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Muertos y muertito

Los crisantemos del jardín trasero de nuestra casa han estallado con precisión milimetrica ayer día de Todos Los Santos para honrar así a los difuntos. Como todos los años serán cortados los que sean  menester para llevarlos al cementerio y recordar y adornar a los nuestros que están enterrados aquí. Los tan ausentes que ni siquiera tienen tierra en este pueblo, tendrán nuestras neuronas acrisentemadas, un velon toda la noche brillando sobre el celemin y la memoria melancólicamente añorante  de ellos y del luminoso tiempo ido.

        Escribo hoy el día dedicado entre los cristianos a recordar a todos los fieles difuntos. Y ese día que los mejicanos hacen memoria de sus muertitos, con  imaginarios disfraces que ya quisieran tenerlos para si los del halouei, nos enfila al de reflexión previa a la votación. Con nuestros muertitos políticos, ideológicos, religiosos, científicos y técnicos. Porque lo que vivimos y buscamos y construimos está hecho sobre nuestros muertitos.

        Nuestro muertito más concreto y cercano ha marcado al Tribunal supremo, tanto o más que en su sentencia del procés. Hasta el gobierno del Estado ha debido recordarle a un prior benedictino que el poder temporal hace siglos que lo perdieron los eclesiásticos y que de seguir dando la coña con lo sagrado y su medieval asilo podría salir esposado. Cuentan que el entonces presidente Carlos Arias Navarro amenazó al marqués de Villaverde: “Cristóbal que te mando detener”. Para evitar que con crueldad familiar que ahora tratan de ocultar con lágrimas y verborrea siguiera prolongando artificialmente la vida de su suegro.

        Moleste o no, recordemos que don Francisco avisó que dejaba todo atado y bien atado. Seguimos teniendo la misma ley, dictada por él, de secretos oficiales que impide conocer lo realmente ocurrido y oculto en los años negros, en los grises y en los llamados luminosos de la transición y las cloacas del Estado y los trapicheos con don Puyol y su envorviura (dicho en linense castizo) en la señera que tanto ha tapado y que tantísimo está costando. Los señores Suárez, Calvo Sotelo, González, Aznar, Rodríguez Zapatero, Rajoy y Sánchez han sido fieles a la atadura del general golpista contra la República española de 1931. Menos pamplinas pues.

        El régimen de monarquía parlamentaria que se plasmó en la Constitución de 1978, devino tal por un otorgamiento regio de don Juan Carlos I, constituido sucesor a título de rey por el entonces jefe del Estado, hoy nuestro muertito gracias a la exhumación de gobernantes y jueces. Hacer abstracción de la intervención histórico mortuoria de don Francisco en este hecho capital al convertirlo inamovible por las fuerzas parlamentarias es considerar a los ciudadanos españoles subnormales profundos. El actual rey, guste o no, arrastra su poder desde la decisión de nuestro muertito de que su señor padre lo fuere y de la incapacidad política de XIII legislaturas de plantear siquiera esa u otras opciones.

        Los restos de serie visibles de la dictadura, abascales, espinosas, cayetana, riveras, y falanges en el Ateneo madrileño, ocultan leyes subsistentes de aquel entonces, resabios de “usted no sabe quién soy yo”, “soy caballero mutilado” que hoy se apalancan tras mostradores de Hacienda, burocracias autonómicas, sedes judiciales, fiscalías y comisarías y cuartelillos de los guardias civiles. España soy yo. La Patria es mia. “Qui collons” que ha dicho Torra.

        Nuestro muertito puede reírse socarronamente al estilo ferrolano y recordarnos que “los muertos que vos exhumais gozan de buena salud”.

        O los ciudadanos españoles rompemos las caenas legales, ideológicas y mediáticas y ventilan sus mentes, como ya hacen buena parte de la gente joven, o seguiremos atenazados cuarenta años más con las ataduras del general. El cuplé canta a “los entorchados de brigadier”, pero a efectos prácticos es igual.

        Solo la cultura de la honesta y contrastada verdad, el no mentir de cátedros y políticos y maestros nacionales y en clases en las academias militares y policiales y de fiscales y de jueces podrán sanear las sentinas patrias. Don Francisco sabía bien que la semilla política de la orgánica democrática, el catecismo bobalicón de repetidos eclesiásticos con mando en plaza, los interes funcionariales de cientos de miles de españoles que viven de la  olla grande intentando muchos de ellos volver a los oficios del Antiguo régimen y de los oficiales del rey nuestro señor, estaban en las cuevas de Altamira, en la Marca hispánica, en el Justicia mayor de Aragón, en don Gelmirez, en el Adelantado de Andalucia, y en pecheros y mesnaderos del comun. Sobre ese aval de reyes y señores, de hijosdalgo y clérigos de misa y olla, de capitanes araña y de guardias y jueces de crímenes de Cuenca estrechó, el señor general, las cuerdas de lo que ató y dejó bien atado. Solo hay que oír en los debates y en las tertulias radiofónicas y televisivas y en los políticos sobre quienes viven los opinantes sus  gárrulas soluciones a complejisimos problemas.

        El banderín de honor de SE el Jefe del Estado y Generalísimo de los Ejércitos con el que salió el féretro de nuestro muertito de la abadía Del Valle de los Caídos, aunque olvidado y desconocido para mucho ignorante con traje y corbata o camisa blanca sin ella que ahora mandan, nos hizo a quienes servimos en milis diversas caer en la cuenta de que cuarenta años no es nada, aunque el tango lo refiere solo a veinte. Y dos millones de catalanes quieren independizarse de la Patria Eterna y constituirse en República. Hay que tener moral y saber res de res  de nuestro muertito. ¿Que quién va a ganar dentro de una semana las elecciones generales?. Él lo sabe seguro. Atado y bien atado.

10 comentarios

  • Olga Larrazabal Saitua

    En Chile, dentro de lo que se llama aquí aristocracia, hubo, en tiempos de Pinochet y con apoyo del Opus Dei, muchos admiradores de vuestro tío Paco.  Todo esto matizado con otras sectas católicas admiradoras de San Luis de Francia, llamados Fiducia.

    En los años 80, un leguleyo de la Universidad Católica, Jaime Guzmán con otros connotados derechistas, hicieron una nueva Constitución en la que dejaron todo atado y bien atado.

    No se como se produjo este maridaje entre el Neoliberalismo, cuyos voceros eran bastante poco piadosos, con los Opus Dei.  Seguro que el pegamento anduvo por lo aficionados al orden  y la limpieza del Opus, en pos de la eficiencia ideal que sustituyó al amor al prójimo, y la necesidad de los empresarios de tener subalternos eficientes y no tener que cargar con el remordimiento de mal pagarlos, en caso que tuviieran remordimientos ya que Dios premiaba a los ricos.

    Ahora esa Constitución, que mantuvo la inmovilidad del país naturalizando la indiferencia del Estado para con los ciudadanos chilenos, explota como una bomba de tiempo.

    A la flor de los Guzmanes, lo asesinaron algumos que no apreciaban su estilo constitucional y todvía como el tío Paco, nos pena.

  • Juan García Caselles

    “¿Cómo pudo conseguirlo si no levantaba ni un palmo?” dice Mª Pilar, con buen criterio.

    Pues porque “Paquita la culona”, como le apodaban sus compañeros de academia era un hombre de sangre fría, de crueldad acreditada según se desprendía de las anécdotas que de él se contaban en los imperios de los cuarteles del protectorado y se pensaba muy mucho con quien se jugaba los cuartos, de tal modo que solo se prestó a tomar parte en el glorioso Alzamiento cuando le suministraron el Dragon Rapide, amén de quinientas mil pesetas-oro depositadas en un banco de Londres a su nombre,  y estuvo seguro, no de los generales que le acompañarían en el intento, sino de los grandes capitalistas que iban a financiar el sucio golpe.

    Metidos ya en harina, mientras Italia y Alemania suministraban armas a gogó y participación de la Legión Cóndor y de los fascistas italianos (los galgos de Guadalajara), todo ello a crédito, faltaba más, y mientras Rusia exigía garantías de pago por sus suministros (acordaos del oro de Moscú), las grandes democracias (Francia, Inglaterra y USA), imitando a Micifuz y Zapirón encontraron que lo de ayudar a los leales a la república les creaba problemas de conciencia, ocultando que para el gran capital era preferible un gobierno fascista a otro más o menos rojillo. O sea, desde su primer día Franco se apoyó en el capitalismo.

    Terminada la segunda guerra mundial y cuando todo el mundo daba por descontado que las triunfantes tropas de los aliados iban a entrar en España, tanto Inglaterra como USA (siendo emperador Truman) decidieron no hacerlo, porque tanto la dictadura española como la portuguesa eran muy favorables al capital y estaban en contra del comunismo,

    A principios de los sesenta entraron los del Opus en el gobierno y nos trajeron el plen de Estabilización y los planes de desarrollo, y se echó por la borda lo poco que quedaba de la autarquía (con gran disgusto de los falangistas). Lo que significó la apertura a las inversiones extranjeras, o sea, la subordinación al gran capital multinacional. Verdad es que ya antes le habíamos vendido a los yanquis las famosas bases, parte de nuestro amado e irrenunciable suelo patrio.

    Tras la muerte del ominoso, que no pudieron evitar ni el Villaverde ni el brazo de Santa Teresa, vino lo del 23-F, que, como las violeteras de la canción, nadie sabe como ha sido, porque, pasados los años no se sabe ni quién lo montó ni quien lo desmontó. Eso sí, nos lo dejaron claro, una de dos, o aceptábamos buena y pacíficamente las democracia que nos vendieron, con todas sus hipotecas, o volvía la dictamuydura. Y en esas estamos, aunque algo hemos mejorado.

    Y respondo a la pregunta: el capitalismo, guapa, el capitalismo, esa era su fuerza

    • m* pilar

      Lo de guapa sobraba… No solo el capitalismo, también un país dominado por el miedo y la cobardía ante tanta sin razón, y el despotismo de tantas personas incultas que al vestir cualquier uniforme… maltrataban a diestro y siniestro…

      Y visto lo visto… No tenemos remedio… Trapichear se nos da de guinda, luchar y trabajar, ya es otro cantar. ¡Claro que el dinero corrompe! Pero ahí se ve la categoría de las personas.

      Es mi mirada…solo eso.

      • Juan García Caselles

        Primero, pedirte perdón. Se me escapó, porque lo de guapa es para mí una expresión cariñosa que solo uso con las mujeres de las que me siento cercano, pero reconozco que, la verdad, es para que te ofendieras. Era muy tarde, me dolía el brazo horrores y debí dejar lo escrito para releerlo hoy. Lo siento, pero es cierto que sintonizo mucho con tus aportaciones llenas de respeto y de sentido común.
        ¡Ah!, y tu mirada vale un potosí.

    • mª pilar

      Juan, siento no haber comprendido su verdadero significado.
      ¡Discúlpame!

  • Roman Diaz Ayala

    Hasta hace muy poco era obligado, porque lo mandaba una tradición no escrita del teatro español, representar el Tenorio de Zorrilla en la conmemoración de los difuntos. Se oía siempre la frase de ” los muertos que vos matáis gozan de buena salud”. Está bien traído eso de ” los muertitos”.

    En cuanto a los tintes tan oscuros que parecen que últimamente pincelan algunos cuadros de las colabora ciones  que  por aquí asoman, hay más de la luminosidad del Greco de lo que se aparenta.

  • mª pilar

    ¡¡¡Esto sí, que son verdades rotundas y claras!!!

    Este país, no se quita de encima tanto gorrón que se siente por encima del bien y del mal… que nos dejó incrustado en vena, lo “atado de un dictador” que nunca le tembló la mano ante nada ni ante nadie.

    ¿Cómo pudo conseguirlo si no levantaba ni un palmo?

    ¿Cómo es posible, que todavía se le este añorando después de tanta barbarie como consintió?

    ¡No acabamos de despertar de tan dolorosa realidad, y muchas personas todavía viven de esas “rentas”!

    ¿Qué nos sucede, es que no tenemos sangre en las venas?

    La exhumación fue…¡¡¡Vergonzosa!!!

    Y les hemos dejado hacer, todo aquello que se proclamó no sucedería.

    ¡Ya lo creo, que para muchas personas, están seguras de ese “bien atado” y campan a sus anchas haciendo el mismo mal que entonces vivimos.

    ¡Gracias Alberto por su claridad, y por compartirlo en este Atrio donde tando recibimos, gracias de corazón!

  • ELOY

    Como señalaba, si mal no recuerdo, Antonio Duato en la entrevista en Religión Digital, tenemos parte del diagnóstico pero nos falta la acción ¿Cuál es el camino?.

    Solo el camino incrementará nuestra esperanza.

    Y el camino es la educación.

    Sabemos que la educación es mucho más que la escuela. Los medios de comunicación juegan un papel esencial .

    “Las tertulias televisivas” están llenas de frases y actitudes totalmente irrespetuosas con el que piensa distinto.  Paree que lleva razón el que “gana ” , el más agresivo, el que dice la frase más hiriente, pero no el que se muestra más “democrático” y dialogante.

    Eso cala…

     

  • ana rodrigo

     

    Uf, Alberto, en tu escrito ha desaparecido el blanco y todos los colores de un bonito otoño, sólo se ve el negro de la oscuridad en la que vivimos y que se nos avecina, especialmente a nuestr@s niet@s.

     

    Te doy la razón en que hay mucha gente que no tiene conciencia de lo que el muertito dejó atado y bien atado y que, con el auge de las extremas derechas a nivel mundial, seguiremos así por varias generaciones, para eso queda la extensa prole descendiente consanguínea o no  que cuidarán de lo atado, bien atado, aunque cambie en las formas. Quizá el nombre de Franco se vaya diluyendo en la sociedad, pero el fascismo nos va a dar bastantes disgustos.

     

    Se dice que en España nos falta tradición y cultura democrática, y no dejan de tener razón porque hemos tenido muy pocos años en nuestra historia con este sistema, pero es que ahora, la antidemocracia tiene buen caldo de cultivo en tantos países, y los salvapatrias van a crecer como ortigas salvajes produciendo bastante y molesto sarpullido, creando demasiado sufrimiento en quienes más protección social necesitan. El neoliberalismo, condimentado con buenas dosis de fascismo, más la xenofobia y la presión migratoria, configuran un paisaje bastante pesimista.

    Siempre nos queda la lucha y la esperanza.

     

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