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Creo en la resurrección de los muertos

 A H. Küng, in memoriam

      Si hay sed es porque hay agua, si hay oscuridad es porque hay luz, si hay odio es porque hay amor… si hay muerte es porque hay resurrección. No sé si M. Heidegger tuvo esto en cuenta al establecer su axioma ontológico de que el hombre es un-ser-para-la-muerte. Lo cierto es que su propuesta es una verdad que puede parecer una verdad de perogrullo, pero que se queda estancada en una realidad achatada, sin transcendencia, un horizonte sin resurrección.

      Para mí, como creyente cristiano, la resurrección es la última realidad de mi existencia y, sobre todo, la radicalidad de mi fe en Dios, no un complemento, a pesar de que el mundo de la fe, como decía el cardenal Newman, se configura por la “capacidad de soportar dudas”. Cristo ha resucitado y es para el creyente la “resurrección y la vida, el que cree en mí, aunque muera vivirá” ( Jn 11,25); por eso los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor resucitado (Jn 20,20). Aquí está la clave de la resurrección del creyente y de todo ser humano: poder habitar en un “cielo nuevo y en una tierra nueva” (Apc, 21,1) donde no caben las posiciones nihilistas del ser abocado a la muerte sin más ni las agnósticas de estar establecidos cómodamente en la finitud sin un horizonte abierto a una existencia vivida en plenitud.

      Habitar un cielo nuevo y una nueva tierra, donde se contempla a Dios “cara a cara” (I Cor 13,12) y donde esa vida plena se desarrolla mediante ausencia de sufrimiento y de dolor, del mal; características de la vida terrenal del ser humano. Una vida plena, donde la utopía y la esperanza tampoco tienen ya cabida, pues han cumplido con su misión, que es guiar como un GPS al ser humano a ese nuevo cielo y a esa nueva tierra, a la eutopía. El amor y la alegría son los frutos inmediatos de la contemplación divina, que implica la creación de “nuevos corazones, nuevo espíritu” (Ez 36,26). Y, en especial, donde la fábula de las abejas de B. Mandeville de ninguna manera puede llevarse a cabo: En una colmena, como sociedad bien organizada, no faltaban los malos médicos, los políticos corruptos, los malos sacerdotes, hasta la reina era mala. Decidieron un día cambiar de rumbo y ser una colmena honrada y virtuosa, donde el amor al bien fue su pauta de nueva conducta. Ya no había disputas ni excesos en el vivir…; este cambio profundo desencadenó una quiebra económica, desaparecieron los médicos, los abogados… La conclusión a la que llega B. Mandeville: “sólo los tontos se esfuerzan por hacer de un gran panal un panal honrado. Fraude, lujo y orgullo deben vivir, si queremos gozar de sus dulce beneficios”. Por el contrario, en esa nueva creación resucitada se realiza lo incomprensible, lo antinatural en nuestro mundo, como es que el lobo y el codero cohabiten, lo mismo que el león y el buey; “no habrá mal ni corrupción” (Is 65,25).

      Ahora bien, cuando uno lee escritos de escatología, parece que sus autores han estado en el más allá y, a su regreso, nos cuentan ce por be cómo es el nuevo mundo, cómo es aquel lugar: el ser humano con sus características corpóreas resucitado, una vida en plena libertad de hacer lo que a uno más le ha gustado aquí, en la vida terrenal, y que bien no ha podido realizar o lo ha hecho a medias, como lo que nos cuenta H. Küng del tenor alemán que en su alabanza a Dios cantaba sin parar un aleluya; al final, ante tanta monotonía, echaba de menos su buena cerveza en un bar de Múnich.

      La resurrección pertenece al mundo de la fe y podemos hablar de ella por no estar callados, pero desde la fe en Cristo resucitado, sabemos que resucitaremos con Él, a pesar de las múltiples preguntas que nos podemos plantear: ¿resucita sólo el alma o también con el propio cuerpo?, ¿resucitan sólo los creyentes?, ¿resucitan sólo los buenos, los que han llevado una vida honrada?, ¿se resucita o se reencarna?, etc.

      Me atrevo a sugerir alguna respuesta a estas preguntas. Respecto a la primera, ¿resucita sólo el alma o también con el propio cuerpo?, desde la posición dualista de Platón, la respuesta es fácil. Al ser el alma inmortal, ésta no muere y vuelve al mundo divino, de donde salió. Pero desde posiciones antropológicas modernas el ser humano es un todo, que como advertía Pablo de Tarso, “se siembra lo corruptible, resucita incorruptible…, se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo espiritual” ( Cor 15,42-44); un todo único, un todo perenne que resucita con sus características ónticas individuales, que configuran a la persona concreta con sus nombres y apellidos (Salmo 87). Desde esta perspectiva la reencarnación tiene menos fundamento al diluirse la personalidad individual en sucesivas entidades con algunos recuerdos del pasado.

      Respecto a la segunda pregunta, ¿resucitan sólo los creyentes?, no me parece acertado este reduccionismo, porque es tanto como decir que “fuera de la Iglesia no hay salvación”, (extra Ecclesiam nulla sakus) dogma (¿?) que fue corregido por el Vaticano II. La bondad no es patrimonio de los creyentes. Si echamos un vistazo a nuestro alrededor, sobre todo en estos días de zozobra política por las elecciones en Madrid, vemos que los “malos” son más sensibles, por ejemplo, a los pobres y a la resolución de sus problemas. Allí, pues, donde hay bondad, allí hay presencia y huella divinas.

      Otro tanto habría que decir de la tercera pregunta, ¿resucitan sólo los buenos, los que han llevado una vida honrada? Si Dios es todobondadoso y misericordioso, si, como dice Jesús de Nazaret, hay que perdonar hasta setenta veces siete y hay que amar, incluso, al que consideramos enemigo, no puede triunfar el mal sobre el bien, máxime en el territorio de la bondad, en la eutopía, en el territorio de la reconciliación. Si aquí en la tierra se dan esos actos heroicos de reconciliación y perdón, mucho más allí en la “nueva tierra y en el nuevo cielo”. No es que Auschwitz, o tantas monstruosidades humanas, se olviden y permanezcan en la oscuridad del odio, sino que la luz de Dios iluminará a las víctimas y a los verdugos en un abrazo de reconciliación.

      Creer en la resurrección de los muertos es tanto como creer en la victoria sobre la muerte y que esta no tenga la última palabra sobre la existencia humana. Pero la resurrección, como sostiene H. Küng, implica la lucha diaria contra la muerte, que se manifiesta de muy diversa manera: pobreza, hambre, explotación, emigraciones de países pobres o en guerra… Creer en la resurrección de los muertos “no puede aplazar, escribí en mi artículo Valores éticos de la resurrección, la tarea del creyente de vivir la utopía de la fraternidad y de cuantos valores éticos que contribuyen al desarrollo de la comunidad eclesial y civil”. No cabe, pues, la actitud de brazos cruzados, como hicieron los de Tesalónica, cuya conducta fue reprochada por Pablo de Tarso con aquello de “quien no trabaje que no coma” (2 Tes 3,10).

      Creer en la resurrección de los muertos es aceptar que el caminar humano está repleto de sufrimiento y de dolor y que la vida humana puede parecer un río que desemboca en un mar sin agua, la nada; pero el caminar con el fogoso anhelo de una meta confortable, de una pradera llena de cromáticas flores, de que el Padre-Madre, como al hijo pródigo, nos espera con los brazos abiertos, no puede ser una alucinación engañosa. Y está el dato irrefutable para el creyente de que Jesús de Nazaret nos precede con su resurrección y con su victoria sobre la muerte.

80 comentarios

  • oscar varela

    Hola!

     

    1- Creo que mañana (18/5) re-aparecerá Salvador Santos

     

    2- YouTube recomendable la Entrevistas de Warnken; p-e.:

     

    3- Estoy leyendo:

    https://sindominio.net/xabier/old/textos/matvar/matvar.html#:~:text=%60%60El%20%C3%A1rbol%20del%20conocimiento”%20fue%20publicado%20por%20primera,the%20realization%20of%20the%20living%20(

     

    Gracias y abrazos!

  • Asun Poudereux

    Sin intención de herir susceptibilidades. Muy al contrario:

    EXTRAÍDO DEL LIBRO LA SOMBRA DE JUNG

     

    40. CÓMO APRENDERA RELACIONARNOS

    CON EL MAL

     

    Las dos primeras alternativas no precisan

    mayor discusión, la tercera, por su parte, parece imposible. Si la lógica nos enseña que tertium non datur ¿cómo podemos reconciliar dos opuestos tan dispares como el bien y el mal? La única forma posible de reconciliar los opuestos consiste en «trascenderlos», es decir, en llevar el problema a un nivel superior en el

    que las contradicciones puedan resolverse. En este sentido, si una persona, por ejemplo, consigue desidentificarse de los opuestos podrá verificar que la misma naturaleza interviene para ayudarle. Todo depende, en última instancia, de nuestra actitud personal. Cuanto más nos liberemos de los principios rígidos e inmutables y cuanto más dispuestos nos hallemos a sacrificar la voluntad del ego, más oportunidades tendremos de vernos conmovidos por algo superior al ego. Entonces experimentaremos una especie de liberación interna, un estado que se halla -por utilizar la expresión nietzscheana- «más allá del bien y del mal».

     

    En términos psicológicos podríamos decir que la renuncia a la voluntad egoica intensifica la energía de nuestro inconsciente y reactiva todos sus símbolos. En términos religiosos diríamos que se trata de una crucifixión -a la que sigue una resurrección- en la que la voluntad del ego se unifica con la voluntad de Dios ya que, desde cierto punto de vista, el sacrificio voluntario es la condición sine qua non de la salvación. Al mismo tiempo también tiene lugar una transformación parale la en los símbolos del bien y del mal en la que el

    bien pierde algo de su bondad y el mal algo de su maldad. De este modo, en la medida en que crece la «luz» de la conciencia se disipan también las tinieblas que oscurecen el alma.

     

    Entonces aparecen nuevos símbolos que expresan la reconciliación de los opuestos como, por ejemplo, los símbolos de la cruz, del Tai-chi-tu y de la Flor de Oro cuya emergencia aporta al individuo una nueva comprensión del conflicto, una neutralización de los opuestos y una transformación de la imagen de Dios que siempre tienen un efecto liberador sobre el

    alma y que transfigura completamente nuestra personalidad consciente y la personalidad de nuestra sombra.

     

    El mal -ya sea una enfermedad, un desorden externo, la pérdida del sentido de la vida o un impulso inmoral-constituye un poderoso factor curativo que nos ayuda a reconciliar nuestra individualidad con el núcleo central de nuestro ser, el Yo, la imagen de la Divinidad. Quien logre esta reconciliación no sólo se abrirá a lo

    creativo sino que también experimentará la tensión entre los opuestos de un modo nuevo y más positivo, recuperando, al mismo tiempo, su capacidad de decisión y de acción.

    Aplícate tu propio bálsamo.

     

    Proclama por doquier tu enfermedad.

    Eso te restablecerá.

    Cuanto más emplees este tratamientomás digno y más sabio te harás.

    Y recuerda que, si crees que en este momento

    no tienes ningún defecto,te convertirás de inmediatoen el artífice de tu propia desgracia.

     

    RUMI

    • mª pilar

      ¡Gracias cielico!

      Creo que nunca, lograré comprender las posturas de las personas que maltratan al prójimo…para y por enriquecerse…siento, esto es superior a mí y no logro comprender.

      Siento decepcionarte, pero no sé como hacerlo, no juzgo, pero tampoco acepto.

      Un abrazo entrañable y lleno de alegría al comprobar que estás de nuevo en marcha.

      ¡Bien amiga mía!
      Abrazos.

      • Asun Poudereux

        Llegar a maltratar a los demás, me habla de locura, inmadurez, incapacidad de ponerse en los zapatos de otra persona. Por eso prejuzgar es de lo más natural. Si empezáramos por nosotros mismos, aprenderíamos a respetar y considerar a los demás como se debiera.
        ¿Ingenua? Puede que lo sea. Pero no siempre. Que conste.
        Abrazos y besos.

    • Isabel

      Uuuuufff! (A modo Carmen sin su permiso)

      ¿Rumi?

      “No te conformes con las historias de los demás, con cómo les han ido a ellos las cosas”

      Me alegro de que te haya ido bien.
      Ni me alegro ni lo contrario de que tengas las cosas tan claras (claras es un decir) siendo tan complejas como son. Que parezcas satisfecha con conceptos tan vagos y varios falsos, extrañeza toda.
      Mucha suerte.

      • Asun Poudereux

        Gracias, Isabel. El legado de otros cumple una función, así lo vivo.
        Se aprende mucho. Hay un componente de humildad y gratitud permanente, o al menos así lo siento.
        Un abrazo. Y vayamos palante con que vaya viniendo…

        • Isidoro

          Amiga Asun: Tú ya sabes que como decía Saint-Exupery, “Las personas mayores nunca pueden comprender algo por sí solas, y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones”.

  • Asun Poudereux

    Muchísimas gracias a todos los compas atrieros. Sois sol apoyo y luz en Aquel que nos une y abraza. Las cosas vienen, las personas permanecen y a empezar de nuevo. No nos juzguemos tanto, si eso apenas aporta a profundizar en humanidad.

    Os voy a reenviar una reflexión que puede darnos un poco de luz en el abismo más impresionante. Gracias. Abrazos atrieros.

  • Carmen

    Hola Óscar.

    Estás bien?

    Me uno a lo que dice María Luisa.

    A veces te cansas y desapareces una temporada. Espero que sea por eso.

    Con un: hola, estoy bien,  es suficiente.

    Un abrazo

     

  • M.Luisa

    Me tenías muy preocupada querida Asun, me alegro de que todo haya ido bien y que vuelvas a estar de nuevo  en Atrio,  también desde aquí deseo a   Oscar que su ausencia no sea por motivos de salud.

    Abrazos y Esperanzas!!

  • Isidoro

         “Pensar es limitarse a buscar esa única idea que un día permanecerá como una estrella en el cielo del mundo”. Heidegger.

     

    Puede parecer que mi crítica a las creencias e ideologías, es una negación de su utilidad, así como de su inevitabilidad. Todos tenemos creencias, porque nos ayudan a conformar esa cosmovisión personal, lo más global posible para entender y a así atender al mundo.

    Lo llevamos en nuestra naturaleza y estructura mental, y por eso decir humano es decir creyente, (cada uno en cosas distintas).

    Lo que pretendo, es que en todo momento “sepamos”, que seamos conscientes, de la verdadera naturaleza, de creencias e ideologías laicas, y no confiemos tanto en ellas, que nos inhiban de seguir pensando “críticamente” todo.

    El pensador, no tiene certezas, y debe seguir en el camino buscando esa “gran idea”, que “un día permanecerá como una estrella en el cielo del mundo”, como decía Heidegger.

    Esa gran idea que sea la piedra angular y fundante del gran Relato del Universo. “La cuestión es construir el mundo, las palabras luego vendrán casi por sí solas”, (U. Eco). “Dichoso aquel que pudo conocer la causa de las cosas”.

    Y luego el pensador, necesita contarlo. Sé que en el alboroto del mundo de las redes, el hacedor de mitos, cede su lugar al hacedor de ruido. El narrador ha quedado desacreditado. Pero así y todo lo hace, porque como dice Maya Angelou: “Sé por qué canta el pájaro enjaulado: No hay mayor agonía, que llevar una historia no contada dentro de ti”.

    Pero hasta que llega a aproximarse uno, un poco a la Verdad, hay que cambiar de rumbo varias veces, cambiando de ideas y sobre todo de perspectiva. No se ve la cima del Kilimanjaro a diez kilómetros de distancia, que al pie del monte, y que a medio monte de altura.

    Por eso no hay nada más anti-intelectual que las creencias e ideologías arraigadas, porque son un enorme freno a nuestro proceso de búsqueda. Solo buscamos lo que reafirma nuestras convicciones antiguas, y eso es fatal para acercarse a la Verdad.

    Por eso un pensador debe ser un elemento sospechosísimo en el mundo orgánico, (iglesias, partidos políticos, etc.), porque es el humano que no sabe nunca “quienes son de los suyos”, y siempre va por libre. Por eso, el «pensar por cuenta propia» es considerado no sólo raro sino socialmente peligroso.

    Es una postura nada halagüeña, porque todo el mundo le mira con sospecha y hasta con recelo, (“listillo”, soberbio, pedante, “se cree Einstein”…), y ya se sabe, que estando todos tan necesitados de “cariño”, en invierno, hace mucho frío, fuera de iglesias e instituciones.

    Por eso es una labor dura propia de solitarios y obsesos: “Nos queda la esperanza de que algún anacoreta, destile resinas doradas, de los troncos putrefactos del saber”, (Eugenio Montale).

    (Yo, que estoy jubilado, me quedan cuatro días de vida, y no tengo ninguna experiencia, ni currículum de conocimientos famosos, digna de contarse, he hecho “profesión” de anacoreta, y quiero probar suerte, e intentar sacar la espada incrustada en la piedra. ¿Quién me negará mi última locura?).

    – Perdón por el exhibicionismo de contar en público mis interioridades, que solo me interesan a mí).

     

    Y después de este “breve” prólogo explicativo, quiero contestar a la amiga Isabel, que muy amablemente comenta mi anterior comentario, lo que la agradezco mucho.

     

    El aumento de nuestros conocimientos, que en esta era digital, aumenta a ritmos ininteligibles, (se dice que cada diez años doblamos acumulativamente nuestro conocimiento de todo), produce inevitablemente un enorme aumento y cambio de significados.

    Quizás por eso Thomas Merton, (hace ya sesenta años), decía que “estamos inundados por una ola de palabras sin significado”.

    La frase de Campbell, “Si se quiere cambiar el mundo, hay que cambiar de metáfora”, quizás se debe entender como: “Si se quiere cambiar el mundo, hay que mejorar nuestro modelo mental del mundo, y para ello, hay que cambiar de metáfora”.

    ¿Y por qué se habla de “metáfora” en vez de “idea”. La idea es un elemento cognitivo de la conciencia, mientras que la metáfora, el símbolo y los cuentos cortos y parábolas, logran llegar al subconsciente para activar sus poderes ocultos.

    Y cuando estamos intentando llegar al gran Relato del Universo, el lenguaje simbólico, es el único lenguaje capaz de expresar el misterio último, (Paul Tillich).

    Ante tanto significado nuevo, que cada día descubrimos, necesitamos renovar nuestro lenguaje.

    Charles Taylor sostiene “la conveniencia de encontrar un nuevo lenguaje, para explicar el presente, ante el agotamiento de las viejas palabras. 

            Lo que se cuenta es siempre una narración, un relato, como dice Paul Ricoeur. Cuando nace una nueva era, aparecen problemas nuevos, y no siempre tenemos las palabras adecuadas para expresar una opinión. 

           Estamos obligados a encontrar el lenguaje que nos permita describir la nueva situación. Vivimos en una era en la que todo cambia muy rápidamente. Necesitamos un lenguaje que dé cuenta de los nuevos significados. Es un proceso sin fin”.

     

    “Las palabras del año pasado, pertenecen al lenguaje del año pasado.

    Y las palabras del próximo año esperan otra voz. Hacer un final, es hacer un principio”. T. S. Eliot.

     

    • Román Díaz Ayala

      Acabo de leer este comentario tuyo y no he podido evitar una intensa sensación de vértigo. Me pregunto por qué has utilizado este hilo sobre la resurrección de los muertos, y no me cabe otra respuesta que tu resistencia a aceptar alguna creencia particular, o bien, el proceso de rechazo continuado de creencias anteriores en tu vida. La búsqueda de nuevos puntos de apoyos que tu pareces haber encontrado últimamente en la filosofía.
      Hablas de las creencias y las ideologías como elementos configurativos de nuestra personalidad, pero con una dosis importante de opciones personales. Parece como si dieras a esa libertad personal una capacidad sin límites. Eso es racionalismo, el racionalismo propio de nuestro tiempo que lo impregna todo.
      Se puede ser intelectual sin ser racionalista, es otra opción.

    • Isabel

      La pregunta sigue siendo ¿qué es lo que se quiere cambiar del mundo y de qué medios se dispone?
      Yo no sé muchas cosas…
      pero me sé todos los cuentos.

      Los que menos soporto es que pretendan adiestrarme como a un animal, ese cuento no funciona. Algo que sé es que el “subconsciente” no se deja conducir.

      • Isidoro

        Yo creo, Isabel, que no tienes claro lo que es el pensamiento crítico, a lo que se dedica este foro, (si estoy equivocado, que hable Antonio). Uno expone sus ideas sobre los temas, y los demás hacen lo mismo con las suyas, y nadie intenta convencer a nadie. La discrepancia es lo normal: no somos ovejas.

        Pensar que se te quiere comer el coco, con subterfugios y cuentos chinos, es presumir demasiado. ¿A mí que me importa lo que pienses tú, en tu vida?. Eso es asunto tuyo y de nadie más. Ya eres mayorcita, (supongo).

        ¿Tú quién eres? ¿Te llamas de verdad Isabel?, ¿En verdad existes, o eres un bot autónomo de esos?. A mí que me va a importar convencerte de nada.

        Atrio, se supone que lo leen mucha gente, aparte de ti. ¿No te gusta lo que lees, pues muy bien. Expones, si quieres, tus contraargumentos, y todos tan amigos.

        La confusión proviene de la mezcla de la dialéctica política al uso, (a la caza permanente de votos y de adeptos), con la dialéctica intelectual, en la que es bueno y necesario que florezcan mil flores distintas, como en el jardín de Mao.

        Ese hipotético emporio de creatividad, que me gustaría que fuese Atrio, sería fuente de una gran riqueza intelectual, y sería algo muy positivo para todos.

        No quería entrar en polémica, pero que sepas, que discrepo en eso que dices de que “el “subconsciente” no se deja conducir”.

        Toda la psicoterapia analítica, consiste en conseguir movilizar la mente subconsciente, activándolo mediante “resonancias”, y dialogando con él, utilizando su lenguaje metafórico-simbólico.

        Pero vamos, es otra opinión más. Todo lo anterior, dicho sin acritud.

        • Isabel

          Más que exponer ideas, expones tus creencias que tratas como las propias de la persona madura, evolucionada, moderna, y lo haces calificando a la vez a otras de infantiles, supersticiones, arcaísmos. Eso sí que es presumir. Pero yo no te atribuyo a ti personalmente tanto poderío como para comerle el tarro a alguien.
          “Los cuentos” no son tuyos, son los de las psicoterapias conductistas que a mí no me van a comer nada. Si otros lo consienten allá ellos, están en su derecho a cambiar de amo que los persuada de cómo se es feliz.
          Por supuesto, sin acritud y saludos de amiga.

          • Isidoro

            ¿Tú crees que todas las múltiples, (demasiadas), citas que adjunto y con las que concuerdo, son de terapeutas conductistas?. ¡Será por apoyos de científicos, filósofos y sabios en general!. ¿Quieres que te los enumere a todos?.

            Más aún, realmente mi línea de pensamiento, va fundamentalmente con el análisis junguiano, y la psicología transpersonal y humanista de Maslow y Wilber, que no tienen nada que ver con el conductismo.

            Ahora bien, uno no tiene porqué creer que todos esos genios,(en mi opinión), quieren comernos el coco. Al que le convenzan, bien, y al que no, pues también.

            Cada uno que siga su camino, y paz y bien para todos.

        • Asun Poudereux

          Esto de paz y bien para todos, Isidoro, es siempre bienvenido.
          He estado un tiempo sintiéndome flojita. Ahora sé lo que pasaba, un tumor cerebral. Ya extirpado. El estado de salud es fundamental para ir cambiando el modo de mirar y comprender la vida personal de cada cual, con tanta complejidad y ambigüedades de experiencias irrefrenables. Acoger y aceptar lo que va surgiendo es duro, claro que lo es. Sentir la fuerza interior que se nos va regalando da hondura humana y el apoyo divino se van alineando. La familia es el cauce natural, así como la ayuda de los amigos a los que sientes cerca. Jesús perdonó antes de pedir perdón, porque ciertamente no se sabe lo que se hace. Sensibilidad femenina matriarcal frágil y fuerte a la vez. El Teísmo patriarcal también le dejó huella, al sentirse abandonado¿?
          La paz ya está en nosotros, si dejamos de oponernos a lo diferente. De pronto todo se clarifica y se siente a Aquel que nos sostiene.

          • Román Díaz Ayala

            Cuánto me alegro Asun que ya te encuentres mejor. Confío que la intervención haya sido lo menos invasiva posible. Ahora existen medios casi maravillosos en la cirugía. A mi Feli la operaron hace ya casi treinta años y aquello no tenía nada que ver con lo de ahora. Empecemos porque se lo diagnosticaron después de muchas pruebas y muy tarde y segundo porque tenían que hacer todavía una trepanación, cosa que ya se evita. La recuperación fue lenta y dejó algunas secuelas. Así que tenemos que felicitarnos de que la medicina, la asistencia hospitalaria y los sistemas de salud hayan avanzado tanto.
            un fuerte abrazo.

          • Isidoro

            Yo también, me alegro mucho, Asun, de que todo haya ido bien. La verdad es que la vida, de cuando en cuando, nos enseña la gran lección de qué es lo importante, y qué es secundario, y por lo que no merece la pena encocorarse.

            De verdad, que se te echaba de menos, siempre con esa actitud tan serena y tranquila, y muy lúcida y aguda en tus comentarios, que te hacen ser una de las columnas clásicas de Atrio.

            Disfruta este regalo, con tu familia, y los tuyos. Un fuerte abrazo.

          • m* pilar

            Muy querida Asun, lo sentía, y ahora comprendo. ¡Mucha fuerza, mucho ánimo y adelante!

            Gracias por compartirlo, un abrazo muy fuerte y entrañable, he pensado en ti ante el silencio. ¡Te quiero!

          • Carmen

            Lo acabo de leer.
            Un susto importante.
            Pero, aquí estás, porque Alá es grande y misericordioso, porque el Dios de Jesús nos cuida como un padre, porque Él , que no se debe de nombrar, está presente en todo.

            Y ya no me sé más dioses. En realidad todo es lo mismo.

            Y porque la medicina, sobre todo la cirugía, ha avanzado de forma alucinante. Y la cobertura sanitaria también.

            Y porque eres fuerte y tienes fe en la vida.

            Me alegro un montonazo de que estés recuperándote. Cuídate mucho.

          • ana rodrigo

            Querida Asun, te mando un abrazo muy fuerte junto a mi alegría de que todo haya ido bien, al mismo tiempo que te deseo que todo haya quedado resuelto y que disfrutes de buena salud.

  • M.Luisa

    A mí no me valen,  Isidoro,  que para solventar   ese problema que dices sobre las  ansias humanas del conocer se haya de recurrir  a lo que dicen ciertas mentes privilegiadas.  ¿Acaso como humanas estas mentes gozan de algo distinto  de aquello  que caracteriza a nuestra especie  como es la inteligencia?

    ¿Crees acaso que la función de la inteligencia  es almacenar pensamientos ajenos? Poco importan estos  para la construcción de valores si se acepta    la metáfora como fundamento de ellos.

    También yo  te leí tiempo atrás en esa expresión tuya en la que siendo un ferviente evolucionista    renunciabas a serlo solo porque a nivel animal nos ahorra el tener que  pensar. ¿Pero esto no es una contradicción, en tu alarde, “atrévete a pensar?

    Para mi el problema está en  que tienes un concepto equivocado de la inteligencia y del papel  o la función que tiene esta,  con respecto al conocimiento.

     

    • Isidoro

      Amiga M. Luisa: Posiblemente llevas mucha razón, y yo estoy muy equivocado. No puedo decir nada de tí, porque no sueles mostrarnos tus pensamientos sobre las cosas, solo lo que no te gusta de los de los demás.
      ¿Qué tengo incoherencias?, ¿y quien no?. eso me da el carnet de humano. Respecto a la frase que tanto Isabel como tú referís, era solo una mero lamento, a lo difícil y cansado que es la labor de tener que discernir nuestro caminar humano, que los animales, no tienen, pues les viene instintivamente.
      Pero de eso a pensar que yo preferiría ser animal irracional a humano, es hasta casi ofensivo. Si hay algo de lo que podemos presumir los humanos es de nuestra inteligencia, aunque es un cargo que viene con muchas cargas.
      M. Luisa, “te pierdes lo bueno buscando el error. Te pierdes lo mejor”. (Kase.O)

      • M.Luisa

        No, amigo Isidoro, no te equivoques, no se trata de buscar quien tiene razón y quien no la tiene, al menos esta nunca ha sido mi intención. Se trata de que cuando se dialoga sean las propias cosas sobre las que se dialogan las que vayan iluminando el propio diálogo, porque la razón aunque está en nosotros nunca es nuestra…¡Una premisa que no pocas veces la habré repetido aquí!

        Por otro lado creo que en mis comentarios dejo sobradamente expuestos mis pensamientos. Lo que busco no son errores sino complicidades en aquello sobre lo cual estamos argumentando, tu mismo participaste en uno de estos gestos cómplices hace bien poco y si como sabes esto para mí fue muy gratificante no puedes decir que me pierdo nada, muy al contrario, ¡¡alertada en todo!!

  • Isidoro

    (Todo lo que sigue vale igualmente, para las creencias religiosas, como para sus sustitutos laicos las ideologías político-sociales, y sus híbridos consiguientes).
     
         Andamos todos desconcertados, anhelando conocer los mecanismos que intervienen en nuestra vida y en las dinámicas sociales en las que nos movemos. ¡Cómo nos gustaría conocer perfectamente los vientos y corrientes que mueven y agitan nuestra barquita!
     
        Disponer y poseer esos nuevos pensamientos-eje, que son sobre los que pivotan y conforman las eras axiales. Esos pensamientos-axiales, o postulados sobre los que se cimenta ordenada y coherentemente todo edifico mental, o cosmovisión- civilización.
     
        Cuenta Juan Arnau, que “Borges decía que la historia del pensamiento es la historia de unas cuantas metáforas.
            Y que si aceptamos esta premisa, la consecuencia inevitable es que la inversión de una metáfora puede desencadenar una corriente inédita y revolucionaria del pensamiento”.
     
         Quizás sea así, y llevaba razón Joseph Campbell, cuando afirmaba que “si se quiere cambiar el mundo, hay que cambiar de metáfora”.
     
       Y ¿cómo surgen esos nuevos pensamientos axiales en pos de unas nuevas metáforas?. Surgen de las mentes creativas de ciertas personas “privilegiadas”, que previamente han hecho un esfuerzo por entender su mundo y las corrientes subterráneas y telúricas que lo dirigen.
     
        Pero como no siempre tenemos la suerte de encontrarnos a esa mente privilegiada que nos de esa luz, que necesitamos tan perentoriamente, andamos dando tumbos de allá para acá.
     
     
         Dice Mariano Sigman, que los humanos “somos creadores de teorías o constructores de historias. Uno no registra los hechos, sino su propia reconstrucción de los hechos”.
     
         Cognitivamente somos como McGiver, ese personaje televisivo que con dos alambres, un chicle y un cartoncillo, armaba un tingladillo que le sacaba de apuros en cada capítulo. Nosotros con tres ideas y dos datos, montamos una hipótesis explicativa de cualquier cosa.
     
            “Ese mismo mecanismo por el cual con pocos datos construimos una historia, ha sido combustible para la ciencia y también para el delirio”, comenta Sigman. Esa extraordinaria creatividad, nos ha traído hasta aquí, pero también nos ha dejado bastante “tocados”.
     
          Y de ahí, con la seguridad delirante que cas siempre nos posee, transformamos esa hipótesis en una creencia. Y esa creencia-significado, nos coloniza, se instala en nuestra “columna vertebral mental”, y nos dirige. Nos “zombiza”.
     
           Enseña el psiquiatra Francisco Traver: “Una creencia nace como una hipótesis, como un pensamiento, una ocurrencia o una intuición, que en vez de ponerla en contacto con la realidad, inhibimos el colocarla ante ese principio de realidad, y se coagula rápidamente”.
     
         Normalmente cuando alguien te cuenta algo, lo normal es que nosotros lo sometamos a un pequeño examen, y evaluamos su grado de credibilidad.
         Pero ante la ansiedad del hambre de Significado, (= Logos), que nos consume, la nueva creencia, nos invade, y evitamos ese sencillo paso. Decía Julio César: “Por lo general los hombres creen fácilmente lo que desean”.
     
        Y el psicólogo-filósofo post junguiano Wolfgang Giegerich, analiza: “La asunción de una creencia, suele estar al servicio del propósito de autogratificación, y autocomplacencia. Es un ego-trip.
     
        La gente que entra en una creencia-ideología, en su mayoría, (inconscientemente), se siente atraída por ella porque esperan que les proporcione consuelo para su profundo descontento con el mundo moderno, con las enormes exigencias intelectuales que plantea a cualquiera que participe en él, con la abstracción de la vida moderna, su vacío religioso y metafísico.
     
      Y porque en segundo lugar puede ofrecer significado, un tipo de sistema de creencias, una ideología, y servir así como un sustito de religión; y en tercer lugar puede ofrecer todo esto inmediatamente, sin mayor alharaca, porque se piensa que cada persona ya lleva dentro suyo todos los tesoros deseados”.
     
           Por eso un posible cambio en los sistemas de creencias, es algo que el 99% de las personas no desea. Lo considera como un pánico a quedarse desnudo de su ropa, vieja y sucia, sí, pero suya. Y se le coge cariño. Es hacerse un “Diógenes”, en toda regla.

    • Isabel

      Hola, Isidoro.
      – Dices: “los hombres creen fácilmente lo que desean” ¿Qué deseamos? ¿Somos conscientes de por qué?

      – “Andamos desconcertados… …anhelando descubrir los mecanismos que intervienen en nuestra vida…” “(esperando) consuelo para el profundo desconsuelo en el mundo moderno…”
      El “descontento” tiene un nombre más clarificador y no es a causa del mundo moderno. Existe en nosotros desde que somos humanos, nos caracteriza como tales. Es el vacío existencial, el hueco o falta que nos hace sufrir.

      – “si se quiere cambiar el mundo, hay que cambiar de metáfora”. ¿Cambiarlo en qué sentido? Porque por mucho que cambiemos de metáfora no podemos cambiar las fuerzas destructoras e implacables del mundo (pandemia, p.e) una de las causas que nos hacen sufrir al sabernos en la contingencia de lo imprevisible.

      En todas las religiones, creencias y demás para el psicoanálisis “ está el deseo neurótico de salvar al Yo de la herida narcisista de la falta primigenia”. Son tóxicas, al adherirnos a cualquiera de ellas obstruimos ese vacío que no soportamos y tapamos al Otro, ese desconocido que nos hace desear sin ser conscientes.

      ¿Cómo puede ser que una creencia nos “zombiza” y a la vez confíes en algún hombre privilegiado (¿maestro?) para tener “luz”?
      Soy bastante partidaria, me parece acertado lo que dice el psicoanálisis a propósito de estas cuestiones.
      Tus reivindicaciones de un “posible cambio en el sistema de creencias “ o de alguna concreta que a veces das a entender que ya conoces como la buena, no son otra cosa que más de lo mismo, por más que lo contrapongas a lo viejo y lo arcaico. Tiene el mismo objetivo y se debe a lo mismo, al miedo atroz a nuestra condición humana, algo que corroboraste en una ocasión con toda claridad al decir que mejor habría sido nacer como animal, o que envidiabas el ser animal, no recuerdo exactamente.

  • Román Díaz Ayala

    En estos últimos comentarios se aborda el tema del juicio.  El juicio final y general y los juicios individuales de las conciencias. Todo ello se ha  hace frente a Dios como referencia. No podría ser de otra  manera, pues de acuerdo con nuestro nivel de conocimientos sobre la divinidad solamente a Dios se le puede atribuir las funciones de Juez Supremo de la Humanidad y de las conciencias personales.

    En el campo del pensamiento cristiano las vanguardias que se revisten a sí mismas bajo el estandarte de la progresía son quienes  han introducido y mantienen vivo un debate teológico. Igual que ocurría en el Siglo XVI, Martín Lutero recibió un requerimiento de retractación  a sus tesis teológicas mediante la bula papal Exsurge Domine, pero no fue hasta el año 1530 cuando acaece la verdadera ruptura y se institucionaliza la nueva confesión cristiana distinta a la romana. La Iglesia Latina de Occidente se escinde entonces. Sin embargo, faltaban todavía varios años para Trento, y la oficialización de la Contrarreforma. Traigo esto a colación, porque en todo proceso de escisión cobra protagonismo una efervescencia teológica, una toma de posturas doctrinales tras intentos claros y visibles de reforma. Entonces se dieron dos elementos fundamentales en cuanto al recurso a las Sagradas Escrituras y la justificación por la fe. Pero entonces las disputas religiosas también eran asuntos competentes de la sociedad civil. Guerras religiosas que reconfiguraron una vez más el mapa de Europa.

    Cuáles son los elementos fundamentales que configuran los nuevos posicionamientos doctrinales enarbolados por las vanguardias, ¿ un acercamiento al lenguaje y posicionamientos del humano actual? Considero que estamos en la cáscara de una fruta que deseamos comer, un elemento previo para un análisis más profundo de nuestra propia religiosidad, puesta a juicio por esas otras fuentes de autoridad y las nuevas valoraciones y relevancia que hacemos de ella, especialmente en lo científico, aunque podríamos señalar algunas disciplinas más concretas, pero que sonde sobra conocidas entre nosotros.  Las críticas a la Institución eclesial van en segundo lugar y tan sólo sirven de escenario,   o de campo de batalla según se quiera, enjuiciar  tal como ocurría en el siglo XVI

    Volvemos, entonces a lo fundamental, que además es reiterativo: La valoración que hacemos de la Biblia y la naturaleza de la fe.

    Es Jesús mismo en el conocido pasaje de Mateo, que es uno, el primero, de los Sinópticos quien nos dice que habrá un final para la humanidad, que seguirá un juicio universal a la resurrección general de la humanidad toda, que el tendrá las atribuciones de Juez Supremo, que existirán premios y castigos. Al mismo tiempo da la clave de otras dos cosas que puedan parecer desapercibidas: Él vivo, aunque sabemos por otras manifestaciones suyas que se postula para primer resucitado, primicia, Primogénito de entre los muertos. Que las ofensas infligidas de unos a otros humanos  van dirigidas a su persona, así como las obras de misericordia entre humanos.

    No cabe pensar para un lector atento de los sinópticos que Jesús sólo este proponiendo un gesto de solidaridad humana poniéndose en lugar de las víctimas.

    • Santiago

      En realidad Román Jesús cargó con nuestras culpas e iniquidades, “fue traspasado por nuestras iniquidades y triturado por nuestros pecados..El castigo de nuestra paz fue sobre El y en sus llagas fuimos curados..ofreciendo Su vida en sacrificio por el pecado…llevando sobre Si los pecados de muchos e intercediendo por los pecadores” (Isaías 53:1-12)
      El mismo Jesús dijo antes de morir que Su cuerpo iba a ser “entregado” y Su sangre sería “derramada como sacrificio “en remisión de los pecados”. A nosotros corresponde en este siglo XXI “creer” en esta última esperanza y cooperar con la gracia de la FE que se nos otorga a diario.

      No importa pues la “nueva teología” o cualquier otra pues Cristo es el Alfa y el Omega, “el principio y el fin” en el que se recapitula todo lo que ha existido, existe y existirá. Como dices tu, El se encuentra “vivo” como primogénito de toda criatura. Ya El ha triunfado ante el mal derrotándolo en Su Resurrección gloriosa. En vano se ha intentado destruir esta Presencia “viva” de Cristo, presente en el mundo. En vano se podrá evitar Su segunda y última venida a la tierra “con gran poder y majestad”. Se consumarán los tiempos y Cristo permanecerá como Señor de todo lo creado. Esa es la gran Revelación y la esperanza cierta de todos los que creemos en El. Y esta promesa de Jesús también va a cumplirse como se cumplieron todas las otras.

      Un abrazo
      Santiago Hernández

      • Román Díaz Ayala

        Santiago:

        Haces muy bien en remontarte a Isaías ( los cuatro Cánticos del Siervo de Yahvé), pues el quinto Evangelio tiene la virtud de ser anterior a los escritos de San Pablo y de todos los escritos del Nuevo Testamento. Jesús comienza su predicación inaugurando su ministerio mesiánico en su pueblo de Nazaret identificando su mensaje con Isaías (Lucas 4,16-30; Isaías 61,1-2)

        Leyendo a Isaías 53, ¿Cómo es posible que no se entienda el hondo sentido de la Cruz?
        Y todavía en los sinópticos, tendríamos que empaparnos del pasaje de los discípulos de Emaús ( Lucas 24,13-35) Pone en boca de Jesús resucitado: “…¿No era necesario que el Cristo padeciera eso para entrar así en su gloria?”
        los sinópticos recogen anuncios de Jesús previos a su pasión. Marcos 8, 31: “Jesús comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas; que le matarían y que resucitaría al tercer día.” (Lucas 9,22;Mateo 16,21-23)

  • Santiago

    Comentando el artículo de arriba en algunos puntos hay que discernir que “los malos” no son los que “sensiblemente” se ocupan y se preocupan de los pobres. Estos “malos” si aman a los “pobres” sinceramente ya se encuentran en el camino “del bien” por tanto se anotan un tanto en la vía del creyente.

    Por otro lado, S Juan nos dice que TODOS resucitaremos pero NO todos accederemos a la gloria. Habrá algunos que habrán perdido por completo, y culpablemente, la capacidad de poder amar y no podrán querer el bien supremo por toda la eternidad.
    Así como Dios no estuvo obligado a crearnos, tampoco está obligado a salvarnos sin arrepentirnos antes de la muerte. Puede darnos una última oportunidad final pero no una reconciliación completa para los que han decidido NO arrepentirse de sus graves crímenes y permanecer fijados en su malicia perenne. Esa reconciliación debe ser hecha antes de la muerte.

    Por otro lado los crímenes horrendos con premeditación contra los más vulnerables como los niños inocentes, los que trafican impunemente con el sexo, la trata de mujeres explotadas, los crimenes de crueldad inusitada, tantas injusticias y dolor causado por seres humanos monstruosos y que en esta vida quedan impunes, sin que las leyes  puedan ejercerse correctamente  requiere la intervención de la justicia divina que se acompaña de misericordia pero que seaplicará en la otra vida para los que no han querido al menos dolerse de sus pecados y persisten en el mal.

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández

     

    • Jorge Felip Fernández

      Hola Santiago
      A pesar de que lo que dices Santiago es enseñanza de la IC durante siglos, disiento profundamente porque implica a Dios como juez injusto, vengativo, implacable, …, que nada tiene que ver con el Dios que manifiesta Jesús todo él comprensión, misericordia, amor, …, como cuando el padre recibe al hijo pródigo, no le pide cuentas, sino que le organiza una gran fiesta desbordante de alegría. Sí ya sé que me replicarás que el hijo ha vuelto a casa, pero si te fijas el hijo no se arrepiente de nada, sino que regresa por pura necesidad, aunque prepare una defensa para decirle y pedirle interesadamente al padre que le perdone, el padre no hace ningún caso a sus disculpas.

      El juicio implacable sería justo si todas las personas conociéramos toda la verdad, pero en esta posición no hay ninguna en esta vida. El juicio por tanto no puede ser de lo que hayamos hecho o dejado de hacer en esta vida, el juicio tiene que estar situado en la otra como indica Jesús y por tanto tras conocer TODA la verdad. Por ello Jesús en la cruz dice de sus maltratadores que el Padre los perdone porque “no saben lo que hacen”. Creo en justicia que en la otra vida habrá un tiempo previo al juicio de reconciliación en el que conozcamos toda la verdad y reconozcamos a todas las personas a las que dañamos, y podamos hablar y perdonarnos mutuamente, y agradecer a las que nos hicieron bien, en un tiempo en el que no sea posible guardar secretos. Si se predica que no hay tiempo de reconciliación en la otra vida, en lugar de predicar comprensión, misericordia, amor, justicia, …, lo que se predica es simplemente una drástica y dramática amenaza de la cual curiosamente la IC se ha reservado el poder de liberarla por creerse tener en exclusiva la facultad de perdonar el pecado que supuestamente deriva de Jesús. Pero es que el propio Jesús anima a perdonarnos mutuamente setenta veces siete, sin necesidad de estar investidos del poder de la Iglesia.

      • Santiago

        Gracias Jorge, te agradezco el comentario, sin embargo, un Dios misericordioso no puede dejar de ser justo y existe injusticia en el mundo que permanece impune pero la justicia de Dios es parte de Su Misericordia pues las obras buenas de Los que siguen a Jesús no tendrían sentido si se equiparan a los crímenes de los que voluntariamente persisten en el mal a sabiendas que està mal y que existe justicia divina. Claro es que sólo Dios conoce ese grado de malicia pero Dios mismo nos dio inteligencia y voluntad y nos dio la capacidad de poder decidir y escogerle a El y al bien o rechazarle a El y escoger el mal. Si el mal fuera relativo sería inútil el sacrificio voluntario de Jesús en la Cruz y la Redención sería inútil puesto que tanto los que siguen y tratan de hacer el bien en esta vida se equipararían a los que violando todo principio moral hicieron con sus vidas el mal a manos llenas. Pero Dios no quiso hacernos esclavos robots sino personas libres para poder escoger.

        Pero la oración de Jesús en la Cruz es de perdón para aminorar el tremendo crimen deicida. Es producto de Su misericordia para acoger a los que pudieran arrepentirse de aquel horror. Pero Jesús condena el pecado de malicia persistente de los fariseos y les dice que el juicio será severo con ellos, y en la parábola del rico epulón el “juicio particular” sigue inmediatamente a la muerte de Lázaro y del rico de tal manera que entre ellos se interpone “una sima infranqueable” de manera que no hay ya lugar para ninguna reconciliación o arrepentimiento del “rico” después de la muerte, y tampoco se accede a medidas extraordinarias pues si los hermanos del “rico” no “escuchan” la palabra de Dios en la Escritura aquí en la tierra “tampoco creerían a lo extraordinario aunque “alguno resucitare de entre los muertos” y mucho menos se arrepentirían ni siquiera después de la muerte.

        Por NO es solo la Iglesia la que dice que el tiempo de misericordia y arrepentimiento termina en la muerte sino es la misma enseñanza de Cristo en el Evangelio. No todos el que dice “Seńor, Señor” entrará en el Reino sino sólo los que “guardan los Mandamientos” los proclamados por Dios en el Sinaí y que se encuentran “impresos” en el corazón de cada ser humano. La palabra clave es “la libertad” que Dios quiso otorgarnos.

        Un saludo cordial y un abrazo
        Santiago Hernàndez

        • Carmen

          Mandamientos o el mandamiento nuevo? Qué como usted bien sabe es la regla de oro.
          Pregunto.
          Cuando alguien es consciente de que una mujer, digamos no está bien tratada por su marido y mira a otro lado. Es culpable o inocente?
          Cuando la gente sabe de pederastia y mira a otro lado, es culpable o inocente?
          Cuando alguien sabe que un padre o una madre maltrata a su hijo y mira para otro lado. Es culpable o inocente?
          Cuando un empresario no paga salarios justos, es culpable o inocente?
          Cuando una persona es cliente de un local donde se ejerce la prostitución, sabiendo lo que hay detrás, es culpable o inocente?
          Cuando …
          Y quién dice que va a jugar todo eso y mil preguntas más que puedo hacer? Es suficiente una confesión y que el sacerdote y únicamente el sacerdote te absuelva?

          Pregunto.

          • Carmen

            Juzgar

          • Santiago

            Exactamente, no nos corresponde a nosotros el juicio definitivo y final. Sólo a Dios le corresponde como árbitro supremo que es. Sin embargo, en el juicio, Dios se comportará -no con dureza-sino con misericordia. Será un error pensar que las gracias que Dios nos dio -como existir en forma humana- y las que nos sigue dando cada día como los bienes que El permite que tengamos, incluyendo las promesas del futuro, NO superen a todos los males y todos los sufrimientos de esta vida. Seremos ilógicos e injustos si no reconocemos que la balanza de cada vida “per se” se inclina más por lo positivo que por lo negativo, y que de cualquier manera que sea, mejor ha sido existir que continuar en la nada. Por eso ni Dios ni los que lo seguimos podemos ser calificados de “duros”. El que algunos no puedan “ver” no califica a nadie para un juicio tan severo.

            No podemos dejarnos llevar por las conjeturas porque ES en la Misericordia de Dios como se celebrará el juicio particular donde nuestro juez será a la vez nuestro abogado y nos ayudará a discernir con benignidad nuestra verdadera realidad final que es el producto de toda nuestra vida. Entonces y sólo entonces podremos ver con toda “plenitud de conciencia” cuál será nuestro justo lugar en la vida eterna. No sólo habrá un “heterojuicio” sino un real “autojuicio” donde imparcialmente yo mismo sabré adónde corresponderá mi destino final. Mi “juez y abogado” intervendrá a mi favor, en cuanto pueda.

            Claro que son conjeturas puesto que ahora sólo vemos en la “penumbra” aunque vislumbremos la luz. Entonces todo se aclarará.

            Un saludo cordial
            Santiago Hernández

          • Santiago

            Por otro lado la absolución sacramental es válida solamente si existe dolor y arrepentimientos verdaderos. Así pasó con el ladrón en la Cruz. Su arrepentimiento y dolor conmovieron a Cristo que le concedió el perdón total e indulgencia de todos sus pecados ya que ese mismo día estuvo con Cristo “en el Paraíso”. Sin duda, en el ladrón hubo una gracia, la de la “conversión de corazón” verdadera, aunque fuera en la “hora final”

            Saludos cordiales
            Santiago Hernàndez

        • Carmen

          Me parece muy bien que usted crea en lo que quiera o pueda creer, pero hay cosas que leo y si me callo, o sea, no puedo dormir. Y me encanta dormir tranquila. Es estupendo. Te levantas nueva.

          Buen día, o lo que sea por allá.

    • Carmen

      Es usted duro, como su Dios.

    • Carmen

      Perdón. No tengo que meterme en estas cosas. Pero es que , a veces , es superior a mí.
      Lo siento.
      A ver si consigo que no vuelva a suceder.
      Teølogos tiene la iglesia. Que hablen ellos. Si es que lo desean. Y si no, pues que callen. No saben hasta qué punto se han equivocado, se están equivocando. La gente huye de ese dios misericordioso que usted dice. Pero por lo visto no importa. Jamás lo entenderé.
      Le deseo mucha suerte en su juicio final. Por mi parte espero que no sea cierto, porque en caso de que lo fuese, no me escapo del infierno ese tan justo. Me he equivocado tantísimas veces que no sé si he sobrepasado el cupo de la misericordia divina y ya entro en el grupo de los malditos de mi Padre.
      Y , otra vez tengo que decirle lo mismo. Usted defiende la postura oficial de la iglesia. Pues debe de ser usted un gran cristiano.
      Buen día.

      • Santiago

        No podemos entender la “calidad” de la misericordia divina porque su inmensidad es inaprensible.
        Pero la misericordia de Dios es la mera señal de Su amor y es infinita, y siempre está esperándonos. La maldición se encuentra en un ámbito fuera de nuestro círculo fraternal pues en todo este diálogo el espíritu del amor divino intenta comunicarnos Su paz, a pesar de nuestras resistencias y protestas. En el fondo todos estamos unidos en un círculo que es una comunidad donde el amor es lo predominante y eso es lo que aleja maldiciones y vejaciones a las que muchas veces estamos sometidos, sin quererlo nosotros.

        No puedo juzgarme yo mismo, no creo ser un ejemplo de cristianismo excepto en que sólo lo “intento” pero ya tendré mi juicio confiando en la misericordia del Señor pues sólo aspiro a esa piedad divina ya que mis obras buenas no son válidas si no estuvieran dirigidas a Cristo. Esa es mi esperanza y certeza, la misma de muchos anónimos como yo, que un día se decidieron a querer seguir el camino de la l u z en la Cruz de Cristo.

        Un saludo cordial
        Santiago Hernández

        • Carmen

          Y por qué me suena a adoctrinamiento lo que dice? Y por qué creo que usted no se dirige a mí sino a los lectores de Atrio?
          A lo mejor es porque no le noto un solo resquicio de duda.
          No es la primera vez que me sucede. Me siento como si se me utilizase para , pues para adoctrinar.
          Y es que eso de decir lo que en realidad se siente o se piensa, con toda la sinceridad de que una persona es capaz, quizás no sea fácil. Un político jamás dirá lo que en realidad piensa. Pues algo parecido. Es como si le ayudase en su campaña electoral.
          No digo que sea así. No afirmo nada, sencillamente, pienso.
          Buen día.

          • Santiago

            No es mi intención -ni mucho menos- adoctrinar. Pero si expresar mi opinión para situarme dentro del diálogo múltiple puesto que cada cual es libre de leer -o no- Lo que escribimos. No podemos evitarlo.

            El que yo hable en general no quiere decir que pretendo hablar al conjunto. Como sugerí esto es secundario e inevitable, dada la naturaleza pública de este foro.Muchas veces lo hago para no imponerme demasiado, ni herir lo susceptible, y para no ser tan directo.Pero cuando contesto por supuesto lo que escribo va dirigido a mi interlocutor a pesar de mis errores y limitaciones de estilo y pensamiento. Al menos pretendo un intercambio de pareceres constructivo. Cada uno quiere dar lo mejor, al menos lo que nos parece correcto y uno trata de dar lo mejor a la persona que aprecia, en general.

            Por otro lado, no represento el “oficialismo” eclesiástico aunque no me molesta el atributo. Si coincido con lo esencial, es porque creo que no existe otra manera mejor de expresarlo y porque se ajusta a la fuente histórica evangélica y teológica. No se puede hablar de cristianismo sin situarlo en su verdadero contexto histórico. Lo contrario sería desencajarlo de su verdadera fisonomía y realidad. Por eso siempre quiero ir a la fuente principal de donde surgió lo que se nos revela y preguntar el ¿por qué? Y ¿cómo? ha llegado hasta nosotros. Sólo existe un Cristo real, con un solo cristianismo y una sola Verdad.

            Un saludo cordial
            Santiago Hernández

          • Carmen

            No he querido molestarle. Si lo he hecho, Sorry.
            Me pasó por la cabeza y zas.
            A veces me paso algún pueblo que otro. Pero ya lo sabe.
            Un abrazo

          • Santiago

            No existe ninguna molestia de mi parte, todo lo contrario. Es interesante el comentario. Y se bien que hay buena intención siempre en este diálogo amistoso.
            Mis mejores deseos para que su próxima intervención quirúrgica y su recuperación se realicen con mucho éxito.

            Un saludo cordial
            Santiago Hernàndez

          • Carmen

            Gracias.
            No me gustan los malos rollos, aunque a veces soy única provocàndolos.

  • Carmen

    Hola Román

    Sorry, sorry, sorry

    No tienes culpa de nada. Se que hay muchas personas convencidas de eso que tú dices. No hacéis daño a nadie. Sé que estás profundamente convencido. Sorry.

    Pero los tiempos cambian. Leo y lo que te dije es cierto. Muchos teølogos hablan de la Resurrección con otro significado. Creo que ahí está la clave de todo. También sé que la iglesia oficial jamás lo aceptará. Lo sé. Y también lo entiendo. Es su piedra angular.

    No sé quién me ha dado a mí vela en este entierro. No debo de decir siempre lo mismo porque está claro que no es mi rol en esta historia. Mi papel es lo que hace todo el mundo. Sentirme fuera y ya está.

    No es por buscar excusas, pero se que las personas normales no se creen  de la misa no ya la media, sino ni siquiera los toques de las campanas. En fin. No voy a repetir lo mismo. Quizás Santiago tenga razón. No tiene por qué ser todo el mundo occidental cristiano. Que se quede el que quiera. Punto. Un hermano me ha dicho siempre, quieres arreglarlo todo, ya te darás cuenta de que no puedes arreglar nada. Otro que tiene razón.

    Pues eso.

    No te enfades. Ya sabes los arranques que me dan. Además, una operación que iba a ser por laparoscopia ha acabado siendo de esas que te abren. Y la recuperación es mucho más lenta. Y como es en el abdomen, jolín, estoy hecha una inútil y a veces me desespero.

    Sorry.

    Un abrazo.

     

     

    • Román Díaz Ayala

      Carmen, pequeña mía, no tienes que excusarte, al menos conmigo. Conozco tus sufrimientos, y tus experiencias son de las que dejan profundas huellas. si al menos supieras lo cerquita que está Jesús de tí… No es su memoria la que vives, sino su Persona. Te lo digo así, sin ambages, porque no es una realidad conceptual, de ésas que se intercambian unas por las otras, más bien una realidad viva.
      Jesús dijo una vez: “yo soy la puerta”,éso en los evangelios. Está cerca de tí, en tu corazón. “Ten en cuenta que estoy a la puerta y voy a llamar; y si alguno oye mi voz y me abre, entraré en su casa, y cenaremos juntos los dos”, y ésto del Apocalipsis. Jesús en su vida terrena y después de su muerte busca esa intimidad. ¿Crees tú que María de Mágdala se habría conformado con guardar sólo el recuerdo de su amor por ella? Los Evangelios narran que se vieron después de la escena del cementerio.
      Gracias, por esa deferencia que muestras conmigo.

  • Antonio Rejas

    “Un horizonte sin resurrección” hace inaceptable la existencia de Dios o que no es el Padre bueno y misericordioso del que hablaba Jesús encumbrado a hijo primogénito por ser fiel a su voluntad, enseñándola y practicándola pese a la persecución de las élites que entones como ahora no permiten  movimiento alguno que pueda amenazar su hegemonía. Para un cristiano auténtico es esencial considerar la resurrección como la última realidad de la existencia aunque haya dudas al respecto.

    Está claro que nadie procedente del más allá nos ha contado cómo se vive en tal lugar, si es acertado considerarlo así, pero creemos que estaremos ante la presencia del Dios sin principio ni fin. No obstante, quizás el Creador haya permitido que, a través de personas elegidas por él como Pablo de Tarso, nos llegue algún conocimiento sobre la vida nueva que nos espera después de la muerte en este planeta: “Y cuando este ser corruptible se vista de incorruptibilidad y este ser mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá lo que dice la Escritura: La muerte ha sido vencida (1 Cor, 54).

    Por esta razón, “quien está convencido de que el hombre, al morir, no pasa absurdamente a la nada, sino a una última y primera realidad, quien está convencido de que la muerte no es un mutis carente de sentido, la asumirá con menos angustia y menos nerviosismo”, afirma Hans Küng en su libro “Credo”.

    Sin duda alguna, los considerados por la derecha política como “malos”, o sea, la izquierda política, están más cerca de los pobres y se mojan más que aquélla por buscar soluciones a sus problemas aunque sea sin mucha posibilidad de encontrarlas. La eliminación de situaciones económicas precarias, difícil pero posible, pasa por la colaboración conjunta de toda la clase política y empresarial.

    • Carmen

      Hola.
      He leído a algunos teølogos y todos no tienen la misma idea, el mismo concepto o como usted le quiera llamar , de La Resurrección.
      Creo que el credo nuestro habla de la resurrección de los muertos, de la resurrección de la carne. Eso me parece, pero a lo mejor no lo recuerdo bien.

      Me podría decir exactamente en qué consiste la Resurrección? Porque a veces creo que la diferencia entre este concepto y el creer que después de la muerte hay algo, desconocido, pero algo, que la la muerte no es el final, no está nada clara.
      Para mí una cosa es esperar que no se acabe aquí la historia y otra muy diferente creer en la resurrección, como Lázaro. Me da la impresión de que se lían los dos conceptos.
      Y no es nada superficial lo que le estoy planteando, créame. Quizás habría que redefinir la resurrección . No sé. Me parece.

      Gracias.

    • Román Díaz Ayala

      La cita es 1ª Corintios 15,54, pues parece que por error no aparece el capítulo y lo considero de la máxima importancia. Resulta inútil emplazar la resurrección a un simple modo de existencia después de la muerte, como si de una especulación se tratase. Resucitaremos porque los muertos se levantarán de sus tumbas, en unos cuerpos “glorificados”, cuerpo espiritual lo llama Pablo. Lo dicen los evangelios, y los Hechos. Jesús resucitó en un cuerpo glorioso, y hasta conservó las señales de sus llagas, en señal de triunfo frente a la muerte.
      Las religiones, los tiempos, las culturas, especulan sobre cómo sería una existencia después de la muerte, pero la verdad evangélica no.
      Insisto; antes que Pablo Jesús mismo en los evangelios nos da el conocimiento, hablando de la resurrección y del juicio (por ejemplo, Mateo 25, 31-46)

      • Carmen

        Entre todos vais a conseguir que me borre, pero de verdad. Con papel escrito y todo.
        A ver si os creéis que Pablo de Tarso iba a fundar en el siglo XXI la misma iglesia que fundó. Anda que iba a decir las mismas cosas. Os quedáis con la letra y sois incapaces de intuir la música.
        Dos mil años después…
        No os entiendo. Mira que hago esfuerzos, pero es imposible.
        Cuerpo glorioso, qué es eso? Pues una forma de decir que seguiremos después de la muerte. Pero si Pablo ni lo vió…
        De verdad. Es que no hay solución. Habrá que darle la razón una vez más a ese Jesús de Nazaret de los evangelios y dejar a los muertos que entierren a sus muertos.

        Es una cooooosaaaa…

        • Carmen

          A ver si te crees que no nos gustaría creer eso a todas las personas. Pero no podemos. Podemos decir que si, pero creerlo, vamos, eso sí que no me lo creo.
          Hay un montonaaaaazo de personas que quieren creer, pero nos lo ponéis muy muy difícil.
          Y ahora dime que la fe es un don y que se reparte arbitrariamente.
          Mira. Estáis haciendo un daño irreparable a las personas. Todo por mantener la letra , literalmente. No os puedo entender. A ninguno. Porque lo que te estoy diciendo lo piensan un montón de teølogos. Y lee atentamente la cita de Hans Küng . A ver dónde dice la resurrección de los muertos.
          Hay una cobardía entre la clase teológica brutal.
          Pues bueno.
          Cuando tenga el papelico de mi renuncia a la iglesia católica , le haré una foto y se la mandaré a Antonio, para que la publique

          Y un demonio menos. O una demonia, no sé si con los demonios pasa lo mismo que con los ángeles. No sé si tienen o no sexo definido. Es un buen tema de conversación.

          De verdad que…uf
          Inútil.
          Es totalmente inútil.
          Y aquí cada comunidad de esas de base o de tejado, diciendo una cosa. Y toooodos supercatolicos. Y tan tranquilos
          Un abrazo fuerte
          Pero no . Es imposible

  • Carmen

    Si nos dejásemos de tonterías de resurrecciones y nos centrásemos en lo que decía este muchacho acerca de una sociedad más justa y…en fin, ya saben, pues el mundo sencillamente sería otro.

    Se imaginan en lo que se podría hacer si las cabezas de los dirigentes de la iglesia diesen un giro de 180 grados y , por ejemplo, en los seminarios la teología fuese una asignatura más , y se preparasen los futuros sacerdotes en economía, sociología, psicología, biología, ecología, física, química…siendo aulas mixtas con futuras sacerdotisas también…

    Que se dedicasen los recursos económicos a enseñar a pescar a las personas, no a darles pescado para toda la eternidad, si esas cabezas se dedicasen a la investigación, a idear un cambio económico y social, a estudiar los problemas reales, los que originan la pobreza en determinados continentes, a cantar las verdades a los dirigentes políticos para que no mirasen a otro lado…

    Se imaginan?

    Y luego, pues quien crea que se resucita de una manera u otra, genial. Y qué más da los sentimientos profundos de cada persona? Lo primero es que todos podamos vivir con un trabajo digno, como personas humanas, que no dependa del lugar donde naces para estar condenado a una muerte temprana…

    Pero claro, como no se leer bien y no sé el significado de las palabras, pues no he entendido ni media de eso que llaman evangelio.

    Pues bueno.

  • Carmen

    Pues si  cada uno puede tener el concepto de resurrección que le parezca más lógico, aquí, la que escribe, está con María, esa señora que era de Magdala y además seguidora de Jesús: muerto? No si seguimos nosotros con su proyecto, con  su legado.

    Si eso es resurrección, creo en la resurrección. Aunque diría que eso es no morir. A ver. Sí morir biológicamente, pero no para la historia. De verdad, a veces creo que no conozco mucho mi  propio idioma castellano. Pero bueno, tampoco soy lingüista. A veces me pregunto qué es lo que soy realmente.

     

  • Juan A. Vinagre Oviedo

    Solo un brevísimo comentario al artículo de Antonio: Mi concepto de resurrección (lo dije alguna otra vez) es el de MUTACIÓN. Muere el cuerpo, pero “lo incorruptible no muere”, muta.   Mientras estamos encarnados, nuestra resurrección creo que debe ser una tarrea de maduración íntima, una lucha diaria contra lo que es muerte moral, muerte del espíritu. No quiero ser dualista, y menos un dualista tradicional, pero sí veo que en el ser humano hay algo muy importante -lo más importante- que no es materia, que emana de la materia-energía, pero que es inmaterial: la inteligencia, ese yo que se autoafirma y decide y ama…

    Esta visión hace más razonable la fe, aunque la fe sea inevitable ante lo Trascendente. Y Dios o es Trascendente o no es Dios. Por eso, -un poco apoyado en la razón, solo un poco- yo creo razonable la Esperanza. De ahí que  -entre otras razones, algunas más profundas-, yo también crea en la Esperanza. Y apueste por la Esperanza.

  • Carmen

    Con todos mis respetos a los varones del mundo mundial.

    Solamente una mujer es capaz de tomar en el mismo momento de la muerte de un líder y amigo de la talla de Jesús, solamente una mujer, pese a estar llenita de dolor, es capaz de decir: muerto? No mientras nosotros vivamos.

    Y solamente un varón es capaz de no entender algo tan sencillo y liar la que se ha liado.

    Y es que las mujeres nos tenemos que incorporar de pleno derecho en todos los grupos de la sociedad. Y cuanto más importante sea la gestión del grupo, más necesarias serán las mujeres , con la misma preparación que los varones, por supuesto.

    No hay otra. No los podemos dejar solos. Anda que han liado una buena en el planeta. Y en el cristianismo, o sea, no vean. Con lo sencillo que es: muerto? No sigue viviendo. Y entendieron no solo que había muerto totalmente, sino que había resucitado de entre los muertos. Todo por el afán de crear una religión nueva.

    Es que no tienen solución.

     

  • mª pilar

    La parábola de los dinerales

     
    Salvador Santos, 02-abril-2019
    Aquí esta más fácil para leer, en responder no se puede ver así.

    • Carmen

      Gracias Pilar.
      No me acordaba ya de lo que me gusta leer un artículo de este señor. Es una auténtica gozada. Porque no sé hablar y no tengo sus conocimientos, ni he leído lo que ha leído, no sé griego, ni arameo, ni he trabajado con alguno de los grandes como Juan Mateos, mi ignorancia en esto es extrema, pero parece que escribe para personas como yo, personas que decimos: no sé cómo fueron las cosas, pero sé que lo que me cuentan es imposible. Porque hay muchas piezas que no encajan.
      Me refiero a lo que nos han contado en las clases de religión, en las homilías, en aquellos ejercicios espirituales, en el modo de rezar, en el incienso, en el lujo desmedido de las iglesias, en la forma de vida de los grandes gestores de la iglesia, de la incomprensión hacia muchos aspectos de la vida de las personas, del infierno, del temor que nos metían en el cuerpo, queriendo o sin querer, admitiendo su buena fe. Sabiendo que aunque conocía a mucha gente buena que trabajaba en la iglesia y que tenían esos votos que ellos y ellas hacen… había tantas cosas que no encajaban que tendría que haber otras respuestas.
      Y textos como este y otros del señor Santos y de alguna otra persona, dios santo, es un bálsamo para mí cabeza.
      Gracias por recordármelo.

      • mª pilar

        A ti Carmen. Sí, es una gran persona y sus conocimientos no están movidos por una “piedad religiosa” sino, por un conocimiento de los textos, un amor incondicional al Galileo, como él lo llama, y haber compartido sus conocimientos con ese gran hombre: Juan Mateos; que tube la dicha de tener como profesor; pero eso, no minimiza para nada las experiencias personales como las que tú, nos compartes.

        Ayer vi “Silencio” creo que está en Nenflix y es estremecedora; un poco larga, pero el comentario del final…es lo que iba sintiendo durante pasaba la terrible realidad.

        Si la ves, escucha el final y me dices que te ha parecido.
        Gracias a ti, por compartir en nuestro querido Atrio tus vivencias.
        Un abrazo entrañable.

  • Román Díaz Ayala

    Gonzalo Haya en su serie sobre el libro de Moingt, L´esprit du christianisme, en su entrega 3, que trata el capítulo 2 del libro: La revelación de Dios y que provocó hasta 91 comentarios,   escribió Oscar Varela un comentario para Jorge Felip Fernández que decía:

    ¿Qué hacer con Mt 8,22 y su paralelo Lc 9,60 ?

    Pues, bien, sendos pasajes se leen así: “”Jesús replicó: “Sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos.”” y  “”Replicó Jesús: “Deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú vete a anunciar el Reino de Dios””.

    Para un lector asiduo de los evangelios no se le escapa el doble sentido del uso de la palabra “muerto”, que es físico y espiritual. La muerte espiritual no es la ausencia de fe, sino la condición. pecadora que nos separa de Dios y a lo que Jesús tuvo la misión de reparar.

    El Reino de Dios es iniciativa y obra de Dios, pues viene de arriba y somos llamados a su ingreso y a cooperar mediante la Buena noticia /evangelio/. El Reino de Dios es un anuncio.

    Pensar que la fe cristiana se reduce a una esperanza ultraterrena conduce a una mutilación del mensaje, porque esa nueva vida, la resurrección espiritual, se produce en el aquí y en el ahora. Nacemos para Dios (Nicodemo, Juan , 3) Esa nueva vida se pone de manifiesto en “frutos de justicia”, pues con ella realizamos “las obras de Dios” en nuestra vida terrena.

    • Santiago

      Es por eso, Román, que el renacimiento a esa resurrección espiritual comienza en nuestro bautismo por el cual morimos al pecado y al mal, y nacemos a la “vida eterna”.

      De hecho, para los primeros cristianos la penitencia era estricta para los pecados cometidos después del bautismo hechos,según S Ireneo, por exomologesis al obispo en secreto, para que el determinara la forma de esta penitencia. Se suponía que la vida del cristiano era la praxis del Evangelio donde lo positivo era la caridad de Dios que dejaba atrás al pecado y lo superaba, incoando la entrada en la gloria que comienza en esta vida terrenal.

      Un abrazo fraternal
      Santiago Hernández

      • Carmen

        Resurrección espiritual? Cómo espiritual? Significa eso que la resurrección va a ser del espíritu? Pero si el espíritu, el aliento vital, el soplo de la vida cuando abandona el cuerpo porque nuestra biología es como es, no tiene por qué desaparecer, o si, pero infinidad de creencias contemplan que sigue su camino en otra dimensión o como lo quiera usted llamar. Qué tiene eso que ver con la resurrección de los Muertos. Los Muertos.? Creo en la resurrección de la carne… me parece recordar que dice el credo.

        No se está hablando de no morir. Se está hablando de resucitar.

        • Santiago

          No, la resurrección se va a producir en el “todo” personal. Es toda la persona. Lo que persiste al morir es nuestra “identidad personal” y sobre esta misma identidad que persiste post-mortem es donde parte nuestra resurrección total con nuestros mismos cuerpos en el juicio o resurrección final.

          Cuando yo me refería a la resurrección espiritual arriba es porque se hablaba de una “muerte espiritual” cuando voluntariamente nos empecinamos en un mal grave. De cierta manera morimos espiritualmente cuando nos ahogamos en el mal pertinaz del pecado sin querer salir de el. Entonces necesitamos “renacer” y “resucitar” espiritualmente para vivir a plenitud la vida de la gracia que comienza en esta vida. De ahí que necesitamos de la penitencia. Por tanto, se trata de 2 resurrecciones totalmente diferentes.

          Por supuesto, para creer en la resurrección de los muertos -que es una verdad sobrenatural revelada por Cristo mismo- hace falta la FE y asirse a ella para que nos ilumine en el camino de la GRACIA. Sin la oración y los sacramentos no podremos mantenernos en la fe revelada.

          Un saludo cordial
          Santiago Hernández

          • Carmen

            Pues entonces no resucitaré, porque los sacramentos no me van. No al menos de la forma que dice la iglesia oficial. A todo esto no sé qué significa la palabra sacramento. Lo miraré en el diccionario de la RAE.
            Le dije hace años que ustedes ganarán. Porque la iglesia es lo que es y no puede ser de otra manera. Enhorabuena.

            Cuídese mucho.

          • Santiago

            Claro que no se trata de ganar. Hay demasiadas tragedias en el mundo ahora mismo para poder querer estar en apuestas triviales.
            Pero esto no es cuestión de gustos,sino que resucitaremos queramos o no, según la Palabra del Señor. Tampoco nos aniquilaremos. Así como no pudimos evitar nacer, tampoco podremos evitar resucitar post mortem. Dios, que hizo ya el milagro de la Creación, también estará presente en nuestra resurrección del final.

            En cuanto a los sacramentos que son instrumentos de gracia siempre han existido, aún en la vieja Alianza. Pero los del NT siguen siendo los que ordinariamente nos ayudan más en el camino hacia Dios. Sin embargo, Dios en Su Misericordia infinita tiene para cada persona otros medios de comunicar esa gracia que nos acerca a El. Sólo El sabe la manera de llegar al corazón humano. Nosotros sólo vemos las apariencias. El es inmanente y està siempre presente aunque los sufrimientos de esta vida nos nublen y nos oculten esa Presencia.

            Un saludo cordial
            Santiago Hernández

          • Carmen

            Trivial la guerra que hay dentro de la iglesia? Perdón, leo periódicos, con esto de internet leo prensa que ni sabía que existía.

            Y , la verdad, resucitar para que me manden al infierno ese del crujir de dientes, no me apetece nada, pero nada en absoluto. Así que procuraré que la tierra que tenga encima no me pese demasiado.

            En cielo, ese del sueño bonito que decía mi alumna es para personas como usted, que cree en él y en el poder de los sacramentos. No es lugar para mí. Conoce la canción de Eric Clapton lágrimas en el cielo? Se la compuso a su hijo , murió al caer por una ventana a los cuatro o cinco años. Es preciosa. Pues yo tampoco pertenezco a ese cielo.
            Que cada cual siga su camino. Hay universo para todos.

  • Carmen

    Jesús de Nazaret predicó un Reino de Dios en esta vida. En la Tierra. Aquí es donde poquito a poquito se tiene que construir el reino de Dios.

    Aquí.

    Cómo va a decir que el reino de Dios es para la vida después de la muerte si él todavía estaba aquí? No era hombre ? Qué sabía él de después de la muerte? Si no había muerto…

    O es que jugaba con ventaja?

    Pues si jugaba con ventaja a mí no me vale. Ni a un montonaaaaazo de personas tampoco. Los dioses, al Olimpo.

    No entienden que ese es el problema?

    Si quieren que la figura de Jesús siga siendo tal cual, Dios hecho hombre, pues ya sabemos el final de la Historia. La iglesia. Pues dejémoslo todo tal cual. No hablemos de reforma. No cabe reforma alguna. Ya se habló. No hay otra que sea el mismo Dios para que su padre no quedase fatal. Lo que no tengo tan claro es lo del espíritu Santo. Supongo que es por aquello del espíritu de Dios que sopla, tal y como aparece en el Génesis. Pero me lo estoy inventando.

    Está conversación ya se ha tenido aquí. Un señor se enfadó conmigo porque le llamé señor y no por su nombre. Lo recuerdo perfectamente. Él fue el que dijo lo de que Jesús no tenía otra que ser Dios.

    Lo cierto es que los católicos somos trinitarios, luego tendrá que haber una razón teølogica que desconozco. Pero existe, fijo. Si no es por lo del espíritu de Dios que sopla, será otra. Pero lo cierto es que somos trinitarios. Cosa muy frecuente e en religiones politeístas, siempre había tres que eran lo más. Y a veces uno de ellos era una ella, una Diosa. Eso lo saben mejor que yo.

    Cuando afirman que creen el la resurrección porque lo dijo Jesús, están aceptando todo el montaje de la iglesia. Enterito. Y tienen que aceptar que está guiada por el espíritu Santo. No hay reforma posible. Está todo construido al milímetro a lo largo de siglos y por buenas cabezas que se dedicaron a hilar muy fino. Con hilo de oro.

    No se podrá escapar jamás del poder de la iglesia. La única solución es decir: no le hizo falta resucitar porque aunque muriese su cuerpo, sigue vivo en nosotros su mensaje. Adelante pues. Construyamos el reino de Dios. Pero aquí. Despacito, de a poquito. Con ladrillos de amor, de paz, de comprensión, de resistencia pasiva ante la injusticia, no acatando leyes injustas. Y después, Dios dirá. No sabemos

    Jesús tampoco sabía.

    Eso es lo que pienso. Eso es lo que se. Eso es lo que he tratado de hacer toda mi vida. Poner un ladrillito pequeñico.

    Y si no soy cristiana porque no creo en la vida eterna porque lo que tengo es una incertidumbre como el templo de Jerusalén de grande, francamente, me importa un bledo.

     

    • Carmen

      Porque en lo que no se puede convertir un tema tan importante es en algo similar a una clase de niños y niñas de trece años. Yo creo en esto , porque me gusta, me apetece. Y en esto no porque me parece horrible.
      Mire usted. La base de la religión católica es la resurrección de Jesús. Si la acepta, entonces no tiene otra que aceptar la teoría de la iglesia católica. No puede quitar cosas a su antojo ni añadir absolutamente nada. Está todo pensado al milímetro. Y no por una persona. Qué va. Por un montonazo de personas que han construido una teølogia a lo largo de siglos, por lo menos quince. Usted tendrá que argumentar el por qué no acepta algo, porque ya no tiene 13 años. Y se llegará ineludiblemente a la resurrección. Pero, eso es que si me gusta…
      El problema es que no es una idea aislada. Así que ya está usted aceptando que la iglesia está asesorada por el espíritu Santo.Y él no se equivoca. Y ya está usted aceptando la figura del Papa. Infalibilidad incluida. Pero es que eso hace relativamente pocos años…
      y…? En base a qué la cuestiona? Acepta usted la resurrección,a las enseñanzas de la iglesia o no? Si, pero…
      Pero nada. Aquí tiene usted al Papa. Y a callar. Si le gusta, me alegro y si no le gusta, lo siento. Y tengo usted cuidado con lo que cuestiona, pedazo de irresponsable, que con su pretendida libertad de pensamiento va a hacer que se acabe cuestionando todo. Porque usted no habrá pensado que una afirmación lleva a otra y otra a otra y nos va a poner en peligro a todos. Pero nosotros sí. Así que tenga usted clara una cosa: le dejaremos hablar mientras que consideremos que usted no es un peligro. En el momento en que usted lo sea, olvídese del paraguas de nuestra iglesia. Me ha entendido?

      Y eso es lo que es.

      Y los que hablamos con impunidad es sencillamente porque no existimos. Además, la gente sencillamente dice: hasta luego… Y no pisa una iglesia.
      Y Jesús pasará al Olimpo , junto con. Otros dioses.

      Genial.

      Como nos sobran referentes humanos, nos podemos permitir el lujo de convertir a uno en Dios…

      Esto es de locos.

      Y ahora llámenme soberbia, ignorante, díganme lo osada que es la ignorancia otra vez. Díganme que mi cabeza no va más allá del dios de barba blanca y de espiritualidad solamente se que Jesús era muy muy bueno. Pueden decir lo que quieran, pensar lo que quieran. También tengo derecho a pensar y a decir lo que pienso. O no?

      Pues no lo sé decir más clarito. La resurrección de Jesús ha traído como consecuencia la iglesia. Me refiero a la católica. Van de la mano.
      Saben quién lo vio clarísimo? El prefecto para la congregación de la fe. El señor Ratzinger. Luego Papa Benedicto XVI. Detestado por muchos. Lo que hizo en realidad es defender a la iglesia durante muchos, muchos años. Desde Juan Pablo II. Teología cero. Pero Ratzinger de teología sabía un rato. Y no dejaba que se moviese nadie. Él defendí a La Iglesia. A la Iglesia. Olvídense del evangelio, eso no importa. Hay tantas lecturas diferentes como personas. Doy fe. Mi lectura es sencillamente otra. O no he encontrado a nadie que hable tan claro como yo. Bueno, no es cierto. Hay una persona que sí

      Esa es la realidad. O dentro . O fuera. Dentro no te van a dejar que te quedes si eres alguien de peso. A personas como yo sí las dejan. Engrosamos el número de católicos. Estoy bautizada y casada por la iglesia. Mis hijos bautizados. Fin. He cumplido mi papel.
      Ok.
      Pero, Adiós. Es una satisfacción personal, nada más. Y nada menos.

  • mª pilar

    ¿Cómo comprender aquello que dijo Jesús?

    Mc.-23-30

    .-¡Con que dificultad van a entrar en el reino de Dios los que tienen dinero!

    Después de una conversación con sus amig@s, dijo:

    “Humanamente imposible, pero no con Dios; porque con Dios todo es posible”.

    Ciertamente, complicado de entender.

    • mª pilar

      ¿Cómo lavar tanto dolor causado. por las personas que poseen tanto dinero y el poder que este les otorga?

      La historia está llena de muerte y desolación, y el presente no está mejor…

      • Isabel

        ¿Cuál es el límite del poseer?
        Cuando pienso en esto lo hago sobre mí, no sobre los demás.
        Supongo esa entrada en el Reino de Dios tan desconocida y misteriosa como la resurrección, porque por merecimientos no será.

    • mª pilar

      La parábola de los dinerales
      Salvador Santos, 02-abril-2019

      Este art. nos muestra con nítida claridad, lo que yo he comentado con mucha torpeza.

  • Carmen

    Una alumna mía en la discusión de si existe el cielo o no existe o como sería… Pues yo no veo el problema, es como un sueño de esos bonitos del que no te quieres despertar.

    Todo vino por las rocas plutónicas. Plutón, dios de los infiernos. Como se han formado en el interior de…

    Infierno? Pero si el infierno no existe…

    Y ya no había quien los parase. Qué no? Como que no? Pues si no existe el infierno tampoco el cielo… De eso nada, el cielo ya lo creo que existe… porque tú dices qué existe y qué no?…

    Uuuuuufffffff

    Esa es nuestra religión. Nuestras creencias profundas en niños de doce o catorce años. Ellos no importan, verdad? Pero claro, luego crecen y…

  • Isabel

    Sin tener ni idea de cómo ni de qué manera, me sumo a la creencia.

  • Román Díaz Ayala

    Hermoso testimonio de fe que da en la diana del debate que nos ocupa desde hace semanas. Lo más llamativo es su punto de apoyo, algo que mantiene su vigencia en su aceptación en el hondón del alma.  Job, el justo por antonomasia, termina confesando a Dios : “Sólo de oídas te conocía, pero ahora te han visto mis ojos. Por eso me retracto y me arrepiento echado en polvo y la ceniza.” (Job 42,6) Y en el Nuevo Testamento :

    “Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz, porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos , luz para iluminar a las gentes y gloria de tu pueblo Israel.” (Lucas 2,29 ss)

    En católico solemos recurrir a la teología, y ésta nos lleva a la especulación filosófica, la que heredamos de los griegos, pero  no nos reconduce a la Escritura que es de dónde debemos partir.

    Muchas de las cuestiones que nos planteamos no serán tantas ni tales, si recurrimos a Mateo, en sus dos capítulos escatológicos, densos, el 24 y 25, que combina con el anuncio de la ruina de Jerusalén. Así también Marcos 13 y luego Lucas  17, desde el verso 20 hasta el final del capítulo.

    El meollo lo encontramos en el capítulo 15 de la 1ª carta de Pablo a los Corintios. Aquellos griegos no podían aceptar la resurrección, pues les parecía para su mentalidad y su cultura “algo inaceptable y grosero” (Biblia de Jerusalén) Pero hubo un acontecimiento, un hecho histórico que pone las cosas en su sitio :

    “En primer lugar os trasmití lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se apareció a Cefas y luego a los Doce; que después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los que todavía la mayor parte viven, aunque otros ya murieron. Luego se apareció a Santiago; más tarde a todos los apóstoles”

    Luego explica el modo de la resurrección.

     

  • Alberto Revuelta

    Et expecto resurreccionem mortuorum. Et vitaminam venturi saeculi. ¿Cómo?. Ni idea, pero me da igual. Todo lo que imaginen los escatólogos  de verbo y pluma, será muchísimo peor que la realidad. Y si no, al tiempo.

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