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Cómo reproducimos la cultura del capital

BoffEn el artículo anterior –La cultura capitalista es anti-vida y anti-felicidad– intentamos, teóricamente, mostrar que la fuerza de su perpetuación y reproducción  reside en la exacerbación de un aspecto de nuestra naturaleza, que consiste en el afán de autoafirmarse, de fortificar el propio yo para no desaparecer o ser engullido por los otros. Pero  difumina e incluso niega el otro aspecto, igualmente natural, el  de la integración del yo y del individuo en un todo, en la especie, de la cual es un representante.

Sin embargo no es suficiente detenernos en este tipo de reflexión es insuficiente. Junto a ese dato originario existe otra fuerza que garantiza la perpetuación de la cultura capitalista. Es el hecho de que nosotros, la mayoría de la sociedad, internalizamos los “valores” y el propósito básico del capitalismo, que es la expansión constante del lucro, que permite un consumo ilimitado de bienes materiales. Quien no tiene, quiere tener, quien tiene quiere tener más, y quien tiene más dice: nunca es suficiente. Y para la gran mayoría, la competición y no la solidaridad y la supremacía del más fuerte prevalecen sobre cualquier otro valor en las relaciones sociales, especialmente en los negocios.

La llave para sustentar la cultura del capital es  la cultura del consumo, de la permanente adquisición de productos nuevos: un teléfono móvil nuevo con más aplicaciones, un modelo más sofisticado de ordenador, un estilo de zapatos o de vestido diferentes, facilidades de crédito bancario para posibilitar la compra-consumo, aceptación acrítica de las propagandas de productos etc.

Se ha creado una mentalidad donde todas estas cosas se dan por naturales. En las fiestas entre amigos o familiares y en los restaurantes se consume hasta hartarse, mientras al mismo tiempo las noticias hablan de millones de personas que pasan hambre. No son muchos los que se dan cuenta de esta contradicción, pues la cultura del  capital educa para verse primero a sí mismo y no preocuparse de los demás y del bien común.  Este, ya lo hemos dicho varias veces, vive en el limbo desde hace mucho tiempo.

Pero no basta atacar la cultura del consumo. Si el problema es sistémico, tenemos que oponerle otro sistema, anticapitalista, antiproductivista, anticrecimiento lineal e ilimitado. Al TINA capitalista (there is no alternative): «no hay otra alternativa» tenemos que contraponer  otra TINA humanista (there is a new alternative): «hay una nueva alternativa».

Por todas partes surgen brotes alternativos de los cuales cito solo tres como ejemplo: el “bien vivir” de los pueblos andinos, que consiste en la armonía y el equilibrio de todos los factores en la familia, en la sociedad (democracia comunitaria), con la naturaleza (las aguas, los suelos, los paisajes) y con la Pachamama, la Madre Tierra. La economía no se guía por la acumulación sino por la producción de lo suficiente y decente para todos.

Segundo ejemplo: se está fortaleciendo cada vez más el ecosocialismo, que no tiene nada que ver con el socialismo una vez existente (que era en verdad un capitalismo de Estado), sino con los ideales del socialismo clásico de igualdad, solidaridad, subordinación del valor de cambio al valor de uso, con los ideales de la moderna ecología, como ha sido  excelentemente presentado entre nosotros por Michael Löwy en Qué es el ecosocialismo (Cortez 2015) y por otros en varios países, como las contribuciones significativas de James O’Connor y de Jovel Kovel. Ahí se postula la economía en función de las necesidades sociales y de las exigencias de la protección del sistema-vida y del planeta como un todo. Un socialismo democrático, según O’Connor, tendría como objetivo una sociedad racional fundada en el control democrático, en la igualdad social y en el predominio del valor de uso. Löwy añade aún «que tal sociedad supone la propiedad colectiva de los medios de producción, un planeamiento democrático que permita a la sociedad definir los objetivos de la producción y las inversiones,  y una nueva estructura tecnológica de las fuerzas productivas» (op.cit. p.45-46). El socialismo y la ecología comparten los valores cualitativos, irreductibles al mercado, como la cooperación, la reducción del tiempo de trabajo para vivir el reino de la libertad de convivir, de crear, de dedicarse a la cultura y a la espiritualidad y a recuperar la naturaleza devastada. Este ideal está en el ámbito de las posibilidades históricas y orienta prácticas que lo anticipan.

Un tercer modelo de cultura yo la llamaría la “vía franciscana”. Francisco de Asís, actualizado por Francisco de Roma es más que un nombre o un ideal religioso; es un proyecto de vida, un espíritu y un modo de ser. Entiende la pobreza no como un no tener sino como capacidad de desprenderse siempre de sí mismo para dar y dar, la sencillez de vida, el consumo como sobriedad compartida, el cuidado de los desvalidos, la confraternización universal con todos los seres de la naturaleza, respetados como hermanos y hermanas, la alegría de vivir, de danzar y de cantar hasta cantilenae amatoriae provenzales, cantares de amor. En términos políticos sería un socialismo de la suficiencia y de la decencia y no de la abundancia, por lo tanto, un proyecto radicalmente anti-capitalista y anti-acumulador.

¿Utopías? Sí, pero necesarias para no hundirnos  en la crasa materialidad, utopías que pueden volverse una referencia inspiradora después de la gran crisis sistémica ecológico-social que vendrá inevitablemente como reacción de la propia Tierra que ya no aguanta  tanta devastación. Tales valores culturales sustentarán un nuevo ensayo civilizatorio, finalmente más justo, espiritual  y humano.

Leonardo Boff escribió Francis of Assisi: a Model for Human Liberation, Orbis, N.York 2001.

Traducción de MJ Gavito Milano

25 comentarios

  • Isidoro García

    José Ignacio Gonzalez Faus: “Vivimos en un enorme pecado estructural que nos hace más proclives al pecado personal (un “sistema que mata” ha dicho Francisco).

    Y de ahí sólo se sale (si es que se sale) por un camino doble y progresivo de cambios personales radicales y cambios estructurales sucesivos.
     

    O de manera más laica: la gran tarea de esta vida en la política es juntar a la vez radicalidad y realismo: porque son como el hombre y la mujer: uno sin la otra resultan infértiles”.
     
    http://blogs.periodistadigital.com/miradas-cristianas.php/2015/05/01/ipodemos-o-no-podemos-a-proposito-del-ca

  • George R Porta

    Ahora te comprendo major. Gracias. Hay problema de mi parte, porque a lo que llamas funciones, yo las hubiese llamado antes de comunicarnos, “formas” la respuesta no a la pregunta que indaga el propósito o efecto, sino a la que indaga el “como”.

    Gracias por la aclaración. Y de nuevo deseo (no sé cuántas horas de diferencia haya entre la Florida y Uruguay, quizás 5) que disfrutes tu descanso de hoy. Un saludo cordial, agradecido.

  • Teresa Walsh

    Diversos autores señalan las diferentes funciones del lenguaje, con categorías múltiples: expresiva, explicativa, narrativa, persuasiva. El  marxismo más mecanicista reparó en la representativa, una tarea de espejo de la realidad. El marketing hace maravillas con la persuasiva.
    Para quienes fuimos privados de la fecha de hoy, la jornada alcanza cumbres elevadas. En Uruguay la dictadura en 1980 la transformó en un feriado móvil,la cambió para el 5, por supuesto sin ningún tipo de manifestación pública ni privada….. fue una torpeza, yo era liceal, de treinta alumnos creo que concurrieron a clase dos o tres, el resto paralizados.  En la parroquia céntrica montevideana de los capuchinos se celebró una misa que suplía lo prohibido. En verdad vi a la Iglesia como “recinto de libertad”.
     

  • George R Porta

    Comprendo que en mi retiro tengo más tiempo para todo. Agradezco el esfuerzo que hayas hecho para encontrar la cita de Ricoeur por Sobrino. Por favor, te ruego que lo dejes estar porque seguramente puedo buscarla. Te la pedí pensando que la tuvieses a mano.

    Por otra parte es una pena Teresa que no puedas elaborar más en las facetas del lenguaje pero una, la que parece esencial  fuera comunicar y la comunicación si no se desnaturaliza, parece que sea siempre animada por la intención de persuader, al menos de que vale la pena responder.  Quizás te animes a hacerlo en otro momento. Me gustaría conocer tus argumentos.

    En cuanto al primero de mayo, yo no lo celebro. Lo consider un día de recogimiento en memoria de Zacco y Vanzetti. Cuando vivía en Cuba, donde nací y émigré hace más de 36 años, tampoco lo celebraba. Usualmente me iba de retiro y ammenudo fue Viñales o la Ermita de los Catalanes o la Estrechura donde se pierde en la tierra el Cuyaguateje. Acá, mantengo la costumbre de repasar sus biografía y repensar la injusticia. No obstante me allegro que descanses y celebres la fecha en tu libertad. Un abrazo cordial.

  • Teresa Walsh

    La filosofía del lenguaje es prolífera en señalar diversas funciones del lenguaje. La persuasión es una sola de ellas, otras más se agregan.
    El diálogo intratrinitario no exige la persuasión.
    En cuanto la cita de Ricouer, ayer luego de once horas de trabajo intenté hurgar en las páginas de Segundo, no encontré la cita, confieso que la reflexión del teólogo paisano me sedujo y distrajo.
    Intentaré hallar lo referido. Espero no obstante no quedar en la condición de la mujer de Palestina del año 30, esto es no poder ser testigo.
    Para todos quienes vivimos en algún momento bajo dictaduras ultraderechistas, el 1º de Mayo es un tiempo sacro. Redoblemos compromiso en vivir la alternativa del Evangelio.

  • George R Porta

    Oscar (un saludo cordial), “escucho” con mucha atención tus breves observaciones. Tus comentarios más extensos también.
     
    Busqué el ensayo de Gurvitch y como me interesa mucho comprender la dialéctica, encontré aún en mis estantes la edición de “Dialéctica y Sociología” que por tratarse de un estudio de la dialéctica está entre mis libros que conservaré. Me alegro del reencuentro.
     
    Revisé la introducción (o introducciones) y el índice del contenido. Si lo interpreto correctamente, Gurvitch propone que haya una sola dialéctica, a-temáticamente hablando, pero cada aplicación a un campo o tema específico convierte el fenómeno dialéctico en una experiencia diferenciada. Así la dialéctica en el pensamiento y la imaginación sociológica no es, como producto o resultado, idéntica a la dialéctica marxista, o psicoanalítica, etc. Es decir, un solo fenómeno, pero múltiple tan pronto como aterriza como proceso o método.
     
    Volveré a leerlo para estar seguro de que interpreto correctamente la propuesta de Gurvitch. Gracias por la sugerencia de volver al libro.

  • George R Porta

    Amiga Teresa: Comprendo que quizás andes ocupada. Cuando buenamente puedas localizar la cita o el libro ya lo publicarás en Atrio o lo que sea. Te agradeceré el esfuerzo de cualquier forma aunque demores, pero que no se convierta en una especie de deuda.
     

    Es interesante que le atribuyes al diálogo otra/s faceta/s además de la persuasiva. Confieso que no comprendo que sea posible comunicar sin ánimo de persuadir. No concibo la emisión de un mensaje para que sea rechazado, para que falle en persuadir al receptor de su contenido. Lo comunicado quizá no tiene que ser didáctico en sentido estricto pero no debe ser engañoso o capcioso, o dirigido a la incomprensión de sí por parte del destinatario. En el caso del diálogo para disuadir, se intenta persuadir a dejar de hacer o decir algo, etc.
     
     
    Me parece que al mencionar a Ratzinger te refieras a su interpretación dialógica del ser de Dios (concretamente en “Introducción al Cristianismo”, edición de Sígueme de 2007) cuando explica su teología trinitaria positiva y propone sus tres tesis para concluir que la atribución de ser persona lo que quiere decir es que Dios “es” en relación, dialogando; recurre a una analogía primero con la forma dialógica del relato etiológico en Génesis: El Creador habla sin  mencionar su interlocutor cada vez que crea. Después recurre al prólogo del Cuarto Evangelio en el que queda sugerida esta existencia dialógica o relacional obviamente porque ha estado en la comprensión hebrea de la divinidad desde mucho antes. No completamente indiferente de la oposición antagónica del Mal y del Bien en las tradiciones precedentes (caldea y otras de la región de la que procedía Abraham).
     
     
    Pero hasta en ese caso que propone Ratzinger y al que aludes, a partir de su fe trinitaria:  ¿Cómo pudiera el diálogo ser de otra forma que persuasivo? ¿Cómo hubiera podido haber discrepancia entre Dios y sus otras personas divinas? 
     
     

    En lo imperativo la persuasión deja de ser opcional o condicionada a la capacidad de comprensión del interlocutor y queda completamente asegurada: “Entonces dijo Dios: ¡Que exista la luz! Y la luz existió.” (Génesis 1,3). La existencia inmediata de la luz efecto de la imperiosidad del intento del Creador elimina la posibilidad del error o el incumplimiento.

     

     

  • oscar varela

    Hola!

    Cuando “visitaba” La Sorbona” (1965) prefería leer la Sociología de George Gurvitch.

    Recuerdo que tiene un estudio sobre “DIALÉCTICA y SOCIOLOGÍA” – de la Ed. Alianza, donde me parece que va mostrando unas 16 “dialécticas” en vez de la tan “dura” pero consagrada Tesis-Antitesis-Síntesis.

    Hace tiempo que ando des-lastrado de tales Libros, pero ceo que vale la pena meterse con este -para mí- magnífico sociólogo.

    ¡Voy todavía! – Oscar. 

  • Teresa Walsh

    Sigo en el debe con la cita de Ricouer. Quisiera dilatar el  concepto “diálogo”,  no encasillarlo  en su dimensión meramente comunicacional. Lo dialógico es una atmósfera; Wallon un psicólogo de los grandes, comunista él, llega a hablar de diálogo tónico entre madre y bebé, situación que no capitanea la palabra.
    En su trabajo “Introducción al  cristianismo”, el  joven Ratzinger profundiza el concepto de diálogo, Dios es  Logos pero también Diálogo. Por eso creo que debemos esforzarnos en no encasillar al diálogo en  su faceta persuasiva.

  • George R Porta

    Gracias Teresa. Leo las cosas de Segundo en cuanto puedo encontrarlas. Si recuerdas el título, lo buscaré por mi cuenta. Comprenderé que no puedas. Un saludo cordial, agradecido por tu disponibilidad.

  • Teresa Walsh

    En cuanto me sea posible ubico la cita de Ricouer; tal afirmación es abordada por Juan Luis segundo en una de sus últimos trabajos.

  • George R Porta

    La práctica no es criterio de verdad, sino el error nunca ocurriera, ni la mentira pudiera ser sistemáticamente utilizada como truco educativo. La praxis es material y en ese sentido es objeto del marxismo.

    Por otra parte el marxismo como método de análisis crítico puede condenar la violencia revolucionaia cuando no es aplicado a la impotencia de las poblaciones oprimidad versus la violencia de las opresoras.

    Teresa Walsh: Te agradeceré que especifiues la aportación de Ricoeur a que te refieres cuando escribe: “La motivación es el motor de las acciones humanas (en esto aporta P.  Ricouer) ninguna dialéctica.   Lo dialógico alienta a la emancipación del hombre/mujer…..aquí Dios hace de las suyas.

    Perdona mi incomprensión pero la motivación causal no es igual a la motivación final. La primera se disuelve en la acción y la segunda permanence active e influyente hasta que es satisfactoriamente realizada.

    No scomprendo algo dialógico (un medio de interacción preferiblemente persuasiva) puede causar liberación, una condición que una vez alcanzada necesita ser protegida y ulteriormente desarrollada. En efecto, constituye un proceso que suele durar toda la vida.

    Quizás la atribución a Jesús de que “la verdad os hará libres” (Cf. Juan 8,32) signifique que nadie alcance nunca la liberación total antes
    de morir.

    Comprenderé que no elabores en tu opinion si te encuentras muy ocupada o no deseas hacerlo, pero si lo haces lo agradeceré mucho. Cualquier cosa de Ricoeur me interes sobremanera.

  • Teresa Walsh

    La motivación es el motor de las acciones humanas (en esto aporta P.  Ricouer) ninguna dialéctica.   Lo dialógico alienta a la emancipación del hombre/mujer…..aquí Dios hace de las suyas.
    Si la práctica es criterio de verdad, como machaconamente  insiste el marxismo, diremos que la negación supone llanto para muchos y no sólo burgueses sino  purgados por el politburó.
    “Una revolución es, indudablemente, la cosa más autoritaria que existe; es el acto por medio del cual una parte de la población impone su voluntad a la otra parte por medio de fusiles, bayonetas y cañones, medios autoritarios si los hay; y el partido victorioso, si no quiere haber luchado en vano, tiene que mantener este dominio por medio del terror que sus armas inspiran a los reaccionarios. ” Con total nitidez se expresa Engels, teórico que trasladó con mayor fuerza que su compañero la idea de la dialéctica a la naturaleza, una metafísica arbitraria, pese a que los marxistas se hacen cruces cuando se nombra a esa rama de la filosofía.

  • George R Porta

    Gracias Honorio por tu comentario. De acuerdo en que tanto incienso marea. Afortunadamente me abstengo de hacerlo. Respeto a Francisco pero, como ya he comentado, el aparato que le rodea no cesa de intentar convertirlo en un fenómeno mediático que termine por reducirle a una imagen de pantalla.

    SEgún Vatican Observer, el ex-secretario de Benedicto Georg Gänswein, ahora Prefecto de la Casa Pontificia de Francisco, recientemente afirmó a la web de la Iglesia Católica Alemana (www.Katholish.de)  que sea exagerado hablar de necesidad de reformar la Curia y que bastara con revitalizar el Sínodo. Pena que Francisco tenga que lidiar con la resistencia interna pero idealizarle y envolverlo en una bruma de incienso solo le hiciera daño.

    De acuerdo también en que todavía en muchas partes florece o puja por romper la tierra que la oculta buena simiente de justicia social que promete.
     
     
    Solo he pretendido proponer el reemplazo de amor por solidaridad en el lenguaje sobre la justicia. En mi visión al menos, amor se conjuga en presente de indicativo y es incuestionablemente transitivo. No puede ser conjugado como reflexivo sin arriesgarse a la desnaturalización en alguna medida significativa. A mi parecer eso no añade una definición nueva a la multiplicidad de acepciones conocidas sino que las hace aterrizar todas en una que me parece más urgente. Cuestión de prioridades del mandato de amar al otro/a.

    Otro tanto he querido decir de “amor” en cuanto relación erótica o romántica que debe materializarse en la lealtad y el respeto (lo de fidelidad conyugal añade a mi parecer confusión porque no se trata de confianza, sino de ser leales en la realización de las mutuas promesas, y de poder disfrutar la convergencia de los dos proyectos personales de vida, en la medida que sea, en uno de vida en común (no digo vida común).

    No comprendo (quizás Teresa quieras explicarlo más, lo cual al menos yo te lo agradeceré) por qué supones que la dialéctica tesis-antítesis-síntesis deba ser comprendida como destinada a la eliminación de algo cuando en realidad el proceso dialéctico es un proceso histórico que solo busca, si es auténtico, la justicia. La conversión de que hablaba el Bautista, el Evangelio que se le ha atribuido a Jesús es esencialmente dialéctica de asumir responsabilidades sobre la base del continuado discernimiento de propósitos (lo cual endereza las motivaciones y los deseos personales).
     
     
    La síntesis no tiene que barrer la contradicción de la que emerja, sino resolverla, sacarla del atasco antagónico. Puede ser destructiva y hacer tabla rasa de lo que haya y crear algo completamente nuevo. Una metáfora fuera que en un o una recién nacido/a no quedaran genes de los abuelos y sobre todo, de los ancestros prehistóricos que se mezclaron millones de veces, en cuyo proceso muchos genes y combinaciones genéticas perecieron por ser incapaces de adaptarse y muchos lograron adaptarse y permanecer en el progreso biológico que es esencialmente dialéctico.
     
     

  • Teresa Walsh

    La eliminación de la obsesión por el dinero fue un fracaso, los antiguos burócratas pasaron a ser empresarios del restablecido capitalismo. La eliminación que empaña al intento de emancipación se trata de legiones de muertos,  asesinados por ser burgueses, presuntos traidores, lumpenproletario. La eliminación no queda en la negación hegeliana,  aterriza trágicamente.
     

  • h.cadarso

    “La dialéctica tesis-antítesis-síntesis termina con la eliminación”, dices, Teresa. Mi pregunta es “qué pretende eliminar esadialéctica marxista: a seres humanos, o a la idolatría del dinero?”
    Si lo que se pretende es liberar al ser humano de la dictadura o idolatría del dinero, no veo por qué nos hemos de oponer a esto. Jesús invitó al joven rico a vender todo lo que tenía, darselo a los pobres y seguirle: “y tendrásun tesoro en el Reino de los cielos”.Y no dejaba de decir “Qué difícil es que un rico entre en el Reino de los cielos” Jesús pretendía eliminar no a los ricos, sino a la obsesión por el dinero. El marxismo trata de someter el dinero a los derechos de todos los seres humanos. ¿O no?

  • Teresa Walsh

    Un gran escolllo es la polisemia de la “dialéctica”. Un amigo comunista en la pasada dictadura se quejaba de sus compañeros y decía “cuando no entiendes algo, te agitan suavemente las manos, desvían su vista y te  mandan “hay que verlo dialécticamentte”.
    Otro tanto sucede con el término amor, expresión que en  el ámbito neotestamentario cuenta por lo menos con cuatro voces griegas, todas con mateces semánticos de relevancia.
    Pero a pesar de esta promiscuidad de significados, la dialéctica en su tríada tesis, antítesis y síntesis finaliza  con  el desplazamiento o eliminación. La “contradicción antagónica” alienta una intolerancia fuerte, legitimada por el bien del  oprimido. Intolerancia al fin que genera su espacio de autonomía y descontrol.

  • h.cadarso

    Teresa, George: Gracias por vuestras aportaciones. A mi entender, las tensiones y pasos que se dan desde los gobiernos y pueblos de Nuestramérica  son enormemente positivos y presentan la singularidad de sostenerse en un aparato ideológico como el de la Teología de la liberación, entre otros. Hay distintos ritmos y “estilos”: el argentino, el brasileño, el ecuatoriano, el boliviano, el venezolano, el cubano, etc. Con sus luces y sus sombras, por supuesto. Pero vale la pena prestarles cada uno desde nuestro escondrijo vital todo el apoyo que podamos.
    Lo mismo que la línea pastoral del Papa Pancho, enormemente interesante, pero teniendo mucho cuidado de no enjuiciarla simplemente a golpes de “incensario” y elogio tras elogio, no. El “evangelio”del Papa Francisco necesita para avanzar y cuajar un impulso crítico y una llamada a seguir avanzando y arriesgando en el camino emprendido. Yo pediría a todos los atrieros que no nos pasemos en los elogios al Papa, que con tanto incensario estamos quizá frenándole. Yo creo que el Papa hace demasiado caso a los poderosos de la tierra y por otro lado da a los pobres demasiadas limosnas o los mira con tanta compasión que se olvida de exigirles o de llamarles a asumir sus responsabilidades, a enfrentarse rebeldes y valientes a los abusos de los poderosos. “Ni en dioses, reyes ni tribunos, está nuestra liberación. Nosotros mismos realicemos el esfuerzo redentor” dice el Himno de la Internacional. Y en el evangeli o Jesús les dice a los apóstoles: “DADLES VOSOTROS DE COMER”.
    No deberíamos engañarnos. El antiguo bloque socialista de Europa del Este y Rusia están todavía llenos de comunistas nostálgicos y críticos. Tengo un amigo ruso profesor universitario que al confesarle mi tendencia política me abrazó, que por otra parte desconoce un tanto las experiencias y los valores del marxismo-socialismo de la América meridional y de la Teología de la Liberación. Deberíamos buscarnos unos a otros todos los nostálgicos de lo bueno, de la huella que ha dejado en el planeta la experiencia marxista.
    Los católicos deberíamos hacer una campaña para que suba a los altares Julius Nyerere, un católico jefe de gobierno de Tanzania que estaba convencido de que cristianismo y capitalismo son incompatibles, y solo se rindió ante el acoso por hambre de país por parte del l FMI, y se volvió a su terruño a labrar y sembrar…De acuerdo, también a Ellacuria y a Monseñor Romero, Pero yo diría que me corre más prisa ver en los altares a Julins Nyerere, y que le quite el sitio a Monseñor Escribá de Balaguer, por ejemplo.
    Por otra parte, me pregunto hasta qué punto el evidente milagro económico de China, a la que Mao Tse Tung cambió de ser hazmerreír de Occidente a erigirse en primerísima potencia económica, militar y política, ha sido obra del marxismo y conserva alguno de los valores de esta doctrina…Asia, entre los dos polos un tanto diferentes, por no decir contradictorios, de la India y China, nos ofrece un elemento de reflexión por cuanto tenemos que enjuiciar los valores y contravalores del sistema democrático “a la occidental” de India y el comunista “a la china” de China…Y asimismo nos invita a adivinar la evolución que sufrirán los países del sudeste asiático.
    El otro bloque del Oriente Medio, con Turquía, Arabia Saudita e Irán como protagonistas, y con Israel como cuña del “yankee” lleva también su ritmo tan difícil de entender de las primaveras árabes, la yijad islámica, la gestión de sus recursos petrolíferos que si le proporciona riquezas inmensas por otro lado envenena el ambiente como un polvorín y un constante criadero de dictaduras. Y con una corriente marxista en su interior, porque sabemos de sobra que ese entorno islámico cuenta con una fuerte corriente marxista y por supuesto laica. Pregúntenselo si no al poeta sirio Adonis…
    Lo de Africa, pues quedaría resumido en un estudio de los logros y fracasos de Julius Nyerere, el respeto y distanciamiento diplomático de Nelson Mandela para con el bloque comunista que tanto le ayudó, y la memoria de los Lumunba y tantos otros que cayeron muertos antes de la estrategia no sangrienta pero mucho más mortífera del Fondo Monetario Internacional.
    Ustedes perdonen si he sido demasiado largo. El evangelio debería moverse a escala planetaria, debería ser pensado y predicado a escala planetaria. Salgamos de nuestros templos barrocos o góticos a todos los caminos del planeta como el Buen Samaritano,  que enmudezcan las campanas de nuestras aldeas, echémonos al camino como los apóstoles a los que envío Jesús de pueblo en pueblo a curar enfermos y ayudar a las gentes, unámonos a todos los hombres de buena voluntad que luchan por un mundo justo, por mucho que se equivoquen, blasfemen o maldigan y escupan hacia el cielo.

  • George R Porta

     
    Si “amor” (sea lo que sea)  ocurre en el contexto del atractivo interpersonal se expresa más y mejor en la intimidad y por ese camino en la intimidad sexual que aliena a ambos amantes el uno/a en el otro/a. La pareja fuera su signo viviente. De otra forma sea lo que se prefiera que el  amor constituya, parece  insustancial si no se expresa en la forma de empatía y, en tal caso, la solidaridad fuera su signo viviente.

    Las relaciones humanas no se quedan en lo dialógico, porque son dialécticas en cuanto que requieren o demandan una superación de egocentrismos que no cesan de emerger,  a fin de acoger a la otra persona al mismo tiempo que ha de acogerse o aceptarse uno mismo en ese esfuerzo recíproco o mutuo de adaptación.
     
     
    Debido a este proceso “deconstruccionista” necesario para demoler (desidolatrizar) y, subsiguientemente remodelar la idealización inicial de la persona amada y de sí mismo en el acto de amarla, a fin de reemplazarla por la mucho más real y adulta empatía (acoger a otra persona en sus carencias y limitaciones y acogerse a sí mismo en ese esfuerzo acogedor) el amor no puede ser solamente dialógico (Esto dice el DRAE de la palabra dialógico, ca.: 1. adjetivo culto. Perteneciente o relativo al diálogo. 2. adjetivo culto. Que presenta forma dialogada. 3. adjetivo culto. Que contempla o que propicia la posibilidad de discusión) sino que ha de ser dialéctico porque ocurre saliéndose de los encierros o contradicciones que causa el narcisismo lo mismo si este ya es secundario.
     

    Parece que el narcisismo sea una disposición natural profunda, normalmente inevitable y necesaria, que si es secundario no impide sino que, haciéndola más laboriosa, la hace más consciente y voluntaria (contribuye a materializarla en forma de muchos momentos sucesivos de intercambio de gestos y palabras) la acogida (aceptación e identificación de y con) de la persona tal como desea hacerse acoger.
     
     
     
    La experiencia de amar no parece que pueda ser secreta, humanamente hablando, sin estallar o languidecer hasta morir, excepto en cuanto grandiosamente aspire a alcanzar a alguna divinidad extraterrestre, que solo puede ser imaginada pero no conocida. Una tal “relación dialógica” solo pudiera constituir un soliloquio, porque la divinidad parece inaccesible de manera objetivamente evidente. Por eso la experiencia mística se sirve tan frecuentemente de la poética como lenguaje, de la analogía como razonamiento, y hunde sus raíces, sumergiéndose y emergiendo las aguas desconocidas del intangible afecto.
     
     
     
    Este proceso o experiencia dialéctica esencial a la relación amorosa y encaminada a la aceptación mutua o recíproca solo hace que más la solidaridad resultante resulte más laboriosa o el afecto más penosamente disfrutado. La acogida, consecuentemente, ha de superar las contradicciones o incomodidades de lo descubierto como inesperado (sobre todo si es no-placentero) en el o la persona amada y en sí mismo/a (por parte de quien ama) al no descubrirlo/experimentarlo con placer.
     
     
    Este carácter dialéctico del “amor” (como una especie de plexo de sentimientos y conductas relacionales) al materializarse bien en solidaridad típica o en la vida de pareja se materializa muy bien en la posposición de gratificaciones que se desean inmediatamente, o en la gratuidad intencional de la compasión o en el el abstenerse de violentar a la pareja en la intimidad precisamente por respeto a su autonomía de amar/dejarse amar y la dignidad de su integridad que son antagónicas con cualquier percepción de la persona amada  (o amante)solo como “objeto” de los deseos o como sujeto exclusivo poseedor. Es decir, cuando la persona, en su alteridad, no consiente a la intimidad sexual por las razones que sean, o rechaza lo que se le haya generosamente ofrecido u opte por algo que al menos de momento parezca inaceptable a su pareja o a quien lo ofrezca.  
     

    La validez del marxismo como instrumento crítico no es absoluta ni incuestionable. No existe ninguno otro que lo sea. Lenin más bien lo dañó y la crítica moderna surgida de su interior lo está validando suficientemente. Aplicado a la realidad sociológica del capitalismo demuestra que éste sea injusto y anticristiano. Si parece que el capitalismo sea necesario, lo parece únicamente pensando desde la propia entraña capitalista. Desde la opresión y el sufrimiento del obrero percibido o categorizado como “recurso o instrumento de producción” es absolutamente anti-humano, degrada, degenera no solo al obrero sino también al propio capitalista.
     
     
     
    El hecho de que todavía no se haya encontrado un modo de relaciones sociales o de producción económica adecuada, fundada en la solidaridad, precisamente mantiene utópica (sin un lugar material) a la esperanza de que exista “en algún lugar”.
     
     
    Quizás sea necesaria la terminación violenta de la Historia, como teme Chomsky (fuerza que parece subyacer en ella como parte de lo que la mueve) para que este deseo de un Paraíso pueda finalmente ser imposible.
     
     
    Este es un pesimismo fundamental pero, a fin de cuentas, demasiada gente ha explotado y explota el irracional optimismo de los oprimidos.

  • Teresa Walsh

    El amor no es dialéctico sino dialógico” afirma el cardenal Kasper. Si atendemos a la dinámica amante, sabemos que no se puede decretar amar. Por lo tanto las alternativas al capitalismo se desarrollarán en el diálogo entre las personas. Adelantar cómo será es una temeridad, solamente sabemos que se erigirá cómo pretendan los hombres y mujeres.
    Las alternativas al modelo neoliberal ya se despliegan; las políticas sociales de muchos de los países gobernados por la izquierda en  nuestra Latinoamérica, no demuelen al capital pero jaquean su ética y desnudan su perversidad.
    No olvidemos que el capitalismo cambia; décadas atrás el burgués era ajeno al consumismo, el ahorro era su talente que extendía a todos. Hoy gastar el dinero que todavía no se tiene  parece obvio.
    La acumulación no es sólo un modo de actuar del capital, fue la acción que permitió avanzar a las sociedades humanas. Claro está que la acumulación del sistema  es simétrica al despojo de la mayoría.
    No desestimo los aportes del marxismo, éste lució mejor en el llano que en el poder.  El “socialismo del siglo XXI”  es más confuso todavía y sus logros más limitados; el populismo mediático parece ser su obrar.
    La atmósfera dialogal habilita la esperanza, el  fórceps leninista  divide en buenos y malos; la bondad se impone por elegidos….. “un estado de perfección” tan afín a tantos de nuestros “consagrados” Volvamos a la “bondad sin ideologías” que impulsó Levinas.
    Que Aquel que es diálogo eterno  eche brasas al deseo de cambio en todos nosotros.
    Teresa

  • George R Porta

    Aclaración a mi comentario de las 17:19 h. 

    En la línea 12va., quise afirmar que entre los animalse no exista la esclavitud, aunque parezca existir una especie de liderazgo o jerarquización del mismo en algunas especies, por ejemplo, los caballos.

  • George R Porta

    Leo lo siguiente: “En el artículo anterior –La cultura capitalista es anti-vida y anti-felicidad– intentamos, teóricamente, mostrar que la fuerza de su perpetuación y reproducción  reside en la exacerbación de un aspecto de nuestra naturaleza, que consiste en el afán de autoafirmarse, de fortificar el propio yo para no desaparecer o ser engullido por los otros.”
     
     
    La de Boff es una hipótesis posible, pero parece que invierta los términos. La cultura capitalista no exacerba sino que inculca, imparte como valor teleológico el consumismo, que entonces se convierte en un medio lícito de auto-afirmación.
     
     
    Los animales, incluso los considerados superiores, no consumen más que lo necesario. En general no son solidarios (no reparten lo que queda después de satisfacer su necesidad de consumo), pero tampoco lo preservan o almacenan aunque pudiera argüirse que haya excepciones. Esto de acaparar y retener, “capitalizar” parece más bien un invento humano y contemporáneo, posiblemente simultáneo con la aparición de la propiedad privada, por lo tanto, por la causación artificial de la escasez (por lo desigualmente acumulado) y por la imposición de relaciones sociales (políticas) mediadoras del poder de preservar lo que se posee y hacerlo multiplicar. No existe la esclavitud. Tratar de reconocerla entre, por ejemplo, las abejas, es una “antropomorfización” por proyección.
     

    No es el consumo el que crea el capital, sino el capital el que engendra el consumo y se auto-preserva y auto-promueve utilizando la maquinaria publicitaria que estimula el miedo a carecer. Si el mismo impulso de sobrevivir mueve a luchar por una porción de comestible, solo el miedo aprendido a anticipar la muerte por escasez de comestibles compele a luchar por protegerla y almacenarla en reserva. Esa misma maquinaria hizo de Juan Pablo II un fenómeno mediático y amenaza convertir a Francisco en otro. Una tal explicación pone en claro la significación de las cuantiosas y frecuentes contribuciones de la Orden de Caballeros de Colón, reportada en otro hilo de Atrio, al desarrollo de la maquinaria publicitaria y comunicativa de la Santa Sede durante el pontificado de Juan Pablo II.
     
     
    Un ejemplo ilustrativo de la historia de la maquinaria publicitaria. Edward Louis Bernays de origen judío y nacionalidad austríaca (1892-1995), hijo de Anna Freud (hermana de Sigmund Freud, considerado el padre del psicoanálisis) fue autorizado por éste para utilizar sus conceptos del inconsciente y la manipulación psicológica de las masas a fin de explotarlas comercialmente en New York. A Bernays se le considera el creador de la noción teórica de “relaciones públicas” y de su correspondiente aplicación a la política y la publicidad.
     
     
    Ejemplos ilustrativos de los riesgos éticos de la maquinaria propagandística en la distorsión de la opinión pública y de la creación de mercados y la pertinente manipulación del consumo. El salto al poder y la fama de Bernays está marcado por su contratación, mediada por el ya famoso periodista Walter Lippmann que era consejero de relaciones públicas del presidente Woodrow Wilson, para participar en el diseño e implementación de la campaña publicitaria dirigida a manipular la opinión pública norteamericana en favor de la impopular alianza con Inglaterra en el conflicto armado europeo.
     
     
    Irónicamente Joseph Goebbels, Ministro de Propaganda de Hitler, utilizó más tarde esas mismas teorías de manipulación propagandística de las masas, creadas por un judío, para diseñar y promover la noción de depuración racial como una necesidad de seguridad nacional.
     
     
    El libro de Barnays “Propaganda”, quizás el más significativo de sus escritos propone que la manipulación propagandística puede asegurar la estabilidad de la democracia. (Cf. Propaganda. (New York, Routledge, 1928).

  • h.cadarso

    De acuerdo, Teresa Walsh; Boff intenta diseñar una puesta al díadel marxismo a escala siglo XXI, ustede apunta hacia una cierta posible “nostalgia feundal” en los que pintan un socialismo par el siglo XXI.
    Quizá podríamos intentar ser más concretos y hablar con más detalle del socialismo que podríamos desear y que sería posible en este siglo. A mí me parece muy importante potenciar la diferencia de bloques de alianzas e intereses que aparecen en el planeta. Parece que USA y su ideología dominante neoliberal pretende destruir y aniquilar a los demás, llámense Rusia, China.
    Ha hablaremos…

  • Teresa Walsh

    Siempre es un placer leer a Boff; por supuesto eso no quita que podamos señalar algún punto de fricción.
    A vuelo de pájaro me detengo en un solo fragmento: “pues la cultura del  capital educa para verse primero a sí mismo y no preocuparse de los demás y del bien común” Ese mirarse a sí mismo ¿es privativo del enfoque capitalista? Si revisamos las páginas del Génesis, encontramos que el homicidio de Abel fue empujado por ese verse a sí mismo. La parábola del “buena samaritano” ( saltamos a Lucas) nos aproxima a detectar una óptica egocéntrica legitimada por lo sacro pero lejos de la sociedad capitalista.
    La devastación del hermano/a se densificó con el capitalismo, podría sostenerse pero no fue esta organización social su primer motor.
    Los intentos de superar la lógica de acumulación y explotación merecen un análisis sosegado, si bien ofrecieron elementos alentadores, su resultado final fue la calamidad… dicho esto con dolor.
    Ahora bien, temo que el franciscano Boff caiga en una trampa espiritual, buscar el paraíso perdido ya no cercano al Éufrates sino en los Andes. Piedra de tropiezo bastante común que hizo caer también a Neruda.
    A poco de hurgar nos topamos que los pueblos originarios se enfrentaron en escenarios bélicos que no en nada lo asociación a la paz ni al “buen vivir”.
    La utopía cristiana, hace memoria pero no se ata al pasado; el proyecto del Evangelio exige demoliciones, terremotos vitales pero sabe que mientras transitemos en esta historia no lograremos plenamente una sociedad reconciliada. A ella tendemos pero en este peregrinar tal meta no se agota.
    Temo incluso que cierta crítica al capitalismo no aliente la superación del mismo sino una nostalgia feudal. Error que por caminos tortuosos aparece en el discurso de los defensores del “socialismo del siglo XXI”.
    Con afecto, saludos en Aquel que resucita,
    Teresa

  • h.cadarso

    “Se está fortaleciendo cada vez más el ecosocialismo que no tiene nada que ver con el socialismo una vez existente que er en verdad un capitalismo de estado, sino con los ideales del socialismlo clásico de igualdad…” dice Leonardo Boff.
    Me parece injusto y cantilena repetida hasta la saciedad esa condena del socialismo una vez existente…Me parece injusto negarle al socialismo una vez existente todo valor positivo: al socialismo que derrotó a Hitler, que apoyó todos los movimiemtos de liberación del Tercer Mundo, al socialismo que intentó implantar Julius Nyerere en Tanzania y que fue abortado por el FMI…Y de paso negarle el pan y la sal al socialismo cubano…
    Otrro gallo nos cantaría si el capitalismo, con el apoyo decidido de un tal Juan Pablo II, no hubiera desmantelado el sistema socialista de Europa del Este y con ello hubiese tenido las manos libres para hacer del Terder Mundo un campo de concentración como los que tenía Hitler. Tal vez la guerra fría habría evolucionado de otra manera. Tal vez aquel socialismo habría sido capaz de evolucionar.
    ¿Qué pretende, señor Boff? Tirar por la borda toda la experiencia socialista del pasado e inventar una nueva.? Un poquito más de humildad, por favor…

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