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Un cabal obispo valenciano en Chile

IsernJuan Luis Ysern pertenecía a mi misma parroquia de San Esteban de Valencia. Allí le conocí de joven a él, a sus padres y a toda la familia. Después se hizo chileno. Y después obispo, ya jubilado.

Conocía su posición respecto al controvertido nombramiento de Juan Barros como obispo de Osorno. Pero hoy he leído en Reflexión y Liberación el texto completo de su carta. En ella muestra su bondad y realismo. Habla de su difícil paso por la diócesis de Calama en el trágico 1973. Creo que es un texto que merece ser leído y comentado en ATRIO. AD.

Carta al Obispo Juan Barros Madrid
Santiago, 31 de mayo 2015

Querido Hermano Juan:

Me he decidido a escribirte esta carta que, aunque es personal, quiero también hacerla pública porque habiéndome referido a ti en algunas entrevistas realizadas en medios de comunicación social, estando yo discrepante a tu modo de pensar, no quiero, de ningún modo, que alguien piense que tengo algo contra ti. Nada más falso que eso. Por lo demás, no puedo dejar de agradecerte la deferencia y amabilidad con que siempre me has tratado. Tengo que reconocerlo y expresarte mi gratitud.

Me produce gran dolor pensar que estás sufriendo mucho y que mis expresiones hayan podido contribuir a aumentar tu sufrimiento. De este modo sufrimos los dos. Me siento unido a ti en la angustia que con seguridad estás viviendo. Lo contrario sería pensar que no eres persona humana.

Es más, cuando he dicho en alguna ocasión que yo si estuviera en tu situación presentaría la renuncia al ministerio pastoral que te ha encomendado el Papa, no lo he dicho pensando solamente en el sentido de evitar el desconcierto de la gente, sino también pensando en ti más de lo que te puedes imaginar, esto es, pensando en el modo de evitarte la angustia que la situación te tiene que producir. Es algo inhumano que Dios no lo quiere ni para ti ni para la gente.

Voy a decirte algo que muy pocos saben. Hubo un momento de mi vida, poco tiempo después de ser nombrado Obispo, estando en Calama, que yo renuncié, no a Calama sino, con más radicalidad, al Episcopado mismo. Sí, pedí al Nuncio, Mons. Sotero Sanz, y al Presidente de la Conferencia Episcopal, el Cardenal Silva, que me liberaran del Episcopado. Hubiera quedado como emérito de inmediato para seguir ejerciendo mi labor como sacerdote. Nunca me dijeron por qué no me dejaron como emérito.

Llegué a Calama un año antes del golpe militar, hacía poco se había iniciado una experiencia de sacerdotes obreros en Chuquicamata. Estos sacerdotes obreros formaban un equipo en el que había algunos teólogos destacados. Trabajaban en la mina y, al mismo tiempo llevaban un proceso de reflexión teológica que me parecía seguido con mucha profundidad, incluso en consulta a Karl Rahner que era un teólogo muy querido y admirado por mí y que, como es sabido, tuvo una gran participación en el Concilio. Pero el sacerdote ideólogo de esta experiencia tenía una psicología muy difícil y complicada de modo que se hizo insoportable para los otros sacerdotes de la pastoral ordinaria.

Los sacerdotes de la pastoral ordinaria eran venidos de España lo mismo que yo y eran muy queridos por la gente, dada la gran entrega con la que realizaban su ministerio. Pero la división entre los dos grupos de sacerdotes era muy grande. Te aseguro que mi mayor preocupación era buscar caminos para conseguir la superación de los conflictos pero no fui capaz y los sacerdotes de la pastoral ordinaria me plantearon que, como veían imposible seguir en Calama estando allí el sacerdote al que me referí como ideólogo de la experiencia, me dijeron que si no expulsaba a ese sacerdote se iban ellos, a lo que respondí que no podía expulsar a un sacerdote por presión de otros. Ante eso se fueron ellos. Puedes imaginarte la situación que se me produjo. La gente vio el problema como una situación en la que yo tenía que elegir entre unos sacerdotes u otros y con ese planteamiento no se podía comprender que yo hubiera preferido quedarme con los sacerdotes obreros cuya labor no era entendida y que no atendían la pastoral ordinaria.

La reacción de la gente contra mí fue grande. Por otra parte eran enormes los esfuerzos que yo tenía que hacer para atender tanto bautizos como matrimonios y funerales procurando al mismo tiempo visitar las poblaciones y asistir a las reuniones en las que me reprochaban continuamente que hubiera permitido que se fueran los sacerdotes que ellos conocían y querían.

La situación era tan complicada que me vi obligado a pedir a los sacerdotes obreros que suspendieran por unos meses la experiencia que estaban llevando adelante. Unos poquitos días después se produjo el golpe militar. El panorama cambió radicalmente pero la tensión que vivía era mucho peor porque se trataba de la vida de las personas y de inmediato llegó la caravana de la muerte. Terrible. Muy terrible. Mi angustia era enorme.

Es imposible contar aquí la historia, pero lo que tengo muy claro es que a pesar de la situación que estaba viviendo tuve una posibilidad real de diálogo con las comunidades y poco tiempo después veía que nos teníamos mutua confianza y éramos amigos sinceros. De tal forma que cuando unos meses después se hizo público mi nombramiento como Obispo de Chiloé la gente no podía creer que yo me fuera. De inmediato yo me escondí y no aparecí hasta el día que hice la entrega del cargo a mi sucesor, Mons. Oviedo, quien siendo Arzobispo de Antofagasta se hizo cargo también de Calama como Administrador Apostólico. En la misma Misa que se celebró, Mons. Oviedo se hacía cargo de Calama y yo me despedía. Fue Misa larguísima porque en la oración de los fieles hubo mil intervenciones y cada una era un discurso pidiéndome perdón públicamente porque pensaban que me trasladaban porque ellos me habían hecho la vida imposible cuando se fueron los sacerdotes de la pastoral ordinaria. Fue una Misa de muchas lágrimas y enormes abrazos al final en la puerta. La noche estaba ya avanzando y al día siguiente, de madrugada, me fui de forma definitiva. Estuve en Calama dos años, un año antes del golpe y otro después. Años muy intensos en los que viví los mayores sufrimientos de mi vida.

Como comprenderás, sé muy bien que es imposible el desempeño de la labor pastoral en medio de campos profundamente marcados y divididos. Pero, también sé muy bien que aunque uno se encuentre en medio del rechazo de la gente, las cosas pueden cambiar en de forma increíble si es que se consiguen verdaderos caminos de diálogo en los que cada parte se expresa de verdad y, del mismo modo, de verdad escucha a la otra parte.

Por esto, cuando he dicho que los que no están de acuerdo con tu presencia como Obispo de Osorno busquen el diálogo contigo para decirte con sinceridad lo que piensan no pretendía promover campañas para hacerte la vida imposible. El diálogo me dio muy buen resultado, pero ha de haber en cada parte una verdadera actitud de escucha a la otra parte.

Y cuando he dicho que “yo en tu caso renunciaría” no lo he dicho con ánimo de molestarte, sino todo lo contrario. Es lo que hice en otro tiempo y pienso que es el medio para evitar el sufrimiento de la gente y el sufrimiento tuyo, querido Juan, que, yo lo sé, es un sufrimiento muy grande.

No veo que en Osorno se hayan abierto los caminos del diálogo y, siendo así, el sufrimiento de la gente sigue y el tuyo también. Repito, yo renunciaría. No lo digo por atacarte sino porque el sufrimiento que vives no lo queremos nadie.

Es bonito el razonamiento que haces cuando expresas que tu deber es cumplir con el encargo que te ha encomendado el Papa. Pero considero, según lo que yo he entendido, el Papa se mantuvo firme en el sentido de haber examinado con sinceridad tus antecedentes y no haber encontrado fundamento para no nombrarte como Obispo de Osorno. El Papa fue muy valiente, Yo lo admiro mucho. Pero lo que considero que no pudo darse cuenta el Papa es que en Chile hay diversas clases de víctimas de Karadima. Tu perteneces a una de esas clases y la misma Iglesia en Chile es una víctima de Karadima. Esto nos hace sufrir a todos y tú no puedes desconocer que perteneces a una de las diversas clases de víctimas. Esa marca la tienes y te acompañará donde vayas.

Sabemos que el Papa es un gran signo que hace presente en el mundo la ternura de Dios, Estoy plenamente convencido de que por ningún motivo del mundo te habría nombrado para una misión que te es imposible cumplir y que tiene que hacerte sufrir mucho. Eso sería torturarte. Algo totalmente opuesto a la ternura del Papa. Pienso que el día en el que el Papa se dé cuenta de esto va a sufrir él y de una forma u otra va a sentir la necesidad de liberarte de Osorno y pedirte la renuncia. Como pienso esto, encuentro que sería mucho mejor presentar la renuncia antes que él llegue a pedirte que la presentes. Repito una vez más. Esto es mi modo de pensar, según lo que he vivido y he hecho.

Al decirte estas cosas, querido Juan, no me tengas como adversario, por favor, sino como hermano que, con sinceridad, te dice las cosas buscando el bien tuyo y de todos tal como creo que es la voluntad de Dios.

Finalmente, otra cosa que me parece importante. En las situaciones como la que estás viviendo, los mecanismos interiores le llevan a uno a considerar que quienes están a favor son los buenos y los que están en contra son los malos. Eso es falso. En todas partes está el trigo mezclado con la cizaña. Si descubres las personas buenas en un lado y en otro podrás encontrar caminos muy interesantes para cada paso.

Puedo contarte que cuando me tocó vivir el problema de la profunda división entre los sacerdotes obreros y los sacerdotes de la pastoral ordinaria yo encontraba que en cada una de las partes había sacerdotes que consideraba muy buenos a quienes yo quería y sigo queriendo mucho. Incluso yo veía que había personas que quedaban desconcertadas porque no entendían que yo pudiera entender y defender actitudes de quienes consideraban que estaban contra mí, pero con eso otros comenzaron a entender que yo no estaba contra nadie.

Juan, renunciando a la potestad, adquirirás autoridad y paz. Por mi parte puedo decirte que la renuncia que presenté al comenzar mi ministerio episcopal, la volví a presentar al cumplir los 75 años, hace ya diez años. Pero ahora sí que fue aceptada mi renuncia. Con gozo sigo realizando labor pastoral y me siento muy cerca de las personas que en esa atención pastoral, Dios pone en mi camino. Te aseguro: ser emérito no impide ser feliz. De verdad. Soy feliz.

Me he extendido mucho. No me alargo más. No sé cómo será la secuencia de los hechos, pero sea como fuere, cuenta con mi oración y afecto.

Un abrazo muy grande, querido Juan. Hoy en la fiesta de la Santísima Trinidad. Dios es Comunión de Personas. Dios es Amor.

+Juan Luis Ysern de Arce
Obispo emérito de Ancud

13 comentarios

  • Rodrigo Olvera

    Para ser justo con Ysern, debo decir que en la misma presentación del libro, Aldunate afirma que Ysern los defendió ante los obispos lo más que pudo. No dudo que fuera así, y que la decisión de cesar la misión Calama haya sido dolorosa para el obispo.  Lo que no me parece cabal ni bondadoso ni realista es reinterpretar 40 años después ese conflicto como un mero conflicto de personalidad personal, ni equipararlo con el conflicto actual de Barros en Osorno.
    Un abrazo de regreso, Pili.

  • mª pilar

    ¡¡¡Gracias Rodrigo!!!
     
    Me uno a lo que nos expones, y no hay mucho que investigar… no hubo mucha valentía en las alturas clericales… más bien al contrario.
     
    George lo expone también con mucha claridad que agradezco.
     
    ¡Gracias por los interesantes enlaces que nos ofreces… hablan por si solos!
     
    Un abracito entrañable.
    pili-mª pilar

  • Rodrigo Olvera

    Respecto a caracterizar que la solicitud de “suspender por unos meses” la experiencia de Calama se debía a la presión de las comunidades al obispo por la falta de atención pastoral, tal caracterización no concuerda con la carta de Ysern mismo un mes antes del golpe de estado, en que afirma que ante la emergencia de un fenómeno político-religioso de base en torno a la dimensión política de la fe según los documentos de la misión Calama, considera que dicha experiencia no continúe. Carta visible en la página 457 del libro Teologia práctica de la liberación en el Chile de Allende.
     
    Mariano Puga lo dijo clarito al presentar el libro Teología práctica de la liberación en el Chile de Salvador Allende,: el 15 de agosto de 1973 Ysern no sólo le ordena que cesen la experiencia (cesar, no suspender por unos meses), sino que les expulsa de la diócesis; ¿la razón? el episcopado (no las comunidades) no les quiere ahí.  Aquí el recuerdo directo de Mariano
    http://www.reflexionyliberacion.cl/articulo/3748/teologia-practica-de-liberacion-en-el-chile-de-salvador-allende.html
     
     

  • Rodrigo Olvera

    Aquí, otra forma de recordar la experiencia de los curas obreros de Calama, sus distintas vías frente a la dictadura (una armada, otra no-violenta), su impacto social. Una realidad más compleja que un conflicto por la psicología de un ideólogo.
    http://www.puntofinal.cl/788/maroto788.php
     

  • George R Porta

    Siento y pienso como Rodrigo que la ausencia de las víctimas en la carta sea ominosa. Si no se es culpable y no se ve una salida justa y decorosa creo que sea major retirarse de la situación. Pero en el caso de la pederastia solo cabe asumir la responsabilidad y ponerse a la disposición de las víctimas y de la justicia. El mal hecho no es reparable. Nunca lo es y menos por parte del victimario. Pero la víctima merece la oportunidad de la retribución aunque personalmente prefiero perdonar. El perdón de las víctimas no impide que la justicia civil que no puede perdonar lleve a cabo el castigo merecido a sabiendas de que ningún castigo es justo en proporción a la irreparabilidad del daño que haya causado.

  • Rodrigo Olvera

    Barros y la Iglesia chilena son las víctimas!!! Milagro bergogliano de transubstanciación!!!! Si el papa dice que no ve obstáculo en las denuncias de las víctimas de pederastia, hay que creerle al papa y no a las víctimas.  Muy cabal, sin duda.
    Culpar del conflicto diocesano a la psicología del sacerdote ideólogo (ni siquiera le nombra, le despersonifica) es una salida fácil. No es que el clero diocesano fuera xenófobo (había varios extranjeros entre los curas obreros de Calama), conservador, receloso del mundo obrero, resistente al Vaticano II, acostumbrado a estar del lado de los empresarios. No, fue la psicología del ideólogo. Muy cabal, si.
    Insinuar que a quienes se oponen al nombramiento les falta compromiso con la verdad, pero insinuar que terminarán pidiéndole perdón como le pidieron perdón a él mismo. Muy cabal, vaya que sí.
    Proponer la renuncia de Barros no por pensar en las víctimas de pederastia, que no aparecen entre tanta bondad de este texto, sino por evitarle sufrimiento a la víctima Barros. Cabal, sin duda
    Todo muy cabal, muy bondadoso y realista. Sólo falta que pidan que las víctimas de esta trama pederasta ( no fue sólo Karadima,  así como no fue sólo Maciel entre los Legionarios ya “purificados” en el anterior milagro bergogliano)  indemnicen a Barros por todo lo que le han hecho sufrir!!! Cuánta bondad y cabalidad!!

  • George R Porta

    Los “curas obreros” no fracasaron en realidad sino que fueron exterminados y asfixiados por la jerarquía. No es possible evadir el conflict que ya Rahner demostró necesario, basándose en el discernimiento de espíritus (lenguaje de su época) para discernir la validez de las motivaciones (no causales sino de propósito) en su cásico “Lo Dinámico en La Iglesia” que tiene en Francisco una nueva relevancia. De ahí la animadversion o al menos Resistencia que debe despertar en derredor.

    Por otra parte no es menos cierto que “haya tiempo señalado para todo” (Qohelet 3, 1-13) y hubo momentos en que Jesús no solo evadió el conflict sino que hasta devolvió los comentarios en forma de preguntas o sugirió circumpasar las aldeas o ciudades y hasta irse en escapada. No he encontrado un solo comentario bíblico aunque no cese de buscarlo, que acierte al explicar esta actitud de Jesús consonante con la parabola del administrador astuto en su capciosidad, sino como estrategia en la que haya que priorizar a fin de permitir la maduración. El secreto mesiánico de Marcos es otro punto similar de difícil interpretación. Y entonces cuando “la hora es llegada” simplemente se camina hacia el patíbulo aunque se sude sangre y experimenten temblores de muerte.

    Quizás Francisco haya llegado a las coordenadas (o surgido en las coordenadas) en las que la opción de ser “cura obrero” o lo que fuera comparable en el presente a fin de anunciar el evangelio desde donde la construcción de la vida y del vivir ocurren: En el trabajo, la profesión, etc., y que eso esté redefiniendo lo profético que comenzó,  en el reconocimiento del seglar (ahora laico) en los documentos del  Concilio sobre el rol de los laicos y la Iglesia en el Mundo Moderno una vez que la constitución litúrgica que ya Pío XII había en su tiempo echado a andar y que si fue aprobada tan fácilmente fue únicamente porque ya su tiempo había llegado, no importa lo que Benedicto recientemente y JP II antes veían en la liturgia de central a fin de robustecer el rol del clérigo y su forma de liderazgo que es tan cuestionable. Por suerte los jesuitas son por definición no-liturgos y es possible que Francisco sea, a la postre, legítimamente jesuita en ello..

  • George R Porta

    Gracias, Olguita. Lo agradeceré. Se me ha ido pasando el tiempo buscando cómo comunicarme. Una vez traté hasta con Marcela Serrano, la escritora a la que no conozco personalmente desde luego y era Agregada Cultural en México pero ella amablemente me explicó que no pudiera ocuparse de ello aunque también conocía a Mariano.

    Mis únicos propósitos son estos dos: agradecerle la influencia que sin saberlo tuvo sobre mí hace tantos años y saber de Andrés Prieto, si el sabe algo, pero en modo alguno interrumpir su tranquilidad lejana que respeto. Un abrazo cordial.

  • Antonio Vicedo

    He leído la larga carta del hermano Juan Luis dirigida al hermano Juan  obispo de Osorno y esto que aquí copio me ha desconcertado, desde la profunda experiencia que tuve que compartir con otros hermanos al decidirnos, por coherencia de encarnación y solidaridad con los hermanos mas explotados y capaces de entender lo de Jesús: “Buscad primero el Reino de Dios (HERMANDAD GLOBAL) y su JUSTICIA”, (no la simple beneficencia ni primordialmente la espiritualidad de culto) a estar con ellos a todo riesgo, como de ello nos dió testimonio Jesús, y tropezar con actitudes de pastoral religiosa sin compromiso por la Justicia.
     
    Pero el sacerdote ideólogo de esta experiencia tenía una psicología muy difícil y complicada de modo que se hizo insoportable para los otros sacerdotes de la pastoral ordinaria. Los sacerdotes de la pastoral ordinaria eran venidos de España lo mismo que yo y eran muy queridos por la gente, dada la gran entrega con la que realizaban su ministerio. Pero la división entre los dos grupos de sacerdotes era muy grande.”

    Yo , Juan Luis, con muchos otros , en aquellas circunstancias en las que aparecian actitudes tan enfrentadas, tuvimos la suerte de no meternos a temporizar situaciones a la baja y a la mayor ausencia de conflictos, sino a clavar bien lo ojos en Jesús y captar su claro y generoso testimonio y su mensaje.
     
    Entendimos que, siguiendo sus huellas, no podíamos enmendarle ni su testimonio,  ni su mensaje, aún a costa de nuestra propia vida: “-Porque no es el siervo mas aventajado que su Amo, ni el discípulo mas que su Maestro; y si a Mi me han perseguido, LO MISMO HARÁN CON VOSOTROS-“
     
    Y esto, el Sistema de PODERES laico y religioso, lo percibe de lejos y reacciona de inmediato.
     
    A tu larga y motivada carta por evitar sufrimientos, le sobra sensiblería de escapada y le faltan testimonios de haber constatado, en aquellos años tan difíciles para Chile, como lo fueron antes para España, que Jesús es la VERDAD y no vale empeñarse en enmendarle la página.
     
    Pinochet y los suyos entendían bien qué es lo que amenazaba su poder y obraban en consecuencia, cosa que no hacía, una vez mas,  la estructura eclesial ni su JERARQUIA,  con tarea de actualizar lo de:- “COMO EL PADRE ME ENVIÓ, ASI, OS ENVIO YO A VOSOTROS.
     
    Dicho todo esto con la mayor consideración y fraternal afecto, Juan Luis

  • olga larrazabal

    Hola George:  Estuve con Mariano Puga, a quién conocía de vista en la Parroquia Universitaria, hace unos 4 años, en un Congreso de Teología al que me convidaron a presenciar las exposiciones de Historiadores Mapuches acerca de la relación entre la Iglesia Católica y el Pueblo Mapuche.  Nos presentó el Padre Sergio Torres, de Amerindia que había sido profesor de Religión en mi colegio en Talca, y que había conocido mucho a mi familia que era gran colaboradora de Don Manuel Larraín del cual Sergio era secretario.
    Creo que te puedo comunicar con él a través de la gente de la Pastoral Mapuche, o si encuentro el correo de Sergio Torres.
     

  • George R Porta

    Gracias a Atrio por tarer a la palestra el tema de este Obispo que conoció de cerca a los curas obreros y decidió renunciar antes de abandonarlos.

  • George R Porta

    Tengo la esperanza de que alguien anime a Francisco a reconsiderar la opción de los curas obreros y campesinos que fue tan injustamente tratada. Quizás aquella primera experiencia pueda ser muy últil para iluminar otra y la beatificación de Romero seguida de la de Grande y otros puedan adicionalmente potenciar la posibilidad de una nueva forma de sacerdocio sin carrerismo ecxlesiástico.

  • George R Porta

    Hola Oscar y Olguita: Conocí en La Habana, durante mi estancia en el seminario, al P. Mariano Puga, en 1969. Fue una de las personas que más ha influido en mi vida aunque él no lo sabe o muy seguramente ni lo recuerda. Su visita me costó la expulsion del seminario porque me redicalizó de muchas maneras. Sé que ha sido cura obrero y que vive en Chiloé. Proveniente de una familia aristocrática en Chile y arquitecto de profesión, cuando le conocí venía de Paris y le escuché las anécdotas de la Revolución de los estudiantes en 1968 que me impresionaron mucho. Era amigo de Carlos Altamirano que fue senador cuando Allende fue electo y por eso pasó por Cuba como invitado del Gobierno. Por medio de él trabé Amistad y mantuve correspondencia con Andrés Prieto que era seminarista en la época y participó en la experiencia de Chuquicamata. Después del asesinato de Allende perdí el contacto con ambos por razones obvias. atribuibles a la repression organizada por el Pinocho.  

    Sólo deseo saber si pudieran sugerirme algún modo de comunicarme por correo electrónico con Mariano y saber de él y de Andrés que por noticias no confirmadas pudo haber sido uno de los desaparecidos durante la tiranía del Pinocho y sus secuaces.

    Muchos años más tarde, un águila ya había volado sobre el mar y conocí a a alguien de la familia Gumucio de Chile en mi vida professional quien trató de comunicarme con Mariano pero al parecer no pudo. El no tiene por qué recordarme pero yo le agradezco mucho por mi propia opción en la vida y me gustaría agradecérselo. No aspire a renovar la correspondencia con él ni con Prieto, lo cual ninguno de los dos necesita, pero no quiero que me pase más tiempo sin reconocerles el influjo  extraordinariamente benigno que ambos en mi años de juventud (la década de mis 20) ejercieron sobre mi vida ulterior. 

    Si pueden ayudarme a descubrir algún modo de escribirle a Chiloé donde se encuentra ahora, os lo agradecería muchísimo. He tratado por correo electrónico al obispado y no he recibido respuesta. Un abrazo agradecido independiente de que puedan brindarme alguna guía o no. George

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