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Dios, “el que es”

Honorio2El escrito de Isidoro sobre la noche oscura me ha llevado a preguntar sobre lo que sobre ella dicen diversas tradiciones.

Hablan  a continuación el  Judaísmo, el Islam, Juan de Cruz, Dietrich Bonhoeffer y la sabiduría tradicional china

“No tomarás el nombre de Dios en vano”, proclama el segundo mandamiento. A tono con ese mandamiento, la religión judía da a Dios el nombre de “El que es”, prohíbe su representación en imágenes. Algo parecido hace el Islamismo, la otra religión del libro.

La cultura medieval abandona esos hábitos respetuosos y prodiga el nombre de Dios por activa y por pasiva. Pero a raíz de la Ilustración francesa y el desarrollo autónomo de la ciencia y la tecnología, Dios va desapareciendo cada vez más del panorama cultural de Occidente. Del silencio con que se rodea su palabra, Dios, se pasa a la negación o la desaparición de Dios en las actividades culturales y en la vida entera  de la persona y de la sociedad, y a un debate durísimo sobre su existencia, o al menos sobre su presencia en el mundo y en nuestra  vidas.

El debate de la cultura europea es asumido por la teología, la pastoral y catequesis cristiana. Unode los exponentes de ese debate y apertura a las nuevas corrientes de la cultura occidental es Dietrich Bonhoeffer, el pastor luterano alemán que, empujado por su compromiso religioso que le lleva a implantar en este mundo, sin esperar al más allá, el Reino de Dios, conspira con otros compatriotas para derrocar al Fuhrer Hitler, y termina ahorcado por el dictador.

En el exterior de la cultura europea, occidental y musulmana, la filosofía china se construye desde sus orígenes, milenios atrás, hasta nuestros días en que ha pasado por el marxismo , sobre la más absoluta indiferencia ante el problema de Dios y el misterio del más allá de la muerte.

Sorprende un tanto llegar a descubrir en la mística cristiana tal como la expresa  uno de sus más excelsos representantes, San Juan de la Cruz,  en la Noche oscura de la Subida al Monte Carmelo, la búsqueda de Dios en la más oscura oscuridad de una Noche oscura, tal como lo expresa el santo en estos versos: “En  una noche oscura/ Con ansias, en amores inflamada/ Oh dichosa ventura!/ Salí sin ser notada/ estando ya mi casa sosegada”. Repite estos mismos conceptos en el comienzo del Cántico espiritual.

El santo carmelita se explana en describir la oscuridad que envuelve al creyente ante Dios, con acentos que de alguna manera le acercan a los no creyentes, por cuanto el Supremo Ser al que busca desaparece de sus ojos y le deja hundido en la más absoluta indigencia, angustia, silencio y oscuridad.

“Digo que el alma, por haberse de guiar bien por la fe a este estado, no solo se ha de quedar a oscuras según aquella parte que tiene respecto a las criaturas y a lo temporal, que es la sensitiva e inferior, sino que también se ha de cegar y oscurecer según la parte que tiene respecto a Dios y a los espiritual, que es lo racional y superior. Porque para venir un alma a llegar a la transformación sobrenatural, claro está que ha de oscurecerse y trasponerse a todo lo que contiene su natural, que es sensitivo y racional. Porque sobrenatural eso quiere decir, que sube sobre el natural, luego el natural abajo queda.

El ciego, si no es bien ciego, no se deja bien guiar del  mozo de ciego, sino que por un poco que ve piensa que por cualquiera parte que ve, por allí es mejor ir, porque no ve otras mejores; y así puede errar al que le guía y ve más que él…Y así el hombre, si estriba en algún saber suyo o gustar o sentir de Dios, comoquiera que ello, aunque más sea, sea muy poco y disímil de lo que es Dios para ir por este camino, fácilmente yerra o se detiene, por no se querer quedar bien ciega en fe, que es sus verdadera guía.    Noche activa del espíritu, Libro II. capítulo IV

Más cerca de nosotros, Dietrich Bonhoeffer proclama que esa condición de orfandad y ausencia de Dios que siente el santo de Avila le es común e inseparable en la vida de todo creyente:

“ Al igual que en el campo científico, también en la vida diaria de los h retroceder a Dios cada vez más lejos y más fuera  de la existencia, también aquí Dios está perdiendo terreno…

Nosotros no podemos ser honrados sin reconocer que hemos de vivir en este mundo “etsi Deus non daretur” (como si Dios no existiese). Y esto es precisamente lo que reconocemos ante Dios. Es el mismo Dios el que nos obliga a este reconocimiento. Nuestro ser, que se h hecho adulto, nos lleva  reconocer realmente nuestra situación ante Dios. El nos hace saber que hemos de vivir como seres que logran vivir sin Dios. ¡El Dios que está con nosotros es el Dios que nos a abandona! El Dios que nos hace vivir en el mundo sin la hipótesis de trabajo de Dios es el mismo Dios ante el cual nos hallamos permanentemente. Ante Dios y con Dios vivimos sin Dios. Dios, clavado en la cruz, permite que lo expulsen del mundo, Dios es impotente y débil en el mundo y precisamente así y solo así está con nosotros y nos ayuda.

   Esta es la diferencia decisiva con respecto a todas las demás religiones. Del libro Resistencia y sumisión

 

Preguntas a un profesor de filosofía y cultura china

¿Cómo está la religión en China?, pregunta un europeo a un sabio chino.

(No entiende la pregunta. Un europeo subraya al que pregunta: “NO te empeñes, porque no entiende la palabra religión”. Finalmente, Lao Chang responde:

En China no hay un término que signifique lo que vosotros entendéis por religión. Algunos que usamos se le acercan, pero a mucha distancia. Como por ejemplo, “escuela” “enseñanza” “estudio”, pero sin referencia a ningún dios ni al más allá. Más bien expresan el respeto hacia los ilustrados que tradicionalmente han transmitido las enseñanzas de Confucio y de Tao.

Nuestros templos no son lugares de culto a un dios, sino de encuentro o de enseñanza, de homenaje a sabios, letrados, personajes históricos (Confucio, los cuatro sabios taoístas. Solo son templos en vuestro sentido los de los budistas, islámicos, cristianos…

Mateo Ricci, jesuita italiano, que llega a China en 1583, se esfuerza en entender la civilización china, estudia la filosofía confuciana. Y cuando se pone a traducir los textos católicos se encuentra con ese problema: no existe ene chino una palabra para expresar su concepto de Dios ni el concepto de religión. Las religiones tal como las entendéis vosotros en el sentido monoteísta se han considerado extranjeras, sus seguidores han sido sobre todo extranjeros, a los que se han podido unir algunos chinos, pero nunca se han identificado con nuestra cultura o civilización. Tomado del libro El Enigma chino, de Marcelo Muñoz.

9 comentarios

  • Román Díaz Ayala

    Por muy poco que nos esforcemos, Santiago, decubrimos que estamos en un mismo entendimiento, aunque nos distraiga ese énfasis que pongamos sobre nuestra particular visión de las cosas.

    El Catolicismo salido de Trento tenía la necesidad de reforzar la autonomía humana para mantener la trascendencia de la inicitiva divina y salvar la Institución. Siendo la institución romana santa y de origen divino,  son los seres humanos, pecadores e infieles a sus enseñanzas y a su providencia qienes están necesitados de reforma en sus comportamientos.

    El Jansenismo (Jansenius, 1583-1638) que posesionandose en uno de los dos extremos del debate teológico sobre la predestinación, minaba los fundamentos de la Contrarreforma. La Institución no tenía capacidad de llevar a la conversión a quienes estaban, habían sido predestinados a la condenación.

    Pero comprenderás que no estamos aquí elucubrando sobre doctrinas teológicas, sino del Dios que se dió nombre a sí mismo en su encuentro con Moisés, uno de los muchos nombres con que se daba a conocer en la Biblia Hebrea (Antiguo Testamento) Ël es quien es, es decir, el existente, el viviente, una Persona que se comunica esencialmente como el Otro, un Dios vivo a diferencia de los ídolos de Egipto y los dioses cananeos. Desde ese momento, primero Moisés, y luego poco a poco el pueblo, se fueron percatando de que estaba siendo objeto de rescate, de salvación, de forma maravillosa, por un Dios viviente, que tomaba la inciativa revelándose como el Dios de ellos. Volvían a enlazar con el Dios de Abraham, su padre.

  • Santiago

    Roman, el “esfuerzo” no implica que  podamos alcanzar la salvacion solamente por medio de las buenas obras, sino tambien  que tenemos que cooperar con la gracia ya, que sin nuestra apertura a ella, tampoco podremos  acceder al bien Supremo, ya que tambien somos capaces  voluntariamente de rechazar esa misma gracia que nos salva.

    Por eso no es solamente por “solo la FE” por lo que nos salvamos,  pues no “todo el que dice Se’nor, Se’nor” …”sino el que hace la voluntad de mi Padre” dice Jesus, es el que entrara en el Reino, el que “guarda los mandamientos” como le dice al joven rico que le pregunta y como dice el Apostol Santiago que la FE sin obras esta muerta, haciendose eco de la praxis de Cristo que expresaba su FE por medio de obras.

    Por eso la virtud esta en el medio y la Iglesia condeno tanto el quietismo como el jansenismo y tanto promueve la vida contemplativa  como la activa. Ambas forman parte de la salvacion humana porque no todo puede ser el don sino COMO respondemos AL DON gratuito de Dios. Existe pues una sola via hacia el Padre, TODOS somos llamados…llegaremos los que voluntariamente queramos seguir el camino, cooperando con la gracia, entrando por esa via estrecha, “negandonos a nosotros mismos” como nos recomienda Jesus y de esta manera alcanzar nuestra meta final que es contemplativa.

    un saludo codial

    Santiago Hernandez

  • Román Díaz Ayala

    Esa diferenciación esquemática entre vida de acción y vida contemplativa, entre mística y ascética como dos grados distinto, el primero, el de la mística como consecuencia de una ascética bien aplicada, todo ello obedece a una particular visión de la vida espiritual dentro del cristianismo  medieval y que la filosofía escolástica sistematizó buscando puntos de apoyos en el texto evangélico.

    La mística así entendida encontró su momento álgido como consecuencia de la reforma del catolicismo romano (la llamada Contrarreforma, pero cuyo fundamento ideológico ya se había dado en la España de los Reyes Católicos).Contra la justificación mediante la fe del creyente en Cristo, se exigía del pueblo creyente que alcanzase la Salvación por el mérito de la práctica de las buenas obras, haciéndonos cooperadores necesarios de nuestra salvación individual.

    Es un asunto complejo, porque ambos posicionamientos partían de la visión de una Cristiandad degradada y sumergida en las más escandalosas conductas del clero. La fe del Evangelio había perdido la virtualidad de una vida santa y los testimonios de santidad sólo eran observables en muy escasas personas.

    El Catolicismo Romano dió una respuesta consecuente con su secularismo. La mística que se debía haber producido desde el mismo momento de la conversión personal y el bautismo, dejando la persona creyente que obrase en ella la Obra de Dios mediante su Espíritu, exigía un preámbulo de acomodo desde los falsos conceptos de la espiritualidad “con esfuerzo” a la rendición absoluta del amor de Dios.

    Cualquiera persona católica con cierta sensibilidad hacia la práctica de la vida de la gracia, entiende fácilmente de lo que estoy hablando.También quienes cultivan “la gratuidad”

  • Santiago

    En mi comentario a Isidoro por su artículo “La dura noche obscura del alma”, estimado Honorio, señalaba yo lo mismo que expones, pues escribí que tenemos que actuar un poco como Marta y María en el Evangelio…ya que podemos ser contemplativos en la acción y activos en la contemplación de la misma manera que Cristo también lo fué…

    No todo puede ser oración activa o pasiva…ni todo puede ser pura experiencia activa…No todo es teoría…ni todo es práctica…sino una combinación de las dos….No todo es blanco o negro…sino muchas veces gris….Sin embargo, habrá alguno, como Teresa de Lisieux, que prefirió primordialmente la contemplación….pero que sin embargo, su oración tuvo repercusiones mundiales…y fue tan activa que provocó un “huracán” universal…que fue capaz de cambiar muchas vidas que siguiendo su ejemplo se convirtieron “al bien”…y tanto fue el poder activo de su oración que Teresa fue proclamada “patrona de las misiones” un tiempo después de su canonización….pues su oración se convirtió en acción misionera en el mundo.

    Por otro lado, como mencionas, Juan Ramón Jiménez, García Lorca y Neruda fueron místicos también  en el ámbito en que vivieron y en el pensamiento que profesaron, fueran creyentes o no…pues tocaron la belleza que es la verdadera poesía…que como la música son artes que rozan la divinidad de manera sensible…Para Juan de la Cruz, su mística se relacionaba directamente con su fe religiosa y su oración continua, y era la expresión de su profundo amor a Dios…

    Pero para Juan de la Cruz esa “noche oscura”….estaba precedida por su gran paz interior pues en la Canciones el alma dice: “salí sin ser notada, estando ya mi casa sosegada”…Juan ya estaba en el camino del amor y se dirigía a un grado mas alto que entraba en la gracia de la contemplación infusa…Pero esa “noche” de Juan…no era exactamente igual a una simple “crisis” existencial nuestra…sino  que el mismo afirmaba que se encontraba “en la noche dichosa”….sin otra luz y guía, sino la que en el corazón ardía”…Por eso,para él, la “noche” era “guía y luz” al mismo tiempo, puesto que dice que “aquesta me guiaba más cierto que la luz del mediodía adonde me esperaba quien yo me sabía en sitio donde nadie aparecía”

    Y prosigue en alabanza a esta “noche”:……..¡Oh noche, que guiaste! ¡Oh noche amable más que la alborada! ¡Oh noche que juntaste amado con amada, amada en el amado transformada!….. Por tanto, para el Doctor Místico”la noche” no era sino un paso y un eslabón para su transformación y unión total en el amor divino. No era algo negativo…sino un don, una gracia….para su meta final en el encuentro con el Amor…Difiere, pues, esta noche mística, de las nuestras, que no están orientadas ordinariamente en el sentido de la perfección del amor, sino que obedecen a  frustraciones de la vida diaria…Sin embargo, no se puede descartar que muchos de nosotros podemos experimentar una “experiencia espiritual” similar y del mismo orden…si podemos seguir la senda  verdadera del amor…puesto que Dios siempre nos está “llamando” a esa unión nuestra con El y con nuestros hermanos aquí en la tierra…Y los grandes místicos espirituales  consideran que esta “noche oscura” espiritual y místico  es el paso ordinario de la ascética a la mística, a la que TODOS estamos llamados…no solo remotamente, sino también próximamente…

    En relación a la religión de los chinos…pues no solo ellos han aceptado el cristianismo en todas sus expresiones en los tiempos modernos…y la Iglesia sigue en pie, aun silenciosa, actualmente en un número de fieles apreciativo y difícil de calcular,…… sino que Confucio basaba toda su filosofía moral en las virtudes humanas del espíritu como en la benevolencia, la lealtad, el respeto y la reciprocidad…entre las distintas categorías de seres humanos como “entre el gobernador y ministro, entre padre e hijo, entre marido y mujer, entre hermano mayor y hermano menor, entre amigos”, virtudes que está contenidas en la ley natural impresa en el Decálogo, principalmente en su resumen, que es “amar a Dios y al prójimo como a ti mismo” Y para Confucio todas estas virtudes “de relación” dependen, en último término, de la afirmación de que “todas las personas estan sujetas, según el confucianismo, a la voluntad del Cielo (tiamchi; t’ien-chih) que es la realidad PRIMERA, la fuente máxima de moralidad y de orden. Y en el ritual de la religión de Confucio existe una referencia de relación hacia el Shang-ti, el Señor Supremo. Ya que el Emperador gobernaba por mandato del Cielo. Por tanto, el pueblo chino siempre ha tenido como base el culto y ritual propio que es de naturaleza religiosa, a pesar del intento de Mao y seguidores de extinguir totalmente la religión en China y considerarla un “opioide” mas…

    Un saludo cordial de Santiago Hernández 

     

     

  • h.cadarso

    Dos apuntes al margen a los comentarios de Isidoro y Santiago.

    He subrayado la modernidad y actualidad de Juan de la Cruz y Teresa de Jesús en base a la estima que tuvieron de ellos Neruda, García Lorca y Juan Ramón Jiménez. En tu opinión, Isidoro, la calidad literaria de un escritor o poeta no prejuzga la hondura y valor de sus ideas, de su teología o filosofía. Pero yo creo que en los tres casos que cito, los tres dan testimonio de una vida y unos hechos y un compromiso por la justicia y la fraternidad universal, es decir de su cercanía al Dios que es la misma Justicia y el verdadero Amor. Juan Ramón dió testimonio de ello con su destierro a consecuencia de la guerra civil, y con su apuesta por Rabindranat Tagore, otro místico no europeo que nos acercó a nuestra cultura. García Lorca firmó  con su martirio su apuesta por la libertad y la enculturación del pueblo, Neruda apostó con Allende por el socialismo en Chile y en América. Hay poetas que dicen y hacen, y lo que dicen adquiere un valor supremo al traducirse en hechos y compromisos.

    A Santiago le diría que la contemplación y la acción no son separables, que dejan de ser verdaderas si la una no cuenta con la otra. A mi entender, fue místico Juan Ramón Jiménez, y García Lorca, y Neruda. “Hicieron y enseñaron” como dicen los evangelios de Jesús. Y pensaron, vaya si pensaron, y esa era su forma de oración. Y su laicismo fue quizá esa Noche oscura de la que hablamos cad uno a nuestra manera.

    Gonzalo Haya remacha y refuerza quizá el conjunto de nuestras reflexiones, gracias a todos.

     

  • Román Díaz Ayala

    El comentario de Gonzalo Haya del 19/07/2016  16,58 pm sienta una base muy sólida para una mejor comprensión de los supuestos que escalonadamente se pueden deducir según avanzamos en la lectura del artículo de Honorio.

    Formalmente  “la noche oscura” de la mística, no tiene por qué interpretarse como un estadio de incertidumbre con respecto a la solidez de nuestra fe, pues tal cosa no se refiere a la naturaleza de nuestra creencia, -su presencia activa en el alma- ni que pongamos en duda lo verdadero del Dios a quien conocemos.  Es un tránsito por una senda jamás conocida, y donde Dios se nos esconde. Igual que la noche y la oscuridad no nos desconfiar del día y de su luz, sino que hayamos perdido la seguridad de la senda.  Es una purificación de nuestra fe, y por lo mismo, también una manera de purificación del rostro del Amado ante nuestros ojos.

    Pero digo que Gonzalo acierta, pues la mística es tan amplia que engloba todas las potencialidades espirituales de una persona. Abundan las personas no espirituales, porque viven en el cultivo de sus materialidades, se agarran a lo tangible o a lo personalmente provechoso. Són los Esaús que por un plato de lentejas han vendido su primogenitura, a pesar de que humanamente hablando era mejor persona que su hermano Jacob.

    Se les conoce por varios nombres a estos espirituales, o abiertos  y receptivos a las cosas del espíritu. Jesús los llamó “dichosos pobres”, y el Evangelio de Mateo los señalaba como “Bienaventurados los pobres de espíritu”, y en los años sesenta del siglo pasado se les decía “hombres  y mujeres de buena voluntad”

    Se les reconoce porque hacen en sus vidas valoración ética del bien y del amor, y no sólo porque hagan de estos temas sus permanentes discursos. Lo reflejan con la palabra muda pero elocuente de sus actos.

    Y San Pablo también fue muy lejos, porque en sus contactos y sus trabajos en el “mundo gentil” (no judío, por tanto no teísta) dice que tales conductas son manifestaciones de una revelación de Dios; una inteligencia a través de sus obras. (Romanos 1,20)

  • Isidoro García

    “Se comprende mejor a la Divinidad, ignorándola”. (San Agustín).

     

    Muy estimulantes las citas que nos aporta Honorio en su magnífico trabajo. A mí de entrada me ha hecho comprender un nuevo significado del bíblico “No tomarás el nombre de Dios en vano”.

    Las frases de toda la vida, hacen que las palabras ganen la batalla al significado, que eso existen las palabras, y nos hacen idolatrarlas, sin comprender su verdadero significado, quizás.

    De la cita de San Juan, remarco: “En  una noche oscura (…), salí (…) estando ya mi casa sosegada”.

    Primero hay que sosegar el alma, (equilibrarla, madurarla), y ese proceso yo creo que es la verdadera noche obscura. Luego una vez sosegada, entrarás en contacto con el “teléfono interior”, y estarás en condiciones de entender lo que se te diga. Pero tampoco esperemos muchas goyerías. Como decía Thomas Merton, “la vida de un monje es un semiéxtasis y cuarenta años de aridez”.

    Hay mucha autosugestión en estos temas, y un poner a “Dios” en el brete de tener que conceder lo que se le solicita, y Teresa, contaba que la “voz que oía”, le dijo una vez: “No me quieran sujetar”.

    Ken Wilber señala que “Teresa de Jesús distingue claramente, por ejemplo, tres tipos de “voces internas”, las de la “imaginación” o “fantasía”, que puede ser alucinatoria o “enfermiza”, dice; “las verbales” que pueden representar o no verdadera sabiduría (porque también puede ser engañosa o enfermiza), y las que son totalmente transverbales y suponen una percepción interna directa.

          Tiene una conciencia discriminante exquisita y precisa entre “fantasías” y “alucinaciones”, y percepciones intuitivas directas, explicando las diferencias extensamente”.

    El mundo de lo místico es tan confuso y tan resbaladizo, que lo mejor que se puede hacer es huirlo. Y aprender a vivir sin tantas ínfulas y fantasías que desestabilizan más que otra cosa.

    Yo siempre me he preguntado, como esos santos místicos, que creían en Dios, y esperaban contemplarlo después de muertos, tenían tanta prisa por la experiencia mística. Cualquier podría pensar que no tenían tanta fe de verdad. (Solo son malos pensamientos malignos que me vienen).

    Por eso quizás lo mejor es seguir la frase de San Agustín e ignorar a Dios, para comprenderle mejor, o al menos para no comprenderlo peor.

    Los cristianos tenemos la gran ventaja de contar con Jesús- hombre, que independientemente de cómo entendamos el grado de su “divinidad”, nos exime de meternos en conceptos abstractos e infinitos, que claramente superan a nuestra mente y su capacidad de raciocinio.

    Bonhoeffer, lo intuye muy bien cuando dice dos cosas:

    Nuestro ser, que se ha hecho adulto, nos lleva  reconocer realmente nuestra situación (de orfandad), ante Dios”.

    Es prueba de madurez humana, el abandonar esos ídolos mentales, que utilizamos de niños para espantar los miedos y afrontar ya maduramente la vida humana.

    “Esta es la diferencia decisiva (del cristianismo) con respecto a todas las demás religiones”.

    Y los chinos en ese sentido, tanto los budistas con su silencio sobre Dios, como los taoístas, con su focalización en el Universo, y sus reglas, (el Tao), nos han ganado la partida en el tiempo, adelantándose a la deriva moderna de las religiones judeocristianas.

    Pues por ahí, debe ir el cristianismo moderno, con unas nuevas iglesias, como las de los chinos, menos para contactar con la trascendencia, que se hace mejor en el silencio de nuestra habitación, (en el rincón de llamar), y más como centros de formación en sabiduría humana y en maduración y autorrealización psicológica.

  • Gonzalo Haya

    Vienen bien estas pinceladas eruditas sobre otras culturas, o recordar rincones de las nuestras, como el texto de san Juan de la cruz. La oscuridad rodea necesariamente el acercamiento a una realidad distinta, que no se puede medir con nuestros patrones cognitivos. Más que por fe, creo que algunos han llegado a ese borroso conocimiento de Dios por una cierta experiencia mística; o quizás, más comúnmente, por una valoración ética del bien y del amor.

  • oscar varela

    Hola honorio!

    ¿Quién te dijo que Dios es “el que es”?

    ¿Y te lo creíste?

    Esas errantes tribucitos de rotosos pastoriles no se iban a sentar con el codo puesto sobre una roca -a lo Rodin- a pensar si Dios es o no es.

    Esos tipos eran de cabeza mono-lítica; de una sola pieza, y dura.

    La única flexibilidad que parecieron desarrollar era la del “negocio”, e.d., la del “Trato” y “Contrato”: Yo te doy y tú me das. Esa es, para ellos, la primera y última realidad: la palabra empeñada. Por eso la “sustentabilidad” es “¡Te lo juro, Así será, pase lo que pasare!”.

    La palabra construyendo y sosteniendo lo que no hay pero puede haber. Porque piensan que “haber” no “hay” nada, sino lo que “hay que hacer”.

    Pura y llana política.

    ¿Interesada? ¡Sí! ¿Quién se mete si no le interesa?

    Es hora de aprender estas cositas ya re-viejas.

    Además, esos tipos globalizaban sus anhelos: pretendían para ellos solos las tres T: Tierra – Techo y Trabajo.

    Así fue como se creyeron-crearon el Relato del Contrato (Alianza) entre ellos y su Dios.

    Pero en ese Relato ni se te ocurra buscar “DDHH”.

    Todavía hoy día se te van a cagar de la risa si salís con esas melifluidades. Tal vez no te lo digan, pero pensarán esto:

    “¡ES EL NEGOCIO, ESTÚPIDO!”

    ¡Y tienen razón!

    ¡Voy todavía! – Óscar.

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