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Panenteísmo de nuevo para una Fe razonable

Si vuelve de nuevo Leandro, y Atrio con él, a esta concepción global y procesual de la realidad inmanente y trascendente, es para afianzar la convicción de que puede sobrevivir una fe viva y secular en este mundo de la cultura líquida sin rumbo. Ver el descompromiso de la posmodernidad (sobre Z. Bauman) o la neoesclavitud del  smartphone (Byung-Chul Han). AD.

CLAYTON, Philip – PEACOCKE, Arthur (eds.): En él vivimos, nos movemos y existimos. Reflexiones panenteístas sobre la presencia de Dios en el mundo tal como lo describe la ciencia, Sal Terrae-U.P. Comillas, Maliaño-Madrid 2021, 332 pp. ISBN: 978-84-293-3033-5. Comprar (19 €).

          La palabra “panenteísmo”, como atestiguan todos los artículos estándar de los diccionarios especializados, fue acuñada por Karl Christian Friederich Krause (1781-1832), filósofo idealista alemán y coetáneo de Hegel. Uno de los editores de este volumen, Philip Clayton, sugiere que los teólogos idealistas de inicios del siglo XIX como Krause, desarrollaron una serie básica de intuiciones hereda-das del siglo xviii, y que tales intuiciones derivaban de la idea de Nicolás de Cusa de que la creación acontecía “en” Dios (Ph. Clayton. The Problem of God in Modern Thought, Cambridge 2000, 150-151), así como de la sustitución por Descartes de la noción escolástica de infinitud por otra más participativa.

          La palabra alcanzó amplia difusión en Estados Unidos a través de Charles Harsthorne, “el más destacado defensor del panenteísmo en EE.UU.”, en especial a través de su compilación de textos sobre Dios, Philosophers Speak of God de 1953. Y fue reintroducida en Gran Bretaña por John Robinson, cuyo libro Exploración en el interior de Dios (original de 1967) desarrolla las sugerencias doctrinales de su controvertido superventas Honest to God, Sincero para con Dios (original de 1963). Y el principal exponente del panenteísmo en ese país, aunque el término no le gusta, es el filósofo y teólogo John Macquarrie. El panenteísmo de Macquarrie deriva de la posición “existencia-ontológica” de la primera edición de sus Principles of Christian Theology, 1966, que a su vez es un desarrollo de su crítica ontológica a los existencialistas Heidegger y Bultmann.

          Esta breve introducción nos centra ahora en el volumen que comentamos y que puede tener gran interés para los lectores de Razón y Fe, que reflexionan sobre las relaciones interdisciplinares entre las ciencias, la racionalidad filosófica y las creencias religiosas.

          Nos centramos en el volumen que comentamos. Volviendo a hace 20 años, recordamos que entre los días 6 y 8 de diciembre del año 2001 se reunieron en el recinto del castillo de Windsor un nutrido grupo interdisciplinar de expertos para celebrar un simposio auspiciado por la Fundación John Templeton sobre cómo explicar la acción de Dios en el mundo. El presente volumen, traducido del inglés, se organiza en 19 capítulos correspondientes a las intervenciones de todos los participantes en el simposio, así como por el doctor en Teología Michael W. Brierley, que realizó su tesis doctoral sobre el panenteísmo, a quien se encomendó que aportara una visión de conjunto.

          La filosofía, la ciencia y la teología panenteístas no están demasiado extendidas entre nosotros. Y con frecuencia, mucha gente confunde panteísmo y panenteísmo. De un modo muy simple se puede decir que, para el panteísmo, TODAS las cosas son Dios; mientras que el panenteísmo sostiene que Dios ESTÁ en todas las cosas, pero estas no son Dios. Entre nosotros, el panenteísmo se ha divulgado en ciertos ambientes gracias a las obras de Pierre Teilhard de Chardin que en esto prolonga la espiritualidad de la Contemplación para Alcanzar Amor de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola.

          Para los lectores de Razón y Fe puede resultar de interés este cuidado volumen de la colección Ciencia y religión. Para valorar su dimensión interdisciplinar entre la ciencia y la fe, hemos de citar al filósofo, científico y teólogo Philip Clayton que habla del “giro panenteísta” en la teología del siglo xx (Ph. Clayton. “The Panentheistic Turn in Christian Theology”. Dialog, 38 [1999], 289-293).

          La palabra “panenteísmo” es menos conocida que la palabra “panteísmo”. Esta fue propuesta por vez primera a principios del siglo xviii y luego adoptada por los tradicionalistas como insulto para toda insinuación de alejamiento del teísmo clásico, en especial cuando la inmanencia divina pasó al primer plano de la teología, desde finales del siglo xix hasta la conclusión de la Primera Guerra Mundial. Teísmo clásico, panenteísmo y panteísmo son reconocidos como los patrones básicos con cuya ayuda analizar la doctrina sobre Dios.

          En la actualidad, toda una pléyade de teólogos se caracteriza a sí mismo como panenteísta. Algunos suscriben el “teísmo del proceso” y la “filosofía del proceso”, como un subconjunto de pensadores en torno al panenteísmo: tales son, Hartshorne, Norman Pittenger, Charles Birch, Schubert Ogden, John Cobb, James Will, Jim Garrison, David Pailin, Joseph Bracken, David Griffin, Jay McDaniel, Daniel Dombrowski y Anna Case-Winters.

          Otros que se identifican a sí mismos como panenteístas son: Alan Anderson, Leonardo Boff, Marcus Borg, Philip Clayton, Scott Cowdell, Denis Edwards, Paul Fiddes, Matthew Fox, Donald Gelpi, Peter Hodgson, Christopher Knight, John Macquarrie (aunque no le gusta el nombre), Paul Matthews, Sallie McFague, Jürgen Moltmann, Hugh Montefiore, Helen Oppenheimer, Arthur Peacocke, Piet Schoonemberg, Claude Stewart y Kallistos Ware.

          Además, un grupo de pensadores y teólogos han sido identificados por otros como panenteístas. Tales son Nikolai Berdiaev, Peter Berger, James Bethune-Baker, Dietrich Bonhoffer, Martin Buber, Sergei Bulgakov, Rudolf Bultmann, Martin Heidegger, Karl Heim, William Hocking, Geddes MacGregor, Charles Pierce, Rosemary Radford Ruether, Albert Schweitzer, Pierre Teilhard de Chardin, Paul Tillich, Ernst Troeltsch, Alan Watts, Paul Weiss y Alfred Whitehead; los idealistas británicos John y Edward Caird y Andrew Seth Pringle-Pattison; los alemanes decimonónicos Schleiermacher, Fichte, Hegel, Schelling, Baur, Fechner y Pfleiderer; así como los teólogos medievales Nicolás de Cusa y Maestro Eckhart.

          En definitiva: las personas de nivel intelectual universitario y mentalidad interdisciplinar encontrarán en este volumen un arsenal intelectual poderoso que puede reelaborar muchos de los paradigmas heredados de otras filosofías. Un capítulo extenso con las notas y un índice biográfico de los autores, completan el estudio. Resaltemos la labor cuidadosa y actualizada (para los trabajos en español) del traductor, José Manuel Lozano-Gotor.

Leandro SEQUEIROS, SJ Presidente de la Asociación Interdisciplinar José de Acosta

 

19 comentarios

  • Juan A. Vimagre

    Cuando pienso en la inefable realidad de Dios   -Ser supremo eterno (no creado) trascendente, infinito, inefable…, imposible de entender correctamente por los seres humanos (si creo que lo entiendo, eso que entiendo no es Dios), no encuentro una expresión mejor que la de  llamar a Dios como nos enseñó Jesús de Nazaret: PADRE ABBÁ. Y esto me basta, aunque no entienda bien, en la práctica, esto que digo. Nuestras ideas sobre Dios son intentos más bien torpes y muy -inconscientemente- atrevidos.  Por eso la expresión de Jesús -Padre Abbá- me parece la mejor de las definiciones. Y esto me basta, repito, aunque a veces tampoco entienda cómo entender correctamente esta “definición”.  Cuando vemos tanto mal y dolor en la tierra…, creo que solo la concepción de Dios Padre-Abbá como AMOR lo puede explicar… Ese Amor optó por lo más débil, lleno de flaquezas…, que Él al fin es capaz de reciclar y elevar-transformar…

    Pero si me atrevo  (fides quaerens intellectum- a imaginármelo, de alguna manera, un poco (solo un poco) satisfactoria (para mí) diría, echando mano de una expresión humana, que este Ser infinito y trascendente, que ama y crea por amor, “mantiene entre sus manos la realidad creada, insuflándole constantemente su energía, a fin de mantenerla en el ser, de modo que, si retirara sus manos, el universo se extinguiría como fuego artificial…”               (Perdonen por atreverme a decir esto, que a muchos les parecerá una tontería (o peor).  Pero así lo veo.  El Amor que nos dio el ser, nos sostiene en él.  Somos un milagro del Amor.

    Esto me ayuda a entender mejor la expresión “pan-en-teísmo”:  En Él somos y estamos y vivimos… Él es el “Alma” del universo. Él, que es Padre-Abbá-Amor… Aunque no sepamos entenderlo bien.   Si lo entiendo no es Dios. Y esto -que no puedo entenderlo bien- la razón es capaz de entenderlo, si piensa liberada, “desasida”, como un niño. Si abordo el tema con suficiencia, lo más probable es que no encuentre más que vacío…   Por eso a Dios, al Dios de Jesús, solo podemos verlo como AMOR humilde. Amor esencialmente humilde, que se da… y se rebaja… para elevarnos. Esta es mi convicción, reforzada por mi fe.

     

  • carmen

    Hola señor Sequeiros.

    Sé de usted desde hace bastantes años. Le dije una vez que vi un vídeo sobre una misa en el desierto o algo así, el texto era de Teillard de Chardin, las imágenes, superbonitas y la música también. Eran mis tiempos de búsqueda intensa para lograr entender algo. Su nombre aparecía en los créditos, lo recuerdo perfectamente.

    Ahora estoy leyendo lo que escribe, no entro en los enlaces, algo me dice que va a ser demasiado para mí. No soy teóloga ni nada, soy una cristiana católica normal. He sido maestra más de cuarenta años, para más inri. Quiero decir, una persona de esas que para la iglesia somos invisibles cuando en realidad la santa madre iglesia debería de estar dedicada a nosotras, pero ese es otro tema. Lo digo para que sepa quién le va a preguntar lo siguiente.

    Allá voy. Para ustedes , los casipanteistas, Jesús era el mismo Dios, o el Hijo de Dios? No me refiero a como yo misma, que siempre me dicen que soy hija de Dios también. Está clarísimo que es en sentido espiritual o algo de eso, porque soy hija de mi padre y de mi madre. No vea la suerte que tuve con ellos. Y con mis hermanos y hermanas.

    Para ustedes Jesús resucitó en el sentido de dejar la tumba vacía o resucitó de esa otra manera que decía aquella discípula de Magdala? Por cierto, mujer grande finde las haya.

    Me interesa mucho su respuesta. Ya sabe, cada cual tiene sus manías . No soy panteísta , creo que no soy nada. Sé o quisiera creer que Dios anda por ahí, pero como no sé qué es, pues no tengo certeza ninguna, aunque creo que…

    Un saludo muy cordial.

  • Gracias por la atención…
    Como le pregunté la primera vez que salió el tema: aparte de la etimología del término –Dios en todo, todo en Dios– qué significa realmente y en qué difiere del Dios creador y providente de la teología católica? ¿Cuáles son sus características distintivas, sus notas diferenciadoras?  No es el deismo de Newton: que es primer motor y nada más… Tampoco el teismo vulgar (Dios milagrero lo hace todo y los humanos somo muñecos) Tampoco es panteismo (todas las cosas SON Dios). Teologia apofática, por negación.. Yo creo en lo que me parece el Dios de Jesús de Nazaret: un Dios personal (no es un puro ser-energia) con el que podemos comunicarnos (si queremos) que se revela como Dios-Amor y que está PRESENTE (más que físicamente) EN las cosas… En El vivimos, nos movemos y existimos.. y ESTA (lo experimento) en todas las cosas… Ver la contemplación para alcanzar amor de San Ignacio de Loyola  https://www.bubok.es/libros/212876/EN-TODO-AMAR-Y-SERVIR-La-diafania-de-lo-divino-en-el-corazon-del-Universo-Una-vision-interdisciplinar-2-edicion o en los textos de Teilhard de Chardin
    https://gcloyola.com/espiritualidad/3969-los-ejercicios-espirituales-con-teilhard-de-chardin-9788427146730.html
    Fui lector de Peacocke, algunos libros suyos tengo en mi biblioteca, quizá por lo de la afinidad de formación. Pese a las críticas que ha recibido la Fundación Templeton –incluso desde las páginas de Science– aplaudo su esfuerzo en la potenciación de las relaciones entre ciencia y fe. Quiero decir, en breve, que me parece loable su empeño, para Sequeiros. en  buscar puentes. Lo que pasa es que no veo que la ficción y el desvarío, digamos, teihlardiano sea el camino.

  • M. Luisa

    También quiero agradecerle  a Don. Leandro el artículo.
    Si la diferencia entre  Panteísmo y Panenteísmo   la hacemos recaer, como alguien aquí ha apuntado,  en  esta lógica recíproca –Dios en todo, todo en Dios – mal vamos para empezar. Lo que tanto hoy aquí como el otro día en el otro artículo   se dice es que Dios está en todas las cosas, pero estas no son Dios.
    Si ahora replanteamos esa diferencia entre Panteísmo y Panenteísmo. Panteísmo: Todo es Dios. Pan- en-teísmo,  Dios (está) “en” todas las cosas. Y en este sentido, si nos atenemos  al enunciado, podemos concluir  que lo razonable de la fe,   no nos lo puede proporcionar más que las cosas en su doble dimensión, es decir, no en cuanto cosas, sino en cuanto reales.  Lo contrario que ha sucedido  en el Panteísmo, que se ha pensado  que todo es Dios y en consecuencia, la razón ante este juicio anticipativo queda  paralizada, no puede pensar, no puede ejercer su función propia. El Dios pensado, creído, nos aleja  de “Aquello” que constituye la Plenitud de lo real.  No es cuestión de creer, sino de ver que todo está  aquí, pero somos incapaces de verlo.

  • Gracias a todos los amigos por sus comentarios y opiniones… Ya hace unos meses me publicaron aquí algo más largo. Ahora os ofrezco dos libros que podéis descargar GRATIS donde tenéis materiales de reflexión:
    https://www.bubok.es/libros/270653/EL-DEBATE-SOBRE-EL-NO-TEISMO-Materiales-para-tender-puentes
    https://www.bubok.es/libros/270072/PANENTEISMO-Reflexiones-para-saber-mas-y-creer-mejor

  • Santiago

    Es claro que Dios es omnipresente y penetra  toda la Realidad, y se Le encuentra hasta en “los pucheros” como nos decía la gran Teresa de Ávila…pero Dios no depende del Cosmos para existir  ya que la esencia de Dios es espiritual y pre-existió a la Creación que pudo ser realizada o no..ya que por Su naturaleza Dios es esencialmente y absolutamente libre y no puede depender de nada mi nadie para Su existencia eterna..aunque sea inmanente y providente..pero Dios no evoluciona sino lo que evoluciona es lo creado e informado por El.

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández

     

     

  • Isidoro García

    Todo significado depende del contexto, porque no percibimos el mundo, sino que lo interpretamos.

    Todo esto me venía a la mente al leer la frase de la poesía griega que citó Pablo: “En él vivimos, nos movemos y existimos”, que está en el título del libro de Philip CLAYTON, y Arthur PEACOCKE comentado por el maestro Sequeiros.

    Y yo quisiera hacer una digresión sobre esta frase griega, (que no evangélica), pero que muy posiblemente supone una gran intuición-iluminación, de algún poeta, (¿Hesiodo?), demostrando así, la existencia en todos nosotros, de un caudal intuitivo e instintivo hacia el conocimiento del gran orden universal, que se hace así accesible a la consciencia humana, si se sabe a sintonizar, escuchar e interpretar adecuadamente.

    Lo que pasa es que luego esa sabiduría, la interpretamos según nuestro contexto cultural. Pablo, judío de pro, interpretó ese gran orden universal como el Dios de sus padres. Es natural.

    Pero a mí, me venía a la mente, la idea del artículo que leí hace unos días, de Enrique Zamorano, en El Confidencial, “El filósofo que te hará creer de una vez por todas, que vivimos en una simulación informática”, sobre las ideas del filósofo David Chalmers, sobre la “posibilidad” de que el Universo que intuimos, sea una hipercompleja realidad virtual, tipo “Matrix”, en donde viviríamos, nos moveríamos y existiríamos.

    David Chalmers, profesor de la Universidad de Nueva York, y conferenciante TED, es el filósofo favorito de Ray Kurzweil, uno de los investigadores jefazos de Google, considerado el Edison actual.

    Chalmers considera que la información es el elemento fundamental del Universo.

    “Una visión de la evolución rica en información, no debe caer en el reduccionismo, ni estar despojada de espíritu. 

          Si Dios, o el espíritu, (el orden cósmico), operan de modos misteriosos, uno de estos m9sterios, puede tener que ver con la dificultad para categorizar el papel de la información en el proceso evolutivo.

         “La forma silenciosa y no obstructiva en que la información se insinúa en la química de la vida, (escribe el teólogo evolutivo John Haught), demuestra que puede haber en la naturaleza, un tipo de influencia que no se reduce a la pura fuerza natural””. (Evolucionarios – Carter Phipps).

     

    En el artículo citado, Zamorano, cita la hipótesis de Nick Bostrom, formulada hace ya casi veinte años:

    “A medida que progresen las tecnologías de realidad virtual (VR) y realidad aumentada (AR), llegaremos finalmente a la conclusión de que nuestra vida, el universo y en definitiva, todo lo que nos envuelve y lo que sentimos, responde a una especie de programa de ordenador ejecutado por una supercomputadora”. 

    La Wikipedia señala que Bostrom, “en su libro Superinteligencia: caminos, peligros, estrategias (2014), define a la superinteligencia, (que está muy próxima en el tiempo –ordenadores cuánticos, I.A.), como “un intelectual que es mucho más listo que los mejores cerebros humanos prácticamente en cualquier campo, incluyendo la creatividad científica, sabiduría general y habilidades sociales”.

    Además razona que con “un desempeño cognitivo excediendo enormemente el de los humanos en virtualmente todos los dominios de interés”, los agentes superinteligentes podrían prometer beneficios sustanciales para la sociedad, pero plantear un significativo riesgo existencial. Por lo tanto, Bostrom asegura que es crucial que abordemos el campo de la inteligencia artificial con precaución y tomemos medidas activas para mitigar el riesgo que enfrentamos”.

    Todo esto no es ni tan disparatado, ni tan nuevo, pues no deja de ser una versión moderna y tecnológica de la caverna de Platón, donde lo que percibimos, no son mas que “sombras” de la realidad.

    El periodista Jason Kehe en un artículo en ‘Wired’ profundiza las teorías de Chalmers, quien dice:“Supongo que dentro de un siglo tendremos realidades virtuales que no se pueden distinguir del mundo no virtual”.

    Dice Kehe: “A medida que avanza la tecnología, las lentes de realidad aumentada pueden ser reemplazadas por implantes de retina o en el propio cerebro. 

           Una interfaz cerebro-ordenador permitiría pasar por alto nuestros ojos y otros órganos de los sentidos, brindando acceso a una amplia gama de experiencias sensitivas simuladas. Esto transformará la forma en la que vivimos, trabajamos y pensamos“. (¿Nos suena la expresión?).

    Esto, irremediablemente, nos lleva a preguntarnos por la existencia de un Dios o demiurgo que a partir de un hardware, (la materia existente, el universo, los elementos químicos), y un software, (las leyes físicas), haya programado todo lo visible.

    “Siempre me consideré ateo”, escribe Chalmers, en el libro. “Pero ahora, la hipótesis de la simulación me ha hecho reflexionar sobre la existencia de un dios como nunca antes”. 

     

    Esto no son fantasías, ni delirios, esto está ya en marcha, y nuestros nietos se tendrán que enfrentar a ello.

    ¿Son galgos, o son podencos?. ¿Cuántos ángeles cabrán en la punta de un alfiler?. Seguir con esquemas mentales del XIX y primera mitad el XX, es exactamente lo que hacían lo teólogos bizantinos con los turcos a las puertas de la ciudad.

  • Juan A. Vinagre

    En esta muy erudita y sabia reflexión-aportación sobre el panenteísmo, que ilumina  y enriquece el panorama intelectual más reciente, relativamente reciente  -y que es de agradecer-, me permito recordar al (a mi juicio) más grande panenteísta de la historia: Francisco de Asís.  Hombre con menos formación, pero con una gran intuición-consciencia de lo sagrado, que le hacía ver a Dios Padre en todo y entre todos, con la certeza que trasciende todo raciocinio.                          Ese panenteísmo no proviene de la razón ni de la emoción (aunque no las excluye), sino de una experiencia íntima personal, “tan clara como la luz del medio día”, que eleva y trasciende los sentidos y el silogismo…  En Francisco de Asís se encuentra esa gran sabiduría, que trasciende y ve más claro lo inefable…

  • Gonzalo Haya

    Agradezco a Sequeiros que me recomendara hace unos años la lectura de este libro de Peacoccke, porque en él encontré lo que de alguna manera venía entendiendo sobre la relación de Dios con el mundo.
    Recientemente he leído en un partidario del No-teísmo: “Si quitara de mí lo que hay de Dios, quedaría nada y si pudiera quitar de mí lo que hay de mí, quedaría nada”. “Ni yo puedo existir sin Dios ni Dios puede existir sin mí (Eckhart)”. Parece que de este modo se identifica totalmente a Dios con el mundo, y no veo en qué se diferenciaría del panteísmo. ¿Dónde queda la trascendencia de Dios?

    Por el contrario, Schillebeeckx dice: “si pudiera quitar de mí lo que hay de Dios, quedaría nada; si pudiera quitar de mí lo que hay de mí, quedaría Dios. El panenteísmo concibe el mundo como un subconjunto dentro del gran conjunto de Dios o, como dice otro autor más poéticamente “como el feto en el seno de la madre”. De esta manera el panenteísmo supera esa tan manido “argumento” de los dos pisos, en el de arriba Dios y en el de abajo el mundo; pero mantiene su compenetración con el mundo, porque Dios está en el de arriba y en el de abajo. De este modo se mantiene tanto la inmanencia como la trascendencia de Dios.

    que “Ni yo puedo existir sin Dios ni Dios puede existir sin mí” que atribuye a Eckhart.

     

  • jose ramon jimenez

    Leandro, gracias por el artículol

  • No debemos confundir churras con merinas. Por culpa del error perdimos el monopolio de la lana y la fabricación de paños, que nos robaron los ingleses. Ni hemos de confundir la historia con la lista de los reyes godos, por la sencilla razón de que no todos los reyes dejaron el mismo poso en la historia. En los listados se iguala a gente muy dispar, de manera injusta a menudo. No parece que haya que creer que las ideas va a peso, es decir, de acuerdo con el número de sujetos que dicen confesar una misma opinión. Lo malo es que ni siquiera conocemos en qué consiste esa opinión.

    Empezando por el final, pongamos, siquiera cronológicamente, antes al maestro de la mística renana que al filósofo y matemático. Sólo de una manera epidérmica depende el segundo del primero. Procedamos en movimiento ascendente y, a modo de lección de historia del idealismo alemán sigamos con la triada Fichte, Hegel, Schelling. ¿Por qué no poner el progenitor lejano, Kant, y rematarlo con el sujeto que hizo furor entre la progresía española avant la lettre, Krause? ¿Qué tienen que ver la concepción de la naturaleza y de Dios en cada uno de ellos? La física kantiana, de corte newtoniano, tiene su extensión en el pensamiento biológico de Schelling, ¿pero los otros dos? Por no hablar de los demás miembros de ese listado final.

    No seguiré por ese camino. Temo ser demasiado hiriente. No tengo el mismo criterio evaluador que usted. Quizá, ya e lo he dicho, soy demasiado fiel del logo de la Royal Society, la que crearon Newton y Boyle y tantos fundadores de la ciencia moderna: nullius in verba.

    Como le pregunté la primera vez que salió el tema: aparte de la etimología del término –Dios en todo, todo en Dios– qué significa realmente y en qué difiere del Dios creador y providente de la teología católica? ¿Cuáles son sus características distintivas, sus notas diferenciadoras?

    Fui lector de Peacocke, algunos libros suyos tengo en mi biblioteca, quizá por lo de la afinidad de formación. Pese a las críticas que ha recibido la Fundación Templeton –incluso desde las páginas de Science– aplaudo su esfuerzo en la potenciación de las relaciones entre ciencia y fe. Quiero decir, en breve, que me parece loable su empeño, para Sequeiros. en  buscar puentes. Lo que pasa es que no veo que la ficción y el desvarío, digamos, teihlardiano sea el camino.

     

     

     

     

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