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Raul Berzosa: el papa Francisco y la superación del pensamiento binario.

 Me sumo a la sorpresa que me ha producido la conferencia del obispo Raúl Berzosa. Dejo ese largo y sustancioso texto en el enlace que hace Elzo y RD en su texto. Para quien quiera descubrirlo. Y reproduzco aquí únicamente el breve comentario de Elzo. Aprovecho para decir que voy penando en una próxima presentación en ATRIO, con convocatoria de asamblea amplia, sobre el número de Iglesia Viva Reformas de Francisco y oposición sediciosa que invito también a descubrir quien quiera. AD.

El resumen de la conferencia de Raúl Berzosa exige, dada su riqueza, una lectura y relectura detenida seguida de una reflexión personal. En el marco de este comentario, necesariamente breve, subrayaré unos pocos aspectos, básicamente de la primera y segunda parte de la conferencia.

Un punto central lo veo en la afirmación, en boca de Francisco, de que hay que ver la “Communio católica como complexio oppositorum”. Es la necesidad, lo digo con mis palabras, de superar el planteamiento binario, las ocho polaridades de Guardini que Bergoglio reduce a cuatro, en un modelo “et – et” y no “aut-aut”. Tampoco al modo dialectico hegeliano, tesis, antítesis, síntesis, sino en “una dialéctica que vive de las antinomias o polos diversos, y es integradora de los mismos”.

Este planteamiento de superación del pensamiento binario lo suscribo plenamente desde hace años en mis trabajos. Por ejemplo, cuando siguiendo a Peter Berger, pongo el acento en la necesidad de congeniar lo sagrado con lo profano en la vida de las personas. Así, cuando un creyente está enfermo, pone una vela al Santísimo, o se pone en manos de Dios, al par que acude al médico.

Berzosa cita en su conferencia esta reflexión de Descartes y su nuevo giro copernicano, es decir, pasar del teocentrismo al antropocentrismo idealista y la duda metódica como principio de todo pensar filosófico correcto: “Pienso, y dudo, luego existo”…Y añade: “El hombre será, a partir de entonces, el centro de todas las cosas, y la razón, su nueva diosa. En este mundo tan abierto y desconcertante, san Ignacio nos regala los Ejercicios y, con ellos, un instrumento espiritual, profundo y fecundo, para un sano discernimiento de espíritus y de cómo actuar en un mundo confuso y cambiante. Salvando las distancias históricas, hoy, el Papa Francisco vive en un mundo no menos complejo y convulso que el de san Ignacio o el de san Pedro Fabro…”

“La realidad es más importante que las ideas” sostendrá Bergoglio desde sus tiempos de Provincial en Argentina y esa idea, nos dice Berzosa la mantendrá toda su vida. Lo que no supone que las ideas no sean importantes. Lo son y para afrontarlas es preciso el gran principio ignaciano, que creo que es santo y seña de la Compañía de Jesus: el discernimiento, pero en un ámbito de oración, dialogo y escucha. De ahí nace la premisa de Francisco para toda reforma en la Iglesia: la conversión personal.

La Communio católica aparece como “complexio opositorum”, que ya hemos mentado arriba. Pero, ¿cómo se logra la integración de las polaridades, de las antinomias? Responderá Francisco que desde la concepción de que la unidad católica es polifónica y poliédrica, (no circular, ni lineal) capaz de integrar las diferencias sin anularlas, porque se fundamenta en la transcendencia.

El planteamiento de Francisco es nítidamente teológico y basado en la fe. Ciertamente. No es un texto sociológico. Pero su insistencia en partir de la realidad, nos muestra – así lo veo yo- la complementariedad de la visión teológica con la de las Ciencia Sociales.

Me chirrían un tanto las referencias al Maligno, pero esto no me impide leer, con autentico interés y provecho la reflexión de Berzosa sobre las claves del magisterio del papa Francisco,

En fin, una pregunta para cerrar estas líneas: ¿Cómo explicar que un obispo de la talla intelectual (y por lo que sé) también humana, como es el caso de Raul Berzosa, lleve tantos años en el limbo de nuestra Santa Madre la Iglesia Católica? Me lo expliquen por favor.

 

23 comentarios

  • oscar varela

    Hola don Elzo!
     
    Algunas cositas en el uso de Ortega:
     
    UNA: la cita que usa Ud. “Yo soy yo y mis circunstancias” NO EXISTE.
    La frase que hay es “Yo soy yo y mi circunstancia” (OCT1,322).
     
    DOS: la cita (correcta) no termina donde Ud. la termina; sigue.
    si no la salvo a ella no me salvo yo”.
    …………………..
     
    Comprendo que se siga “usando” a Ortega sin que se lo haya llegado a comprender.
    Esta opinión no es solo mía, sino la misma que Ortega mismo dijo una vez (por escrito).
    …………………..
     
    En cuanto a mis DOS COSITAS le copia algo de Julián Marías en el Comentario a “Meditaciones del Quijote” (Rev. de Occ. 1957)
     
    CIRCUNSTANCIA (en pág. 248)
    – “Hay que subrayar los caracteres estilísticos con que Ortega introduce este concepto:
    – el empleo —poco habitual en español— de la palabra en sin­gular.
    – atrae la atención sobre un vocablo y matiza su significación;
    – En el caso presente, se trata de evitar la tri­vialidad con que a menudo se usa,
    – y da a esta palabra la plenitud de su significado;
    – con el va­lor de un plural neutro: circum-stantia.
     
    -“La circunstancia es todo lo que nos rodea, lo que está circum me, en torno a mí, a mi alrededor.
    – Es un concepto puramente funcional y que no prejuz­ga nada,
    – sino que toma la realidad en toda su inme­diatez y pureza;
    – [en este sentido, mucho más radi­cal que Umwelt].
     
    “Añade in­mediatamente unas cuantas notas de vivo interés:
    – las cosas mudas levantan sus tácitas fisonomías; es decir,
    – la circunstancia, por lo tanto, no tiene voz o sentido.
    – Pero no se trata tampoco de un inerte o pasivo “es­tar ahí”,
    – sino que las cosas son ofrenda y donativo.
     
    -“Nosotros estamos orientados hacia algo; se acumu­lan las imágenes:
    – fija la mirada en remotas empre­sas, proyectados,
    – el héroe avanza como un dardo hacia una meta.
    – Ofrenda y proyecto son los rasgos iniciales con que se dibuja el diálogo
    – entre la reali­dad circunstancial y el sujeto de quien es circuns­tancia.
    …………………………….
     
    LOS DOS YO, LA CIRCUNSTANCIA Y LA SALVACIÓN (pág 266-268)
    – “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”.
     
    -“Esta es la fórmula más apretada de la intuición fundamental de Ortega.
    – enuncia en forma conceptual y rigurosa lo que en “Adán en el Paraíso” había expresado metafóricamente cuatro años antes.
    – En este lugar la circunstancia no se ha de entender sólo de un modo geográfico,
    – ni siquiera en general físico, ni aun simplemente orgánico.
     
    – dice (Ortega) más adelante:
    “¡El mundo exteriorI Pero ¿es que los mundos insensibles —las tierras profundas— no son también exteriores al sujeto? Sin duda alguna: son exteriores y aun en grado eminente.”
    – Es decir, lo no sensible, el mundo llamado “interior”, es exterior al sujeto,
    – al segundo “yo” de la expresión comentada; por tanto, forma parte de la circunstancia;
    – sólo puede decirse que forma parte de en el sentido del primer “yo”,
    – aquel que designa mi realidad personal entera.
     
    – “El momento de yoidad del hombre —el segundo yo de la frase orteguiana—
    – no agota al ente humano, como creyó el idealismo.
     
    – Pero ahora nos interesa más bien el primer yo, el que incluye la circuns­tancia,
    – el que no es puro sujeto del vivir, centro de una circumstantia.
     
     La circunstancia, en efecto, esté definida por su estar en torno —circum— a un yo:
    – él es quien le da su carácter unitario y circuns­tancial, o sea vital;
    – pero no podemos ahora definir simplemente al yo por la circunstancia, como su punto central.
    – El yo es inseparable de la circunstan­cia, y no tiene sentido aparte de ella; pero, a la inversa,
    – la circunstancia sólo se constituye en torno a un yo, y no a un yo cualquiera, a un mero sujeto de actos y haceres,
    – sino a un yo mismo, capaz de entrar en sí, que es, no diremos algo —es decir, cosa, res—,
    – pero sí alguien, o sea persona.
     
    – Podría­mos decir que yo estoy definido por mi circunstan­cia, pero mi circunstancia no me define;
     esto es, no soy más que con ella, y decide mi ser, pero no lo agota, no está dado mi ser
    – cuando está dada mi circunstancia y un yo abstrac­to, puntual, puro sujeto de ella.
     
    – La circunstancia es mi circunstancia; y este posesivo no indica una simple localización, sino una efectiva posesión.
    – Por ser yo mismo, por tener una mismidad y ser dueño de mí, puedo tener algo mío.
    – La yoidad no agota al hombre, pero tampoco la mera subjetividad
    – El yo no es mero soporte o sustrato de la circunstancia, no es sólo el que vive con ella,
    – sino quien vive, quien hace su vida con la circunstancia, dando a ese quien su riguroso sen­tido personal.
     
    – El hombre, además de ser un yo y el sujeto de sus actos vitales, soporte de su mundo, es también persona”.
     
    – Sobre el sentido radical del yo, y por tanto el ca­rácter último de la vida humana,
    – Ortega no da pre­cisiones en este pasaje, pero se en­cuentran en este mismo libro.
    – La expresión “si no la salvo a ella (la circunstancia) no me salvo yo
    – en­cierra la razón filosófica de que Ortega se ocupe te­máticamente de España,
    – y también la justificación del patriotismo en general.
    ……………………

    • Javier Elzo

      Gracias Sr. Oscar Varela.
      Hoy he aprendido, gracias a Usted, el sentido profundo de la frase de Ortega “yo soy yo y mi circunstancia” y de su continuación. Confieso que lo he citado de memoria.
      También he aprendido la lección de Julián Marías sobre la “circunstancia en Ortega”. Lo desconocía.
      Ruego me excusen, Usted, y todos los lectores de Atrio.
      Atentamente

  • Javier Elzo

    No hay que olvidar que el texto de Berzosa es una interpretación, una más, del pensamiento y del modo de gobierno de Bergoglio, papa Francisco. Pero una interpretación basada, sobre todo, en los textos de Francisco, leídos con lupa, sin olvidar su modo de gobernar. Dada la altura intelectual de Raul Berzosa es normal que su texto sea complejo y arriesgado.
     
    Ya he leído el documento completo de su conferencia y, las notas a pie de página, nos muestran las fuentes en las que se basa para su lectura del pensamiento de Francisco. Impresiona su erudición y conocimiento del pensamiento de Francisco. Tiene 34 apretadas páginas y, casualidad, otras tantas notas a pie de página

    Como indico en mi texto que reproduce Antonio Duato, la superación de la oposición de los contrarios, ocho según Guardini que Francisco reduce a cuatro, se lleva a cabo, según Francisco, mediante la trascendencia.
     
    Comprendo que este planteamiento- interpretación de Berzosa, lleve a la irritación, confusión o cabreo, particularmente cuando se apueste por una visión unilateral de la realidad personal, social y religiosa. A todos nos gusta que las cosas sean buenas o malas, blancas o negras, etc., pero, a poco que se piense, constataremos que vivimos en realidades, sentimientos, creencias etc., múltiples, lo que no quiere decir que todo es relativo, sino que todo exige contextualización e historia. Recuerdan a Ortega con su “yo soy yo y mis circunstancias”. Por eso defiendo la necesidad de superar el pensamiento binario y buscar su superación, sin anular los contrarios. Por cierto, un ejemplo de superación de pensamientos binarios lo tenemos en Gaudium et Spes, como desarrolla, con detalle, el teólogo Christophe Theobald.

  • oscar varela

     
     
    1-Debemos integrar las antinomias para ser personas de síntesis, o contemplativos en la acción, tal y como se desprende de la praxis de los Ejercicios Espirituales ignacianos
     
    El instrumento que usa será el “DISCERNIMIENTO”;
    es decir “ESTATEGIA y TÁCTICAS” (hoy llamada LOGÍSTICA)
    [nota: la Compañía de Jesús no es ni Orden ni Congregación; es COMPAÑÍA (militar)]
     
    Los EJERCICIOS “espíritu-militares” son para DISCERNIR
    ¿discernir QUÉ?
    QUÉ ESPÍRITU comanda la propia vida:
    – el ESPÍRITU SANTO, o
    – el ESPÍRITU MALIGNO
    Por eso:
     
    2-El Papa no tiene ideas preconcebidas para aplicar a la realidad, ni una ideología concreta de reforma, sino que camina sobre la base de una experiencia espiritual y de oración
     
    Se trata de la BURBUJA DE LA FE.
     
    Siguen ignoro des-atendiendo el Mundo de la Gente.

  • José Ignacio Calleja Sáenz de Navarrete

                Gracias por su empeño, Ludovido, lleno de buen talante y cultura teológica. Como sabe, cultura teológica y ciencia teológica no son lo mismo, pero no seré yo quien presuma de salvar esa diferencia fácilmente. No. Ahora bien, algunos apuntes muy concretos. No para encumbrar a Francisco, sino por aclarar lo que yo veo en sus escritos. El concepto ecología integral viene precedido en su contenido por la Caritas in veritate de Benedicto XVI, “ecología natural y moral”, humanismo integral, el que respeta la vida en todas sus expresiones, por nacer o nacidas, animada e inanimada, corporal y espiritual. Quería Benedicto que sea acoja, como sabe, el respeto por la vida humana en todos sus momentos y expresiones en la conciencia ecológica del mundo. No tiene más misterio ni pretensión. Fue la inquietud de Ratzinger que ahora se prolonga con más contundencia “científica” y “política”. (Con comillas para indicar que hablamos de su base en ciencias sociales). Ratzinger se abrió a la idea pero no tenía un interés primordial en ella. Su teología marcaba otras prioridades, pero no desprecia estas.

                La verdad poliédrica, una cosa tan natural en la condición limitada y diversa del ser humano como inevitable es respirar para vivir. Nada dice ni adelanta de cómo discernir las caras del poliedro y cuáles son inasumibles por mentirosas y malas. Para eso está la ética del humanismo integral (cristiano, en la fe) que la gente de bien y mente abierta puede compartir desde la dignidad del ser humano en comunidad de los iguales en derechos y deberes (imagen sagrada del Ser y Amor de Dios: fe). Es de lo que va Atrio a menudo.

                Lo de la primacía del tiempo sobre el espacio, procede, como sabe, de Evangelii gaudium, y nada tiene que ver con ninguna ciencia física; es una imagen sobre que los procesos humanos de justicia necesitan más compromiso con el tiempo que les dedicamos, que no espacios de poder ocupados precipitadamente para dominar la historia e imponer lo justo desde arriba. Pura analogía con unas imágenes más o menos logradas de por qué fracasan las revoluciones sin haber ganado, antes o a la vez, la conciencia de las personas: frente a las vanguardias omniscientes que lo saben todo para los ignorantes, las minorías morales ejemplares en medio de la gente y con ella. Olvide que está hablando de física o enseñando nada en ella.

                Sobre si Francisco es doctor o no en teología, o lo consiguió o no, o si se lo propuso y no pudo o no supo, no tengo ni idea; y sobre qué pensará Ratzinger de esto y de su teología, pues nada, que Francisco se mueve en otra clave de la teología, y que a él le resulta menos atractiva como teólogo y como Papa. Pero supongo que pensará que viene bien esa personalidad más “pastoral y política” en la curia de teólogos-juristas que le hacía la vida imposible, y bien para la Iglesia que se desangra en rutinas clericalistas. Son dos lenguajes que en teología van en paralelo, o casi, pero sin negarse el pan y la sal; la de Ratzinger es de museo en belleza y fundamento; la de Francisco es más de calle, social y pastor. Son distintas. Lógico que a Usted y a la Universidad les guste más la de Ratzinger. Es lógico, es muy bella, pero también esta cojea mucho de historia y Encarnación; es una teología que quiere llegar a Cristo, pero le cuesta pasar por Jesús; dice que este muere para salvarnos, como cordero degollado, pero calla que lo asesinan por vivir hasta el final en entrega a la fraternidad que Dios reclama de su Reinado. No necesito explicar esto y aquí. Le remito a Salvador Santos en estas mismas páginas. Y sin llegar tan lejos, al propio Jesús de Nazaret de Ratzinger. Los dos lo han dicho, Francisco y Ratzinger, la primera mediación de la fe es la caridad, y la primera caridad seguramente es la caridad “política”, la de la justicia social y el cuidado de los más débiles. Los dos lo han dicho. Y antes, Juan Pablo II.

                Desde luego, yo no me he caracterizado por el entusiasmo desmedido con Francisco, pero de ahí a que es “una desgracia”, tampoco. ¡Qué barbaridad! En la teología de academia “sajona”, tan admirada, no creo que se atreva nadie, salvo los extremistas, a decir una desgracia; los pobres nos evangelizan y todos tememos que la crítica a Francisco tenga un fuerte componente de miedo a las primacías de su “enseñanza”; en el Evangelio de Jesús, los pequeños e ignorados están en el pórtico, y recordarlas y asumirlas nunca será una desgracia teológica. Pero bueno. Cada cual es dueño de sus juicios sumarísimos.

                Sobre el jesuita Alfonso Álvarez Bolado, bueno, si pasó eso que dice que pasó, una anécdota que ni quita ni pone a la valía intelectual del mismo. No es la primera vez ni la última que un intelectual es muy bueno pensando y torpe negociando el día a día entre militantes de base o políticos. Intrascendente como ejemplo. Sobre Caraffa, en moral, (supongo que será C. Caffarra), un dogmático de la moral insufrible y con prestigio de “guarda jurado”, fuera del círculo del naturalismo ético más dogmático. Lo vemos como he dicho. Y si da la impresión de que Francisco no maneja el Denzinger, entiendo su queja y comprendo que no nos entendamos. Gracias a Dios ni la teología ni la pastoral se entienden como “glosa” del Denzinger (El Magisterio de la Iglesia).  Gracias a Dios que la teología no pierde su condición de ciencia de la fe, sabia con la Escritura y la Tradición viva de la Iglesia y científica con su método (el de una ciencia humana peculiar, la de la razón iluminada por la fe y la fe buscando inteligencia desde la razón; sin olvidar su coherencia de vida evangélica, pero bueno, humanos somos).
               
                Siempre con un saludo de paz y bien.

    • Ludovico

      Debía callarme, José Ignacio. Pero no es la humildad la virtud que me salvará ante el Padre Eterno cuando me llame a capítulo. De niño, como a la mayoría, me gustaba el fútbol y no jugaba tan mal. El confesor, que era sacerdote en el Colegio, me puso una vez de penitencia que fallara un remate y me llamaran “maleta”. Todavía me corroe la duda si satisfice esa condición para el perdón.

      Dice usted que una cosa es la cultura y otra la ciencia teológica. Una manera de atacar ad hominem más o menos gruesa. (O sutil, si quiere). Lo que yo sepa de la ciencia teológica está reflejado y escrito. Puede mirarlo en Scientia et Fides (Universidad Nicolás Copérnico de Polonia), Scripta Theologica (Universidad de Navarra), etcétera. De mi forma de entender la teología apunté bastante en “Introducción a la Neuroteología: Una aproximación a las bases neurales del fenómeno religioso”, que publiqué en “Escritos del Vedat”, la revista de la facultad de teología de san Vicente Ferrer. Si fuera mordaz, diría que en el último sitio donde publicaría nada sería en cierta revista de la facultad de teología del Norte de España, pero ni sería cierto, ni es la mordacidad mi fuerte. Y corto el curriculum, que a nadie le importa.

      Por resumir sus puntos, dice usted que habla el pontífice en sentido figurado. ¿Lo cree usted así? ¿Por qué entonces los jesuitas, las universidades de Loyola en Andalucía y Comillas-Madrid han dedicado conferencias y seminarios sobre el tema como si fuera una innovación científica, cuando es un soberano dislate. En ciencia y en filosofía. No le cuente usted a un lógico de Frege que maneje las tablas de verdad lo de la verdad poliédrica. Ni siquiera a un aristotélico.
      Mire, no me gustan las milongas. Un señor que cuando habla de ecología introduce el tema de la Amazonía o el cambio climático se mete sencillamente en camisa de once varas si no lo enfoca desde el punto de vista de los ecosistemas componentes. Es ecologismo barato. No ciencia. En estos andurriales hubo un cardenal que, para congraciarse con Francisco, aconsejó reducir el caudal del chorro de la ducha… A eso en román paladino se le llama coger el rábano por las hojas. Del cambio climático que hablen los expertos en halocarburos o en estomas, no el Papa de Roma.

      Comprenderá que me resulte chirriante llamar dogmático al iusnaturalismo del cardenal, en cuyo nombre torpemente cometí metástasis de cantidad –uno ya tiene años–. La filosofía y su ámbito, por definición, es racional. O como usted recuerda, en el caso de la teología, fides quaerens intellectum, intellectus quaerens fidem, tan bien desarrollado por uno de mis autores de cabecera, Marie-Dominique Chenu en sus trabajos sobre historia de la teología en los siglos medievales, sus estudios sobre el lenguaje teológica, en su ambientación de santo Tomás, en la creación de Le Saulchour como escuela de teología.
      José Ignacio, son cosas de la cultura teológica.

  • carmen

    Es interesante leer los comentarios de tirón, como tengo tiempo… Estoy deseando que me falte tiempo para algo.

    Aquí están todos los estamentos de los que escribimos comentarios. Desde el o quizás la que sale por peteneras y habla de ovejas y ballenas, el que entiende esa salida y sonríe, el que se sube a la Parra y no hay quien lo baje y asusta a la de las ballenas, al que se queda obnubilado por el saber que se intuye en la persona que se ha subido hasta el infinito y más allá, el que sabe de lo que habla y le dice al de arriba, así no nos enteramos, baja un poquito por favor. Y el que está de vuelta de la vuelta.

    Somos un grupo realmente fascinante. Desde la de la  ballena hasta el de la Parra.

    Qué guay!!

    Un abrazo a todos.

    • carmen

      Me refiero a grupos. No a personas. Grupos. No sé si me he saltado alguno. Quizás el epatador. El adoctrinador.

      No se me vayan a molestar,es que me aburro un poco. Y no todos somos iguales.
      Bueno, eso fijo.
      Pero , insisto, somos un grupo guay. Al menos así lo veo.

      Estoy pensando en todos. Creo que todos nos podemos meter en uno u otro.

      No se molesten, por fa.

      Antonio. Si no te gusta bórralo.

  • Isidoro

    (A mí, la conferencia de monseñor Berzosa, me parece trascendental, para comprender la complejidad de la postura del Papa Francisco, muy alejada de la vieja e ideológica   disyuntiva izquierdas-derechas.

    A mí me ha inspirado este comentario tangencial, y general, sobre el tema de la complejidad emergente en el mundo cultural en general).

     

     

    Culturalmente estamos viviendo unos momentos de cambio radical, revolucionario en el pensamiento humano sobre la realidad.

    La Modernidad ilustrada lineal, que es la base filosófica de los catecismos ideológicos en boga, que han llevado al mundo cultural a un estancamiento, a un desierto de soluciones, a unos callejones sin salida, desde donde solo caben, los sermones morales y las descalificaciones a chorro.

    (Nada nuevo bajo el sol: “A mal Cristo, mucha sangre”, y el médico que no sabe curar, increpa por todo al enfermo).

    El agotamiento de la Modernidad ilustrada, lineal y binaria, (verdad-mentira), está pariendo una nueva línea epistemológica ultramoderna, que Edgard Morin, llama “pensamiento complejo”, preconizando un cambio de paradigma cognoscitivo en las ciencias.

    Este cambio viene a superar las alternativas clásicas, no solucionadas ni solucionables con un pensamiento cuantitativo linealmente monista, sino haciendo que “los términos alternativos se vuelvan términos antagonistas, contradictorios y, al mismo tiempo, complementarios”. (Xavier Picaza).

    “Complejo” es cualitativamente muy distinto de “complicado”, pero también al tiempo, es muy complicado de entender y aprender. Y por ello, las contradicciones banales, son la obsesión de las mentes confusas.

    La modernidad, ha hipervalorado la coherencia, la falta de contradicciones internas, pero deberíamos comprender que como dice Maciej Bielawski: “La existencia no es solo cronológica, sino polifónica, y por ello, el arte de la vida no reside en la coherencia, sino en la armonía”.

    Decía Unamuno que “lo que llamamos paradoja es el más eficaz correctivo de las ramplonerías y perogrulladas del sentido común. La paradoja es lo que más se opone al sentido común, y toda verdad científica nueva tiene que aparecer como paradoja a los del sentido común en seco”.

     

    Yo creo que en lo profundo de nuestra mente, en nuestro arquetipo de sabiduría de nuestro inconsciente colectivo junguiano, nuestro “corazón”, nuestro espíritu, nuestro mini-“Espíritu Santo”, nuestro daimon, tenemos además de un gran “atractor-imán”, que instintivamente nos guía hacia los tres grandes valores universales: Belleza, Verdad y Bondad, nos atrae hacia un cuarto Valor Universal, que en estos tiempos, está irresistiblemente aflorando: hacia la Unidad de todo: el redescubrimiento del Unus Mundus.

    Una Unidad, no uniforme, sino plural, compleja, alicatada de contradicciones y paradojas, que nuestra mente debe estar preparada para integrar y trascender, en un gran sistema de pensamiento complejo.

    Y para ello hay que ir por los caminos epistemológicos de la “consiliencia”, (Wilson), la integración de saberes, con una interdisciplinariedad, y una visión de conjunto, que puede irritar tanto a los “especialistas”, como a las almas cándidas y naifs tan amantes de “contar con los dedos”.

    Y una vez redescubierto ese Unus Mundus, nos sentimos integrados en él, (como no podía ser de otro modo), lo que es el camino de la espiritualidad.

    Espiritualidad que según Cloninger, es “la capacidad del individuo para sentirse parte de algo superior a sí mismo”, y que cada vez tiene menos que ver con la religión, y cada vez más con la ciencia compleja.

  • carmen

    Pues he empezado a leer el primer enlace, casi lo he terminado. Pero me ha entrado una especie de miedo. Y debe de ser la Pandemia. Me siento frágil y todo me asusta.

    Tengo que olvidarme de este tema. La iglesia no es para mí. Como aquella película . Así me siento. Porque puedo entrar un poquito en la superficie del tema, pero cuando profundizo un poquito, muy poquito, me asusto.

    Esto es para personas entendidas, no para gente como yo. Nosotros, las ovejas solamente necesitamos prados para pastar, agua para beber y pasear disfrutando de la naturaleza. Los pastores pertenecen a otro grupo . Yo … yo soy oveja.

    • Antonio Duato

      Estaba yo paseando por un pueblo de Cantabria con un gran teólogo, discípulo predilecto de Rahner -Alfonso Álvarez Bolado, para quien le suene- y detuvimos nuestros pasos y conversación ante una vaca que sacaba su cabeza desde el prado, rumiando. Tras unos segundos dijo él: ¡Quien fuera vaca!

      Elzo se extraña ante la cabeza de este joven obispo que fue destituido de su sede de Ciudad Rodrigo porque malas lenguas hablaban de escándalo de que no vivía como obispo sino en un piso normal y en familia normal, con una mujer viuda y su hija. A mí también me sorprende su capacidad de entender lo complejo, tanto en un artículo que escribió sobre transhumanismo en Fronteras-CTR de la Ponti de Comillas y en esta conferencia cuyo vídeo busco. ¿Está disponible?

      • carmen

        Tú fíjate.
        Un muchacho joven que vive en una casa con una mujer y su hija. Es tremendo. Por lo visto las familias no gustan un pelo.
        En fin. Es que no logro entender.

        Si. Quién fuera vaca. Aunque puestos a elegir, prefiero las ballenas. Son grandes pero no tienen problema de peso,el agua las hace ligeras, viven en el agua todo el tiempo , es como si volaran porque pueden subir, bajar, izquierda, derecha, diagonal en el espacio…una gozada.
        Viven en grupos, viajan juntas, cuidan a sus ballenatos un par de años, si tienen calor emigran, si tienen frío, también. Comen plancton y grill… Y son preciosas. Me refiero a las azules, no a las orcas.
        Me encantan.
        Gracias.
        Un abrazo

        • Antonio Duato

          Lo oí ayer mismo. Dos peces jóvenes van nadando juntos. En dirección contraria pasa un pez viejo que les dice: “Que tengáis buena agua”. Un poco después uno de los jóvenes le dice al otro: “¡Oye! ¿Y qué será eso del agua?”. Pue eso…
          Sí, Carmen, como las ballenas azules que ni siquiera se comen a los peces pequeños. ¡Tan grandes y se alimentan solo de ese plancton microscópico diluido en el agua!

        • carmen

          Krill. Sorry. Este corrector no sabe biología.
          Gracias otra vez, Antonio. He leído tantos nombres seguidos que ha escrito Ludovico que me he vuelto a asustar. Yo creía que donde se basa todo esto del cristianismo es en los evangelios.
          Pero va a ser que no.
          Con razón no entiendo nada. Esto no está hecho ni para las ovejas ni para las vacas ni para las ballenas. Da igual. Nosotras seguiremos en lo nuestro.
          Un abrazo fuerte.

      • Ludovico

        Querido Antonio. He estado dándole vueltas. ¿Entro? ¿No entro? ¿Y mi palabra? Pero, por ser vos quien sois, es decir, por ser el creador del blog, nadie deberá sentirse postergado si hago una excepción. El tema es sustantivo. La interpretación del ex-obispo de Ciudad Rodrigo, hermana de la fundadora de Iesu Communio, del pensamiento de Francisco es , lo diré con toda la temeridad y arrogancia del mundo, es un disparate. En Francisco no hay convergencia de contrarios ni superioridad de la realidad sobre la ideología, sino lisa y llanamente disparate puro. Hipóstasis de necedades o truismos. El embeleco de la verdad poliédrica, de la superioridad del tiempo sobre el espacio o la fantasmagórica ecología integral, no son más que, o verdades de perogrullo según se interprete o dislates, según se entienda. En ecología, por ejemplo, toda intervención del hombre ocupa un papel preponderante en el ecosistema, y eso es ecología tout court. Lo de ecología integral es una necedad. Los del tiempo sobre el espacio es una auténtico sinsentido en una física tetradimensional. Etcétera. La verdad nuda es que no se sacó el doctorado. ¿Porque era partiudario de Romano Guardini? Lo cierto parece ser que desconocía a Schamauss. Ese fue el problema de Jorge Bergolglio en Alemania, que no se enteró de la teología la media. No sé las intenciones de Ratzinger, pero sospecho que por su mente pasará a menudo sus problemas con Schmauss y se reirá de las veleidades pseudoteológicas de Francisco. A Bergoglio le pasó lo mismo que al español Sanz del Río que que fue a Alemania y se trajo lo peor, el krausismo. No se entienda como una desconsideración con Romano Guardini y su inmensa labor litúrgica. No me detendré en el famoso discernimiento. Ni en tantas cosas como Francisco quiere que le dediquemos años y aniversarios. Creo, sinceramente, que es una desgracia. Conocí al jesuita que usted pondera tanto. La verdad es que uno, que es iconoclasta, tampoco pondera al maestro, cuyo tratado sobre Antropología tengo en la estantería de la derecha y miro con vergüenza ajena. Alvarez Bolado estuvo en Barcelona muchos años. Entonces la Compañía era poderosa en la ciudad condal. Lo que conocía¡ dejó a la Iglesia en mal lugar. Con nocturnidad se reunía con gentes del PSUC, pero les pedía que no lo hicieran público porque sus superiores o la Iglesia tomaría medidas personales. Una amiga mía, encargada de la sección intectual del PSUC, le espetó: pues si tus curas no quieres que sepan de estas reuniones, a mis camaradas comunistas tampoco se fían de tus contactos conmigo. Me parece que no tardó en irse a Madriod,a la casa de escritores de la Compañía de Jesús.

        Para ser una excepción, me he pasado. Aunque usted y yo no nos movemos en la misma onda, y me ha atribuido a veces dicterios ideológicos, sepa que tengo en altísima consideración su labor, quizás desde el tiempo en que mi director espiritual en la adolescencia le nombró, y colaboró en sus empeños.

        • Alberto Revuelta

          Estoy bastante de acuerdo con Ludovico respecto a los recovecos intelectuales aporíacos de este señor Papá. La santa iglesia, a la que le basta según san Efrén que uno celebre la fe en Jesús en el desierto para que se junten miríadas, siempre ha estado tensionada así que este jesuita que hoy nos preside, pasará. Y los de las miríadas seguiremos aquí o en los 19 soles de Martin, celebrando haber conocido al Señor.

          • Ludovico

            Muchas gracias Alberto.

          • Isidoro

            Amigo Alberto. No te las des de “carbonero”, cuando no lo eres.

            Yo se que es una postura cómoda ante la complejidad del saber contemporáneo, pero una persona de la finura intelectual y de la inquietud por conocer, que demuestran tus lecturas citadas y tus escritos, no le van bien esos ramalazos romanticoides y pastoriles, de que presumes a veces. Se nota mucho la impostura.
            A la fe del carbonero, solo tienen derecho los carboneros y asimilados.

        • José Ignacio Calleja Sáenz de Navarrete

          Pero amigo Ludovico, además de amagar y no dar, y de citar autores que se SUPONE que han resuelto con evidencia la cuestión a que se refiere, LA QUE SEA, ¡nunca sabemos a ciencia cierta cuál es y por qué! Ese secreto está en las obras y autores de referencia que cita pero no comparte su argumento clave. ¡Lo de haberlo resuelto mejor; en verdad, mucho mejor; absolutamente mejor, definitiva y completamente, está en ellas! Pero usted no se molesta en decirnos cómo y por qué. Casi no arriesga una sola idea que podamos contrastar. Son evidencias que los libros de referencia han probado y los sabios que los conocen, entre ellos usted, no deben perder un momento en explicarlas. (Me recuerda las sobremesas de viejos teólogos y filósofos católicos que desde chico yo seguía y todo consistía en citar nombres clásicos que habrían respondido todas las preguntas que corrían por la Academia, pero nadie sabía en qué y cómo, salvo ellos, esos profesores. Cuando decían alguna vez por qué, yo percibía cuánto de convencional y particular había en su postura, pero ellos miraban con condescendencia inaudita al claustro más joven). No pueden descender a ese nivel. Pero ¿no lo ve? ¿Nadie se lo dice? Una pena, porque la verdad cuando desciende todo se vuelve más discutible, a veces sólido y muy clarificador, y otras, precario e ideologizado, como nos pasa a a los demás. Pero no lo hace. Yo la considero una estrategia de reflexión que se sigue por costumbre, quizá porque nadie le dice esto tanto modesto que le aporto: no explica (casi) nada, lo refiere a obras de primer nivel, y da por hecho que el tema ha quedado tan claro como cerrado en esos autores. No, de verdad, Ludovico. No. La fe para el Credo, pero en los saberes humanos y sociales, y culturales y hasta teológicos, y hasta científicos, dad razón de la razón que anima vuestro razonar y dudar. Y esto no son títulos y títulos y títulos. Mantengo mi aprecio por su cultura científica y humanística, pero no dialoga ni enseña. Simplemente, ilustra a ignorantes. No. Con afecto, no. Nada personal, no lo deseo, sino el método que muestra la idea ofrecida.

          • Ludovico

            Muchas gracias José Ignacio. Me despido. He tomado los puntos cardinales de la exposición de Berzosa. El los considera auténticos “cardo”, a mi me parece enunciados nonsense, por falsos o por truismos. Y lo he explicitado. ¿Tenía que explicar qué hizo don Julián Sanz del Río, por qué fue Alemania y qué es lo que trajo, que a mí me recuerda el viaje del jesuita Bergoglio a la Colegio Teológico de la Compañía en Frankfurt? Quien haya leído la biografía de Benedicto XVI podrá hacerse una idea de la figura de Schmauss en Alemania. No digamos quien haya ahondado en su Dogmatik. Schmauss renovó la teología alemana, con honda repercusión en la generación precedente a la de Henri de Lubac, Danielou, Congar, Chenu, Dubarle, Schillebeeks, Küng, Rahner (Karl, no Hugo), Ratzinger, Bernhard Häring. A diferencia de la teología enseñada en Walberberg, en Friburgo de Suiza, en Zwolle o Nimega, en Le Saulchoir o en Lovaina, empezó un distanciamiento del enfoque tomista para introducir el papel de los Padres, la Liturgia, en la exposición de la doctrina dogmática y eclesiológica. Un cambio que la generación y los centros mencionados llevaron a un extremo y fue la razón de la tirantez en la Comisión Teológica del Vaticano II. Bergoglio pudo haberse empapado del sentir eclesiológico de Congar, de la teología histórica de Chenu, de la reinterpretación de Trento por Schillebeeks, de la patrística de De Lubac, …, pero se quedó a extramuros de ese movimiento intelectual y prefirió lo que ahora llaman “A passion for Ignorance”. Hablo desde el punto de vista doctrinal, no de ejemplaridad personal. Es una desgracia. ¿Han visto ustedes la respuesta a la pregunta qué hacer si eres protestante y tu consorte católico comulga? De pena, como quien ignora la Escritura, la teología sacramenta y el Derecho. Por decirlo gráficamente, da la impresión de que no maneja el Denzinger. Por no hablar de las penosas declaraciones al periodista de La Repubblica. No son convergencia de opuestos, son dislates a secas. Y ya me he extendido en demasía. Como suelen despedirse mis amigos yanquees, “Be careful”.

        • Antonio Duato

          Ludovico,
          Tienes siempre todo el derecho a participar en Atrio. Y no por especial concesión sino porque todas las opiniones sobre temas de ética y espiritualidad tienen cabida en este lugar de encuentro. Siempre que estén expuestas sin ofender a otras personas y aceptando que sean discutidas.

          En concreto esta opinión sobre Berzosa y Francisco, que ya ha suscitado sendos comentarios de dos valorados atrieros, me hace pensar.

          Sobre todo porque acabo de editar un número de Iglesia Viva en que he puesto mucho de mí y en que nos alineamos con lo más reformador de Francisco. ¿Lo has visto ya en iviva.org?

          Tu posición sería, así espero, una posición leal a Francisco, no la sediciosa o cismática de Bannon y Viganò. Seguiremos discutiendo…

          • Ludovico

            Muchas gracias. Si le he de ser sincero, no conozco las posiciones de Bannon ni de Viganó a propósito de la reforma de Francisco. Del segundo sólo he leído la carta donde descubre los avatares del cardenal pedófilo y su denuncia de los mismos en Roma. Tampoco conozco las reformas de Francisco. La verdad es que no me atraen mucho los entresijos del Vaticano. Mis apetencias quedaron satisfechas con El sacco di Roma y los volúmenes de Batllori sobre los Borgia y la influencia de Valencia en Roma (cuando en el Vaticano se hablaba catalán, que diría el jesuita). Las únicas reformas que conozco de Francisco son las del Catecismo sobre la pena de muerte, el acceso de la mujer a las órdenes menores y alguna más de semejante índole que ahora no me viene a la memoria. Que reforme las finanzas y su control (los escándalos de Londres, Australia, Becciu), me parece bien, aunque no sigo los pormenores.

            A mí me preocupa el giro copernicano que ha dado a la doctrina. Por ejemplo, la entronización de Lutero en el Vaticano, al que llamó testigo de la fe. Un testigo peculiar a quien niega la Presencia real. Eso fue no un resbalón, sino un soberano dislate teológico. Ha habido más, como usted sabe. Y en moral no digamos. Quien conociera Caraffa sabrá cómo debió quedar cuando leyó la Amoris Laetitia. Se murió, no sólo sin que se disipara su duda, sino con el agravio de Francisco diciendo, en Bogotá, que no había leído entero el texto.

            Por lo demás, espero que las reformas reflejen lo que con gran visión intuyó Yves-Marie Congar en Verdaderas y Falsas Reformas de la Iglesia.

          • Isidoro

            Amigo Ludovico: Yo en parto también le hago un pequeño reproche parecido al del amigo Jose Ignacio.
            Yo creo que somos bastantes, los que estamos en este foro, con ansias de saber, de aprender, de estimularnos intelectualmente, estímulo tan necesario en estas edades en las que la entropía y la degeneración mental, nos atacan tan fuerte. Y más aún a los que somos simples aficionados tardíos en el ansia de saber.

            Es verdad que es un foro abierto y libre, y en él a veces no se encuentra el nivel ideal, (ni excesivamente erudito, ni por el contrario banal y de conversación de bar), y sobre todo se echa en falta el verdadero interés por saber, no de boquilla, del que desprecia lo que ignora.
            Y eso posiblemente frena y hasta inhibe la colaboración de personas que podrían enseñarnos mucho, lo que no es óbice para que todo el mundo sufra una crítica seria de toda idea expuesta en el foro.
            Esta queja interna mía, se la llevo trasladando al amigo Antonio, desde hace tiempo, pero aquí seguimos al pie del cañón, (y no lo hago personalmente, por hacer un favor a nadie, sino porque necesito el estímulo intelectual del “diálogo”, aunque este sea pobre, para tener algún aliciente en mi vida a los 73 años).

            Por eso yo personalmente, agradecería que hiciese un pequeño esfuerzo, por debatir ideas concretas, y como dice José Ignacio, “dando razón de la razón que anima nuestro razonar y dudar”.

            Y si eso lo hiciera con el esfuerzo de un lenguaje claro, sin demasiados tecnicismos, con la claridad con que se expresa normalmente, yo personalmente se lo agradecería mucho, y seguro que muchos otros también lo harían.

            “¡La lámpara que no ilumina la obscuridad, solo gasta aceite en vano!”.

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