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Variaciones sobre el amor

 — Variaciones Goldberg de Bach: los amores como variaciones de un mismo amor por mor del cual somos, vivimos y existimos.

— El amor es la montaña áurea (Goldberg) de los selectos o elegidos por el dios rutilante.

— En su quintaesencia el amor sería pasión mutua o com-pasión: propia y ajena.

— Resulta difícil desentrañar el amor: porque el amor es entrañable y nos entraña.

— La esencia del amor sería su existencia: mas su existencia es esencial por cuanto pro-creador de vida y existencia.

— El amor como pro-creación: invención, construcción, aportación, donación, proyección.

— El amor es urdimbre y no estructura, es implicación y no límite, es tránsito y no frontera.

— Si acaso el amor es el límite ilímite: el amor desborda el límite y la frontera.

— La filosofía de E.Trias es una bella filosofía fronteriza y limitada: mi filosofía es una filosofía transfronteriza e ilimitada del alma y su amor (siquiera rodeado del desamor).

— La filosofía del amigo Trias es más griega o definida: mi filosofía es más cristiana o indefinida.

–El estructuralismo ha sido una encerrona: la hermenéutica ha sido una apertura.

— Aunque parezca mentira, hemos reprimido el amor: el cual simboliza el único futuro factible.

— La filosofía ha dejado el amor a la psicología: que lo ha reconvertido en mero amorío.

— El amor como apuesta radical: la apuesta de Pascal.

— El amor es la escala de Jacob: la elevación del alma desde el cuerpo.

— En el amor el alma es el auriga que tira del carro del cuerpo: pero algunas veces el cuerpo tira del alma en pena.

— El amor no es teoría sino práctica, no es filosofía sino sabiduría, no es razón sino co-razón.

— Amar es dar lo que tienes y recibir lo que no tienes: la fe en la felicidad.

— El amor se constituye por mor: por mor de un destino común/comunitario.

— El amor como susurro que se convierte en socorro.

— Fe es creer lo que no se ve, esperanza es recrear lo que se ve: el amor es creer/crear a través de lo que se ve.

— El amor es una casualidad causada por la causa del amor.

— Cuidado: el símbolo del amor es eros o cupido, el cual es un “putto” seráfico o serafínico que con su flecha clava una espina en el corazón.

— El amor: física y metafísica, química y alquimia, biología y psicología, mítica y mística.

— La mística no es una ilusión: es tener una ilusión (con fundamento en el amor).

— El amor recibe después de dar: pero no antes.

— El amor como benevolencia: buena volencia o diligencia.

— En la vejez vemos el mundo desde su límite, frontera o confín: como una trápala.

— Los filósofos desdeñan el amor porque no es filosófico: pero entonces la filosofía no es vital ni existencial.

— La filosofía como símbolo de nuestra cultura ha orillado sintomáticamente el amor considerándolo una ilusión: pero es una ilusión ontológicas o radical, vital y existencial.

— Así que el sentido de este mundo está en el amor: hay que aprenderlo sin reducirlo.

— El amor es práctica y no mera teoría.

— Me encuentro con un pobre pájaro grajillo en nuestro jardín: le meto el dedo dentro del pico y luego me picotea los pies en revancha buscando alimento.

— El encantador pájaro grajillo y su bello y negro plumaje: el alma volátil del amigo lejano.

— Depende: el amor puede ser una inspiración o una conspiración.

— Ahora me echáis de más: pero un día me echaréis de menos (con perdón).

— Muchos hablan del hombre pobre y nadie del pobre hombre: aquél implica a muchos, pero este implica a todos.

— Amor al deporte: sigo a R.Nadal y al Real Madrid como símbolos de una España moderna y dinámica.

— Atención: el amor es posible e imposible, factible e infactible, contingente y eterno.

— Qué me importa ganar el mundo si pierdo mi amor: y qué me importa perder el mundo si gano el amor.

— Evocando el mar cantabricón: las guas de la vida y el amor traspasando los muros de la muerte y el dolor.

— El sentido está personalizado en el amor: por eso el amor es la interiorización del uno por el otro y del otro por el uno (coimplicidad).

 

26 comentarios

  • M. Luisa

    Me gustaría, sin ánimo alguno de extenderme demasiado,  detener de nuevo mi reflexión en el punto clave donde la inicié a partir del aforismo:

    –El estructuralismo ha sido una encerrona: la hermenéutica ha sido una apertura –

    En efecto, mi opinión ya la di, y la di  en dirección contraria a ese planteamiento, pero ahora, sin embargo, después de preguntarme por qué se da estos  puntos de vista tan dispares,   creo necesario    anexionar a mi primera opinión  la respuesta que encontré.

    Y es que el estructuralismo  generalmente se ha contemplado desde el punto de vista según el cual el sujeto aparece como un producto o resultado de las estructuras, es decir, se disuelve en ellas. De ahí que al estructuralismo se le haya considerado como una corriente antihumanista. Sin embargo,  no puede perderse de vista  que esta consideración está en la línea del racionalismo  en la que, desde el humanismo clásico, el sujeto da sentido a sus actividades y conoce el mundo desde la razón y por tanto lejos estaría de renunciar a ello.

    -Pero, y si se le da la vuelta a la cuestión?-

    Y si no fuera  desde el humanismo clásico, racionalista, desde el cual  partiera  la idea de estructura?

    Y si fuera   desde el humanismo posmoderno en el que su  ubicación, es decir,  la ubicación de la estructura,    no estuviera  fuera de lo sensible?

    Es más, pienso que lo sensible constituye precisamente toda  la  fuerza  intelectiva de la razón.  Sin ir más lejos y doblegándome un poco, para los efectos, en esta ocasión,  a   la inteligencia emocional ( pues como se sabe no la defiendo al 100 por 100)  de D. Goleman,  es lo que daría fundamento al argumento estructuralista que estoy defendiendo.

    Si la sensibilidad y la inteligencia forman unidad entonces es que la realidad humana  comienza por ser ya ella misma una estructura.   Ah! Así la cosa cambia radicalmente de arriba a abajo. Es decir, será entonces desde  la propia  acción humana que la estructura de la realidad toda se irá configurando.

    Bien…sólo una reflexión en voz alta.

    • M. Luisa

      Pido disculpas por esa nueva entrada pero es que hoy estoy disfrutando de un entorno que invita a la meditación y a la reflexión.

      Así pues, el amor, pienso, desde esta situación estructuralista de la cual parto, no es urdimbre sino que emerge de esa estructura psico-somática que constituye la realidad humana al ejercer la alteridad. Por tanto, no es urdimbre, cohesión, sino conexión interna que se actualiza en la exterioridad.
      Creo que es desde la estructura así comprendida que puede interpretarse el “límite” al que se refería E. Trias a quien leí años atrás a pocos de su muerte.

    • George R Porta

      ¡Hola, María Luisa!
      Si te he comprendido bien, que ya sabes que en materia de filosofía a menudo no comprendo, me alegro de haber leído esto que has escrito por lo que me ayuda: «Es más, pienso que lo sensible constituye precisamente toda la fuerza intelectiva de la razón. Sin ir más lejos y doblegándome un poco, para los efectos, en esta ocasión, a la inteligencia emocional ( pues como se sabe no la defiendo al 100 por 100) de D. Goleman, es lo que daría fundamento al argumento estructuralista que estoy defendiendo. Si la sensibilidad y la inteligencia forman unidad entonces es que la realidad humana comienza por ser ya ella misma una estructura. ¡Ah! Así la cosa cambia radicalmente de arriba a abajo. Es decir, será entonces desde la propia acción humana que la estructura de la realidad toda se irá configurando.»
      Daniel Goleman era periodista dedicado a escribir sobre adelantos de la ciencia neurológica en el New York Times e hizo su salto a la fama cuando comenzó a escribir sobre la idea de la inteligencia emocional, para convertirse en conferencista en materia de liderazgo empresarial, etc., escribir libros de autoayuda, etc.
      Yo no ataco sus presupuestos porque no investigo el campo, pero desde hace mucho y aún lo hago, niego que se pueda «estructurar» la inteligencia como si constituyera una especie de product especializado proyectando más bien el problema de la especialización profesional o de la investigación en diferentes áreas focales.
      No sé si coincido contigo por la causa que te explico antes y es que no soy filósofos y a menudo no sé lo que soy a juzgar por lo que hago, pero lo cierto es que por lo que uno cree comprender de lo que dicen de sí las personas que vienen en busca de psicoterapia, es solo desde esta unidad interior, propia de cada persona, que muy bien puede ser inteligencia-sensibilidad, inseparables, que no solo uno se descubre a sí mismo/a en la introspección, sobre todo cuando descubre primero lo que siente y después lo piensa y para tratar de comprenderlo y configurarlo para hacerlo comunicable; sino que uno descubre el resto de la realidad, incluyendo el descubrimiento del context en el que se encuentre, más o menos favorable u hostil, etc.
      En fin no creo que porque los pensamientos no puedan ser múltiples en cada instancia de tiempo, el mundo interior sensible necesite reflejar la compartamentalización igual. Muchas veces he escuchado a alguien sobrepasado emocionalmente, cuando la sensibilidad para intuir, esperar con gozo, detectar, y hasta para sospechar o temer, ya no le abruma que sienta que entonces pueda desgranar los pensamientos que antes le fueran imposibles de expresar porque se le agolpaban y solo la risa o el llanto constituían medios de expresión.
      Como siempre confío en que me perdonarás si he interpretado mal o incomprendido lo que escribiste. Pero el amor me parece que emerge desde el interior de cada persona como posiblemente solo puede emerger en ella y de modo comparable o no a como emerge en otras, nunca de manera idéntica o clasificable; pero amar no es cosa que emerja de la filosofía o de la psicología, sino de la persona, con su sentir que es el lenguaje que cada quien escucha en su sensibilidad interior, me parece, y que secundariamente inevitablemente es reducido o corrompido cuando busca expresión comunicable si la busca en la equivocidad del lenguaje, de ahí que la poesía pueda a menudo ser la mejor expresión lingüística, precisamente por hacer, de la equivocidad una virtud muy suya, la que la ciencia solo puede tratar de privarla de su versatilidad, analizar o descomponer en elementos estructurales.
      Una abrazo cordial muy confiado a tu generosidad.

      • M. Luisa

        Hola George! Haces bien en negar que se pueda estructurar la inteligencia, yo también lo niego, porque en realidad eso que llamamos inteligencia es de por sí estructura, es decir, de su propia estructura emergen sus leyes internas que la facultan para producir su acto, el acto de intelección propio del ser humano. Ya ves que hoy estoy muy dispuesta!

      • George R Porta

        Ya te veo, bueno, un modo de decir, y me alegro. Un abrazo cordial.

  • Carmen

    Óscar.

    Conocerás esa otra versión de Edith Piaf. Ella decía que un hombre no debería cantar esta canción. Yo creo que eran celos profesionales.

    A mí me gusta que la cante  tanto un hombre  como una mujer.

    Son dos interpretaciones de gigantes.

    Pero, cuando llega el desamor, se van. O te vas. Todo es inútil.

    La de Gardel, es esperanzadora y , que te voy a decir. Me encanta Gardel.

    Tienes muy buen gusto para la música.

  • Asun Poudereux

    Hola, M.Luisa. Escribí algo desde el ordenador y lo perdí. Problema del servidor. En él decía que me alegraba  tu comentario, pues volvemos a coincidir en el aforismo : “ La filosofía ha dejado el amor a la psicología: que lo ha reconvertido en mero amorío “.    
     
                                                                                                   Me arriesgo en lo que particularmente me choca. Por mi  parte añadiría que la sabiduría perenne de la filosofía no parece haber sido tenida en cuenta por el autor, ya que es en cierto modo mística con todo lo que entraña. Aquello que permanece y religa desde lo profundo, haciendo  sentir la interrelación con todo, y lo que hay de fondo es vivido compartido.                                                                            
     
    La filosofía perenne por tanto lo es por emerger y proyectarse básica y estructuralmente en y desde la realidad  anterior en la que todo ser está y es.  
     
    Por lo que repito, no parece haya sido  tenida en cuenta por el autor,  a no ser que me equivoque en mi apreciación-al no estar en la pluma, el corazón ni en la intención última del autor- quedándose entonces la filosofía en mera conceptualización de las cosas, al mencionar en el espacio del amor a la psicología como opción por defecto.   
     
    Gracias por todo. Besos.

    • M. Luisa

      Gracias Asun! ahora, con tu comentario me vuelve la confianza…no contigo sino conmigo misma pues en ese impasse de espera como en tantos en la vida una siempre llega a pensar si no habrá dicho alguna tontería!!

      Gracias de nuevo!un beso

    • M. Luisa

      tienes repertorio para todos los gustos! cuando “vuelvo” a escuchar Atagualpa Yupanqui (ídolo en mi juventud) no puedo evitar que se me humedezcan los ojos!!

      • oscar varela

        Gracias M.Luisa!
        La tarea del Poeta es de “ventriloquía”:
        DICE lo que somos
        pero que no sabíamos DECIR.

        Desde su arcano ejecuta el
        de te fabula narratur”

        Abrazo!

  • M. Luisa

    El amor desde el desamor.

    Recuerdo que hace tiempo en pleno verano comentaba  con una amiga, en una terraza de la Ramblas de Barcelona,  una novela de Henry Roth que ambas habíamos leído y me decía:  No siempre como dice el  Henry Roth se le puede reprochar a alguien que la causa de su incapacidad de expresar sus sentimientos sea por la escasez o el poco dominio del lenguaje.

    Pienso, me decía,  que con anterioridad a esta afirmación pueden existir otras circunstancias que lo impidan, por ejemplo, cuando alguien a pesar de albergar un amargo  pasado ha logrado sosiego y serenidad, qué le movería, entonces, o, qué razón habría  para  una confesión que, con seguridad, en la inmadurez de su entorno,  removería los cimientos  de la convivencia, y, aún peor,  contribuiría  a revertir en sufrimiento la feliz  ingenuidad del presente.  En efecto, la existencia  de prejuicios ambientales,  sofocan  los sentimientos, los extinguen en la más completa soledad.

    ¿no es esta también una manera de amar?

  • George R Porta

    Una última nota: En amar posiblemente se pueda afirmar que sea cierto aquel dictum de Ignacio, EE, anotaciones 1, 2da.) adaptándole un pelín, «…que no el mucho saber harta y satisface el alma, sino el sentir y gustar las cosas internamente…»; que el/la amante y la/el amado/a ambos/as puedan sentirse colmados/as de tan solo estar juntos/as, en silencio aunque no haya qué razonar o decir o hacer.

    Hace años miré «Waiting for the Moon» (1987) que versaba sobre el amor de Alice Tokas y Gertrude Stein (1030’s) y algunas secuencias de imágenes transcurrían en silencio, mientras degustaban té. A pesar de que en la época me sentí impresionado y lleno de sentimientos mixtos, todavía la recuerdo como una buena imagen del amor en silencio. También recuerdo «Lat Caroline Lamb» sobre el affair de Lady Caroline Lamb y Lord Byron (finales del s. xviii, me parece) (Sarah Miles, Richard Chamberlain, 1972), todo lo contrario, una muestra de lo que el amor no es.

    Me parece que el amor ocurra bajo la modalidad que ocurra si es claramente diferenciable y reconocible, no pueda ser explicado. En sus «Versos del Capitán» el siempre extraordinario Pablo Neruda (1904-1973) incluyó un poema: «La Risa», en la que  se puede sentir palpitar el amor en su vehemencia y no menos ocurre al leer «Soy» de Alfonsina Storni (1892-1928), el uno tan distinto del otro poema.

  • oscar varela

    “El amor nos liga a las cosas, aun cuando sea pasajeramente.
     
    Pregúntese el lector,
    – ¿qué carácter nuevo sobreviene a una cosa cuando se vierte sobre ella la calidad amada?
    – ¿Qué es lo que sentimos cuando amamos una mujer, cuando amamos la ciencia, cuando amamos la patria?
     
    Y antes que otra nota hallaremos ésta: aquello que decimos amar se nos presenta como algo imprescindible.
     
    Lo amado es, por lo pronto, lo que nos parece imprescindible.
     
    ¡Imprescindible!
     
    Es decir, que no podemos vivir sin ello, que no podemos admitir una vida donde nosotros existiéramos y lo amado no —que lo consideramos como una parte de nosotros mismos—.
     
    Hay, por consiguiente, en el amor una ampliación de la individualidad que absorbe otras cosas dentro de esta, que las funde con nosotros.
     
    Tal ligamen y compenetración nos hace internarnos profundamente en las propiedades de lo amado.
    – Lo vemos entero,
    – se nos revela en todo su valor.
     
    Entonces advertimos que lo amado es, a su vez,
    – parte de otra cosa,
    – que necesita de ella,
    – que está ligado a ella.
     
    Imprescindible para lo amado,
    – se hace también imprescindible para nosotros.
     
    De este modo va ligando el amor
    – cosa a cosa y
    – todo a nosotros,
    – en firme estructura esencial.
     
    Amor es un divino arquitecto que bajó al mundo
    —según Platón «a fin de que todo en el universo viva en conexión».

  • George R Porta

    Si algo arguye en favor de conectar mística y amor es que éste es inexplicable e incomprensible, aunque se puedan escribir tratados de millones de páginas como se pudieran escribir sobre la nada. El resultado siempre sería inconclusivo.

    El amor ocurre o no y en él se pierde el aliento. Por eso la union íntima de los amantes debiera un sacramento del amor con o sin la bendición del juez o del cura, o el Imán o quien sea, porque solo los amantes pueden saber si son sinceros en el amor que los une o si solo se trata de los impulsos copulativos de la carne, de la ausencia de la ternura y del deseo de contemplar al/la otro/a en su propia acción de amar sin interferirlo/a más de lo que desee al efectuarla. Por eso, paradójicamente, no hay momento de mayor autonomía que el momento de amar, lo mismo si el amor es sacrificial y o heroico.

    Desde luego, cada persona puede y debe tener su propia comprensión de qué sea amor y qué no lo sea. Por esa misma razón la manida expresión de 1 Juan 4, 8 en realidad carece de lugar porque la divinidad es una noción cinaprensible, pero en segundo lugar, porque el amor es igualmente indefinible y por lo tanto no atribuible ni como naturaleza ni como cualidad.

     

  • George R Porta

    Leo: «La filosofía ha dejado el amor a la psicología: que lo ha reconvertido en mero amorío.»

    ¿Que ocurrió a los filósofos con su amor? Y «Qué sabe un filósofo de los psicólogos y el suyo? ¿No es esta afirmación presuntuosa, un modo estructuralista de encerrarlos, a ambos?

    ¡Qué pena que los poetas se hayan dejado privar del amor (si eso ha ocurrido, desde luego)?

    ¿Aman las ramas del conocimiento, como la filosofía, la psicología, o ama la gente, conozcan lo que conozcan y del modo que lo conozcan?

    ¿Puede ser cualquier idea merecer su ponderación solo porque se nos venga a la mente?

    ¿No será que el Amor, sea solo eso, amar y amar dejándose amar? En definitivas nadie ama porque disfruta, sino que ama porque comparte la existencia. No sé si se puede amar a la Ciencia, aunque se la puede disfrutar.

    Claro que en unas instancias el amor es más fácil y en otras mucho más exigente, pero un signo de su autenticidad, es que en ambas instancias se basta consigo mismo y su amante compañía, la del o la otra persona en y con la que ama, incluso cuando cualquiera de ellas aparece como menos amable.

    ¡En fin! Hasta las ideas caprichosas y hasta banales pueden ser enjundiosas, más o menos, claro está…

  • M. Luisa

    Como siempre el autor con su bella aforística nos recluye amablemente a tener que pensar, lo cual, si bien, en su conjunto, admiro su forma  a veces algún contenido  lo discuto en mis adentros. Por ejemplo sacándolo de ahí,  hoy excepcionalmente uno de ellos  lo explanaré un poco.

    Por qué? me pregunto, respecto a lo que sea el amor, esa disyuntiva entre estructuralismo y hermenéutica. La hermenéutica, como se sabe, es interpretación  de sentido, en efecto, le da sentido al amor  pero precisamente   se lo puede  dar   por ser el amor una realidad.

    Lo que requiere necesidad de estructura es la realidad, es decir, en nuestro caso la realidad del amor. Sólo así, pienso,  puede quedar abierto el signo hermenéutico. Estructura y hermenéutica no son incompatibles!

    cordialmente!!

    • Asun Poudereux

      Gracias, M.Luisa. Ahí choqué también. Y gracias al autor, por estar ahí.
      Un abrazo a los dos.

      • M. Luisa

        Gracias Asun, por tu flash de coincidencia, un abrazo para ti y otro para Andrés que tanto nos hace pensar!

        Sinceramente sin tú entrada ayer, quizá no hubiera visto la necesidad de volver de nuevo sobre el asunto aun habiendo motivo para ello al percatarme enseguida de lo que, a modo de esbozo, me resultaba hasta para mi insuficiente.

        Introduciré pues otra idea, aunque no ha de entenderse aisladamente sino en conjunción con lo ya expresado. Y la expondré a partir de este otro pensamiento al que nos remite el autor:

        — La filosofía ha dejado el amor a la psicología: que lo ha reconvertido en mero amorío-

        En efecto. Pero nos hemos de preguntar ¿por qué? del amor se pasa al amorío. Pienso que no es casual que la psicología rebrote con intensidad a partir del existencialismo el cual defiende que la existencia precede a la esencia, es decir, un ser que existe antes de ser definido por ningún concepto.

        Ahora bien, este planteamiento nos deja frente a la idea de una esencia meramente conceptiva, no física y real. De ahí el papel de ayuda que hace la psicología dentro de la visión existencialista!

        Demos la vuelta ahora al planteamiento y pensemos en la esencia física de la realidad humana. Es ahí donde se hace necesario, pienso, un sistema estructural real que vaya más allá de todo conceptualismo. Sólo mediante la estructura se descubre que lo esencial de la esencia, por decirlo de alguna manera, no consiste en ser origen sino principio. Principio que nace dentro del propio sistema de la realidad humana. Principio sistemático y funcional y no meramente causal. De ahí que Sastre a lo heideggeriano pueda decir: el hombre es antes que nada un proyecto que se vive subjetivamente (…) el hombre será, primeramente, aquello que habrá proyectado ser”. Sí, pero no deontológicamente sino estructuralmente. Valga como una reflexión más!

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