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Superada interrupción de servicio

Sé que muchas personas se han visto privadas de acceder a ATRIO en las últimas 24 horas. Lo muestra el descenso de visitas: de más de 6.000 mantenidas en los últimos días a dos centenares hoy (quienes se atrevieron a entrar aún no siendo seguro)

Efectivamente se ha tratado del Cretificado de seguridad que instalamos hace aun año. Caducaba ayer y por una serie de dificultades no ajenas a limitación actual del trabajo de técnicos, no se ha resuelto hasta hace un rato. ¡Vamos yendo siempre p’alante en ATRIO!

10 comentarios

  • oscar varela

    TRAICIÓN Y CAPTURA ENTRE LOS OLIVOS
     
     – Y se marcharon al monte de los Olivos. Pero ya era de noche. ¿Por qué no se fueron a Betania? No se sabe con certeza. Pero parece normal no acudir a casa de sus amigos. Había razones para no hacerlo. Un grupo numeroso se hacía notar. Llegar a una aldea y entrar en una casa a horas tan avanzadas de la noche en día tan señalado llamaba la atención y levantaba sospechas. Si a eso le añadimos que al Galileo le querían agarrar, allí lo tenían fácil y a la mano. Y a todo eso, quedarse en casa de sus amigos suponía ponerlos en peligro al descubrirlos como aliados suyos. Tal vez por eso eligieron pasar las noches en el monte de los Olivos. Haría frío. Pero estaban acostumbrados. El olivo resguarda. Es frondoso, bajo, con ramas llegando casi al suelo. Se cobijaban con el manto de lana y así abrigados y arrimados unos a otros podrían dormir lo suficiente sin tomar frío. No hay que imaginarse a unas personas blandengues. Eran gente recia, hombres y mujeres curtidos por una vida dura y difícil. ¡Y la Magdalena! ¡Vaya una mujer valiente! Sin miedo a pasar la noche en el monte, debajo de un olivo.
     
    – Pero no llegaron al mismo monte. Se quedaron en un campo llamado Getsemaní. Se llamaba así porque allí había un lugar donde se prensaban las aceitunas para obtener aceite. El nombre significa: ‘lagar de aceite’. Estaba situado al principio, en la parte baja del monte de los Olivos. Todos ellos sabían el lugar adónde pernoctar. Conocían el sitio como la palma de la mano. Y eso tiene mucho que ver con los hechos que allí ocurrieron.
     
    – Con la oscuridad de la noche y con tantos como eran, resultaba fácil escabullirse. Así que después de salir del local donde cenaron, en un momento determinado y sin que se dieran cuenta, Judas se aprovechó. Había convenido con los jefes de la nación en ayudarles para que pudieran capturar al Galileo. Durante el día no podían porque temían causar una revuelta del pueblo. Y de noche era difícil por la oscuridad. Como Judas sabía adonde iban, en qué lugar pasaban la noche y podía identificar a Jesús casi a oscuras, resultaba ideal para poder cazarlo sin equívocos. Además, todo el mundo estaba obligado a permanecer en sus casas en el día de la celebración de la Pascua. Era el momento idóneo y Judas puso en marcha la parte del plan que le correspondía.
     
    – Se dieron cuenta de que Judas se había quitado de en medio, sin duda. En un grupo de amigos, por muchos que sean, y tanto tiempo juntos, se notaba cualquier ausencia. Judas andaría raro ya unos cuántos días. Las traiciones hacen cambiar el carácter. Y el Galileo les conocía muy bien el paño a cada uno de sus amigos. Sabía de qué material estaban hechos. Judas, además, era uno de los Doce, uno en los que confiaba. Jesús se percató de que Judas pretendía salvarse y que le traicionaría. Y también tenía claro que, llegado el momento, todos ellos le dejarían en la estacada, es decir, solo… allí… en la… estacada. Lo pensó y lo habló abiertamente con los suyos mientras iban de camino hacia la finca de Getsemaní. Ellos seguían en las mismas. Primero salió Pedro, el cabezón.
     
    – El duro de mollera saltó envalentonado, como siempre, diciendo que allí estaba él, que él no le abandonaría aunque tuviera que morir en el intento. Siempre pensaba en las peleas. Y como se ponía tan guapito, Jesús le aseguró que por eso su deslealtad sería completa. Para apuntar que algo era total se decía que se hacía tres veces. Así que le insistió al cabezón que renegaría de él hasta tres veces seguidas antes de que amaneciera. Y el cabezón no se arrugó. Al contrario, se puso furioso. Hizo alarde de ser el más valiente. Se hizo el bravucón. Y volvía a la carga con machaconería afirmando que, aunque todos los demás fallaran, él estaría a su vera de todas, todas. Seguía pensando en la conquista del poder por la fuerza. Los otros al verlo decir estas cosas no quisieron quedarse atrás y se sumaban a esa idea y remachaban que ellos también estaban dispuestos a muerte con él. Y así, con estas conversaciones, llegaron al olivar donde se resguardaban. A Getsemaní. 
     
    – Allí en Getsemaní, ocuparon los sitios adecuados para echarse un sueño. Pero el Galileo se retiró a un aparte y se llevó con él a los tres cabezones, a Pedro y a los dos hermanos ambiciosos. Necesitaba su compañía y les pedía aguantar un poco sin dormirse. Lo estaba pasando muy mal. Preveía que toda la maquinaria del poder se le echaría encima. Y notaba que se derrumbaba. Él no vivió bajo la dominación de un padre. En su tiempo, el padre era el gran dominador de la familia. El padre mandaba y todos los demás obedecían ciegamente. Él, sin embargo, al no vivir sumiso bajo la imposición de un padre, aprendió de la libertad. De ahí que asegurara que su padre era Dios, el que estaba por la libertad y la igualdad. Y en esos instantes de gran decaimiento reclamó no pasar por el mal trago que veía venírsele encima. Pero, a pesar de su angustia, aceptó el triunfo de la libertad. Tan grande era que, ante ella, Dios era impotente. En esos momentos importantísimos, los tres valientes claudicaron ante el sueño. Mientras el Galileo no podía pegar ojo, ellos dormían a pierna suelta. ¡Vaya unos amigos! ¡Menudos fantasmas! Le echaban mucho coraje, pero se quedaban traspuestos a las primeras de cambio. Como para fiarse de ellos.
     
    – Jesús, sin poder echar ni siquiera una cabezada, escuchó ruido, vio luces a lo lejos y les avisó. Fue entonces cuando al poco apareció entre las sombras una turba de gente con antorchas. Eran Judas y los mandados por los jefes de la nación, siervos y vasallos suyos y gente del pueblo adicta a los poderosos. Judas era quien podía identificarlo sin riesgo a equivocarse de persona. Y se acercó a él y le dio el beso de saludo. Entonces, los demás se le echaron encima y lo agarraron. Alguno de los suyos sacó un machete e intentó enfrentarse, pero al ver que eran muchos, todos los amigos del Galileo salieron huyendo y se quitaron de en medio. Sucedía lo que él les había avisado que sucedería.
     
    – Y él se quedó solo en manos de la turba. Y denunció la actitud de quienes le apresaban. Les dijo que iban armados como si él fuera un bandido. La maldad resplandecía en la oscuridad. Les echó en cara que durante el día estaba en la explanada del templo enseñando y allí no se atrevieron a cazarle. Lo hicieron aprovechando las sombras. Y la multitud que siguió a Judas se lo llevaron a la ciudad. A Jerusalén. Al centro del poder. Y los suyos lo dejaron…en la estacada.
     
    – Sí señor. Así fue. Como para quedarse callado. Este Autor sentía que la narración consideraba los hechos desde un realismo distinto. Era capaz de ver a un tropel de gente alejándose de Getsemaní por entre olivos camino de Jerusalén. Avanzaban dando empujones a Jesús, que caminaba con dificultades en medio del barullo. Los seguía a distancia sin perderlos de vista.

  • Isabel

    Ayer entré en el blog. Me tomé el aviso de peligro como una conspiración contra Atrio para asustar a los lectores y decidí desafiarla y enfrentar el peligro, sintiéndome un poco como en una misión por la justicia, je,je

  • mª pilar

    ¡Gracias, ayer fue difícil entrar…pero al final…ya está resuelto, Gracias Atrio!

  • Ayer, mandé un proyecto de articulo con el titulo “Jesus o Barrabas” poniendo de relieve los sacerdotes y ancianos de aquel tiempo, movilizándose para animar al pueblo al decir si por Barrabas y no a Jesus. Hice un paralelo con nuestros episcopados y el Vaticano en sus tomas de posiciones, lo que no iba mucho hacia lo esperado…

    https://www.religiondigital.org/humanismo_de_jesus/Jesus-Barrabas_7_2220447953.html

    Pensé un momento que este proyecto de articulo habRía podido ser la fuente del bloqueo de ATRIO… GOOGLE ES MUY ACTIVO PARA VER TODO LO QUE PASA SOBRE EL WEB.

    Me doy cuenta que era una pura suposición, esperando tener acceso a Atrio, al despertar en este día. Lo que sucedió.

    Buena semana santa para todos y todas

    • Carmen

      Y luego estamos los pilatos. Los que nos lavamos las manos. Con él me he identificado muchas veces. A mí los sacerdotes y tal es que no me importa lo que hagan. El problema somos todos.
      Ellos, en su tiempo, en su cultura que ha sido la nuestra hasta ya mismo, tenían un poder sobre las cabezas que ya no tienen. Y me da lo mismo seamos de la religión que seamos. Ya tenemos ojos que ven y oídos que escuchan un poquito. Lo que tenemos que demostrar es que tenemos brazos y piernas para actuar y no echar la culpa a todos los que nos rodean, de arriba hasta abajo.
      Y no hablo de grandes movimientos , no soy de ese tipo de personas. Hablo de nuestro espacio. Porque si no hubiésemos consentido, por ejemplo, los recortes en sanidad, quizás habríamos estado en España, mi país, más preparados para afrontar esta pandemia.
      Por ejemplo.
      Si no hubiésemos dejado que nos arrebatasen una serie de derechos logrados con mucha lucha, la crisis no se hubiese cebado como lo hizo con los más débiles, los de siempre.
      Pero nos quedamos en nuestras casas, calladicos, hasta que este jodío bicho nos ha hecho tomar conciencia de que juntos se pueden hacer cosas.
      Dejamos entre todos que Grecia se hundirse en el mar, y ya es que ni se habla de ella. Si todos los estados del sur de Europa hubiesen puesto el grito en el cielo como ahora, ni Grecia se hubiese hundido ni estaríamos en peligro de hundirnos en este momento todo el sur de Europa.

      Porque el bicho este nos ha venido a buscar a casa, como en el poema de Brech. Y ahora nos pasamos todo el tiempo lavándonos las manos.

      Gran metáfora.

  • ELOY

    Sí, esta mañana ya puedo entrar en ATRIO.

    Ayer no me atrevía. Me salió un aviso muy contundente de que entrar en ATRIO no era seguro.

    • oscar varela

      Te leo:
      -Me salió un aviso de que entrar en ATRIO no era seguro.-
      “ENTRAR” no era seguro, Ok!
      ¿Acaso lo sea “SALIR”?
      ¿No hay el riesgo de ABURRIRSE (especie de BANALIZACIÓN)?

  • oscar varela

    Gracias EQUIPO ATRIO!

    aplanar la curva” clamor contra el Corona

    ¡Cosas locas de la Matemáticas gráfica!

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