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Respeto a los políticos

      No hace tanto un amigo mío bastante escorado a la derecha, me escribió un correo n el que, al hilo de otros asuntos, mencionaba despectivamente al “Coletas”. Le reproché en mi contestación su falta de respeto a Pablo Iglesias y en su respuesta me dijo literalmente: “ese individuo no me merece el menor respeto. Creo que tiene todo del típico agitador de Vallecas que se cambió a un casoplón en Galapagar y que junto con su pareja reúnen un sueldazo,,,”. Esas calificaciones me han dado pie a la reflexión siguiente.

      Quien ha visto películas o series americanas habrá comprobado el respeto que rodea en EEUU a los senadores o congresistas, por no hablar del presidente, aunque se trate del personaje de que ahora gozan. Pero no es así entre nosotros. Incluso en círculos de gente instruida el clima es el del menosprecio a los políticos, es su descalificación como gremio. Son personas que han llegado a su puesto a veces sin mérito alguno, que ganan un sueldo excesivo, que gozan de privilegios vedados a los demás mortales, que emplean su tiempo en querellas y descalificaciones personales… De cuando en cuando circula por las redes un manifiesto que pretende llegar al medio millón de firmas y que recoge estos reproches (y otros inventados, como que con seis años de trabajo tienen derecho a la jubilación máxima o que gozan de paros indefinidos (sic)

      En definitiva, no hay ningún respeto por la clase política. Añádase a esto la polarización que en estos momentos hay en España para que, sobre todo por parte de la derecha, se vehiculen vídeos, montajes, eslóganes o documentos insultantes, incluso por personas razonables, que se llevan bien con sus vecinos, que no regañan con nadie pero que se convierten en mister Hyde cuando de los políticos se trata.

      Por otro lado se suelen convertir las filias o fobias personales en juicios políticos. Recuerdo una ocasión en que una mujer educada, con buena formación, a la que acompañaba en un voluntariado, comentó: es que Pedro Sánchez es muy presuntuoso. Yo le argüí que, si era así, se trataba de una cuestión personal que interesaría a su familia y a sus amigos pero que a un político había que juzgarle por sus obras.

      Y es que es así. Los juicios políticos deben ser sobre la acción política. Por sus obras los conoceréis y juzgaréis y no por su peinado, por su atuendo o por su vida privada. Se trata de un grupo de personas que han decidido poner sus capacidades al servicio del gobierno de un país, de una comunidad, de un concejo, a los que hay que juzgar por los resultados de su trabajo.

      ¿De dónde viene, pues, ese descrédito? A mi modo de ver puede haber tres razones:

      Se solía decir hace tiempo que los arquitectos tapaban sus errores con yedra y los médicos con tierra. Lo malo es que los políticos los tapan con dinero público, con dinero de todos. Por ejemplo, Aznar y Gallardón vendieron como una idea luminosa las carreteras radiales de acceso a Madrid, una obra costosísíma que resultó un fracaso y que hubo que rescatar con el dinero de todos. No he visto que nadie se lo haya reprochado. Y tampoco nadie ha reclamado a Esperanza Aguirre las cantidades perdidas en la frustrada Ciudad de la Justicia.

     La Ley de Costas de 2013, rebajó a 20 metros la posibilidad de construir al borde del mar. Seguro que Mariano Rajoy no pagará ninguna de las construcciones que el mar está ya empezando a llevarse por delante. Sólo excepcionalmente los políticos pagan por sus desafueros.

      Finalmente se puede tachar a los políticos de mediocres. Pero ¿lo son todos? A lo largo de la historia en diversas naciones ha habido dirigentes excepcionales, personas de gran valía pero lo normal es que se trate de personas corrientes, con buena formación pero que han de gestionar asuntos muy complejos. Y, en definitiva, es éste un tiempo con carencia de líderes y también de pensadores y de profetas.

      Diré para terminar que hay una acción política que no consiste en criticar en tertulias de amigos sino en participar en asociaciones, comunidades de vecinos. Desde ahí se puede juzgar, proponer, inventar. No desde la fácil descalificación de la clase política.

13 comentarios

  • MODESTO

    Ustedes no se han preguntado ¿¿¿por qué los políticos, en general, en todos los países tienen tan mala propaganda??

    En general, buscan sus propios intereses personales, de partido, de ideología…SU BOLSILLO.

     

    • Asun Poudereux

      Entiendo esta postura, pero hay que ir más allá de generalizar, creo, admito que siempre, siempre hay excepciones, y tratar de ver las causas, des-enterrar los constructos que nos han ido metiendo en nuestras mentes con falsos postulados, como llamar democracia lo que no es, ni en su estructura que ha dado para tanta corrupción, ni en lo que últimamente somos testigos, se faltan el respeto, y por tanto, nos lo faltan a toda la ciudadanía allá donde nos encontremos, en nuestros hogares, en el mercado, en el trabajo y al pie de calle.

      Hagamos algo, cada quien en la medida que pueda y alcance. No tienen nuestro control, sin embargo, viven a costa nuestra. Somos los españoles de a pie quienes les pagamos. Ni control, imposible sin elección unipersonal directa y por distrito…etc…con los poderes que llaman separados…etc…

      El respeto sería mutuo, entre ellos y entre todos, si su esfuerzo, trabajo e interés estuviera centrado en los hechos, de cuyos resultados se responsabilizan en todo momento buscando el bien de todas las personas, vivan donde vivan.

  • Carmen

    Es que claro. Siempre me han dicho que tengo un problema con la autoridad. Pero no es cierto. Tengo un problema con Las Clases. Me da exactamente igual que una persona pertenezca a una clase u otra.

    Creo que nunca he llegado a entender el concepto de clase. A lo mejor si hubiese leído menos novela y más libros de otro tipo lo hubiese entendido. Pero no.

    Tampoco mi educación, la de mi casa, la de verdad, tampoco me ha ayudado a entender eso de las clases. Siempre he entendido que a las personas hay que respetarlas por el hecho de ser personas. Y luego, esa otra clase de respeto, las personas se lo tienen que ganar por ellas mismas. Me refiero a ese respeto profundo , no por el papel que desempeñen en la sociedad. Eso es puro teatro.

    Y claro. No sé cómo decir. Esa denominación de clase política, me suena exactamente igual que la clase eclesiástica, o la obrera, o la burguesa o… No lo termino de entender. Por el hecho de pertenecer a una determinada clase tienes que tener un concepto u otro de cada individuo?

    Hay políticos y políticas que merecen todo mi respeto. A lo mejor porque me han engañado totalmente en ese teatro que es la sociedad. Probablemente.

    No tengo remedio.

    Lo único que en realidad pido es que gestionen bien. Para mí un o una política es un gestor o gestora de un país.

    A lo mejor es que tampoco entiendo bien lo que es un político.

    Y luego están los líderes. Eso es un don. Te lo da la vida.

     

  • Lola Cabezudo

    Queridos:

    Me ha gustado el articulo de Carlos, y reconozco que es el tema del momento. Hoy también toca el mismo tema Elvira Lindo en El País en términos parecidos. Con ánimo de añadir algo, aunque esta implícito, yo diría que el derecho a opinar hay que pulirlo estudiando, especialmente sobre aquellos temas que tienen enfoques técnicos  incompatibles con las corazonadas.

    Y apostillo, que en un momento en el que nos gobiernan, además de varios varones,  un elenco de ministras, cuyos c.v. en general son  insuperables, que tienen experiencia, que conocen los asuntos y que saben como defenderlos en los ambientes que nos pueden beneficiar/perjudicar solo se nos ocurre seguir hablando de los varones. ¡Ciudadanos! que esto de tantas ministras competentes, si que es nuevo y es nuestro y está resultando magníficamente bien. Parece que no nos interesa que cambie, aunque nos hayamos quejado tanto de la falta de oportunidades de las mujeres.

    Y aunque elogiemos desconsoladamente a las 6 únicas Presidentas de Gobiernos mas o menos afines. A lo mejor la próxima es una de las nuestras.

     

    • ELOY

      Muy interesante el enfoque nuevo, y nada desdeñable, que resalta Lola.

      Es verdad que en algunas redes sociales se desdeña al gobierno de forma gratuita. y se hace el silencio sobre la destacada presencia de mujeres en él.

      Y es preciso destacar la categoría persona y profesional de las ministras que forman parte del mismo.

      Muchas gracias Lola.

  • Román Díaz Ayala

    El discurso del odio, las grandes muestras de descortesía social, más evidenciadas por la Covid-19, y las muestras de desprecio a toda persona en la función pública, por aquello de que de alguna manera está revestida de alguna autoridad se muestra con mayor agresividad si la persona o personas aludidas no son de nuestra cuerda ideológica o afiliación política.

    Entramos muy tarde en España en la modernidad dejando a un lado el “antiguo régimen” muy avanzados en el siglo XIX. Repasando  “El derecho a la pereza”  de mi medio paisano Paul Lafargue por aquello del derecho al ocio que estamos considerando en la Meditación de la técnica,  me acordé en lo difícil que le resultó hacia 1871, en pleno Sexenio Democrático, alentar la causa marxista, porque España era un campo extensamente abonado  a las ideas del anarquismo.

    Anárquicos, irrespetuosos, son ámbitos en que se desarrolla el sentir español como algo que se tiene muy a gala.

     

     

    • ELOY

      Sí Román . Pero no son solo los anárquicos.

      Los que se manifiestas en las plazas incumpliendo las normas de confinamiento, escondiendo sus teórica o posibles razones tras unos simples gritos y los pliegues de una bandera, esos son, en teoría, “gentes de orden”. Pero que se hacen directa o indirectamente de “gentes de desorden”, cuando quieren , por encima de las urnas, retomar el poder.

      Y esto y la postura del PP y de VOX en estas circunstancias, la ciudadanía no debería olvidarlo, sobre todo a la hora que toque volver a votar.

      • Román Diáz Ayala

        El retrato social que quise apuntar, solo era eso, al que hay que añadirle las maniobras de esos dos partidos de la derecha, que pretenden mover “a las masas”, pero que solo estan consiguiendo retratarse.
        No estamos ni en mayo de 2011, ni en otoño de aquel año. Entonces los partidos iban a remolque de la indignacion ciudadana y la derecha jugaron bien sus cartas en las elecciones.con un programa y propaganda populista, pero en enero 2012 mostraron su verdadero programa en cuanto ibiciaron la legislatura. Hasta la entonces IU acusó al ejecutivo de haber caído en ilegitimidad de ejercicio.

  • Asun Poudereux

    Diré para terminar que hay una acción política que no consiste en criticar en tertulias de amigos sino en participar en asociaciones, comunidades de vecinos. Desde ahí se puede juzgar, proponer, inventar. No desde la fácil descalificación de la clase política”.

     

    Buena proposición la que nos hace el autor como alternativa al menosprecio y al bla, bla, bla. Nada com el respeto. Muchas gracias.
         

  • ELOY

    Me parece muy interesante este artículo de Carlos porque la experiencia de amigos de diversa ideología, la tenemos muchos, sino todos, en una democracia plural.

    Democracia que los que tenemos muchos años no dejamos de valorar, porque durante mucho tiempo no la tuvimos.

    Pero ahora parece que se nos ha inyectado un virus con peligrosas dosis de falta de respeto al que opina distinto y mucha carga de odio no ya hacia las ideas sino hacia las personas.

    Estoy muy de acuerdo con el comentario de ana rodrigo.

    Y es verdad que hay que mantener la cabeza firme y tener mucha paciencia, porque lo que nos encontramos son muchas reacciones de odio y malquerencia personal, no de análisis di esclarecimiento de la realidad  política y económica.

    Por suerte parece que el Gobierno, con las limitaciones propias de las circunstancias y de toda acción humana, ha optado por atender a los más débiles. Los ERTE , que permiten seguir cobrando un sueldo a los trabajadores, aunque se produzca una reducción total o parcial de la actividad como consecuencia del coronavirus el ingreso mínimo para determinadas personas más desfavorecidas y pobres, y también muchas acciones individuales y sociales de apoyo como las asociaciones de vecinos , Caritas y otras ONG y la solidaridad general de muchos empleadores individuales y sociales, nos dan esperanza de que vamos a superar esta situación.

    Por eso es muy importante que los discursos del odio no calen en nuestros ánimos.

    Y en esto juegan un papel muy importante también los medios de comunicación,

  • ana rodrigo

    Yo me encuentro en un estado anímico como el que apuntaba Juanjo Millás esta mañana en la cadena Ser, es decir, he desconectado de mi actitud agresiva ante la situación política. Independientemente de las secuelas que me haya podido producir el confinamiento, el panorama político actual que tenemos en España puede producir dos reacciones opuestas, o te ponen como una moto acelerada de rabia y de impotencia, o, por supervivencia personal, desconectas emocionalmente y dejas que te resbalen las conductas ajenas. Aunque tienes que pensar, como se deduce de lo que dice Carlos F. Barberá, que l@s políticos, una vez que las urnas los votan como representantes democráticamente, se merecen el respeto a su autoridad, aunque no estés de acuerdo con ell@s absolutamente en nada y hasta quiebren tu estabilidad emocional.

    Vivimos momentos muy difíciles con esta oposición que nos ha tocado, además de VOX, cuya razón de existir no tiene nada que ver con la democracia, ni con la cortesía, ni con la moderación en sus declaraciones, ni con el respeto; además de los nacionalismos. Con un gobierno, elegido por el Parlamento, que le ha tocado gobernar en unas situaciones extremas y al que no se le tiene ningún respeto por el resto de la clase política ya que cada cual piensa en sus propios intereses, mientras el pueblo nos sentimos abandonados en nuestras necesidades por las que tenían que buscar la unidad para salir de esta excepcionalidad, y, después, que se dediquen a sus partidos con sus intereses correspondientes. Ahora, nuestro enemigo común es la pandemia que nos persigue individualmente a cualquiera.

    Tenemos que resistir, como decía ayer Ábalos, al virus de la enfermedad y al virus del odio. las democracias deberían marcar la moderación social, no las guerras de unos contra otros, pasando por encima de cualquier raciocinio o lógica, o sentido común.

    Así que nos toca resistir y echarle mucha paciencia a la situación que nos ha tocado vivir. Cada generación tiene la suya, y algunas generaciones han tenido varias, como mucha gente mayor que de España ha vivido desde la “gripe española”, la guerra civil, la postguerra, la dictadura, para que ahora el coranovirus se cebe con ell@s. Y en otras regiones del mundo, además, las dos guerras mundiales, o dictaduras, o colonialismo…, como se dice vulgarmente esto es “un sin vivir”

     

    • mª pilar

      Yo lo intento Ana, de verdad.

      Nunca me he dejado llevar por el rechazo, que algunas personas me producen (y en algunos casos lo puedo vencer) pero ahora, me siento muy cansada; y cuando veo “algunos” políticos, siento que me puede el deseo de protestar por su manera de hacer, decir, mentir etc. etc.
      Como dice mi hija mayor: “mamá, eso nos toca manifestarlo en las urnas”.

      Aunque ayer me comentó durante la comida, que había sentido temor, ante el comportamiento de los manifestantes y sus banderas y lo que gritaban.

      Y le comenté: Me canso de callar, ya estuvimos muchos años callados y cada día me cuesta más.

      Comprendo, que se quedará en eso, en un enfado, luego, con toda seguridad, me comportare como una buena ciudadana que sabe estar en su sitio.

      Gracias a los dos, por vuestra mesura…que parece ahora me falta.
      Un abrazo entrañable para ambos.

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