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Punto cero: igualdad. Unión sin cadenas

Pinceles para el Evangelio, 5

  • 1.Uso y abuso de los textos

        Con demasiada frecuencia se usan los textos de los evangelios como demostración de pretendidas verdades. En tales casos, da igual a qué evangelio pertenece la cita utilizada ni su contexto ni siquiera su auténtico significado. Lo que importa es su literalidad. Si la literalidad se corresponde a la idea a sostener, se planta en el sitio y ¡santas pascuas!

        Ese modo de actuar se repite cansino una y otra vez como la cosa más natural del mundo. Hasta se usa como signo de sabiduría. Quienes lo practican no caen en la cuenta de que banalizan el texto. Da lo mismo el poco conocimiento que de él se tenga. Poco importa la incapacidad para analizarlo. Por supuesto, juzgan innecesario conocer el original. Y por si fuera poco, les basta incluso apoyarse en la peor de las traducciones. Lo que únicamente parece tener valor es la aparente correspondencia entre la cita utilizada y las ideas a subrayar.

 

  • 2. La Institución declara indisoluble el matrimonio y prohíbe el divorcio

        A pesar de semejantes amaños, quizá lo más positivo de estos modos de hacer sea su escasa relevancia y nula repercusión. Sin embargo, el tema sí cobra extrema gravedad cuando quien echa mano a dicho procedimiento es la propia institución religiosa, defensora a ultranza del origen divino de los textos. La utilización de citas para establecer ideas propias como verdades divinas e inmutables certifica que esa institución religiosa no se comporta como servidora de tales documentos, sino como su ama y señora.

        Tal manera de proceder, manipulando los escritos tenidos por sagrados y tratándolos sin un análisis riguroso, ha conducido no pocas veces a una larga historia de dolor, sufrimiento y hasta muerte de multitud de personas de todas las generaciones. Este es el caso de la indisolubilidad del matrimonio y la prohibición del divorcio en base a un texto de Marcos recogido y retocado más tarde por Mateo:

“De allí se marchó al territorio de Judea, al otro lado del Jordán, y otra vez multitudes de gente se le fueron reuniendo por el camino. Según su costumbre, también esta vez se puso s enseñarles.
Se acercaron unos fariseos y con intención de tentarlo, le preguntaron si está permitido al marido repudiar a su mujer. Él les replicó:
¿Qué os mandó Moisés?
Contestaron:
Moisés permitió repudiarla, dándole un acta de divorcio.
Jesús les dijo:
Por lo obstinados que sois os dejo escrito Moisés ese mandamiento. Pero desde el principio de la humanidad Dios los hizo varón y hembra; por eso el hombre dejará a su padre y a su madre y serán los dos un solo ser; de modo que ya no son dos, sino un solo ser. Luego lo que Dios ha unido, que no lo separe un hombre.
En la casa, los discípulos le preguntaron a su vez sobre lo mismo. Él les dijo:
El que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio” (Mc 10,1-12).   

 

  • 3. Ultra-religiosos, los “personajes” de siempre

        La escena se enmarca en la gran secuencia del viaje a Jerusalén. Da comienzo anunciando la entrada del Galileo a la provincia de Judea. Va, pues, de camino. Al grupo de discípulos que le siguen se le van añadiendo otra vez las multitudes. Él continúa explicándoles su propuesta; nada que ver con la enseñanza oficial. La gente está hasta los topes de doctrinas, adoctrinamientos y doctrinarios. El partido de los ultra-religiosos no para de agobiar al pueblo recordándole a cada momento sus principales directrices, normas y preceptos.

        Estos pegajosos personajes aparecen de inmediato en escena: “Se acercaron unos fariseos”. Jesús y el grupo de seguidores han llegado al territorio donde estos pájaros se sienten más fuertes. Son los encargados de repetir y vigilar que el pueblo cumpla los seiscientos trece preceptos de obligado cumplimiento. Su enseñanza es repetitiva. No libera; hace esclavos. Confunden la ortodoxia con la vida y a Dios con un vigilante y celoso legislador del que se creen sus representantes y aduaneros.

        Como es habitual en ellos, sus intenciones son rastreras:

        “con intención de tentarlo”  (v.2).

        El apunte de Marcos, recogido también por Mateo, no ha de ser pasado por alto. Ha sido escrito a conciencia para orientar la lectura. La intencionalidad del grupo de religiosos resulta fundamental para poder entender el relato. La pregunta que le dirigen al Galileo a continuación (“le preguntaron”) tiene como finalidad dejarlo en evidencia ante la gente. No se les escapa que la enseñanza que él propone a la multitud se sale de la ortodoxia. No esclaviza, libera. ¡Un peligro! De seguir tal enseñanza, a los religiosos se les escabulle el pueblo del redil. Hay que detener como sea esa manera de sacar a la gente de la ignorancia. La pregunta que le dirigen lleva esa intención:

        “le preguntaron si está permitido al marido repudiar a su mujer” (v.2).

 

  • 4. Datos en torno a la “pregunta-trampa”

        El interrogante se orienta, como es lógico en estos personajes, al tema legal (“si está permitido”). Pero ¿a qué viene esa pregunta? Ellos saben la respuesta de sobra; dominan hasta la letra pequeña tanto de lo permitido como de lo prohibido. Conocen la ley al dedillo. ¿Qué objetivo persiguen?

        Se trata de una pregunta cerrada con toda la pinta de pregunta-trampa, propia de tramposos. Solo admite dos respuestas: ‘Sí’ o ‘no’. Con ella pretenden que el Galileo se alinee en una de las dos direcciones. De inclinarse por alguna de las dos respuestas estaría pillado y quedaría mal ante la gente; y, lo que más les interesaba a los ultras: habrían logrado desarmar su peligrosa enseñanza.

        Pero antes de entrar a descubrir el mecanismo del cepo, conviene no pasar de largo ante un detalle importante. La permisividad del repudio estaba asociada solo al hombre y no a la mujer. Así estaba recogido en la ley. Solo el hombre contaba con la posibilidad de repudiar a su mujer. La mujer estaba incapacitada para emprender esa misma acción. El repudio se revelaba, así, como un hecho, uno más, demostrativo del dominio absoluto del hombre sobre la mujer.

        Desde este contexto se comprende la encerrona. El colectivo de religiosos  está al tanto de que el Galileo propugna la igualdad como principio básico de su mensaje. Si llegaba a afirmar la legalidad del repudio significaría que aceptaba la superioridad del hombre sobre la mujer. Entraba, en ese caso, en contradicción con su planteamiento. De situarse en contra de esa legalidad se convertía en enemigo declarado de la Ley divina.

 

  • 5. Acorralando la “trampa” de “ellos”

        El Galileo captó el sentido de la trampa y, en contra de lo que ellos esperaban, les buscó las cosquillas con una pregunta previa a darles una respuesta:

        “¿Qué os mandó Moisés?” (v.3)

        La pregunta del Galileo les remite a la ley que ellos dominan a la perfección. No les pregunta por lo que mandó Dios, sino Moisés. La ley de Moisés se consideraba indiscutible por la creencia popular de su origen directamente divino. La respuesta no admite dudas. Pero en el interrogante hay un detalle curioso a no dejar pasar. Descubre ese punto comprometedor del Galileo, imperturbable y desafiante frente a los retorcidos y soberbios religiosos que buscan cazarlo. Él se excluye de estar bajo el dominio de la ley. La ley sagrada afecta a los religiosos; no, a él:

        “¿Qué OS mandó Moisés?”.

        ¡Los adheridos a su proyecto no se rigen por leyes sagradas!

        El grupo de fariseos responde sin dudar con la seguridad de quien se siente amparado por la protección de la ley y la posesión de la verdad. Lo hace citando el texto de Deuteronomio 24,1, donde se permite al hombre despachar a su mujer de la casa con el solo requisito de entregarle un acta con su decisión de romper el contrato matrimonial:

        “Moisés permitió repudiarla, dándole un acta de divorcio”. (v.4).

        El Galileo sale del círculo restringido de la religión y se sitúa en un plano de máxima apertura: el humano. Desde esa posición inesperada para los ortodoxos fariseos les demuestra que la permisividad admitida por Moisés nada tiene de divina. Es más, se contrapone a los criterios humanos salidos directamente de Dios. Según él, Moisés llegó al punto de establecer esa disposición, obligado por la total cerrazón de la ideología machista de la que ellos participan:

        “Por lo obstinados que sois dejó escrito Moisés ese mandamiento (v.5).

        Pero el criterio de Moisés no puede considerarse sagrado. Incluso desobedece el criterio de Dios. El Galileo les plantará ante los ojos el PUNTO CERO: el sentido del proyecto humano:

        “Pero, desde el principio de la humanidad” (v. 6)

        No es otro sino la igualdad que él sostiene como base de su proyecto de sociedad alternativa. Los fariseos buscaban echar por tierra la que consideraban una idea absolutamente equivocada. Él les demostrará, por el contrario, su más alta categoría. Para ello, recurre al libro del Génesis, pero evita citar el texto donde se afirma que la mujer sale de la costilla de Adán (Gén 2,23) y menciona el que coloca a hombre y mujer al mismo nivel:

        “Dios los hizo varón y hembra”  (v.6).

        Y añade otra cita de Gén 2,24 para confirmar que la atracción amorosa y sexual, salida de las complementarias diferencias entre uno y otro, es mutua y tan fuerte, que por ella dejan atrás la seguridad de la familia y se vinculan formando una unidad;

        “Por eso el hombre dejará a su padre a a su madre y serán los dos un solo ser” (vv. 7-8).

 

  • 6. El Proyecto de Jesús

        Jesús no habla de contrato matrimonial ni de compra de la mujer ni de acuerdo entre familias ni de matrimonio con la sola finalidad de engendrar hijos. En eso se resumía el matrimonio en la sociedad judía. Él se refiere exclusivamente a la libertad para actuar amorosamente, a la igualdad de hombre y mujer en esa actuación y a la unidad que esa libertad e igualdad son capaces de producir. Excluye por completo el sometimiento. El dominio del hombre sobre la mujer es el gran adversario del matrimonio. Cualquier ley que consagre el desprecio de la igualdad y su ruptura en base al dominio del hombre se opone a la ley divina más universal, la que nos hace humanos:

        “Luego lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre” (v. 9).

        El grupo de los fariseos calla. No emiten respuesta alguna. No la tienen. Sus planteamientos legales han quedado por los suelos. Los argumentos del Galileo resultan incontestables. Los religiosos desaparecen de la escena sin ni siquiera ser nombrados. Tampoco se dice nada de la multitud, que no ha intervenido.

 

  • 7. “La casa”: Amor e igualdad

        A continuación se abre un nuevo escenario. Marcos habla de “la casa”. A pesar del artículo determinado (“la”) no se identifica el lugar. No se trata de una casa cualquiera. “La casa” es el espacio propio de la sociedad alternativa. Ahí no hay religiosos ni multitudes. Solo están el Galileo y los discípulos. La ley no tiene cabida en ese espacio. “La casa” representa el sitio donde debe reinar la igualdad.

        Pero los discípulos mantienen sus objetivos de preeminencia política y social. No se han desamarrado de los criterios legales y religiosos. Aunque incapaces de rebatir los argumentos del Galileo, continúan aceptando la superioridad del hombre sobre la mujer. No comprenden hasta qué límite quiere llegar él con sus planteamientos sobre la igualdad. De ahí que vuelvan otra vez sobre la cuestión:

        “En la casa, los discípulos le preguntaron a su vez sobre lo mismo” (v-10).

        En “la casa”, la respuesta del Galileo queda fuera del marco legal. En ese espacio no guía norma alguna, sino la igualdad aceptada libremente por los integrantes de la sociedad alternativa. No hay imposiciones; sí una praxis que impide la superioridad y el sometimiento. De ahí que en “la casa” ninguna actitud dominante   unilateral pueda deshacer el vínculo matrimonial acordado con libertad por dos personas.

        Pero la respuesta del Galileo sobrepasó lo esperado por el grupo. No puso límites a la igualdad. Una coherencia extrema quedó a la vista. Su oposición total al dominio del varón sobre la mujer se extendió también -algo inconcebible en aquella cultura- a la de ella sobre el varón. Ninguno de los dos sexos se puede imponer al otro y romper el vínculo matrimonial unilateralmente. El dominio no otorga libertad a quien lo ejerce. Tampoco anula la unión entre iguales. La igualdad, por el contrario, sí anula cualquier tipo de dominación:

        “El que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio” (vv- 11-12).       

        Esta rotunda afirmación del Galileo se opone a toda superioridad y sometimiento entre los integrantes del matrimonio en la sociedad alternativa. Pero no impide ni el acuerdo de poner fin al vínculo matrimonial ni la aceptación  convenida por ambos cónyuges de que ya no existe ese vínculo.

        No hay oposición alguna en el texto a que ese nexo entre iguales pueda disolverse por la voluntad libre de ambos esposos. Extraer de él como verdad intocable la indisolubilidad del matrimonio quizá refleje una inclinación enfermiza a  dominar y controlar a las personas, algo del todo incompatible con el proyecto de igualdad defendido por el Galileo. Esa tendencia distinguió negativamente al amigo Pedro, siempre dispuesto a corregir a quien él llamaba frecuentemente: “Maestro”.

       

 

35 comentarios

  • Carmen

    Sabes qué pasa Salvador?

    Me quedo con mi Jesús imaginario. El mio y el de nadie más. Creo que no tengo nada de cristiana y ya va siendo hora de que lo acepte. Trataré de vivir de acuerdo conmigo misma. No puedo esperar que nadie piense ni sienta como yo. Es imposible.

    Somos un número infinito de personas que queremos que Jesús sea como cada uno de nosotros queremos que sea. Pobrecico. Ni muerto lo dejamos tranquilo.

    Me voy a mí playa. No soporto la semana santa. Todo el mundo mirando el crucifijo y pidiendo cosas sin parar. Prefiero ver el mar.

     

  • carmen

    Ostras Santiago, Ha salido usted por peteneras. Aquí se está hablando de si el matrimonio tiene que ser para todos los siempres o como dice el sentido común, cuando no se quiere continuar, pues se acaba el contrato, Porque en realidad el matrimonio es un contrato. Un contrato bendecidisimo por dios, pero un contrato. Pues que nos bendiga también cuando acabe. O Ya no me bendice? Pues claro…

    Porque yo estoy divorciada y le aseguro que nada de lo que usted dice. Pero nada de nada. Además, ese sería otro tema y del que no me gusta hablar porque soy superpuritana. Pero no fastidie, que hay cada hombre casado por ahí que sería mucho más sano para todos que acabase con su matrimonio Bueno, y mujeres. Porque ni por un momento pienso que usted se refiera a guardar las apariencias de cara a la sociedad. Estoy segura de que usted es partidario de vivir en verdad. ¿Me equivoco? Tampoco creo que piense que si te enamoras de una persona y ella de ti, importante la reciprocidad, dios te dice: pues ahora te aguantas, haberlo pensado antes. Uf. No creo.

    Hablamos de que el amor puede acabar ¿ es que no la leído la canción? si quiere se la escribo otra vez. pero le recomiendo que teclee, Rocio Jurado, el amor acaba. Se va a quedar muerto de lo bonita que es.

    Buenas noches, se me ha hecho tardísimo. He estado por ahí tirando bombas y…

    • Santiago

      Siempre la boca “puede saber a limón”..esta particular canción, letra y música, es emocionante…y no hay duda de que siempre existe una tensión en la relación…Y es claro que el amor se puede acabar cuando consideramos que éste es un mero sentimiento afectivo…La cosa cambia cuando trasladamos lo del “sentimiento” a una decisión y a una actitud permanente…Entonces el amor cobra el sentido de trascendencia madura agapé…Entonces podemos decir que siempre vamos a querer a nuestros padres, hijos, hermanos, cónyuges, amigos…Esto no impide que muchas veces la convivencia cercana sea un imposible…Sin embargo, podemos seguir amando…y de hecho amamos a muchas personas de las que, por una u otra razón, tenemos que permanecer alejados…

      Por eso en el Evangelio Jesús nos manda amarnos “unos a otros, así como os amé” (Juan 15, 12-13) pues Cristo nos amó “hasta el extremo” que consiste en “dar uno la vida por sus amigos”…Por eso el mandato de Cristo es universal y no sólo para “los que nos aman” sino que incluye el amor a los enemigos, a los que nos desprecian, atacan, odian y nos pueden hacer la vida imposible…Esta, sin embargo, es la parte más difícil y la que mas cuesta ya que requiere un esfuerzo nuestro y de la gracia…Requiere una actitud permanente y una vigilancia de nuestra conducta que suele ser lo opuesto, con deseos de vengarnos de los que nos humillan…Sin embargo, el Evangelio nos dice desde el principio hasta el fin que debemos amar…y el que no ama no puede llamarse cristiano…Y es por lo que Gandhi no podía reconocer a los cristianos porque a el le agradaba el personaje de Cristo, pero los cristianos no se parecía a El…

      Vivimos “en verdad” cuando amamos “de verdad”…sin embargo, no le puedo dar lecciones…ni siquiera lo intento…solamente expongo lo que creo…

      Saludos cordiales
      Santiago Hernández

      • Carmen

        Ya lo sé. Yo tampoco.
        Las cosas son muy complejas. Usted intente pensar que cuando un matrimonio se separa es porque ya no hay dios que puede hacer que sigan juntos. Habrá miles de causas distintas. Pero hay una que no falla. Uno de los dos ha atravesado un proceso de desamor. O los dos.

        Por qué van a seguir? Dios bendice el amor, no el desamor.

        No sé si vio la película Los puentes de Madison. Fuimos a verla una tarde mi grupo de amigas-compañeras, y después fuimos a cenar. Eso de la tarde de chicas tan de moda ahora, a veces creo que lo inventamos nosotras en los ochenta. A veces necesitábamos escapar y …
        Nos pasamos toda la cena discutiendo. Toda. Y de vez en cuando vuelve a salir el tema. Os acordáis…? Tengo mucha memoria , es curioso ver cómo después de veinte años han cambiado las opiniones.

        Yo no sé qué hubiese hecho. Sigo sin saberlo. No he vuelto a ver la película. Me produce una tristeza infinita y no sé por qué.

        Dios , mi dios, Jesús, mi jesus imaginario no pueden bendecir según que tipo de parejas. La libertad para ser feliz , sin hacer daño a nadie, es lo que bendice.

        Opiniones.

  • Santiago

    Sin duda Jesús vino a oponerse terminantemente a la hipocresía de los judíos que ponían el énfasis en “la obra externa”…El va a la profundidad del corazón humano buscando lo verdadero…Por eso nos dice a todos:

    “Oísteis que se os dijo (Exodo 20,14) No cometerás adulterio. Mas Yo os digo que todo el que mira a una mujer con lujuria, ya en su corazón cometió adulterio con ella”…El adulterio en la Ley judía establecía la pena de muerte para la adúltera que hubiera tenido relaciones sexuales con un hombre distinto de su prometido, también para el hombre que se acostaba con ella. (Dt. 22:21-23)…Tobías recomienda a su hijo abstenerse de la fornicación (Tob. 4,12) y el Concilio de Jerusalén decreta la abstención de la fornicación (Hechos 15:28,29). También San Pablo dice que hay que huir de ella puesto que se hace un daño “contra” el propio cuerpo (1 Cor 6:13)

    Claro que Jesús no manda a lapidar a nadie…Perdona a la adúltera y le dice “no vuelvas a pecar”…La estrategia del Redentor era diferente…pues para El son “Bienaventurados los corazones puros, porque ellos verán a Dios”..El ama a los que le siguen con el corazón puro…por eso le dice al joven rico: “Si quieres entrar en la vida (eterna) “Guarda los mandamientos”, entre los que estaba, por supuesto el que prohibía las relaciones sexuales que no estuvieran dentro de la unión conyugal del matrimonio..

    Porque según Jesucristo: “..del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias…Estas con las cosas que contaminan al hombre; pero el comer sin lavarse las manos, eso no contamina al hombre” (Mateo 15:19-20); (Marcos 7: 21-23)

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández

    • ana rodrigo

      Yo me pregunto, cuando se habla de corazón puro o impuro, ¿se refiere exclusivamente a cuestiones sexuales? ¿Solamente hay pureza en ausencia de cuestiones sexuales? Sería como interpretar que el mandamiento de “no desearás la mujer de tu prójimo” se dedica solamente a los hombres porque no dice nada de las mujeres que deseen a los hombres de otras mujeres. ¿A que suena rara esta interpretación? Pues cuidado con las interpretaciones, pues en el corazón humano hay bastantes más impurezas que el deseo sexual que suelen pasar desapercibidas en las homilías y explicaciones bíblicas cuando de por medio hay alguna cuestión de moral sexual., como la violencia contra las mujeres solamente porque son mujeres, la crueldad contra los inmigrantes, la falta de comprensión, la ausencia de compasión, la mentira, la difamación, la corrupción de los políticos, los crímenes de los pederastas contra menores y personas vulnerables, etc.etc.

      La moral cristiana sigue anclada en la de hace dos mil años cuando la mujer era impura por tener la menstruación o cuando tenía que ir al templo a purificarse después de haber sido madre, o si se lavaban las manos o los pies como gesto de limpieza de impurezas del alma. En fin, que hay que ponerse al día, señores clérigos y quienes les siguen en estos arcaísmos que terminan tapando hipócritamente impurezas más graves.

  • oscar varela

    Hola!
    En estos Comentarios del Autor a los Comentarios de nosotros, atrieros;
    me parece percibir algo que suele darse por sabido, y
    “por sabido, se calla”, y
    “por con-sabido, uno no se da cuenta”, y
    “termina uno por no enterar-se”.
    ………………
    Se trata de percibir el “lugar desde donde uno habla”, y
    ese lugar real es el de la propia vida de uno mismo.
     
    Por eso he vuelto a prestar atención al “perfil” del Autor:
     
    Salvador Santos  08-diciembre-2013
    Nací en Algeciras (un poco más al sur y habría sido en una patera). Estoy casado. Tengo tres hijas, una nieta y dos nietos.
    Mi tiempo se reparte en:
    1. Trabajar como abuelo al menos la tercera parte del día (hoy he tenido que hacer horas extras).
    2. Trabajar buscando y desmontando chatarra en sociedad con Chaka, un inmigrante de Costa de Marfil. Él se encarga de colaborar en el desmontaje y de venderla. En ocasiones doy alguna charla sobre cómo convertir la chatarra en células sociales para la transformación de África o cómo lograr legalizar la situación de un inmigrante sin papeles. La última charla trató de cómo convertir la chatarra en un terreno de 45.000 metros cuadrados.
    Asociado a estas, realizo otras tareas con amigos inmigrantes africanos. No son temas para explicar públicamente; ya he tenido algunos conflictos con uniformados.
    3. El tiempo que me queda lo dedico a explicar el evangelio. Estos artículos publicados en Atrio son fruto de ese trabajillo.
    (y sigue …)
    ………………
    Me detengo solo en el comienzo del “perfil”
    “Nací en Algeciras (un poco más al sur y habría sido en una patera)”
     
    La vida de cada cual, bien que nacido de mujer con varón,
    radica en el Grupo llamado “sociedad” en que ese nacimiento acontece;
    es ella quien lo (nos) “formatea” a su imagen y semejanza.
     
    La llamada “civilización” (ciudada-nización)
    si bien implica un “des-arraigo” del Grupo base (tribu)
    la experiencia va mostrando patologías (individuales y/o grupales)
    por des-oír aquellos fundamentos e-vocativos;
    es lo que yo en mi experiencia personal llamo
    EL BARRIO que me vio nacer” (según reza un tanguito imprescindible)
    ………………
    Es indudable que Salvador Santos tiene acumulados
    estudios infinitos sobre Biblia y sus co-adyuvantes,
    pero yo le doy prioridad a lo que ya Sto.Tomás de Aquino percibía:
    que por lo menos hasta los 12 años el “crio” radica
    en el Grupo social “como un útero espiritual”
    (tamquam in utero spiritualis).
    ………………
    No es de extrañar, entonces, sino todo lo contrario, que
    el Grupo socio-familiar de Jesús (por eso lo de “el galileo”)
    le haya sido de con-frontación e inspiración-desafío a nuestro Galileo.
    ………………
    … todo lo demás se nos da por añadidura …

  • Salvador Santos

    Hola George
     
    A tus dudas, algunos apuntes.
     
    1. El repudio no es lo mismo que divorcio por mucho que se insista repitiendo lo contrario. El repudio es una acción unilateral desde la superioridad y el dominio del hombre sobre la mujer. El divorcio, un acuerdo de separación legal entre ambos cónyuges.
     
    2. El pacto matrimonial en tiempos de Jesús era en la práctica una obligación marcada por el imaginado precepto divino: “creced y multiplicaos”. El hombre que no se había casado ya a los 22 años empezaba a ser considerado mal visto y mal-dito.
     
    3. El fin del matrimonio era la procreación. Un hombre se sentía afortunado teniendo muchos hijos varones. La mujer era valorada por la cantidad de esos hijos. Las hembras no contaban.
     
    4. La mujer era receptora y recipiente en el sexo. El hombre acudía a ella para satisfacer sus deseos sexuales. A la mujer, obligada a dejarle contento, le tocaba ser vasija fértil. La mujer estaba allí fundamentalmente para eso. ¡Y punto en boca!
     
    5. Los discípulos compartían ese criterio. Cuando el Galileo se opone al dominio y plantea la igualdad total entre hombre y mujer en la sociedad alternativa, ellos reculan. Así no les interesaba el matrimonio. Ellos están por tener a la mujer bajo su autoridad. Afirman, según Mateo, que de no ser así, es preferible no casarse,
     
    6. Jesús mantiene su posición. El matrimonio en la sociedad alternativa excluye el dominio. En consecuencia, el sexo ha de suponerse de disfrute mutuo, no solo del hombre. Permanecer soltero sin aceptar ese régimen de igualdad matrimonial no resulta fácil.
     
    7. Ahora bien, no hay que confundir estar soltero con ser célibe. La soltería no excluye el sexo. Quedar soltero por entrega al reinado de Dios nada tiene que ver con preceptos ni supone exclusión del sexo. Cuando se excluye el sexo por norma,  pasa lo que pasa. ¡Y no se sabe casi nada de lo que ha pasado y sigue pasando!
     
    8. Respecto a la soltería de Jesús, hay que recordar que hizo la mayor parte de su vida en una aldea de alrededor de 100 habitantes. Allí todos sabían de todos con pelos y señales. No pocos de los habitantes de esa aldea, poblada desde muy antiguo, estaban emparentados. Esto facilitaba y aumentaba el conocimiento entre ellos.
     
    9. De Jesús se sabía que, además de tener un comportamiento y unas ideas poco comunes, su origen paterno era desconocido, lo que le colgaba la etiqueta de personaje impuro por ilegítimo. Aunque no se aireara mucho el dato por razones de salvaguardar la imagen familiar, él estaba considerado muy mal partido y persona sin futuro.
     
    10. ¿Qué familia entregaría su hija de doce años a semejante individuo por mucho dinero que él pusiera sobre la mesa? Tal vez ese rechazo permitió al Galileo pensar que aquel tipo de matrimonios  no servía sino para mantener  y consolidar el sistema injusto. Quizás entendió a partir de ahí que el amor entre hombre y mujer si procuraba la igualdad.
    Y él, a pesar de que no le aceptaban, no parecía tener mal tipo, no. Hay que recordar que algunas mujeres se fueron con él en contra de todas las costumbres y a pesar de ser mal consideradas.   
     
    11. La obsesión por el sexo de la institución religiosa viene a ser una mezcla de ignorancia y temor a la libertad. En el último cuarto del siglo XX, una directora del cine italiano, Liliana Cavani, dirigió una película titulada ‘Portero de noche’. La censura italiana retuvo la película durante meses. Se trataba de una escena de un coito en el que ¡la mujer estaba en la posición superior y el hombre en la inferior! El miedo a la igualdad. Eso pasó hace nada. Y ahora hablamos de cosas de hace dos mil años.
     
    12. El intento por interpretar el evangelio desde doctrinas, idearios, conceptos actuales incluyendo represiones y miedos religiosos produce un amasijo de ideas indigestas e incomprensibles. Y no pocas veces se acaba echando la culpa al mismo texto.
     
    Un abrazo, amigo George

    • ana rodrigo

      Magnífico comentario el tuyo, querido Salvador.

      Dices: “El intento por interpretar el evangelio desde doctrinas, idearios, conceptos actuales incluyendo represiones y miedos religiosos produce un amasijo de ideas indigestas e incomprensibles. Y no pocas veces se acaba echando la culpa al mismo texto.” Este el quid de la cuestión, del que yo tanto protesto, es decir la lectura literal como si fuese universal en el tiempo sin dar la explicación adecuada como tú lo haces. Vivimos en otra sociedad y los curas que predican las homilías, en una gran mayoría, no se han actualizado y muchos de ellos ni lo harán dada la longevidad del clero actual, y dado el conservadurismo de los jóvenes procedentes de Kikos y movimientos conservadores.

    • George R Porta

      Gracias, Salvador. Un abrazo.

    • George R Porta

      Creo que comprendo lo que señalas sobre la diferencia entre soltería y celibato, pero me permito añadir, para aclarar lo que había antes escrito, lo siguiente.
      Me refería antes a la mitologización de la soltería hasta convertirla en el sagrado celibato y además afirmar que éste sea una vocación de origen divino o sagrada.
      No importa lo que ha dicho Ratzinger, los seminarios y las respectivas comunidades formativas o formadoras han fallado tremenda y trágicamente más bien deformando a los candidatos al curato.
      Recuerdo que en el documento sobre la formación (Ratio Formationis) que el ya fallecido P. Camilo Maccisse escribió para los Carmelitas Descalzos en 1994 y pagó muy caro precisamente a manos de Ratzinger y Juan Pablo II, introdujo la noción muy cierta de que la comunidad formadora debe acoger al candidato o novicio como si fuese un mensajero un portador de noticia porque se supone que el E Santo labora en el Mundo y no solo en la Iglesia. Del mismo modo el candidato debe acoger a la comunidad formadora con docilidad crítica (no de oposición) porque el proceso de formación es multifactorial y multifacético, no solo en cuanto a la afectividad y a la vida sexual, sino en general y es un trabajo de colaboración.
      En cierto modo la idea que defendía Juan de la Cruz de que el novicio debía pasivamente aceptar que le esculpieran no es aceptable en estos tiempos. Si es cierto que el E Santo existe y labora en la Iglesia muy bien que deja en quien se acerca a la Iglesia una huella que puede ser noticia y que pudiera propulsar la vida de la comunidad. Me parece que esto sea consistente con la idea bien reflejada en Marco de la sociedad alternativa. La Iglesia muy bien que pudiera aprender de quien conscientemente o no a dado el paso hacia el lado del Galileo.
      Igual que en la familia, la prole forma a los progenitores a medida que éstos la educan. Es un proceso dinámico y progresivo, fundamentalmente dialéctico.
      Digo todo esto porque la soltería del Galileo muy bien que pudo hacerle descubrir con el tiempo lo que Kazantzakis dibujó con mayor o menor acierto en «La Última Tentación de Cristo», la novela llevada al cine que tanto escándalo provocó entre los más conservadores del cristianismo en todas partes, católicos y no católicos. Jesús debió descubrir, si era realmente humano, muchas dimensiones de su humanidad propia que solo se podía aprender y, a menudo, utilizando el texto de Pablo, a mi manera, aprender sufriéndola, existiendo entre humanos y dejándose impresionar tanto como impresionando.
      En fin, ya sabes que soy palabrero y a menudo no sé si realmente sé lo que me parece que sé. Un abrazo.

      • Salvador Santos

        Hola George

        Tu comentario me sugiere dos cosas:

        1ª. Jesús tuvo que aprender como lo hacemos todos. Así pues, fuente base en su aprendizaje fue su experiencia reflexionada. Y, en su desarrollo, naturalmente, pasó por las mismas etapas por las que hemos pasado los demás. También en su maduración sexual. Considerar que no descubrió su sexo en la adolescencia; que no se le fueron los ojos tras una mujer; que careció de imaginación o deseos sensuales y sexuales, y que no funcionara sexualmente como cualquier otro hombre, revela que se piensa en un Jesús de escayola.

        2ª. A mi juicio, ningún espíritu, sea santo o no, mete mano en los asuntos humanos. Esos asuntos son de nuestra competencia exclusiva. Si actuamos sobre ellos iremos dejando huellas; de no actuar, se quedarán sin hacer. Y, en tal caso, ¡el sistema se hará cargo! El sistema no pierde oportunidades. Esos asuntos que nos afectan a todos, sean del tipo que sean, dependen de nuestra libertad y responsabilidad, dos facultades directa y estrechamente asociadas con el sentido de la vida humana.

        Un abrazo

      • George R Porta

        Gracias Salvador. Yo tampoco puedo confirmar que exista un E Santo y realmente no me preocupa. No deseo entrar en el tema de la libertad y la responsabilidad porque es demasiado complicado para mí. Creo que se nace con una serie de condicionamientos genéticos y sse crece en esos y muchos más y que para la edad que el cortex llega a estar suficientemente estructurado y funcionando, tiempo de ser realmente y suficientemente responsables, ya es demasiado tarde. Se estima que eso sea a la edad de 22 años, en las sociedades como esta que vivo y que no sea igual en otras, no porque esta mía sea mejor, sino porque cada una es diversa comparada con las demás.

        El Galileo habrá nacido en la suya con sus condicionamientos y realmente debió tener una capacidad de acogida de las diferencias individuales fuera de lo común comparado con otras personas, muchas personas de la misma cultura y sociedad. Un ejemplo es la amistad con María de Magdala que debió ser una amiga cercana y, quizás, el hombre del ánfora a la cintura que condujo a los discípulos que buscaban el aposento alto.

        Agradezco mucho haber podido intercambiar estos párrafos, sobre todo porque aprecio tu amistad aunque yo no tenga mucho que ofrecer a cambio, excepto eso, aprecio cordial.

  • Santiago

    Sin duda, existía el matrimonio entre los judíos, pero no en la “forma” que lo conocemos hoy…No se revestía de  lo “sagrado” sino que era, como dice el catecismo un contrato natural…Sin embargo, el contrato natural se remonta “al principio” pues según el AT en el Genésis, Dios mismo lo instituyó pues “dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer”..

    Jesucristo vino  a perfeccionar la Ley y elevó este contrato natural a sacramento…Jesús mismo santifica el matrimonio judío asistiendo a las Bodas de Caná y en las parábolas se refiere al matrimonio como institución o sea como las “bodas”…Aunque había una secuencia de los esponsales y del recibimiento de la desposada en la casa, no por eso el matrimonio estaba excluído de la sociedad, todo lo contrario…En el libro de los Proverbios aparece la esposa como compañera con responsabilidades y dignidad pues “en ella confía el corazón del marido y no carece de ganancia…Álzanse sus hijos y la aclaman bienaventurada y su marido la ensalza” (Proverbios 31: 10-31)

    Porque había un contrato natural es porque el “repudio” equivalía al divorcio…Por eso le preguntaron a Jesucristo si era permitido repudiar a la mujer por eso Jesús se opone pues “todo el que despidiese a su mujer y se casara con otra comete adulterio contra la primera, y si la mujer repudia al marido y se casa con otro, comete adulterio” y es por eso que  Marcos aclara para todos, judíos y gentiles, que “si la mujer repudiare a su marido y se casara con otro”, comete adulterio (Marcos 10:11-12) Los discípulos lo entendieron perfectamente puesto que esto equivalía al divorcio y comentaron que si es así esta doctrina, sería mejor “no casarse” pero Jesús creía que podía existir amor y fidelidad…

    Por eso S. Pablo, doctor de la Ley judía, discípulo del célebre Gamaliel dice que debe existir el amor en el matrimonio:

    “Esposos, amad a vuestras esposas, como también Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por Ella” El amor con que el marido ha de amar a su mujer ha de ser una realización del altísimo sentido que Cristo le ha dado al matrimonio cristiano…..Lo compara al que El mismo siente por nosotros que somos su Iglesia, el Pueblo de Dios…”para santificarla, purificándola (a la Iglesia)….Así deben también los esposos amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. Quien ama a su esposa, a si mismo se ama. Porque nadie aborreció su propia carne, antes la mantiene y regala, como también Cristo a la Iglesia, puesto que somos miembros de Su cuerpo….Este misterio es grande, mas yo lo declaro de Cristo y de la Iglesia..Mas fuera de esto, vosotros también cada uno en particular, así ame a su esposa como a sí mismo; la mujer, a su vez, reverencie a su marido” (Efesios 5:

    El Padre creó todo en el amor y por amor….Y en Cristo se realiza plenamente el amor del Padre en nosotros.

    Este es el único sentido de la realidad cristiana.

    Saludos cordiales

    Santiago Hernández

     

    • Carmen

      El amor, acaaaaaaabaaaaaa.
      Porque somos como ríos, nunca queda quieta el agua.
      Porque se vuelve rutina, la caricia más divina.
      Por mil razones. Así somos.
      Y es cierto. A veces dura siempre. Enhorabuena. Les ha tocado una especie de lotería emocional y el premio gordo.
      Y los demás?

      Sé que no va a dar su brazo a torcer. No puede hacerlo. Pero también sé que va a pensar.
      Un saludo, querido amigo cabezón.

  • George R Porta

    Hace tiempo que me pregunto cómo se debe interpretar la defendida soltería del Galileo que con el tiempo se convirtió en una exigencia obligatoria de celibato y no pocas veces fue interpretada como un privilegio especial, una especie de sacrificio muy parecido a alguna especie de unción. La cuestión del texto no queda resuelta. Los más legítima o auténticamente capaces serían los «eunucos» de nacimiento

    La versión del Nuevo Testamento (Schökel-Camacho et al.) que es la me gusta, propone la siguiente redacción de Mateo 19, 7-12 (la modificación del formato es mía):

    v. 7. «Ellos insistieron: Y, entonces, ¿por qué prescribió Moisés darle acta de divorcio cuando se la repudia? (Dt 24, 1).

    v. 8. Él les contestó: Por vuestra obstinación, por eso os consintió Moisés repudiar a vuestras mujeres, pero al principio no era así.

    v. 9. Ahora os digo yo que si uno repudia a su mujer ―no hablo de unión ilegal― y se casa con otra, comete adulterio.

    v. 10. Los discípulos le replicaron: Si tal es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse.

    v. 11. Pero él les dijo: ―No todos pueden con eso que habéis dicho, sólo los que han recibido el don.

    v. 12. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el reinado de Dios. El que pueda entenderlo que lo entienda.»

    En definitivas, el autor o redactor (o los múltiples redactores) se abstuvo, al parecer, de revelar lo que Jesús mismo entendía. Como los textos se leen en tiempo real, alguien ignorante como yo en materia de exégesis, hermenéutica bíblica y las disciplinas asociadas, no me queda más remedio que integrarme al grupo de los fariseos que quizás alguno no venía con mala intención sino movido por una mezcla de sentimientos, entre ellos confusión. Según lo que el texto sugiere, los eunucos de nacimiento serían los únicos libres de malas o cuestionable intenciones profundas o inconscientes al permanecer eunucos. En el otro extremo del espectro que describe el texto, poniéndolo en labios del Galileo, aquellos que se hacen eunucos por el reinado de Dios son susceptibles de no saber sus profundas o inconscientes motivaciones para descartar el matrimonio. Los del tercer grupo, una especie de marcador de kilómetro a mitad de camino, pudieran ser todos aquellos a quienes la educación o la experiencia familiar o de cualquier otro tipo les incapacita para el matrimonio por razones traumáticas. Posiblemente este sería una multitud si uno tiene en cuenta la enorme incidencia de patología psicológica entre los jóvenes, la prevalencia de la violencia doméstica entre parejas, sea cual sea el género, y la enorme demanda de guía y educación que hay en el campo de las relaciones entre progenitores y prole por parte de aquellos/as, así como la tendencia actual de las mujeres a preferir tener hijos pero no contraer matrimonio, una posibilidad que el Galileo no incluyó en su respuesta a los fariseos. Para no complicar este comentario solo menciono el amplio margen combinatorio de familias de un solo género, etc. Si el Espíritu Santo está conduciendo la creación de regreso a su origen porque haya existido y exista un Creador, imagino que la Trinidad se verá tremendamente sorprendida por la diversidad que inyecto al cometer la pifia del libre albedrío demasiado temprano quizás o ignorando que el futuro podría ser complicado.

    Como en río revuelto abundan los pescadores, algunas interpretaciones, todas sin un fundamento suficiente ―se sabe que las narraciones evangélicas no pasarían satisfactoriamente las reglas postmodernas de evidencia, sobre todo en materia legal o de jurisprudencia― el Galileo, si existió como le conocemos, murió hace más de 2000 años y no dejó ninguna explícita y original declaración al respecto.

    Más aún, acerca del conflictivo texto de Mateo 19, 12 que reproduzco arriba ―Juan Mateos y Federico Camacho lo tocaron sin profundizar demasiado (al menos sin la profundidad y extensión con la que fue tratado el Evangelio «Marcos»)― y dicen lo siguiente en «El Evangelio de Mateo, Lectura Comentada» (Madrid, Cristiandad, 1981) parte de la serie que dirigía Juan Mateos con el título «Lectura del Nuevo Testamento»:

    10-12 (pp. 190-191): «Los discípulos protestan contra tal rigorismo: en esas condiciones, el matrimonio no es ventajoso. Jesús coméntalo que acaban de decir y afirma que renunciar al matrimonio no es posible para todo hombre; hace falta un don especial para ello. Este puede identificarse con el deseo ardiente de dedicarse al trabajo por el reinado de Dios, con un sentimiento vivo de la urgencia de esa labor y encontrando en ella la plena realización humana. De hecho, la única razón que propone Jesús para abstenerse del matrimonio es el reinado de Dios, que, en su expresión plena, es la nueva sociedad humana que él viene a comenzar. También Jesús siente la urgencia de esa dedicación: por eso invita a ella a los que se sientan llamados.»

    La Historia ha demostrado con creces que los obispos, que se auto atribuyen el carisma necesario, pueden ordenar gente del grupo traumatizado y quizás hasta del primer grupo y que entre los del grupo tercero ha habido muchos que hubieran podido pertenecer o integrarse a la sociedad alternativa del Galileo sin hacerse eunucos, contra lo que el texto evangelio de Mateo le atribuye.

  • Salvador Santos

    Por si sirven de ayuda, algunos datos:
     
    En este artículo no se habla de divorcio, sino de repudio. El repudio era una prerrogativa exclusiva del hombre para deshacer  unilateralmente el pacto de unión con su mujer. La casuística, manejada por hombres, llegaba al punto de justificar el repudio por el simple hecho de que a la mujer se le quemara la comida. El repudio era una muestra más del sometimiento de la mujer al hombre. Como se explica en el artículo, la pregunta-trampa de los religiosos al Galileo -básica para entender el texto- buscaba: o bien que este aceptara dicho sometimiento o ya que se enfrentara a la Ley sagrada que lo permitía.   
     
    Ni en hebreo ni en griego existía un término para designar la unión matrimonial. Para ello se usaba el término: Pacto. Este pacto no era asunto religioso. Tampoco, público. Era un acuerdo privado. Y ni siquiera intervenían los protagonistas, sino sus padres. Los padres del novio acudían a casa de los padres de la novia y negociaban un precio a pagar por ella. Una vez abonado, desde ese mismo instante la novia pasaba a ser propiedad del novio. Hasta el punto de que si a partir de ahí quedaba embarazada de otro se consideraba adulterio.
     
    El pacto solía realizarse antes de que la novia cumpliera doce años y medio, pues a partir de esa edad se requería también su consentimiento. Pasado un año de la compra de la novia se celebraba la fiesta de boda y la novia dejaba de estar bajo la autoridad de sus padres para someterse a la de su marido. Lo normal era empezar a tener hijos, función principal de la mujer, siendo todavía una niña.
     
    El artículo tampoco trata del amor. En el pacto no había amor por ningún sitio. Y al Galileo no le solicitaron una opinión respecto al amor entre esposos. La realidad que se le plantea al Galileo es la de la superioridad del hombre sobre la mujer y su capacidad legal para doblegarla. El Galileo se enfrentó a ese criterio. Y acudió al Génesis para declarar la igualdad como  base del proyecto humano e invalidar cualquier tipo de sometimiento. A los religiosos no les sentó nada bien la inteligente salida del Galileo. Se les bajaron, pues, los humos y desaparecieron de la escena calladitos, calladitos.
     
    Nada hay en el texto sobre amor, sobre matrimonio con el sentido actual y mucho menos sobre indisolubilidad de ese matrimonio desconocido en aquella cultura. Lo indisoluble es la igualdad en la sociedad alternativa.
     
    El Pacto entre hombre y mujer no era ni es competencia de Dios. Ahora es cosa de dos hacerlo o deshacerlo. Entonces correspondía a  los padres de los novios y se llegaba al acuerdo poniendo el dinero encima de la mesa.

    • ana rodrigo

      Muchas gracias, Salvador, tan amable como siempre. Tienes razón, y lo que dices ya lo resalté también yo el otro día diciendo que la novedad, que le repateaba a los fariseos, era que Jesús también le daba la posibilidad a la mujer de repudiar a su marido.

      Perdona si extrapolo al divorcio tu comentario. Lo hago porque es como normalmente lo plantea la Iglesia en sus comentarios en los templos. Y en el imaginario colectivo, leído así, literalmente, se queda con la ruptura de pareja cuando el amor ha dejado de existir por ambas partes o por una de las partes, y los predicadores se ceban en la indisolubilidad del matrimonio,perdonados. Lo he escuchado yo en varias ocasiones. En una ocasión le llamé la atención al cura en privado, diciéndole que el divorcio no era un deporte divertido, sino el resultado de muchos sufrimientos tolerados y perdonados y se quedó “asombrado”. Ya sabes la obsesión de la Iglesia con estos temas.

      Así que, una cosa es lo que dice el texto, otra cosa es la exégesis y la hermenéutica adecuada, casi siempre ausente de las homilías, otra cosa e lo que oye y entiende la gente y otra el daño añadido que produce en quienes hemos tenido que divorciarnos.

    • Mª Pilar García Martímez de Aguirre

      ¡¡¡Gracias Salvador!!!

      Es un gran gozo leerte; y desde el silencio… ¡Escuchar como habla La Palabra del Galileo!

      Un abrazo entrañable.
      pili

  • Carmen

    Porque el alma se vacía, como cántaro en la nube

    El amor , acaba

    Porque el sentimiento es humo y ceniza la palabra

    El amor, acaba

    Porque el corazón de darse, llega un día en que se parte

    El amor, acaba

    Porque se vuelven cadenas lo que fueron cintas blancas

    El amor , acaba.

    Porque el tiempo tiene grietas, porque grietas tiene el alma, porque nada es para siempre y hasta la belleza cansa

    El amor, acaaaaaaabaaaaaa.

    Es una canción compuesta por Manuel Alejandro, creo. La canta Rocío Jurado, que te mueres.

    Y entonces, qué hacemos? Esto sucede. Hay parejas que duran toda la vida. Unas con el amor acabado y otras con ese tipo de amor eterno , que también lo hay, menuda suerte.

    Pero , qué es más honesto, seguir o no seguir? No meta a los hijos. Los hijos imagínese que son mayores o que no hay.

    Nada tiene que ver aquí Jesús con su iglesia. Pero nada.

    Maneras de pensar

    • ana rodrigo

      Hay tres tipos de lenguaje que hablan por sí solos con más claridad que el mero relato: el arte musical, el arte plástico y el arte poético. Aquí tenemos una muestra. Gracias, Carmen.

    • Mª Pilar García Martímez de Aguirre

      ¡¡¡Genial Carmen!!!

      Hay cuestiones, que no se pueden contemplar desde una iglesia que todo lo convierte en pecado y condenación.

      Más todavía, si la mirada solo existe desde una palabra… ¡¡¡escrita POR HOMBRES a su antojo y poniendo a “dios” como “manejador” de todo lo que a ELLOS les interesa!!!

      Como en tantos casos.

      Pero ahora se encuentran, que las personas ¡piensan y actúan! en consecuencia, diga lo que digan … las iglesias… porque más o menos, todas se esconden detrás de ese “dios” hecho a su imagen y semejanza.

      Un abrazo entrañable.
      mª pilar

  • Santiago

    El Evangelio solo puede entenderse desde la perspectiva del insondable misterio del Amor divino…Jesus vino a darnos un mensaje  que “salta hasta la vida eterna”. Por tanto el mensaje de Cristo es sólo verdaderamente trascendente en cuanto que esta vida temporal se ordena a “la otra” y que los acontecimientos de esta vida terrestre están pasando y nosotros con ellos. En un abrir y cerrar de ojos entraremos en la eternidad.Jesus no vino a prometer la felicidad total en la tierra…sino que dijo que quien creyera en Su palabra iba a vivir con El eternamente…y que no importa que ganemos “todo el mundo” si perdemos la vida eterna que El vino a ofrecernos Por eso cuando Cristo se refiere a la unión conyugal se basa en este amor que es indisoluble por voluntad propia de la pareja cuando este amor se convierte en sacramento que es un verdadero misterio de amor. Porque el amor es capaz de los mayores sacrificios ¡Cuantos heroísmos ocurren en el mundo por amor a los padres, a los hijos, a la pareja, a los que amamos! El mismo Jesús nos dio el ejemplo supremo muriendo voluntariamente por nosotros en el supremo sacrificio  de la Cruz! Los mártires se sentían contentos de morir por amor a Cristo, los héroes de la Patria ofrecen sus vidas por amor a la tierra que defienden..Por eso “el amor es sufrido, es benigno, no es celoso,no se pavonea, no se infla, no traspasa el decoro, no es egoísta, no se exaspera, no piensa mal, no se alegra de la injusticia, se complace en la verdad, todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo tolera. El amor jamás desaparecerá”Al pueblo judïo, “de dura cerviz” le costó mucho trabajo entender el mandato del amor  de  Dios. Sólo Jesús de Nazaret pudo afirmar que el mandato del amor se expresaba totalmente en la unión conyugal y que este mandato, pues, existió “desde el principio”. De ahí que lo que constituye una unidad de amor no es posible disolverla. Cuando amamos de verdad, según el plan divino, es para siempre.Un saludo cordialSantiago Hernández 

    • ana rodrigo

      Querido Santiago, muchos mensajes del NT hay que darles la hermenéutica pertinente, de lo contrario, como es el caso del matrimonio, se convertiría en masoquismo puro y duro.
      Cuando citas a Pablo “todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo tolera.” Y estamos hablando de divorcio, ya dije hace unos días que si en la convivencia entre dos, donde una de las partes es destructiva y la otra parte, lo tolera y “pone la otra mejilla” o perdona “hasta 70 veces siete”, eso no tiene nada que ver con el amor. Ahí el sentido común y la sicología está muy encima de la literalidad de las palabras del NT.

      • Santiago

        Muchas gracias por tu comentario..Por supuesto que la tolerancia tiene su limite..Existen circunstancias particulares donde la convivencia es imposible. No se puede ser vīctima involuntaria. Pero cada caso es diferente. Y nadie debe tolerar el abuso que es por supuesto un delito.
        Aquí solo hablo en general. En los casos específicos hay mucha tela que cortar

        Un saludo cordial

        Santiago Hernández

  • Alberto Revuelta

    La opinión de Bernanos que citaba Antionio Gil de Zúñiga y comentaba Antonio Toston hace unos días y que copio El escándalo del Universo no es el sufrimiento, es la libertad. Dios hizo libre a su creación, éste es el escándalo de los escándalos, pues todos los demás  proceden de él”. Creo que los pincelicos de Salvador van dejando libre la libertad. He tenido la inmensa suerte de poder elegir, aún a riesgo de sufrires varios y múltiples, y de sentirme libre dentro de lo que cabe. Gozo leyendo a Salvador.

    • Carmen

      Perdón por contestar.
      Usted ha tenido mucha suerte, es cierto, porque tuvo la valentía de buscarla. Seguro que no fue fácil, pero fíjese lo que puede llegar a sentir en el último tramo de la vida: sensación de libertad y de haber conducido tu vida. No sé si puede haber recompensa mayor. También arriesgó mucho.

      También me siento como usted. No vea lo que me ha costado. Por eso le entiendo.

    • oscar varela

      Ok, ok, ok!
      Pues para mí
      nada en la vida me ha sonado a COSTO,
      todo lo he vislumbrado como una INVERSIÓN:
      CONSTRUYENDO-ME-NOS
      y
      DE-CONSTRUYÉNDO-ME-NOS

  • ana rodrigo

    Pues la Iglesia le ha sacado mucha punta a eso de que “lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”, porque, según su doctrina, las personas que se unieron por amor, cuando éste haya desaparecido por mil razones, tienen que seguir viviendo juntos y si no lo hacen cometen adulterio.

    La verdad es que se ve más claro lo que dice el evangelio que las explicaciones bien intencionadas que haces, Salvador. Por eso no me extraña que la Iglesia haya mantenido literalmente la doctrina. Aunque después se haya inventado el tema de la nulidad matrimonial.

    Pero el daño y los sufrimientos de las dos personas que han tenido que romper su relación, ahí quedan. Sufrimientos religiosos añadidos a los que en sí mismo produce un divorcio posterior a los sufrimientos de una mala convivencia que hace inviable dicha unión.

    La novedad que veo en lo que dice el Galileo es que no sólo puede repudiar el hombre, sino también puede hacerlo la mujer. Algo es algo, pero siempre cargando a la conciencia de que eso está mal moralmente.

    Resumiendo: hay textos del los evangelios que, ni forzándolos, tienen sentido para la sociedad actual. El sentido común nos indica algo más razonable: dos personas se aman, se comprometen a vivir su proyecto vital juntas, pero si ese proyecto, en un momento determinado empieza a divergir, lo mejor es que cada cual rehaga su vida con su proyecto individual. ¡Basta ya de tanta culpabilidad!

    Cuando yo me divorcié hace 34 años, el Papa Juan Pablo II estaba todo el día predicando y mandándonos poco menos que al infierno a los y las divorciadas, y a mí me llevaban los diablos por la falta de humanidad de este señor sin tener ni idea lo que un divorcio supone en la vida de una persona, y encima, palo sobre palo a tu conciencia. Ufff, no digo más porque me disparo.

  • Mª Pilar

    Desentrañar ¡La Palabra del Galileo! sin ornamentos religiosos totalmente interesados y hoy totalmente obsoletos es:

    ¡Un gozo grande!

    Nos atamos y encerramos en los mandatos religiosos; de alguna manera, para obviar nuestras responsabilidades y hacerles frente dignamente, y sobre todo:

    Respetando a la otra persona, que está compartiendo mi vivir; porque ambas dos, estamos en igualdad de derecho y… ¡¡¡deberes!!!

    El Proyecto de Vida del Galileo, si lo conociéramos desde su verdadero sentido, podría:

    ¡Cambiar este dolorido mundo!

    Salvador amigo bueno, gracias por tu incansable labor, para que las personas podamos levantarnos y sacudirnos esas “esclavitudes” que nos hacen ser esclavos de…

    Un abrazo entrañable.

    pili

  • Carmen

    Pues sí.

    Desde que me enteré que existía esa versión de la creación del hombre, para mí, eso de la superioridad del hombre sobre la mujer que decían que estaba escrito en el Génesis, luego era voluntad y deseo de dios desde todos los siempres, se cayó por completo.

    Estaba claro que había dos formas de pensar desde el principio de los tiempos, que no es lo mismo.

    Y claro, se eligió la versión que interesaba  a los que mandaban. Pero también desde el principio de los tiempos había personas que pensaban que de superioridad del hombre sobre la mujer, nada de nada. Fuimos creados iguales.

    Y en esas estamos. Muchas, muchísimas personas, tanto hombres como mujeres. Es lo que muchos y muchas llaman feminismo y otras llamamos igualdad. Porque es que fuimos creados con la misma dignidad, en el mejor sentido de la palabra. Lo dice el Génesis, no? Pues eso.

    Ay Salvador, ay. Eso del divorcio. La de sufrimiento que nos ha traído a todos.  Nos vendieron que una decisión tomada normalmente en la juventud, dios te exigía que fuese para siempre. Pero la realidad se impuso, porque para siempre es mucho tiempo. Es todo el tiempo.

    Gracias. Me gusta leerte.

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