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Los católicos no tienen el monopolio de la solidaridad

Religión Digital

¿Qué duda cabe de que el obispo Aguirre, de Centroáfrica es un tipo que se está jugando la vida por seguir haciendo lo que puede con la gente más pobre? Ese sí que sigue la línea de Francisco. Pero eso no le autoriza ni a él ni al papa Francisco (recordamos algunas de sus referencias a las ONGs) para criticar a otras muchas personas que desde organismos de la ONU y ONGs están también jugándose la vida por atender misiones de paz y de solidaridad. Lo que escribió Aguirre en Religión Digital el jueves 25 es una prueba del narcisismo escondido que arraiga en la conciencia católica: ¿cómo vamos a comparar la caridad de un obispo como Aguirre o de una monja como madre Teresa con lo que hacen otras personas sin fe en una ONG? Nos alegramos mucho que José Carlos Rodríguez le haya escrito esta contestación que reproducimos y que Religión Digital la haya acogido en su edición del viernes 26. Aprovecho para recomendar este sitio que cada vez cumple mejor su misión de información y crítica religiosa. AD

José Carlos Rodríguez: “Con el debido respeto… así no, monseñor Aguirre”

  • “Desde que empezó la mision de mantenimiento de la paz en la República Centroafricana, a finales de 2014, han muerto ya 84 soldados y policías, la mayor parte víctimas de ataques, además de 22 entre el personal civil”
  • “Centroáfrica está considerado el país más peligroso para estos trabajadores, hasta el punto de que solo el año pasado, 2018, hubo 396 ataques a estas personas y sus instalaciones, con seis muertos y 26 heridos”
  • “Nos criticas porque vamos cada dos meses de vacaciones. Si asi lo hacemos no es tanto para ‘desestresarnos’ (que también), sino sobre todo para poder estar algunos días con nuestras familias”“Me parece poco prudente cargar contra un proceso de paz de diálogo en el contexto que tenemos en Centroáfrica, porque mucha gente va a caer en discursos del odio”

Querido Juanjo:

He leído tu ultima colaboración en Religión Digital, titulada. “A Bangassou están llegando niños con el pelo seco como la estopa, las mejillas caídas y un poco de encefalopatía”. Una vez más, no puedo estar más de acuerdo contigo en que la situación de la República Centroafricana es trágica y que la gente sufre enormemente. Lo ves tú a diario en tu diócesis de Bangassou y yo en Bangui,donde trabajo -de forma algo intermitente- desde 2013. Anteriormente estuve ocho meses en Obo.

José Carlos Rodríguez Soto (Foto y perfil de Vida Nueva)

Pero permíteme que te diga que yo, que te llevo leyendo ya siete años, siempre me quedo con una pregunta cuando termino alguno de tus posts: realmente para destacar la excelente labor que tú y la Fundación Bangassou hacéis en favor de los más desfavorecidos, ¿es necesario descalificar de forma tan amarga a quienes intentan también ayudar al prójimo desde otras instituciones? En este último te despachas a gusto contra ONGs y personal de Naciones Unidas, y creo que de forma muy injusta. Yo trabajo en la ONU desde el 2012, he estado también en ONG y anteriormente dos largas décadas con la Iglesia en África. Creo que conozco lo mejor y lo peor de cada una de ellas y por eso me permito hacer algunos comentarios. Aclaro que lo hago a título personal y no en nombre de la MINUSCA (La Misión Unidimensional Integrada de las Naciones Unidas para la Estabilización en la República Centroafricana).

Vayamos por partes. Dices que “todos nuestros problemas los empezaron un grupo de fanáticos musulmanes llamados los Seleka que nos destrozaron la vida hace 4 años”. Pongamos el comienzo de la crisis mucho antes. Cuando yo llegue a Centroáfrica en el 2012 la mitad de los niños no estaban escolarizados, y el país figuraba ya como el segundo por la cola entre los más pobres del mundo. Es una pena que ha habido una tradición de un Estado predador que en lugar de dar servicios a sus ciudadanos se ha aprovechado de ellos o los ha ignorado. Y sabes perfectamente que los musulmanes han sufrido una injusta discriminación que está en el origen de esta guerra que es -aunque haya mercenarios extranjeros que pescan en el rio revuelto- en primer lugar, un conflicto entre centroafricanos.

Durante una visita que hice de un mes en 1989, me sorprendió como los cristianos (muchos curas incluidos) hablaban de los musulmanes como seres perversos, a los que negaban la condición de centroafricanos, y atribuyéndoles planes maquiavélicos para islamizar el país y conquistarlo. Una orgía de violencia como la que hemos conocido durante los últimos anos, y que por desgracia sigue aún, no surge de repente sin una larga historia de conflicto latente detrás.

Cargas, como te he oído hacer siempre, contra el personal de las organizaciones humanitarias, a los que acusas incluso de llenar la piscina en un hotel de cinco estrellas de la capital donde supuestamente muchos de ellos viven. No sé si sabes que Centroáfrica está considerado el país más peligroso para estos trabajadores, hasta el punto de que solo el año pasado, 2018, hubo 396 ataques a estas personas y sus instalaciones, con seis muertos y 26 heridos. Me imagino que ninguno de los que murieron intentando ayudar al prójimo cayeron bajo las balas al borde de esa piscina. Yo he trabajado cinco años en ONG en África, Bangui incluida, y te puedo decir cuando cobre más nunca pase de los 1.400 euros de sueldo al mes (además de un año entero que me lo pase de voluntario sin cobrar nada), con lo que difícilmente pude haberme alojado en un hotel de lujo. Durante mi trabajo de ocho meses en Obo conocí a gente muy joven que habían dejado sus países con una gran motivación de servir a los más necesitados y que se estaban jugando la salud física y mental haciendo frente a situaciones muy difíciles por contratos de pocos meses. Durante unos meses en los que trabaje con dos ONG en Bangui, ni yo ni mis compañeros pasamos nunca por el Hotel Ledger, y si por barrios donde cada dos por tres teníamos que echarnos cuerpo a tierra cuando empezaban los tiroteos.

De los que trabajamos para Naciones Unidas dices que “la mayoría cobra sin hacer ni el huevo” y que nos paseamos con coches sin al parecer saber lo que ocurre en el país. Vaya por Dios. Servidor de ustedes esta todos los días en la oficina antes de las siete de la mañana y no suele salir antes de las seis o las siete de la tarde, y te aseguro que no soy el único y que tengo compañeros que trabajan incluso 14 horas al día y sin fines de semana libres. Tenemos un coche para los diez que trabajamos en el mismo equipo, lo que me obliga muchas veces a desplazarme a pie por los barrios más conflictivos. Pasarse el día intentando convencer a milicianos armados hasta los dientes que dejen de pasearse con las armas, organizando sesiones de dialogo entre comunidades enfrentadas o negociando para que liberen a un rehén o devuelvan unas motos robadas y evitar así enfrentamientos no es precisamente “cobrar sin hacer ni el huevo”.

Nos criticas porque vamos cada dos meses de vacaciones. Si asi lo hacemos no es tanto para “desestresarnos” (que también) sino sobre todo para poder estar algunos días con nuestras familias, las cuales no pueden estar con nosotros al tener que vivir en un sitio peligroso. Te aseguro que vivir separado de mis hijos pequeños no es ningún placer. Tal vez no nos juzgarías tan duramente si supieras cuantas historias de dolor y de fracaso se viven en familias donde el padre o la madre no puede estar con los suyos al volver del trabajo cada día. Espero que tu, que pasas varios meses al ano en Espana y otros paises europeos por varios motivos, lo puedas entender en lugar de tener una actitud de juzgar.

La MINUSCA, como toda institución humana, tiene sin duda sus debilidades, pero te aseguro que la gran mayoría de su personal de uniforme no vive “como tortugas dentro de su propio caparazón”. Protegen escuelas, lugares de culto, convoyes en las carreteras, campos de desplazados, realizan acciones de desarme… y no sé si sabes que desde que empezó la misión a finales de 2014 hasta hoy han muerto ya 84 soldados y policías de la MINUSCA, la mayoría por ataques, además de 22 personas entre el personal civil. He perdido ya la cuenta de a cuantos funerales de compañeros he asistido. Y aceptemos que en todas partes cuecen habas, incluida la Iglesia.

Siento un enorme respeto por los religiosos que siguen al pie del cañón en lugares muy difíciles y sobre todo por los cinco sacerdotes asesinados el año pasado -de los cuales conocía a dos- por estar al lado de su gente, pero me indigna ver a curas centroafricanos que se pasan meses en Europa o sin hacer nada en la capital mientras abandonan sus parroquias. Si yo falto un día al trabajo sin el permiso correspondiente, a mí me sancionan. En una ocasión viví hospedado en una parroquia donde sus dos curas se ausentaron durante casi tres meses. A la vuelta, nunca les vi ir a celebrar misa a un campo de refugiados congoleños que estaba a cinco kilómetros porque, según me dijeron, tenían el coche estropeado. Un campo donde, por cierto, yo que no tenía coche iba dos veces por semana a pie.

Déjame terminar con algo de esperanza. La solución al conflicto centroafricano no podrá ser nunca militar, sino el dialogo. No tengo ninguna duda de que el Acuerdo de Paz de Jartum que tanto criticas es la salida a la crisis. El problema no es el acuerdo en sí, sino como decimos todos (incluía la Conferencia Episcopal en su último mensaje de junio) el respetar sus términos, y ahí tendremos que arrimar todos el hombro. Me parece poco prudente cargar contra un proceso de paz de dialogo en el contexto que tenemos en Centroáfrica, porque mucha gente va a caer en discursos del odio y sacar una conclusión muy peligrosa: si el dialogo no sirve para nada… volvamos a coger las armas para atacar “a los mercenarios”. No sabes la cantidad de pacíficos musulmanes centroafricanos que yo conozco en Bangui que tiemblan cada vez que tiene que escuchar la acusación de “mercenarios” de sus propios compatriotas cada vez que salen de su barrio.

 

12 comentarios

  • Juan García Caselles

    Pues ni tanto ni tan calvo Porque habrá misioneros santos, sin duda, y los habrá de los malos, de los regulares y de los peores. Y de los trabajadores de las ongs, lo mismo. El trigo y la cizaña, ya se sabe, crecen juntos.

    Ya sabemos lo mal que se llevan la iglesia católica y los dólares, pero del mismo problema de las organizaciones laicas, no tenemos ni noticia, salvo las naturales excepciones.

  • George R Porta

    ¿Cuántas de las transnacionales envueltas de un modo u otro en el sangriento comercio de diamantes en bruto de los que ni el autor del artículo ni el Obispo en cuestión, por estar quizás demasiado cercanos al dolor y las heridas de las víctimas conocen, serán objeto de inversion, consciente o no, directa o no, accidental o intencional, por parte del Vaticano, la cantidad de camuflages de paraísos fiscales envueltos si no por parte del Vaticano, que eso no lo sé, por parte de las propias transnacionales, muy bien que puede ser completamente inaccessible.

  • George R Porta

    Parte II

    Dicha nota se refiere a algo que suele dar una magnitud aproximada de la extensión de los problemas, es decir, se refiere a las regulaciones del comercio ilícito de armas de los países europeos y las fuerzas en juego alrededor de la extracción y el comercio de diamantes brutos (sin tallar) dentro de la propia dizque república.

    El siguiente enlace: http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2018/DIEEEO39-2018_DDHH_en_RCA_TaniaGSedano.pdf , conduce al documento del que extraje la cita. El que sigue es el texto de esta:

    «Diario Oficial de la Unión Europea de fecha 4 de diciembre de 2013. L 352-51. Artículo 1: “Se prohíbe la venta, el suministro, la transferencia o exportación de armamento y material afín de todo tipo, incluso armas y municiones, vehículos y equipo militar, equipo paramilitar y piezas de repuesto para ese equipo, a la República Centroafricana (RCA, por los nacionales de los Estados miembros o desde los territorios de éstos o empleando buques o aeronaves que enarbolen su pabellón, procedan o no de sus territorios.

    Artículo 2. Queda prohibido a) prestar asistencia técnica, servicios de corretaje y demás servicios, incluido el suministro de personal mercenario armado, relativos a actividades militares y el suministro, la fabricación, el mantenimiento y la utilización de armas y material afín de todo tipo, incluidos armas y municiones, vehículos y equipo militar, equipo paramilitar y piezas de repuesto de los artículos mencionados, directa o indirectamente a cualquier persona física o jurídica, entidad u órganos sitos en la RCA o para su utilización en ese país; b) proporcionar financiación o ayuda financiera vinculada con actividades militares, y en particular, subvenciones, préstamos y seguros de crédito a la exportación, así como los seguros y reaseguros, para cualquier venta, suministro, transferencia o exportación de armas y material afín o para el suministro de la correspondiente asistencia técnica, servicios de corretaje y otros servicios, directa o indirectamente a cualquier persona, entidad u organismo sitos en la RCA o para su utilización en ese país; c) participar consciente e intencionadamente en actividades cuyo objeto o efecto sea eludir las prohibiciones a las que se refieren las letras a) y b)”. (Documento de Opinión 39/2018).

  • George R Porta

    Parte I

    Vaya la primera recordación al hecho de que no sea yo experto en materia política y que esto que anotaré no disminuye mi gratitud a Atrio por abrir estas ventanas por las que quien quiera puede salir en busca de mayor información, tarea riesgosa siempre pero especialmente para los que no somos expertos técnicamente hablando, cual es mi caso.

    No obstante, una nota de cautela si deseo poner, sea yo experto o no., que no lo soy. Cuando se aumenta demasiado el perímetro de inspección u observación de una situación, cuando por el contrario se disminuye demasiado hasta la visión microscópica, o cuando se la saca de contexto, no importa el pretexto o la causa, los riesgos de distorsión y de errores de paralaje son obviamente enormes y peligrosos.

    Por otra parte, cuando las prohibiciones son tan específicas, mucho se queda fuera (puede ser que intencionalmente para favorecer la violación, puede ser que para cumplir de buena fe con las restricciones legales pertinentes), de cualquier modo, la idea de la complejidad y la gravedad maléfica de situación queda expuesta.

    El volumen de información que sobre los conflictos internacionales es originado en las muchísimas agencias ―nacionales, internacionales, sean ONG públicas o privadas, religiosas o no― envueltas en conflictos socioeconómico-políticos, global o regionalmente, es imposible de abarcar la compleja totalidad de los conflictos en cuestión o de su conjunto dinámico, y el puzle correspondiente es igualmente imposible de completar.

    Por eso deseo subrayar que, si bien el artículo es meritorio en sí y muy de agradecer, peca de reduccionismo porque sitúa fuera de contexto la situación de la República Centroafricana que nunca ha dejado de ser el río revuelto del que tantos explotadores pescan con beneficio y en punto de mayor caudal o profundidad yace el sangriento comercio de diamantes, oro, y demás riquezas que caracterizan al relativamente pequeño país.

    Para sugerir qué clase de complejidad conflictual caracteriza la situación en la que el autor y el obispo con el que trata de conversar se sitúan, copio de un informe de un centro de estudios gubernamental español acreditado por la seriedad de sus reportes, una nota al pie en uno de sus documentos de 2018 sobre la República Centroafricana y sus conflictos.

  • Rodrigo Olvera

    No había leído el artículo del obispo, hasta que lo ví publicado en el muro de Facebook de José Ignacio Calleja (gracias, estimado José Ignacio.

    Copio aquí lo que comenté allá

    Más notable que el discurso anti personal humanitario, es el discurso xenófobo y antimusulmán (hasta los musulmanes moderados son descritos bajo la narrativa de destructores).

    Por supuesto que el tema religioso es relevante en esta narrativa.

  • José Ignacio Calleja

    Leí en RD los dos textos desde su aparición y los reproduje en mi muro de facebook. El del obispo Aguirre me pareció innecesariamente crítico en algunos juicios de personas y la respuesta de José Carlos Rodríguez necesaria para puntualizar. Y lo hace. Creo, sin embargo, que Rodríguez argumenta desde su honestidad personal y con ella lo cubre casi todo. Pero ese no es el caso, sino ponderar si las organizaciones internacionales de ayuda humanitaria, y la ONU en particular, están claramente a altura de la encomienda que las define. Y Aguirre ponderar mejor en su crítica ese trabajo impagable de tantos voluntarios-profesionales de ONGs y profesionales de la ONU. Creo que la del obispo era una carta privada, o semiprivada, pero es igual. De todos modos, yo he crecido con la idea de que los misioneros y, en general, los voluntarios en “el desarrollo” de Sur, eran héroes y sin crítica alguna que les pueda alcanzar. Sigo viéndolos con ojos de enorme admiración, pero no está mal que de vez en cuando, y desde el terreno, pongan negro sobre blanco algunas carencias de la ONU y sus Agencias en ese terreno, y de la Iglesia, y de las ONGs, cuando haya lugar. Si fuesen muchas, claras y graves, hay que hablar de ellas. Creo que ese es el tema que importa y no la laicidad o religión del que habla. O no en primer lugar, de ningún modo. Paz y bien.

  • Antonio Duato

    He añadido dos fotos e información enlazada sobre los protagonistas de esta polémica.

    No conocía a José Carlos Rodríguez. Me he enterado de que fue a África hace muchos años como misionero comboniano. Y que, tras secularizarse, ha permanecido al servicio de África y de los africanos. Pero no en misiones y organizaciones católicas sino como laico y en misiones de la ONU. Ha seguido colaborando en algún medio católico como Vida Nueva, pero sobre todo en Africa Fundación Sur y en su Bitácora Africana, donde están todos sus artículos.

    ¡Ojalá nos vayamos informando mejor sobre lo que sucede en África a través de testigos como José carlos que es uno más de los muchos voluntarios que allí trabajan sin hacer proselitismo!

    • Mª Pilar García Martímez de Aguirre

      Querido Antonio:

      ¡Lo comprendo! Mi hija hizo lo mismo, y nunca ha dejado de colaborar desde otra estancias.

      Un abrazo entrañable… Siempre estás en guardia, eres… ¡Formidable!
      mª pilar

  • M* Pilar García Martínez de Aguirre

    ¡Cómo comprendo y apoyo esta carta llena del dolor que causa… la incomprensión de una “parte” de esta iglesia!

    Mi hija ha vivido unos 17 años por América Latina, en distintos países, los primeros años, en la misión que hacía Vida en la Amazonía de Ecuador Gonzalo Marañon y sus siete compañeros, los cooperantes, no volvían a casa hasta pasados tres años, y todos lo asumieron_asumimos, y fue una experiencia magnifica.

    Después la busco Cáritas y la envío a… Colombia, después a…  El Salvador, y desde allí, viajó constantemente a 8 países centro americanos que compartían un mismo proyecto, en esos años, vivió prácticamente en el avión… Y volvió, con mucha tristeza, al comprobar algunos comportamientos de algunos curas y responsables de la iglesia.

    ¡Qué diferente la primera experiencia en Ecuador, donde su obispo, era uno más del grupo!

    Y no era lo más importante “hacer nuevos creyentes” sino que la Vida, fuera posible para todas las personas.

    ¡Cómo comprendo está dolorida queja!

    ¡Gracias Atrio, por hablarnos de los buenos y duros trabajos, que otras personas realizan en cuidar de los siempre sufrientes de este mundo!

    m* pilar

  • ana rodrigo

    Leí el otro día este artículo y me dejó un regusto de optimismo y de esperanza.

    Vaya por delante que agradezco y admiro a la cantidad de religiosos, curas, y religiosas de iglesias cristianas, su valentía y generosidad de ir a trabajar por los demás a lugares donde corren continuamente riesgo sus vidas, más las incomodidades consiguientes. También he observado, hablando con gente que tiene familiares en estos lugares, que, además del aspecto religioso-cristiano-catequético, desde hace muchos años dedican su tiempo y su vida a escolarizar y dar la oportunidad a las personas de que puedan tener un trabajo o a liberarse de la esclavitud.

    Una vez hecho este reconocimiento, debo decir, como dato de esperanza, la cantidad de personas a título individual y, especialmente, de ONGs, que ni son religiosos ni antirreligiosos, que tienen un grado de entrega, desinterés y generosidad envidiable. En mi comunidad hay un matrimonio, él médico, que ha ido en varias ocasiones a la isla de Lesbos, y ella tiene un proyecto en empoderamiento de las mujeres en Burkina Faso. Por poner un ejemplo.

    El que esta participación arreligiosa sea un hecho y el que haya denuncias y protestas como la del autor de esta carta, le irá abriendo los ojos a quienes desde la iglesia, desde su celibato que supone no tener que privarse de ver a sus hijos/as, el que ayudar al desarrollo, ya no debe ser un acto de caridad ni sectario, sino de justicia, además de otros detalles, como la implicación (lamentablemente insignificante) de Organismos supranacionales, son signos de esperanza. Como se dice popularmente “todas las manos son pocas”. Y la Iglesia a arrimar el hombro sin monopolios ni exclusivas de hacer el bien por el hecho de ser cristianos.

    Sin olvidar que paralelamente habrá que trabajar en estas tierras el problema de los migrantes que ya no pueden más.

  • Asun Poudereux

    Muchas  gracias, al equipo Atrio y en especial al autor,  por plasmarnos esta, diría yo, cosmovisión, que tanto es resistida a ser aceptada. En lo diferente también se vio Jesús de Nazaret. Lo reflejó y expresó de modo abierto y directo. Benditos los que actúan así y no optan por la ignorancia y el rechazo cómodos, por temor a romper moldes.

  • Carmen

    El problema es que ahora la iglesia empreSA ha puesto sus ojos en África.

    Son partidarios del monopolio , no quieren competencia.

    Además tienen que llevarle el mensaje de Jesús de Nazaret , y todo el mundo sabe que es una mensaje exclusivo de la iglesia católica, apostólica y romana. Por algo el Papa es el sucesor de Pedro en la tierra y vicario del mismísimo dios.

    Pues eso

    Me ha gustado un momtonazo . Que las personas pierdan el mido y hablen. No queda otra.

    O rendirse. Pero dicen que rendirse es de cobardes. Eso dicen.

     

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