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El monacato, ¿en estos tiempos que corren?

             Desde mi experiencia de vivir más de quince años en vecindad con un Monasterio cisterciense femenino, creo que el monacato vino para quedarse. Es cierto que no corren tiempos boyantes para la vivencia monacal, pero hay que decir que es una estructura eclesial imprescindible para la espiritualidad del creyente y del no creyente. Ortega y Gasset sostiene con convencimiento pleno que la persona que toma en serio su vida, que da sentido a su existencia es una persona profundamente religiosa. De ahí que el monacato juega un rol importante desde esta perspectiva. También es cierto que el monacato ha de adaptarse a los tiempos que corren, por más que esa adaptación implique renovaciones que, como advertía Tehilard de Chardin, al presentarse como una realidad nueva, puede parecer herética y, por lo tanto, rechazable por la cúpula jerárquica.

            El hecho incuestionable es que los monasterios y conventos, sobre todo los femeninos, languidecen, se agotan y se cierran por falta de monjas, de mujeres que busquen a Dios en el silencio de un monasterio, viviendo comunitariamente y de espaldas al mundo que les rodea.  Es aquí, a mi entender, donde está el meollo de la cuestión. Desde los tiempos de san Benito, al menos, cuya festividad hemos celebrado el sábado pasado, día 11, las coordenadas de la vida monacal se centran en la “huida del mundo” y en el mérito, de ahí los votos de virginidad (castidad), obediencia y pobreza. Más de una vez he oído a alguna monja expresar sus méritos religiosos por ser estricta en el cumplimiento del voto de virginidad. Claro que si escuchamos a san Anselmo de Canterbury: “la virginidad es oro, la continencia plata, el matrimonio cobre…, la virginidad es sol, la continencia luna, el matrimonio tinieblas…”, la virginidad (la castidad) es una alforja apropiada para llenarla de méritos. Con estos parámetros difícilmente puede ser atractiva en estos tiempos la vida monacal. No es, pues, la huida del mundo y el mérito el rostro del monacato, sino la gratuidad, Dios es gratuito, aunque no superfluo, y el encuentro: el encuentro consigo mismo, con el otro y con el Otro, con Dios.

            El encuentro consigo mismo, la armonía personal, es un cimiento básico para afrontar la vida comunitaria y de oración. El andamio interior y personal ha de estar bien ensamblado y con los soportes oportunos para construir el edificio de la propia madurez humana, de vida fraternal y oracional y de la propia vida interior. La armonía personal implica que todas las posibles preguntas tengan su respuesta adecuada; preguntas sobre uno mismo, sobre el mundo que me interpela… San Agustín solía repetirse: “No es que yo tenga preguntas, es que me he convertido en pregunta para mí mismo”. Y tal vez la pregunta más radical y su correspondiente respuesta es que, desde esa armonía preestablecida de la que nos habla Leibniz, es que estamos en buenas manos, en las de Dios, y que esa armonía afecta a toda la creación; de ahí la confianza en la creación y en uno mismo, y, sobre todo, que la vida monacal no debe fundamentarse en el desprecio del mundo, ni en el desprecio del cuerpo, que viene a ser una especie de cárcel que nos impide ejercitar nuestra libertad. En el relato del Génesis toda la creación está bien hecha, porque ha salido de las manos de Dios, y de esta creación el ser humano es responsable de su desarrollo en paz y armonía.

            El encuentro con el otro ha de ser el segundo pilar del edificio cenobítico, por más que monje, monja, filológicamente signifique persona sola, solitaria, aislada. El otro es una realidad y el ser humano es ontológicamente un ser relacional, como ya decía Aristóteles, que es tanto como decir que el ser humano por naturaleza ha de crear comunidad y ser responsable de ella. Pero el crear comunidad no se ha de circunscribir de rejas para dentro, sino también de rejas para fuera, que es tanto como decir que las rejas físicas de los monasterios sobran por más que vivan en clausura.  San Benito en sus Reglas amortigua la soledad monacal mediante la “atención al huésped”, potenciando así el encuentro con el otro, con los de fuera. La vida monacal, por lo tanto, si en realidad quiere conseguir un desarrollo pleno, ha de abrirse al mundo, a la realidad histórica para su transformación desde la acogida, desde la misericordia y desde la praxis de liberación y de esperanza, como se ha puesto de manifiesto en estos meses de pandemia por parte de algunas comunidades de monjas.

            Como tercer pilar está el encuentro con el Otro, con Dios. Con razón decía Laín Entralgo que el encuentro con el otro posibilita el encuentro con el Otro, con Dios. La oración es, sin duda, epicentro de la vida monacal, la oración tanto personal como comunitaria y litúrgica. No hay que olvidar que también para el creyente en general la oración en cuanto relación con Dios y con los demás debe considerarse tarea diaria imprescindible. Ora et labora, reza y trabaja, establece san Benito como norma de vida monacal. Ahora bien, la oración es imprescindible para la vida monacal, pero de un monasterio sin rejas, de puertas y ventanas abiertas, porque, como advierte J. Sobrino, “se va conociendo al Dios liberador en la praxis de la liberación, al Dios bueno en la praxis de la bondad y de la misericordia, al Dios plenificador de la utopía en la praxis de la esperanza”. La oración encerrada y de clausura sería una manifestación narcisista, como la del fariseo (Lc 18,11-12). La oración, pues, ha de ser un encuentro también con el otro desde dentro de la propia realidad histórica en que se vive y no desde fuera como si esa realidad histórica fuese algo que no me incumbe. Jesús de Nazaret rezaba y se comprometía con el otro atendiendo a sus necesidades vitales.

            Desde esta perspectiva entiendo que el monacato ha venido para no irse y que puede ofrecer, tanto al creyente como no creyente, un espacio inmejorable para llevar a cabo el encuentro consigo mismo, el encuentro con el otro y el encuentro con Dios. Desde esta perspectiva un monasterio o convento puede ser un espacio de silencio, donde “huir del mundanal ruido” por unos días, tanto personalmente como en grupo. Una parada en el camino siempre es conveniente y necesaria. El ruido, el ajetreo, las faenas cotidianas pueden destrozar esa armonía interior tan necesaria para seguir caminando. Para E. Kant el ruido es un componente devastador de nuestro pensamiento para elaborar ideas y proyectos; él mismo siguió esta norma a rajatabla vendiendo su casa y vivir en otro lugar, porque su vecino tenía un gallo que con su canto matutino impedía al filósofo concentrarse.

            Un espacio monacal puede ser un buen espacio relacional y de escuela comunitaria, donde aprender a convivir conociendo al otro desde la propia o ajena vulnerabilidad. En el silencio monacal la escucha del otro, de sus debilidades y carencias, se hace eco más intenso, se puede convertir en una palabra de compromiso y de salida del posible narcisismo. Y, sobre todo, el espacio de silencio monacal ofrece una apertura al Otro, a ese Misterio que nos rodea como seres humanos.

      

58 comentarios

  • carmen

    Querido, las tira usted con bala.

    Sabía que este nuevo compañero le iba a encantar. No es de esos de discusiones estériles e ideas confusas. Y sabe perfectamente estructurar un discurso, con sus citas y todo.

    Solamente decirle que me llama la atención que cite usted a Juan Mateos como buen exégeta. No porque no lo haya sido, sino por lo que decía. Acabó vetado. A mi es un señor que me encanta. Es el de los libros rojos que se veían en el atril de los altares de las iglesias.

    Estoy supercontenta  de ver que pese a todo lo que han leído sobre este jaleo enorme de como ha  llegado a quedar la biblia definitiva, creo que la última oficial es de los años noventa o por ahí, siga pensando que es palabra de Dios. Su fe es inquebrantable. Gracias a personas como usted la iglesia sigue en pie.

    No creo que vuelva a intervenir, pero me ha sentado como un trueno lo que ha dicho acerca de discusiones estériles y no fundamentadas en los textos oficiales de la iglesia. Y además, apasionadas. Está visto que no doy la talla para hablar con personas tan sumamente guay y formadas en escrituras como usted.

    Tiene usted razón. Hablamos de cosas diferentes, lenguajes diferentes. Imposible la comunicación, al menos por su parte.

    Pero yo me lo he pasado en grande. Usted, no sé.

     

    • carmen

      Se me ha olvidado decir que , para mí, su estilo es el de los grandes rabinos y sumos sacerdotes. El mío se acerca más al de aquella mujer que era de Magdala y Jesús le sacó los siete demonios que llevaba dentro.

      Cada uno tiene su estilo. Ya sabe cómo acabó esta señora, absolutamente ninguneada por el poder oficial de la iglesia. Luego usted está en el camino correcto. Son ustedes unos ganadores.
      Enhorabuena.

      • mª pilar

        De so nada de nada, mi querida Carmen.

        Aquí no hay ganadores ni vencidos, hay personas con vivencias diferentes, y solo, a lo largo de nuestra vida, se podrá percibir la grandeza de nuestra manera de ¡SER!

        Y nadie sabrá jamás, quien ha sembrado mejor la tierra que le fue dada para su cuidado.

        Y yo, por encima de todo:

        Prefiero estar al lado de los ninguneados por los poderes de “este mundo” porque de ellos…

        Ya conoces el resto… que tú, como todo ser humano, disfrutará por encima de todas las reglas que cada cual hace poner en la base de su vivir.

        ¡Ánimo y adelante…no es oro todo lo que reluce!

        Mi abrazo entrañable.

      • carmen

        Son ganadores Pilar. Lo son.
        Conozco a muchísimos. A muchísimos.Desde al rector magnífico de la universidad de Murcia y consejero del reino representando al mundo académico, y suegro de mi hermano,hasta mi mundo de maestra. A muchos, muchísimos. El director del Cervantes de no sé cuántos sitios, creo que uno fue Paris, a profesores de universidad, catedráticos de universidad, escritores, algún poeta, catedráticos de instituto, profesores de instituto…
        Conozco muy bien a ese tipo de clase social. Muy bien. Hay algunas excelentes personas de las que guardo un recuerdo estupendo. Otras, pues no. Pero tienen todas esas personas en común la idea de pertenecer a una determinada clase. Y no de una clase económica fuerte. Ni hablar. Sino otro tipo de clase.
        También conozco a gente de poder adquisitivo alto. También tienen la idea clarísima de pertenecer a una clase .
        Por eso me río yo de los peces de colores cuando oigo hablar del sistema de clases como si únicamente existiese la clase burguesa explotadora y la clase obrera explotad
        Me muero de la risa.

        Se los que son ganadores ante la sociedad. Lo sé perfectamente.

        Pero, pero, pero…mi personica prefiere a los perdedores.Me gustan los perdedores que saben perder. Los que apuestan y pierden. Me gusta su estética. No resisto la estética del ganador

        Por eso me gusta la figura de Jesús. Me encanta.
        Fue el perdedor con más clase del universo, y además teniendo toda la razón del mundo mundial. Lo adoro.

        Y que cada cual se trate con quien crea oportuno. Pero cuidado. Somos perdedores, pero no tontos. Desde luego yo no lo soy.

        Un abrazo. Eres muy buena persona.

      • carmen

        Y claro. Luego está la pregunta del millón. Qué es ganar? Qué es perder?
        Anoche estuve cenando con mi cuñada y una hermana suya, profesora de universidad jubilada , hijas de este señor que te digo que fue rector casi cuarenta años en Murcia. Buena gente. Me dijo la hermana de mi cuñada: pues creo que lo único importante es llegar al final de la vida en paz contigo misma. Lo demás…

        Pues si. Eso es para mí un ganador, una ganadora.
        Pero para la sociedad, un ganador no es eso. En absoluto. Qué va.

    • Santiago

      No hay que sacar las cosas de quicio..No, cada cual tiene su estilo y su grado, que es tan válido como el de cualquiera…No se gana por eso, sino por ser honestos con lo que sinceramente creemos..No nos corresponde a nosotros medir nuestros méritos porque nadie es capaz de juzgarnos realmente sino solo el Señor de las Misericordias que es eterno.

      No importa si para esta sociedad de falsos convencionalismos existen los que ganan o pierden. Eso es pura apariencia. Todo esto, con títulos y prebendas, desaparece y solo quedamos nosotros enfrentados con nuestra vida y la mejor manera de vivirla con sinceridad. Esto fue lo que hizo Teresa de Ávila cuando percibió la falsedad de vida que llevaban muchas religiosas en su convento de la Encarnación. Ella misma escribe “que se determinó” a cambiar cuando se percatò del Cristo tan adolorido por el que pasaba cada día sin prestarle cuidado. Y así, con honestidad, se decidió a reformar la orden carmelitana y pudo conseguirlo a pesar de ser perseguida por la Inquisición. En cualquier momento podemos ejercer nuestra voluntad que nos “determinará” a la consecución de nuestra paz duradera…

      El hecho que haya mencionado que un exégeta apoye la temprana redacción del Evangelio de Marcos no quiere decir que yo esté de acuerdo con toda su obra exegetica. Sin embargo, es honesto resaltar lo que es verdadero cuando existe un consenso, como es este caso. Ratzinger, en su libro Jesús de Nazaret, recoge muchas opiniones válidas de exégetas no católicos y esto es un punto a favor del autor que indica su intento de escribir con la verdad.
      Debemos apoyarnos en valores que no cambian y estoy seguro que nos sentiremos mejor. La vida es solo un intento diario de “borrón y cuenta nueva”

      Un saludo cordial
      Santiago Hernândex

  • Iñaki SS

    Hola amigos

    Solo quería agradecer a Santiago y a Juan A.V.O. el ilustrativo y muy didáctico coloquio, mantenido con una educació exquisita. Los semi-analfabetos teológicos aprendemos o al menos nos enteramos de cosas que requieren muchas horas de estudio y reflexión.

    La pena es que esta temática está aún muy verde, para la inmensa mayoría de personas que pululamos por la aldea global.

    Como en esta vida siempre toca mojarse, personalmente me siento más cercano al discurso de Juan A. Me parece que marca una evolución positiva, más cercana a la realidad.

    Un cordial saludo a todos.

  • Juan A. Vinagre Oviedo

    Amigo Santiago:Antes de nada, un cordial saludo. He dudado, y sigo dudando, en si continuar este coloquio fraterno, en el que contrastamos tantos matices y opiniones diferentes, en torno, por ejemplo a la Didajé y la jerarquía (que sabes que para mí ésta es un disfraz del poder, contrario al Mensaje de Jesús, introducido en la Iglesia). Pero como ese poder, muchas veces ya intolerante, se manifiesta aún hoy -ahí está el caso sobre el que también venimos comentando en Atrio acerca de lo que pasa en la diócesis de Cádiz  (de aquellos excesos o desviaciones vienen éstos que parecen abusos y lodos…)-, me he decido a continuarlo, aunque sólo por esta vez. A mi juicio, el poder jerárquico dualista fue la primera gran desviación del Evangelio de Jesús. La Iglesia jerarca cayó en la gran tentación del poder, y de hecho se olvidó del servicio, sacralizando ese poder.

    También yo conozco autores muy autorizados que no aceptan esa Didajé en los años 70, y que además sitúan la composición de la fuente Q en los años 60, no antes. Antes, entre los años 45-60, se compusieron otros documentos que llaman A, B y C, en los que se inspiró La fuente Q  y los mismos Mc., Mt. y Lucas. Pero vamos a dejar los autores, incluso Clemente, Ignacio, Policarpo etc., porque a la hora de analizar y juzgar me quedo con el Evangelio. Es preciso seguir el Evangelio, en su Mensaje más ESENCIAL, antes que a los hombres, por muy de Iglesia que sean… Y de fijarnos  -como referente de interpretación respecto al sacedocio-, en algo que no sea el Evangelio, en mí pesa más Hebreos que la Didajé e Ignacio de Antioquía, Papías etc. juntos.

    Cuando considero este tema y las distintas opiniones, fundadas en tradiciones o en investigaciones, a veces me pregunto, como los juristas romanos: CUI PRODEST… Cada uno sostiene su postura…, tal vez no siempre con una motivación de fondo evangélico. Por eso insisto: para mí el criterio de discernimiento es el Evangelio, no los autores posteriores. Es decir, antes el Evangelio en sus principios esenciales que el magisterio. Ni puedo citar escritos de distintis autores posteriores y olvidar Hebreos en el tema del sacerdocio… La novedad de Jesús fue mucho más profunda y renovadora que lo que admitía la comunidad de Jerusalén, que, en mi opinión, descafeinó el Mensaje de Jesús, sometido y entendido con esquemas viejotestamentarios, que acabaron imponiéndose en la Iglesia oficial. La tradición conservadora se impuso, también en la Iglesia de Jesús. La Iglesia jerarca cayó en la tentación del poder, y ya sabemos lo que intenta el poder…: que lo adoren… y no lo discutan.

    Obispo no significa jefe con poderes incuestionables, ni monarca, siginifica SUPERVISOR, que sirve a los hermanos en la fe y a la causa de Jesús, el gran SERVIDOR.

    Por eso, la necesidad de CONVERSIÓN, no de perseverancia en el poder “sacralizado”… Y esto es justamente lo más duro, pues equivale a NACER DE NUEVO, que es lo que necesita hoy la Iglesia. Y como consecuencia de ese nacer de nuevo se encuentra el testimonio de vida, antes o al mismo tiempo que el de doctrina (evangélica).

    Por eso no se entiende que los SERVIDORES vivan en palacios, que amparen riquezas o posesiones…, o que… ¿Qué testimonio es ese de vivir en el Vaticano (menos mal que Francisco rebajó la estancia) y que los dicasterios se ejerzan desde esas mansiones antievangélicas?  Y el testimonio es más importante que la palabra. Sin testimonio la palabra se desautoriza. ¿Los que decimos que creemos, somos conscientes de ello o es que no vemos? (Me incluyo)

    Amigo Santiago: Puntualiza o corrige lo que consideres, pero creo que estarás de acuerdo en que las obras son más importantes que las palabras… Y por las obras se conoce a los auténticos pastores… Un fuerte abrazo  Juan

    • Santiago

      Gracias de nuevo, amigo Juan A. por seguir el diálogo y exponer tus acertadas opiniones. También agradezo a nuestro común amigo Iñaki de SS, (con el que mantengo vieja amistad y correspondencia por aquí,) sus amables palabras refiriéndose al coloquio…

      Yo creo que ésto se pone interesante cuando el debate es desapasionado y se intenta encontrar la verdad, por supuesto, discrepando, pero al mismo tiempo encontrando puntos de convergencia…En este sentido podríamos intercambiar opiniones por meses…puesto que siempre podemos añadir algo más y con las mas variadas citas y opiniones…Así puedo encontrar autores que como Zucks que ponen la composición de la Didajé antes del 70 o sea antes de la destrucción del Templo de Jerusalén y otros la sitúa mucho mas abajo. Al fin, debemos quedarnos con la opinión “más probable”, despues de haber estudiado e investigado “diligentemente” como lo dice Lucas en el prólogo de su Evangelio…porque la opinión “más probable” es la que mas se acerca a la verdad, es lo prudencial, y equivale a la certeza en su parte humana…

      Por eso, la opinión de que el Evangelio de Marcos fue redactado entre el 40 y 40 de la era cristiana ls defienden varios autores contemporáneos como la opinión más probable actualmente entre ellos: John A T Robinson, Gunther Zuntz, Tresmontant, Juan Mateos y Fernando Camacho, aparte del mencionado jesuíta papírologo del antiguo teologado de San Cugat del Vallés, P. O´Callaghan basándose en el papiro 7Q5. No solamente existe la prueba del papiro, sino que la crítica “interna” nos dan cierta certeza que su redacción no pudo ser mas allá del 50, más bien acercándonos al 40, considerando la historicidad y actividad de los personajes históricos del Evangelio y su contexto de la época y momento, y sobre todo en la antigüedad de del relato de la Pasión de Marcos. Por eso la exégesis tiene que ser hecha por expertos científicos que puedan situar con mucha aproximación el verdadero “sentido” histórico-teológico que el autor quiso transmitirnos en su narración con las palabras en griego. No vale mi “sola scriptura” mi sola interpretación personal…Tiene que existir el marco histórico, arquelógico, político etc del momento junto con el género literario del autor para llegar a una opinión honestamente válida…

      Mi coincidencia contigo es múltiple…Creo que buscamos servir a la verdad…Yo no me estanqué en el Concilio de Calcedonia, aunque creo en sus definiciones..Me considero humildemente del Concilio Vaticano II. Recuerdo cuando por televisión española vi entrar a los obispos en el aula de la Basílica de San Pedro en 1963. Yo era entonces muy joven. Fue un espectáculo impresionante…Seguí paso a paso el Concilio. Creo que fue un gran paso que la mayoría queríamos..Una apertura, una ventana para la Iglesia, un aggiornamiento..que sin modificar la verdadera doctrina de Cristo, la esencia del mensaje, sin embargo, pudiera situar a la Iglesia y al Evangelio en nuestro mundo moderno para llevar la luz de Jesucristo a todos…La lectura de los decretos del Vaticano II son dignos de leerse pero en mi opinión no fueron aplicados correctamente, y parte de eso es la causa de la crisis de fe y confusión que estamos viviendo en el mundo actual…No podemos formarnos una idea distinta de lo que Cristo quiso que su Iglesia fuera…Pues El vino no para darnos unos cuanto añitos de placer y bienestar aquí, sino para que pudiéramos vivir la misma vida de El, trascendentemente…Para eso hay que vivir en la misma espiritualidad de Cristo, sin deformarla puesto que fueron sus directos discípulos los mas apropiados para dibujar la verdadera identidad de Jesús y lo que El vino a decirnos…Y de eso se trata..que el Espíritu Santo está de por medio…pero el Espíritu nos guía interiormente llevándonos a la verdad revelada expresamente por Cristo a nosotros en su vida mortal y transmitida esencialmente apostólicamente…Por lo demás, podemos conjeturar como muchos lo que queramos…La aproximación a la objetividad y a la subjetividad tienen que ser sincrónicas..De otra manera, estamos en el anti-evangelio, por mas exégesis que hagamos…

      Un saludo cordial
      Santiago Hernández

  • Asun Poudereux

    En el Amor no hay teorías, ni doxia para ser su cauce. Las celebraciones y ritos nos hacen individualistas, pues pueden alimentar al ego religioso y hasta ser su fuente, si no se prioriza el amor que no excluye, no condena ni rechaza.
    La interpretación del Mensaje y Proyecto de Vida de Jesús no necesita de textos, ni de tradiciones  que lo traicionan en la praxis. Aferrarse a lo escrito, a lo ceremonial y ritual  sin poner en cuestión lo dicho de lo hecho, hace que las dudas se manifiesten. No reflejan Vida.
    Estar a la defensa de lo que no corresponde a la práctica respetuosa, empática y compasiva, e incluso privilegiar lo docto, hace y ha hecho y sigue haciendo que no se vea y tampoco ayude  a que se  pongan los pies en tierra firme de lo que realmente importa en la vida.
    En cuanto al Silencio, Meditación  y Oración, cada persona es libre de vivirlo y experimentar de ahí las consecuencias en su vida personal, comunitaria y social. No cerrarse al mundo.
    También existen personas que su unión con lo que llamamos  Dios lo viven de modo tan inmediato y directo que,  de modo natural,  sintiendo en su intimidad Algo que les transcienden, no hacen a los demás lo que no quisieran que les hicieran a ellas mismas.
    Y muchas otras como tú lector y como yo que vivieron unas creencias inmutables que al desaparecer por causas de maduración y coherencia se dan cuenta que el Amor, si lo Es, abraza a todo y a todos.
     La Realidad no es lo que queremos que sea,  según nuestros deseos y agrados,  y hasta pronósticos, es La Que Es y a nada ni nadie deja fuera. Todo  en Ella tiene un porqué, un para qué, una función y a saber qué más hilos mueve ¿?
    Crear mentalmente líneas de separación en el tema espiritual y religioso no lleva a buen puerto, todo lo contrario. Y redunda en la vida cotidiana,  pues refuerza y parapeta posturas, visiones, ideologías y creencias en todos los ámbitos personales, y muy injustamente en lo económico- político-social.

    • Iñaki SS

      Hola Asun
      Me ha encantado tu comentario. Breve, pero con mucho contenido. Lo suscribo totalmente. En la época actual, parece que abrazarse a la religión, para tratar de explicar “ex catedra” la variopinta realidad en la que nos ha tocado vivir, puede llegar a perturbar bastante. Hagamos caso a eso de… “Obras son amores y no buenas razones”.
      Un abrazo

      • Asun Poudereux

        Gracias a ti, Iñaki. Entre todas las personas atrieras se va forjando un camino nuevo e integrador.

        Un abrazo y sigamos al paso que toque caminando.

  • Juan A. Vinagre Oviedo

    Hola, amigo Santiago: Vaya por delante un cordial saludo. A ver si logro aclararme en un asunto en el que me has sorprendido. Me refiero al tus palabras: “La Iglesia ha sido la que nos donó lo que enseña el A. T., AVALADO POR CRISTO”…

    No me gusta entrar en polémicas y esta reflexión no pretende serlo. Simplemente voy a exponer de modo muy resumido lo que pienso, y muchos piensan, en este asunto.

    La iglesia-comunidad de Jerusalén no admitía que Jesús estuviese por encima de la Ley. A Jesús había que entenderlo dentro de los parámetros determinados por la Ley, de la que no se podía desviar. Ésta era la visión-interpretación tradicionalista viejotestamentaria y conservadora de esa comunidad, que no admitía disidentes… Por eso su vigilancia y desencuentros con Pablo, que sí admitía y defendía que Jesús superaba la Ley.  Por eso los enfrentamientos y las “concesiones” en el concilio de Jerusalén. (No me refiero aquí a los judíos “cristianos” extremistas, radicales, que iban desautorizando a Pablo por las comunidades que él había fundado.)  Pues bien, esa concepción viejotestamentaria y muy conservadora del cristianismo se acabó imponiendo, en parte, en el cristianismo, que fue reformulado a través de las cartas atribuidas a Pablo  -Timoteo, Tito, Efesios…- en un sentido viejotestamentario, levítico… Lo que dio paso al modelo de Iglesia jerárquica, monárquica y dualista, que hoy conocemos…, y que se sigue aún hoy transmitiendo en bastantes seminarios conservadores, cuando el Mensaje de Jesús no va por ahí. Las desviaciones evangélicas vienen de muy lejos. Con esto quiero decir que en buena parte, no en todo, se impuso el espíritu tradicional conservador, con Jesús como centro, sí, pero en parte tan viejotestamentario que debilitó y  restó la innovación transformadora que el Reino lleva consigo.

    Pero esto no fue, a mi juicio, lo más grave. Lo inexplicable fue que se marginaron palabras y conductas del mismo Jesús, que -aparte de la conversación con Nicodemo en la que le expuso la necesidad de un pensamiento nuevo, que equivalía a “renacer”, o de las palabras de Jesús a un maestro de la Ley: La ley y los profetas SE RESUMEN en amor a Dios a al prójimo-, están estas otras muy claras y contundentes: “La Ley y los profetas HASTA JUAN”. A partir de ahora, se anuncia el Reino” (es decir, otra cosa nueva) Tanto que “el más pequeño en el Reino es mayor que Juan”, que Juan, profeta y sacerdote viejotestamentario.

    Jesús, de hecho, hizo una revisión, directa o indirecta, del V. T. En el Mensaje del Reino está claro, pero también en su actitud respecto al sábado, la adúltera, comer y andar con pecadores, alimentos, negar que los pecados de los padres pasen a los hijos hasta la cuarta generación, afirmar que Dios es bueno también con los malos, amar sin exclusiones, incluso a los enemigos etc etc. Aquí hay de hecho una revisión, a veces profunda, del A. T.

    En suma, Jesús supera el V. T., no lo avala, aunque también lo acepta en su parte más cercana al Reino. Me parece muy importante clarificar este asunto para poder entender bien el Mensaje evangélico y a Jesús mismo, como Enviado del Padre. La unión en el amor es más importante que la unidad en las ideas. Jesús se mostró comprensivo con la diversidad de ideas. Aunque fue firme en los principios, también se mostró flexible en casos concretos… (con Nicodemo, por ejemplo.) Repito: En ciertos seminarios, aún hoy, se está formando con la visión que tú expones.

    Esta es la reflexión, Santiago, que deseo compartir especialmente contigo. Un abrazo.

    • Santiago

      Gracias Juan A. por tu interesante aportación…Yo tampoco soy partidario de polémicas estériles sino que prefiero, como tú, un intercambio de ideas, que es mas constructivo..y enriquecedor, si podemos ver el punto de vista del otro/otra…Por eso cuando yo escribo que Jesús avala el Viejo Testamento, no quiero decir que acepta totalmente la interpretación judía de la Ley…sino que El, Jesús, “no vino a destruir la Ley y los profetas” sino a darle “su cumplimiento” y a discernir su verdadero significado…puesto que Dios Padre, que creó por amor, también instiló en los Mandamientos de la Ley Su amor divino…Y esto es lo que los fariseos, escribas y doctores de la Ley judía habían falsificado y corrompido…

      Pero Jesús avala, le da validez a la Ley, en general, como que le dice al joven rico que le preguntaba como podía entrar en la vida eterna: “Guarda los Mandamientos” y a pesar que el joven ya los conocía les fue enumerando los mas difíciles de cumplir (Mateo 19:16-30)…Jesús no iba a suprimir ni una “iota” de la Ley, sino que venía a darle su “verdadero sentido” que es el amor de Dios, como que tu hablas de ese resumen de la Ley en 2 Mandamientos que abarcan TODA LA LEY…Cuando los judíos creían que bastaba “la obra externa”, la acción de NO adulterar…Jesús va mas allá y afirma que hay pecados de pensamiento y deseo pues el que mira con “lujuria” ya “adulteró en su corazón” puesto que Dios “mira el corazón” mas que la acción…por eso Dios perdona de diferente manera de como lo hacemos nosotros…Y así Jesús “avala” el contexto y la esencia de lo que el Padre reveló a Israel a través de los patriarcas y profetas…pero perfecciona esa Ley “deformada” por los seres humanos…Y en la cuestión del “libelo de repudio” en el matrimonio Jesús avala la enseñanza del Génesis porque dice “en el principio NO fue así”. Dios quiso desde el principio que el hombre y la mujer establecieran un contrato sacramental indisoluble pues los dos son UNA SÓLA CARNE…Y Jesús añade “lo que Dios unió”, no lo separe el ser humano, sin una razón válida a los ojos de Dios…Y frecuentemente Jesús pregunta: “¿Qué esta escrito en la Ley” (Lucas 10,26)

      No hay duda que Jesús quiso cambatir la hipocresía farisaica y por eso los llamó a los fariseos, “raza de víboras” e hipócritas…quiso dar a conocer el e s p í r i t u profundo de la Ley del Amor, que es la Ley del Sinaí, la Ley del Padre…opuesto a la soberbia y prepotencia del Sanedrín…
      NO destruyó la Ley sino que le dió validez…

      Al mismo tiempo Cristo quiso uno Iglesia de “humanos” y no una Iglesia de “ángeles” que iba a ser manejada por “personas” de carne y hueso, que fueran “pescadores de hombres” para salvarlos del mal para la vida eterna…Por eso llamó a los Doce y les dió la misión de predicar el Evangelio a “toda criatura” porque nadie va al Padre sino a través del Hijo que es el mismo Jesucristo…Esta Iglesia de personas, para llevar el verdadero mensaje sacramental de Jesucristo necesitaba de cooperadores voluntarios puesto que los seres humanos necesitábamos de un principio para acceder a la primera gracia del Bautismo, y de ser confirmados en la FE, de recibir el perdón de los pecados, de recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo, de ser bendecidos en nuestro matrimonio, de ser ordenados ministros, de ser ungidos para el tránsito a la vida eterna…
      PERO LO jerárquico no quiere decir un privilegio arrogante, sino un SERVICIO MINISTERIAL para que la gracia de Cristo pudiera llegar a todos nosotros por medio del signo sacramental cuyo origen está en el mismo Cristo..Necesitamos los sacramentos para perseverar en el bien pues nuestra naturaleza se debilitó por la entrada del pecado en el mundo..Todo esto está en el Evangelio, en la palabra oral y escrita, en los documentos más antiguos como la Didajé, en los Padres Apostólicos empezando por Clemente Romano, siguiendo con Papías etc hasta llegar al siglo XXI y nosotros poder hablar de ello ahora….

      Que los protestantes niegan todo esto empezando por Lutero, que muchos renuciaron a la fe evangélica, que muchos han querido re-interpretar la enseñanza del Magisterio bimilenario de la Iglesia, que se ha querido re-construir la identidad e imagen de Cristo a la luz de nuestra época, que muchos filósofos a partir del siglo XVIII quiseron negar a Dios y descartar a la Iglesia de Cristo, que el movimiento modernista quiere destruir a la Iglesia con su historia desde dentro….bueno eso es un hecho, ahí están los documentos y las pruebas…Sin embargo, también ahí está la Palabra del Señor y la promesa de que ella permanecerá incólume “hasta el fin de los tiempos”…Esta es la FE de la Iglesia de Cristo.

      Agradezco tu paciencia y tu interés. Admiro lo que escribes…y tu claridad al hacerlo.
      Un saludo cordial
      Santiago Hernández

      • Juan A. Vinagre Oviedo

        Amigo Santiago: Veo que te reafirmas en tu postura. Pareces muy convencido, y lo respeto. Pero me parece que has idealizado demasiado el proceso seguido en la Iglesia de los siglos I y II. Proceso muy, muy humano. Algunos autores que citas, como Clemente Romano, me perecen que traspiran más espíritu jurídico que cristiano. Su énfasis en la obediencia…a mí me sugiere mucho, que se impuso más tarde.
        Es cierto que en la Biblia e incluso en los Evangelios se pueden encontrar citas, que parecen poco compaginables entre sí. Y esas al menos aparentes contradicciones, que se han estudiado mucho y se siguen estudiando, necesitan una aclaración… Algunas citas dan para sostener una postura tradicional conservadora y otras para defender la innovación, que para mí representa Jesús de Nazaret. Por eso me parece que la iglesia de Jerusalén (hablo en general, habría sin duda excepciones) no fue capaz de entender bien el espíritu del Mensaje de Jesús ni a Jesús mismo en algunos aspectos. Por eso lo hizo o lo concibió muy viejotestamentario, y le atribuyó palabras que no encajan bien con el espíritu del Reino. Los conservadores de la comunidad de Jerusalén, que, después de la caída de ésta en el año 70, se dispersaron por distintas comundades cristianas, llevaron y difundieron esas ideas o interpretaciones sobre Jesús… ¿No puede entreverse ese posible influjo en las cartas pospaulinas, con la introducción del sacerdocio levítico y jerárquico, dualista, que no encaja con la igualdad-fraternidad de Jesús ni con la carta a los Hebreos? Si repasamos la historia vemos las consecuencias que eso ha traído…No podemos olvidar que los sacramentos no estuvieron claros hasta bien entrado el segundo milenio, y algunos aún siguen sin estar claros, como creación de Jesús… Algo se introdujo en la Iglesia, que no parece propiamente cristiano… No sacralicemos, pues…
        Creo que no me aparto mucho de la realidad humana e histórica, realidad humana que se aprecia claramente -y sorprende- en los mismos Hechos de los Apóstoles: a veces más que dialogar parece que “pugilaban” con ideas fijas y viejas… Hubo desde un principio luchas por imponer su visión V. T. más que las originales e innovadoras de Jesús de Nazaret… Los conservadores, también religiosos, de ayer y de hoy, siempre han sido así: No admiten cambios… Por eso no RENACIERON, como quería el Señor… Y lo peor: se acabaron imponiendo, y para reforzar esa postura la “sacralizaron”.
        Bueno, Santiago, no sigo más. Creo que con estas explicaciones nos comprendemos… Sólo terminar con esta afirmación: En Jesús es más importante el amor que la idea, la unidad en el amor que en las ideas, la praxia que la doxia, el bien del hombre que la tradición, -aunque esté sacralizada-, la innovación que la fijación en el pretérito, y más si esa fijación somete al hombre… De nuevo, un abrazo

    • Santiago

      Gracias, amigo Juan, es muy interesante lo que escribes…No hay duda que la semilla de la predicación de Jesús se desarrolló. Hubo un crecimiento sin perder la sustancia, y su identidad…Pero la trascendencia del mensaje de Cristo, su importancia ante el materialismo del paganismo de ayer y de hoy, su vigencia perenne, es la mejor señal de que lo que ha permanecido con nosotros es la esencia de Cristo que quiso “quedarse” con nosotros sacramentalmente…Lo sacramental, lo sagrado, no resta importancia a la justicia del Evangelio..El sacramento nos da fuerzas para la praxis….El Evangelio contiene todos los elementos para lograr un mundo donde se proclame, en justicia, la dignidad humana para todos, puesto que Jesús vino a darnos “vida” que no acaba aquí abajo sino que perdura y “salta hasta la vida eterna” Esta es la dignidad humana…Por eso el cristianismo sobrepasa cualquier otra filosofía materialista o simplemente moralista. Ellas no pueden abarcar a toda la persona y resulver todos los problemas existenciales que son fundamentalmente de naturaleza espiritual…

      Creo que aparece claro en los Evangelios la sacramentalidad de la Iglesia…Ya Jesús instó a sus discípulos a bautizar “a todas las gentes” usando la propia fórmula que repite la Didajé hacia el 70 dC…y que aparece tambien en los Hechos…aparte de que está incoado en la cita que mencionas de Nicodemo…”hay que renacer del Espíritu”…Lo mismo sobre la Eucaristía, no sólo fue “prometida por Cristo” como narra el testigo presencial y discípulo amado de Jesús, sino que Jesús dice de palabra la fórmula: Esto es mi Cuerpo y Esta es mi Sangre…Los Hechos ya hablan de los discípulos en el Templo “asiduos a la oración..y a la fracción del pan”…Aparece la “fracción del pan” como la Eucaristía primitva tambien los de Enmaús, los discípulos se reunen el primer día de la semana para la fracción del pan….y Pablo narra lo que “recibió del Señor” por medio de los Apóstoles….Y la Didaje también describe la Eucaristía….
      La Penitencia fue instituída por el mismo Cristo: “a quienes perdonareis los pecados le serán perdonados, a los que los retuvierais, le serán retenidos”…S. Pablo habla de que ellos eran los administradores del “ministerio de la reconciliación”…y los Padres Apostólicos hablan de la confesión secreta al obispo o “exomologesis”…Y solo la penitencia era pública para los pecados notorios, no la confesión secreta, que se hacía al obispo, y éste determinaba la penitencia..S Paciano de Barcelona ya habla extensamente de la forma de administración y disciplina de este sacramento, junto con otros Padres antiguos…
      Ya en los Hechos aparece como había un rito de la “imposición de las manos” para obispos y diáconos que se repite en S. Pablo…La confirmación, como sacramento distinto del bautismo, esta clara en los Hechos y en la práctica de la Iglesia de los primeros siglos..Hechos 8, 16-17; 19, 5 y 6; 1,3) El matrimonio santificado por Cristo en las Bodas de Caná, aparece en Mateo 19.6-8, en Génesis 2, 20-24, Malaquías 2: 15-16) Y la unción de los enfermos en el Evangelio y en la epístola apostólica de Santiago…

      Por eso, yo creo que como dices tu, el amor es lo fundamental, pero tenemos que saber lo que amamos. No se trata solamente de la práctica…puesto que tenemos que saber lo que hacemos…Para poder ejercer cualquier carrera, tienes que estudiar la teoría…POr eso tanto la doxia como la praxis, el pretérito como la innovación, y claro coincido que el accidente del pasado no puede someternos..todo lo contrario..Hemos tenido suerte que el don de los sacramentos ha llegado hasta nosotros en el siglo XXI como institución perpetua hasta el fin de los tiempos…ES el mejor regalo de Cristo que nos da fuerza para la praxis de la caridad cristiana, que es la esencia del cristianismo..

      Un abrazo
      Santiago Hernández

      • Juan A. Vinagre Oviedo

        Amigo Santiago: Vaya en primer lugar el deseo de que pases un buen día de Santiago. Sigo con el coloquio-contraste de pareceres, coloquio fraterno, lejos de los enfrentamientos a voces, que leemos en Hechos, y que también se repitieron en otros encuentros religiosos posteriores, incluso en algunos recientes. Paso, pues, a comentar algunos datos que apuntas:
        1. La DIDAJÉ: En este tema, y en otros, nuestra información procede de fuentes distintas. Según la mía, la Didajé apareció en torno al año 100 en el entorno de Siria. No en el 70. En este caso se elaboró antes que los Evangelios que conocemos, incluso tal vez que el de Marcos, escrito en torno al 70. Pues bien, en la Didajé se habla, que se sepa, por primera vez de jerarquía religiosa. Y jerarquía significa poder más que servicio. Poder que se fue incremnetando y sacralizando con el tiempo, de modo que con el tiempo se llegó a besar los pies del papa. Lo contario de Jesús, que lavó los pies él mismo a sus discípulos. Lo contrario a las palabras: quien sea el primero debe ser el servidor de todos… y a éstas otras contra el poder: No sea así entre vosotros. En la historia de la Iglesia de Jesús, sí, -pese a todo- se ha ejercido más el poder, incluso de dominar conciencias, que el servicio. En esta toma de poder hay una clara desviación del Evangelio de Jesús. Toma de poder que se racionalizó y sacralizó, para mejor reafirmarlo. ¡Así somos los seres humanos, los hombres!
        2. Los sacramentos tienen historia en la Iglesia. Resumo: El gran sabio y santo Isidoro de Sevilla (S. VII) admitía tres sacramentos: Eucaristía, bautismo y penitencia (ésta entendida con menos control que el impuesto por Trento.) Las absoluciones -salvo casos de escándalo público- eran generales. En el siglo IX algunos monjes irlandeses sintieron necesidad e iniciaron la confesión privada… que acabó extendiéndose. (Otro influjo monacal) Posteriormente Hugo de San Victor (S. XII) estudiando el tema de los sacramentos, habla de 25 sacramentales. Tema que recogió y abordó algo después Pedro Lombardo, reduciendo los sacramentos a 7. Opinión que recogió y aprobó el concilio IV de Letrán, a principios del s. XIII. En él se admiten las dos fórmulas de confesión: la general y la privada específica (y recomendaba ésta última a los feligreses con su propio párroco, pues “el pastor debía conocer a sus ovejas”)
        Fue en Trento donde se impuso la confesión específica (con visión más jurídica que moral) y se reafirmaron los 7 sacramentos. Pero esta función de perdonar no parece función exclusiva de sacerdotes. No consta para nada que Jesús instituyera el sacramento del orden sacerdotal. En Hebreos no se admite más sacerdocio que el propio y exclusivo de Jesús. Y por mucho que nos impacte en este tema, como también en otros, es necesario escuchar (obedecer) al Evangelio antes que al magisterio (a veces demasiado influido por el poder.) Obedecer a Dios antes que a los hombres. (Entiendo que aquí se pueden introducir algunos matices esclarecedores.)
        3. Esto me lleva al comentario de ayer sobre las palabras de Jesús: “La Ley y los profetas HASTA JUAN”. Estas palabras me parecen más auténticas de Jesús que esas otras de que vino para que se cumpliese la Ley hasta la última tilde. ¿Cómo se compaginan estas palabras con la postura de Jesús de no respetar el sábado, que para los judíos era más importante que una tilde? ¿Por qué los judíos, sacedotes y fariseos, acusaron y rechazaron a Jesús diciendo: “Éste no puede venir de Dios, pues no respeta el sábado”? (Esa frase de la tilde no será una interpolación o atribución por parte de alguien muy viejotestamentario, como también se hizo en alguna carta de Pablo?)
        4.Respecto a Jesús y su Mensaje cabe la diversidad de interpretaciones, pero un principio está claro: La supremacía del amor y de la unidad en el amor, que es lo esencial, y que resume la Ley y los profetas, y que al mismo tiempo va más allá de la Ley, la supera. En nuestras diferencias de interpretación ideológica podemos errar; pero, como diría Caiderón: Errar lo poco no importa, si acertamos en lo principal, que es el amor.
        Con todo este discurso -excusas, Santiago-, quiero decir que la Iglesia necesita revisarse a fondo, a fin de renacer nueva, aunque resulte a par de muerte, como dirían nuestros clásicos. El Mensaje del Reino debe ofrecerse en odres nuevos, nunca viejos. Santiago, te hablo como un amigo. Un abrazo.

      • Santiago

        Muchas gracias amigo Juan por tu felicitación y por tu comentario..Claro que es un buen coloquio..aquí hay muchos matices que hay que recordar, desplegar y desarrollar…Sobre la Didajé no todos los autores la sitúan en el 100…La mayoría la sitúa entre el 70-90 dC entre ellos Quasten y Plumpe. The edition by John Hardon s.j propone esa fecha…Ya los Sinópticos existían, al menos la fuente Q y Marcos, no el Evangelio de Juan, escrito en la última década del siglo I…Por tanto, la Didajé ya estaba informada por las fuentes primitivas…La fuente Q o Mateo arameo, y Marcos que según los mas recientes exégetas fue escrito entre hacia la cuarta década, en los 40 acercándose al año 50, casi contemporáneo con las cartas de Pablo, de los 50. Todos los estudios mas recientes dan a Marcos una fecha mas temprana que los 70 entre ellos el jesuíta de S. Cugat del Vallés, P. O Callaghan que en 1972 que Marcos 6, 52-53 y Marcos 4, 28 pertenecen a los papiros de Qumran (7Q5) y otros como Salvador Santos basándose en que Mc. 13,14 corresponde a la profanación del Templo por Calígula en la década de los 40.

        Pero lo importante de Marcos y de la Didajé es que esta jerarquía -como dices- está al servicio de los fieles y no al revés…como se lee en el Número 11 “en relación a los apóstoles y profetas hagan de acuerdo a la manera del Evangelio. Cuando ellos lleguen deben ser bienvenidos como si fuera el mismo Señor”. En la Didajé se dan las instrucciones pertenecientes a la moral,según queramos escoger entre la cultura de la vida o de la muerte, a los sacramentos del bautismo, confesión y Eucaristía, instrucciones sobre clérigos, y sobre la Segunda Venida de Cristo…No existe nada mas que el poder sacramental de la Iglesia, que es de naturaleza espiritual y que que debe ser promulgado y ordenado a los fieles.

        La teoría modernista de “absoluciones generales” como la norma ordinaria para perdonar los pecados cometidos después del bautismo en la Iglesia Católica no tiene ninguna base histórica, ni teológica. Empezando porque para poder perdonar el ministro ha de conocer la falta…Nadie habría podido escribiren el Evangelio que el ministro podría “retener pecados”…Si fuera una invención, sería un error. Pero la Iglesia entendió desde el principio que para poder ejercer este perdón se necesitaba el arrepentimiento doloroso y la declaración de una falta que hería no sólo al pecador sino a la comunidad..Por eso ya en Clemente Romano, Ignacio de Antioquía, Policarpo de Esmirna encontramos muchos elementos de la doctrina eclesial antigua como la salvación general del prójimo, corrección fraterna, intercesión de Dios por los pecadores y por parte de estos “exomologesis o confesión de sus pecados”. No fue una invención de la descarga de conciencia de los monjes irlandeses, cuando la penitencia privada se generalizó. No, esto ya se ve mas claramente en la exposición penitencial del Pastor de Hermas, en San Ireneo (180-+200) cuando escribe en numerosas ocasiones de una práctica que el llama EXOMOLOGESIS (EXOMOLOGESTHAI)que en este caso no solo se refiere a la confesión privada del pecado, sino a la expiación de la falta y la su penitencia pública.Clemente de Alejandría que enseña en el Didascalion explica que existe una “segunda penitencia” por el cual se obtiene el perdon de los pecados que exige una “purificación dolorosa” y una “lenta curación” ES Tertuliano en De Penitentia quien nos ofrece con mas detalle el sacramento como se practicaba entonces, en la antigüedad…Normalmente se solicita la penitencia la obispo tras abrirle la conciencia y se la recibe de el porque a el le toca dar la penitencia que se cumplirá antes de la reconciliación o absolución. La confesión de pecados siempre fue secreta, la penitencia en la antigüedad era pública para los pecados mas graves. San León Magno indignado por la costumbre de la lectura en esa región de los pecados graves de los fieles, escribe que “sólo a los sacerdotes (debe hacerse) en una confesión secreta.

        Jesus es el sacerdote, no en sentido levítico, sino por herencia y porque el sacerdote es el que ofrece al Señor la ofrenda…Jesús es sacerdotes eterno porque ofrece el sacrificio de su Cuerpo y de Su Sangre al Padre eternamente…El es el oferente y la ofrenda…
        El Concilio de Trento no inventó nada nuevo…Solamente recogió la sacramentalidad de la Iglesia y la reguló claramente en cánones para provecho de todos nosotros…Los sacramentos no pudieron ser inventados, o ya hubieran desaparecido en siglos pasados…Siempre existieron, y puede probarse su historia a traves de todo el magisterio de la Iglesia bi-milenaria…

        Seguimos unidos en la misma FE…en diferentes visiones.
        Abrazos Santiago Hernández

  • Santiago

    El hecho que muchos de los miembros  de  la Iglesia no hayan dado ejemplo de integridad y santidad como el Papa Paulo III. Alessandro Farnese, cuya vida licenciosa  no lo hubiera calificado para tal posición en la Iglesia, sin embargo, a pesar de eso la Iglesia conservó la proclamación de la Verdad del Evangelio que consiste esencialmente en ofrecer un camino de salvación para TODA la humanidad. No es la impecabilidad de los miembros  de  la Iglesia lo que cuenta. Eso está bien como que los ministros están llamados a la santidad y a predicar con el ejemplo como lo hizo Francisco de Asís, San Vicente de Paul, Teresa de Calcuta, Maximiliano Kolbe y miles de santos, en el canon o en el anonimato, que hicieron lo que la Iglesia predicaba doctrinalmente como el mismo Paulo III Farnese que promovió el mismo la reforma de las órdenes religiosas y aprobó nuevas órdenes como los Teatinos, Barnabitas, las Ursulinas y mediante su bula Regimini Militantis Ecclesiae estableció la famosa e insigne orden ignaciana La Compañía de Jesús y además su persistencia venció al convocar al fin el Concilio de Trento en Dic 1545.

    Fue la Iglesia y no otra entidad la que preservó de palabra en su magisterio y por escrito la esencia del Evangelio imposible sin tener en cuenta TODO el contexto de la historia donde Cristo fue el personaje fundamental. Sólo los testigos que recogieron y lograron plasmar la verdadera identidad de Jesus de Nazaret a través de Sus “dichos y hechos” y que por esto gustosamente dieron sus vidas por ofrecernos este camino de salvación que es el ordinario para los que quieren creer en esta proclamación trascendente y acceder al Evangelio.

    La Iglesia ha sido la que nos donó lo que enseña el Antiguo Testamento avalado por Cristo, y cumplido cabalmente en El y en Su sacrificio voluntario por nosotros,  muriendo en la Cruz por la “salvación del mundo” y así dándonos a conocer Su Nueva Alianza en el sacrificio de Su Cuerpo y de Su Sangre.

    La única Iglesia en el siglo primero es de la que recibimos la FE. Puesto que el Evangelio que proclama es el mismo.Las herejías se han sucedido a través de los siglos. Solo ha quedado en pie la Doctrina de los Apóstoles que es la misma Iglesia Católica del siglo I como la del siglo XXI puesto que Ella nos dice lo necesario para arrepentirnos, para evitar el mal, acceder el Bien y salvarnos. Como Ignacio de Loyola decía en su Principio y Fundamento en el que se lee que  la razón de nuestra creación y presencia en este mundo ES “alabar, reverenciar y servir a Dios NS y mediante ésto salvar el alma. Las otras cosas de la faz de la tierra han sido creadas para el ser humano, y para que le ayuden a conseguir el fin para el que ha sido criado”.

    Este es el mensaje esencial que Jesús recoge y nos da a través de Su Iglesia sacramental de manera que con Su gracia nos hagamos fuertes y podamos vencer la tentación que nos conduce “al mal” y consigamos al fin unirnos con “el Bien” que se identifica cabalmente con la Persona de Cristo. Es un mensaje soteriológico y escatologico, y al mismo tiempo universal.

    Un saludo cordial. Gracias por vuestros críticos e interesantes comentarios.

    Santiago Hernández

    • carmen

      Ay Santiago.
      Yo no he nacido para alabar a Dios. He nacido para vivir. Suponiendo que todo eso del paraíso y que fuimos creados a imágen y semejanza de Dios, bueno, el hombre, la Mujer fue una compañera y fiel servidora, al menos esa era la intención, luego, pues fíjese. Fuimos las causantes de todo mal porque Eva se empeñó en comerse una fruta que no se podía comer. Eso es algo que no se nos puede decir a las mujeres: no hagas esto. Entonces es justamente lo que queremos hacer.
      A lo mejor ustedes los hombres, son buenos, buenos , buenos. A lo mejor ustedes fueron creados para alabar a Dios. Un dios extraño por cierto, que se creó una legión de fans. Pero está claro que las mujeres llevamos la libertad dentro de nuestra alma. Por eso mismo nos consideran un peligro y nos han machacado. Pero estoy segura de que el dios que nos sacó de la costilla de Adán no quiere que nos pasemos el día alabándolo. Por lo menos a mí me quiere libre.
      Y a todas las mujeres. E incluso a los hombres también. Para que entre todos hagamos una sociedad de igualdad y dónde reine la fraternidad y la sonoridad, palabra de moda ahora.
      Pero bueno.

      • Santiago

        Siento mucho no poder responder a tiempo…No es mi intención dejaros en ascuas…no es mi costumbre, ni mucho menos mi deseo..Sin embargo, muchas veces me he quejado aquí de mi falta de tiempo para acceder al ordenador…A veces ni yo mismo entiendo como he podido venir por aquí e hilvanar todos estos comentarios…Pero, creedme que no es intencional…sino carencia de lo que a otros sobra..Admiro a los que disponen de un tiempo mas holgado…

        Por otro lado, la alabanza y la reverencia a Dios no debe ser servil sino voluntariamente y espontáneamente filial…puesto es evidente que nadie puede dar la vida sino el Dios con mayúscula que la posee en “Si mismo”, y esto es el don excepcional y primordial, único y específico y según Tomás de Aquino el mas importante, como el don de la vida que es el primero de todos a celebrar diariamente…Y así como interiormente y exteriormente debemos honrar a nuestros padres biológicos que sólo son meros instrumentos divinos para traernos al mundo, y esto se puede plasmar en alabanza externa o interna, pensada o deseada o hablada, de la misma manera con mayor razón los que nos hacen el bien, merecen la alabanza y la reverencia, y el agradecimiento nuestro…y Dios nos ha hecho el bien supremo de traernos a la vida, a existir, que es el primer bien…Pero por supuesto es un acto voluntario puesto que el mismo Dios creó y nos dió, con la existencia, nuestra libertad…Por eso esta alabanza es para los que lo deseen hacer…porque es mejor escoger libremente agradecer, que imponerlo por la fuerza. En la gloria contemplaremos dínamicamente y eternamente.

        Por otro lado, si las respuestas se repiten por aquí, es porque los tópicos también se reproducen de manera diferente, pero esencialmente resultan que caen en los mismos temas…Reconozco que a veces uno puede cansarse…en este caso no me siento obligado a sumergirme en las ideas repetidas o no del “otro”…No siempre uno esta a la altura de lo que pretende…Pero yo siempre apelo a la benevolencia de los que amablemente me leen..para que disculpen mis errores y negligencias…

        Un saludo cordial
        Santiago Hernández

      • carmen

        El día que usted se de cuenta de que todos somos de alguna manera eso que llaman hijos de Dios. El día que usted se entienda que somos de formamos parte de él exactamente igual que nuestros hijos forman parte de nosotros porque son una prolongación nuestra, su visión de Dios cambiará. No necesita alabanzas, ni adoración, ni sacrificios, ni que hagamos cosas en su nombre ni nada. Sencillamente somos una cosa extraña que no se describir. Somos parte de él. Lo que no se es si es una realidad o una necesidad y por ello la hemos inventado. No lo sé.
        Y usted tampoco lo sabe. Por mucho que diga que está en posesión de la Verdad, sencillamente no lo sabe.
        Le ha salido un amigo de su cuerda. Os leeré con atención. Va a ser un festival de citas , de referencia a grandes escritores bíblicos, de grandes teologos.
        Un abrazo
        Cuídese.
        Un abrazo.

    • carmen

      Lo siento. De verdad, lo siento. Pero no puedo dejar que usted diga estas cosas y que nadie responda. O sea. No puedo. No es nada personal, sabe que lo aprecio mucho, pero no. La política esa de no contesto, ignoro, guardo silencio…no me va en absoluto. Tanto silencio mire a donde nos ha conducido.
      Un abrazo

      • M. Luisa

        Hola Carmen, Santiago y yo misma somos aquí de los más antiguos y hemos dialogado muchísimo, no obstante, siempre llega aquel momento en el que una se ha de saber retirar a tiempo pues el razonamiento en torno a principios intocables ya no puede dar más de sí.
        A mí me gustaba dialogar con Santiago porque le decía todo aquello que no le podía decir a mi hija, y eso es de agradecerle.

        Y a ti Carmen, sólo una cosa ,decirte que a veces el teclado nos juega una mala pasada…porque estoy segura que te referías a la palabra “sororidad” y no sonoridad. Un abrazo a ti a otro a Santiago

      • mª pilar

        Carmen, no todos los silencios quieren decir:

        ¡Apatía!

        Pero en ocasiones…es mejor el silencio respetuoso, que estar siempre repitiendo la misma respuesta, en desacuerdo con el pensar de otras personas.

        Solo es una aclaración, al silencio de las personas que no compartimos ciertas “miradas”.

        Un abrazo entrañable.

      • carmen

        Si.
        Sororidad. De hermanas. Como fraternidad de hermanos pero en mujeres. El corrector es tremendo.

        Es que no me puedo callar. Estamos en tiempos de cambios profundos. O espero estarlo. Me gustaría estarlo. Sé que lleváis mucho tiempo aquí. También llevo mi guerra personal hace mucho tiempo. Estoy absolutamente acostumbrada al silencio como respuesta. Absolutamente. Y no me gusta.
        Adoro a muchos de los que aquí escribís, entre ellos a Santiago. Pero cada vez que lea algo en esta dirección, contestaré. Por lo menos mientras tenga humor para hacerlo, la verdad, ya me empieza a fallar. A ver lo que aguanto.
        Un abrazo a las dos.

      • M. Luisa

        Que estamos en tiempos de cambios profundos, Carmen, es innegable pero hay quienes no lo quieren ver así y entonces desde luego reaccionar con el silencio no es bueno, lo que más a mano tenemos los seres humanos es el don de la palabra, del diálogo y hay que intentarlo de todas, todas, razonar, escuchar, pero nada de querer convencer.
        Silencio y respeto sólo combinan bien cuando el respeto es lo que queda al final de largas e infructuosas conversaciones, tú lo has intentado, sin este esfuerzo previo el silencio puede ser muy doloroso, en efecto, y hacer mucho daño porque ¿cómo se llena ese vacío? qué sentido se le puede dar a ese espacio que llena el silencio…desprecio, indiferencia, cómo te lo explicas en la soledad más íntima? Muchos sentidos pueden asaltarte pero desde luego no aquel que aporta y es el dador del respeto mutuo.

      • M. Luisa

        Quisiera añadir dos cosas sobre lo que dije ayer. La primera sobre el silencio y la segunda sobre los principios.

        El silencio nunca debe ser utilizado como instrumento de inhibición.

        La segunda tiene que ver precisamente por el hecho de admitir que estamos en tiempos de cambios profundos y esto tiene que ver con los principios. No pocas veces al hablar de principios nos viene en mente aquella imagen cinematográfica jocosa en la que uno de los hermanos Max saca los principios a relucir diciendo aquello de que si no le gustan estos tengo otros. No, no, la cosa no es tan baladí. Ayer al referirme a la obstinada defensa de los principios como algo intocable que frustra todo razonamiento tenía en mente una distinción que no suele hacerse pero es la clave del problema. Se trata de distinguir estos dos conceptos: el de principio y el de origen.

        Toda cosa tiene un origen pero la movilidad, los cambios, las transformaciones, la alteridad que experimentan la cosas, todo ello viene dado precisamente por los principios al considerarlos como cada uno de los nuevos surgimientos internos que el sistema opera dentro de la estructura que va configurando la realidad en la que consisten. Las cosas no sólo porque lo digamos tienen que cambiar o porque esperemos que lo hagan, sino porque están cambiando constantemente ellas por sí mismas, sólo cabe aceptarlo y colaborar.

        Bien, son las dos ideas que me quedaban por aclarar.

    • carmen

      Santiago. Usted sabe que le aprecio. Espero que lo sepa, vamos.
      También se que es usted muy rápido, inteligente, tiene una envidiable preparación bíblica y también se muy bien el porqué de estas discusiones eternas. Usted y yo jugamos al mismo juego, pero en equipos opuestos. Ya se quedó claro una vez. Usted dice lo que quiere decir, lo piensa y lo dice. Yo no lo pienso, me sale de lo profundo de mi alma, zas. Porque, al igual que usted, llevo mucho tiempo pensando en todas estas cosas. Le he dicho mil veces que su postura es la ganadora , de momento. Cuando usted esté en su vida eterna y yo en mi estrella, si nos encontramos , porque usted tendrá toda la eternidad y a lo mejor se aburre un poquito de tanto adorar a Dios, echaremos una mirada al planeta tierra. Y sin problema de medida de tiempo ni de espacio, porque todo estará presente, por decirlo de alguna manera, analizaremos la historia, que no será historia, será realidad
      Entonces veremos.
      Un abrazo fuerte.

  • carmen

    Pues que languidezca.

    De todas maneras lo he entendido de otra forma. Me ha parecido que el autor dice que aunque los tiempos han cambiado, un tiempo de reflexión y de soledad compartida no viene mal.

    Pero atrio tiene eso. Que empiezas hablando de una cosa y se termina hablando de otra. Como  una conversación entre amigos. Más en este tiempo en el que procuramos salir poquito. Al menos lo intento. Un poco asustadica por esto de la covid y el verano sí que tengo. No sé ustedes.

  • M. Luisa

    ¡¡No és necessari filar tan prim!!

    Traducción: ¡¡No es necesario hilar tan fino!!

    El autor habla aquí indistintamente de  Monasterios y Conventos  lo que le preocupa y se cuestiona es si el aspecto religioso,  como eje fundamental  y elemento aglutinador que comparten estas   diferentes  comunidades: la que se alberga en los Monasterios como la que se alberga en los Conventos, evoluciona al ritmo de los tiempos.

    Y esto es precisamente lo que la autoridad o la institución religiosa  se niega a afrontar (de momento) no se lo  plantea, no tiene  prisa ninguna … Pero al fin, todas  estas cuestiones, tomadas por sí mismas, es decir, en lo que tienen de  realidad,    irán, por necesidad,  languideciéndose y al tiempo configurándose   en otras nuevas  formas.

  • Juan A. Vinagre Oviedo

    Bastante convencido de lo que expuse en el primer comentario, siento ganas de completarlo -esta vez mirando más el lado positivo de la historia del monacato-, que además de un análisis crítico también requiere un acercamiento comprensivo, empático… y una valoración histórica -historia dependiente, en parte, de las circunstancias de cada momento y de la fragilidad-miesria humana-. Conocer bien las circunstancias históricas y humanas nos ayuda a comprender mejor cada empresa y cada proyecto de vida, así como a relativizarlos… y hasta a admitir que en muchos casos tengan caducidad. (Lo que no tiene caducidad es la esencia del Mensaje de Jesús de Nazaret.)

    Como se dice en algún comentario, en toda obra de convivencia humana nos podemos encontar de todo: grandeza, mediocridad y miseria… Y si queremos valorar bien esa obra es necesario verla en su integridad. La verdad se encuentra en la visión completa, como ya apuntaba Hegel. Esto es aplicable al monacato, a la Iglesia, a la política… (Ya sé que estoy señalando tópicos, desde nuestra visión de hoy.)

    Por eso paso a cosas -a veces minucias- cocretas, pero que, a mi juicio, son muy significativas:

    –Carmen, sí tienes razón: hay diferencia entre monacato -vida enclaustrada, con poco contacto con la sociedad, a no ser el que se ejercía-ejerce a través de la iglesia y el culto al que acudía el pueblo- y la vida conventual -más comprometida e integrada en el pueblo. La vida conventual es un camino medio entre el monacato y el párroco de una iglesia…

    –Así lo quisieron Francisco de Asís -pese a ser un hombre de muy alta contemplación- y Domingo de Guzmán, por ejemplo. Ambos querían espacios privados de oración y de contacto-convivencia con la gente… Por eso Domingo llamó a su fundación “orden de predicadores” y Francisco, que no quiso ser sacerdote, sí aceptó ser diácono, porque le permitía predicar… sobre todo con su ejmplo entre la gente. “El mejor predicador es fray Ejemplo”, decía. Y digo más: El primer ensayo de hermanos-curas obreros fue una idea de S. Francisco: En tiempo de recogida de la cosecha enviaba a algunos frailes expertos a trabajar con los campesinos, sin más “salario” que la comida del día… (Ahí queda eso… Así quería reformar la Iglesia, pero los altos “servicios”, que lo valoraban mucho, incluso Inocencio III, no le hicieron caso… Ahí queda también eso, para reflexión y aprender…)

    –Descendiendo más a la vida y modelo monástico (que Francisco probó, pero no siguió, porque no le convencía ese tipo de vida) es justo destacar, como han hecho ya algunos comentaristas, la gran labor cultural llevada a cabo en los monasterios… Permítaseme señalar unos ejemplos menores, quizá menos reiterados, pero muy elocuentes:

    *Los Omeyas llamaron a un monje cristiano experto en el tema para organizar la gran biblioteca islámica de Damasco…

    *En música, el gregoriano fue una gran aportación cultural. Recordemos lo que decía Mozart: Daría toda mi música por la gregoriana… (Bueno, yo y muchos más, aún valorando mucho el gregoriano, no la cambiaría. Mozart eleva tanto como Solesmes…)

    *En agricultura los monjes hicieron avances, y los mejores vinos que hoy sirven los franceses tiene su patente en los grandes vinos de los monjes, que probaron y experimentaron mucho y con acierto.

    *Por último, en ciencia y tecnologías afines, sólo dos casos: Uno franciscano, Rogerio Bacon, y sus estudios-ensayos de óptica a fines de la Edad Media, y en el siglo XIX el monge, el gran Mendel, inició una de las ciencias más actuales, la Genética.

    *En España tenemos ejemplos numerosos en literatura, en la mejor literatura: Fr. Luis de León, Juan de la Cruz, Lope de Vega, Góngora, Calderón etc., sin olvidar al monge Feijóo, que, como dicen algunos, nos enseñó a pensar con sentido moderno… (siglo XVIII)

    Esto me lleva a pensar, ampliando el tema, que respecto de la Iglesia, si queremos verla en su verdad-verdad, tenemos que contemplarla en su integridad, comprensivos, agradecidos, pero sin dejar de ser críticos, muy críticos, porque lo principal, la esencia del Evangelio, ha sido marginada, cuando no manipulada. Y esto es lo que también desde Atrio se reivindica con frecuencia.

    (Gracias por tu amable referencia, Antonio Gil.)

  • carmen

    Pero un monasterio y un convento creía que eran cosas diferentes. Y es que de estas cosas no entiendo mucho.

    Pero bueno.

  • Santiago

    Estoy de acuerdo con muchas de vuestras interesantes observaciones. Creo que el monacato tuvo y tiene su lugar en la cultura cristiana.

    Como escribe Thomas E Woods en si documentado libro sobre el papel  de  la Iglesia Catolica en la construcción de nuestra cultura occidental “los monjes jugaron un papel crítico en el desarrollo” de esta civilización nuestra, la que hoy parece que queremos extinguir. Los monjes dieron a la Iglesia 24 papas y un máximo de 37,000 monasterios.

    Los monasterios eran los centros culturales más importantes en los siglos del desarrollo del Occidente cristiano. Los monjes abarcaron gran parte de las “artes plásticas” como la agricultura y salvaron esta importante labor para Europa. Los Benedictinos fueron los agricultores de Europa, Y la regla de S Benito fomentaba también la labor “manual” ya fuera carpintería, escultura, pintura etc etc. Los monjes fueron magníficos arquitectos, consejeros técnicos en metalurgia, en trabajo con el cristal y el mármol, eran relojeros como astrónomos y manejaban una sofisticada tecnología en la maquinaria. Fueron los creadores de la hospitalidad monástica y las obras de caridad personal y técnicas. Eran expertos copistas, sea de libros sacros o profanos. Preservaron así la Sagrada Escritura y establecieron la enseñanza, no solo de Teología creando famosas escuelas sino también de las Ciencias y Artes del momento.

    Como muchos han comentado aquí, los monasterios tienen su relevancia en el momento actual del mundo. Necesitamos urgentemente encontrar en el silencio y en  la  paz “de un lugar” lo que ya es imposible encontrar en el mundo caótico en que vivimos que parece que solo vemos y oímos de quejas, disturbios, crímenes, ruidos estrepitosos y estridentes donde el espíritu humano no puede descansar ni reflexionar. Estos “oasis” todavía pueden encontrarse acompañando en la soledad a los monjes.

    No, el monje no puede retirarse “del mundo” para huir de el cobardemente, sino para encontrar la verdadera realidad propia y la de la Creación. No huye pues, para esconder problemas, sino que encuentra algo que no podīa recibir en el “caos” que es el susurro.  de  Dios, hablándole  en la soledad. No huye del “otro” sino que lo encuentra en la Verdad, en la misma realidad, y en su propia comunidad con otros.

    No todos vamos por el mismo camino. Pablo dice que no podemos acceder a todas las vocaciones al mismo tiempo. Hay muchas moradas y hay quienes su vocación es primordialmente la contemplación. Esto no implica un pecado contra la caridad activa. La caridad contemplativa es valiosa puesto que  e l   c e n t r o  de Cristo no fue la “acción” sino el amor. Iñigo de Loyola nos dice que lo importante es como usamos “los medios” cuyo centro es el amor y tanto contemplación como acción son puros medios para llegar al fin.

    Teresa de Lisieux nos dice que ella naturalmente hubiera preferido la vida “activa” y sin embargo eligió la carmelitana contemplativa puesto que creyó que podía ayudar más a los demás con este tipo de “acción” puesto que Dios es el que “obra no solo en la acción” externa sino en el “querer interno” y que lo importante es hacer la obra diaria, la más pequeña, con extraordinario amor. Dentro y fuera del monasterio la oración y el sacrificio del monje son armas poderosas para la conversión a Cristo y para su gloria. La Iglesia al canonizar a la simple vida contemplativa de Teresa de Jesús le dio validez a la vida ordinaria de los que hacen “pequeñas cosas” con gran amor a Dios y a los demás. Es lo que me parece lo más normal y eficaz ya que Dios es amor. La Iglesia entendió el apostolado interior de Teresa y accediendo a su deseo pre-conventual la constituyó Patrona de las Misiones universales.

    Un saludo cordial y gracias a Antonio Gil  p o r  su artículo y a todos los comentaristas por vuestro interés

    Santiago Hernández

     

     

     

     

    • carmen

      Teresa de Jesús no dudo de que fuese contemplativa. Si usted lo dice será cierto, pero hizo montonazo por intentar reformar determinadas cosas de la iglesia. Al Santísimo Oficio no le gustaba un pelo. Y según he leído, su amigo del alma, San Juan de la cruz, el frailecillo, también le reñia de vez en cuando. Y es que ser mujer siempre ha sido muy difícil. Y si piensas, más difícil. Y ya dentro de la iglesia. O sea. Ni le cuento. A mí me gusta Teresa de Jesús. Y no por esas cosas místicas, no es mi estilo, sino porque tuvo que ser una mujer en el sentido total de la palabra. Que no está por debajo de ser un hombre en el sentido completo de la palabra. Están a la par.

      Y es que habría que reescribir tantísimas cosas…
      Pero bueno.
      Respeto profundamente el que decida llevar un tipo de vida así. Para mí es una locura, pero no hace daño a nadie. Hay cosas muchisimo más dañinas.
      Los monasterios fueron decisivos en la conservación de la cultura que había hasta entonces. Eso sí. La enseñaban con cuentagotas y a quién ellos elegían. Cierto. Pero sin los monasterios se hubiesen perdido auténticas joyas .
      En fin.
      Historia.

  • carmen

    Me hicieron leer en una asignatura un libro de un señor que se llamaba Durkheim o algo así. Era una historia sobre la educación. Enorme.Y hablaba muchisimo de los monasterios como puntos de partida en  Europa de la expansión de la educación. Ya saben, escuelas monacales, las catedralicias , más adelante irrumpieron los jesuitas y otras congregaciones . De ahí las universidades y tal. Tengo la idea, tal vez equivocada que fueron unas estructuras fundamentales para la formación de las ciudades. Pero claro, de origen eclesiástico, con todo lo que eso conllevaría  y más en la edad Media. Todo lo que han dicho.  Pero aunque no soy una persona de iglesia reconozco la importancia decisiva para la cultura. Sobre todo en España. Y en Europa. Conservaron durante cientos de años obras muy muy importantes y sin duda construyeron manuscritos maravillosos. Fueron los primeros en enseñar a leer y a escribir a nobles y también al pueblo.

    No creo que actualmente  hagan daño a nadie.  Lo que sería insostenible es que ahora fuesen lo que fueron. Ejes de la cultura, toda pasada por el filtro de la iglesia. Lo que ahora hacen es mantener el patrimonio cultural o artístico o como le quieran llamar. Nada que ver con lo que fueron. Actualmente creo que se han convertido en un lugar de descanso mental, de reflexión, de desconexión con el ruido de nuestra vida actual. Así he entendido que los considera el señor Zúñiga.

    No sé

     

  • Antonio Gil de Zúñiga

    Para el psicólogo suizo J. Piaget la inteligencia consiste en adaptarse al medio. Y es cierto que no parece que abunde la inteligencia en las altas jerarquía eclesiales y que el  monacato parece que tiene los días contados, como también lo decía el propio K. Rhaner refiriéndose a la Iglesia al convertirse en un gueto. Como digo en mi reflexión el monacato ha de transformarse en cuanto a su estructura y modo de vida. La referencia de Isidoro García a T. Merton es interesante y oportuna. Cuando hablo de cambios me refiero también a la liturgia monacal (y no monacal), cuya salmodia, sobre todo, molesta los oídos. Juan A. Vinagre se refiere a esto y con razón.

    Pero creo que el urbanita necesita un espacio para el silencio y la oración, como resalto en mi artículo. Es cierto que, como refiere Juan A. Vinagre, que las ONGs han calado en nuestra sociedad, pero a esa acción imprescindible, que también la debe asumir el monacato, le falta la oración. La espiritualidad del urbanita demanda espacios de silencio y de encuentro con el otro y, ¿por qué no?, también con el Otro. Y esto lo proporciona los monasterios, que muchos de ellos están rodeado de naturaleza, que, a veces, puede ser muy conveniente y hasta necesaria.

  • M. Luisa

    El caso es que quienes hasta ahora han custodiado institucionalmente toda la temática religiosa, al menos en Occidente, están muy lejos de hacerse este planteamiento de cambio o de evolución para actualizarla al ritmo de los tiempos y por tanto no cabe el pensar en ninguna exigencia.

    Todo pequeño cambio que a trancas y barrancas se ha ido produciendo, no exento de lágrimas y dolor, le ha venido siempre a la institución  obligado de fuera, del mundo  exterior y aún, por su inconsciencia, dejando en el camino innumerables vidas truncadas.

    Lo de relacionar el sentido monacal como huida del mundo  para ahuyentar las tentaciones del pecado es pura constatación. De lo que se trataría, pues, es de que de una vez por todas la autoridad religiosa tan potente para incidir en la vulnerabilidad personal en este  sentido, tuviera la honradez de asimilar esta gran verdad: el “pecado” es simple ignorancia no más y consecuentemente trabajar para hacerla extensible corrigiéndose.

    Como privación, el pecado por tanto, antes de malicia de la voluntad  es mácula,  algo que obstruye la visión y a su modo afecta al universo entero.  No hace falta recurrir al budismo (que también, por su función reafirmante) los padres griegos vieron en esa estructura el carácter ontológico y cósmico  de la deificación.

    Los Monasterios ciertamente forman parte de la historia, en ella sus siluetas  arquitectónicas lo acreditan, pero la vida monástica no vino   para quedarse.   En ella ha habido episodios  monacales muy poco serios y por tanto indignos de ser imitados. Ciertamente los han habido de serios y rigurosos, dependiendo eso sí,  del esfuerzo individual de personas valerosas, pero de lo que no hay duda ninguna  es que lo  subyacente,  lo que ha forzado esta  pervivencia  a  la vida monacal a lo largo de tantos siglos  ha sido, en mi opinión, esa nefasta resistencia  a la  visión dualista  de la realidad.

    • Iñaki SS

      Hola M. Luisa
      Me vas a perdonar por las limitaciones de mis entendederas, pero creo necesitar una pequeña aclaración.
      En las últimas líneas de tu comentario, con el que estoy totalmente de acuerdo, me he quedado con la idea siguiente:
      “La vida monacal pervive, a lo largo de tantos siglos, sostenida por la forzada y nefasta resistencia a mantener, sin enmendarla, la tan traída y llevada visión dualista de la realidad”.
      A mi el…”tuve hambre y me diste de comer”….., me arrastra a creer en un solo “otro”, que podría escribirse con minúscula o con mayúscula. Sin embargo el autor del post, nuestro amigo AGZ, parece insistir en la necesidad de …”espacios de silencio y de encuentro con el otro, con minúscula, y también con el Otro, con mayúscula. Desde mi espiritualidad urbanita “sui géneris”, no acabo de ver la tal necesidad.
      Un abrazo y disculpas una vez más.

      • M. Luisa

        Buenos días, Iñaki:
        Ya ves, que te voy a decir! Al parecer quien más quien menos, de alguna manera no se resisten a renunciar a esta secuela histórica del pasado, siempre se le reserva un lugar y alguna función que realizar.

        Comparto el tipo de espiritualidad que tú mismo manifiestas y defiendes, la más sencilla y la más próxima, la que más a mano nos es dada a cada ser humano, aquella que nos visita en medio del ruido y de la amargura y que nosotros mismo podemos gestionar.

        Claro Iñaki, la visión dualista a la cual, como sabes, no dejo de rebatir siempre en mis comentarios, ve la unidad de la persona dividida en alma y cuerpo, dicho esto ¿para qué me voy a extender? aquí vienen al dedillo las reflexiones hechas por el amigo Isidoro. Es esta división, es esta escisión de la unidad precisamente la razón de ser y la existencia de la psicología.

        Ser astuto no es lo mismo que ser inteligente y a lo mejor para conservar esta rémora del pasado se necesita más astucia que inteligencia. Conozco el percal muy de cerca y sé de lo que hablo. Mi hija estuvo cinco años en un convento regido bajo normas todavía tridentinas, imagínate! claro está se fue sin mi aprobación aunque por supuesto respetando su libertad, y desde entonces mi periplo en torno a poder comprender este fenómeno ha sido incesante y sigue siéndolo todavía y es que cuando empiezas algo una cosa te lleva a otra. Todo es relación y alteridad, alguien lo dijo aquí hace unos días y estoy completamente de acuerdo con ello. ¡Mírese por donde se mire, no hay dualidad!

        Un abrazo

  • Isidoro García

    Un planteamiento nuevo de la religión y de la espiritualidad, exige a su vez un cambio o evolución en muchas instituciones. Y una de ellas es la de la vida monástica.

    En un mundo religioso conducido por el concepto de pecado, el monacato tenía un doble sentido. Por una parte el monje huía del “mundo” y de sus tentaciones a pecar, buscando el perfeccionamiento personal.

    Por otra parte el papel axial del pecado en el mundo, hacía muy importante la oración comunal, constante y decidida, en pos de obtener la gracia divina y la influencia espiritual para minimizar dicho pecado y para el perdón del mismo.

    Pero nuestra maduración humana y espiritual lo cambia todo. Hemos comprendido primero, que no es preciso insistir a un “Dios” paternal como niños neuróticos, repitiendo nuestras peticiones, cientos de veces: Él sabe suficientemente lo que necesitamos.

    Por otra parte hemos constatado que el “pecado” es simple ignorancia, (cosa que los budistas lo vieron ya hace mucho tiempo), y que el camino de la perfección personal pasa por una autoterapia psicológica, (en casos necesarios, con apoyos exteriores) y por un desarrollo personal cognitivo, para evitar todas esas falsedades que almacenamos y nos conducen a un comportamiento inadecuado en cada caso.

    Por eso hoy día, un monacato moderno, (e incluso laico), en vez de ser un centro de oración, debería tener un carácter fundamental de “think tank”, un lugar de encuentro en forma de taller de reflexión y creatividad filosófico-cultural.

    Y dedicarse especialmente a los problemas de la creación y mantenimiento de una sociedad inteligente y racional, que entre otros temas facilite la vida a la gente: en resumen, colaborar en la implantación y desarrollo del “Reino de Dios”.

    Incluso ese monacato, que inicialmente buscaba el aislamiento, (monacos= solitario), y luego la vida comunitaria, puede ser en la actualidad un monacato virtual.

    Hoy día el auge de las comunicaciones y la nueva sociedad del conocimiento nos inunda de información y nos exige cada vez más tareas, y eso nos genera un fuerte estrés psicológico, que a su vez nos dificulta las funciones cerebrales de la autoorganización, autocontrol y la concentración intelectual.

    Sin embargo, lo mismo que nos enferma, nos puede curar. Las nuevas tecnologías pueden ayudarnos a resolver satisfactoriamente nuestros problemas.

    Pero con las nuevas técnicas de intercomunicación de la gente, ya no es preciso reunirse y convivir en un edificio, sino que la intercomunicación puede ser virtual, sin excluir contactos directos esporádicos.

    Podía muy bien ser como un foro virtual de pensamiento, entre “hermanos”, que se estimulan mutuamente espiritual e intelectualmente, y aprenden unos de otros continuamente.

    Los “monjes modernos” deberían poder diseñarse un hábitat privado propio, donde estimular su contemplación o meditación, que en conjunción con las adecuadas lecturas estimulantes, sean los generadores de un fuerte flujo de intuiciones creativas que ayuden a la Humanidad, aportando el ingenio y la inteligencia necesarios para resolver nuestros problemas.

    Thomas Merton, es la personificación premonitoria de esa necesidad de un hábitat nuevo. Al ser un intelectual lúcido y penetrante, y por ello vivir de sus lecturas y sobre todo de las intuiciones que estas lecturas le promovían dentro de él, se nota en sus confesiones que la rígida vida de benedictino trapense le generaba unas grandes contradicciones y tenía para él, una cara y una cruz.

    Por una parte le permitía la soledad, y una contemplación religiosa e intelectual, (que son la misma cosa), que le hicieron ser una fuente constante de lúcidas intuiciones que se reflejaban en sus escritos, que ayudaban a muchas personas.

    Pero por otra parte la rutina devocional y litúrgica, inevitablemente le restaba tiempo para sacar todo el provecho intelectual y espiritual. Tuvo que luchar para conseguir construirse una ermita separada del monasterio, gracias a sus grandes dotes intelectuales y literarias, (y el dinero que proporcionaban sus libros al convento, todo hay que decirlo), y que le hicieron alcanzar una merecida fama mundial.

    Pero él era consciente de que había cometido un grave error al meterse en un monasterio “clásico”, y antes de su prematura muerte en 1968, tenía pensado salirse y realizar una nueva fundación, (posiblemente con Ernesto Cardenal, en algún país de América latina), con un planteamiento más novedoso y apto para fomentar la contemplación mística, la investigación intelectual y la creatividad personal, que luego difundiría al mundo entero para su aprovechamiento general.

    Thomas Merton, nos señaló proféticamente el camino, y eso que no llegó a conocer en su vida biológica, las “maravillas” tecnológicas actuales. Por eso decía: “¿Piensas que yo tengo una vida espiritual? Pues no, no la tengo en absoluto. Soy pura indigencia. Soy silencio. Soy pobreza. Soy soledad, porque he renunciado a la espiritualidad para encontrar a Dios…”. 

    (Y aquí creo que cuando decía que había “renunciado a la espiritualidad”, se refería a la espiritualidad clásica, tradicional, devocional y litúrgica, cosa que no llegó a hacer del todo en vida).

     

       “Nos queda la esperanza de que algún anacoreta, destile resinas doradas, de los troncos putrefactos del saber”. (Eugenio Montale)

     

    • Iñaki SS

      Hola Isidoro
      Dos palabras para agradecer tu ilutrativo y consolador comentario para quienes, como es mi caso, con los años hemos ido caminando un poco a trompicones, por una espiritualidad urbanita “sui generis”.
      Llega un momento en que la rutina devocional y litúrgica que mencionas, propia de una espiritualidad clásica, tradicional, te acaba echando de una iglesia, igual llena de buena gente, pero siempre vacia de lo que en realidad buscas. Esto, poquito a poco te va obligando a orientar tu vida por otros derroteros un poco más sencillitos, lejos de una visión dualista de la realidad, que tan firmemente rebate M. Luisa.
      Un cordial saludo

      • Isidoro García

        Muchas gracias Iñaki, pero discrepo de ti en una cosa. Salirse de la rutina devocional y litúrgica, nos conduce a unos derroteros, que no son mas sencillitos.

        Lo sencillito es seguir el carril, y la Iglesia, que a lo largo de la historia ha tenido durante mucho tiempo el casi monopolio de la inteligencia, (niño que apuntaba como listo, niño que captaba, formaba y educaba muy bien –sobre todo a los mas prometedores), ha creado todo un sistema organizativo, dialéctico y retórico, para tener “ocupados” a sus miembros, y minimizar las dudas y las posibles deserciones, (que en caso de sucederse eran producto del demoníaco y perverso demonio tentador- ¡vade retro!).

        Ir por la vida, a cuerpo descubierto, sin la protección de una Organización que te organiza toda tu vida, es mucho mas difícil, y exige poner cada día a prueba, tu maduración personal, con el agravante tramposo, de que si tú dentro de la Iglesia, fallas, la Iglesia te perdona, y no pasa nada, (eres un pecador más), pero si tú, vas por tu cuenta, y fallas, (lo que ocurre un día sí y otro también), es fruto de haber abandonado su protección, por hibris, orgullo, soberbia y todo el lote completo.

        (Dicho lo anterior, reconociendo que existen muchas personas que necesitan que les organicen la vida, y para ellas la Iglesia es de gran utilidad y es benefactora).

      • Iñaki SS

        Gracias nuevamente, amigo Isdoro por tus matizaciones o si quieres correcciones, a mi breve comentario. Seguro que no me he explicado bien, pero no es grave. No me canso de aprender en ATRIO
        De acuerdo con lo de la tradicional captación de niños listos, por parte de la Iglesia católica, aunque ahora lo tienen un poco más complicado. Históricamente ha mostrado gran interés en la pastoral infantil, descuidando la pastoral para adultos a los que siempre resulta mas difícil engatusar. ¡Y mira que hay cantidad de personas jubiladas , en buenas condiciones, capaces de echar un capote a una jeraquía eclesiástica extremadamente anciana! ¡Lo que cambian los tiempos!. No cabe duda de que la implacable realidad nos va poniendo a cada uno en nuestro sitio. “Obras son amores y no buenas razones”. “Por sus obras les conoceris”. “Toca practicar lo que se predica”. ¡Bonitas ideas! Pero mientra domine la situación el poderoso caballero Don Dinero, el incombustible Mensaje de Jesús de Nazaret, mencionado por Juan A. Viagre, seguirá esperando. Seguro que, poquito a poco, la imparable evolución de la Humanidad hará que millones de personas fieles a la fe cristiana, en teoría, se comprometan a practicarla tras haberla entendido y asimilado.
        Un cordial saludo

    • Iñaki SS

      Me olvidaba de un pequeño detalle. Que conste que no seré yo, privilegialdo de mi, quien lance la primera piedra.
      Un saludo cordial

  • mª pilar

    Mi pensar es; que tanto en la vida religiosa como en la vida laica; nos encontraremos con estas realidades:

    ” Hombres buenos, Mujeres buenas.

    Mujeres y Hombres, mediocres.

    Hombres infames, Mujeres infames”

    Porque en la vida, tanto la religiosa como la laica; cada persona, tiene que hacerse así misma, ayudada por todo cuanto la vida, la historia y quienes han pasado por ella, nos han dejado unos legados dignos de amar, admirar, seguir…o procurarlo al menos.

    Ni la vida religiosa ayuda de manera especial, ni la vida laica tampoco.

    Solo nuestro deseo de ¡SER! es labor nuestra.

    Y ahí nos toca elegir que camino tomar:

    Podemos ser personas de luz, amor, entrega, donación, sonrisa, acogida, dando Vida a cuanto nos rodea.

    O ser…todo lo contrario… Eso es un a elección personal e intransferible.

    Puedo rezar hasta el agotamiento, esperando que el “cielo” me responda y ponga toda su fuerza en el “asador” para hacerme aquello que sueño; parece que pensamos, que por allá son bastante sordos y hay que mendigar constantemente su ayuda.

    O ponemos las manos en el… Arado sin mirar atrás… y trabajamos la tierra que se nos ha dado con todas nuestras fuerzas, que están preñadas…si nos conocemos un poco interiormente…porque hemos sido colmados de fuerza y dones para ello.

    Ahí está el gran… Misterio… que nos rodea.

    Solo es…mi manera de mirar…

     

  • Juan A. Vinagre Oviedo

    Participo también con mi opinión-reflexión, admitiendo de entrada el valor positivo de las reflexión de Antonio Gil y de los comentarios que siguen. Expongo mis opiniones de modo esquemático, convencido de que pueden matizarse más y ampliarse. El tema no ha sido cosa menor en la historia: ha condicionado directamente la vida de infinidad de creyentes a través de los siglos, e indirectamente de muchos más…  Ahí van, pues, algunas reflexiones en torno al monacato, a modo de esquema:

    –El monacato es de origen pre-cristiano, con raíces en la India (Buda…), en algunos grupos pitagóricos, en Qumram… Es muy posible que algunos grupos cenobitas estén influidos por ideas gnósticas, muy pesimistas con la carne, con el ser humano… Por eso su “fuga mundi” y en muchos casos su concepto penitente de la vida, necesitada de liberación… El cuerpo -soma- es una cárcel -sema-, decían muchos.

    –La vida monástica, hasta mediados del siglo XX (creo que no me excedo mucho), especialmente la vida en clausura, en parte están influidas por esa visión antigua y medieval: La fuga y el rechazo del mundo, así como la reducción de relaciones incluso familiares, están inspiradas en algunos de esos principios, que no siempre coinciden con algunos valores evangélicos. La clausura es toda una solemne fuga del mundo, fuga sacralizada. Sólo oración y trabajo interno…(la atención a los huéspedes de S. Benito, me parece cosa menor.) Concebir así la vida religiosa tradicional como “camino de perfección”, a mi juicio es “enterrar talentos”. Además de oración, se requiere compromiso real con el ser humano… ¿Acaso la parábola de la evaluación final -“Venid, benditos”- sugiere otra cosa?  (Por eso hablo de enterrar talentos en muchos casos…) Para muchos la “vida de perfección” equivalía a exiliarse… y  a  no contaminarse…, sin advertir que ese tipo de vida, pese a sus penitencias, era más cómodo que la de muchos campesinos…

    –La vida de oración, a la que se entregaban los monjes y monjas, era en algunos aspectos cuestionable: El rezo de los salmos -algunos maravillosos y bellísimos- en muchas ocasiones transmitían un espíritu viejotestamentario, a veces anticristiano. Piénsese en aquél de decía “…parvulos tuos ad petram”. (Arrojaré a tus hijos contra una roca.) Y este rezo, quiérase o no, condicionó muchas mentes y en muchos casos…

    –Sin embargo -y ésta es aparentemente una gran paradoja-, dentro de esas ideas y estructuras poco o nada cristianas, se fraguaron verdaderas personas santas, pese a que bastantes de ellas no siempre fueron capaces de discernir en algunos aspectos el verdadero espíritu evangélico…, y enseñaron doctrinas o defendieron actitudes-conductas, que hoy no se sostienen. Piénsese en Pablo, en Agustín. en S. Bernardo y las cruzadas, en Pedro de Alcántara, en el bendito cura de Ars, y sus excesos en penitencias, etc. En estos casos, Dios valora más, y en Él pesa más, la buena voluntad que los excesos, porque comprende la limitación del ser humano, incluso para entender, sobre todo lo más espiritual…

    –¿Por qué esa vida va hacia la extinción? Porque no encarna bien el espíritu evangélico, porque transmite valores y creencias de otros tiempos. Aunque se adapte en lo exterior, las estructuras de fondo siguen… (Esto necesitaría más explicación, creo.)  Y no es que falten “vocaciones”, no. Ahí está las ONGs con gran número de gente joven comprometida, incluso con riesgos… Creo que el Espíritu de Dios está soplando por ahí, aunque muchos no sepamos verlo o valorarlo. Muchas ONGs con un alto espíritu solidario están más cerca del “Venid, benditos”  que muchas órdenes  y congregaciones religiosas actuales… No faltan “vocaciones”, sino que sobran modelos obsoletos, sin apenas vida comprometida con el necesitado… Vida evangélicamente demasiado cómoda, quizá en el fondo demasiado burguesa.

    –Esto nos debería obligar a repensar a fondo la Iglesia, las instituciones y sus fines… Porque el problema se puede prolongar si no nos inspiramos bien en el Evangelio de Jesús, y nos organizamos y fundamos institutos u obras modernos, en el fondo con espíritu medieval y centralista… que siguen modelando mentes sumisas con ese espíritu tradicionalista, disfrazado de modernidad… Éstos pueden tener éxito de momento, pero -a mi juicio- poco futuro, a no ser entre los viejos tradicionalistas conservadores, que no admiten ni ven la necesidad de cambios profundos en la Iglesia y en sus  instituciones. SÓLO LA ESENCIA DEL PENSAMIENTO DE JESÚS PERDURA.   No los movimientos históricos pasajeros…    En suma, que no entiendo “perfección evangélica” sin un compromiso serio y solidario, como el del buen samaritano. No es posible perfección evangélica y vida retirada, que es más bien una evasión y que, a mi juicio, equivale a enterrar talentos.

    Pese al intento de resumir…         Buenas vacaciones y cordiales saludos.

  • Antonio Rejas

    Personalmente, no soy un adicto absoluto a una vida entregada totalmente a una comunidad que vive entre rejas al margen de todo lo que sucede fuera de éstas. Hay ejemplos actuales de vida comunitaria pero que permite a sus miembros desarrollar labores de tipo social, o sea, no están enclaustrados entre paredes dedicados exclusivamente a una vida de oración reglamentada. Tal vez, este modelo de vida no sea exactamente así en la actualidad, porque el monacato ha ido evolucionando a través de los siglos.

    La vida monástica actual creo que no tiene mucho parecido con su forma inicial, aunque quizás quedan restos del pasado en algunas comunidades de religiosas. En realidad no veo mucha semejanza entre la vida monacal y la que practicó Jesús a lo largo de su vida, antes y durante su predicación.

    La idea primitiva del monacato era vivir apartado de los demás. La respeto, pero no me identifico con ella. Aceptando que hubo y hay incompatibilidad entre el cristianismo y el mundo, la solución no puede ser el movimiento monástico como protesta ante el relajamiento de la vida cristiana, sino todo lo contrario a fin de hacer fermentar la masa del mundanal ruído y para ello es necesario estar en contacto con ella.

    A pesar de lo expresado, no estoy en contra de la vida contemplativa, pero considero que ésta también es posible fuera de las antiguas formas de monacato. Es cierto que “los monasterios y conventos, sobre todo femeninos, languidecen, se agotan y se cierran por falta de monjas….”.

    Considero que no es aceptable el criterio de san Anselmo de Canterbury sobre el matrimonio, ni siquiera en su época. ¿Cómo se hubiese cumplido el “creced y multiplicaos” sin el matrimonio? Aquí y ahora, creo que ni la virginidad está sobre el matrimonio ni éste sobre aquélla y menos aún que el matrimonio sea tinieblas. Son situaciones diferentes, ambas dignas, elegida en conformidad con la voluntad de cada persona, sil olvidar que cualquiera de las dos opciones es grata a Dios y lo importante es cumplir con el compromiso adquirido en cada una de ellas.

  • oscar varela

    Hola!
     
    Otra Gente que también se junta con AMOR
    ……………………………………………………………………..
     
    1-      A diez años del Matrimonio Igualitario
    “Ese día fue como una salida del closet”
    https://www.pagina12.com.ar/278624-a-diez-anos-del-matrimonio-igualitario-la-historia-de-pamela
    Pamela Visciarelli y Mariana Blanco se casaron en 2011.
    – Hoy, madres de dos hijas, cuentan cómo vivieron la discusión de la ley y cómo conocieron a Cristina.
    ………………………………
     
    2-      “Nos convirtió en una sociedad más justa, más digna, más decente”
    https://www.pagina12.com.ar/278551-matrimonio-igualitario-vilma-ibarra-cuenta-la-historia-secre

  • carmen

     

    Personalmente prefiero los fogones, como Teresa de Jesús. Quiero decir que si me meto en un sitio a rezar todo el tiempo y a  eso que muchos llaman hablar con dios, o sea, me muero. También habría otra opción y es que más o menos educadamente me invitaran a abandonar el convento.

    Creo que personas que llevan este tipo de vida las hay en muchas religiones. Los monjes y esas cosas. Pues bueno. No veo el problema. Si es que esa vida la han elegido libremente, sin presiones externas. Ni internas.

    No sé.

     

  • Jose Antonio Pastor M.

    Comienzo este espacio de opinión compartiendo con el autor que yo también vivo al lado de un convento pero de Clarisas, las seguidoras de Cristo a través del carisma de San Francisco de Asis, el pobre de Asis. A titulo personal, cada una en su individualidad son personas risueñas, no se les conoce que hayan hecho el mal, rezan, son tranquilas, en fin nada que reprochar. Buscan su salvación para la otra vida y están en su derecho desde su libertad de opción. Pero una cosa es su individualidad y otra cosa es su estructura organizativa, me explico. Si toda la humanidad nos retiráramos de la vida al margen de la vida, no se si habría médicos, panaderos, constructores, agricultores, farmacéuticos, vendedores en comercios…en definitiva técnicos necesarios para un correcto funcionamiento de una sociedad. Pero si todos/as nos retiráramos ¿quien traería al mundo a los futuros ciudadanos/as del mundo? Nos extinguiríamos como especie. Que conste que no tengo nada en contra de que cada cual elija su forma de vida de forma libre, pero si pensamos con parámetros de esta estructura eclesial tendríamos que pensar en las palabras del antiguo testamento cuando Dios nos dice no como una opción sino como una obligación “Creced y multiplicaos” no dice “si queréis podéis creced y podréis multiplicaros”. Por tanto los matrimonios con hijos/as tampoco lo estamos haciendo tan mal y tenemos también una dignidad delante de Dios. De hecho la Virgen Maria tuvo a Jesús, ¡que bonito ejemplo de maternidad! y siguió en la vida hasta sus días finales, y no confinada en ningún monasterio ni templo que yo sepa por las escrituras.. Pero ademas Jesús, no estuvo recluido en ningún edificio sino que recorrió los caminos, aunque a veces se retirara a rezar y a descansar, igual le pasaba al Santo de Asis, quien toda su vida estuvo recorriendo los caminos, pareciera que no podía parar, aunque en algún momento se retiro para curar sus muchas heridas físicas y espirituales que no le dejaban tranquilo. Es en este punto que me detengo para observar que Jesús y San Francisco no solo van al mundo si no que actúan en el mundo, no están por encima del mundo, sino que se diluyen en el, Jesús resucitando y curando enfermos y San Francisco lavando y asistiendo a los leprosos y muchas cosas mas. Si uno se queda encerrado en su estructura monacal, queda impedido para la asistencia y la ayuda al próximo. Quien no se ha parado alguna vez en el camino por el mundanal ruido, pero hemos vuelto porque la vida sigue y todos/as necesitamos de todos/as y en los tiempos actuales más aun. Decía Carl Sagan ” Si quieres salvar a tu hijo de la polio puedes rezar o puedes vacunarlo…aplica la ciencia”. Rezar para salvarnos en la otra vida, bien, perfecto, pero en esta, necesitamos algo más y la reclusión y el apartarse del mundo, no ayuda, porque nos hace apartarnos del cuerpo de Cristo que es el mundo entero, como dirían los teólogos de la Creación. Las estructuras medievales que han llegado hasta nuestros días tienen que plantearse muy bien lo que les esta ocurriendo, el porque del cierre de conventos, del porque de su existencia como organización, del porque de su dependencia de las estructuras patriarcales. En fin mucho que resolver por parte de la vida y estructura monacal.

    Paz y bien…y como muchas veces decía San Francisco de Asis…salud y paz.

    P.D.- En tiempo de confinamiento no estoy diciendo que las monjas de los conventos del mundo, tengan que salir al margen de las normas sociales,  que plantea un gobierno o una sociedad como es actualmente el problema de la pandemia por el Covid-19. Estar en el mundo significa estar en la sociedad del país en el que estas, como una ciudadana más, con tus derechos y tus deberes, acatando sus normas de sociedad democrática como es la Española por ejemplo. Todos y todas, pagando impuestos, todos y todas recibiendo servicios, en fin como cualquier sociedad como cualquier persona de a pie.

  • oscar varela

    1- Si al acercarse el verano con sus ardores buscamos un lugar um­broso o una playa oreada,
    – ¿por qué no hemos de buscar también sanatorios de silencio y
    – casas de baños de soledad cuando algo dentro de nosotros nos demanda aislamiento?
    – Visitemos, por ejemplo, las ermitas de Córdoba,
    – que son una fábrica de soledad como no hay otra.
     
    2- En la cima de un monte se hallan las blancas celdas
    – rodeadas de arbustos y árboles severos y de flores que traen a la memoria la flora extática del Beato Angé­lico; fornidos bardales que siguen las quebraduras del terreno ciñen la frente del monte; su recinto se llama el Desierto.
    – El aroma de Córdoba, balsámico y pertinaz, es aquí más intenso, y plantas bra­vas le influyen algún dejo punzante, enérgico, tónico que acelera la sangre en las venas, despierta las más hondas ideas, sacude al mís­tico bufón que vagabundea por el cuerpo del hombre, y no obstante, unge los nervios de castidad y de templanza.
     
    3- Un cenobita con sayal del color de la tierra abre un portón; entramos.
    – Dos hileras de cipreses ensimismados con su follaje re­cio, de un verde casi negro, conducen a la iglesuca y al aposento del capellán.
    – En la sacristía se ven dos cuadros que figuran una antí­tesis dolorosa.
    – Es uno la imagen horrenda de una pobre ánima del purgatorio ardiendo en llamas de ocre;
    – en un rincón del lienzo está escrito: Alma en pena.
    – En el otro cuadro se lee: Alma en gracia; re­presenta una mujer tan bella, con unos ojos tan azules, unos cabe­llos tan augustos y dorados y unos labios tan deleitosos, que a no hallarnos a tamaña altura sobre el nivel del mar y de los instintos, alguna inquietud nos sobrecogería.
     
    4- Luego conviene dejarse ir, lasa la voluntad, por el campo austero que se abre en derredor.
    – Las ermitas están desparramadas en la cima, ocultas en la espesura.
    – Cada una tiene su huerto, largo de algunos pasos, ceñido por blanca tapia
    – que se recata entre las chaparras y las higueras. Cada una tiene un ciprés y una espadaña.
    – A poco de estar en semejante lugar somos transportados a la mansa región de las ideas generales.
    – Las pasiones y las querencias de la carne no concluyen nunca, en verdad;
    – tal vez sigan inquietando nuestros cuerpos bajo la tierra;
    – pero aquí se intelectualizan, se con­vierten en conceptos puros y son más llevaderas.
    – Siempre es menos dolorosa una teoría que un amor.
     
    5- Va muriendo la tarde.
    – El silencio es sorprendente: para los que de ordinario vivimos en medio del estruendo ciudadano,
    – un ins­tante de silencio nos suena a algo cristalino que se rompe. Sobre la frente, el cielo.
    – Córdoba, en lo hondo, prolonga su añejo sopor en brazos del Guadalquivir;
    – el color blanco azulado del caserío favo­rece la blancura, la discreción del paisaje lejano.
    – Por el contrario, cuanto hay en el recinto de las ermitas tiene esa crispación audaz
    – que ha de hallarse en el rostro del místico al punto de saltar de la oración al éxtasis.
     
    6- Se siente caer en torno la llovizna bienhechora del silencio, y
    – elevarse de entre los árboles humaredas de paz.
    – Respíranse emana­ciones de supremo idealismo, y al cortar una flor salvaje,
    – nos pa­rece desglosar una palabra de San Juan de la Cruz o de Novalis,
    – y mezclo estos dos nombres porque aquí se está de tal manera por encima de todo,
    – que la ortodoxia y la heterodoxia se entrevén ape­nas, como dos mulas negras
    – que cruzan ahora, allá abajo, por un camino de plata.
    – El espíritu queda proyectado hacia las últimas preguntas:
    – ¿Qué es la vida?
    – ¿Qué es la muerte?
    – ¿Qué es la felicidad?
     
    7- El rumor casi humano de una campana parladora surge de una espadaña y
    – se esparce en halos armoniosos:
    – es un son blando y aca­riciador que pasa refrescando el cerebro y produciendo suave angustia,
    – como si una mano de mujer se posara en nuestro pecho y lo opri­miera.
    – Hay en las quietudes de los campos sonidos que despiertan en nosotros
    – cúmulos de sensaciones tan agudas y deliciosamente complicadas,
    – que quisiéramos tener mil oídos y mil orejas para escu­char con todos ellos aquella nota única.
     
    8- Otra ermita contesta con su campana;
    – después, la capilla, más grave, da su voz; más tarde, y lejos, habla otra nerviosamente,
    – y luego otra y otra, dulces, tranquilas, ritmosas, balbucientes;
    – cada una desarrolla bajo el cielo benigno del atardecer el sereno tapiz de meditaciones
    – que ha urdido sobre su soledad el eterno cenobiarca que las tañe.
     
    9- Estos monjes tienen muertas sus viejas lenguas puri­ficadas, y
    – dejan a las campanas que conversen en su lugar.
    – Doscien­tos cincuenta y tres tañidos debe dar al día cada ermita.
    – ¡Ah!, la voz de las campanas de las celdas es una música teológica
    – que echa sobre el pensamiento paños blancos de sosiego.
     
    10- Cerca de nosotros chirrían los goznes de una puerta.
    – De ella sale un ermitaño con su bordón de coro;
    – comienza a andar por una vereda entre los setos espinosos, y se dirige a la capilla.
    – Es un viejo cetrino y alto que al caminar cojea.
    – A seguida, otros solitarios abandonan sus huertos con un bordón igual en sus manos oscuras.
    – Y es una imagen exótica de otros países y tiempos la que ofrecen estos peregrinos de barbas abundosas, haciendo vía aquí y allá por toda la extensión quebrada del Desierto;
    – ahora aparecen destacándose en el cielo como si llega­ran de la Tebaida en una nube de oro,
    – y a poco se hunden en un barranco y vuelven a aparecer indecisamente entre los árboles,
    – bo­rrándose sobre la tierra del mismo tono caliente que sus hábitos.
     
    11- ¿Quiénes son estos hombres?
    – Son, en su mayor parte, campesinos toscos que, heridos por un súbito fervor, ascienden a este monte,
    – y aquí se olvidan de sí mismos por espacio de algunos años y aun todo el resto de sus días.
    – No hacen votos solemnes de vida monás­tica. ¿Para qué?
    – ¿A qué dar a su aislamiento el matiz sombrío de una acción irremediable?
    – Visten el sayal, cubren su cabeza con esa extraña monterilla de judío,
    – se ciñen los lomos con un rosario he­cho de huesos de aceitunas o una ancha correa,
    – dejan crecer sus barbas y enjaulan en una de estas celdillas toda la casa de fieras de sus instintos.
    – Conforme pasa el tiempo, van despojándose de ellos y arrojándolos delante de sí
    – con la ingenuidad, con la len­titud, con la sencillez con que se tiran piedrecillas en un agua muerta.
     
    12- En Constantinopla, donde tanto escasea, hay una Sociedad de bebedores de agua;
    – quienes la forman reparten sus simpatías entre aguas de diversas estirpes,
    – y unos prefieren la del Éufrates, porque son biliosos,
    – y otros las del Danubio, porque son linfáticos;
    – o las del Nilo, por afición arqueológica.
    – ¿Qué secretos no sabrán del agua cuando hacen del bebería un arte?
     
    – De ánáloga manera, los ermita­ños, bebedores de soledad, son grandes entendidos en sosiego.
    – Acaso no mediten mucho, como los catadores sabios no acostumbran a beber demasiadamente.
    – Alguno de entre ellos ha vivido en todos los lugares apartados y quietos de la tierra;
    – en cada uno ha gustado la soledad ambiente, y por último se ha fijado aquí,
    – por juzgarla la más útil para su vida interior.
    A mis soledades voy;
    de mis soledades vengo…

    decía Lope de Vega.
     
    13- Estos hombres-islas saben más y se están quedos,
    – dejando que las soledades vayan y vengan al través de su espíritu,
    – llevándose en aluvión la escoria de las pasiones.
    – Y así, estos hombres llegan a tener sus almas tan pulidas como cantos rodados,
    – o más bien como huesos enterrados en cal.
    (1904)

  • ana rodrigo

    Nota. Mis respetos por las mujeres que toma esta opción para vivir su vida.

  • ana rodrigo

    Yo soy más pesimista que tú, Antonio Gil, (espero haberlo leído correctamente) a la hora de analizar el tema que propones. Creo que para poder vivir a fondo esa elección de aislamiento, se tiene que haber conocido otras alternativas a fondo. No pongo en duda que hay muchas monjas que así lo han hecho, antes de entrar en el convento. Debo aclarar, por la información que me daba un compañero de trabajo (de los kikos), cuando fue el bum de no recuerdo qué pueblo de Burgos ¿Osma?, todas procedían de familias de los Kikos.

    El pueblo en el que yo nací, era una gran proveedor de monjas de clausura, mejor dicho de niñas con apenas 14 años que entraban en el convento y ya no veían nada más que lo que allí les decían y les enseñaban. Creo que el ruido interior y exterior es un inconveniente para desarrollar la propia vida interior, pero el aislamiento absoluto, por lo menos lo que yo conozco, ni siquiera una monja de clausura podía recibir la visita ni de su familia si no estaba acompañándola por otra monja, pero no querer saber nada del mundo, no creo que sea sano. Las noticias que yo tengo de alguna muy allegada a un familiar mío, es que, de puerta para adentro, las miserias humanas son las misma que las de cualquiera y la vida cotidiana no es tan angelical como quieren hacernos ver.

    Creo que este tipo de vida no deja de ser una mutilación en el desarrollo total de un ser humano cuando se dan las condiciones que menciono.

    En Zamora han cerrado varios conventos de clausura de monjas de clausura (de las otras, a montones), cuando hacen un reportaje en televisión, se ven muchas jóvenes de otros países, hasta el punto que el obispo de Granada, hace años, denunció como inmigración ilegal a chicas indias que las traían engañadas.

    En los tiempos que corren, creo que tienden a desaparecer, al igual todo tipo de congregaciones religiosas.

    Mis respetos por las mujeres

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