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Ecoespiritualidad y esperanza

En un mundo global como el actual en donde el dogmatismo ideológico solo muestra signos de su totalitarismo. “En estos años bárbaros en los que, mediante la llamada “austeridad expansiva”, la transferencia de poder y de riqueza de abajo arriba ha sido tan grande que se ha vuelto a cuestionar el binomio democracia-capitalismo pues, mientras la primera pierde calidad el segundo es cada vez más fuerte y opresor”. ( Cf J. Estefanía).

En estos años bárbaros donde el sentido común aparece como revolucionario, J. Reichmann nos presenta un análisis crítico, radical y valiente de la realidad actual, por una parte, señalando las causas de la perversión del sistema que irremediablemente nos lleva al colapso, no solo económico, sino también ecológico-social y, por otra,  las contradicciones de una sociedad inconsciente de ese fatal desenlace.

“En lo que llama “Siglo de la Gran Prueba” tendríamos que estar debatiendo cómo producir alimentos para la sobrevivencia, pero la cultura dominante solo nos habla de videojuegos y negocios multimillonarios… El lema thatcheriano TINA “No hay alternativas” no era una oración descriptiva sino performativa: estamos destruyendo las condiciones culturales, económicas y políticas de las posibles alternativas del capitalismo. “El capitalismo transforma sistemáticamente en problemas lo que intuitivamente debían ser soluciones” (C. Rendueles).

Frente a todo ello, “necesitamos análisis,  reflexión y silencio”, para llegar a un diagnóstico lo más objetivo y real. Y así se observa que las crisis humanitarias vienen marcadas históricamente por tres factores: el  calentamiento global, la crisis energética y la  conflictividad social.

Especialmente graves son las consecuencias que se producen con la Gran Aceleración, después de la segunda guerra mundial. La “huella ecológica” de la humanidad manifiesta que estamos en un estado de extralimitación, “en tiempo de descuento”. En este sentido, el ecosocialista J. Sampere afirma que nos encontramos en un sistema autodestructivo, sin ser capaces de meter cuña correctiva en él. Este sistema capitalista me aparece tan invencible como inviable, consiguientemente nos lleva al colapso civilizatorio. A esta misma conclusión nos lleva la aplicación del método “ dinámica de sistemas” (modelo que permite, en la medida de su validez, simular el comportamiento del sistema que representa, por ejemplo una ciudad en crecimiento, y detectar problemas prácticos con la antelación adecuada para intervenir).

En el año 1968 se fundó el Club de Roma, formado por científicos y políticos, en ningún caso sospechosos al sistema, pero con la buena intención de mejorar el futuro del mundo, a largo plazo, de una manera interdisciplinaria y holística. Eran conscientes ya entonces del fatal desenlace del “Titanic” en el que todos nos habíamos embarcado. Pronto aquellas buenas, sabias y responsables intenciones  quedaron en nada. Hoy, ¡ay!, club por club, lamentablemente  solo tenemos como referente el Club de Bilderbeg en el que asisten por invitación más de un centenar de personas, las más influyentes del mundo. (Resulta  cuanto menos sorprendente, que de las últimas invitaciones, una haya sido la de Albert Ribera).

Quizá la última posibilidad de corrección se dio en el año 70, con la publicación del libro “Los límites del crecimiento” que proponía la construcción de sociedades sostenibles. Pero esta vía muy pronto también quedó abortada.

Ante esta tesitura, en la que el “Titánic” posiblemente ya ha encallado, solo cabe el “sálvese quien pueda” o  “colapsar mejor”. La segunda es la única que nos ofrece esperanza: “seguimos pidiendo –y tratando de construir-democracia y sustentabilidad como seguimos cultivando la esperanza: contrafácticos”.

Y ante la disyuntiva reformismo o apocalipsis, no cabe reformismo alguno, ni  el oxímoron llamado “socialismo verde”, pues no evitan el apocalipsis. Hoy, la única propuesta racional es una enmienda a la totalidad. Lo que de verdad necesitamos –y nadie lo menciona– es cambiar el sistema económico.

La economía global no perdona. Ni a la naturaleza ni a los seres humanos. Desaprendamos la superstición del Progreso, pues “mientras no cambien los dioses, nada ha cambiado” (R. Sánchez Ferlosio).

“No es que no seamos libres; es que parece que no estamos dispuestos a tomarnos el trabajo de serlo”. Superad la adolescencia y “sapere aude” (atrévete a pensar por ti mismo), nos diría el ilustrado Kant. Este es el poder de la impotencia, el que hace posible lo imposible. Es también NUESTRA RESPONSABILIDAD.

“Para salir de un pozo, lo primero es reconocer que estamos dentro del mismo.  Ni ilusionados porque cedamos al autoengaño, ni desencantados porque la vida humana sea sisífica. Nec spe nec metu. Es muy poco lo que puedes hacer. Pero ese poco no dejes de ninguna manera  de hacerlo”.

“Al final solo hay dos grandes partidos: la inhumanidad y la humanidad” ( M. Rivas)

Es así como Reichmann, superando viejos paradigmas nos propone un nuevo humanismo descentrado, no antropológico, simbiótico con la naturaleza, que nos lleva a actuar con realismo lúcido y coraje, pero también con amor compasivo. Es en este punto en el que celebró la “Laudato Sii” del papa Francisco como una ecoencíclica muy valiosa, coincidente con los valores laicos del ecosocialismo y ecofeminismo.

Ya al final, quedó sin desarrollar la pregunta sobre el nuevo paradigma teológico… Por eso creo oportuno comentar la propuesta del filósofo y teólogo Bernardo Pérez Andreo en  “La sociedad del escándalo”. Sostiene que es necesario empezar de nuevo. Es un hecho que vivimos en una sociedad donde reina la desconfianza, el recelo y el miedo; pero también es un mundo donde podemos hacernos cargo de la realidad y encargarnos de cambiarla…..Y si no cambiamos esto, así seguirá siendo hasta que reviente de injusticia.

Debemos abandonar las izquierdas y derechas para avanzar hacia una actitud profética que nos lleve hacia la única opción viable y racional: la revolución social en la transformación de las conciencias….Necesitamos que se produzca ese doble cambio, esa doble transformación: la de la mente –alma- y la de la sociedad.

Valencia, 6 de marzo de 2018.

Joan Argudo

9 comentarios

  • ana rodrigo

     
    Hola, Oscar, el problema no está en el conocimiento que tenemos, el problema está en que, a pesar de que sabemos lo que está pasando y lo que pasará ya inevitablemente, se nos está yendo de las manos.
     
    El capitalismo llama crecimiento económico a la producción sin control y el consecuente consumismo para poder seguir produciendo.
     
    La producción en este momento conlleva el agotamiento de las materias primas, el uso de energías no renovables y la contaminación ambiental.
     
    Este sistema crea puestos de trabajo que, a su vez, dan más capacidad de consumo hasta llegar a absurdos de comprar por comprar ya que la oferta de novedades nos la meten hasta en la sopa. La creación de trabajo es necesaria, pero dentro de un sistema que lo que busca es el máximo beneficio al mínimo coste, trae consecuencias nefastas en muchos aspectos que todos sabemos.
     
    Además de crear puestos de trabajo como dato positivo, las grandes empresas y las multinacionales mueven capitales ingentes que, en manos de los magnates financieros producen enriquecimientos personales obscenos, donde la solidaridad con países empobrecidos les produce carcajadas, y cambiar el sistema de producción aún más.
     
    La buena voluntad individual y las pequeñas cosas que se hacen en reciclaje, hay que hacerlas, pero es como querer detener un gran torrente de agua con unos cuantos cartones.
     
    La humanidad necesitará desgraciadamente grandes catástrofes para que todos los países del mundo ¿? se tomen en serio que estamos abocados al apocalipsis.
    No viene mal que con frecuencia se nos recuerde lo que ya sabemos a fin de que vaya calando poco a poco hasta, como ha ocurrido con el feminismo, la calle sea un clamor que irrumpa a mayor porcentaje de instituciones, estados, organismos supranacionales y a conciencias individuales. La alternativa a esto es ir añadiendo dosis envenenadas a nuestra propia autoinmolación.

     

    • oscar varela

      Hola Ana!
      1- Te leo:
      – “No viene mal que con frecuencia se nos recuerde lo que ya sabemos”-
      Por eso dije ¡Bien!
      ……………
      2- el Problema cubre aprox. 90 % del Art.
      Las “propuestas-soluciones” me parecen muy “a largo plazo” (en el caso que se encaren otras soluciones no tan “espirituales” y más “corporales”; eso es lo que han hecho las Mujeres manifestando desde hace mucho tiempo: “poner el cuerpo en la calle”)
      ¿Ok?

  • Asun Poudereux

    Aunque pueda parecer de locos,  considerar este mundo  como un sin sentido y dejarlo ir allá donde quiera estrellarse con tanto narcisismo omnipotente, evita, por una parte, el uso de implicarse en la violencia personal como único recurso válido, a la vez que  lo denuncia como apuesta radical infrahumana  impositiva que desgraciadamente es  así asumida por otras personas, organizaciones, Estados y naciones.
    Sin embargo, la parte más importante consiste en hacer todo lo que esté en su mano y a su alcance para  no eclipsar,  sino activar la dimensión humana  que  libera a las personas de sus sombras y ataduras,  que va rompiendo murallas internas y externas,  y va dando pleno y justo sentido a la vida que nos entrelaza con todo y todos.
    Ahora bien, más que esperanza,  hablaría de confianza en uno/a  mismo/a y fidelidad a lo que cada persona lleva inscrito en su seno y no dejar de serlo en toda su potencialidad.  Y aún  más, sin esperar nada, actuando en consecuencia  allá donde toque vivir y con quienes se esté.
    Hasta ir generándose un movimiento ciudadano de libertad  colectiva y universal que denuncie la ausencia de verdadera democracia y justicia, que sea  testigo  de de este teatro del mundo impuesto y desmesuradamente impositivo para los más, desde los menos.  Que no deje de observar  ese escenario-espejo de la maldad humana,  que a todo ser humano consciente  incumbe y compromete, evitando en lo posible ser confundido y mucho menos ser arrastrado y quedarse anclado en él, es decir, en los “sobresalientes”  personajes, protagonistas del poder  sobre las voluntades ajenas,  que ignoran a los más,  y son expertos en  camuflar(se).  
    Muchas gracias, Juan, por este artículo.  Creo que logra su objetivo.  Un abrazo.  
    Gracias a todos por vuestros comentarios. Sí, Luis,  ciertamente, con mucho menos gasto energético es posible vivir. El planeta Tierra es muy agradecido.

    • Carmen

      Es que no veo otro camino que hacer lo que esté a tu alcance, con aquellos que te rodean. A no ser que tengas madera de líder, que no es mi caso.
      Pero creo en el ser humano como especie,al menos quiero creer. A lo mejor soy una ingenua por seguir creyendo en nosotros, pero no podría vivir con un mínimo de paz si no pensase así.

      Mi idea sobre nuestra historia es que avanzamos en espiral ascendente.A veces tengo la sensación de que volvemos al punto de partida, que todo sigue igual, que no avanzamos, pero luego pienso que encontraremos la manera de salir y seguir hacia arriba un poquito.
      Pero tengo que pensar en términos de especie. Eso me permite esperar que la sociedad que construyan mis nietos y mis bisnietos sea un poco más justa y razonable. Pero la construirán sobre las bases de la nuestra.Por eso es tan importante educarlos bien y después de dedicar toda mi vida profesional a la enseñanza, sé que la frase: ‘haced lo que yo os diga y no lo que yo haga’ , es un sinsentido. Se aprende lo que se ve. Por eso intento que los que me rodean vean la mejor parte de mi.
      Y en esas estoy.
      Me gusta cómo escribes y lo que dices.

      • Asun Poudereux

        Gracias, Carmen, por formar parte activa de este Foro. Nos alegras mucho con tu espontaneidad.

        Sin alma de líder, y sin desearlo, sólo en los mínimos detalles del día a día, los efectos pueden llegar a ser inimaginables. Y aunque la mente impaciente no perciba el avance, de alguna manera llega al siguiente, el que puede, desde encima de nuestros hombros ver y conocer mucho más allá y actuar consecuentemente, porque le mueve lo que ha ido “mamando” sin apenas darse cuenta. Y como la vida que abraza a todo, en su momento, se alineará con ella.

        La inseguridad que no se esconde nos hace más humanos y abiertos. La certeza es su inesperado regalo.

        Un fuerte abrazo. Buenas noches.

  •  

    No lo registramos, computamos, asimilamos, nos entra en la cabeza. Pero YA. Tenemos la solución para nuestras tribulaciones. No es solo Andreu Bacardit. NO, son muchos otros los cuales, contando con lo que saben. Podríamos abastecernos, de energía limpia y casi gratis e ilimitada. Y esto significaría un antes y un después en la Tierra.

    Si no, imaginaros así por lo alto… que significaría para nosotros en todos los ordenes, esta energía gratuita e ilimitada. El fin de la era de la escasez, y el comienzo de la era de la abundancia.

    Ya sabemos lo mal que estamos. y lo inhumano e indignarte que es el sistema dominante. Pero en lugar de sentarnos en un rincón a llorar. Lo que podríamos es acogernos a una esperanza real, que es la panacea, y cada uno con sus medios, pugnar porque se abra brecha para las ultimas y punteras innovaciones en materia de energía, sobre todo, pues es fundamental como sabemos, para todo.

    Tenemos lo que entre todos creamos. Y o viene Dios a salvarnos, o nosotros tardaremos muchos siglos para alcanzar el general nivel de conciencia, que haga el mundo habitable, y no inhóspito.

    Trascender colectivamente el yo egoico y egoísta, creo que va mucho mas lento, que la amenaza de autodestrucción colectiva y global. Pero Dios hace milagros, y yo creo en los milagros.

    Desde los albores de la humanidad. No hay revolución mas grande, que la venidera, por causa de la llamada Energía Libre. Y esto lo veremos implementado, y no nos destruiremos.

     

     

  • Javier Pelaez

    Estoy de acuerdo básicamente.Este sistema se puede contemplar desde tres puntos de vista o más claro:globalmente,nacionalmente e individualmente.Globalmente es un completo desastre sin paliativos.Nacionalmente o mejor como europeo:creo que Europa que tenía un modelo de bienestar exportable -por poner un ejemplo,yo siempre me acuerdo que un sindicalista de la CGT le contaba a un norteamericano lo que era el Sistema Nacional de la Salud español y exclamaba:”eso es el socialismo!”- lo está destruyendo con el modelo económico alemán basado en las exportaciones y en España el “modelo coreano” de Rajoy de devaluación de las relaciones laborales y del sistema de pensiones.Individualmente:a mi me va bien sinceramente.Quejarme sería de puro vicio y me daría vergüenza.Esperanza siempre se tiene enmedio de las inmensas contradicciones en que uno vive.

  • oscar varela

    Hola señor Argudo!

    Gracias!

    Pero me parece que esto ya lo hemos escuchado:

    * por ACTIVA,

    * por PASIVA y

    * por VOZ MEDIA.

    ………………………

    Gracias, también, por lo “ilustrado” de sus Citas.

    ¿Podría Ud. intentar lo que nos trae de E. Kant?:

    sapere aude” (atrévete a pensar por ti mismo).

    • Carmen

      Uf. En eso tengo un máster. Pero no veas el trabajo que cuesta. Me he sentido perdida mil veces. Pero bueno, supongo que como casi todos.

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