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No hay nada que hacer. Basta con SER

Troyano

Creo que las propuestas de Luis, sobre todo cuando habla de lo que va descubriendo por su experiencia más de lo que dicen ocultos escritos y grupos esotéricos a los que no quiero que publicite ATRIO, nos interesa mucho y a muchos y muchas. Y nos invita a dialogar sobre maneras de entender el Misterio, rumiando experiencias propias y ajenas. AD.

El enunciado del título requiere una rápida explicación:

Desde mi humilde opinión. Solo debemos centrarnos en SER. ¿Por qué? Porque siendo, el hacer se hace sin esfuerzo.

Según los gnósticos, el mundo es obra del Demiurgo. Pues bien, ese Demiurgo es el responsable del mundo. Nosotros solo somos granos de arena en el desierto. Como tales hemos de responder.

Los revolucionarios comunistas y los filocomunistas, como he sido yo mismo, cargamos sobre nuestras espaldas la salvación del mundo. Era una exigencia que nos imponíamos y que teníamos clavada en el alma, como un aguijón. Y queríamos la revolución, desde el hacer. Y competíamos sobre quien era más radicalmente revolucionario.

Algo similar les ocurre a los cristianos con los pobres. Los quieren redimir de su pobreza. Los pobres “son suyos”. Y para el cristiano la riqueza está mal vista. Cuando lo ideal es que no fuese pobre nadie. Ni que nadie fuese muy muy rico. En el término medio está la virtud. La anomalía es la pobreza. Lo que hemos de universalizar es la riqueza que permita una vida digna. Ya sé que cualquier cristiano estará de acuerdo con esto que digo, pero creo que el cristianismo “progresista” ensalza demasiado la pobreza y poco la riqueza. Y una vida plena, de acuerdo a las coordenadas del espíritu, es rica y abundante. En todo.

¿Qué entiendo por SER? Entiendo que transformándonos nosotros individualmente a mejor, se transforma el mundo automáticamente a mejor. Ser lo identifico con revolución en nuestro interior.

Estamos inmersos en el materialismo. En una mayor parte del planeta. No vemos hasta donde es nuestro desvarío, porque ni referentes de contraste tenemos. Para nosotros el materialismo es como el agua para el pez.

Todo en nosotros es volcarnos hacia afuera. Nuestro interior lo dejamos como un páramo silvestre. Cuando lo tendríamos que tener como un cuidado jardín.

Materialismo es reducción de la realidad, es descuidar la parte que es fundamental, la mente. Y como somos salvajes mentales, el mundo se convierte en un lugar infernalmente atroz.

Si cuidamos la mente y hacemos de ella un jardín Zen, ese jardín Zen se materializará en el mundo. A esto me refiero con SER. Según pensamos, así actuamos. Y así conformamos el mundo. Solo siendo nos lanzamos a la corriente del rio de la vida, hacia el gran Océano, con un flotador necesario. Se llama.  La ley del Kosmos –la ley del amor–. (Esto hoy lo dicen los científicos). Como nos abandonamos a su corriente del rio, nada nos cuesta,  flotamos sin esfuerzo y, si trabajamos, lo hacemos sin sufrimiento ni dolor, porque esto, el trabajar, es lo que nos pide el SER.

Por trabajar nos pagan, porque sufrimos trabajando. Pero… ¿Y si nos pagaran, por hacer lo que nos gusta?.

Solo siendo, nunca “machacamos en hierro frio”. El Kosmos nos ayuda en nuestra tarea.

Esto que digo, cualquiera lo puede conseguir, estamos todos invitados por el Gran Misterio a SER. Para unos es un largo camino, para otros un camino corto. Conseguimos el no hacer y el solo SER. Dando el primer paso en la dirección deseada, la vida hace el resto, la vida nos guía en el camino. El camino es el espiritual.

El “agua del pez materialista” es la horizontalidad, en el mundo, sin tener en cuenta la verticalidad. Es tener los ojos puestos en la tierra. Y lo más vertical que concibe el materialista es la pirámide jerárquica. En todos los órdenes. En el social, el político, el económico, etc… Es decir: yo estoy más arriba que los demás, porque tengo más dinero o porque desempeño un trabajo más importante, y así un largo etcétera.

La “gloria” del mundo, es un engaño para inmaduros, presos en su ego.

Esa, la pesada pirámide terrenal, no es ni mucho menos la jerarquía del Kosmos. Esta jerarquía está basada en resonancias. Según vibremos, así estaremos más evolucionados y felices, o menos. A más alta y sutil vibración, más felicidad. Y ¿qué es lo que buscamos todos? Ser más felices ¿no? Pues bueno, no lo somos porque estamos extraviados, en el denso materialismo.

Verticalidad es captar los rayos del Sol, de la luz, almacenarlos en nuestro interior y reflejarlos en todas direcciones como si fuésemos espejos, alumbrando a amigos y enemigos. Y esto nos hace felices del todo. Pero para ello debemos levantar la vista de la Tierra.

Un amigo mío argentino, Eduardo Ontiveros, psicoterapeuta él, nos dice que, el mundo es un “loquero” organizado. Porque todos andamos buscando la felicidad haciendo mil locuras y, sin encontrarla, porque, repito, estamos extraviados.

Los astronautas después de sus viajes volvían enfermos. Y es porque se apartaban de la resonancia de la Madre Tierra, la resonancia descubierta por el  Dr. Schumann. Nosotros nos destruimos los unos a los otros, porque nos falta estar en resonancia, en armonía, con la Tierra y con el Padre Sol. Por eso hacemos de la Tierra un “loquero”.

Lo peor es que lo “políticamente correcto” hoy día es ignorar la religión. Me parece muy bien. Pero es que esa indiferencia se hace extensible a la palabra “espiritualidad”. Si alguien quiere “vender” algo espiritual, que ni nombre esa palabra. Tanto se ha abusado y manipulado lo concerniente a las dos palabras: religión y espiritualidad.

Y falta otra palabra “comodín” para todo: la palabra “Dios”. Yo por ello, me desmarco, y a Dios, le doy el nombre de Gran Misterio, como mis amigos Lakota, (nativos americanos).

Aquí en al menos Occidente, ha pasado lo siguiente: la razón ilustrada, no distinguía entre religión y espiritualidad. Y como la religión era opiácea y falsa, erigió un sólido muro de separación. Ese muro se llamo materialismo. Pero “vaciaron el agua de la bañera, con el niño dentro”. “De aquellos polvos, estos lodos”.

Todo lo que se hace desde la horizontalidad, con la vista puesta en la Tierra, sin contemplar la verticalidad espiritual, degenera, porque empieza mal, porque repito que el materialismo es un reduccionismo de la realidad. ¿Queréis ejemplos?

El comunismo, el socialismo, el liberalismo. Ya no digamos, los fascismos. Y la democracia moderna, La religión jerárquica organizada, que vende “humo”, y cobra por ello, la economía, que empobrece a los muchos y enriquece a los pocos, la medicina y las farmacéuticas, que eternizan la enfermedad, la política que degenera en corrupción. En fin…, ¿Todo…? Pues sí, todo lo que se hace sin valores éticos, que se consiguen con la autentica espiritualidad.

Resumiendo, humildemente recomendaría: haz lo que te salga del alma, lo que te “pete”, y así ayudaras verdaderamente a hacer un mundo mejor. Pero eso sí, desde el amor. ¿Quien dijo? “Ama y haz lo que quieras”…

Luís Troyano Cobo

(Kosmos, según ken Wilber)

20 comentarios

  • M.Luisa

    Dado que aquí soy una atriera que se me puede conocer un poco, entre otros defectos, por el hecho frecuente de repetirme en la idea según la cual pienso  debería entenderse nuestra mismidad  expresándola  en diferentes contextos y formulada también en variados contenidos, me gustaría ahora, pues, añadir a mi comentario de ayer una reflexión en este sentido, la cual toca sólo  un  aspecto del enunciado aquel en donde Luis  incide en la  carencia de esfuerzo en la acción humana. Esto me hace pensar  que, tal vez ahí, sí  él  pueda estar de acuerdo conmigo.
     
    Veamos: el ente finito es ante todo una dualidad entre el que es y lo que es. Dicho esto, como, sin embargo, todo ser es uno, la entidad del ser finito será, entonces, la unificación entre el que es y lo que es. Ahora bien, por tratarse de un hacer interno estructural es por lo que pienso carece de esfuerzo, es simplemente un dejarse llevar  por la propia estructura interna, pero se trata de una autorrealización primaria fundamental. Y es fundamental, precisamente, para luego operar externamente sin esfuerzo alguno. El esfuerzo habrá que considerarlo sólo en el sentido del estar, es decir, el tener que estar siempre  siendo el que se es. Ser es mantenerse en sí mismo
    Por tanto, el esfuerzo se concentra en el ámbito campal de estar sintiendo cósmicamente  la realidad. Mas  la cuestión no acaba ahí porque como, además, por nuestra inteligencia estamos impelidos (obsérvese como constantemente aparece el ámbito del estar) a inteligir, esta misma talidad cósmica pero mundanalmente (momento de la trascendentalidad) entonces desde esta perspectiva es cuando, con más claridad, puede verse  que aquel  esfuerzo en cuestión no es correlativo al ser ( como así,  lo expresa  también Luis) sino que pertenece con anterioridad en el ámbito físico del estar según el modo  explicado.
     
    un cordial saludo
     

  • Luís Troyano Cobo

    George R Porta:
    Mira. Yo por mi profesión de alguna manera he trabajado “cara al público”. Hubo un tiempo que hacia reparaciones e instalaciones en las casas. A veces esas reparaciones eran de “emergencia”. He visto a la gente “en su salsa”. Esto me ha dado el conocer el que “cada loco, está con su tema”. Tú sacas unas conclusiones de lo que escribo, de acuerdo a lo que eres, a tu mentalidad. Está bien. No pretendo que se me entienda, como querría. Porque eso no va así.
     

  • George R Porta

    Luis: No quiero erigirme en nada pero tengo derecho a mi opinion sobre tu escrito que no es opinar sobre ti. Por mi parte lo único que me parece es que no hay otro modo de ser que sentir siendo, tener el sentimiento de que se ande, que se camine y que me parece absurd la dicotomía entre el ser y el hacer.

    Por lo demás puedes dormer tu siesta mientras lode demás hacemos según venimos siendo. Las profundidades y otras metáforas aplicables al “ser” son eso metáforas y metaforizar es un modo en el que se vive en gerundio. Me alegra que tengas tiempo de detenerte a dormer. Deseo que descanses pero pienso en la inmensa humanidad que no tiene esos lujos porque necesita alguien que le acomode un vendaje, le administer una medicina, le enseñe a escribir. Si los demás lo hacen claro puedes dormer.

    Tampoco me preocupa que hagás tu vivir haciéndolo a tu medida, pero me choca que lo propongas como algo que todos debieran hacer porque precisamente la desigualdad del mundo y su ser injusta se debe a que unos cada vez menos, disfrutan de lo que los demás cada vez más en número hacen y no pueden disfrutar igualmente.

    Te respond aunque detest las controversias. Si comentas esto que te digo para responder a tu pregunta (yo no te hago ninguna) no tomes a mal que no escriba más nada a este respecto. Un abrazo.

  • Luís Troyano Cobo

    Carlos:
     
    En el escrito que has leido me explico, o intento explicarme para que se me entienda.
    Al margen de disquisiciones filosoficas. Para mi, SER, es alcanzar la suficiente lucidez, para soltar las riendas de la razón, en nuestro estar en el mundo. De modo que cuando inevitablemente actuemos, lo hagamos espontaneamente y naturalmente.
    Es necesaria la lucidez, a que me refiero. Para conseguirla, te puedo recomendar que busques -por ejemplo- en Google, algun sitio donde puedas practicar Zen.

  • Luís Troyano Cobo

    George R Porta:
     
    ¿Te quieres erigir en salvador del mundo?. Adelante. Pero déjame que yo duerma la siesta si quiero. Porque ¿sabes?. El mundo no es obra mía. Es obra de un Dios, que a los ojos de los simple mortales, se presenta como un poco chapucero. Por eso los gnósticos, le atribuyen la creación de este mundo a un dios menor.
    El que hace voluntaristamente desde la razón, sin que intervenga el sentimiento del corazón, se aparta de las coordenadas del Kosmos, y muy muy posiblemente haga más mal que bien. Porque lo que hace es dar “palos de ciego”, ya que interviene en el relatividad del mundo, desde su relatividad de pensamiento, y esto es peligrosísimo. Nos podremos equivocar menos, si lo que hacemos nos sale desde las profundidades del SER.
     
    SAludos

  • Luís Troyano Cobo

    Hola M. luisa, me Alegra encontrarte todavía en este foro atriero.
     
    Nada más lejos de mi intención el minimizar la grandeza potencial del humano. Pero al mismo tiempo somos granos de arena en la inmensidad del Kosmos.
    Aquel que desarrolla esta grandeza potencial que digo. Es y Está, morando en el Aquí y el Ahora. Es nuestro cometido, aprender a vivir de instante en instante, porque el pasado y el futuro, es el campo del ego. Y de lo que se trata es de ir más allá de este ego.
    Ningún instante se puede repetir. Estamos muriendo y naciendo continuamente. Lo que sí es eterna es nuestra conciencia, nuestra esencia, esa que limpiamos de impurezas, cuando transcendemos el ego.
    El que Es. Tiene cuerpo, por lo tanto Está, en la tercera dimensión. Y como está. Y por la naturaleza intrínseca del humano. Puesto que Es y Está. También. Hace.
     
    Un cordial saludo

  • Carlos

    La verdad es que los comentarios son tan largos que aburre un poco el seguirlos. Yo querría decir  a Luis que conozco mucha gente que hace cosas maravillosas y que son medianamente felices (lo que puedes serlo cuando compartes el sufrimiento ajeno) pero no conozco a nadie de esos que SON y que no caen en el materialismo de la acción. Probablemente es una cuestión de desconocimiento.
    Por otra parte en el escrito de Luis la música no me parece mal pero en la letra veo mucho bla, bla, bla- Así me suena. ¿Qué es en definitiva ese SER (con mayúsculas)?

  • M.Luisa

    A mí, si se me permite, que llegué anoche y vi vuestra variada participación en este artículo que nos presenta Luis (hola tocayo) me gustaría detenerme en un breve análisis de aquello que considero ha significado un olvido por parte de la filosofía Occidental y que se echa  también en falta en este planteamiento
    “ Solo debemos centrarnos en SER. ¿Por qué? Porque siendo, el hacer se hace sin esfuerzo.”
    No es que no pueda estar de acuerdo con el enunciado expresado aquí ya que en coherencia he de admitir  que no han sido pocas las ocasiones en las que,   casi en él, en este enunciado,  he basado mi línea de pensamiento y digo casi en el sentido de que  este “siendo” para mí  cojea, es decir le falta o carece del sustrato físico del “estar” o dicho de otra manera, carece del componente de la realidad,   porque sólo realizándonos primero en la nuestra propia es cuando lo que hacemos lo hacemos sin esfuerzo ¿Por qué? Porque estamos centrados, nos poseemos.
     
    En esta puntualización debe entenderse que “estar” es sinónimo de realidad con lo cual, al darle en este contexto tal  designación, supone para quienes al nombrarla la sitúan como algo que estuviera en el más allá, ahora se les puede aclarar las cosas pues, con respecto al conocimiento, esta consideración previa es fundamental. Ese estar previo al ser cumple aquella función precisa donde  el ámbito se abre  primero  a lo descriptivo, es decir  a  la descripción de los hechos antes de que estos se expliquen como atributos del ser no siéndole  propios. La descripción de algo es algo que se nota, se hace notar,  antes de su “cognitium” nos notifica anteriormente y físicamente su ser.
     
    Este breve análisis nos puede parecer una sutileza pero si lo que nos mueve es el respeto hacia todo lo que de positivo nos ha dejado la filosofía antigua y ver así cómo puede ser conectada con todo el aporte científico y filosófico propio de la contemporaneidad no podemos sino retroceder hasta allí, hasta a aquel punto en donde el conocimiento se inclinó más por la explicación de la presencia que frente a su estar mismo. Es por este orden de prioridad cuando entra en nuestra consideración y comprensión la materialidad de las cosas. Porque  las cosas tienen materia, no es que sean materiales y por tanto desde esta perspectiva exteriorizan su interioridad condicionando nuestro hacer y nuestra relación con ellas.
     
    En lo que respecta a nosotros, los humanos, este planteamiento nos induce a entender la materia desde el cuerpo y no el cuerpo desde la materia, sino, como digo, desde aquel formando una unidad estructural con plena suficiencia, precisamente para poder ser. De ahí que disienta del amigo Luis en este punto donde nos dice que nosotros sólo somos granos de arena en el desierto.  Me recuerda cuando en la ICAR se dice aquello de que somos meros instrumentos.
     
    Pues NO, nada de eso, el ser humano es de suyo suficiente…
     
    Gracias y un saludo, Luis

  • Manuel

    Luis, sé terminar un diálogo cuando constato que el muro de la incomprensión se va haciendo cada vez más alto y espeso. Te lo dejaré por mi parte concluido.
    Pero no sin antes  entresacar de tus intervenciones,  el núcleo ideológico de tu pensamiento. Es decir, se me hace preciso entender la coherencia y la lógica interna de un discurso plagado de referencias de lo más variado y a su vez, a mi juicio,  de muy difícil complementariedad entre ellas.
    Resulta que apelas al budismo,  tal vez como columna vertebral de tu superestructura ideológica. Budismo con generosos aditivos incomprensibles para una mente moderna y que no se lo consentiria a ninguna otra religión. Escoge a un escritor,   J. J.  Benítez  famoso por el uso y abuso de del libro de Urantia con el que nutrió a esa saga de libros con los que quería hacerlos subrepticiamente pasar como verdaderos,  con una pregunta que se hace y de cuya profundidad no llego a alcanzarla pero que tú,  si supiste desentrañar. A su vez eres seguidor de Wilber con el apelativo: el “Einstein de la Conciencia” que por cierto, laurel no proporcionado por la comunidad científica en general ni por la psicología evolucionista en particular, sino por sus seguidores y editores. Lógico.
    Combinas tu corpus doctrinal, con la recurrente física cuántica. Cajón de sastre para revestir de identidad científica,  cualquier postulado de imposible explicación inteligible al no poderse defender, ni con unos sencillos razonamientos.  Lo adobas también con la mala, malísima Matrix. Otra expresión para impresionar al lector sin distinguirle  la ficción de la película,  con las conspiraciones que el pensamiento racalcitrantemente mágico,  ve asentada por todas partes. Finalmente lo trufas con un gnosticismo del yo, no te voy a abundar más,  porque ya sabes lo que pienso sobre eso mismo.
    ¿Qué era lo que vendía la ICAR?
    Y ahora Luis……tú mismo
    Saludos
     

  • Luís Troyano Cobo

    Gracias Manuel por tu ponderada respuesta. Critica pero amable, así se dialoga.
    Vamos por partes:
    No, a mí tampoco me convence el monje pedigüeño. Pero seguro que consideraras tú también, que el mantener a los monjes se da en una cultura, que esto lo tiene a bien. Y no creo que los monjes prefieran comer de la caridad, en lugar de trabajar. Otras poderosas razones tienen los monjes, que no comprende un materialista. Por eso te llama la atención, desde “un punto monista/materialista” Que la gente los reverencie y los mantenga.
    El punto de vista materialista es eso un paradigma. Pero si consideras que es dogma de fe. “Apaga y vámonos”. El materialismo se ha escudado siempre en la ciencia. Pero hoy la física cuántica esta corroborando muchas intuiciones milenarias de gente “absurda”, que por milenios, se han pasado gran parte de su vida, sentados frente a una pared.
    El novelista J.J. Benitez, se hacia la pregunta. ¿Por qué lo hacen?. Yo podría decirle. Porque han encontrado la mejor manera de hacer la gran y –perdurable- revolución. Recuerda mi teoría, según eres así piensas, y el mundo se conforma según nuestro pensamiento.
    El Buda, lo que hizo, fue sentarse bajo un árbol. Todavía nos sirve, lo que descubrió. Esto un materialista lo niega. Y con ello niega el pensamiento y el sentir de millones de personas. ¿Todas están equivocadas?.
    También hay millones de cristianos. Que para mí. Están parcialmente equivocados. Creo que siguen una falacia. Tras valiosas parábolas sacadas de la espiritualidad egipcia. Lo que existe es un instrumento del poder que conforma la Matrix. Por eso me ofende que se me diga converso. Porque soy la antítesis del converso. Me identifico si, con el cristianismo gnóstico, era libre y libertario, no tenían clero jerárquico, y era radicalmente individualista, buscando lo mismo que los monjes budistas cara a la pared.
    Es la hora de mirar con los ojos que mira la física cuántica (ya que te gustan las leyes de la física), más allá de materialismo y espiritualismo desencarnado y “angélico”. De buscar “el principio activo” de la mayoría de las religiones, y aplicárnoslo a nuestra vida. (En el cristianismo, ese principio activo, está en el cristianismo derrotado, el gnóstico).
    No tienes porque entenderme en mi trayectoria vital, ni yo porque dar explicaciones. Pero por amabilidad, te diré que revolucionario y católico, lo era al mismo tiempo. Por eso era solo “filocomunista”. Aun en mi juventud, me resistía al materialismo a secas.
    “ El Materialismo no es una distorsión de la realidad.”
    En ningún momento he dicho que sea una distorsión. Pero si un reduccionismo. El mismo derecho que te asiste a ti, defender este materialismo, me asiste a mí para ser crítico con el.
    La espiritualidad centrada entre cielo y tierra nos permite ser poéticos, y nos libera de la cárcel gris y chata del materialismo, por muy marxista que sea. Te copio a continuación un poema del murciano místico sufí Ibn ‘Arabi
    Que te permitirá captar que “sincretismo” es lo que vaticino que viene en el mundo, si no nos destruimos antes.
    Hubo un tiempo en que yo rechazaba a mi prójimo
    si su religión no era como la mía.
    Pero ahora mi corazón se ha convertido
    en receptáculo de todas las formas religiosas:
    es pradera de gacelas y claustro de monjes cristianos,
    templo de ídolos y Kaaba de peregrinos,
    Tablas de la Ley y Pliegos del Corán.
    Porque profeso la religión del Amor
    y voy a dondequiera que vaya su cabalgadura.
    Porque el Amor es mi credo y mi fe.
    Otra cosa: ¿Dónde ves en mi desmerecimiento del movimiento obrero?. Si lo ha parecido, en lo que haya podido decir. Rectifico.
    Mira, tengo 67 años, soy un obrero industrial jubilado. Toda mi vida he estado levantándome temprano a toque de despertador. Y aguantando lo indecible en el trabajo. Toda mi familia es de trabajadores y luchadores. ¿Qué me vas a amonestar…?. Pero desde mi condición de obrero te digo, que la que posiblemente sea todavía TU revolución. Es un despeñadero de las esperanzas de los trabajadores. Si eres revolucionario, te has quedado antiguo, aferrado a lo que es una ideología, siempre relativa y limitada. Y si te aferras a la ciencia, esta ya no te asiste.
    Saludos. Y menos pontificar paternalistamente.

  • George R Porta

    El papel aguanta todo lo que se escriba en él. Y cada uno tiene un derecho básico a opinar. La cuestión sigue sin respuesta: Por cuanto tiempo se puede ser ocioso? Y lo contrario, por cuanto tiempo se puede hacer sin conssciencia de ser?

    Queda el problema de cuantos ángeles pueden permanecer de pie sobre la cabeza de un alfiler de costura.

    No constituye “siendo” ya de por sí un hacer? Qu;e objetivo tiene plantearse estas elucubraciones si la inmensa mayoría del mundo no puede sino escarbar en los basureros para encontrar akgún poco de comida y no pueden dejar de ser hacienda eso? De qué parte de la humanidad habla este artículo? Qué parte de’su argumento contempla no a lapersonas de su propia clase sino a la inmensa mayoría que aún en los EE UU y otros países del primer mundo son analfabetas o simplemente no pueden gastar lo que cueste un libro barato e inútil de esos de recetas para tner éxitos?

    Por Dios! 

  • Manuel

    Paso Luis, con mucho gusto, a ser algo más explícito en algunas de mis puntualizaciones que, según tú mismo, me solicitas.
    En primer lugar, déjame hacerte una observación a la figura de un monje (calculo budista por la escudilla) que de manera tan abrupta presentas nada más empezar tu redacción.
    Lo siento Luis, pero no me impresionan esas imágenes de los monjes saliendo de sus  monasterios en fila pidiendo con sus platitos en la mano la limosna que, en forma de comida, el pueblo sencillo tan generosamente le proporciona una y otra vez.
    Lo que me llama la atención desde un punto monista/materialista, es el desprendimiento de la gente en extraer parte de sus recursos en forma de donación, para que un segmento de la población que se segrega voluntariamente del mundo corrupto, pretenda alcanzar una supuesta iluminación mediante determinadas técnicas introspectivas a costa, del trabajo de los demás.
    Eso es lo que veo Luis. El aprovechamiento del sudor de los semejantes, para alcanzar el paroxismo que les evita, las malditas reencarnaciones. No nos olvidemos lo que era ese piadosísimo Tíbet: Una inmensa finca cuyos señores feudales, que eran los lamas, vivían del esfuerzo de los campesinos tibetanos. Convendrás conmigo, si echas manos de algún resto de marxismo que te quede, que la formación social medieval desapareció de un plumazo con la siempre deleznable invasión china.  Por cierto ¿cómo puedes plantear el desmerecimiento de tantas generaciones que han muerto luchando para que ellos mismos o sus descendientes tuviesen un futuro más próspero? ¿Hasta qué punto te puedes preguntar para qué ha servido tan altruistas actitudes? ¿Cómo tan altísimos valores espirituales, en los que pareces te sientes imbuido, pueden llevarte a frivolizar sobre el sacrificio consciente al que muchos militantes obreros se sometieron, para que tú y yo tengamos excedentes de tiempo y dinero para hablar de estas cosas tan “intrascendentales”?
    Ese tipo de contribución del pueblo creyente a sus benefactores de sus respectivos karmas, es un poco parecido a los impuestos que la ciudadanía española aporta para sostener a esa Iglesia que vende humo (ahí estoy de acuerdo contigo, que cobra por ello. Como todos y si no, de que subsistirían)
    Si tú compartes esa filosofía oriental, he creído deducir claro, de tus improntas sincréticas, en donde a  veces hablas de la resonancia de la Madre Tierra, (por favor Luis ¿eso qué es con las leyes de la física en la mano) otras del Misterio como los amerindios del Norte (¿Cómo se puede hablarse de Misterio refiriéndote a dios, si nunca ha habido epifanía alguna de la que pueda objetarse su inexplicada presencia?) y por otro lado ¿En qué consiste la ayuda del Kosmos , cómo se produce, a quién y en qué circunstancia desciende o nos embebemos en ella? si compartes esa filosofía oriental y esos planteamientos esotéricos propios de la new age reitero, entonces tú también exhibes humo. Aunque sea de sándalo.
    Si por el contrario tus inquietudes religiosas o espirituales, te derivan hacia el gnosticismo cristiano convendremos Luis, que tu pretensión de recuperar una fe tremendamente superada desde hace 1900 años debido a su insoportable dualismo no sólo es encomiable sino lamentablemente infructuosa en estos los tiempos de Darwin e Einstein. Y si sales al mercado espiritual/religioso a ofrecer ese planteamiento, déjame que te diga respetuosamente pero con la misma rotundidad lo que manifestamos a dúo para la iglesia, que ese producto de tu cabeza, es humo.
    Esa disquisición entre el ser y el hacer que tú planteas no tiene sustentación propia.
    Luis, porque existes, piensas. Si existes en un determinado contexto social y cultural, con una familia concreta y con una educación determinada tienes que abordar ineludiblemente el imperativo biológico de sobrevivir.  Y se ha de hacer en colaboración con tu entorno social para, si te es posible, buscar también  tu propia descendencia. Y en eso es en lo que se piensa al existir: en un quehacer colaborativo con tus parecidos para hacer realidad tus propósitos de cambio social y tu necesidad dar y recibir. Ese es tu hacer, que acaece de la propia existencia de tu ser como individuo.
    Claro, ésta es una visión materialista y por tanto objeto de sospecha. Pero es la que todos pedestremente  hacemos, todos los días. Sobrevivir
    A ver si te entiendo bien: tú eras revolucionario comunista o filocomunista de la que saliste un poco escarmentado por un cierto activismo exacerbado en el que estabas involucrado. Después cambias la defensa de los más desfavorecidos por socializar la riqueza. Bien, nada que objetar, es un deseo lógico pero lo que no se dice es, cómo. Después, posiblemente, te convertiste a la fe porque seguidamente dices, que renegaste y consiguientemente apostataste. En medio de todo esto no quieres que se te llame converso, porque te ofende aunque manifiestas que ahora, te vuelves a reconciliar con el cristianismo pero, con  el gnóstico. Naturalmente ya me guardaría yo, por no ofenderte, de calificar como conversión cualquiera de las etapas de ese proceso.
    Por último. El Materialismo no es una distorsión de la realidad. La distorsión la ocasiona cuando se pretende defender sin prueba alguna, que en la realidad inmanente que nos envuelve y de la que formamos parte, convive (sin constatarse) con una dimensión sobrenatural. Estas afirmaciones extraordinarias exigen pruebas extraordinarias.
    Hay lo que tenemos. Y eso es un bofetón a nuestro orgullo de sentirnos una cosa distinta a un  producto surgido de la selección natural. El hombre ha creado  las religiones como ansiolítico al estrés que le somete la conciencia de su finitud.
     
    Saludos

  • Luís Troyano Cobo

    Gonzalo:

    Los que me conocen saben que soy “wilberiano”. Ken Wilber, me ha dado una estructura mental, un bagaje con que entender el mundo. Lo del 50% efectivamente, es de mi cosecha. Pero es una simplificación de la famosa cruz de Wilber. En un lado de la cruz, la parte izquierda Wilber sitúa todo lo subjetivo, (ejemplo: cultura y espiritualidad) en la derecha, todo lo objetivo. (ejemplo: economía, ecología). Y divide también. Lo que es individual de lo sociológico, en la parte izquierda y derecha. (ejemplo: el cerebro está en la parte superior derecha objetiva y la psicología en la parte superior izquierda.
    Resulta que Wilber, explica convincentemente en sus libros la interrelación, de por ejemplo: cerebro y psicología. Y cultura yeconomia. Wilber se ha ganado el calificativo de “Einstein de la conciencia”.
    ¿Qué es primero Ser o Hacer?. “El huevo o la gallina”. Lo que defiendo, es que primero –seamos-, sin estar obsesionados con el hacer. Porque automáticamente haremos según seamos.
    Si cada uno desarrolla naturalmente sus talentos, la naturaleza de la vida, nos complementara.    

  • Gonzalo Haya

    Creo que el artículo insiste en un aspecto necesario, el ser; pero igualmente necesario es el hacer. Y desde luego es necesario fomentar  nuestra la toma de conciencia de nuestro ser; o quizás simplemente del Ser. Sin embargo suele ocurrir que cuando ponderamos mucho un aspecto, se sugiere el desprestigio del otro. Luis le ha dado después un 50/50; no me gusta cuantificar, pero reconozco que es una manera para entendernos. El ser se manifiesta en el hacer; en la acción y en la contemplación. San Ignacio quiso unir ambas cosas al decir “contemplativos en la acción”. ¿Qué es más necesario ahora, trabajar para transformar el mundo o profundizar en la contemplación? Creo que cada uno tiene discernir qué tiempo y qué esfuerzo le debe dedicar a cada uno. La contemplación debe revertir hacia la acción, y tiene que haber algunos que cultiven preferentemente la contemplación para beneficio de todos. También la poesía es beneficiosa para afinar el lenguaje común y despertar sentimientos adormilados. La mayoría tendremos que dedicar más tiempo y esfuerzo para transformar el mundo y, en algunos casos, con extrema urgencia.          

  • Asun Poudereux

     
     
     
     
     
    Sí parece, Román, que en nuestros genes o lo que quiera que sea, hay un impulso de trascendencia continua y constante, que pudiera ser  una apertura abismal y sin límite que lleva al descubrimiento de lo que somos y es en todo.
     
    Y que,  sin embargo, cogidas las riendas por el ego,  incansable de protagonismo, ya sea desde el uso de la razón egocéntrica, ya sea como en un incansable y compulsivo  hacer, que se yerra desde la propia mente fuera de su normal y valioso funcionamiento,   por extenderse y entenderse en consecución de méritos, logros y beneficios varios,  con los que torpemente uno  llega a identificarse y hasta “valorarse”. Y, con todo ese afán, dejan de centrarse,  y  ni siquiera tímidamente,  lo intentan en el bien común incluyente y siempre en apertura. 
     
    Resulta que a galope,  esto  no  para, en esta nuestra civilización, de dar vueltas  y más vueltas, porque la acción y el tener es lo sagrado, lo supremo , separado al completo,  sin estarlo realmente en la consciencia en la que somos,  del  ser siendo y dejando que sea en la vida cotidiana,  que de modo natural mira y siente al otro como yo soy , en un continuo intersomos que se despliega y sorprende cada día.
     
    Por tanto,  en ello, en lo que ya es,  no hay nada que conseguir ni obtener, no más que dejar ser lo que ya es en ti y en el nosotros, interactuando.
     
    Y aquí no hay ni valen normas que valgan, ni siquiera etiquetas separadoras, es tan solo descubrirlo, porque su anhelo no deja de actuar y reflejarse siendo.
     
    Gracias a Luis y a todos los atrieros.

  • Luís Troyano Cobo

    “Pero nuestra civilización occidental tampoco ha olvidado que la realidad aunque sea envolvente sigue siendo objeto de nuestra acción sobre ella.
    Está en nuestros genes.”



    Roman:

    Desde mi punto de vista, la Realidad es igual para todo el género humano. Otra cosa es la comprensión de esta realidad por cada cultura.
    Yo propugno un “a Dios rogando y con el mazo dando”. No una acción poco madurada sobre la realidad, sino una “acción” también y al mismo tiempo, sobre la “torre de control” de las acciones objetivas en el mundo, la mente. Porque es fundamental, como hacemos lo que hacemos, y porque.
    Ni solo espiritualismo, ni solo materialismo. Al 50 %

  • Luís Troyano Cobo

     
    Manuel:

    Los monjes que renuncian a todo menos a una escudilla para la sopa que comen. Pueden estar sentados lo que quieran. Han pagado el precio. Ya digo que el camino del espíritu, para unos es largo y para otros corto.
    Además. No todo consiste en sentarse en la posición del loto.
    Otra cosa:
    Si lo que tu quieres es transformar el mundo. Me parece muy bien. Pero el mismo Lenin, decía que “sin teoría revolucionaria, no había revolución”.
    Fíjate, que en ningún momento digo ni diré que el materialismo es algo a combatir. Digo del materialismo que es una reducción de la Realidad, un reduccionismo, que le falta el 50% de lo que es toda la realidad.
    Me expreso en lenguaje dualista. (Como me expreso sino).Pero no soy antimaterialista, ni espiritualista. ilústrame por favor, cual es “el humo de mis inciensos”.
    La mente es “nuestra guitarra”. Si no aprendemos a tocarla, la música que generemos, será desarmónica. Y podemos hacer más mal que bien. ¿para que han servido los muertos por la revolución?. En muchos casos, ni para que sus restos mortales se vean horados. ¿Para qué ha servido, la aberración de que “el fin justifica los medios” . Para matar por la causa. Y cada uno tiene su causa.
    En teología una de las acepciones de Dios, es la de, -Misterio- y otra la de -Realidad- .

    Yo no soy un converso. Soy un renegado del cristianismo que conocemos. En su tiempo si fui converso. Pero de mi apostasía hace muchas décadas. Si me llamas converso, me ofendes. Ahora. En estos días, estoy reconciliándome con el cristianismo. Pero el cristianismo gnóstico.

  • oscar varela

    Hola!

    ¡Uy, uy, uy!

    ¿Y ahora:
    1.- qué HICE?
    2.- qué HAGO?
    3.- qué HARÉ?

    1.- ¿Habré vivido,
    2.- vivo,
    3.- viviré:
    AL PEDO?
    ————-

    Tal vez convenga diferenciar:
    “actividad” de “hacer” (facer, fabricar)

    ¿No habrá llegado el “homo” a ser “sapiens”
    gracias al “homo” “faber”?

    Además, desde el punto de vista de “la calle” (o vereda)
    escucho que se dice “HACER yoga, o meditación”.

    ¿No habrá LA MANO hecho CAUSA COMÚN con LA MENTE?

    ¡También con LOS PIES ¿cómo no?!
    (nos lo recuerdan los “peri-patéticos“).
    ………………..

    En fin: pienso que EL SER es una FACENDA (una FABRICACIÓN) para lograr ESTAR BIEN (BIENESTAR).

    ¿Tal vez, no?

    ¡Voy todavía! – Óscar.

  • Manuel

    El comunismo, el socialismo, el liberalismo. Ya no digamos, los fascismos. Y la democracia moderna, La religión jerárquica organizada, que vende “humo”, y cobra por ello, la economía, que empobrece a los muchos y enriquece a los pocos, la medicina y las farmacéuticas, que eternizan la enfermedad, la política que degenera en corrupción. En fin…, ¿Todo…? Pues sí, todo lo que se hace sin valores éticos, que se consiguen con la autentica espiritualidad.

    Es decir, todo es deplorable, destructivo, alienante.Todo lo que se deriva de una visión materialista del mundo es una hecatombe para la especie humana. Sólo lo que deviene desde una vivencia espiritual, naturalmente la auténtica, es lo que impregnaría de una profunda ética al comportamiento humano.
    Bonita actitud integradora con esa realidad la que se obtiene de las profundas incursiones meditativas desde el SER.
    Exquisito mensaje para quienes están, no bajo la postura del loto varias horas del día tratando de alcanzar mediante el kundalini la iluminación, sino echando horas extras y asociándose con quienes comparte esa misma situación en un sindicato de clase.
    Ejemplar testimonio de quien viene de vuelta de la ignominiosa filosofía de no explicar tanto el mundo sino de transformarlo como así lo están haciendo todavía, quienes luchan contra los intereses de las farmacéuticas pero también contra los antivacunas, los que luchas desde los criterios contrarios a la desigualdad y que acogen las familias, comunistas, socialistas y demócratas. Si demócratas, que firmarían para sus países la denostada democracia nuestra. Los escépticos que exigen pruebas evidentes a los creyentes de todas las confesiones religiosas que venden humo, pero también del humo de tus inciensos Luis. Un humo muchísimo más inverosímil que el de las religiones monoteístas cuya originalidad consiste en llamar a dios, misterio (¡¡!!).
    ¡Ay los conversos!
    Materialismo es reducción de la realidad, es descuidar la parte que es fundamental, la mente. Y como somos salvajes mentales, el mundo se convierte en un lugar infernalmente atroz.
    Espléndida conjunción y síntesis con la realidad Material. Esa visión dualista de contraponer espíritu y materia está periclitada. Ésta, no sólo está traspasada por los conocimientos científicos, sino que además de acentuar la conducta antimaterialista desde el punto de vista moral, que puede ser compartida mayoritariamente desde muchas desde muchas ópticas humanistas, la está emparejando con el punto de vista epistemológico, lo que resulta de un despropósito descomunal.
    Se puede ser antimaterialista desde el ángulo ético y monista materialista desde el punto de humanista. Lo que hace Luis es apología de su creencia dualista defendiendo que la humanización de las relaciones humanas en este universo corrompido, solo es posible hacerlo desde el espiritualismo “pseudorreligioso” de las filosofías orientales. Eso también, a juicio mio, un humo intranspirable a pesar de recurrentísimo argumento de los efluvios del amor para quedar bien sintácticamente.

  • ROMAN DIAZ AYALA

    Nuestra más honda y firme base civilizatoria,  los rudimentos que configuran nuestro pensar europeo consiste en el descubrimiento griego del pensamiento racional que principió con los principios del ser de las cosas en un ejercicio  de abstracción
    Tenían como antecedente a Homero que había  racionalizado y reorganizado el ámbito de los dioses. Desde entonces teología y filosofía consistían en dos modalidades de un mismo pensamiento.
    En un esfuerzo por superar la crisis de la racionalidad después de la gran crisis,  ahora se diserta sobre otras formas de inteligencias  y así decimos:
    Inteligencia emotiva o emocional,
    Inteligencia  espiritual.
    Etc.
    Englobado el  misterio en tales formas de asertos, hemos vuelto a la filosofía,  teología de la que partíamos.
    Otras civilizaciones emprendieron caminos distintos en sus pasados.
    Pero nuestra civilización occidental tampoco ha olvidado que la realidad aunque sea envolvente sigue siendo objeto de nuestra acción sobre ella.
    Está en nuestros genes.
     

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