente en pro­vecho de nuestra información o comunicación, explo­tadas al servicio de nuestras necesidades, sin tener en cuenta el misterio y la historia que residen en cada una de ellas.
    – La primera caída consiste en considerar la palabra meramente como un medio o instrumento de comunicación.
     
    4- La etimología, que es una forma de escucha del len­guaje en sus inicios y su evolución, es una ciencia interpretativa que exhibe varios modelos metodológi­cos. Aun cuando en el siglo XIX adquiere el sesgo positivista propio de la época, sus posibilidades actuales, la hacen confluir con los intereses de la semiología contemporánea: explora­ción y hermenéutica de un saber profundo, muchas ve­ces olvidado, encerrado y enterrado en el lenguaje.
     
    5- Puede decirse que, así como el psicoanálisis in­daga los conflictos del paciente a través de un retorno inducido al paisaje y la historia de la infancia, sepulta­dos en el inconsciente, el lenguaje, y en particular las palabras, tienen un origen que el olvido -esta vez, el olvido colectivo- reprime.
    – Se trata de un origen que para ciertas palabras que expresan nociones fundamen­tales conviene revelar, si queremos superar bloqueos individuales y sociales en el orden del conocimiento, de la comunicación y de nuestra relación, como individuos y comunidades hablantes, con nuestra evolu­ción como seres humanos, con nuestro pasado históri­co específico y con los avatares de nuestra propia ex­periencia personal.
     
    6- Si pensáramos en términos terapéuticos, no se tra­ta sólo de curar mediante la palabra, como lo propone el psicoanálisis, sino de curar la palabra misma con que tratamos de curar, es decir cuidarla, examinar sus repliegues y sus trampas, sus ambivalencias, sus significaciones ocultas en el tiempo.
    – La idea es averiguar si el sa­ber del que emanaron en un primer estadio los térmi­nos de la pasión guarda algún mensaje viviente y desconocido para nosotros, y examinar, al mismo tiempo, cuáles fueron las circunstancias -históricas, sociales, epistemológicas- que han nublado para nosotros ese conocimiento.
     
    7- Comprobamos así que muchas palabras tienen en su comienzo significados ocultos y a veces contradictorios con sus significaciones sociales actuales.
    – Pero el estudio etimológico no es un camino hacia el pasado, un retroceso. No se trata de recupera­ción sino de reinterpretación.
    – Es el descubrimiento del sentido de las raíces que persisten transformadas en las palabras de ahora.
    – Es el descubrimiento de lo que está oculto, de lo que somos y no sabíamos.
    – Las raíces de las palabras no están atrás, en el pasado: están en lo profundo del aquí y el ahora. Si las palabras hubieran dejado sus raíces en el pasado, se habrían secado, ha­brían muerto.
    – La etimología, que consiste en rastrear las raíces, significa desenterrarlas, exponerlas al aire. Y esta operación debe hacerse con sumo cuidado: como pasa con las plantas, el shock que pueden sufrir al que­dar expuestas inapropiadamente puede ser fatal.
     
    8- Actualmente, por ejemplo, nos negamos a adver­tir que detrás de la rutina semanal del viernes se escon­de nada menos que el insondable rostro de Venus la hermosísima, también presente y subterránea bajo las enfermedades venéreas y el veneno, primer nombre del filtro de amor: de allí el simbolismo erótico de la ser­piente. De igual modo, nos negamos a ver el parentes­co entre febrero y fiebre; octubre, noviembre y diciembre están disociados del ocho, el nueve y el diez con que cul­minan en el calendario romano.
    – Un poderoso tabú nos impide reconocer que la palabra parientes significa li­teralmente los que están pariendo. La semilla que planta­mos tiene que ver con el semental, así como el semen tiene que ver con la semántica: a través de la metáfora de lo germinal, la lengua relaciona lo vegetal, lo ani­mal, lo biológico y lo epistemológico, en un solo eje de equivalencias que en general se nos escapan.
    – El entra­mado que reúne todas estas asociaciones es arcaico, pero la etimología nos permite una lectura que actua­liza sus significados y les da un nuevo sentido.
     
    9- Y los pasajes o deslizamientos que los significa­dos sufren nos hablan de una dinámica, a veces pro­gresiva y a veces represiva, cuya interpretación arroja luces sorprendentes sobre aquello que hemos decidi­do colectivamente olvidar, ignorar o volver a recordar, y que atañe muchas veces a lo más profundo o lo más intenso de nuestras vidas.
    – La pre­gunta relevante sería: ¿qué ha ocurrido, desde el pri­mer significado, en el camino del olvido y en el de las transformaciones?
    – Los poetas muchas veces intuyen, desde el cuerpo sonoro mismo de una palabra, sus posibles irradiaciones hacia las raíces primitivas. Con ellos, como ellos, la etimología puede imaginar al len­guaje como una suerte de phylum cuya presencia total resulta recobrable a través de las investigaciones y de aquella razón apasionada de la que hablaba Spinoza.
     

  • oscar varela

    El Esperanto es la lengua “planificada” internacional
    Tal “construcción” puede COMUNICAR:
    – un cúmulo de SIGNIFICADOS
    – casi nada de EXPRESIONES.
    ……………………………………..
     
    1- La palabra pretende hacer externo lo interno, sin que deje de ser interno.
    – No es un signo cualquiera, sino un signo expresivo.
    – p.e.: con el traje de luto indicamos nuestra tristeza, pero no la expresamos.
    (no hay tristeza en el traje de luto);
     
    2- Pero una poesía que exterioriza la tristeza del poeta amargado es ella misma triste.
    – El estado interno del poeta ha pasado tal como era al exterior,
    – y nosotros, al leer los versos, revivimos íntima e inme­diatamente el dolor que estremeció las entrañas de aquél.
     
    3- El lenguaje técnico es una forma extrema de lenguaje
    – en que la palabra expresa un máximo de idea y un mínimo de emoción.
     
    4- La intimidad de un sabio debe estar hen­chida de conceptos, observaciones y razonamien­tos exactísimos y complicados sobre puntos de su ciencia.
    – Pero en esa intimidad, lo subjetivo, lo individual, lo sentimen­tal apenas se mezcla.
    – Para poner fuera ese mundo exacto, real, que lleva dentro, necesita el sabio
    – de un idioma exacto, trabajado y libre de los caprichos subjeti­vos.
    – Por eso se expresa en términos técnicos, palabras cristalizadas, rígidas, geométricas,
    – de silueta expresiva tan inequívoca, que son ellas mismas como cosas.
     
    5- Piénsese ahora en lo que habrá dentro de las almitas de vidrio que llevan los niños.
    – Apenas si distinguen unas cosas de otras, apenas nociones, ideas de las cosas.
    – Sus pasiones vaporosas e inquietas toman formas mudables,
    – Por esto, los niños dan gritos de avecilla corriendo por el sol de los jardines.
    – ¿A qué más? Gritos inarticulados.
     
    6- La articulación es necesaria a la palabra,
    – a fin de aprisionar el contorno preciso y estable de los conceptos, de las imágenes exactas y complejas;
    -Pero para expresar una explosión de alegría o de la amargura
    – donde el motivo, la causa, son informes y sin interés,
    – donde lo importante es la interna con­moción del alma toda, lo subjetivo,
    – basta con un grito.
     
    7- El lenguaje de los niños, y en general el de la pasión,
    – es otra forma extrema del lenguaje, en que la palabra, que aun casi no lo es,
    – expresa un mínimo de idea y un máximo de afectividad.
    – Esto es la interjección, o sea el término técnico de las pasiones.
     
    8- Entre ambos extremos flota la vida del idioma;
    – la interjección es su germen,
    – el término técnico es su momia.
    – Y paralelamente corre aquella interioridad por él extrinsecada,
    – desde la psique elemental, apasionada y discontinua
    – a la mente unificada que cristaliza en un sistema de ideas.
     
    9- Toda palabra tiene, pues, dos polos, dos direcciones.
    – Una de éstas la empuja a expresar puramente una idea;
    – la otra tira de ella hacia atrás y la induce a expresar puramente un estado pasional.
    – En cada momento, lo que cada palabra expresa
    – es un compromiso entre ambas tendencias.
     
    10- La casta varia y numerosa de los vocablos ha debido originarse
    – por diferenciación de ciertas interjecciones madres (etymon).
    – Y todos ellos, por eruditos y doctorales que parezcan,
    – conservan algo de la pasionalidad que su madre expresó.
    – De aquí que sea posible volver a emplear el término más severo de la ciencia,
    – que porta un concepto metódico, como si fuera una interjección.
    ……………………….

  • oscar varela

    En 1922 Meillet decía:
    “Toda lengua expresa cuanto la sociedad de que ella es órgano necesita. Una lengua de semicivilizados no será capaz de expresar teorías filosóficas, pero esto no resulta de su estructura propiamente lingüística. Con cualquier fonetismo, con cualquier gramática se puede expresar cualquier cosa”.
     
    ¿Con cualquier fonetismo, con cualquier gramática se puede expresar cualquier cosa”?.
     
    Meillet confunde:
    – las necesidades que una sociedad tiene con las que satisface, y
     la realidad de una lengua con lo que sería un lenguaje plenamente satisfactorio, es decir, perfecto
    Meillet da por supuesto
    – que un pueblo civilizado es capaz de expresar sus teorías filosóficas,
    – lo cual es una piadosa ilusión.
    …………………..
     
    1- Los lingüistas atienden las lenguas «ya hechas» y sus modificaciones.
    – deberían ver el lenguaje in statu nascendi, e.d.,
    – atendiendo las “condiciones” de algo así como lenguaje:
    – la geografía lingüística,
    – el estudio desde los dialectos patois, argots,
    – lenguas de grupos profesionales, etc
     
    2- Cada sociedad practica una selección diferente en la masa enorme
    – de lo que habría que decir para lograr decir algunas cosas.
    – Cada una va modelada por un espíritu selectivo diferente, que actúa
    – en el vocabulario, en la morfología, en la sintaxis, en la estructura de frase y período.
     
    3- El LENGUAJE
    – EXPRESA
    – es un “DECIR” intimidades en las “afueridades”
    – va desde “el GRITO expresivo” a “la PALABRA significativa”.
    – Las ‘planificaciones’ (Esperanto) abarcan parcelas del problema del DECIR-hablando.
    – No más; no menos;
    – y nos remiten al Asunto:
    – ¿Qué es COMUNICAR-NOS?
    – ¿A qué NIVELES?
     
    En ATRIO (p.e.)
    ¿Hablamos el mismo Idioma?
    ¿es que esto es posible?

    Pascual se descuelga por el SÍ escotillándose por EL PARÁCLITO.

    • Juan A. Vinagre

      Amigo Oscar: Acabo de leer tus tres exposiciones-reflexiones. Gracias por tanta y -con frecuencia- interesante información. Y no sé decirte más, de momento.  Porque estoy casi abrumado por tantos datos y relaciones como estableces…              Sí, quizá sea bueno recordarnos que más que nuevas creaciones, lo que hacemos en la historia son correcciones, ampliaciones, mejoras, perfeccionamientos, y tirar del hilo… de nuestras intuiciones-creaciones iniciales.  En las lenguas, como en nuestro ADN, hay mucho parentesco.                 El problema surge cuando tiramos mal del hilo -y lo rompemos- o cuando, agotado, exigimos que siga aportando lo que ya no tiene, o cuando perdemos esa conciencia de parentesco y establecemos “fijaciones” y/o mitificamos…

      Lo que no se agota es la gran biblioteca de que dispones, Oscar. Igual que la de Alberto R.  Gracias a los dos.

  • Juan A. Vinagre

    Al hilo de los datos que nos aporta Pascual, me permito una reflexión provisional sobre un tema tan instrumental, tan necesario y tan complejo como es el de las lenguas. Y digo complejo porque en él intervienen factores históricos, herencias (aunque provengan de muchas generaciones idas, de las que apenas tenemos idea… El latín es creación relativamente reciente), factores afectivoemocionales muy entrañables (que a veces pueden mitificarse y vivirlos fanáticamente, como si fueran valores “sagrados”, y prioritarios, e imponerlos…, de modo que separan más que unen…   Por eso,  es necesario entrar en el tema, porque nos puede ir la vida  -la buena vida- en ello, si las lenguas se convierten en obstáculos para el encuentro y  la convivencia armónica humana. En nuestro proceso evolutivo en desarrollo no es inteligente sacralizar los instrumentos y aferrarnos a un instrumento  utilitario, sea neolítico o más moderno… Las lenguas, por muy queridas que sean y por mucho que nos hayan servido para formarnos, no son metas, sino medios… Merecn respeto -y hasta cierta veneración en algunos casos-, pero son instrumentos que se perfeccionan o sustituyen o se mejoran o simplifican… Y las lenguas, incluso las más perfectas y hermosas, necesitan revisión: Por ej. cuando hay demasiadas normas ortográficas, innecesarias, o verbos irregulares -además a veces rebuscados- es preciso simplificar… Cada día  tenemos más cosas que aprender, más útiles, y no podemos emplear horas y horas en aprender acentos o verbos irregulares, o realizar análisis sintácticos muy poco útiles y formativos…  (La poesía, como la música y el arte en general, si son buenas, son útiles  y necesarias, pues profundizan en las entrañas del ser humano y lo humanizan… El arte forma por dentro, no solo reviste…)

    En la vida cada vez es más necesario simplificar y seleccionar bien los temas de aprendizaje, a fin de crear espacios para nuevos aprendizajes…  En este tema, es cuestión de aprovechar mejor el tiempo. Los temas nuevos crecen más que el tiempo para aprender… De ahí la importancia de simplificar y seleccionar, siguiendo una buena jerarquía de valores humanos…

    ¿A dónde voy con esta reflexión? A insistir en que las lenguas deben llevarnos a buscar encuentros que enriquezcan la convivencia. No tiene sentido que sirvan para separarnos. De ahí que por mucho que se las estime (y nos emocione una lengua), éstas nunca deben mitificarse ni hacerse irrevisables… (y menos incompatibles.) Sentirse ciudadano del mundo y compartir en apertura es más importante que cerrarse y establecer fronteras lingüísticas. ¿No es mejor una lengua fácil y sencilla -no digo elemental simplona- que nos una, que varias muy ricas que nos separen?  En suma, es mejor una lengua -o dos- que unan que muchas que nos separen y alejen…

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