Otros temas

Autores

Archivo de entradas

Temas

Fechas

Calendario

7181 Artículos. - 109444 Comentarios.

Derechos sin deberes son crímenes

Para este sábado he elegido dos artículos que quisiera que los lectores de ATRIO leyeran y comentaran poniéndolos en relación. El primero, este sensatísimo de José Ignacio, muy oportuno contra los nuevos libertarios que en enarbolan, por ejemplo, el derecho a no vacunarse. El segundo, a continuación, una interesante encuesta que presenta la prestigiosa NCR sobre la espiritualidad de la Generación Z  (entre 13 y 25 años). ¿Cuál será la edad media de los discípulos y lectores, que tanto tenemos que agradecer a Faus? Seguramente muy semejante a la de quienes hacemos y visitamos ATRIO. ¿Tenemos algo que poder legar a la Generación Z? AD.

 

          Se ha comentado muchas veces la capacidad que tiene el ser humano para envilecer o prostituir las realidades más hermosas: sea el amor, la convivencia o el deporte. Temo que algo semejante estemos llevando a cabo con el tema sagrado de los derechos humanos.

          La obsesión de las históricas Declaraciones de derechos humanos por subrayar que estos son algo de todos los humanos (y no solo de los grupos poderosos de la tierra), llevaba implícita la afirmación de que los derechos humanos son sobre todo, obligaciones mías para con los que más carecen de ellos: deberes para con los demás y no solo ventajas o exigencias mías ante ellos. Poco a poco ese presupuesto se ha ido olvidando y los derechos humanos se están convirtiendo en derechos del egoísmo humano: cada cual los reivindica solo para sí (o para él y su grupo). Hasta el punto de que deseos o veleidades mías pasan por delante de auténticas necesidades de los otros. Y sin atender a la elemental posibilidad de conflictos entre derechos propios y ajenos, que puede implicar alguna limitación de las propias reivindicaciones.

          ¿Qué puede seguirse de ahí? Intentaré sugerir algunas pistas siguiendo el lema del gran Sandino nicaragüense: “los derechos de los pobres son más sagrados que los derechos de los poderosos”.

 

          1.- Creo que lo antes dicho se ha manifestado claramente durante la covid19: hemos visto bastantes grupos reclamando su derecho (¡teóricamente innegable!) a ir donde quieran, con quien quieran y como quieran, pero sin que eso implique además un derecho de los otros a no ser contagiados por el virus: ellos verán. Y aclaro que esta afirmación no impide reconocer la gran dificultad de precisar los límites y las dimensiones de cada reivindicación, en un tema como este donde hay pocas certezas y muchas probabilidades, imposibles de delimitar con exactitud.

          La pasada declaración de nuestro Tribunal Constitucional sobre el estado de alarma es un ejemplo de ello. Podría ser (no sé) que ese estado de alarma fuese efectivamente inconstitucional (aunque la ajustada mayoría y el voto particular del señor Conde Pumpido merecen, una consideración muy seria). Pero aunque fuese inconstitucional era éticamente obligatorio: nos dicen que salvó casi medio millón de vidas. Pero, aunque hubieran sido solo mil, un juez está obligado a tener esto en cuenta, incluso aunque crea que a él le toca solo lo jurídico y no lo ético: porque lo ético también tiene que ver con la justicia. Y no es lo mismo una ilegalidad moral que una ilegalidad inmoral. Jesús de Nazaret también hizo muchas cosas que eran ilegales, pero moralmente provechosas. Hubo Nicodemos y Arimateas que comprendían eso; hubo también sumos sacerdotes y sanedritas que lo condenaron por ello.

          En cualquier caso, resulta innegable que durante esta epidemia, mucha gente ha concebido y ha invocado los derechos humanos como una legitimación de los propios egoísmos y de la propia insolidaridad. Y que este modo de proceder ha tenido un influjo importante en la aparición de esa “quinta ola” o “variante delta” o como queramos llamarla.

 

          2.- Pero estas reflexiones no apuntan propiamente a la pandemia que ha sido solo una especie de parábola inicial. El objetivo al que queríamos llegar es una nueva Declaración (esta vez no nacional sino mundial) de un grupo de científicos que alarmaban sobre el problema ecológico, calentamiento del planeta, cuidado de la casa común o como queramos llamarlo. La declaración amenaza con “un futuro espantoso” (la pérdida constante de la biodiversidad hará imposible la vida compleja en la tierra) y es pesimista por la constatación de compromisos y deberes incumplidos desde que comenzamos a vivir este problema. Los poderes que están destrozando el planeta (poderes económicos sobre todo y, por eso, globales) apelan también a supuestos derechos y grandes palabras: derecho al progreso, para destruir la Amazonía; a la conquista de un futuro mejor o a la libertad de emprendimiento, para destruir el planeta. O derecho a disponer la riqueza privada a gusto propio, para no tomar medidas que son urgentes. ¿Hemos vuelto al “ius utendi et abutendi (derecho a usar y abusar) de los romanos?

          Y por supuesto, entre la gente y entre los medios de comunicación, estos informes tienen mucha menos resonancia que el estúpido melodrama Messi con tantas lágrimas ridículas. La ciencia es como Dios: existe cuando nos podemos aprovechar de ella; pero no cuando nos avisa de un mal camino.

          Imaginemos (a modo de parábola) que en alguna isla todavía inexplorada se descubre un nuevo tipo de setas. Una mayoría de los científicos del planeta considera, por análisis químicos, que tales hongos son venenosos.  Otro grupo, apelando al derecho a la propia opinión, sostiene que son inocuos y que pueden ser comercializados (curiosamente, entre estos disidentes, están los propietarios de los terrenos en que aparecieron dichas setas…). A base de solos argumentos no se llega casi nunca a la evidencia plena. Lo único claro es que el riesgo que se corre no es el de una simple indigestión sino el del envenenamiento. ¿Cuál debería ser la conducta seguir en un caso así?…

 

          3.- Esa parábola no pretende ser una predicción de lo que va a pasar sino una explicación de cómo se deben enfocar los derechos humanos en muchas situaciones de la historia. No vale apelar solo a lo que se considera un derecho individual propio, sino que es necesario tener siempre ante los ojos, en cualquier decisión, la situación global en la que estoy actuando: también vale aquí aquello tan importante y tan incumplido de “pensar globalmente y actuar localmente”. Por eso me permito terminar evocando dos lecciones que últimamente me he hartado de repetir.

          Una es el socorrido refrán latino (corruptio optimi pessima): la corrupción de lo óptimo se convierte en lo pésimo: y los derechos humanos están entre las cosas mejores que tenemos. El otro es la apelación (que me he cansado de hacer) a la advertencia de Simone Weil hace ya casi un siglo: una declaración de los derechos humanos, sin otra declaración universal de los deberes humanos, puede convertirse en eso que los latinos llamaron “corruptio optimi”.

          Así estamos. Y en la raíz de esta situación creo que está ese individualismo desproporcionado que ha sido el pecado original de nuestra querida Modernidad. Los derechos humanos dejan de ser entonces un deber mío hacia los demás, y se convierten en un deber de los demás para conmigo.

          ¿Lograremos salir de ahí?

14 comentarios

  • Carmen

    Es que, claro, depende de la idea que tengas de las vacunas. Para mí, Jenner que las, no sé qué palabra utilizar, es uno de los grandes. El caso es que ha sido un avance brutal para combatir enfermedades infecciosas. Pero hay que saberlo.

    Ha habido un movimiento antivacunas desde hace años que no logro entender. Es que hay muchas cosas que no entiendo. Tengo la impresión de que todo procede de una especie de movimiento que se opone a la medicina tradicional occidental, pero a lo mejor no es  cierto. Que hay personas que no vacunan a sus hijos pequeñicos del sarampión y esas cosas, eso es así desde hace unos años. Y luego están las que dan de mamar a los niños hasta que tienen tres años por lo menos. Eso dicen que es muy muy bueno para el bebé. Personalmente lo veo un auténtico disparate. Pero bueno.

    Llega la Pandemia y el movimiento anti vacunas enloquece. EEUU empieza a decir que si China no sé qué. Luego se apuntan los que dicen que todo esto es porque las farmacéuticas quieren vender vacunas. Y ya en pleno delirio se añaden los del microchip. Y por último los efectos secundarios. Eso ya ha sido la guinda.

    A eso hay que unir la desconfianza que ha producido en muchas personas la rapidez con las que se han autorizado .

    Hay personas que sencillamente no se quieren vacunar. Desconfianza pura y dura. En qué? Pues de todo un poco.

    No creo que por eso sean buenas o malas personas. Para mí que es un poco de cerrazón mental. Pero claro, confío en la ciencia. Y en Margarita del Vals.

    Como los entendidos dicen que no ha sido la primera ni va a ser la última pandemia , opino que  debería de haber una campaña informativa importante para que tooodas las personas entendieran de qué va esto de las vacunas. Que sepan que la investigación ya había dado pasos de gigante en las vacunas basadas en ARN, que no ha sido un invento de última hora…en fin. Lo que viene a ser un poquito de conocimiento del tema. Quizás entonces las cosas serían diferentes.

    Pero claro, soy maestra. Confío mucho en la buena educación.

    A lo mejor soy una ingenua. Seguramente.

    Respecto a si Jesús se vacunaría o no, sencillamente me parece delirante.

    Buenas noches.

    • Javier Peláez

      Jesús se vacunó de polimelitis(Jn 4,20-25).Esto sólo lo niegan los testigos de Jehová

      • Javier Peláez

        Y el cardenal Burke hospitalizado por Covid y negacionista otro que niega la evidencia biblíca de que Jesús se vacunó; él decía que le querían meter un chis ,asunto sobre el que no he encontrado ninguna referencia bíblica

  • Javier Peláez

    Sobre lo de la vacunación hay por ahí una  imagen muy elocuente: Aparece un individuo delante de Jesús y dice:”pero una palabra tuya basta para sanarte” y Jesús contesta:”Vacúnese”. Además del individualismo,juega la mentalidad,dejando a un lado los negacionistas,claro…Yo conozco una persona,quninguna e espero no lea esto,con bastante contacto con personal sanitario,que en las fases primeeas de la pandenia no se le podía ni dar la mano,pero que ahora se le ha muerto un familiar con cierta provximidad a la vacuna y sin ninguna relación conocida con la vacuna y ha decidido no vacunarse.Esto es propio de sociedades conspiranoicas y altamebernte analfabetas…Hay casi una correlación entre entre el analfabetismo funcional que dió la victoria a Trump y las dificultades de vacunación en EEUU…Esto tiene mucho que ver con lo que se llama *fuentes de información alternativas” en la extrema derecha  o más bien de desinformación…Luego si uno ha sido educado en un paletismo de Oklahoma o en una mentalidad provinciana llena de recelos y cotilleos la cagamos…Luego están entre los negacionistas los caraduras que directamente es una forma de medrar(yo conozco alguno).Por lo demás,uno debe vacunarse por los demás obviamente…y tb por uno mismo que cojones…

    • Javier Peláez

      En la cuarta línea,que espero no lea esto

    • Jaume PATUEL PUIG

      No me atrevo a manipular a Jesús. Sinceramente no sé k hubiera dicho Jesus.
      Però tal vez k no hubiese censura en las informaciones. VERITAS LUBERAVIT VOS.

      • Javier Peláez

        Jesús ha sido manipulado sistemáticamente…Sinceramente no me imagino a Jesús no vacunándose..
        ….si fuera el caso que tuviera acceso a la vacuna a,cosa dudosa ..vistos sus orígenes…Yo no he hablado de caensura…Digo que la gente se forma su opCataluñs dinión shlawcho bre cosas bastante complejas(una vacuna o un medicamento) a partir de fuentes elaboradas por indocumentados,,,Se puede opinar de todo,pero de medicina es difícil sin la formación pertinente…Yo llevo basyantes pleitos de negligencias sanitarias y ye digo que los abogados tenemos la más mínima idea de medicina,,,

        • Javier Peláez

          En la línea 5 su opinión…

          • Javier Peláez

            El texto es un desastre porque escribo desde un móvil.En la Cataluña rural hay algún que otro paleto antivacunas que hace tienpo que lo tenían que haber empitonado
            .

        • Sinceramente, no sé qué hubiese hecho Jesús Por tanto, silencio.
          Ahora bien, cada uno desde su propia experiencia, formación e información puede opinar. y aquí entra una pluralidad, que debe respetarse. ¿Por qué persona médica sesuda, indagadora y responsable no se vacuna? Creo que es un deber respetar y con base científico. Solo constato el hecho.
          A veces conviene dejar reposar y que puedan ir de vacaciones tanto Dios como Jesús. Están muy maleados y cansadillos de nuestras manipulaciones. El Ser Humano debe tomar las riendas responsablemente de su vida. Y caso por caso….
          Gracias por tu aportación, Javier. Y a continuar con la faena de construcción.

          • Javier Peláez

            Una persona mëdica que no se vacuna o es un embaucador o no tiene ni idea de la historia de la medicina…Gracias por tu aportación,Jaume

          • Javier Peláez

            Por lo demás no tengo constancia que Jesús tuviera vacaciones pagadas,lo cual no quiere decir que tenerlas sea contrario al mensaje cristiano…Yo soy cristiano hasta en vacaciones…

  • Si derechos sin deberes es un crimen, deberes sin derechos es una esclavitud. Ambas deben ir siempre juntas. Por eso hablamos en el campo psicológico de ASERTIVIDAD. La misma energía y empeño que se pone para cumplir con los deberes y a mi entender hay muchísimas personas que son fieles cumplidores de ellos y por ello la sociedad avanza.

    Y entiendo que aún avanzaría más, si al mismo tiempo esas mismas personas pusiesen  energía y empeño para reclamar sus propios derechos. Y eso llevaría, a mi entender a unas “batallas” que provendrían más bien de de aquellos que solo quieren derechos sin deberes. La complejidad y el caos de la vida en sociedad pide madurar como ciudadanos para una convivencia dinámica.

    Solo me hago una pregunta en esta llamada “pandemia”, que ha sido letal y con dolor para muchísimas personas: ¿Por qué se utiliza la opresión, la multa para quienes no cumplen, en lugar de la convicción y razonabilidad?  Si se hubiese permitido debates públicos de los diferentes puntos de vista en lugar de censuras o dicho de otro modo SOLO UN DISCURSO, el oficial, me pregunto si no hubiese sido mucho mejor, más ventajoso y más humano.

    Entrar en un restaurante o bar y tener que mostrar obligatoriamente el QR, no tiene demasiado sentido, a mi parecer. No creo que el argumento del contagio sea el único. Tal vez me equivoque pero aquí hay gato encerrado.
    Hay ir dejando el paso del tiempo al tiempo.

     

    • Carmen

      Pues tendrá usted muchos estudios de teología, pero habla como una persona que se ha dedicado a la enseñanza de gente joven. Hay que ver lo que te obligan a aprender.
      Pues sí. No hay otro camino que la asertividad. No hay otro. No vale de nada la imposición, no en este momento histórico, social o como se quiera llamar. Hay que convencer.
      Y de hecho ahí lo tienes. Por qué hay un montonazo de jóvenes que en este momento se saltan las normas? Quizás porque no se les ha convencido de que son necesarias para detener la Pandemia? Y por supuesto que no son todos, pero una minoría puede hacer mucho daño.

      Y luego está el tema del pensamiento único, que de único nada, porque en esta sociedad eso ya no se vale. Aquí están las redes .

      Recuerdo cuando se hicieron las normas de convivencia, así llamaban a una tipificación de faltas de disciplina y sus correspondientes sanciones. Alucinante. Miles. Como si escribirlo en un papel y darlo a los padres tuviese poderes mágicos.

      Ay, dios. Nunca habíamos tenido tantas normas y aquello era un desastre. Hay que convencer. Nos comerán, son más que nosotros, a las malas nos podrán. Cuando me jubilé hace cuatro años, creo, ya se habían comido la salud mental de muchos compañeros de secundaria. No sé cómo andarán las cosas ahora.

      Pues eso es lo que ha pasado con esto de la Pandemia. A nosotros, los mayores nos pasmaron. Tomamos conciencia del riesgo. Aprendimos. A ellos, a los jóvenes, únicamente se les dice: sois unos irresponsaaaablesss.
      Pues sí. Y qué? Ni caso hacen . Algún fallo se habrá cometido, digo, no sé.
      En fin.

Responder a Javier Peláez Cancelar comentario