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Inclinar la balanza… ciencia y fe, 4

pensador

Curso-Taller de Atrio
A partir del libro inédito

INCLINAR LA BALANZA… UN CIENTÍFICO ANTE DIOS

de JORGE FELIP FERNÁNDEZ   (Ver Perfil)
Destilados de OSCAR VARELA  (Ver Perfil)

Capítulo Cuarto: LA RESPUESTA DE DIOS?

 

1. ¿Quién es el ser humano?

 

(01) Nos cuestionamos una y otra vez ¿de dónde venimos?, ¿adónde vamos?, ¿quiénes somos?…

(02) Del origen de nuestra especie sabemos que fue un grupo de primates. Nada hace necesario una intervención externa tal como la sobrenatural creación del “alma humana”.

Por evolución biológica un grupo se diferenció como Homo”, un nuevo género distinto a los “Australopithecus” de los que provenían.

Durante milenios convivieron diversas especies de humanos. Probablemente en una de ellas un individuo (Adán/Eva) mutó seriamente, mutación que se propagó con rapidez en sus descendientes dando origen al “Homo sapiens sapiens”. En competencia con las demás fue la única especie humana que sobrevivió.

Las causas:

Desarrollaron una alta capacidad

*de comunicación: simbólica, semántica y de lengua.

*de cooperación no dependiente de lazos familiares o genéticos.

*de manipulación de objetos y fabricación de útiles.

(03) Esta recién llegada especie humana (unos 200 mil años) está incluida en los ecosistemas naturales y sus ciclos de materia y energía.

Por tanto, nuestro valor como especie en la Biosfera es relativo tal como cualquier otra, pues tenemos una historia común compartida de miles de m.a.; y desde puntos más lejanos como del Universo: insignificante. No obstante, su valor depende del que queramos darle.

2. Orígenes de la religión en la especie humana

 

(01) El Génesis explica la actuación de Dios desde el principio de la creación y del origen del ser humano.

Las 3 religiones bíblicas (judaísmo, cristianismo e islamismo) confiesan que Dios toma la iniciativa.

Pero la irrupción de Dios en la historia humana no cuenta con hechos que marquen una fecha.

(02) Lo razonable es pensar que la religión apareció en un lento proceso de maduración de elementos ancestrales:

* de la creencia en el más allá de la muerte y

* de la creencia en la presencia de espíritus en los objetos y fenómenos del entorno

Tales creencias acompañaron y protegieron el despertar de la conciencia en un medio natural amenazante.

Los rituales de enterramientos intentan superar el terror al hecho trágico de la muerte; los espíritus del miedo al poder de la naturaleza mediante cultos mágicos.

 

3. La revelación

 

(01) En un momento clave el ser humano se “da cuenta” de su trágico final, y de su dependencia al poder de la Naturaleza, lo cual relaciona con fuerzas ocultas y poderosas que proyecta a un nivel superior sobrenatural.

(02) Este darse cuenta, esta toma de conciencia de la muerte y de su dependencia, es en definitiva una revelación.

Este darse cuenta no es una iluminación sobrenatural, sino la acomodación de un hecho, suceso o situación, en un marco razonable, en este caso mítico o religioso.

 

4. ¿Cómo encajar el hecho de la muerte?

 

(01) La muerte es una cuestión impresa en el concepto de evolución.

Las cosas tienden a su estado de menor energía, de aumento de entropía, errores y fallos en el sistema que con el tiempo se acumulan y no consiguen reparar.

(02) Sin la muerte la vida no podría existir, ni tan siquiera en formas tan simples como las bacterias.

Los primeros sistemas complejos autorreplicantes prebióticos, habrían formado una “costra orgánica” y ahí acabaría todo.

Gracias a la muerte hay vida y la hay en abundancia, diversa y maravillosa.

(03) El ser humano supo que iba a morir. Esto lo distingue netamente del resto de los seres vivos.

A lo mejor en un futuro entenderemos las causas del envejecimiento e incluso prolongar la vida cientos de años o indefinidamente.

Por ahora la muerte sigue su capricho de toca a quien quiere y cuando quiere.

¿Cómo racionalizar o asumir una muerte absurda?

Debido al sufrimiento que suele acompañarla: ¿habrá tranquilidad y entereza para afrontarla?

(04) La vida de aquí y ahora tiene su propio significado y sentido.

Algunos piensan que si la vida se prolongase en un más allá eterno se perdería la importancia de los momentos efímeros pero intensos de la vida. Pero lo que tiene importancia no depende de su caducidad, sino del valor que le damos.

(05) La vida tras la muerte no disminuye sino que refuerza su sentido:

* abriéndola a la esperanza,

* transforma su caducidad en permanencia,

* acentúa la importancia y valor de lo que hacemos.

(06) La vida más allá de la muerte se encuentra asociada a las creencias religiosas.

Se puede recuperar el significado de la muerte desde lo religioso, y así asumirla con serenidad.

 

5. La respuesta de Dios al problema de la muerte

 

(01) Un Dios impersonal (Espíritu de lo Absoluto) pide la aceptación estoica de la muerte.

No me convence: Sigo buscando.

(02) En el Antiguo Testamento No hay respuesta de Dios. El ser humano se asume mortal.

Pero en el Nuevo Testamento es tema central por la perspectiva de la muerte y resurrección de Cristo.

(03) La muerte es la fuente de la diversidad de la vida pues permite la evolución.

Lo que experimenta el ser humano es una conciencia traumática de la muerte.

Esta conciencia de muerte está ligada a su destino eterno.

(04) En el Génesis Dios castiga a la humanidad en Adán y Eva por haber pecado; “Morirás”, es decir, la conciencia de muerte se hace traumática, pues el pecado impide “ver” el destino eterno.

Queda el ser humano desgraciado solo ve el destino de muerte, el de eternidad queda oculto.

¿Estaba previsto por el Dios bíblico,

* que esta criatura se diese cuenta de su desastroso destino final?

* la injusticia de “saber” la condena que pesa sobre la vida de cada persona?

* el injusto deterioro irremisible con la vejez y su muerte?

La eternidad sería la respuesta de Dios a la condición humana.

(05) No es la eternidad lo que sostiene la fe en Dios; al contrario: la fe en Dios garantiza la eternidad.

Sin Dios la eternidad para el ser humano carece de sentido y de posibilidad. La muerte quedaría sin solución.

 

6. El sentido de dependencia

 

(01) A la brutal dependencia del mundo natural, el ser humano intenta controlarlo mediante la creencia en fuerzas superiores sobrenaturales.

Estas creencias

*fueron la base para sostener el marco de referencia religioso.

*separaron un ámbito sagrado de misterio, del profano de vida cotidiana.

(02) La dependencia del ser humano a Dios (o dioses),

* se fundó siempre en una cosmovisión mitológica,

* que daba un sentido claro a la vida de forma razonable,

* un supuesto poder mágico sobre el entorno,

* identidad personal como parte de una religión o pueblo, y

* un fundamento como guía del comportamiento ético de sus sociedades.

(03) La Ilustración y el Modernismo de s.XIX d.C., dio un golpe a esos presupuestos religiosos.

El ser humano no depende de ellos, sino que las puede poner a su servicio.

Ahora, una cosmovisión razonable no puede eludir la Ciencia.

(04) Los monoteísmos vaciaron la Naturaleza de fantasmas, espíritus y duendes. Los dioses eran más poderosos que todos ellos. Y luego un solo Dios por encima de todos los dioses hasta hacerlos desaparecer.

De la dependencia del ser humano a la Naturaleza se pasó a la dependencia absoluta de un Dios.

La Naturaleza pudo ser tomada como objeto de investigación, independiente de Dios y de la magia.

¿Desaparece con ello la dependencia respecto a un Dios-Único, Todopoderoso?

(05) Un materialismo-cientista afirma que Dios ha muerto, y que además sin incluir a Dios en el conocimiento científico, (cosa que creo necesaria):

* se avanzará mejor sin interferencias en el conocimiento del entorno natural y humano

* se conseguirá controlar todo, eliminar la impotencia y el sentido de dependencia humano.

(06) Pero ese futuro se ve lleno de barreras y negruras, que la Ciencia no asegura poder superar.

Tiendo a un futuro espléndido, con el esfuerzo humano por la Ciencia, pero con la ayuda de Dios, si Dios quiere.

 

7. El sentido de dependencia a nivel personal

 

(01) Nadie –ni práctica ni científicamente- puede controlar el azar, suerte o fortuna.

Se han elaborado desde antiguo complejas poéticas mitologías para comprender las dependencias humanas.
Hoy se ignoran como si no existiesen.

El sentido de dependencia puede tomarse como prueba de la existencia de Dios, aunque no para todos.

(02) Para mí, Dios (Fuerza y Sabiduría creadora y sostenedora, que “elige” cada presente entre las alternativas posibles que la Naturaleza y el ser humano autónomamente proponen) forma un todo único y armónico con el sentido de dependencia.

Que el hombre y la mujer proponen y Dios dispone, tiene, para mí, valor y sentido.

 

8. El sentido de trascendencia

 

(01) Por la dependencia, si le damos una respuesta, la vida puede cobrar un nuevo sentido, lo cual implica una cierta trascendencia.

(02) El hundimiento religioso, valores o trascendencia, se debe al abandono indiferente.

Se vive la vida cotidiana sin ninguna proyección de sentido ni fundamento.

Este medio es hostil para cualquier religión, ideología o creencia, y también para la esperanza.

La indiferencia está alimentada, además, por un pesimismo, fruto de esfuerzos ineficaces.

(03) Sin embargo, asumir valores humanistas puede llenar de sentido y finalidad la vida.

(04) Pero el postulado de un mundo mejor no me es suficiente, porque no hay seguridad de lograrlo.

Y además:

* ¿Da todo ello respuesta al sentido de la vida?

* ¿Por qué y para qué vivimos?

* ¿Se trata solamente de tener una vida confortable para todos?

No me es suficiente si el esfuerzo no cuenta con una meta alcanzable.

La mera supervivencia roba el futuro y la esperanza, personal y del colectivo humano.

 

9. Escepticismo/ nihilismo/liberación

 

(01) Lo más razonable, más que una convicción religiosa o que el rechazo ateo, es el escepticismo de la duda.

No hay seguridad ni pruebas para afirmar o negar la eternidad o trascendencia de la vida, ni de Dios.

Aunque las razones existenciales del escéptico son pobres: no pasan del gusto y el capricho.

(02) Un Dios improbable, desliza hacia el ateísmo de vivir como si Dios no existiese.

Un Dios probable, hacia una vida religiosa como si Dios existiese.

(03) Vivir como si Dios no existiese, parecería una liberación del sentido de culpa.

No encuentro liberación en el nihilismo si el destino humano, personal y colectivo, es la nada.

El nihilismo no tiene pruebas; es una elección entre otras alternativas posibles.

(04) En lugar de elegir el futuro cerrado en la nada, yo elijo abrir un hueco a la esperanza.

Yo elijo vivir como si Dios existiese. En esto sí que encuentro liberación.

 

10. La creencia religiosa

 

(01) La creencia religiosa consiste en un clamor desesperado en rebeldía contra la condición humana.

Si Dios existe, no puede permanecer impasible, inmutable.

Aquel clamor rebelde por el angustiado sufrimiento humano le exige a Dios una respuesta.

Necesita un interlocutor que le escuche.

Yo creo que Dios ha escuchado ese clamor de hombres y mujeres, y sale a su encuentro.

(02) Pero Dios en su respuesta no cambia al ser humano, ni espera a una especie mejor preparada, sino que lo deja tal cual es en su sufrimiento responsable e ideando para él una salida.

El sufrimiento de un lado y la decisión libre de otro, colocan al ser humano en tensión.

Esta tensión –iniciada por Dios-, sólo se puede contrarrestar apelando a las creencias.

(03) Ni ateo ni agnóstico, he elegido la fe en Dios personal: creo que Dios sí puede ayudarnos.

Un Dios impersonal es indiferente a la realidad humana: ni la justifica ni le da valor alguno.

(04) Las respuestas de Dios (trascendencia y eternidad) dan a la vida sentido, valor y finalidad, en este nuestro mundo, pero también abre todo el futuro en otra vida más allá de la muerte.

(05) Pero ¿quién es el hombre y la mujer para que Dios se fije en él y en ella?

¿Cómo es posible que Dios se preocupe de sus necesidades, les responda a sus preguntas, y no los abandone al flujo de la vida tal como hace con las demás especies?

En el Cap. 6: Un Dios personal miraremos al ser humano de otra manera de la que hemos hecho hasta aquí.

11. Inclinar la balanza. Mi decisión

 

(01) La dependencia y la muerte, trascendencia y eternidad, es lo que pone en tensión la vida humana, volviéndose en angustia y temor, cuando no se encuentran respuestas.

Esa tensión la podemos ocultar, disimular, sustituir u olvidar, pero siempre se replantea.

Y se nos exige que nos definamos.

(02) No se puede permanecer en el medio de la balanza, sin decantarse en un sentido u otro.

Porque una vez planteado el problema, hay que responder -por sí o por no-, no cabe la abstención, pues se vive necesariamente en uno de los dos lados, incluso a la espera de poder decidir.

(03) Un forjado Dios impersonal Absoluto Incognoscible no responde porque ni habla ni escucha.

Pero Dios es un concepto radicalmente humano, forjado en la historia precisamente con el fin de responder a los hombres y mujeres las cuestiones fundamentales de sus vidas.

Yo elijo un Dios que responda y una vida como si Dios existiese.

Entonces, ¿es igualmente válida cualquier idea que se tenga sobre Dios?

…………………..

(FIN del Capítulo Cuarto)

57 comentarios

  • Isidoro García

    Los nuevos santos modernos, los nuevos hombres en proceso de auto realización, son la esperanza de este mundo. Dice Osho: “Para mí solo es un santo quien se ha aceptado a sí mismo, y en su aceptación ha aceptado al mundo entero. Para mí, ese estado de la mente es lo que se llama santidad: el estado de la aceptación total. Y eso es curativo, terapéutico. El solo estar con alguien que te acepta totalmente es terapéutico. Te sanará”.

         Son los creativos, los que nos proporcionan momentos impagables de felicidad, y nos ayudan a sobrevivir en las duras condiciones que nos tocan. Conservarán aún mucha parte de sus miserias originales, (todos estamos en el proceso), pero son esos diez justos por los que “Dios”, salvaría a Sodoma. Son los “pilares de la Tierra”, que la sostienen.

        Científicos, artistas, profesores, hombres de labor callada e ignorada, y todo aquel que hace bien su trabajo, pensando en beneficiar a los demás, más que en disfrutar de “los derechos adquiridos”, y del derecho a “vivir una vida tranquila”. De ellos habla el Libro de la Sabiduría: “Ellos mantendrán la fábrica del mundo, y en la obra de su oficio está su oración”.
     

     Acaba de morir David Bowie, y puede ser un representante más de todos los que nos hacen la vida un poquito más agradable. En este video memorable desde la Estación espacial, un astronauta, canta una de sus canciones más entrañables. https://www.youtube.com/watch?v=tD0N8hL2X0U

  • Jorge

    ¡Ojalá! tuviésemos todos claro que la verdadera Iglesia, aquí en la Tierra en nuestro tiempo, es la Iglesia o Asamblea Universal de toda la humanidad sin exclusiones. Y que en el Reino de Dios, en la Plenitud, la Iglesia también es la Asamblea Universal de la humanidad de todo tiempo y lugar al completo sin exclusiones. Pero lo que tenemos son instituciones religiosas fragmentadas, excluyentes y enfrentadas entre sí, separadas por distintas culturas y creencias. En mi opinión, el problema principal para que la Asamblea Universal Humana no se dé, es por entender que la unidad sólo puede darse en la uniformidad de creencias, de modos y proyectos de vida, en lugar de la aceptación de la pluralidad, y asumir la maravillosa diversidad humana. Podemos si queremos unirnos y colaborar entre sí en objetivos comunes de justicia, paz, libertad,….., acercando el tiempo de Plenitud, desde proyectos, creencias, culturas,… diferentes, que amplía las perspectivas y enriquece mutuamente. Pues la Plenitud es obra de todos, independiente de creencias e ideologías, de pertenecer o no a una religión, de ser ateo, agnóstico, indiferente… o lo que sea.
     
    Con todo, yo quiero y trato de pertenecer a la Iglesia Católica como miembro activo, pero de ningún modo excluyente y menos contra todos los demás. Y mis razones se basan en la coherencia que justifican mis elecciones sucesivas: el Misterio Absoluto, un Dios personal, Jesús de Nazaret, la comunidad de sus seguidores, la Iglesia Católica. La Iglesia Católica es un medio y un modo de seguir a Jesús, que transmite una tipología de Jesús concreta, la cual manifiesta para mí de forma clara el contenido de la Plenitud Humana. Que mi Iglesia no es acogedora ni santa resulta más que evidente escandalosa, pero ¿hay acaso algo humano tan limpio y santo que no tenga sombras? Si esperamos esto para cualquier compromiso, jamás estaremos dispuestos a comprometernos en nada.
     
     
    Yo como tú MªPilar me enfado con mi Iglesia, me enfado a menudo con la liturgia sobre todo solemne, los textos sobre todo del AT sin traducirlos al presente, el canon de la Misa desfasado, de muchas homilías es mejor cerrar los oídos, las actitudes de ciertos fieles, el ambiente… Hubo un tiempo en que trataba de acercarme a la Misa y me tenía que salir a la mitad del cabreo. Pero me pregunté ¿quieres ser católico o no? ¿es firme tu decisión o vas a permitir que las circunstancias se impongan sobre ella? Me recordó a mi enfado por el absurdo de tenerme que aprender listas y listas de animales, vegetales, rocas, minerales y fósiles, foto-nombre científico y punto, para aprobar las oposiciones a Secundaria. La pregunta fue la misma ¿quieres aprobarlas o no? ¡Vaya si lo hice! después de negarme un par de años, de 100 cosas di 98 nombres correctos, y las aprobé con la nota más alta. Con la Misa y la Iglesia pues lo mismo. Con el tiempo el enfado disminuye, aunque por salud mental el espíritu crítico lo mantengo, de sumiso y borrego pues nada de nada.

  • Santiago

    Isidoro, agradezco tu comentario…y admiro como describes esta compleja realidad que vivimos los humanos…Vivimos en este misterio de Ekklesia ciertamente, que como dices, presenta una realidad terrenal y otra celestial…Mientras vivimos aquí estamos inmersos en este misterio doble…. misterio al que estamos llamados TODOS, sin importar raza, situacion, vivencias o creencia…..Vivimos, pues, en la Jerusalén terrenal, y  nosotros entre sus miembros, con presentan muchos defectos y virtudes “en tribulaciones, en necesidades, en apreturas, en golpes, en prisiones, en motines, en fatigas, en noches sin dormir, en dias sin comer…como seductores aunque veraces, como desconocidos aunque bien conocidos, como quienes están muriendo, aunque vivimos, como castigados, aunque no ajusticiados, como contristados aunque siempre regocijados, como pobres, pero que muchos enriquecen, como quienes nada tienen, aunque todo lo poseen” (2 Cor. 6,4) Pablo exhorta a los Corintios para que no “hayáis recibido en vano la gracia de Dios”….y describe la vida de los cristianos que tratan de vivir la fe de Cristo en la predicación de la Palabra……Jesus supo que nuestro material no era, del todo, bueno…Pedro le negaría, Judas le vendería, el resto del colegio de los apóstoles no le entendía del todo y finalmente, en la hora suprema, le abandonarían todos, excepto el discípulo amado….Y sin embargo, Cristo completó su misión de darnos su gracia a través de los Apóstoles…porque esta Iglesia sigue y seguirá siendo apostólica, a pesar de los graves defectos de sus miembros..

    Por eso la Iglesia, Eklessia, está anclada en Cristo…en la PALABRA…esta palabra es lo que ha trascendido a traves de los siglos..preservada por la comunidad de los fieles…En la lectura progresiva de la PALABRA se configura un proceso que abre poco a poco sus potencialidades interiores..que estaban ya allí como semillas y que se pueden abrir ante el desafío de situaciones nuevas, nuevas experiencias y nuevos sufrimientos…Es esta Eklessia en el CARISMA de la palabra, el legado de Cristo como un regalo para nosotros…para que le sigamos y le encontremos..ya que como dice el Papa Francisco Jesus siempre nos está esperando..Pero como bien dices tu  el Espíritu  solo puede incitarnos hacia el bien…pero somos nosotros mismos los que tenemos que decidirnos a la acción…Teresa de Ávila, en el desorden que vivía en el convento de la Encarnación, ella misma cuenta que un día “se determinó” a ser santa….y llegó hasta la reforma de la Orden Carmelita…

    Somos nosotros, pues, al que se nos ha dado los medios…Somos nosotros los que tenemos que descubrir cual es nuestro verdadero camino y el sentido que tenemos que darle a nuestra breve existencia terrestre.

    Un abrazo   de Santiago Hernández

     

  • oscar varela

    FUNES el Memorioso – Jorge Luis Borges

    (entrega 3 de 3)

    Esas cosas me dijo; ni entonces ni después las he puesto en duda. En aquel tiempo no había cinematógrafos ni fonógrafos; es, sin embargo, inverosímil y hasta increíble que nadie hiciera un experimento con Funes. Lo cierto es que vivimos postergando todo lo postergable; tal vez todos sabemos profundamente que somos inmortales y que tarde o temprano, todo hombre hará todas las cosas y sabrá todo. La voz de Funes, desde la oscuridad, seguía hablando. Me dijo que hacia 1886 había discurrido un sistema original de numeración y que en muy pocos días había rebasado el veinticuatro mil. No lo había escrito, porque lo pensado una sola vez ya no podía borrársele.

    Su primer estímulo, creo, fue el desagrado de que los treinta y tres orientales requirieran dos signos y tres palabras, en lugar de una sola palabra y un solo signo. Aplicó luego ese disparatado principio a los otros números. En lugar de siete mil trece, decía (por ejemplo) Máximo Pérez; en lugar de siete mil catorce, El Ferrocarril; otros números eran Luis Melián Lafinur, Olimar, azufre, los bastos, la ballena, el gas, la caldera, Napoléon, Agustín de Vedía. En lugar de quinientos, decía nueve. Cada palabra tenía un signo particular, una especie de marca; las últimas eran muy complicadas… Yo traté de explicarle que esa rapsodia de voces inconexas era precisamente lo contrario de un sistema de numeración. Le dije que decir 365 era decir tres centenas, seis decenas, cinco unidades: análisis que no existe en los “números” El Negro Timoteo o manta de carne. Funes no me entendió o no quiso entenderme. Locke, en el siglo xvii, postuló (y reprobó) un idioma imposible en el que cada cosa individual, cada piedra, cada pájaro y cada rama tuviera un nombre propio; Funes proyectó alguna vez un idioma análogo, pero lo desechó por parecerle demasiado general, demasiado ambiguo. En efecto, Funes no sólo recordaba cada hoja de cada árbol de cada monte, sino cada una de las veces que la había percibido o imaginado. Resolvió reducir cada una de sus jornadas pretéritas a unos setenta mil recuerdos, que definiría luego por cifras. Lo disuadieron dos consideraciones: la conciencia de que la tarea era interminable, la conciencia de que era inútil. Pensó que en la hora de la muerte no habría acabado aún de clasificar todos los recuerdos de la niñez. Los dos proyectos que he indicado (un vocabulario infinito para la serie natural de los números, un inútil catálogo mental de todas las imágenes del recuerdo) son insensatos, pero revelan cierta balbuciente grandeza. Nos dejan vislumbrar o inferir el vertiginoso mundo de Funes. Éste, no lo olvidemos, era casi incapaz de ideas generales, platónicas. No sólo le costaba comprender que el símbolo genérico perro abarcara tantos individuos dispares de diversos tamaños y diversa forma; le molestaba que el perro de las tres y catorce (visto de perfil) tuviera el mismo nombre que el perro de las tres y cuarto (visto de frente). Su propia cara en el espejo, sus propias manos, lo sorprendían cada vez. Refiere Swift que el emperador de Lilliput discernía el movimiento del minutero; Funes discernía continuamente los tranquilos avances de la corrupción, de las caries, de la fatiga. Notaba los progresos de la muerte, de la humedad. Era el solitario y lúcido espectador de un mundo multiforme, instantáneo y casi intolerablemente preciso. Babilonia, Londres y Nueva York han abrumado con feroz esplendor la imaginación de los hombres; nadie, en sus torres populosas o en sus avenidas urgentes, ha sentido el calor y la presión de una realidad tan infatigable como la que día y noche convergía sobre el infeliz Ireneo, en su pobre arrabal sudamericano. Le era muy difícil dormir. Dormir es distraerse del mundo; Funes, de espaldas en el catre, en la sombra, se figuraba cada grieta y cada moldura de las casas precisas que lo rodeaban. (Repito que el menos importante de sus recuerdos era más minucioso y más vivo que nuestra percepción de un goce físico o de un tormento físico.) Hacia el Este, en un trecho no amanzanado, había casas nuevas, desconocidas. Funes las imaginaba negras, compactas, hechas de tiniebla homogénea; en esa dirección volvía la cara para dormir. También solía imaginarse en el fondo del río, mecido y anulado por la corriente. Había aprendido sin esfuerzo el inglés, el francés, el portugués, el latín. Sospecho, sin embargo, que no era muy capaz de pensar. Pensar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer. En el abarrotado mundo de Funes no había sino detalles, casi inmediatos. La recelosa claridad de la madrugada entró por el patio de tierra. Entonces vi la cara de la voz que toda la noche había hablado. Ireneo tenía diecinueve años; había nacido en 1868; me pareció monumental como el bronce, más antiguo que Egipto, anterior a las profecías y a las pirámides. Pensé que cada una de mis palabras (que cada uno de mis gestos) perduraría en su implacable memoria; me entorpeció el temor de multiplicar ademanes inútiles. Ireneo Funes murió en 1889, de una congestión pulmonar.

    …………………………..

  • oscar varela

    FUNES el Memorioso – Jorge Luis Borges

    (entrega 2 de 3)

    El 14 de febrero me telegrafiaron de Buenos Aires que volviera inmediatamente, porque mi padre no estaba “nada bien”. Dios me perdone; el prestigio de ser el destinatario de un telegrama urgente, el deseo de comunicar a todo Fray Bentos la contradicción entre la forma negativa de la noticia y el perentorio adverbio, la tentación de dramatizar mi dolor, fingiendo un viril estoicismo, tal vez me distrajeron de toda posibilidad de dolor. Al hacer la valija, noté que me faltaban el Gradus y el primer tomo de la Naturalis historia. El “Saturno” zarpaba al día siguiente, por la mañana; esa noche, después de cenar, me encaminé a casa de Funes. Me asombró que la noche fuera no menos pesada que el día. En el decente rancho, la madre de Funes me recibió. Me dijo que Ireneo estaba en la pieza del fondo y que no me extrañara encontrarla a oscuras, porque ireneo sabía pasarse las horas muertas sin encender la vela. Atravesé el patio de baldosa, el corredorcito; llegué al segundo patio. Había una parra; la oscuridad pudo parecerme total. Oí de pronto la alta y burlona voz de Ireneo. Esa voz hablaba en latín; esa voz (que venía de la tiniebla) articulaba con moroso deleite un discurso o plegaria o incantación. Resonaron las sílabas romanas en el patio de tierra; mi temor las creía indescifrables, interminables; después, en el enorme diálogo de esa noche, supe que formaban el primer párrafo del capítulo xxiv del libro vii de la Naturalis historia. La materia de ese capítulo es la memoria; las palabras últimas fueron ut nihil non iisdern verbis redderetur audíturn. Sin el menor cambio de voz, Ireneo me dijo que pasara. Estaba en el catre, fumando. Me parece que no le vi la cara hasta el alba; creo rememorar el ascua momentánea del cigarrillo. La pieza olía vagamente a humedad. Me senté; repetí la historia del telegrama y de la enfermedad de mi padre.

    …………………………….

    Arribo, ahora, al más difícil punto de mi relato. Éste (bueno es que ya lo sepa el lector) no tiene otro argumento que ese diálogo de hace ya medio siglo. No trataré de reproducir sus palabras, irrecuperables ahora. Prefiero resumir con veracidad las muchas cosas que me dijo Ireneo. El estilo indirecto es remoto y débil; yo sé que sacrifico la eficacia de mi relato; que mis lectores se imaginen los entrecortados períodos que me abrumaron esa noche. Ireneo empezó por enumerar, en latín y español, los casos de memoria prodigiosa registrados por la Naturalis historia: Ciro, rey de los persas, que sabía llamar por su nombre a todos los soldados de sus ejércitos; Mitrídates Eupator, que administraba la justicia en los veintidós idiomas de su imperio; Simónides, inventor de la mnemotecnia; Metrodoro, que profesaba el arte de repetir con fidelidad lo escuchado una sola vez. Con evidente buena fe se maravilló de que tales casos maravillaran. Me dijo que antes de esa tarde lluviosa en que lo volteó el azulejo, él había sido lo que son todos los cristianos: un ciego, un sordo, un abombado, un desmemoriado. (Traté de recordarle su percepción exacta del tiempo, su memoria de nombres propios; no me hizo caso.) Diecinueve años había vivido como quien sueña: miraba sin ver, oía sin oír, se olvidaba de todo, de casi todo. Al caer, perdió el conocimiento; cuando lo recobró, el presente era casi intolerable de tan rico y tan nítido, y también las memorias más antiguas y más triviales. Poco después averiguó que estaba tullido. El hecho apenas le interesó. Razonó (sintió) que la inmovilidad era un precio mínimo. Ahora su percepción y su memoria eran infalibles. Nosotros, de un vistazo, percibimos tres copas en una mesa; Funes, todos los vástagos y racimos y frutos que comprende una parra. Sabía las formas de las nubes australes del amanecer del 30 de abril de 1882 y podía compararlas en el recuerdo con las vetas de un libro en pasta española que sólo había mirado una vez y con las líneas de la espuma que un remo levantó en el Río Negro la víspera de la acción del Quebracho. Esos recuerdos no eran simples; cada imagen visual estaba ligada a sensaciones musculares, térmicas, etcétera. Podía reconstruir todos los sueños, todos los entre sueños. Dos o tres veces había reconstruido un día entero; no había dudado nunca, pero cada reconstrucción había requerido un día entero. Me dijo: “Más recuerdos tengo yo solo que los que habrán tenido todos los hombres desde que el mundo es mundo”. Y también: “Mis sueños son como la vigilia de ustedes”. Y también, hacia el alba: “Mi memoria, señor, es como vaciadero de basuras”. Una circunferencia en un pizarrón, un triángulo rectángulo, un rombo, son formas que podemos intuir plenamente; lo mismo le pasaba a Ireneo con las aborrascadas crines de un potro, con una punta de ganado en una cuchilla, con el fuego cambiante y con la innumerable ceniza, con las muchas caras de un muerto en un largo velorio. No sé cuántas estrellas veía en el cielo.

    …………………………………

    (Sigue)

  • oscar varela

    Hola!

    Leo en un Comentario de Isidoro:

    – “quizás en cien años, mi nieto que ha nacido el año pasado tenga implantado Google en un chip, en su cerebro”-

    Quisiera que Isidoro tomara nota de que en el año 1868 nacía un uruguayito (en diminutivo porque falleció a la edad de 21 años) que era un Google exponencial.

    …………………………………

    FUNES el Memorioso – Jorge Luis Borges

    (entrega 1 de 3)

    Lo recuerdo (yo no tengo derecho a pronunciar ese verbo sagrado, sólo un hombre en la tierra tuvo derecho y ese hombre ha muerto) con una oscura pasionaria en la mano, viéndola como nadie la ha visto, aunque la mirara desde el crepúsculo del día hasta el de la noche, toda una vida entera. Lo recuerdo, la cara taciturna y aindiada y singularmente remota, detrás del cigarrillo.

    Recuerdo (creo) sus manos afiladas de trenzado. Recuerdo cerca de esas manos un mate, con las armas de la Banda Oriental; recuerdo en la ventana de la casa una estera amarilla, con un vago paisaje lacustre.

    Recuerdo claramente su voz; la voz pausada, resentida y nasal del orillero antiguo, sin los silbidos italianos de ahora. Más de tres veces no lo vi; la última, en 1887… Me parece muy feliz el proyecto de que todos aquellos que lo trataron escriban sobre él; mi testimonio será acaso el más breve y sin duda el más pobre, pero no el menos imparcial del volumen que editarán ustedes. Mi deplorable condición de argentino me impedirá incurrir en el ditirambo -género obligatorio en el Uruguay, cuando el tema es un uruguayo. Literato, cajetilla, porteño; Funes no dijo esas injuriosas palabras, pero de un modo suficiente me consta que yo representaba para él esas desventuras. Pedro Leandro Ipuche ha escrito que Funes era un precursor de los superhombres, “un Zarathustra cimarrón y vernáculo “; no lo discuto, pero no hay que olvidar que era también un compadrito de Fray Bentos, con ciertas incurables limitaciones.

    ………………………….

    Mi primer recuerdo de Funes es muy perspicuo. Lo veo en un atardecer de marzo o febrero del año 84. Mi padre, ese año, me había llevado a veranear a Fray Bentos. Yo volvía con mi primo Bernardo Haedo de la estancia de San Francisco. Volvíamos cantando, a caballo, y ésa no era la única circunstancia de mi felicidad. Después de un día bochornoso, una enorme tormenta color pizarra había escondido el cielo. La alentaba el viento del Sur, ya se enloquecían los árboles; yo tenía el temor (la esperanza) de que nos sorprendiera en un descampado el agua elemental. Corrimos una especie de carrera con la tormenta. Entramos en un callejón que se ahondaba entre dos veredas altísimas de ladrillo. Había oscurecido de golpe; oí rápidos y casi secretos pasos en lo alto; alcé los ojos y vi un muchacho que corría por la estrecha y rota vereda como por una estrecha y rota pared. Recuerdo la bombacha, las alpargatas, recuerdo el cigarrillo en el duro rostro, contra el nubarrón ya sin límites.

    Bernardo le gritó imprevisiblemente: “¿Qué horas son, Ireneo?””. Sin consultar el cielo, sin detenerse, el otro respondió: ‘Faltan cuatro minutos para las ocho, joven Bernardo Juan Francisco”. La voz era aguda, burlona. Yo soy tan distraído que el diálogo que acabo de referir no me hubiera llamado la atención si no lo hubiera recalcado mi primo, a quien estimulaban (creo) cierto orgullo local, y el deseo de mostrarse indiferente a la réplica tripartita del otro. Me dijo que el muchacho del callejón era un tal Ireneo Funes, mentado por algunas rarezas como la de no darse con nadie y la de saber siempre la hora, como un reloj. Agregó que era hijo de una planchadora del pueblo, María Clementina Funes, y que algunos decían que su padre era un médico del saladero, un inglés O’Connor, y otros un domador o rastreador del departamento del Salto.

    ……………………

    Vivía con su madre, a la vuelta de la quinta de los Laureles. Los años 85 y 86 veraneamos en la ciudad de Montevideo. El 87 volví a Fray Bentos. Pregunté, como es natural, por todos los conocidos y, finalmente, por el “cronométrico Funes”. Me contestaron que lo había volteado un redomón en la estancia de San Francisco, y que había quedado tullido, sin esperanza. Recuerdo la impresión de incómoda magia que la noticia me produjo: la única vez que yo lo vi, veníamos a caballo de San Francisco y él andaba en un lugar alto; el hecho, en boca de mi primo Bernardo, tenía mucho de sueño elaborado con elementos anteriores. Me dijeron que no se movía del catre, puestos los ojos en la higuera del fondo o en una telaraña. En los atardeceres, permitía que lo sacaran a la ventana. Llevaba la soberbia hasta el punto de simular que era benéfico el golpe que lo había fulminado… Dos veces lo vi atrás de la reja, que burdamente recalcaba su condición de eterno prisionero: una, inmóvil, con los ojos cerrados; otra, inmóvil también, absorto en la contemplación de un oloroso gajo de santonina.

    ………………………………..

    No sin alguna vanagloria yo había iniciado en aquel tiempo el estudio metódico del latín. Mi valija incluía el De viris illustribus de Lhomond, el Thesaurus de Quicherat, los Comentarios de Julio César y un volumen impar de la Naturalis historia de Plinio, que excedía (y sigue excediendo) mis módicas virtudes de latinista. Todo se propala en un pueblo chico; Ireneo, en su rancho de las orillas, no tardó en enterarse del arribo de esos libros anómalos. Me dirigió una carta florida y ceremoniosa, en la que recordaba nuestro encuentro, desdichadamente fugaz, “del día 7 de febrero del año 84”, ponderaba los gloriosos servicios que don Gregorio Haedo, mi tío, finado ese mismo año, “había prestado a las dos patrias en la valerosa jornada de Ituzaingó “, y me solicitaba el préstamo de cualquiera de los volúmenes, acompañado de un diccionario “para la buena inteligencia del texto original, porque todavía ignoro el latín”. Prometía devolverlos en buen estado, casi inmediatamente. La letra era perfecta, muy perfilada; la ortografía, del tipo que Andrés Bello preconizó: i por y, f por g. Al principio, temí naturalmente una broma. Mis primos me aseguraron que no, que eran cosas de Ireneo. No supe si atribuir a descaro, a ignorancia o a estupidez la idea de que el arduo latín no requería más instrumento que un diccionario; para desengañarlo con plenitud le mandé el Gradus ad Parnassum de Quicherat y la obra de Plinio.

    ………………………………

    (Sigue)

  • Santiago

    En la primera parte, hacia la mitad, debe decir: “donde todavia  se estan formando nuevas entidades” ya que  omiti escribir “formando”!…Y es, Jorge, que el Universo todavia esta en “creacion” y en evolucion y recibiendo informacion en un proceso  incesante que para mosotros implica nuevos complejos procesos casi imposibles de llegar a abarcar en su totalidad. Vale. SH

  • Santiago

    Jorge, si todavía estamos tratando de entender la física elemental del átomo y de las partículas subatómicas y tampoco sabemos el origen de la fuerza que dió lugar a la explosión cósmica del Big Bang, donde la física prácticamente deja de existir y donde  la energía es inconmensurable e inmedible, donde dejó de existir la física por un momento, entonces lo verdaderamente hipótetico, en realidad, es  poder entender satisfactoriamente y responder a todas las preguntas del Cosmos a pesar de ser finito, como tu bien dices. Y tampoco se puede demostrar científicamente que algún día lleguemos a entenderlo todo aun el mundo físico en el que vivimos…ya que del mundo espiritual se encuentra en otra dimensión…máxime en un Universo en continua evolución donde todavía se están nuevas entidades energéticas y materiales…¿Podrá nuestra naturaleza humana lograrlo? Pero las leyes físicas del Universo son y permanecerán iguales y nuestra naturaleza humana puede avanzar en cuanto conocimiento cuantitativamente pero nuestra calidad humana será igual, a pesar del avance de la medicina…Podremos transplantar órganos pero no podremos cambiar “lo humano” ya que solo trabajamos con materia pre existente…en realidad, nada podemos crear..solo modificar lo que ya ha sido creado…La realidad, para nosotros que no somos Dios, será siempre incompleta y fragmentaria…de otra manera, nuestra realidad sería intrínsecamente divina..lo que no es posible…en absoluto..

    Por eso, estoy de acuerdo que en cuanto “naturaleza” la realidad Absoluta, Infinita y Eterna esta separada de nuestra realidad que es relativa, finita y temporal. Pero nosotros no somos mas que seres creados contingentes, que no nos creamos a nosotros mismos, sino que recibimos el ser en un acto de amor de Dios y nos encontramos como una partícula infinitesimal dentro de la misma Creación en cuanto que  dependemos de El, no solo para poder existir sino para sustentarnos en el ser. Nuestro conocimiento es real…está abierto no solo a realidad física, sino a la realidad espiritual, a pesar de nuestras limitaciones..Por eso nuestra naturaleza humana y, con ella nuestra autonomía y evolución  interaccionan con la realidad total que solo reside en Dios

    Un saludo cordial   de Santiago Hernández…

  • Jorge

    Santiago, tu razonamiento sobre el conocimiento de la realidad es consecuencia de principios axiomáticos que tomas de base. Dices más o menos: la última Verdad sólo es y reside en Dios, pues la naturaleza divina es la (única) que puede penetrar en toda la realidad y en todas sus dimensiones, y nosotros nos encontramos a distancia infinita de la misma. En mi opinión, esto ocurre cuando la realidad en la que nos encontramos se supone se extiende hasta la realidad de Dios, de modo infinito y absoluto. Si la Realidad Física se encuentra mezclada o embutida en la Realidad Absoluta, en el ámbito divino, es evidente que por mucho que nos esforcemos jamás lograremos su conocimiento. La razón y la Ciencia serán, como deduces, siempre incompletas e insuficientes.
     
    Pero sobre esta proposición no existe prueba alguna ni siquiera indicios que puedan sugerir apoyarla. Sin embargo, sí hay pruebas de que nuestro Universo tiene una extensión medible, tiene un tiempo determinable, tiene una cantidad de átomos contable,…., todo lo cual nos lleva a que nuestro Universo es finito y por tanto, cognoscible. No existe ningún indicio de que exista una sobrerealidad superpuesta a la física, ni dimensiones extra que la Física no pueda de forma alguna determinar ni ahora ni en el futuro, por ser supuestamente extra-físicas o meta-físicas.
     
     
    La posición que me parece más razonable es que el ámbito humano y su entorno, la Realidad Física en la que vivimos y somos, está separada completamente del ámbito divino, la Realidad Absoluta, Infinita, Eterna. Si esto fuese así no existiría frontera ni barrera alguna para el conocimiento, por medio de la razón y la Ciencia, de toda nuestra Realidad. Y esto es posible porque el conocimiento es acumulativo, y lo aumentamos en cada generación sustentado en el legado de las generaciones anteriores. Si no se detiene, sino que al contrario crece a ritmo acelerado cada vez mayor, como resulta palpable en los dos últimos siglos, pues no tengo duda de que llegará el día en el que no quede nada de la Realidad Física finita por conocer.

  • Jorge

    Hola, muchos comentarios y muy sabrosos.
    Olga, cierto lo que dices, yo no puedo cambiar la frustración de la vida y su fracaso por la muerte, ni tampoco convertir lo que es radicalmente injusto en justicia. Pero en mi caso no tengo nada de estoico, y por ello no quiero ni puedo aceptar un destino, de asumir lo que no puedo cambiar, sin rechistar, sin gritar bien alto mi rebeldía ante la condición humana y la conciencia de muerte. La muerte tiene explicación, tiene explicación biológica, porque es una muerte igual a la del resto de animales. Y no pasa demasiado si no se tiene conciencia de la condena a muerte, pero todo cambia cuando se tiene. ¿Aceptar? ¿qué razón o razones hay para aceptarla? Tenemos que luchar contra ella todo cuanto podamos para alejarla tanto como podamos, interviniendo en nuestra biología y genética, y esto lo tenemos al alcance y muy pronto. Yo he nacido pronto, lo sé, pero no deseo para mis nietos el mismo destino, sino que puedan vivir cientos y cientos de años, indefinidamente, sin la condena a muerte de sus vidas. Antes no se podía hacer nada, ahora sí.
     
    Y empato este pensamiento con el comentario de Agustín sobre la resurrección física. No hay ninguna ley científica que la impida, sino al contrario surgen posibilidades con la relatividad del espacio-tiempo y el ligamiento de spines en la mecánica cuántica. Nada hay que impida viajar al pasado, (relatividad temporal), ni la teletransportación instantánea (cuántica). Ya tendremos ocasión de profundizar ello. De aquí puedo suponer que tenemos la posibilidad de vivir una segunda vida en el futuro, como seres biológicos tal cual lo somos ahora. Superaremos físicamente la muerte, ¿no es este el anuncio de Jesús, si se toma en su sentido real, material o físico? Es que para mí no existe en nuestro entorno otra realidad distinta a la física. Si la resurrección se da realmente, tiene necesariamente que ser física. Y tengo la fuerte esperanza de que el grito de rebeldía ante la condición humana será atendido y solucionado, si nos ponemos en ello y no lo aceptamos estoicamente como fatalidad irreparable.
     
    Agustín, pues claro que acepto como biólogo la emergencia biológica, el todo es algo más que la suma de sus partes. Una célula no son solo sus componentes y sus orgánulos, sino que de su estructura-función surgen propiedades nuevas. La aparición de la especie humana es un proceso biológico evolutivo en todo semejante a la aparición de las demás especies. No es necesaria ni creo que la hubiese alguna intervención externa para su origen.
     
     
    Con respecto a la intervención de Dios Absoluto en nuestra realidad hago una propuesta y una elección. Si en el paso del nivel cuántico al hadrónico (protones, neutrones,…) al quedar confinados los quarks en ellos, existe un filtro en el comportamiento de las partículas dado que dejan de producirse las incertidumbres e indeterminación cuántica y se dan las leyes de la física newtoniana, también hay un filtro que selecciona una sola de las alternativas posibles en cada suceso. Esos filtros pueden ser intrínsecos al sistema, pero no lo sabemos. Mi propuesta, quizás absurda, es que esos filtros son externos a nuestro sistema y de alguna forma que no podemos saberlo se relacionan con la voluntad de Dios-Absoluto. Esta propuesta me permite decir que Dios dice “sea” o “hágase” en cada suceso que ocurre, de entre las posibilidades o alternativas que la realidad física autónomamente le ofrece. Dios así ni crea ni planifica, sólo ejecuta. Pero en definitiva, ese acto de ejecutar permite concluir, que todo cuanto ocurre depende de Dios. Y en esto se incluye las mutaciones que dieron origen a nuestra especie, como en todo lo demás.

  • Isidoro García

    Amigo Santiago: Llevas razón de que tenemos más cosas en común, que discrepancias, pues el diálogo, que tiene la gran utilidad de hacernos ver otras perspectivas, tiene el inconveniente de que inevitablemente por razones dialécticas, ponemos el foco en esas discrepancias, y al final, hay una ley de hierro en la dialéctica, por la que se otorga más valor, a las cosas de las que más se ha hablado.

           Yo, aunque no lo parezca, creo en la Iglesia. En la Iglesia única, en la Ekklesía, la asamblea general de la Humanidad, que está en un proceso de transformación, de metamorfosis, y dirigida por una Jerarquía, encabezada por su Presidente, el Cristo. Este proceso de metamorfosis es el Reino de Dios que se está construyendo, y que ya está aquí, en proceso de desarrollo como la semilla del roble de la parábola. Y la Iglesia Católica, junto con el resto de instituciones religiosas, cristianas y no cristianas, son unas realidades símbólicas de esa Ekkesía, que tiene dos sedes: la Jerusalén terrenal y la Jerusalén celeste, o Mundo Espiritual.

           Esas instituciones humanas simbólicas, como todo símbolo, son la expresión de una realidad, (la de aquí y la de allá), pero muy distorsionada, por nuestra histórica falta de conocimiento de la Realidad, de la que debían ser fiel reflejo. Y por eso, y debido además a los errores humanos naturales, (pues aún estamos en un proceso inacabado), son muy disfuncionales, y no cumplen bien su cometido, que debía ser, servir de guía y apoyo al humano en su proceso personal de metamorfosis, y al tiempo, servir de modelo para la reconversión de la sociedad humana, en una sociedad de hombres perfectos y justos.

         Son imperfectas, porque no pueden ser de otra manera. “De la madera torcida de la humanidad, no se puede hacer algo recto”, decía Kant. A pesar de las miserias evidentes, se sigue aduciendo una intervención protectora directa del Espíritu Santo, que la dura realidad diaria, desmiente a ojos vista. El Espíritu, nos puede animar y apoyar emocionalmente, pero las cosas las tenemos que hacer nosotros directamente. Milagros, los justos.
     
          Es verdad, que mejor es eso, que nada. Y todavía a una inmensa mayoría que no ha alcanzado un conocimiento mínimo de la Realidad, les pueden ser útil, a pesar de sus graves distorsiones. Pero el conocimiento general ha aumentado, y por ello, a muchos otros su disfuncionalidad y sus graves errores de percepción, son piedra de escándalo, que los expulsa de dicho mecanismo de apoyo personal, que sería tan necesario para su metamorfosis.

           Yo creo que las instituciones actuales, hasta su reforma, son como barcas para cruzar un río. Cuando llegas a la otra orilla, si ya no te sirven para el trayecto, las abandonas en el río, para que lo cruce otro. Es absurdo cargar con ellas por el camino cuesta arriba.

       Hay muchos que siguen cargando con la barca inútil para ellos, por la cuesta arriba, quejándose de la Jerarquía, olvidando que como dijo Bonhoeffer: “Si usted sube al tren equivocado, no sirve de nada correr por el pasillo en dirección opuesta.”

       Porque como muy bien dices “la fe es más una experiencia vivida…”, una cuestión vivida experiencialmente, entre nosotros y la Ekklesía celestial, (el Mundo Espiritual), que para eso está, para apoyarnos.
       
       Es verdad que se puede seguir en las Iglesias humanas, si relativizamos y dejamos en un muy segundo plano en nuestra vida espiritual, y nos centramos en lo de verdad y lo auténtico, donde no hay que remar contracorriente constantemente, con las veleidades de uno u otro Papa u obispo.

      Para ello hay que lanzarse ciega y confiadamente al abismo del Espíritu, encomendarse en sus manos, (¡Que sea lo que Dios quiera!), en una auténtica aventura personal, como esos cantantes de rock que se tiran encima del público, con la confianza de que les van a sostener y no se van a apartar. Decía Henry Corbin que “no franqueará el abismo más que aquel con decisión resuelta y esperanzada”.
     
      Claro es, que no todo el mundo está para aventuras. Cada uno tiene un carisma, y una vocación personal. Yo nunca me montaría en un ala delta o una cosa de esas. Pero en esto, sí que me monto, (debe ser que tengo madera de hereje y de heterodoxo). Pero reconozco, que es un  error pensar que nuestro camino, es el de todos. Ni que un camino es objetivamente mejor que otro. Para cada uno es mejor el que mejor se adapta a su personalidad.

       Dice Jung: “Un proverbio de la sabiduría china dice: “Si el hombre erróneo usa el medio correcto, el medio correcto actúa erróneamente”. Esto está en abrupto contraste con nuestra creencia en la existencia del método “correcto”, independiente del hombre que lo emplee”.

          Por eso yo no creo que objetivamente sea mejor ser de izquierdas que de derechas, ni una teología que otra. El ideal es encontrar el sitio donde uno se encuentre más cómodo con sus ideas, y se prosiga con ello, sin disturbios interiores, nuestro crecimiento personal, y luego fruto de ese crecimiento y ampliación de la conciencia, iremos variando nuestra visión del mundo y nuestras ideas, y nos iremos recolocando sucesivamente.

         Al final  si nos vamos acercando todos a un conocimiento más certero de la realidad, iremos convergiendo ideológicamente todos. Hasta que al final todos seremos UNO, siguiendo siendo nosotros mismos.
     
     
     

  • Santiago

    Estimado amigo Isidoro,   coincido contigo en muchas de las opiniones que escribes…y las diferencias con las mías en mi opinion personal, son muchas veces de forma…y no tanto de fondo…Creo que estudiando eclécticamente y abiertamente las diferentes escuelas de pensamiento, dentro y fuera de la Iglesia, podemos siempre aprender mas y mas y debemos hacerlo siempre que podamos…para formarnos mucho mejor…en este camino hacia una verdad que perseguimos…que no vamos darle un alcance completo en esta, nuestra breve existencia terrestre……aunque sigo pensando que la fe es mas una experiencia vivida…que una operación intelectual…a pesar que  la razón y la voluntad son fundamentales en ella…aunque algún día podamos decir con Juan de la Cruz que ¨volé tan alto, tan alto…que a la caza le dí alcance¨, si mal no recuerdo.

    Por lo que dices entonces es muy importante el encontrar y discernir el “mejor camino”, la mejor “moral” que nos impida dañarnos a nosotros y a los demás…porque las consecuencias del mal en el mundo están a la vista cada día, a pesar del “progreso” de los esfuerzos para la paz y el cese de la violencia en los últimos siglos…todavía el EGO predomina…y los “buenos” o los que se lo creen pueden cometer enormes crímenes que se racionalizan y se justifican por medio de una moral “es cómplice”´muchas veces del mal. Es por eso, y es mi opinion, que los cristianos siempre debemos dirigirnos al Evangelio…porque es en la vida de Jesús de Nazaret donde esta plasmada y grabada esa moral capaz de salvar al mundo de su hundimiento total en la instrascendencia y en la ignoracia…ya que El vino a mostrarnos el camino a seguir…porque ¨”el que me sigue, no anda en tinieblas”…todo lo contrario, encuentra la luz…una luz deslumbradora que nos¨”tumba del caballo” como le pasó, según el mismo narra, al doctor de la Ley judía, Saulo de Tarso…

    Por otro lado, Isidoro, en un millón de años, (si nuestro planeta resiste los ataques internos y externos´a los que está sometido) tendremos todavía muchos mas “googles”, muchos mas sofisticados, con una informática descomunal e impensable…pero todavía surgirán y existirán muchas mas preguntas infinitas…pero la eternidad de Dios no habrá siquiera comenzado…si es posible hablar de esta manera…ya que la que es inmedible es Dios mismo…en su naturaleza divina..POR eso en la cita de Juan que propones Jesus estaba atacando a los judíos que no podían creer en su divinidad..ya que leyendo mas adelante, Jesus dice…¨”si no hago las obras de mi Padre…no me creáis…mas si las hago, ya que a Mi no me creéis, creed a las obras, para que sepáis y entendáis que mi Padre está en mi y yo en mi Padre. Buscaban, pues, apoderarse de El..(pero) se escapó de sus manos” (Juan 10, 36, 39) ya que los judíos decían que Jesus blasfemaba porque se proclamaba “Hijo de Dios” (idem vers. 36)  Por eso coincido en que nuestra “divinización” es correcta pero, como dices, es “participada”…Somos hijos “adoptados” por el Altísimo en un supremo acto del amor de Dios…

    Yo tampoco creo en que debemos ser fideístas…y “sumisos como ovejas” que las llevan al matadero..Toda la vida he participado plenamente en la vida de la Iglesia…y jamás me he sentido de esta manera…Se que esta no es tu opinión sobre mi…pero mas de alguno por aquí se que lo ha insinuado y lo ha pensado…Tampoco sería un motivo de ofensa para mi…pero siempre me he sentido¨”libre” porque la verdad de la Iglesia es para mi mucho mas coherente que cualquier otra corriente religiosa…Y siempre estado en contra de la ignorancia y de permanecer callado ante la injusticia..

    Un saludo cordial   de Santiago Hernández

  • Isidoro García

    Amigo Santiago: Varios temas. Cuando citaba una cita sobre los buenos que hacen cosas malas, el espíritu de la cita, no se refiere a las cosas malas que se hacen por error o por debilidad personal, sino a las cosas malas que se hacen creyendo que se hace el bien, (incluso con mucho esfuerzo personal).

       O sea se refiere  a cuando por algún error de análisis o de conocimiento de la realidad, se pervierte la  moral, (el comportamiento humano adecuado), y se equivoca de objetivo. Por eso las ideologías, o sea los sistemas de ideas sobre el mundo, ya sean políticas o religiosas, si están equivocadas, hacen a gente buena, hacer a veces barbaridades.

           No es un ataque a la religión, (ni a las ideologías políticas), sino una llamada de precaución a ser demasiado “coherente” con nuestras ideas, sobre todo cuando del estricto cumplimiento, se desprenden medidas anti otras personas. Es el “… siempre amor” de San Agustín, creo. O la llamada a la siempre necesaria prudencia de Gracián.  

          Respecto al conocimiento, es verdad que cuanto mayor es el telescopio, mayor cantidad de estrellas se ven, y parece que cada vez sabemos menos, pero no es verdad, sabemos mucho mas, y sabemos que no sabemos también mucho más, pero ese no saber, está ahorquillado, y sabemos lo mucho que no sabemos, que ya es mucho avanzar en saber.  (Quedarán todavía cosas, pero cada vez menos).
     
         Y lo mismo a Agustín, que dice que la ciencia: “acepta que sus verdades son mapas o modelos de la realidad, la cual en última esencia es inaccesible a la razón”. Ya sabemos que el mapa no es el territorio, pero es que es conocimiento de un elefante, no es tener un elefante en el dormitorio, es saber todo lo que precisamos saber sobre el elefante. Dame un buen manual y un buen documental sobre elefantes, y ya sabré lo que es un elefante. Y de muchas cosas todavía nos faltan datos y estudios, pero os diré como Arquímedes: dame un millón de años, leyendo Google, y luego pregúntame sobre cualquier cosa. (Y pongo un millón, por cubrirme las espaldas, porque quizás en cien años, mi nieto que ha nacido el año pasado tenga implantado Google en un chip, en su cerebro).

         Lo de saberlo “todo”, es una forma de hablar, al igual que cuando hablamos de infinito, siempre hablamos en realidad de “Cuasi infinito”, pues el infinito es algo imposible, en este universo, que dicen que tiene un número de átomos del orden de 10 elevado a setenta u ochenta.

         Por eso saberlo “todo”, es algo de una naturaleza divina, pero del Dios Absoluto, que ni nos podemos imaginar como es, (y si es). Y ya si relativizamos el infinito, no veo por qué no podemos ser “divinos” por participación en la inteligencia, como dice Santo Tomás en la Suma: (“No decimos el único Dios, porque la divinidad es común a varios” (S.T. 1,31). Y, “una cosa tiene ser, por participación”. (S.T. 1,44).

         Y es que el cristianismo se basa justo en eso. “Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois?”. (Juan, 10,34). (Referencia al Salmo 82:6: “Yo dije: Vosotros sois dioses, y todos vosotros hijos del Altísimo”.

           Y si somos hijos de Dios, ¿como no vamos a ser nosotros dioses?. (Con todas las limitaciones que se quieran: un elefante enano, es también un elefante). Y creo que San Pablo también habla de ser como dioses.

        Mi maligna opinión personal, es que las iglesias, como por cuestiones de mantener y disfrutar del poder, inculcan a los creyentes a la sumisión extrema a la Jerarquía, y por eso, lógicamente, echan mucho agua al vino de nuestra naturaleza, para tener bien domada a la gente, (so pretexto de la virtud de la “humildad”).

        Porque queda muy feo que a un hijo de Dios de verdad, (un príncipe), luego se le trate como a una oveja tonta. (Y perdona que no es mi propósito herir la sensibilidad de nadie, es que me hierve la sangre, de tanto listo suelto que hay por ahí y de tanto abuso).
     
      

  • Santiago

    No pongo en duda, Jorge e Isidoro el enorme avance cientifico y humanistico particularmente en el ultimo siglo no solo por el gran desarrollo de la informatica aplicada sino por la exclusiva capacidad humana  que recibimos con nuestra existencia de abstraer, conceptualizar, organizar, decidir etc etc. Sin embargo, a mas descubrimientos cientificos, miuchos mas problemas y misterios aparecen por doquier que suscitan mas hipotesis y teorias que necesitan ser cambiadas incesantemente en progresion  para poder acceder a la demanda y que no tienen ningun signo de disminuir sino que aumentan con el tiempo terrestre en un Cosmos que aparece “cuasi infinito”…Ante esto, contemplando esta proporcion astronomica no es logico  pensar que esta vida planetaria alcancemos la meta final de llegar a conocerlo y “saberlo todo”…de la misma manera que nunca podremos saciarnos devla felicidad total a la que aspiramos…. porque siempre nos faltara algo. Y es que el problema existencial  filosofico  es  que nuestra naturaleza humana no lo puede superar todo ni lo puede sbarcar todo sino que trabaja con un material pre-existente, con conocimiento adquirido mediaticamente , lentamente.. Solo podemos acceder  a la realidad “como en un espejo” y  fragmentariamente…,pero la naturaleza divina ES la que puede penetrar la REALIDAD del ser  en TODAS sus dimensiones y en su TOTALIDAD…de ahi nuestra poca capacidad de percibir a Dios por nuestros sentidos…ya que su iinmanenciia es demasiado intima y demasiado grande para ellos…El Creador no ha hecho dioses de nosotros y aunque semejantes a  El  en esipiritu somos distintos en. Su naturaleza que nos trasciende totalmente…Hemos de dar gracias que por El y en El vinimos a nuestra existencia humana y al mismo tiempo podemos participar de sus dones, especialmente el. de la FE por la que podemos comunicarnos con El, aun imperfectamente a traves de Su misericordia infinita que como ha dicho Francisco es el MODO como Dios actua en el Universo para salvar a nuestra naturaleza del naufragio total.

    Por otro lado NO es necesario la religion para que los buenos hagan cosas malas…Cada ser humano intuye en lo profundo de su ser que hay ciertas cosas gravemente desordenadas que no dependen de un conocimiento adquiridio…LA FE solo ilumina la oscuridad interior humana para poder captar la verdad.,

    PORQUE la unica y ultima VERDAD solo es y reside en Dios. Por tanto la verdad de nuestra ciencia y saber humano proviene de Dios y va a desembocar en El…No podemos separar la VERDAD porque es UNA..Somos nosotros los que vamos adquiriendo gradualmente la verdad que reside absolutamente en Dios en grado infinito, pero nosotros somos abismalmente FINITOS……incapaces de comprender y aprehender TODO el saber ni TODO el amor…Solo podemos atisbar lo divino con plena reverencia y en puro anodadamiento de nuestro ser.

    un saludo cordial.    de Santiago Hernsndez

  • Agustín Gil

    Jorge, sigo tu texto y los diálogos y veo claro tu apuesta (a lo Pascal), pero a falta de los capítulos que quedan hay cosas que como científico me chirrían:

    * Dices, “Se puede hacer una lectura de la creación del hombre, sin contradecir las tesis evolucionistas que la Ciencia propone. Basta considerar que justo en el mismo punto de su origen y por una actuación directa de Dios, transforma a un ser vivo, (un Australopithecus), en el hombre Adán,…”

    ¿En qué te basas esta afirmación si como científico no puedes aceptar una actuación de algo exterior al mundo físico? Una cosa es que pienses como haces en lo Alsoluto y Dios como algo posible y externo a la realidad física. Pero si su existencia y esencia no puedes afirmarla, ¿cómo explicar su acción sobre la realidad física? Por otra parte, tu faceta de biólogo ¿no te permite aceptar la emergencia de la conciencia en un primate como otro más de los saltos de la evolución de la materia?

    * A su vez das coherencia a tu apuesta justificando la resurrección no en sentido espiritualista, sino  desde el punto de vista material o físico. Espero tu justificación, pero me parece un sueño científista; en ciencia se puede dar rienda suelta a la imaginación a la hora de plantear hipótesis, pero posteriormente sólo se mantienen aquellas que pasan el contraste con la experiencia. Por otra parte la ciencia se basa en un método de conocimiento que utiliza la razón como medio y ésta es limitada (teorema de Gödel, indeterminación cuántica…); por ello, la ciencia hoy día es más modesta que antaño (cientificismo) y acepta que sus verdades son mapas o modelos de la realidad, la cual en última esencia es inaccesible a la razón.

  • Santiago

    Querido hermano Jorge: no he podido acceder al ordenador hasta hoy Domingo y acabo de enterarme del fallecimiento de tu hermano. Sabes que estoy contigo en tu dolor en estos momentos y que mis oraciones y las de mi esposa estan contigo y tu familia, uniendome en la misericordia conque Jesus ha acogido en la gloria eterna a tu hermano y en la esperanza de nuestra FE que nos habla de un nuevo encuentro definitivo  y final con nuestros seres queridos en la vida que entonces sera eterna. Se que es dificil para nuestra mera razon humana y sin embargo Jesus mismo nos dice categoricamente muchas veces que no “tengamos miedo” y no “dudemos” mas porque El mismo es la Resurreccion y la Vida y el que  cree efectivamente esto “aunque muera” vivira.

    Solamente quiero expresarme de esta manera ahora y dejar mis comentarios al tuyo y al de los otros companeros aparte.

    Un sincero abrazo.   de. Santiago Hernandez

  • mª pilar

    ¡Jorge es cierto… estamos en la búsqueda de esa humanidad en plenitud!

    Solo hay una cuestión, que abandoné hace tiempo… “preguntarme ante todo aquello que no puedo comprender”  y de momento no hay respuesta…he asumido mi camino aquí y ahora… desde ese Proyecto de Vida que Jesús proclamo y sobre todo vivió… pero desde Él… ahora alejada de la iglesia ritual, dogmática, enaltecida en su ordenación superior y en tantos casos… incomprensiblemente ¡castigadora y crítica sin piedad! 

    Te acompañé en el mismo momento que nos comentaste tu dolor… como debías encontrarte.

    Respecto a los ritos y celebraciones de la iglesia “católica” la mayor responsabilidad, emana de los seguidores intransigentes, que no permiten ningún cambio, poniendo por delante a Roma que sigue en el poder.

    Ahora se les acabó el invento… el papa Francisco está intentando lavarle la cara… y están que trinan, protestan, le ponen en solfa, las críticas son tremendas, y eso que solo es un lavado de cara.

    Si fuera valiente, y rompiera con todo el mal que se pasea por los pasillos vaticanos… no sé de que serían capaces.

    Hay grupos donde se celebra el seguimiento de Jesús…

    ¡De otra manera!

    No son grandes, y hay curas… aunque estos nunca deberían ser “irreemplazables” Jesús no los proclamó con esa dignidad… como lo hace la iglesia.

    En las comunidades cristianas, todos sus componentes son igual de necesarios e importantes; se distribuyen las labores según las aptitudes de quienes la conforman.

    Dado el “frío” desapego… conseguido por la misma iglesia, sus templos, están ahora ocupados por personas mayores, muy mayores, que muy difícilmente asumen cambios como los que de verdad necesita.

    Hace algún tiempo… que no asisto… porque termino enfadada y ese no es el espíritu necesario para celebrar algo tan hermoso como el paso de Jesús por este mundo.

    Ni siquiera (salvo dignas y pocas excepciones) cambian el lenguaje… solo con eso, daríamos un gran cambio, la mente de los asistentes, podrían contemplar la Palabra desde otra perspectiva que nunca debió perder.

    Y nos hemos quedado en la parafernalia, el lujo, la magia, el boato, la servidumbre al que la preside… y no digamos nada si es un obispo… entonces ya es el desmadre total.

    Lo peor del cambio que necesita, es acabar de un brochazo…

    ¡Porque no hay otra manera!

    Con la corrupta podredumbre que reina por los pasillos del Vaticano; sus “príncipes y demás servilismos” ya lo defienden a capa y espada… nunca mejor dicho… ya sabemos como acaban los disidentes en:

    ¡Ideas y hechos!

    Bueno este no es el tema que llevamos entre manos..

    ¡Disculpad!

    Se me escapa el fervor por una iglesia, o comunidad, como la que Jesús proclamó.

    Un abrazo entrañable y agradecido.

    Y vuelvo a compartir lo comentado por  Olga, mujer luchadora, preparada, experimentada en los temas que propone o defiende.

    ¡Gracias Olga me encanta leerte y aprender! 

    mª pilar

     

     

  • olga larrazabal

    Hola Jorge:Me quedó dando vuelta el grito de indignación que lanzaste.  Dices:”La muerte proviene de los mecanismos biológicos evolutivos, que sacrifica los individuos en favor de la supervivencia y diversidad de las especies. Sin embargo, la conciencia individual de muerte en nuestra especie la torna un rotundo fracaso de la vida y profundamente inmoral. No hay una ética posible que pueda mantener el sacrificio de la vida de las personas por salvar los colectivos humanos. La dignidad de las personas es prioritario ante cualquier colectivo. La consecuencia es que si la vida humana hubiese sido programada o planificada con anterioridad por un creador incluyendo la vida y la muerte de los individuos, sería un ser brutalmente inmoral, inexcusable. La muerte desde cualquier punto de vista es injusta.”

    Pero te estás indignando con cosas que no puedes cambiar, acusando al sistema de ser poco ético, inmoral e injusto.  Quizás el día de 24 horas también es molestoso, o la gravedad o el haber nacido hombre o mujer y estar descontento con tu género.  O ser feo o deforme, o esclavo o tercermundista.

    Comprendo tu frustración, pero no se si es posible  incorporarla a ningún sistema que te permita vivir mejor, si es que quieres vivir mejor, que no te pida la aceptación de lo que no puedes cambiar.  Y el sistema del destino humano, sus tiempos, espacios, sus crueldades y su finitud son y nos trascienden y no hay explicación.

    Pero tienes que tener en cuenta que la mayoría del dolor humano lo provocamos nosotros mismos, y esa es la única parte en la que podemos trabajar.  Y la muerte para el que sufre sin remedio, es el único consuelo.

     Paz y saludos afectuosos.

  • M.Luisa

    No te parece, Jorge, que antes de “estar” en comunidad,  hemos de “ser” unidad esencial de comunicación?

    Ligados por nuestra similitud específica, o, tal vez mejor  religados por lo real de nuestra propia esencialidad?

  • Jorge

    Gracias por vuestras condolencias, pues en toda muerte de los próximos se sufre.
     
    Es verdad que la liturgia católica, Mª Luisa, y más si está adornada de oropeles, oculta la esencia del seguimiento a Jesús. Creo que es un tema de muy difícil solución. Muchas de las Iglesias Evangélicas han formalizado otras liturgias y en general no me parece que hayan acertado, aunque algunas estén más cerca de los tiempos en que vivimos que la católica. Se trata de ligar una comunidad entorno a la eucaristía y no tengo duda de que requeriría diversidad, dado que las comunidades son necesariamente diversas entre sí. El hacer la necesaria diversidad litúrgica sin merma de la unidad católica se intentó tras el Concilio V.II, pero pronto la Iglesia se arrugó ante la creciente dispersión. Es un asunto muy complejo que tiene que hacerse, pero el problema es el cómo, cómo expresar la esencia del seguimiento a Jesús en la liturgia comunitaria. Por ahora habrá que aguantar lo que tenemos, a la espera de su renovación.
     
    No te sientas MªPilar fuera de tono como dices, las aportaciones desde otras perspectivas diferentes a la mía, en el seguimiento a Jesús y en la vida, son valiosa para mí. Desde mi pensamiento racional cientista, se puede llegar a conclusiones que chirrían desde otros puntos de vista. Y yo quisiera y tal vez pretenda que esa distonía no se produjese. No es necesario que racionalices o debatas o tires por tierra otras experiencias como las que propongo o expreso aquí. Lo que considero valioso en la distonía es el preguntarme el por qué se produce si buscamos en el fondo lo mismo, el seguimiento a Jesús con modos de vida no solo compatibles sino semejantes. Es que te leo con gran placer y sintonía, me das pautas para el acogimiento de la vida y la muerte, a las personas y sus circunstancias, a la maravillosa diversidad humana…
     
    Preguntas ¿seguro que la humanidad tal cual camina, puede llegar a ser humanamente plena y genial? Mi respuesta y creo que también la tuya es un rotundo . Si nuestra mirada al entorno humano se empeña en resaltar lo que se aparta de la plenitud del amor, de la justicia plena,….., no para corregirlo en lo que podamos con nuestro granito de arena como dices, sino para ahondar la diferencia, lo que sucede es que confesamos la imposibilidad y nuestra incompetencia para conseguirlo. Y ello necesariamente conduce a la desesperanza y a la inactividad o indiferencia, pues concluimos que no es cosa nuestra sino en todo caso de Dios, si quiere que llegue ese nuevo amanecer que esperamos.
     
     
    Pero hay otra mirada que potencia los múltiples ejemplos y sucesos donde se da la excelencia humana, en el amor, en la entrega, en la pasión por la justicia,…, y esta mirada es la tuya, y también la mía que nos acerca la plenitud y nos llena de esperanza. Esto no significa que no veamos el mal, los lobos y la rapiña de muchos, pero esto no nos debe conducir a cambiar nuestra mirada limpia, y al reconocer el mal debemos aprender de Jesús a no juzgar y siempre dispuestos a la comprensión y el perdón. Yo me esfuerzo en hacerlo y creo que tú también, ¿me equivoco?

  • M.Luisa

    Hola Jorge,   antes de hacer mi  reflexión recogida  sobre la idea final que expresas  en tu primer comentario de ayer,   quisiera  expresarte  mi  sentimiento  más profundo de amistad y de acompañamiento, en estos momentos,  por la ausencia de tu hermano.

     

    Vamos, pues, ahora, sobre la idea final de tu comentario  donde  escribes:  “Me pregunto de qué sirve tanta parafernalia litúrgica,(…) te lo voy a decir, sirve precisamente para impresionarnos  y dejarnos instalados en la mera impresión de contenido,  es decir, en meras sensaciones que matan la esencia misma de la  intuición que la contienen.    Esta situación es la que se  viene arrastrando   durante siglos en connivencia con la jerarquía y si de ahí, de algún modo, no se sale, si no hay liberación de estímulo, liberación psicológica de  estado para abrirnos con ella  al ser  que ya somos,  nunca se llegará realmente  a vislumbrar la fuerza  de aquella intuición  originaria que  quedó sesgada  por las religiones antes de alcanzar  su pleno sentido.  La plenitud que buscas  ya nos ha sido  dada, sólo es necesario actualizarla a cada momento y sin nada que lo impida

  • Román Díaz Ayala

    Jorge,

    recibe mis condolencias por el fallecimiento de tu hermano, que aunque esperado no deja de ser muy dolorosa la separación.

  • mª pilar

    En el nuevo art. que va apareciendo cada semana… me parece estar fuera de tono, la mirada que mi persona pueda compartir.

    Mi intención, no es debatir, ni corregir a las personas que piensan de manera distinta a mí; solo expongo… desde la tesis del autor y los demás contertulios.

    No es mi intención enseñar, ni tirar por tierra las otras experiencias.

    Y compruebo al respecto, que no es fácil tener otra mirada que se pueda compartir.

    Pero lo voy hacer.  Como siempre pregunto:

    ¿De verdad creemos poseer la verdad absoluta?

    Pienso que podemos tener conceptos, que de momento son tal cual… pero ¿quien nos puede asegurar que al paso del tiempo se descubra otra “materia” o ciencia, quede alguna manera altere lo ya sabido?

    Si hablamos de “Dios”…:

    ¿A caso no vemos que cada cual lo conforma a su imagen y semejanza de lo que desea, a aprendido, espera?

    Hasta las personas más fieles (al menos exteriormente) en cumplimientos, ritos, mandatos etc… Suelen ser muy intransigentes con quienes lo experimentan de manera diferente.

    Después de pasar por distintas etapas…:

    Conocer buscando, practicar cumpliendo, estudiando para mayor conocimiento, preguntando dudas ante el rito, lo escrito, el comportamiento humano, el dolor, la muerte… tras las horas largas de hospital, viendo el sufrimiento humano…  aquel que, el mismo ser humano ejerce contra otros, o el sufrimiento ante la enfermedad aceptada o no.

    De cada uno de estos apartados y otros mil posibles… nacen millones de posturas… tantas como seres humanos habitamos este planeta.

    Así he llegado a la contemplación de cuanto me rodea, con una gran paz y serenidad… que algunas veces obscurezco con dudas sobre mi manera de actuar, pero que rechazo enseguida… la compasión personal siempre es nociva… así, que recapacito y me digo:

    Todo está en ti… la fuerza, la capacidad, el camino a seguir… según el momento presente.

    Siempre contando con la fuerza que me regala pensar en la Esencia de la Vida… en la persona de Jesús… Él lo hizo… yo con mis posibilidades… ¡puedo!

    Y lo intento… voy corrigiendo miradas, aparto lo que es totalmente parafernalia dudosa, dejo tranquilo el Misterio…

    ¡No está en mis manos… ni hoy, hay posibilidades de tratarlo de otra manera!

    Si mañana conocemos otras realidades… solo hay que acogerlas y caminar con ellas en el pequeño equipaje que me acompaña.

    La muerte… para mí hoy… es esperada con afecto… creo que he dado cuanto he sido capaz; unas veces mejor otras peor… y creo sinceramente, que en cada momento dí lo mejor de mí como en cada instante supe y pude. Lo pasado… ya es pasado; solo es bueno, para recordar lo que aprendí de cada situación y agradecerlo.

    ¿Podemos asegurar, que muchas de las muertes no podríamos evitarlas, si nuestro comportamiento no fuera regido por mis deseos… buenos o malos?

    Lo demás, lo lleva la vida en si misma y eso hoy sigue perteneciendo al ¡Misterio de nuestra vida! la de todo ser nacido.

    Que la humanidad podría ser muchísimo mejor de lo que es…

    ¡Sin duda alguna!

    ¿Por qué no lo conseguimos?

    Es fácil de comprender, ¿que nos impulsa a vivir como lo hacemos?

    ¿El amor, la justicia, la igualdad, la solidaridad, el servicio a la comunidad que merodea, la comprensión, la ternura, la dignidad personal…?

    De nuestras decisiones, nacen todos los horrores que han azotado a este mundo… que de momento grita con dolores de parto por cuantas barbaridades estamos haciendo con el.

    ¿Para qué?

    No para hacer la vida más grata a cuentos en el viven, sino para conseguir… cada cual puede añadir lo que guste.

    Allá donde hay personas que viven con los principios antes citados…:

    ¡¡¡La vida crece y en abundancia!!!

    Pero en el momento, que la o las personas que lo ponen en acción desaparecen… las que han disfrutado de esa vida humana grata y eficaz… Algunas… se convierte de nuevo en lobos unos contra otros.

    ¿Seguro que la humanidad tal cual camina, pude llegar a ser humanamente plena y genial?

    De momento… me parece imposible; hay personas concretas, grupos, comunidades que así lo viven; con el riesgo de que si son descubiertos…ponto habrá cazadores hambrientos de lo que sea… y los destruirán o les harán la vida imposible.

    Nunca dejo de soñar, de esperar un nuevo amanecer, de poner mi pequeño granito de arena en la playa prometida… De momento… no lo veo por ninguna parte.

    Un abrazo entrañable.

    mª pilar

     

  • Jorge

    El tema de la muerte me sugiere unas reflexiones.
    He leído por ahí que el modo en el cada uno enfrenta el problema de su propia muerte y la de los demás dice mucho sobre la persona. Creo que es verdad. Para algunos es un tema tabú del que no quieren ni oír hablar pues se les hunde el mundo; otros intentan olvidarse del problema con toda clase de “juegos” y distracciones o lo posponen hasta el tiempo inmediato a la misma sin dejar que incida de ningún modo en su vida, toman la vida y la muerte como excluyentes entre sí, (Epicuro). Por el contrario los hay que viven en función de la muerte con una conciencia permanente de la misma tomando la vida como una progresión hacia ella, en un continuo acabamiento, casi enfermizo. A mí lo que me parece más razonable y que puedo asumir no es ni olvidarla ni vivir para la muerte, sino lograr un equilibrio armónico entre ambas. Me imagino que lograrlo no es fácil para los que no proyectan la vida más allá de la muerte. Como no es mi caso, sino que creo que la muerte es sólo un paso a algo más allá de ella, lo tengo más fácil.
     
    La muerte proviene de los mecanismos biológicos evolutivos, que sacrifica los individuos en favor de la supervivencia y diversidad de las especies. Sin embargo, la conciencia individual de muerte en nuestra especie la torna un rotundo fracaso de la vida y profundamente inmoral. No hay una ética posible que pueda mantener el sacrificio de la vida de las personas por salvar los colectivos humanos. La dignidad de las personas es prioritario ante cualquier colectivo. La consecuencia es que si la vida humana hubiese sido programada o planificada con anterioridad por un creador incluyendo la vida y la muerte de los individuos, sería un ser brutalmente inmoral, inexcusable. La muerte desde cualquier punto de vista es injusta.
     
     
    Lo doloroso quizá el error de la vida/muerte no está en el acabamiento de una vida deteriorada por la enfermedad y la vejez, sino que seamos aún incapaces de curar o prevenir el envejecimiento y las enfermedades que conlleva. Se está investigando mucho sobre esto y quizás pronto se pueda intervenir en las causas que lo producen. ¡Hemos nacido demasiado pronto! A veces me pregunto ¿en verdad quisiera vivir con salud y vigor cientos y cientos de años, indefinidamente? ¡¿cómo no?! ¿Cuánta sabiduría, experiencia, conocimiento,…., podría acumular no sólo yo sino entre todos? La vida humana sería distinta, con una perspectiva muy diferente…, se viviría estupendamente,… como los jóvenes que viven despreocupados de la muerte, pues les queda lejos, y eso es bueno muy bueno.

  • Isidoro García

        Concuerdo totalmente con el comentario del amigo Jorge de las 8:16. Ya Santiago había hecho un comentario similar anteriormente, sobre la incapacidad consustancial del hombre de llegar a conocer la realidad. Y me había resonado doblemente porque hace una semana  Gonzalo haya, había dicho algo parecido: “esta realidad supera nuestra capacidad de comprensión, nos falta la clave del lenguaje en que está escrito el universo”.

       Y en estos momentos que estamos en otro hilo hablando de la necesaria esperanza, todo tiene relación. La ciencia nos dice cómo es el Universo. No estamos al final todavía, y por ello, queda mucho por saber, pero la ciencia avanza implacablemente, y no solo cuantitativa, sino cualitativamente.

       Quiere esto decir, que no solamente cada vez hay mas conocimiento acumulado, sino que en el proceso se va cerrando el arco de posibilidades de las hipótesis: se va afinando el tiro, y cada vez tenemos mejor apuntado el objetivo. Por ello, podemos vislumbrar perfectamente el momento final de la búsqueda.

        Esta humildad en la cuestión de las posibilidades del hombre, es una virtud engañosa, pues so capa de virtud, de no caer en soberbias, hibrys, y hasta de cuasiblasfemias, en lo que se cae es en un abandonismo en manos de “otros”. Porque lo que se dice o se insinúa implícitamente, es “¡Vade retro, sapere aude: ni se os ocurra atreverse a saber!”, pues el hombre no está capacitado. Luego dejemos todo eso de saber, en manos de los que sí que saben, porque Dios se lo ha contado todo al oído.

       Ese es el mensaje de todo sectarismo, cocinado con un gran culto a la personalidad del Jefe, que es el dueño de la oreja que oyó, y de la mente que sabe.
     
       Dice Steven Weinberg: “Con o sin religión hay buena gente haciendo cosas buenas, y mala gente haciendo cosas malas. Pero para que la gente buena haga cosas malas se necesita de la religión”, (o de una ideología, añado yo).
     
       Pues se puede parafrasear esta frase diciendo que se necesita que medie la religión (o alguna ideología políticamente correcta o incorrecta), para que una persona inteligente y sensata, defienda “algo raro”.
     

       (Dicho lo cual con todos los respetos: ¡si el santo peca setenta veces al día, el sabio dice como mínimo diez tonterías en el mismo día, y los demás…). 

  • Jorge

    Santiago, como siempre diferimos. No encuentro razón alguna para afirmar que la Verdad Total y completa de nuestro mundo no esté a nuestro alcance. ¿No es verdad de que en la Biblia se nos dice que nuestro mundo fue dado al hombre incluso para dominarlo? Si esto es así, ¿por qué razón no podemos conocerlo todo o es que Dios se reservó para sí una parte en la que no podemos entrar? Se parece al relato del cuento del rey y la habitación cerrada, no pararemos hasta encontrar la llave.
     
     
    Yo creo por el contrario que llegará el día en el que nada falte de nuestro mundo por conocer. Que esté lejos o cerca ese conocimiento no podemos saberlo, no porque haya algún impedimento o frontera que no podamos traspasar, sino simplemente por el hecho de que aún no lo tenemos. Hablo de nuestro mundo, de nuestra realidad que la pienso finita y por tanto cognoscible. Otra cosa es hablar de lo Absoluto, Infinito, Eterno,…, que no pertenece a nuestro mundo, que es externo a nuestra realidad, y ciertamente el acceso a la Verdad Absoluta que pertenece al ámbito divino está cerrado para nosotros, aunque creo que no será así para siempre.

  • Jorge

    Quisiera comentar el tema de la muerte del que trata este capítulo, pues el pasado domingo (día 3 de enero) murió mi hermano el cura de 85 años, después de un largo proceso de enfermedades y sufrimientos durante varios años. Fue una muerte esperada y deseada ¡por fin descansó!
     
    Pero de forma inevitable, con la muerte de mi hermano, me viene el recuerdo vivo de las vidas truncadas por accidente de tráfico de mis otros dos hermanos en plena juventud, por conductores borrachos, de mi mejor amigo por lo mismo y sobre todo de mi hija de tan solo unos pocos meses, por cardiopatía grave, y tantos y tantos otros. Es inevitable que se me encoja el alma, aunque tenga la fuerte creencia de que la muerte no es el punto final de la vida. Creo que los veré más o menos pronto cuando me toque a mí. Y es que la muerte la vivo en fuerte contradicción. Por un lado por mi fe debería estar alegre, celebrar una gran fiesta, pues mis seres queridos ya han llegado al Reino, pero por otro siento el despojo de parte de mí que se ha ido para el resto de mi vida sin ellos. Resulta profundamente paradójico e injusto.
     
     
    El lunes se le hizo a mi hermano un funeral impresionante en la Catedral de La Laguna. Habían 82 sacerdotes concelebrando con el obispo, nunca había visto tanto cura junto. Me pregunto de qué sirve tanta parafernalia litúrgica, pero entiendo que es humano dar a un compañero lo mejor que tienen y saben hacer.

  • Santiago

    Hacia la mitad debe decir “sino que tenemos que enfrentar” en vez de “sino que tebenis que enfrentar”. Mis disculpas. Vale. SH.

  • Santiago

    PERO la Verdad total es inalcanzable en esta vida…DE ahí que nunca en nuestra existencia podremos alcanzarla completamente…y es por eso que la tendencia UNIVERSAL hacia el conocimiento, hacia la Verdad, en todos sus matices, es una búsqueda, y la vida misma se convierte un continuo peregrinaje hacia “eso” …y es por eso que ningún filósofo, ni ningún científico, ni ningún teólogo podrá afirmar honestamente que ha llegado a alcanzar esa Verdad total que con ahinco perseguimos …pero cuando buscamos es que sabemos, que al menos, existe una posibilidad de llenar el vacío existencial…esa sed del espíritu que es responsable de la angustia vital del mundo…

    La Verdad última es trascendente…está por encima de nuestra razón…la FE, particularmente la cristiana, NO puede ser visión perfecta,  ya que estamos en esta vida terrestre nada mas que “en tránsito”..La fe ilumina el intelecto..es pista…es camino estable…es intuición…es percepción..nos prepara para el encuentro verdadero en la esperanza…..Por eso es imposible reducir la razón a la imposibilidad de conocer porque no vemos…o porque no comprendemos totalmente..sino que tebenis que enfrentar la realidad, no apriorísticamente, sino sin prejuicios y desde la posibilidad de que “algo exista” que se encuentre por encima de nosotros..ya que existe otra dimensión interior espiritual que forma parte del ser humano, de nosotros mismos como persona..Desde este conocimiento, mas experimental que racional, podremos adentrarnos por el camino de lo espiritual…..Tenemos que juzgar la vida en su TOTALIDAD, teniendo en cuenta todas nuestras facetas y todas las dimensiones en que el Cosmos, y por tanto nosotros dentro de el, estamos inmersos..Solo así podremos encontrar nuestra verdadera vocación humana…y llegar a nuestro destino final..que solo reside en la Verdad…que es y está en Dios…

    Un saludo cordial   de Santiago Hernández.

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

     

  • oscar varela

    Hola!

    El que cree no necesita de ninguna Verdad ni verdades

    * no necesita andar toqueteando llagas donde clavaron clavos.

    …………………

    Si anda “buscando la Verdad” es porque “ya no va creyendo”.

    (“andar buscando la Verdad” es el nombre correcto del “cursi” que se dio en llamar “filosofía”, para que a los tipos que se les daba por ahí no lo cicutearan por subersivos)

    “buscar la Verdad” o Filosofía es una ortopedia ante la quebradura de una creencia.

    Tal vez ¿no?

    ¡Voy todavía! – Óscar.

  • Santiago

    Leyendo vuestros magníficos comentarios me doy cuenta de que a la larga todos vamos buscando la verdad..pues todo ser viviente en sus acciones deliberadas obra por un fin…Existe siempre una intencionalidad..y esta  es hacia el último fin del ser humano, aunque sea intermedio, ya que se ordena hacia el bien…que es la felicidad suprema a la que aspiramos los seres racionales en nuestras cabales facultades mentales….

    Por otro lado, vemos que nunca, en esta vida, podremos encontrar esa satisfacción completa total, ni del conocimiento, ni del amor etc….Por tanto, cuando estamos en la vía…en la búsqueda honesta de la verdad…estamos ya en el camino hacia ese bien último que es nuestra suprema aspiración…ya nos demos cuenta, o no..

    Es por eso que la ciencia en un sentido general no puede darnos TODAS las respuestas…Ni la filosofía, ni la ciencia experimental, ni todo el saber humano… pueden resolver completamente el problema existencial que es mucho mas profundo que una ecuación de álgebra o una fórmula de la física…Somos seres hacia la perfección de la verdad, hacia el encuentro con el bien. …puesto que partimos de una gran imperfección antropológica que somos nosotros mismos…con grave dificultades para la percepción de la realidad..que siempre se nos presenta como fragmentada…

    La razón humana, por muy poderosa que sea y es, no puede llegar mas allá sobre el conocimiento del primer ente..o sea del ser en si..La razón se convertiría en dogmática, y en sinrazón, si se obstina en detenerse ante las cosas que no puede ella descubrir por su propia luz y si, por otro lado, persistiera en cerrar los ojos delante de lo que una luz superior le hace..que es iluminarle…Esta iluminación es la fe…

    Por tanto, la mejor oración consiste en la “búsqueda de la verdad”..Lo demás escapa ya a nuestra voluntad…

    Un saludo cordial    de Santiago Hernández

  • Jorge

    Olga, ¿qué puede hacerme apearme del caballo, si yo no quiero hacerlo? La vida me ha dado revolcones muy fuertes y sigo, y por ahora espero seguir montado en él durante mucho tiempo, quizás el resto de mi vida.

  • olga larrazabal

    Si pues, Jorge, coincidiendo contigo mismo, te sientes bien, y por eso lo eliges, porque la mayoría de las veces tus yos están satisfechos con la elección porque en un grado profundo coinciden con lo que Jesús irradia y te llevan a la satisfacción  que te permite alcanzar, aunque sea esporádicamente, eso que llaman felicidad.

    Hay otros cuyos yos atormentados, insatisfechos, desconocidos, los llevan por caminos oscuros, se refugian en un puñado de rituales que los hacen aparecer “como si” en busca de seguridad y se hacen un lío para ellos y para los demás.

    Cada uno tiene su camino, y su modo de apearse, como decía el huaso (campesino chileno) cuando vio a uno que se cayó de bruces al bajarse del caballo.

     

  • Jorge

    Tienes razón Oscar el futuro podría ser horroroso, como muchas películas de ciencia ficción de mirada fuertemente pesimista expresan. Los indicios son alarmantes, en particular el cambio climático, la escasez de agua, guerras devastadoras, epidemias feroces, impactos de meteoritos gigantes, una actividad volcánica excesiva,……, o simplemente un desarrollo tecnológico que vuelva la vida humana irreconocible. Puede que esté ahí delante, que el futuro a corto o medio plazo sea terrible, pero no hay modo de saber si el desastre se producirá o lo que es más importante si la extinción de nuestra especie será completa y definitiva. Y esto es para mí lo más importante, porque si a pesar del desastre queda un resto que pueda continuar la historia humana, quizás el triunfo final del bien aún pueda lograrse y por tanto mis esperanzan cumplidas, aunque en caso de desastres tremendos se retrase miles y miles de años.

  • Jorge

    Lo comparto Olga, somos contradictorios, oscilamos según circunstancias, y a pesar de ello podemos declararnos ateos, agnósticos, creyentes…, porque vemos algo en nosotros más o menos constante o que prevalece. Si desde hace ya bastantes años me declaro cristiano y católico es por coherencia con mis creencias y convicciones más profundas, pero lo soy “casi” a mi pesar. Para nada me siento cómodo entre mis correligionarios ¡tendrían que cambiar tantas y tantas cosas entre las personas de mi comunidad para sentirme a gusto entre ellas! ¡tendrían que cambiar tantas y tantas cosas entre los sacerdotes y la jerarquía para pudiese sentirme acogido por mi Iglesia!…….. Pero es lo que hay y aunque tenga que ir a contracorriente lo haré, porque quiero hacerlo, “casi” en rebelión permanente.
     
     
    Buscar la sabiduría para percibir a Dios, puede ser un camino y de hecho lo es para muchos, pero no es el mío. Yo no hablo de Dios, hablo de lo humano, de la plenitud humana que se manifiesta en Jesús, con esto me basta. Si además resulta al final cierto, que lo que yo creo como cristiano, que Jesús es Dios con nosotros, pues será estupendo dado que culminaremos en el ámbito divino; si no, pues pienso que nada he perdido por seguirle, sino más bien todo lo contrario.

  • mª pilar

    Bueno… a diferencia de Jorge… mi descanso empieza ahora; estos días han sido gozosos… pero de un gran bullicio y trabajo.

    Suele ser normal, en familias numerosas con niños desde 4, a 17 años… el mayor de los nietos/as.

    Mi cansancio acumulado, me está jugando una mala pasada… no estoy lo suficientemente serena y con las ideas claras, por tanto:

    Leyendo a mi querida Olga en sus dos comentarios: Comparto, asumo su mirada…

    Ella lo expresa mucho mejor que yo pueda hacerlo… especialmente en estos momentos de agotamiento físico y mental.

    ¡Gracias Olga… y disculpa mi atrevimiento!

    De momento no doy para mucho más. Si pasados un par de días me siento con ánimos… quizá me atreva a comentar desde “mi sencilla mirada y un corazón impulsivo”, que me lleva a contemplar la realidad que me rodea, con seremidad y aceptación del ahora… con sus avatares, luchas, cambios,  desigualdades… que nos amenazan.

    Un abrazo entrañable y el deseo de un año nuevo… lleno de esperanzas… a pesar de todo lo que parece amenazarlo.

    mª pilar

  • oscar varela

    Hola!

    Ya hemos percibido que Jorge “descuartiza” toda idea y para “OPTAR” por la que mejor se le acomode (también se llamó “gusto” o “ganas” a esta OPCIÓN).

    Se trató, entonces, de una AUTO-BIOGRAFÍA que todavía se la está escribiendo a sí mismo.

    Algo parecido –creo entender-, nos relató el Cumpa Isidoro, quien hace más de 10 años viene “escribiendo” para “OPTAR” por lo que mejor dé sentido a su vida.

    En cierta manera, algo así es lo que nos pasa a todos los humanos aunque no “escribamos” nuestras pretensiones y gustos y ganas.

    …………………

    Si no interpreto erróneamente, tanto Jorge como Isidoro han puesto su corazoncito esperanzador en un FUTURO, que les da SEGURIDAD para aguantar los temporales del PRESENTE.

    (por eso la ESPERANZA se simboliza con un ancla o anclaje a algo fijo-sólido en el mar tempestuoso)

    Desde sus perspectivas, Jorge e Isidoro (gente buena si las hay) nos ofrecen los esfuerzos de sus luchas y conquistas; por lo cual suelo agradecerles.

    …………………

    Hay una figura mítica –CASANDRA- que, sin embargo, nos alerta de que LAS GENTES SON IDIFERENTES A LAS ALERTAS.

    Casandra parece ser un arquetipo del líder desoído.

    Y siempre que eso ha pasado, los pueblos han perdido importantes atributos. El mensaje de la leyenda podría residir o ir dirigido, más que al emisor, a los receptores de las palabras del héroe mítico.

    En ciertos momentos de su historia, los pueblos no quieren oír voces de alerta que los apelan,

    no quieren escuchar advertencias, aunque sean verdaderas y sinceras, de fenómenos negativos, grandes males y hasta catástrofes a que un determinado comportamiento o elección pueden llevar, y prefieren recostarse en palabras dulces al oído que prometen paz y felicidad, aunque parezcan, o se verifiquen, falsas.

    * -Bien mirado, es más agradable verse sorprendido por los acontecimientos que haberlos previsto.

    * -Cuando uno agota sus fuerzas en la visión de la desdicha ¿cómo afrontar la desdicha misma?

    * -Casandra se atormenta doblemente: antes y durante el desastre, mientras que al optimista se le ahorran los tormentos de la presciencia”.

    * – A pesar de que contempla los deshechos de la historia, no puede detener su vuelo hacia el porvenir.

    Hay un cuadro de Klee que se titula Angelus Novus (http://www.google.cl/imgres?imgurl=https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/d/db/Klee-angelus-novus.jpg/250px-Klee-angelus-novus.jpg&imgrefurl=https://es.wikipedia.org/wiki/Angelus_Novus&h=332&w=250&tbnid=PtHs4Waqd3DC6M:&tbnh=186&tbnw=140&docid=iSByU3n8g4kABM&itg=1&usg=__o7vJ-mwUWSJhntzy6EEHvuF07ac=)

    – Se ve en él un ángel al parecer en el momento de alejarse de algo sobre lo cual clava la mirada.

    – Tiene los ojos desencajados, la boca abierta y las alas tendidas.

    – El ángel de la historia debe tener ese aspecto.

    – Su cara está vuelta hacia el pasado.

    – En lo que para nosotros aparece como una cadena de acontecimientos, él ve una catástrofe única, que acumula sin cesar ruina sobre ruina y se las arroja a sus pies.

    – El ángel quisiera detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado. Pero una tormenta desciende del Paraíso y se arremolina en sus alas y es tan fuerte que el ángel no puede plegarlas.

    – Esta tempestad lo arrastra irresistiblemente hacia el futuro, al cual vuelve las espaldas, mientras el cúmulo de ruinas sube ante él hacia el cielo.

    – ¿Mesianismo?: no siempre lo que está en el futuro, por esa sola razón, deba llamarse “progreso”.

    ¡Voy todavía! – Óscar.

  • olga larrazabal

    Hola Jorge:  Se me ocurre que la posición en que uno coloque las creencias religiosas, al igual que todas las otras creencias, más que un estado es un proceso como la conciencia o el yo. Al asumir que somos un proceso y no un estado permanente, podemos admitir que cambiamos según las circunstancias, no siendo lo mismo estar en euforia que en depresión.  Tenemos ciertas creencias sobre nuestros principios que nos duran hasta cuando estamos con la soga al cuello.  Por esta razón suele resultar muy atractivo, estabilizarse sobre un grupo de creencias tomándolas como norte, porque te gustan la mayoría del tiempo, y tratar de concordar con ellas y que sean la base de tu comportamiento consciente.  Por eso que muchas veces actuamos en forma que se opone a estas creencias, porque no siempre el “yo”, que cambia según la circunstancia es el mismo que está dirigiendo nuestra conducta, y hubo otro “yo” que tomó las riendas de nuestro proceso.

    Me acuerdo de una película en que una hija se encuentra con un padre viejo, gruñón que de repente decía cosas horrorosas.  Y ella le dijo: ” Padre, yo básicamente te amo, pero la mayoría de las veces no me gustas.”  Y así nos pasa a nosotros con nosotros mismos, y es que hay varios “yo” dentro nuestro que corresponden a constelaciones de acciones diferentes, y que se pueden comportar y sentir diferentemente, que pueden dudar y creer al unísono, que son racionales y científicos a la vez que supersticiosos y emocionales.

    Este proceso puede ser suave y casi invisible, y creemos que siempre somos iguales, o notorios y somos patológicos.  Entonces antes que nada, deberíamos comenzar a conocernos, y que nuestra memoria registre a nuestros diferentes personajes, para poder enterarnos hasta que punto nuestros principios y valores son los que creíamos que eran y para ser razonablemente  congruentes.  Y de esta congruencia quizás emana una paz,  y una sabiduría como la que tenía Jesús, personaje que creencias aparte, es sumamente atractivo y entonces recién, podremos contemplar el Universo para recibir “revelaciones” sobre el camino.

    Jesús fue consecuente hasta el final, a pesar de ser miembro de una religión ritualista, se saltó los rituales y practicó antes que nada la bondad con el prójimo, y pudo llegar hasta el meollo de lo que él consideró que era lo mejor para el ser humano, su concepción del Reino de Dios., que por lo que veo, hay que fabricárselo en forma personal, crea o no en Dios.

    Las religiones son substitutos de este proceso personal, pero vemos que sin el proceso, fallan estrepitosamente.  Porque los medios son tan importantes como los fines en la vida humana.

    Entonces puede que la balanza se incline a buscar la sabiduría que te permita percibir a Dios, no con la razón, sino con el estómago, aunque sea por momentos, ya que ninguno de nuestros estados es permanente.

  • Jorge

    Hola Isidoro.
    Mi planteamiento de que la creencia religiosa es una de las respuestas al clamor desesperado de la condición humana, no es sólo un planteamiento clásico como dices, sino de siempre, desde que lo religioso se hizo un hueco en la historia. Dar una respuesta a ese clamor sea religiosa o no, va con nuestra especie desde que se hizo consciente de sí misma y de su entorno, en forma individual y colectiva. Dices que muchos responden con una regresión infantil, buscando protección. Cierto, esa protección podría pensarse de entes superiores y poderosos, como espíritus y su magia para controlarlos, dioses como la suerte o fortuna y su culto para que nos den su favor, o por la providencia divina. Ir solos por el mundo requiere madurez y valentía, aunque vayamos acompañados de otros tan solos como nosotros. Trato de asumir esa madurez y responsabilidad, pero reconozco que en mí están muy matizadas por mi fe y esperanza en el futuro de la humanidad y su triunfo al final de la historia, en la cual creo estaré.
     
    El acercamiento de Dios al hombre que persigo es su implicación en el triunfo final de la humanidad, dirigiendo los esfuerzos humanos hacia ella. Ese triunfo no es sólo conocimiento de la realidad, sino sobre todo de ética, pues sin ésta o si no se alcanza un nivel suficiente, el conocimiento se puede volver contra nosotros de forma espeluznante, si se queda en manos de unos pocos sin escrúpulos.
     
    De ningún modo intento elevar la condición humana cambiando, trasformando o trascendiendo, su naturaleza a otra cosa, ya sea espiritual o divina. Me basta la condición humana tal cual es, incluida en la naturaleza como especie biológica que es, junto a todas las demás que conviven con nosotros.
     
     
    Ves Isidoro el punto de despegue de la humanidad muy cerca y tal vez tengas razón. Es imposible de predecir aunque hay fuertes indicios que lo sugieren. Si esto fuese así nuestra labor urgente no sería meternos de lleno en acelerar el conocimiento, sino en elevar tanto como podamos el nivel ético de la gente que la capacite para asumir los fuertes cambios que ya tenemos encima, sin que ello suponga la renuncia a lo humano, sino por el contrario sirvan para llevarlo a su plenitud, no superhombres sino hombres en plenitud.

  • Jorge

    Esta frase de Olga con la que terminas tu comentario la suscribo completamente.
     “Entonces la inclinación de la balanza depende de las necesidades de cada uno, de cómo resolver la incertidumbre de la parte azarosa de su existencia, como resolver el miedo al sufrimiento y la aversión a desaparecer sin saber a ciencia cierta, si sus sacrificios en post de algún ideal, fueron a parar a algún lugar o a la nada misma.” Y es que, la incertidumbre básica no he encontrado modo alguno de disiparla, pero es verdad que cultivando la fe y la esperanza en un futuro abierto, pueden disminuirla sustancialmente, trasformando la angustia en alegría. ¿Engaño, ilusión vana? ¿quién puede saberlo? Además qué importancia puede tener cuando la vida tomada con ilusión adquiere un nuevo sentido estimulada hacia su plenitud, compartida con todos los que quieran, dirigida hacia la fraternidad humana global sin exclusiones.
     
    Dices algo que como supondrás no puedo estar de acuerdo: “la coherencia entre su vivir, actuar y pensar, cosa que no han logrado las religiones reveladas durante unos 4000 años de existencia“. Bueno depende, lo primero es no sacar las cosas de su contexto histórico. Durante siglos y siglos fueron precisamente las religiones las que dieron y marcaron coherencia entre en el vivir, pensar y actuar de los pueblos y sus gentes. Si la religión está fuera de su contexto como justamente ocurre ahora, es decir, que se impone una religión de épocas y paradigmas viejos y obsoletos, pues es imposible que dé coherencia al vivir en nuestro mundo presente. Se me ocurren dos posibilidades, bien abandonarla como cosa del pasado, como parece que has optado junto a otros muchos, o bien, tratar de contextualizarla al tiempo presente como yo lo intento entre muchos otros.

  • Jorge

    Hola, y ¡feliz año!
    Espero tener las neuronas descansadas después de estos días de descanso en familia.
     
    Olga, mi planteamiento de la fe parte del escepticismo, de la duda siempre presente. Sin embargo, al haber optado por vivir como si Dios existiese, quiero dejar el escepticismo atrás activamente, pues la duda persistente me molesta. No la elimino siempre está ahí, pero prefiero vivir, pensar y opinar, como si no estuviese. Es que a mí me parece que potenciar la duda tiene como consecuencia la imposibilidad de decir algo con sentido que pueda sostenerse con argumentos lógicos o razonables. Por ello, si desde la duda no se puede argumentar o se hace muy difícil, me parece que lo que queda es sólo lo que nos gusta o no y poco más. Por esto hablo del gusto o capricho como norma de vida en este caso. Por el contrario cuando haces una opción, sí se pueden buscar los argumentos mejores que puedan servir para sostenerla.
     
    En mi opinión, (ni el que asume un Dios terrible, vengativo y caprichoso, aliado de los poderosos, como el que asume un Dios que sólo salva a unos pocos puros escogidos contra todos los demás, o como el que escoge a un Dios guerrero de un sólo pueblo que se impone con violencia a los otros, y también el asumir una entre las diversas ideologías ateas en pugna entre sí,…., y en particular a la que te refieres de los principios humanos,….), cuando algo se asume como alternativa existencial, necesariamente se deja atrás el escepticismo estricto. La duda no deja asumir nada de nada. Se puede dudar de hasta querer vivir y suicidarse.
     
     
    La duda sólo puede desaparecer cuando se piensa haber alcanzado verdades absolutas o principios universales, de obligado cumplimiento, y por tanto, impuestos por igual a todos. De aquí al fundamentalismo violento sólo hay un paso muy corto. Creo que para mantener una racionalidad saludable, es necesario tener siempre presente que los principios o la fe que algunos asumimos, parten de una elección entre alternativas vitales de igual validez, y por tanto, deja siempre abierta la posibilidad de que la opción elegida no sea la correcta y menos para todo el mundo, sino que cada cual optará si quiere por aquella que más le conviene, le interese o le apetece, o lo que sea.

  • Santiago

    Sin embargo, Jorge, el ¨”darse cuenta”, o sea la conciencia  de la realidad, no es hechura humana..Jamas hubiéramos logrado por nosotros mismos esta misteriosa cualidad…porque el salto de los primates superiores al Homo Sapiens no es simplemente cromosómico ya que implica una dimensión diferente a lo que es meramente “natural”…Es precisamente la conciencia por la que podemos darnos cuenta de nuestra verdadera trascendencia que es única en todo el Universo…Somos precisamente un enigma porque tenemos la capacidad recibida de poder acceder a nuestra misteriosa realidad…que nos permite una apertura hacia el espíritu invisible…con todas sus operaciones y con toda su vida…

    Por otro lado, si Dios no se hubiera revelado…poco podíamos haber inventado…los humanos…Y Dios si ha hablado en el Antigüo Testamento: “Pues no abandonarás mi alma al sheol, ni permitirás que tu fiel vea la fosa” (Salmo 16,10) y “Y en aquel tiempo será librado tu pueblo: cuantos se hallen inscritos en el libro. Y muchos de los que duermen en la region del polvo (sheol) se despertarán, éstos para la vida ETERNA, aquéllos para el oprobio, para la eterna ignominia. Y los sabios brillarán como el resplandor del firmamento, y quienes enseñaron a muchos la justicia, como las estrellas, por siempre, ETERNAMENTE” (Daniel 12,1) PERO es Jesus el que viene a revelarnos el misterio de Dios en su totalidad…porque El mismo es la vida, es el camino y  es la resurrección misma..y el que cree en El, “aunque muera vivirá”

    Por lo tanto, la FE se basa en argumentos muchos mas positivos…que un simple agnosticismo…La fe no es simplemente una acomodación psicológica por confort…sino que se fundamenta en realidades objetivas…Existe una revelación doble: interna y externa, subjetiva y objetiva..

    Un saludo cordial de Santiago Hernández

  • olga larrazabal

    ¿Oscar, es que no te has dado cuenta que estamos en el año del Mono, cuyo Supermono debe ser Kim…Kong quién en vez de raptarse una señorita está jugando con una bomba atómica?

  • oscar varela

    – “Y aquí entra la esperanza subjetiva y personal:

    “AL FINAL TODO ACABARÁ BIEN”-

    ¿?, ¿?, ¿?
    Kim amenaza con la bomba de hidrógeno
    El Consejo de Seguridad de la ONU convocó a una reunión de emergencia para analizar el anuncio hecho por el líder norcoreano Kim Jong-un sobre la exitosa prueba de la denominada “Bomba H“.
    “Corea del Norte se unió ‘con orgullo’ al rango de estados nucleares que poseen incluso una bomba de hidrógeno”, sostuvieron desde Pyonyang.
    La ONU no confirmó el hecho, pero señaló que se registró un sismo de 5 grados en la escala Ritcher.

  • olga larrazabal

    9. Escepticismo/ nihilismo/liberación.
    Más que la plena convicción de una fe religiosa o que el rechazo ateo, es el escepticismo de la duda,
    lo más razonable. No hay seguridades, ni pruebas ni demostraciones, que afirmen o nieguen la
    eternidad o trascendencia de la vida, ni tampoco de Dios.
    El escéptico riguroso plantea como única postura posible la duda razonable para todo principio. Sus
    razones existenciales no pasan del gusto y el capricho. Lo único que puede plantear es la sociedad y
    mundo que le gusta para vivir y acomodar sus principios a ese centro de pensamiento.
    Al hablar de las razones existenciales de los escépticos que dudan, les estás atribuyendo por tu cuenta, que “no pasan del gusto y el capricho” y “que acomodan sus principios” a ese centro de pensamiento.
    Como escéptica y dudosa por convicción y doctrina difiero de tu apreciación, un poquito , digamos,  arbitraria.,
    Arbitraria por que las religiones reveladas por algún libro escrito en varias entregas partiendo por Zoroastro, que introdujo la idea de Alma, Vida Eterna , Juicio Final y Resurrección a los escépticos judíos pre babilónicos, también  acomodaron su ideal de sociedad a sus particulares convicciones de convivencia en sus tribus, que supongo que era la que les gustaba.  Pero no se han adaptado al avance del pensamiento colectivo acerca de lo que debieran ser las relaciones humanas actualmente.
    Así el traducir pureza ritual=santidad es una idea de aquellos tiempos.  La endogamia obligatoria, es otra.  La idea de ser los racialmente puros y escogidos, es otra que ha causado bastante daño.
    En cambio “los derechos humanos” son  un producto de la sociedad actual, digamos un capricho de la sociedad actual, bastante más evolucionado.
      ¿Podemos entonces, si creemos que Dios se revela en la historia, o a cada uno en su interioridad, negar la integridad ética que proviene del fondo de un pensamiento quizás dudoso o ateo?
    Quizás Dios se revela a cada uno en sus gustos y caprichos, que no necesariamente son egoistas y agresivos.  Quizás Dios se oculta para que cada uno encuentre dentro de sí mismo la coherencia entre su vivir, su actuar y su pensar, cosa que no han logrado las religiones reveladas durante unos 4000 años de existencia.
     Entonces la inclinación de la balanza depende  de las necesidades de cada uno, de como resolver la incertidumbre de la parte azarosa de su existencia, como resolver el miedo al sufrimiento y la aversión a desaparecer sin saber a ciencia cierta, si sus sacrificios en post de algún ideal, fueron a parar a algún lugar o a la nada misma.

  • Isidoro García

         El comentario de Gonzalo me sirve para enganchar una idea que enlaza con mi comentario anterior, pero que se quedó atrás, por no alargar más aun.

         Yo creo que el cristianismo, si lo sabemos entender, es plenamente compatible con el nuevo paradigma, lo que para mí es un fuerte indicio, (que no prueba), de que responde a un plan real cósmico-“divino”, que se viene poniendo en marcha en nuestra historia.

        Yo creo que Jesús, (por decirlo un poco ligeramente), se adelantó 2.000 años. Mi opinión es que el final de los tiempos presentes, los de la existencia del homo sapiens, no tardará mas de 200-500 años. Al cabo de ese tiempo, nuestros tatataranietos serán de otra especie nueva, el homo cósmicus, con unos cambios genéticos y con una asistencia tecnológica, especialmente psicotrónica, avances autoproducidos por nosotros mismos: será el Reino de Dios.

        Entonces, con una humanidad con una historia de unos 200.000 años, los últimos 2.500 años, no dejan de ser el final de los tiempos. Por eso, quizás, en el Plan cósmico-“divino”, Jesús aparece en el fin de los tiempos, cuando se inicia ya el despegue final, con una aceleración geométrica, que va a revolucionar todo, y especialmente la naturaleza humana. Pero eso inevitablemente condena a su mensaje, su kerigma, en algo de muy difícil intelección en su época y en los siglos siguientes, de ahí que la transmisión del mensaje tenga una historia, tan titubeante y tan “débil”.

        Yo comparo el cristianismo inicial y el de ahora, con el software informático de los años 70, (los autoprogramas en Basic, y en Cobol, etc.), con la informática de hoy, cuarenta años después.

        Pues en religión seguimos con el Cobol y el Basic. Imaginaos, que la muy Santa IBM, de los setenta, no hubiera tenido competencia, y siguiera manteniendo y guardando el archivo del saber informático de los setenta. Seguiríamos con los floppys, y con los 512 o 624 K, y jugando al tenis, con unos puntitos que se mueven de un lado a otro.

        Pero el kerigma de la informática, se ha desarrollado y ahora comprendemos mucho mejor que antes, su naturaleza y posibilidades. La realidad se impone y nos hace cambiar la mirada de todas las cosas.

        El amigo Gonzalo es pesimista, y piensa que “esta realidad supera nuestra capacidad de comprensión, nos falta la clave del lenguaje en que está escrito el universo”. Pero no es verdad. Ya tenemos la clave, lo que nos falta es tiempo para traducir todo el inmenso material a traducir e interpretar. Pero la tecnología es autocreativa. El progreso no está en las máquinas, sino en las máquinas que hacen otras máquinas mejores, que van incrementando exponencialmente las posibilidades. Estamos mucho mas cerca de lo que parece. Es como en el cuento del tablero de ajedrez y los granos de trigo: cuando se está en la casilla 62 (de 64), cuando ha transcurrido el 97 % del tiempo, se está casi al final del tiempo, pero solo al 25 % de los logros del final, en la 64.
     

        Necesitamos saber lo cerca que estamos, para no desmoralizarnos y seguir intentando solventar los graves problemas que se nos avecinan y amenazan con chafarnos el triunfo. Y aquí entra la esperanza subjetiva y personal, de que “al final todo acabará bien”, como le decía a Juliana de Norwich, su aparición de Jesús.

  • Gonzalo Haya

    Comparto en gran medida este sincero testimonio, aunque apunta muchos temas que tendría que matizar. Creo que necesitamos comprender la realidad que vivimos, pero esta realidad supera nuestra capacidad de comprensión, nos falta la clave del lenguaje en que está escrito el universo (las matemáticas sólo son la clave del funcionamiento físico). Somos una Gestalt que ha quedado incompleta, abierta al infinito. Esa es nuestra grandeza, pero también nuestra inquietud insatisfecha. En nuestro esfuerzo, sólo logramos elaborar interpretaciones; eso constituye la filosofía, la teología, la formulación de los dogmas… Ya he comentado alguna vez que, en la medida en que queremos profundizar, nos sentimos como “agnósticos cristianos”. Agnósticos porque no logramos componer el puzle, cristianos porque intuimos que la vida de Jesús (a pesar de sus errores, como el de la inmediatez escatológica) es la gran experiencia de Dios concretada en compasión humana.

  • Isidoro García

        “La creencia religiosa consiste en un clamor desesperado en rebeldía contra la condición humana, frente al cual Dios si existe, no puede permanecer impasible, inmutable. Es el clamor rebelde de una criatura desesperada de su condición, el clamor angustiado del sufrimiento humano, quien le exige a Dios una respuesta”.
     
       El capítulo es tan denso y toca tantos puntos, que es difícil pensar solo en uno. Pero el párrafo anterior que es el primero del punto 10, “La creencia religiosa”, es muy esclarecedor del enfoque general del libro.

          Y es un enfoque muy clásico. Dice Marx: “La inquietud religiosa es al mismo tiempo la expresión del sufrimiento real y una protesta contra el sufrimiento real. La religión es la queja de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón y el espíritu de un estado de cosas desalmado. Es el opio del pueblo”.

         ¿Por qué lo considero clásico?. Porque entre esa forma de ver las cosas y la actual, el conocimiento de la psicología del hombre, de la historia del hombre, y del inmenso universo en el que estamos, no solo ha crecido mucho, sino que ha abierto una nueva y definitiva dirección en la mirada.

       Hemos pasado, (aunque cuesta), de ser antropocéntricos a ser cosmocéntricos, lo que no supone ningún descenso de categoría del hombre, sino todo lo contrario. Antes jugábamos a ser príncipes y princesas con los amiguitos, y ahora “somos simples” estudiantes de colegio.

       Y claro, la reacción nuestra ante la faceta menos positiva de nuestra naturaleza, ha cambiado. Antes nos quejábamos como un niño cuando le duele un diente, llora y berrea a su mamá, y ahora, vamos al cajón de las medicinas y nos tomamos un calmante.

       Antes dependíamos de una “providencia” divina”, que teóricamente estaba al quite para apoyarnos pater/maternalmente, y ahora ya no creemos en ella. En el próximo capítulo el de la Teodicea, entraremos mas en ese tema.

       ¿Y por qué personas cultas y maduras, siguen cayendo en esas regresiones infantiles?. Pues Jorge lo explica muy bien. Siente, como otros muchos sentimos, que “no estamos solos”, que existe algo más que el humano, algo que culturalmente se personifica en “Dios”, y necesita darle un papel. No concibe un “Dios” con los brazos cruzados ante nuestros “problemillas”.

       Pero hoy día, si repensamos el papel del hombre en el Cosmos, nos damos cuenta, que justo ese es el papel que debe mantener “Dios”. Si queremos tomar posesión de nuestra auténtica categoría de seres inteligentes, tenemos que inmanentizar, (acercar) a “Dios”, y trascendentalizar, (ascender) al hombre.

         Para heredar, tenemos que tomar posesión de la herencia, y declararnos herederos, y demostrar que lo somos.
       (En este sentido las ascensiones de Jesús y María, son extraordinarios hechos simbólicos, de lo que debe ser la historia humana. Y por eso el arquetipo del viaje al espacio, es tan poderoso dentro de nosotros: nos llaman a gritos los espacios siderales).

        Y tenemos que subir nosotros solos. Entre ir conduciendo un coche o ir montado en uno de los caballitos, hay una diferencia: en el primero lo lleva tú, en el otro, te llevan dando vueltas.
     
      He encontrado unas frases del psiquiatra budista Hubert Benoit, en las que habla de la impotencia humillante del hombre ante su naturaleza: No es la impotencia misma la que causa la humillación, sino el impacto que experimenta mi pretensión de omnipotencia cuando choca contra la realidad de las cosas”.
     “El ser humano al que generalmente llamamos “desesperado” no está definitivamente desesperado, está lleno de esperanzas que el mundo se niega a satisfacer; por lo tanto es muy desgraciado”.

       El hombre debe aceptar su naturaleza como es, como el pájaro, el perro o la flor. Y no aspirar a más que lo que somos. “La imposibilidad en que me encuentro hoy de gozar de mi naturaleza propia, de mi naturaleza-de-Buda, como hombre universal, (como ser inteligente del cosmos), y no como individuo distinto, me obliga a fabricar constantemente una representación radicalmente engañosa de mi situación en el Universo”.

       Una vez que recomprendemos nuestra realidad en el Cosmos, desactivamos nuestros recursos psicológicos, que mantienen la falsa máscara (persona) de nuestro yo individual. “Todos mis esfuerzos tienden, necesariamente, de una manera directa o indirecta a elevarme, sea de manera grosera, o sutil, o, como suele decirse, espiritualmente.  

         Todos mis automatismos psicológicos naturales, antes de comprender la realidad, (el satori), están fundados en el amor propio, la pretensión personal, la reivindicación del subir de un modo o de otro; y esta reivindicación para elevarme individualmente es la que me oculta mi dignidad universal infinita”.
        Una vez que poseemos la antropología adecuada, todo cambia y va solo. “Recordemos que la naturaleza de las cosas es para nosotros el mejor y más humillante de los maestros y que nos rodea con su ayuda vigilante. La única tarea que nos incumbe es comprender la realidad y permitirnos ser transformados por ella”.
         “En nuestro deseo de escapar de la angustia, buscamos doctrinas de salvación, buscamos un maestro. Pero el maestro no está lejos y ofrece constantemente sus enseñanzas: es la realidad tal cual es, es nuestra vida cotidiana”.
     
       Y esa vida cotidiana, vivida sabiendo muy bien el terreno donde tenemos los pies, saca de nosotros todo el potencial de metamorfosis y automejora, que la inteligencia, (auténtica cualidad divina), proyecta, con su capacidad de aprendizaje y con su creatividad, si construímos sobre cimientos sólidos de un conocimiento correcto de la realidad.
     
       Todo este planteamiento es válido, para una era, la actual, que es la antesala de un próximo futuro, donde el desarrollo de la ciencia, nos proporciona ese conocimiento certero de la realidad, (aunque hay todavía muchas cosas por rematar, las líneas de dirección son las que son).
     
      Y por eso la religión, tal como la conocíamos, y como aún se nos presenta, es algo obsoleto, de un pasado obscuro, con unos planteamientos antropológicos y cósmicos anticuados. Donde la impotencia del hombre necesitaba un Dios providente.

       La nueva era, no significa ni que Dios, ni que la religión no sean útiles. Dios, si existe, existirá, lo creamos nosotros, o no. Y nosotros “conoceremos” a la divinidad, (al Dios cercano, no al Dios-Absoluto), de una forma muy distinta que en el pasado.

       Y lo mismo nuestra relación con él. Hasta tal punto, y de forma tan “revolucionaria”, que comprenderemos, que eso de que somos hijos de Dios, no es una frasecita bienintencionada, sino una realidad: somos dioses, en el sentido de que poseemos la misma naturaleza divina: la inteligencia. Aunque sea a un nivel menor.
     
     
        Pero los mejores de entre nosotros, personificados en nuestro líder, el “Cristo”, es un dios que “se sienta” al lado de los demás.

  • olga larrazabal

    Si Dios se ve reflejado en tu comportamiento, evidentemente no da lo mismo en que Dios creas , por lo menos para el prójimo.

  • oscar varela

    Hola!

    Preguntas existenciales PREVIAS:

    1.- Luego de 2 semanas ¿e le habrán descansado las neuronas a Jorge?

    2.- ¿Da buen resultado el bullicio del piberío para el estrés neuronal?

    ¡Vamos todavía! – Óscar.

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