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Puertas abiertas para nuestra participación en el Sínodo

Gracias, Gonzalo, de parte de ATRIO que está dispuesto a programar un formulario digital para la recogida de opiniones  y documentos, si hay otros dispuestos a redactarlo y elaborar las respestas. AD. 

Ya conocéis la carta que escribí a Cristina Inogés de la comisión de metodología de la secretaría del Sínodo en Roma; ahora su respuesta  nos deja las puertas abiertas para presentar nuestro sentir en conciencia respecto al Sínodo sin tantos filtros que podrían desvirtuarlo.

Copio aquí su respuesta:

Buenas tardes, Gonzalo:

La verdad es que estamos en un momento sumamente atractivo. Va a tener inconvenientes y negarlo sería tonto, pero creo que pese a todo y todos, algo habrá cambiado cuando llegue 2023.

Los grupos para trabajar el Sínodo no tienen por fuerza que estar asociados a una parroquia. Pueden ser grupos de todo tipo y, por lo tanto, sí se puede participar. Lo normal va a ser hacerlo a través del cauce diocesano. Me permito enviarte (aunque sé que lo tendrás) el Documento Preparatorio y el Vademecum, además del enlace a la web del Sínodo. Todo está en varios idiomas. Es esta:

https://www.synod.va/en.html 

En el Documento Preparatorio y en el Vademecum, hay 10 bloques de preguntas. Se pueden trabajar todos o bien aquellos bloques que se consideren más interesantes o importantes para ese grupo. Además, está la posibilidad de aportar la reflexión sobre algún tema que no aparezca en esos bloques.

También te adjunto el enlace que he encontrado en la diócesis de Madrid donde, al final, están los cauces de participación diocesana:  https://sinodo.archimadrid.es/

Estoy a tu disposición para todo lo que quieras preguntarme.

Seguimos caminando…

Cristina Inogés Sanz

crisinogsanz@gmail.com

Twitter: @Crisinogessanz

Facebook: cristina.inogessanz

Instagram: cristinainogessanz

 

Esta respuesta nos permite recoger el sentir de nuestros lectores de Atrio, y quizás los de otras revistas afines, resumirlos o procesarlos nosotros y enviarlos directamente a la Secretaría del Sínodo en Roma. Es verdad que al final decidirán un grupo de cardenales y obispos, pero nos habrán escuchado.

Como el reunir y resumir esta información requiere tiempo y experiencia agradeceremos cualquier colaboración voluntaria para realizarla.

 

34 comentarios

  • Santiago

    Muchas gracias por vuestros comentarios que nos ayudan a todos con el discernimiento en la Iglesia de Jesucristo…

    El hecho que el personaje Jesucristo es histórico nos impide apartarnos de la realidad del Evangelio..Desechada esta historicidad entonces la Iglesia se convierte en “otra cosa” pero no en la Iglesia que quiso  Cristo…Es por eso que  es importante que la sinodalidad no sea una mera “forma” de parlamento para arreglar defectos, ni un foro de protestas, ni un acto reformista de verdades definidas ya que son definitivas e irreformables etc,,,…sino que se intente “sentir con Cristo y Su Iglesia” para que nadie pueda excluirse de recibir la FE de la Iglesia tal como en Su Esencia fue predicada por el mismo Señor…La misión de la sinodalidad será aclarar nuestro papel -tanto de clérigos como de laicos- en la FE perenne de la Iglesia ya que Jesús “nos envía” como partícipes en esa misión “redentora” DEL que “quita el pecado del mundo”, del que salva con Su Palabra y nos conmina a “ponerla en práctica…No se trata de “pasividad” sino de “fidelidad” en la acción salvadora del Evangelio, dentro de un mundo que se hunde cada vez mas en el hedonismo y en la corrupción, y amenaza autodestruirse en guerras nucleares….

    Por eso el Concilio Vaticano II nos aclara nuestra participatción en el sacerdocio eterno de Cristo:

    Cristo, Señor ….tomado de entre los hombres, a su nuevo pueblo “lo hizo reino y sacerdotes para Dios, Su Padre…Los bautizados son consagrados como casa espiritual y sacerdocio santo…..han de ofrecerse a si mismos como hostia viva, santa y grata a Dios…han de dar también razón de la esperanza que tienen en la vida eterna (1 Pedro 3,15)

    Y aquí reside la parte interesante del “discernimiento”:

    El sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial o jerárquico se ordenan uno para el otro, aunque cada cual participa de forma peculiar del único sacerdocio de Cristo. Su diferencia es esencial, no sólo gradual. Porque el sacerdocio ministerial, en virtud de la sagrada potestad de que goza, modela y dirige al pueblo sacerdotal, efectúa el sacrificio eucarístico  ofreciéndolo a Dios en nombre de todo el pueblo; los fieles, en cambio, en virtud de su sacerdocio real, asisten a la oblación de la eucaristía y lo ejercen en la recepción de los sacramentos, en la oración y acción de gracias, con el testimonio de una vida santa, con la abnegación y caridad operante…..Los fieles, incorporados a la Iglesia por el bautismo quedan destinados por tal carácter al culto de la religión cristiana y regenerados como hijos de Dios tienen el deber de confesar delante de los hombres la fe que recibieron de Dios por medio de la Iglesia”

    (CONCILIO VAT II, LUMEN GENTIUM, Cap. 2, EL PUEBLO DE DIOS, Números 10 y 11)

    Consta pues históricamente que existe estos 2 tipos de sacerdocios que no son más que de participación en el  ÚNICO sacerdocio  de Cristo…consta también que Jesús concedió el sacerdocio ministerial solamente a los Doce y a sólo a ellos, el poder de las “llaves” y de “atar y desatar”, de confirmar en la fe, de perdonar los pecados, de celebrar el sacrificio eucarístico y de ordenar nuevos ministros para  la misión salvadora de la Iglesia…El sacerdocio común de los fieles se ordena al sacerdocio ministerial de manera que los dos son complementarios…no antagónicos…

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández   

     

  • Isidoro García

    (Perdona Gonzalo, que abusemos de tu artículo sobre el Sínodo, pero se que este tema te gusta).

     

    Amigo Luis. Muy bueno lo tuyo. De todas las maneras has tocado un punto al que yo llevo dando vueltas mucho tiempo.

    Y es para mí, una de las pegas que yo le pongo al zen y a la meditación individual en general: su utilidad práctica a la comunidad.

    Y es que, dando por sentado, que la única manera de mirar todo con mejores perspectivas, y de captar intuitivamente mejor la realidad, es a través de la escucha atenta y la debida interpretación del “espíritu” interior, luego si queremos ser útiles, deberíamos trasladar lo adquirido a la comunidad cultural, y eso hay que hacerlo con palabras, el lenguaje de la mente consciente.

    Por qué, ¿de que sirve que un santón, o un ermitaño aislado, haya llegado al conocimiento supremo, si no lo transmite a nadie?.

    Sé que hay hipótesis de que quizás, haya una permeabilidad de conocimientos, una especie de “telepatía” involuntaria, en la “noosfera” teilhardiana, o en un hipotético campo misterioso de ideas humano, del que quizás los mismos “espíritus” individuales, puedan beber, mediante una especie de “mundo imaginal” del tipo de Ibn Arabí, o de los espiritas. Ya me gustaría, pero hoy por hoy, eso está muy por ver. (Quizás el futuro “metaverso” sirva para ese tema, pero ¿quién sabe?).

     

    Hoy por hoy, la transmisión cultural de ideas se hace en una inmensa mayoría mediante frases de palabras verbales y escritas. Y una pequeña minoría quizás se transmiten ideas nuevas intuitivamente, pero muy imperfectamente, de forma directa, a través del arte, la poesía auténtica, las artes plásticas y musicales.

    Esa es la diferencia entre sabiduría y erudición. La erudición es conocimiento racional, de ideas que provienen de la rumia racional de conocimientos racionales, y por eso ya sabemos que tiene granees limitaciones para salir de las fronteras y líneas rojas de la cultura establecida.

    La sabiduría, incluye también, (no excluye), el conocimiento racional, pero se nutre sobre todo del pensamiento intuitivo, en donde el espíritu” personal, es la gran fuente de él.

    Sobre todo más que en conocimientos nuevos, en las nuevas perspectivas de la mirada: Una mirada nueva. El espíritu es como el zahorí, que con sus palitroques dice: aquí hay que excavar. Y va la razón, y cava.

    Pero los frutos de la excavación hay que transmitirlos en lenguaje de palabras. Por ello no toda palabra mata. La letra está muerta cuando se limita a repetir como loritos lo que ha escrito alguien.

    Pero es que una de las grandes misiones del “espíritu” es detectar y avisarnos, (como un detector de metales preciosos), que pita en nuestro interior cuando se encuentra ante letra viva. Sería absurdo que no aprovechásemos los descubrimientos de otros humanos auto realizados, al igual que lo sería que no transmitiéramos nuestros propios descubrimientos.

    ¿Qué muchos no lo sabrán entender, porque tienen apagados los detectores de metales, y porque no tienen ojo y oídos más que para detalles organizativos banales de su Iglesia, o para la ideología religiosa que les han inculcado, o a las indicaciones de su párroco de cabecera?.

    Mala suerte. Nosotros hemos cumplido. Cada uno sigue su propio camino, y la Humanidad, que es la única que cuenta en este negocio, prosigue su caminar lastrada por el sufrimiento.

    Pero los nuevos escalones a subir, para acortar lo más posible ese “Vía Crucis” doloroso de la Humanidad, hay que subirlos con el pensamiento intuitivo o “espiritual”. Lo otro es dar vueltas y más vueltas a la noria, pensando que vamos a alguna parte.

    • amigo Isidoro:

      Que duda cabe, ¿Qué seriamos sin palabras? pero en lo referente al espíritu, hablar, cuando que se dice, no se siente, o no te induce a una introspección. Pues son palabras hueras.

      Por otro lado. El yogui avanzado esta fuera de este mundo ya. Lo que ocurre es que tiene un cuerpo, y le ha de suministrar lo necesario. Pero nada mas. Y unos yoguis hablan y otros no, es su libertad.
      Sabes que en el budismo mahayana existe la figura del bodhisattva. El que elige actuar en beneficio del hermano, anteponiendo su acción compasiva a su propia iluminación. Estos son “cristianos” budistas.

      Pero al respecto de los cristianos. ¿Por que contemplan el proselitismo?. Mi respuesta personal es que convenciendo a otros se reafirman ellos en sus creencias.
      De acuerdo que lo bueno se ha de compartir. Pero no el significado de palabras, como doctrina, dogmas, culto del tiempo de los romanos, y demás hierbas…
      Creo que se ha de compartir algo así como una “ayuda psicológica” gratuita. Sin pretender colonizar la mente de nadie.
      El cristianismo se asemeja mas a un partido político que a un movimiento espiritual. Cuentan la cantidad de creyentes, no la calidad de en lo que creen.

      El Zen es una practica eminentemente introspectiva individual. Que te sutiliza para todo lo que hagas en el mundo. Punto. Esa es la utilidad practica. Lo que ocurre es que no buscamos adeptos…
      En los monasterios Zen, el neófito no es recibido con los brazos abiertos. Ha de demostrar su determinación y motivación. Ese es el “proselitismo” que hacemos…

      Tu me entenderás Isidoro: cuando se piensa exotéricamente, la acción está fuera. Y tu interior esotérico se queda seco… ese es el drama del cristianismo literalista y por eso sus días están contados. Ya no se puede imponer con inquisición alguna…

      Un abrazo.

       

      • M. Luisa

        Se está en un error si se piensa  que lo propio de la  espiritualidad  ha de provenir de una intuición. Lo proveniente de la espiritualidad recae sobre la realidad misma,  que es en donde hay que recabar para  el problema que nos ocupa. De ahí que  la realidad  sea  de donde ha partido  la filosofía de tradición oriental  mientras  que la occidental  lo ha sido  de tradición intuitiva

        Claro que la realidad es indecible, pero no por ello   el decir humano no pueda expresarla de algún modo   al tener intelección de ella. Son dos momentos distintos de ese mismo acto de intelección.  Que la realidad es indecible ya nos lo dijo el propio Wittgenstein, pero desde entonces se pueden hacer algunas correcciones.   Por ejemplo, ya el propio Wittgenstein  distinguió en él , en ese acto de intelección,  dos momentos.  Lo que se muestra y lo que de ello se dice. Sin embargo,   al  asignarle  a lo primero, es decir, a lo que se nos muestra  la denominación de Misterio  y a lo segundo a lo que se dice carácter afirmativo  fue ahí donde como en Occidente afirmar es juzgar el filósofo vio en ello una total improcedencia:   Encerrar conceptualmente el Misterio.  Pero vayamos ahora que dice de todo ello la filosofía oriental.  Para esta filosofía  el juicio es también  afirmación, pero  aquí se trata no de una afirmación proposicional (propuesta por una intuición nuestra) sino por una autoafirmación   de lo   meramente  posicional –propia de la contemplación  al afirmarse lo real ya en ella.  En esa configuración el logos, nuestro decir, nuestro juzgar se cohíbe dejando  lo real totalmente abierto   a lo posible,  con ello,  contrariamente  a la filosofía  occidental que a cosificado el logos   en la filosofía oriental  le dotaron de dignidad propia.

        Es una rectificación  que costará mucho llevarla a cabo.

        Comparto mucho de lo que dices, Luis, un abrazo!

    • Gonzalo Haya

      Isidoro, Con tu explicación de lo que es sabiduría y lo que es erudición has expresado muy bien lo que yo pienso; y creo que Luis coincide contigo en esta explicación. Yo insisto especialmente en tu punto de partida “su utilidad práctica para la comunidad”; que creo coincide en el fondo con lo que yo he llamado profetismo, porque el profetismo no es predecir el futuro ni transmitir como un altavoz las palabras oídas al mismo Dios; el profetismo es sentir en la propia conciencia y denunciar a los poderosos y al mismo pueblo por las injusticias que están cometiendo (incluida la infidelidad al supuesto pacto con Dios). Creo que esa utilidad práctica de la sabiduría intuitiva se basa precisamente en el amor que es la fuente de la sabiduría, como vemos en la importancia que el budismo atribuye a la compasión. El sabio que se repliega en la contemplación es más bien la excepción, que puede ser provechoso para la comunidad mediante esa especie de nube de conocimientos de los que se aprovecha toda la humanidad; pero replegarse en la auto contemplación sin estar empapado de amor sería un narcisismo propio de una espiritualidad burguesa. Tenías razón me interesa mucho este tema.

      • Gonzalo:

        Según lo entiendo yo, si te repliegas en la introspección, es cuando cargas las pilas de sabiduría y compasión o amor.

        Bodhidharma el padre del Chan en China o Zen en Japón, el primer maestro de los monjes shaolin. Cuenta la leyenda de que estuvo nueve años meditando frente a una pared, y hoy, al menos en Oriente se le venera como un Buda, por algo será. ¿Porqué se hizo merecedor de veneración? fundamentalmente por lo que consiguió meditando. Con todo, la introspección solitaria no ha de ser por toda la vida, pero el que quiera renunciar al mundo, está en su derecho. Y probablemente el renunciante si que influya en el inconsciente colectivo o en esa nube a que te refieres. Lo que es, es, y “ocupa” un espacio, sea objetivo material, o subjetivo metafísico, así creo es el mundo. Por lo tanto, en el caso de “ondas benéficas” las disfrutamos todos.

  • carmen

    Román.

    Nada de lo que tú digas me puede molestar. Son opiniones y a las claras. Pienso lo que pienso y lo defiendo. Y tú igual. No sé dónde puede haber problema.

    Hasta la próxima.

  • Juan A. Vinagre

    Los comentarios que siguen, a partir del artículo de Gonzalo, me resultan muy ilustrativos y me hacen pensar, aparte de que también revelan la gran diversidad de visiones-interpretaciones. Con la diversidad tenemos que contar, convivir en paz y aprender. La mayoría de nuestras ideas reflejan perspectivas, siempre o casi siempre incompletas. La diversidad nos relativiza, y por ello también nos enriquece, y nos aconseja escucharnos y consensuar más. Y esto es bueno para liberarnos de dogmatismos o suficiencias…, y de atascos. Si escucho de veras, aprendo, aunque no siempre comparta…, consciente de que el primer valor cristiano es el amor (o la convivencia pacífica), no las ideas-interpretaciones humanas, siempre revisables (también las propias…, que tanto apego y resistencia al cambio nos producen.)

    Esto debería tenerse en cuenta en el sínodo: Aprender a caminar juntos, pacíficamente,  sin estridencias, escuchándonos de veras,  liberados de posturas “sagradas” o cuasi sagradas, de la tradición (y acaso también de egos…), con la mente abierta, sin prejuicios, es más importante que imponer pesos y discriminaciones de la tradición.  Las tradiciones son revisables…    Si Jesús revisó tradiciones, como el sábado, y de hecho, también el A. T., por considerarlo inmaduro o incluso inaceptable (cuando no inmoral): “La Ley y los profetas hasta Juian…,  ¿qué decir de las tradiciones humanas eclesiásticas elaboradas en la historia? ¿Sacralizar-fijar de una vez y para todos los tiempos, responde al proceso de desarrollo evolutivo en el que se halla el ser humano (por voluntad divina)?   Sin una visión más abierta, como es la evolutiva que relativiza el valor de visiones en desarrollo, en maduración progresiva (seamos o no conscientes de ello, es decir, de nuestra propia inmadurez), es muy difícil que nos entendamos y “caminemos juntos”…    Por eso, una mente conservadora apegada a la tradición “sacralizada” se opondrá a cualquier intento de revisión y renovación…  y,  como mucho, solo cederá en cosas menores, como el oficio de “lector”…, cuando éste debe ser el primer paso para luego ir más allá… (También un ultra progresista puede pasarse, como todos.)  Las palabras del hombre pasan casi siempre; las palabres de Jesús (la ESENCIA del mensaje de Jesús no pasa.)               Esa esencia es hoy más actual  -y apremiante-  que nunca. Y en esa esencia entra la visión de Pablo: En Jesús no hay hombre ni mujer…  No clasifiquemos, pues,  ni discriminemos…  Todos UNO en el ser y en el obrar, no tanto en el pensar, más variable e inseguro.  Este es el orden de valores, que propuso Jesús, hombre práctico, que quería frutos en primer lugar.    A partir de aquí, será posible “caminar juntos”, sin discriminaciones. Y para no discriminar, nuestra mente necesita RENACER. (Aunque para muchos sea “a par de muerte” y se resistan…)

     

  • Gonzalo Hayag

    Me pregunto cuál es nuestro punto de partida ¿los dogmas y las leyes o los evangelios? Como dice Carmen “Pero la vida se abrirá paso.sin duda. Lo hará. Y el mensaje de Jesús está lleno de vida”. Jesús fue condenado por los sacerdotes, ordenados según las leyes establecidas por Moisés, y supuestamente como revelación directa de Dios de la que no se podía cambiar ni una coma. Según Marcos, en la maldición de la higuera Jesús condenó todo lo que representaba el Templo “nadie coma jamás de sus frutos”. Jesús reconoció el Reino de Dios en la mujer cananea y, como he dicho otras veces, “ordenó” de catequista al geraseno al día siguiente de haber expulsado de él toda una legión de demonios.

    • Román Díaz Ayala

      Bien, tú has tenido la iniciativa y nos has abierto un camino aquí en Atrio que Antonio Duato con mucha  diligencia nos invita a hacer la travesía en este mismo foro. A ti te corresponde.

      Pones en interrogantes a) los dogmas, b)las leyes y c)  los evangelios.

      Acto seguido hablas de la vida  a) que se abrirá camino, y b) que el mensaje de Jesús está lleno de vida.

      acto seguido pareces denostar las leyes, porque según tú fueron las leyes de Moisés las que llevaron a Jesús a que fuese condenado por los sacerdotes. Tema discutible, pero se te acepta porque seguro que buscas otro camino.

      “Jesús condenó todo lo que representaba el Templo”, tema también discutible si se refería al Templo o  a lo que habían hecho del mismo. ¿Con esto quieres mencionar la religión, los dogmas…? Está claro que se inclinas por la vida.( Mateo 21,18-22)

      Mencionas el Reino de Dios, y también ” la orden” de Jesús al geraseno que había estado endemoniado. “Vete a tu casa con los tuyos y cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo y cómo ha tenido compasión de ti”. Bueno, esto tal vez es la pista que quieres darnos para emprender el camino de la vida.

      Sería un estupendo comienzo, pero tendrías que hacer tus propuestas.

       

  • carmen

    Lo que no habéis entendido en absoluto es que no hablo por mí. A mí me da exactamente igual. Pasé esa fase de sentirme mal y no precisamente por lo que os sentís vosotros. Hablo por un número enorme de personas que nos hemos quedado sin religión porque esta es una locura.  De verdad te crees que hablo por mí? Lo estoy diciendo desde hace años. Mis críos no se creían nada, y son críos. Por eso entré y empecé a decir lo mismo una y otra vez.

    Dirección equivocada? No querido no. Vosotros tenéis cuentas que arreglar con la iglesia, pero las personas normales solamente queremos poder creer en algo. No tenemos cuentas pendientes. Y sabemos que la solución no pasa por los que los obispos tengan más o menos poder de decisión. Por favor. Es algo mucho más profundo. Entiendo que retoméis la batalla en donde se quedó en los años sesenta. Pero es que han pasado cincuenta años. Lo que era válido quizás ya no importe tanto.

    No me digáis que miro en la dirección equivocada. De eso nada. La solución no va por ahí para nosotros, supongo que para vosotros sí. Aunque las espadas están en alto. Y no va a ser fácil. Y tampoco sé qué se solucionaría con la célebre sinodalidad.

    Pero es vuestra guerra. No la nuestra. Y no me considero mal tratada por la iglesia, sencillamente no le he dado opción. Los árboles os impiden ver el bosque. No es un asunto personal mío. Es una postura que preocupa a la iglesia, las iglesias se vacían. Ese es el problema. O no?

     

    • Román Díaz Ayala

      Perdona, Carmen, si mis palabras de mi comentario anterior se pueden interpretar, y así las hayas tú recogido,  como si estuviera estableciendo una polémica en un tema tan delicado y de tal importancia, precisamente cuando mi intención era no convertir el diálogo en una guerra de guerrillas usando lo mismo como argumentos y contra-argumentos en tacadas según sea a quien considere mi opositor. Cuando se roba tiempo a otras tareas para poder escribir se busca ser conciso y parco en palabras que no de ideas. Así que si te han molestado dalas por no escritas.

  • Román Díaz Ayala

    El Periódico ABC narró así el hecho (gesto papal) en forma de noticia.

    ” El Papa Francisco confiere por primera vez a las mujeres los ministerios laicos”, titular 100%  periodístico, pero  que explica en pate por donde van los hilos de la actual “sinodalidad”. Y matiza: “Derivan del Bautismo, y no del sacramento del Orden sacerdotal, por ese motivo pueden adisnitrarse tanto a hombres como a mujeres.”

    Luego el contenido del artículo es mucho más sabroso. Firmado por Javier Martínez-Brocal desde el Vaticano. (23/01/2022)

    Que confiere un ministerio como ministerio de laico, lo que hasta ahora lo había sido para hombres, y una de las ´´ordenes menores, “la de lector”, que hasta ahorase daba como paso previo a la ordenación sacerdotal.. Obedece a un ritual específico para esta ceremonia que el Vaticano ha diseñado. Señala el articulista que son ministerios derivados del Bautismo y no del sacramento del Orden sacerdotal, y por lo tanto, pueden administrarse tanto a hombre como a mujeres.

    Escribe también que existen formas institucionalizadas de participación de las mujeres en “el rito”, en tares como a) lectura de la Sagrada Escritura y b) administración de la Eucaristía.

    En la misma ceremonia (Misa) el Papa ha administrado el ministerio “estable” del catequista.

    Todo esto tiene para mí aires del nuevo Testamento, especialmente el oficio estable de catequista y que dio origen, entre otras cosas, a las redacciones de los escritos evangélicos.

    Creo que esto  ayudará en parte a Carmen a entender el contenido de mi comentario anterior, así que ruego se de por contestada al suyo.

     

  • carmen

    Mira Román

    No he entendido absolutamente nada de lo que has dicho salvo la última frase. No sé cómo tenéis valor a decir que salís a buscar a la oveja descarriada. Perdida, diría yo. Absolutamente perdida. No sé cómo tenéis valor a decirlo. Nos habéis Abando a nuestra suerte. Lo que importa son las reuniones de pastores. Pues que seáis muy felices desatando nudos. Pero, por favor. No nos toméis a las ovejas por tontas. No salís a buscar ni a una, porque tenéis 99.

    A mí me dicen que no entiendo nada. Y gracias a Dios hay locuras que no llego a entender, pero las parábolas sí las entiendo, están contadas para gente como yo. Todo el evangelio va dedicado a personas que no saben de esa teología, entre otras cosas porque eso de la teología empezó después de su muerte.

    Tenéis un trabajo arduo por delante. O no. Podéis  estar parapetados en nombres absolutamente guay. Y ganaréis, sin duda. Se lo vengo diciendo a Santiago muchos años. No tengáis miedo.

    Pero cuidado, no somos tontas, ni estamos ciegas. Si nos salimos del rebaño nadie viene a buscarnos.

    Es una guerra pérdida. Al menos en este siglo XXI. A lo mejor también en el XXI I.

    Pero la vida se abrirá paso.sin duda. Lo hará. Y el mensaje de Jesús está lleno de vida.

    O no.

    En fin

    Buena suerte.

     

    • Román Díaz Ayala

      Mira Carmen

      Una vez más miras hacia la dirección equivocada. Cierto, me reconozco oveja, pero no del grupo de las noventa y nueve, sino de las que no tienen acogida en el tinglado organizado que tienen por redil sencillamente por que no doy el perfil, y hay muchas formas de exclusión, y no solamente la que tú crees estar padeciendo. Pues, bien, tienes razón cuando consideras que este Sínodo es para nosotros, cristianos católicos como yo. Y eso no te debe  extrañar y mucho menos volver a considerarlo como motivo de escándalo.  Muchos andamos como ovejas sin pastor, pero sabiendo que somos ovejas del Señor. Y eso tampoco tiene que ser motivo de juicio alguno. Pertenecemos a una generación que ha sufrido muchas cosas y una de   ellas ha sido la marginación (que es distinta a la exclusión, que también la hay)

  • Román Díaz Ayala

    Los vocablos que articulan un discurso lo hacen válido si está habitado, y si no resulta huero, vacío e inoperante.  El vocablo, ese palabra tiene que habitar ya en el colectivo, el grupo, al que va dirigida.

    Cierto que cuando se habla a los presentes no se está hablando a los ausentes, a no ser que se esté hablando “para” los ausentes, haciendo de la Iglesia, la comunidad, un sacramento.

    Entonces, ya podríamos hablar de sinodalidad, porque es predicación, encaminada al kerigma, por distintos canales y medios. En cuanto a que el ministerio de la predicación emana de nuestra vocación a la fe, requerido por la Palabra de Dios. Es la obligación o el compromiso de la evangelización, llámese nueva o de siempre, pero ha sido siempre la trasmisión del mensaje.

    Es como reconocer que quien guarda a las noventa y nueve busca a la oveja perdida que también es del mismo rebaño.

  • carmen

    Vale, vale. Me callo.

    Solamente recuerdo que la iglesia no empezó en el año 1963 con el concilio Vaticano. Tiene algunos siglos más de antigüedad. Recuerdo que el concilio cuando acabó, el mismo Papa Pablo VI echó marcha atrás. Recuerdo que el Papa puede intentar hacer algo a su modo y manera, pero como no tenga detrás un buen cuerpo teológico de nada valdrá. Recuerdo que el cuerpo teológico de la iglesia es de hace muuuuuchos siglos, aunque se hayan modificado cositas . Como el filoque, de gran importancia para separar a los corderos de los cabritos. Pero la curia no es tonta. No  va a dejar que su autoridad disminuya.  Lo que se plantea en este momento en la iglesia, la verdad es que no lo entiendo. Porque si de lo que se trata es que el Papa deje su autoridad en manos de los obispos, a ver, eso no va a suceder. Entre otras cosas porque es la piedra angular de la iglesia desde Constantino.

    Yo me callo, pero encuentro todo una cosa como de colegio. No sé. Las cosas no se hacen así, hay que ir al nudo, pero al gordiano.

    Y que sepan que esta tarde  he asistido al entierro de mi primo hermano. 86 años. El tercero de la misma familia que muere. Y me he sentido una intrusa en la iglesia. Qué hago aquí, si no me creo nada? He pensado, daría cualquier cosa por poder pensar que está con su madre, mi tía, con nuestra abuela, con su hermano, con sus dos hermanas, con mi madre , su tía y con mi hermana, su prima.

    Pero no puedo. Lo siento. No lo siento. Lo que sí me he sentido ha sido una completa intrusa en la celebración del paso a la vida eterna de mi primo hermano. Totalmente una intrusa.

    Ya sé que esto no importa y que peor para mí. Para ahí tienen una causa por la que las personas huyen de su propia religión. No nos vale. No nos consuela. Somos intrusos.

    Feliz cónclave de obispos o como se llame.

  • Román Díaz Ayala

    Muy posiblemente alguien se pregunte qué tiene que ver  el sacerdocio común de los fieles con una posible participación laical en la recogida de opiniones, su discusión y estudio sobre los diversos puntos de la vida de Iglesia sobre todos los esenciales de la doctrina. ¿Qué es y cómo un sínodo de los Obispos, especialmente éste? ¿Qué se pretende abarcar con la “sinodalidad”?

    Con respecto al Concilio Vaticano II no podemos olvidar que aunque los sínodos han existido en la Iglesia desde muy antiguo, tenemos el motu proprio del papa Pablo VI “Normas Constitutivas del Sínodo Episcopal para la Iglesia Universal” (15/sep./1965) y viene recogido en el “Decreto sobre el oficio pastoral de los obispos en la Iglesia” promulgado en la sesión pública conciliar del 27 de octubre de 1965. Se han institucionalizados de forma permanente.

    El Sínodo pertenece al Cuerpo episcopal. “Este Cuerpo episcopal, que  sucede al Colegio de los  Apóstoles en el magisterio y en el régimen pastoral, más aún, en el que perdura continuamente el Cuerpo Apostólico, junto con su cabeza, el Romano Pontífice, y nunca sin esta cabeza, es también el sujeto de la suprema y plena potestad sobre la Iglesia  universal, si bien no puede ejercer dicha potestad sin el consentimiento del Romano Pontífice.”

    De los laicos ni pum. No es de extrañar que esto de la sinodalidad aparezca como una cortina de humo si no se explica  en términos escriturísticos y teológicos esa su participación. Máxime cuando ya dentro del campo católico, teólogos y agentes de la pastoral exponen abiertamente que solamente existe un sacerdocio de todos los fieles participantes del sacerdocio de Cristo, y no existe un sacerdocio ministerial en la actual economía de la gracia, simplemente el funcional, como el de quien preside y ya no es la Eucaristía la fuente de la vida comunitaria.

    Comprenderéis que todavía hay mucho que aportar.

    • Román Díaz Ayala

      Del motu proprio conviene señalar el item II:

      Por su naturaleza compete al Sínodo informar y aconsejar. Podrá tener también un poder deliberativo, si así lo decidiera el Papa, a quien en este caso corresponde ratificar las decisiones del Sínodo.

      1. Los fines generales del Sínodo episcopal son. a) fomentar la estrecha unión y la colaboración entre el Papa y los obispos de todo el mundo; b) procurar que se tenga un directo y verdadero y directo conocimiento de los problemas y circunstancias que afectan a la vida interna de la Iglesia y a su obligada acción en el seno del mundo actual; c) facilitar la concordia de opiniones, al menos sobre los puntos esenciales de la doctrina y sobre el modo de actuar en la vida de la Iglesia.

  • Antonio Duato

    Podría anidar mi comentario allá abajo (creo que ya funciona perfectamente el responde a otro comentario, hasta cinco niveles, que es lo que le hemos ordenado al programa), pero prefiero hacerlo aquí arriba.

    Me parece que José María y Román han suscitado un verdadero problema que está en la base de la sinodalidad que está proponiendo Francisco. Y en el que deberíamos centrarnos, aquí y en otros hilos. Y, además, con su expresividad, dice que todo es  un lío, y seguramente no le falta razón. Pongo hoy un puntito solo para aclarar el problema y prometo aportar más a este entendimiento de la sinodalidad, que no debe ser solo Palabrerías sino avnce en teología, que es la “inteligencia de la fe” siempre en progreso.

    José María atribuye el problema a la carencia casi absoluta de teología seria -de raza, decía Fernando Sebastián- en la secretaría del sínodo y en el mismo papa. Y nos habla de las fuentes e instituciones a las que él sigue ligado. Él dice que el problema es identificar en cada cristiano “el fundamento de la msiión“. El problema es que en la misma constitución sobre la Iglesia del Vaticano II, la Lumen Gentium, hay una ambigüedad o indefinición. Por una parte, dice en el nº 31 que  “los fieles que, en cuanto incorporados a Cristo por el bautismo, integrados al Pueblo de Dios y hechos partícipes, a su modo, de la función sacerdotal, profética y real de Cristo”. Luego también los laicos, al menos desde ese concilio, podemos hablar del sacerdocio común y de la participación en la misión profética y “real” (gobierno) encomendada a la Iglesia. Pero ya se añade un indeterminado “a su modo”, con lo que la rotundidad de lo afirmado se relativiza.

    Y lo peor es que cuando se desarrollan los otros sacramentos, se mantiene el sacramento del “orden sacerdotal” -restringido a los tres exclusivos grados de obispo, presbítero y diácono-, como fundamento y única puerta, para ejercer las auténticas misiones de gobierno en la Iglesia. Aunque por el bautismo todo bautizado es miembro del pueblo de Dios y capaz de “caminar juntos” (eso es sinodalidad) en organizar y regir la comunidad cristiana, de hecho sus derechos y atribuciones está dependiendo de los obispos (y los otros ordenados subalternos) que son los únicos que pueden actuar “in persona Christi Capitis”, representando a Cristo cabeza de la Iglesia.

    Este es un nudo teológico sin resolver que dejará la renovación de la Iglesia Católica, desde el Vaticano II hasta el presente proceso sinodal, sin poder avanzar. Y se basa en definiciones dogmáticas. Claro que toda la Iglesia, junto con el papa -y esa es la trascendencia de este proceso sinodal- pueden cambiar eso, pues la infaliblidad se puede ejercer modificando o suprimiendo dogmas antiguos.

    Aunque no es fácil, caminemos hacia ahí. Por eso propongo seguir debatiendo aquí sobre ello como hemos hecho antes sobre el otro debate de teísmo sí o no?

    • Antonio, cuando digo que el programa del sinodo sinodal, de ese caminar juntos (syn-odon), es pura farfalla es porque carece del armazón de la doctrina sobre el Cuerpo Místico y Pueblo de Dios, que eso es la Iglesia, que usted imposta. Decía yo, y reitero, que el quid de la misión está en el sacerdocio común, desdibujado, por decirlo suavemente, en el mar de palabras del texto. Ese sacerdocio común en el que los teóricos del ecumenismo, de Congar a LeGuillou, forjaron una tierra que pudiera compartirse entre protestantes, católicos y ortodoxos. Congar pone ahí la base de sus Jalones para una teología del laicado. En parte fue recogido por el Concilio, como explica muy bien Tillard, quizás el eclesiólogo que mejor entendió el Vaticano II. Con más mesura lo vio también Hamer, que fue responsable del Dicasterio sobre la Unión de los Cristianos, y experto en Karl Barth, sobre el que hizo la tesis. Aunque a nadie, ni siquiera a usted tiene por qué importarle, a mí me maravillaba otro protestante, Oskar Cullman. Entre todos ellos y alguno más, como el cardenal suizo autor de un manual de eclesiología espléndido, se intentó crear un sustrato de doctrina que no pudo avanzar.

      En teología, lo sabe usted mejor que yo, la analogía cumple una función principal. Y ese “en cierto modo” lo entiendo yo como un matiz de distinción de quien posee la misión sacerdotal, profética, de manera sacramental, plena. También, analógicamente, a la manera de Cristo. Un Cristo hecho presente en su redención en la eucaristía, cuyo epicentro, la Misa, renueva el misterio redentor de su Pasión, Muerte y Resurrección. Ese es el mensaje divino. Y de eso nada en el bodrio sinodal.

      Por mucho Marín Sola que usted haya leído, no acabo de entender sus palabras sobre modificación del dogma, incluso supresión de los mismos. El Papa no puede cambiarlos. Puede ahondar en su significado. Pero ni cambiarlo ni suprimirlo. Otra cosa es que, igual que ha hecho con la moral, se los salte a la torera. Ya sé que mis palabras escandalizarán. Pero no escribiría de otra manera si se tratara de un artículo de la profesión que me ha dado de comer desde los veinte años, a mí y a mi familia. Y lo he hecho. Lo que pasa es que mi profesión se ocupa de ensayos, experimentos e hipótesis contrastables, y aquí es, al modo tomista, fides quaerens intellectum, intellectus quaerens fidem.

  • carmen

    Es que el catolicismo es lo que es y no lo que cada uno quiere que sea. Y la ortodoxia la defienden Santiago, Román, el señor Valderas sin ningún tipo de complejos. Y otros también pero no son tan sumamente claros. De vez en cuando dicen, por qué no te callas? Como le digo el rey juan Carlos, cuando era rey a Maduro. Pero todos sabemos leer y entendemos.

    Luego hay un grupo importante de personas que quieren que la iglesia sea lo que no es y me producen mucha ternura, pese a que se me diga de vez en cuando cosas del estilo de que no entiendo nada. Ya lo creo que entiendo. No en vano llevo muchos años leyendo. Pero hay un miedo cerval a la discrepancia. Porque se tiene La Verdad. Porque se habla en mombr de Jesús y Jesús siempre tiene razón. Hace dos mil años y ahora. Por eso hay que defender la idea de Dios de Jesús. Por más que se hable, se insinúe que es que la idea de ese Dios a lo mejor ya no vale a muchos jóvenes por aquello de lo que unos llaman maduración personal . A lo mejor es porque nuestra cultura ya es otra.

    Pero claro, queda fatal escribir en según qué medios según qué cosas. Sencillamente te saltan. O sea. Habla chucho que no te escucho y no eres digno de mi réplica. Pero lo más asombroso es que la ortodoxia tampoco se respeta. Una persona si habla de las leyes eclesiásticas, los dogmas católicos y tal, también son reo de habla cucho..

    Entonces? Pues sigamos la línea de este Papa que reniega del clero. Son conscientes de lo que dicen? Es como si nuestro Rey Felipe VI se reconociera republicano. No duraba dos días.

    Vivimos tiempos muy contradictorios. Luis no para de buscar y buscar y compartir lo que encuentra. Pero tampoco se le hace caso porque, pues porque no está en la línea de este blog.

    Y cuál es la línea? Me lo preguntó muchas veces. Y no he encontrado la respuesta. De un deseo de que la iglesia sea como no es, pero sin tocar un ápice de teología porque, como dice según he leído el señor castillo teólogo jesuita en su tiempo,   ahora únicamente teólogo, Jesús no hablaba de teología, sino decía: sígueme. Y me pregunto, a donde hay que seguirlo? A las tres tiendas no. Al Templo tampoco.A la Revuelta vuelta armada tampoco. A dónde tengo que ir? A esperar a un Dios padre, misericordioso y bueno que está en , donde esté, fuera del espacio y el tiempo porque desde hace unas décadas para la gente entendida en teología resulta un término poco , no sé exactamente poco qué, pero poco adecuado.

    Lo siento. No puedo creer en ese Dios, muchos cristianos tampoco y tengo serías dudas de que si Jesús naciese en este siglo XXI tuviese la misma idea de Dios.

    Pero hacen muy bien. Póngase al lado de quienes quieran. Y a los que pensamos de otra manera, pues no nos tengan en cuenta. Bueno, no nos tienen. Y tampoco nos importa. Las cosas son como son.

    Gracias por no leerme. Me quedo más tranquila.

     

     

  • carmen

    Sabes qué pasa? Que no es cierto que la iglesia tenga que ser para todos. Ni tampoco que haya preocupación profunda para las personas que por diversas razones nos hemos borrado de ella. No de hecho, porque muy pocas personas han apostatado, creo que se dice, de la religión católica, seguimos constando como católicos. El problema es convencer a los jóvenes para que baiticen a sus hijos y la iglesia siga manteniendo su número de fieles. Ese es el problema. Bueno, el problema en Europa, que no en otros países.

    Nosotros, los que estamos fuera , pues fuera estamos, allá nosotros si no aceptamos La Verdad de quién es el auténtico Dios. Es nuestro problema. La iglesia católica no va de seguir o no el evangelio, El Evangelio, no digo los Evangelios, se puede seguir de muchas formas, cada uno a su modo y manera. Lo mismo una persona que no llegue a fin de mes que otra persona que no tenga problemas económicos. Igual un intelectual que aquel que sepa a duras penas leer y escribir en su lengua natal. Es más, se puede seguir El Evangelio aunque no conozcas los evangelios, porque es un mensaje global, dirigido a la parte buena de la gente y que es común a todos, a todas.

    Al menos así pienso.

    Mucha suerte en el Sínodo este de obispos, si es que creéis que ese es el camino, adelante pues.

     

  • Por tratarse de una preocupación central del Papado que compromete a toda mi Iglesia, me veo obligado a entrar. Por deformación profesional, he acudido a lo mollar, a la teología de la sinodalidad. De pena. De vergüenza ajena. Se repite la palabra sinodal, caminar juntos, ad nauseam. Nunca, sin embargo, se define. Se queda en la etimología.  Pura palabrería. Una diarrea verbal incontinente. Y si se busca una trabazón teológica, el despiste es lo único cierto. No salen de la palabrería vana, inane. Apela cuarenta mil veces al bautismo, pero nunca siquiera para fundar el sacerdocio común, que es el quid de la misión. Pero esa misión se nutre de la Eucaristía. ¿Un movimiento eclesial sin el misterio central del Cristianismo? Ya conocemos la impresentable respuesta de Francisco al cónyuge que le preguntó, no siendo católico, si podía comulgar con éste. Francisco se enredó en una sola fe, un solo bautismo… pero sin entender la profundidad de la cuestión. En una sola ocasión se cita de pasada en “la teología”  la fracción del pan, como un factor más, si he leído bien..

    Me alegraría que el Sínodo sirviera para que todos se sintieran Iglesia y tomaran conciencia, una conciencia que sin la Eucaristía es vana. Pura palabrería. Zarandajas a discreción. Y la guinda, las expresiones inglesas para aclarar la denominación castellana. Pero, ¿quién diablos ha redactado esa bolsa de palabras donde el término sinodalidad es el comodín fetiche sin sentido?

    • ana rodrigo

      Veo que de Ludovico a José María Valderas nada ha cambiado, y nada hay que permita un diálogo fructífero. Te retratas fielmente, entre otras cosas, en esto que dices: “De pena. De vergüenza ajena. Se repite la palabra sinodal, caminar juntos, ad nauseam. Nunca, sin embargo, se define. Se queda en la etimología.  Pura palabrería. Una diarrea verbal incontinente.” O en esto: “Ya conocemos la impresentable respuesta de Francisco al cónyuge que le preguntó, no siendo católico, si podía comulgar con éste. Francisco se enredó en una sola fe, un solo bautismo…” Quizá no te vendría mal repasar la vida de Jesús el Galileo a ver a quién le preguntó si estaba bautizado para comer o estar con Él 

      • Suelo, señora Rodrigo, abrir el día leyendo “El evangelio de hoy” del portal de los dominicos. Llevamos varios días con el libro de Samuel, los salmos de pueblo israelita confiando en su Dios poderoso, y el evangelio de Marcos. Pero nunca se agota el evangelio, la vida de Jesús el Galileo. Para mí, ademas, Hijo de Dios vivo, Unigénito y uno con el Padre y el Espíritu Santo.

        Suelo desayunarme también hojeando Révue Thomiste, Révue de Sciences Philosophiques et Théologiques, Gregorianum y Angelicum. La verdad que Gregorianum cada vez menos. Procuro echarle un vistazo a Concilium. Lo que sí paso, como alma que lleva el diablo, de las lecturas de ciertos teólogos de la facultad de teología de Granada, y que me disculpe el paleontólogo theilardiano, aunque lo tiene un poco crudo, sabido como sabe de mis reticencias sobre la honradez profesional de su admirado predecesor. Estamos, pues, Ana en las antípodas.

        Pero no es lo mío el  ataque ad hominem en el que usted parece recrearse. Allá usted, señora.

        Hay mucha endeblez teológica en ese programa teolólgico sobre la sinodalidad sinodal del sínodo sinodal. Hay incluso un tufillo protestante que apesta. No sólo por la ausencia de la Eucaristía, también por la ausencia de la Virgen. Pero es que, incluso desde la era consideración eclesiológica sobre el fundamento de la misión, hace agua. Es dislate tras dislate. Si quiere le esquematizo algún día el elenco de disparates eclesiológicos y apologéticos. Pero es más fácil coger los documentos conciliares (Lumen Gentium). Y si quiere resúmenes el Catecismo de la Iglesia Católico. Si menciono el Denzinger a los preparadores del Sínodo Sinodal les da un patatús. Un bodrio impresentable. Sólo le faltaba que, a imitación de Francisco, eleve a los altares de su sitial pontificio (vean los fotos) a Lutero. Menuda pieza el bodrio ese. ¿Podremos enterarnos algún día de la mano de los redactores? Por cierto, con seudónimo y sin  seudónimo soy el mismo. Salvo que en su ataque ad hominem tenga algún sentido. No voy a caer en esa trampa. Que la Magdalena le guíe.

    • Román Díaz Ayala

      No había leído el primer comentario de José María hasta este mañana temprano y sabedor de que originaría algún que otro comentario lamenté muchísimo no gozar de un tiempo necesario para añadir el mío y que ahora llega con notable retraso una vez producido el frentismo que mucho me temía y que deseaba evitar. Ahora tampoco tengo mucho tiempo, así que me perdonaréis que lo haga en distintos tramos, según vaya teniendo algún momento libre para comentar.

      Yo participo también de las mismas inquietudes reflejadas por José María, en cuanto a la personalidad de Cristiana Inogés Sanz que es miembro de una comisión del secretariado del Sínodo en Roma, precisamente por su preparación teológica en el SEUT de Madrid y luego en la Facultad de Teología de Gotinga. Yo desestimé una propuesta de estudios en el SEUT, precisamente por las mismas razones en que muchos protestantes tampoco lo harían, siendo yo católico, dada su filiación teológica ultra-liberal.

      Lo mismo puedo decir, pero con los necesarios matices,  la base sobre el bautismo sin la preceptiva explicación y valoración teológica del sacerdocio común, que difiere mucho en lo católico de la concepción protestante, y que provoca, por lo tanto una “minusvaloración de la Eucaristía, por que en medio está el “sacerdocio ministerial”., aunque se llegue incluso a un acuerdo sobre la presencia real de Jesús en el sacramento.

      Que conste que valoro muy positivamente la iniciativa del Sínodo e igualmente que emprende Atrio  de la mano de Gonzalo Haya.

  • Gracias Gonzalo.

    Me viene muy bien la información que aportas. He escrito una carta al Papa y la he enviado a varios sitios, algo que me rondaba la cabeza hace varios días.

    Está en mi blog. Si pinchas en mi nombre en azul, la puedes leer si quieres.

    • Gonzalo Haya

      Estimado Luis, he leído con gran interés tu carta al Papa. Estoy de acuerdo con muchas de tus afirmaciones, pero en general lo encuentro muy parcial. Defiendes el gnosticismo y cargas todas las culpas al cristianismo literalista; en esto último estoy de acuerdo, y mi último libro “Leer la Biblia con Fe Adulta” es un rechazo al literalismo. Estoy de acuerdo en anteponer la espiritualidad antes y por encima de cualquier religión. Son ilustrativas esas divisiones entre religiones exotéricas y religiones esotéricas, interioristas y exteriorioristas, de transformación y de acompañamiento. Estoy más de acuerdo con José Antonio Marina que, si mal no recuerdo, dice que el cristianismo siguió una tendencia dogmática más de tipo gnóstico (conocimientos) en vez de la tendencia profética de Jesús en continuación con los profetas del Antiguo Testamento. Me entusiasma la mística, aunque mi temperamento no sea místico;  pero mística y profetismo no son opuestos sino complementarios y, para mí, la piedra de toque es la compasión práctica, el “pasar haciendo el bien”. La mera acción puede olvidar la energía vital del Misterio, pero a su vez el conocimiento interior puede caer en un narcisismo espiritual. Reconozco que me dasagrada esa renuncia al Jesús de la cruz; aunque mi admirado Antonio Machado no quería creer en el Jesús del madero sino en el que anduvo sobre el mar. Creo que este rechazo se debe porque se entiende la cruz al estilo medieval como un sacrificio de reparación al Padre en vez de entenderla como la consecuencia de un programa de liberación de un sistema de injusticia social y opresión religiosa. Como ves, comparto en cierto modo tu insistencia interiorista pero prefiero el profetismo que impulsa a la acción, y aprovecho la ocasión para agradecer tus comentarios. Muy cordialmente. gonzalo

      • De nuevo Gracias Gonzalo por la respuesta. Implícitamente con esta respuesta me muestras respeto por mi pensar, no como otros que me pretenden asimilar a un animal silvestre montaraz.

        ¿Qué vas a dar que no tengas dentro? Hasta para dar dinero al pobre quien lo tenga, en su interior se deben dar las condiciones subjetivas que lo motiven. Acción si, pero espontanea y natural. Cuando tienes experiencia del Misterio consecuentemente actúas benéficamente, antes es un quiero y no puedo.

        Por otro lado, la cruz… como dos y dos son cuatro, por buena lógica. Si Jesús es el mismo Dios, la cruz es una humillación cruel de este Dios. No cuadra…
        ¿Qué explicación tiene? Que es una descomunal mentira que el Jesús de los evangelios muriese materialmente en la cruz. Lo digo una vez mas. Los gnósticos cristianos veían a Jesús como un mito simbólico arquetípico. Jesús fue el ultimo de los dioses solares que moría en la cruz estelar y permanecía tres días sin aparecer, como el Sol en diciembre.
        el gnosticismo antiguo no presentaba conflicto alguno con la razón, estadio evolutivo que ya habían alcanzado los filósofos griegos, que mas que filósofos eran gnósticos… Ya sabes “conócete a ti mismo.” No se puede decir igual del cristianismo literalista.

        Mensaje al pueblo: El mismo Dios, sucumbió a los poderes de la Tierra. Estos poderes pueden con el mismo Dios… por lo tanto mansedumbre y resignación. En otro mundo si acaso… tendremos la recompensa…

        En mi blog tengo un post “Dios es Como un Tigre”. Y Dios nos quiere tigres empoderados, no ovejas que nos pastoreen. Además. ¿Quién elige a los pastores.?

        En fin Gonzalo, reitero las gracias y te envío un saludo cordial.

        • Isidoro García

               Perdonad que me entrometa en vuestro interesante diálogo sobre las características de la espiritualidad.
             Especialmente quería hablar del papel de la gnosis, el conocimiento, en la espiritualidad.
           
             Yo no estoy de acuerdo en la diferenciación, (que considero superficial), entre tendencia dogmática-conocimiento, y tendencia profética.
           
               Una de las labores deconstructivas de la religión del Tercer Milenio, que está pendiente, es la deconstrucción del profetismo. El profetismo clásico es la difusión de mensajes recibidos directamente de la divinidad.
           
               Pero con el deísmo no-teísta, eso ya no tiene ningún sentido. Es volver a las religiones arcaicas y tribales.
           
              Según las nuevas ideas, (que unos aceptarán y otros no), no hay tal revelación explícita boca-oreja.
           
                Lo que hay es una revelación interior de nuestro respectivo “espíritu”, que todos portamos dentro, que a una persona que lo sepa sintonizar, escuchar e interpretar bien, le dará una lucidez sobre la Realidad, que le convierte de facto en un “profeta”.
           
              En realidad las palabras del auténtico sabio, son “Palabra de Dios, te alabamos Señor”, porque habrá comprendido la filosofía perenne, que es la filosofía transcrita en nuestros programas sapienciales, y que constituye el conocimiento de la Realidad, vigente en el “Reino de Dios”.
           
              Claro es, que para un cristiano, hasta ahora el único sabio que ha llegado completamente a la diana, es Jesús, con el Buda Sakiamuni, muy cercano, y muchos otros acercándose.
           
               Pero, ¿cómo se acerca uno, poco a poco, y muy lentamente, a esa sabiduría?: sintonizando, escuchando e interpretando correctamente.
           
                Lo malo es que el lenguaje arquetípico del “espíritu”, viene en clave. Sería como si a uno le dieran la fórmula supersecreta de la bomba atómica, y pusieran una letra sí y otra no. Habría que reconstruirla, y para eso, uno tiene que saber mucha física.
           
              (El espíritu habla en su lenguaje que son las “imágenes”, y para traspasarlas a la mente consciente, cuyo lenguaje es la palabra, hay que realizar una “traducción”, una traslación, que siempre la haremos en función de nuestro ideario y de nuestra cosmovisión. “Con un lenguaje pobre, no se puede tener un pensamiento rico”, (Antoni Bolinches).
           
             La comprensión del lenguaje del espíritu, se podría comparar con el de los nuevos estilos de comunicación. Leído en Twiter:
          Post-it: Salgo a comprar, tienes la cena en la nevera.
          Sms: slgo acmpr tns la cna nla nvera.
          iPhone: Salido a compás,tienes cera en la oreja.
              Si resulta que la traducción nos la hace el corrector del iPhone, (no sé si ahora se habrá perfeccionado), acabaremos entendiendo que “tienes cera en la oreja”.
           
              De ahí la mucha importancia que tiene el conocimiento correcto, (que no es siempre el conocimiento mas exhaustivo), para entender bien al “espíritu”.
           
             No hay una verdadera contradicción entre acción y conocimiento, entre orto. No hay que tener miedo al conocimiento, pues si es verdadero, nos conducirá naturalmente hacia una buena práctica. 
              Como dice el amigo Luis: “Acción sí, pero espontánea y natural. Cuando tienes experiencia del Misterio consecuentemente actúas benéficamente, antes es un quiero y no puedo”.
               Que es lo que yo decía ayer, (pero mucho mejor dicho), sobre el Wu wei espontáneo y natural, en contra del esforzadismo neurótico y voluntarismo, (quiero y no puedo).
           
          Respecto al peligro de que el llegar a conocer la Realidad, (escuchando al espíritu), provoque hibris o desmesura espiritual, es bien cierto.
           
              Señala Ramón González Férriz, que es muy difícil calcular la cantidad de ego necesaria para hacer lo que ambicionas. En la vida no hay nada más útil que un poco de ego, pero nada más peligroso que un exceso de él.
           
              Y esto se produce para cualquier logro, incluida la “santidad” religiosa, o la perfección humana y espiritual. Porque si eso es lo único que te obsesiona y preocupa, te conviertes en un  maníaco.
           
              Todos los objetivos vivenciales, totalitarios, que colonizan una vida entera, son peligrosísimos, ya de hibris, si se progresa, o ya de frustración personal, si no se obtienen los logros esperados, lo que nos lleva a una vida amargada, llena de odio, rencor y resentimiento, que caracteriza a muchos “activistas” obsesivos.
           
              El camino es duro y peligroso, y transcurre por el filo de una navaja. Solo nos podemos fiar de nuestro instinto = de nuestro espíritu. Como decía Marcel Legaut:
          El hombre no tiene tarea más urgente que la búsqueda de un terreno firme donde asentar sus pasos.
              El hombre, para poder usar esta base de discernimiento y decisión, ha de encontrarla, en definitiva, en sí mismo. Le es necesario si no quiere ser sólo movido y pasivo”.

          • Isidoro García

            Doble corrección. Cuando digo, “No hay una verdadera contradicción entre acción y conocimiento, entre orto”, quiere decir, “entre ortodoxia y ortopraxis”.

            Por otra parte cuando cito la frase de Luis sobre la acción, el paréntesis, (pero mucho mejor dicho), quiero decir que Luis lo expresa mejor y mas claro.

            Estamos siempre lidiando con lo equívoco de las palabras. Un saludo cordial a todos.

             

          • Isidoro:

            Utilizamos el mismo idioma pero aún así las palabras pueden tener para cada uno significado no siempre igual, por ejemplo: filosofía, religión, gnosis, conocimiento.

            La filosofía que tiene por techo la razón, para mi, no es mas que viruta sacada al tronco de la gnosis. O sea los filósofos por antonomasia, los griegos, tenían un pensar fruto de una espiritualidad gnóstica. Y cualquier filosofía si no apunta mas allá de la caverna de Platón, es una ratonera para ratones de biblioteca.

            Los misterios eleusinos no consistían en leer ninguna Biblia. Era una practica que con sustancia psicoactiva como el Kykeon o sin ella lo que se buscaba era sutilizar al individuo, elevarle la vibración o lo que es igual, espiritualizarlo.

            En Facebook un amigo me escribía sobre Jesús de forma rimbombante y sobre el conocimiento. Le respondí con una cita del Zen:

            Un discípulo le preguntaba a un maestro cuyo nombre no recuerdo, que debía hacer para alcanzar la iluminación. El maestro se levantó el faldón y le mostro los callos que tenia en el culo. De sentarse a meditar…

            La letra mata. Leo en Atrio y en otros lugares similares mucha letra, sin vida, muerta. Como muerto esta el catolicismo. Que si alguna vez tuvo un verdor significativo, hoy es una rama seca que se está carcomiendo. Hoy para saber tenemos “Google” sobran citas a los evangelios y falta experiencia espiritual. De acuerdo que los evangelios están transversados por una sabiduría que apunta a mas allá del ego, lo que viene a llamarse hoy transpersonal. Pero no dan herramientas para llegar a ser como Jesús.
            Incluso si tomamos la Filosofía Perenne necesitaremos de alguna practica transformativa para que esta filosofía nos llegue y la podamos asimilar porque vibramos con ella, que no nos rebote…

            Me viene bien lo que traes de  Marcel Legaut:

            El hombre no tiene tarea más urgente que la búsqueda de un terreno firme donde asentar sus pasos.    El hombre, para poder usar esta base de discernimiento y decisión, ha de encontrarla, en definitiva, en sí mismo. Le es necesario si no quiere ser sólo movido y pasivo”.

            En la maraña religiosa llena de palabras no llenadas de vivencia espiritual, el individuo tiene ser de SER y se le da agua putrefacta. En algunas religiones, en otras tienen mapas que apuntan a un territorio de practicas que hoyar con su planta del pie.

            Cartolicismo y cristianismo en general: Hojarasca, hojarasca… hasta llegar a la tierra de M. Legaut.

            La iniciación del cristianismo gnóstico.

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