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Italia: lecciones de las elecciones

Admiro la facilidad y atrevimiento que tiene mi amigo Faus para abrir lo ojos a la realidad desde su jubilación de teólogo. Yo añadiría muchísimas más sfumature a cada punto. Por eso no soy capaz de escribir columnas como él, muy válidas para hacer reflexionar y comentar. AD.

Pues sí: la extrema derecha arrasó en Italia. Dicen además que la mayoría de sus votos proviene de gentes que antes votaban a la izquierda. Pero lo extraño no es eso, sino que los políticos se extrañen por eso. Uno se pregunta sin querer en qué mundo viven o si no se han enterado de una serie de cosas. Por ejemplo:

  • 1.- Somos tan tontos que seguimos creyendo que hay situaciones en la historia que ya nunca volverán, como las golondrinas de Bécquer. Aún no nos hemos enterado de que la historia avanza a bandazos y de que nada está nunca ni definitivamente conseguido ni definitivamente superado.

  • 2.- Las clases medias bajas están hartas. Habría que hacer una encuesta preguntando a los votantes de la señora Meloni si dieron un voto de esperanza o simplemente un voto de castigo: “si nos ha de seguir yendo mal a nosotros y bien a vosotros, pues mejor que nos vaya a todos igual”… El concubinato de las izquierdas con el capitalismo ha acabado por travestir a la izquierda, como muestran los ejemplos que siguen:
  • 3.- Izquierda egótica.- Ya san Agustín (hace muchos siglos) se dio cuenta un día de que buscaba la justicia o le irritaba la injusticia no por el daño que hacía a otros tratados injustamente, sino por el daño que podía hacerle a él personalmente (Confesiones  V, 12, 22).
  • 4.- Izquierda burguesa.- Falta de auténtica justicia social, la izquierda trata de mantener su identidad con otras reivindicaciones que pueden tener su legitimidad pero son, a pesar de todo, secundarias. Evocando una famosa obra de teatro olvidada, cabría decir que otra vez Sade triunfa sobre Marat; y así termina la obra con todos los internos gritando: “¿Qué sería esta revolución sin una universal copulación”?[1]
  • 5.- Izquierda injusta. Ya Hegel se quedó aterrado al comprobar que todo nuestro progreso había sido hecho con víctimas (y mucho antes que él, Juan Crisóstomo confesaba que cuando veía una obra magna como las Pirámides lo primero que pensaba es cuántas víctimas habría costado, cuántas mujeres habrían quedado viudas y cuántos hijos huérfanos, para construir aquella maravilla). Pero Hegel terminó aceptando las víctimas como precio del progreso. Y algunos políticos siguen hablando hoy ingenuamente de “un gobierno de progreso”, sin sospechar que pueden estar hablando de un gobierno con víctimas. (Por supuesto, no todos nuestros progresos han sido así; pero la mayoría quizás sí).

Esto por lo que toca a las izquierdas. Pero los síntomas siguen.

  • 6.- Políticas de parches. Los parches son necesarios, por supuesto. Pero para curar un mal es más importante conocer sus causas que ponerle parches. Y ahí tenemos como ejemplo esa atrocidad de la violencia machista. Los políticos se limitan a medidas de alejamiento y llamadas gratuitas al 016; pero no se han preguntado nunca por qué se produce y por qué persiste esa plaga. Ni por qué el asesinato va seguido muchas veces del suicidio del criminal. No quiero decir que todos lean aquella terrible poesía de Nicanor Parra (La víbora); pero sí que para resolver un problema difícil hay que estudiarlo a fondo y saber por qué se produce.
  • 7.- Nuestro futuro inmediato se está poniendo amenazador. Lo justificamos echando la culpa a Putin. Y siempre habrá algún criminal que sirva para justificarnos. Pero olvidamos que por criminal que fuera Hitler, los alemanes han demostrado no ser criminales. Y por asesino que sea Putin, los rusos no lo son. Simplemente, el hitlerismo fue una reacción al mal trato dado a Alemania en la paz de Versalles, como lo de Putin es un efecto del mal trato dado a Rusia por el “imperialismo defensivo” de la OTAN. Claro que, para que reconozcamos esto, habrán de pasar por lo menos cincuenta años.
  • 8.- Derechos inhumanos. Otro pecado capital de nuestra situación es la perversión de los llamados derechos humanos, que nacieron y fueron formulados como una norma para tratar a los demás, y se han convertido en una justificación de los propios caprichos, donde el fin justifica todos los medios. Más que “derechos humanos” hoy son derechos egóticos: que existen “porque lo digo yo”, no porque estén reconocidos como tales por todos los juristas y voces autorizadas.
  • 9.- En el fondo de todo, los acontecimientos van demostrando progresivamente que, en realidad, capitalismo y democracia son incompatibles: porque el verdadero poder no lo tienen los políticos sino los poderes económicos. La democracia se convierte en plutocracia; y esta se apoya en una pseudocracia, donde las mentiras de las redes sociales convencen más, porque se dedican a decirnos aquello que queremos oír y no aquello que necesitamos saber.

De hecho, Estados Unidos ha construido una democracia aparente donde solo caben un partido de derecha y otro de extrema derecha (aunque luego se pongan cremas de color izquierdoso cuando les conviene). Y Europa sigue siendo perrito faldero de los Estados Unidos, que no sabe recuperar la propia identidad, hoy precisamente cuando tanto se habla de identidades. Y debido en buen parte a lo mal que se ha construido. Todavía atrae su nombre, pero decepciona su realidad.

  • 10.- Saliendo de Italia tenemos aquí en casa el escándalo increíble de nuestros poderes judiciales (donde ni la amenaza de dimisión del señor Lesmes parece tener eficacia), y ese sainete trágico de Junts con su fanatismo de neoconversos, donde los protagonistas contradicen su mismo nombre, tercos como niños pequeños cabreados, inconscientes del disgusto que provocan y dispuestos a no ceder ni una coma creyendo que todo se arregla con criticar al otro.

Estas son las nubes que oscurecen nuestro horizonte; y habría que añadir que no son todas: ahí está la batalla ecológica, ya perdida, y la educación (¿formar personas o formar técnicos?) Con esas nubes se comprende que pueda caer un chaparrón de extrema derecha. Por eso no he querido decir que tuvieran razón los que votaron a la señora Meloni en Italia o a Vox en España. Quise decir simplemente que están hartos: como parece mostrar ese salto inaudito del 4% al 26 % de votos para “Hermanos de Italia”. Y ya sabemos que, a nivel de reacciones colectivas, la hartura suele ser un mal consejero.

[1] Cuadro 30 de PETER WEISS Persecución y asesinato de J. P. Marat. (traducción castellana de Alfonso Sastre). Y al final el coro canta que “el gran emperador Napoleón – terminó gloriosamente nuestra revolución”…

13 comentarios

  • Javiierpelaez

    En Italia el conjunto de las fuerzas de izdas tiene más votos (divididos) que los que han ganado…Luego está la abstención…Y luego esta que los italianos son bastante de experimentar(se cargan gobiernos cada dos por tres,lo que es relativamente bueno y malo).Luego está la frivolidad  de los italianos…Recuerdo aquella película que le hizo Sorrentino a Berlusconi que por no buscarla ,no me acuerdo del título…Los italianos son muy de chow televisivo…Esperemos que a la Meloni la echen pronto aunque sólo sea por la costumbre de cargarse gobiernos constantemente…Y este Papa,si nos hemos de creer aquello que le dijo a Evole(el Vaticano es un museo),que ya es mucho creer, debería conspirar para echarla… Porque si en Italia se dedican a algo los políticos es a conspirar…

  • Por extraño que parezca aún no he visto entera la película “Matrix” pero recuerdo si haber visto unas imágenes donde un panel con importantes datos parecía que se fundía como los relojes que pintara Dalí.
    Estamos en esta situación de descomposición del sistema global por el que nos hemos regido. Y digo global porque hemos podido ver recientemente con lo del Cobid 19 como el poder económico puede orquestar lo que quiera. Poder que se está desintegrando, y cuidado, no les importamos un comino, si morimos por millones para ellos mejor. Quieren reducir la población les molestaría incluso el trabajo de enterrarnos por millones. Estos poderes morirán matando hagan el desastre que hagan. El poder real, siniestro, es global, los Estado Nación han perdido la independencia, el poder real puede defenestrar a un presidente legítimamente electo, caso de Donald Trump de nada menos que la nación mas poderosa todavía de la Tierra. Si se han atrevido y han podido hacer esto, ¿Qué no serán capaces de hacer?

    En este contexto hablar de izquierda o derecha es algo ya obsoleto. Recuerdo un titulo de un libro o una película al respecto de la situación de la Cuba castrista, “en mi jardín retozan los tigres”. En el jardín de  BlackRok y demás “empresas”, pacemos como ovejas los tigres en potencia que todos y cada uno de nosotros somos.
    El siniestro poder real como Dios está mas allá del bien y del mal” si le interesa potenciar a lo que era la izquierda pues manipulaba hacia la izquierda, y viceversa. Se ha dado el caso de que financiaran a los nazis y a los aliados a la vez, en la II Guerra Mundial. Así no perdían…
    Nunca pierden es el pueblo el que pierde siempre. Mientras no le veamos la trampa.
    Así votar por izquierdas o derechas es votar por caras televisivas y discursos bonitos que milagro que no suenen en su mismo inicio que se proclaman, a falsos… Después los políticos que sean a obedecer o no tendrían ni tiempo de llenarse los bolsillos.

    ¿Quién tiene para alquilarme en el monte una casita con terreno contiguo para sembrar mi comida y olvidarme “del mundanal ruido…”?
    No lo he leído, pero Sartre escribió un libro con un titulo muy sugerente. “La Nausea…”

  • ana rodrigo

    Sr. Llaguno, le agradecería que dejase de mencionarme cuando a usted le apetezca utilizar el lenguaje que le plazca, ya le dije que a mi edad he visto, leído y escuchado de todo, y lo que los demás hagan o digan, es una cuestión suya, no mía. No soy tan idiota como para perder mis ya escasas energías en cómo sea, piense o hable usted.

    Cuando hablé de su lenguaje pensaba en ATRIO (donde siempre se ha pedido respeto), no a mi persona, pero como yo no soy la responsable de este portal, pues, le agradecería dejase de nombrarme, yo tengo causas más importantes en mis prioridades que su manera de decir….

    Aunque siempre defenderé a ATRIO porque, si sigo participando aquí después de tantos años, es porque me convence el buen nivel en todos los sentidos que se ha mantenido a lo largo de los años.

  • Juan A. Vinagre

    Una vez más, de acuerdo con J. Ignacio. Ahora solo ampliar un poco alguna reflexión a propósito del poderoso capital que todo lo controla, que ordena y manda, y que racionaliza tanto las incompatibilidades que hasta las religiones (“cristiana” etc.)  son compatibles con ese ídolo (que nunca llamarán ídolo, sino progreso humano, porque reparte migajas.)    En esta línea de reflexión cabe añadir, porque es una consecuencia del poder de ese ídolo, que “Capitalismo y democracia”  son compatibles (si se descafeína la democracia.)  Porque una democracia auténtica es incompatible con ese ídolo. Incompatible porque democracia (aquí se encuentra una parte de la esencia del mensaje del Reino) equivale a liberación, a trato igualirario y solidario entre seres humanos.         Sin embargo  (aquí se halla una gran contradicción), muchos sedicentes cristianos, comenzando por ciertas “jerarquías” (que no sirven) votan a ese ídolo-poder…    Es decir, hacen compatible (marginando párrafos del Evangelio) Dios y poder (= Dinero)  En esto ha tenido -y aún tiene- mucho que ver el estamento clerical (con sus grandes excepciones: Ambrosio,  Juan Crisóstomo,  Francisco de Asís etc.)   De ahí que por tanto marginar textos evangélicos   -y otros, también humanos-   en países que se confiesan muy creyentes, las democracias sean concesiones que se revisten de apariencia de igualdad en emitir una papeleta. pero no mucho más.  El poder solo escucha a su ídolo.  En suma, nuestra democracia es aún muy inmadura, como lo es nuestra fe, pronta a concesiones  y  a hacer “revoltijos”…, que no cuadran.                     Muchas reacciones de jefes  demenciados, como Hitler, Putin (y tantos más, antes y coetáneos), que en la historia reaccionaron-se comportan como cafres…, en parte han sido provocadas  por el imperio -de cada época-, que frecuentemente se ha impuesto y saqueado sin control, dejando detrás un mar de rencores y odios, que esperan su oportunidad. El ídolo del poder ciega y deshumaniza y deja como herencia un mundo para rehacer…    Por eso, una pregunta:  ¿Hasta cuándo los ídolos que adoran los imperios (de unos pocos) exigirán culto, inspirados en esa filosofía pre-darwinista  o pos-darwinista social, que  que discrimina… y somete y engendra odios?

     

  • Antonio Llaguno

    Yo no puedo hablar de la Sra. Meloni. No la conozco y tampoco me preocupa mucho.

    Peor que Berlusconi, Andreotti, o Craxi no puede ser (aunque siempre se puede ser aún peor) y ahí tenemos a Italia sobreviviendo siempre en medio de la marejada política.

    Pero si puedo hablar desde el punto de vista de quien antes votó a la izquierda (nunca a los antisistema, no soy tan burro) y ahora vota a la derecha (no a VOX, no soy tan burro).

    El problema que tienen izquierda y derecha es que han renunciado a una parte de lo que inquieta al electorado y se han asentado sobre lo que creen tener superioridad moral y efectiva sobre el otro.

    La izquierda cree que tiene superioridad en políticas sociales, en justicia social, en prestaciones a los más desfavorecidos y a las clases populares y se centra en ello. Pero lo que ve la gente es que eso se traduce en que ellos pasan a convertirse en clase privilegiada (véase el casoplón del Coletas en Galapagar o el de Etxenike nike nike en pleno barrio de Salamanca de Madrid, así como los viajes de la “chupi pandi” de la Sra. Vicepresidente a New york con todas las feministas del gobierno juntas de tiendas por la 5ª avenida), colocan a sus amigos y como han renunciado a la economía (porque han demostrado su absoluta inutilidad profesional en ello) gastan y gastan dinero público sin freno en Falcons, viajes de amiguetes, subvenciones a programas sobre como masturbarse con la mano izquierdas y putas y cocaína a costa de los ERES.

    Y la derecha cree que tiene superioridad de gestión económica y de prosperidad y le trae sin cuidado (iba a decir por culo que es más gráfico y más real, pero a la Sra. Rodrigo lo mismo le molesta) si esa “gestión económica hace mas pobres a los pobres y más ricos a los ricos. Pero lo que ve la gente es que se lo llevan crudo (Y eso que ya tienen mucho, que el Sr. Ratito y Bárcenas “mantente firme” no eran pobres precisamente) y que no basta con meterles en la cárcel, porque seguro que hay otro amiguete que viendo como vive su anterior “fuhrer” decide que el también tiene derecho a su parte de las “crudités”.

    Y mientras las personas normales, que no se meten en política (Justo lo que Franquito aconsejaba: “Haga como yo, no se meta en política”) y se dedican a votar solamente, cada día tienen más claro que están en manos de incompetentes que nunca van a llegar a un acuerdo, porque se necesitan separados (es mucho más fácil atacar al contrario que gobernar bien) y enfadados y que o son ellos quienes salvan el país (y el pellejo) o el país en manos de políticos (de los actuales) tiene menos futuro que un submarino descapotable.

    Y yendo al meollo ¿Por qué voté a la izquierda y ahora a la derecha? Pues porque en su día creía que la izquierda, realmente quería la justicia social y que la buscaría haciéndonos a todos más ricos y no más pobres. Que habían aprendido en la URSS y satélites que igualar a todos por abajo es un error que no satisface a nadie.

    Y la izquierda de entonces lo pensaba así.

    La izquierda perrofláutica que nos gobierna no ha aprendido nada de eso. De hecho no ha aprendido nada de nada.

    Y ya que nos van a robar, y por lo menos que no se lo gasten en putas y cocaína y no nos suban los impuestos.

    • Antonio Duato

      Agradezco tu sinceridad y muchas de tus reflexiones críticas. Pero de nuevo te pido que cuides un poco más el lenguaje que, por ejemplo en este comentario, se aleja mucho de lo quisiera para ATRIO. Desde las referencias burlescas a políticos de izquierdas o derechas a generalizaciones simplistas inaceptables en una persona que como tú pretende dialogar ejerciendo pensamiento crítico riguroso.

      Gracias por leerme.

    • olga Larrazabal

      Mira por donde.  En Chile estamos en las mismas.

  • Jaume PATUEL

    Caro Faus, continua con tu inteligencia clara y brillante como te conocí en el 1969 como profesor que te estrenabas de Cristología. Y recordando tus chistes en clase y los apuntes que trabajábamos ciclostilados.
    Uno de los puntos que considero importantes es el nº 9. Mucha gente no es consciente de ello. Es ese nuevo paradigma: “Económico.Científico.Técnico”, del capitalismo que no contiene valores humanos. Y la democracia madura debe indicarlos vitalmente.
    Gracias,inolvidable Faus.

  • José María Valderas Gallardo

    Me maravilla la frivolidad, acompañada d superficialidad y simplismo de determinadas posturas políticas. No voy a detenerme en la señora Meloni porque desconozco los pormenores de su trayectoria y su programa electoral,, más allá de lo que interesadamente comentan los periódico. De aurora boreal las editorial de El País, anatematizando y vertiendo todo tipo de exabruptos escribiendo pensando más en Vox. Uno entiende si mayores exégesis por qué la obesión de ese periódico, periódico de izquierdas como dice su presidente, un ricachón que, con la anuencia taimada y traicionera del gobierno socialista, ha entrado en el mercado “de la defensa”, es decir, en la fabricación de armas. Pero, como un Sánchez más, se refugia en que todos los periódicos de España menos el suyo es de derechas.  Lo que es es un medio que desconoce la deontología, que silencia y tergiversa partes iguales. Lo de hoy con su defensa de la postura del gobierno sobre la elección del Poder Judicial es antológico, de antología de la desvergüenza.

    La moral se extiende a la política, la ética social, sobre la que escribió con soltura y dominio, el Padre Utz, uno de los redactores de la Mater et Magistra.

    Lo fácil, lo frívolo, es dar por buena la izquierda –una izquierda asesina desde los progroms soviéticos hasta Aldo Moro. Eso de que la izquierda favorece al débil es un cuento chino. Sólo cuando los pueblos se hacen libres, pueden tomar sus propia decisiones, sin ojos vigilantes –entiéndase sin control de los medios de comunicación, unos medios que, cuando no se tienen, se vituperan, en lo que hemos visto estos días coincidir Sánchez, el magnate multimillonario de El País e Iglesias.

    Cada vez estoy más convencido de que hacemos un flaco favor a la ciudadanía cuando abrazos sin ton ni son unas serie de mantras y prejuicios. Lo he vivido desde mi juventud. En la Universidad de Barcelona, las huelgas eran el pan nuestro de cada día en el tardofranquismo. A los que trabajábamos, nos venían de perlas porque, a diferencia de los niñatos pijos, que luego coparon los puestos del nacionalismo y del socialismo gobernante, necesitábamos más días libres para estudiar y preparar los exámenes. En más de una ocasión dirigí el paro, reconozco que por puro interés personal. No lo hice tan mal porque los del PSUC me pidieron ir a encender los ánimos en otras facultades. Sólo fui donde yo quise, no donde me indicaban. De hecho no tenía especial interés en que confundieran con aquellos señoritos camuflados. Si hasta Solé Tura tuvo que reconvenirles para que hablaran en castellano a los sindicalistas de “El Cipri”.

    Asistí al nacimiento de Vox en Cataluña. Fui una suerte de cofundador que no pasó del primer día. Ocurrió en un altillo de clases de adultos que nos dejaron en la Calle Nicaragua, donde el PSOE (luego PSOE-PSC y hoy PSC). Eramos cuatro o cinco, entre ellos Garriga, la ex-concejal del PP en Sant Cugat y algún despistado más. Garriga venía también de sant Cugat, donde la Compañía posee extensas posesiones y unos fondos bibliográficos excepcionales de lo que fueron facultades eclesiásticas. Allí, en el altillo, no había ni un duro. Aquello parecía una reunión de fieles de una hermandad. Se habló del evangelio. Sólo el tema del aborto se apartó un tanto, lo que fue motivo para que una de los asistentes me comentara a la salida que no los iba a votar por su posición en ese tema. Obscuro futuro, pensé, par la formación.

    No he oído ni una sola declaración de Vox que se aparte de la doctrina de la Iglesia. Ni una. ¿Será porque la Iglesia es de extrema derecha?

    Invitado por Escuela para todos, con eslóganes en catalán y en castellano, asistí a la manifestación de hace unos quince días. Periodistas progresistas de TV3 estaban filmando la manifestación de manera “selectiva” es decir, silenciando los eslóganes y enfocando cuando se producía un hueco, para mostrar que no había acudido nadie. Me indignó esa postura y, pese a mis años, me dirigí en catalán garrotxí, de socarel (de pura cepa): eso no es periodismo, eso es amarillismo (“Groguisme”). Al irse el grupo de la televisión regional, una de sus componentes me escupió.

    La situación política es muy compleja. Seguir patrones obscenos y mendaces de antagonismos comodones puede resultar no sólo contrario a la verdad, sino a los derechos de los más débiles. No vino nadie de Escola Cristiana. Como dirían en el programa de Chicho Ibañez Serrador. “¿Por qué será?

     

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