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El proyecto de Jesús, madurando en el tiempo, 16

EL CIEGO, LA PUERTA Y EL MODELO DE PASTOR 6/6

Con todo el cortinaje cerrando el escenario, una mujer salió desde su interior y se colocó en el centro, cerca del borde. La luz del foco principal se posó sobre ella. Su piel color café cobró con la luz un tono ocre atabacado. Se distinguía por su figura espigada y un vaivén gracioso al andar. Con el rostro sereno, ojos muy abiertos y generosa sonrisa, saludó a los espectadores. Dijo pertenecer al África subsahariana, nacida en Etiopía. Hablaba con lentitud en un tono dulce y armonioso. Acompañó su presentación con ademanes pausados. Se llamaba Desta y declaró ser Lectora. Sin más preámbulos, dirigió al público las siguientes palabras:

      6.1 La Lectora de la comunidad expone el Proyecto

      “Alrededor del año 100, una comunidad rebosante de vida, la autora del cuarto evangelio, expuso su experiencia plasmándola en un relato cuyo protagonista se significaba por ser ciego de nacimiento. El colectivo integrante de dicha comunidad quiso reflejar en el personaje del ejemplo su propia trayectoria vital. Ellos, al igual que el resto de sus compatriotas, habían nacido y vivido mutilados, lastrados con una grave atrofia de personalidad; sometidos bajo un régimen social, político, económico, ideológico y religioso que les había impedido vislumbrar otra opción al margen de la obediencia ciega a la Ley.

      La noticia anunciada por un hombre llegado de Galilea acerca de un ideal humano reconocido por su libertad les ha llegado como una extraordinaria invitación. No la dejarán pasar. La acogerán con valentía. No temerán amenazas ni represalias. Les costará, eso sí, el enfrentamiento con los dirigentes y la expulsión de la institución. Pero no les importará. La visión y la vida que ahora disfrutan les compensa con holgura.

      El conocimiento directo de la Propuesta de Jesús les ha descubierto el auténtico modo de ser humano. Entrarán por esa puerta. Pondrán en boca del hombre llegado desde Galilea la explicación del auténtico acceso a una vida compartida, regida por el amor leal. Esa alternativa social está exenta de equipos directivos. La única dirección la ha marcado el Hombre aquél. Él es para la comunidad autora del texto el Modelo de dirigente. Tienen esa certeza tan metida en los huesos que se lo harán decir a él mismo tras esta última afirmación que realzo con energía invitándoles a ustedes a no olvidarla jamás:

      “YO HE VENIDO PARA QUE TENGAN VIDA Y LES REBOSE”.

      Permítanme repetirla. Merece la pena afianzarla en la memoria:

       “YO HE VENIDO PARA QUE TENGAN VIDA Y LES REBOSE”.

      La declaración que dará comienzo a continuación y pondrá fin al largo relato sobre el ciego de nacimiento sigue la lógica expuesta con el ejemplo de La Puerta. Les sugiero que sigan su exposición sirviéndose de las explicaciones que aparecen en la última parte del libreto, después del guion que dice así:

– 11 Yo soy el modelo de pastor. El pastor modelo se entrega él mismo por las ovejas; 12 el asalariado, como no es pastor ni son suyas las ovejas, cuando ve venir al lobo, deja las ovejas y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa; 13 porque a un asalariado no le importan las ovejas.
14 Yo soy el modelo de pastor; conozco a las mías y las mías me conocen a mí, 15 igual que el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre; por eso me entrego yo mismo por las ovejas. Tengo además otras ovejas que no son de este recinto; también a esas tengo que conducirlas; escucharán mi voz y habrá un solo rebaño, un solo pastor.
17 Por eso el Padre me demuestra su amor, porque yo entrego mi vida y así la recobro. 18 Nadie me la quita, yo la entrego por decisión propia. Está en mi mano entregarla y está en mi mano recobrarla. Este es el encargo que recibí de mi Padre.

19 Estas palabras causaron de nuevo división entre los dirigentes judíos. 20 Muchos de ellos decían:
– Está loco de atar, ¿por qué lo escucháis?
21 Otros, en cambio:
– Esas no son palabras de loco; ¿es que un loco puede abrir los ojos de los ciegos?”
(Jn 10, 11-21).

      6.2 Sexto de los seis Actos: EL MODELO DE PASTOR

      Mientras la Lectora se retiraba, fue subiendo poco a poco el telón dejando a la vista el escenario con los mismos personajes con que terminó el Acto anterior. El Galileo ocupa el centro y los sombríos dirigentes se apiñan juntos y esquinados. Él, alzando la voz, lanzará una afirmación que no dejará a nadie indiferente:

      “Yo soy el Modelo de Pastor” (v. 11).

      Esta manifestación inicial ha sido traducida generalmente por “Yo soy el buen pastor”. Con el adjetivo ‘bueno’ se quiere aludir a la conducta del pastor. Indica que actúa como se espera que lo haga. Desde esta idea, el arte pictórico ha plasmado en sus lienzos la imagen de un personaje simulando al Galileo. Lo han pintado estático, cayado en mano, entre una o varias ovejas, con rostro apacible y medio alelado. Nada que ver, desde luego, con la descripción pretendida por la comunidad del cuarto evangelio.

      La expresión griega del texto original: ὁ ποιμὴν ὁ καλός se lee literalmente: “el pastor, el bueno”. Resalta su carácter enfático. El adjetivo καλός (‘bueno’, ‘perfecto’, ‘excelente’) no pretende clasificar al pastor (ὁ ποιμὴν) usando una terminología moral, sino remarcar su categoría exclusiva, una condición que le distingue como Pastor único e inmejorable, el prototipo ideal a ser imitado: “EL MODELO DE PASTOR”.

      El Pastor Modelo destaca sin comparación entre todos los dirigentes del pueblo. La figura del pastor en aquella cultura agrícola y ganadera era la más adecuada para representar a los líderes de la nación. Los textos de los profetas denunciaron una y otra vez las tropelías de los dirigentes usando la figura del pastor y sus ovejas:

      “¡Ay de los pastores que dispersan y extravían
las ovejas de mi rebaño -oráculo del Señor-.
Pues así dice el Señor, Dios de Israel,
a los pastores que pastorean a mi pueblo:
Vosotros dispersasteis mis ovejas, mis ovejas, las expulsasteis,
no hicisteis cuenta de ellas”
(Jer 23,1-2).

      6.3 La comunidad autora del cuarto evangelio

      Los integrantes de la comunidad autora del cuarto evangelio se veían reflejados en estas denuncias. Padecieron en sus carnes desde el mismo momento de nacer los desmanes de quienes ocuparon los poderes institucionales. Sus vivos retratos coinciden con el relato que ellos compusieron: “El ciego de nacimiento”. Como ese hombre sin nombre de la narración, ellos se hallaban despersonalizados y envueltos en las sombras, atrapados en una noche interminable. Y sintieron en sus rostros, “al pasar”, un aire de libertad. Y recobraron ánimos para enfrentarse a la maldita ceguera de los líderes. Un hombre de Galilea instaló ante sus ojos un nuevo proyecto de ser humano. La adhesión a su propuesta llegó a significar para ellos que ese hombre se convirtiera en “la Puerta” siempre abierta a un horizonte nunca antes imaginado. Gracias a él descubrieron el valor de la vida y el ideal de ser humano. La comunidad vio por primera vez al auténtico dirigente. Y describió al Galileo como “el Modelo de Pastor”.

      6.4 Entusiasta decisión por un Modelo de Pastor ¡como Dios manda!

      Por su parte, aquel hombre de Galilea había comprobado que la gente estaba ya harta de esperar la prometida y soñada época de la libertad. Y se dijo algo así: “¡Basta! O la ponemos en marcha nosotros, o nunca llegará”. Y pensó que Dios estaría de acuerdo con el ensayo. Nunca aceptó al Dios impuesto por las autoridades: un ser con un humor de perros y pendiente a cada momento del cumplimiento de sus leyes. Imaginó al padre acogedor que nunca tuvo, un Padre amoroso y sonriente, de trato afable y buen humor, e incondicional de la justicia y la libertad. Esa concepción le atiborró de energía para empeñar su vida con coraje desmedido en poner en marcha la sociedad alternativa. No le importó el precio a pagar por su arrojo. Y, sin desmayo, puso en juego la vida para que el grupo de sus amigos adquiriera la experiencia vital definitiva del Proyecto humano. Esa fue la manera de actuar del Pastor Modelo. No fue considerado Modelo por ser bueno, sino por ser el Único y el Auténtico. Así lo reconoció la comunidad autora del evangelio de Juan al poner ese título en boca del Galileo:

       “Yo soy el Modelo de Pastor. El Pastor Modelo se entrega el mismo por las ovejas” (v. 11).

      6.5 No es un mero asalariado

      El Pastor Modelo nada tiene que ver con un dirigente a sueldo. Hay una diferencia entre ellos como de la noche al día. El primero da su vida porque el pueblo la recobre; el segundo solo busca ganarla a costa de quitársela a la gente.

      Los pequeños propietarios de ganado pastoreaban el rebaño ellos mismos o ayudados por algunos de sus hijos. En circunstancias especiales o cuando el rebaño contaba con muchos ejemplares se pagaba a personas ajenas para que ejecutaran esa labor remunerada (Zac 11, 12). El texto saca a colación la figura del pastor asalariado para realzar la del auténtico:

“…el asalariado, como no es pastor ni son suyas las ovejas, cuando ve venir al lobo, deja las ovejas y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa; porque a un asalariado no le importan las ovejas” (v. 12).

      6.6 Servidor de su pueblo, no que se sirve de él

      La comunidad tenía constancia sobrada del modo de obrar de los dirigentes. Decían trabajar por el pueblo pero su interés se concentraba en su bolsillo. Conseguían la estabilidad de sus privilegiadas posiciones a fuerza de mantener a la población sujeta a las leyes establecidas. Su preocupación iba dirigida, por tanto, a hacer hocicar a la gente en la ideología reglamentaria con que alimentaban sus creencias. Los dirigentes del pueblo no eran sino mercenarios del pastoreo.

      El texto acude a la figura de los asalariados para denunciar las actuaciones bastardas de los dirigentes. La autenticidad de un líder se mide por su entrega a la gente, no por las concesiones a su patrimonio. La diferencia entre pastor y asalariado es sustancial. Las ovejas son la vida del pastor. Este tiene sus cinco sentidos en cada una de ellas. No les quita ojo. Las mima con excedido celo poniendo el alma en su cuidado. El asalariado, en cambio, actúa por otros intereses. Aunque pone empeño en atenderlas, las trata según su conveniencia. Su mente y su corazón se sitúan fuera del rebaño. Las ovejas están siempre en segundo plano. Ante un peligro extremo, el asalariado no se arriesgará y ellas quedarán expuestas a su suerte.

      6.7 Se CONOCEN por su cercanía de vida

      La cercanía constante del pastor a su rebaño suele originar una estrecha relación de entendimiento entre ellos. La comunidad autora del cuarto evangelio usó la figura del Pastor Modelo para expresar su coincidencia con el Galileo en la forma de vivir el Proyecto. Tal conjunción se describe en términos de CONOCIMIENTO:

      “Yo soy el Modelo de Pastor; CONOZCO a las mías y las mías me CONOCEN a mí” (v. 14).

      El conocimiento del que se habla aquí no equivale a un simple saber. El verbo griego (γιγνώσκω), con gran variedad de significados (‘conocer’, ‘reconocer’, ‘darse cuenta’, ‘observar’, ‘comprender’, ‘experimentar’) y muy utilizado en este evangelio (56 veces), no se refiere a un conocimiento teórico, sino a la profunda relación adquirida por la unidad de criterios y acción; un vínculo refrendado por la experiencia del amor y la lealtad.

      ‘Conocer’ se distancia del concepto griego y se adentra en el sentido semítico del conocimiento por experiencia. En Mc 5,29 se emplea el verbo γιγνώσκω para indicar la percepción experimentada por la mujer que se desangraba (ver en Atrio: Leyendo a Marco 19 – Agarrarse sin miedo), lo que SINTIÓ en su cuerpo:

“Inmediatamente se secó la fuente de su hemorragia y NOTÓ (lit.: “conoció”) en su cuerpo que estaba curada de aquel tormento”.

      Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento este verbo (γιγνώσκω) traducido por ‘conocer’ se usa para aludir a las relaciones sexuales entre una mujer y un hombre. Cuando un hombre y una mujer han tenido relaciones sexuales se dice que ‘se han conocido’. Es el conocimiento por la experiencia (Gén 4, 1.17; Lc 1, 34).

      En el evangelio de Juan, el conocimiento de la Verdad no significa haber alcanzado una comprensión intelectual de un concepto o discurso determinado. A la Verdad se llega por la praxis. ¿Cómo conocer la verdad si no se ha tenido contacto con ella? La adhesión y la práctica individual y social del proyecto de sociedad alternativa aportan la experiencia de la Verdad, la que conduce, como la Puerta, al disfrute de la libertad y la Vida:

“Vosotros, para ser de verdad mis discípulos, TENÉIS QUE ATENEROS A ESE MENSAJE MÍO: CONOCERÉIS LA VERDAD Y LA VERDAD OS HARÁ LIBRES” (Jn 8,31b) (Ver en ATRIO: Y la verdad os hará libres ).

      La Verdad entra indiscutible por los ojos; se percibe, se constata, resulta a todas luces una evidencia: la mantenida por el que fuera ciego de nacimiento y rechazada con terquedad por los obcecados dirigentes. El conocimiento de la Verdad se obtiene al poner en práctica el Proyecto. En él se disfruta la libertad. La Verdad no es un enunciado ni un catálogo de dogmas, es una REALIDAD SOCIAL opuesta al orden injusto. Conocerla significa pertenecer a ella identificando sin duda alguna la voz de quien la ha establecido: el Pastor Modelo:

      “Todo el que pertenece a la Verdad escucha mi voz” (Jn 16,37b).

      La comunidad del cuarto evangelio descubre a los oyentes de la asamblea a la que se dirige cómo el Galileo reconoce a los suyos por la realidad social que han constituido (“conozco a las mías”) y cómo los adheridos a su Proyecto reconocen al Galileo como Modelo de Pastor (“y las mías me conocen a mi”).

      El conocimiento teórico del mensaje, incluso el saber analizarlo, utilizarlo y repetirlo no otorga la condición de discípulo. El Proyecto se conoce exclusivamente tras abandonar el engaño del orden injusto, la tiniebla que engendra ciegos de nacimiento, y aceptar la Vida social que propone basada en el amor y la lealtad.

      6.8 El “Dador de Vida” es como un Padre: para el Galileo y para la Comunidad

A partir de esa experiencia vivida por la comunidad del cuarto evangelio, esta entendió el conocimiento entre el Galileo y el Padre. Habían descartado al incomprensible Dios celoso y vengador para aceptar al espléndido dador de Vida, la que el Pastor Modelo había hecho posible:

      “igual que el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre” (v. 15a).

      Por su comprobada lealtad sin fisuras, esa comunidad entendió que el Galileo había demostrado su calidad de hijo e imaginó que así fue reconocido por el Padre (“el Padre me conoce a mí”). Su misma praxis, instaurando la justicia definitiva en la nueva sociedad, mostró en qué consiste el auténtico CONOCIMIENTO de Dios:

      “…hizo justicia a pobres e indigentes

      Y ESO SÍ QUE ES CONOCERME -oráculo del Señor.” (Jer 22,16).

      Su lealtad a los suyos llevada hasta el extremo fue para la comunidad la demostración de que el Galileo era el Modelo de Pastor. Ni desmayó ni dio un paso atrás:

      “…por eso me entrego yo mismo por las ovejas” (v. 15b).

     6.9 Un proyecto abierto a todos sin necesidad de intermediarios

      Pero la comunidad no se entendió a la antigua, como un coto cerrado en el que nadie con otra procedencia tiene cabida. El amor leal recusa el exclusivismo. La tarea es universal. No hay muros para la vida. Cualquier ser humano, no importa su origen, tiene su sitio en el Proyecto diseñado especialmente para él. Los salidos del recinto-institución judía no tienen el monopolio. La comunidad está abierta a todo ser humano. En ella no priman observancias ni cultos ni leyes, solo la ruta de la vida en libertad:

      “Tengo además otras ovejas que no son de este recinto” (v. 16a).

      El único recinto del que se habla aquí es el de la institución judía. No hay un nuevo recinto-institución. Tampoco se habla de equipos directivos, ovejeros a sueldo. Se excluyen mojones y señales de prohibición. Solo la experiencia que va madurando, la de cada uno a su ritmo. Una praxis guiada por el Galileo, que indica el camino a seguir:

      “también a esas tengo que conducirlas” (v. 16b).

      No necesitarán tutores; sabrán identificar la voz del Pastor Modelo frente a la de asalariados y pastores de tres al cuarto que conducen por parajes extraños ajenos a la vida:

      “…escucharán mi voz” (v16c).

      6.10 Unidad del Proyecto

      La comunidad entenderá que solo hay una nueva sociedad, aunque muchos colectivos cercanos y unidos, convergiendo a un solo trayecto y con idéntico objetivo. La Vida caracterizada por relaciones de amor y lealtad es el punto de unión entre comunidades de adheridos al Proyecto. La división no tiene cabida. Pastor y rebaño constituyen una unidad:

      “…y habrá un solo rebaño, un solo pastor” (v. 16 d).

      Hay traducciones que escriben: “un solo rebaño Y un solo pastor”. Sin embargo, en el texto original no aparece ninguna conjunción o partícula alguna entre ‘rebaño’ y ‘pastor’. Rebaño y pastor conforman una unidad y no se entienden por separado. El Pastor Modelo hace cuerpo con el grupo de adheridos al Proyecto. Eso sí, las personas que lo integran se distinguen por su individualidad enriquecedora de un único colectivo.

      6.11 Proyecto de Autor que no recula

      La comunidad autora del evangelio de Juan comprendió que el Galileo se entregó por entero al Proyecto de sociedad alternativa. Los dirigentes detectaron la peligrosidad de esa empresa para el orden establecido y lo colocaron el primero en su lista de enemigos. Aun así, él podría haber evitado su ejecución. Sin ninguna duda, dando marcha atrás y reconociendo el valor de la Ley y la autoridad de los dirigentes. Con algunas posibilidades, bajando el tono y habiendo moderado o disimulado su discurso. O, tal vez, llegando incluso a una componenda con ciertas adaptaciones a la ideología y normas vigentes. Lejos de eso, mantuvo sus convicciones mostrando la firmeza de su propuesta. De este modo manifestaba su seguridad en tener el respaldo amoroso del Padre como él lo tenía hacia los suyos. Se comportó, pues, sabiéndose dueño de su vida. Así lo entendió y lo expresará la comunidad del cuarto evangelio:

      “Por eso el Padre me demuestra su amor, porque yo entrego mi vida y así la recobro” (v. 17).

      Nadie puede arrebatar la Vida definitiva. Pertenece por completo a su dueño. Solo él puede darla y recobrarla. Así lo comprendió también el ciego liberado. Él, el hombre que llegó desde Galilea, se la jugó por los suyos con la certidumbre de que no estaba sujeta al final determinado por los dirigentes a sueldo. Defendió, así, que la vida no se reduce a un tiempo disponible; se significa por aquello en lo que se emplea dicho tiempo y se hace definitiva optando por el amor y la lealtad. El amor leal agracia a la vida con ese brillo inigualable. La ejecución de Jesús no apagará la portentosa e inextinguible luz de su vida:

“…y la vida era la luz del ser humano;
Esa luz brilla en la tiniebla
Y la tiniebla no la ha apagado”
(Jn 1, 4b-5).

      6.12 El Dador de Vida, como un Padre, confirma el amor leal del Galileo

      El Padre, dador de vida, reconoce su entrega asegurándole su amor. La comunidad muestra el vigor de su experiencia e insistirá en que nadie puede desposeerles de la vida definitiva. Los dirigentes remunerados pudieron ejecutarle, pero no despojarle de esa Vida que no se obtiene como recompensa, sino por opción. Una vez aceptada, la decisión de entregarla o recobrarla depende exclusivamente de su dueño:

“Nadie me la quita, yo la entrego por decisión propia. Está en mi mano entregarla y está en mi mano recobrarla” (v. 18a).

      El amor leal, el que caracteriza al Pastor Modelo y a los adheridos al Proyecto, ofrece el auténtico parecido con el Padre. Esa será la tarea de la comunidad, la del amor sin límites que hace parecerse a Él:

      “Ese es el encargo que recibí de mi Padre” (v. 18b).

      Frente a la complicada legislación del orden injusto tenida por divina, la comunidad solo se siente obligada por un solo cometido. El término griego  ἐντολή = ‘mandato’, ‘encargo’, ‘mandamiento’, ‘instrucción’, contrasta con la rígida maraña de normas que genera ciegos de nacimiento. La Vida que la comunidad posee no se tiene para pavonearse, sino para darla con la generosidad de un amor sin límites. Esa será el quehacer esencial encomendado a la nueva sociedad, el amor leal:

“Este es el mandamiento mío: que os améis unos a otros igual que yo os he amado. Nadie tiene amor más grande por los amigos que uno que entrega su vida por ellos” (Jn 15, 12-13).

      6.13 Rechazo y dudas de ese Amor Leal

      No se trata de un amor cualquiera, sino del que tiene como referente el mostrado por el auténtico y único dirigente: el Modelo de Pastor. Como era previsible, los dirigentes a sueldo no reconocen esas afirmaciones fruto de la experiencia de aquella comunidad. De ahí que surja otra vez (Jn 9, 16) la división entre ellos:

      “Estas palabras causaron de nuevo división entre los dirigentes judíos” (v. 19).

      Una mayoría de los líderes, adscritos a la ley que interpretan y controlan asegurándose su poder, detestan oír el mensaje del Galileo. Consideran insensato su Proyecto. Resulta extremadamente peligroso dejarle hablar:

      “Muchos de ellos decían:
            – Está loco de atar, ¿por qué lo escucháis?” (v. 20).

      Sin embargo, a otros no les parece tan desacertado ese mensaje. Les llega algún destello de la luz de la Vida. Difícilmente se puede extinguir ese resplandor que evidencia la Vida. La incontestable realidad que tienen ante sus ojos les hace dudar. Dudar, al menos. La duda fue el final abierto que imaginó para este largo relato la comunidad autora del cuarto evangelio:

      “Otros, en cambio:
– Esas no son palabras de loco; ¿es que puede un loco abrir los ojos de los ciegos?”
(v. 21).

      6.14 Fin del sexto y último Acto

El eco de esas palabras salidas de la perplejidad y los pensamientos que manan de ellas aún borbotean, después de muy largo tiempo, en la mente de quienes asistieron a esta obra y escucharon estas explicaciones.     

9 comentarios

  • oscar varela

    Hola!
     
    UNO:
     
    “EL PASTOR-MODELO”
    Ok!
     
    Pero resulta que “PASTORES” –lo que se llama Pastores-
    no de ja de ser una “antigüedad”.
     
    Mantener vocablos tales ¿no es una “traición”?
    (recordando el “traduttore traditore”)
     
    [En este ATRIO -cuando Pancho empezó con eso de “olor a ovejas”-
    fue bastante criticado ¿por qué no, no es cierto?]
     
    ¿Entonces?
    ………………..
     
    DOS:
     
    1) ¿Cómo se infiere que LA AUTORA del 4° evangelio
    haya sido LA COMUNIAD?
     
    Si la inferencia es muy compleja o larga de justificar, al menos:
    2) ¿se justifica en “modos literarios” similares y comunes
    en ese tiempo y zona?
     
    Gracias!

    • oscar varela

      nótese también que
      el vocablo “AUTOR”
      varió de significado real
      en el correr del tiempo.

      • Salvador Santos Pacheco

        Hola Oscar

        A tus cuestiones:

        UNO. Hay que distinguir entre traducir un término o una expresión:

        a. Respecto a un término:

        Al traductor le corresponde ser fiel al texto y traducir un término por lo que significa. Al exégeta, explicar el uso figurado de ese término en el tiempo en que fue escrito. El texto, que tiene como uno de sus objetivos interpelar, escribe el término asociado a afirmaciones:

        “Quien no entra por la puerta en el recinto de las ovejas, sino trepando por otro lado, ese es un ladrón y un bandido. Quien entra por la puerta es pastor de las ovejas”.

        Toca a quien llega ese texto y la explicación de sus términos enjuiciar su actualidad, reflexionar sobre ella y actuar o no en consecuencia. Y en caso de interés o duda, preguntar.

        b. Respecto a una expresión:

        En cuanto a expresiones, traducir en su literalidad sin tener en cuenta su significado de conjunto, supone errar y conducir al error a quien lee. El error se agranda e incluso daña cuando ni siquiera se tienen en cuenta detalles gramaticales.

        Ejemplo: La famosa traducción de la primera bienaventuranza de mateo:
        “…los pobres de espíritu”.

        1º. En el texto original griego el término traducido por espíritu no está precedido de una preposición a traducir por ‘de’.

        2º. Ese término no está escrito en genitivo, sino en dativo.

        3º. Va acompañado de artículo determinado.

        4º. Posee además una significación propia de la cultura semítica que se corresponde en la nuestra con otro término bien distinto.
        ¿Por qué entonces: “…pobres de espíritu”?

        DOS. Hay muestras suficientes en el texto como testigos de que han intervenido varias manos en su redacción. Para no alargarnos, unos ejemplos:

        a. Corrección de una afirmación correspondiente a un estrato anterior:

        En Jn 3,22 se afirma que Jesús bautizaba:

        “…se detuvo allí con ellos y bautizaba”.

        El hecho se confirma más adelante:

        “…resulta que ese (Jesús) está bautizando…” (Jn 3,26)..

        En un paréntesis posterior, otro redactor corrige:

        “…y bautizaba más que Juan (aunque, en realidad, no bautizaba él personalmente, sino sus discípulos)” (Jm 4,2)

        b. Datos internos donde se ve cómo sale a flote el plural de la comunidad:

        “Así que el Proyecto se realizó en un humano,
        Acampó entre nosotros
        y HEMOS contemplado su gloria…”. (Jn 1,14).

        “La prueba es que de su plenitud TODOS NOSOTROS HEMOS RECIBIDO…” (1,16).

        c. Aparecen dos colofones: Jn 20,30-31 y Jn 21,24-25.

        La autoría del cuarto evangelio corresponde a la comunidad que reflexiona, siente, vive y actúa. Quienes saben escribir ponen su conocimiento y su técnica el servicio de esa comunidad para expresar sus reflexiones y su vida.

        Un abrazo a todos

        • carmen

          Por fa.
          Entonces qué significa pobres de espíritu?

          • Salvador Santos Pacheco

            Hola Carmen.

            Desconozco el significado de esa errónea traducción: “pobres de espíritu”.

          • carmen

            Me suena a eso que se dice pobre de espíritu. Pulsilámines, lloriqueras y demás. Nunca me ha gustado esa bienaventuranza. Conformistas, sufridores…uf.

  • Pedro Bosch

    Muchas gracias Salvador. Con razón se dice que en una obra teatral no terminas de comprenderla hasta que baja el telón. Pues eso es lo que ha pasado con tu explicación, acto tras acto del ciego, de la puerta y del (modelo) pastor.

    Evidentemente has ido preparando al respetable, para que se fuera haciendo preguntas e intentando encontrar las respuestas, hasta que en el último acto has dado paso al personaje fundamental: la comunidad.

    Esa comunidad que escribe el cuarto evangelio y que ha hecho suyas todas las enseñanzas de Jesús de Nazaret dándole plena significación. Adquiere sentido que el ciego lance el manto lejos de si, que el Galileo se muestre como puerta y que no pensemos en el Buen Pastor, sino en el pastor que se ofrece como modelo.

    Este último acto me ha entusiasmado.

    Un fuerte abrazo.

  • mª pilar

    Este acto final, del texto sobre el “ciego”…me ha emocionado de manera muy especial; y me ha venido a la mente una pregunta…cómo no viniendo de mí..:

    ¿Pensamos alguna vez, que sería este hermoso Proyecto de Vida en el mundo de hoy, si lo hubiésemos seguido de verdad?

    Hoy no serían las “tinieblas” las que más fuerza parecen tener dado lo que está aconteciendo en el mundo; sería la ¡Luz! que llena d todo cuanto alcanza de amor, serena paz, armonía entre las personas.

    Cuando escuché a Desta…nuestra querida Desta…como leía el texto invitando a escuchar atentamente y…optar…este camino no se puede recorrer, si no es por opción personal, haciéndolo vida en nuestro vivir.

    Hace muchos años, en mi querido C. Pignatelli, comenté en voz alta:

    “Nos hemos quedado en el A.T. somos más judíos que seguidores del Galileo; uno de los allí presentes respondió:

    “Es que no podemos olvidar que venimos de ellos”

    Respondí a esa aclaración, cierta:

    “Pero no deberíamos olvidar, el aire nuevo que el Galileo nos trajo, y estamos anclados en el pasado.

    Hoy, sigo pensando lo mismo, nuestra iglesia está anclada…en lo peor del pasado…nada que ver con el camino que Jesús comenzó.

    Cuando me dirijo al Padre…sigo diciendo… y al que se hizo Hijo, comprendiendo y llevando a cabo, lo que bullía en el Ser del Padre…y quienes intentamos seguirle, al mismo tiempo, nos hacemos hijos, y estamos en “su corazón” como nos explica todo el texto de estos días.

    No solo es para quienes, desde siempre le conocen y le siguen; para mí, esto es fundamental:

    “Hay otras ovejas que no son de este redil…también a esas tengo que conducirlas” (v. 16b).

    Y deseo con todo mi ser:

    “…y la vida era la luz del ser humano;
    Esa luz brilla en la tiniebla
    Y la tiniebla no la ha apagado”
     (Jn 1, 4b-5).

    Es mi mirada, mi experiencia personal, y ansío, que mi iglesia pueda llegar a la luz.

    Gracias Salvador por tu incansable labor de proclamar este Proyecto tan hermoso, que es un canto a la libertad de las personas que decidan seguir sus pasos.

    Hay que leer con atención, para encontrar el camino sin cambiarlo a nuestra imagen y semejanza.

    Un abrazo entrañable hermano muy querido.

  • carmen

    Gracias.

    Creo, me parece que también lo descubrí al pasar. Porque no entendía lo que me decían que tenía que entender. Lo descubrí de refilón, al pasar.

    Es superbonito el texto. Me da lo mismo que se acepte como verídico o no. Que esta interpretación se considere correcta o llena de errores. No soy biblista. Pero sí se una cosa. O lo descubres al pasar o no hay descubrimiento personal . Hay descubrimiento dirigido de los que dicen que todo lo conocen. Que cada cual elija.

    Gracias otra vez.

    Feliz Navidad.

    Ya nos veremos alguna vez, cuando pase todo esto. Aunque solamente sea al pasar.

    Un abrazo a Mercedes y otro a ti. Muy fuerte.

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