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Tarajal: 15 negros ahogados, 16 guardias civiles procesados

        El 6 de febrero de 2014 un centenar de hombres de origen subsaharianos se lanzaron al mar desde la parte marroquí de la playa del Tarajal, en Ceuta, con el propósito de entrar en territorio de soberanía española. Un destacamento de guardias civiles dispararon  pelotas de goma y botes de humo contra ellos, tratando de disuadirlos de su propósito. Quince hombres negros se ahogaron. El resto regresó al lugar de salida.

        El Comité René Cassin, que presido, acordó presentar denuncia contra el señor ministro del Interior ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo por entender que podría ser autor de un delito de prevaricación encuanto responsable de las órdenes de actuación en Ceuta y Melilla tendentes a impedir la entrada de subsaharianos utilizando medios que habían causado quince muertes. La Sala inadmitio la denuncia, pero ordenó al juzgado competente en Ceuta que aperturara diligencias tendentes a esclarecer los hechos y deducir las responsabilidades penales que de ellos derivaren.

        El 11 de abril de 2014 presentamos querella criminal ante el juzgado de instrucción número seis de Ceuta, designando procurador y dos letrados del comité, el señor Pizarro Carreto,de aquel Colegio, y un servidor. Tras innumerables trabas judiciales y recursos ante la Audiencia y superiores instancias, logramos personarnos debidamente. Así puede verse en las actuaciones.

        Casi cinco años han transcurrido hasta la notificación del auto de preparación de juicio oral del procedimiento abreviado de fecha 24 de septiembre. Pieza muy bien construida, abundantemente fundada y con las suficientes precisiones y matizaciones que dejan a salvo los criterios de Su Señoría y el respeto debido a las víctimas y a los propios agentes del Benemérito Instituto.

        Byron escribió “Sombras de los muertos, ¿acaso no he escuchado yo vuestras voces?. Pujantes, arropadas en el aliento nocturno de la tormenta”. Nuestra querella, las del fiscal y otras asociaciones, no son actos de venganza contra servidores del Estado. Son el ejercicio obligado de restituir el honor de los muertos injustamente y la reposición del respeto a las normas de proporción en las actuaciones policiales y militares.

        El auto  considera que los hechos que indiciariamente aparecen consistentes en el procedimiento y son atribuibles a la accion u omisión de los números de la Guardia Civil integrantes de la fuerza actuante podrían ser constitutivos de un delito de homicidio por imprudencia con resultado de muerte del artículo 142 del CP y de un delito de  denegación  de auxilio del artículo 412.3 del CP.

        La señora magistrada detalla minuciosamente las caracteristIcas de ambos injustos y presenta una síntesis de doctrina, jurisprudencia y textos normativos que es necesario y muy conveniente meditar despacio y muy atentamente. El auto tiene 47 páginas. No voy a entrar en más detalles, ya que escribo para toda clase de personas y no para juristas.

        Las citas legales que el auto contiene y las aportaciones doctrinales y de jurisprudencia no deben hacernos perder de vista que es principio rector de la hermenéutica jurídica que las leyes claras no son susceptibles de interpretación (STS, Sala 3ª, 25/09/1985). Hoy hace treinta cuatro años que se publicó esta sentencia que menciono. Si se hubieran cumplido las normas que cita el auto en la defensa de fronteras y cuidado de personas no estaríamos donde estamos. Ni tendríamos los muertos ahogados en nuestros corazones.

5 comentarios

  • juan antonio vinagre oviedo

    Desde hace unos días tengo pendiente participar con una breve reflexión en torno a tu buen hacer con los necesitados, Alberto. Ya sé que hay más ejemplos como el tuyo, pero necesitamos muchos más, que estén sobre el celemín… y contagien.

    Esas conductas, que parecen guiadas por un fin solidario humano, entran de lleno en la parábola de la evaluación final. Alguien dirá: Ven…, porque a mí me lo hiciste…

    Es verdad que hay que regular las entradas… No siempre llaman necesitados ni inocentes… Ni tenemos cabida para todos… Cuando veo gente malviviendo por la calle…, me pregunto si no estarían menos mal en su tierra… (No hablo ya de los que cometen atropellos…)

    Pero también surge otra pregunta: Los que mandan usar pelotas de goma y botes de humo en el mar contra gente que apenas sabe nadar  -y por ello causan tantos muertos-, y luego dicen que representan a un partido que defiende los valores cristianos, “suenan” no sólo a hipocresía, suenan a que están utilizando el nombre de Dios en vano, retorcidamente… Suenan a que ese dios no es el Dios de Jesús de Nazaret.

    En este caso, ¿sólo son responsables los guardias civiles que intervinieron por orden superior? ¿No hay otros más responsables? Más: ¿en estos casos es honesto que los “servidores” del Reino en la tierra no digan nada?

  • José Ignacio Calleja

    Admirable, Alberto. ¡Gracias!

  • mª pilar

    ¡¡¡Gracias una vez más Alberto, gracias por su buen hacer y por compartirlo en este Atrio, que nos aúna, informa y del que nacen cercanías fieles!!!

  • ELOY

    Sí; sin duda me sumo a los sentimientos expresados por ana rodrigo y desde luego felicito a Alberto Revuelta por sus actuaciones en el caso y por este sobrio y magnífico reportaje sobre la situación actual del procedimiento. Alberto gracias. ¡Sigue ahí!

    .

  • ana rodrigo

    Siento una gran emoción de poder ver (cosa que yo pensaba que se había olvidado y dado por correcto los hecho por los guardias civiles), digo, de poder ver que, gracias a personas como tú, Alberto, que se rescata la memoria  y se hace justicia a personas, personas con sus ilusiones, su familia, su vida, y que se les trató como animales de caza. Yo sentí pena por las víctimas y vergüenza por los servidores ¿? públicos, ahora siento alivio y esperanza de que no se vuelva a repetir. Aún recuerdo al presidente (o lo que fuera) de la guardia civil (con cara de falangista) y al ministro de interior (con cara de cemento armado), y a los tiradores disparando a ver a quién se ahogaba lo más rápido posible. ¡Horror!

    Gracias, Alberto.

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