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El credo de la comunidad

Jesús Gil(Leyendo al obispo anglicano J. Sh. Spong)*

  • Creemos que existe una Realidad trascendente presente en el corazón de la vida. A esta Realidad la llamamos Dios.
  • Creemos que esta Realidad tiene una tendencia hacia la vida y la plenitud, y que su presencia se experimenta como una llamada para ir más allá de nuestros límites humanos, frágiles y temerosos.
  • Creemos que esta Realidad se encuentra en todo lo que existe, pero alcanza la autoconciencia y la capacidad de ser nombrado, compartido y reconocido solo en el ser humano.
  • Creemos que el cielo, ese lugar con el que se ha identificado tradicionalmente esta Realidad, no es un lugar, sino un símbolo que representa el infinito del Ser mismo.
  • Creemos que entramos a este estado celestial cada vez que rompemos las barreras que limitan la vida humana o devalúan la capacidad que tiene.
  • Creemos en Jesús, llamado el Mesías, o el Cristo.
  • Creemos que esta Realidad trascendente se reveló en su vida con tal intensidad, que causó que la gente se refiriera a él como el hijo de Dios, o el Hijo único de Dios. La intensidad abrasadora de Dios era tan real en él, que al ver su vida decimos: “En ti, entendemos el significado de Dios, así, que para nosotros, tú eres el Señor y el Cristo”.
  • Creemos que ese Jesús era una presencia de Dios, una experiencia poderosa de la realidad de esa Base del Ser, que nos ciñe a todos con la profundidad de la vida.
  • Creemos en ese regalo del Espíritu, que llamaron “el dador de vida”.
  • Creemos que este Espíritu inevitablemente crea una comunidad de fe que, con el tiempo, abrirá este mundo a Dios como la verdadera Base de su vida y de su Ser.
  • Creemos que estar en contacto con la Base del Ser crea la comunión universal de santos, el perdón de los pecados, la realidad de la resurrección y la puerta hacia la vida eterna.

*J. Sh. Spong. Por qué el cristianismo tiene que cambiar o morir. Editorial Abya Yala. Quito. Ecuador 2014. Epílogo.

Comunidad Cristiana Popular de Balsas

Zaragoza, Junio  2015

17 comentarios

  • M.Luisa

    Hola Juanel, no te apresures en darme tu opinión, disfruta de tu nieto todo cuánto puedas.
     
    Sólo  a modo de reflexión, desarrollaré un poco más la idea en la que dejé apuntadas algunas nociones que contradecían de algún modo lo que expresaste en tu comentario, hace unos días, al decir que no distinguías entre el ser de las cosas materiales y las vivientes.
     
    La intención de mi objeción no era sacar el tema como visto aisladamente sino que, por su importancia,   aprovechar tu punto de vista sobre esta indiferenciación para retroceder hasta allí donde yo pienso se produce en ti aquella desconexión que te obliga necesariamente a situar lo pleno, la plenitud, en un plano distinto.
     
    ¿Por qué tu siendo biólogo no partes de esta ciencia para ver hasta dónde te lleva, ya  que de lo que  hablas  es de la plenitud en tanto humana?
     
    El ser de las cosas, la actualidad de ellas, es un momento físico de lo real, pero no es un momento en el sentido de una nota física suya. Por eso te puse el ejemplo entre mezcla y combinación. En esta última podría ya entreverse como si de una estructura se tratara, no así en el concepto de mezcla.
     
    Dices: El granito (roca)no es solamente un montón de cuarzo sino que para   formarse estos minerales han sufrido un proceso ignio plutónico, que le dan las propiedades propias del granito”. Pero es justo lo que te decía, pues estas propiedades  del granito le son propias de un modo radicalmente distinto  a como le son propias las propiedades que tiene un ser vivo.
     
    Con sus propiedades una roca no actúa  como actúa un ser vivo con las suyas.
    La roca con ellas actúa sólo por efecto de la ley de la gravitación, en cambio un ser vivo, además, actúa con ellas por la manera de ser suyas sus propiedades.

  • mª pilar

    ¡Gracias Juanel! Y…
    ¡Disfruta en plenitud de tu nieto..! aunque te agote; seguro te llenará de gozo su compañía, son…:
     
    ¡Geniales… y su amor… especial!
     
    Un abrazo entrañable.
    mª pilar

  • M.Luisa

    Hola Juanel:
    Ciertamente  me  preocupa que después de tanto tiempo de  hablar y de darle vueltas a un  tema  cualquiera de estos que tanta concurrencia tienen  no se consiga ni un mínimo de acuerdo en algunos de sus puntos. Esto no va en contra de la diversidad sino simplemente reconocer que para que ésta muestre toda su riqueza  en algún momento sus diversos  caracteres  tendrán  que converger o hallar puntos en común.
     
    Sobre lo que dices de que no ves diferencia entre las propiedades de un mineral con las propiedades de un ser vivo pienso que  sí la tiene en sentido filosófico pues haciendo una analogía podríamos decir que así como en química se distingue entre  mezcla y combinación,  entre funcionalidad meramente aditiva y  funcionalidad de tipo combinatorio,  se produce entonces en el ser vivo un tipo de funcionalidad nuevo  basado, precisamente  en  una estructura especificamente  molecular. El ser vivo no es propiamente una sustancia sino una estructura de sustancias, está caracterizado específicamente por una sustantividad, es sistema.

    Por otra parte, fijándole al final de tu comentario , pienso que la lucha por la supervivencia no es  traducible  por brutalidad, la supervivencia se encuentra  en hallar  la estabilidad en el medio  circundante correspondiente a cada especie en cuestión.
     
    un cordial saludo

  • Juanel

    Hola Mª Pilar
    En estos días tengo a mi hijo y mi nieto aquí en Tenerife, sólo hasta el lunes 27. Por esto no tengo mucho tiempo para ocuparme de los diálogos en Atrio. Lo primero es lo primero. Aprovecho unas horas de madrugada mientras duermen para contestar, luego me dedico plenamente a disfrutarlos. Mi nieto de 6 años no para, jugando con él a todo cuanto se nos ocurra, me llena de vitalidad aunque al atardecer estoy agotado y lleno de agujetas por el ejercicio.

    Sabes que de corazón estamos próximos entre nosotros aunque nuestros planteamientos digamos teóricos no coincidan. Esto no tiene importancia. Para mí el ser humano presenta al menos una dualidad innata, por herencia cultural y genética. Junto a la bondad y el altruismo capaz de hacer cosas formidables de alto nivel ético como apuntas, por las ventajas adaptativas de colaboración y enriquecimiento mutuo, también tenemos la maldad y el egoísmo por razones de supervivencia. Tenemos que lidiar o gestionar bien ambas cosas. Y si queremos mejorar en dirección hacia la plenitud de vida humana, tenemos que disminuir al máximo los problemas de supervivencia individuales, que pienso podrían “casi” eliminarse si las condiciones sociales y económicas de la sociedad asegurasen la supervivencia para todos/as. Claro que lo peor de la humanidad está en aquellos que tienen más que de sobra para subsistir y se comportan de modo anti-ético, disfrutando del daño que producen por sus intereses particulares o simples caprichos.

     
    Precisamente porque me resulta evidente que el comportamiento animal y también humano es con demasiada frecuencia anti-ético, y que la Naturaleza no es precisamente una buena Madre protectora de sus hijos, sino que tienen que sobrevivir en un mundo hostil, no creo que Dios sea el responsable del mal del mundo. Lo de creador aplicado o atribuido a Dios tiene para mí un significado distinto, que relaciono con la Plenitud Humana. Dios actúa como centro atractor de la humanidad hacia sí, y con ella a todo su entorno natural y todo cuanto haya existido y sea percibido y guardado en la memoria colectiva humana, para ser llevado con ella a lo eterno de Dios. La creación de Dios para mí está al final de la historia cuando todo culmine y no al principio.

  • mª pilar

    Muy interesante… cambiar el lenguaje y escuchar a la ciencia…:
     
    ¡¡¡Fundamental!!!
     
    https://youtu.be/P65vczziGgw
     
    mª pilar

  • mª pilar

    Si la creencia es:
    ¡En Dios creador de todo!
     
    ¿Cómo se puede decir…. que la naturaleza humana es “casi” mala o negada en si misma, para lo santo, bueno, justo?
     
    ¿Que clase de “dios” es, como creador?
     
    Supongo, que si es un “dios” creador… como Jesús nos trae a colación, que todo lo hizo bien; nuestra mirada debería entrar más profundamente en la realidad y capacidad humana.
     
    Para mí, en nuestro ser, está ya injertado, plasmado, forjado… todo lo que cada ser nacido posee en si:  para decir,   solucionar, tomar decisiones… en cualquier extracto de nuestro vivir.
     
    Puede elegir por donde caminar, que postura tomar, como vivir aun en medio de  crudas realidades; si algo tiene el ser humano es, la capacidad de sentir esa libertad y ponerla en funcionamiento en cada momento.
     
    Pero nos es más cómodo descargar nuestras indolencias o abandonos… culpando a otras personas, momentos, problemas, desastres; y como siempre apostillar … ¡Es humano!
     
    En toda clase de momentos fuertes de la historia, encontraremos personas que… ¡jamás! se dejaron vencer por las dificultades, fueran de la categoría que fueran.
    En todos los lugares del mundo, viviendo todas las personas más o menos las mismas calamidades o bonanzas, todas ellas estén cortadas por el mismo rasero.
    Siempre hay, quienes se han mantenido en el camino del bien aun a costa de su propia vida, mientras otras se han vendido al mejor postor para conseguir sus deseos.
    La naturaleza humana es en si misma… ¡Buena, rica en posibilidades y expectativas…! otra cosa son… nuestros anhelos para nuestro vivir.
     
    Es solo mi manera de mirar… desde lo más profundo de mi ser, la grandeza y capacidad humana… que puede llegar a conseguir una humanidad en plenitud, pase lo que pase a nuestro alrededor.
     
    Por esa razón, el ser humano en si mismo, puede encontrar en si… todo cuanto sea necesario para llevar a cabo esa labor.
     
    ¡La Esencia de la Vida! Siempre está ahí… por que si… al quite de cada esfuerzo, tentativa, lucha, trabajo, análisis de cuanto nos rodea; y en cada “deseo” se pone en marcha su potencia,  grabada a fuego en nuestra misma entraña, como  un soplo de ella misma, porque de ella salimos.
     
    Hay cientos de nombres para nombrarla.
     
    Tantos, como movimientos, razas, credos… o sencillamente caminantes en este devenir de la vida.
    No es personal de nadie, ni mejor o peor que, ni nadie se quedará sin esa como necesidad de buscar ¡Ese no se que…! que cada cual lleva inmerso en si.
    mª pilar

  • M.Luisa

    Hola Juanel, ya metida en las tareas cotidianas,digamos caseras y  tras  haber  comentado esta misma mañana  en otro  hilo, no puedo ahora concentrarme en lo que me dices, (cosa seria, por cierto)  dame pues algo de tiempo….gracias

  • Juanel

    Hola Mª Luisa
    Al dirigirte directamente a mí pues me motiva a contestarte y a iniciar un diálogo contigo, aunque los dos sabemos difícil. No te sepa mal, procuro estar abierto a todos los diálogos que rozan los temas que me interesan, en particular cuando las opiniones no coinciden. Siempre has manifestado que te preocupa la falta de coincidencia o un simple acercamiento, sin embargo, a mí me gusta la diversidad, y teniéndola en cuenta me interesa aclarar las distintas perspectivas asentando divergencias en argumentos lo más razonables posibles, destacando las posibles incoherencias internas de cada cual si las hubiere, tanto si comparto sus ideas como si no.

    El tema que me propones es que parece que no hago distinción en el ser de las cosas, en particular entre las materiales y las vivientes, y es verdad. No veo diferencia alguna en el sentido en que una roca tiene propiedades nuevas que no son las de sus componentes minerales, con las propiedades nuevas que tiene un ser vivo, desde una bacteria a un primate, que no son las de sus componentes orgánulos bacterianos u órganos y tejidos animales. Dices que hay diferencia ontológica, en el ser. Vamos a ver. El granito (roca) no es solamente un montón de cuarzo, feldespato y mica, sino que para formarse estos minerales han sufrido un proceso ígneo plutónico, que le dan las propiedades propias del granito. Es otra cosa. Haces referencia a la distinción entre sustancia (la sílice y los silicatos que la componen) de la sustantividad, aquello que ES el granito. Estoy de acuerdo con esta distinción. Pero esta diferencia la veo idéntica cuando distinguimos la sustancia de las células bacterianas (glúcidos, lípidos, proteínas y ácidos nucleicos que se estructuran en orgánulos celulares como pared, membrana, ribosomas etc.) de la sustantividad de la bacteria, pues esta ES otra cosa distinta a sus componentes. Tienen características o propiedades propias, tanto la bacteria E. coli, como el granito, que no están presentes en sus componentes o sustancias.

    Lo que me niego a aceptar es que los seres vivos tienen un “algo” sobrepuesto esencial, de categoría completamente distinta a la materia-energía, como si de una creación “de novo” se tratase, nombrado como Vida. Para mí la vida no es otra cosa que una estructura u orden que surge de la unión y relación natural de sus componentes, que son moléculas orgánicas y también inorgánicas, dando estructuras funcionales con competencias evolutivas.

     
    Por supuesto que no creo en absoluto que el Espíritu Santo se dé en la vida bilógica y humana. La vida biológica es por lo general brutalmente anti-ética, en su lucha por la supervivencia y si me apuras también aunque en menor grado la humana. Y esto para mí no es compatible con lo Santo y menos con lo divino.

  • M.Luisa

    No te sepa mal, Juanel, que me haya detenido en lo que comentas sobre tu fe con respecto al escrito  que nos ofrece Jesús Gil, (a quien desde aquí le doy las gracias) pues  no lo hago con ánimo de controversia alguna sino más bien  por  intentar  averiguar  de dónde procede, en última instancia,  el desencuentro  en  vuestros tan variados posicionamientos. Ya en otro Post. me decanté, el otro día,  por pensar si no se debería  a   que vuestros planteamientos  se afincan cada uno de ellos en la contraposición  de las  dos vías, entre las   posibles, decía,  de conocimiento más significativas de Occidente, la latina y la griega. Pues bien si me permites abordaré ahora otra secuencia de tu comentario.
     
    Dices: “Para mí, no existe una Realidad trascendente sobrepuesta a la natural, y por tanto, tampoco está presente en el corazón de la vida. En el corazón de la vida sólo hay células, moléculas, átomos, quarks,…, y las relaciones entre ellos, junto a las 4 fuerzas físicas fundamentales, con sus campos y partículas-ondas correspondientes. Nada hay que nos indique en la naturaleza una tendencia a la vida y menos aún hacia la plenitud”.
     
    Parece  como si no distinguieras el modo de ser de las cosas. Las materiales y las vivientes. La concepción en las primeras es algo que “está ahí”  en las segundas el ser es siempre acción. Tanto las unas como las otras tienen  muchas propiedades pero  las tienen en un sentido radicalmente distintos pues el ser vivo, con ellas, no hace sino vivir a través de sus múltiples manifestaciones  justo porque, precisamente,  aquellas le son propias en un sentido radicalmente distinto  de aquel por el cual son propias, por ejemplo,  de un mineral sus propiedades físicas. Esta idea aquí un poco más desarrollada es la misma a cuando de manera  escueta hablo de la diferencia entre sustancia y sustantividad en la interpretación ontológica de la realidad.
     
    En este planteamiento podemos ver ya dos enfoques diferenciados y adscritos cada uno de ellos en aquellas dos vertientes que unifican el pensamiento europeo

  • Román Díaz Ayala

    Al obispo Spong podemos conocerlo por su trayectoria y por sus escritos. Hace tesis y podemos estar de acuerdo o disentir en todo o parcialmente, siempre que comprendamos su  trasfondo cultural  norteamericano, episcopaliano y afiliado intelectualemente a la rama más abierta hacia la cultura laica de nuestra sociedad.
    Tuvo que hacer su síntesis partiendo de su tradición para huir de posibles antropomorfismo del lenguaje y del pensamiento religioso considerando que eliminado el mito, se desprendía de todo constructo humano en la búsqueda de una nueva relación con lo trascendente.
    a algunas personas les puede parecer un hallazgo feliz, a otras, una nueva elucubración, cuestión de si purifica su fe o se reviste con nuevas creencias.
    Yo entiendo que Spong cuando califica a Dios de realidad trascendente que de alguna manera se hace presente, o anida en el interior humano no está afirmando ni negando la personalidad de Dios, o no se atreve para permanecer en la incertidumbre, a la espera de un nuevo Godot.
     
    Pero yo me hago esta pregunta: Esa comunidad de base que ha elaborado su credo partiendo de las premisas ( hasta cuatro) de Spong, ¿Creen que están haciendo una confesión de fe en una  Persona, o en una formulación abstracta? ¿Es la creencia en Dios un ejercicio de adivinación?
     
    Y si la Comunidad ha reflexionado “comunitariamente” sobre Dios y su posible naturaleza, ¿por qué este Dios es tan distinto, tan otro, al que se reveló en la historia?  ¿No será que el problema previo no fuese un problema de antropomorfismo, sino de aceptación del Misterio?

  • M.Luisa

     
    …Se me quedó fuera de la selección, lo siguiente:
    Tú mismo te contradices al decir en el párrafo siguiente que  no existe una Realidad trascendente sobrepuesta a la natural, si esto lo entiendes así por qué  tienes que recurrir entonces a las añadiduras? Lo que aportan éstas no pueden provenir   de  nada que sea  real.

  • M.Luisa

    Hola Juanel, ¿No crees que  el Espíritu Santo, teológicamente hablando, sea  precisamente en la vida biológica y humana en donde se da? Es decir, de donde proviene?

    Pienso que las añadiduras  lo son como consecuencia de  pensar dualmente la realidad. El añadido de vida eterna no es sino un producto de la mente que surge como consecuencia de concebirla  desligada del sentir. En el sentir  humano está dada la realidad. Esto no quiere decir que en este darse ya  se  tenga al mismo tiempo  un conocimiento exhaustivo de ella, eso no,  pero la impronta está ahí físicamente, por lo que no tendría sentido entonces  buscarla  por el procedimiento mental a solas, es decir abandonarse  al terreno de las lucubraciones.    La vida humana no consiste  solamente en vivir con lo que se tiene, sino que con ello trascenderla hacerla plenamente humana.

  • mª pilar

    Hola Jesús Gil:
     
    La comunidad… ¿por el Picarrál?
     
    Un saludo.
    mª pilar

  • Pascual

    Pues sí, Juanel, eso y luego muchísima buena voluntad para ver el otro lado de los símbolos. Le estoy muy agradecido al simpático abuelete Spong, gracias al cual se pueden ir soltando amarras.

  • Juanel

    Con este consenso de fe sólo comparto una: “creemos en Jesús, llamado el Mesías, o el Cristo” y a “creemos en ese regalo del Espíritu que llamaron dador de vida” mi fe le añade vida eterna, pues no es la vida biológica y humana la que proviene del Espíritu Santo sino la vida eterna en el ámbito divino, en el que culminará la historia de toda la humanidad sin exclusiones, al ser transformada por el Espíritu para poder entrar en lo eterno de Dios.

    Para mí, no existe una Realidad trascendente sobrepuesta a la natural, y por tanto, tampoco está presente en el corazón de la vida. En el corazón de la vida sólo hay células, moléculas, átomos, quarks,…, y las relaciones entre ellos, junto a las 4 fuerzas físicas fundamentales, con sus campos y partículas-ondas correspondientes. Nada hay que nos indique en la naturaleza una tendencia a la vida y menos aún hacia la plenitud.

    El Cielo no es la Realidad trascendente, sino el Reino de Dios. No es un símbolo sino un lugar real en el futuro de nuestra historia, en el tiempo en el que toda la humanidad haya alcanzado el triunfo del bien, la Plenitud. No entramos en el Cielo o Reino de Dios de forma individual, no existen estados celestiales de algunos privilegiados, pues nadie tiene la capacidad de traspasar los límites humanos, distinguiéndose de los demás adquiriendo privilegios especiales. La entrada en la Plenitud no puede ser individual pues significa también completud, es decir, mientras falte alguno para entrar en ella, la Plenitud aún no se ha formado. Cierto, algunos pueden estar más cerca que otros y la responsabilidad de los que están más cerca es la de atraer a ella a los que van más rezagados, con el fin de completarla. Es la Plenitud la comunidad universal de Santos. Todos/as la alcanzaremos en una segunda oportunidad de vida pues volveremos a ella en un tiempo muy próximo a la Plenitud, un tiempo de perdón y de reconciliación entre humanos. Y sí creo, que la Plenitud o el Reino de Dios es la puerta a la eternidad por acción directa del Espíritu Santo.

     
    Yo no creo que Jesús era una “presencia de Dios”, una experiencia poderosa de la Realidad o del Ser. Jesús no manifiesta su divinidad de la cual se despojó para ser humano, lo que manifiesta es la plenitud humana que él tiene constitutivamente. Decir que Jesús era una presencia de Dios, simplemente me resulta irracional. Tienen razón aquí los musulmanes cuando se ríen de nosotros los cristianos por tener una idea de Dios tan humana que no es sino idolatría. Cuando los cristianos decimos Jesús es Dios o el Hijo único de Dios, interpretada literalmente, es una expresión idolátrica. Sin embargo, yo confieso mi fe usando estas expresiones. ¿Por qué? Pues porque en Jesús está la clave de la Plenitud y la Plenitud es la puerta al ámbito divino. Pongo toda la realidad natural en función de la plenitud humana y su entorno natural, dado que en ella se recapitulará todo cuanto haya existido. Y por tanto puedo decir que todo cuanto existe fue creado por él, con él, y para él, el primogénito de todo cuanto ha sido hecho, es por tanto el Hijo único de Dios y Dios con nosotros.

  • Antonio Duato

    Aclarando.

    El texto es un “destilado” del  Epílogo del libro ¿Por qué el cristianismo tiene que cambiar o morir? de John Shelby Spong, obispo episcopaliano (anglicano) jubilado. Los primeros cinco puntos reproducen literalmente lo de Spong.

    Este epílogo se titula “Una palabra final” y corresponde al capítulo 1º: “Rezando el credo con honestidad”. Empieza este Epílogo diciendo:
    Nuestro vieja a esta nueva forma de entender nuestra fe llega a su conclusión. Resumo este viaje revisando otra vez las palabras del credo y defino las conclusiones a las que me ha llevado su estudio.

    Jesús Gil nos ha estado presentando diversos capítulos del libro desde febrero de este año. Él es un sacerdote casado integrado en una comunidad de base de Zaragoza. El “creo” del original ha sido sustituido por el “creemos”, seguramente para poder ser utilizada esta síntesis por una comunidad.

    Considero un acierto aprovecharse del camino realizado por un obispo-teólogo protestante. Siempre las comunidades de base de origen católico se han aprovechado de lo vivido por protestantes que no son aceptados en sus mismas iglesias: Bultmann, Tillich, Bonhöffer, Moltmann. Y la teología y el episcopado de Spong está hoy ligado a una reforma importante: la aceptación plena de la mujer y de los homosexuales en las iglesias y ministerios.

     

  • oscar varela

    Hola!

    Algunas preguntas para entener:

    1.- ¿Dónde está Spong en este Post?

    2.- ¿De quién es este rosario de “creencias”:
    a) de Spong?
    b) de la Comunidad Cristiana Popular de Balsas?

    Si fuera en el caso 2.- b)
    * ¿Qué tiene que ver Spong allí?
    * ¿Qué tiene que ver Jesús Gil allí?
    * De dónde, cómo, por qué y para qué han concensuado ese conjunto de “creencias”?

    Gracias – Óscar.

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