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El autobús ultracatólico

Arregi            Como todo el mundo sabe ya por aquí, una asociación ultracatólica puso hace unos días en circulación un autobús color naranja sin ventana alguna. Su interior debe de ser muy triste, pues no tiene por dónde le entre el aire fresco de las mañanas ni la luz limpia de los atardeceres ni el verdor de los campos ni la risa de los niños. ¡Qué asfixia! Sus rótulos pregonan verdades y mentiras, grandes mentiras con medias verdades: “Los niños tienen pene, las niñas tienen vulva. Que no te engañen”. “Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer, seguirás siéndolo”. Dicen defender la vida, pero solo defienden prejuicios y consignas. No tienen ojos ni ternura para el milagro de la vida siempre nueva y diferente. ¡Qué pena de autobús!

Pero fiscales, jueces, ediles y partidos han corrido en su ayuda prohibiéndole circular por “delito de odio” o por “incumplimiento de las ordenanzas de publicidad”. El odio es asesino, pero la prohibición a menudo no consigue sino darle aliento. Las ordenanzas están para ser cumplidas, salvo si su cumplimiento es contraproducente, como creo que sucede en este caso. Nunca pensó la asociación que iban a hacerse oír por tanta gente a un precio tan bajo: apenas una multa de 3.000 €. Pero mi desacuerdo con la prohibición no se debe ante todo a sus efectos contraproducentes, sino a un derecho humano básico, que muchos ultramodernos reivindican siempre para sí, pero para los otros solo cuando interesa: la libertad de expresión. Me repugnan las ideas de la asociación en cuestión, pero defiendo que las pueda divulgar. Dejad, pues, que circule el autobús, ordenanza arriba, ordenanza abajo.

Y, dicho eso, permitidme añadir algo más: más inquietante que la existencia y la propaganda de una asociación tránsfoba me parece que se sienta y de hecho esté amparada por la doctrina oficial de la Iglesia católica. Por una Iglesia que en el Estado español es financiada en buena parte con dinero público. Por unos obispos obsesionados con la sexualidad y, en los últimos tiempos, con lo que llaman “ideología de género”, de la que ellos son sin saberlo el exponente más claro.

Baste un ejemplo. Mons. Antonio Cañizares, cardenal arzobispo de Valencia, supuestamente traído de Roma para impulsar en España la primavera del papa Francisco, hace dos meses arremetió contra la “Ley integral del reconocimiento del derecho a la identidad y expresión de género” que se tramita en las Corts Valencianes, al igual que en otros parlamentos del Estado. Pero lo más penoso es constatar que el cardenal se limitó a citar textualmente frases del papa Francisco, que en el vuelo de regreso de Azerbayán habló de “la maldad que hoy se hace en el adoctrinamiento de la ideología de género”, y en el documento postsinodal Amoris Laetitia escribe: “esta ideología presenta una sociedad sin diferencia de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia”, y en Georgia enseñó que hay “un gran enemigo hoy del matrimonio: la teoría del género” y que “existe una guerra mundial para destruir el matrimonio: no se destruye con las armas, se destruye con las ideas, existen colonizaciones ideológicas”.

Perdón, papa Francisco y tantos obispos, hermanos: pienso que Uds. no saben de lo que hablan, y que nada podrán entender mientras no sepan distinguir el sexo biológico (no siempre claramente definido), la identidad sexual (cómo percibo mi sexualidad corporal), la identidad de género (cómo me siento, hombre o mujer o en qué grado) y la orientación sexual (qué sexo me atrae). Hay quienes nacen con pene pero no son claramente niños, y quienes nacen con vulva pero no son claramente niñas. Y hay quienes son biológicamente niños, pero se sienten “niñas” en cuanto a los gustos y papeles que la cultura les atribuye, y quienes son biológicamente niñas, pero se sienten psicológica y culturalmente “niños”, y a veces de un género que no cabe en nuestros esquemas binarios). La biología, la psicología, la cultura los hizo como son. ¿Por qué los quieren encerrar en sus rígidos corsés “antinaturales”, Uds. que hablan de “ley natural” y la consideran como “voluntad divina”? La psicología y la cultura – y el género– también forman parte de la gran naturaleza que somos. ¿No les parece que lo natural y lo divino sería acoger y cuidar a cada niño o adulto tal como es, para que quiera y pueda ser realmente lo que es?

Haría falta otro autobús muy distinto para recorrer, reconocer, respetar la geografía humana en su amplia diversidad. Haría falta que jerarquías católicas y asociaciones ultracatólicas se pongan al día. Que escuchen a la gente. Que simplemente tengan los ojos abiertos a la vida, como ventanas abiertas al campo lleno de colores.

(Publicado en DEIA y en los diarios del Grupo NOTICIAS el 05-03-2017)

 

8 comentarios

  • Javier Peláez

    Hoy hay en la facultad de derecho de la Universidad Complutense de Madrid interviene Arsuaga de Hazte Oir et alter.Ya se ha anunciado una movida antifascista contra ese acto.Yo,que soy partidario de la libertad de expresión,voy a escuchar a estos pitecántropos intervinientes y le voy a preguntar muy educadamente a Arsuaga si es familiar del paleontólogo y si se considera descendiente directo del hombre de Atapuerca o neardental en estado puro-el resto somos neardentales en un 2 por ciento del ADN-.

  • Maite Lesmes

    No sé si podré poner el enlace, pero si no lo consigo, invito a firmar y a difundir, en Change.org, por la retirada de subvenciones a Hazte Oir, al haber sido declarada asociación de utilidad pública por el exministro del Opus J. Fernández DÏaz.

    https://www.change.org/p/10521392/share

  • Nicolás

    Amigo José Arregi, soy un lector infaltable de sus artículos. Al leer su escrito “El Autobús ultracatólico”, siento una pena inmensa por la posición del Papa Francisco frente a este  complejo tema de la sexualidad del ser humano. Pensaba que el Papa francisco iba a hacer como Jesús una limpieza profunda del templo de Dios, de la Iglesia católica de hoy. Yo no sé por qué esa obsesión, cuasi enfermiza de toda la corte mitrada de la jerarquía de la Iglesia católica actual, con la sexualidad del ser humano. Hermano José, le cuento una anécdota ocurrida en mi ciudad: A Emma la  conocí en la universidad, estudió medicina humana se graduó de médico con mucho éxito. Desde estudiante no ocultó su homosexualidad pese a tanto  maltrato, discriminaciones, insultos, incluso dentro de misma familia. Ahora vive con una chica..se  aman…viven una para la otra. no solo eso…han hecho una especie de pequeño hospital en un barrio muy pobre de la ciudad. Allí atienden en forma totalmente gratuita a todas las enfermas y enfermos que no cuenta con recurso para ir a los hospitales. Incluso les da alimentación a los niños más pobres del barrio asociadas con una ONG. Son muy queridas en el barrio. Y ellas viven muy felices ayudando a la gente pobre, curando sus dolencias y enfermedades… Amigo José…¿acaso no es esto lo que Jesús nos enseñó: amar al prójimo como a nosotros mismo?… Entonces por qué la Iglesia católica las condena, las persigue?…No entiendo Amigo…no sé que es lo que persigue la jerarquía de nuestra Iglesia Católica… no sé a donde vamos así…

  • Javier Pelaez

    Además el problema de este chico,Arsuaga,de Hazte Oír es que es pariente del paleontólogo de Atapuerca y se sabe descienden te directo de los monos de la Sima de los Huesos y todo el mundo sabe de las tendencias bisexuales de los monos-bonobos y mandriles-que no se las curan las terapias anti homosexuales que organiza Hazte Oír.Este Arsuaga no hay que meter en la cárcel sino en una jaula como aquellos zoos que había de negros en Europa en el s.XIX;pero en este caso se le mete en una jaula con un letrero que ponga “mono de Atapuerca”;en el zoo de Madrid,sección de chimpacés varios.

  • Javier Pelaez

    Lo acabo de ver y ahora se pasea  con el lema “los niños tienen CENSURADO” y “las niñas tienen CENSURADO”.Y luego pone firma por la libertad de expresión.Como si en España no existiera libertad de expresión! Anda que no hablan los curas y los obispos! Y esos el pene no se sabe pa’ que lo tienen!.Eunucos por el reino de Dios,los que no follan,claro!

  • carlos

    Como siempre lúcido y preciso.

    Aclarando lo que hay que aclarar y definiendo lo que hay que definir.

    No podemos defender lo indefendible.

    En Perú estamos enfrascados en discusiones medievales sin sentido y con mucho atropello a la razón.

    Agua fresca para este tema!!!

  • José Ignacio Ardid

    Buenos días,

    Creo que el texto trata dos temas que, desde mi punto de vista, son dispares aunque se van conectando en los usos sociales. En primer lugar, la tan manida libertad de expresión que, en la mayoría de los casos, es usada para el insulto con dispendia, pero que adolece de un discurso racional. Convendría que esta sociedad entendiera que no hay patente de corso y que, en el fondo, tendríamos que, con la ética discursiva, ir encontrando valores que no debemos traspasar porque pensamos que son los ponderables en una sociedad postmoderna y tecnológica como la nuestra. Deberemos hacer un esfuerzo para concretar esta libertad de expresión más aún cuando es atacada por todos los lados en aras de otros espectáculos de carnaval.

    En segundo lugar, la tan traída ideología de género que últimamente está en foros, blogs y chats por todo alrededor, y sin una aclaración conceptual que a los legos se nos hace necesaria. Es evidente las oposiciones existentes entre unos y otros, pero conviene que nos vayamos aclarando en los términos que, a menudo, olvidamos como herramientas de diálogos.

    El que entendamos la sexualidad en un sentido amplio no debe ser motivo para una confusión que nos arrostre a una incomprensión del problema y una educación sexual plena.

    Simplemente, es mi opinión. Por otra parte, el artículo de José Arregui es diáfano y me alegra que utilice un lenguaje ampliamente comprensible para todos.

    Saludos,

     

  • oscar varela

    Hola!

    ¡Bien por Arregui!

    En Argentina usamos una expresión futbolera, cuando algo está “bien y medido”; decimos “¡Cortita y al pie!”.

    ¡Vamos todavía! – Óscar.

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