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Un burro echado al olvido

  Pinceles para el Evangelio, 9

  • 1. El burrito se las trae

        Que el Galileo hiciera su entrada en Jerusalén montado en un borrico no fue cosa de poca monta. Los cuatro evangelistas recogieron la escena. Cada uno, eso sí, a su estilo, en cauces pedagógicos distintos y acomodándose a circunstancias muy diversas. Seguimos aquí el relato que sirvió de base a los otros tres:

        “Cuando se acercaban a Jerusalén, esto es, a Betfagé y Betania, en dirección al Monte de los Olivos, envió a dos de sus discípulos diciéndoles:

–Id a la aldea que tenéis enfrente; al entrar en ella encontraréis enseguida un borrico atado que nadie ha montado todavía; desatadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta por qué lo hacéis, contestadle: ‘El Señor lo necesita y lo devolverá cuanto antes’.

        Fueron ellos, encontraron el borrico fuera, en la calle, atado a un portón, y lo desataron. Algunos de los que estaban allí les dijeron:

–¿Qué hacéis desatando el borrico?

        Ellos les contestaron como les había dicho Jesús, y los dejaron.

        Llevaron el borrico adonde estaba Jesús, lo cubrieron con sus mantos y él se sentó encima. Muchos alfombraban el camino con sus mantos; otros, en cambio, con ramas que habían cortado de las fincas. Los que iban delante y los que seguían gritaban:

¡Sálvanos! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
¡Bendito el reinado que llega, el de nuestro padre David!
¡Sálvanos desde lo alto!

        Entró En Jerusalén, esto es, en el templo, lo miró todo en torno y, como era ya tarde, salió para Betania con los Doce” (Mc 11,1-11).

 

  • 2. Las dos partes del relato

        Como puede apreciarse tras una lectura rápida, el texto consta de dos partes bien diferenciadas con una nota final que sirve de enlace a la siguiente secuencia.

  1. La primera tiene al borrico como referente de la acción.
  2. La segunda está centrada en la actitud de la comitiva que acompaña la entrada del Galileo a la capital.

La primera parte resulta chocante.

        Las indicaciones y las acciones parecen disparatadas y fuera de lógica. Nada más iniciarse la narración surgen interrogantes respecto a los extraños movimientos de los personajes. La falta de lógica exige con urgencia respuestas en busca de coherencia:

        ¿Cómo se hace mención de Betfagé y Betania si no son lugares de paso viajando desde Jericó, lugar de partida del grupo? (Mc 10,46b). ¿Por qué el Galileo no indica el nombre concreto de la aldea adónde tienen que ir los enviados? ¿Por qué tampoco aporta datos respecto a la calle? ¿Por qué sabe él que hay un borrico en la entrada de esa aldea si es la primera vez que pasa por la zona y ni siquiera ha entrado a esa población? ¿En qué lugar preciso está el burro? ¿Qué burro elegir si los enviados llegaban a encontrar más de uno? ¿Por qué está seguro de que el borrico está atado? ¿Cómo puede saber que nadie lo ha montado? ¿Qué importancia tiene ese hecho? ¿Por qué no se extrañan los discípulos de tan atípico encargo? ¿Cómo se conforman en llevarlo a cabo sabiendo que la operación puede salir mal? ¿No temen algún garrotazo en las costillas del dueño del jumento? ¿Cómo iban a permitir los vecinos de la aldea que unos desconocidos con no buena pinta se llevaran un borrico así, por las buenas? ¿Les bastaría la explicación que llevaban aprendida? ¿No habría sido más lógico ir directamente al dueño a pedírselo prestado? ¡Bastaba una indicación a los discípulos sobre su nombre y su domicilio!

        Precisamente, esa apariencia de no tener ni pies ni cabeza y la excesiva carga de ingenuidades de la escena aconsejan traspasar la cota superficial de la lectura historicista. Para encontrar su sentido no cabe otra posibilidad que adentrarse en los movimientos relacionados con el borrico. Pero ¿cómo hacerlo? ¿Desde qué claves partir?

 

  • 3. Buscando pistas

        De entrada, el texto pide a gritos dar con los eslabones que lo enganchan al circuito pedagógico de Marcos. La tarea consiste en encontrar las señales que orientan en esa dirección. Observemos algunas pistas:

        El relato del burro así como las circunstancias donde se ha inscrito no parten de cero. Se hallan engarzados a la gran secuencia del viaje a la capital. Son su culminación. Y esa larga caminata desde Galilea a Jerusalén está marcada por los constantes desencuentros entre Jesús y los discípulos a causa de sus contrapuestos objetivos y estrategias.

        El primero surgió nada más echar a andar. Pedro se opuso abierta y directamente a los planteamientos del Galileo. Pero este se plantó y respondió a esa actitud del cabezota poniendo firme al grupo y estableciendo sus condiciones (Mc 8,31-38). La segunda apareció durante el trayecto, tras andar el colectivo un largo trecho con el tejemaneje de sus ambiciones. Jesús les dará un serio toque de atención y declarará el servicio como único objetivo a ambicionar (Mc 9,33b-37). La tercera ocurrió al final de la andadura con la pretensión de los dos Zebedeos de ocupar los primeros puestos y la reacción indignada de los otros diez, que manejaban las mismas aspiraciones. El Galileo les dejará claro que la sociedad alternativa que ellos representan está guiada por objetivos opuestos a los del sistema injusto (Mc 10,35-45).

        El grupo alcanzó la capital lastrado, pues, por un fuerte antagonismo entre el Galileo y los discípulos. La opción de Jesús por el borrico exige ser considerada desde la postura mantenida por él durante el prolongado trayecto hacia Jerusalén.

        De hecho, como ya hemos señalado, el relato está construido con dos partes diferenciadas. La primera corresponde a la determinación del Galileo de recurrir a un borrico de no se sabe quién para hacer su entrada en Jerusalén. En la segunda, con el grupo puesto en marcha y accediendo a la ciudad, destaca una masa de entusiastas montando una escandalera en su tentativa por manifestar las intenciones rebeldes con que accedían a la capital. Así, pues, el extraño movimiento de Jesús con el rucio hay que situarlo en las antípodas de esa actuación desatada de partidarios de las tesis mesiánicas tradicionales.

        En esa misma dirección apunta un dato sobresaliente de la narración: el Galileo manda a dos discípulos a recoger el borrico. El envío de dos delegados suyos para ejecutar una acción determinada solo ocurre, además de en esta, en otras dos ocasiones en el evangelio de Marcos.

        La primera (Mc 6,7-13) sucede después del desprecio sufrido en Nazaret por sus paisanos (Artículo en ATRIO: La semilla de la igualdad 1). La segunda (Mc 14,12-16) tiene que ver con los preparativos de la cena de Pascua (Artículo en ATRIO: El hombre del cántaro).

        Los dos enviados representan en esas dos escenas a todo el colectivo de discípulos. En ellas se subraya cómo el grupo nunca acabó de asumir la propuesta del Galileo. Se decantó, en cambio, por conquistar el poder. Jamás aceptaron ser su alternativa. La acción que en esos dos relatos el Galileo les ordena ejecutar tiene sentido aleccionador para el grupo. Pretende hacerles salir de sus casillas y asumir su proyecto sin reservas.

        Esos mismos ejes estructuran también el relato del burro. Los dos discípulos enviados a recogerlo también representan a todo el colectivo. Ellos persisten en su desacuerdo con las ideas de Jesús. La maniobra relacionada con el borrico se sitúa a todas luces en el lado opuesto al posicionamiento de los seguidores. Trata de hacerles cambiar de actitud y conducirlos a su propuesta.

 

  • 4. Atendiendo al (olvidado) profeta Zacarías

        Los evangelios de Mateo y más tarde el de Juan (Jn12, 14-15) revelan haber entendido a la perfección la escena del borrico de Marcos. Uno y otro refieren el dato clave que da sentido a ese movimiento relacionado con el burro. Lo hacen presentando versiones del hecho muy separadas entre sí, pero citando ambos explícitamente al profeta Zacarías (Zac 9,9), verso al que alude veladamente el texto de Marcos:

        Esto ocurrió para que se cumpliese lo que dijo el profeta:

         Decid a la ciudad de Sión:
Mira a tu rey que llega,
sencillo, montado en un asno,
en un pollino, hijo de acémila”
(Mt 21,4-5).

        “Pero Jesús encontró un borriquillo y se montó en él, como está escrito:

         No temas, ciudad de Sión,
mira a tu rey que llega
montado en un borrico”
(Jn 12,14-15).

        El enganche de la escena del borrico con el texto del profeta Zacarías resulta más que evidente. Pero, ¿cuál es su sentido? ¿Qué mensaje encierra?

       

  • 5. Hubo, sin embargo, otros profetas interpretados hacia la violencia

        La dilatada etapa de la monarquía en Israel fue un cúmulo de despropósitos que no solo partió el país en dos, sino que lo cubrió por completo de injusticias y desgracias. Durante muchos siglos se desplegó ante el pueblo un horizonte plagado de calamidades y miserias. El país no tuvo otra suerte que pasar de esclavitud en esclavitud bajo la dominación de los imperios dominantes de turno.

        No faltaron, sin embargo, en cada momento histórico osados personajes que, libres de ataduras e independientes de las instituciones políticas y religiosas, denunciaron sin pelos en la lengua la maldad y la crueldad de reyes y poderosos. Y estimularon el optimismo del pueblo anunciando que tras una situación de absoluta negrura sobrevendría un grandioso y brillante porvenir.

        Los profetas acudieron a imágenes de todo tipo para destacar gráficamente esa aurora definitiva embriagada de justicia y armonía. Una época jamás soñada, marcada por una paz inimaginable donde no quedara hueco para la crueldad:

“Saldrá un renuevo del tocón de Jesé,
y de su raíz brotará un vástago…
No juzgará por apariencias ni sentenciará solo de oídas;
juzgará a los pobres con justicia,
con rectitud a los desamparados…
Habitará el lobo con el cordero,
la pantera se tumbará con el cabrito,
el novillo y el león pacerán juntos:
Un muchacho pequeño los pastorea.
La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas;
el león comerá paja con el buey…”
(Is 11,1.3-4.6-7).

        Naturalmente, conciben esa era bajo la soberanía universal de Dios, ejercida a través del papel único y preeminente de Israel. De ahí que los profetas destacaran en sus anuncios la venganza y la victoria aplastante contra los imperios avasalladores:

“Por eso dice el Señor de los ejércitos:
Pueblo mío, que habitas en Sión, no temas a Asiria,
aunque te hiera con la vara
y alce su bastón contra ti, a la manera de Egipto.
Porque dentro de muy poco mi ira los consumirá,
mi furor los aniquilará.
El Señor de los ejércitos sacudirá contra ellos su látigo,
como cuando hirió a Madián en la Roca del Cuervo,
como cuando alzó su bastón contra el mar,
en el camino de Egipto.
Aquel día su carga resbalará de tu hombro,
arrancarán su yugo de tu cuello”
(Is 10,24-27).

       Con estos escritos tenidos por sagrados resultó fácil que se impusiera como conclusión que el reinado de Dios llegaría tras la lucha armada de todo el pueblo y la derrota del imperio dominante. La tradición reiteró esa idea generación tras generación e hizo triunfar la creencia en un rey ideal que llevara a cabo la decisiva victoria: un descendiente de David.

       Una vez cuajado y generalizado ese modelo guerrero y cruento en la mente del pueblo, quedaron arrinconadas en el olvido otras intuiciones proféticas como la de Zacarías, que contempla a un rey incondicional de la paz llegando triunfante para desarmar de una vez por todas la tiranía de los grandes y poderosos imperios.

 

  • 6. Marcos retoma la perspectiva de Zacarías

        Marcos reflejó al Galileo abanderando esta posición olvidada de Zacarías y construyó el armazón de su escena dando protagonismo al borrico. El lector encargado de leer en voz alta el texto a la asamblea (ἐκκλησία; transliterado: ‘iglesia’ = ‘asamblea’) contaba con todos los elementos para explicar con detalle y en profundidad la famosa escena.

        Los discípulos reciben un encargo del Galileo. Les envía a una aldea sin determinar su nombre. Anteriormente se ha citado el de dos: Betfagé y Betania (v.1). Ahora, en cambio, no se precisa el destino. No se trata de un lugar concreto, sino un espacio simbólico. Solo se añade un detalle: “la que tenéis enfrente” (v.2). “Enfrenteindica oposición. Lo que deben buscar no se halla en la capital, el centro del poder que ellos persisten en conquistar. Se encuentra al otro lado de ese posicionamiento. Para llegar allí necesitan abandonar las ideas que sostienen y esforzarse por aceptar aquellas otras, las propuestas por Jesús, a las que ellos tantas veces se han enfrentado.

 

  • 7. El borrico: atado y “a estrenar”

        Una vez salidos de los ideales que ellos abrazan y nada más entrar al espacio donde reinan las categorías contrarias a tales sueños de poder, los discípulos hallarán el objeto del encargo. No requerirán andar buscando de un lado a otro. Será lo primero que vean: “al entrar en ella encontraréis enseguida”. El burro del que hablaba Zacarías está allí, a la vista. Representa la opción del Galileo, dispuesto a entrar en la capital pacíficamente abanderando su proyecto: El reinado de Dios, una sociedad alternativa que desbanque definitivamente al poder y a los poderosos.

        En contraste con la tendencia mayoritariamente aceptada de una liberación del yugo extranjero a través de la lucha armada, cuyo líder fuera reconocido como nuevo David, la propuesta del Galileo, al igual que la intuición de Zacarías, permanecía inmovilizada, fuera del conocimiento de la gente. Los discípulos se habían encargado de retenerla. Ellos decían haberla aceptarlo, pero solo de boquilla. En realidad mantenían sus propios postulados, aunque no se despegaban del Galileo porque veían en él al líder que necesitaban. No asumiendo el proyecto, lo neutralizaban. Jesús conocía a fondo esa estrategia del grupo. Por tal razón les indica que el burro está bien sujeto: “encontraréis enseguida un borrico atado.

        La indicación que a continuación Marcos pone en boca de Jesús resulta innecesaria para la acción encomendada a los discípulos: “que nadie ha montado todavía”. El dato carece de relevancia desde una lectura historicista. ¿Qué más da que alguien lo hubiera o no montado con anterioridad? El apunte adquiere valor siguiendo el sentido figurado del relato. No fueron pocos los personajes que se pusieron al frente de una rebelión armada asumiendo el papel de líder mesiánico. Sin embargo, nadie se había atrevido a agarrar las riendas del borrico de Zacarías ni se montó en él para capitanear la nave de una sociedad pacífica que se presentara como alternativa al poder. Ese burro echado al olvido permanecía aún sin estrenar.

        La acción principal encomendada a los discípulos se presenta como una orden. Bastaron dos escuetos imperativos: “Desatadlo y traedlo”. El mandato es claro y preciso. No admite confusiones. El grupo de seguidores está obligado a dejar de retener el proyecto del Galileo y secundarlo: “Desatadlo”. La falta de compromiso de los discípulos lo mantiene inactivo. La llegada a la capital exige tomar partido por él sin reservas y llevarlo como enseña al atravesar la puerta de entrada a Jerusalén: “Traedlo”.

 

  • 8. El Señor lo necesita

        La tarea encomendada a los discípulos termina con una indicación. Su movimiento de desatar el borrico para llevárselo puede generar extrañeza e incomprensión. En especial por falta de credenciales de quienes llevan a efecto la operación. ¿Qué sentido tiene y con qué autoridad pretenden sacar del olvido el burro de Zacarías? ¿Quiénes son ellos para hacer dicha acción? Las masas de gente que acompañan al Galileo han sido arengadas por los discípulos. Están dispuestas a sumarse al carro de la revuelta teniendo al Galileo como el anhelado Hijo de David. ¿Cómo podrán entender que el grupo de discípulos entren ahora en la ciudad asumiendo otra forma de liberación, la idea pacífica de la sociedad alternativa? ¿Cómo han podido los discípulos renunciar a esa creencia admitida por la totalidad del pueblo sobre el liderazgo del Hijo de David? La respuesta que deben dar los discípulos está también precisada a la letra: “Y si alguien os pregunta por qué lo hacéis, contestadle: El Señor lo necesita y lo devolverá cuanto antes” (v.3).

        El pueblo concedía la máxima autoridad al descendiente de David. El Galileo declara tener condiciones para superar esa autoridad. Quien está dispuesto a entrar en Jerusalén siguiendo la olvidada pauta de Zacarías es aquél a quien David llamaba: “El Señor”; alguien por encima de él y a quién él reconoce como superior. Con ese mismo argumento, citando el salmo 110, atribuido a David, Jesús cerrará más tarde la boca a los ideólogos de la institución religiosa:

        “¿Cómo dicen los letrados que el Mesías es sucesor de David? David mismo, movido por el Espíritu Santo, dice:

         Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha,
que voy a hacer de tus enemigos estrado de tus pies.
David mismo lo llama Señor; entonces, ¿de dónde sale que es sucesor suyo?”
(Mc 12,36-37).

 

  • 9. Lo que fue pasando

        Marcos da cuenta del cumplimiento exacto del encargo por parte de los discípulos (4-6). Añade, además, que el grupo se puso al servicio del Galileo: “Llevaron el borrico adonde estaba Jesús, lo cubrieron con sus mantos y él se sentó encima” (v.7). El manto es figura de la persona a la que esa prenda pertenece. Colocar el manto sobre el burro para que Jesús se siente sobre él significa ponerse a su servicio; la disposición efectiva a aceptar su planteamiento de sociedad alternativa.

        A partir de aquí Marcos no atribuye acción directa alguna al grupo de discípulos. Hablará generalizando: “Muchos”, “otros”, “los que iban delante”, “los que seguían”:

        “Muchos alfombraban el camino con sus mantos; otros, en cambio, con ramas que habían cortado en las fincas. Los que iban delante y los que seguían gritaban (vv. 8-9).

        Que los discípulos cedieran, desistieran de sus postulados y aceptaran convencidos el planteamiento del Galileo no se constata aquí. Quienes aparecen como actuantes asumiendo todo el protagonismo son masas de individuos no identificados que fueron alentados por ellos y a los que ahora no reconducen. Estos vociferan con gritos de guerra en la entrada a Jerusalén. Solicitan la intervención divina y lanzan proclamas alusivas al nuevo reinado del hijo de David:

        “¡Sálvanos! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
¡Bendito el reinado que llega, el de nuestro padre David!
¡Sálvanos desde lo alto!”
(vv.9-10).

        El Galileo no se dejó llevar por el griterío de las masas. Entró en la capital con otra idea muy distinta. La escena termina con él echando una ojeada rápida al templo y saliendo de la ciudad camino de Betania (v.11). El templo será a partir de aquí el nuevo escenario donde Jesús se enfrentará con los líderes de la nación. Los discípulos, por su parte, tocada su moral con el asunto del borrico, entrarán en un largo y elocuente silencio.

 

  • 10. La intención de Marcos

        Marcos intentó con este relato informar de los intentos del Galileo por hacer recapacitar a los discípulos. El reinado de Dios no admite el reinado de nadie por muy heredero de David que se le reconozca. Él no vaciló a las puertas de la capital. Mantuvo firme la apuesta por su proyecto de sociedad alternativa y exigió lealtad a los suyos. Ser discípulo implicaba la renuncia a la propia ambición y el compromiso sin fisuras por la propuesta de quien superaba con creces la autoridad de David.

        Los integrantes de la asamblea que escuchaban las explicaciones del Lector tenían datos suficientes para pensar en qué posición estaba cada uno, qué rumbo seguir y qué decisiones tomar. La lección del Galileo les afectaba individual y colectivamente de modo muy directo.

49 comentarios

  • M.Luisa

    Buenos días, Salvador!

    En principio me iba a dirigir a  Giordano Bruno,   pero, aludiendo  a su comentario, al menos en el comienzo,  mejor me dirijo a ti para saber  qué opinas. De todas maneras como en el borrador había empezado dirigiéndome él   mantengo ese comienzo para no desbaratar ahora la cuestión, así pues, le decía:

    ¡De ahí llora la criatura, Giordano! De esos adjetivos salidos de un logos predicativo. Esos nombres no designan en absoluto lo que Salvador nos dice cuando se refiere a la importancia del nombre. Todos estos calificativos no son de suyo propios de la persona de Jesús.  Lo propio de él son sus dichos, sus gestos, su historia y por tanto todo ello constituye lo sustantivo de ese nombre que por serlo-sustantivo-  no se puede predicar,  sino que por sí mismo se expresa   mediante un logos pro-posicional ,es decir, anterior a los  precipitados de un  logos predicativo.

    El logos pro-posicional es el propio del logos nominal semítico, un logos  que describe lo que se le impone, no lo puesto por él, por ese logos, por ese decir mismo, en definitiva. Y lo que se le impone no es la “gnosis” (un conocimiento) sino lo  que está “noto” la nota, lo que se nota, lo notorio de una cosa,  lo que impresiona, (la noticia, por ejemplo, en el caso que nos ocupa) todo ello  es algo constructamente físico, es decir, en este tipo de logos se describen “notas”  físicas,  articuladas entre sí, unas en función de otras. Notas que se explicitan desde ellas mismas en una unidad de ligadura sin la intervención de verbo alguno y sin referencia ninguna a un sujeto por debajo de ellas, lo cual esta consideración nos remite  al vocablo “estado constructo” al que el otro día me referí prestado de la lingüística semítica. Y es   en ese sentido por lo que a veces distingo entre la filosofía del “estar” y la filosofía del “ser”. Si en aquella hay impresión en esta hay comprensión, sin embargo desde la perspectiva en que tratamos el problema, ésta, la comprensión  no se daría  sin aquella.

    Te deseo un feliz domingo!

    Ah! y también un saludo para Giordano, si me lee.

    • Salvador Santos

      Buenos días, María Luisa.
      Y buenos días, Giordano Bruno.

      Las personas ungidas en el AT (juez, profeta, rey) lo eran para significarles como encargados de realizar una función liberadora bajo la única Soberanía de Yahvé. En esa línea. el liberador definitivo debería ser el Ungido (Cristo) por Dios. Este término, Cristo, no fue en principio un nombre, sino que designaba la realidad de esa función específica.

      En el AT, ungido era en especial el rey, al que también se le consideraba hijo de Dios:

      “Se alían los reyes del mundo,
      Los príncipes conspiran contra el Señor y su Mesías:
      ‘Rompamos sus coyundas, sacudámonos su yugo’.
      El Soberano del cielo sonríe, el Señor se burla de ellos;
      Luego les habla con ira y los espanta con su cólera:
      ‘Yo mismo he ungido a mi rey en Sión, mi monte santo’.
      Voy a proclamar el decreto del Señor.
      Él me ha dicho: ‘Tú eres mi hijo,
      Yo te he engendrado hoy” (Sal 2,2-7).

      El texto de Marcos que recoge la presencia del Galileo ante el alto tribunal de la nación pone en boca de Caifás esta doble idea de Ungido e Hijo:

      “¿Tú eres el Mesías, el hijo del Bendito?” (Mc 14,61),

      El Galileo asiente ser quien realiza esa función. Pero lo que escandalizó al poderoso tribunal fue lo que él, declarándose un hombre, añadió a continuación. Aseguró la divinidad del ser humano, definitiva norma para enjuiciar la historia:

      “Yo soy. Y veréis al Hombre sentado a la derecha de la Potencia y llegar entre las nubes del cielo”.

      Un abrazo.

      P/D. Giordano Bruno, siempre que leo tu nombre me viene a la memoria la escultura que de este hombre hay en Campo dei Fiori, en el mismo lugar donde le quemaron. Impresiona. Por allí pasé a menudo durante mi estancia en Roma.

      • M.Luisa

        Gracias Salvador! Claríiiisssimo! pero no creo que Giordano Bruno entre más veces en este hilo, ¡que lástima! …porque se entiende de maravilla. Por esto, precisamente antes, por si acaso entrara no quería dejar de enviarle un saludo también a él, pero como digo no creo que visite más este hilo. En cualquier caso lo tuyo Salvador no tiene desperdicio…un abrazo!

  • GIORDANO BRUNO

    Christus, latin. Christós, griego.Mesias, hebreo, que significan UNGIDO. ¿Qué tiene que ver Jesús nuestro Galileo, con todos esos nombres?. El era un judío marginal. Hasta que salió de su pueblo Nazaret, ¿quien lo conocìa?. Ni era rey ni Sumo Sacerdote para ser ungido. Todo lo que fue, le ha sido agregado a una vida pública en la que anunció la “venida del reino de Dios”, el Padre, y las palabras que se le atribuyen en los llamados evangelios,por unos escribas que no le conocieron, con versiones mas o menos acertadas de lo que quiso decir. Pero lo cierto y verdad es, que fué condenado por la máxima autoridad de su propia Religión, y ejecutado por el poder del Imperio Romano. Y que fue abandonado por todos.

    Las mujeres son las únicas que le siguieron.Sin embargo, ¿hubiera sido posible esto, si las mujeres hubieran tenido una gran relevancia entonces?. No lo podemos saber. Pero es la verdad que estuvieron siempre con él.

    También es cierto, que fue condenado por “subversivo”, es decir, que intentaba cambiar el sistema social y político por otro donde fuera la igualdad, como algo inherente a los seres humanos donde la máxima categoría entre los mismos era “la hermandad”.

    Pero, era eso lo que esperaban los que le seguían?. Ni los doce discípulos esperaban eso siquiera.No. Querían “el mejor puesto en el reino que anunciaba”. Las multitudes, fieles a la enseñanza de las Escrituras del pueblo judío esperaban un reino donde el pueblo “elegido”, ellos ocuparan el lugar que habían tenido los Imperios que les habían esclavizado.

    Sí, y también lo hizo el crestianismo que les sucedió como otro pueblo elegido. Pero en palabras del abate LoIsy , esperaron lo mismo, PERO LO QUE VINO FUE LA IGLESIA.

    • Carmen

      Pues diría que sí. Las mujeres entendemos no lo que dicen las palabras, sino lo que se quiere decir con ellas. Tenemos los mismos derechos, no me cabe la menor duda, como tempoco me cabe ninguna de que no solamente somos distintas físicamente,y viva la diferencia, que dicen los franceses, sino que también lo somos psicológicamente.
      Se lo aseguro. No le seguían únicamente porque vieran en él un liberador, que también. No se lo puedo explicar. Quizás haya que ser mujer para entenderlo.

  • M.Luisa

    No estaría de más poner  en claro, para huir de toda  confusión, la relación que guarda lo que expuse ayer en este hilo  con  el comentario que dejé en el anterior  sobre “Los dos ciegos”.

    Ya me disculparéis pero  siempre me viene empujando el interés de cerrar el circulo, como se dice,   dentro del marco en el que me expreso con el fin de mostrarme a mi misma, aunque sea,  la coherencia de mis palabras.

    ¿De qué coherencia se trata?

    Referente al comentario en el hilo “los dos ciegos” respondiendo al amigo George acerca de cómo entendía yo  la Sociedad alternativa, hacía allí aquella diferenciación entre hacerla depender de un altruismo voluntarista o de la propia alteridad que las cosas nos manifiestan al enfrentarnos con ellas. Aquí es donde, en mi opinión,  el concepto “praxis” adquiere su pleno significado. Se contrapone al de conducta.

    Pues bien, qué relación guarda todo ello  con lo que ayer,   sobre la diferencia marcada por Salvador , en este hilo,  entre las lenguas semíticas y las indoeuropeas que, a mi modo, y resumiendo, le asigné, a las primeras, “el logos nominal” y a las segundas el “logos predicativo” ¿Qué quiero decir con ello?

    En el primer caso se trata de un decir sin afirmación alguna donde en él, en ese decir, prevalece el estado constructo, entendido éste como  anterior siempre a toda construcción, (es a lo que me refiero, en otros contextos,  cuando hablo del campo de realidad) el cual  sería en él, por tanto,  donde se daría el origen de la “praxis” abierta a partir de ella y con posterioridad a una gran variedad de posibilidades culturales  entre ellas configurar el propio altruismo del que hablaba George, como modo de ser.

    Si lo primero la praxis se inscribe dentro de la alteridad que nos muestran las cosas en tanto reales, lo segundo como construcción queda inscrito en la Sociedad alternativa   abierta al ser de las cosas, es decir a la concreción de ellas.

    Si no es mucho pedir sí  que con esta aclaración te  rogaría, Salvador, si tuvieras a bien darme tu valiosísima opinión.

    • Asun Poudereux

      ¡Hola, M.Luisa!
      Gracias, por ese anhelo que hay en ti en mostrar las diferencias sutiles en apariencia, pero de radicalidad diferente.

      Creo que apuntas a un modo de ver y sentir anterior al acto de visión convencional como al de los sentimientos bien descritos y definidos. De la prevalencia consciente de y en ese estado preliminar subyace la apertura y disponibilidad a todo lo que surge y va deparando la vida.

      De otro modo el voluntarismo podría ser el eje de nuestra existencia trayendo consigo condicionalidad no expresada e inconsciente.

      Soy muy atrevida, a veces, pero tengo que confesarte que este comentario tuyo me ha movido a ello.

      Un abrazo entrañable.

      • M.Luisa

        Hola Asun! Por lo general la línea de nuestro pensamiento viene coincidiendo en muchas ocasiones, también ahora, creo, aunque en ello siempre por desgracia medie la dificultad. Una dificultad que si bien no se halla en el contenido el cual puede ser muy diverso, sí en la forma que exige reflexión para poderlos aunar y darles sentido.

        Cuando dices “Creo que apuntas a un modo de ver y sentir anterior al acto de visión convencional (…)” con estas palabras me ayudas un montón pues estás considerando la “realidad” anterior al “ser” orden según el cual viene siendo últimamente mi gran campo de batalla para contrarrestar todo anhelo idealista o sobrenatural.

        Pero es que creo que también así lo entiendo Salvador cuando dice que; “el reinado de Dios trata de una realidad enunciada e iniciada”¡Claro que sí! Es aquí donde se ha de poner el énfasis porque en cuanto anunciada es proyecto y en cuanto iniciada es origen! Por tanto todo indica que la realidad es anterior al ser.

        El logos de la filosofía occidental se ha lanzado por el “ser” por el “es” afirmativo de una inteligencia concipiente en expresión zubiriana, es decir – no sentiente- ¡Ojo! que no quiere decir sensible como he repetido infinidad de veces. De ahí que en mi anterior comentario dijese aquello de que de lo que se trata es de des-logizar la inteligencia y abrirla a la sensibilidad como elemento propio de ella del cual se le ha sustraído, sobre todo, a la tradición occidental.

        Es en ese orden donde toma prioridad el “logos nominal” semítico, pues dotado de la sensibilidad propia del ser humano capta sin escisión alguna la realidad, luego, tal ímpetu, le exige a decirla, a expresarla, cómo no! pero entonces el logos ya no es predicativo, ha perdido esa función de cerrazón y recupera la suya propia que consiste en ser mostrativa y por tanto abierta. Eso es la realidad se nos muestra porque ya estamos en ella. Muchos pensadores entre ellos Pannikker quien ahora me ha venido a la memoria han dejado realimentar sus filosofías con el pensamiento oriental algo sumamente positivo para el conocimiento humano…bueno lo dejo aquí, de momento, pues ya llevo muchas horas con el fin de esforzarme en el planteamiento y facilitar así la comprensión.

        Un abrazo, querida Asun!

      • M.Luisa

        Sigo un poco más…

        ¿Cómo pensar eso que en sí mismo no se deja pensar en el logos predicativo? El logos esencial no es forzosamente un logos predicativo y por tanto definiente…

        Como decía antes, hay un logos que no es predicativo…la forma primaria de aprehensión afirmativa de lo real es la forma nominal. Y esto porque el simple nombre desempeña a veces la función de designar afirmativamente la realidad de algo sin la intervención del verbo ser. Entiendo que es a esto también a lo que se refiere Salvador… el “logos nominal” es un logos ante – predicativo…

      • Salvador Santos

        Hola María Luisa

        Ya ves que te leo. Y con agrado.

        Seguramente voy otra vez descaminado, pero por si te resulta útil, te aporto otro dato perteneciente a la mentalidad semítica.

        El nombre no solo es un dato distintivo de una persona. Revela lo más característico de ella, su esencia, lo que esa persona es. El nombre es mucho más que la sombra de alguien. El nombre llega a sustituir a su propietario. Él está allí donde se halla su nombre. Alguien sin nombre no es nadie, no tiene existencia. Conocer el nombre de una persona suponía tener poder sobre ella. Por eso los antiguos semitas usaban dos nombres: el auténtico, que solo conocían familiares ya amigos, y uno falso usado para darlo a conocer a los enemigos para evitar su dominio.

        Lo mismo este dato no te sirve. Pero, en caso contrario, estoy seguro que sacarás petróleo de él.

        Te mando un abrazo cariñoso.

      • M.Luisa

        Me sirve y mucho, Salvador! GRACIAS …ahí hay materia para la reflexión… No, no, no sacaré petróleo, sino oro puro!
        Un fuerte abrazo!

      • Carmen

        Pues me encantaría pensar que mis padres tuvieron mentalidad semítica a la hora de ponerme de nombre carmen.
        Pero no creo…

      • Asun Poudereux

        Me sugiere todo lo que se está exponiendo a duo, por parte de M Luisa y Salvador, que podemos pasar toda una vida viendo en el otro el error y la ignorancia, sin caer en la cuenta que hay más de todo eso en uno/a mismo/a. Tanta definición y tanta concreción se contenta con utilizar una mínima porción de la múltiple y diversa potencialidad en belleza, bondad y verdad que se esconde en el cuerpo incluyente de los humanos.

        Muchas gracias a ambos. Sinergia que con seguridad agradecemos todos.
        Un abrazo enorme.

    • Salvador Santos

      Hola María Luisa

      Una alegría hablar contigo. Aunque temo no saber darte una respuesta que te satisfaga.

      La comprensión del texto de los evangelios obliga a quitarse las gafas de nuestra cultura y ponerse las de aquella en que fueron escritos. Querer entenderlos desde nuestra mentalidad supone quedar embarrancado a las primeras de cambio. Unos ejemplos respecto a algunas diferencias:

      Nosotros dividimos a la persona: cuerpo y alma. En la mentalidad semítica eso resulta impensable. Es una aberración; la persona es una y no se puede disociar en partes. El ‘cuerpo’ en nuestra mentalidad occidental es la parte física de la persona, un conjunto de tejidos orgánicos. Para la mentalidad semítica el ‘cuerpo’ es lo que se ve de la persona desde que nace hasta que muere. Son sus dichos, sus hechos, sus gestos; su historia, en definitiva.

      En nuestra cultura, el pasado está detrás y el futuro delante. En la mentalidad semítica el futuro está detrás porque no se ve. Lo que está delante es el pasado, que está a la vista y puede comprobarse.

      La ‘palabra’ pronunciada es para nosotros un sonido articulado con una función determinada. Para la mentalidad judía indica que la persona que habla sale de sí misma para entrar en otra a través de su oído.

      El término ‘lógos’ usado en el AT y NT está lejos del concepto manejado por la filosofía. Su diversidad de significados (palabra, discurso, pregunta, mandamiento, instrucción, aviso, cuenta, conversación, enseñanza, dicho, mensaje, proyecto…) implica que hay que encontrar su sentido por el contexto donde se haya escrito. Ese término se aplica con sentido técnico a partir de Marcos referido al mensaje central expuesto por Jesús: el reinado de Dios. Se trata de una realidad enunciada e iniciada.

      El ‘lógos’ enunciado y anunciado se traduce por ‘mensaje’; enunciado y en vías de iniciación o ya realizándose equivale s ‘proyecto’. En el prólogo del evangelio de Juan se reflexiona y aclara el fin último de ese proyecto (lógos) y el sentido de la vida humana.

      Tal vez esa diferenciación de matiz ‘enunciado’ e ‘iniciado’ tenga puntos de coincidencia con tus reflexiones.

      Te mando un abrazo.

      • Carmen

        Superinteresante.
        Hay cosas preciosas. Eso que dices de la palabra, me ha gustado un momtonazo.
        Pero la inversión entre futuro y pasado en su línea del tiempo es abracadabrante.
        Eso del logos es demasiado para mí. Pero supongo que será también interesante.

        Sigue escribiendo cosas así. Por fa.

        A ver si te hacen preguntas de esas interesante y así nos cuentas cómo eran aquellas cabezas. Nada que ver con la nuestra. Bueno, un poquito sí.

        Hay que ver cómo nos influye la cultura en el que cada persona nace. Y en momento de la línea del tiempo. Suponiendo que sea una línea.

      • M.Luisa

        Muchísimas gracias Salvador por atender a mi ruego, sé la dificultad visual que sufres y por eso es doble mi agradecimiento.
        Sin embargo, déjame que te manifieste con toda la sinceridad de la que soy capaz mi desengaño por lo involuntario y equívoco que me ha parecido tu interpretación pues en defensa de la no-dualidad sobre todo a partir, precisamente, de la de cuerpo y alma, vengo denodadamente luchando desde hace muchos, muchos años, los mismos en los que, para ello, tuve que quitarme esas gafas que dices de nuestra cultura occidental y adentrarme en una filosofía en la que ni lo físico, ni lo biológico, ni lo científico quedase excluido de ella.Como sabrás el dato físico es muy importante en la cultura semítica.

        En cantidad de ocasiones lo expresado en mi comentario de esta mañana, de una forma o de otra, por la importancia del contenido novedoso que significó para mí y con la voluntad de expandirlo, lo he ido metiendo no sin esfuerzo (reconociendo su complejidad) en diferentes contextos aquellos que por su temática evangélica me parecía apropiado hacerlo pero, de momento sin éxito ninguno. En ti he visto la oportunidad, ya que al descubrirnos la novedad de tu exégesis enseguida me di cuenta que en ella estaba la llave de entrada a la mía. Me refiero a esa novedad encontrada, de la que te hablaba que aunque comprendo no requiera de cauces muy complicados, en mi caso los exigía. Ambas novedades las considero congéneres.

        Bien, no te lo tomes a mal, Salvador, pues, aun con esta incomprensión te estoy sumamente agradecida…un abrazo!

      • Mª Pilar García Martímez de Aguirre

        ¡¡¡Gracias Salvador!!!

        Cada día me conmueven más las enseñanzas del Galileo; porque hablaba para que toda persona de sencillo y buen corazón, pudiera comprenderlo.

        Gracias por abrirnos el corazón para acogerlo con todo nuestro ser.

        Un abrazo entrañable.
        pili

    • Salvador Santos

      Agradezco tu sinceridad, María Luisa. Y lamento no haber entendido el sentido de lo que me planteas.

      Un abrazo

  • Santiago

    La divinidad de Cristo ha sido, pues, la piedra de choque del Evangelio. Por eso los judíos le entendieron bien a Jesús.

    Esa es la misma ira que llevara  a Caifás a rasgar sus vestiduras ante la blasfemia puesto que el mismo Cristo se proclamó el Hijo  d e  Dios (Mc 14:61-64)

    Pero ya antes los judíos quería matar a Jesús pues se hacia pasar por Dios diciendo que Dios era Su Padre, y que antes que Abraham existiese “existo yo”, que “mi Padre y Yo somos una misma cosa” y todo lo que hace el Padre, lo hace igualmente el Hijo”.

    Es por eso que Caifás le pide a Pilato la pena de muerte para Jesús porque se hace igual a Dios.

    Saludos cordiales

    Santiago Hernández

    • Asun Poudereux

      ¡Hola, Santiago! Creo que hay mucho más a considerar en lo que afirmas.
      La gota que rebosa, y además se hace rebosar, se convirtió en la principal excusa para justificar llevarlo a la cruz. El Mensaje de Jesús con su alternativo Proyecto de Vida conlleva liberación y profundos cambios tanto en la persona como en todos los ámbitos de interrelación económica y social, en la que están y realizan personas. Las verdades sobre la injusticia y de quienes la utilizan estaban fuertemente valladas. Ponerlas en cuestión y punto de mira eran intolerables. Censura bélica y mortal.
      Actitud difícil de erradicar, líder en camuflaje insospechado.
      Hasta en el mismo seno y centro de la religión. Un funcionariado que no da más que para sí, en todo caso, no para mucho de lo expuesto y vivido por Jesús, el Cristo. Y no soy nada pesimista. Pero la realidad no engaña ni desea engañar a nadie.

      Con todos mis respetos y deseándote siempre mucho bien, Santiago, te mando un abrazo.

      • Santiago

        Agradezco tu comentario y su contenido…Sin duda la radicalidad del mensaje de Jesús en la teocracia judía del “establishment” consistía en un nuevo camino, pero apoyado en la tierra pre-existente, pues El no había venido a destruir, sino a restaurar…..El sin duda estaba presente, principalmente, como “luz que ilumina a todo ser que viene a este mundo”..Esta iluminación trasciende toda la historia y todo lo que hasta entonces se entendía como el Creador, como el Señor, como el Kyrios, el Verbo, el Logos, La Palabra..

        Pero el mensaje y la misión de Jesús eran profundos y sinceros, sin hipocresías, porque se basaban en la misma Verdad…Por eso los discípulos recogen Sus palabras y lo que El quería decirnos, que es la esencia de su predicación:

        “Para juicio vine Yo a este mundo: para los que no ven, vean; y los que ven, se vuelvan ciegos. Oyeron esto algunos fariseos que estaban con El, y le dijeron: ¿Es que nosotros también estamos ciegos? Díjoles Jesús: Si fuerais ciegos, no tuvierais pecado; pero como decís “vemos”; vuestro pecado permanece” (Juan 9:39-40)

        Coincido que la verdadera realidad basada en la verdad no puede engañar a nadie…porque el que sigue a Jesús de Nazaret sale de las tinieblas…El mismo no los dice a través de los nosotros, los humanos..Es un mensaje capaz de cambiarnos y cambiar el mundo…

        Con un saludo cordial
        Santiago Hernández

      • Asun Poudereux

        También agradezco sinceramente tu respuesta, Santiago. Llevo tiempo preguntándome, que está en conexión con el Mensaje que impide cambiarnos, porque el mundo no parece que cambie. Y precisamente lo que parece impedírselo, ha influido en quienes podían haberlo evitado de haber sido su fidelidad inmutable y sincera.
        Eso duele, por las consecuencias que subsisten y demasiados sufren por ello. Y ahí todos somos responsables. Seguimos queriendo un “Reino” que perpetue este mundo. La verdad de los hechos no
        engaña.

        Que pases un buen fin de semana.

  • Rodrigo Olvera

    Es frecuente escuchar/leer esta idea de que es incomprensible el mandato de ir y encontrar el borrico, etc. Y tiene razón Salvador, tendemos a necesitar darle sentido a lo que nos parece incomprensible.

    La opción de Salvador, el que lo absurdo del texto es señal de una intención metafórica de la incomprensión de los discípulos del proyecto de nueva sociedad, es muy razonable.

    Otra opción, clásica y menos razonable en mi opinión, es la que afirma que es una demostración de “divinidad” de Jesús, al profetizar las condiciones en que encontrarían al borrico.

    Hay una tercera opción, que resulta evidente para quien ha tenido un poco de experiencia en procesos organizativos de resistencia ante gobiernos autoritarios, especialmente procesos clandestinos o semi-clandestinos: cuando se preparara una movilización de impacto, se cuida lo más posible la confidencialidad de los mensajes, encriptándolos.

    Siguiendo el principio de la navaja de Occam, me parece que esta tercera opción es la más probable.

    Recuerdo que cuando ocurrió la explosión de la mina Pasta de Conchos, lo primero que notamos al llegar es que el Gobierno tenía la zona de la mina y sus alrededores llena de espías (en México les decimos “orejas”). Así que nos quedó claro que sólo podría hacerse algo por organizar la defensa de las familias reuniéndonos con ellas FUERA de la zona. Hay 3 pequeños pueblos y ejidos alrededor de la mina. Decidimos en cual reunirnos; y empezamos a circular con mucha discreción que nos reuniríamos a las 11 de la noche en tal y tal lugar. No dijimos el nombre del pueblo, ni la calle ni la dirección. El mensaje del tal y tal lugar parecía absurdo e incomprensible. Pero para quienes conocían la zona (las familias mineras), era claro que el lugar era el Museo del Carbón, que está en las afueras de uno de esos tres pueblos, de nombre Sabinas.  Evidentemente no éramos ni somos ni seremos dioses; tampoco era una metáfora elaborada de un modelo de sociedad: era simple y sencillamente un mensaje protegido para organizarnos fuera del alcance de las orejas del gobierno.

    Desde que empecé a conocer de procesos de organización social contra gobiernos despóticos, por ahí de mis 15 años de edad, me pareció evidente que tanto lo del borrico como lo del cántaro para saber donde celebrar la pascua eran medidas de compatimentalización como seguridad frente a las orejas del gobierno romano.

    Aquella noche, llegó sólo una esposa (ahora viuda) a la reunión en el Museo del carbón. Antes de que pudiéramos hablar, soltó a quemarropa y con enorme seriedad “¿Quién de ustedes es Olvera?”. Alcé la mano. Soltó una carcajada y dijo “Ah, bueno! Es que todos los del gobierno andan vueltos locos preguntando ¿dónde está Olvera, dónde se reunirán con Olvera?; y como yo sólo te conozco como Rodrígo, pues les dije la verdad, que no sabía”.

    12 años después, la organización que hemos logrado sostener ya de manera abierta y transparente, acaba de conseguir este triunfo, que en 2006 era inimaginable: el Gobierno actual no sólo se comprometió a la recuperación de los restos mortales de los 63 compañeros que siguen sepultados en la mina; sino que lo hará mediante una mesa técnica entre el gobierno y nosotr@s; sin intervención de los responsables del accidente (que ya se estaban montando, para manipularlo a su favor)

    https://www.proceso.com.mx/582869/amlo-excluye-a-larrea-y-a-napo-del-rescate-de-cuerpos-en-pasta-de-conchos

     

    Por supuesto, lo anterior no quita que Jesús conociera el texto de Zacarías, y decidiera utilizarlo para su acto de impacto mesiánico de entrada a Jerusalén.

     

    Abrazos y esperanzas

     

     

  • M.Luisa

    Fantástico! Sólo me faltaba esa  aclaración de Salvador a la distinción que hace entre las lenguas indoeuropeas  y las semíticas  para reafirmarme en lo que venía intuyendo  a propósito del “logos predicativo” y de su gran perjuicio en la filosofía europea.

    Sobre él esta montada toda la lógica. El logos predicativo en su describir nunca alcanza las “notas” físicas, éstas se las esconde tras la predicación y aparece entonces el espejismo de la sustancia y del verbo “ser” como en nuestro caso  “Jesús “es” el hijo de Dios” o radicalizándolo aún más “Jesús “es” Dios”.

    Esa radical afirmación desaparece en el “logos nominal” del  “estado constructo” de las lenguas semíticas.

    Todo esto lo comprendí cuando leí la trilogía de Zubiri “Inteligencia Sentiente”  cuyo núcleo principal en ella es “des-logificar la inteligencia” y comprometerla en lo físico de la sensibilidad,  de ahí la importancia que ofrece como fundamento para el conocimiento  el carácter aprehensivo-físico-primario en el que  la percepción se sustentará “constructamente” no conceptualmente,  para dar sus frutos posteriores   y enriquecer  con la aprehensión primaria  al logos y a la razón.

    Muchas gracias Salvador! Un abrazo

  • Juan García Caselles

    Leo, y se me aclaran algunas cosas. Pero sigo pensando que lo del buche era consecuencia de los mensajes crípticos propios de la clandestinidad, lo que significaría que Jesús había preparado la entrada en Jerusalem con mucho cuidado, cosa también presumible en un clandestino o semiclandestino.

    Pero hay algo que no entiendo. Yo soy de pueblo, como era Jesús, y sabemos casi desde que nacemos que un buche no puede ser montando hasta que no haya sido domado y que montar en él, con manto o sin él, es terminar irremediablemente en el suelo. Así que el deseo de Jesús, que tendría por objeto resaltar la novedad y originalidad del Reino, no se entiende, a no ser que previamente tuviera concertado con el dueño del animal que nadie debería montarlo antes de él.

    O puede que no, no lo sé. Pero no importas, porque mas allá de la mucha paja y los buenos deseos de los escritores, redactores o transmisores del la historia real del Galileo, la impronta de su personalidad resuena a través de los siglos con una fuerza que arrastra.

    • Salvador Santos

      Buenos días, Juan

      Todos los datos del relato de Marcos apuntan a que Jesús hizo a pie su entrada en la capital. Los movimientos alrededor del burro no son sino un artificio literario para indicar que Jesús se opuso a las ideas mesiánicas tradicionales avaladas con textos de los profetas del AT y se reafirmó en su idea de plantarle una alternativa pacífica al imperio dominante y a los poderes en connivencia con él.

      No pocos líderes rebeldes, siguiendo esas ideas mesiánicas generalmente aceptadas, habían optado por el uso de la violencia para liberar al pueblo. Los resultados obtenidos fueron desastrosos para ellos y para quienes les arroparon o cobijaron. Ninguno de tales líderes siguió la pauta marcada por el profeta Zacarías. Esa otra idea (el burro de Zacarías) la tenían amarrada y nadie la había acogido nunca. Marcos explicó que la entrada pacífica de Jesús en Jerusalén también respondía a esa otra corriente profética.

      Observa estos detalles:

      1. Como el texto de Zacarías dice: “…cabalgando un asno, una cría de borrica” (Zac 9,9),
      Para ajustarse a dicho texto, Mateo no tuvo inconveniente en hablar de dos animales en lugar de uno: una burra y un pollino, señalando, además, que Jesús pidió que le llevaran los dos:
      “…encontraréis enseguida una borrica atada, con un pollino: desatadlos y traédmelos…” (Mt 21.2).

      2. Marcos señala que unos personajes indefinidos preguntan a los discípulos la razón por la que cogen el burro: “…Algunos de los que estaban allí les dijeron: ¿Qué hacéis desatando el borrico?”.

      Según Mateo nadie apareció preguntando por la acción.

      Y en Lucas aparecen los dueños (¿más de uno?) del burro: “…los dueños les preguntaron: ¿Por qué desatáis el borrico?” (Lc 19,33).

      ¿En qué quedamos?

      3. Por si fuera poco, en el evangelio de Juan no hay ni envío de discípulos, ni burro atado ni indicación respecto a si había sido o no montado con anterioridad. Jesús -dice Juan- encontró por allí el burro y se montó en él por las buenas: “Pero Jesús encontró un borriquillo y se montó en él…” (Jn 12,14).

      Ninguna pieza encaja con las otras cuando nos obsesionamos por declarar histórico cualquier relato de los evangelios. Ese esfuerzo por interpretar el texto como una crónica conduce al absurdo y a desfigurar la persona y el proyecto de aquel amigo de Nazaret. Para comprender el evangelio no nos queda otra que el análisis y la lectura pausada.

      Te mando un abrazo, Juan

    • Rodrigo Olvera

      Admirado y estimado Juan

      Mandé mi comentario antes de leer el tuyo. Pienso como tú que se explica como parte de las condiciones de preparación de un golpe de efecto. Eso no quita que a) Jesús fuera consciente del texto de Zacarías e imaginara usarlo en su acto de entrada; b) que partiendo de un hecho más o menos real, cada autor lo usara para los fines de su obra.

      Tan falto de lógica me parece pensar que todo es históricamente exacto, como una crónica; como pensar que todo es sólo recurso literario del autor. Lo más razonable es pensar que se mezclan hechos como base, con recursos literarios para colocar mensajes intencionados.

      Abrazos y esperanzas

  • Carmen

    Es que hay algo en los evangelios ,  no lo sé explicar, algo que transciende a todo lo que te dicen. Es que no tiene sentido que mi persona, sin ninguna formación en estos temas, haya entendido lo que querían contar. No entiendo cómo ha sido posible que me haya saltado todas las cosas que oía. Pensaba, no, eso no es así, no.es lo que dicen que dice.

    A lo mejor la clave es lo que dice Salvador. Están escritos para gente sencilla, como yo. Cierto que estoy aprendiendo un momtonazo con todos estos artículos que escribe. Por supuesto. Hay cosas que ni idea, pero ni idea tenía. Pero sabía lo que no era cierto. Lo que no podía ser cierto. Nos lo presentaban como una persona nacida para morir, no para vivir. Nos la presentaban como un alma en pena. Siempre sufriendo por todo. Siempre pensando en su muerte. Siempre diciéndonos: no luches, pon la otra mejilla, sufre en silencio, ya vivirás cuando mueras. Deja todo…

    Pero lo veía látigo en mano diciendo esas cosas en el templo. Veía que con su palabra era capaz de evitar una lapidación. Veía que la gente lo seguía. Era imposible que hablase de una vida de sufrimiento y de humillación. Nunca, jamás me ha parecido lleno de esa falsa humildad. Pero vamos a ver, humilde? decía a grito limpio, humilde? Pero si no para de decir que es hijo del mismo dios . Dónde está la humildad?

    Pero luego pensaba. Se cree hijo de Dios? Pero si dice: vamos a rezar, padre nuestro… Y ya se me rompia la cabeza. Qué es esto de hijo de Dios?

    Qué pasa aquí?

    Menudo jaleeeeeeo , madre mía.

    Pero los evangelios por mucho que quieras manipularlos, hay algo que se escapa a la manipulación. Es imposible . Hay tantos detalles que si los lees y piensas , porque te gusta el tema y porque te gusta pensar, no llegas a saber lo que te quieren decir, pero sabes lo que es imposible que digan. El personaje de Jesús es increíble. No pueden con él. Porque hay escenas en las que te desarma.

    Por eso me encanta leer estos artículos. Escritos para personas sencillas, como yo, como la mayoría, la inmensa mayoría de las personas. Porque en realidad, esas historias están dirigidas a nosotras.

    Y quien quiera montar una iglesia con esto, adelante. Pues menudo exitazo ha tenido la iglesia. Enhorabuena. Pero a mí no me va.

    En fin. No sé explicarlo mejor.

    Pero sé una cosa, con toda seguridad. Lo sé. Si estás nuevas que interpretaciones se contasen en las parroquias. Barreríais.

    • oscar varela

      Te leo:
      -“Por eso me encanta leer estos artículos”-
      ………………
      Aprovecho para “OFERTAR” (DAR)

      Esta semana (antes de entrar al quirófano el martes próximo)
      termino de hacer editar (en papel A4 anillados)
      TODA LA OBRA de Salvador Santos Pacheco
      en 3 TOMOS.

      Disponibles en Archivos PDF al que los pida
      (reitero: GRATIS doy lo que recibí GRATIS)
      a mi Dir de Correo: olgoscar05@yahoo.com.ar)

      ¡Vamos todavía!

      Nota: a algunos de varios países ya se le hube mandado el TOMO I;
      veremos qué pasa con los TOMOS II y III

      • Alberto Revuelta

        Oscar, hoy es la fiesta de Nuestra Señora de Lujan, por lo cual mi felicitación y recuerdo esperanzado abarca también tu entrada en quirófano, cuya solidaridad, como la del Boca, compartimos, espero. Tengo el I y el III. Y ya hemos empezado a enviar a otras personas. Un abrazo

      • Carmen

        Mucha suerte en el quirófano. Espero que no te de miedo la anestesia. A mí me da terror. Pero he comprobado que siempre , casi siempre sale todo estupendamente bien. Y una vez pasada la recuperación, te encuentras mucho mejor que antes de operarte.

        Muchas suerte. Paciencia. Ya nos dirás algo.
        Un abrazo

      • Juan Ramón

        Todo esto en torno a los Pinceles de Salvador Santos está siendo muy bonito, muy vivo y emocionante.
        Recibí los pdf, muchas gracias, Oscar.
        Recupérate pronto, que el repaso que te tengan que dar sea rápido y beneficioso.
        ¡Un abrazo!

  • Alberto Revuelta

    Salvador, hermano, ¡cuanto sabes!. Me abre la mente leerte. Lo que ocurre es que voy llegando la conclusión de que lo mejor es ser como el borrico caminando hacia Jesuralen con el lío de las gentes a su aldedor, llevando al Señor en lo alto mientras el cuerpo aguante. Pero, claro, soy piojoso linense y tu especial de la gran capital del campo de Gibraltar. Un abrazo

     

    • Salvador Santos

      Hola Alberto

      Gracias por llamarme hermano. Tengo algunos amigos que me llaman hermano. Confieso que me emociona esa palabra. Porque me parece definitiva, la que sintetiza la máxima aspiración humana: la fraternidad. ¿No es eso lo que Dios desea de la humanidad?

      El que sabe es el Galileo. Me conformo con ser aprendiz. Disfruto siéndolo. He aprendido que los evangelistas dieron con un formato excelente para describirlo a él y explicar su proyecto. He podido aprender que en cierto sentido los evangelios son como un puzle. Las piezas de cada relato (palabras, verbos, expresiones, acciones, situaciones, actitudes, gestos, silencios, personajes…) encajan unas con otras formando un cuadro cargado de sentido. Además, esas piezas se ajustan también con las piezas del relato anterior y posterior de manera que el conjunto ofrece la imagen total, la que encaja con los más hondos anhelos humanos.

      Eso he aprendido y para explicarlo, trato de huir en lo posible de tecnicismos, aunque a veces no hay más remedio que usarlos para ofrecer el sentido de algún texto más complicado por su distancia a nuestra cultura. Por lo general, me inclino por un lenguaje sencillo. El lenguaje corriente, el de la calle, resulta más accesible y ofrece matices muy cercanos al lenguaje de los evangelios.

      Más de una vez algún amigo me preguntaba si al hablar de sociedad alternativa no le quitaba trascendencia al proyecto de Jesús. No me parece intrascendente empezar aquí y ahora lo que creemos será la vida definitiva y trascendente. Y me resulta extraño que quién dice creer por encima de todo en una vida en el más allá no desee con todas sus ganas empezarla ya. ¿A qué esperar? Me parece que fue lo que hizo el Galileo. Es la única manera de comprobar cómo es esa vida definitiva del llamado ‘otro mundo’: La fraternidad, hermano Alberto.

      ¡Vamos a ello!

      ¿Sabías que Juan Mateos era ‘caballa’? (Para quienes lo desconozcan, ‘Caballa’ se les dice a los originarios de Ceuta).

      • Alberto Revuelta

        No tenía ni idea. En Cordoba hay un grupo de personas que prepara la lectura evangélica dominical con los apuntes de las clases que les impartió Juan hace años. Y sus libros, claro. Nos lo mandan a unos treinta o cuarenta que estuvimos por allí. Estuve cinco años destinado en delincuencia juvenil allí. Claro que la sociedad alternativa hace el Reino aquí. Ya lo cantamos con el Exultet la otra noche….”lo humano y lo divino”.

      • Mª Pilar García Martímez de Aguirre

        ¡Gracias Salvador!

        Y me apunto al sentido de fraternidad… así que..:

        ¡¡¡Hermano del alma, gracias!!!
        pili

  • Gonzalo Haya Prats

     
    No cabe duda de que Marcos utilizó la profecía de Zacarías para mostrar un Mesías sencillo frente a la ilusión de un Mesías Rey glorioso en la línea de David. No es fácil precisar si se basó en un intencionado gesto profético ejercido por Jesús, o si fue Marcos el que describió con el lenguaje de Zacarías lo que en realidad habría sido un sencillo episodio de un grupito entusiasta. Es significativo que tanto entre los profetas de Israel, como entre los primeros cristianos y los posteriores hasta ahora, se han mantenido estas dos visiones del Mesías: el enviado de Dios, como el triunfador que se impone (o se impondrá) y el que se muestra impotente, que solamente propone y frecuentemente fracasa. ¿Cual es nuestra idea sobre los mensajeros de Dios?
     

     

    • oscar varela

      Hola Gonzalo!
      Te leo:
      -“hasta ahora, se han mantenido estas dos visiones del Mesías: el enviado de Dios,
      (UNA) como el triunfador que se impone
      – (o se impondrá) y
      (OTRA) el que se muestra impotente,
      – que solamente propone y
      – frecuentemente fracasa.”-
      (para luego preguntarnos)
      -“ ¿Cuál es nuestra idea sobre los mensajeros de Dios?”-
      ………………………..
      Yo he salido de esa disyuntiva (ÉXITO – FRACASO seguro).
      E.d.: Yo he salido de la disyuntiva encerrada en la RELIGIÓN.
      (pasé por esa disyuntiva)
      ………………………………
      Estimo que frente a AMBAS POSTURAS
      hay la de una Vida humana en Sociedad Alternativa ,
      que es la que anhela la gran mayoría
      viviendo el día a día con HONESTIDAD
      (haciendo lo que hay que hacer
      lo mejor que se pueda)
      ¿Pa’qué más?
      ………………………..
      La propuesta de Salvador Santos
      (según la fui entendiendo, pero ahora es la mía)
      se ha decantado por una PRODUCCIÓN FRUCTÍFERA
      (ni ÉXITO asegurado – ni FRACASO seguro).
      ………………………..
      FRUTOS PROPIOS y ALEGRÍA
      no ALLELU-YAS celestiales
      no LAMENTACIONES terrenales.
      ………………………..

  • Mª Pilar García Martímez de Aguirre

    Estos: ¡Pinceles para el Evangelio!

    Me retrotraen a tiempos pasados… casi 20 años … donde pude escucharlos en mi querido C. Pignatelli; de la boca de sus autores.

    Volver a escucharlos de nuevo, me llenan de un gran gozo; los leo despacio, repito su lectura y a veces la contrasto con mi N.T. de tapas verdes… Y quedo renovada; me sucede como a Carmen; he tonado el camino que el Galileo proclamó, y me siento dichosa.

    La experiencia está llena de gratitud desde mi entraña, porque contemplo, que el Galileo, a pesar de la dureza de mente de sus seguidores… nunca los abandonó y dejó en sus manos esa labor tan especial y primordial para que se realizara en aquel maremágnum de “rebeliones y durezas de corazón” lo que Él proclamó; y eso me hace comprender, que no es una “brillante” actuación de mis acciones lo que Él buscaba, sino una fidelidad a su Proyecto; y eso:

    ¡¡¡Está vivo en mí!!!

    A pesar de mi misma… Reconozco mi fragilidad, pero nunca he dudado, y siempre sigo adelante.

    ¡¡¡Gracias Salvador, estás alimentando todo lo que soy, al final de mi camino y me siento muy dichosa y agradecida!!!

    Un abrazo entrañable.

    pili

  • Carmen

    Precioso.

    Ya sabes como pienso acerca de Jesús de Nazaret. O el Galileo , como le quieras llamar. Y esta interpretación ,  me permite pensar que quizás no sea tan extraña mi manera de ver determinadas cosas, y eso me calma.

    Gracias.

    Alguna vez leeré algún texto explicativo de si Jesús se creía hijo de dios?  No me refiero como todos, que de alguna manera creo que lo somos por aquello del padre nuestro, una oración preciosa, por cierto. Ya sabes a qué me refiero.

    Da igual que haya millones de interpretaciones  de personas que saben un montón de estas cosas. Eso lo sé. Me encantaría saber si hay alguna, por lo menos una , que sostenga que Jesús ,el Galileo, no sé consideraba a sí mismo hijo del mismo dios. No más que los demás. Tampoco me refiero a que le llamasen hijo de Dios por su comportamiento o por lo que fuese. No es eso.

    Mi pregunta va directamente a la Encarnación. Él se creía hijo de María y del mismo Dios?

    Si alguna vez puedo leer ese texto, escrito por una persona que sabe de estas cosas, me pasaría como a ese anciano que cogió a Jesús en el templo cuando era un bebé y dijo: ya puedo morir en paz, porque mis ojos han visto al Salvador, o algo así.

    Pues lo mismo. Ya puedo estar en paz. Mi idea sobre mi Jesús no es de una loca suelta. Nunca lo dijo.

    Un abrazo.

     

    • Salvador Santos

      Hola Carmen

      El título ‘hijo de Dios’ lo aplican los seguidores a Jesús tras llegar a comprender lo que este hombre había hecho. El término ‘hijo’ implica relación. En nuestra cultura se entiende la relación como procedencia de una madre y un padre. En la cultura semítica, prevalece el sentido de ‘parecerse’: Alguien es hijo de fulanito porque se parece al modelo fulanito. Cuanto más parecido al modelo, más se le reconoce esa condición de hijo. Los seguidores de Jesús le reconocen como hijo de Dios porque con su vida, sus hechos y su proyecto defendido hasta el final demostraba parecerse al modelo del Dios que imaginaban.

      En latín no existen artículos. En griego tienen mucha importancia. El título del evangelio de Marcos dice:

      “Orígenes de la buena noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios” (Mc 1,1).

      Ni “Mesías” (“Cristo”) ni “Hijo de Dios” llevan artículo. De ese modo, Cristo (que significa. “Ungido”), al no estar determinado, no se identifica con el esperado Mesías guerrero. (Reitero que “Cristo”, antes de ser transformado en nombre, expresa una función, una función específicamente liberadora. Es equivocado pensar que ser cristiano signifique adoptar unas creencias. Ser cristiano supone implicarse en esa misma función liberadora).

      De igual forma que “Cristo”, la expresión “hijo de Dios” se escribe sin artículo. Indica su parecido con Dios; una cualidad que le afecta de modo singular puesto que ayuda para que quienes se adhieran a su persona y su proyecto tengan ese mismo parecido y puedan llegar a ser considerados “hijos de Dios”. ¿Hay otra manera de ver a Dios, si no es a través de esos hijos parecidos a Él?

      Te mando un beso

      • Carmen

        Pues que dios te bendiga.

        Para mí queda meridianamente claro. Para otros, no sé.
        Y que cada cual crea lo que quiera o lo que pueda creer. Yo también. Pero no porque me lo invente, no porque a mí me lo parezca, no porque no pueda creer que mi dios, el mío, en el único que honestamente a veces puedo pensar que quizás existe, ese dios no cabe en una persona, ni tiene sentido que así sea. Hablo por mí. No hablo por todos los cristianos del mundo mundial. Solamente por mí.

        Y créeme. Me has hecho un gran favor. Me gusta verlo escrito por una persona como tú. Con una formación en estas cosas que nadie puede dudar, aunque no compartan tu interpretación. Eso me da exactamente igual. Y algo me dice que a ti tampoco te importa demasiado. Pero es magnífico poder expresar lo que se piensa.

        Y más estupendo aún saber que no es una arbitrariedad de esas mías. No me gusta, no lo creo.

        A veces creo que con el paso del tiempo y gracias a todo lo que estoy leyendo y aprendiendo, me estoy haciendo cada vez más cristiana. Dicho esto en el mejor sentido de la palabra.

        Gracias

        Un abrazo muy fuerte.

      • Asun Poudereux

        Muy clarificado, Salvador. Totalmente cierto. Las religiones que nacieron en el adentro de las lenguas semíticas no lo dudan. Lo magnificado del Galileo llevado a su extremo dio pie a lo que posteriormente se instauró. También lo facilitó que la lengua de los gentiles no era judía. La cosmovisión por tanto tampoco. Hacerlas verdades absolutas de una u otra parte desencadena desencuentros que producen y han producido rechazos, discriminaciones y guerras.

        Lo esencial de su mensaje y proyecto queda disuelto, no se le da Vida, siendo lo aparatoso lo que más se ha ido ilustrando. ¿Miedo, ignorancia, culpa, servidumbre, narcisismo y ambición de poder…? Una combinación que ha dejado huellas y demasiados hechos que lo corroboran.

        El testimonio de personas auténticas en su comprensión y actuación no han dejado que lo real se borre para siempre. De algún modo es un tesoro escondido de liberación que nada ni nadie puede arrebatar.

        Agradezco a Carmen esa inquietud-certeza que la viene acompañando desde casi una niña y que no deja de suscitarle dudas y preguntas. Por el valor que eso entraña, en muchos sentidos.

        Un abrazo a todos los atrieros, comentaristas o no.

  • Muchas gracias por el análisis de esta narración de la llegada de Jesus al templo de Jerusalem sentado sobre un borrico. No me entiendo mucho en esos estudios que permitan identificar los distintos niveles que revelan aspectos y intenciones no evidentes a primera vista.

    Por mi parte me quedo bien conforme con el punto 10 de la Intención de Marcos. Gracias y buen dia.

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