Otros temas

Autores

Archivo de entradas

Temas

Fechas

Calendario

7182 Artículos. - 109451 Comentarios.

Religión y violencia

Otro teólogo entra a reflexionar sobre terrorismo. Magnífica consideración de Pepe sobre el primer rito religioso: el sacrificio. Y ayer domingo la Misa en la Sagrada Familia. Invito a sacar todas las dudas y espinas. ¿Es el momento de hacer autocrítica o de poner de relieve la regla de oro de todas las religiones? ¿Hay que pedir a Dios paz? ¿Cuánto trecho podemos aún avanzar, forzados por los acontecimientos, en realismo crítico? Os animo a ello. AD.

Nos preocupa más el hecho de la violencia y sus aterradoras consecuencias, que las causas que originan y justifican la mentalidad y las ideas que llevan a los terroristas a matar con la conciencia del deber cumplido. Y es evidente que, si no atajamos las causas y la mentalidad que la justifica, por más policías que tengamos, la violencia terrorista seguirá campando a sus anchas. Quienes pierden el miedo a que los maten, matarán a otros.

Como es lógico, un fenómeno humano de estas dimensiones, no se puede desentrañar en un breve artículo como éste. Por eso me limito a decir algo sobre una de las causas que motivan la violencia. Me refiero a la religión.

Se dice que los terroristas, por más que les laven el cerebro y los droguen, le pierden el miedo a la muerte porque saben que morir matando por la religión, eso es lo que les abre las puertas del paraíso para gozar sin fin. ¿Qué pueden hacer las fuerzas de seguridad del Estado ante un sujeto que lleva en lo más hondo de sí mismo semejante convicción?

Y es que, según creo, no hemos pensado a fondo que la misma base del cristianismo es un asesinato, la muerte inocente del hijo de Dios (W. Burkert). No olvidemos nunca que “el sacrificio es la forma más antigua de la acción religiosa” (H. Kühn), como ha demostrado sobradamente la paleontología y sus ciencias afines. Así que está más que demostrado que lo primero, en la historia del “hecho religioso”, no es Dios, sino el sacrificio: matar una vida. En realidad, “Dios es un producto tardío en la historia de la religión” (G. van der Leeuw). Por eso, no nos debería sorprender que, analizando pacientemente el Antiguo Testamento, “en cerca de mil pasajes se habla de que la ira de Yahvé se enciende y castiga con la muerte y la ruina” (R. Schwager; J. A. Estrada).

No es posible analizar aquí este fenómeno más despacio. Sólo quiero indicar que, como es sabido, en el islam, el yihad es “un concepto problemático” (J. J. Tamayo). Porque, como ya señaló Abu al-Mawduli, este concepto justifica la guerra santa en la idea de que el Islam es un sistema integral que tiene como objetivo eliminar los demás sistemas falsos en el mundo.

Pero, en la religión, es determinante no sólo “el sacrificio”, sino además “el dogma”. Esta palabra designaba, en la Antigüedad, los “decretos imperiales” a los que cabe otra respuesta que el sometimiento incondicional. Someter sobre todo la mente. Es verdad que en el N.T este concepto no es fundamental. Pero, a medida que el cristianismo se fue organizando como “institución religiosa”, inevitablemente el “dogma” fue ganando en importancia y presencia en la sociedad y en la vida de los fieles. El Magisterio de la Iglesia precisó y delimitó las verdades que han de ser aceptadas como verdades “de fe divina y católica”: no sólo las que se contienen en la palabra de Dios, sino que además son propuestas por la Iglesia para ser creídas como divinamente reveladas, ya sea en un concilio ecuménico, en una definición papal o por el Magisterio ordinario como tales verdades de fe (Conc. Vaticano I. DH 3041).

Un dogma tiene que reunir estas condiciones. No todo lo que se dice en los sermones, en los catecismos, en una encíclica… es “dogma de fe”. Cosa que es lamentable y desconcierta a mucha gente.

En cualquier caso, lo más importante, cuando hablamos de este asunto, es insistir en que está bien comprobado que las religiones, cuando son enseñadas y vividas como debe ser, mejoran las conductas de la gente. Y, por lo que se refiere a un cristiano (como es mi caso), lo que veo con más claridad y seguridad es que el Evangelio nos enseña que Jesús se dio cuenta y defendió, hasta la muerte, la grandiosa afirmación del profeta Oseas (6, 6): “Misericordia quiero y no sacrificios”. La “religión de Jesús” es única y exclusivamente la “religión de la bondad”, de la paz, del bien, que lucha contra el sufrimiento.

 

10 comentarios

  • Carmen

    Gracias por hacerme un hueco, no todo el mundo lo hace.

    Mire, soy una oveja. Las ovejas no me hacen caso, sencillamente piensan que soy una oveja extraña y cuando hablo de estas cosas, oyen pacientemente sin escuchar.

    Los pastores ,si es que alguno me escucha, piensa : y quién se ha creído que es para intervenir en la conversación? Es una oveja…

    Y mientras tanto las ovejas dejan de ir a las iglesias porque no entienden a los pastores y los pastores siguen pensando que las ovejas no tienen que entender.

    Esto es así. Se lo aseguro

    No intento entender a Dios, eso es cosa de pastores, pero sé lo que no es, con eso tengo suficiente.

    Pero leí una vez que las escrituras son palabra escritas por el hombre y como tal hay que entenderlas. Quizás eso me dió una clave. Vaya usted a saber.

    Sé que lo que en un tiempo fué válido para un tipo de cabeza, no es válido para cabezas actuales.

    Pero es inútil, mientras que sigan pensado los pastores que las ovejas no tenemos cabeza ni la tenemos que tener, salvo para entender órdenes y acatarlas, es inútil.

    Pero no únicamente está creciendo el fundamentalismo en el Islam.

    Mucha suerte a todos.

    Me rindo.

    Un saludo cordial.

  • Santiago

    No es necesario ser teólogo para creer en la palabra de Jesús. Todos cabemos en este mundo y por aquí. Nadie está excluido. En la casa del Padre hay muchas moradas donde pueden entrar  todos los que quieren, ya sean creyentes, semicreyentes y no creyentes. Jesús llamó a todos sin excepción. Al acaudalado Zaqueo y a la samaritana, al joven rico y al ciego de nacimiento, a fariseos y a publicanos, a ricos y pobres, a los sanos y a los enfermos, a justos y a pecadores. Pero el llamamiento de Jesús ES al bien, a  l a  luz, a la verdad y NO al mal, a la oscuridad, a la mentira, y a la falsedad. Es un llamamiento a una conversión.

    Por otro lado, no podemos entender totalmente la divinidad, ya que Su camino es diferente al nuestro. Nosotros vivimos en la limitación del espacio y en la brevedad del tiempo. Dios trasciende todo eso en su eternidad e infinitud, imposible de abarcar solamente con nuestra humanidad. No podemos entender el misterio de nuestra libertad y la de El, y de la manera como interaccionan. Solamente sabemos que con la existencia tenemos la gracia de poder pensarle, acercarnos a Él y llegar a amarle, y respondiendo a Su gracia, seguirle.

    Si eso hacemos, creo estaremos ya en el camino correcto.

    Saludos cordiales

    Santiago Hernández

  • Carmen

    Ya sé que no es mi sitio.  No soy teóloga, además soy laica.

    Pero es que también soy cristiana a tope, lo que me parece que no soy es católica.

    Sé que el cristianismo empezó hace veinte siglos y el pensamiento era otro. Con el paso de los siglos se fue construyendo. Pero me da la impresión que desde el siglo XV ha dejado de actualizarse.

    No sé pueden seguir manteniendo determinadas afirmaciones en el siglo XXI. La gente normal no entendemos nada. La mayoría huye de las iglesias y cree que por huir ha dejado de creer en Dios. Pero no es cierto.

    Por favor, hagan algo. No dejen que las iglesias se llenen mayoritariamente de fundamentalistas.

    Pobre Jesús, eso no fue un acto de amor, fué una ejecución. Ningún padre en la actualidad puede aceptar esa idea. Si puede aceptar que su hijo muera por su coherencia personal.

    Es tan difícil de ver que la iglesia tiene que actualizarse y no únicamente a nivel de marketing?

    Un saludo cordial.

     

  • Santiago

    Querríamos los seres humanos,sin duda, un mundo mejor..Que hubiera paz y amor entre todos..Sin embargo, la historia NO es, ni ha sido de la manera ideada por nosotros, sino como ES. No podemos acomodar la historia a nuestra mentalidad moderna actual pues caeríamos en una burda falsificación..

    Con el cristianismo viene a ser lo mismo. No podemos escribirlo de nuevo y acomodarlo a nuestros gustos particulares del siglo XXI. Cristo vino a mundo a entregarse por la salvación del mundo. No era imprescindible su muerte cruenta para redimirnos y darnos su gracia para la salvación. Pudo haberlo hecho. d e  otra “manera”. Pero no fue así, porque su sacrificio fue voluntario ya que el que AMA siempre ha de sacrificar su tiempo, su comodidad y hasta su vida por lo que ama y según S Juan, Jesús nos AMÓ “hasta el extremo”

    ES por eso que Cristo antes de su sacrificio voluntario en la Cruz quiso perpetuarlo en la eucaristía. En la Última Cena Jesús dijo que Su Cuerpo “es entregado” y su Sangre “es derramada”. El participio griego significa en realidad que se refiere a un acto en inmediato futuro equivalente a que “será entregado” y “será derramada” para la REMISIÓN de los pecados del mundo.

    Y así el Conc Vat. II dice que la Eucarstia es a la vez ” sacrificio y banquete”. Es a la vez un Memorial y un Sacramento. Porque es mediante el sacrificio de Jesús como podemos entender mejor y acceder al verdadero misterio de amor  d e  Dios por nosotros. Por “sus heridas fuimos curados” dice Isaías y es por este sacrificio por el que somos “alimentados” espiritualmente para poder nosotros entrar de lleno en este Misterio y conducir a los demás a la caridad de Cristo, la única fuente de salvación universal.

    Es por eso que la muerte de Jesús en la Cruz es un sacrificio de amor salvífico.

    Saludos cordiales

    Santiago Hernández

  • ana rodrigo

     
    Los cristianos nos hemos acostumbrado a una teología cruenta, y nos parece normal, pero si la teología es terrible, más terrible aún es que escuchemos lecturas atroces en las misas y no se nos mueva un pelo. Castillo nos recuerda el Antiguo Testamento, “en cerca de mil pasajes se habla de que la ira de Yahvé se enciende y castiga con la muerte y la ruina” (R. Schwager; J. A. Estrada).” Las primeras lecturas de las eucaristías suelen ser del AT y muchas de ellas son terribles, y otras que, afortunadamente no se leen en los templos son bestiales, pero están en el AT, por ejemplo lo que Dios “decía” que debían hacer contra las mujeres, son intragables. La liberación de los israelitas de Egipto, que con tanta solemnidad se lee una y otra vez la noche de Pascua, debería hacernos chirriar todas las neuronas. Alguien dirá, nooo, es que es un símbolo, etc., pero no, y mil veces no, esos textos no se deben leer y menos decir al final “palabra de Dios”.
     
    Después tenemos como símbolo en todos los lugares religiosos (y durante mucho tiempo, no religiosos) a un hombre crucificado, con una icnografía lo más cruenta posible y se nos dice: Dios Padre envío a su hijo para morir por nuestros pecados. Claro, las reflexiones que podamos hacer sobre esta teología y su escenificación en la Semana Santa, supongo que todos y todas coincidiremos en que se ha normalizado tanto que, aunque se explicase de manera aceptable ¿?, ya da igual, tenemos asumida esta teología, y el espectáculo que damos a ojos de otras religiones o de otras culturas es terrible.
     
    El Cristianismo debería ir planteándose de forma seria estas cuestiones y comprender que otros no nos comprendan, o que la sociedad actual necesita otro tipo de mensajes, pues ni nacemos con pecado, ni Dios debería irritarse por nuestros pecados, ni debe someter a su propio hijo a tales sufrimientos para salvarnos.
     
    Esto no puede llevar muy lejos si profundizamos seriamente ciertas teologías.
     

  • M.Luisa

    Somos nosotr@s los que en vez de pedir hemos de saber abrirnos a lo que ya nos ha sido dado! Y por tanto de lo que se trata es de invertir el orden, antes que nada, antes de construir “cualquier cosa”  saber escuchar! Qué hay? Qué podemos hacer? Qué es lo que está en nuestras manos? Por qué pretender  con  altivez y exigencia que Dios nos escuche?  Bien mirado este enfoque es egoísta y absurdo!

    Siempre me chirrían los oídos ante los piadosos ruegos y peticiones, pero esta vez  ante la paradoja que se dio en la Sagrada Familia  me chirriaron al extremo  en el momento de pedir por la paz.

    Si se aborda el asunto desde una  perspectiva filosófica de las religiones, el cristianismo rompe con lo que desde los orígenes a ellas se les adscribió: el sacrificio.

    No olvidemos, y aquí se ha repetido  muy a menudo, que Jesús al poner el acento en lo humano y en la vida, fueron  precisamente los religiosos quienes lo mataron.

    Aquí, en este momento histórico, metafóricamente hablando es cuando se produjo el “cambio de agujas”

    Ya no es lo primero la acción religiosa sino la acción humana y con ella averiguar  la naturaleza  del acto humano en cuanto humano.

  • George R Porta

    Leo: «Un dogma tiene que reunir estas condiciones. No todo lo que se dice en los sermones, en los catecismos, en una encíclica… es “dogma de fe”. Cosa que es lamentable y desconcierta a mucha gente.»
    Este breve párrafo encierra una verdad muy importante: Los diferentes niveles de obligatoriedad para reconocer como verdad incuestionable cualquier afirmación abren el espacio a que los autores del catecismo puedan incluir sus propias distorsiones ideológicas. De la última declaración dogmática conjuntamente con el correspondiente anatema a quien la negare hasta el presente, tantas cosas han cambiado en cuanto al conocimiento cientifico, la hermenéutica y la exegesis bíblica, la filosofía de la vida, las corrientes políticas Frente a la consciencia de la universalidad de ciertos derechos humanos o civiles, la importancia de la sostenibilidad del ambiente, la ética interna de la propia Iglesia con respecto al ejercicio de la autoridad episcopal, los derechos de la mujer y su rol en la vida de la Iglesia, y tantas otras cuestiones que no han sido objeto de declaraciones dogmáticas y sin embargo el catecismo promulgado por JPII opina sobre ellas y generalmente se limita a repetir lo que sus autores estimaron necesario mantener en la doctrina y solo eso 
    Es cierto que lo autorizó legítimamente el Papa pero que yo sepa en ningún momento declaró dogma de fe todo lo declarado en dicho catecismo.
    En este sentido el magisterio eclesiástico ha estado ocioso en algunas cosas y se ha pasado de raya en otras cosas. 
    Un detalle muy importante es que los seglares o laicos no tuvieran importante participación en la redacción del catecismo y sin embargo el Concilio les reconoció repetidamente el derecho a opinar en la Iglesia y a disentir si fuese necesario y esto, en la misma decisión de qué ha de ser un catecismo y que formato ha de tener y cómo ha de ir acompañado de un mecanismo de constante adecuación al ritmo de la historia, es realmente una deficiencia importante. ¿Cuánto tiempo habrá que esperar para que actualice de nuevo una guía de creencias que ayude a la educación-formación de las nuevas generaciones en continuidad dinámica con la tradición viva cristiano-católica?
    Es cierto que el homilista en la misa o en la celebración que sea puede expresar opiniones propias, pero no menos cierto es que en un momento en el que el respeto a la diversidad de opiniones es casi una ley no escrita, debiera haber una obligación más explícita de que el homilista recogiera las opiniones en la comunidad o que indicara con claridad cuál sea su opinión y no la opinión de la Iglesia en conjunto.
     

  • George R Porta

     
    Leo: «Y es que, según creo, no hemos pensado a fondo que la misma base del cristianismo es un asesinato, la muerte inocente del hijo de Dios (W. Burkert). No olvidemos nunca que “el sacrificio es la forma más antigua de la acción religiosa” (H. Kühn) (sic), como ha demostrado sobradamente la paleontología y sus ciencias afines. Así que está más que demostrado que lo primero, en la historia del “hecho religioso”, no es Dios, sino el sacrificio: matar una vida.»
     
    Estas afirmaciones no parecen cuestionables, con todo, el cristianismo católico insiste en la interpretación sacrificial del asesinato de Jesús de Nazareth y no ha dejado de enseñar dicha doctrina desde el siglo xi, aunque nunca la haya dogmatizado.
     
    Una tal interpretación guarda relación directa con el pensamiento del rol sacerdotal de Jesús considerado Mesías, divinizado a la larga, que más bien constituye una rémora del judaísmo del Templo, que además Pablo había abrazado en su tiempo.
     
    A pesar de que esta afirmación apoya la mala interpretación, por demás contradictoria —la divinidad de la Carta a los Hebreos se abroga el derecho que según el texto del sacrificio abrahámico había ejercido al reclamar el filicidio de Isaac y que él mismo impidió que Abraham cometiera— de que en al menos una circunstancia sea aceptable que un padre reclame para satisfacción del orgullo propio (Anselmo de Canterbury) que su propio hijo sea ofrecido en sacrificio expiatorio, sea asesinado.
     
    Es cierto que en los textos bíblicos haya estas afirmaciones de que la divinidad hebrea rechazara los sacrificios, pero eso ha sido desoído por el cristianismo católico que sigue defendiendo que lo que ocurre en la Eucaristía, en la Misa, sea una ofrenda sacrificial expiatoria.
     
    Lo peor es que si se desdice de esta afirmación tan al centro de la religión cristiano-católica, tendrá que deconstruir muchas otras afirmaciones que dependen de ella—todavía hay fundadores de órdenes religiosas legitimadas por la autoridad católica, contemporáneas, que defienden el valor del maltrato físico auto-infligido y la interpretación de la virginidad con respecto a la vida religiosa sigue siendo relacionada con la sexualidad igual que en los ritos paganos, no importa que se afirme lo contrario: El celibato y la castidad se definen en relación a la práctica sexual aunque no sea exclusivamente— y, sobre todo, lo más difícil, tendrá que renunciar al ejercicio del sacerdocio ministerial y a la estructura jerárquica que depende de éste. La función sacerdotal surgió como necesaria únicamente por la necesidad de un «experto en ritos» elegido por la propia divinidad —así se autodefine el sacerdocio ministerial— que oficiara de intermediario en el ofrecimiento de la víctima y que lo hiciera precisamente matándole. 

  • Javier Pelaez

    No creo que estos terroristas actúen así por “turismofobia” o porque les joda la alegría de vivir o la música o que la gente esté de vacaciones.En realidad ellos están en una guerra que tiene por objetivo la población civil aunque yo sinceramente no crea en el derecho humanitario bélico y sus intentos de proteger en otras guerras a la población civil.Probablemente estos jóvenes tarados usen patalones cortos en la furgoneta de marras e incluso se la pele la religión.Simplemente es una guerra y hay que sembrar la inseguridad.Ante esta brutalidad el “procesismo” parece un “proceso estético” .Fijaros en esa declaración de un miembro de la CUP de que “Catalunya ha actuado como un estado en los atentados sin ayuda del Estado”.Demos por cierto esto,entonces,¿para qué quiere usted la independencia si actuar a nivel de estado en materia de seguridad es posible bajo esta Constitución?.Los fenómenos globales dejan en ridículo los particularismos.Al fin y al cabo manda el capital global y esta guerra global en que estamos.El discurso de las patrias es una cursilería estética.

  • Javier Pelaez

    Es evidente que la religión es un poderoso instrumento para justificar la violencia.La promesa de una “más allá” juega un papel similar a la promesa de un “más acá” en las ideologías revolucionarias violentas.Más grave porque el revolucionario violento no tiene tendencia a inmolarse o suicidarse ya que para él puede no haber más allá.Del cristianismo quizá haya que quedarse con la idea,bastante simple,que Jesús prefirió ir al matadero antes de matar.Por lo demás estamos ante una guerra global cuyos soldados no se identifican con uniformes.Evidentemente cuanta mayor paz e igualdad haya en el Sur más paz habrá en el Norte.

Responder a Javier Pelaez Cancelar comentario